M ú s i e a CAR~IEX CELIA C.\IL\:\".\S
G.\RcíA
in duda alguna, 1998 fue un
año repleto de ani versarios: el
cuarto cente nario de la muerte s de Fe lipe 11 , el cente nario de la
pérdida de las últimas colonias españolas,
la Generac ión del 98, el nacimiento
de Larca ... En Canarias se conmemoraba
el sesquice ntenar io de l nacimie nto de
Teobaldo Power. El Aula de Música de la
Uni versidad de La Laguna, el Ayuntamiento
de esta ciudad a través de un acto
so lemne de la Real Academia de Bellas
Artes de San Miguel Arcángel, y e l PNC,
se ocuparon de celebrarlo. También la
OST contri buyó con la inclus ión de los
eOlitos Canarios en el XIV Festi val de
Música, y el encargo y poste rior estreno
de Clanivers Tea, de Javier Darías. Con
todo, podemos decir que el ani versario de
nuestro compositor más in signe, no tuvo
la debida resonanc ia y pasó casi desaperci
bido. ¿Olvido?, ¿desidia?, qui zás
simple y pura ignorancia de la verdade ra
sig nificación de una fig ura como Teobaldo
Power, conocido sobre todo, por
ser el compositor de los popularísimos
Cantos Cal/arios. No se trata sólo de un
art ista de primer orden para la música y
cul tura de las Islas, sino que además posee
una trascendenc ia a ni vel nacional como
veremos. El conocimiento de su trayectoria
como pianista, compositor y pedagogo,
el estudio pormenori zado de su obra,
y la calalogac ió n de la mi sma, nos induce
a afinnar que el compositor c¡mario cuenta
con un puesto notable en e l panorama
116 A T N
de la mús ica española de la segunda mitad
del sig lo XIX.
El primer biógrafo de Teobaldo Power,
Patri c io Estévanez, nos habla del origen
irlandés de la fa mili a. Efecti vamente, los
Power llegaron a estas costas desde mediados
del siglo XVIII , después de que fra casara
un nuevo intento de res taurac ión
de los Estuardo, y miles de irlandeses se
vieran obligados a e migrar buscando refug
io pre fe renteme nte e n pa íses de re lig ión
católica. Como la mayoría de extranj eros
establecidos en las is las en esa é poca, se
dedicaron al comerc io y consignac ió n de
me rcancías, formando parte de una burguesía
progresivame nte e nriquecida y en
contacto permanente con la ari stoc racia
cana ria, con la que confluyeron e n mentalidad
e intereses. Así se ex pl íca la afi c
ión musical de los a nte pasados de Teobaldo,
afi c ión que sólo es posible dentro
de un ambie ntecuhural e levado y un estilo
de vida confortable.
Nacido el 6 de enero de 1848, en Santa
Cruz de Tene ri fe, era el segundo hijo de
Ba rto lomé Power Arroyo y Margarita
Lugo-Viña y Olive r. Sus primeros años
transc urren en una casa sit a e n la Plaza
de la Constituc ión, hoy Plaza de la Cande
laria. Desde fechas muy tempranas el
niño ya mostraba dotes excepcionales
para la mús ica, las cua les se verían favorecidas
por la afi c ión de su propia familia
y e l hecho de que su infancia se desenvolviese
en un momento de plena e fe rvescenc
ia musical en las islas. Sin ir más
lejos, su padre y su tío Nicolás. eran músicos
de la agrupac ión más emblemática
de la ciudad, la Orquesta de la Sociedad
Filarmónica que dirigía e l francés Carlos
Guigou. Barto lomé Power, rue el primer
profesor de música de su hijo presentado
al pl,blicoen 1858, con tan sólo diez años,
en una de las veladas que solía celebrar
el pintor Nicolás Alfaro en su casa. Interpretó
obras de marcado virtuosismo, y
una propi a, una Polka-MaZll rka, que probableme
nte sea su primera composición.
El limo Power -como lo llamarían más
tarde en a lgún pe riódico-, impresionaba
por su maestría, su seguridad y su extraordinaria
sensibil idad al piano. Resulta providencial
el tras lado de la fa mil ia a Barcelona.
Aquí comienza el verdadero aprendi
zaje del jóven músico con lino de los
mejores maestros de e nto nces, Gabriel
Ba lart ( 1824- 1893), cuyas cua lidades para
la enseñanza han sido puestas de re lieve
por figuras de la ta lla de Ba ltasar Saldoni
o Fe lipe Pedrell . Ba lart, que había estudi
ado en el Conservatorio de París con el
eminente Cardfa, confiere a Power una sólida
formación mus ical que moti va rá la
concesión de una beca de es tudios en el
famoso Centro francés. Su paso por el
mismo no sólo le re porta me recidos y
numerosos lauros como alumno de ElwaJ1,
Thomas o Mannonte l -cinco premios en
total , e ntre e llos un lOen armonía escri ta-,
s ino que amplía enormeme nte sus
conoc imie ntos, poniéndolo en contacto
con la mejor música del momento. Du,.lI1le
ci nco intensos y provechosos años en
París, Powerconocerá las nllísicas de Beethoven,
Hurnmel, Chopin. Liszt. .. quc renucvan
primeramente su repertorio pianísli co
-basado hasta ento nces en las obras
virtuos íst icas de Thalbcrg o Kont sky-, e
inOuirán posteriormente en su compos ición.
No menos import ante es su estancia
en La Habana, donde viaja en 1866,
una vez finalizados sus estudios en c l Conservatorio.
Aquí entabla amistad con dos
de las figuras más sobresalientes de la
música cubana: Fernando Arizti. y su di scípu
lo, Nicolás Ruiz Espadero. A través
de sus consejos, Powcr se con sol idará
como músico romántico. Ya Patricio Estébanez
hablaba dell//u1\'O estilo que adoptó
el artista tras su e nc ue ntro con los
de 1880. con motivo de la inauguración
de la nueva sede de la Sociedad Filarmónica
Santa Cecili a. en Santa Cruz. El éxi to
rue rotu ndo. y no sólo en las is las. pues
seguidamente se escuchó. y varias veces.
en los conciertos de l Buen Re ti ro, en
Madrid.
En abril de 1882, ya res tablecido. viaja
a la Península y da conc iertos en algunas
ciudades del Sur. Ese año se convocan, casi
al mismo ti empo, oposiciones a cátedra de
piano de la Escuela Nacional de Mús ica
y Declamación -actual Conse rvatorio de
Madrid-. y para c ubrir la plaza de rorganiSIa
de la Capilla Real. Se presenta a
ambas y las gana rrente a competidores
de prestigio. Estos triunfos atraen la atención
pública hacia el músico tinerfeño,
maestros cubanos. que vive lino de los mejores momentos de
Desde esa estancia en Cuba hasta 1869. ,su carrera. Su fama está en a lza, las edi-se
abre un a etapa en la vida del mús ico
linerfeñocaractenz..:1da por un continuo viajar
de un país a otro, en la que desarrolla
su carrera como concertista de piano. En
1870 fija su residencia en Madrid donde
las dificultades económicas le obligan a
ganarse el pan como piani sta de café. También
da algunos conciertos tanto e n la
capital como en O[ras ci udades de la Penínsul
a. Esta gran act ividad mus ical se completa
con un estudio serio y profundo de l
piano, así como la composic ión y edi ción
de sus primeras obras pi anísti cas. Así,
transcurren va rios años de lucha para
Power que terminarán por debilitar su
sa lud. Precisamente en busca de recuperación
regresa a Tenerire en 1878. después
de quince años de ausencia de su tierra natal.
Aquí es. objeto de una calurosa bienve ni da
por parle de amigos e intelectua les que
organizan lIn concierto-homenaje en marto
de 1879, yen e l que se leen poemas de
José Manuel Pulido, Ramón Gil Roldán,
Alfonso Dogour, etc., dedicados al artista.
Un mes más tarde, Power contrae matrimonio
con una pariente suya, Julia González
Lugo-Viña, marchando al poco tiempo
a Madeira y Lisboa. donde tras un éxito
clamoroso en el Teatro San Carlos de esta
ciudad, el rey, don Luis de Braganza, le
concede el títu lo de Piallista de Cámara
de su Majestad Fülelísima. Su salud se
res iente de nuevo y regresa a Tenerife,
esta vez por tres años. De esta época data
ClImos Canarios, la obm más conocida por
todos, sent ido homenaje del músico a su
tierra, y por tanto, una de las más inspi mdas.
Aunqueoriginalmente es para piano,
se estrenó en vers ión orquestal, en agosto
toriales publican continuamente sus obras.
y las sociedades estrenan su música sinfó
ni ca. En cuanto a su labor como profesor
en e l Conse rvatorio es destacada: sus
Doce E,\·tlldios Artísticos para Piano. recibieron
grandes elogios por parte de la
comisión de profesores que estudi aron la
obra decidiendo incluirla en e l programa
de la e nseñan za de piano. Por otra parte.
los alumnos de Power s iempre figuran
entre los mejores del Conservatorio, ajuzgar
por los premios que reciben y las críticas
de los periódicos de la época. Desg
raciadamente, no llegó a completar los
dos cursos como profesor. En marzo de
1884, aunque estaba ya gravemente enfermo,
participa en un brillante concierto
organi zado en su ho nor por la Sociedad
de Profesores, en e l que alumnos del Conse
rvatori o y miembros de la citada sociedad
le obsequian con dos coronas de plata
y laurel. Finalmente, e l 16 de mayo, muere
en su casa de la calle Rejas en Madrid, cuando
contaba 36 años de edad y se encontraba
en la cúspide de su carrera. Sus restos
permanecieron en la capital de España
hasta 1923, año en e l que fueron trasladados
a Santa Cruz, donde reposan desde
entonces en la capilla de l Apósto l Santiago
de la Parroquia de Nuestra Señora de la
Concepción. Tanto la prensa de Madrid
C0l110 la de Canarias se volcaron en artículos
donde se expresaba la pérdida que
j)<'1rJ.la música significaba la muene de Teobaldo
Power. Concretamente, La Ill/ stración
de Cal/arias, que dirig ía Patric io
Estévanez, editó un númcro especial necrológico
dedicado a l mús ico donde se recogen
las crónicas de Madrid, .í1Ilíc ulos sobre
AT N 117
su biografía, y pocmas de Antonio Ze ro~
lo, Gi l Roldán, Puerta Canseco ... etc.
En el estilo musical de Teobaldo Power
hallamos claramente la influencia de Chopin,
no sólo en la cualidad expresiva de
sus temas ccmtabile o en el típico cromati
smo, sino también en la simetría de las
pequeñas formas. el contraste en tre los
regi stros grave y agudo, y en general en
la fuerza emoti va que caracteriza al genial
polaco. Otras dos características co nfo r~
man la inspiración musical de Power y
demuestran su romantic ismo: el gusto por
las pequeñas piezas pianísticas, y la influ en ~
cia de la mús ica popular. Efectivamente,
al igual que Chopin y la mayoría de los
románticos, el mús ico canario se encuentra
más cómodo entre las fo rmas pequeñas
que entre las grandes estructuras. Un
vistazo al corpus de sus obras nos lo confirma:
los valses, polonesas, polkas, caprichos
y pequeñas piezas con títulos extramusicales
típicamente románticas centran
su interés. En cuanto a la in spirac ión en
la música popular, ésta no es una característica
exclusiva de los Cantos Canarios,
pues se halla present e en mayor o menor
medida en varias de sus obras como los
estudios de conc ierto Ttmganillo y Slac~
cato , en la Sinfonía en Do, etc.
La música de Power es esencialmente
pianíslica pues frente a unas pocas obras
para orquesta y una opereta francesa - A
Normand, Normand el de",i - las piezas
para piano representan el grueso de su
producción. Es más, algunas de sus obras
orquestales fueron en su origen escritas para
piano, tal es el caso de los Call1os Ca"a ~
dos, o el segundo estudio de concierto Slaccalo,
ya mencionados. Es obvio que su condici6n
de concerti sta de piano determina
su faceta como compositor. A ello habría
que sumarle la prefere ncia por las pequeñas
formas, ya comentada, donde el piano
había triunfado como vehículo ideal para
la expresi6n romántica. Pero sobre todo,
la razón es de índole práctica: e l panorama
musical español del s iglo XIX no era
prec isame nt e el más fa vorable para el
desarrollo de la música sinf6nica. Dejando
a un lado la ópera y la zarzuela, la gran
música no empieza a fl orecer hasta bien
entrada la segunda mitad del siglo, cuando
aparecen las Sociedades de Conc iertos
que foment arán la actividad sinfóni ca
de nuestros compositores. Power, que
no se queda atrás, e ntra con buen pie en
el terreno de la mús ica orquestal , con el
estreno de un concierto para piano por la
118 ~ T
Unión Artístico-Musical dirigida (X)rTomás
Bretón. en 1878. Volviendo a su mús ica
para piano -qui zás lo mejor de su producción-.
es verdad que gran parte de las
piezas son virtuosísticas y exigen del intérprete
una técnica de purada. Pero -dejando
a un lado sus obras tempranas, menos
equilibradas en est.e sentid o- de ninguna
manera se puede hablar de puro y banal
e fecti smo en su música; antes bien, el virtuosismo
siempre está suoordinado a la idea
poética. Por otra parte, el gran despliegue
de medios técnicos e mpleados confirma
un estilo nuido y un conocimiento total
del piano y sus posibilidades expres ivas.
Las características que hemos señalado junto
con el liri smo que imprime a muchos de
sus temas, y la indudable calidad de su escritura
pianística, colocan a Power entre los
valiosos mús icos españoles que preparan
el camino a la generación de maestros
como Falla y Turina. En detinitiva, valga
nuestro recuerdo para uno de los mejores
pianistas de su época, excele nte compositor
y pedagogo. Teobaldo Power, es sin
duda, algu ien más que el compos itor de
nuestros sentidos y ad mirados Can lOS
Canarios.
*Carmen Celia Cabañas García (Santa
Cruz de Tenerife, 1964), cursó estudios de
piano en el Conservatorio Superior de
Mús ica de Santa Cruz de Tenerife con
Oña. Isabel Pérez Canin o y Dña. Ascensión
Manzano. Dirigió su carrera hacia la
inves tigación musicológica, por lo que se
li cenci6 en Geografía e Historia, especialidad
de Musicología, por la Universidad
de Oviedo. Actualmente es doc toranda
en Musicología con el tema Teobaldo
Power: pianista y compositor, bajo la
dirección de Dña. Rosario Ál varez Martínez.
Catedrática de Musicología de la Universidad
de La Laguna. Compagina esta
aC LÍvidad con la docencia como Profesora
de Música en e ll .E.S. de Granadil la de
Abona. Entre sus publicaciones tigura el
comentario al disco Obras para piano de
Teobaldo Power, del pianista tinerfeño
Guillermo González, di versos artículos, y
come ntarios a programas de la OST. Ha
colaborado también en la redacción del Diccionario
Enciclopédico de la Música EspoPiola
e Hispanoamericana.
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