Poetas y na rradores alemanes c ontemporáneos
LA MIRADA
CRíTICA DE
HERTA
MÜLLER
H erta Müller es una de las escritoras en
lengua alemana más representativas y
más creativas de la actualidad. Ha publicado
narraciones, novelas, ensayos, articulas
periodísticos, escritos poetológicos, poesías y colages
de texto e imagen. Herta MüIler nació en
1953 en Nitzkydorf, Banat -región situada al oeste
de Rumania-, en uno de los numerosos pueblos
rumanos habitados casi únicamente por inmigrantes
alemanes que cuidan celosamente su
lengua y sus tradiciones. 1 Sus escritos tematizan,
de manera insistente, la angustia sentida en duras
experiencias tales como vivir bajo una dictadura
o sufrir vejaciones violentas. ser persona
extranjera o apátrida, la expulsión o la huida.
Por su muy variada obra ha sido galardonada
con numerosos premios internacionales, entre
otros con el premio Kleist en 1994.
De 1972 a 1976, Herta Müller estudió las
carreras de Germarustica y RomanÍstica en la Universidad
de Timisoara, trabajando más tarde en
esta ciudad como traductora y maestra. Debutó
con su obra Niederungen/ la cual, al aparecer
más tarde en 1984 en la República Federal
A T - N E O 47
48
, O~,', LIT E R A T U R A '
~
Alemana, llamó en seguida la atención de literatos
y de la opinión pública. Las narraciones
que reúne el volumen presentan una infancia
traumática en una sociedad hermética. Sin miramientos
es destapada la nOfma vigente en un
pueblo rumano-alemán de Banat, su modo de
expresarse y su moral de apariencias. En este
texto tan poco "idílico", lleno también de notas
satíricas, la autora logra desenmascarar el rígido
montaje social, haciendo que se convierta
para el lector en una estructu ra social transparente.
En Rumania, algunos lectores -tal como
reflejó la prensa de Banat en lengua alemanareaccionaron
manifestando indignación y rechazo
ante su manera de romper con todo tabú.
Le reprocharon haber ensuciado el "nido" y haber
difamado a la minona alemana en Rumania. Otros
-también los artículos en los periódicos de la
República Federal- alabaron, por el contrario,
su capacidad expresiva tan extrañamente especial,
admirando, sobre todo, la fuerza poética
de su lenguaje lacónico. El objetivo de esos cuentos
impregnados de pinceladas autobiográficas
no es explicar "únicamente" crueles historias
de su pueblo natal. La lectura de estas narraciones
quiere mostrarnos que, potencialmente,
cualquier lugar del mundo puede llegar a ser el
lugar para la destrucción de la condición de
individuo de todo ser humano, un lugar en el
que ésta es puesta en peligro, probabilidad que
resulta tanto más elevada y aguda en Estados
totalitarios.
Al negarse a colaborar con la polícia secreta
Securitate se le prohibió ejercer la docencia. Desde
entonces se dedicó profesionalmente a la escritura,
publicando su segundo libro Drückender
Tango. J Dada su actitud crítica ante el régimen
autoritario de Ceausescu, las autoridades rumanas
terminaron por negarle el derecho a trabajar
y publicar en el país. Se inició una época peligrosa
para su integridad personal: amenazas de
muerte, llamadas anónimas e interrogatorios que
dejaron huellas en la biografía de la autora, determinando
hasta hoy su manera de interpretar el
mundo y de plasmarlo en su obra. En 1987, dos
años antes de que fuera derrocada la dictadura
en Rumania, Herta Müller abandonó su país
natal para ir a vivir a Alemania. Sobre las experiencias
vividas en esta época nos informan las
novelas Reisende auf einem Bein4 y Der Mensch
ist ein grolSer Fasan auf dieser Welt'. Sin embargo,
su obra entera se hace eco de este vivir-entredos-
culturas, de este partir-sin-conseguir-lIegar.
AT NEO
En la novela Herztier, no exenta tampoco
de vivencias autobiográficas, Herta Müller trata
temas como el miedo y la voluntad de sobrevivir
en la dictadura de Ceausescu en las décadas
de los setenta y ochenta. En un mundo poético
determinado por el asesinato, el suicidio,
la muerte y la huida, solamente la figura de la
abuela reúne los momentos de confianza y
calor humanos. Con su escepticismo para con
"la autoridad" y mediante el rechazo de los esquemas
y valores del orden vigente. la autora se
enfrenta al poder político con toda su fantasía.
Sus imágenes instan, sus metáforas inquietan.
Literatura no supone para Herta Müller un
mundo agradable, pues belleza y horror son para
ella las dos caras de una misma moneda, constituyendo.
también a nivel estético, categorías
inseparables. Un rasgo característico de su actividad
creadora son sus frases cuidadas, sencillas
y rítmicas_ Herta Müller sabe entreverar la
realidad y el sueño, sabe describir con precisión
y, al mismo tiempo, sugerir asociaciones
llenas de fantasías, creando, de esta manera, nuevos
espacios de libertad poética. Los problemas
y angustias de sus personajes no son descritos
de manera explícita, de modo que el lector
puede y debe alejarse de una mera interpretación
biográfica de su obra. Mediante un lenguaje
en cierta manera extraii.o y muy original,
el cual surge, entre otras cosas, a partir de la
traducción de locuciones y de todo tipo de expresiones
rumanas al alemán, SllS textos reproducen
el estado anímico y la situación social -para
muchos, apenas imaginable- del hombre bajo
una dictadura.
A partir del guión cinematográfico para la
película Der Fuchs Der jiiger, de Stere Gulea,
que Herta Müller redactó conjuntamente con
Harry Merkle. surgió la novela Der Fue/1S wal
damals schon der Jiiger.& El totalitarismo vuelve
a ser el tema enfocado, esta vez con profundidad.
De nuevo encuentra aquí expresión
su agudo sentido analítico y, por lo tanto. crítico:
en esta obra. Herta Müller plantea el
hecho de que una vez terminada la dictadura
vuelven a aflorar con virulencia la desconfianza,
la traición y el miedo. L1. autora manifiesta
aquí su actitud crítica con el símbolo de una
piel de zorro colocada en el suelo de una casa
a modo de alfombra decorativa. Cada vez que
la policía secreta "visita" la casa en ausencia de
la mujer que vive en ella, corta un pedazo de
la piel a fin de dejar huellas desorientadoras.
IPoetas y narradores alemanes contemporáneosl
Adina, la protagonista, cuando ve los pedazos
al regresar a su casa, se siente amenazada. La piel
de zorro la desconcierta Y. al mismo tiempo, le
infiere temo r. Los intentos de recomponer la identidad
de la piel de zorro son inútiles. También
en sus originales colages de texto e imagen (Der
Wiichter n;mmt seinen KamJn'l y 1m Haarknoten
wohnt eine Dame lO), en los cuales los textos
vien en conformados por palabras recortadas
de p eri ó dicos y revistas, Herta Müller desarrollará
esta técnica que podríalTIOS denominar
de transformación o de desfiguración.
En la novela H eute war ich mir Iieber nicht
begegnet,tl Herta Müller mezcla los recuerdos
y las asociaciones que asaltan a una mujer durante
el trayecto de un viaje en tranvía. El individuo
en la turbia vida cotidiana bajo una di ctadura
y las nefastas consecu en cias del régimen
dictatorial de Ceausescu son descritos en su m.icroestructura,
llegando a sacar a luz los rincones
más recónditos de la vida privada. Un aspecto
esencial es aquí, nuevamente, el individuo extraño
para con sí mIsmo.
Su sensible perciptividad se interesa por detall
es, nunca se queda en la superficie. Se opone
a una visión ya establecida de las cosas, exige
observación crítica. Su mirada es analítica, exacta,
a veces incluso fría. Coloca el d ed o en la
herida, si lo considera necesario, rompe con convencion
es. Así ocurre en los textos presentados
y traducidos aquí. Ein deutscher TrapEen und
das Glas ist vall1J. nos p ermite asomar en la psique
de un tipo de mentalidad alemana, utilizado
por Herta Müller para ejemplificar maneras
de actuar y de reaccionar que encontramos hoy
en dí a en muchas otras culturas. La insistente
repetición del adjetivo "alemán" en los contextos
escogidos y descritos por la autora recuerda al
lector una época en la que en el mundo entera
era derramada sangre "en nombre d el pueblo
alemán". En esta n arración, el equipo de
fútbol alemán devuelve "el o rgullo" y " la felicidad"
de "ser alemán" al pueblo." En Das Land
am Nebentiscb 14 son d escritos los pensamientos
de alguien -aquí se identifican yo poético
y yo real- q ue observa a un viaj ero en el café
de la estación de Viena. El viajero le suena familiar.
C uando los altavoces anuncian el tren que
parte hacia Bucarest y el desconocido se levanta,
la narradora se da c uenta de que su propio
país se encontraba "en p ersona" en la mesa de
al lado. Le sobrecoge un in efable sentimiento
de angustia y temor. Con sencillos símbolos,
H erta MüIler nos sugiere la reflexión so bre la
existen cia y la identidad, así como sobre su p érdida
. En estas n arraciones, Herta Müller en foca
y ca racteriza estados anímicos difusos, difícilmente
captables. Detalles descritos de manera
realista se funden con imágenes surrealistas,
surgiendo así nuevos interrogantes y confro ntaciones.
Los dos textos escogidos aquí p ertenecen
al volumen Eine warme KartofTeJ ist ein
warmes Bett. 1.5
• Eke, Norbert Otto (ed.) (1991): Die erfundene
Wahrnehmung. Annaherung an Herta
MüIler. Paderborn, Igel-Verlag Wissenschaft
(Reihe Literatur- und Medienwissenschaft, 7).
• Haines, Brigid (ed.) (1998): Herta Müller.
Cardiff: University of Wales Press (Contemporary
German Writers Series).
• Haupt-Cucuiu, Herta (1996): Eine Poesie der
Sinne. Herta MülJers Diskurs des AlleinSen]
S und seine WUIZeln, O ldenburg: Igel Verlag
(Literatur- und Medienwissenschaft, 49).
• Tudorica, Cristina (1997): Rumiiniendeutsche
Literatur 1970-1990. Die letzte Epoche
einer Minderheitenliteratur, Tübingen: A.
Francke Verlag.
• Zierden, Josef (1995): "Herta Müller", en:
Heinz Ludwig Arnold (ed.): Kritisches Lexikon
z ur deutschsprachigen Gegenwartsliteratur,
obra de folletos sueltos, Munich: Verlag
text und kritik.
A T - N E O 49
50
Ipoetas y narradores alemanes contemporáneosl
HERTA MÜLLER
Una gota alemana y el vaso está lleno
Cuando alguien, un único hOlTlbre dice de sí lTlISlTlO: "Soy feliz", se lTle hace
difícil el trato con éL
Cuando, sin elTlbargo, un político, un político alelnán dice: "SaInas un
pueblo feliz", lne siento inquieta: a un hOlTlbre feliz suelen pasarle desapercibidos
otros que no han encontrado ni la felicidad de ese otro ni la suya propia.
Pero un pueblo que se considera feliz suele atropellar a los que carecen de
aquella felicidad y de la suya propia.
La cara del político centellea en la pantalla del televisor. Su lTlirada se a lza,
uno vería ahora un pedazo de cielo si el político no estuviera en una habitación.
Un pedazo de cielo no se ve. Pero q u e el político se siente lTlaravillado e incluso
conlTlovido con su propia frase, eso sí se ve.
Apago el televisor. La cara ha desaparecido. La frase ha quedado suspensa en la
habitación. En la estantería callan los 10lTloS de los libros, apretados los unos contra
los otros. Busco con los ojos. Ojalá elnpezaran a hablar ahora los libros, confrontando
sus frases a la frase suspensa en la habitación. Podrían hacerlo de sobra. No lo
hacen.
BrinklTlann, Fassbinder, Kluge, Enzensberger: 16 en n ingún día fueron y serán tan
ilTlportantes COlTlO el equipo de fútbo l a l en~án en estos días.
En la habitación, la pared se vuelve delTlasiado blanca. La luz delnasiado estridente.
La silla delTlasiado dura. Tengo q u e levantarlTle y dealTlbular absurdalTlente por la
habitación, de un lado a otro.
A la lTlañana siguiente, calTlino por las calles de la ciudad. COlTlpruebo en todos los
transeúntes que pasan por lTli lado la veracidad de la frase: "SOlTlOS un pueblo fe liz".
Un lTlujer va cargada con dos pesadas bolsas de la COlTlpra. Un hOlTlbre cierra de golpe
la puerta del coche. De pie, forlTlando un círculo, cuatro hOlTlbres alrededor de la lnesa
en la tienda-café Eduscho. 17 Destornilladores y lTletros aSOlTlan por los bolsillos de
sus trajes azules. Un hon~bre está sentado solo en un banco leyendo el periódico.
Qujzás son "felices;'!>.
Delante de la estación, una ancian a tocando el acordeón. En la p unta de sus zapatos
está apoyado un letrero: "Aquí se hace lTlúsica para un necesitado". Delante
de unos grandes allTlacenes, un lTlendigo. Al lado de su sOlTlbrero hay un letrero:
"Estoy sin trabajo. Tengo halTlbre."
AT NEO
, " . LIT E R A T U R A '.
No son "felices". No pertenecen a ese pueblo feliz.
Compro un periódico. En un artículo no más largo que una mano con los dedos
estirados aparece doce veces la palabra "alemán". La primera frase: "Un año alemán."
La última frase: ('Un año alemán en el ajetreo mundial." En medio del texto
fue "acondicionada la alfombra de césped en el estadio Olimpia por un doctor alemán
del green." Poco después, en el texto, eran "acondicionados los tallos de hierba".
Luego la frase: "Una victoria sería con toda seguridad abono para el alma alemana."
Luego, en el mismo periódico, el título: "En 1989 menos recién nacidos alemanes
en la República Federal." El artículo mantiene lo que promete: se establece una
diferenciación entre el número de recién nacidos "alemanes" y el de recién nacidos
"extranjeros". "Los estadistas han proporcionado también datos, según los cuales
en el pasado ai10 murieron 87.000 alemanes más que no nacieron. Entre la población
extranjera, por el contrario, nacieron 71.000 niños más que personas murieron."
Cierro el periódico. Las frases permanecen suspensas en mi cabeza. Escucho atenta
mi reloj de pulsera. Su tictac es preciso. La manecilla da pasitos cortos y repentinos
de un número al otro. Tres niños juegan en un patio interior. No hablan alemán entre
ellos. Una mujer con un pai\uelo blanco en la cabeza los llama desde la ventana.
Cómo le retumbarían las sienes si leyera ese periódico.
El día se ha vuelto pequeño. Está al acecho. Voy cavilando sobre la palabra "alemán":
"ventana alemana, manilla alemana, castaño alemán, nube alemana."
Entonces, al anochecer, los hombres del equipo alemán de fiítbol aportan con sus
cuerpos la máxima contribución a la felicidad del pueblo. Los corchos de cava
y los petardos luminosos estallan.
Los luchadores por el ocio se saturan con la nación alemana. Banderas alemanas
inundan la noche. Llueve. La lluvia susurra. Empapa las banderas. Una lluvia de go·
tas pesadas y pegajosas.
Las gotas de lluvia alemanas.
Una gota habría bastado, pues el vaso está lleno.
Septiembre de 1990
Derechos de traducción amablemente cedidos por la editorial Europaische Verl.1gs.1/lstalt.
A T - N E O 51
.\ LIT E R A T U R A .
~ .
El país de la mesa de al lado
Entre las horas de llegada y salida de los trenes estaba yo sentada en el ca-fé
de la estación de Viena. Miraba a los viajeros para distraerme de mi propio
cansancio. Miraba con especial detenimiento a las personas que estaban so las
sentadas a una mesa. Quizás veía en ellos, sin saberlo, el cansancio causa-do
por los giros del paisaje, por el aire en el compartimiento, por el meneo
y el ruido de la velocidad.
Entonces se me detuvo la mirada en un hombre: en cómo aguantaba la cabeza,
en cómo apoyaba el codo encima de la mesa y reclinaba la frente en la mano,
en cómo aguantaba la taza de café, en cómo tenía puestos los pies debajo de la silla.
Su pelo, los lóbulos de sus orejas. También su camisa, su traje, sus calcetines hasta
los tobillos.
No eran los detalles en aquel hombre lo que me resultó tan extraño, que los conocía."
Era el conjunto lo que me llamó fuertemente la atención:" el reloj de pulsera
y los calcetines, la mano en la frente y el cuello de la camisa, el botón en la chaqueta
y el borde de la taza de café, la raya en el pelo y el tacón del zapato.
Por los altavoces, mientras a mí me golpeaban fuertemente las sienes en los oídos,
anunciaron un tren hacia Bucarest. El hombre se levantó y se fue.
El altavoz me dijo lo que yo había visto: el hombre era de Rumania.
y fue como un centelleo, un sinfin de cosas detrás de las cosas, lo que veía ante mis
ojos: todo un país en un hombre. Todo un país, que yo conocía, estaba sentado en la
mesa de aliado. Lo había reconocido al instante.
y no habría podido decir cómo lo supe ni qué me lo delató. Tampoco habría podido
decir por qué. Ni de dónde venía, esa inquietud, ese deseo de acercarme al hombre y de
decirle una frase. Y de no seguir mirando e irme inmediatamente. Y, de repente, esa
impresión de que ya no quiero estar sentada en mí, ni mirar desde mí, ni continuar
viajando conmigo. De dónde venía esa impresión. Y esa costura, como si propinscuidad
y lejanía se precipitaran la una sobre la otra cortándose a pedazos.
Cuando me fui de Rumania denominé ese irse como un "cambio de lugar". Me defendí
de todas las palabras cargadas de emoción. Nunca he utilizado los conceptos de "patria"
o de "añoranza de la tierra" .
Ipoetas y narradores alemanes contemporáneosl
YeI hecho de que aquí se me turbe la respiración cuando oigo a mi lado, por la calle,
casualmente, a gent~ hablando en rumano, eso no es añoranza. Tampoco es añoranza
prohibida, reprimida u oculta. No tengo pa labras para ello: es algo así como miedo de
haber sido alguien a quien no conocías. O miedo a ser algu ien, a quien uno nunca ve
desde fuera. O miedo a volverse alguien exactamente igual a otro, quitándolo.
y es el miedo de que pudiera o lvidar la lengua rumana de un momento al otro, o una
noche en un sueño medio aplastado. Ya sé que ese miedo no tiene fundamento. V, sin
embargo, ex.iste, como existe el miedo a olvidar cómo se coordinan los movimientos del
cuerpo, de un paso al otro, en medio de las escaleras.
En general, en los lugares en los que estoy, no puedo sentirme extraña. Tampoco puedo
sentirme extraña en todas las cosas a la vez. Me siento, al igual que otros, extraña
en algunas cosas.
Uno no puede pertenecer a lugares. Uno no puede sentirse como si estuviera en su
hogar en la piedra, en la madera, sea como sea y haga lo que haga, porque uno no es
de piedra ni de madera. Si eso es infortun io, entonces es ser extraño un infortunio.
Nada más.
En una calle comercial, allí donde terminan los tejados, hay un reloj. Tiene dos
manecillas y un péndulo. No tiene esfera. Detrás del mismo está el cielo vacío.
Miro hacia arriba y cada vez me da la sensación de estar mirando qué hora es en
mi garganta.
El reloj no marca la hora de mi reloj de pulsera. Marca el tiempo que ya pasó hace
mucho tiempo, hace ya años.
La hora que marca el reloj en el cielo es la hora bajo la tierra. Bajo la hora que marca
ese reloj me imagino cada vez la hora de los hombres que no pertenecen a ninguna
parte.
En la comisura de mis ojos parpadea ento nces el país de la mesa de al lado.
Octubre de 1990
Derechos de tradu cción amablemente cedidos por la edito rial Europiiische VerJagsanstalt.
A T - N E O 53
ce )
Los alemanes que habitan en la región histórica de
Banat (en español: "Banato") llegaron del Oeste y del
Sudoeste de Alemania ya en el siglo XVIII. Después de
largos años bajo dominio turco, Banat había entrado a
formar parte del Sacro Imperio Romano Germánico (en
alemán: Heiliges Rómisches Reich deutscher Nation),
el cual duró desde la Edad Media hasta el año 1806.
Los emperadores de la dinastía de los Habsburgos Carlos
VI, quien gobernó de 171! a 1740, y su hija María
Teresa iniciaron un programa colonizador a fin de repoblar
estos dominios arrasados por los estragos de las guerras
y a fm de reavivar el comercio. En 1992 todavía
vivían unos 175.000 alemanes allí, a pesar de que a par·
tir de 1989 la gran mayoría de alemanes en Rumania
regresaron a su antigua patria cultural, sufriendo no pocas
dificultades de integración.
2 Bucarest: Kriterion 1982 y Berlín: Rotbuch Verlag 1984.
En español: "Tierras bajas" (traducción propia del título).
3 Bucarest: Kriterion 1984 y Reinbek bei Hamburg:
Rowohlt 1996. En español: "Tango sofocante" (traducción
propia del título).
4 Berlín: Rotbuch Verlag 1989. En español: "Viajera con
una pierna" (traducción propia del título).
5 Berlín: Rotbuch Verlag 1986. En español: "El hombre
es un gran faisán en el mundo", traducción de Juan José
del Solar, Madrid: Siruela 1992.
6 Reinbek bei Hamburg: Rowohlt 1994. En español: "Bestia
de corazón" (traducción propia del título).
7 En español: "El zorro el cazador" (traducción propia
del título).
8 Reinbek bei Hamburg: Rowohlt 1992. En español: "La
piel del zorro", traducción de Juan José del Solar, Barcelona:
Plaza & Janés 1996.
9 Reinbek bei Hamburg: Rowohlt 1993. En español: "El
vigilante toma su peine" (traducción propia del título).
10 Reinbek bei Hamburg: Rowohlt 2000. En español: "En
el nudo del cabello vive una Señora" (traducción propia
del título).
11 Reinbek bei Hamburg: Rowohlt 1997. En español:
"Hoy hubiera preferido no encontrarme" (traducción
propia del título).
12 En español: "Una gota alemana y el vaso está lleno"
(traducción propia del título).
13 El 4 de julio de 1954, fecha en la que Alemania ganó
el campeonato mundial de nabal y fecha, también, en
la que una nación vencida adquiría con ello una nueva
conciencia de sí misma, constituye uno de los momentos
más "importantes" en la historia de la posguerra. A
partir de "el milagro de Berna", el equipo de fútbol alemán
se convirtió en algo mítico, cuya función catártica
a nivel político no debe ser menosca bada. El concepto
54 A T - N E O
r '
de "pueblo" aplicado al grupo humano histórico-cultural
alemán ha quedado -como tantos otros conceptos-
irremediablemente cargado de connotaciones negativas
desde la Segunda Guerra Mundial.
14 En español: "El país de la mesa de al lado" (traducción
propia del título).
15 Hamburgo: Europaische Verlagsanstalt 1992. En español:
"Una patata caliente es una cama caliente" (traducción
propia del título).
16 Herta MüUer menciona aquí a cuatro intelectuales alemanes
que, al igual que ella, observaron u observan la
sociedad con mirada critica. RoIfDieter Brinkmann, poeta
y prosista, nació en Vechta en 1940 y falleció en londres
en 1975 de accidente de coche. Su obra da inicio
a la literatura alemana "underground". Perteneció a la
escuela del Nuevo Realismo de Colonia, la cual se caracterizó
por sus visiones casi apocalípticas de la sociedad
y por su aversión hacia los valores de nuestras culturas
occidentales. La cámara de Rainer Werner FaEbinder,
conocido cineasta, actor y director de teatro, nacido en
Bad W6rishofen en 1946 y fallecido en Munich en 1982
a causa de una sobredosis de cocaína y somníferos, enfocó
con predilección a grupos marginados. Mostró tener
una sensibilidad muy aguda para caracterizar relaciones
humanas. Sus películas son testimonio de una visión
pesimista del hombre, al mismo tiempo que logran
expresar hondos sentimientos. Alexander Kluge, cineasta,
escritor y jurisprudente, nació en Halberstadt en
1932. Su técnica se caracteriza por una mezcla de hechos
reales y de ficción, por una analítica documentación de
la realidad, situando las escenas captadas en nuevos contextos.
Hans Magnus Enzensberger, escritor alemán
nacido en 1929 en Kaufbeuren, destacó ya desde el inicio
de su actividad creadora por saber plasmar en sus
poesías una profunda actitud crítica para con la sociedad
actual.
17 Nombre de una cadena alemana de establecimientos
en los que se puede comprar y tomar un café de pie.
18 Se ha respetado aquí una construcción sintáctica poco
usual para la lengua alemana que resulta más bien coloquial
en español.
19 En el texto original alemán figura la palabra Schliifen,
"sienes", plural de SchJaf, "sueño", denominado así por
ser el lugar donde apoyamos la cabeza al dormir. En
alemán se usa mucho y en muchos contextos ese concepto,
también en la vida cotidiana: en los cortos textos
aquí escogidos sale tres veces en total. Dado, sin
embargo, que en español las expresiones "sien" o "sienes"
se usan raramente, se ha optado en esta ocasión
por una traducción a nivel semasiológico. En los demás
lugares se ha traducido literalmente.