ORO GARCíA CABRERA EN EL TERITORIO
l)E LA PALABRA y DEL COMPROMISO
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RAFAEL FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ
El poeta tiene heridas en todo el cuerpo, pero en
el alma no, porque la esperanza lo mantiene.
Domingo Pérez Minik
eguimos celebrando los centenarios de los autores canarios de la generación
de la República. Ahora, ya a la vista de 2005, le toca a Pedro
García Cabrera, una de las mejores voces que ha sabido interpretar
en momentos de dolor y de alegría la lucha del canario de mirada
universal, eso que Domingo Pérez Minik llamaba la condición humana del
insular. El autor de la Facción española surrealista de Tenerife habla con un desvelamiento
pocas veces intuido en nuestras letras canarias en e! Prólogo a La
esperanza me mantiene (1959) sobre esa copla popular que comienza con ''A la
mar fui por naranjas", voz anónima que el crisol poético de García Cabrera
supo trascender desde la isla gomera "al pico de águila de lo universal":
y llega la hora de ese feliz hallazgo que le dice que en estos versos
está encerrada toda la condición geográfica y metafísica del hombre
insular. Para existir, este hombre necesita ir todos los días al mar en
busca de naranjas. Es la única manera de subsistir en ese su terrible
aislamiento y perenne condenación.
Han transcurrido más de veinte años del fallecimiento del poeta y su presencia
poética y moral no se ha difuminado entre los jóvenes autores de las Islas. Ya
en una ocasión dije que tras los avatares muy duros por los que tuvo que pasar
García Cabrera -cárce!, persecución, trasterro, libertad vigilada, etc.- jamás fue
CUADERNOS DEL ATENEO 85
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un diletante y siempre estuvo preocupado por desentrañar las
raíces insulares con fl o raciones universales. Al abarcar toda
su obra con una lectura de conjunto, sorprende que siendo el
poeta de más amplia trayectoria de los de su época y habiendo
transcurrido su vida literaria en compañía de diversas tendencias,
siempre se mantuvo fiel a su compromiso con el hombre, en el
sentido más ontológico de la expresión, y con la renovación expresiva
de los lenguajes artísticos; incluso cuando su pensamiento
político, como luchador antifranquista duramente represaliado
en la guerra y en la posguerra por mantener su ansia de libertad,
coincidió con las tendencias neorrealistas, siempre mantuvo esa
doble fidelidad. Por eso la crítica, sorprendida, ha destacado en
las últimas obras de Pedro García Cabrera la riqueza y el vigor de
sus imágenes poéticas, cuya raíz hay que encontrarla en el espíritu
de las vanguardias históricas, al que se entregó en cuerpo y
alma el autor de Transparencias fugadas (1934) y de Dársena con
despertadores (1936).
UNA N UEVA ANDADURA ANCLADA EN SUS RAíCES
Con Dia de alondras (1951)1 Pedro García Cabrera inicia
una nueva etapa poética, un nuevo período que hunde sus
raíces creativas en tiempos precedentes. Por ejemplo, si elegimos
la época inmediatamente anterior a la guerra civil, esto es,
desde 1934 hasta 1936 encontramos tres vías: una, que arranca
de Líquenes (1928) y sigue en Romancero cautivo (1936-1939);
otra que, teniendo parte de su origen en Líquenes, sigue en
Transparenciasfogadas (1934) yen La rodilla en el agua (1934-
1935) [1981]; y una tercera, de carácter surrealista, que se inicia
con Los senos de tinta (1934) y continúa con Entre la guerra y tú
(1936-1939) y Dársena con despertadores (1936). Hoy sabemos
que parte de la peculiar construcción de la imagen, de la metáfora
y símbolos de Pedro García Cabrera, incluso de sus versos
más felices y creación de un universo propio, descansa en una
línea discontinua que de Transparencias fogadas -y alimentándose
de recursos y hallazgos de estilo de su escritura surrealista,
en especial la referida a Entre la guerra y tú- espiga en algunos
libros, tales como La esperanza me mantiene, ya en 1959, en este
período al que nos vamos a referir.
86 CUADERNOS DEL ATENEO
Día de alondras es un libro importante, como recuerda
Sebastián de la Nuez, "para la vida literaria de su auror y de
la poesía canaria en general"2. Este conjunto, formado por
romances, romancillos y canciones es el primero que publicó
García Cabrera después de la guerra.
Como no podía ser de otra forma Gerardo Diego, el autor
de Alondra de verdad (1943), escribió en 1952 una atinadísima
recensión de este libro, conectándolo con lo él llamó el panorama
poético españoP, lo que fue importante para la posición
que ocupaba la poesía del autor gomero dentro del conjunto
literario español.
También Nilo Palenzuela Borges, estudioso y editor de Pedro
García Cabrera4
, encuentra en la definición simbólica de
'alondra' del filósofo y crítico literario francés Gaston Bachelard5
-'pura imagen espiritual que sólo encuentra vida en la imaginación
aérea como centro de las metáforas del aire y de la ascensión'
- una manera precisa para aplicarla al «sentido del aire» propio
de Transparencias fogadas (1934) y a "la ausencia" en Hom-bros
de ausencia (1942-1944). He aquí el otro rasgo del quehacer
poético de Pedro García Cabrera: lo que podría denominarse la
«organicidad» compositiva, en virtud de la cual composiciones
dialogadas en el tiempo se conectan en el proceso global de la
creación. Si miramos hacia atrás, vemos que esa peculiaridad se
mantiene en su primera etapa: La rodilla en el agua, en relación
con Transparencias fogadas representa también el segundo eslabón
en cuanto a lo que Andrés Sánchez Robayna denomina la concepción
de "crecimiento poético "como" una sucesión creadora6
" . El
tercer elemento de tal sucesión reaparecerá como un guadiana en
1940 con el libro La arena y la intimidad. Es decir, Pedro García
Cabrera desarrolla su obra según un criterio "de organicidad y de
crecimiento", lo que indica también "una suerte de historicidad de
la escritura?". Peculiaridad observable en otras etapas de su obra,
por ejemplo, la correspondiente a Hombros de ausencia (1942-
1944) o a La esperanza me mantiene (1959).
Si observarnos ese rasgo en Día de alondras, García Cabrera
indica en el Prólogo del libro, fechado el 3 de julio de 1946,
que "Este cuadernillo poético se desliza por la misma línea,
desde el punto de vista tectónico, de Transparencias fugadas".
CUIIDERNOS DEL ATENEO 87
Ya continuación explica las diferencias del impulso creativo y de carácter
compositivo de ambas obras:
En Transparencias fugadas se descendió de lo abstracto a lo
concreto Partiendo de una vivencia intelectualista, de la capacidad
cósmica del juego, del placer de gozar de la propia
aventura en el ámbito de sí mismo, fue objetivada esa pura
sed metafísica en el aire en movimiento, en un como anhelo
jubiloso de recorrerse en volandas. El aire, aLLí, se humanizó
levemente, a la manera de un intelecto, en la medida que
recuerda el rumor de una caracola.
Hombros de ausencia, por el contrario, no fue amadrinado
por ninguna preocupación de índole intelectual { . . } Ha
ascendido, pues, de lo concreto a lo abstracto. A pesar de eLLo,
no deben ser consideradas ninguna de las variaciones del
poema, ninguno de sus tiempos líricos, como un paisaje de
abstracción, sino, todo lo más, como un análisis espectral de
la ausencia
Sobre el endecasílabo de los 28 poemillas que constituyen Hombros
de ausencia, Pedro García Cabrera lo justifica de una forma sencilla,
pues surgió «como cauce natural que condujese el agua de río de este
poema. En una identidad de rostro y espejo. Como dos amantes en su
noche de bodas».
Si bien Día de alondras es un libro que actúa de puente entre el afán
vanguardista del primer Pedro García Cabrera y la poesía que se hacía
en la inmediata posguerra española, no ceja nuestro autor en deslizar las
preocupaciones por el hombre acorralado, pero desde una perspectiva
de renovación formal, lejos de los presupuestos de la llamada poesía
social.
La esperanza me mantiene (1959)8 representa el mejor de los momentos
de la segunda etapa poética de Pedro García Cabrera. Al
comentar Domingo Pérez Minik en el Prólogo la copla popular que
motiva el poemario
A la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene.
Metí la mano en el agua:
la esperanza me mantiene
como una secreta invitación del mar al poeta, acierta plenamente en
desvelar el juego dialéctico entre realidad y absurdo que envuelve el
sentido de la copla, lo que conduce a una tensión poética de gran rentabilidad
lírica: "Esta lucha entablada, a través de cuatro versos bellísimos,
entre la realidad y la realidad ha de marcar muy poderosamente
toda la creación de nuestro poeta".
La crítica está de acuerdo en que este libro representa la humanizació
n de la voz poética sin abandonar hallazgos poéticos provenientes
de la etapa anterior, de las vanguardias históricas. Ahora se pasa a un
mar henchido de sentido ético frente al que veíamos en obras de la
primera etapa (Líquenes o La rodilla en el agua). El mar es el referente
principal a través del que el poeta anhela la libertad en un sentido
amplio y también específico en una época de dictadura. Como un
"ritornello", cada poema concluye con la esperanza de que ese deseo
se cumpla, aunque sea imposible por el momento, aunque parezca tan
absurdo como obtener naranjas del mar. Así la búsqueda de su voz,
de los amigos ahogados, de la paz, de su infancia, de un hijo, de la
libertad, de su sueño, de la patria, de las islas ... De todo eso, le ruega
al mar
que no hagas naufragar a mi palabra
ni apagar el amor que la mantiene.
Con la última composición el poeta da la palabra al mar, quien
mantiene el espíritu de rebeldía y libertad que le viene de antiguo,
hasta lograr que el llanto procure el germen de la alegría. Canto de
esperanza desde el dolor y la impotencia.
Pedro García Cabrera publica dos libros en 1968: Entre cuatro paredel
y Vuelta a la isla1o• Dos obras que pertenecen a épocas distintas
y que encierran distintos objetivos y calidades poéticas también diversas.
El lector de la época se encontró de pronto con dos formulaciones
poéticas, una que venía de finales de la década de 1940, con un García
Cabrera enclaustrado por razones gubernativas en su casa de Tacoronte,
y otro que miraba con anhelo el reencuentro con su isla y sus
islas; la primera enraizada en la exploración de lo familiar y cercano;
la segunda ahíta de rostros y paisajes reconocibles de la geografía de
Canarias.
Vuelta a la isla es un recorrido por Tenerife y por parte del Archipiélago
en 37 romances y dos poemas de metro endecasílabo dedicados
a esa misma isla Nivaria ("Nana de una isla") ya su capital ("Canto a
CUADERNOS DEL A TENEQ 89
Santa Cruz") significa la plasmación de
una geografía poética o interiorización
del mundo insular. El mar, primero, es
padre, generador, y luego se transforma
en nodriza.
Este recorrido geográfico no favorece
el rono poético del conjunto de
la obra de Pedro García Cabrera, pero,
según escribe el autor en el prefacio, no
pretende ser "una descripción geográfica,
sino una versión personal".
En 1949 compuso el primero de los
poemas de Entre cuatro paredes, titulado
"Compañera te doy". El tema es el del
hogar como dice el autor en las palabras
previas a la obra. El poeta organiza el
conjunto en tres secciones: "Este lugar
en que vivo", "Tiempo de vacaciones"
y "Hogar en volandas", partes disímiles
en que se combina las referencias
al hogar, a la familia y a los amigos,
aquellos que se apiñaron en la adversidad
de los campos de concentración y
del destierro. Hay, pues, una gran dosis
de presencia emotiva que viene desde
el amor a la compañera que transforma
en hálito cálido el espacio de las cuatro
paredes y, también, otra de ausencia de
los amigos que se fueron quedando en
las vueltas de los caminos adversos de
la vida. Como ha precisado Nilo Palenzuela,
el libro representa el encuentro
con lo cotidiano; además, habría que
añadir, del despliegue de ternura y
emoción que encierran las veintidós
composIciones.
En lo formal, también se aproxima
a formas poéticas nerudianas cuando
dirige su mirada a un objeto cotidiano
9 O CUADERNOS DEL ATENEO
como «La escoba» y, a la vez, anuncia
-como ha señalado Sebastián de la
Nuez- sus elegías "muertas de ham-b
re " .
La década de 1970 la abre nuestro
poeta con dos obras también de momentos
distintos, aunque las dos pertenezcan
a su segunda etapa. Me refiero a
Hora punta de hombre (1970) 11 Y a Las
islas en que vivo (1960-1967) [1971]12.
Desde una perspectiva no descriptiva,
en Las islas en que vivo se establece
un diálogo del poeta con lo insular
representado más por el océano que
baña las Islas que por el propio territorio,
el litoral y la tierra adentro. Es una
interlocución poética que Sebastián de
la Nuez denomina "dialogo del conocimiento".
Las composiciones están
dedicadas a los amigos escritores.
Hora punta del hombre es ya una
obra que sanciona el proceso de
contenido social que iniciara con La
esperanza me mantiene (1959) y se prolonga
hasta Hacia la libertad (1978).
Pedro García Cabrera organiza esta
obra en dos secciones: "Los robots dan
la cara', esto es, nueve composiciones
que representan ocho noches y alba, y
toman la forma de noches de silencio
amordazado rotas por el alba. "Primer
plan de soledades", formado por cinco
composiciones o respuestas que ofrecen
distintos sectores de la sociedad a la
angustia que produce el terror de la
dictadura. De esta forma, los catorce
poemas orbitan en torno a la esperanza
de dar respuesta a la maquinaría de
destrucción de los robots con sus ocho
brazos-poemas, trasunto del terror del
aparato de poder franquista, y de transformar
la pesadilla en voz esperanzada.
Como podemos ver, es ésta una poesía
social pero como han indicado Nilo Palenzuela
y Sebastián de la Nuez, apunta
más al hondón del hombre y menos a
los aspectos más externos de las circunstancias
históricas.
Se cierra la década y el último ciclo
de Pedro Carda Cabrera con Elegías
muertas de hambre (1975) '3, Ojos que
no ven (1977) '4 Y Hacia la libertad
(1978)'5, tres libros que están insertos
en lo que se denominó poesía de urgencia,
muy apegada a la realidad de
la transición democrática, a las circunstancias
históricas de ese momento.
Elegías muertas de hambre es la expresión
del progresivo compromiso de
Pedro Carda Cabrera con los grandes
problemas sociales: el hambre, la ruptura
del equilibrio ecológico y la falta
de libertad. Las once composiciones
CUADERNOS DEL A TENED 91
las dedica el poeta a la UNICEF, pues el contenido elemental de
ellas está representado por el frijol, el arroz, la lenteja, el trigo, etc.,
elementos humildes y esenciales de "La mesa está servida" a los que
el poeta da la palabra. Si bien es una poesía más de militancia en
contra de las injusticias y del hambre en el mundo, lo que la hace
ser casi panfletaria, no pierde García Cabrera la arboladura en la
que sabe navegar con éxito: el vigor en el manejo de las imágenes,
sorprendentes mástiles gracias a los que nunca naufraga la voz poética.
Así dirá el trigo -siempre con el tono sentencioso de todos los
poemas:
Traía de la noche de la nada
mi corazón de estrella,
ya vencidas
las discordias del fuego.
Ojos que no ven es el título común de los veintitrés poemas que
publicó en la colección "Paloma atlántica poesía". Visión de un
mundo que cierne su peligro sobre la humanidad; contaminación,
tráfico, odios e insolidaridad. Se observa la unión entre el
giro coloquial y la metáfora. Algunas composiciones se relacionan
con las de Elegías muertas de hambre, en cuanto se refieren a
los alimentos más pobres. Pero incluso en un libro tan de temas
sociales y de tono airado (aunque también emplee la ironía)
aparecen composiciones próximas al estilo vanguardista.
También aparece el intento de definir su propia poética de
contenido social en "Soliloquio a un poeta":
Mas allá de metáforas
la naranja del mar está esperando
redondear el mundo de tu mano.
Hacia la libertad está formado por diez poemas cortos y diez
aguafuertes de Jesús Ortiz. Esta colaboración ya se había dado entre
poeta y artista en Hora punta del hombre, en 1970. Como ya
señaló en su momento Nilo Palenzuela es obra referida y apegada a
la atmósfera política del momento, como podemos ver en el poema
''Amnistía'', en que el poeta pide amnistía para los otros y para lo
otro, en especial-personas y cosas- humildes, privados de libertad;
de ahí que cierre el desideratum poético con estos versos:
Pido amnistía, en fin, para la sed
de los que están buscando día y noche
el vaso de agua de la libertad.
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PROYECTOS DE LIBROS Y CUADERNOS POÉTICOS (1947-1980)
Ya en el Congreso de Cultura de Canarias, organizado por la
Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias en
e! Ateneo de La Laguna e! 21 de noviembre de 1986, presenté una
comunicación sobre la obra en prosa de! poeta y e! Catálogo de la
Obra Inédita de Pedro García Cabrera (1982-1984)16. A partir de ese
catálogo se publican en e! volumen III de las Obras Completas aquellos
proyectos de libros y cuadernos poéticos que García Cabrera no había
publicado pero que en su gran mayoría dejó ordenados y listos para
su publicación.
Muchos de ellos no benefician e! tono de excelencia de la poesía
de Pedro García Cabrera, pero después de catorce años de publicados
ya forman parte de los lectores de! poeta gomero.
Las primeras composiciones corresponden a 1947, coincidiendo
con la concesión de su libertad condicional y su regreso a Canarias,
con posterioridad a la guerra civil.
Y las últimas, ya en 1980, acogen una última pero breve fase
muy feraz de García Cabrera: 1979-1980, a juzgar por lo que representa
en e! conjunto de la obra que se mantuvo inédita hasta
1987.
Un primer cuadernillo de cuatro poemas compuesto en Tacoronte
en 1947 es Odas de vidrio, madera y cartón, conjunto que dialoga
con otros libros que sí publicó: Día de alondras y La esperanza me
mantiene. Nos interesa aquí señalar esas concomitancias entre la
obra publicada y no publicada por Pedro García Cabrera, pues en
ocasiones se observa que los textos que no llegó a publicar suelen
ser versiones más o menos próximas, o tratamiento similares de
libros publicados hasta 1978. Así, Rescate del hombre, 23 poemas
incompletos compuestos entre 1949 y 1968, presenta concomitancias
con Las islas en que vivo, aunque e! publicado es posterior en su
gestación. En ambos se observa la recurrencia de la fusión poética
entre hombre y paisaje. Esa lucha entre esclavitud -isla- y libertad
-mar-, que destaca Sebastián de la Nuez en su estudio introductoria
de! volumen III de las Obras Completas de Pedro García Cabrera
CUADERNOS DEL ATENEO 93
conciencias irreconciliables: el saberse en el paraíso y en el purgato-
. ..
no a un mlsmo tiempo.
Otros dos proyectos de libros son El mar tocayo mío y El verso
que salta. El primero está compuesto entre 1967 y 1979 Y se desarrolla
en torno al mar y a la identificación del poeta con el océano.
Desde Líquenes el poeta no ha cejado de acercarse a ese espacio
marino como ámbito vital y como lugar en que la experiencia de
la vida, del arte y de la esperanza signa el destino del insular. Las
quince composiciones que forman El verso que salta tienen en común
la proximidad del mar, ya sea el de Canarias, el de Suecia o
el de Italia, yel territorio, siempre distinto, desde donde el poeta
eleva su voz ecuménica: Granadilla, Córdoba o Guernica, lo misma
da.
Junto con esas muestras poéticas más o menos articuladas alrededor
de un tema que ha ido emergiendo en otras obras publicadas
del poeta, Garda Cabrera compone entre 1974 y 1979 una obra
dispersa en cuadernos que organiza como auténticos proyectos de
libro. Entre ellos, citaríamos aquí Suite majorera, La blanquísima
soledad, Leda de alcoba y Llevadme con vosotros.
De nuevo el mar está presente en la obra de Garda Cabrera: La
blanquísima soledad lleva por subtítulo Poema de la sal, escrito en
Tenerife en 1978. El propio poeta preparó una introducción explicativa
("Génesis de esta sal") de los siete poemillas en los que se da
la conjunción de mar y sal. El poeta canta la metamorfosis de la sal
en pan de mar, alimento del espíritu, amante fructífera:
Oh sal, oh percutora
de los labios que besan y sonríen,
oh blanquísimo trigo de la mar.
En Suite majorera el mar se humaniza visto a ras de la tierra de
Fuerteventura. Ese mar se hace esposa enamorada, donde el poeta
oye -silabear la juventud del hombre-o Toda la iconoclasia a la que
perteneció la juventud de Garda Cabrera "replicaron" a don Miguel
de Unamuno, quien no quiso ser maestro como Ortega: Pérez
Minik lo pensó, lo dijo y lo escribió así desde la crítica; nuestro
poeta lo hace desde la voz poética que, como señala certeramente
Sebastián de la Nuez, "el temperamento poético de García Cabrera,
formado entre el vanguardismo y el compromiso, no podía estar
conforme con las meditaciones sobre las metafísicas del aislamienro".
Así en el poema de esta Suite titulado "Réplica a Unamuno",
compuesro el 11 de julio de 1974, dirá: "Y es inútil que quiera
soslayarlo / buscando metafísicas quimeras, / poniendo en un corral
las lejanías". Pero será el poema "Ante el monumento a Unamuno",
compuesro tres días después que el anterior, también en Corraleros,
el que ensimisme dolorosamente al poeta por la "visión" de una
soledad sobrecogedora:
entrad, entrad en el bolsiLLo
de Montaña Quemada,
dejando en sus adentros
un barroco auLLido desterrado.
El itinerario poético de García Cabrera corre parejo con el ideológico
y vital. No hay fisuras entre esos veneros que dan el retrato
cabal de este canario del siglo XX, combatiente republicano en la
guerra civil, luego condenado a muerte y, al fin, en libertad vigilada,
regresa a Canarias en 1947. Formado en el ambiente artístico de
las vanguardias históricas, se entregó a los movimientos estéticos
de las décadas de 1920 y 1930, en especial al neopopularismo y
al surrealismo. De ambos mantendrá los filones poéticos de más
quilates. Ambas actitudes, la estética y la ideológica, lo impulsaron a
que participara durante su juventud en primera fila en las iniciativas
editoriales más avanzadas en Canarias (Cartones, Gaceta de Arte) y
también se colocara en la vanguardia de las ideas sociales y políticas,
reuniéndolo todo en un afán común de libertad para el hombre
creador y para el hombre social. Mantuvo lo mejor de esa herencia
durante la segunda etapa de su obra, la que se abre después de la
contienda civil, y sigue a lo largo de toda la dictadura del general
Franco, hasta superarla unos años, pues fallece García Cabrera en
1981. Y esa línea de excelencia poética se mantiene a través de dos
obras centrales: Día de alondras y La esperanza me mantiene. En las
dos se encuentra la herencia de la renovación estética heredada de las
vanguardias y la palabra que medita sobre el discurso de la libertad
del hombre, la esperanza y la tolerancia. Tenemos así, a un poeta,
Pedro García Cabrera, inserto en el territorio de la palabra y del
compromiSO.
C UADERKOS DEL ATENEO 95
NOTAS
1. Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1951 [Ilustraciones de Felo Monzón]
2. Obras Completas, I-IV, Sebastián de la Nuez editor, 11, Consejería de Cultura y Deportes del Gobierno
de Canarias, 1987, pág. 9.
3. El Día (Santa Cruz de Tenerife) , 21 de marzo de 1952.
4. Véase, entre otros trabajos de N. Palenzuela sobre García Cabrera: 1. Pedro Garda Cabrera. El
hombre en función del paisaje, Santa Cruz de Tenerife, LC: Materiales de Cultura Canaria, Nilo
Palenzuela ediror, 1981. 2. Obras Completas, I-1V, Nilo Palenzuela ediror, 1, Consejería de Cultura
y Deportes del Gobierno de Canarias, 1987. - 3. El primer Pedro Garda Cabrera, Las Palmas
de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular, 1991.- 4. "La aproximación surrealista de
Pedro García Cabrera", en Homenaje a José Pérez Vidal, Santa Cruz de Tenerife, Universidad de
La Laguna, 1993, pp. 629-648.- 5. Visiones de "Gaceta de Arte'; Las Palmas de Gran Canaria,
Ediciones del Cabildo Insular, 1999.- 6. Poemas / Pedro García Cabrera; selección y estudio de
Nilo Palenzuela, Santa Cruz de Tenerife: InterSeptem Canarias, 2004.
5. G. Bachelard (Bar-sur-Aube 1884 - París 1962) establece la relación entre realidad e imaginación
a partir de los elementos como fuego, agua o aire. Para él la imaginación es la facultad de formar
imágenes que superan lo real.
6. Pedro Garda Cabrera. Homenaje de la Universidad de La Laguna, La Laguna, 1981, pago 12.
7. Ibídem.
8. Madrid, Gráficas Arges, 1959.
9. Entre cuatro paredes, Santa Cruz de Tenerife, Gaceta Semanal de las Artes, (1949-1 963) [1968]
10. Vuelta a la isla, Santa Cruz de Tenerife, Caja General de Ahorros. 1968.
11. Domingo Velázquez, ed., dibujos de José Ortiz, Las Palmas de Gran Canaria, La Quincena,
1970.
12. Santa Cruz de Tenerife, Nuestro Arte, 1971
13. Madrid, Adonais, 1975.
14. Madrid, Taller EdicionesJ .B., 1977.
15. En colaboración con el artista Jesús Orriz, Santa Cruz de Tenerife, 1978.
16. En la Introducción al volumen IV de las Obras Completas, nota 1 de la página 8 se indicaba que es
"E I autor de esta Introducción quien I1?dactó entre 1982 y 1984 un Gadlogode la Ohm Inédita de Pedro
GarcúzCabrera" .
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