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BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS* LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE Fecha de recepción: 2 de mayo de 2005 Resumen: La bibliografía canaria es un tema todavía pendiente de una revisión minuciosa. En la actualidad contamos con dos breves contribuciones debidas a los doctores Andrés Sánchez Robayna y Javier González Antón, por una parte, y Juan Delgado Casado por otra. Estas publicaciones tratan sobre los principales reper-torios relativos al archipiélago. No obstante, la brevedad de ambos textos hace ne-cesario realizar un análisis más detallado sobre las vicisitudes isleñas de esta disci-plina. El objetivo de este artículo es, por tanto, proporcionar una visión general de la ciencia bibliográfica en esta tierra. Así, se menciona a sus estudiosos, las insti-tuciones más comprometidas con su desarrollo, las posibles etapas en que pudie-ra dividirse, y sobre todo, se ofrece un breve análisis de los trabajos relativos a la misma. Finalmente, el artículo presenta un repertorio sistemático a partir de las obras citadas. Palabras clave: bibliografía; obras de referencia; fuentes de información; reper-torios; biblioteconomía; Canarias. Abstract: The Canary bibliography is still an open topic which needs a more detailed revision. At present we have two brief contributions made by Dr. Andrés Sánchez Robayna and Javier González Antón on the one hand, and Juan Delga-do Casado on the other. These publications deal with the main inventories of books concerning the archipelago. Nevertheless, the brevity of both texts made it necessary to carry out a more detailed analysis of the vicissitudes of this discipline in the islands. The aim of this article, therefore, is to provide a general vision of the bibliographical science in this land. It mentions its researchers, the institutions most concerned with its development, the periods in which it might be divided, and above all, it presents a brief analysis of the studies relating this issue. Finally, the article provides a systematic repertory from the cited works. Key words: bibliography; reference books; information sources; repertories; li-brarianship; Canaries. 1 INTRODUCCIÓN La producción intelectual que ha generado una sociedad a lo largo de su historia es, tal vez, el mejor indicador posible para *Las ilustraciones de este artículo pertenecen a El Museo Canario. 28 evaluar la riqueza de sus miembros. Es, seguramente, esta con-cepción la que propició la compilación de los primeros reperto-rios bibliográficos de ámbito local o regional, y sin duda es el in-terés por conformar un corpus intelectual canario lo que llevó a los primeros investigadores de esta ciencia a conformar sus res-pectivas obras. En la actualidad, los trabajos de bibliografía relacionados con Canarias, aunque no son excesivamente abundantes, conforman un nutrido conjunto de títulos que alcanza todas las ramas de es-ta disciplina. No obstante, se carece, a diferencia de otras muchas materias que se investigan en las islas, de una visión de conjunto que presente de manera general el desarrollo que ésta ha tenido en el archipiélago. Hasta ahora su nacimiento y evolución, los principales cultivadores que se han ocupado de ella o los ensayos bibliográficos de distinta índole que han ido configurando su de-venir se encuentran dispersos en una nebulosa que, en ocasiones, no permite vislumbrar cuál ha sido la aportación real de las islas en este terreno. En fecha reciente, además, se han publicado nu-merosos estudios sobre los principales repertorios tocantes a dis-tintas localidades o regiones peninsulares1. Se hace necesario, por tanto, abordar una primera aproximación al estado de la cuestión LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 1. Sirvan como ejemplo los siguientes artículos: CÁBANO VÁZQUEZ, José Ig-nacio. «La tipobibliografía en Galicia». Pliegos de bibliofilia, n. 20 (4.º trimestre 2002), pp. 29-60; CLEMENTE SAN ROMÁN, Yolanda. «Las tipobibliografías en Castilla y León». Pliegos de bibliofilia, n. 7 (3er. trimestre 1999), pp. 43-62; IDEM. «Tipobibliografía local de Madrid». Pliegos de bibliofilia, n. 11 (3.er tri-mestre 2000), pp. 45-56; IDEM. «Las tipobibliografías de Andalucía». Pliegos de bibliofilia, n. 16 (4.º trimestre 2001), pp. 47-68; REYES GÓMEZ, Fermín de los. «La imprenta en Toledo: estado de la cuestión». Revista general de información y documentación, v. 10, n. 2 (2000), pp. 25-32. Nótese que en todos los casos se trata de estudios tipobibliográficos. Ello no debe extrañar puesto que se es-ta llevando a cabo el proyecto tipobibliografía española, iniciado 1983 bajo la dirección de José Simón Díaz (Vid. SIMÓN DÍAZ, José. «Introducción a la “Ti-pobibliografía española”». En: MARTÍN ABAD, Julián. La imprenta en Alcalá de Henares (1502-1600). [Madrid]: Arco Libros, D.L. 1991). Todos los repertorios de este proyecto cuentan en sus preliminares, además, con una revisión de la tipobibliografía de la localidad estudiada. 29 de la bibliografía en Canarias que nos permita conocer los traba-jos culminados y las tareas pendientes aún por realizar. Para acercarnos a este objetivo se dedicará un primer aparta-do a enumerar los principales investigadores que han abordado el arte bibliográfico y las entidades que han fomentado y acogido en su seno estudios de este tipo. Ello nos permitirá tener una re-ferencia humana e institucional para profundizar en otros aspec-tos más concretos. A continuación, se presentará una propuesta sobre la evolución de la bibliografía isleña. Se trata de una clasi-ficación que posiblemente deba ser matizada y precisada a través de nuevas pesquisas, pero creemos de interés su formulación pa-ra así someterla a discusión. La parte central del artículo estudia los distintos ensayos que han conformado esta especialidad en el archipiélago. El análisis de estos trabajos se articula a través de una exposición por agrupaciones tipológicas (bibliografías de bi-bliografías, biobibliografías, tipobibliografías e historias de la im-prenta, topobibliografías y bibliografías temáticas, y repertorios corrientes), y dentro de cada una de las divisiones establecidas se organizan los correspondientes repertorios y artículos en orden cronológico y metodológico. Un tercer epígrafe recogerá unas breves conclusiones. Por último, estas líneas se cierran con un re-pertorio donde se presentan todos los trabajos bibliográficos de interés que se han conseguido localizar, organizados de la misma forma en que se disponen en dicha parte central, que esperamos agilice las consultas que se realicen al mismo. 1.1 BIBLIÓGRAFOS E INSTITUCIONES La bibliografía puede ser definida, de forma muy esquemáti-ca, como la disciplina que se ocupa del estudio de los impresos, aunque no debe ser ajena a los manuscritos, con el fin de buscar-los, identificarlos, describirlos y clasificarlos. Las tareas bibliográ-ficas, así, llevan consigo un arduo trabajo de escudriñamiento en bibliotecas y archivos, tanto públicos como semipúblicos o inclu-so privados. El fin último de este rastreo se cumple al conseguir BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 30 un precioso dato, localizar un raro impreso o completar el lista-do de un repertorio. En cierta manera, se trata de una ciencia amorfa que se llega a dominar a través de la lectura y de la expe-riencia, aunque requiere una preparación específica previa. De esta manera, los estudiosos que en Canarias se han deteni-do en la bibliografía regional y local proceden de muy diversos campos. En primer lugar, tenemos que anotar a los bibliotecarios y archiveros como Juan de Iriarte y Cisneros, que probablemen-te sea el primer autor canario que se interesara por la bibliogra-fía y entre cuya variadísima obra encontramos algunos importan-tes trabajos dedicados a la confección de instrumentos de descripción2. Otros nombres de obligada mención son Miguel Santiago Rodríguez, perteneciente al Cuerpo Facultativo de Ar-chiveros, quien se ocupó durante quince años de la sección bi-bliográfica del Anuario de estudios atlánticos y, además, confeccio-nó los catálogos de varias bibliotecas históricas3; Manuel Hernández Suárez, más conocido como colaborador de Millares Carlo, pero autor, asimismo, de variada obra bibliográfica, como veremos más adelante; Marcos G. Martínez, bibliotecario de la Universidad de La Laguna, responsable de la bibliografía del Anuario de estudios atlánticos hasta 1993; Víctor Macías Alemán, LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 2. Entre 1738 y 1739, siendo ya bibliotecario de la Real Biblioteca, confec-cionó el Yndice de todos los libros, obras y papeles manuscritos que fueron de don Luis de Salazar y Castro, Comendador de Zorita, del Consejo de S.M. en el Real de las Órdenes, Chronista mayor de Castilla y de las Yndias, que nunca fue im-preso. Más tarde, en 1762, compuso el catálogo de los códices griegos de la Re-al Biblioteca, cuyo primer volumen, único publicado, se editó en 1769 con el título Regiae Bibliothecae Matritensis Codices graeci mss. Iriarte escribió tam-bién otros catálogos de la Biblioteca Nacional que no llegaron a imprimirse, y colaboró además en la reedición de 1788 de la emblemática Bibliotheca hispa-na de Nicolás Antonio (Vid. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Biobibliografía de escritores canarios. Las Palmas de Gan Canaria: El Museo Canario; Cabildo Insular de Gran Canaria, v. IV, pp. 15 y 19-21). 3. Como ejemplos podemos citar: SANTIAGO RODRÍGUEZ, Miguel. Catálogo de la biblioteca cervantina de D. José María de Asensio y Toledo. Madrid: [s.n.], 1948 (Gráficas Ultra); IDEM. Obras antiguas impresas (siglos XVI, XVII y XVIII) de la Biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid: 1972 (Imnasa). 31 de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que es uno de los pocos bibliotecarios de formación específica que se han ocu-pado en Canarias de temas bibliográficos; y un largo etcétera. Un segundo bloque estaría formado por los historiadores, con José de Viera y Clavijo a la cabeza. En realidad, la práctica biblio-teconómica, y por tanto bibliográfica, ha sido tradicionalmente en España una labor de historiadores, y aún hoy día hay muchos profesionales de la Historia dedicados a estas tareas, a pesar de haberse generalizado los estudios universitarios de Bibliotecono-mía y Documentación. Otros historiadores que han destacado por su obra bibliográfica son, a modo de ilustración, Hans-Joa-chim Ulbrich, del Institutum Canarium de Austria; Luis Cola Be-nítez, que es además periodista; y Olegario Negrín Fajardo, espe-cialista en historia de la educación. Los bibliófilos puros, dedicados a la bibliografía en su sentido más auténtico, puesto que son los mejores conocedores de la im-portancia descriptiva de los repertorios para analizar el valor de las obras, están representados principalmente por firmas como Luis Maffiotte La Roche o Antonio Lugo y Massieu, cuyas obras bibliográficas han corrido suerte dispar. La bibliofilia unida a la erudición también ha dado valiosos frutos a la bibliografía cana-ria. De esta manera, sabios como Antonio Vizcaya dedicaron enormes esfuerzos a la confección de repertorios bibliográficos con un objetivo eminentemente compilatorio y para servir a la historia general de la imprenta. Otros investigadores con formación académica en los temas más variopintos, algunos de ellos especialistas y profesores uni-versitarios de diversas disciplinas, se han ocupado de reunir los datos de las obras fundamentales de sus respectivas áreas de co-nocimiento. Es el caso de Agustín Millares Carlo (Ciencias de la Documentación); Juan Régulo Pérez, Alejandro Cioranescu, An-drés Sánchez Robayna, Cristóbal Corrales Zumbado,Mª Ángeles Álvarez Martínez, Dolores Corbella o Francisco Salas Salgado (Filología); Antonio Machado o Keith Emmerson (Biología); Luis Bellón Uriarte (Ficología)... Además de ellos, numerosos autores BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 32 de formación autodidacta han aportado, si no su precisión biblio-gráfica, al menos sí su trabajo recolector de la producción impre-sa de los temas de su interés, como podemos ejemplificar en una obra de Florencio Rodríguez sobre la virgen del Pino y Teror. A todos estos autores es preciso sumar tres instituciones que se han distinguido por su preocupación sobre la investigación bi-bliográfica y que, en gran parte, han configurado el discurrir de la misma en el archipiélago. En primer lugar, es necesario destacar la labor realizada por la Sociedad Científica El Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, donde desarrollaron su labor perso-nalidades de la talla de Agustín Millares Carlo y Manuel Hernán-dez Suárez, en cuyo anuario fueron ambos responsables, en dife-rentes momentos, de la excelente sección «Registro bibliográfico», iniciada en fecha tan temprana como 1933 y de-dicada a recoger toda la producción intelectual de y sobre Cana-rias. Esta sección fue sin duda un acicate para el control biblio-gráfico en las islas, y fue la pizarra en la que aprendieron otras instituciones que se ocuparon más tarde de las mismas labores. El Museo Canario se propuso, en el mismo momento de su cre-ación en 1879, la tarea de recopilar físicamente toda la produc-ción impresa de las islas, para lo cual sirvieron de fondo inicial las excelentes colecciones de algunos de sus socios fundadores, co-mo Gregorio Chil y Naranjo, Agustín Millares Torres o Amaran-to Martínez de Escobar. Este objetivo colector, en línea con el moderno concepto de “biblioteca nacional” o “biblioteca regio-nal” 4, hace comprensible que sea precisamente en esta institu-ción donde se haga necesaria, y hasta primordial, la confección de un repertorio global de obras del archipiélago. Además, la exis-tencia de una asentada publicación como era El Museo Canario facilitó en su momento que esa labor se llevara a cabo de forma periódica y, por tanto, acumulativa. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 4. Este concepto prevé la recogida de todas las obras que traten sobre un determinado lugar (Canarias, en nuestro caso), además de todas las obras im-presas en ese ámbito o cuyo autor esté relacionado con él por razón de su na-cimiento o de su trayectoria vital. 33 Por otro lado, la revista El Museo Canario, a pesar de que la sección «Registro bibliográfico» cesó en 1965, sigue aún reco-giendo importantes artículos de investigación bibliográfica, lo cual hace que la institución no se haya desvinculado en absoluto de esta disciplina. Además, por las razones que acabamos de adu-cir, el propio catálogo de la biblioteca y hemeroteca conforma, a pesar de las carencias de las que siempre adolece la más rica de las colecciones, lo más parecido a una bibliografía general cana-ria. La segunda entidad que es necesario destacar es el Instituto de Estudios Canarios (IEC), con sede en La Laguna. Esta institución se fundó en 1932 bajo los auspicios de la Universidad de La La-guna5. Dentro del campo de la bibliografía, el IEC se ha revelado como uno de los pilares de esta ciencia. No hay que olvidar que la misma ha contado desde hace muchos años con una sección bibliográfica independiente. Ésta se encargaba de fomentar, tra-tar y publicar aspectos relacionados con la bibliografía local y re-gional del archipiélago. A su nómina han pertenecido intelectua-les de la talla de María Rosa Alonso, Juan Álvarez Delgado, Alfonso Armas de Ayala, Benjamín Artiles Pérez, Alejandro Cio-ranescu, Manuel Hernández Suárez, Andrés de Lorenzo-Cáceres y de Torres, Antonio Lugo y Massieu, Francisco Martínez Viera, Agustín Millares Carlo, Agustín Millares Sall, José Pérez Vidal, Juan Régulo Pérez, Miguel Santiago Rodríguez o Antonio Vizca-ya Cárpenter, los cuales conforman una buena muestra del «par-naso » de los investigadores isleños interesados por los quehaceres bibliográficos6. Tras unos años en letargo la sección fue recupera-da, y en la actualidad se encuentra bajo la presidencia del cate-drático Andrés Sánchez Robayna, quien ha mostrado siempre BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 5. GUIMERÁ LÓPEZ, Coriolano. La fundación del Instituto de Estudios Cana-rios: antecedentes: etapas iniciales (1930-1935). La Laguna: Instituto de Estu-dios Canarios, 1992. 6. Listados sobre los miembros de la Sección Bibliográfica del IEC pueden verse en la revista Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios desde el n. 1 hasta el n. 35. 34 una inclinación natural hacia esta disciplina. Por último, es obli-gado mencionar la edición de numerosas monografías centradas en temas bibliográficos y la existencia de un apartado específico en la revista Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, órgano científico de dicha entidad, que desde su rees-tructuración en 1993 se mantiene con carácter fijo y en el que se han recogido en exclusiva artículos bibliográficos tocantes con todos los aspectos de nuestra materia. Por último, es preciso reseñar la extensión de la UNED en Las Palmas, que a través de su Centro de Documentación Pedro Agustín del Castillo se ocupa de la mayor empresa bibliográfica llevada a cabo en la actualidad en el archipiélago. Este servicio de referencia es el único de las islas que nació teniendo la bibliogra-fía como exclusivo objeto de estudio, y surgió como una necesi-dad dentro del Seminario de Humanidades Agustín Millares Car-lo, que entre 1994 y 1998 se ocupó de la prestigiosa «Bibliografía atlántica y especialmente canaria», sección bibliográfica del Anuario de estudios atlánticos. La ambición del proyecto fue tal que en 1998 su coordinador, Antonio de Béthencourt Massieu, tuvo que crear el centro de documentación para hacerse cargo de estos trabajos en exclusiva, lo que ha facilitado el desarrollo de un repertorio acumulado de más de 85.000 entradas que hoy día puede consultarse en línea mediante la red electrónica global In-ternet. El Centro de la UNED en la capital grancanaria es, asimis-mo, el editor de la revista Boletín Millares Carlo (1980- ), cabe-cera que ha recogido numerosos artículos de temática bibliográfica, algunos de alcance estatal. Esta publicación, que surgió con la intención convertirse en memoria viva de Millares, ha incluido entre sus páginas artículos sobre todas las disciplinas documentales. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 35 1.2 ETAPAS DE LA BIBLIOGRAFÍA EN CANARIAS La historia de la bibliografía occidental fue dividida en varias etapas por Louise Noëlle Malclès7. A grandes rasgos, la estudiosa gala estableció distintos períodos, los cuales pueden reducirse de manera cronológica a las fases histórica o erudita, bibliofílica, ar-tesanal, y técnica. No obstante, la aplicación de estas divisiones al estudio de la evolución de esta disciplina en España ofrece algu-nos inconvenientes. Para solventar estos escollos, el profesor Ro-zas8 (seguido con posterioridad por Martín Abad9) propuso un nuevo modelo, que matizaba esta compartimentación y establecía las siguientes etapas para nuestro país: prehistórica u onomástica, nacional o erudita, histórica o bibliofílica, científica y técnica. A diferencia de los marcos propuestos con anterioridad, el ar-chipiélago canario, alejado de los principales centros educativos y culturales del continente, no conoció una evolución tan bien definida como han propuesto Rozas y Martín Abad, ni tampoco Malclès. La tardía introducción de la imprenta en estas peñas, que no llegó a materializarse hasta bien entrado el siglo XVIII, desembocó en que la mayor parte de los escritores naturales de estas tierras dejasen sus obras inéditas. Ello dificultaba en extre-mo cualquier intento de compilación bibliográfica, puesto que los manuscritos se hallaban en numerosas ocasiones en archivos personales o familiares de difícil acceso y, por tanto, la enumera-ción de una relación de autores naturales de esta región resulta-ba en extremo complicada. Además, la geografía canaria, frag-mentada en islas, dificultaba aún más un conocimiento global de sus hijos más ilustres y no facilitaba en manera alguna la apertu- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 7. MALCLÈS, Louise Nöelle. La bibliografía. Buenos Aires: EUDEBA, cop. 1960; IDEM. Manuel de bibliographie. Paris: Presses Universitaires de France, 1963, pp. 11-21. 8. ROZAS, Juan Manuel. Los períodos de la bibliografía literaria española ejemplificados con los bibliógrafos extremeños. Cáceres: Universidad de Extrema-dura, 1983, pp. 16-44. 9. MARTÍN ABAD, Julián. La imprenta en Alcalá de Henares (1502-1600). Madrid: Arco Libros, 1991, v. 1, pp. 17-18. 36 ra de una oficina tipográfica, puesto que una vez que ésta se es-tableciera se vería obligada a exportar las piezas impresas de una ínsula a otra; a ello hay que sumar la pobreza material y por ex-tensión cultural de aquellos tiempos, o incluso la extrema dificul-tad que hubiese significado relacionar en esas fechas los títulos o capítulos tocantes a Canarias de los libros editados en Europa. De ahí que no fuese hasta la centuria ilustrada cuando fructifica-ron los intentos de confeccionar las primeras obras de esta disci-plina relacionadas con el archipiélago canario. En definitiva, el estudio de la bibliografía relativa a las islas po-see una naturaleza diferenciada de algunas zonas peninsulares — más pobre si queremos en cuanto a sus divisiones, pero no en lo relativo a calidad o cantidad de sus trabajos, algunos de ellos re-almente extraordinarios—. De esta manera, se puede establecer una diferenciación de la bibliografía isleña, tomando como mo-delos las divisiones de Malclès y Rozas, en las siguientes etapas: 1. Erudita e histórica (1725-1850). Se englobarían en este pri-mer apartado los precursores de la bibliografía isleña, como el portuense Juan de Iriarte y Cisneros y el realejero José de Viera y Clavijo. Los dos son autores de sendos repertorios (el primero difícil de consultar en la actualidad y con poca repercusión en las islas) que se podrían encuadrar, incluso, en un marco europeo, pues no hay que olvidar que por aquellas mismas fechas se con-feccionó un buen número de biobibliografías regionales en Fran-cia10, país donde estos ilustrados tinerfeños residieron. Allí debie- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 10. CALMET, Augustin (Dom). Bibliothèque lorraine ou Histoire des hommes illustres qui ont fleuri en Lorraine, dans les Trois-Evêchés, dans l’archevêché de Tré-ves, dans le Duché de Luxembourg, etc... [Nancy]: A. Leseure, 1751; DREUX-DU-RADIER, J.-F. Bibliothèque historique et critique du Poitou, contenant les vies des savants de cette province... une notice de leurs ouvrages... la suite historique et chro-nologique des comtes héréditaires et celle des évêques de Poitiers... Paris: Ganeau, 1754; PAPILLON, L’abbé. Bibliothèque des auteurs de Bourgogne. Dijon: Philippe Marteret, 1742; y SOCIÉTÉ DE GENS DE LETTRES (ACHARD, etc.). Dictionnaire de la Provence et du Comtat Venaissin dédié à Monseigneur le prince de Beauvau. Marseille: J. Mossy père et fils..., 1786-1787. Cit. MALCLÈS, L.N. La bibliogra-fía... Op. cit., p. 40. 37 ron de conocer dichos repertorios, que de alguna manera supu-sieron la base de sus compilaciones. Además, al igual que las obras francesas, el trabajo de Viera consiste en un catálogo de los principales autores naturales de estas tierras. Viera fue continuado con menor fortuna por José Antonio Vandewalle y por Antonio Pereira Pacheco y Ruiz, cuyas aporta-ciones, más cerca de las listas onomásticas o prehistóricas de Ro-zas que de un repertorio propiamente dicho, se caracterizan pre-cisamente por estar supeditadas al trabajo previo del literato tinerfeño, al que pretenden completar en lo posible sin tratar de mejorar su método. Pereira, además, utiliza como fuente biblio-gráfica de primerísima mano los ejemplares canarios de su nutri-da biblioteca, cuyo catálogo se adiciona como apéndice al cuer-po principal de su aportación. 2. Bibliofílica y artesanal (1850-1925). En este período se en-globarían la Bibliografía canaria del bibliófilo Antonio Lugo y Massieu, hoy perdida, como constata Millares Carlo11, premiada en los Juegos Florales convocados por el Ateneo de La Laguna en 191212, y de la que no conocemos más que su título y la opinión que de ella da Manuel Ossuna13, pero que, no obstante, teniendo en cuenta la personalidad de su autor, es muy probable que se BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 11. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, M anuel. Op. c i t ., . v. I, p. VIII. 1 2 . N u e s t ras búsquedas de esta obra en el Ateneo de La Laguna, a través de sus descendientes, o en las distintas partes en que tenemos conocimiento que se desmembró el archivo familiar y personal (una en el Archivo General de La Pa l-ma como Fondo Lugo-Viña Massieu y la otra , a la venta por un anticuario de Santa Cruz de Tenerife) no fructificaron. 13. «Encontramos también al distinguido bibliófilo Antonio Lugo y Massieu, c u-yo amor a la intelectualidad regional lo tiene demostrado, escribiendo su obra sobre B i b l i o g rafía Canaria [...] que es un vasto trabajo de investigación y de recopilación, que proporcionará al movimiento científico de la región en todas sus ramas y direc-ciones una gran fuente de consulta». Vi d. OSSUNA Y VAN D EN- HEEDE, M anuel. El regionalismo en las islas Canarias (estudio histórico, jurídico y psicológico). To mo segundo. Santa Cruz de Te n e r i f e :A . J. B e n í t e z , 1 9 1 6 , p. XIII del segundo prólogo. 38 tratase de un repertorio en forma14; y sobre todo, la estimable monografía Los periódicos de las islas Canarias de Luis Maffiotte La Roche, ítem bibliográfico exclusivo que se ha conservado en-cuadrado en este lapso de tiempo. Este trabajo se caracteriza por conjugar una metodología artesanal con una concepción bibliofí-lica, mostrando de esta manera el método que se aplicaba mayor-mente en los albores del novecientos y que consistía, básicamen-te, en confeccionar las papeletas de lo que iba a ser cada uno de los asientos del repertorio. Estas fichas, que generalmente se re-dactan ante la presencia del ejemplar descrito, recogen todos los datos básicos de identificación, e incluso alguna información complementaria que en el caso de Maffiotte puede referirse a los principales colaboradores gráficos de un periódico o a la publica-ción de números con un formato no habitual. Un ejemplo claro de este método de trabajo podemos verlo en otras dos obras inéditas del mismo Luis Maffiotte que se conser-van en El Museo Canario. En la primera de ellas, titulada Biblio-grafía canaria, se puede ver el formato de las papeletas, ya que el posterior trabajo de redacción del repertorio está por hacer15. La otra, comenzada en Madrid en 1895 con el título de Biblioteca de Canarias16, está completa y preparada por su autor para la edi-ción, aunque el azar ha querido que permanezca hasta este ins-tante no sólo inédita, sino también inaccesible, circunstancia que ha sido subsanada muy recientemente gracias a la labor de resca-te que se está llevando a cabo en los archivos de la institución. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 14. Otro artículo del mismo autor concebido como fuente de referencia es, a modo de muestra, el siguiente: LUGO Y MASSIEU, Antonio. «Un palmense dis-tinguido: Don Sebastián Arozena Henríquez». La tarde (21 de junio de 1955), p. 3. 15. Se trata de una colección de fichas manuscritas con la transcripción de las portadas de 849 obras referidas a cualquier aspecto de las islas Canarias. No podemos decir que se trate de una bibliografía propiamente dicha porque el trabajo está inconcluso, faltándole aún toda sistematización. 16. MAFFIOTTE, Luis. Biblioteca de Canarias: apuntaciones y notas para un catálogo razonado bibliográfico, histórico y biográfico. III tomos en 9 volúmenes. Archivo de El Museo Canario. 39 En este apartado también tendrían cabida, ampliando el con-cepto de la ciencia bibliográfica, los ensayos biográficos de algu-nos bibliófilos e investigadores como Agustín Millares Torres, Juan B. Lorenzo Rodríguez o el propio Maffiotte, autores de los trabajos titulados Biografías de canarios célebres, Notas biográficas de palmeros distinguidos y «Cartas bibliográficas» respectivamen-te (todas citadas por Millares, como veremos más adelante). Las mismas aportan alguna información sobre libros y manuscritos, y de alguna manera muestran un incipiente interés bibliográfico, pero de ningún modo alcanzan la consideración de repertorios. Se trataría, todo lo más, de obras de referencia con interés biblio-gráfico, pero lejos, por ejemplo, tanto en la presentación como en el contenido, de la «biblioteca» de Viera. Es ésta, en suma, una etapa muy escasa en cuanto al número de títulos, que pasa casi a vuela pluma hasta la siguiente. Es muy significativo, en este sentido, anotar que, precisamente, el perío-do más brillante de la bibliofilia isleña, con nombres de tanta en- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 40 vergadura como Manuel Pérez Abreu, Luis Vandewalle y Quin-tana, VI marqués de Guisla Guiselín, Alejo González de Ara, Jo-sé Rodríguez Moure17, Francisco María León, etc., prácticamen-te no dejó una muestra más palpable de esta afición que el propio testimonio de sus colecciones librarias, la mayoría de ellas aún por estudiar. 3. Técnica, científica o profesional (1925- ). Se inicia con la monumental monografía de Agustín Millares Carlo, Ensayo de una bio-bibliografía de escritores naturales de las islas Canarias (si-glos XVI, XVII y XVIII), y continúa con el propio «Registro biblio-gráfico » llevado a cabo por Millares en la revista El Museo Cana-rio, de la que era su director. El polígrafo grancanario fue el gran precursor a cuya estela se formaría de alguna manera la escuela bibliográfica canaria, a la que pertenecen personalidades tan re-levantes como Antonio Vizcaya o Manuel Hernández18. El pri-mero de ellos dedicaría su labor a la tipobibliografía del archipié-lago, mientras que el segundo se especializaría, además, en pormenores biobibliográficos, pero ambos tienen en común con Millares Carlo un estricto método científico que consiste en la transcripción literal exacta de las portadas y en la descripción mi-nuciosa de las características formales de cada edición estudiada. Se trata en realidad, de una evolución natural del método de los bibliófilos, ya que toma de ellos el objetivo de describir para identificar, pero los profesionales de esta etapa añaden, además, una voluntad historicista que consiste en tratar de confeccionar un corpus definitivo de obras publicadas en el ámbito geográfico o temático que se plantean. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 17. Sobre su vida y fondo documental vid.: RODRÍGUEZ MESA, M. y MACÍ- AS MARTÍN, Francisco J. Rodríguez Moure y La Laguna de su tiempo: su legado documental y bibliográfico a la Real Sociedad Económica de Tenerife. La Laguna: Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife; Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, 2000. 18. Millares quiso formalizar oficialmente esta escuela bibliográfica tratan-do de crear un instituto de investigación documental, para el cual llegó a re-dactar un Reglamento del Instituto Canario de Bibliografía y Documentación.Ar-chivo de El Museo Canario, Fondo Manuel Hernández Suárez. 41 La etapa científica de la bibliografía sigue vigente en la actua-lidad, aunque el método ha cambiado notablemente y hoy se ba-sa en una serie de normas internacionales de descripción para las cuales el uso de la tecnología informática se ha hecho indispen-sable. Estas reglas son mucho más pormenorizadas en cuanto se refiere a la inclusión de datos y notas adicionales, pero no es tan exhaustiva en la transcripción de portadas como lo era el méto-do de los estudiosos que acabamos de nombrar, por lo que a me-nudo impide la distinción entre diversas ediciones de una obra que compartan el mismo pie de imprenta. Por ello, algunos auto-res prefieren seguir utilizando el ya tradicional sistema de los pri-meros bibliógrafos técnicos, como podemos ver en las excelentes aportaciones de Francisco Salas y Luis Cola. En cualquier caso, los mayores hitos de esta etapa bibliográfi-ca ya han sido puestos, y cualquier nueva aportación que se haga vendrá a completarlos, pero no a sustituirlos. Estas cimas son pre-cisamente las establecidas por Millares, Hernández y Vizcaya, y tienen (incluso la Biobibliografía de Millares) una concepción eminentemente topobibliográfica. La topobibliografía viene, por tanto, a culminar la etapa científica de la bibliografía. 2 MONOGRAFÍAS Y ARTÍCULOS BIBLIOGRÁFICOS Las bibliografías locales y regionales tienen unas peculiarida-des propias que las distinguen, cuando no las distancian, tanto de las que comprenden espacios geográficos más amplios como de aquellas otras centradas en materias específicas19. Como se ha afirmado en más de una ocasión, las bibliografías circunscritas a BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 19.A este respecto hacemos excepción de las bibliografías nacionales o ge-nerales como las de Nicolás Antonio (Bibliotheca hispana vetus y nova); Juan Sempere y Guarinos (Ensayo de una biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III); Antoni Palau y Dulcet (Manual del librero hispano-americano); o, en fecha más reciente, José Simón Díaz (Bibliografía de la litera-tura hispánica); o Francisco Aguilar Piñal (Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII) por no tratarse de repertorios de carácter regional o local. De igual manera se obrará en el resto de los epígrafes de este artículo. 42 zonas determinadas normalmente comprenden tres tipologías muy concretas que las caracterizan independientemente del lu-gar que estudien: las biobibliografías, que son los repertorios que registran las obras propias de los autores originarios de esa co-marca; las tipobibliografías, las cuales relacionan los impresos fac-turados en los talleres localizados en el ámbito jurisdiccional pro-puesto; y las topobibliografías, que se centran en recoger todos los títulos referentes a ese sitio delimitado.A ellas se pueden aña-dir las bibliografías temáticas, muy relacionadas con estas últi-mas, cuyo campo de acción debe ser una ciencia o disciplina ge-neral, aunque siempre enmarcada dentro en los límites políticos de la zona elegida previamente. Un último tipo, que aparece tras una prolongada actividad, son las bibliografías de bibliografías, las cuales relacionan todos los trabajos de esta ciencia que se hayan compilado hasta el momento de su publicación. Precisamente por ellas comenzamos el estudio de la bibliografía canaria dado que parece lógico referirnos, en primer lugar, a los trabajos pre-vios que han realizado un recorrido por los principales ensayos bibliográficos del archipiélago. 2.1 BIBLIOGRAFÍAS DE BIBLIOGRAFÍAS Los estudios de conjunto sobre la bibliografía canaria se inau-guraron con la contribución de Sánchez Robayna y González Antón publicada en la Gran enciclopedia canaria20, donde se ha-ce un repaso de las obras bibliográficas más relevantes de las is-las y de los principales autores que se han ocupado de esta disci-plina. Se trata de un resumen muy general, como corresponde a un asiento dentro de una enciclopedia de propósito divulgativo, pero en él se pueden ver con claridad los diferentes tipos de re-pertorios con los que podemos encontrarnos: los precursores, más biográficos que bibliográficos; los biobibliográficos propia- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 20. SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés y GONZÁLEZ ANTÓN, Javier. «Bibliografía». En: Gran enciclopedia canaria. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones Cana-rias, 1995- , v. 3, pp. 606-608. 43 mente dichos; los tipobibliográficos; la bibliografía temática, etc. Sin embargo, los autores añaden también en su aportación algu-nos catálogos de significativas bibliotecas canarias que, con ser importantes como fuentes de información bibliográfica, no son bibliografías en sí mismas, ya que recogen obras albergadas en un centro concreto pero sin seguir un criterio selectivo que les dé un valor adicional al de mero instrumento de localización. Este tipo de fuentes queda, por tanto, en líneas generales, excluido de nuestro trabajo. En fecha reciente, el bibliotecario Juan Delgado Casado se ha ocupado de nuevo del tema en una monografía sobre la biblio-grafía en España21.Aunque divide el estudio por provincias, el ca-pítulo dedicado a Canarias engloba la totalidad del archipiélago, ya que, como explica el autor, es éste el ámbito que abarca la práctica totalidad de los trabajos de bibliografía de las islas. De igual manera que la contribución que acabamos de citar, Delga-do nos presenta con claridad las diferentes líneas de investigación en este campo y hace un recorrido por la historia de la disciplina en el archipiélago. No obstante, al tratarse de una monografía que analiza de manera global el estado de la cuestión de las distintas bibliografías locales y regionales de nuestro país, no permite adentrarse con detalle en ninguno de los ensayos que toca. Así, tanto los repertorios isleños como otros trabajos de carácter bi-bliográfico relativos a Canarias son analizados de forma muy so-mera. Además, se echa en falta una mayor exhaustividad en la lo-calización de repertorios tanto históricos como contemporáneos que nos ayuden a estudiar a fondo su evolución. 2.2 BIOBIBLIOGRAFÍAS La primera vez que sale a la luz un intento de recoger la pro-ducción impresa de los autores canarios la debemos al arcediano BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 21. DELGADO CASADO, Juan. Las bibliografías regionales y locales españolas (evolución histórica y situación actual). Madrid: Ollero y Ramos, 2003, pp. 119- 124. 44 de Fuerteventura, José de Viera y Clavijo, quien en su obra mag-na sobre la historia del archipiélago22 incluye una «Biblioteca de autores canarios». El repertorio de obras recogidas por Viera es extremadamente incompleto a pesar de que la actividad de las imprentas isleñas en la época de su redacción distaba aún mucho de ser prolífica. Ello se entiende, principalmente, por dos razo-nes: la primera, la enorme dificultad que suponía en esos años es-tar al tanto de las nuevas ediciones de cada localidad, por más que éstas fueran aún escasas, así como la imposibilidad de visitar personalmente los archivos en los que se albergaban los manus-critos de las obras; y, en segundo lugar, el criterio de selección de obras utilizado por Viera, que nunca tuvo la pretensión de ser ex-haustivo y que, por tanto, no se ocupó de recoger las publicacio-nes menores (las cuales, además, eran las más abundantes). El propio redactor dice que se ocupa «ya sobre el mérito de las obras, ya sobre las circunstancias de los autores más conocidos»23, lo cual deja fuera a numerosísimos escritores menos famosos. Además, otro aspecto negativo de esta «biblioteca» es que carece de nor-malización en lo que se refiere a la descripción bibliográfica, de-fecto no achacable en absoluto al autor si tenemos en cuenta la temprana fecha de su redacción, cuando la descripción exacta de ejemplares no era tan necesaria al considerarse que lo importan-te eran las obras y no tanto los libros que las contenían. No obstante, como apunta Millares Carlo24, la recopilación del ilustre polígrafo tiene el extraordinario valor de ser pionera y, por tanto, referencia obligada para cualquier trabajo posterior. De he-cho, Viera no ahorra datos como el lugar de publicación, el edi-tor, la fecha e incluso el formato, añadiendo en muchos casos la valoración de la calidad de las obras y las circunstancias en las que fueron escritas o publicadas, lo cual hace de este primer intento de repertorio isleño una obra de erudición más que valiosa. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 22. VIERA Y CLAVIJO, José de. Noticias de la historia general de las islas de Canaria. Madrid: en la imprenta de Blas Román, 1783, v. IV, pp. 514-592. 23. IBIDEM., p. 514. 24. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Op. cit., v. I, p. VII. 45 Amigo y colaborador de Viera y Clavijo en la confección de la Historia de Canarias fue José Antonio Vandewalle de Cervellón (1734-1811), licenciado en Jurisprudencia, regidor del Concejo de La Palma, donde ocupó el cargo de depositario general, y di-putado por Canarias. Notable genealogista y aficionado a la his-toria, escribió unas Noticias biográficas del general D. Francisco Dí-az Pimienta y una Antigüedad y necesidad de la historia (1782). En la Biblioteca Cervantes de Santa Cruz de La Palma se conser-va, asimismo, un «códice» encuadernado en pergamino conocido como Historia de Canarias (1772) o Manuscrito Vandewalle, que recoge en su mayor parte lo que parece ser un borrador de los seis primeros Libros de la Historia de Viera25. No obstante, su au-toría se ha atribuido tradicionalmente a Vandewalle. Por nuestra parte, y sin querer polemizar en esta cuestión, lo que nos parece claro es que algunos de los añadidos que enriquecen el trabajo sí podrían ser del erudito palmero. En uno de ellos, bajo el encabe-zamiento «Autores que se citan en esta obra correspondientes a la Hist.a de Canarias» (fol. 127r), menciona una breve relación de escritores que se han ocupado del pasado del archipiélago, entre los que se nombra a Núñez de la Peña,Viana, Alonso de Espino-sa, Cairasco y Pérez del Cristo.Aunque se trata de una nota muy breve y tampoco es, en términos estrictos, un trabajo bibliográfi-co, conviene mencionarlo por su antigüedad, porque inserta co-mentarios críticos sobre algunos de estos escritores, y sobre todo, y esto es lo más interesante, porque añade varios nombres que no fueron incluidos por Viera en su «Biblioteca», como Bartolomé del Castillo, Tomás y Gabriel Vandewalle o Andrés de Valcárcel y Lugo (1607-1683), quien escribió la que se considera en la ac-tualidad como la primigenia crónica de La Palma, titulada Cosas BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 25. Existe edición facsímil de la parte de este manuscrito que recoge la His-toria de Viera, vid.: VIERA Y CLAVIJO, José del Álamo. Ensayo sobre la historia natural y civil de islas Canarias. Notas informativas a esta edición, José Mel-quíades López Mederos. [S.l.]: Xerox, [2001?]. 1 v. (pag. var.). 46 notables26. Es de alguna manera Vandewalle el más cercano con-tinuador de Viera. Unos años después, en 1796, el francés André-Pierre Ledru hace en la isla de Tenerife la primera escala del viaje científico que hizo en compañía del capitán Baudin. El viaje, encargado por el gobierno francés, había de estudiar la historia natural del Atlántico y el Caribe, pero cuando Ledru publicó sus experien-cias en 181027 añadió abundante información sobre otros aspec-tos de la vida de las islas visitadas. Así, por ejemplo, incluye un capítulo dedicado a los hombres de letras nacidos en las islas Ca-narias28, que aunque está extractado de la relación de Viera y Clavijo (engloba a veintiséis autores frente a los ciento cincuen-ta del arcediano), muestra inequívocamente el predicamento de que gozó este tipo de repertorios y, al mismo tiempo, el alcance de la propia obra de Viera. De igual manera, el diplomático Fran-cis Coleman Mac-Gregor, quien fuera cónsul británico en Tene-rife, recogió en su monografía Die Canarischen Inseln nach ihrem gegenwärtigen Zustande, und mit besonderer Beziehung auf Topogra-phie und Statistik, Gewerbfleiss, Handel und Sit un breve listado de escritores isleños. Se trata de una selección muy escueta de los más notables autores registrados en la nombrada «Biblioteca de autores canarios».Y es que, a los ojos de este observador europeo, la cultura canaria, al igual que la española, tenía muy poco que LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 26. PÉREZ GARCÍA, Jaime. Fastos biográficos de La Palma. Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias, 1985-1998, v. II, p. 227.A partir de una copia anónima que se guardaba en el Archivo del Marqués de Guisla- Guiselín, el trabajo de Valcárcel fue consultado en el siglo XIX por Juan B. Lo-renzo Rodríguez e insertado casi en su totalidad en las Noticias para la historia de La Palma. Vid.: v. I, pp. 189-193, 196-197 y 244-245; (La Laguna: Instituto de Estudios Canarios; Santa Cruz de La Palma: Cabildo Insular de La Palma, 1975. 2ª ed., 1987). 27. LEDRU, André-Pierre. Voyage aux iles de Ténériffe, La Trinité, Saint-Tho-mas, Sainte-Croix et Porto-Ricco. Paris: chez Arthus Bartrand, 1810. La parte de-dicada a Tenerife está publicada en español como Viaje a la isla de Tenerife (1796). La Orotava: José A. Delgado Luis, 1982 (2ª ed., 1991). 28. IDEM. «Notice sur les hommes de lettres nés aux Canaries; Société Éco-nomique établie à Ténériffe», pp. 142-162. 47 aportar a la ciencia o literatura continental debido a la secular censura que ha padecido nuestro país29. Sobre el mismo libro volveremos en el epígrafe sobre topobibliografías. La aportación bibliográfica de Viera no había pasado, pues, desapercibida, y así, el prebendado Antonio Pereira Pacheco qui-so contribuir a ella pocos años después escribiendo un apéndice con las obras identificadas por él30. Esta obra contiene a su vez un anexo con la relación de libros que componían la propia bi-blioteca canaria del autor, una de las más importantes coleccio-nes privadas de su tiempo que contaba con no menos de ciento cincuenta títulos de diferentes obras y escritores de las islas cla-sificados según su temática, incluyendo obras de historia, litera-tura, religión e, incluso, bibliografía. Además, fruto de estas in-quietudes bibliofílicas de Pereira fue la reunión de tres álbumes bajo el encabezamiento Colección de varias poesías sagradas y profanas por distintos autores de las islas Canarias, que se conser-van en la Biblioteca de la Universidad de La Laguna31. Curiosamente, aparte de las aportaciones de Vandewalle y Pe-reira, la publicación de la obra de Viera no supone el nacimiento de un interés especial por la bibliografía canaria. De hecho, hay que esperar nada menos que hasta 1932 para considerar que es- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 29. MAC-GREGOR, Francis Coleman. «Von der intellektuellen Bildung der Einwohner». En: Die Canarischen Inseln nach ihrem gegenwärtigen Zustande, und mit besonderer Beziehung auf Topographie und Statistik, Gewerbfleiss, Han-del und Sitten. Hannover: Im Verlage der hahn’schen hosbuchhandlung, 1831, pp. 108-140. Accesible en línea en: http://humboldt.mpiwg-berlin.mpg.de. En fecha reciente se ha publicado una traducción al español a cargo del profesor José Juan Batista Rodríguez: MAC-GREGOR, Francis Coleman. Las islas Cana-rias según su estado actual y con especial referencia a la topografía, estadística, in-dustria, comercio y costumbres (1831). [La Laguna; Las Palmas de Gran Cana-ria]: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2005. 30. PEREIRA PACHECO Y RUIZ, Antonio. Continuación de los escritores cana-rios, o Apéndice de la biblioteca citada por Viera en el tomo 4º, folio 514 y siguien-tes. Manuscrito autógrafo. Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife. 31. FERNÁNDEZ PALOMEQUE, Paz y MORALES AYALA, M.ª Luisa. Catálogo de manuscritos de la Biblioteca Universitaria de La Laguna. La Laguna: 2002, pp. 97-119. 48 ta disciplina vuelve a renacer en nuestras islas32. Lo haría de la mano de Agustín Millares Carlo, maestro de bibliógrafos españo- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 32. Hay, sin embargo, algunas iniciativas previas dignas de mención, como es el caso de la revista tinerfeña La aurora, que en 1848 comunicaba el inicio de la publicación mensual de un boletín bibliográfico. Vid. La aurora: semana-rio de literatura y artes, n. 20 (16 de enero de 1848). No sabemos si verdade-ramente se llegó a publicar este boletín, pero en cualquier caso habría de tra-tarse de un anuncio de novedades bibliográficas tanto canarias como peninsulares, y su intención principal sería la de proporcionar una orientación a los usuarios del gabinete de lectura que la propia revista ofrecía a sus suscrip-tores. 49 les y latinoamericanos33, autor, entre otros, de los importantísi-mos catálogos bibliográficos de los Archivos Mexicanos y de la Academia Nacional de la Historia de Caracas34. En esta fecha, con premio de la Biblioteca Nacional de España, sale a la luz la primera edición de la Bio-bibliografía35, que es el primer intento de conformar un corpus bibliográfico de escritores del archipié-lago, por más que el propio autor, tal vez por modestia o tal vez por sincera admiración hacia algunos investigadores precedentes, cite repetidamente la obra de varios bibliófilos anteriores como si fueran bibliográficas. Concretamente,Millares Carlo menciona como «bibliografías parciales» las obras Biografías de canarios cé-lebres36, de su abuelo Agustín Millares Torres; Notas biográficas de palmeros distinguidos, de Juan Bautista Lorenzo Rodríguez37; y «Cartas bibliográficas», de Luis Maffiotte y La Roche38. Las dos primeras son colecciones de biografías, como sus títulos indican, y aunque indudablemente estuvieron inspiradas por la «bibliote- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 33. Una aproximación sobre sus bases teóricas puede verse en:MARTÍN VE-GA, Arturo. «La técnica y el método bibliográficos de Millares Carlo». Boletín Millares Carlo, n. 13 (1994), pp. 271-278. 34. La obra bibliográfica de Millares Carlo es muy extensa y variada, y pa-ra una visión general remitimos a los trabajos sobre su obra que reseñamos en el repertorio final de este artículo. Sin embargo, por su especial interés, quere-mos destacar una recopilación de bibliografía sobre la imprenta y el periodis-mo en España y América que confeccionó junto a Manuel Hernández Suárez, así como la obra La imprenta en España, también con la colaboración de Her-nández. Ambas obras están inéditas y se conservan en el Archivo de El Museo Canario, Fondo Manuel Hernández Suárez. 35. MILLARES CARLO, Agustín. Ensayo de una bio-bibliografía de escritores naturales de las islas Canarias (siglos XVI, XVII y XVIII). Madrid:Tipografía de Ar-chivos, 1932. 36.MILLARES TORRES, Agustín. Biografías de canarios célebres.Tomo I.Gran- Canaria: Imprenta de Víctor Doreste 1872; t. I y II. Las Palmas de Gran-Cana-ria: Imprenta de Francisco Martín González, 1878-1879. 37. LORENZO Y RODRÍGUEZ, Juan Bautista. Notas biográficas de palmeros dis-tinguidos. [Santa Cruz de La Palma]: Tip. Diario de Avisos, 1901. 38. MAFFIOTTE, Luis. «Cartas bibliográficas». Diario de Tenerife (1897). Se trata de dieciséis artículos publicados en el periódico a lo largo de todo el año 1897. 50 ca» de Viera y Clavijo, no llegan a dar a las publicaciones la im-portancia que les daría un bibliógrafo y, de hecho, recogen las biografías de numerosos personajes que ni siquiera fueron auto-res de ninguna obra. Las Cartas de Maffiotte, por su parte, son en realidad artículos de bibliofilia y no de bibliografía, aunque la ex-traordinaria riqueza informativa que insertan justifica sobrada-mente el hecho de que Millares Carlo las tomara como ejemplo y punto de partida39. Es, pues, la Bio-bibliografía una obra novedosa en Canarias, y lo es por varios motivos: primero, porque rescata la idea de una biblioteca ideal compuesta por todas las obras escritas por auto-res canarios, como en parte había hecho Viera; segundo, porque no se impone limitaciones a la hora de acotar la investigación, bastando que se trate de obras escritas por canarios para que es-tuvieran incluidas en el repertorio; y tercero, y quizá el más im-portante, porque utiliza magistralmente una forma de bibliogra-fía analítica que ya podríamos llamar normalizada. En efecto, Millares no se limita a transcribir los pies de im-prenta como hacen generalmente los repertorios bibliográficos al uso, sino que se esmera en transcribir las portadas completas, in-cluyendo viñetas, orlas y otros adornos tipográficos, y además añade datos sobre la paginación, el formato y, en algunos casos, aunque quizá no tan frecuentemente como debería, la signatura tipográfica. Esta labor, que puede parecer infructuosa o inútil a lectores legos en la materia, es primordial para ofrecer inequívo-camente las características de una edición e incluso de una emi-sión o estado concreto, por lo que la identificación de ejemplares de dudosa adscripción se facilita hasta extremos anteriormente desconocidos. Algunos trabajos bibliográficos previos ya ofrecían un planteamiento similar, como por ejemplo los de Cristóbal Pé- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 39. El Museo Canario conserva una colección de recortes de todas las «Car-tas bibliográficas», hecha por el propio Maffiotte, en la que la información bi-bliográfica está sumamente enriquecida con anotaciones manuscritas. AMC. Fondo Luis Maffiotte, M-C-27. 51 rez Pastor40 o incluso el Ensayo41 de Bartolomé José Gallardo, pe-ro con Millares la bibliografía descriptiva alcanza su cota más ele-vada por la perfección de su desarrollo y por la coherencia que imprime al conjunto del repertorio42. Además de todo ello, la Bio-bibliografía de Agustín Millares ofrece dos tipos de información adicional de gran importancia: por un lado, presenta de cada autor todos los datos biográficos de que dispone, así como las fuentes primordiales para su investiga-ción, en lo cual sigue, e f e c t i vamente, las pautas de Millares Torres, Luis Maffiotte y Juan B. Lorenzo; y por otro lado, transcribe de muchas obras los pasajes de mayor interés, de manera que la des-cripción de ediciones no se limita a los aspectos formales, sino que p e n e t ra en interioridades literarias en un alarde de erudición43. Por todo ello, no es aventurado decir que, a partir de su publica-ción, esta obra se convierte en la medida para valorar todos los demás BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 40. PÉREZ PASTOR, Cristóbal. La imprenta en Toledo: descripción bibliográfica de las obras impresas en la imperial ciudad desde 1483 hasta nuestros días. Ma-drid: Imprenta y Fundición de Manuel Tello, 1887; IDEM. La imprenta en Medi-na del Campo. Madrid: Establecimiento tipográfico «Sucesores de Rivadeney-ra », 1895; IDEM. Bibliografía madrileña o Descripción de las obras impresas en Madrid. Madrid: Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1907; Otros reper-torios que siguieron su metodología fueron los de ALCOCER Y MARTÍNEZ, Ma-riano. Catálogo razonado de obras impresas en Valladolid 1481-1800. Vallado-lid: Imp. de la Casa Social Católica, 1926. Ed. facs.: [Valladolid]: Junta de Castilla y León, 1993; y VALDENEBRO Y CISNEROS, José María. La imprenta en Córdoba: ensayo bibliográfico. Madrid: Establecimiento tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1900. Ed. facs.: Córdoba: [Diputación de Córdoba], 2002. 41. GALLARDO, Bartolomé José. Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos. Madrid: Rivadeneyra; Manuel Tello, 1863-1889. 42. Millares utilizaría siempre estas estrictas normas de descripción biblio-gráfica. Valga como ejemplo el recientemente rescatado «Ensayo de una biblio-grafía de sor Juana Inés de la Cruz: ne hault, ne bas... mèdiocrement», conserva-do junto con otros trabajos inéditos en el Seminario de Humanidades Agustín Millares Carlo de Las Palmas de Gran Canaria, y publicado en el Anuario de estudios atlánticos, n. 49 (2003), pp. 43-67. 43. Para un análisis de la Bio-bibliografía y de otros repertorios de Millares presentados a concursos bibliográficos de la Biblioteca Nacional, vid. DELGA-DO CASADO, Juan. Un siglo de bibliografía en España: los concursos bibliográficos de la Biblioteca Nacional (1857-1953). Barcelona: Ollero y Ramos, 2001, v. 2, pp. 590-599. 52 trabajos sobre bibliografía canaria, y la importancia de cada nueva aportación depende del grado en que contribuya a completar el reper-torio de Millares. Pero las obras de bibliografía están abocadas siempre a quedar ob-soletas en el instante mismo de su publicación. Inmediatamente des-pués de la aparición de la Bio-bibliografía comienzan a surgir adiciones y enmiendas en artículos de diferentesmedios de comunicación y con la firma de diversos autores, incluida la del propio Millares44. Por fin se había despertado en Canarias un interés por recuperar la memoria bibliográfica de sus hijos, y el propio Millares Carlo acabó preparan-do, con la ayuda de Manuel Hernández Suárez, una segunda edición de su estudio que comenzó a publicarse en 1975 y que acabaría te-niendo seis volúmenes, frente al único de la edición de 193245.No en va n o, el autor del primer trabajo comenzó en el mismo momento de su publicación a recoger nuevos datos, una labor en la que no cejó a lo largo de toda su vida a pesar de sus prolongados exilios46. En fin, si de algo adolece esta obra magna de la bibliografía canaria es de la fal-ta de índices que faciliten su adecuada consulta. En la «Advertencia LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 44.A modo de ilustración, dejamos referencia del siguiente trabajo: ROMEU PALAZUELOS, Enrique. «¿Un manuscrito desconocido de Ruiz de Padrón?». La tarde (7 de marzo de 1970), p. 3. 45. En este intervalo es obligado citar el siguiente trabajo de MILLARES CARLO, Agustín. «Fray Matías Escobar, escritor canario». Canarias (dic. 1940), pp. 7-8; reproducido en El Museo Canario, n. 49-52 (1954), pp. 105-106. Es un ejemplo de cómo Millares añade un nuevo nombre a la nómina de autores nacidos en las islas. De él se ofrecen los primeros datos que aclaran su origen canario, datos que se ven ampliados y confirmados definitivamente en la se-gunda edición de la Biobibliografía (v. III, pp. 77-85). 46. Sirvan a modo de ejemplo las dos visitas que tenemos documentadas de Millares a La Palma. La primera fue realizada en mayo de 1930 (El tiempo, 23 de mayo de 1930), y la segunda, acompañado de Manuel Hernández y Jo-sé Naranjo Suárez, tuvo lugar en febrero de 1958 (Diario de avisos, 7 de febre-ro de 1958). En ambas aprovechó el polígrafo grancanario para buscar antiguos autores y, suponemos, también impresos palmeros. Su labor se centró en la Bi-blioteca Cervantes y, en menor medida, en archivos y bibliotecas particulares. Todo ello quedó reflejado en las dos ediciones de la Biobibliografía y probable-mente en la Historia de la imprenta en Canarias que nunca llegó a publicarse, perdida en la actualidad. 53 a la segunda edición»47 Millares promete su publicación en el úl-timo de los volúmenes, pero al publicarse éste después de acae-cido su fallecimiento, el trabajo de indización quedó por hacer. Antes, sin embargo, Juan Antonio Martínez de la Fe había visto la necesidad de confeccionar estos índices sin esperar a que con-cluyera la edición de la obra, por lo que ya en 1981 publicó los correspondientes a los cuatro primeros volúmenes48. Entre los autores que contribuyen a enriquecer la obra de Mi-llares en el intervalo comprendido entre sus dos ediciones hay que citar al profesor Cioranescu, que mediante dos artículos pu-blicados en la Revista de historia canaria49 sumaba nueve entra-das desconocidas hasta entonces50. El siguiente trabajo relevante en este repaso a las obras biobi-bliográficas canarias se debe al que sería principal colaborador de Millares y coautor de la Biobibliografía de 1975-1992. Se trata de Manuel Hernández Suárez, que trabajó largos años en su tarea de prolongar la Bio-bibliografía para abarcar el siglo XIX, aunque el texto definitivo quedó inédito por no estar concluido cuando el autor falleció en 198851. Lo que sí se publicó fue su estudio so- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 47.MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Biobibliogra-fía..., Op. cit., v. I, p. XI. 48. MARTÍNEZ DE LA FE, Juan A. «Biobibliografía de escritores canarios (to-mos I al IV): índices sistemático y de órdenes religiosas». Boletín Millares Carlo, n. 4, II (dic. 1981), pp. 217-273. 49. CIORANESCU, Alejandro. «Escritores canarios». Revista de historia cana-ria, n. 123-124 (jul.-dic. 1958), pp. 292-295. IDEM. «Antiguos escritores cana-rios ». Revista de historia canaria, n. 172 (1980), pp. 205-219. 50. Cioranescu fue autor también de una autobibliografía de temática ca-naria: CIORANESCU, Alejandro. Bibliografía canaria (1949-1989). Introducción de Andrés Sánchez Robayna. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 1989. 51. Buena parte del material bruto para este trabajo se encuentra en el Fon-do Manuel Hernández Suárez del Archivo de El Museo Canario. Entre los pa-peles que pertenecieron al investigador se encuentran, desordenados, innume-rables trozos de papel, fichas, notas, recortes, catalogaciones, datos biográficos, correcciones a la obra de Millares, y, en suma, material suficiente para un buen trabajo de tipobibliografía canaria que incluyera el siglo XIX y parte del XX. Una parte de este material fue mecanografiado y ordenado alfabéticamente en carpetas, pero por desgracia el trabajo quedó inconcluso. 54 bre las ediciones de Benito Pérez Galdós52, que aún hoy es refe-rencia obligada para los investigadores galdosianos por recoger no sólo las novelas sino también los artículos, prólogos y otras obras menores del autor canario, así como los estudios sobre Gal-dós escritos por innumerables autores. Poco después fue conti-nuado por H.C.Woodbrigde, autor de una monografía selectiva y comentada sobre el mentado tema53. Asimismo, cabe citar en-tre las aportaciones de Hernández su Índice de la colección de do-cumentos de Agustín Millares Torres54, que aunque relaciona docu-mentos que ya habían sido estudiados en su mayoría para la Biobibliografía, aporta una reveladora visión de conjunto sobre las obras coleccionadas por el ilustre historiador. Otras investigaciones han ido perfilando el universo de los an-tiguos escritores canarios. De esta suerte, Pérez García, en sus Fastos biográficos de La Palma55, añade un extenso listado de nue-vos nombres, algunos dispersos y otros completamente descono-cidos, en el registro de escritores canarios. Aunque no se trata en absoluto de un repertorio bibliográfico, suma numerosas referen-cias sobre las obras de los personajes biografiados, y reseña por vez primera no pocas obras y manuscritos, aunque en la mayoría de los casos se limita a consignar su título y su fecha de redac-ción. La enorme empresa emprendida por Pérez García podría constituir, no obstante, un excelente punto de partida para com-poner una biobibliografía de autores de La Palma. También otros estudiosos han contribuido al conocimiento biobibliográfico de nuestras islas, como por ejemplo Matías Díaz Martín, que se ocupó de reseñar las obras de los sacerdotes cana- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 52. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Bibliografía de Galdós. I. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1972. 53.WOODBRIGDE, Hensley C. Benito Pérez Galdós: a selective annoted biblio-graphy. Metuchen (New Jersey): Scarecrow, 1975. 54. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Índice de la colección de documentos de Agustín Millares Torres. Las Palmas: Mancomunidad de Cabildos, 1977. 55. PÉREZ GARCÍA, Jaime. Fastos biográficos...,Op. cit. 55 rios56; el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Fer-mín de los Reyes, que descubrió un nuevo impreso de Francisco Pablo de Matos y Coronado57, o Manuel Poggio Capote, que ha rastreado algunas de las ediciones desconocidas del portuense To-más de Iriarte58. No podemos cerrar este apartado dedicado a las biobibliogra-fías sin hablar de las aportaciones de Francisco Salas Salgado, quien elabora un catálogo biobibliográfico de humanistas cana-rios de extraordinario interés59. Se trata de uno de los escasísimos ejemplos actuales en los que las reseñas bibliográficas se mues-tran mediante la transcripción completa de las portadas, modo erudito heredado de los padres de la bibliografía, como hemos visto, que desgraciadamente está en desuso a pesar de las enor-mes ventajas que representa para la identificación de ejemplares. El trabajo del profesor Salas ofrece información sobre ciento dos autores humanistas nacidos en Canarias, además de numerosas obras de autor anónimo y algunas de posible adscripción canaria. Entre esta enorme cantidad de datos, ordenados alfabéticamente dentro de cada siglo, encontramos unos veinticinco autores que no habían sido recogidos en repertorios previos, cada uno de ellos acompañado de las reseñas bibliográficas o documentales que BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 56.DÍAZ MARTÍN, Matías. «Bio-bibliografía de sacerdotes canarios». Almoga-rén, n. 1 (jun. 1988), pp. 165-182; IDEM. «Aproximación a la bio-bibliografía de sacerdotes de la Diócesis Nivariense». Almogarén, n. 4 (dic. 1989), pp. 77-89. 57. REYES, Fermín de los. «Una propuesta para la impresión de libros de re-zo en España en el siglo XVIII». Anales de literatura hispanoamericana, n. 26, II (1997), pp. 127-137. Con posterioridad fue dado a conocer en Canarias por POGGIO CAPOTE, Manuel. «Un impreso de Matos y Coronado desconocido por la bibliografía canaria». Noticias El Museo Canario, n. 3 (tercer cuatrimestre 2001), pp. 21-23. 58. POGGIO CAPOTE, Manuel. «Las ediciones en portugués de las Fábulas li-terarias de Tomás de Iriarte». El Museo Canario, v. LVII (2002), pp. 279-296. IDEM. «Una edición del Compendio de la Historia de España de Tomás de Iriar-te en sueco (1820)». El Museo Canario, v. LVIII (2003), pp. 265-274. 59. SALAS SALGADO, Francisco. Humanistas canarios de los siglos XVI a XVIII. Tomo II. Catálogo biobibliográfico. La Laguna: Universidad de La Lagu-na, 1999. 56 nos informan sobre su biografía, tal como corresponde a una obra de este tipo60. Desde el punto de vista de la temática biobibliográfica, aun-que centrada fundamentalmente en aspectos literarios, es necesa-rio, también, mencionar la revista Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, que ha recogido la publicación de diversos artículos de Sánchez Robayna donde se presentan tex-tos de escritores canarios contemporáneos que se encontraban inéditos, dispersos o que simplemente eran poco conocidos, co- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 60. Una reseña de Sánchez Robayna sobre esta monografía puede consul-tarse en: Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLV (2001), pp. 439-442. 57 mo los referentes a Tomás Morales61 y Emeterio Gutiérrez Albe-lo62. Este profesor también ha rescatado en otras cabeceras nue-vos textos, como los referentes a Cairasco de Figueroa63. Entre los últimos ejemplos de recuperación de obras perdidas encontra-mos también al profesor Antonio Henríquez, que enriqueció re-cientemente la bibliografía conocida de Saulo Torón64, y a la filó-loga Blanca Hernández, que recuperó la obra de varias autoras de las islas65. El IEC, por otra parte, se ha preocupado por mantener al día la bibliografía sobre los poetas canarios del Siglo de Oro66, o por ex-humar los colaboradores literarios en los boletines oficiales cana-rios67 y los nombres isleños que contribuyeron con la revista La verdad de Murcia68. La bibliografía de artífices plásticos no ha es-tado ausente, ya que el anuario publicó un artículo sobre el pin- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 61. SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés. «Más sobre la “protohistoria” de Tomás Mo-rales: tres poesías desconocidas». Estudios canarios: anuario del Instituto de Es-tudios Canarios, n. XXXVI-XXXVII (1993), pp. 223-229; IDEM. «Poesía primera de Tomás Morales: otros textos desconocidos». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLII (1998), pp. 155-163. 62. IDEM. «Emeterio Gutiérrez Albelo: otros textos dispersos del período vanguardista». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios canarios, n. XXXVIII (1994), pp. 121-135. 63. IDEM. «Algo más sobre los esdrújulos (con una canción inédita de Cai-rasco) ». Cuadernos hispanoamericanos, n. 502 (abr. 1982), pp. 73-84. 64. HENRÍQUEZ JIMÉNEZ, Antonio. Saulo Torón, prosista: quince textos exhu-mados. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2002. 65. HERNÁNDEZ QUINTANA, Blanca. Escritoras canarias del siglo XX. Las Pal-mas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2003. 66. BRITO DÍAZ, Carlos. «Bibliografía de los poetas de los Siglos de Oro en Canarias (1990-2000)». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Ca-narios, n. XLV (2001), pp. 307-315. 67.MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. «Colaboraciones literarias en los Bo-letines Oficiales canarios (1834-1859)». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XXXVII-XXXVII (1993), pp. 231-254. 68. OUVIÑA NAVARRO, Marta. «Escritores canarios en el suplemento litera-rio de “La verdad” de Murcia (1923-1926)». Estudios canarios: anuario del Ins-tituto de Estudios Canarios, n. XL (1996), pp. 253-269. 58 tor tinerfeño Óscar Domínguez69. Otro aspecto en el que ha cen-trado últimamente su atención es en el análisis de varias revistas isleñas de distintas épocas. La estructura de estos trabajos (que es muy similar en todos los casos) se articula entre una amplia in-troducción y unos índices analíticos que permiten conocer el rol de colaboradores y facilitan a la investigación el acceso sobre cualquier escritor que aparezca entre sus páginas. Hasta el mo-mento han visto la luz ensayos referidos a Castalia70, Mensaje71, Gánigo72, San Borondón73, Gente Nueva74, Alisio75 y Siglo XX76. En la misma línea cabe apuntar tanto la memoria de licencia-tura como la tesis doctoral de Salvador F. Martín Montenegro (ambas inéditas). La primera de ellas, Índices de periódicos y libros durante la década del treinta en Tenerife con especial atención al pe- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 69. CARREÑO CORBELLA, Pilar. «Bibliografía: Óscar Domínguez». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XXXIX (1995), pp. 203- 207. 70. RAMÍREZ, Goretti. «Aproximación a la revista “Castalia” (estudio e índi-ce) ». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLI (1997), pp. 195-215. 71. KRAWIETZ, Alejandro. «La revista “Mensaje” (1945-1946): un acerca-miento crítico». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLII (1998), pp. 165-213. Reeditado en la edición facsímil de la revista poco después. 72. HERNÁNDEZ, Isidro. «La revista “Gánigo” (1953-1969): estudio e índi-ce ». Estudios canarios: anuario de Instituto de Estudios Canarios, n. XLIII (1999), pp. 299-355. 73. GARCÍA MARTÍN, María del Carmen. «La revista “San Borondón” (1958- 1960): estudio e índices». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLV (2001), pp. 273-306. 74. SÁNCHEZ [SANTANA], Josefa. «La revista “Gente Nueva” (1899-1901): estudio e índices». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLVI (2002), pp. 289-338. 75. RÍOS CRUZ, Adelaida. «La revista “Alisio” (1952-1955): estudio e índi-ces ». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLVI (2002), pp. 339-362. 76. SÁNCHEZ SANTANA, Josefa. «La revista “Siglo XX” (1900-1901): estudio e índice». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLVII (2004), pp. 291-340. 59 ríodo 1936-193977, recoge en un apéndice un «Índice de colabo-radores en periódicos durante la Guerra Civil en Tenerife»; y la segunda, La literatura en la prensa en Canarias entre 1785 y 185978, inserta también un anexo con las «Colaboraciones litera-rias en la prensa canaria entre 1785 y 1859». En los dos casos se trata de un vaciado de los autores que escribieron en los mencio-nados marcos temporales y se presenta como un instrumento pa-ra descubrir los personajes que contribuyeron a definir la produc-ción intelectual isleña. Una publicación reciente relacionada también con la biblio-grafía literaria es la tesis doctoral de Paloma Jiménez del Campo sobre los escritores de la emigración en Cuba79. Desde nuestro punto de vista —dado que este trabajo es más amplio— el capí-tulo que más interesa es el II, donde se recoge un «Catálogo bio-bibliográfico de los escritores canarios en Cuba». Concretamen-te, se relacionan las entradas correspondientes a treinta y un autores nacidos en el archipiélago que, tras cruzar el océano, de-jaron allí obra escrita. Las papeletas de cada autor se ordenan de acuerdo a la fecha en que publicaron su primer libro, y dentro de cada una de ellas se disponen las biografías junto a sus obras, en un discurso donde se intercalan los datos vitales junto con los pu-ramente bibliográficos. Esta inadecuada ordenación, alejada de las sistematizaciones que normalmente se emplean en los reper-torios bibliográficos, se encuentra en consonancia con el objetivo propuesto por su autora en el planeamiento de esta disertación BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 77. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. Índices de periódicos y libros durante la década del treinta en Tenerife con especial atención al período 1936-1939 [te-sina inédita]. Dirigida por Sebastián de la Nuez Caballero. La Laguna: Univer-sidad de La Laguna, 1981. 2 v. Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Sa-la Canarias, sign. 381. 78. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. La literatura en la prensa de Cana-rias entre 1785 y 1859 [tesis doctoral inédita]. Director Sebastián de la Nuez Caballero. La Laguna: Universidad de La laguna, 1990. 3 v. Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Sala de Canarias, sign. 1012. 79. JIMÉNEZ DEL CAMPO, Paloma. Escritores canarios en Cuba: literatura de la emigración. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2003. 60 de grado, y que no es otro que el análisis general de la literatura canaria en esta isla del Caribe. El catálogo sirve, de esta manera, únicamente como una introducción que muestra los principales nombres, sus libros y algunos de sus artículos. La autora se aleja conscientemente de proporcionar un elenco de autores y obras exhaustivo. Así, por ejemplo, muchos artículos y otros autores (cuando sólo publicaron estos trabajos breves) son omitidos del catálogo. Ello resta, lógicamente, utilidad al listado. No obstante, el repertorio es una herramienta provechosa para el análisis de los miembros de la colonia isleña desplazada a aquella otra isla. De esta manera, es necesario subrayar que para la biobibliografía recoge un buen número de nombres y títulos, muchos de ellos ol-vidados, que acotan y precisan la aportación de los isleños en Cu-ba, revelándose como una fuente de gran interés para conocer el acervo literario canario80. Otra monografía que no debemos olvidar es la de Carlos Acosta García sobre los escritores naturales de Garachico81. La misma recoge autores de cualquier disciplina naturales de este municipio del norte de Tenerife desde siglo XVI hasta la actuali-dad más próxima. En sentido estricto, no cabe una definición co-mo un trabajo científico, sino más bien divulgativo. Así, es nece-sario apuntar que este ensayo carece de una estructura bibliográfica coherente. De cualquier forma, es una obra de refe-rencia con la que hay que contar para dicho término y por eso dejamos constancia de ella. Finalmente, hay que mencionar la contribución biobibliográ-fica que suponen numerosos trabajos de homenaje a determina-dos autores, especialmente dedicados a profesores de nuestras universidades o a personalidades destacadas en diversos ámbitos LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 80. Puede verse también para la última centuria la monografía de Jorge DOMINGO CUADRIELLO: Los españoles en las letras cubanas durante el siglo XX (Sevilla: Renacimiento, 2002). 81. ACOSTA GARCÍA, Carlos. Escritores nacidos en la villa y puerto de Gara-chico a través del tiempo. [Islas Canarias]: Gobierno de Canarias, Viceconseje-ría de Acción Exterior [et al.], D.L. 2003. 61 de la investigación canaria más reciente, aunque en algunos casos también se han estudiado autores del pasado. De todos ellos nos ocupamos en el repertorio que cierra este artículo. 2.3 TIPOBIBLIOGRAFÍAS E HISTORIAS DE LA IMPRENTA Un nuevo bloque que abrimos a partir de este punto es el que dedicamos a las investigaciones centradas en el estudio de los im-presos publicados en el archipiélago. En este sentido, es preciso significar que la tardía introducción de la imprenta en Canarias (1751), cuando el tipógrafo sevillano Pedro José Pablo Díaz y Ro-mero abrió un taller en Santa Cruz de Tenerife, reduce el análi-sis de la tipobibliografía canaria a poco más de dos siglos y me-dio. En este apartado, asimismo, debido a la estrecha relación que tienen con la disciplina que nos ocupa, cabe citar numerosos ar-tículos sobre la historia de la imprenta de nuestras islas publica-dos a partir del siglo XIX. Los mismos son el germen de los estu-dios más puramente tipobibliográficos que verían la luz a lo largo del siglo XX y que complementan a estos últimos. Como prehistoria de estos repertorios debemos nombrar, pues, el interesante ensayo de Francisco María de León Morales publicado en el periódico El amigo del país de Santa Cruz de Te-nerife en 186682, donde se hace un ligero repaso de los primeros impresores establecidos en las islas y se acompañan algunas valo-raciones sobre la importancia y la calidad de sus trabajos. Ade-más, León añade una lista de los obradores que se encontraban ejerciendo en Canarias en la época de la publicación del artícu-lo: cinco en Santa Cruz de Tenerife, tres en Las Palmas de Gran Canaria y uno en Santa Cruz de La Palma. Pocos años después, la lista habría de aumentar en gran medida. Si quisiéramos circunscribirnos al caso de La Palma, obligado sería resaltar la importancia de otra fuente de la misma época: el BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 82. LEÓN MORALES, F.M. «Breves apuntes sobre la historia del arte tipográ-fico en Canarias». El amigo del país, I (1866), pp. 206-207. 62 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE artículo de Eufemiano Castro y Felipe (firmado con sus inicia-les), publicado en El pito y reproducido en El Time, sobre los por-menores de la introducción de la primera imprenta de dicha is-la83. El mismo trabajo fue incluido por Juan B. Lorenzo en la Agustín Millares Torres 83. CASTRO Y FELIPE, E. «La imprenta en La Palma». El Time (3 de junio de 1866), pp. 1-2; IDEM. «La imprenta en La Palma». El Time (10 de junio de 1866), pp. 1-2. Copiado en su mayor parte por TEDOTE. «Primera época de la imprenta en La Palma». Almanaque del diario Hoy (Santa Cruz de Tenerife), 1933-1934 (21 de septiembre). Cit. por VIZCAYA CARPENTER, Antonio. Tipo-grafía canaria, p. LXXIII, nota 59. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 63 parte dedicada a la imprenta en sus Noticias para la historia de La Palma84, aunque este último autor añade finalmente la trans-cripción de la lista de suscriptores y accionistas que posibilitaron la compra de la máquina de imprimir. Como obra propiamente tipobibliográfica debemos destacar, en primer lugar, la publicada por Luis Maffiotte a partir de 190585. En esta fecha se edita el primero de los tres volúmenes de Los periódicos de las islas Canarias86, verdadera obra de tipo-bibliografía canaria que normalmente queda obviada en la mayo-ría de las reseñas sólo por el hecho de ocuparse de publicaciones periódicas y no de monografías. Este trabajo tiene un anteceden-te directo en un repertorio inédito titulado Catálogo por orden al-fabético de todos los periódicos que se han publicado en las islas Ca-narias ordenado por Agustín Millares Torres, 189387, y en otro similar, del mismo autor, titulado Estadística de los periódicos y re-vistas publicados en las islas Canarias88, ambos merecedores de 84. LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. Noticias para la historia de La Palma. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios; Santa Cruz de La Palma: Cabildo In-sular de La Palma, 1975-2000, v. 3, pp. 350-354. 85. Luis Maffiotte ya había demostrado interés previamente por la tipobi-bliografía en las referidas «Cartas bibliográficas» y en sendos artículos publica-dos en el Diario de Tenerife: MAFFIOTTE, Luis. «Poetas desconocidos». Diario de Tenerife (24 de julio de 1900); IDEM. «El 25 de julio: nuevos documentos». Dia-rio de Tenerife (24 de julio de 1902). 86.MAFFIOTTE LA ROCHE, Luis. Los periódicos de las islas Canarias: apuntes para un catálogo. Madrid: (s.n.), 1905-1907 (Alfredo Alonso). 87. El manuscrito forma parte del legado documental que los herederos del historiador Millares Torres depositaron en El Museo Canario a finales de 2003. Está incompleto, llegando sólo hasta la letra «E», pero es muy posible que el res-to de la obra permanezca aún entre los documentos que los depositarios deci-dieron conservar en sus propios archivos. Una nota reciente, perteneciente a una buena catalogación «casera» del documento, indica que este trabajo «ha servido de base para la obra siguiente: Catálogo por orden alfabético de todos los periódicos y revistas que se han publicado en las islas Canarias (iniciado por Agustín Millares Torres; continuado y puesto al día por Agustín Millares Sall)». 88. ARCHIVO DE EL MUSEO CANARIO. Fondo Agustín Millares Torres. Aun-que en su portada aparece la fecha de 1882, ésta ha de ser la fecha de inicio de la investigación, ya que el trabajo recoge los periódicos publicados hasta 1895. 64 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE un estudio independiente89. Aun con estos antecedentes, el re-pertorio de Maffiotte tiene el inconveniente de ser demasiado temprano, ya que los años siguientes a su publicación fueron tan 89. Como dato curioso podemos resaltar que en Estadística... se incluye co-mo anexo un Catálogo de los periódicos que se han publicado en la ciudad de Santa Cruz de La Palma desde el establecimiento de la Imprenta de El Time, re-gentada por Don Pedro Guerra Vallejo, hasta el presente..., que incluye cuarenta periódicos palmeros desde 1863 hasta 1894. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 65 sobresalientes en la historia de la prensa en Canarias como lo ha-bían sido los años finales del siglo XIX. No obstante, la riquísima aportación que supone esta obra es tal que sólo ha empezado a ser completada en fechas muy recientes por Ricardo Acirón90 y por la tesis doctoral de Antonio L. Rojas Friend91, sin olvidar el excelente trabajo de Juan Régulo Pérez sobre la prensa de La Pal-ma92, el cual ha sido ampliado para una parte de la centuria de-cimonona (hasta 1886 con el estudio de El eco) por Macías Mar-tín93. Además de estas fuentes fundamentales, algunos otros autores se han centrado en el repertorio de periódicos canarios, como es el caso de Agustín de la Hoz, que se ocupó de los edita-dos en Lanzarote94; Teresa López Santana, que analizó algunos aspectos de la prensa de Fuerteventura95;Martín Montenegro96 y 90. ACIRÓN ROYO, Ricardo. La prensa en Canarias: apuntes para su historia. Madrid: Confederación Española de Cajas de Ahorro, 1986. 91. ROJAS FRIEND, Antonio Luis. Prensa e ilustración en las islas Canarias (1750-1810). Madrid: Universidad Complutense, 1993. 92. RÉGULO PÉREZ, Juan. «Los periódicos de la isla de la Palma (1863- 1948)». Revista de historia [canaria], n. 84 (1948), pp. 337-413. Antes de la pu-blicación de este trabajo había dado a conocer su proyecto en un intento de re-copilar el mayor número de ejemplares y colecciones: RÉGULO PÉREZ, Juan. «Ordenación bibliográfica de los periódicos palmeros: invitación a colaborar». Diario de avisos (8 de mayo de 1948). 93. MACÍAS MARTÍN, Francisco J. «Descripción, carácter e interioridades de la prensa palmera decimónica (I)». Tebeto: anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, n. X (1997), pp. 11-116. Este artículo fue reproducido con al-gunos añadidos en la monografía: MACÍAS MARTÍN, Francisco J. Prensa y políti-ca en La Palma durante el siglo XIX. Tegueste: Baile del Sol, 2002. 94. HOZ, Agustín de la. «Lancelot, número 100: grandeza y servidumbre». Lancelot, n. 100 (15 de febrero de 1985), pp. 27-33. Este repaso por la histo-ria de la prensa lanzaroteña concluye con una lista de los cuarenta y siete pe-riódicos isleños identificados por el autor entre 1858 y 1982. El mismo autor publicó años más tarde un resumen de este artículo con el título «Publicacio-nes lanzaroteñas del pasado y presente siglos». Lancelot, n. 223 (5 de septiem-bre de 1987), pp. 26-27. 95. LÓPEZ SANTANA,Teresa. Notas para un estudio de la prensa majorera: La Aurora. [S.l.: s.n.], c. 1980. 96. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. Índice de periódicos y libros... op. cit. 66 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE Yanes Mesa97, que han estudiado la rica prensa tinerfeña; Carmen Hernández, que ha reseñado la historia de la prensa en La Lagu-na98 y La Palma99; Carmen González, Esther González y Carmen 97. El repertorio de obras de Yanes Mesa sobre este tema es extenso, pero cabe destacar a modo de resumen: YANES MESA, Julio Antonio. Historia del pe-riodismo tinerfeño, 1785-1936: una visión periférica de la historia local del perio-dismo español. [La Laguna; Las Palmas de Gran Canaria]: Centro de la Cultu-ra Popular Canaria, 2003. 98. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Carmen. «Aproximación al estudio de la prensa en La Laguna: 1877-1900». En: VII Coloquio de Historia Canario-Ame-ricana (1986). Las Palmas de Gran Canaria: Mancomunidad de Cabildos, 1990, tomo II, pp. 5-27. 99. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Carmen. «La prensa palmera en los fondos hemerográficos de la Universidad de La Laguna». En: I Encuentro de Geografía, Historia y Arte de la Ciudad de Santa Cruz de La Palma. Santa Cruz de La Pal-ma: Patronato del V Centenario del Descubrimiento de América, 1993, tomo I, pp. 386-398. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 67 Rosa Centeno, que recogieron cincuenta y un títulos del Valle de la Orotava100; Venancio Acosta, especialista en la prensa de El Hierro101, y José Saavedra Rodríguez, que cuenta con un registro para Gran Canaria102. Volviendo al repertorio de Maffiotte, resaltaremos que recoge cuantos periódicos pudo examinar hasta los últimos momentos antes de la publicación, indicando los datos básicos de cada cabe-cera por orden cronológico. Hoy se considera que el catálogo contiene algunos errores y que adolece de la falta de numerosos títulos de periódicos canarios que deberían estar incluidos en la obra, pero estos errores no han de ser achacados al autor, sino más bien a las condiciones en que un estudio de este tipo se po-día hacer en los albores del siglo XX, sobre todo teniendo en cuenta el carácter fundamentalmente efímero de las publicacio-nes estudiadas, lo cual dificulta la localización de ejemplares con-servados a lo largo de los años. Como indicador de los periódicos que pueden faltar en el repertorio de Maffiotte, baste echar una ojeada al extenso apéndice final de la publicación, en el que se recogen los títulos de doce periódicos identificados por el autor durante el proceso de edición del propio catálogo, además de otras veintiséis cabeceras de periódicos canarios editados fuera de las islas. En definitiva, además de suponer un notable avance en el conocimiento de la tipobibliografía canaria en general, el tra-bajo de Maffiotte es punto de referencia obligada para cualquier 100. GONZÁLEZ, Carmen M., GONZÁLEZ, Esther y CENTENO, Carmen Ro-sa. La prensa del Valle de La Orotova (1880-1930). Puerto de la Cruz:Ayunta-miento de Puerto de la Cruz, 1986. 101. ACOSTA PADRÓN,Venancio. La prensa en El Hierro. La Orotava: [s.n.], 1991; IDEM. La prensa en El Hierro. La Laguna: Centro de la Cultura Popular Canaria, 1997. 102. SAAVEDRA RODRÍGUEZ, José. Catálogo general de publicaciones periódi-cas en la provincia de Las Palmas 1840-1972 [Tesina inédita, dirigida por An-tonio de Béthencourt Massieu]. La Laguna: Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna, 1972. 68 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE estudio sobre la historia de la prensa en las islas103, y es utilizado, de hecho, en estudios tan interesantes como el de DavidW. Fer- 103. Sobre la historia de la prensa en Canarias pueden consultarse las si-guientes obras: DORESTE, Ventura. «El periódico más antiguo de Canarias». El Museo Canario, 14 (1945), pág. 45-60; HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A. Sebastián. «Andrés Amat de Tortosa, ingeniero y periodista». Parabiblos: cuadernos de bi-blioteconomía y documentación, n. 5-6 (1991-1992), pp. 53-68; El ómnibus (15 de agosto de 1857), p. [1]; REGUEIRA BENÍTEZ, Luis. «Los primeros tiempos de la prensa en Canarias». Noticias El Museo Canario, n. 0 (2000), pp. 12-13; RO-JAS FRIEND, Antonio. «La aparición del periodismo impreso en las islas Cana-rias ». El Museo Canario, v. L (1995), pp. 257-274; ROJAS FRIEND, Antonio. «Eco de Canarias (1836): un desconocido proyecto periodístico de Pedro Mariano Ramírez». Aguayro, n. 206 (enero-febrero 1994), pp. 35-38. Luis Maffiotte.Caricatura hecha por Diego Cro-sa y publicada en Gente Nueva, nº 35 (2 de julio de 1900), p.1. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 69 nández sobre la prensa canario-americana104, que recoge 29 ca-beceras americanas dirigidas a sus respectivas colonias canarias, además de otras 14 de difusión general cuyos directores eran oriundos de las islas. Como colofón de la etapa precursora de los estudios tipobi-bliográficos hay que volver a citar el nombre de Agustín Millares Carlo, que ya en 1924 publica en la prensa un comentario que pone de relieve su interés por iniciar la recogida de datos para es-te tipo de trabajos105. Sin embargo, es en los años cercanos a la publicación de su primera Bio-bibliografía cuando Millares con-centra la publicación de artículos sobre el tema106. No tenemos ningún reparo, pues, en afirmar que fue Millares Carlo el encargado de espolear a los demás investigadores biblió-filos de las islas para que se convirtieran en bibliógrafos, de ma-nera que la publicación de su Bio-bibliografía y del artículo que acabamos de citar supuso el nacimiento de la etapa más fértil de los estudios de bibliografía y de historia de la imprenta en Cana-rias. No sólo las revistas especializadas, sino también, y en no po-cas ocasiones, los periódicos regionales acogieron numerosos ar-tículos que aportaban continuamente nuevos datos para el mejor conocimiento de la disciplina. El primero de todos estos trabajos se debió a la pluma del in-vestigador José Pérez Vidal, quien dio a la luz en Revista de his- 104. FERNÁNDEZ, DavidW. «Los periódicos canarios en América». El Museo Canario, 57-64 (1956-1957), pp. 157-163; IDEM. «Los periódicos canarios en América». [S.l.]: Gobierno de Canarias. Viceconsejería de Relaciones Institu-cionales, 2000. 105. MILLARES CARLO, Agustín. «Comentarios a un proyecto sobre el libro canario». Diario de Las Palmas (18 de julio de 1924), p. 1. 106. IDEM. «Los incunables canarios más antiguos». El Museo Canario, n. 3 (mayo-agosto 1934), pp. 31-41; IDEM. «Los primeros tiempos de la imprenta en Canarias». El Museo Canario, n. 4 (septiembre-diciembre 1934), pp. 49-55; IDEM. «Otro impreso de Juan Díaz Machado». El Museo Canario, n. 7 (septiem-bre- diciembre 1935), pp. 52-53; IDEM. «El arte tipográfico hizo su aparición en Canarias por Santa Cruz de Tenerife: los incunables más antiguos». La tarde (14 de abril de 1935); IDEM. «El libro canario». El eco de Canarias (3 de sep-tiembre de 1967), p. 13. 70 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE toria la edición de un par de documentos conservados en la Bi-blioteca Cervantes de Santa Cruz de La Palma107. En fecha pos-terior se publicó una serie de artículos, todos en la prensa regio-nal, que añadían datos sobre la historia de la imprenta en Tenerife. Así, destacaron las contribuciones de Buenaventura Agustín Millares Carlo 107. PÉREZ VIDAL, José. «La imprenta en Canarias: documentos para el es-tudio de su establecimiento». Revista de historia [canaria], n. 59 (jul.-sep. 1942), pp.137-143 y n. 60 (oct.-dic. 1942), pp. 237-243. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 71 Bonnet108; Ruiz Padrón109; Darias Padrón110; y Sebastián Padrón Acosta111. Para la imprenta palmera es preciso mencionar un ar-tículo periodístico del poeta Félix Duarte que, si bien no aporta datos novedosos, es la única referencia que contamos sobre dicha isla. El trabajo de Duarte se basa en las aportaciones previas de Eufemiano Castro y Felipe, Juan B. Lorenzo y Juan Régulo Pérez, todas citadas con anterioridad, terminando con una referencia a la evolución de los periódicos en La Palma112. Los últimos artícu-los que se publicaron durante estos años se centraron en el taller que patrocinó la Económica de Tenerife. Los mismos se deben a Pedro Tarquis, que investigó la labor de Agustín de Bethencourt para crear esta imprenta y dotarla de tipos113; y al bibliotecario Marcos G. Martínez en un ensayo editado en 1960 dentro de la Revista de historia canaria114. El período comprendido entre las dos ediciones de Millares es, por tanto, la etapa más fértil de la bibliografía canaria. En este in- 108. BONNET, B. «La imprenta en Tenerife». El día (25 de mayo de 1947), p. 4, (13 de julio de 1947), p. 3, (13 de mayo de 1948), p. 3, y (27 de agosto de 1948), p. 4. 109. RUIZ PADRÓN, A. «Trágico final de una máquina de imprenta». La tar-de (23 de diciembre de 1948), p. 3. 110. DARIAS PADRÓN, D. «Las primeras imprentas en Tenerife». La tarde (6 de enero de 1949), p. 3. 111. PADRÓN ACOSTA, S. «El primer tipógrafo de Canarias». La tarde (16 de febrero de 1949), p. 3. 112. DUARTE, Félix. «La imprenta en La Palma». Diario de avisos (20 de di-ciembre de 1957), p. [2]. Saliendo fuera de este marco cronológico, es preciso subrayar que el tema fue retomado no hace mucho tiempo en un semanario local donde en un evocativo artículo se da cuenta de una de las antiguas pren-sas artesanales de la empresa del Diario de avisos, la cual operaba aún a prin-cipios de la década de los noventa del siglo XX en la capital insular. Vid. «El úl-timo tipógrafo». El Time palmero (del 20 al 27 de marzo de 1993), p. 8. 113. TARQUIS, P. «Agustín de Bethencourt: la imprenta de la Económica de La Laguna». La tarde (23 de febrero de 1960), p. 3; (25 de febrero de 1960), p. 2; (3 de marzo de 1960), p. 3. 114. MARTÍNEZ, M. «La imprenta de la Real Sociedad». Revista de historia canaria, n. 129-130 (1960), pp. 55-70. 72 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE tervalo, es Antonio Vizcaya Cárpenter el autor de la primera obra primordial para los estudios tipobibliográficos sobre las islas. Se trata de Tipografía canaria115, y aunque es de una tipología distin-ta a la del ensayo de Millares, supuso un notable acrecentamien-to de la primera edición de la Bio-bibliografía, no sólo porque am-pliaba su ámbito para abarcar todo el siglo XIX, que quedaba fuera de las pretensiones de Millares, sino también porque iden-tificaba numerosísimos autores y ediciones que escaparon a la exhaustividad de don Agustín. Vizcaya no era ningún advenedizo en este campo. Al contra-rio, numerosos artículos suyos especializados en tipobibliografía habían visto la luz con anterioridad a la Tipografía canaria. Así, es preciso significar que esta obra estaba en proceso de prepara-ción desde hacía varios años, lapso de tiempo que aprovechó el erudito tinerfeño para publicar trabajos sobre la imprenta en Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria116 o el «Ca-tálogo bibliográfico de la primera imprenta canaria»117, repasan-do todas las impresiones que logró localizar del taller de Pedro José Pablo Díaz y Romero, establecido en Santa Cruz de Teneri-fe y pionero de los de Canarias118. 115. VIZCAYA CÁRPENTER, Antonio. Tipografía Canaria: descripción biblio-gráfica de las obras editadas en las islas Canarias desde la introducción de la im-prenta hasta el año 1900. Santa Cruz de Tenerife: Instituto de Estudios Cana-rios, 1964. 116. IDEM. «La imprenta de la calle del Sol». La tarde (23 de junio de 1949), p. 3, y (25 de junio de 1949), p. 3; IDEM. «La imprenta en Las Palmas». La tar-de (29 de mayo de 1951), p. 3. 117. IDEM. «Catálogo bibliográfico de la primera imprenta canaria». Revista de historia canaria, n. 109-112 (1955), pp. 113-145. Publicado también como separata: La Laguna: Universidad de La laguna. Facultad de Filosofía y Letras, 1955. 118. Actualmente el catálogo de la imprenta de Díaz y Romero sigue dan-do algunas sorpresas, como fue la reciente descripción de un nuevo título que hasta ahora había pasado desapercibido. Vid. POGGIO CAPOTE, Manuel. «Apor-tación al catálogo de la primera imprenta canaria: Roberto La Hanty y una no-vena a santa Águeda». Noticias El Museo Canario, n. 6 (tercer cuatrimestre 2002), pp. 4-7. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 73 La Tipografía canaria de Vizcaya tiene una concepción dife-rente de la Bio-bibliografía de Millares Carlo, ya que, al ser una ti-pobibliografía, no pretende recoger todas las obras escritas por autores canarios, sino todas las obras impresas en talleres del ar-chipiélago. Es ésta, por tanto, la primera obra auténticamente ti-pobibliográfica publicada sobre Canarias, si exceptuamos el atí-pico caso de los periódicos de Maffiotte que ya hemos comentado. Se da la circunstancia de que Millares había redacta-do una obra de concepción similar en 1930, Historia de la im- 74 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE prenta en las islas Canarias, pero el manuscrito se extravió duran-te unos años hasta que, reaparecido, fue cedido por su autor a Vizcaya para que lo aprovechara en esta obra119 En la actualidad se encuentra de nuevo en paradero desconocido. Pocos años después se publicó la primera adición importante a la Tipografía canaria, y se hizo gracias al palmero Juan Régulo Pérez en una recensión sobre el libro de Vizcaya120 en la que se añadían nada menos que cincuenta y seis obras a las 1909 regis-tradas por el autor reseñado121. La contribución de Régulo, apa-rentemente modesta por presentarse en forma de juicio literario aun teniendo entidad propia como artículo de investigación, se limitaba a relacionar las obras mediante sus datos básicos (autor, título y pie de imprenta)122, pero sin embargo supone, por un la-do, un paso más, y no pequeño, hacia el objetivo ideal de confor-mar un corpus completo y definitivo de publicaciones canarias, y por otro lado, manifiesta el claro interés de algunos investigado-res, bibliógrafos y bibliófilos por rastrear las bibliotecas en busca de ejemplares perdidos. También Manuel Hernández Suárez es autor de una obra de especial interés para la tipobibliografía del archipiélago: la Con-tribución a la historia de la imprenta en Canarias123. Concebida también, en principio, como complemento al repertorio de Viz-caya, es su principal aportación a esta disciplina y supone algu-nas importantes adiciones a este repertorio y al de Millares, in- 119. VIZCAYA CÁRPENTER, Antonio. Tipografía Canaria..., Op. cit., p. XII. 120. Revista de historia canaria, n. 149-152 (1965-1966), pp. 229-237. 121. La contribución de Vizcaya fue objeto también de una reseña firma-da por José Miguel Alzola y publicada en El Museo Canario, 26 (1965), pp. 244-246; pero en este caso no se trataba de añadir datos nuevos al repertorio tipobibliográfico sino de destacar la extrema importancia de su publicación. 122.A través de este artículo de reseña, Régulo pide a Vizcaya que se ocu-pe de estudiar los impresos canarios hasta 1958 «aunque sea con normas bi-bliográficas menos meticulosas, pero igualmente precisas». Op. cit., p. 237. 123. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Contribución a la historia de la imprenta en Canarias. Las Palmas: Mancomunidad de Cabildos, 1977. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 75 corporando más de ochocientas entradas novedosas. Tal como se indica en la nota preliminar de la obra, el trabajo de identifica-ción se llevó a cabo casi exclusivamente en El Museo Canario (con aportaciones de otras colecciones como el Archivo Parro-quial de Teror), y el hecho de que este centro hubiera sido ya ins-peccionado pormenorizadamente por sus predecesores nos da una idea del volumen de información tipobibliográfica que pue-de quedar aún por rescatar del olvido. La tipobibliografía retrospectiva canaria parece agotarse du-rante años a tenor de la escasez de nuevas publicaciones sobre el tema, tal vez a causa de la enorme repercusión que tuvo la Bio-bibliografía reeditada entre 1975 y 1992, que eclipsó en buena medida cualquier otra aportación bibliográfica y que supuso que los bibliógrafos dedicaran sus esfuerzos a completarla en lo posi-ble, tal vez descuidando las labores propiamente tipobibliográfi-cas. Aun así, no han faltado algunas aportaciones que vienen a perfilar determinados aspectos de esta disciplina. En primer lugar, se debe volver a citar los trabajos de Martín Montenegro. En su tesina de licenciatura, aparte del apéndice mencionado en el epígrafe anterior, se recogen otros dos: uno con un listado de las obras editadas en Canarias entre 1930 y 1939 y otro relativo a las publicaciones periódicas impresas en Tenerife durante las mismas fechas. En el primero de ellos se describe un total de 550 impresos, entre monografías, folletos y hojas suel-tas124. En el segundo, la relación se centra en los periódicos y re-vistas. Por lo que respecta a sus tesis doctoral, ésta cuenta con un anexo denominado «Textos literarios impresos en Canarias entre 1751 y 1860», que presenta menor interés puesto que se limita a seleccionar y consignar los textos de creación enumerados por Vizcaya Cárpenter, Régulo Pérez y Hernández Suárez; otro ane-xo comprendido en su tesis es el titulado «La prensa canaria des-de 1785 a 1859», donde se colacionan las publicaciones periódi- 124. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. Índices de periódicos y libros duran-te la década del treinta en Tenerife... Op. cit. 76 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE cas estampadas en el mismo período a través de una completa fi-cha hemerográfica125. Asimismo, durante este período, hay que citar un artículo de Antonio Rojas Friend en el que publica tres documentos que contribuyen a un mejor conocimiento de los tipógrafos pioneros Bazzanti y Díaz Machado126, pero también son importantes en este sentido los de Juan José Laforet, sobre los inicios de esta in-dustria en las islas de Gran Canaria y Lanzarote127; y Santiago de Luxán sobre «La introducción de la imprenta en Canarias»128, La industria tipográfica en Canarias129 y «Las dificultades de la em-presa editorial en Canarias»130, que no se ocupan de añadir edi-ciones al catálogo sino de analizar el contexto en que se desarro-lló el arte tipográfico en las islas, ofreciendo relevantes datos sobre las imprentas, la producción y distribución de libros, su ti-pología, etc. Últimamente cabe destacar la contribución de Ge-rardo Fuentes y Manuel Ferraz Lorenzo sobre la imprenta de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (esta- 125. IDEM. La literatura en la prensa de Canarias entre 1785 y 1859...O p. c i t . 126. ROJAS FRIEND, Antonio. «Notas para la historia de la imprenta en Ca-narias ». Anuario del Departamento de Historia, I (1989), pp. 125-130. 127. LAFORET, Juan José. Orígenes de la imprenta en la provincia de Las Pal-mas. Las Palmas de Gran Canaria: Asociación de Empresarios de Imprentas y Artes Gráficas de la Provincia de Las Palmas, 1991. 128. LUXÁN MELÉNDEZ, Santiago de. «La introducción de la imprenta en Canarias, 1750-1833, años de ensayos e incertidumbres: Viera y Clavijo y la imprenta de los Amigos del País de Las Palmas». Parabiblos: cuadernos de biblio-teconomía y documentación, n. 7-8 (1993-1994), pp. 31-52. 129. IDEM. La industria tipográfica en Canarias, 1750-1900: balance de la producción impresa. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Ca-naria, 1994; IDEM. «La industria del libro en Canarias, 1750-1900: algunos ras-gos definitorios». Anuario de estudios atlánticos, 41 (1995), pp. 259-270. 130. IDEM. «Las dificultades de la empresa editorial en Canarias: alegrías y sinsabores de la IV edición de la “Historia general de las islas Canarias” de A. Millares Torres». En: Homenaje a Celso Martín de Guzmán (1946-1994). Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (etc.), 1997, pp. 215-230. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 77 blecida en La Laguna)131 y el ensayo de Rafael Zurita Molina so-bre la evolución de la imprenta en dicha isla132, que demuestra que el interés por el estudio de la historia de la tipografía sigue vigente en nuestras islas133. Otra importante monografía reciente con interesantes aporta-ciones en este terreno es la que dedicó a la Imprenta Benítez el autor Luis Cola134, quien ya había adelantado con anterioridad parte de su investigación en forma de artículo135. El ensayo de Cola nos adentra con minuciosidad en el estudio de esta casa im-presora, una de las más importantes y productivas de Canarias, que ejemplifica perfectamente el mundo editorial de finales del siglo XIX y principios del XX. Esta obra hace, además, un inventa-rio de la producción editorial de la imprenta estudiada, aportan-do a la tipobibliografía canaria comprendida en el siglo XIX nada menos que 77 nuevos asientos entre monografías, folletos, hojas 131. FUENTES PÉREZ, Gerardo y FERRAZ LORENZO, Manuel. «La Real Socie-dad Económica de Amigos del País de Tenerife y la imprenta: una eficaz ma-nera e divulgar la cultura». En: La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife: sus primeros pasos. San Cristóbal de La Laguna: Real Sociedad Eco-nómica de Amigos del País de Tenerife, D.L. 2002, pp. 241-275. 132. ZURITA MOLINA, Rafael. Tenerife con olor a tinta: rudimentos de las ar-tes gráficas: de la tipografía al offset. Santa Cruz de Tenerife: [s.n.], 2003 (Grá-ficas Tenerife). 133. Podrían enumerarse otros trabajos de divulgación que, aunque no aporten datos nuevos, ponen también de manifiesto el interés que existe sobre esta cuestión. Sirvan, a título de ejemplo: PÉREZ BARRIOS, Ulpiano. «La prime-ra imprenta llega a Canarias». El día / La prensa (3 de abril de 1988), p. 4. Re-producido en: Cosas del pasado isleño. [Tenerife]: Centro de la Cultura Popu-lar Canaria, 1989, pp. 181-185; ARENCIBIA, Juan. «Primera imprenta en La Palma». Diario de avisos (16 de diciembre de 2001), p. 4. 134. COLA BENÍTEZ, Luis. La imprenta Benítez: una empresa comprometida con el progreso y la cultura del archipiélago canario. La Laguna: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001. 135. IDEM. «Presencia lagunera de una imprenta de Santa Cruz». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLI (1997), pp. 217-242. 78 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE sueltas y publicaciones periódicas136. Además, Cola, junto al mencionado Martín Montenegro, es el primer bibliógrafo en adentrarse en el siglo XX. Tarea, muy necesaria, que fue requeri-da en su día por Régulo Pérez pero que todavía está pendiente de concretar. Por lo que se refiere a ediciones más modernas, hay que con-tar con el Catálogo de ediciones canarias137, que a pesar de su tí-tulo es un repertorio bibliográfico y no un catálogo. Esta obra, editada en 1988, trata de recoger la producción editorial canaria de «las últimas décadas» (sic, p. 11), pero lo hace de una manera excesivamente incompleta y con unas descripciones bibliográfi-cas que se limitan a los pies de imprenta. Su inclusión en este re-paso se debe a que demuestra el interés de las instituciones pú-blicas por confeccionar un repertorio de obras de interés para nuestra comunidad autónoma, por más que la metodología utili-zada para hacerlo no sea la más adecuada desde el punto de vis-ta del rigor profesional138. Muestra de ello es la intención original de actualizar periódicamente el repertorio, propósito que no se cumplió nunca debido tal vez a las críticas que recibió este pri-mer Catálogo por sus defectos de forma. Mayor fortuna tuvo el catálogo de la colección hemerográfica de la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife139, que es un caso más de cómo un catálogo muy especializado puede lle- 136. Para un juicio crítico sobre este libro pueden verse las reseñas de Juan Arencibia (Diario de avisos, (21 de noviembre de 2001), p. 4) y Manuel Pog-gio Capote (Boletín Millares Carlo, n. 21 (2002), pp. 339-343). Éste último añade cuatro nuevos registros al catálogo de la imprenta. 137.GARCÍA BOLTA,María Isabel (ed.). Catálogo de ediciones canarias. [Ca-narias]: Gobierno de Canarias. Viceconsejería de Cultura y Deportes, 1988. 138. Para un análisis más detallado de esta obra, vid. PINTADO PICO, Félix. «Lanzarote y Fuerteventura en el Catálogo de ediciones canarias: hacia una bi-bliografía regional canaria». En: IV Jornadas de Estudios Sobre Lanzarote y Fuer-teventura, 1995. Arrecife: Cabildo Insular de Lanzarote; Cabildo Insular de Fuerteventura, 1995, Tomo I, pp. 491-501. 139. Biblioteca Pública Municipal de Santa Cruz de Tenerife: lista de publica-ciones periódicas existentes en la misma desde 1785 a 1988. Santa Cruz de Te-nerife: Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, D.L. 1990. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 79 gar a ser considerado como un repertorio bibliográfico. En él se incluyen los datos básicos de todas las publicaciones periódicas de la colección, lo cual se ajusta en gran medida a lo que fue la producción real del periodismo en Canarias, con algunas salve-dades debidas a las ausencias de que adolece cualquier bibliote-ca por rica que sea. El catálogo recoge, además, información so-bre el formato de las publicaciones, la inclusión de gra b a d o s, etc., datos extraordinariamente útiles para un repertorio tipobi-bliográfico. 2.4 TOPOBIBLIOGRAFÍAS Y BIBLIOGRAFÍAS TEMÁTICAS En la introducción de este artículo se han indicado las aporta-ciones de Juan de Iriarte a la biblioteconomía española. No obs-tante, la contribución bibliográfica que más nos interesa del por- 80 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE tuense es la que se refiere al archipiélago, que tal vez nunca ter-minó de recoger, pero de la que tenemos indubitables noticias. Se trata de Historia de las islas Canarias, una obra manuscrita, ac-tualmente extraviada, que incluía una «biblioteca» de autores que hacen mención del archipiélago. Lope de la Guerra parecía haberla visto140, y Agustín Millares Torres insinúa que se encuen-tra entre los manuscritos españoles del British Museum141. Lo cierto es que el coleccionista inglés Sir Thomas Phillipps (1792- 1872) poseía un manuscrito que bien podría ser la parte biblio-gráfica de esta obra, aunque está redactado como trabajo inde-pendiente con el título Bibliotheca de autores que han escrito de Canarias142. La colección de Phillipps se dispersó tras su muerte, perdiéndose la pista de muchos manuscritos, pero en la bibliote-ca particular de Bartolomé March Cervera, en Madrid, se conser-vaba en 1980 un volumen que bien podría ser éste143.A pesar de que no hemos podido examinar el ejemplar144, por su título no cabe duda de que podría tratarse de una topobibliografía, a lo que es preciso añadir que, en ese caso, se trataría de la primera contribución a la bibliografía sobre Canarias y como tal ha de ser recobrada del olvido. 140. GUERRA, Lope de la. «Memorias». El Museo Canario, n. 29-30 (1949), p. 113. 141. MILLARES TORRES, Agustín. Historia general de las islas Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: Imprenta de La Verdad, 1893-1895, v. I, p. 81. 142. BENITO RUANO, Eloy. «Manuscritos canarios del Museo Británico». Anuario de estudios atlánticos, n. 1 (1955), pp. 574-575. 143. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Op. cit. v. IV, p. 86. Actualmente es muy posible que este ejemplar se encuentre en la bi-blioteca de la Fundación Bartolomé March, en Palma de Mallorca. 144. Parece que en el traslado de la biblioteca de Bartolomé March de Ma-drid a Mallorca algunos de los registros de esta biblioteca han quedado tempo-ralmente ilocalizables, como un ejemplar de las Elegançias romançadas por el maestro Antonio de Nebrixa perteneciente al taller de Arnao Guillén de Brocar, c. 1517. Vid. MARTÍN ABAD, Julián. «La tipobibliografía complutense del siglo XVI: tareas y posibilidades». En: El Libro Antiguo Español: actas del primer Colo-quio Internacional (Madrid, 18 al 20 de diciembre de 1986). [Salamanca]: Uni-versidad de Salamanca [etc.], 1988, p. 283. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 81 Juan de Iriarte. Grabado publicado en la edición de 1774 de sus Obras suel-tas. 82 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE Dos trabajos posteriores que tocan las publicaciones referen-tes a Canarias —aunque parcialmente— fueron la citada más arriba monografía de Francis Coleman Mac-Gregor, por una par-te, y el Catálogo de la Biblioteca Salvá145 por otra. La primera de-dica el capítulo 20 a una «Bibliografía sobre las islas Canarias». Recoge un listado cronológico de obras que tratan o tocan el ar-chipiélago, añadiendo en algunos casos breves comentarios críti-cos146. El segundo, a pesar de que no fue concebido como un tra-bajo bibliográfico, sino que trataba exclusivamente de mostrar la biblioteca familiar de los Salvá, debido tanto a la precisión con que fue confeccionado como al interés de los libros incluidos, ad-quirió con el paso de los años la categoría de bibliografía de pri-mera magnitud, y así es considerado en la actualidad por todos los especialistas. Publicado en 1872, bajo el epígrafe «Historia de las Indias Orientales y Occidentales, África y las islas Canarias» recoge un amplio listado de obras relacionadas con esos lugares; con respecto al archipiélago, inserta únicamente las Historias de Núñez de la Peña y Viera147. No obstante, a pesar de esta pobre-za, nosotros nos detenemos en el mencionado encabezamiento dado que debe de ser el primer repertorio general que establece una división particular para nuestras islas. La bibliografía topográfica exclusivamente canaria de los últi-mos tiempos no es muy abundante, y prácticamente debemos re-ducirla a tres obras redactadas con diferentes objetivos y, por tan-to, con diferentes criterios. La primera de ellas, que además es la más importante cualitativamente, es la confeccionada por el ac-tual secretario del Institutum Canarium, Hans-Joachim Ulbrich, quien se ocupó de recoger toda la producción editorial concer- 145. SALVÁ Y MALLEN, Pedro. Catálogo de la Biblioteca de Salvá. Valencia: Imprenta de Ferrer de Orga, 1872, v. 2, pp. 577-635. 146.MAC-GREGOR, Francis Coleman. «Von der Literatur über die Canaris-chen Inseln». En: Op. cit., pp. 354-366. 147. A modo de curiosidad, podemos señalar que en este mismo capítulo se recoge una edición de la biografía del padre Anchieta escrita por Sebastiao Beretario (Barcelona: Estevan Liberòs, 1622). BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 83 niente a la isla de Lanzarote en una obra en la que incluyó un apartado dedicado a El Hierro148. La intención fue la de recoger exhaustivamente todas las publicaciones que trataran sobre las is-las estudiadas, por lo que el mayor interés que presenta el reper-torio es el de incluir, entre las casi 2.800 publicaciones que reco-ge, innumerables asientos de artículos de revistas y obras que frecuentemente pasan desapercibidas. Otra aportación interesante es la que presentó Mª del Carmen Martín Barrera a las V Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura 148. ULBRICH, Hans-Joachim. Bibliographie der Kanareninsel Lanzarote, in-klusive Isletas (mit einem Anhang über Hierro). München: Almuth Petersen- Roil, cop. 1989. 84 y Lanzarote149. Se trata de un repertorio de obras que versan so-bre Puerto del Rosario (Puerto Cabras hasta 1956), confecciona-do especialmente para dar respuesta a la necesidad de una guía bibliográfica para los usuarios de la Biblioteca de Canarias del Cabildo de Fuerteventura. En realidad, la autora presenta este trabajo como un punto de partida para emprender la recogida de información dispersa sobre otros temas insulares, en un llama-miento para la redacción de obras de bibliografía temática que, como veremos, tuvo cierta respuesta en los años siguientes. También podemos incluir en este apartado de topobibliografí-as una obra que en principio no debía ser más que un catálogo comercial. Se trata del confeccionado por La Librería del Cabil-do de Gran Canaria en 1998150, que se eleva a la categoría de bi-bliografía debido a su carácter especializado. El hecho de que se trate en realidad de un catálogo limita, como es lógico, la presen-cia de artículos sueltos, que se circunscriben a aquéllos disponi-bles en forma de separatas, pero la importante presencia de catá-logos de exposiciones y otras publicaciones de literatura gris hace de esta obra una importante fuente de referencia, especialmente para ediciones recientes. Junto a los anteriores cabe situar un ambicioso proyecto desa-rrollado bajo el amparo del Instituto de Estudios Canarios (ads-crito en la actualidad al Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Se trata de una iniciativa denominada «Bibliografía Canaria (BCAN)». De la misma sólo contamos con unas pocas no-ticias que hemos podido espigar a través de las actas y memorias del IEC publicadas en su revista151. La BCAN pretende abarcar con LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 149. MARTÍN BARRERA, Mª del Carmen. «Aproximación a una bibliografía de Puerto Cabras». En: V Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote. Tomo II. Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura; Cabildo Insular de Lanzarote, 1993, pp. 514-524. 150. Cinco mil títulos de temas y autores canarios. Las Palmas de Gran Ca-naria: La Librería del Cabildo de Gran Canaria, D.L. 1998. 151. Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLIII (1999), pp. 491-492, y n. XLIV (2000), pp. 578-579, n. XLV (2001), pp. 478- 479, n. XLVI (2002), p. 535. 85 exhaustividad todas las referencias relativas a las islas. En princi-pio se barajaron diversos formatos para su publicación (papel y electrónico), aunque la decisión final parece que optó por la ci-tada en último lugar (en concreto mediante un CD-ROM). Para su desarrollo se recibieron distintas partidas económicas procedentes de la Consejería de Hacienda del Gobierno Autónomo. Con estas subvenciones, el proyecto facilitó la contratación de varios beca-rios con formación académica multidisciplinar: ciencias y huma-n i d a d e s. En el año 2000, según comunicó Fernando Estévez a la dirección del IEC, la base de datos disponía de más de 50.000 en-t radas. En la actualidad el trabajo permanece inédito, y la decisión final, en lo tocante a su publicación, parece que se dirige a presen-tarlo como un recurso en línea a través de la página del IEC152. Una fuente de información automatizada que también reco-pila el legado documental de las islas es la base de datos que mantiene el Centro de Documentación Canario-Americano (DO-CAM), dependiente del Organismo Autónomo de Museos del Ca-bildo de Tenerife. El objetivo del DOCAM—según puede leerse en su página web— es conservar y fomentar las relaciones cultura-les entre el archipiélago canario y el continente latinoamericano. El centro se concibe como un servicio de referencia, en el que se registra, analiza y difunde la documentación isleña propiamente dicha y toda aquella centrada en las relaciones con América. Con este objetivo se encuentra en desarrollo una base de datos mixta (referencial y documental) en la que se registran en formato bi-bliográfico, por una parte, los trabajos de temática canaria y ca-nario- americana (incluyendo artículos de periódicos y revistas, contribuciones, ponencias y comunicaciones, folletos, monografí-as, etc.), los periódicos canarios publicados en el Nuevo Mundo y un catálogo colectivo de revistas de tema canario y americanis- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 152. Puede verse el acrónimo de este proyecto así como su futuro acceso en el portal electrónico del Instituto. En este sentido es necesario subrayar que en la actualidad esta institución sólo tiene disponible en su página web —aún en fase de construcción— algunos enunciados: www.iecan.es (Consultado el 17 de marzo de 2005). 86 ta; y por otra parte, con presentación textual, una breve reseña biográfica de los personajes naturales del archipiélago que deja-ron huella en Indias. En su mayor parte, los registros han sido ex-traídos de obras secundarias. Asimismo, el DOCAM tiene como otros fines la conservación, información y difusión del patrimo-nio documental y la cooperación con otros centros nacionales e internacionales que posean fondos canario-americanos. Para ello dispone, por ejemplo, de un directorio sobre las instituciones educativas, culturales e informativas de los estados americanos153. Para terminar esta visión general de las bibliografías isleñas he-mos de hacer un recorrido, que ha de ser necesariamente some-ro, por las principales contribuciones de bibliografía temática re-lacionada con Canarias. Son muy numerosas las fuentes que podemos utilizar como repertorios bibliográficos sobre materias específicas relacionadas con las islas (desde estados de la cuestión a las bibliografías más cuidadas propias de determinas monogra-fías, artículos, ponencias o contribuciones —denominadas en los círculos académicos como «bibliografías ocultas»—). La recopila-ción de todas ellas sería un trabajo ingente que no nos correspon-de, por lo que en el repertorio final que mostramos en este artí-culo sólo recogemos, con muy pocas excepciones, aquellos trabajos de carácter exclusivamente bibliográfico. Por ello, la se-lección recogida en estas páginas no debe ser tomada en absolu-to como un repaso exhaustivo de todas ellas. Por el contrario, pretendemos constatar, por un lado, que los trabajos bibliográfi-cos han abarcado ya, con desigual fortuna, muy diversas áreas, in-teresando a profesionales de ámbitos muy diferentes; y por otro, que el campo de estudio de la bibliografía sigue aún sin explorar en otros muchos de sus rincones, por lo que podemos asegurar que, dos siglos y medio después de aquellas primeras aproxima-ciones de Juan de Iriarte, la bibliografía sigue pendiente de depa-rarnos muchísimas sorpresas. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 153. CENTRO DOCUMENTACIÓN CANARIO-AMERICANO [En línea]. Disponi-ble en: http://www.museosdetenerife.com/paginas/cca/ (Consultado el 17 de marzo de 2005). 87 Sin embargo, sí es preciso consignar el Proyecto BILICAN (Bi-bliografía Informatizada de Lingüística sobre el Español de Ca-narias), que lleva a cabo el Instituto de Estudios Canarios junto a la Universidad de La Laguna bajo la dirección de Cristóbal Co-rrales y Dolores Corbella. Se trata de la prolongación natural de la obra El español de Canarias: guía bibliográfica, que tras su se-gunda edición (1998) dejó patente la necesidad de una actuali-zación constante que muy pronto acabó ofreciéndose a través de Internet154. Es, pues, el único ejemplo en las islas de bibliografía corriente de carácter especializado, y no es extraño que se desa-rrolle en la Universidad de La Laguna debido a la gran importan-cia de su fondo canario y a la tradición humanística que caracte-riza a esta institución. 2.5 BIBLIOGRAFÍAS CORRIENTES El último repertorio que acabamos de nombrar pone de relie-ve un aspecto fundamental de esta disciplina que no debemos pasar por alto: la bibliografía corriente. La misma se encuentra muy relacionada con la topobibliografía y la bibliografía temáti-ca, aunque esta última, normalmente, abarca un campo más es-pecífico que la corriente dado, que los repertorios periódicos pueden incluir cualquier clase de títulos (ya sean obras biográfi-cas, tipobibliográficas o topobibliográficas). En Canarias hemos tenido a lo largo del siglo XX diversas iniciativas, algunas más afortunadas que otras, para ofrecer regularmente un repertorio que englobe las publicaciones de todo tipo referidas al archipié-lago, las debidas a autores oriundos de las islas, o las estampadas por los obradores locales. El primero de estos intentos se lo debemos, cómo no, a Agus-t�
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Calificación | |
Título y subtítulo | Bibliografía de bibliografías canarias |
Autores secundarios | Regueira Benítez, Luis ; Poggio Capote, Manuel |
Publicación fuente | Cartas diferentes: revista canaria de patrimonio documental |
Numeración | Número 01 |
Sección | Estudios |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Breña Alta (Santa Cruz de Tenerife) |
Editorial | Cartas diferentes ediciones |
Fecha | 2005 |
Páginas | 027 |
Materias | Patrimonio documental ; archivos ; cultura ; Canarias |
Enlaces relacionados | Página de la revista: http://www.cartasdiferentes.com/revista.htm |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 4365946 Bytes |
Texto | BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS* LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE Fecha de recepción: 2 de mayo de 2005 Resumen: La bibliografía canaria es un tema todavía pendiente de una revisión minuciosa. En la actualidad contamos con dos breves contribuciones debidas a los doctores Andrés Sánchez Robayna y Javier González Antón, por una parte, y Juan Delgado Casado por otra. Estas publicaciones tratan sobre los principales reper-torios relativos al archipiélago. No obstante, la brevedad de ambos textos hace ne-cesario realizar un análisis más detallado sobre las vicisitudes isleñas de esta disci-plina. El objetivo de este artículo es, por tanto, proporcionar una visión general de la ciencia bibliográfica en esta tierra. Así, se menciona a sus estudiosos, las insti-tuciones más comprometidas con su desarrollo, las posibles etapas en que pudie-ra dividirse, y sobre todo, se ofrece un breve análisis de los trabajos relativos a la misma. Finalmente, el artículo presenta un repertorio sistemático a partir de las obras citadas. Palabras clave: bibliografía; obras de referencia; fuentes de información; reper-torios; biblioteconomía; Canarias. Abstract: The Canary bibliography is still an open topic which needs a more detailed revision. At present we have two brief contributions made by Dr. Andrés Sánchez Robayna and Javier González Antón on the one hand, and Juan Delga-do Casado on the other. These publications deal with the main inventories of books concerning the archipelago. Nevertheless, the brevity of both texts made it necessary to carry out a more detailed analysis of the vicissitudes of this discipline in the islands. The aim of this article, therefore, is to provide a general vision of the bibliographical science in this land. It mentions its researchers, the institutions most concerned with its development, the periods in which it might be divided, and above all, it presents a brief analysis of the studies relating this issue. Finally, the article provides a systematic repertory from the cited works. Key words: bibliography; reference books; information sources; repertories; li-brarianship; Canaries. 1 INTRODUCCIÓN La producción intelectual que ha generado una sociedad a lo largo de su historia es, tal vez, el mejor indicador posible para *Las ilustraciones de este artículo pertenecen a El Museo Canario. 28 evaluar la riqueza de sus miembros. Es, seguramente, esta con-cepción la que propició la compilación de los primeros reperto-rios bibliográficos de ámbito local o regional, y sin duda es el in-terés por conformar un corpus intelectual canario lo que llevó a los primeros investigadores de esta ciencia a conformar sus res-pectivas obras. En la actualidad, los trabajos de bibliografía relacionados con Canarias, aunque no son excesivamente abundantes, conforman un nutrido conjunto de títulos que alcanza todas las ramas de es-ta disciplina. No obstante, se carece, a diferencia de otras muchas materias que se investigan en las islas, de una visión de conjunto que presente de manera general el desarrollo que ésta ha tenido en el archipiélago. Hasta ahora su nacimiento y evolución, los principales cultivadores que se han ocupado de ella o los ensayos bibliográficos de distinta índole que han ido configurando su de-venir se encuentran dispersos en una nebulosa que, en ocasiones, no permite vislumbrar cuál ha sido la aportación real de las islas en este terreno. En fecha reciente, además, se han publicado nu-merosos estudios sobre los principales repertorios tocantes a dis-tintas localidades o regiones peninsulares1. Se hace necesario, por tanto, abordar una primera aproximación al estado de la cuestión LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 1. Sirvan como ejemplo los siguientes artículos: CÁBANO VÁZQUEZ, José Ig-nacio. «La tipobibliografía en Galicia». Pliegos de bibliofilia, n. 20 (4.º trimestre 2002), pp. 29-60; CLEMENTE SAN ROMÁN, Yolanda. «Las tipobibliografías en Castilla y León». Pliegos de bibliofilia, n. 7 (3er. trimestre 1999), pp. 43-62; IDEM. «Tipobibliografía local de Madrid». Pliegos de bibliofilia, n. 11 (3.er tri-mestre 2000), pp. 45-56; IDEM. «Las tipobibliografías de Andalucía». Pliegos de bibliofilia, n. 16 (4.º trimestre 2001), pp. 47-68; REYES GÓMEZ, Fermín de los. «La imprenta en Toledo: estado de la cuestión». Revista general de información y documentación, v. 10, n. 2 (2000), pp. 25-32. Nótese que en todos los casos se trata de estudios tipobibliográficos. Ello no debe extrañar puesto que se es-ta llevando a cabo el proyecto tipobibliografía española, iniciado 1983 bajo la dirección de José Simón Díaz (Vid. SIMÓN DÍAZ, José. «Introducción a la “Ti-pobibliografía española”». En: MARTÍN ABAD, Julián. La imprenta en Alcalá de Henares (1502-1600). [Madrid]: Arco Libros, D.L. 1991). Todos los repertorios de este proyecto cuentan en sus preliminares, además, con una revisión de la tipobibliografía de la localidad estudiada. 29 de la bibliografía en Canarias que nos permita conocer los traba-jos culminados y las tareas pendientes aún por realizar. Para acercarnos a este objetivo se dedicará un primer aparta-do a enumerar los principales investigadores que han abordado el arte bibliográfico y las entidades que han fomentado y acogido en su seno estudios de este tipo. Ello nos permitirá tener una re-ferencia humana e institucional para profundizar en otros aspec-tos más concretos. A continuación, se presentará una propuesta sobre la evolución de la bibliografía isleña. Se trata de una clasi-ficación que posiblemente deba ser matizada y precisada a través de nuevas pesquisas, pero creemos de interés su formulación pa-ra así someterla a discusión. La parte central del artículo estudia los distintos ensayos que han conformado esta especialidad en el archipiélago. El análisis de estos trabajos se articula a través de una exposición por agrupaciones tipológicas (bibliografías de bi-bliografías, biobibliografías, tipobibliografías e historias de la im-prenta, topobibliografías y bibliografías temáticas, y repertorios corrientes), y dentro de cada una de las divisiones establecidas se organizan los correspondientes repertorios y artículos en orden cronológico y metodológico. Un tercer epígrafe recogerá unas breves conclusiones. Por último, estas líneas se cierran con un re-pertorio donde se presentan todos los trabajos bibliográficos de interés que se han conseguido localizar, organizados de la misma forma en que se disponen en dicha parte central, que esperamos agilice las consultas que se realicen al mismo. 1.1 BIBLIÓGRAFOS E INSTITUCIONES La bibliografía puede ser definida, de forma muy esquemáti-ca, como la disciplina que se ocupa del estudio de los impresos, aunque no debe ser ajena a los manuscritos, con el fin de buscar-los, identificarlos, describirlos y clasificarlos. Las tareas bibliográ-ficas, así, llevan consigo un arduo trabajo de escudriñamiento en bibliotecas y archivos, tanto públicos como semipúblicos o inclu-so privados. El fin último de este rastreo se cumple al conseguir BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 30 un precioso dato, localizar un raro impreso o completar el lista-do de un repertorio. En cierta manera, se trata de una ciencia amorfa que se llega a dominar a través de la lectura y de la expe-riencia, aunque requiere una preparación específica previa. De esta manera, los estudiosos que en Canarias se han deteni-do en la bibliografía regional y local proceden de muy diversos campos. En primer lugar, tenemos que anotar a los bibliotecarios y archiveros como Juan de Iriarte y Cisneros, que probablemen-te sea el primer autor canario que se interesara por la bibliogra-fía y entre cuya variadísima obra encontramos algunos importan-tes trabajos dedicados a la confección de instrumentos de descripción2. Otros nombres de obligada mención son Miguel Santiago Rodríguez, perteneciente al Cuerpo Facultativo de Ar-chiveros, quien se ocupó durante quince años de la sección bi-bliográfica del Anuario de estudios atlánticos y, además, confeccio-nó los catálogos de varias bibliotecas históricas3; Manuel Hernández Suárez, más conocido como colaborador de Millares Carlo, pero autor, asimismo, de variada obra bibliográfica, como veremos más adelante; Marcos G. Martínez, bibliotecario de la Universidad de La Laguna, responsable de la bibliografía del Anuario de estudios atlánticos hasta 1993; Víctor Macías Alemán, LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 2. Entre 1738 y 1739, siendo ya bibliotecario de la Real Biblioteca, confec-cionó el Yndice de todos los libros, obras y papeles manuscritos que fueron de don Luis de Salazar y Castro, Comendador de Zorita, del Consejo de S.M. en el Real de las Órdenes, Chronista mayor de Castilla y de las Yndias, que nunca fue im-preso. Más tarde, en 1762, compuso el catálogo de los códices griegos de la Re-al Biblioteca, cuyo primer volumen, único publicado, se editó en 1769 con el título Regiae Bibliothecae Matritensis Codices graeci mss. Iriarte escribió tam-bién otros catálogos de la Biblioteca Nacional que no llegaron a imprimirse, y colaboró además en la reedición de 1788 de la emblemática Bibliotheca hispa-na de Nicolás Antonio (Vid. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Biobibliografía de escritores canarios. Las Palmas de Gan Canaria: El Museo Canario; Cabildo Insular de Gran Canaria, v. IV, pp. 15 y 19-21). 3. Como ejemplos podemos citar: SANTIAGO RODRÍGUEZ, Miguel. Catálogo de la biblioteca cervantina de D. José María de Asensio y Toledo. Madrid: [s.n.], 1948 (Gráficas Ultra); IDEM. Obras antiguas impresas (siglos XVI, XVII y XVIII) de la Biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid: 1972 (Imnasa). 31 de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que es uno de los pocos bibliotecarios de formación específica que se han ocu-pado en Canarias de temas bibliográficos; y un largo etcétera. Un segundo bloque estaría formado por los historiadores, con José de Viera y Clavijo a la cabeza. En realidad, la práctica biblio-teconómica, y por tanto bibliográfica, ha sido tradicionalmente en España una labor de historiadores, y aún hoy día hay muchos profesionales de la Historia dedicados a estas tareas, a pesar de haberse generalizado los estudios universitarios de Bibliotecono-mía y Documentación. Otros historiadores que han destacado por su obra bibliográfica son, a modo de ilustración, Hans-Joa-chim Ulbrich, del Institutum Canarium de Austria; Luis Cola Be-nítez, que es además periodista; y Olegario Negrín Fajardo, espe-cialista en historia de la educación. Los bibliófilos puros, dedicados a la bibliografía en su sentido más auténtico, puesto que son los mejores conocedores de la im-portancia descriptiva de los repertorios para analizar el valor de las obras, están representados principalmente por firmas como Luis Maffiotte La Roche o Antonio Lugo y Massieu, cuyas obras bibliográficas han corrido suerte dispar. La bibliofilia unida a la erudición también ha dado valiosos frutos a la bibliografía cana-ria. De esta manera, sabios como Antonio Vizcaya dedicaron enormes esfuerzos a la confección de repertorios bibliográficos con un objetivo eminentemente compilatorio y para servir a la historia general de la imprenta. Otros investigadores con formación académica en los temas más variopintos, algunos de ellos especialistas y profesores uni-versitarios de diversas disciplinas, se han ocupado de reunir los datos de las obras fundamentales de sus respectivas áreas de co-nocimiento. Es el caso de Agustín Millares Carlo (Ciencias de la Documentación); Juan Régulo Pérez, Alejandro Cioranescu, An-drés Sánchez Robayna, Cristóbal Corrales Zumbado,Mª Ángeles Álvarez Martínez, Dolores Corbella o Francisco Salas Salgado (Filología); Antonio Machado o Keith Emmerson (Biología); Luis Bellón Uriarte (Ficología)... Además de ellos, numerosos autores BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 32 de formación autodidacta han aportado, si no su precisión biblio-gráfica, al menos sí su trabajo recolector de la producción impre-sa de los temas de su interés, como podemos ejemplificar en una obra de Florencio Rodríguez sobre la virgen del Pino y Teror. A todos estos autores es preciso sumar tres instituciones que se han distinguido por su preocupación sobre la investigación bi-bliográfica y que, en gran parte, han configurado el discurrir de la misma en el archipiélago. En primer lugar, es necesario destacar la labor realizada por la Sociedad Científica El Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, donde desarrollaron su labor perso-nalidades de la talla de Agustín Millares Carlo y Manuel Hernán-dez Suárez, en cuyo anuario fueron ambos responsables, en dife-rentes momentos, de la excelente sección «Registro bibliográfico», iniciada en fecha tan temprana como 1933 y de-dicada a recoger toda la producción intelectual de y sobre Cana-rias. Esta sección fue sin duda un acicate para el control biblio-gráfico en las islas, y fue la pizarra en la que aprendieron otras instituciones que se ocuparon más tarde de las mismas labores. El Museo Canario se propuso, en el mismo momento de su cre-ación en 1879, la tarea de recopilar físicamente toda la produc-ción impresa de las islas, para lo cual sirvieron de fondo inicial las excelentes colecciones de algunos de sus socios fundadores, co-mo Gregorio Chil y Naranjo, Agustín Millares Torres o Amaran-to Martínez de Escobar. Este objetivo colector, en línea con el moderno concepto de “biblioteca nacional” o “biblioteca regio-nal” 4, hace comprensible que sea precisamente en esta institu-ción donde se haga necesaria, y hasta primordial, la confección de un repertorio global de obras del archipiélago. Además, la exis-tencia de una asentada publicación como era El Museo Canario facilitó en su momento que esa labor se llevara a cabo de forma periódica y, por tanto, acumulativa. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 4. Este concepto prevé la recogida de todas las obras que traten sobre un determinado lugar (Canarias, en nuestro caso), además de todas las obras im-presas en ese ámbito o cuyo autor esté relacionado con él por razón de su na-cimiento o de su trayectoria vital. 33 Por otro lado, la revista El Museo Canario, a pesar de que la sección «Registro bibliográfico» cesó en 1965, sigue aún reco-giendo importantes artículos de investigación bibliográfica, lo cual hace que la institución no se haya desvinculado en absoluto de esta disciplina. Además, por las razones que acabamos de adu-cir, el propio catálogo de la biblioteca y hemeroteca conforma, a pesar de las carencias de las que siempre adolece la más rica de las colecciones, lo más parecido a una bibliografía general cana-ria. La segunda entidad que es necesario destacar es el Instituto de Estudios Canarios (IEC), con sede en La Laguna. Esta institución se fundó en 1932 bajo los auspicios de la Universidad de La La-guna5. Dentro del campo de la bibliografía, el IEC se ha revelado como uno de los pilares de esta ciencia. No hay que olvidar que la misma ha contado desde hace muchos años con una sección bibliográfica independiente. Ésta se encargaba de fomentar, tra-tar y publicar aspectos relacionados con la bibliografía local y re-gional del archipiélago. A su nómina han pertenecido intelectua-les de la talla de María Rosa Alonso, Juan Álvarez Delgado, Alfonso Armas de Ayala, Benjamín Artiles Pérez, Alejandro Cio-ranescu, Manuel Hernández Suárez, Andrés de Lorenzo-Cáceres y de Torres, Antonio Lugo y Massieu, Francisco Martínez Viera, Agustín Millares Carlo, Agustín Millares Sall, José Pérez Vidal, Juan Régulo Pérez, Miguel Santiago Rodríguez o Antonio Vizca-ya Cárpenter, los cuales conforman una buena muestra del «par-naso » de los investigadores isleños interesados por los quehaceres bibliográficos6. Tras unos años en letargo la sección fue recupera-da, y en la actualidad se encuentra bajo la presidencia del cate-drático Andrés Sánchez Robayna, quien ha mostrado siempre BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 5. GUIMERÁ LÓPEZ, Coriolano. La fundación del Instituto de Estudios Cana-rios: antecedentes: etapas iniciales (1930-1935). La Laguna: Instituto de Estu-dios Canarios, 1992. 6. Listados sobre los miembros de la Sección Bibliográfica del IEC pueden verse en la revista Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios desde el n. 1 hasta el n. 35. 34 una inclinación natural hacia esta disciplina. Por último, es obli-gado mencionar la edición de numerosas monografías centradas en temas bibliográficos y la existencia de un apartado específico en la revista Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, órgano científico de dicha entidad, que desde su rees-tructuración en 1993 se mantiene con carácter fijo y en el que se han recogido en exclusiva artículos bibliográficos tocantes con todos los aspectos de nuestra materia. Por último, es preciso reseñar la extensión de la UNED en Las Palmas, que a través de su Centro de Documentación Pedro Agustín del Castillo se ocupa de la mayor empresa bibliográfica llevada a cabo en la actualidad en el archipiélago. Este servicio de referencia es el único de las islas que nació teniendo la bibliogra-fía como exclusivo objeto de estudio, y surgió como una necesi-dad dentro del Seminario de Humanidades Agustín Millares Car-lo, que entre 1994 y 1998 se ocupó de la prestigiosa «Bibliografía atlántica y especialmente canaria», sección bibliográfica del Anuario de estudios atlánticos. La ambición del proyecto fue tal que en 1998 su coordinador, Antonio de Béthencourt Massieu, tuvo que crear el centro de documentación para hacerse cargo de estos trabajos en exclusiva, lo que ha facilitado el desarrollo de un repertorio acumulado de más de 85.000 entradas que hoy día puede consultarse en línea mediante la red electrónica global In-ternet. El Centro de la UNED en la capital grancanaria es, asimis-mo, el editor de la revista Boletín Millares Carlo (1980- ), cabe-cera que ha recogido numerosos artículos de temática bibliográfica, algunos de alcance estatal. Esta publicación, que surgió con la intención convertirse en memoria viva de Millares, ha incluido entre sus páginas artículos sobre todas las disciplinas documentales. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 35 1.2 ETAPAS DE LA BIBLIOGRAFÍA EN CANARIAS La historia de la bibliografía occidental fue dividida en varias etapas por Louise Noëlle Malclès7. A grandes rasgos, la estudiosa gala estableció distintos períodos, los cuales pueden reducirse de manera cronológica a las fases histórica o erudita, bibliofílica, ar-tesanal, y técnica. No obstante, la aplicación de estas divisiones al estudio de la evolución de esta disciplina en España ofrece algu-nos inconvenientes. Para solventar estos escollos, el profesor Ro-zas8 (seguido con posterioridad por Martín Abad9) propuso un nuevo modelo, que matizaba esta compartimentación y establecía las siguientes etapas para nuestro país: prehistórica u onomástica, nacional o erudita, histórica o bibliofílica, científica y técnica. A diferencia de los marcos propuestos con anterioridad, el ar-chipiélago canario, alejado de los principales centros educativos y culturales del continente, no conoció una evolución tan bien definida como han propuesto Rozas y Martín Abad, ni tampoco Malclès. La tardía introducción de la imprenta en estas peñas, que no llegó a materializarse hasta bien entrado el siglo XVIII, desembocó en que la mayor parte de los escritores naturales de estas tierras dejasen sus obras inéditas. Ello dificultaba en extre-mo cualquier intento de compilación bibliográfica, puesto que los manuscritos se hallaban en numerosas ocasiones en archivos personales o familiares de difícil acceso y, por tanto, la enumera-ción de una relación de autores naturales de esta región resulta-ba en extremo complicada. Además, la geografía canaria, frag-mentada en islas, dificultaba aún más un conocimiento global de sus hijos más ilustres y no facilitaba en manera alguna la apertu- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 7. MALCLÈS, Louise Nöelle. La bibliografía. Buenos Aires: EUDEBA, cop. 1960; IDEM. Manuel de bibliographie. Paris: Presses Universitaires de France, 1963, pp. 11-21. 8. ROZAS, Juan Manuel. Los períodos de la bibliografía literaria española ejemplificados con los bibliógrafos extremeños. Cáceres: Universidad de Extrema-dura, 1983, pp. 16-44. 9. MARTÍN ABAD, Julián. La imprenta en Alcalá de Henares (1502-1600). Madrid: Arco Libros, 1991, v. 1, pp. 17-18. 36 ra de una oficina tipográfica, puesto que una vez que ésta se es-tableciera se vería obligada a exportar las piezas impresas de una ínsula a otra; a ello hay que sumar la pobreza material y por ex-tensión cultural de aquellos tiempos, o incluso la extrema dificul-tad que hubiese significado relacionar en esas fechas los títulos o capítulos tocantes a Canarias de los libros editados en Europa. De ahí que no fuese hasta la centuria ilustrada cuando fructifica-ron los intentos de confeccionar las primeras obras de esta disci-plina relacionadas con el archipiélago canario. En definitiva, el estudio de la bibliografía relativa a las islas po-see una naturaleza diferenciada de algunas zonas peninsulares — más pobre si queremos en cuanto a sus divisiones, pero no en lo relativo a calidad o cantidad de sus trabajos, algunos de ellos re-almente extraordinarios—. De esta manera, se puede establecer una diferenciación de la bibliografía isleña, tomando como mo-delos las divisiones de Malclès y Rozas, en las siguientes etapas: 1. Erudita e histórica (1725-1850). Se englobarían en este pri-mer apartado los precursores de la bibliografía isleña, como el portuense Juan de Iriarte y Cisneros y el realejero José de Viera y Clavijo. Los dos son autores de sendos repertorios (el primero difícil de consultar en la actualidad y con poca repercusión en las islas) que se podrían encuadrar, incluso, en un marco europeo, pues no hay que olvidar que por aquellas mismas fechas se con-feccionó un buen número de biobibliografías regionales en Fran-cia10, país donde estos ilustrados tinerfeños residieron. Allí debie- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 10. CALMET, Augustin (Dom). Bibliothèque lorraine ou Histoire des hommes illustres qui ont fleuri en Lorraine, dans les Trois-Evêchés, dans l’archevêché de Tré-ves, dans le Duché de Luxembourg, etc... [Nancy]: A. Leseure, 1751; DREUX-DU-RADIER, J.-F. Bibliothèque historique et critique du Poitou, contenant les vies des savants de cette province... une notice de leurs ouvrages... la suite historique et chro-nologique des comtes héréditaires et celle des évêques de Poitiers... Paris: Ganeau, 1754; PAPILLON, L’abbé. Bibliothèque des auteurs de Bourgogne. Dijon: Philippe Marteret, 1742; y SOCIÉTÉ DE GENS DE LETTRES (ACHARD, etc.). Dictionnaire de la Provence et du Comtat Venaissin dédié à Monseigneur le prince de Beauvau. Marseille: J. Mossy père et fils..., 1786-1787. Cit. MALCLÈS, L.N. La bibliogra-fía... Op. cit., p. 40. 37 ron de conocer dichos repertorios, que de alguna manera supu-sieron la base de sus compilaciones. Además, al igual que las obras francesas, el trabajo de Viera consiste en un catálogo de los principales autores naturales de estas tierras. Viera fue continuado con menor fortuna por José Antonio Vandewalle y por Antonio Pereira Pacheco y Ruiz, cuyas aporta-ciones, más cerca de las listas onomásticas o prehistóricas de Ro-zas que de un repertorio propiamente dicho, se caracterizan pre-cisamente por estar supeditadas al trabajo previo del literato tinerfeño, al que pretenden completar en lo posible sin tratar de mejorar su método. Pereira, además, utiliza como fuente biblio-gráfica de primerísima mano los ejemplares canarios de su nutri-da biblioteca, cuyo catálogo se adiciona como apéndice al cuer-po principal de su aportación. 2. Bibliofílica y artesanal (1850-1925). En este período se en-globarían la Bibliografía canaria del bibliófilo Antonio Lugo y Massieu, hoy perdida, como constata Millares Carlo11, premiada en los Juegos Florales convocados por el Ateneo de La Laguna en 191212, y de la que no conocemos más que su título y la opinión que de ella da Manuel Ossuna13, pero que, no obstante, teniendo en cuenta la personalidad de su autor, es muy probable que se BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 11. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, M anuel. Op. c i t ., . v. I, p. VIII. 1 2 . N u e s t ras búsquedas de esta obra en el Ateneo de La Laguna, a través de sus descendientes, o en las distintas partes en que tenemos conocimiento que se desmembró el archivo familiar y personal (una en el Archivo General de La Pa l-ma como Fondo Lugo-Viña Massieu y la otra , a la venta por un anticuario de Santa Cruz de Tenerife) no fructificaron. 13. «Encontramos también al distinguido bibliófilo Antonio Lugo y Massieu, c u-yo amor a la intelectualidad regional lo tiene demostrado, escribiendo su obra sobre B i b l i o g rafía Canaria [...] que es un vasto trabajo de investigación y de recopilación, que proporcionará al movimiento científico de la región en todas sus ramas y direc-ciones una gran fuente de consulta». Vi d. OSSUNA Y VAN D EN- HEEDE, M anuel. El regionalismo en las islas Canarias (estudio histórico, jurídico y psicológico). To mo segundo. Santa Cruz de Te n e r i f e :A . J. B e n í t e z , 1 9 1 6 , p. XIII del segundo prólogo. 38 tratase de un repertorio en forma14; y sobre todo, la estimable monografía Los periódicos de las islas Canarias de Luis Maffiotte La Roche, ítem bibliográfico exclusivo que se ha conservado en-cuadrado en este lapso de tiempo. Este trabajo se caracteriza por conjugar una metodología artesanal con una concepción bibliofí-lica, mostrando de esta manera el método que se aplicaba mayor-mente en los albores del novecientos y que consistía, básicamen-te, en confeccionar las papeletas de lo que iba a ser cada uno de los asientos del repertorio. Estas fichas, que generalmente se re-dactan ante la presencia del ejemplar descrito, recogen todos los datos básicos de identificación, e incluso alguna información complementaria que en el caso de Maffiotte puede referirse a los principales colaboradores gráficos de un periódico o a la publica-ción de números con un formato no habitual. Un ejemplo claro de este método de trabajo podemos verlo en otras dos obras inéditas del mismo Luis Maffiotte que se conser-van en El Museo Canario. En la primera de ellas, titulada Biblio-grafía canaria, se puede ver el formato de las papeletas, ya que el posterior trabajo de redacción del repertorio está por hacer15. La otra, comenzada en Madrid en 1895 con el título de Biblioteca de Canarias16, está completa y preparada por su autor para la edi-ción, aunque el azar ha querido que permanezca hasta este ins-tante no sólo inédita, sino también inaccesible, circunstancia que ha sido subsanada muy recientemente gracias a la labor de resca-te que se está llevando a cabo en los archivos de la institución. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 14. Otro artículo del mismo autor concebido como fuente de referencia es, a modo de muestra, el siguiente: LUGO Y MASSIEU, Antonio. «Un palmense dis-tinguido: Don Sebastián Arozena Henríquez». La tarde (21 de junio de 1955), p. 3. 15. Se trata de una colección de fichas manuscritas con la transcripción de las portadas de 849 obras referidas a cualquier aspecto de las islas Canarias. No podemos decir que se trate de una bibliografía propiamente dicha porque el trabajo está inconcluso, faltándole aún toda sistematización. 16. MAFFIOTTE, Luis. Biblioteca de Canarias: apuntaciones y notas para un catálogo razonado bibliográfico, histórico y biográfico. III tomos en 9 volúmenes. Archivo de El Museo Canario. 39 En este apartado también tendrían cabida, ampliando el con-cepto de la ciencia bibliográfica, los ensayos biográficos de algu-nos bibliófilos e investigadores como Agustín Millares Torres, Juan B. Lorenzo Rodríguez o el propio Maffiotte, autores de los trabajos titulados Biografías de canarios célebres, Notas biográficas de palmeros distinguidos y «Cartas bibliográficas» respectivamen-te (todas citadas por Millares, como veremos más adelante). Las mismas aportan alguna información sobre libros y manuscritos, y de alguna manera muestran un incipiente interés bibliográfico, pero de ningún modo alcanzan la consideración de repertorios. Se trataría, todo lo más, de obras de referencia con interés biblio-gráfico, pero lejos, por ejemplo, tanto en la presentación como en el contenido, de la «biblioteca» de Viera. Es ésta, en suma, una etapa muy escasa en cuanto al número de títulos, que pasa casi a vuela pluma hasta la siguiente. Es muy significativo, en este sentido, anotar que, precisamente, el perío-do más brillante de la bibliofilia isleña, con nombres de tanta en- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 40 vergadura como Manuel Pérez Abreu, Luis Vandewalle y Quin-tana, VI marqués de Guisla Guiselín, Alejo González de Ara, Jo-sé Rodríguez Moure17, Francisco María León, etc., prácticamen-te no dejó una muestra más palpable de esta afición que el propio testimonio de sus colecciones librarias, la mayoría de ellas aún por estudiar. 3. Técnica, científica o profesional (1925- ). Se inicia con la monumental monografía de Agustín Millares Carlo, Ensayo de una bio-bibliografía de escritores naturales de las islas Canarias (si-glos XVI, XVII y XVIII), y continúa con el propio «Registro biblio-gráfico » llevado a cabo por Millares en la revista El Museo Cana-rio, de la que era su director. El polígrafo grancanario fue el gran precursor a cuya estela se formaría de alguna manera la escuela bibliográfica canaria, a la que pertenecen personalidades tan re-levantes como Antonio Vizcaya o Manuel Hernández18. El pri-mero de ellos dedicaría su labor a la tipobibliografía del archipié-lago, mientras que el segundo se especializaría, además, en pormenores biobibliográficos, pero ambos tienen en común con Millares Carlo un estricto método científico que consiste en la transcripción literal exacta de las portadas y en la descripción mi-nuciosa de las características formales de cada edición estudiada. Se trata en realidad, de una evolución natural del método de los bibliófilos, ya que toma de ellos el objetivo de describir para identificar, pero los profesionales de esta etapa añaden, además, una voluntad historicista que consiste en tratar de confeccionar un corpus definitivo de obras publicadas en el ámbito geográfico o temático que se plantean. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 17. Sobre su vida y fondo documental vid.: RODRÍGUEZ MESA, M. y MACÍ- AS MARTÍN, Francisco J. Rodríguez Moure y La Laguna de su tiempo: su legado documental y bibliográfico a la Real Sociedad Económica de Tenerife. La Laguna: Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife; Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, 2000. 18. Millares quiso formalizar oficialmente esta escuela bibliográfica tratan-do de crear un instituto de investigación documental, para el cual llegó a re-dactar un Reglamento del Instituto Canario de Bibliografía y Documentación.Ar-chivo de El Museo Canario, Fondo Manuel Hernández Suárez. 41 La etapa científica de la bibliografía sigue vigente en la actua-lidad, aunque el método ha cambiado notablemente y hoy se ba-sa en una serie de normas internacionales de descripción para las cuales el uso de la tecnología informática se ha hecho indispen-sable. Estas reglas son mucho más pormenorizadas en cuanto se refiere a la inclusión de datos y notas adicionales, pero no es tan exhaustiva en la transcripción de portadas como lo era el méto-do de los estudiosos que acabamos de nombrar, por lo que a me-nudo impide la distinción entre diversas ediciones de una obra que compartan el mismo pie de imprenta. Por ello, algunos auto-res prefieren seguir utilizando el ya tradicional sistema de los pri-meros bibliógrafos técnicos, como podemos ver en las excelentes aportaciones de Francisco Salas y Luis Cola. En cualquier caso, los mayores hitos de esta etapa bibliográfi-ca ya han sido puestos, y cualquier nueva aportación que se haga vendrá a completarlos, pero no a sustituirlos. Estas cimas son pre-cisamente las establecidas por Millares, Hernández y Vizcaya, y tienen (incluso la Biobibliografía de Millares) una concepción eminentemente topobibliográfica. La topobibliografía viene, por tanto, a culminar la etapa científica de la bibliografía. 2 MONOGRAFÍAS Y ARTÍCULOS BIBLIOGRÁFICOS Las bibliografías locales y regionales tienen unas peculiarida-des propias que las distinguen, cuando no las distancian, tanto de las que comprenden espacios geográficos más amplios como de aquellas otras centradas en materias específicas19. Como se ha afirmado en más de una ocasión, las bibliografías circunscritas a BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 19.A este respecto hacemos excepción de las bibliografías nacionales o ge-nerales como las de Nicolás Antonio (Bibliotheca hispana vetus y nova); Juan Sempere y Guarinos (Ensayo de una biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III); Antoni Palau y Dulcet (Manual del librero hispano-americano); o, en fecha más reciente, José Simón Díaz (Bibliografía de la litera-tura hispánica); o Francisco Aguilar Piñal (Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII) por no tratarse de repertorios de carácter regional o local. De igual manera se obrará en el resto de los epígrafes de este artículo. 42 zonas determinadas normalmente comprenden tres tipologías muy concretas que las caracterizan independientemente del lu-gar que estudien: las biobibliografías, que son los repertorios que registran las obras propias de los autores originarios de esa co-marca; las tipobibliografías, las cuales relacionan los impresos fac-turados en los talleres localizados en el ámbito jurisdiccional pro-puesto; y las topobibliografías, que se centran en recoger todos los títulos referentes a ese sitio delimitado.A ellas se pueden aña-dir las bibliografías temáticas, muy relacionadas con estas últi-mas, cuyo campo de acción debe ser una ciencia o disciplina ge-neral, aunque siempre enmarcada dentro en los límites políticos de la zona elegida previamente. Un último tipo, que aparece tras una prolongada actividad, son las bibliografías de bibliografías, las cuales relacionan todos los trabajos de esta ciencia que se hayan compilado hasta el momento de su publicación. Precisamente por ellas comenzamos el estudio de la bibliografía canaria dado que parece lógico referirnos, en primer lugar, a los trabajos pre-vios que han realizado un recorrido por los principales ensayos bibliográficos del archipiélago. 2.1 BIBLIOGRAFÍAS DE BIBLIOGRAFÍAS Los estudios de conjunto sobre la bibliografía canaria se inau-guraron con la contribución de Sánchez Robayna y González Antón publicada en la Gran enciclopedia canaria20, donde se ha-ce un repaso de las obras bibliográficas más relevantes de las is-las y de los principales autores que se han ocupado de esta disci-plina. Se trata de un resumen muy general, como corresponde a un asiento dentro de una enciclopedia de propósito divulgativo, pero en él se pueden ver con claridad los diferentes tipos de re-pertorios con los que podemos encontrarnos: los precursores, más biográficos que bibliográficos; los biobibliográficos propia- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 20. SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés y GONZÁLEZ ANTÓN, Javier. «Bibliografía». En: Gran enciclopedia canaria. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones Cana-rias, 1995- , v. 3, pp. 606-608. 43 mente dichos; los tipobibliográficos; la bibliografía temática, etc. Sin embargo, los autores añaden también en su aportación algu-nos catálogos de significativas bibliotecas canarias que, con ser importantes como fuentes de información bibliográfica, no son bibliografías en sí mismas, ya que recogen obras albergadas en un centro concreto pero sin seguir un criterio selectivo que les dé un valor adicional al de mero instrumento de localización. Este tipo de fuentes queda, por tanto, en líneas generales, excluido de nuestro trabajo. En fecha reciente, el bibliotecario Juan Delgado Casado se ha ocupado de nuevo del tema en una monografía sobre la biblio-grafía en España21.Aunque divide el estudio por provincias, el ca-pítulo dedicado a Canarias engloba la totalidad del archipiélago, ya que, como explica el autor, es éste el ámbito que abarca la práctica totalidad de los trabajos de bibliografía de las islas. De igual manera que la contribución que acabamos de citar, Delga-do nos presenta con claridad las diferentes líneas de investigación en este campo y hace un recorrido por la historia de la disciplina en el archipiélago. No obstante, al tratarse de una monografía que analiza de manera global el estado de la cuestión de las distintas bibliografías locales y regionales de nuestro país, no permite adentrarse con detalle en ninguno de los ensayos que toca. Así, tanto los repertorios isleños como otros trabajos de carácter bi-bliográfico relativos a Canarias son analizados de forma muy so-mera. Además, se echa en falta una mayor exhaustividad en la lo-calización de repertorios tanto históricos como contemporáneos que nos ayuden a estudiar a fondo su evolución. 2.2 BIOBIBLIOGRAFÍAS La primera vez que sale a la luz un intento de recoger la pro-ducción impresa de los autores canarios la debemos al arcediano BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 21. DELGADO CASADO, Juan. Las bibliografías regionales y locales españolas (evolución histórica y situación actual). Madrid: Ollero y Ramos, 2003, pp. 119- 124. 44 de Fuerteventura, José de Viera y Clavijo, quien en su obra mag-na sobre la historia del archipiélago22 incluye una «Biblioteca de autores canarios». El repertorio de obras recogidas por Viera es extremadamente incompleto a pesar de que la actividad de las imprentas isleñas en la época de su redacción distaba aún mucho de ser prolífica. Ello se entiende, principalmente, por dos razo-nes: la primera, la enorme dificultad que suponía en esos años es-tar al tanto de las nuevas ediciones de cada localidad, por más que éstas fueran aún escasas, así como la imposibilidad de visitar personalmente los archivos en los que se albergaban los manus-critos de las obras; y, en segundo lugar, el criterio de selección de obras utilizado por Viera, que nunca tuvo la pretensión de ser ex-haustivo y que, por tanto, no se ocupó de recoger las publicacio-nes menores (las cuales, además, eran las más abundantes). El propio redactor dice que se ocupa «ya sobre el mérito de las obras, ya sobre las circunstancias de los autores más conocidos»23, lo cual deja fuera a numerosísimos escritores menos famosos. Además, otro aspecto negativo de esta «biblioteca» es que carece de nor-malización en lo que se refiere a la descripción bibliográfica, de-fecto no achacable en absoluto al autor si tenemos en cuenta la temprana fecha de su redacción, cuando la descripción exacta de ejemplares no era tan necesaria al considerarse que lo importan-te eran las obras y no tanto los libros que las contenían. No obstante, como apunta Millares Carlo24, la recopilación del ilustre polígrafo tiene el extraordinario valor de ser pionera y, por tanto, referencia obligada para cualquier trabajo posterior. De he-cho, Viera no ahorra datos como el lugar de publicación, el edi-tor, la fecha e incluso el formato, añadiendo en muchos casos la valoración de la calidad de las obras y las circunstancias en las que fueron escritas o publicadas, lo cual hace de este primer intento de repertorio isleño una obra de erudición más que valiosa. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 22. VIERA Y CLAVIJO, José de. Noticias de la historia general de las islas de Canaria. Madrid: en la imprenta de Blas Román, 1783, v. IV, pp. 514-592. 23. IBIDEM., p. 514. 24. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Op. cit., v. I, p. VII. 45 Amigo y colaborador de Viera y Clavijo en la confección de la Historia de Canarias fue José Antonio Vandewalle de Cervellón (1734-1811), licenciado en Jurisprudencia, regidor del Concejo de La Palma, donde ocupó el cargo de depositario general, y di-putado por Canarias. Notable genealogista y aficionado a la his-toria, escribió unas Noticias biográficas del general D. Francisco Dí-az Pimienta y una Antigüedad y necesidad de la historia (1782). En la Biblioteca Cervantes de Santa Cruz de La Palma se conser-va, asimismo, un «códice» encuadernado en pergamino conocido como Historia de Canarias (1772) o Manuscrito Vandewalle, que recoge en su mayor parte lo que parece ser un borrador de los seis primeros Libros de la Historia de Viera25. No obstante, su au-toría se ha atribuido tradicionalmente a Vandewalle. Por nuestra parte, y sin querer polemizar en esta cuestión, lo que nos parece claro es que algunos de los añadidos que enriquecen el trabajo sí podrían ser del erudito palmero. En uno de ellos, bajo el encabe-zamiento «Autores que se citan en esta obra correspondientes a la Hist.a de Canarias» (fol. 127r), menciona una breve relación de escritores que se han ocupado del pasado del archipiélago, entre los que se nombra a Núñez de la Peña,Viana, Alonso de Espino-sa, Cairasco y Pérez del Cristo.Aunque se trata de una nota muy breve y tampoco es, en términos estrictos, un trabajo bibliográfi-co, conviene mencionarlo por su antigüedad, porque inserta co-mentarios críticos sobre algunos de estos escritores, y sobre todo, y esto es lo más interesante, porque añade varios nombres que no fueron incluidos por Viera en su «Biblioteca», como Bartolomé del Castillo, Tomás y Gabriel Vandewalle o Andrés de Valcárcel y Lugo (1607-1683), quien escribió la que se considera en la ac-tualidad como la primigenia crónica de La Palma, titulada Cosas BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 25. Existe edición facsímil de la parte de este manuscrito que recoge la His-toria de Viera, vid.: VIERA Y CLAVIJO, José del Álamo. Ensayo sobre la historia natural y civil de islas Canarias. Notas informativas a esta edición, José Mel-quíades López Mederos. [S.l.]: Xerox, [2001?]. 1 v. (pag. var.). 46 notables26. Es de alguna manera Vandewalle el más cercano con-tinuador de Viera. Unos años después, en 1796, el francés André-Pierre Ledru hace en la isla de Tenerife la primera escala del viaje científico que hizo en compañía del capitán Baudin. El viaje, encargado por el gobierno francés, había de estudiar la historia natural del Atlántico y el Caribe, pero cuando Ledru publicó sus experien-cias en 181027 añadió abundante información sobre otros aspec-tos de la vida de las islas visitadas. Así, por ejemplo, incluye un capítulo dedicado a los hombres de letras nacidos en las islas Ca-narias28, que aunque está extractado de la relación de Viera y Clavijo (engloba a veintiséis autores frente a los ciento cincuen-ta del arcediano), muestra inequívocamente el predicamento de que gozó este tipo de repertorios y, al mismo tiempo, el alcance de la propia obra de Viera. De igual manera, el diplomático Fran-cis Coleman Mac-Gregor, quien fuera cónsul británico en Tene-rife, recogió en su monografía Die Canarischen Inseln nach ihrem gegenwärtigen Zustande, und mit besonderer Beziehung auf Topogra-phie und Statistik, Gewerbfleiss, Handel und Sit un breve listado de escritores isleños. Se trata de una selección muy escueta de los más notables autores registrados en la nombrada «Biblioteca de autores canarios».Y es que, a los ojos de este observador europeo, la cultura canaria, al igual que la española, tenía muy poco que LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 26. PÉREZ GARCÍA, Jaime. Fastos biográficos de La Palma. Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias, 1985-1998, v. II, p. 227.A partir de una copia anónima que se guardaba en el Archivo del Marqués de Guisla- Guiselín, el trabajo de Valcárcel fue consultado en el siglo XIX por Juan B. Lo-renzo Rodríguez e insertado casi en su totalidad en las Noticias para la historia de La Palma. Vid.: v. I, pp. 189-193, 196-197 y 244-245; (La Laguna: Instituto de Estudios Canarios; Santa Cruz de La Palma: Cabildo Insular de La Palma, 1975. 2ª ed., 1987). 27. LEDRU, André-Pierre. Voyage aux iles de Ténériffe, La Trinité, Saint-Tho-mas, Sainte-Croix et Porto-Ricco. Paris: chez Arthus Bartrand, 1810. La parte de-dicada a Tenerife está publicada en español como Viaje a la isla de Tenerife (1796). La Orotava: José A. Delgado Luis, 1982 (2ª ed., 1991). 28. IDEM. «Notice sur les hommes de lettres nés aux Canaries; Société Éco-nomique établie à Ténériffe», pp. 142-162. 47 aportar a la ciencia o literatura continental debido a la secular censura que ha padecido nuestro país29. Sobre el mismo libro volveremos en el epígrafe sobre topobibliografías. La aportación bibliográfica de Viera no había pasado, pues, desapercibida, y así, el prebendado Antonio Pereira Pacheco qui-so contribuir a ella pocos años después escribiendo un apéndice con las obras identificadas por él30. Esta obra contiene a su vez un anexo con la relación de libros que componían la propia bi-blioteca canaria del autor, una de las más importantes coleccio-nes privadas de su tiempo que contaba con no menos de ciento cincuenta títulos de diferentes obras y escritores de las islas cla-sificados según su temática, incluyendo obras de historia, litera-tura, religión e, incluso, bibliografía. Además, fruto de estas in-quietudes bibliofílicas de Pereira fue la reunión de tres álbumes bajo el encabezamiento Colección de varias poesías sagradas y profanas por distintos autores de las islas Canarias, que se conser-van en la Biblioteca de la Universidad de La Laguna31. Curiosamente, aparte de las aportaciones de Vandewalle y Pe-reira, la publicación de la obra de Viera no supone el nacimiento de un interés especial por la bibliografía canaria. De hecho, hay que esperar nada menos que hasta 1932 para considerar que es- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 29. MAC-GREGOR, Francis Coleman. «Von der intellektuellen Bildung der Einwohner». En: Die Canarischen Inseln nach ihrem gegenwärtigen Zustande, und mit besonderer Beziehung auf Topographie und Statistik, Gewerbfleiss, Han-del und Sitten. Hannover: Im Verlage der hahn’schen hosbuchhandlung, 1831, pp. 108-140. Accesible en línea en: http://humboldt.mpiwg-berlin.mpg.de. En fecha reciente se ha publicado una traducción al español a cargo del profesor José Juan Batista Rodríguez: MAC-GREGOR, Francis Coleman. Las islas Cana-rias según su estado actual y con especial referencia a la topografía, estadística, in-dustria, comercio y costumbres (1831). [La Laguna; Las Palmas de Gran Cana-ria]: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2005. 30. PEREIRA PACHECO Y RUIZ, Antonio. Continuación de los escritores cana-rios, o Apéndice de la biblioteca citada por Viera en el tomo 4º, folio 514 y siguien-tes. Manuscrito autógrafo. Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife. 31. FERNÁNDEZ PALOMEQUE, Paz y MORALES AYALA, M.ª Luisa. Catálogo de manuscritos de la Biblioteca Universitaria de La Laguna. La Laguna: 2002, pp. 97-119. 48 ta disciplina vuelve a renacer en nuestras islas32. Lo haría de la mano de Agustín Millares Carlo, maestro de bibliógrafos españo- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 32. Hay, sin embargo, algunas iniciativas previas dignas de mención, como es el caso de la revista tinerfeña La aurora, que en 1848 comunicaba el inicio de la publicación mensual de un boletín bibliográfico. Vid. La aurora: semana-rio de literatura y artes, n. 20 (16 de enero de 1848). No sabemos si verdade-ramente se llegó a publicar este boletín, pero en cualquier caso habría de tra-tarse de un anuncio de novedades bibliográficas tanto canarias como peninsulares, y su intención principal sería la de proporcionar una orientación a los usuarios del gabinete de lectura que la propia revista ofrecía a sus suscrip-tores. 49 les y latinoamericanos33, autor, entre otros, de los importantísi-mos catálogos bibliográficos de los Archivos Mexicanos y de la Academia Nacional de la Historia de Caracas34. En esta fecha, con premio de la Biblioteca Nacional de España, sale a la luz la primera edición de la Bio-bibliografía35, que es el primer intento de conformar un corpus bibliográfico de escritores del archipié-lago, por más que el propio autor, tal vez por modestia o tal vez por sincera admiración hacia algunos investigadores precedentes, cite repetidamente la obra de varios bibliófilos anteriores como si fueran bibliográficas. Concretamente,Millares Carlo menciona como «bibliografías parciales» las obras Biografías de canarios cé-lebres36, de su abuelo Agustín Millares Torres; Notas biográficas de palmeros distinguidos, de Juan Bautista Lorenzo Rodríguez37; y «Cartas bibliográficas», de Luis Maffiotte y La Roche38. Las dos primeras son colecciones de biografías, como sus títulos indican, y aunque indudablemente estuvieron inspiradas por la «bibliote- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 33. Una aproximación sobre sus bases teóricas puede verse en:MARTÍN VE-GA, Arturo. «La técnica y el método bibliográficos de Millares Carlo». Boletín Millares Carlo, n. 13 (1994), pp. 271-278. 34. La obra bibliográfica de Millares Carlo es muy extensa y variada, y pa-ra una visión general remitimos a los trabajos sobre su obra que reseñamos en el repertorio final de este artículo. Sin embargo, por su especial interés, quere-mos destacar una recopilación de bibliografía sobre la imprenta y el periodis-mo en España y América que confeccionó junto a Manuel Hernández Suárez, así como la obra La imprenta en España, también con la colaboración de Her-nández. Ambas obras están inéditas y se conservan en el Archivo de El Museo Canario, Fondo Manuel Hernández Suárez. 35. MILLARES CARLO, Agustín. Ensayo de una bio-bibliografía de escritores naturales de las islas Canarias (siglos XVI, XVII y XVIII). Madrid:Tipografía de Ar-chivos, 1932. 36.MILLARES TORRES, Agustín. Biografías de canarios célebres.Tomo I.Gran- Canaria: Imprenta de Víctor Doreste 1872; t. I y II. Las Palmas de Gran-Cana-ria: Imprenta de Francisco Martín González, 1878-1879. 37. LORENZO Y RODRÍGUEZ, Juan Bautista. Notas biográficas de palmeros dis-tinguidos. [Santa Cruz de La Palma]: Tip. Diario de Avisos, 1901. 38. MAFFIOTTE, Luis. «Cartas bibliográficas». Diario de Tenerife (1897). Se trata de dieciséis artículos publicados en el periódico a lo largo de todo el año 1897. 50 ca» de Viera y Clavijo, no llegan a dar a las publicaciones la im-portancia que les daría un bibliógrafo y, de hecho, recogen las biografías de numerosos personajes que ni siquiera fueron auto-res de ninguna obra. Las Cartas de Maffiotte, por su parte, son en realidad artículos de bibliofilia y no de bibliografía, aunque la ex-traordinaria riqueza informativa que insertan justifica sobrada-mente el hecho de que Millares Carlo las tomara como ejemplo y punto de partida39. Es, pues, la Bio-bibliografía una obra novedosa en Canarias, y lo es por varios motivos: primero, porque rescata la idea de una biblioteca ideal compuesta por todas las obras escritas por auto-res canarios, como en parte había hecho Viera; segundo, porque no se impone limitaciones a la hora de acotar la investigación, bastando que se trate de obras escritas por canarios para que es-tuvieran incluidas en el repertorio; y tercero, y quizá el más im-portante, porque utiliza magistralmente una forma de bibliogra-fía analítica que ya podríamos llamar normalizada. En efecto, Millares no se limita a transcribir los pies de im-prenta como hacen generalmente los repertorios bibliográficos al uso, sino que se esmera en transcribir las portadas completas, in-cluyendo viñetas, orlas y otros adornos tipográficos, y además añade datos sobre la paginación, el formato y, en algunos casos, aunque quizá no tan frecuentemente como debería, la signatura tipográfica. Esta labor, que puede parecer infructuosa o inútil a lectores legos en la materia, es primordial para ofrecer inequívo-camente las características de una edición e incluso de una emi-sión o estado concreto, por lo que la identificación de ejemplares de dudosa adscripción se facilita hasta extremos anteriormente desconocidos. Algunos trabajos bibliográficos previos ya ofrecían un planteamiento similar, como por ejemplo los de Cristóbal Pé- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 39. El Museo Canario conserva una colección de recortes de todas las «Car-tas bibliográficas», hecha por el propio Maffiotte, en la que la información bi-bliográfica está sumamente enriquecida con anotaciones manuscritas. AMC. Fondo Luis Maffiotte, M-C-27. 51 rez Pastor40 o incluso el Ensayo41 de Bartolomé José Gallardo, pe-ro con Millares la bibliografía descriptiva alcanza su cota más ele-vada por la perfección de su desarrollo y por la coherencia que imprime al conjunto del repertorio42. Además de todo ello, la Bio-bibliografía de Agustín Millares ofrece dos tipos de información adicional de gran importancia: por un lado, presenta de cada autor todos los datos biográficos de que dispone, así como las fuentes primordiales para su investiga-ción, en lo cual sigue, e f e c t i vamente, las pautas de Millares Torres, Luis Maffiotte y Juan B. Lorenzo; y por otro lado, transcribe de muchas obras los pasajes de mayor interés, de manera que la des-cripción de ediciones no se limita a los aspectos formales, sino que p e n e t ra en interioridades literarias en un alarde de erudición43. Por todo ello, no es aventurado decir que, a partir de su publica-ción, esta obra se convierte en la medida para valorar todos los demás BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 40. PÉREZ PASTOR, Cristóbal. La imprenta en Toledo: descripción bibliográfica de las obras impresas en la imperial ciudad desde 1483 hasta nuestros días. Ma-drid: Imprenta y Fundición de Manuel Tello, 1887; IDEM. La imprenta en Medi-na del Campo. Madrid: Establecimiento tipográfico «Sucesores de Rivadeney-ra », 1895; IDEM. Bibliografía madrileña o Descripción de las obras impresas en Madrid. Madrid: Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1907; Otros reper-torios que siguieron su metodología fueron los de ALCOCER Y MARTÍNEZ, Ma-riano. Catálogo razonado de obras impresas en Valladolid 1481-1800. Vallado-lid: Imp. de la Casa Social Católica, 1926. Ed. facs.: [Valladolid]: Junta de Castilla y León, 1993; y VALDENEBRO Y CISNEROS, José María. La imprenta en Córdoba: ensayo bibliográfico. Madrid: Establecimiento tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1900. Ed. facs.: Córdoba: [Diputación de Córdoba], 2002. 41. GALLARDO, Bartolomé José. Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos. Madrid: Rivadeneyra; Manuel Tello, 1863-1889. 42. Millares utilizaría siempre estas estrictas normas de descripción biblio-gráfica. Valga como ejemplo el recientemente rescatado «Ensayo de una biblio-grafía de sor Juana Inés de la Cruz: ne hault, ne bas... mèdiocrement», conserva-do junto con otros trabajos inéditos en el Seminario de Humanidades Agustín Millares Carlo de Las Palmas de Gran Canaria, y publicado en el Anuario de estudios atlánticos, n. 49 (2003), pp. 43-67. 43. Para un análisis de la Bio-bibliografía y de otros repertorios de Millares presentados a concursos bibliográficos de la Biblioteca Nacional, vid. DELGA-DO CASADO, Juan. Un siglo de bibliografía en España: los concursos bibliográficos de la Biblioteca Nacional (1857-1953). Barcelona: Ollero y Ramos, 2001, v. 2, pp. 590-599. 52 trabajos sobre bibliografía canaria, y la importancia de cada nueva aportación depende del grado en que contribuya a completar el reper-torio de Millares. Pero las obras de bibliografía están abocadas siempre a quedar ob-soletas en el instante mismo de su publicación. Inmediatamente des-pués de la aparición de la Bio-bibliografía comienzan a surgir adiciones y enmiendas en artículos de diferentesmedios de comunicación y con la firma de diversos autores, incluida la del propio Millares44. Por fin se había despertado en Canarias un interés por recuperar la memoria bibliográfica de sus hijos, y el propio Millares Carlo acabó preparan-do, con la ayuda de Manuel Hernández Suárez, una segunda edición de su estudio que comenzó a publicarse en 1975 y que acabaría te-niendo seis volúmenes, frente al único de la edición de 193245.No en va n o, el autor del primer trabajo comenzó en el mismo momento de su publicación a recoger nuevos datos, una labor en la que no cejó a lo largo de toda su vida a pesar de sus prolongados exilios46. En fin, si de algo adolece esta obra magna de la bibliografía canaria es de la fal-ta de índices que faciliten su adecuada consulta. En la «Advertencia LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 44.A modo de ilustración, dejamos referencia del siguiente trabajo: ROMEU PALAZUELOS, Enrique. «¿Un manuscrito desconocido de Ruiz de Padrón?». La tarde (7 de marzo de 1970), p. 3. 45. En este intervalo es obligado citar el siguiente trabajo de MILLARES CARLO, Agustín. «Fray Matías Escobar, escritor canario». Canarias (dic. 1940), pp. 7-8; reproducido en El Museo Canario, n. 49-52 (1954), pp. 105-106. Es un ejemplo de cómo Millares añade un nuevo nombre a la nómina de autores nacidos en las islas. De él se ofrecen los primeros datos que aclaran su origen canario, datos que se ven ampliados y confirmados definitivamente en la se-gunda edición de la Biobibliografía (v. III, pp. 77-85). 46. Sirvan a modo de ejemplo las dos visitas que tenemos documentadas de Millares a La Palma. La primera fue realizada en mayo de 1930 (El tiempo, 23 de mayo de 1930), y la segunda, acompañado de Manuel Hernández y Jo-sé Naranjo Suárez, tuvo lugar en febrero de 1958 (Diario de avisos, 7 de febre-ro de 1958). En ambas aprovechó el polígrafo grancanario para buscar antiguos autores y, suponemos, también impresos palmeros. Su labor se centró en la Bi-blioteca Cervantes y, en menor medida, en archivos y bibliotecas particulares. Todo ello quedó reflejado en las dos ediciones de la Biobibliografía y probable-mente en la Historia de la imprenta en Canarias que nunca llegó a publicarse, perdida en la actualidad. 53 a la segunda edición»47 Millares promete su publicación en el úl-timo de los volúmenes, pero al publicarse éste después de acae-cido su fallecimiento, el trabajo de indización quedó por hacer. Antes, sin embargo, Juan Antonio Martínez de la Fe había visto la necesidad de confeccionar estos índices sin esperar a que con-cluyera la edición de la obra, por lo que ya en 1981 publicó los correspondientes a los cuatro primeros volúmenes48. Entre los autores que contribuyen a enriquecer la obra de Mi-llares en el intervalo comprendido entre sus dos ediciones hay que citar al profesor Cioranescu, que mediante dos artículos pu-blicados en la Revista de historia canaria49 sumaba nueve entra-das desconocidas hasta entonces50. El siguiente trabajo relevante en este repaso a las obras biobi-bliográficas canarias se debe al que sería principal colaborador de Millares y coautor de la Biobibliografía de 1975-1992. Se trata de Manuel Hernández Suárez, que trabajó largos años en su tarea de prolongar la Bio-bibliografía para abarcar el siglo XIX, aunque el texto definitivo quedó inédito por no estar concluido cuando el autor falleció en 198851. Lo que sí se publicó fue su estudio so- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 47.MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Biobibliogra-fía..., Op. cit., v. I, p. XI. 48. MARTÍNEZ DE LA FE, Juan A. «Biobibliografía de escritores canarios (to-mos I al IV): índices sistemático y de órdenes religiosas». Boletín Millares Carlo, n. 4, II (dic. 1981), pp. 217-273. 49. CIORANESCU, Alejandro. «Escritores canarios». Revista de historia cana-ria, n. 123-124 (jul.-dic. 1958), pp. 292-295. IDEM. «Antiguos escritores cana-rios ». Revista de historia canaria, n. 172 (1980), pp. 205-219. 50. Cioranescu fue autor también de una autobibliografía de temática ca-naria: CIORANESCU, Alejandro. Bibliografía canaria (1949-1989). Introducción de Andrés Sánchez Robayna. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 1989. 51. Buena parte del material bruto para este trabajo se encuentra en el Fon-do Manuel Hernández Suárez del Archivo de El Museo Canario. Entre los pa-peles que pertenecieron al investigador se encuentran, desordenados, innume-rables trozos de papel, fichas, notas, recortes, catalogaciones, datos biográficos, correcciones a la obra de Millares, y, en suma, material suficiente para un buen trabajo de tipobibliografía canaria que incluyera el siglo XIX y parte del XX. Una parte de este material fue mecanografiado y ordenado alfabéticamente en carpetas, pero por desgracia el trabajo quedó inconcluso. 54 bre las ediciones de Benito Pérez Galdós52, que aún hoy es refe-rencia obligada para los investigadores galdosianos por recoger no sólo las novelas sino también los artículos, prólogos y otras obras menores del autor canario, así como los estudios sobre Gal-dós escritos por innumerables autores. Poco después fue conti-nuado por H.C.Woodbrigde, autor de una monografía selectiva y comentada sobre el mentado tema53. Asimismo, cabe citar en-tre las aportaciones de Hernández su Índice de la colección de do-cumentos de Agustín Millares Torres54, que aunque relaciona docu-mentos que ya habían sido estudiados en su mayoría para la Biobibliografía, aporta una reveladora visión de conjunto sobre las obras coleccionadas por el ilustre historiador. Otras investigaciones han ido perfilando el universo de los an-tiguos escritores canarios. De esta suerte, Pérez García, en sus Fastos biográficos de La Palma55, añade un extenso listado de nue-vos nombres, algunos dispersos y otros completamente descono-cidos, en el registro de escritores canarios. Aunque no se trata en absoluto de un repertorio bibliográfico, suma numerosas referen-cias sobre las obras de los personajes biografiados, y reseña por vez primera no pocas obras y manuscritos, aunque en la mayoría de los casos se limita a consignar su título y su fecha de redac-ción. La enorme empresa emprendida por Pérez García podría constituir, no obstante, un excelente punto de partida para com-poner una biobibliografía de autores de La Palma. También otros estudiosos han contribuido al conocimiento biobibliográfico de nuestras islas, como por ejemplo Matías Díaz Martín, que se ocupó de reseñar las obras de los sacerdotes cana- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 52. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Bibliografía de Galdós. I. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1972. 53.WOODBRIGDE, Hensley C. Benito Pérez Galdós: a selective annoted biblio-graphy. Metuchen (New Jersey): Scarecrow, 1975. 54. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Índice de la colección de documentos de Agustín Millares Torres. Las Palmas: Mancomunidad de Cabildos, 1977. 55. PÉREZ GARCÍA, Jaime. Fastos biográficos...,Op. cit. 55 rios56; el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Fer-mín de los Reyes, que descubrió un nuevo impreso de Francisco Pablo de Matos y Coronado57, o Manuel Poggio Capote, que ha rastreado algunas de las ediciones desconocidas del portuense To-más de Iriarte58. No podemos cerrar este apartado dedicado a las biobibliogra-fías sin hablar de las aportaciones de Francisco Salas Salgado, quien elabora un catálogo biobibliográfico de humanistas cana-rios de extraordinario interés59. Se trata de uno de los escasísimos ejemplos actuales en los que las reseñas bibliográficas se mues-tran mediante la transcripción completa de las portadas, modo erudito heredado de los padres de la bibliografía, como hemos visto, que desgraciadamente está en desuso a pesar de las enor-mes ventajas que representa para la identificación de ejemplares. El trabajo del profesor Salas ofrece información sobre ciento dos autores humanistas nacidos en Canarias, además de numerosas obras de autor anónimo y algunas de posible adscripción canaria. Entre esta enorme cantidad de datos, ordenados alfabéticamente dentro de cada siglo, encontramos unos veinticinco autores que no habían sido recogidos en repertorios previos, cada uno de ellos acompañado de las reseñas bibliográficas o documentales que BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 56.DÍAZ MARTÍN, Matías. «Bio-bibliografía de sacerdotes canarios». Almoga-rén, n. 1 (jun. 1988), pp. 165-182; IDEM. «Aproximación a la bio-bibliografía de sacerdotes de la Diócesis Nivariense». Almogarén, n. 4 (dic. 1989), pp. 77-89. 57. REYES, Fermín de los. «Una propuesta para la impresión de libros de re-zo en España en el siglo XVIII». Anales de literatura hispanoamericana, n. 26, II (1997), pp. 127-137. Con posterioridad fue dado a conocer en Canarias por POGGIO CAPOTE, Manuel. «Un impreso de Matos y Coronado desconocido por la bibliografía canaria». Noticias El Museo Canario, n. 3 (tercer cuatrimestre 2001), pp. 21-23. 58. POGGIO CAPOTE, Manuel. «Las ediciones en portugués de las Fábulas li-terarias de Tomás de Iriarte». El Museo Canario, v. LVII (2002), pp. 279-296. IDEM. «Una edición del Compendio de la Historia de España de Tomás de Iriar-te en sueco (1820)». El Museo Canario, v. LVIII (2003), pp. 265-274. 59. SALAS SALGADO, Francisco. Humanistas canarios de los siglos XVI a XVIII. Tomo II. Catálogo biobibliográfico. La Laguna: Universidad de La Lagu-na, 1999. 56 nos informan sobre su biografía, tal como corresponde a una obra de este tipo60. Desde el punto de vista de la temática biobibliográfica, aun-que centrada fundamentalmente en aspectos literarios, es necesa-rio, también, mencionar la revista Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, que ha recogido la publicación de diversos artículos de Sánchez Robayna donde se presentan tex-tos de escritores canarios contemporáneos que se encontraban inéditos, dispersos o que simplemente eran poco conocidos, co- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 60. Una reseña de Sánchez Robayna sobre esta monografía puede consul-tarse en: Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLV (2001), pp. 439-442. 57 mo los referentes a Tomás Morales61 y Emeterio Gutiérrez Albe-lo62. Este profesor también ha rescatado en otras cabeceras nue-vos textos, como los referentes a Cairasco de Figueroa63. Entre los últimos ejemplos de recuperación de obras perdidas encontra-mos también al profesor Antonio Henríquez, que enriqueció re-cientemente la bibliografía conocida de Saulo Torón64, y a la filó-loga Blanca Hernández, que recuperó la obra de varias autoras de las islas65. El IEC, por otra parte, se ha preocupado por mantener al día la bibliografía sobre los poetas canarios del Siglo de Oro66, o por ex-humar los colaboradores literarios en los boletines oficiales cana-rios67 y los nombres isleños que contribuyeron con la revista La verdad de Murcia68. La bibliografía de artífices plásticos no ha es-tado ausente, ya que el anuario publicó un artículo sobre el pin- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 61. SÁNCHEZ ROBAYNA, Andrés. «Más sobre la “protohistoria” de Tomás Mo-rales: tres poesías desconocidas». Estudios canarios: anuario del Instituto de Es-tudios Canarios, n. XXXVI-XXXVII (1993), pp. 223-229; IDEM. «Poesía primera de Tomás Morales: otros textos desconocidos». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLII (1998), pp. 155-163. 62. IDEM. «Emeterio Gutiérrez Albelo: otros textos dispersos del período vanguardista». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios canarios, n. XXXVIII (1994), pp. 121-135. 63. IDEM. «Algo más sobre los esdrújulos (con una canción inédita de Cai-rasco) ». Cuadernos hispanoamericanos, n. 502 (abr. 1982), pp. 73-84. 64. HENRÍQUEZ JIMÉNEZ, Antonio. Saulo Torón, prosista: quince textos exhu-mados. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2002. 65. HERNÁNDEZ QUINTANA, Blanca. Escritoras canarias del siglo XX. Las Pal-mas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2003. 66. BRITO DÍAZ, Carlos. «Bibliografía de los poetas de los Siglos de Oro en Canarias (1990-2000)». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Ca-narios, n. XLV (2001), pp. 307-315. 67.MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. «Colaboraciones literarias en los Bo-letines Oficiales canarios (1834-1859)». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XXXVII-XXXVII (1993), pp. 231-254. 68. OUVIÑA NAVARRO, Marta. «Escritores canarios en el suplemento litera-rio de “La verdad” de Murcia (1923-1926)». Estudios canarios: anuario del Ins-tituto de Estudios Canarios, n. XL (1996), pp. 253-269. 58 tor tinerfeño Óscar Domínguez69. Otro aspecto en el que ha cen-trado últimamente su atención es en el análisis de varias revistas isleñas de distintas épocas. La estructura de estos trabajos (que es muy similar en todos los casos) se articula entre una amplia in-troducción y unos índices analíticos que permiten conocer el rol de colaboradores y facilitan a la investigación el acceso sobre cualquier escritor que aparezca entre sus páginas. Hasta el mo-mento han visto la luz ensayos referidos a Castalia70, Mensaje71, Gánigo72, San Borondón73, Gente Nueva74, Alisio75 y Siglo XX76. En la misma línea cabe apuntar tanto la memoria de licencia-tura como la tesis doctoral de Salvador F. Martín Montenegro (ambas inéditas). La primera de ellas, Índices de periódicos y libros durante la década del treinta en Tenerife con especial atención al pe- LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 69. CARREÑO CORBELLA, Pilar. «Bibliografía: Óscar Domínguez». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XXXIX (1995), pp. 203- 207. 70. RAMÍREZ, Goretti. «Aproximación a la revista “Castalia” (estudio e índi-ce) ». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLI (1997), pp. 195-215. 71. KRAWIETZ, Alejandro. «La revista “Mensaje” (1945-1946): un acerca-miento crítico». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLII (1998), pp. 165-213. Reeditado en la edición facsímil de la revista poco después. 72. HERNÁNDEZ, Isidro. «La revista “Gánigo” (1953-1969): estudio e índi-ce ». Estudios canarios: anuario de Instituto de Estudios Canarios, n. XLIII (1999), pp. 299-355. 73. GARCÍA MARTÍN, María del Carmen. «La revista “San Borondón” (1958- 1960): estudio e índices». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLV (2001), pp. 273-306. 74. SÁNCHEZ [SANTANA], Josefa. «La revista “Gente Nueva” (1899-1901): estudio e índices». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLVI (2002), pp. 289-338. 75. RÍOS CRUZ, Adelaida. «La revista “Alisio” (1952-1955): estudio e índi-ces ». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLVI (2002), pp. 339-362. 76. SÁNCHEZ SANTANA, Josefa. «La revista “Siglo XX” (1900-1901): estudio e índice». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLVII (2004), pp. 291-340. 59 ríodo 1936-193977, recoge en un apéndice un «Índice de colabo-radores en periódicos durante la Guerra Civil en Tenerife»; y la segunda, La literatura en la prensa en Canarias entre 1785 y 185978, inserta también un anexo con las «Colaboraciones litera-rias en la prensa canaria entre 1785 y 1859». En los dos casos se trata de un vaciado de los autores que escribieron en los mencio-nados marcos temporales y se presenta como un instrumento pa-ra descubrir los personajes que contribuyeron a definir la produc-ción intelectual isleña. Una publicación reciente relacionada también con la biblio-grafía literaria es la tesis doctoral de Paloma Jiménez del Campo sobre los escritores de la emigración en Cuba79. Desde nuestro punto de vista —dado que este trabajo es más amplio— el capí-tulo que más interesa es el II, donde se recoge un «Catálogo bio-bibliográfico de los escritores canarios en Cuba». Concretamen-te, se relacionan las entradas correspondientes a treinta y un autores nacidos en el archipiélago que, tras cruzar el océano, de-jaron allí obra escrita. Las papeletas de cada autor se ordenan de acuerdo a la fecha en que publicaron su primer libro, y dentro de cada una de ellas se disponen las biografías junto a sus obras, en un discurso donde se intercalan los datos vitales junto con los pu-ramente bibliográficos. Esta inadecuada ordenación, alejada de las sistematizaciones que normalmente se emplean en los reper-torios bibliográficos, se encuentra en consonancia con el objetivo propuesto por su autora en el planeamiento de esta disertación BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 77. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. Índices de periódicos y libros durante la década del treinta en Tenerife con especial atención al período 1936-1939 [te-sina inédita]. Dirigida por Sebastián de la Nuez Caballero. La Laguna: Univer-sidad de La Laguna, 1981. 2 v. Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Sa-la Canarias, sign. 381. 78. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. La literatura en la prensa de Cana-rias entre 1785 y 1859 [tesis doctoral inédita]. Director Sebastián de la Nuez Caballero. La Laguna: Universidad de La laguna, 1990. 3 v. Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Sala de Canarias, sign. 1012. 79. JIMÉNEZ DEL CAMPO, Paloma. Escritores canarios en Cuba: literatura de la emigración. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2003. 60 de grado, y que no es otro que el análisis general de la literatura canaria en esta isla del Caribe. El catálogo sirve, de esta manera, únicamente como una introducción que muestra los principales nombres, sus libros y algunos de sus artículos. La autora se aleja conscientemente de proporcionar un elenco de autores y obras exhaustivo. Así, por ejemplo, muchos artículos y otros autores (cuando sólo publicaron estos trabajos breves) son omitidos del catálogo. Ello resta, lógicamente, utilidad al listado. No obstante, el repertorio es una herramienta provechosa para el análisis de los miembros de la colonia isleña desplazada a aquella otra isla. De esta manera, es necesario subrayar que para la biobibliografía recoge un buen número de nombres y títulos, muchos de ellos ol-vidados, que acotan y precisan la aportación de los isleños en Cu-ba, revelándose como una fuente de gran interés para conocer el acervo literario canario80. Otra monografía que no debemos olvidar es la de Carlos Acosta García sobre los escritores naturales de Garachico81. La misma recoge autores de cualquier disciplina naturales de este municipio del norte de Tenerife desde siglo XVI hasta la actuali-dad más próxima. En sentido estricto, no cabe una definición co-mo un trabajo científico, sino más bien divulgativo. Así, es nece-sario apuntar que este ensayo carece de una estructura bibliográfica coherente. De cualquier forma, es una obra de refe-rencia con la que hay que contar para dicho término y por eso dejamos constancia de ella. Finalmente, hay que mencionar la contribución biobibliográ-fica que suponen numerosos trabajos de homenaje a determina-dos autores, especialmente dedicados a profesores de nuestras universidades o a personalidades destacadas en diversos ámbitos LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 80. Puede verse también para la última centuria la monografía de Jorge DOMINGO CUADRIELLO: Los españoles en las letras cubanas durante el siglo XX (Sevilla: Renacimiento, 2002). 81. ACOSTA GARCÍA, Carlos. Escritores nacidos en la villa y puerto de Gara-chico a través del tiempo. [Islas Canarias]: Gobierno de Canarias, Viceconseje-ría de Acción Exterior [et al.], D.L. 2003. 61 de la investigación canaria más reciente, aunque en algunos casos también se han estudiado autores del pasado. De todos ellos nos ocupamos en el repertorio que cierra este artículo. 2.3 TIPOBIBLIOGRAFÍAS E HISTORIAS DE LA IMPRENTA Un nuevo bloque que abrimos a partir de este punto es el que dedicamos a las investigaciones centradas en el estudio de los im-presos publicados en el archipiélago. En este sentido, es preciso significar que la tardía introducción de la imprenta en Canarias (1751), cuando el tipógrafo sevillano Pedro José Pablo Díaz y Ro-mero abrió un taller en Santa Cruz de Tenerife, reduce el análi-sis de la tipobibliografía canaria a poco más de dos siglos y me-dio. En este apartado, asimismo, debido a la estrecha relación que tienen con la disciplina que nos ocupa, cabe citar numerosos ar-tículos sobre la historia de la imprenta de nuestras islas publica-dos a partir del siglo XIX. Los mismos son el germen de los estu-dios más puramente tipobibliográficos que verían la luz a lo largo del siglo XX y que complementan a estos últimos. Como prehistoria de estos repertorios debemos nombrar, pues, el interesante ensayo de Francisco María de León Morales publicado en el periódico El amigo del país de Santa Cruz de Te-nerife en 186682, donde se hace un ligero repaso de los primeros impresores establecidos en las islas y se acompañan algunas valo-raciones sobre la importancia y la calidad de sus trabajos. Ade-más, León añade una lista de los obradores que se encontraban ejerciendo en Canarias en la época de la publicación del artícu-lo: cinco en Santa Cruz de Tenerife, tres en Las Palmas de Gran Canaria y uno en Santa Cruz de La Palma. Pocos años después, la lista habría de aumentar en gran medida. Si quisiéramos circunscribirnos al caso de La Palma, obligado sería resaltar la importancia de otra fuente de la misma época: el BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 82. LEÓN MORALES, F.M. «Breves apuntes sobre la historia del arte tipográ-fico en Canarias». El amigo del país, I (1866), pp. 206-207. 62 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE artículo de Eufemiano Castro y Felipe (firmado con sus inicia-les), publicado en El pito y reproducido en El Time, sobre los por-menores de la introducción de la primera imprenta de dicha is-la83. El mismo trabajo fue incluido por Juan B. Lorenzo en la Agustín Millares Torres 83. CASTRO Y FELIPE, E. «La imprenta en La Palma». El Time (3 de junio de 1866), pp. 1-2; IDEM. «La imprenta en La Palma». El Time (10 de junio de 1866), pp. 1-2. Copiado en su mayor parte por TEDOTE. «Primera época de la imprenta en La Palma». Almanaque del diario Hoy (Santa Cruz de Tenerife), 1933-1934 (21 de septiembre). Cit. por VIZCAYA CARPENTER, Antonio. Tipo-grafía canaria, p. LXXIII, nota 59. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 63 parte dedicada a la imprenta en sus Noticias para la historia de La Palma84, aunque este último autor añade finalmente la trans-cripción de la lista de suscriptores y accionistas que posibilitaron la compra de la máquina de imprimir. Como obra propiamente tipobibliográfica debemos destacar, en primer lugar, la publicada por Luis Maffiotte a partir de 190585. En esta fecha se edita el primero de los tres volúmenes de Los periódicos de las islas Canarias86, verdadera obra de tipo-bibliografía canaria que normalmente queda obviada en la mayo-ría de las reseñas sólo por el hecho de ocuparse de publicaciones periódicas y no de monografías. Este trabajo tiene un anteceden-te directo en un repertorio inédito titulado Catálogo por orden al-fabético de todos los periódicos que se han publicado en las islas Ca-narias ordenado por Agustín Millares Torres, 189387, y en otro similar, del mismo autor, titulado Estadística de los periódicos y re-vistas publicados en las islas Canarias88, ambos merecedores de 84. LORENZO RODRÍGUEZ, Juan B. Noticias para la historia de La Palma. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios; Santa Cruz de La Palma: Cabildo In-sular de La Palma, 1975-2000, v. 3, pp. 350-354. 85. Luis Maffiotte ya había demostrado interés previamente por la tipobi-bliografía en las referidas «Cartas bibliográficas» y en sendos artículos publica-dos en el Diario de Tenerife: MAFFIOTTE, Luis. «Poetas desconocidos». Diario de Tenerife (24 de julio de 1900); IDEM. «El 25 de julio: nuevos documentos». Dia-rio de Tenerife (24 de julio de 1902). 86.MAFFIOTTE LA ROCHE, Luis. Los periódicos de las islas Canarias: apuntes para un catálogo. Madrid: (s.n.), 1905-1907 (Alfredo Alonso). 87. El manuscrito forma parte del legado documental que los herederos del historiador Millares Torres depositaron en El Museo Canario a finales de 2003. Está incompleto, llegando sólo hasta la letra «E», pero es muy posible que el res-to de la obra permanezca aún entre los documentos que los depositarios deci-dieron conservar en sus propios archivos. Una nota reciente, perteneciente a una buena catalogación «casera» del documento, indica que este trabajo «ha servido de base para la obra siguiente: Catálogo por orden alfabético de todos los periódicos y revistas que se han publicado en las islas Canarias (iniciado por Agustín Millares Torres; continuado y puesto al día por Agustín Millares Sall)». 88. ARCHIVO DE EL MUSEO CANARIO. Fondo Agustín Millares Torres. Aun-que en su portada aparece la fecha de 1882, ésta ha de ser la fecha de inicio de la investigación, ya que el trabajo recoge los periódicos publicados hasta 1895. 64 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE un estudio independiente89. Aun con estos antecedentes, el re-pertorio de Maffiotte tiene el inconveniente de ser demasiado temprano, ya que los años siguientes a su publicación fueron tan 89. Como dato curioso podemos resaltar que en Estadística... se incluye co-mo anexo un Catálogo de los periódicos que se han publicado en la ciudad de Santa Cruz de La Palma desde el establecimiento de la Imprenta de El Time, re-gentada por Don Pedro Guerra Vallejo, hasta el presente..., que incluye cuarenta periódicos palmeros desde 1863 hasta 1894. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 65 sobresalientes en la historia de la prensa en Canarias como lo ha-bían sido los años finales del siglo XIX. No obstante, la riquísima aportación que supone esta obra es tal que sólo ha empezado a ser completada en fechas muy recientes por Ricardo Acirón90 y por la tesis doctoral de Antonio L. Rojas Friend91, sin olvidar el excelente trabajo de Juan Régulo Pérez sobre la prensa de La Pal-ma92, el cual ha sido ampliado para una parte de la centuria de-cimonona (hasta 1886 con el estudio de El eco) por Macías Mar-tín93. Además de estas fuentes fundamentales, algunos otros autores se han centrado en el repertorio de periódicos canarios, como es el caso de Agustín de la Hoz, que se ocupó de los edita-dos en Lanzarote94; Teresa López Santana, que analizó algunos aspectos de la prensa de Fuerteventura95;Martín Montenegro96 y 90. ACIRÓN ROYO, Ricardo. La prensa en Canarias: apuntes para su historia. Madrid: Confederación Española de Cajas de Ahorro, 1986. 91. ROJAS FRIEND, Antonio Luis. Prensa e ilustración en las islas Canarias (1750-1810). Madrid: Universidad Complutense, 1993. 92. RÉGULO PÉREZ, Juan. «Los periódicos de la isla de la Palma (1863- 1948)». Revista de historia [canaria], n. 84 (1948), pp. 337-413. Antes de la pu-blicación de este trabajo había dado a conocer su proyecto en un intento de re-copilar el mayor número de ejemplares y colecciones: RÉGULO PÉREZ, Juan. «Ordenación bibliográfica de los periódicos palmeros: invitación a colaborar». Diario de avisos (8 de mayo de 1948). 93. MACÍAS MARTÍN, Francisco J. «Descripción, carácter e interioridades de la prensa palmera decimónica (I)». Tebeto: anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, n. X (1997), pp. 11-116. Este artículo fue reproducido con al-gunos añadidos en la monografía: MACÍAS MARTÍN, Francisco J. Prensa y políti-ca en La Palma durante el siglo XIX. Tegueste: Baile del Sol, 2002. 94. HOZ, Agustín de la. «Lancelot, número 100: grandeza y servidumbre». Lancelot, n. 100 (15 de febrero de 1985), pp. 27-33. Este repaso por la histo-ria de la prensa lanzaroteña concluye con una lista de los cuarenta y siete pe-riódicos isleños identificados por el autor entre 1858 y 1982. El mismo autor publicó años más tarde un resumen de este artículo con el título «Publicacio-nes lanzaroteñas del pasado y presente siglos». Lancelot, n. 223 (5 de septiem-bre de 1987), pp. 26-27. 95. LÓPEZ SANTANA,Teresa. Notas para un estudio de la prensa majorera: La Aurora. [S.l.: s.n.], c. 1980. 96. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. Índice de periódicos y libros... op. cit. 66 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE Yanes Mesa97, que han estudiado la rica prensa tinerfeña; Carmen Hernández, que ha reseñado la historia de la prensa en La Lagu-na98 y La Palma99; Carmen González, Esther González y Carmen 97. El repertorio de obras de Yanes Mesa sobre este tema es extenso, pero cabe destacar a modo de resumen: YANES MESA, Julio Antonio. Historia del pe-riodismo tinerfeño, 1785-1936: una visión periférica de la historia local del perio-dismo español. [La Laguna; Las Palmas de Gran Canaria]: Centro de la Cultu-ra Popular Canaria, 2003. 98. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Carmen. «Aproximación al estudio de la prensa en La Laguna: 1877-1900». En: VII Coloquio de Historia Canario-Ame-ricana (1986). Las Palmas de Gran Canaria: Mancomunidad de Cabildos, 1990, tomo II, pp. 5-27. 99. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Carmen. «La prensa palmera en los fondos hemerográficos de la Universidad de La Laguna». En: I Encuentro de Geografía, Historia y Arte de la Ciudad de Santa Cruz de La Palma. Santa Cruz de La Pal-ma: Patronato del V Centenario del Descubrimiento de América, 1993, tomo I, pp. 386-398. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 67 Rosa Centeno, que recogieron cincuenta y un títulos del Valle de la Orotava100; Venancio Acosta, especialista en la prensa de El Hierro101, y José Saavedra Rodríguez, que cuenta con un registro para Gran Canaria102. Volviendo al repertorio de Maffiotte, resaltaremos que recoge cuantos periódicos pudo examinar hasta los últimos momentos antes de la publicación, indicando los datos básicos de cada cabe-cera por orden cronológico. Hoy se considera que el catálogo contiene algunos errores y que adolece de la falta de numerosos títulos de periódicos canarios que deberían estar incluidos en la obra, pero estos errores no han de ser achacados al autor, sino más bien a las condiciones en que un estudio de este tipo se po-día hacer en los albores del siglo XX, sobre todo teniendo en cuenta el carácter fundamentalmente efímero de las publicacio-nes estudiadas, lo cual dificulta la localización de ejemplares con-servados a lo largo de los años. Como indicador de los periódicos que pueden faltar en el repertorio de Maffiotte, baste echar una ojeada al extenso apéndice final de la publicación, en el que se recogen los títulos de doce periódicos identificados por el autor durante el proceso de edición del propio catálogo, además de otras veintiséis cabeceras de periódicos canarios editados fuera de las islas. En definitiva, además de suponer un notable avance en el conocimiento de la tipobibliografía canaria en general, el tra-bajo de Maffiotte es punto de referencia obligada para cualquier 100. GONZÁLEZ, Carmen M., GONZÁLEZ, Esther y CENTENO, Carmen Ro-sa. La prensa del Valle de La Orotova (1880-1930). Puerto de la Cruz:Ayunta-miento de Puerto de la Cruz, 1986. 101. ACOSTA PADRÓN,Venancio. La prensa en El Hierro. La Orotava: [s.n.], 1991; IDEM. La prensa en El Hierro. La Laguna: Centro de la Cultura Popular Canaria, 1997. 102. SAAVEDRA RODRÍGUEZ, José. Catálogo general de publicaciones periódi-cas en la provincia de Las Palmas 1840-1972 [Tesina inédita, dirigida por An-tonio de Béthencourt Massieu]. La Laguna: Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna, 1972. 68 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE estudio sobre la historia de la prensa en las islas103, y es utilizado, de hecho, en estudios tan interesantes como el de DavidW. Fer- 103. Sobre la historia de la prensa en Canarias pueden consultarse las si-guientes obras: DORESTE, Ventura. «El periódico más antiguo de Canarias». El Museo Canario, 14 (1945), pág. 45-60; HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A. Sebastián. «Andrés Amat de Tortosa, ingeniero y periodista». Parabiblos: cuadernos de bi-blioteconomía y documentación, n. 5-6 (1991-1992), pp. 53-68; El ómnibus (15 de agosto de 1857), p. [1]; REGUEIRA BENÍTEZ, Luis. «Los primeros tiempos de la prensa en Canarias». Noticias El Museo Canario, n. 0 (2000), pp. 12-13; RO-JAS FRIEND, Antonio. «La aparición del periodismo impreso en las islas Cana-rias ». El Museo Canario, v. L (1995), pp. 257-274; ROJAS FRIEND, Antonio. «Eco de Canarias (1836): un desconocido proyecto periodístico de Pedro Mariano Ramírez». Aguayro, n. 206 (enero-febrero 1994), pp. 35-38. Luis Maffiotte.Caricatura hecha por Diego Cro-sa y publicada en Gente Nueva, nº 35 (2 de julio de 1900), p.1. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 69 nández sobre la prensa canario-americana104, que recoge 29 ca-beceras americanas dirigidas a sus respectivas colonias canarias, además de otras 14 de difusión general cuyos directores eran oriundos de las islas. Como colofón de la etapa precursora de los estudios tipobi-bliográficos hay que volver a citar el nombre de Agustín Millares Carlo, que ya en 1924 publica en la prensa un comentario que pone de relieve su interés por iniciar la recogida de datos para es-te tipo de trabajos105. Sin embargo, es en los años cercanos a la publicación de su primera Bio-bibliografía cuando Millares con-centra la publicación de artículos sobre el tema106. No tenemos ningún reparo, pues, en afirmar que fue Millares Carlo el encargado de espolear a los demás investigadores biblió-filos de las islas para que se convirtieran en bibliógrafos, de ma-nera que la publicación de su Bio-bibliografía y del artículo que acabamos de citar supuso el nacimiento de la etapa más fértil de los estudios de bibliografía y de historia de la imprenta en Cana-rias. No sólo las revistas especializadas, sino también, y en no po-cas ocasiones, los periódicos regionales acogieron numerosos ar-tículos que aportaban continuamente nuevos datos para el mejor conocimiento de la disciplina. El primero de todos estos trabajos se debió a la pluma del in-vestigador José Pérez Vidal, quien dio a la luz en Revista de his- 104. FERNÁNDEZ, DavidW. «Los periódicos canarios en América». El Museo Canario, 57-64 (1956-1957), pp. 157-163; IDEM. «Los periódicos canarios en América». [S.l.]: Gobierno de Canarias. Viceconsejería de Relaciones Institu-cionales, 2000. 105. MILLARES CARLO, Agustín. «Comentarios a un proyecto sobre el libro canario». Diario de Las Palmas (18 de julio de 1924), p. 1. 106. IDEM. «Los incunables canarios más antiguos». El Museo Canario, n. 3 (mayo-agosto 1934), pp. 31-41; IDEM. «Los primeros tiempos de la imprenta en Canarias». El Museo Canario, n. 4 (septiembre-diciembre 1934), pp. 49-55; IDEM. «Otro impreso de Juan Díaz Machado». El Museo Canario, n. 7 (septiem-bre- diciembre 1935), pp. 52-53; IDEM. «El arte tipográfico hizo su aparición en Canarias por Santa Cruz de Tenerife: los incunables más antiguos». La tarde (14 de abril de 1935); IDEM. «El libro canario». El eco de Canarias (3 de sep-tiembre de 1967), p. 13. 70 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE toria la edición de un par de documentos conservados en la Bi-blioteca Cervantes de Santa Cruz de La Palma107. En fecha pos-terior se publicó una serie de artículos, todos en la prensa regio-nal, que añadían datos sobre la historia de la imprenta en Tenerife. Así, destacaron las contribuciones de Buenaventura Agustín Millares Carlo 107. PÉREZ VIDAL, José. «La imprenta en Canarias: documentos para el es-tudio de su establecimiento». Revista de historia [canaria], n. 59 (jul.-sep. 1942), pp.137-143 y n. 60 (oct.-dic. 1942), pp. 237-243. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 71 Bonnet108; Ruiz Padrón109; Darias Padrón110; y Sebastián Padrón Acosta111. Para la imprenta palmera es preciso mencionar un ar-tículo periodístico del poeta Félix Duarte que, si bien no aporta datos novedosos, es la única referencia que contamos sobre dicha isla. El trabajo de Duarte se basa en las aportaciones previas de Eufemiano Castro y Felipe, Juan B. Lorenzo y Juan Régulo Pérez, todas citadas con anterioridad, terminando con una referencia a la evolución de los periódicos en La Palma112. Los últimos artícu-los que se publicaron durante estos años se centraron en el taller que patrocinó la Económica de Tenerife. Los mismos se deben a Pedro Tarquis, que investigó la labor de Agustín de Bethencourt para crear esta imprenta y dotarla de tipos113; y al bibliotecario Marcos G. Martínez en un ensayo editado en 1960 dentro de la Revista de historia canaria114. El período comprendido entre las dos ediciones de Millares es, por tanto, la etapa más fértil de la bibliografía canaria. En este in- 108. BONNET, B. «La imprenta en Tenerife». El día (25 de mayo de 1947), p. 4, (13 de julio de 1947), p. 3, (13 de mayo de 1948), p. 3, y (27 de agosto de 1948), p. 4. 109. RUIZ PADRÓN, A. «Trágico final de una máquina de imprenta». La tar-de (23 de diciembre de 1948), p. 3. 110. DARIAS PADRÓN, D. «Las primeras imprentas en Tenerife». La tarde (6 de enero de 1949), p. 3. 111. PADRÓN ACOSTA, S. «El primer tipógrafo de Canarias». La tarde (16 de febrero de 1949), p. 3. 112. DUARTE, Félix. «La imprenta en La Palma». Diario de avisos (20 de di-ciembre de 1957), p. [2]. Saliendo fuera de este marco cronológico, es preciso subrayar que el tema fue retomado no hace mucho tiempo en un semanario local donde en un evocativo artículo se da cuenta de una de las antiguas pren-sas artesanales de la empresa del Diario de avisos, la cual operaba aún a prin-cipios de la década de los noventa del siglo XX en la capital insular. Vid. «El úl-timo tipógrafo». El Time palmero (del 20 al 27 de marzo de 1993), p. 8. 113. TARQUIS, P. «Agustín de Bethencourt: la imprenta de la Económica de La Laguna». La tarde (23 de febrero de 1960), p. 3; (25 de febrero de 1960), p. 2; (3 de marzo de 1960), p. 3. 114. MARTÍNEZ, M. «La imprenta de la Real Sociedad». Revista de historia canaria, n. 129-130 (1960), pp. 55-70. 72 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE tervalo, es Antonio Vizcaya Cárpenter el autor de la primera obra primordial para los estudios tipobibliográficos sobre las islas. Se trata de Tipografía canaria115, y aunque es de una tipología distin-ta a la del ensayo de Millares, supuso un notable acrecentamien-to de la primera edición de la Bio-bibliografía, no sólo porque am-pliaba su ámbito para abarcar todo el siglo XIX, que quedaba fuera de las pretensiones de Millares, sino también porque iden-tificaba numerosísimos autores y ediciones que escaparon a la exhaustividad de don Agustín. Vizcaya no era ningún advenedizo en este campo. Al contra-rio, numerosos artículos suyos especializados en tipobibliografía habían visto la luz con anterioridad a la Tipografía canaria. Así, es preciso significar que esta obra estaba en proceso de prepara-ción desde hacía varios años, lapso de tiempo que aprovechó el erudito tinerfeño para publicar trabajos sobre la imprenta en Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria116 o el «Ca-tálogo bibliográfico de la primera imprenta canaria»117, repasan-do todas las impresiones que logró localizar del taller de Pedro José Pablo Díaz y Romero, establecido en Santa Cruz de Teneri-fe y pionero de los de Canarias118. 115. VIZCAYA CÁRPENTER, Antonio. Tipografía Canaria: descripción biblio-gráfica de las obras editadas en las islas Canarias desde la introducción de la im-prenta hasta el año 1900. Santa Cruz de Tenerife: Instituto de Estudios Cana-rios, 1964. 116. IDEM. «La imprenta de la calle del Sol». La tarde (23 de junio de 1949), p. 3, y (25 de junio de 1949), p. 3; IDEM. «La imprenta en Las Palmas». La tar-de (29 de mayo de 1951), p. 3. 117. IDEM. «Catálogo bibliográfico de la primera imprenta canaria». Revista de historia canaria, n. 109-112 (1955), pp. 113-145. Publicado también como separata: La Laguna: Universidad de La laguna. Facultad de Filosofía y Letras, 1955. 118. Actualmente el catálogo de la imprenta de Díaz y Romero sigue dan-do algunas sorpresas, como fue la reciente descripción de un nuevo título que hasta ahora había pasado desapercibido. Vid. POGGIO CAPOTE, Manuel. «Apor-tación al catálogo de la primera imprenta canaria: Roberto La Hanty y una no-vena a santa Águeda». Noticias El Museo Canario, n. 6 (tercer cuatrimestre 2002), pp. 4-7. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 73 La Tipografía canaria de Vizcaya tiene una concepción dife-rente de la Bio-bibliografía de Millares Carlo, ya que, al ser una ti-pobibliografía, no pretende recoger todas las obras escritas por autores canarios, sino todas las obras impresas en talleres del ar-chipiélago. Es ésta, por tanto, la primera obra auténticamente ti-pobibliográfica publicada sobre Canarias, si exceptuamos el atí-pico caso de los periódicos de Maffiotte que ya hemos comentado. Se da la circunstancia de que Millares había redacta-do una obra de concepción similar en 1930, Historia de la im- 74 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE prenta en las islas Canarias, pero el manuscrito se extravió duran-te unos años hasta que, reaparecido, fue cedido por su autor a Vizcaya para que lo aprovechara en esta obra119 En la actualidad se encuentra de nuevo en paradero desconocido. Pocos años después se publicó la primera adición importante a la Tipografía canaria, y se hizo gracias al palmero Juan Régulo Pérez en una recensión sobre el libro de Vizcaya120 en la que se añadían nada menos que cincuenta y seis obras a las 1909 regis-tradas por el autor reseñado121. La contribución de Régulo, apa-rentemente modesta por presentarse en forma de juicio literario aun teniendo entidad propia como artículo de investigación, se limitaba a relacionar las obras mediante sus datos básicos (autor, título y pie de imprenta)122, pero sin embargo supone, por un la-do, un paso más, y no pequeño, hacia el objetivo ideal de confor-mar un corpus completo y definitivo de publicaciones canarias, y por otro lado, manifiesta el claro interés de algunos investigado-res, bibliógrafos y bibliófilos por rastrear las bibliotecas en busca de ejemplares perdidos. También Manuel Hernández Suárez es autor de una obra de especial interés para la tipobibliografía del archipiélago: la Con-tribución a la historia de la imprenta en Canarias123. Concebida también, en principio, como complemento al repertorio de Viz-caya, es su principal aportación a esta disciplina y supone algu-nas importantes adiciones a este repertorio y al de Millares, in- 119. VIZCAYA CÁRPENTER, Antonio. Tipografía Canaria..., Op. cit., p. XII. 120. Revista de historia canaria, n. 149-152 (1965-1966), pp. 229-237. 121. La contribución de Vizcaya fue objeto también de una reseña firma-da por José Miguel Alzola y publicada en El Museo Canario, 26 (1965), pp. 244-246; pero en este caso no se trataba de añadir datos nuevos al repertorio tipobibliográfico sino de destacar la extrema importancia de su publicación. 122.A través de este artículo de reseña, Régulo pide a Vizcaya que se ocu-pe de estudiar los impresos canarios hasta 1958 «aunque sea con normas bi-bliográficas menos meticulosas, pero igualmente precisas». Op. cit., p. 237. 123. HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Contribución a la historia de la imprenta en Canarias. Las Palmas: Mancomunidad de Cabildos, 1977. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 75 corporando más de ochocientas entradas novedosas. Tal como se indica en la nota preliminar de la obra, el trabajo de identifica-ción se llevó a cabo casi exclusivamente en El Museo Canario (con aportaciones de otras colecciones como el Archivo Parro-quial de Teror), y el hecho de que este centro hubiera sido ya ins-peccionado pormenorizadamente por sus predecesores nos da una idea del volumen de información tipobibliográfica que pue-de quedar aún por rescatar del olvido. La tipobibliografía retrospectiva canaria parece agotarse du-rante años a tenor de la escasez de nuevas publicaciones sobre el tema, tal vez a causa de la enorme repercusión que tuvo la Bio-bibliografía reeditada entre 1975 y 1992, que eclipsó en buena medida cualquier otra aportación bibliográfica y que supuso que los bibliógrafos dedicaran sus esfuerzos a completarla en lo posi-ble, tal vez descuidando las labores propiamente tipobibliográfi-cas. Aun así, no han faltado algunas aportaciones que vienen a perfilar determinados aspectos de esta disciplina. En primer lugar, se debe volver a citar los trabajos de Martín Montenegro. En su tesina de licenciatura, aparte del apéndice mencionado en el epígrafe anterior, se recogen otros dos: uno con un listado de las obras editadas en Canarias entre 1930 y 1939 y otro relativo a las publicaciones periódicas impresas en Tenerife durante las mismas fechas. En el primero de ellos se describe un total de 550 impresos, entre monografías, folletos y hojas suel-tas124. En el segundo, la relación se centra en los periódicos y re-vistas. Por lo que respecta a sus tesis doctoral, ésta cuenta con un anexo denominado «Textos literarios impresos en Canarias entre 1751 y 1860», que presenta menor interés puesto que se limita a seleccionar y consignar los textos de creación enumerados por Vizcaya Cárpenter, Régulo Pérez y Hernández Suárez; otro ane-xo comprendido en su tesis es el titulado «La prensa canaria des-de 1785 a 1859», donde se colacionan las publicaciones periódi- 124. MARTÍN MONTENEGRO, Salvador F. Índices de periódicos y libros duran-te la década del treinta en Tenerife... Op. cit. 76 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE cas estampadas en el mismo período a través de una completa fi-cha hemerográfica125. Asimismo, durante este período, hay que citar un artículo de Antonio Rojas Friend en el que publica tres documentos que contribuyen a un mejor conocimiento de los tipógrafos pioneros Bazzanti y Díaz Machado126, pero también son importantes en este sentido los de Juan José Laforet, sobre los inicios de esta in-dustria en las islas de Gran Canaria y Lanzarote127; y Santiago de Luxán sobre «La introducción de la imprenta en Canarias»128, La industria tipográfica en Canarias129 y «Las dificultades de la em-presa editorial en Canarias»130, que no se ocupan de añadir edi-ciones al catálogo sino de analizar el contexto en que se desarro-lló el arte tipográfico en las islas, ofreciendo relevantes datos sobre las imprentas, la producción y distribución de libros, su ti-pología, etc. Últimamente cabe destacar la contribución de Ge-rardo Fuentes y Manuel Ferraz Lorenzo sobre la imprenta de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (esta- 125. IDEM. La literatura en la prensa de Canarias entre 1785 y 1859...O p. c i t . 126. ROJAS FRIEND, Antonio. «Notas para la historia de la imprenta en Ca-narias ». Anuario del Departamento de Historia, I (1989), pp. 125-130. 127. LAFORET, Juan José. Orígenes de la imprenta en la provincia de Las Pal-mas. Las Palmas de Gran Canaria: Asociación de Empresarios de Imprentas y Artes Gráficas de la Provincia de Las Palmas, 1991. 128. LUXÁN MELÉNDEZ, Santiago de. «La introducción de la imprenta en Canarias, 1750-1833, años de ensayos e incertidumbres: Viera y Clavijo y la imprenta de los Amigos del País de Las Palmas». Parabiblos: cuadernos de biblio-teconomía y documentación, n. 7-8 (1993-1994), pp. 31-52. 129. IDEM. La industria tipográfica en Canarias, 1750-1900: balance de la producción impresa. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Ca-naria, 1994; IDEM. «La industria del libro en Canarias, 1750-1900: algunos ras-gos definitorios». Anuario de estudios atlánticos, 41 (1995), pp. 259-270. 130. IDEM. «Las dificultades de la empresa editorial en Canarias: alegrías y sinsabores de la IV edición de la “Historia general de las islas Canarias” de A. Millares Torres». En: Homenaje a Celso Martín de Guzmán (1946-1994). Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (etc.), 1997, pp. 215-230. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 77 blecida en La Laguna)131 y el ensayo de Rafael Zurita Molina so-bre la evolución de la imprenta en dicha isla132, que demuestra que el interés por el estudio de la historia de la tipografía sigue vigente en nuestras islas133. Otra importante monografía reciente con interesantes aporta-ciones en este terreno es la que dedicó a la Imprenta Benítez el autor Luis Cola134, quien ya había adelantado con anterioridad parte de su investigación en forma de artículo135. El ensayo de Cola nos adentra con minuciosidad en el estudio de esta casa im-presora, una de las más importantes y productivas de Canarias, que ejemplifica perfectamente el mundo editorial de finales del siglo XIX y principios del XX. Esta obra hace, además, un inventa-rio de la producción editorial de la imprenta estudiada, aportan-do a la tipobibliografía canaria comprendida en el siglo XIX nada menos que 77 nuevos asientos entre monografías, folletos, hojas 131. FUENTES PÉREZ, Gerardo y FERRAZ LORENZO, Manuel. «La Real Socie-dad Económica de Amigos del País de Tenerife y la imprenta: una eficaz ma-nera e divulgar la cultura». En: La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife: sus primeros pasos. San Cristóbal de La Laguna: Real Sociedad Eco-nómica de Amigos del País de Tenerife, D.L. 2002, pp. 241-275. 132. ZURITA MOLINA, Rafael. Tenerife con olor a tinta: rudimentos de las ar-tes gráficas: de la tipografía al offset. Santa Cruz de Tenerife: [s.n.], 2003 (Grá-ficas Tenerife). 133. Podrían enumerarse otros trabajos de divulgación que, aunque no aporten datos nuevos, ponen también de manifiesto el interés que existe sobre esta cuestión. Sirvan, a título de ejemplo: PÉREZ BARRIOS, Ulpiano. «La prime-ra imprenta llega a Canarias». El día / La prensa (3 de abril de 1988), p. 4. Re-producido en: Cosas del pasado isleño. [Tenerife]: Centro de la Cultura Popu-lar Canaria, 1989, pp. 181-185; ARENCIBIA, Juan. «Primera imprenta en La Palma». Diario de avisos (16 de diciembre de 2001), p. 4. 134. COLA BENÍTEZ, Luis. La imprenta Benítez: una empresa comprometida con el progreso y la cultura del archipiélago canario. La Laguna: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001. 135. IDEM. «Presencia lagunera de una imprenta de Santa Cruz». Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLI (1997), pp. 217-242. 78 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE sueltas y publicaciones periódicas136. Además, Cola, junto al mencionado Martín Montenegro, es el primer bibliógrafo en adentrarse en el siglo XX. Tarea, muy necesaria, que fue requeri-da en su día por Régulo Pérez pero que todavía está pendiente de concretar. Por lo que se refiere a ediciones más modernas, hay que con-tar con el Catálogo de ediciones canarias137, que a pesar de su tí-tulo es un repertorio bibliográfico y no un catálogo. Esta obra, editada en 1988, trata de recoger la producción editorial canaria de «las últimas décadas» (sic, p. 11), pero lo hace de una manera excesivamente incompleta y con unas descripciones bibliográfi-cas que se limitan a los pies de imprenta. Su inclusión en este re-paso se debe a que demuestra el interés de las instituciones pú-blicas por confeccionar un repertorio de obras de interés para nuestra comunidad autónoma, por más que la metodología utili-zada para hacerlo no sea la más adecuada desde el punto de vis-ta del rigor profesional138. Muestra de ello es la intención original de actualizar periódicamente el repertorio, propósito que no se cumplió nunca debido tal vez a las críticas que recibió este pri-mer Catálogo por sus defectos de forma. Mayor fortuna tuvo el catálogo de la colección hemerográfica de la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife139, que es un caso más de cómo un catálogo muy especializado puede lle- 136. Para un juicio crítico sobre este libro pueden verse las reseñas de Juan Arencibia (Diario de avisos, (21 de noviembre de 2001), p. 4) y Manuel Pog-gio Capote (Boletín Millares Carlo, n. 21 (2002), pp. 339-343). Éste último añade cuatro nuevos registros al catálogo de la imprenta. 137.GARCÍA BOLTA,María Isabel (ed.). Catálogo de ediciones canarias. [Ca-narias]: Gobierno de Canarias. Viceconsejería de Cultura y Deportes, 1988. 138. Para un análisis más detallado de esta obra, vid. PINTADO PICO, Félix. «Lanzarote y Fuerteventura en el Catálogo de ediciones canarias: hacia una bi-bliografía regional canaria». En: IV Jornadas de Estudios Sobre Lanzarote y Fuer-teventura, 1995. Arrecife: Cabildo Insular de Lanzarote; Cabildo Insular de Fuerteventura, 1995, Tomo I, pp. 491-501. 139. Biblioteca Pública Municipal de Santa Cruz de Tenerife: lista de publica-ciones periódicas existentes en la misma desde 1785 a 1988. Santa Cruz de Te-nerife: Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, D.L. 1990. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 79 gar a ser considerado como un repertorio bibliográfico. En él se incluyen los datos básicos de todas las publicaciones periódicas de la colección, lo cual se ajusta en gran medida a lo que fue la producción real del periodismo en Canarias, con algunas salve-dades debidas a las ausencias de que adolece cualquier bibliote-ca por rica que sea. El catálogo recoge, además, información so-bre el formato de las publicaciones, la inclusión de gra b a d o s, etc., datos extraordinariamente útiles para un repertorio tipobi-bliográfico. 2.4 TOPOBIBLIOGRAFÍAS Y BIBLIOGRAFÍAS TEMÁTICAS En la introducción de este artículo se han indicado las aporta-ciones de Juan de Iriarte a la biblioteconomía española. No obs-tante, la contribución bibliográfica que más nos interesa del por- 80 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE tuense es la que se refiere al archipiélago, que tal vez nunca ter-minó de recoger, pero de la que tenemos indubitables noticias. Se trata de Historia de las islas Canarias, una obra manuscrita, ac-tualmente extraviada, que incluía una «biblioteca» de autores que hacen mención del archipiélago. Lope de la Guerra parecía haberla visto140, y Agustín Millares Torres insinúa que se encuen-tra entre los manuscritos españoles del British Museum141. Lo cierto es que el coleccionista inglés Sir Thomas Phillipps (1792- 1872) poseía un manuscrito que bien podría ser la parte biblio-gráfica de esta obra, aunque está redactado como trabajo inde-pendiente con el título Bibliotheca de autores que han escrito de Canarias142. La colección de Phillipps se dispersó tras su muerte, perdiéndose la pista de muchos manuscritos, pero en la bibliote-ca particular de Bartolomé March Cervera, en Madrid, se conser-vaba en 1980 un volumen que bien podría ser éste143.A pesar de que no hemos podido examinar el ejemplar144, por su título no cabe duda de que podría tratarse de una topobibliografía, a lo que es preciso añadir que, en ese caso, se trataría de la primera contribución a la bibliografía sobre Canarias y como tal ha de ser recobrada del olvido. 140. GUERRA, Lope de la. «Memorias». El Museo Canario, n. 29-30 (1949), p. 113. 141. MILLARES TORRES, Agustín. Historia general de las islas Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: Imprenta de La Verdad, 1893-1895, v. I, p. 81. 142. BENITO RUANO, Eloy. «Manuscritos canarios del Museo Británico». Anuario de estudios atlánticos, n. 1 (1955), pp. 574-575. 143. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Op. cit. v. IV, p. 86. Actualmente es muy posible que este ejemplar se encuentre en la bi-blioteca de la Fundación Bartolomé March, en Palma de Mallorca. 144. Parece que en el traslado de la biblioteca de Bartolomé March de Ma-drid a Mallorca algunos de los registros de esta biblioteca han quedado tempo-ralmente ilocalizables, como un ejemplar de las Elegançias romançadas por el maestro Antonio de Nebrixa perteneciente al taller de Arnao Guillén de Brocar, c. 1517. Vid. MARTÍN ABAD, Julián. «La tipobibliografía complutense del siglo XVI: tareas y posibilidades». En: El Libro Antiguo Español: actas del primer Colo-quio Internacional (Madrid, 18 al 20 de diciembre de 1986). [Salamanca]: Uni-versidad de Salamanca [etc.], 1988, p. 283. BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 81 Juan de Iriarte. Grabado publicado en la edición de 1774 de sus Obras suel-tas. 82 LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE Dos trabajos posteriores que tocan las publicaciones referen-tes a Canarias —aunque parcialmente— fueron la citada más arriba monografía de Francis Coleman Mac-Gregor, por una par-te, y el Catálogo de la Biblioteca Salvá145 por otra. La primera de-dica el capítulo 20 a una «Bibliografía sobre las islas Canarias». Recoge un listado cronológico de obras que tratan o tocan el ar-chipiélago, añadiendo en algunos casos breves comentarios críti-cos146. El segundo, a pesar de que no fue concebido como un tra-bajo bibliográfico, sino que trataba exclusivamente de mostrar la biblioteca familiar de los Salvá, debido tanto a la precisión con que fue confeccionado como al interés de los libros incluidos, ad-quirió con el paso de los años la categoría de bibliografía de pri-mera magnitud, y así es considerado en la actualidad por todos los especialistas. Publicado en 1872, bajo el epígrafe «Historia de las Indias Orientales y Occidentales, África y las islas Canarias» recoge un amplio listado de obras relacionadas con esos lugares; con respecto al archipiélago, inserta únicamente las Historias de Núñez de la Peña y Viera147. No obstante, a pesar de esta pobre-za, nosotros nos detenemos en el mencionado encabezamiento dado que debe de ser el primer repertorio general que establece una división particular para nuestras islas. La bibliografía topográfica exclusivamente canaria de los últi-mos tiempos no es muy abundante, y prácticamente debemos re-ducirla a tres obras redactadas con diferentes objetivos y, por tan-to, con diferentes criterios. La primera de ellas, que además es la más importante cualitativamente, es la confeccionada por el ac-tual secretario del Institutum Canarium, Hans-Joachim Ulbrich, quien se ocupó de recoger toda la producción editorial concer- 145. SALVÁ Y MALLEN, Pedro. Catálogo de la Biblioteca de Salvá. Valencia: Imprenta de Ferrer de Orga, 1872, v. 2, pp. 577-635. 146.MAC-GREGOR, Francis Coleman. «Von der Literatur über die Canaris-chen Inseln». En: Op. cit., pp. 354-366. 147. A modo de curiosidad, podemos señalar que en este mismo capítulo se recoge una edición de la biografía del padre Anchieta escrita por Sebastiao Beretario (Barcelona: Estevan Liberòs, 1622). BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 83 niente a la isla de Lanzarote en una obra en la que incluyó un apartado dedicado a El Hierro148. La intención fue la de recoger exhaustivamente todas las publicaciones que trataran sobre las is-las estudiadas, por lo que el mayor interés que presenta el reper-torio es el de incluir, entre las casi 2.800 publicaciones que reco-ge, innumerables asientos de artículos de revistas y obras que frecuentemente pasan desapercibidas. Otra aportación interesante es la que presentó Mª del Carmen Martín Barrera a las V Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura 148. ULBRICH, Hans-Joachim. Bibliographie der Kanareninsel Lanzarote, in-klusive Isletas (mit einem Anhang über Hierro). München: Almuth Petersen- Roil, cop. 1989. 84 y Lanzarote149. Se trata de un repertorio de obras que versan so-bre Puerto del Rosario (Puerto Cabras hasta 1956), confecciona-do especialmente para dar respuesta a la necesidad de una guía bibliográfica para los usuarios de la Biblioteca de Canarias del Cabildo de Fuerteventura. En realidad, la autora presenta este trabajo como un punto de partida para emprender la recogida de información dispersa sobre otros temas insulares, en un llama-miento para la redacción de obras de bibliografía temática que, como veremos, tuvo cierta respuesta en los años siguientes. También podemos incluir en este apartado de topobibliografí-as una obra que en principio no debía ser más que un catálogo comercial. Se trata del confeccionado por La Librería del Cabil-do de Gran Canaria en 1998150, que se eleva a la categoría de bi-bliografía debido a su carácter especializado. El hecho de que se trate en realidad de un catálogo limita, como es lógico, la presen-cia de artículos sueltos, que se circunscriben a aquéllos disponi-bles en forma de separatas, pero la importante presencia de catá-logos de exposiciones y otras publicaciones de literatura gris hace de esta obra una importante fuente de referencia, especialmente para ediciones recientes. Junto a los anteriores cabe situar un ambicioso proyecto desa-rrollado bajo el amparo del Instituto de Estudios Canarios (ads-crito en la actualidad al Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Se trata de una iniciativa denominada «Bibliografía Canaria (BCAN)». De la misma sólo contamos con unas pocas no-ticias que hemos podido espigar a través de las actas y memorias del IEC publicadas en su revista151. La BCAN pretende abarcar con LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 149. MARTÍN BARRERA, Mª del Carmen. «Aproximación a una bibliografía de Puerto Cabras». En: V Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote. Tomo II. Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura; Cabildo Insular de Lanzarote, 1993, pp. 514-524. 150. Cinco mil títulos de temas y autores canarios. Las Palmas de Gran Ca-naria: La Librería del Cabildo de Gran Canaria, D.L. 1998. 151. Estudios canarios: anuario del Instituto de Estudios Canarios, n. XLIII (1999), pp. 491-492, y n. XLIV (2000), pp. 578-579, n. XLV (2001), pp. 478- 479, n. XLVI (2002), p. 535. 85 exhaustividad todas las referencias relativas a las islas. En princi-pio se barajaron diversos formatos para su publicación (papel y electrónico), aunque la decisión final parece que optó por la ci-tada en último lugar (en concreto mediante un CD-ROM). Para su desarrollo se recibieron distintas partidas económicas procedentes de la Consejería de Hacienda del Gobierno Autónomo. Con estas subvenciones, el proyecto facilitó la contratación de varios beca-rios con formación académica multidisciplinar: ciencias y huma-n i d a d e s. En el año 2000, según comunicó Fernando Estévez a la dirección del IEC, la base de datos disponía de más de 50.000 en-t radas. En la actualidad el trabajo permanece inédito, y la decisión final, en lo tocante a su publicación, parece que se dirige a presen-tarlo como un recurso en línea a través de la página del IEC152. Una fuente de información automatizada que también reco-pila el legado documental de las islas es la base de datos que mantiene el Centro de Documentación Canario-Americano (DO-CAM), dependiente del Organismo Autónomo de Museos del Ca-bildo de Tenerife. El objetivo del DOCAM—según puede leerse en su página web— es conservar y fomentar las relaciones cultura-les entre el archipiélago canario y el continente latinoamericano. El centro se concibe como un servicio de referencia, en el que se registra, analiza y difunde la documentación isleña propiamente dicha y toda aquella centrada en las relaciones con América. Con este objetivo se encuentra en desarrollo una base de datos mixta (referencial y documental) en la que se registran en formato bi-bliográfico, por una parte, los trabajos de temática canaria y ca-nario- americana (incluyendo artículos de periódicos y revistas, contribuciones, ponencias y comunicaciones, folletos, monografí-as, etc.), los periódicos canarios publicados en el Nuevo Mundo y un catálogo colectivo de revistas de tema canario y americanis- BIBLIOGRAFÍA DE BIBLIOGRAFÍAS CANARIAS 152. Puede verse el acrónimo de este proyecto así como su futuro acceso en el portal electrónico del Instituto. En este sentido es necesario subrayar que en la actualidad esta institución sólo tiene disponible en su página web —aún en fase de construcción— algunos enunciados: www.iecan.es (Consultado el 17 de marzo de 2005). 86 ta; y por otra parte, con presentación textual, una breve reseña biográfica de los personajes naturales del archipiélago que deja-ron huella en Indias. En su mayor parte, los registros han sido ex-traídos de obras secundarias. Asimismo, el DOCAM tiene como otros fines la conservación, información y difusión del patrimo-nio documental y la cooperación con otros centros nacionales e internacionales que posean fondos canario-americanos. Para ello dispone, por ejemplo, de un directorio sobre las instituciones educativas, culturales e informativas de los estados americanos153. Para terminar esta visión general de las bibliografías isleñas he-mos de hacer un recorrido, que ha de ser necesariamente some-ro, por las principales contribuciones de bibliografía temática re-lacionada con Canarias. Son muy numerosas las fuentes que podemos utilizar como repertorios bibliográficos sobre materias específicas relacionadas con las islas (desde estados de la cuestión a las bibliografías más cuidadas propias de determinas monogra-fías, artículos, ponencias o contribuciones —denominadas en los círculos académicos como «bibliografías ocultas»—). La recopila-ción de todas ellas sería un trabajo ingente que no nos correspon-de, por lo que en el repertorio final que mostramos en este artí-culo sólo recogemos, con muy pocas excepciones, aquellos trabajos de carácter exclusivamente bibliográfico. Por ello, la se-lección recogida en estas páginas no debe ser tomada en absolu-to como un repaso exhaustivo de todas ellas. Por el contrario, pretendemos constatar, por un lado, que los trabajos bibliográfi-cos han abarcado ya, con desigual fortuna, muy diversas áreas, in-teresando a profesionales de ámbitos muy diferentes; y por otro, que el campo de estudio de la bibliografía sigue aún sin explorar en otros muchos de sus rincones, por lo que podemos asegurar que, dos siglos y medio después de aquellas primeras aproxima-ciones de Juan de Iriarte, la bibliografía sigue pendiente de depa-rarnos muchísimas sorpresas. LUIS REGUEIRA BENÍTEZ; MANUEL POGGIO CAPOTE 153. CENTRO DOCUMENTACIÓN CANARIO-AMERICANO [En línea]. Disponi-ble en: http://www.museosdetenerife.com/paginas/cca/ (Consultado el 17 de marzo de 2005). 87 Sin embargo, sí es preciso consignar el Proyecto BILICAN (Bi-bliografía Informatizada de Lingüística sobre el Español de Ca-narias), que lleva a cabo el Instituto de Estudios Canarios junto a la Universidad de La Laguna bajo la dirección de Cristóbal Co-rrales y Dolores Corbella. Se trata de la prolongación natural de la obra El español de Canarias: guía bibliográfica, que tras su se-gunda edición (1998) dejó patente la necesidad de una actuali-zación constante que muy pronto acabó ofreciéndose a través de Internet154. Es, pues, el único ejemplo en las islas de bibliografía corriente de carácter especializado, y no es extraño que se desa-rrolle en la Universidad de La Laguna debido a la gran importan-cia de su fondo canario y a la tradición humanística que caracte-riza a esta institución. 2.5 BIBLIOGRAFÍAS CORRIENTES El último repertorio que acabamos de nombrar pone de relie-ve un aspecto fundamental de esta disciplina que no debemos pasar por alto: la bibliografía corriente. La misma se encuentra muy relacionada con la topobibliografía y la bibliografía temáti-ca, aunque esta última, normalmente, abarca un campo más es-pecífico que la corriente dado, que los repertorios periódicos pueden incluir cualquier clase de títulos (ya sean obras biográfi-cas, tipobibliográficas o topobibliográficas). En Canarias hemos tenido a lo largo del siglo XX diversas iniciativas, algunas más afortunadas que otras, para ofrecer regularmente un repertorio que englobe las publicaciones de todo tipo referidas al archipié-lago, las debidas a autores oriundos de las islas, o las estampadas por los obradores locales. El primero de estos intentos se lo debemos, cómo no, a Agus-t� |
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