UNAS CUANTAS CUESTIONES EN TORNO
AL CANARIEN
Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña*
Fecha recepción: 21 de mayo de 2019
Fecha de aceptación: 19 de octubre de 2019
Resumen: Aunque los dos manuscritos de Le Canarien han sido editados en
varias ocasiones y cuentan con numerosos estudios a sus espaldas, aún son muchas
las cuestiones pendientes de aclarar. En esta ocasión, daremos a conocer un inven-tario
de la casa de Orleans hecho en 1408, donde se menciona un manuscrito del
Canarien. A continuación, centraremos nuestra atención en el llamado manuscrito
g, hablando sobre su decoración, del camino que recorrió hasta llegar a la British
Library y del posible uso de una carta de navegar en su confección. Por último,
hablaremos sobre algunos aspectos formales de la edición que Pierre Bergeron
hizo del llamado manuscrito b.
Palabras claves: Le Canarien, manuscrito g, manuscrito b, edición de 1629/30;
Conquista de las islas Canarias.
Abstract: Although the two manuscripts of Le Canarien have been published
on several occasions and have numerous studies behind them, there are still
many issues to be clarified. On this occasion, we will present an inventory of the
house of Orleans made in 1408, where a manuscript of the Canarien is men-tioned.
Next, we will focus our attention on the so-called g manuscript, speaking
about its decoration, the path it traveled to reach the British Library and the
possible use of a portolan chart in its construction. Finally, we will talk about
some formal aspects of the edition that Pierre Bergeron made of the so-called
manuscript b.
Key words: Canarien, manuscript g, manuscript b, 1629/30 edition; Conquest of
the Canary islands.
Cartas diferentes. Revista canaria de patrimonio documental, n. 15 (2019), pp. 13-52.
* Licenciado en Geografía e Historia. Correo electrónico: tedixe@hotmail.
com.
14 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
1 Introducción
El 1 de mayo del año 1402, Jean de Bethencourt y Gadifer de
la Salle emprendían su viaje de conquista a las islas Canarias. De
sus andanzas por las islas ha quedado una crónica denominada Le
Canarien, escrita por Jean Le Verrier y Pierre Bontier, capellanes
de los conquistadores, la cual nos ha llegado en dos manuscritos
que ofrecen versiones enfrentadas de los hechos. El manuscrito
Egerton 27091 de la British Library o texto «g», terminado antes
de 1420, favorable a los intereses de Gadifer, y el manuscrito
MM 1292 de la Bibliothèque Municipale de Rouen o texto «b»,
que defiende la actuación de Bethencourt y fue presumiblemen-te
escrito por un sobrino del conquistador a finales de la misma
centuria.
Aunque ambos manuscritos han pasado por la imprenta en
numerosas ocasiones y la bibliografía que se ocupa de estudiar
su contenido, difusión y protagonistas no deja de crecer, aún son
numerosos los interrogantes que rodean al texto, algunos de los
cuales trataremos de responder en las líneas que siguen.
2 Un manuscrito de Le Canarien en la Biblioteca de Valentina
Visconti, duquesa de Orleans (1408)
El 4 de diciembre de 1408 moría en su palacio de Blois Va-lentina
Visconti, viuda de Luis, duque de Orleans, quien había
sido asesinado el año anterior. Ese mismo día, su hijo Carlos
ordenaba hacer inventario de todos los bienes que había de-jado
la difunta, nombrando una comisión formada por «l’abbe
de Chessy, confesseur, conseiller et exécuteur de fue ma dite dame,
messeigneurs Pierre de Mornay, chevalier, chambellan et conseiller
1. http://www.bl.uk/manuscripts/Viewer.aspx?ref=egerton_ms_2709. (Con-sulta
10/11/2018).
2. https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b10101963h. (Consulta 10/09/2018).
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 15
de mondit seigneur d’Orléans, et gouverneur du duché d’Orleans,
Jehan Mauvoisin, escuier et maistre d’ostel de fue ma dite dame et
gouverneur de la conté de Blois, et maistre Pierre Savage secrétaire
de fue ma dite dame», que prolongará sus trabajos hasta marzo
del siguiente año.
El inventario, conservado en los Archives Nationales de France
bajo la signatura kk/268/a, ha sido publicado en tres ocasiones
(Laborde, 1852; Champion, 1910; Graves, 1926)3 y, como se po-día
esperar por la importancia del personaje, la cantidad y calidad
de los bienes inventariados es impresionante. Por lo que parece, la
duquesa había dividido los objetos de valor entre varias personas
de su confianza. Las joyas de oro y plata, las piedra preciosas, las
perlas, los tapices y buena parte de la ropa y el ajuar domésti-co
que conforman el grueso de sus bienes, habían quedado bajo
custodia de «Madame d’Anneville» y «Jehanette de Saint Lubin»,
que los declaran en diciembre, de «Marion Damelle», «Jehane de
Hetedon, dame de Traversan», «Noel de Belay», «Madame de Saint
Oen», «Phelipot Moule» y «Simmonet du Val», que comparecen
ante la comisión en enero del año siguiente, de «Jehan Fussé» que
lo hace el 9 de febrero, y por último de «Jehan de Milat» y «Gui-llemin
Cacheau», que lo harán el 29 de marzo.
Valentina era una reconocida bibliófila y amante de las artes
desde su juventud, y no nos sorprende que entre sus bienes hu-biera
una pequeña biblioteca que, en el momento de su falleci-miento,
contenía veinticinco manuscritos, los cuales habían que-dado
a cargo de una de sus damas de honor, una tal «Marguerite
de Soleir», que los declara ante la comisión el 27 de diciembre de
1408. Entre los manuscritos declarados hay uno que ha llamado
3. Laborde, L. Les ducs de Bourgogne: études sur les lettres, les arts et l’in-dustrie
pendant le xve siecle et plus particulierement dans les Pays-Bas et le duche
de Bourgogne. Paris: Plon Frères, 1852, Seconde Partie, Tome iii. pp. 229-243;
Graves, F. M. Deux inventaires de la maison d’Orléans (1389 et 1408). Paris:
Honoré Champion, 1926, pp. 83-169; Champion, P. La librairie de Charles
d’Orléans avec un album du fac-similés. Paris: Honoré Champion, 1910, pp.
lxx-lxxiii.
16 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
nuestra atención y que los modernos editores del inventario han
transcrito en los siguientes términos:
«Ytem Le livre du Canerian couvert d’une peau de veel velue»4.
Para despejar cualquier duda sobre lo acertado de la transcrip-ción,
obtuvimos de los Archives Nationales de France una copia
digitalizada del inventario, la cual nos permite confirmar que no
hubo error de ningún tipo (imagen 1).
A quienes conozcan la biografía de Gadifer, no puede sorpren-derles
que los Orleans fueran los destinatarios originales del ma-nuscrito
donde narraba su viaje a las islas Canarias. Mencionado
en la documentación ducal como «Chambellan de mon Seigneur
le duc d’Orleans»5, Gadifer debió de entrar al servicio del duque
alrededor del año 1390, cuando consiguió que le financiara su
participación en la campaña contra Mahdía en el norte de África
y en una posterior expedición al este de Europa para luchar en
tierras de los caballeros teutónicos6. Desde entonces, es frecuente
verlo en compañía del duque, ya sea formando parte del séquito
que asiste en Calais a la boda real de Ricardo i de Inglaterra e Isa-bel
de Valois en 1396, ganándole setenta y un sueldos al ajedrez
4. Laborde, L. Op. cit., p. 240, n. 6134; Graves, F. M. Op. cit., p. 130, n 689;
Champion, P. Op. cit., p. lxxi, n 19.
5. Cioranescu, A.; Serra Ràfols, E. Le Canarien: crónicas francesas de la
conquista de Canarias: publicadas a base de los manuscritos con traducción, notas
históricas y críticas. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 1959-1964, v. i,
p. 362.
6. Ibidem, pp. 175-177.
Imagen 1. Inventario de Valentina Visconti, 1408, fol. 42v.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 17
en 1394, o recibiendo un collar de oro de dos marcos de peso en
1400 al ser admitido como miembro de la orden de la Gorguera,
recién creada por el duque7. Su fidelidad a la casa de Orleans se
mantendrá intacta tras el asesinato de su señor en 1407 ordenado
por Juan sin Miedo, duque de Borgoña, participando activamente
en la venganza orleanista que culminará con la muerte del duque
borgoñés en 14198.
Que Luis de Orleans fuera el verdadero destinatario de la obra
era algo que ya había planteado Cioranescu al publicar la edición
de bolsillo de Le Canarien en el año 1980, aunque por aquel en-tonces
carecía de las pruebas que lo demostrasen:
«Esta versión [g] escrita en defensa propia, estaba destinada a
alguien, a uno de esos príncipes cristianos a quienes se dirige efecti-vamente
el autor para sugerirles las soluciones que a él le interesan,
pero la verdad es que no sabemos a quién. Gadifer era servidor de
Luis de Valois, duque de Orléans y jefe del partido Armagnac. Sería
natural que pensara en él, pero en este caso su obra es anterior a
1407, en cuya fecha fue asesinado el duque. La hipótesis no es des-cabellada.
Al autor le importaba resolver sus problemas rápidamen-te
y seguro que esos problemas le preocuparon entre 1404 y 1407.
El duque podía ayudarle eficazmente y si el alegato se ha quedado
sin terminar, bien podría ser por efecto de la muerte del protector»9.
La aparición del manuscrito en el inventario de Valentina parece
confirmar la intuición del erudito rumano y apunta a que Gadifer
pudo recurrir a la poderosa mano de su señor para resolver sus des-avenencias
con Bethencourt, quien, es bueno recordarlo, también
era «Chambellan de mon Seigneur le duc de Touraine [futuro duque
de Orleans]»10 y había recibido tantas atenciones del duque como
7. Ibidem, pp. 184-185.
8. Ibidem, pp. 193-194.
9. Cioranescu, A. Le Canarien: crónicas francesas de la conquista de Cana-rias.
Santa Cruz de Tenerife: Aula de Cultura de Tenerife, 1980, pp. 23-24.
10. Cioranescu, A.; Serra Ràfols, E. Le Canarien… Op. cit., v. I, p. 353.
18 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
el propio Gadifer11. Pero, con el asesinato de Luis de Orleans en
noviembre de 1407, Gadifer perdía al único personaje que podría
haber mediado con éxito en su disputa sobre las islas Canarias y
parece que en el futuro se desentendió del asunto y centró todos
sus esfuerzos en vengar la muerte de su señor, participando activa-mente
en la guerra entre orleanistas y borgoñones que siguió a la
declaración de Saint-Ouen de octubre de 141112.
Aunque Carlos de Orleans heredó el gusto por los libros que
tenían sus padres, estamos bastante seguros de que el manuscrito
del Canarien no pasó a su biblioteca. No lo hemos encontrado en
el «Inventaire des livres que Monseigneur d’Orliens a fait prendre
de l’execution de madicte dame d’Orliens (dic. 1408-principios de
1409)»13, que recoge los libros que Carlos tomó de la biblioteca
de su madre, entre los cuales vemos una Biblia en francés, el «Rou-mant
de Parceval le Galoiz», el «Livre de iii Maries», la «Istorie de
Troyes», el «Ovide le Grant», el «Mirouer des dames», un libro en
francés de «Giron le Courtois» y seis misales, pero no el que a no-sotros
nos interesa14. Tampoco aparece en los dos inventarios de
la biblioteca ducal que se hicieron durante el largo cautiverio de
Carlos en Inglaterra tras ser capturado en la batalla de Azincourt
(1415), el primero hecho en mayo de 141715 por Pierre Renoul y
el segundo en mayo de 1427 por Jehan de Tuilieres16. Con estos
antecedentes, no nos sorprende que no figure entre los 188 volú-
11. Ibidem, pp. 121-162.
12. Ibidem, pp. 192-193. Con dicha declaración, los orleanistas reclamaban
justicia contra los asesinos de su señor, señalando directamente a Juan, duque
de Borgoña, como instigador del crimen.
13. Los libros no fueron los únicos objetos que Carlos tomó de la testamen-taría
de su madre. En el mismo legajo que contiene nuestro inventario, figura
otro con el siguiente título: «Inventoire de la vaisselle d’or et d’argent que Ms
d’Orliens a fait prendre de l’execution de feu madame d’Orliens».
14. Champion, P. Op. cit., p. lxxi, n. iv.
15. Delisle, L. Le cabinet de manuscrits de la Bibliothéque Impériale. Paris:
Imprimerie Impériale, 1868, Tome i, pp. 105-108.
16. Le Roux de Lincy, A. La bibliotheque de Charles d’Orléans a son chateau
de Blois en 1427. Paris: Firmin Didot Frères, 1843.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 19
menes que conformaban su biblioteca en 1440, cuando pudo por
fin recuperar su libertad y volver a Francia17.
¿Podría ser el manuscrito g que aparece en el inventario le-vantado
en el año 1420 de los libros que poseía Felipe el Bueno,
duque de Borgoña18? La hipótesis es muy sugestiva, pero con la
encuadernación como único dato susceptible de ser comparado,
es imposible afirmar categóricamente que se está describiendo el
mismo manuscrito en los inventarios de ambas bibliotecas:
1. Inventario de Valentina Visconti, duquesa de Orleans, año
1408:
«Le livre du Canerian couvert d’une peau de veel velue».
2. Inventario de Felipe el Bueno, duque de Borgoña, año 1420:
«Ung autre livre nommé le livre de canare, escript en parchemin,
de lettre de forme, à une histoire, enluminé d’or, commençant on II
fueillet Et pour ce, et ou derrenier Les gens, couvert de cuir rouge, à
II fermouers de laton».
Aunque a primera vista parecen dos encuadernaciones dife-rentes,
los quince años que separan ambos inventarios, habrían
sido suficientes para que la obra se hubiera vuelto a reencuader-nar,
quién sabe si para eliminar cualquier prueba de su paso por
la biblioteca de los Orleans.
Dejando las conjeturas a un lado, si hay algo de lo que pode-mos
estar seguros, es de que hubo un manuscrito del Canarien
escrito entre los años 1405 y 1408 y que el mismo tuvo como
destinatarios a los duques de Orleans, patronos de Gadifer.
17. Laborde, L. Op. cit., Seconde Partie, Tome i, pp. 314-331, n. 6447-
6634.
18. Doutrepont, G. Inventarie de la librerie de Philippe le Bon (1420).
Brussels: Imbreghts, 1906, p. 96, n. 146.
20 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
3 La decoración del manuscrito Canarien g
La decoración del manuscrito g de Le Canarien ha sido descrita
con bastante detalle por Serra Ràfols en el tercer tomo de la edi-ción
de 1959-6519, por Aznar Vallejo en la edición del año 200320
y por Etelvina Fernández y Fernando Galván en el volumen i del
libro Le Canarien: retrato de dos mundos, del año 200621. Ningu-no
de ellos parece haberse percatado de que fue hecha por dos
manos diferentes, una que se encarga de la decoración secundaria
(letras iluminadas y decoración marginal) y otra que se ocupa de
la preciosa ilustración que adorna el folio 2r. Veamos.
a. La ilustración del folio 2r:
«Una lámina miniada casi a página entera, al comienzo del texto
propio, tras del prólogo; ocupa casi todo el recto del folio 2, y es una
verdadera obra de arte. […] representa claramente una nave de
mucha manga, con pequeña torre de proa, sólo apta para un vigía
o para el momento del combate; amplio castillo de popa que incluso
sobresale de la borda y descansa en tablas horizontales, apoyadas
en ella; este castillo, aunque las necesidades o convenciones del dise-ño
no permiten señalarla, tiene una cámara al nivel de la cubierta
principal y sobre ella la plataforma o toldilla (aquí sin toldo) en
donde se exhiben los señores de la nave. Bajo la cubierta o puente
principal no hay que pensar en otro puente intermedio; una bodega
ocupará toda la altura sobre el plano tablado que cubre la quilla,
sobrequilla y el arranque de las cuadernas, y constituye el fondo
interior de la nave; esta bodega no tiene otras aberturas a través
19. Cioranescu, A.; Serra Ràfols, E. Op. cit., v. i, pp. 161-170.
20. Pico, B.; Aznar Vallejo, E.; Corbella, D. Le Canarien, manuscritos,
transcripción y traducción. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 2003, pp.
xxxi-xxxv.
21. Fernández, E.; Galván, F. «La ilustración de los manuscritos de Le
Canarien». Pico, B., et al. Le Canarien: retrato de dos mundos. La Laguna:
Contextos, 2006, v. i, pp. 179-208.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 21
del casco que los dos escobones de proa, por uno de los cuales se
arría o carga el ancla, que, cuando recogida o cargada, se sujeta
horizontalmente por un cable, según muestra el dibujo. La arbola-dura
se reduce al mástil único con su antena, en la que va cargada
la vela redonda, en realidad cuadrada, formando aquí tres bolsas,
excesivamente separadas por el dibujante, según creo. Sobre la an-tena
el mástil lleva la cofa de observación y la larga banderola o
gallardete. […] la escala distinta a que van dibujados la nave y
sus tripulantes, éstos mucho mayores, como acaban de probarlo los
tres diminutos que figuran en la cofa. La nave va repleta de gue-rreros,
espaciados en el honorífico castillo de popa, apretujados en
cubierta; todos o casi todos van armados de casco y gola de mallas,
el camail y lucen lanzas y arcos. De tiempo han sido identificadas
las figuras principales, sentadas en la toldilla: en el centro Gadifer
de La Salle, apoyado en su adarga heráldica; a su lado, pero en
lugar menos distinguido, Juan de Béthencourt, si bien, cuanto a éste,
ningún emblema le distingue, salva su actitud, presentando la es-palda
desnuda como su colega. Detrás de ellos, de pie, dos hombres
de guerra: uno, tocado con sombrero de ala en lugar de capacete,
podría ser el maestre de la nave Robin Brument; el otro es un arque-ro,
armado como la docena que puede contarse en cubierta, menos
uno que también lleva sombrero; quedan todavía visibles el paje
destacado que suena su trompa desde el castillete de proa y los tres
gavieros de la cofa. Los dos gallardetes, de proa y del mástil, llevan
los besantes de las armas de Gadifer. De los tres estandartes que
flotan convencionalmente rígidos en la popa, sólo uno, y no el supe-rior,
muestra completas estas armas de La Salle; los otros dos, uno
con la imagen de la Virgen y el Niño, rodeada de lises, y otro con un
cuartelado de gules, las cruces de oro y campos en blanco o acaso
raspados, no me son identificables, como las adargas o escudos que
empavesan la borda del castillo o exhiben dos de los guerreros»22.
Hace ya cuarenta años que Millard Meiss atribuyó la minia-tura
del Canarien al que bautizó como «Maitre de la Cité des
22. Cioranescu, A.; Serra Ràfols, E. Op. cit., v. I, pp. 161-163.
22 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
Dames» por haber sido hecha por el mismo decorador que tra-bajó
en los cinco manuscritos de la «Cité des Dames» de Cristina
de Pisa23. Aunque no sabemos quién se esconde tras el seudóni-mo,
Meiss pudo demostrar que estuvo trabajando en París entre
los años 1400 y 1415 aproximadamente24, especializándose en la
decoración de «historical, romantic, and allegorical texts, many of
which were secular in nature»25. Ya sea solo o en compañía de otros
decoradores (Maitre de Boicecault, Maitre d’Orose, Maitre de la
Mazarine, etc.), su mano se deja ver en la decoración de otros cin-cuenta
manuscritos, lo que lo convierte en uno de los maitres más
prolíficos de su época. Entre sus clientes encontramos a lo más
granado de la aristocracia cortesana francesa, como el duque de
Berry (Bible historiale, París, Bibliothèque de l’Arsenal, mss. 5057-
5058), Juan sin Miedo, duque de Borgoña (Decamerón, Roma,
Bibliotheca Apostolica Vaticana, ms. Pal. Lat. 1989) o la reina
Isabel de Baviera (Ouvres de Cristina de Pisa, Londres, British
Library, ms. Harley 4431), lo que demuestra que estamos ante un
profesional que gozó de un notable prestigio como iluminador.
Que la identificación propuesta por Meiss es correcta se de-muestra
al comparar las figuras guerreras que aparecen en el Ca-narien
(imagen 2) con las que podemos ver en los folios 137v-
144v y 162v-168r del manuscrito Burney 257 (Compendium and
summary of Thebais and Achilleis) de la British Library (imagen
3)26, uno de los muchos trabajos donde intervino el Maitre de la
Cité des Dames.
23. Meiss, M. French painting in the time of Jean de Berry: the Limbourgs and
their contemporaries. London: Franklin Jasper Walls Lectures, 1974, v. I, p. 379.
24. El primer manuscrito conocido donde interviene es el Livre de Heures
de la Biblioteca de Cataluña (Ms. 1850), que ha sido datado en torno al año
1401. El Des cas des nobles hommes et femmes de la Bibliothèque Nationale
de France (Ms. Français 16994), inacabado en 1416, sería el último en que
participa.
25. Hourihane, C. The Grove encyclopedia of medieval art & Architecture.
Oxford: Oxford University Press, 1993, v. i, pp. 116-117.
26. http://www.bl.uk/catalogues/illuminatedmanuscripts/record.asp?MSID
=8532. (Consulta 22/06/2018).
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 23
Imagen 2. Le Canarien, f. 2r.
Imagen 3. Thebaid, Burney 257, f. 139v.
24 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
Aunque Meiss afirma que la miniatura se compuso «ca. 1405»,
suponemos que ha sacado dicha datación del contenido del ma-nuscrito,
que acaba con el fin de la colaboración entre los dos
conquistadores a finales del año 1404, por lo que creemos más
prudente la postura de la British Library, que se limita a colocarlo
entre los años 1405 y 1420, año en que aparece en el inventario
de Felipe el Bueno, duque de Borgoña.
b. La decoración secundaria
«Las letras iluminadas, en número de 48, presentan un trata-miento
ornamental específico, realizado por el iluminador y no por
el copista. Conservan los tonos dorados (bastante oscurecidos), ro-jos
y azules con que fueron decoradas y, en su interior, la misma
ornamentación que sale de sus márgenes. Todas estas letras pre-sentan
las mismas dimensiones, ocupando un cuadrado dorado de
la altura de tres renglones al comenzar el párrafo. Son de mayor
tamaño la primera letra del manuscrito (fol. 1v), que abarca el
espacio inicial de cinco renglones y que corresponde al grafema
p; la letra e, del folio 2r, que comprende seis líneas de escritura y
que se inserta en un cuadro rojo, y la letra p, del folio 22v, donde
se inicia la parte del catecismo, y que prolonga su astil hasta el
quinto renglón. Aunque la letra iluminada más frecuente es la e,
también aparecen otras como q, s, m, o y l. Hasta el folio 27v van
repitiéndose los colores predominantes en estas letras, alternativa-mente,
el rojo y el azul; a partir de ese folio la alternativa ya no
se realiza con tanta regularidad. Algunas de estas letras capitales
han conservado en su interior una pequeña decoración geométrica,
basada en puntos, rayas y círculos, generalmente de color blanco
(vid. por ejemplo, la del folio 22v). Falta una letra iluminada que
tendría que aparecer en el folio 36r (una l) aunque el escriba dejó
el espacio correspondiente para su trazo.
Del margen izquierdo del cuadrado que forma cada letra ilu-minada
salen dos finos sarmientos de hojas de vid y tijeretas, el
mismo motivo con que se completa el hueco de cada una de ellas
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 25
(la única excepción es la letra s del folio 3v, que presenta estos dos
vástagos unidos). Cuando la letra iluminada aparece a principio
del folio, el primer ramillete suele extenderse por el margen superior.
Estos dibujos de sarmientos están realizados con pluma fina negra
y su interior se rellenaba de dorado (que también se ha perdido o
se ha oscurecido). La similitud y regularidad de las hojas, de las
ramas y de los zarcillos que forman esta composición apuntan a
algún tipo de molde que empleó el iluminador para su trazo. La
decoración vegetal más profusa la ofrece el folio 2r, ya que a todo
lo largo del margen izquierdo se extiende el mismo motivo, que
continúa en parte de los márgenes superior e inferior, combinando
el color dorado de las hojas con el azul de algunas ramas»27.
Para Allen S. Farber no hay ninguna duda de que la decoración
secundaria del Canarien es obra del que denomina «A Master of
the Belles Heures», así bautizado por ser uno de los dos anónimos
responsables de la decoración marginal de Les Belles Heures de
Jean de Berry del Metropolitan Museum of Art de Nueva York28.
Según Farber, inicia su carrera en Nantes, de donde proceden los
tres manuscritos más tempranos en los que interviene (todos an-teriores
a 1401), aunque la mayor parte de su vida profesional la
desarrolla en París, donde ya lo vemos decorando el manuscrito
Fr. 282 de la Bibliothèque Nationale de France, presentado al du-que
de Berry el día de año nuevo de 1402. Al mismo duque va di-rigida
la última obra en la que participa, Les antiquités judaïques,
manuscrito Fr. 247 de la Bibliothèque Nationale de France, obra
inacabada a la muerte de Berry en 1416. De nuevo, nos encon-tramos
con un decorador de prestigio, que trabajó con los prin-cipales
maitres del momento (Maitre d’Egerton, Maitre de Virgile,
Maitre de la Mazarine, etc.) en manuscritos para la élite política
francesa, como bien reflejan los dos manuscritos compuestos para
el duque de Berry, a los que ya nos hemos referido.
27. Pico, B.; Aznar Vallejo, E.; Corbella, D. Op. cit., pp. xi-xxxiv.
28. Farber, A. S. «Considering a marginal master: the work of an early Fifteenth
Century Parisian manuscript decorator». Gesta, n. 32 (1993), pp. 21-39.
26 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
Imagen 4. Le Canarien, f. 2r. Imagen 5. Ms. Getty 72, f. 69r.
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Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 27
Imagen 6. Le Canarien, f. 2r (det.).
Imagen 7. Les Belles Heures, f. 187v.
Imagen 8. Heures de Saint-Maur, f. 93r.
28 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
El patrón decorativo que emplea en el vástago del folio 2r
del Canarien (imagen 4) lo hemos podido encontrar en el folio
69r del manuscrito 42 del J. Paul Getty Museum de Los Ángeles
(imagen 5)29, que el museo data «ca. 1405», siguiendo la informa-ción
aportada por la casa de subastas donde fue adquirido en el
año 200330.
Un minucioso repaso de los manuscritos en que intervino el
anónimo decorador del Canarien nos permite comprobar que los
dragones fueron uno de sus motivos predilectos y que el nuestro
(imagen 6) aparece en otras dos obras suyas, las Belles Heures de
Jean de Berry (ca. 1405-ca. 1409) y las Heures de Saint Maur, (ca.
1410-ca. 1412), imágenes 7 y 8 respectivamente.
4 ¿Una carta de navegar en el Canarien g?
Tras narrar los sucesos que desembocan en la rendición y con-versión
del rey de Lanzarote (1403), el Canarien da cuenta de
los planes de Gadifer para conquistar la costa africana frontera
del archipiélago (ff. 25v-27r) y da una detallada descripción de
cada una de las islas, las cuales dice haber visitado personalmen-te
(ff. 33v-36v). Una atenta lectura de los pasajes deja ver que
fueron construidos aprovechando algo más que los recuerdos de
Gadifer, pues se cita expresamente el Libro del conosçimiento de
todos los reynos… (del cual extracta el amplio apartado dedicado
a las andanzas de su anónimo autor por las riberas del Atlántico
africano que vemos en los folios 27r-29r) y una carta náutica que
intentaremos identificar, la cual es mencionada en dos ocasiones:
29. http://www.getty.edu/art/collection/objects/223031/virgil-master-boet
hius-discusses-music-with-a-group-of-men-french-about-1405/. Imagen digital
cortesía del Getty’s Open Content Program. (Consulta 20/09/2018).
30. https://www.invaluable.com/auction-lot/alchandreus,-liber-alchandrei-philosophi-
boethi-1-c-3udiszlcpj# (Consulta 15/12/2018).
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 29
1. «Et dit ainsi le frere [se refiere al supuesto autor del Libro
del conosçimiento] dessus dit en son liure q len ne conte du Cap de
Bugeder jusque au Flun de lor que viiic lx milez qui valent environ
C et L lieuez et ainsi le trouuons nous par la carte» (f. 28v)31.
«El mencionado fraile [se refiere al supuesto autor del Libro del
conosçimiento] dice en su libro que desde el Cabo Bojador hasta el
Río de Oro solo se cuentan unas 860 millas, que equivalen apro-ximadamente
a 150 leguas y así lo comprobamos en la carta de
navegar».
2. «L’isle de Palmes qui est la plus auant du coste de la mer oc-tiene
est plus grande quelle ne ce monstre en la carte…» (f. 33v)32.
«La isla de Palmas, la más adelantada por la parte de la mar
océano es más grande de lo que figura en la carta de navegar».
Otros pasajes permiten hacernos una idea de cómo debía de
ser esa carta náutica:
3. «et sil puet conquerir lisle de Gadez qui est bien pres du Flun
de lor» (ff. 28v-29r)33.
«la conquista de la isla de Gadez, que está muy cerca del Río de
Oro».
4. «Or est lentencion Gadifer et son propos daler voir et visiter
toute la costiere de la t’re ferme du Cap de Cantin qui est my voye
dicy et despaigne jusques au Cap de Bugeder qui fait la pointe de
la terre ferme audroit de nous et sestet de lautre bande jusques au
Flun de lor pour voir sil pourra trouvit aucun bon port» (f. 26v)34.
«Gadifer tiene ahora la intención y el proyecto de ir a ver y reco-rrer
toda la costa de la tierra firme desde el Cabo de Cantín, que
31. Pico, B.; Aznar Vallejo, E.; Corbella, D. Op. cit., pp. 112-113. Hemos
evitado intencionadamente el término «mapa» que adoptan los traductores
del texto francés, prefiriendo «carta de navegar», más en consonancia con la
verdadera naturaleza de estos documentos.
32. Ibidem, pp. 132-133.
33. Ibidem, pp. 112-114.
34. Ibidem, pp. 104-105.
30 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
está a medio camino de aquí a España, hasta el Cabo Bojador,
que forma el saliente de la tierra que está frente a nosotros y se
prolonga por el otro lado hasta el Río de Oro, para ver si encuentra
algún buen puerto».
5. «La Gomere est xiiii lieuez pardessa qui est une tres forte isle
en maniere dun trefle» (f. 33v)35.
«La Gomera está a 14 leguas por esta banda. Es una isla muy
accidentada, con forma de trebol».
6. «Lisle denfer qui se dit Tenerefix est en maniere dune herse
pres que ainsi que le Grant Canare» (f. 34r)36.
«La isla del Infierno, llamada Tenerife, tiene forma de gran can-delabro,
casi como Gran Canaria».
7. «La Grant Canare contient cent milles de long et lxxv de large
e eten maniere de herce et conte l’en lx et x milles jusques en Er-banne
» (f. 34r)37.
«La Gran Canaria mide cien millas de largo y setenta y cinco
de ancho; tiene forma de gran candelabro y dista setenta millas de
Erbania».
8. «Et quant a l’isle Lancelot, qui s’appelle en leur langage Tyte-rogaka
et est prés du grant et de la faisson de l’isle de Rodez» (f.
36r)38.
«Y en cuanto a la isla de Lanzarote, que se llama en su lengua
Tyterogaka y es casi del tamaño y de la forma de la isla de Rodas».
Casi todos estos detalles los hemos podido encontrar en una
única carta náutica, la carta ge aa-566(res) de la Bibliothèque
Nationale de France39, firmada por el cartógrafo mallorquín Me-ciá
de Viladestes en 1413 (imagen 9).
35. Ibidem, pp. 132-133.
36. Ibidem, pp. 134-135.
37. Ibidem, pp. 134-135.
38. Ibidem, pp. 142-143.
39. http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b55007074s/f1.item. (Consulta 18/
09/2018).
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 31
Es fácil distinguir la forma de trébol de la isla de La Gomera, la
similitud del diseño entre Tenerife y Gran Canaria y su parecido
a un gran candelabro, y cómo el cabo Bojador aparece a medio
camino entre el cabo de Cantín y el mítico Río de Oro. También
aparece la imaginaria isla de Gades, cuya «migración» por el At-lántico
desde la bahía de Cádiz ha sido estudiada por Chet Van
Duzer40. Según dicho autor, algunos cartógrafos, como los herma-nos
Pizzigani (1367) o el anónimo autor de la carta conservada en
el Museo Correr de Venecia (ca. 1430), colocan la isla en el inte-rior
del Atlántico occidental, mientras que otros, como Viladestes
(1413), la carta anónima de la Biblioteca Nazionale Centrale de
40. Van Duzer, C. «Rebasando los pilares de Hércules: el estrecho de
Gibraltar y sus ciudades en la cartografía histórica». En: Martínez Enamorado,
V. i Congreso Internacional Escenarios Urbanos de Al-Andalus y el Occidente
Musulmán. Málaga: [s.n.], 2011, pp. 257-292.
Imagen 9. Carta náutica de Meciá de Viladestes, 1413 (fragmento).
32 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
Florencia (ca. 1440), el atlas de Gracioso Benincasa conservado
en la Biblioteca Trivulziana de Milán (siglo xv) y el famoso Atlas
Catalán de la Biblioteca Estense (ca. 1460), la ubican al sur de las
islas Canarias, próxima a la costa del continente africano, ubica-ción
que también recoge el texto del Canarien.
Aunque no creemos que Gadifer empleara la carta de la Bi-bliothèque
Nationale, sí nos parece muy probable que haya em-pleado
una de Viladestes o de alguien muy próximo a su taller.
5 Un repaso a la vida «palaciega» del manuscrito g
En 1906, Georges Doutrepont dio a conocer el inventario de la
biblioteca de Felipe el Bueno, duque de Borgoña, hecho en Dijon
el 12 de julio de 1420. Por la fecha en que se confeccionó, es más
probable que refleje el estado de la biblioteca a la muerte de su
progenitor, Juan Sin Miedo, ocurrida en septiembre del año an-terior,
aunque bien es verdad que Felipe tuvo tiempo de añadir
alguna obra en los pocos meses que llevaba como nuevo duque o
incorporar algún manuscrito de su propiedad que hubiera adqui-rido
con anterioridad a la muerte de su padre. Sea mérito de Juan
o de Felipe, lo cierto es que en el inventario aparece por primera
vez el manuscrito g de Le Canarien, donde es descrito en los si-guientes
términos:
«146. Item, ung autre livre nommé le livre de canare. escript en
parchemin, de lettre de forme, à une histoire, enluminé d’or, com-mençant
on II fueillet Et pour ce, el on derrenier Les gens, couvert
de cuir rouge, á II fermouers de laton»41.
El manuscrito permaneció sin más contratiempos en la biblio-teca
de los duques de Borgoña y de sus sucesores, los Austrias
41. Doutrepont, G. Op. cit. p. 96, n. 146.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 33
españoles, hasta comienzos del siglo xvi. Siguiendo un orden cro-nológico,
lo vemos en los siguientes inventarios:
1. Inventario realizado a la muerte de Felipe el Bueno, du-que
de Borgoña. Brujas, ca. 1467:
«Ung autre livre en parchemin couvert de cuir rouge, intitulé: Le
Livre de Cavaire (sic); comanchant au second feuillet, Au sire de
Helly, et au dernier, Les gens»42.
2. Inventario realizado por mandato de Maximiliano i de
Austria, regente del ducado de Borgoña por minoría de Feli-pe
el Hermoso. Bruselas, 15 de noviembre de 1487:
«Ung autre couvert de cuir rouge, á deux cloans de léton, historié
et intitulé: Le Livre de Cavare; comenchant ou second feuillet, Au
seigneur de Helly, et finissant ou derrier, Ainsy quelles sont en terre
des chrestiens»43.
3. Inventario realizado por orden del emperador Carlos v
al nombrar a Pierre Damant, nuevo «garde-joyaux» (bibliote-cario)
del Palacio Real. Bruselas, mayo de 1536:
«Autre petit livre en parchemin, escript à la main, illuminé en
aucuns lieux, couvert d’une meschante couverture de cuyr rouge, á
deux petis clouans, intitulé C’est le livre de Canarre, commenchant
…. au sire de Heli»44.
42. Barrois, J. Bibliothèque protypographique ou Librairies des fils du roi Jean,
Charles v, Jean de Berri, Philippe de Bourgogne et les siens. Paris: Chez Treuttel et
Würtz Libraires, 1830, pp. 224-225, n. 1591.
43. Ibidem, p. 301, n. 2124.
44. Michelant, M. «Inventaire des joyaux, ornements d’église, vaisselles,
tapisseries, livres, tableaux, etc. de Charles-Quint, dressé à Bruxelles au mois de
mai 1536». Académie royale de Belgique. Compte rendu de la Commission royale
d’histoire, 3ª serie, t. xi-2 (1872), p. 283.
34 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
4. Inventario denominado erróneamente «Catálogo de
Viglius» realizado por orden del rey Felipe i de España, al
nombrar bibliotecario real a François Damant tras el falleci-miento
de Viglius Van Aytta el 8 de mayo de 1577. Bruselas,
1577-1579:
«Ces le livre de Canare. commençant au second feuillet Au sire
de Helli»45.
5. Inventario denominado de «Miraeus», hecho al ser nom-brado
Aubert le Mire nuevo bibliotecario real por el archidu-que
Alberto de Austria en 1614. Bruselas, 1614:
«Autre petit livre en parchemin, escript à la main, illuminé en
aucuns lieux, couvert d’une couverture de cuyr rouge, intitulé C’est
le livre de Canare, commenchant au second feuillet, au sire de
Heli»46.
6. Listado de los «Mss Codices Ducum Burgundiae in Palatio
Bruxellensi» fechado en 1641, recogido en la obra de Anto-nius
Sanderus Bibliotheca Belgica manuscripta, editada tres
años más tarde:
«Le Liure de Canare»47.
45. Marchal, J. Catalogue des manuscrits de la Bibliothèque royale des ducs de
Bourgogne, publié par ordre du Ministre de l’interieur, Tome I, Résumé historique.
Inventaire. nº 1-18000. Bruselas; Leipzig: C. Muqcardt, 1842, p. cclv, n. 216.
46. París, Bibliothèque Nationale de France, Ms. Fr 5675, f. 35 r. Doutrepont
no conoció este inventario.
47. Sanderus, A. Bibliothecae Belgicae manuscriptae, pars secunda. Collegit
et usui publico donavit Antonius Sanderus Iprensis ecclesiae canonicus & scholas-ticus.
Lille: Toussanum Le Clerq, 1643, v. i p. 5, n. 190. Aunque el volumen i
fue editado en 1643, el inventario tiene una nota final que dice «Fin del extraict
de l’inventaire del liures mss. qui sont dans la Bibliotheque du Palais à Bruxelles
sur la Porten, 1641».
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 35
El Canarien no volverá a aparecer en ningún inventario poste-rior
de la Biblioteca Real de Bruselas. No lo vemos en el que hizo
el librero belga T’Serstevens en 1683 al morir el bibliotecario
real Elie de Bie48 ni está entre los manuscritos que se salvaron del
incendio que prácticamente destruyó el Palacio Real de Bruselas
la noche del 3 al 4 de febrero de 173149. No fue uno de los ciento
catorce manuscritos que los franceses se llevaron a París en 1749,
tras ocupar la ciudad el año anterior, y que fueron devueltos en
su mayoría en 1770, ni estaba entre los que se llevaron los revo-lucionarios
franceses en 1794 y que no devolverían hasta el año
181550. Con estos antecedentes, es lógico que no aparezca en el
primer catálogo impreso de la Biblioteca Real de Bruselas, que
fue editado en el año 184251. Por lo tanto, podemos concluir con
bastante seguridad que el manuscrito del Canarien desapareció
de la Biblioteca Real de Bruselas entre los años 1641 y 1683.
Aunque el manuscrito estuvo desaparecido durante más de
200 años hasta que lo compró el British Museum (hoy British
Library) en 1888, no es probable que llegara a abandonar suelo
belga. Así lo suponemos al ver los nombres de los implicados en
la venta a la institución inglesa, que cita el historiador francés
Pierre Margry en 1896:
«A cette époque [1888] mourait à Wilhem, pres d’Aix-la-Cha-pelle,
Mme la baronnne de Hensch, née Angéline de Hodiamont,
qui instituiat pour sa légataire universelle Mme veuve E. Mans, sa
48. Bruselas, Bibliotheque Royale de Belgique, Ms. i-3628. Doutrepont no
conoció este inventario.
49. «Catalogue de livres, qui composent la Bibliothèque de la Cour de
Bruxelles, formé après l’incendie du palais, en 1731, par le greffier du conseil
des domaines et finances et bibliothécaire de Sa Majesté, Franquen», en: Mar-chal,
J. Op. cit., pp. cclxxv-ccci.
50. París, Bibliothèque Nationale de France, Ms. naf 5424. Se trata de un
inventario de los manuscritos belgas que fueron expoliados en los años 1748
y 1794, realizado por Dominique Martín Meon, conservador de la Biblioteca
Real de París.
51. Marchal, J. Op. cit.
36 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
pétit-fille, née de Hensch de Langry, demeurant à Bruxelles-Ixelles.
Or, celle-ci avait trouvé dans son héritage, entre autres curiosi-tés,
un manuscrit venu à sa grand’mère, sans doute paruna vielle
tante qui possédait beaucoup de précieuses choses anciennes. Mme
E. Mans, n’ayant que faire de ce manuscrit, crut qu’il serait mieux
placé dans une bibliothèque publique que chez elle, et le soumit en
conséquence à l’examen des conservateurs du British Museum, et
placé sous le chiffre 2709 dans le fonds Egerton»52.
Así, Angeline de Hodiamont (1790-1887) era baronesa viuda
de Heusch de la Zangrye, no de «Hensch», y murió donde nació,
en el pueblo de Walhorn, que no «Wilhem», en la provincia belga
de Lieja. La nieta que se esconde tras ese enigmático «E. Mans» es
Edmeé Hermine de Heusch de la Zangrye (1853-1924), viuda,
cuando escribe Margry, de Georges Henri François Michel Maus,
no «Mans» (1842-1889), nacido en Lieja y que vivía con su mujer
en Ixelles en el momento de su muerte. A quien no hemos podi-do
identificar es a esa «vielle tante» que cita el historiador francés
como la más antigua poseedora del manuscrito. Hemos revisado
las ramas ascendentes de Angeline de Hodiamont y de su difun-to
marido, Nicolas Joseph, barón de Heusch de la Zangrye, sin
encontrar una buena candidata que saque del anonimato a esa
misteriosa tía de quien heredó el manuscrito del Canarien.
6 La edición de 1629/30 del manuscrito b: de crónica familiar
a gesta oceánica
Como es bien sabido, fue Galien de Bethencourt, descendiente
del conquistador francés, quien decidió dar a la prensa el manus-crito
g de Le Canarien que se conservaba en la biblioteca fami-liar,
decisión que bien pudo estar influida por los Bethencourt de
52. Margry, P. La conquête et les conquérants des illes Canaries: nouvelles
recherches sur Jean iv de Béthencourt et Gadifer de la Salle: le vrai manuscrit du
Canarien. Paris: E. Leroux, 1896, pp. 121-122.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 37
Canarias, los cuales habían escrito en numerosas ocasiones a sus
parientes normandos en busca de noticias sobre el conquistador
de las islas53.
Conocemos bastante bien cómo era la edición que Galien tenía
en mente, gracias a unas precisas instrucciones manuscritas que
escribió en 1625, actual manuscrito ff 18.629 de la Bibliothèque
Nationale de France54, estudiadas en profundidad por Margry55 y
más recientemente por Pico y Corbella56. De las mismas se pue-de
deducir que un único volumen recogería el texto dividido en
87 capítulos que irían «yllustré avec annotations pour l’intelligence
de l’histoire» (f. 6r), algunas de las cuales, concretamente las que
irían en los capítulos i y i, se ven en las propias instrucciones
(ff. 7r-11r). Galien había reunido abundante material de archivo
para trazar la genealogía de los Bethencourt (ff. 36r-64r), copiado
«les autheurs qui font mention de la conqueste faicte par Mre Je-han
de Bethencourt» (ff. 14r-23r) y dado precisas indicaciones de
cómo debía reproducirse el escudo familiar (f. 6v). Completan las
instrucciones, numerosos anagramas, odas y epigramas en latín,
griego y francés (ff. i-vi) que ensalzan al conquistador, el escudo
familiar y al propio Galien como propietario del manuscrito y
portador del ilustre apellido. Visto en su conjunto, las instruc-ciones
dejan entrever que Galien pretendía dar a luz una obra
destinada a glorificar a los Bethencourt a través del que, sin duda
alguna, era el miembro más destacado de la familia.
Galien de Bethencourt era consejero del parlamento de Ruan
y es lógico que fuera allí donde pensaba hacer la edición del ma-
53. Bonnet Reverón, B. «Los Bethencourt de Tenerife y el “Canarien” de
Bergeron». Revista de historia [canaria], t. vi, año xi, n. 46 (1939), p. 161;
Wolfel, D. J. «La falsificación del “Canarien”». Revista de historia [canaria], t.
xvi, año xxv, n. 100, (1952), pp. 495-508, pp. 506-508.
54. http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b9062053q. (Consulta 14/10/2018).
55. Margry, P. Op. cit., pp. 19-22.
56. Pico, B.; Corbella, D. «La trasmisión de Le Canarien». En: Homenaje
al profesor Francisco Javier Hernández. Valladolid: Universidad de Valladolid,
2005, pp. 455-473.
38 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
nuscrito, como podemos deducir de las palabras «A Rouan, chez
____imprimene & libraire de menrant vue» (f. 6r) que figuran en las
instrucciones de 1625, aunque finalmente optó por dejar el tra-bajo
en manos del editor parisino Pierre Bergeron (1585-1638).
Si bien Bergeron conocía dichas instrucciones, pues suyas son al-gunas
notas marginales que vemos en el manuscrito57, lo cierto es
que introdujo tal número de cambios que acabó dando a luz una
obra que superaba con creces la simple edición de una crónica
familiar que pretendía Galien. Uno de los cambios más evidentes
fue la división de la obra en dos partes tipográficamente inde-pendientes,
cada una con su propia portada, numeración e índice
(imágenes 10 y 11)58. Bergeron reservó la parte de la Histoire para
la transcripción del texto del Canarien, que presentó dividido en
93 capítulos, acompañado únicamente por una «Epístola» dedica-da
a Galien de Bethencourt, donde incluye una amplia alabanza
al conquistador de las islas y un «vray portrait» suyo, obra del
grabador Balthasar de Moncornet. En el Traicté de la navigation,
da un repaso de los principales descubrimientos desde la Anti-güedad
hasta su tiempo, prestando especial atención a los que
hubieran protagonizado los franceses. De nuevo, la conquista de
Bethencourt merece las mayores alabanzas, recogiendo las nu-merosas
referencias bibliográficas que mencionan la empresa del
conquistador francés.
No tenemos ninguna duda de que esta división en dos partes
fue idea de Bergeron y no de Galien, pues vuelve a repetir la mis-ma
fórmula en 1634 al dar a luz una Relation de Voyages en Tarta-
57. En los folios 7v-11v, 21r-22v y otros, se ven unas anotaciones marginales
que han sido hechas con la misma letra que vemos en un manuscrito autógrafo
de Bergeron conservado en la Bibliothèque Nationale de France, signatura FF
24908, titulado Itinéraire germano-belgique contenant un voiage du Sr Bergeron
[…] en l’an 1617. http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b9063172q. (Consulta
18/11/2018).
58. Bergeron, P. Histoire de la première descouverte et conqueste des Canaries,
faite dès l’an 1402 par Messire Iean de Béthencourt, Chambellan du Roi Charles
VI. […] Plus un Traicté de la Navigation et des voyages de descouverte et conqueste
modernes et principalement des Français. Paris: Michel Soly, 1629-1630.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 39
rie (imagen 12) que acompaña con un Traité des Tartares (imagen
13), edición donde no participa el descendiente del conquistador
normando.
Pero, más allá del cambio «estético» que supuso dividir la obra
en dos partes, la gran novedad que introduce Bergeron es alejar el
relato de la simple crónica familiar y meterlo de lleno dentro del
campo de la literatura colonialista francesa, para lo cual se valió
de dos mecanismos complementarios:
a. La elevación de la figura de Bethencourt a la categoría
de conquistador y explorador oceánico, cuya hazaña abriría
el camino a españoles y portugueses:
«Nouveau Argonaute françois, d’une courage, pieté & magna-nime,
tenté le grand Ocean, non pour y chercher des tresors, comme
la pluspart des autres, mais pour planter la foy chestienne dans
Imagen 10. Portada de la Histoire. Imagen 11. Portada del Traicté.
DESCOVVEll TJl ET c.r•-Cllllria..
J:aitcdéstan ... o,.puMd&rclu• DI
• la'SR ■ l!ICOYI.T, ClwabcllaD .
alloyCe.u.,u VI,
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.........., _,,,a.I,¡r¡ ,,.1,,.,.,__, ¡.;,,,.,..,.e-.,.,__··-~
r.Z. VI
TllAICTE' DE LA NAVI;
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A PAR.IS,
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NAVIGATION
ET DES VOYAGES ·¡J.
DE. DESCOVVERTE ¡·
&: Conqucllc modcrncs,
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V EC VNE EXACTB ET t!~
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nancs, le, prcuUCs duccmps dr!f conque-lle
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couru IIC Braqucmofts,
1., ...,,.,.,.;u, ¡,¿¡..,, -""'""'", obft,-
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1 U.lfU.&0& t>Y ROY- ! 64l,•
M.cxtr• !une B\bUo,h«•m cA'mtU'• Ex oocdic,.;1.
40 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
ces isles, que l’on n`avoit iusqu’a à lors attaquées que pour buti-ner
[…] Et mesme il a frayé et ouvert le chemin à tant d’autres
depuis, a entreprendre de plus grandes choses, qui ont esté et seront
en admiration aux siecles suivans. Cela est un honneur et un los
immortel pour la France, voire pour tout le reste du monde, qui en
a ressenty de si excellens effects»59.
«A l’exemple de Bethencourt, les portugais & espagnols ayans
plus au loing & plus heureusement estendu leurs descouvertes &
conquestes»60.
«Ce qui fett à rabatre d’autant la vanité des portugais & castil-lans,
qui se vantent d’estre les premiers descouureurs & conques-
59. Bergeron, P. Op. cit. Traicté de la navigation…, «Preface».
60. Ibidem, p. 99.
Imagen 12. Portada de la Relation. Imagen 13. Portada del Traicté.
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llU BHGU"",P•rüicn.
A PAR l S,
Ciies M1cu1. 5 O LY, IUC r.1na
1acqua , au Ph~
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 41
teurs de nouvelles terres, depuis prés 200 ans ou environ: veu que
nos françois les ont precedé en cela, & leur ont rompu la glace &
monstré le chemin qu’ils ont fort bien suiuy…»61.
b. La inclusión de su viaje dentro de una supuesta tradición
exploratoria francesa, otorgándole al país un papel que en
realidad nunca tuvo:
«nos françois ont precedé toutes les Navigations & voyages de
conqueste modernes des europeens. Et fans remonter plus haut aux
premiers voyages, ou plustost expeditions guerrireres de nos vieux
gaulois […] Car outre les voyages de conqueste des Normands
françois […] mais par laps de temps on n’en fit plus si grand
compte, les esprits des françois s’adonnans à toute autre chause &
se fians en la bonté & felicité du païs, sans vouloir rien commettre
au hazard des vents & de la mer; iusques à ce que nostre Bethen-court
les resucilla, & depuis plusieurs autres encor»62.
«Ainsi peut on dire que Bethencourt & les françois ont esté ceste
estoille matiniere qui par son lever a ouvert la porte à la lumiere
du Soleil, par laquelle le monde en ces derniers iours a esté remply
de la veue & de la cognoissance de soy mesme»63.
Con su edición, Bergeron quería usar la figura de Bethencourt
como ejemplo a imitar por la nobleza de su tiempo y convencer
al rey Luis xi para que Francia tuviera un papel más activo en la
exploración y colonización ultramarina:
«Dieu par sa grace veuille inspirer nostre Noblesse Françoise
à sembables conquestes, à l’exaltation de son sainct nom & à la
gloire de nostre nation»64.
61. Ibidem, pp. 30-31.
62. Ibidem, pp. 88-91.
63. Ibidem, p. 35.
64. Bergeron, P. Op. cit., Histoire de la première…, «Preface».
42 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
«Que ces íllustres exemples, comme autant de trophées, resueillent
le courage de nostre Auguste & triomphant Louys 13, à semblables,
voire plus grandes choses, puisque Dieu par une grace speciale l’a
voulu douer des hautes qualitez requises à de si dignes exploits &
qu’il luy a donné un estat capable pour respondre à la grandeur de
ses genereux desseins»65.
«la nature a doué la France d’une excellente situation, tant pour
son climat doux & temperé, que pour estre comme le centre & mi-lieu
de l’Europe; pour avuoir les deux mers comme ses deux bras à
commandement, nombre d’hommes de courage & de service, abon-dance
de tous viures, & commoditez necessaires pour faire equiper
& fournir armeés & flottes pour la guerre & le commerce. Ce qui
seroit un bon emply de ce qu’elle a de trop, & un salutaire remede
aux maux qui l’accablent»66.
Bergeron empleó fórmulas parecidas al editar los viajes de Jean
Mocquet (1617)67, François Pyrard (1619)68 y Vincent Le Blanc
(1648)69, fracasados intentos para animar a las autoridades galas a
desarrollar una política colonial propia tras los cincuenta años de
guerra civil que habían asolado el país y los fracasos coloniales en
América del Norte70.
65. Ibidem, «Preface».
66. Bergeron, P. Op. cit., Traicté de la navigation…, pp. 32-34.
67. Mocquet, J. Voyages en Afrique, Asie, Indes orientales et occidentales…
Paris: Chez Iacques Caillové, 1617.
68. Pyrard, F. Voyage de François Pyrard de Laval… Paris: Chez Samuel
Thiboust, 1619.
69. Le Blanc, V. Les voyages fameux du sieur Vincent Leblanc marseillois…
Paris: Chez Gervais Clousier, 1648. Editado póstumamente.
70. Holtz, G. «The model of the voc in early Seventeenth Century France
(Hugo Grotius and Pierre Bergeron)». Huigen, S.; De Jong, J. L.; Kolfin, E. The
Dutch trading companies as knowledge networks. Leiden: Brill, 2010, pp. 320-
322.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 43
7 ¿Una o dos ediciones del manuscrito b?
No deja de ser curioso que la Histoire y el Traicté tengan fechas
diferentes en sus respectivas portadas. María Rosa Alonso (1949)
opinaba que bien podrían corresponder a dos ediciones distintas
de la obra, que vieron la luz en 1629 y 1630 respectivamente:
«El Ms. de Galien fue publicado por vez primera por Bergeron
en París e inserto en el Traicté de la Navigation et des Voyages,
que los editores Hevqueville y Soly hicieron en 1629. Otra edición
de Bergeron se publicó, también en Paris, en 1630 con el título de
Histoire de la premiére decouvrte et conquesté des Canaries, etc.,
más conocida que la anterior de 1629, que pronto se hizo rara; el
Traicté de la Navigation se incorporó a esta de 1630, aunque en
contenido fuese igual a la del año anterior»71.
A esta doble datación también se refiere María José Vázquez
de Parga (2001) en su edición de la versión española del Traicté:
«Pero lo curioso es que la Historia de la Conquista lleva fecha de
impresión del año 1630, mientras que la del Tratado es de 1629.
La edición de las dos obras se hizo en un solo libro o en dos se-parados,
según hemos podido comprobar en algunos ejemplares.
En la Biblioteca Apostólica Vaticana existen dos ejemplares que
contienen las dos obras. En una de ellas se encuentra primero el
Tratado de la Navegación (1629) y a continuación la Historia de
la Conquista (1630). Nos referimos a estos libros como siendo los
de la edición original de su siglo. El que posee el Museo de Historia
de Tenerife, y sobre el que hemos traducido el texto que presen-tamos,
igual que el segundo volumen de la Biblioteca Apostólica
Vaticana, tiene el dato curioso de que contiene ambas obras, pero
en orden inverso al volumen de la bav primeramente citado, es
decir, contiene en primer lugar la Historia de la Conquista (1630)
71. Alonso, M. R. «Notas bibliográficas». Revista de historia [canaria], t. xv,
año xxi, n. 85 (1949), p. 138.
44 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
y a continuación el Tratado de la Navegación (1629), con lo que
la cronología de ambas obras está en orden inverso. El hecho de
que cada una de las obras lleve una fecha distinta y que varíe en
un año, podría hacer suponer que se editaron separadas y que se
unieron después en la encuadernación. Sin embargo, no concuerda
la cronología de la edición con la cronología de la escritura, puesto
que el Tratado, con fecha de edición de 1629, habla de la Historia
de la Conquista (1630) como cosa que ya se ha dado a conocer.
En cuanto a las ediciones del Tratado, no coinciden con las de la
Historia de la Conquista. En la Biblioteca Apostólica Vaticana se
encuentra un volumen con el Tratado de la Navegación solo, con la
misma fecha de 1629. También se encuentran otros volúmenes con
la Historia de la Conquista únicamente, pero éstos, aunque osten-tan
todos la misma fecha, no sabemos si corresponden a ediciones
posteriores»72.
En nuestra opinión, hubo una única edición que se hizo a ca-ballo
entre finales de 1629 y comienzos de 1630. La licencia de
impresión fue otorgada el 18 de octubre de 1629 y en ella se ve
cómo se solicitaba para la «Historie […] Plus un Traicté», lo cual
evidencia que ambas partes ya estaban terminadas en esa fecha:
«Notre bien amé Iean de Heuqueville, marchand libraire en
nostre ville de París, nous a fait remostrer qu’il a recouuvert un
liure intitulé, Histoire de la Premiere Descouverte et Conqueste
de Canaries faite des l’an 1402 par Messire Iean de Bethencourt
Chambellan du Roy Charles vi, escrite du temps mesme par Pierre
Boutier, religieux de S. François et Iean le Verrier prestre, domes-tiques
du dis Sieur de Bethencourt et mise en lumiere par M. Ga-lien
de Bethencourt conseilleur du Roy en Sa Cour de Parlement
de Rouen: Plus Un Traicté de la Navigation et des Voyages de Des-couverte
et Conqueste modernes, et principalement des François.
72. Vázquez de Parga, M. J. Tratado de la navegación y de los viajes de des-cubrimiento
y de conquista modernos y principalmente de los franceses. Santa Cruz
de Tenerife: Organismo Autónomo de Museos y Centros, 2001.
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 45
Lequel Liure il desireroit mettre en lumiere, faite imprimer & expo-ser
en vente s’il auoit nos Lettres à ce necessaires a ces casses. Nous
luy auons permis & permettons par ces presentes, d’imprimer, faire
imprimer, & mettre en vente ledit Liure»73.
Es probable que en los dos meses y medio que faltaban para
acabar el año 1629, solo diera tiempo a imprimir el Traicté, de-jando
la Histoire para el siguiente año, pequeña demora que bien
pudo ser provocada por el fallecimiento de Jean de Heuqueville
en noviembre de 1629, en cuyos talleres se estaba imprimiendo
la obra74.
Vázquez de Parga también daba cuenta de la existencia de va-rios
ejemplares de la obra donde primero aparecía el Traicté y
después la Histoire y otros donde se encuadernaron en el orden
inverso. Si bien la licencia de impresión deja claro que Bergeron
73. Bergeron, P. Op. cit., Histoire de la première…, «Privilege du Roy».
74. Arbouer, R. Dictionnaire des femmes libraires en France, 1470-1870.
Genève: Libraire Droz, 2003, p. 281.
Imagen 14. Tomo i (Traicté) y Tomo ii (Histoire).
46 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
quería que la Histoire precediese al Traicté, lo cierto es que al ser
dos obras que podían leerse de manera independiente, respetar o
no ese orden quedaba a criterio del encuadernador y/o del pro-pietario
del libro. En la mayoría de los ejemplares se cumplió
el deseo del editor, pero en otros casos, como el ejemplar de la
Biblioteca Apostólica del Vaticano que señala Vázquez de Parga,
se encuadernaron siguiendo el orden cronológico de las Portadas.
También hemos visto ejemplares donde ambas partes se encua-dernaron
independientemente, como los volúmenes que subasta-ba
la casa Bonhams en el año 2010 (imagen 14)75.
8 Las dos portadas de la Histoire de la premiere descouverte
¿Por qué hay ejemplares de la Histoire que llevan como impresor a
Jean Heuqueville (imagen 15) y otros a Michel Soly (imagen 16)?
Es fácil ver que la letrería es la misma, así como su distribución
sobre la hoja, e incluso las pequeñas manchas de tinta dejadas
por el cajista al componer ambas portadas están ubicadas en los
mismos sitios. Como solo cambian los datos del librero-impresor,
es evidente que nos encontramos ante dos emisiones76 o tiradas
de una misma edición. En la época era normal que dos o más
libreros se asociaran para compartir los gastos y los beneficios de
las impresiones, colocando cada uno su nombre en el número
de ejemplares que habían pactado financiar77. En nuestro caso, la
75. https://www.bonhams.com/auctions/18598/lot/1/?category=list. (Con
sulta 12/10/2018).
76. Según Jaime Moll, una emisión sería «el conjunto de ejemplares, parte de
una edición, que forma una unidad intencionadamente planeada. Las emisiones,
derivando de una composición tipográfica esencialmente única, se originan por
variaciones producidas antes de su puesta en venta o con posterioridad a la misma».
Moll, J. «Problemas bibliográficos del libro del Siglo de Oro». Boletín de la Real
Academia Española, Tomo lix, cuaderno 216 (enero-abril 1979), p. 59.
77. Para Moll, «la coedición puede indicarse en una portada única, donde
figuran los nombres de los libreros —o impresores y libreros— que intervienen
en la edición, no existiendo en este caso emisiones distintas, o puede figurar sólo
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 47
licencia de impresión deja claro que Heuqueville pondría el suyo
en la mitad de los ejemplares y Soly en la otra mitad:
«le dit Heuqueville a ceddé et transporté à Michel Soly, ausi mar-chand
libraire, la moitié du dit Privilege pour en joucyr également
durandt le temps y contenu»78.
el nombre de un editor, lo que requiere tantas portadas distintas como editores
hayan financiado la edición, que es la misma para todos ellos. La variación puede
ser mínima o afectar a elementos esenciales de la portada. En el primer caso es
habitual que sólo varíe la línea o líneas finales de la portada, donde figura el
nombre del librero, con la dirección de su librería o sin ella. El resto de la portada
y los preliminares son iguales. Realizada la tirada concertada para un editor, se
cambia su nombre y las demás indicaciones propias, colocando en el molde las
correspondientes al otro editor, teniendo en cuenta el número de ejemplares que
cada uno financia». Moll, J. Op. cit., p. 58.
78. Bergeron, P. Op. cit., Histoire de la Première…, «Privilege du Roy».
Imagen 15. Histoire, Iean de
Heuqueville.
Imagen 16. Histoire, Michel Soly.
HISTOIRE
DE LA PREMI E RE
DESC OV VER TE ET S Conqudh: dC$Canarics-.
re dés l'an 1401. . par Mdlire (EA N D:&
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du Roy CHARLES V r.
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TRAICTE' DE LA NAVO' AlilON ET DES VOVA GES D '
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HISTOIRE
DE LA PREMIERE
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Conqudlc des Canarics.
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M. DC.-X X X •
.AVE.C PJ!lYILE..01, :VY J/.0
48 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
Soly había sido aprendiz de Heuqueville y se había casado con
una de sus hijas, relación familiar que habían trasladado al mundo
de los negocios, compartiendo un buen número de impresiones,
como las «Industries et moyens pour remedier aux maladies spiritue-lles
de l’Ame» del padre Claude Aquavive (1625) o «La Philosho-pie
des contemplatifs» de Sebastian Selins (1621).
Así pues, el misterio de las dos portadas con diferentes impre-sores
es fácil de resolver. Una vez que se completó la impresión
de los ejemplares que correspondían a Heuqueville, el impresor
se limitó a cambiar los datos del editor para continuar con el resto
de la tirada.
9 Conclusiones
Aunque existe una abundante bibliografía en torno al Canarien,
no es menos cierto que aún hay varios puntos oscuros pendientes
de aclarar o corregir, algunos de los cuales hemos estudiado en las
líneas que preceden y que ahora presentamos de forma resumida:
1º. El Canarien fue escrito entre los años 1405 y 1408, siendo
sus destinatarios originales los duques de Orleans, patronos de
Gadifer de la Salle. Desde luego, si Gadifer pretendía resolver a
su favor sus desavenencias con Bethencourt, sería contando con
el apoyo de Luis de Orleans, hermano del rey Carlos vi y uno de
los hombres más poderosos de Francia. Con su asesinato en 1407,
se esfumaba la posibilidad de obtener recompensa a sus casi tres
años en las islas Canarias.
2º. ¿Qué podemos decir del llamado manuscrito g, tal vez el
mismo que aparece en el inventario de los Orleans?
a. Sabemos que la decoración del manuscrito se debe a dos
decoradores diferentes, el llamado «Maitre de la Cité des Da-mes
» que se ocupa de la preciosa miniatura del folio 2r, y «a
Master of the Belles Heures», que se encarga de la marginalia
Unas cuantas cuestiones en torno al Canarien 49
y las letras iluminadas. Se trata de dos decoradores de pres-tigio,
que trabajaron en numerosos manuscritos iluminados
para la élite política francesa.
b. El Canarien de Gadifer no se construyó exclusivamente
sobre las «memorias» de Pierre Bontier y Jean Le Verrier.
Incorpora información del Libro del conoscimiento, algo que
ya se sabía, y de una carta náutica que bien pudiera ser obra
del cartógrafo mallorquín Meciá de Viladestes o de alguien
de su taller.
c. El manuscrito aparece por primera vez en el inventario de la
biblioteca de Felipe el Bueno, duque de Borgoña, confeccio-nado
en el año 1420, y continúa en manos de sus sucesores
hasta su desaparición de la Biblioteca Real de Bruselas entre
los años 1641 y 1683. No es probable que abandonara suelo
belga durante los doscientos años que estuvo desaparecido,
pues los implicados en su venta al British Museum en 1888
eran miembros de importantes familias aristocráticas asen-tadas
en la zona de Lieja, cuyos nombres fueron mal tran-scritos
por Margry en 1896 y aquí hemos corregido.
3º. Como es bien sabido, fue el manuscrito propiedad de la
familia Bethencourt el primero en pasar por la imprenta, en una
edición que presenta ciertas características que nos ha parecido
interesante conocer:
a. En manos de Pierre Bergeron, la edición superó las ambicio-nes
de la familia Bethencourt de contar con una crónica fa-miliar
de su miembro más destacado, convirtiéndose en una
auténtica gesta oceánica con la que pretendía estimular una
política colonial francesa similar a la que por aquel entonces
tenían españoles y portugueses.
b. Fue Bergeron quien decidió dividir la obra en dos partes,
en contra de los planes iniciales de la familia Bethencourt,
que había previsto un único volumen donde se recogerían
las hazañas de su antepasado. Bergeron dedicó la primera a
dar un repaso de los principales descubrimientos desde la
50 Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña
Antigüedad hasta su tiempo, prestando especial atención a
los que hubieran protagonizado los franceses, y la segunda a
glorificar la figura de Jean de Bethencourt, al que pone como
ejemplo a imitar por la nobleza francesa de su tiempo.
c. Se ha especulado sobre la posible existencia de dos ediciones
«bergeronianas» de la obra que habrían visto la luz en 1629
y 1630 respectivamente. En realidad, sólo hubo una única
edición, aunque la primera parte de la obra, el Traicté de la
navigation, se imprimió a finales de 1629, mientras que la
segunda, la Histoire de la premiere descouverte, lo hizo a prin-cipios
del siguiente año.
d. La edición contó con la colaboración de dos impresores de
confianza de Bergeron, los parisinos Jean Heuqueville y su
yerno Michel Soly, quienes se dividieron los gastos y bene-ficios
a partes iguales, lo cual explica que en algunos ejem-plares
de la obra aparezca Heuqueuille como impresor y en
otros conste Soly.
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