LAS FÁBULAS LITERARIAS DE TOMÁS DE
IRIARTE EN HOLANDÉS (1833)
MANUEL POGGIO CAPOTE*
LUIS REGUEIRA BENÍTEZ**
Fecha de recepción: 13 de noviembre de 2012
Fecha de aceptación: 21 de diciembre de 2012
Uno de los libros más célebres procedentes de un autor
canario es el compuesto por las Fábulas literarias de Tomás de
Iriarte (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1750-Madrid, 1791). La
primera edición de esta obra data de 1782 (Madrid: Imprenta
Real), y desde entonces hasta la actualidad han sido publicadas
innumerables ediciones, la mayoría de las cuales están recogidas
en distintos repertorios bibliográfi cos; las menos, en cambio, aún
permanecen dispersas en diferentes colecciones bibliotecarias,
pendientes aún de ser registradas. La bibliografía referente a
Iriarte, además, ha recogido traducciones de sus obras al inglés,
francés, portugués, italiano, alemán y sueco1. En aras de profun-
* Real Sociedad Cosmológica (Santa Cruz de La Palma). Correo electró-nico:
manuelpoggiocapote@gmail.com.
** El Museo Canario (Las Palmas de Gran Canaria). Correo electrónico:
lregueira@elmuseocanarioom.com.
1. Véase especialmente: AGUILAR PIÑAL, Francisco. Bibliografía de autores
españoles del siglo XVIII. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científi cas,
1981-2002; CAMARENA ORMEÑO, Julio. «Colecciones bibliográfi cas particulares:
fabulistas españoles de D. Julio Camarena». Bibliografía hispánica, año 4, n.
10 (oct. 1945)-año 6, n. 7 (jul. 1947); MILLARES CARLO, Agustín; HERNÁNDEZ
SUÁREZ, Manuel. Biobibliografía de escritores canarios: (siglos XVI, XVII y XVIII).
Con la colaboración de Antonio Vizcaya Carpenter y Agustín Millares Sall.
Las Palmas de Gran Canaria: El Museo Canario: Cabildo Insular de Gran
Canaria, 1975-1993, v. IV, pp. 119-335; PALAU DULCET, Antonio. Manual
Cartas diferentes. Revista canaria de patrimonio documental, n. 8 (2012), pp. 253-261.
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dizar en la proyección europea del escritor canario, así como
en la necesidad de ampliar su fortuna editorial, se proporciona
noticia de una nueva edición traducida de las Fábulas literarias:
una versión en holandés impresa en Ámsterdam en 1833.
Actualmente se considera que las Fábulas literarias son un
clásico de la literatura infantil, pero originalmente el propio
Iriarte no tuvo la intención de dirigirse a este público, pues
él mismo aseguraba que se dirigía a adultos interesados en la
literatura y a jóvenes que quisieran conocer la métrica castella-na,
objetivos que se cumplieron durante el tiempo que la obra
fue utilizada como texto didáctico en la educación secundaria
del siglo XIX. Sin embargo, a lo largo de aquella centuria la
obra también fue insertándose paulatinamente entre los ins-trumentos
pedagógicos de la primera enseñanza, por lo que la
importancia de su valor literario y sus consejos para escritores
se fueron sustituyendo por una mayor atención a sus aspectos
morales y por un énfasis en su capacidad de entretenimiento2.
Al enorme potencial instructivo de estas fábulas, útiles para
conocer la estructura de la poesía castellana y efi caces a la hora
de destacar los defectos y virtudes de los escritores, se unió
del librero hispanoamericano: bibliografía general española e hispanoamericana
desde la invención de la imprenta hasta nuestros tiempos con el valor comercial
de los impresos descritos. 2ª ed. corr. y aum. por el autor. Barcelona: Librería
Anticuaria de A. Palau, 1948-1977, v. 7, pp. 105-109; POGGIO CAPOTE, Manuel.
«Las ediciones en portugués de las “Fábulas literarias” de Tomás de Iriarte».
El Museo Canario, n. 57 (2002), pp. 279-298; POGGIO CAPOTE, Manuel. «Una
edición del “Compendio de la historia de España” de Tomás de Iriarte en
sueco (1820)». El Museo Canario, v. 58 (2003), pp. 265-274; POGGIO CAPOTE,
Manuel; REGUEIRA BENÍTEZ, Luis. «Nuevos datos bibliográfi cos sobre algunas
de las primeras ediciones de las “Fábulas literarias” (1792-1830) de Tomás
de Iriarte». Cartas diferentes: revista canaria de patrimonio documental, n. 3
(2007), pp. 17-84.
2. IMPARATO-PRIEUR, Sylvie. «Las “Fábulas literarias” de Iriarte: ¿un clásico
reactualizado de la literatura infantil?». En: ASTIGARRAGA GOENAGA, J.; LÓPEZ-CORDÓN
CORTEZO, M.V.; URQUIA ECHAVE, J. María. Ilustración, ilustraciones.
San Sebastián: Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País; [Madrid]:
Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2009, v. 2, pp. 811-830.
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entonces el éxito como lectura infantil, tal vez más superfi cial
y propia del género fabulístico más próximo al cuento. Se ex-plica
así, por tanto, la inusitada difusión de que gozó la obra
dentro y fuera de España.
El traductor de las fábulas de Iriarte al idioma holandés para
esta edición fue Johannes Jacobus Abbink, nacido en Ámster-dam
el 28 de julio de 1802 y muerto en la misma ciudad el
26 de diciembre de 1870. Sabemos de diversas obras escritas
originalmente en inglés que fueron vertidas al holandés por
Abbink, pero aparte de estas fábulas no se conoce ninguna otra
publicación que relacione al traductor con la lengua de Iriarte.
Este dato nos induce a concluir que la versión holandesa tuvo
que hacerse sobre alguna de las ediciones británicas que circu-laron
en su tiempo, y por tanto el trabajo de Abbink hubo de
basarse en el de John Belfour, único traductor, que sepamos,
que editó las fábulas en inglés antes de 18333. Podemos colegir,
incluso, que la edición sobre la que trabajó el holandés fue la
publicada en Londres en 1804, pues está citada, junto a otras
traducciones de la obra a idiomas europeos, en el prólogo que
Abbink redacta para esta nueva impresión.
En el citado prólogo, que lleva el título de «Aan de Lezer»
(Al lector), Abbink asegura que son los españoles los únicos que
pueden presumir de tener unas fábulas dedicadas a la literatura
y a los literatos, por lo que su traducción neerlandesa busca
rendir un servicio a sus compatriotas. Continúa el traductor
declarando desconocer todos los datos vitales de Tomás de Iriarte
salvo su asignación al siglo XVIII, y ni siquiera reseña la relación
de parentesco con su tío Juan de Iriarte, al que incluso cita el
holandés para prevenir cualquier confusión de identidades. Se
repasan a continuación las obras del fabulista de las que Abbink
tiene noticias, que no son más que las Lecciones instructivas sobre
3. En Londres se publicaron las fábulas, traducidas al inglés por John
Belfour, al menos en dos ocasiones: en 1804 y en 1806. Más tarde circularon
versiones fi rmadas por otros traductores, pero todas son posteriores a la edición
holandesa de Abbink. MILLARES CARLO; HERNÁNDEZ SUÁREZ. Op. cit., pp. 220-221.
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la historia y la geografía, el poema La música y su traducción
de El nuevo Robinson de Campe, dejando atrás la mayor parte
de la producción libraria del autor portuense. Más acertado
está al considerar que las Fábulas literarias conforman su obra
más famosa, dato que constata citando las lenguas europeas a
las que ha sido traducida y sus respectivos traductores4.
Concluye Johannes J. Abbink explicando la ausencia de
tres fábulas póstumas que conoce por una edición en español
publicada en 1825 por la librería parisina de H. Seguin. Estas
tres fábulas, primeras de las nueve que acabarían añadiéndose
a la colección original, fueron haciéndose habituales en las
ediciones hispanas desde su primera inclusión en 1792 (Ma-drid:
Imprenta Real)5, no así en la mayoría de las traducciones,
aunque en la fecha de la impresión de Ámsterdam no hay ya
motivos para considerarlas ajenas al cuerpo de la obra. No
obstante, en esta ocasión se excusa su inclusión alegando que
la primera de ellas, «El ricacho metido a arquitecto», trata el
mismo tema que la fábula XXXIX, «El retrato de golilla», pues
ambas critican el uso de palabras anticuadas por escritores
que quieren presumir de cultos; la segunda, «El médico, el
enfermo y la enfermedad», se omite por tratar de la medicina
y no de la literatura; y la tercera de las póstumas, «El canario
y el grajo», única fábula de toda la obra escrita en prosa, se
obvia con el argumento de que no pertenece a Iriarte, sino
4. Se refi ere concretamente a la versión alemana de J. Bertuch (Leipzig,
1788); la inglesa de Belfour (Londres, 1804); la francesa de J.B. Lanos (París,
1805, edición desconocida por nosotros, aunque tal vez sea un error de Abbink
y se refi era a la de 1801, cuya portada está fechada según el calendario
republicano francés, i.e. «An. IX»); y la italiana de Filippo Irenico (Florencia,
1814). Huelga decir que la relación de traducciones es incompleta, pues se
omiten versiones en estas lenguas que fueron estampadas antes que las citadas
en el texto. Sirve la relación, sin embargo, para dar a los lectores holandeses
un panorama de la importancia de la obra, pues, añadiendo a la lista la lengua
portuguesa, se presta para componer un mapa de la disponibilidad de las
Fábulas para los lectores de toda Europa.
5. Las otras seis habrían de esperar hasta la edición de la «Biblioteca de
autores españoles» de Leopoldo A. Cueto, en 1871.
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que «es el resultado de un libelo fallido, escrito por alguie n que
envidiaba la fama del poeta». No parece que así fuera, y de
hecho no hemos hallado ninguna interpretación autorizada que
sostenga tal cosa. Esta última fábula parece referirse, por el
contrario, a las envidias que hubo de suscitar la famosa carta
de alabanza que Iriarte recibió de Metastasio cuando publicó
el poema didáctico La música. El italiano Pietro Metastasio,
a quien identifi camos con el «ruiseñor extranjero, generalmen-te
acreditado» que aparece en la fábula, fue uno de los más
reputados poetas y libretistas de ópera de la Europa de su
tiempo, y sus palabras en favor del poema musicológico del
isleño (identifi cado en la fábula con el «canario diestro en el
canto» por razones obvias) no habrían de gustar en una corte
repleta de «grajos» envidiosos de los que siempre recelaron
los Iriarte.
Volviendo a J.J. Abbink en su labor de traductor, vemos que
publicó en holandés obras como Zanoni, de Edward Bulwer-
Lytton; Cielo y tierra, de lord Byron; o Helen, de Maria Edgewor-th,
así como un manual para capitanes que viajaran a puertos
de Rusia, cuyo autor y lengua original desconocemos. Sin em-bargo,
su producción bibliográfi ca no se limitó a la traducción
de libros ajenos, pues a su pluma debemos casi una decena de
obras más. Entre ellas encontramos algunas publicaciones sobre
derecho marítimo y sobre historia de la navegación, pero la
mayor parte de su producción corresponde a obras literarias,
con frecuencia dedicadas a exaltar sentimientos patrióticos,
como la biografía de Guillermo II, la bienvenida a Guillermo
III o el poema Amsterdam en Oranje. Sobre su vida como autor
podemos destacar dos curiosidades: la primera es el hecho de
que utilizara en su juventud el pseudónimo Ceratinus, con el
que fi rmó su drama lírico W. van Teisterkoord, editado por él
mismo en la temprana fecha de 1824 y con su nombre real
fi gurando en el pie de imprenta. La segunda curiosidad, que
nos interesa más por su relación con la obra de Iriarte de la
que estamos tratando, es que Abbink llegó a publicar un vo-
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lumen de fábulas y cuentos propios, en este caso dedicados a
la actividad política6.
Johannes Abbink había comenzado su vida profesional dedicado
al negocio de la impresión y edición de libros en Ámsterdam7,
actividad que mantuvo al menos entre 1823 y 1825, asociado
en algunas ocasiones con G.H. Arens. A esta época pertenece la
citada obra que fi rmó como Ceratinus, así como un ensayo sobre
el devenir de Europa (sin fi rma), una obra sobre la candente
polémica del uso de vacunas, Las cartas de Memmius a Cicerón
de Voltaire y algunas publicaciones periódicas sobre crítica y
actualidad literaria. En esta faceta de su vida destaca la edición
de una versión en holandés de La vida de Lazarillo de Tormes,
atribuida aquí a Diego Hurtado de Mendoza y traducida por
Johannes Pieter Arend.
No obstante, la traducción de las Fábulas iriartenses se editó
en 1833, fecha muy alejada de la etapa impresora de Abbink,
por lo que en esta ocasión el encargado de estampar sus páginas
fue Gerrit Portielje. Nacido en Ámsterdam en 1789 y muerto en
1860, Portielje fue librero e impresor con negocio propio desde
1810, aunque antes había aprendido el ofi cio con Johannes van
der Hey, en cuyo establecimiento trabajó desde los 12 años8. La
impresión de libros parece iniciarse en su taller en 1821, pero a
partir de ese momento la actividad fue muy intensa, ganándo-se
buena fama, sobre todo, gracias a los grabados bíblicos que
acompañaban a una publicación periódica de carácter religioso
de la que era responsable. De hecho, la importancia que daba a
las ilustraciones explica el que su hijo Jan Portielje (1829-1908)
se dedicara al arte pictórico, llegando a destacar en la escena
6. ABBINK, J[ohannes] J[acobus]. Proeve van staat-en staathuishoudkundige
fabelen en vertelsels. Amsterdam: Weytingh & Van der Haart, 1848.
7. FREDERIKS, J.G.; BRANDEN, F.J. van den. Biographisch Woordenboek der
Noord- en Zuidnederlandsche Letterkunde. Amsterdam: L.J. Veen, 1888-1891,
v. I, p. 3.
8. MOLHUYSEN, P.C.; BLOK, P.J. Nieuw Nederlandsch Biografi sch Woordenboek.
Leiden: A.W. Sijthoff’s Uitgevers-Maatschappij, 1911-1937, v. 4, pp. 1091-1092.
LAS FÁBULAS LITERARIAS DE TOMÁS DE IRIARTE EN HOLANDÉS (1833) 259
internacional. Nuestras fábulas, no obstante, carecen en esta
ocasión de apoyo gráfi co.
El hallazgo de esta edición en varias bibliotecas de los Paí-ses
Bajos no hace más que refrendar la certidumbre de que
las Fábulas literarias de Tomás de Iriarte gozaron de una fama
extraordinaria, extendida no sólo por el mundo hispano sino
también por todo el ámbito europeo, con traducciones en diversas
lenguas del viejo continente. Por otro lado, el mismo hallazgo
constata también el hecho de que la obra carezca aún de un
catálogo defi nitivo de ediciones, pues esta impresión holandesa,
que ha pasado desapercibida hasta hoy para los bibliógrafos
del fabulista, viene a sumarse a otras españolas identifi cadas
recientemente9, y no es descabellado en absoluto pensar que
la obra cuenta aún con numerosas ediciones pendientes de ser
descubiertas10.
La descripción analítica de esta edición neerlandesa decimo-nónica
es como sigue:
Letterkundige / fabelen / van / Don Thomas de Yriarte. /
(fi lete) / uit het Spaansch / door / J. J. Abbink. / (viñeta) / Te
Amsterdam, bij / G. Portielje. / 1833.
8º (15 cm.); I-VI, IX-XII, 92 p.
9. POGGIO CAPOTE; REGUEIRA BENÍTEZ. Op. cit.
10. Como ejemplo de lo que queda por conocer de las ediciones de esta
obra podemos citar el caso de una tirada artística con texto e ilustración de
la fábula Las dos cabras realizada por Alfred Pohl (Essen, 1922) y rotulada
como propia de Tomás de Iriarte, aunque en realidad es una obra de Esopo;
dicha edición es un trabajo xilográfi co fechado en 1974, durante la estancia en
Bogotá del citado creador germano, quien durante su residencia en Colombia
ejecutó también una edición de las fábulas El cocodrilo y el perro de Félix María
de Samaniego (1745-1801) y El ciempiés de Rudolf Otto Wiemer (1905-1998).
Como se dijo, la fábula Las dos cabras de Esopo, atribuida erróneamente a
Iriarte, se encuentra encabezada por el siguiente texto: «Tomás de Iriarte / Die
zwei ziegen», siendo el pie de imprenta como sigue: «Original holzschnitt von
Alfred Pohl (Bogota) / zu einer Fabel aus den “Fabulas literarias” des Tomás
de Iriarte (1750-1791). / Signiert mit signierstempel. Beilage zu Illustration
63, Heft 1 /1974».
260 MANUEL POGGIO CAPOTE y LUIS REGUEIRA BENÍTEZ
Cub. Editorial (al inicio, en una orla: Letterkundige / fabelen /
van / Don Thomas de Yriarte; al fi nal, en una orla, una viñeta). – H.
en bl. – Antep. – V. en bl. – Port. – V.: (fi lete) / Gedrukt bij G. A.
Spin. – Advertencia del traductor. – Sumario. – Texto.
AMSTERDAM. Koninklijke Bibliotheek, 489 E 2.
AMSTERDAM. Universiteit van Amsterdam, Centrale Bibliotheek,
UBM: 1077 C 4 (3).
DEVENTER. Stadsarchief en Athenaeumbibliotheek /Saxion Biblio-theek,
7 L 31.
HAARLEM. Bibliotheek Zuidkennemerland, OBBC 80 A 5.
LEEUWARDEN. Tresoar, Fries Historisch en Letterkundig Centrum,
2867 TL.
LEIDEN. Bibliotheek Universiteit Leiden, 1205 H 35.
Para concluir sólo resta subrayar, una vez más, la relevancia de
este libro de Iriarte, posiblemente uno de los títulos más divulga-dos
de la literatura española del siglo XVIII. Las más de doscientas
ediciones que han visto la luz desde 1782 o las traducciones a
diferentes lenguas europeas, como es ésta que reseñamos en las
presentes líneas, así perecen rubricarlo11.
11. Agradecemos a Jozef van Minsel (cónsul de Bélgica en Canarias), John
Telting, Ángel Sáenz Pinto, Raquel López Galván, Víctor J. Hernández Correa
y José Pablo Vergara Sánchez la colaboración prestada en la elaboración de
este artículo.
LAS FÁBULAS LITERARIAS DE TOMÁS DE IRIARTE EN HOLANDÉS (1833) 261
Letterkundige fabelen. Koninklijke Bibliotheek / Google Books.