EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTO DE
CABRAS [1894]
DE JOSÉ MIRANDA NARANJO
ROSARIO CERDEÑA RUIZ*
Fecha de recepción: 24 de junio de 2006
Resumen: Se presenta el estudio de un manuscrito de 1894 en el que se describe el
origen y evolución de Puerto de Cabras, hoy Puerto del Rosario. Se aportan datos bio-gráficos
del autor del texto, José Miranda Naranjo, así como un breve estudio de su ma-nuscrito
y una comparación del mismo con otras descripciones decimonónicas de Puer-to
de Cabras.
Palabras clave: Puerto de Cabras, siglo XIX, Tetir, descripción histórica, José Miranda
Naranjo.
Abstract: A study of a manuscript from 1894 in which the origin and evolution of
Puerto Cabras, currently Puerto del Rosario, is described. It includes biographic infor-mation
about the author, José Miranda Naranjo, together with a brief study of its ma-nuscript
and a comparison with other descriptions of Puerto Cabras from the 19th
century.
Key words: Puerto de Cabras, 19th century, Tetir, historical description, José Miranda
Naranjo.
1 INTRODUCCIÓN
El objeto de este artículo es dar a conocer un manuscrito de
1894 en el que se narra el origen y evolución de Puerto de Ca-
Cartas diferentes. Revista canaria de patrimonio documental, n. 3 (2007), pp. 85-107.
* Archivo General de Fuerteventura. Correo electrónico: rcerdena@cabil-dofuer.
es.
86
bras. Es un texto inédito que se conservaba en Lanzarote y nos
fue facilitado por Félix Hormiga, a quien expresamos nuestro
agradecimiento.
El autor del manuscrito es José Miranda Naranjo, escritor que
nos era totalmente desconocido, por lo que hemos intentando
acercarnos a su biografía. Para ello hemos acudido al archivo pa-rroquial
de Tetir, puesto que el único dato con que contábamos
inicialmente, aportado por el propio manuscrito, era que había si-do
maestro en este pueblo. La localización de algunos datos so-bre
el autor y la información aportada por su propio texto nos
han permitido estructurar el trabajo en varios apartados, en los
que trataremos de aproximarnos a la personalidad de Miranda
Naranjo, analizar el texto que nos ha legado sobre el origen y
evolución de la actual capital majorera y realizar una somera
comparación entre su texto y los de otros autores decimonónicos
que también se ocuparon de describir Puerto de Cabras, como
los viajeros J. Hart y Olivia Stone, los historiadores Francisco Ma-ría
de León y José Agustín Álvarez Rixo, y Ramón Fernández
Castañeyra, erudito local contemporáneo y amigo personal de
Miranda Naranjo, que también nos legó una interesante crónica
sobre el origen y evolución del lugar. Finalmente, dedicamos un
apartado a la transcripción literal del texto.
Muchos de los temas tratados en el manuscrito que nos ocu-pa
han sido objeto de recientes estudios de investigación, que
han clarificado la génesis y evolución de Puerto de Cabras, hoy
Puerto del Rosario. Hemos consultado los que han estado a nues-tro
alcance y a ellos hacemos referencia en las notas a pie de pá-gina
y en la bibliografía que incluimos en el último capítulo de
este artículo, por considerarlos de suma importancia para el lec-tor
interesado en conocer el devenir histórico de la actual capital
de Fuerteventura.
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
87
2 DATOS BIOGRÁFICOS DE JOSÉ MIRANDA NARANJO
José Miranda Naranjo nació en la villa de Teror (Gran Cana-ria)
el 20 de marzo de 1849. Sus padres fueron José Miranda
Suárez y Josefa Naranjo Miranda, naturales del mismo pueblo, así
como sus abuelos maternos y paternos, que fueron, respectiva-mente,
José Miranda, María Manuela Suárez, Antonio Naranjo y
Teresa Miranda1.
Aunque carecemos de datos al respecto, es probable que Mi-randa
Naranjo cursara sus estudios en Las Palmas y, una vez fi-nalizados
estos, se trasladara a Fuerteventura por razones labora-les.
Nos consta que desde el año 1868 y al menos hasta 1909
residió en Tetir, donde desempeñó los empleos de secretario del
juzgado municipal, notario eclesiástico y profesor de instrucción
primaria. Llegó al pueblo muy joven, a los veinte años de edad,
y seis años más tarde, el 18 de abril de 1875, contrajo matrimo-nio
con Felipa Berriel Ocampo, de 48 años, hija de Juan Berriel y
Sebastiana Ocampo, una de las familias más acomodadas del lu-gar.
Este matrimonio determinó su establecimiento en Tetir de
modo permanente y su introducción en la clase burguesa local,
cuyas preocupaciones, luchas y desvelos hizo suyos, tal como se
desprende de su manuscrito. Asimismo, se relacionó con la bur-guesía
de Puerto de Cabras, con la que sostuvo algunos enfrenta-mientos
al posicionarse del lado de Tetir en cuestiones como el
pleito de límites que mantuvo este pueblo con el de Puerto de
Cabras en las últimas décadas del XIX, aunque a la postre com-partió
con los burgueses capitalinos inquietudes e intereses y tra-bó
amistad con su máximo representante, Ramón Fernández
Castañeyra, como veremos más adelante.
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
1. Los datos biográficos de José Miranda Naranjo que aportamos se en-cuentran
en el Archivo Parroquial de Tetir (APT): Libro 4º de matrimonios, f.
39r-v (sig. 11) y Expediente matrimonial de José Miranda Naranjo y Felipa Be-rriel
(sig. 24-2).
88
El 21 de septiembre de 1909 falleció Felipa Berriel Ocampo2,
a los 84 años de edad. En esa fecha José Miranda Naranjo ejercía
como notario eclesiástico y profesor de instrucción primaria en
Tetir. Posteriormente, el 13 de abril de 1913, se casó en segundas
nupcias con Consuelo Cardón, natural de Las Palmas de Gran
Canaria3, ciudad a la que probablemente se trasladó nuestro au-tor,
pues a partir de entonces no hemos podido encontrar noti-cias
sobre él en el archivo parroquial de Tetir.
No disponemos de más referencias que nos permitan conocer
la formación, personalidad y pensamiento de José Miranda. En el
texto que escribió afloran, aunque vagamente, sus creencias reli-giosas
e ideas políticas. Con respecto a las primeras, observamos
cómo nuestro autor, al referirse a las veladas literarias que se ce-lebraban
en Puerto de Cabras, en una de las cuales se disponía a
participar, aconsejaba que fueran «siempre inspiradas en los prin-cipios
de la Religión de Cristo y la moral, fuente de todo verdadero
progreso, de paz, de ventura y de bienandanza». Más adelante,
cuando alude a los esfuerzos de Ramón F. Castañeyra por conse-guir
una parroquia para Puerto de Cabras, vuelve a evidenciar su
pensamiento religioso al señalar «respetando vuestras católicas cre-encias,
que son las suyas propias, respetando la Religión en que na-cisteis
y queréis morir, lo mismo que él, incansable ha trabajado mu-cho
tiempo há por conseguiros parroquia, [...] y también porque
tengáis celoso sacerdote [...] que os instruya en vuestros deberes re-ligiosos
y en los medios de cumplirlos, y que os administre los santos
sacramentos, fruto inestimable de la Sangre preciosa de nuestro Re-dentor
Jesús».
En lo que respecta a su ideología política, aparece en el ma-nuscrito
una breve aseveración que evidencia su talante conser-vador,
pues al mencionar al gobierno liberal dice: «las exorbitan-tes
exacciones de pechas y alcabalas con que hoy los gobiernos
liberales a la moderna nos esquilman, consumen y aniquilan».
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
2. APT, Libro 5º de defunciones, f. 34r (sig. 14).
3. APT, Libro 4º de matrimonios, f. 39r-v (sig. 11).
89
Aunque carecemos de más datos sobre nuestro autor, resulta
claro que su propia formación, los empleos que desempeñó y su
ventajoso matrimonio le permitieron hacerse con un papel des-tacado
en la sociedad majorera de su tiempo. Muestras de ello
son los diferentes cargos que ocupó en Tetir, su participación en
las veladas literarias que organizaba la burguesía de Puerto de
Cabras en las últimas décadas del XIX y el texto que redactó pa-ra
intervenir en una de ellas.
3 EL TEXTO DE JOSÉ MIRANDA NARANJO
3.1 CARACTERÍSTICAS FORMALES DEL MANUSCRITO
El texto de Miranda Naranjo es un manuscrito de seis hojas de
22 x 16 cm., cosidas con hilo, componiendo un libreto de for-mato
vertical, de doce páginas numeradas, más una portadilla a
modo de cubierta donde figura, centrado en la parte superior, el
título: Fuerteventura. Bosquejo histórico de Puerto de Cabras 1894
y una contracubierta en blanco. La caja del texto tiene 20 x 15
cm. En la parte superior izquierda de la primera página, se ob-serva
un sello impreso, muy borroso, en el que sólo se puede le-er:
«[ilegible] H. S. José Miranda Naranjo. Profesor [ilegible] Te-tir
». Al final de la última página está la firma el autor, con nombre
completo y rúbrica, y la fecha: «Octubre 8 de 1894», que debe de
corresponder al día en que el autor leyó el texto durante una ve-lada
literaria celebrada en Puerto de Cabras.
En la estructura del manuscrito se distinguen varias partes.
Comienza con una introducción en la que el autor explica el ob-jeto
del mismo y las circunstancias que lo han originado; conti-núa
con una descripción del origen y evolución de Puerto de Ca-bras;
sigue con una semblanza y elogio de la personalidad y
quehacer de Ramón Fernández Castañeyra; procede luego a pro-nosticar,
en unos pocos párrafos, el futuro de Puerto de Cabras; y
finaliza expresando su deseo de que este pueblo recuerde siem-
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
90
pre con afecto a su entonces alcalde, Ramón Fernández Casta-ñeyra,
y transmita su memoria.
3.2 ASUNTOS TRATADOS EN EL TEXTO DE MIRANDA NARANJO
Desde el punto de vista histórico, los principales temas trata-dos
en el texto son el conflicto de límites entre los ayuntamien-tos
de Puerto de Cabras y Tetir, el origen y evolución de Puerto
de Cabras —que además constituye el objeto principal del tex-to—
y las referencias a la personalidad del entonces alcalde de es-te
municipio, Ramón Fernández Castañeyra. A ellos hay que aña-dir
otras referencias curiosas y las predicciones que hace el autor
sobre el futuro de Puerto de Cabras.
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
91
3.2.1 EL CONFLICTO DE LÍMITES ENTRE LOS MUNICIPIOS DE PUERTO
DE CABRAS Y TETIR
En la parte introductoria del manuscrito, nuestro autor narra
su intervención en una de las veladas literarias que entonces se
celebraban en Puerto de Cabras, a la que había sido invitado y
para cuya finalidad redactó el texto que comentamos. Dicha ve-lada
se celebraba al día siguiente de la inauguración del muelle
municipal, ocurrida el 7 de octubre de 18944, y con toda proba-bilidad
ocupó la sede de la sociedad de fomento «El Porvenir»,
creada el 28 de marzo de 18945.
La presencia de Miranda Naranjo en dicho acto, según él mis-mo
relata, era «extraña y novedosa» y se debía a una invitación
cursada por el presidente de la referida sociedad, como conse-cuencia
de «las paces» ajustadas por los representantes de los pue-blos
de Tetir y Puerto de Cabras el 25 de julio de 1894. Se de-duce
del texto que tales paces —que el autor reputaba de «útiles,
duraderas y de felices consecuencias»— debían poner fin al pleito
de límites que los ayuntamientos de ambos pueblos sostuvieron
de manera abierta desde 1876 hasta 1899, aunque las tensiones
entre ellos por la cuestión de la división territorial se vinieran
manteniendo prácticamente desde 1835, fecha en que se creó el
municipio de Puerto de Cabras, y se prolongaron hasta 1925,
cuando el municipio de Tetir se fusionó con aquel. En tan dilata-do
periodo de enfrentamiento entre ambos pueblos, se alterna-ron
etapas de mayor virulencia con otras de calma y tensión la-tente.
Esta confrontación por la demarcación territorial de ambos
municipios ha sido estudiada por el historiador Francisco Cerde-
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
4. CERDEÑA ARMAS, Francisco J. «Estudio histórico: de los siglos pasados a
la guerra civil de 1936». En: Puerto de Cabras-Puerto del Rosario, una ciudad jo-ven,
1795-1995. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura; Ayuntamiento
de Puerto del Rosario, 1995, p. 108.
5. IBIDEM, p. 103.
92
ña Armas, a quien remitimos al lector interesado6, por lo que só-lo
nos detendremos brevemente en el episodio del pleito aludi-do
por el autor del manuscrito que nos ocupa.
Pese a que desde el año 1836 los municipios de Tetir y Puer-to
de Cabras habían acordado la línea divisoria de sus respetivas
demarcaciones territoriales7, en 1876 este último ayuntamiento
se propuso ampliar su territorio por el lado oeste, a costa del te-rritorio
de Tetir. Con tal finalidad inició expediente administrati-vo
para rectificar el límite de poniente con Tetir y obtuvo apro-bación
de la superioridad en 1884. Esta decisión fue recurrida
por el Ayuntamiento de Tetir, que logró que la Diputación Pro-vincial
denegase la rectificación de límites anteriormente apro-bada.
Pero Puerto de Cabras volvió a presentar recurso y obtuvo
resolución de la superioridad a su favor el 30 de marzo de 1885.
Entre los meses de abril y noviembre de ese año, se practicó el
nuevo deslinde, que restaba una importante franja de territorio al
municipio de Tetir, concretamente los lugares de La Asomada,
Los Estancos, El Time, Guisguey y Rosa de Lagos, en favor de
Puerto de Cabras. La fuerte oposición ejercida por el municipio
de Tetir y algunos de sus vecinos determinó que el proceso de
deslinde se dilatara enormemente y que la toma de posesión de-finitiva
del nuevo territorio por parte de Puerto de Cabras sólo
se realizara en el mes de diciembre de 1890, después de que el
Gobierno Civil fallara a favor de este ayuntamiento en el litigio
que sostenían ambos municipios. Dicho fallo se producía el 9 de
diciembre de 1890 y muy pronto fue recurrido por un grupo de
vecinos de Tetir, que, actuando al amparo del Real Decreto de
agosto de 1889 de renovación de mojones, y al margen de su pro-pio
ayuntamiento, obtuvieron resolución a su favor el 26 de ene-ro
de 1897. Como consecuencia de ello, el ayuntamiento tetireño
tomó posesión de su antiguo territorio a comienzos del mes de
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
6. IDEM. «Demarcación territorial del municipio de Puerto de Cabras en el
XIX: un pleito de límites con Tetir». Tebeto: anuario del Archivo Histórico Insu-lar
de Fuerteventura, n. II (1989), pp. 105-127.
7. IBIDEM.
93
marzo de dicho año. Por su parte, el Ayuntamiento de Puerto de
Cabras aprobó el 3 de septiembre de 1899 el acta de entrega y po-sesión
a Tetir del terreno ocupado desde 1890, aunque mostró su
disconformidad con la situación y se reservó el derecho de conti-nuar
reclamando. Finalmente, en 1900 acordó abandonar definiti-vamente
la confrontación con Tetir por la cuestión de límites.
En síntesis, estos son los principales hitos de las «rivalidades
acérrimas» y la «lucha terrible y empeñada» —en palabras de Mi-randa
Naranjo— que enfrentaron a ambos vecindarios durante
años, aunque nuestro autor escribe su texto antes de que se ce-rrara
definitivamente el litigio y nos refiere un acuerdo de paz del
que no debió quedar constancia documental (o al menos no se
conserva o no se conoce), puesto que no aparece reseñado en los
estudios sobre el tema. Tal acuerdo se producía en 25 de julio de
1894, es decir, después de que el referido grupo de vecinos de Te-tir
recurriera la resolución favorable a Puerto de Cabras del 9 de
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
94
diciembre de 1890, durante los años en que Puerto de Cabras
emprendía las acciones tendentes a la plena posesión de su nue-vo
territorio, y antes de que se produjera la resolución de 1897
que lo devolvía a Tetir.
Eran momentos en que Tetir era claro perdedor en el conflic-to,
tal como refleja nuestro autor al señalar que a su pueblo
«siempre la fortuna le fué adversa», aunque en su defensa también
dice que «peleó bizarra y heroicamente hasta lo ultimo»; hasta que
—según sus palabras— «pensadas las cosas y sus consecuencias
maduramente» los representantes de ambos pueblos ajustaron las
paces el 25 de julio de 1894. Probablemente no fueran ajenas a
este acuerdo de paz la confluencia de intereses entre los burgue-ses
de ambos pueblos y la construcción del muelle comercial de
Puerto de Cabras, que significaba una puerta abierta para el co-mercio
de ambos distritos municipales y que ya era una realidad
en las fechas en que se firmaron las paces, aunque se inauguró al-go
más de dos meses después.
Estas circunstancias y las «paces ajustadas» debieron influir en
que Tetir pudiera tomar posesión de su antiguo territorio a co-mienzos
del mes de marzo de 1897, sin que Puerto de Cabras
ejerciera una fuerte oposición, y también en que finalmente este
ayuntamiento renunciara a continuar el litigio, como hemos se-ñalado
anteriormente. De todos modos, el asunto quedó zanjado
definitivamente en 1925 con la absorción del municipio de Tetir
por el de Puerto de Cabras.
3.2.2 DESCRIPCIÓN DE PUERTO DE CABRAS
Una vez concluida la introducción del texto, Miranda Naran-jo
anuncia que su «humilde trabajo literario» consiste en una re-capitulación
de las noticias que ha adquirido por referencias so-bre
el origen y progreso de Puerto de Cabras. Asimismo, señala
que su trabajo resultará trivial para algunos de sus oyentes, en
clara alusión a Ramón Fernández Castañeyra, que se había inte-resado
por el pasado del pueblo y había escrito una historia de
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
95
Puerto de Cabras en 1887, que probablemente conociera nues-tro
autor8.
En la descripción realizada por Miranda Naranjo, podemos di-ferenciar
dos partes, que se corresponden a su vez con dos ritmos
en la redacción. En la primera, el autor adopta un tono sereno y
narra de modo somero lo acontecido desde el origen del pueblo
hasta 1870. En estos párrafos, Miranda se basa probablemente en
referencias orales, pues él mismo nos dice que son noticias ad-quiridas
por referencias, y en la fecha en que escribe, 1894, aún
era posible obtener testimonios directos sobre las primeras déca-das
del siglo XIX y, por tanto, de los orígenes del pueblo. A partir
de 1870, la narración adopta un ritmo más apasionado, que con-tinúa
hasta el final del texto y que se corresponde con la parte en
que el autor cuenta hechos que ha conocido directamente.
En la primera parte, Miranda sitúa el origen de Puerto de Ca-bras
a comienzos de siglo XIX, pues nos dice claramente: «Ama-neció
[...] el presente siglo y con él nace Puerto de Cabras». Con
respecto al topónimo del pueblo, indica que deriva de Agua Ca-bras,
nombre con que se conocía un lugar de la costa en el que
había abrevaderos de agua dulce a marea vacía (a los que acudí-an
las cabras), próximos al puerto de desembarque que se deno-minó
Puerto de Cabras.
En relación con el asentamiento de pobladores, reseña como
primera vivienda la pequeña casa de María Estrada y su familia,
en torno a la que se fueron agrupando otras casas de pescadores.
En cuanto a la actividad económica que dio origen y determinó
el progreso del caserío, señala el comercio de la barrilla; asimis-mo
nos cuenta que a partir del año 1806 comenzaron a acudir
ingleses a la compra de este producto, que llegaron a pagar a 10
y 12 pesos el quintal. Esta actividad económica dio lugar a que
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
8. Ramón Fernández Castañeyra escribió una memoria sobre las costum-bres
de Fuerteventura por encargo de Juan Bethencourt Alfonso. Este trabajo
fue publicado por el Servicio de Publicaciones del Cabildo de Fuerteventura
en 1991, bajo el título de Memoria sobre las costumbres de Fuerteventura, cuya
edición, introducción y notas estuvieron a cargo de Francisco Navarro Artiles.
96
se fabricaran almacenes para depositar la barrilla destinada a la
exportación y al incremento poblacional del nuevo núcleo, que
—según nos cuenta— recibió un fuerte impulso entre 1812 y
1820, periodo en que surgió la primera ermita y en que aporta-ban
a la rada de Cabras buques baleares (denominados popular-mente
mallorquines) a embarcar barrilla y a desembarcar diversas
mercancías que se comerciaban en el incipiente caserío.
Tras la pérdida del comercio de la barrilla, debida —según Mi-randa—
más a su adulteración que a los avances químicos, Puer-to
de Cabras continuó progresando con el comercio de importa-ción
y exportación de los pueblos del norte de la Isla. Destaca
entre 1830 y 1870 la construcción de una nueva ermita que se
concluyó en 1850, mencionando a Marcial Domínguez9, natural
de Tetir, como impulsor de la obra; la creación del municipio en
1835 y la consiguiente independencia judicial, civil y administra-tiva
de Tetir, su pueblo matriz; la declaración de puerto habilita-do;
y el establecimiento en el pueblo de las autoridades de Mari-na
de toda la Isla.
Después de estas noticias comienza la segunda parte del tex-to,
en la que se describe lo acontecido entre 1870 y 1894, perio-do
histórico que el autor conoció directamente y narró —como
ya hemos señalado— con un tono más optimista, llegando inclu-so
a la exageración. Nos refiere que a partir de 1870 se produjo
una gran expansión del comercio, que extendió sus relaciones no
sólo a la Península y a las Antillas, sino también a Inglaterra, Fran-cia,
Alemania, Estados Unidos y repúblicas de América del Sur.
Además, vincula la historia de Puerto de Cabras de estos años a
la figura de Ramón Fernández Castañeyra, del que hace un apa-sionado
elogio. En este sentido, nos dice «que la historia de la una
es la historia del otro», que desde que el señor Castañeyra es al-
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
9. MILLARES CANTERO, Agustín. «Notas para un estudio sobre la burguesía
majorera en el tránsito del XIX al XX». Anuario del Centro Asociado de Las Pal-mas
(UNED), n. 5 (1979), p. 83.
97
calde del pueblo (en 1869) se han producido grandes ventajas y
también son «grandes y notorios» los esfuerzos que hace para la
prosperidad y bienestar del pueblo. Reseña como logros de Cas-tañeyra
el buen funcionamiento de la administración municipal,
que considera modelo para otros ayuntamientos de la Isla, del Ar-chipiélago
e incluso de la Península; la construcción del cemen-terio
católico; el trabajo que realizaba para conseguir la parro-quia,
que «hoy casi ya la teneis», aunque en realidad no se
consiguió hasta 1906; la dotación de sacerdote y de médico, que
ya se habían obtenido; la creación de una banda de música, que
llegaba a ser solicitada desde Arrecife para amenizar sus fiestas
patronales; el alumbrado público; y el muelle comercial, fruto de
las gestiones de Castañeyra ante el gobierno de la nación y la Di-putación
Provincial, además de sus costosos sacrificios personales
y los de otras personas significadas de la localidad10. El muelle fue
bendecido por el canónigo de la catedral de Canarias Bernardo
Cabrera Marrero el 7 de octubre de 1894, justo un día antes de
que Miranda Naranjo diera lectura al texto que nos ocupa en la
velada literaria a la que había sido invitado con toda probabilidad
por el Sr. Castañeyra.
3.2.3 PREDICCIONES PARA EL FUTURO DE PUERTO DE CABRAS
En los últimos párrafos del texto, Miranda, embriagado de op-timismo,
pregunta a sus oyentes «[¿] quereiz que temerario inva-da
el porvenir?», para continuar afirmando —con referencia al se-ñor
Castañeyra— que «propio de su carácter emprendedor y firme»
y «sus influencias políticas» es que «veais en no lejano día» amplia-da
la iglesia, las calles embaldosadas, alamedas, el telégrafo y ca-rreteras
que enlacen los pueblos de la Isla. «No lo creeis? Esperad
y el tiempo os dirá».
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
10. IBIDEM, p. 117; CERDEÑA ARMAS, Francisco J. «Estudio histórico...». Op.
cit., p. 107 y ss.
98
Finaliza el discurso pidiendo para todos sus oyentes vida para
ver realizados sus pronósticos, y a Puerto de Cabras que guarde
con cariño y transmita la memoria de su alcalde.
4 LA DESCRIPCIÓN DE MIRANDA NARANJO Y OTRAS DESCRIPCIONES
DECIMONÓNICAS DE PUERTO DE CABRAS
Si contrastamos el texto de Miranda Naranjo con otras des-cripciones,
historias, crónicas o relatos decimonónicos sobre el
origen y evolución de Puerto de Cabras, observamos que el mis-mo
no ofrece grandes novedades. Centrándonos en las concomi-tancias
entre el relato de nuestro autor y los de autores como J.
Hart11(1814), Álvarez Rixo12 (1819-1840), Francisco María de
León13 (1843), Ramón F. Castañeyra14 (1887) y Olivia M. Sto-ne15
(1894), percibimos múltiples coincidencias junto a ciertas
diferencias, pues todos ellos no presentan la misma extensión ni
abordan las mismas cuestiones (por corresponder a diferentes fe-chas)
ni responden al mismo conocimiento del lugar que descri-ben.
En este sentido, hemos de tener en cuenta que la mayor par-te
de estos relatos son el resultado de apreciaciones de viajeros o
cronistas ocasionales, constituyendo la única excepción el texto
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
11. EDDY,Mike y HORMIGA, Marcos. «Una visión de Puerto de Cabras a co-mienzos
del s. XIX». En: VII Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzaro-te.
Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura; Cabildo de Lanzarote, 1996,
v. II, pp. 549-566.
12. HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A. Sebastián. «Fuerteventura en un manuscri-to
de Álvarez Rixo». En: IV Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventu-ra.
Arrecife: Cabildo de Lanzarote; Cabildo de Fuerteventura, 1995, v. I, pp.
433-463.
13. MILLARES CANTERO, Agustín. Op. cit., p. 83, not. 11.
14. F[ERNÁNDEZ] CASTAÑEYRA, Ramón. Memoria sobre las costumbres de
Fuerteventura. Edición, introducción y notas de Francisco Navarro Artiles.
Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura, 1991.
15. STONE, Olivia M. Fuerteventura 1884. Edición, traducción y notas de
Marcos Hormiga. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura, 1995.
99
de Castañeyra —autor local, residente en el lugar que describe—
que, consiguientemente, es el que presenta más similitudes con
el relato de Miranda Naranjo.
Nuestro autor coincide con el texto escrito por Hart en las re-ferencias
al comercio, a la importancia de la barrilla y a la crea-ción
de la primera ermita16, que el inglés atribuye a su compa-triota
el señor Miller, que vivió en Puerto de Cabras desde la
primera década del XIX hasta su fallecimiento en 1854. El texto
de Hart se extiende más en aspectos generales de la Isla o en en-salzar
la figura del Sr. Miller que en detalles sobre el origen y evo-lución
de Puerto de Cabras. Lo mismo ocurre con otra viajera,
Olivia M. Stone, quien visitó el caserío en 1884 y nos legó algu-nas
pinceladas sobre su fisonomía, aunque más que en una des-cripción
detallada del pueblo centró su atención en aspectos ge-nerales
de la Isla, en las atenciones que recibió de sus anfitriones
y en los lugares en que se hospedó. No obstante, también aporta
datos sobre el aspecto de las casas, la amplitud de las calles, la se-quía,
la pobreza, etc. Además, coincidiendo con nuestro autor, re-seña
la actividad comercial, la existencia de almacenes y la crisis
de la barrilla.
Con la descripción de Francisco María de León comparte las
noticias sobre el comercio, la pesca, la importancia de la barrilla,
la construcción de almacenes, de la iglesia y la emancipación de
Tetir. Con la de Álvarez Rixo, las referencias a la importancia de
la barrilla, el comercio, la fábrica de almacenes, la mención de
María Estrada —una de las primeras pobladoras—, la presencia
de ingleses dedicados al comercio en el incipiente caserío, la
construcción de la iglesia —que Miranda Naranjo fecha entre
1812 y 1820—, la creación del ayuntamiento, la declaración de
puerto habilitado, la presencia de autoridades militares y de Ma-rina
y el progresivo aumento poblacional.
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
16. Sobre esta cuestión, véase: CERDEÑA ARMAS, Francisco J. «Noticias de la
construcción de la iglesia de Puerto del Rosario (Fuerteventura), 1812-1830».
En: III Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote. Puerto del Rosario:
Cabildo de Fuerteventura; Cabildo de Lanzarote, 1989, v. II, pp. 459-506.
100
Por último, con Castañeyra, además de con todo lo anterior,
concuerda con las noticias sobre la cronología del origen del pue-blo,
el origen del topónimo, el precio alcanzado por la barrilla en
la primera década del XIX, la crisis del comercio de este produc-to,
la ampliación de la iglesia (sobre la que Miranda precisa que
se produce entre los años treinta y cincuenta, destacando el im-pulso
dado por el tetireño Marcial Domínguez a la obra), el ce-menterio
y el asunto del conflicto de límites entre Tetir y Puerto
de Cabras. En este asunto, se extiende Miranda Naranjo,mientras
que Castañeyra lo cita únicamente en una nota a pie de página
de su descripción, en la que dice: «No son estos sus verdaderos lí-mites:
son únicamente los que en la actualidad posee». Sobre ello,
hemos de tener en cuenta que Castañeyra escribía en 1887,
cuando ambos pueblos estaban pleiteando por la demarcación
territorial y aún no se había resuelto el litigio ni se habían firma-do
las paces de que nos habla Miranda Naranjo.
Las mayores coincidencias se dan, como es natural, entre Mi-randa
Naranjo y Castañeyra, puesto que son dos autores locales,
contemporáneos, interesados por el conocimiento del lugar en
que viven e implicados en el acontecer de su tiempo.
La descripción de Castañeyra es más extensa, más detallada y
aporta noticias que no se encuentran en la de Miranda Naranjo.
J. Hart y Olivia M. Stone fueron viajeros o visitantes ocasionales
que nos dejaron interesantes apreciaciones sobre la realidad que
observaron, aunque de ninguna manera podían conocerla como
los anteriores, ni tampoco como Francisco María de León y Álva-rez
Rixo que, en su calidad de historiadores, procuraron infor-marse,
contribuyendo con importantes aportaciones.
En definitiva, el texto de Miranda Naranjo nos permite, por
una parte, corroborar y matizar lo expuesto en las crónicas deci-monónicas
y en estudios posteriores sobre el origen y evolución
de Puerto de Cabras; y, por otra, conocer el detalle del «acuerdo
de paz» alcanzado por los ayuntamientos de Tetir y Puerto de Ca-bras
durante el largo litigio que sostuvieron por la demarcación
de sus límites territoriales.
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
101
5 BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES
CERDEÑA ARMAS, Francisco J. «Demarcación territorial del muni-cipio
de Puerto de Cabras en el XIX: un pleito de límites con
Tetir». Tebeto: anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerte-ventura,
n. II (1989), pp. 105-127.
–—«Estudio histórico: de los siglos pasados a la Guerra Civil de
1936». En: Puerto Cabras–Puerto del Rosario: una ciudad joven,
1795-1995. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura:
Ayuntamiento de Puerto del Rosario, 1995, pp. 79-141.
–—«Noticias de la construcción de la iglesia de Puerto del Rosa-rio
(Fuerteventura), 1812-1830». En: III Jornadas de Estudios so-bre
Fuerteventura y Lanzarote. Puerto del Rosario: Cabildo de
Fuerteventura; Arrecife: Cabildo de Lanzarote, 1989, v. II, pp.
459-506.
EDDY, Mike y HORMIGA, Marcos. «Una visión de Puerto de Ca-bras
a comienzos del s. XIX». En: VII Jornadas de Estudios sobre
Fuerteventura y Lanzarote. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuer-teventura;
Arrecife: Cabildo de Lanzarote, 1996, v. II, pp. 549-
566.
FERNÁNDEZ CASTAÑEYRA, Ramón. Memoria sobre las costumbres
de Fuerteventura. Edición, introducción y notas de Francisco
Navarro Artiles. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura,
1991.
HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A. Sebastián. «Fuerteventura en un ma-nuscrito
de Álvarez Rixo». En: IV Jornadas de Estudios sobre
Lanzarote y Fuerteventura. Arrecife: Cabildo de Lanzarote;
Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura, 1995, v. I, pp.
433-463.
MARTÍNEZ ENCINAS,Vicente. «Puerto de Cabras, el nacimiento de
una capitalidad». La provincia (9, 12 y 14 de octubre de 1977).
MILLARES CANTERO, Agustín. «Notas para un estudio sobre la
burguesía majorera en el tránsito del XIX al XX». Anuario del
Centro Asociado de las Palmas (UNED), n. 5 (1979), pp. 75-139.
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
102
NAVARRO ARTILES, Francisco. «Puerto de Cabras (notas históri-cas)
». El eco de Canarias (7 de octubre de 1981).
STONE, Olivia M. Fuerteventura 1884. Edición, traducción y no-tas
de Marcos Hormiga. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerte-ventura,
1995.
6 EDICIÓN DE FUERTEVENTURA: BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTO
DE CABRAS
NOTA INICIAL
A continuación, se incluye la transcripción literal del texto de
nuestro autor; respetamos totalmente sus particularidades orto-gráficas
y gramaticales, desarrollando sólo las escasas abreviaturas
que utiliza, que son: pr ‘por’, pa ‘para’, qe. ‘que’, Sor. ‘señor’, Pto.
‘Puerto’, Dr. ‘Doctor’, Dn. ‘don’ y Octe. ‘octubre’.
EDICIÓN
Fuerteventura / Bosquejo histórico / de / Puerto de Cabras
/1894
(En el centro:) Señores:
Nuevo y extraño os parecerá, no lo dudo, el verme en este
puesto tomando parte en vuestras veladas literarias, que de algún
tiempo á esta parte venís practicando, las que son de muchísima
utilidad por varios motivos, que no me detengo en explanar; y
que vosotros lo comprendéis muy bien, pero teniendo sumo cui-dado
que vayan siempre inspiradas en los principios de la Reli-gión
de Cristo y la moral, fuente de todo verdadero progreso, de
paz, de ventura y de bienandanza. Y ¿cómo no pareceros extraña
en este lugar mi persona cuando á mi mismo me lo parece? Nun-ca
creí que este momento llegara, acaso ni en cercano ni en re-
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
103
moto día, dadas las rivalidades acérrimas que existían entre este
pueblo y el hoy mío, el de Tetir. Lucha terrible y empeñada en la
que por desgracia, este último pueblo, bajo cuyas banderas mili-taba
yo, siempre la fortuna le fué adversa. Pero, permitidme que
lo diga, mi pueblo de Tetir con todo, supo mantenerse firme, se
sostuvo por varios años en la lid y peleo bizarra y heroicamente
hasta lo último. Esto es, hasta el momento en que, pensadas las
cosas y sus consecuencias maduramente, por las personas que re-presentaban
los dos pueblos, Tetir y Puerto de Cabras, acordaron
ajustar las paces, que tuvieron efecto en un día memorable para
nosotros los españoles, día de nuestro patrón Santiago, 25 de ju-lio
de 1894. Paces que tengo para mi o mucho me engaño han de
ser útiles, duraderas y de felices trascendencias. Nacida de estas
paces fué la galante invitación que me hizo nuestro digno Presi-dente,
para tomar parte en esta velada, invitación que acepté.
Un tanto se me ha alargado, señores, esta introducción, pero
parecíame del caso hacerla, y la he hecho.
Paso ahora al objeto de mi humilde trabajo literario que será:
Una como recapitulación asaz breve y sencilla, de las noticias
que he adquirido por referencias, sobre el nacimiento y progreso
de Puerto de Cabras.
Para algunos de los que aquí están, será mi trabajo trivial y de
poca importancia. Pero aún para estos mismos no será enojoso su
recuerdo, y para otros será curioso y de instrucción histórica.
Amaneció el presente siglo XIX y con él la aurora de Puerto de
Cabras, cuyo nombre le viene de que en sus inmediaciones y a
baja marea, había según se cuenta, abrevaderos de agua dulce y á
ellos concurrían las cabras que apastaban en sus vecinas costas á
satisfacer la sed. Cuyo punto denominaban «agua de cabras» y de
aquí al puesto de desembarque que era la playa de este pueblo,
«Puerto de Cabras». Pues bien. Amaneció, digo, el presente siglo
y con él nace Puerto de Cabras, teniendo principio en una pe-queña
habitación ocupada por una mujer llamada Maria Estrada
y su familia, en torno de la cual se fueron agrupando otras, dedi-cadas
á la pesca, que escogieron este punto por la hermosa ense-
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
104
nada y buena playa que tenia y tiene, al abrigo de los vientos rei-nantes
del N.E.
En el año 6 sabedores los ingleses de la abundante producción
de esta isla, de la sosa o barrilla, concurren á este puerto para la
compra de la misma, llegando a pagarla al fabuloso precio de 10
y 12 pesos quintal, que después nos la devolvía la industria con-vertida
en las pobres y ricas vajillas y otros artefactos de nuestro
uso.
Con tales rendimientos, y sin las exorbitantes exacciones de
pechas y alcabalas con que hoy los gobiernos liberales a la mo-derna
nos esquilman, consumen y aniquilan, los pueblos limítro-fes
incluso Tetir á quien entonces pertenecía Puerto de Cabras,
avaros de tal bien, comenzaron á fabricar almacenes para deposi-tar
las barrillas y comerciar con ellas, con lo que cada día se au-mentaban
más los habitantes de Puerto de Cabras, tanto que, del
año 12 al año 20 toma gran impulso y tiene movimiento y vive
por sí. Nace por entonces la antigua ermita.
Por estos y sucesivos tiempos empiezan también á aportar á la
compra de las barrillas los buques balearenses conocidos más co-múnmente
con el nombre de mallorquines, por la capital de
aquellas islas, trayéndonos en cambio frutas pasadas, ropas y otras
mercancías, con la que especulaba Puerto de Cabras.
Lástima grande que ese producto de la barrilla que fue la cau-sa
de la formación y adelantamiento de este pueblo, y la riqueza
de esta isla haya decaído tanto y tanto, que casi ha desaparecido
por completo. Y tengo para mí que, no los descubrimientos quí-micos
fueron la causa en absoluto, sino también la adulteración
de materias extrañas que la avaricia é ignorancia maliciosa de
nuestros labradores añadía, viniendo por consiguiente forzoso el
demérito y desprecio de tal producto.
Pero Puerto de Cabras tiene medios de vivir por sí con su co-mercio
y embarque y desembarque de los pueblos del N. de la is-la,
y Puerto de Cabras no retrocede.
Llega el año de 30 y la antigua ermita es pequeña para los fie-les.
Se hace la nueva, que después de permanecer algunos años
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
105
sin concluir, se termina en los de 50, mereciendo honorífica men-ción
por su actividad en terminarla, el que pocos meses hace de-jó
de existir, Don Marcial Domínguez, á quien vosotros todos co-nocísteis.
Ya en el año de 35 considerándose Puerto de Cabras con ele-mentos
suficientes para sostener ayuntamiento por sí propio, ins-truye
expediente para ello, es aprobado, y en el siguiente de 36
se separa de Tetir, su pueblo matriz, en lo judicial, civil y admi-nistrativo,
á excepción de lo eclesiástico. Desde este tiempo Puer-to
de Cabras tiene más progreso y más lustre, siendo Puerto ha-bilitado,
y poseyendo las autoridades militares y de marina de la
isla toda.
Vienen por fin, los años de 1870 y siguientes hasta la fecha, y
entonces el comercio se ensancha, percibe otros horizontes, se
surte de primera mano, y extiende sus relaciones no solo á nues-tra
Península y á nuestras Antillas, sino á Inglaterra, Francia, Ale-mania,
Estados-Unidos del norte de América y Republicas de la
América del Sud, en una palabra a todo el mundo, y hoy es co-nocido
Puerto de Cabras aquende y allende de los mares.
Y qué diremos del gobierno interior de la población y adelan-tamiento
de la misma?
La historia de Puerto de Cabras está, desde esta época tan li-gada
á cierta personalidad, que la historia de la una es la historia
del otro, como está en la conciencia de todos. De modo que, fuer-za
es nombrarla por más que su modestia se hiera y resienta. Es-ta
personalidad es la de Don Ramón F. Castañeyra.
Pues bien. Desde que este señor rige, como Alcalde, á Puerto
de Cabras (1869) grandes y notorios han sido y son las ventajas
que este pueblo ha reportado, y grandes y notorios los esfuerzos
que cada día hace por su prosperidad y bienestar.
Empecemos por la misma administración municipal, la que
hoy día tiene y hace ya tiempo que es así, todas sus atenciones
solventadas, y al corriente todos sus trabajos. De manera, que
puede servir de modelo á todos los de la isla, á los del archipié-lago
todo. Qué digo? A los de la misma Península. Sigamos por la
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ...
106
higiene y ornato público, fuente de toda salud y prueba inequi-voca
de la delicadeza y celo del que le gobierna.
Véase además el cementerio católico indispensable á todo
pueblo cristiano y ahorro para vosotros de molestias y fatigas al
tener que trasladar los cadáveres al inmediato pueblo de Tetir.
Ahí teneis también el que, respetando vuestras católicas cre-encias,
que son las suyas propias, respetando la Religión en que
nacisteis y quereis morir, lo mismo que él, incansable ha trabaja-do
mucho tiempo há por conseguiros parroquia, que está en ví-as
de eso, y hoy casi ya la teneis, y también porque tengáis celo-so
sacerdote, como ya lo teneis, que os instruya en vuestros
deberes religiosos y en los medios de cumplirlos, y que os admi-nistre
los santos sacramentos, fruto inestimable de la Sangre pre-ciosa
de nuestro Redentor Jesús.
Además, si con laudable afán ha trabajado por daros médico
para vuestras almas, con no menor ha diligenciado asimismo pa-ra
daros médico que cure vuestras dolencias corporales, y ya el
médico está entre vosotros. Beneficio es éste que no se circuns-cribe
solamente á Puerto de Cabras sino que se extiende á toda
la isla.
Y no para en esto sus desvelos y amor á su pueblo. Él quiere
que vosotros tengáis quien solemnice vuestras funciones, quien
alegre vuestros ratos de ocio, quien preste amenidad á vuestros
recreos, y os proporciona una banda de música, con inteligente
director, que llega á ser solicitada por el señor Alcalde de Arreci-fe
para la fiesta patronímica de aquella población, y donde hizo
brillante papel, como le consta al que tiene la honra de dirigiros
la palabra. Él quiere que tengais alumbrado público y público
alumbrado teneis. Él quiere que Puerto de Cabras no figure de
los menos de la provincia y abriga la grandiosa idea de que tenga
su muelle; y hé aquí que empieza á trabajar con la constancia que
le caracteriza, un año tras año un dia y otro dia no cejando mo-mento
en su noble empeño, y recaba del Gobierno de la Nación
y de nuestra Diputación provincial cierta cantidad de dinero, que
unida á sus costosos sacrificios y á los de significadas personas de
ROSARIO CERDEÑA RUIZ
EL BOSQUEJO HISTÓRICO DE PUERTOS DE CABRAS [1894], DE JOSÉ... 107
esta localidad, logra tener la dicha de verle terminado con toda
solidez y hasta elegancia, gracias también al entendido director
de las obras, y verle bendecido en el día de ayer por el Doctor y
Canónigo de la Catedral de Canarias, don Bernardo Cabrera y
Marrero. Y cuyo muelle ya está dando rendimientos á las arcas
municipales, aminorando y casi extinguiendo vuestras cargas
contributivas.
Llegado á este punto, quereiz que temerario invada el porve-nir?
Probarelo y termino.
Nada de extraño tendrá, sino propio de su caracter empren-dedor
y firme, el que veais en no lejano dia agrandada vuestra
iglesia y bajo más espaciosas bóbedas resuenen doblemente las
alabanzas del Señor, y en ella se eleven al cielo blancas nubes de
oloroso incienso y celebréis con más amplitud y comodidad
vuestros actos y festividades religiosas; que veais vuestras calles
embaldosadas; que acaso también veais alamedas que en los ca-lurosos
dias del estio os presten sombra y frescura que en vues-tras
casas no encontrais, y temple el calor que os sofoque y mo-leste.
Nada de extraño tendrá que veamos todos, dadas además
sus influencias políticas, que el cable telegráfico con la velocidad
del rayo nos una con el mundo civilizado; y carreteras que enla-cen
á los pueblos de esta Fuerteventura. No lo creeis? Esperad y
el tiempo os dirá.
Préstele y préstenos Dios vida para ver realizados mis pronós-ticos.
Réstame solo deciros, que Puerto de Cabras guarde con ca-riño
su memoria, y la transmita de generación en generación. He
dicho.
Octubre 8 de 1894. José Miranda Naranjo.