120 RESEÑAS
ÁLVAREZ RIXO, José Agustín.
Máscaras. Edición e introducción
de José Antonio Ramos Arteaga.
Edición facsímile al cuidado de
Fermín Domínguez Santana. [La
Laguna]: Seminario de Estudios
Teatrales de la Universidad de
La Laguna; [Puerto de la Cruz:
Ayuntamiento de Puerto de la
Cruz], D.L. 2009. 80 p. + 92 p. de
lám.
Presentado el 26 de marzo de
2009 en el Instituto de Estudios
Hispánicos en el marco del Festi-val
Internacional de Arte en la Calle
«Mueca» 2009 del Puerto de la
Cruz y el 8 de julio siguiente en
la Casa de la Cultura de Santa Cruz
de Tenerife1, este nuevo trabajo de
exhumación de la obra del escritor
portuense José Agustín Álvarez
Rixo (1796-1883) viene a cubrir un
vacío en el conjunto de su produc-ción
literaria dada a conocer hasta
ahora como es el de la creación
teatral. Álvarez Rixo venía siendo
hasta este momento figura afortu-nada
para el lector y la crítica en
sus vertientes como historiador, pro-to-
lingüista, periodista, etnógrafo
e ilustrador ocasional, según ha-bían
puesto de manifiesto las edi-ciones
modernas de su escritura y
los estudios dedicados a su trayec-toria.
Su vocación como dramatur-go,
en cambio, era tan sólo una
referencia más dentro del mare
magnum de la Biobibliografía de
Millares, cuya entrada recogía la
1. Véase: «Todo preparado para Mueca 2009», disponible en: http://
www.festivalmueca.com/esp/prensa/250309.asp; EUROPA PRESS. «La Casa de
la Cultura de Santa Cruz acoge hoy la presentación del libro ‘Máscaras’ so-bre
Álvarez Rixo». Adn.es: cultura & ocio (8 de julio de 2009), disponible
en: http://www.adn.es/cultura/20090708/NWS-0123-Mascaras-Alvarez-Cultura-
Santa-Casa.html.
CARTAS DIFERENTES. REVISTA CANARIA DE PATRIMONIO DOCUMENTAL 121
mención a las piezas que ahora
salen a la luz2.
En el quehacer del Seminario de
Estudios Teatrales de la Universidad
de La Laguna, al que ya debemos
la publicación en un volumen de la
comedia La noticia a tiempo y de un
juvenil Diario de viaje de Bernardo
Cólogan y Fallon (1772-1814), el
profesor José Antonio Ramos Arte-aga
nos presenta en edición filoló-gica
la Máscara de un miedo (1827)
y la colección Máscaras o como el
lector quiera llamarlas, integrada por
Una de tantas juntas: máscara his-tórico-
satírica (1845), Las papeletas
de contribución o El alcalde de Ma-zapés
(1847), Una aduana de cuño
moderno (1846), Idea para una
máscara que se podrá titular «Mila-gros
de San Antonio» (1848), Dioni-sio
Luis: máscara (s.d.) y Escenas
gubernativas campesinas (s.d.).
De entrada, varios aspectos nos
llaman poderosamente la atención.
En primer lugar —ya lo hemos di-cho—
la preocupación por cubrir un
hueco editorial dentro de la produc-ción
literaria de Álvarez Rixo. Pero,
ojo, que el lector tiene en sus ma-nos
un conjunto de piezas teatra-les.
Por ello me temo que este breve
ramillete (ocho obras sólo) consigue
trascender incluso el nombre pro-pio
de su autor, pasando a conver-tirse
en una de las primeras misce-láneas
teatrales cohesionadas de
todo el horizonte canario de prin-cipios
del siglo XIX. Es más, el pa-norama
de esos tiempos resulta tan
desalentador —a juzgar por los
pocos estudios disponibles y la
inexistencia de ediciones moder-nas—
que, salvo las contadas excep-ciones
del grancanario Rafael Ben-to
y Travieso (1781-1831) y del
tinerfeño José Plácido Sansón y
Grandy (1815-1875), es éste de
momento el corpus de un autor
insular más nutrido y coherente de
cuantos se conocen. Noticias suel-tas
en la prensa, notas de espectá-culos
aducidas en trabajos de his-toriografía
(entre ellos, los del mis-mo
Rixo) y apenas unos pocos
manuscritos e impresos —sin explo-ración
filológica paralela— son todo
el mapa teatral de Canarias en es-
2. MILLARES CARLO, Agustín y HERNÁNDEZ SUÁREZ, Manuel. Biobibliografía
de escritores canarios (siglos XVI, XVII y XVIII). Con la colaboración de Anto-nio
Vizcaya Cárpenter y Agustín Millares Sall. [Las Palmas de Gran Cana-ria]:
El Museo Canario; CSIC Patronato «José María Quadrado»; Cabildo In-sular
de Gran Canaria, 1975-1993, v. I, p. 165, cat. XXXIII (Máscaras de un
miedo) y XXXIV (Máscaras o como el lector quiera llamarlas).
122 RESEÑAS
tas fechas, tanto por lo que se re-fiere
a su vertiente literaria como a
su naturaleza escénica3.
Si sumamos a ello que sobre el
ciclo festivo carnavalesco el vacío
aducido afecta ya no sólo a la pri-mera
mitad del siglo XIX, sino ade-más
a las centurias antecedentes,
fácil es de comprender el alcance de
esta edición, que parece alumbrar —
sin proponérselo— uno de los capí-tulos
de la historia del teatro en
Canarias más oscuros e incompletos.
Si importante es esta agrupación
textual por venir a envolver estas
carencias —la del teatro de comien-zos
del Ochocientos y la del teatro
del ciclo carnavalesco—, no lo es
menos por contribuir a dibujar la
historia espectacular y literaria del
Puerto de la Cruz de la mano de
uno de sus máximos exponentes
creadores. El mismo Álvarez Rixo
parece consciente de este hecho,
como pone de manifiesto su afec-to
a las glorias pasadas del Puerto
como principal pueblo «celebrador
de las jocosidades de Momo» en
Canarias.
Si de la poesía carnavalesca,
entendida según la categorización
bajtiniana, abundan en el archipié-lago
los testimonios para este mis-mo
periodo, lo cierto es que den-tro
del marco teatral, las noticias y
textos escasean. Por ello, este tea-tro
satírico de Álvarez Rixo, com-puesto
para ser representado en el
periodo festivo del Carnaval, cobra
un interés aún mayor, casi inaugu-ral,
junto a una pléyade de autores
anónimos —algunas de cuyas obras
dio a conocer parcialmente el mis-mo
Rixo— y junto, por supuesto, al
citado Bernardo Cólogan —autor de
la farsa Examen de borrachos, escrita
3. Remitimos al lector a los panoramas del Ochocientos que trazan:
ALEMANY [COLOMÉ], Luis. El teatro en Canarias: notas para una historia. [Santa
Cruz de Tenerife: Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Organismo Au-tónomo
de Cultura], D.L. 2006, pp. 19 y 30-32; PADRÓN ACOSTA, Sebastián.
El teatro en Canarias: la fiesta del Corpus. [Santa Cruz de Tenerife; Las Pal-mas
de Gran Canaria]: Idea, D.L. 2004, pp.53-67. Para un panorama general
en el Santa Cruz tinerfeño desde finales del XVIII hasta finales de la década
de 1840, véase: MARTÍNEZ VIERA, Francisco. Anales del teatro en Tenerife. Prólogo,
Domingo Pérez Minik. Prólogo 2ª ed., Rafael Fernández Hernández. Tenerife:
[Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife], 1991. Dentro de las ediciones
modernas, sobresale el trabajo de FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Rafael. Teatro
canario (siglo XVI al XX): antología. [Las Palmas de Gran Canaria]: Edirca,
D.L. 1991.
CARTAS DIFERENTES. REVISTA CANARIA DE PATRIMONIO DOCUMENTAL 123
para las «fiestas bacanales», y otros
materiales en borrador—, cuya es-tela
el historiador portuense pare-ce
empeñado en continuar.
El volumen que comentamos se
estructura en cuatro partes. Una
inicial «Nota de edición» sin firmar
debida a Ramos Arteaga, en la que
el profesor de la Universidad de La
Laguna anuncia el doble objetivo de
su trabajo: rescatar el texto siguien-do
criterios filológicos y hacerlo
circular entre el público; explica las
normas de edición y dicta los ha-bituales
agradecimientos: a la familia
de Álvarez Rixo, a sus colaborado-res,
a la Agrupación de Teatro de
la Facultad de Filología, respon-sable
de la puesta en escena de
algunas estas obras en la presenta-ción
del libro en el Puerto de la
Cruz, y al ayuntamiento portuen-se,
puntual con la financiación de
la obra.
Continúa el estudio preliminar
titulado «Álvarez Rixo, la risa seria
de don Carnal (ensayo introducto-rio)
». Comienza presentando la his-toria
crítica de Álvarez Rixo a tra-vés
de su producción más atendi-da
—sus estudios históricos y lin-güísticos—
y explica el sentido de
las obras en su contexto diacróni-co
dentro del marco evolutivo del
teatro de Carnaval: «el momento de
transición entre la farsa y mascara-da
que desde la Edad Media hasta
el siglo XVIII simbolizó un espacio
textual y espectacular de transgre-sión
y utopía; y la nueva farsa car-navalesca
burguesa de los salones
que domestica ese humor salvaje
para introducir una visión crítica
desde los parámetros del buen gus-to
» (p. 14).
Ramos Arteaga demuestra su
extraordinaria capacidad de síntesis
y claridad expositiva cuando abor-da
la teoría bajtiniana, así como las
perspectivas que en torno al periodo
carnavalesco y sus consecuencias en
la configuración cultural aportan
otros antropólogos. Lo que llama la
atención es el modo en que hace
aterrizar este aparato teórico en la
práctica de los textos del portuen-se,
en su contexto local y en su
conexión con otras colecciones de
farsas europeas e hispánicas.
Llega Ramos Arteaga a la con-figuración
de Álvarez Rixo en su
momento histórico, condicionado
por la ya aludida ausencia de tra-bajos
y panorámicas que permitan
comparar la obra que se presenta
con otras escrituras emparentadas,
en las que cumple como excepción
el antecedente de Cólogan (ya nom-brado).
Éste sirve de puente en el
discurso para dictar una breve re-
124 RESEÑAS
seña biográfica de Álvarez Rixo, que
vuelve a conectarse con el comer-ciante
al final, introduciéndonos el
editor la transcripción del inédito
Examen de borrachos (pp. 23-26).
Pero esta ligazón lleva pareja una
distancia: Cólogan parece más afín
a presentar con intensidad crítica
grotescos personajes que nacen,
dentro de su visión como retratis-ta
de su realidad social, de unas
conductas viciosas. Álvarez, en cam-bio,
merece ser caracterizado como
«Carnal serio» debido a su mayor
interés por la enseñanza que escon-de
su voluntad pedagógica que por
zaherir las inclemencias morales de
sus personajes y situaciones.
Acude Ramos Arteaga a resumir
los argumentos de cada pieza, esta-bleciendo
un análisis que, pese a su
brevedad intencionada, resultan de
gran provecho por la agudeza con
la que se desbrozan los conflictos
dramáticos inherentes y las tensio-nes
sociales de las que derivan. Si-guen
las conclusiones finales, que se
distinguen: 1) en dar conocer una
nueva faceta del quehacer de Rixo,
2) en contribuir a la reconstrucción
del mapa teatral carnavalesco de
Canarias, 3) en aportar un material
para el análisis de la historia social
y 4) en servir de nexo con la hora
actual.
Es una pena que Ramos Artea-ga
no haya estructurado visualmen-te
su estudio introductorio en epí-grafes,
lo que habría ayudado al lec-tor
a distar los contenidos y a se-guir
con mayor comodidad el hilo
expositivo. Como lo es también que
casi no se haya aludido en ningún
momento a la vertiente espectacular
de las obras, tanto a través del aná-lisis
de las acotaciones y otros sig-nos
del discurso, como a través de
otras fuentes (periodísticas o archi-vísticas)
que pudieran haber dado
noticia sobre su posible representa-ción.
Con todo y según manifiesta
el propio Álvarez Rixo en los pre-liminares
de las Máscaras o como el
lector quiera llamarlas, de las siete
obras de esta colección sólo pare-ce
haber logrado proyecto de esce-nificación
Una de tantas juntas,
luego frustrado. Queda, pues, pen-diente
para estudios futuros desen-trañar
una cuestión fundamental
para completar la dimensión del
hecho teatral en Álvarez Rixo: la
recepción de estas muestras en el
marco local y aún regional, bien
para ponerlas en escena, bien para
censurarlas. En este sentido, claves
hacia este descubrimiento pueden
resultar testimonios coetáneos como
el de Antonio Pereira Pacheco, una
de cuyas misivas al portuense se
CARTAS DIFERENTES. REVISTA CANARIA DE PATRIMONIO DOCUMENTAL 125
conserva entre las páginas de las
Máscaras, refiriéndose precisamente
a la idoneidad de dar el manuscri-to
a la imprenta y a haber proce-dido
durante su tenencia a realizar
copias. Del mismo modo, el recur-so
lingüístico como vehículo satírico
y caracterizador de algunos perso-najes
vale una aproximación, como
también el análisis general de los
usos del portuense, que cuenta ya
con bibliografía crítica al respecto
de los profesores Carmen Díaz
Alayón y Francisco Javier Castillo
Martín.
Sigue la edición filológica de los
ocho manuscritos. La última parte
del trabajo está dedicada a la repro-ducción
facsímil de los manuscritos
—incluyendo la aludida carta de
Pereira (después de Una de tantas
juntas y antes de Las papeletas)—
al cuidado de Fermín Domínguez
Santana. Habríamos deseado que la
primera parte del trabajo, no tan
arreglada, hubiese contado con una
mejor atención en las labores de
maquetación (tipografía, interlinea-do,
etc.); lapsus que, en cualquier
caso, confiamos, se evitarán en fu-turas
entregas.
Sólo nos resta felicitar a Ramos
Arteaga por el trabajo, así como
encomiarle desde estas líneas la
tarea de continuar por este camino,
en el que los criterios de edición
filológica y el trabajo de examen
desde una perspectiva global priman
para conceder al autor, a la obra y
al lector un material útil, bien pre-parado
y ajustado al proyecto más
ambicioso de reconstrucción del
pasado del teatro en Canarias. Gra-cias
al Seminario de Estudios Tea-trales
y también al Ayuntamiento
del Puerto de la Cruz por consta-tar
la vitalidad de las relaciones
entre el mundo de la investigación
y las administraciones públicas lo-cales,
energía a la que no siempre
asistimos con resultados tan concre-tos
y tan bien conducidos.
VÍCTOR J. HERNÁNDEZ CORREA