estilo conocido con el nombre de «asianismo», que chocaba frontalmente con la
práctica de la escuela ática en el siglo 111 a.c., hizo que Hegesias tuviera la cenrura
de autores como Dionisio de Halicamaso' y Cicerón6, entre otros. La atención a una
forma lingüística caracterizada por la abundancia y el artificio de desacostumbrados
recursos, y el tratamiento de una materia como la historia en forma novelada ponían
en jaque la sólida y simétrica estructura del período isocrático.
En este trabajo intentaremos poner de relieve la importancia del denominado
<<fundadodr el asianismor>,q ue aunque historiador de Alejandro Magno, supo rcco-ger
la labor realizada por el padre de aquél, Filipo 11 de Macedonia.
HEGESIAASU,T OR POLIFACÉTICO
De los varios fragmentos recogidos en la obra de F. Jacoby7, entresacamos datos
significativos sobre la vida del autor de Magnesia. Al parecer, era de origen humil-de,
descendiente de campesinosx, dato que confirma el adjetivo «agennés» que le
atribuye Dioniso de Halicarnaso! Plutarco nos informa de su extraño sentido del
humor ante un incendio que acabó con el templo de Ártemis Etesia por decir: «Que
no era extraño haberse quemado el templo, estando Ártemis ocupada en asistir al
nacimiento de Alejandro%. Durante su vejez se vio solo y cansado, acosado por las
Dionisio de Halicamaso, De composirione verborum, 4.28.: 'HylpaKOV .ro oxqya zouro q~
ouvi9eoewq pi~poicopyrova, pvveq, p a h o a ~ o v .
C' Cicerón, Orator226: nec ullum genus est dicendi aut melius aut fortius quam binis aut ternis ferire
verbis, non nunquam singulis, paulo alias pluribus, inter quae variis clausulia interponit se raro numerosa
comprehensio; quam perverse fugiens Hegesias, dum ille quoque imitan Lysiam vult alterum paene
Demosthenem, saltat incidens particulas. Et is quidem non minus sententiis peccat quam verbis, ut non quae-rat
quem appellet ineptum qui illum cognovent ... ' CJ F. Jacoby, Die Fragmente dev Gviechischen Hisfoiiker, zweiter teil B, Nr. 106-261, Leiden 1 %h',
y los comentarios sobre Nr. 106-201, Leiden, 1962.
" j dentro de la obrade F. Jacoby la cita Gnomol. Vat. 307 (Stembach Wien. Stud. X.247): ' H m o i u O~
pqzwp ovei6i<opevo~u no nvoq, o n u no q q x opaq a y p o i~wva noyovo< eonv, "ot6a" q qmv "ahha
.ruic;p ss' tyuuruv t u y v t ~ up~jw ".
''El orador Hegesias, sufriendo el reproche por parte de uno de que era descendiente de campesinos del
lugar, dijo: 'Lo sé, pero haré prevalecer la nobleza de mi nacimiento en éstos"'.
Sobre este adjetivo vid. la cita recogida en la nota 5.
"' C$ Plutarco, Vidas paralelas: Alejandro 3: epvvqm O' ouv 'AA&<avbpo< tazayevov pqvo<
'E~a~o p p a iwv oogv, MainGove< Awov ~ a h o w i vE,K T~KL,~ Bqv' qp&pcrvo ~ q 'E5c pecna~' A p~&pi60q
evenpqoeq veeq. o i y' 'Hyqrnaq o Ma y v q ~en inecpovqicev extcpwvqpa ~azao!3eoaiq v n upicaictv
E K E ~ V ~uVn o ~ q p i a S<V V ~ ~ E VEOIKVOT.E S yctp E ( P ~~ a ~ a ( ~ h E y f lzmovm V EWV, 'AP T E ~ L ~OS
aoxohoupevqq nepi q v 'A kCavGpou p a i m v . oooi 6E zwv payov EV 'Eqxowt Giazpt~ovre<~ r u x o v
zo nEpi zov vewv na805 q p u p e v o i nat+ov<E T E ~ O Uq y e i o v a v a l , OLEUEOzVa npooona ~ v n t o p ~ v o i
mi powvz~qa m v a p a K a i ovpqopav peyahqv VI 'Acnai q v T lpEpav E K E L V ~ Vz ezomvat. @i h i n n ~ t
8s a p n iIon8stav IppIlKOTI r p q ~ K O V ay&iai K U S a rov avrov xpovov. q psv ' l h h v p ~ o v ~
qz z ao6a i paxqi peyclhqi Si a l I a p p e v ~ o v o11 ~6 e 'Ohupniaoiv innoi ic~hqzvi wirqicevai, ~ p i 6q~
nepi q<' A k ~ a v 6 p o pu v e o e y. ..
"Nació, pues, Alejandro en el mes hecatombeón, al que llaman los macedonios loo, en el día sexto, el
mismo en el que se abrasó e1 templo de Arterriis Elesia, lo yuc dio ucabiúii a Hegesias de Magiizbia pala usa
de un chiste que hubiera podido por su frialdad apagar aquel incendio, porque dijo que no era extraño haberse
quemado el templo, estando Artemis ocupada en asistir al nacimiento de Alejandro. Todos cuantos magos se
HEGESIAS DE MAGNESIA Y LA FIGURA DE FILIPO 11 DE MACEDONIA 99
críticas de sus adversarios, según nos refiere Rutilio Lupo". A su fama de orador de
estilo asiático (Theónf2C, icerón"), habría que añadir las noticias de Higino sobre
escritos de carácter mitográficoI4, las de Tatiano en su Oratio ad Graecos donde se
habla de las <& Hegesíou mythologémata~ (narraciones fabulosa^)'^, las de
Vitrubio, como autor de tratados sobre propiedades de lugares y virtudes de las
aguasIh, y las de Estrabón, que nos muestran a Hegesias como compositor de enco-mim
r himnns17. A esta ruti!ur?te UedicaciSn er? materias tan dispares hay que wrmr
su labor en calidad de historiador de Alejandr6.
En cuanto a su estilo, tachado de ampuloso, abstruso, redundante, hinchado,
inco~nprensible, recóndito, tocado de retoricismo, que unas veces se reducía a un
mero juego formal sin hondura de pensamiento alguno, y, otras, a un «pathos»
rabiosamente entusiasta, supo, sin embargo, y, gracias a la propagación del asianis-mo,
contar con ilustres cuitivaciores en Koma, especiaimente en ia figura de
Hortensia Hortalo. Tres son los vocablos que emplea Cicerón para caracterizar esta
nueva manera de escribir: fractum, minutum y concinnitate puerilelR. Se trata de un
estilo «fraccionado en pequeños intervalos con una odenación simétrica de las fra-ses
muy infantil». En este sentido se pronuncian también los adjetivos griegos
«micrócompsos» (esmerado en las cosas pequeñas) y «malthacós» (tierno, débil),
hallaron a la sazón en Éfeso teniendo el suceso del templo por indicio de otro mal, corrían lastimándose los
rostros y diciendo a voces que aquél día había producido otra gran desventura para el Asia. Acababa Filipo de
tomar a Potidea, cuando a un tiempo recibió tres noticias: que habían vencido a los ilirios en una gran batalla
por medio de Parmenión, que en los Juegos Olímpicos había vencido con caballo de montar, y que había naci-do
Alejandro. Estaba regocijado con ellas, como era natural, y los adivinos acrecentaron todavía más su ale-gría
manifestándose que niño nacido entre tres victorias sena invencible". La traducción la hemos tomado de
Carles Riba en Plurarco, Alejandro y César, Biblioteca Básica Salvat, Estella (Navarra), 1972.
" C$ Rutilio Lupo 1.7.: Hegesiae: "miseremini mei, iudices, quem coniurata, tanta vis inirnicomm oppug
nat; miseremini solitudines, cui ne in surnmo quidem tempore penculi liberos adhibere ad communem calamita-tem
deprecandam licitum est; miseremini senectutis, quae me etiam sine cetens malis graviter defatigat".
'? cf Theón, ? . ~ ~ ~ ; ' . ~ ~ K Z S . E C I ?2C.I7 ! 3.:. .. m : TE n0M.n T ~ 'YHy ?mou 70- p q ~ o p <' ~ " 1 TWJ
'Aoiavwv Kaho~pEvWVp qTOp6N K a i 7ivazwv 'Exi~oupov.. .
l 3 Cf: Cicerón, Orator 230: ... apud alios autem et Asiaticos maxime numero servientes inculcata repe-rias
inania quaedam verba quasi complementa numerorum. sunt etiam qui illo vitio, quod ab Hegesia maxime
0. .'A !_C.'.^._ A:. :>.^A: L. :- 22.- -L:^^&..- .,^-~:^..,^-....-: -:,,: -..- iiuaii, iiiiiiiigciiui~c uiiciuciiuiaquci iuiii~iiai i i yuvuuaiii gci iu~au ir;Lruiii v ~ i a i c u i u i u i i ai iiiiiiiiiiiuiii.
C' Higino, Poet. Astr. 3.41 .: itaque Syri complures pisces non esitantet eorum simulacra inaurata pro
diis penatibus colunt. de hoc et Hegesias scribit.
l 5 Cf Tatiano, Oratio ad Graecos 24: ~p p e zwK a i z a 'Hma o u p v o o x o y q p a~a~ aiM.& vav&po<q ~
EKELVOV y h w r q o~ o ~y o ñ o i o q .
l 6 Cf Vitrubio, De architectura 8.3.26-27: " ... Hegesias Herodotus Aristides Metrodorus, qui magna
vigilantia et infinito studio locorum propietates, aquarum virtutes ... scnptis dedicaverunt".
l 7 Cf Estrabón 9.1.16.: ... a h h a yap EL< nhqeo< ~)nnnzovz ov xepl q c x o k y T a u q q ~ ~ V O V -
~ E V O VT E KaL S~aPowp~vOoKvV W x k o v a i ~ l vpq m p P qq~ <xp oe~ieoeqEK ZEGELV q v y pacpilv. ~x e i c n
yap o cpqotv 'Hmcna<. "opo q v a icpoxohiv KaL 20 X E ~qL <rp LaLvq< EXEL n ~ ~ E L oOr oVq , v
'Ekvcnva, ~ aT1OV LEPWV F p v a p vieoqg, EKELVO AEOKO~LOtoVv,r o @ ~ ~ E LoOvV Sv. vapat Sqhooa i
KUBF'V EKnnrov "
l 8 C$ Cicerón, Brutus 286: " ... atque Charisi vult Hegesias esse similis, isque se ita putat Atticum, ut
veros illos prae se paene agrestis putet, qt quid est tam fractum, tam minutum, tam in ipsa, quam tamen conse-quitur,
concinnitate puenle".
registrados ambos en Dionisio de Halicarnaso". Estas calificaciones sobre su forma
de escribir deben pertenecer a la primera época de Hegesias, a sus comienzos,
donde mezcla, a imitación de Gorgias, miembros cortos con ciertos recursos sono-ros
de carácter conceptuoso. Aunque exagerara hasta la saciedad, según sus detrac-tores,
la forma lingüística, Hegesias tenía que tener un evidente atractivo para la
retórica de su tiempo. La novedad de unos elementos hasta entonces desconocidos,
o bien, no aplicados en un género como el historiográfico, despertaban a la par que
la extrañeza una ávida curiosidad.
Lamentablemente, no disponemos de textos suficientes para estudiar de forma
coherente la obra de este singular magnesio2". Contentémonos, pues, con las obser-vaciones
que realiza sobre una de las figuras más brillantes y decisivas en la historia
de la nación griega, Filipo 11 de Macedonia.
Los cuarenta y seis años de la vida de Filipo 11 de Macedonia estuvieron marca-dos
por multitud de acontecimientos que configuraron no sólo su persona sino tam-bién
a una nueva Hélade que veía en Persia a su más firme y peligroso enemigo.
Nacido en el 382 a.c., hijo de Amintas 111 y de Eurídice, pronto se impregnó de la
cultura helénica. A los catorce años fue enviado a Tebas como rehén hasta que su
hermano Pérdicas 111 lo rescata tres años después haciéndole volver a Macedonia.
Tras la toma de Amfípolis (357) y Pidna (356) se proclama rey, habiendo obtenido
previamente las minas de oro del monte Pangeo, hasta entonces en poder de los tra-cios.
Hombre dotado de un gran pragmatismo, hábil diplomático y excelente gene-ral,
amplió su reino mediante el establecimiento de colonias (Filipos, Filopópolis,
etc.). Con la ayuda de Parmenión supo combinar su eficaz estrategia militar con la
reorganización de un ejército carente de una renovada maquinaria de guerra.
Pronto, las ciudades griegas de escasa fuerza, descontentas con la metrópolis ate-niense
por la no resolución de sus problemas internos, vieron en Filipo la figura de
un caiidi!!~ que podi., ron s~usp romesas y riq~.teme, nderezar !a rrítirn uitii~ciónp or
la que atravesaban estos peqeuños stados griegos. La creación de un partido proma-cedonio
no se hizo esperar. Atenas se veía incapaz de defender su propio territorio a
!2 %vezi jw !a fima de Fi!ipn se extendí^ vertiginiszmente. Este cnntiniiaha arrasa*-
do con sus victorias, doblegando a los tesalios (353), dominado al consejo anfictió-nico
(346), y tomando finalmente Olinto (348). En este punto, llegó la paz de
Filócrates a la que se vio obligada Atenas ante el avance incontenible de las fuerzas
j9 Cj nota 5. Sobre el término «malthacósn con el sentido peyorativo de eafkninado», que se eriiplea
incluso hoy en griego moderno, vid. P. Chantraine, Dictionuire étyinologique de lu lur~giteG recque. Histoiru
des rnots, París, 1968.
2" El texto más amplio de Hegesias (28 líneas) referido a la historia de Alejandro Magno lu contienen la
cita de Dionisio de Halicarnaso, De compositione verborum 18. págs. 123-126R. recogida en la obra de F.
Jacoby, op. cit., nota7.
del soberano macedonio. Pero no se detuvo ahí Filipo; ambicionando la práctica
totalidad del territorio griego, conquista en dos años Tracia (342-340) para luego
dirigir sus pasos por el control de los Estrechos. Atenas plantea entonces la alianza
con Tebas que se veía amenazada tras la llegada de las fuerzas macedonias hasta las
puertas de Beocia. Sin embargo, la alianza no surtió efecto, y los ejércitos aliados
tuvieron que capitular en el verano del 338 en Queronea. Filipo, más poderoso que
nunca, a la par que perdonaba a los atenienses, humillaba por otra parte a la Tebas
vencida, concediendo la autonomía a todas las ciudades de Beocia. Astutamente, y
un año después, convocó un congreso panhelénico en Corinto, con la intención de
debilitar a la poderosa Esparta dividiendo el Peloponeso entre Argos. Megalópolis y
Mesenia. En junio de ese mismo año decide la guerra contra los persas y se casa con
la macedonia Cleopatra. En el año 336 muere asesinado a manos de Pausanias en
condiciones que la historia no ha aclarado aún suficientemente. Al parecer, su iras-cible
mujer Olimpíada, hija del rey de los molosos y madre de Alejandro Magno,
con la que nunca se entendió bien y de la que acabó separándose, estuvo detrás de
este crimen.
Su figura despertó en su tiempo odios y muestras de gratitud; Isócrates ve en su
persona a un «euergétes» capaz de llevar a los griegos hasta la victoria contra
Persiazl. Demóstenes, que intervino como embajador ateniense en la Paz de
Filócrates, por el contrario, ve en Filipo al artífice del engaño y la mentira2?. Se nos
ha transmitido asimismo su fama de borracho y libertino, siendo sus principales
vicios la gula y la lascivia en una vida, que aunque corta, tanto política coino perso-nalmente
fue desenfrenada. El único fragmento de Hegesias que nos ha llegado
sobre Filipo 11 de Macedoniaz3, y que, a continuación, reproducimos, describe en
pocas palabras la figura de un monarca semejante en importancia a la gloria que la
posteridad habría de reservar a su hijo Alejandro :
(«El retor Hegesias, al ser preguntado qué clase de persona era Filipo, dijo: "En las
desgracias un hombre, en las alegrías un ser humanow.»)P. alabras que responden al pre-ciosismo
formal del movimiento asiánico : contraposición de dos pares de sustantivos
sinónimos, en el primer caso, «aner»/»ánthropos»y antónimos en el segundo, ((dystyk-híais
»/»eytykhíais». Dos períodos cortos, yuxtapuestos, carentes de verbos, en los que
el sentido peculiar de los términos actúa como recurso conceptual válido.
2' Interesantes son las noticias sobre una carta misiva que Isócrates envió al soberano macedonio exhor-tándole
a dirigir a los helenos contra persia.
22 La pasión política de Demóstenes contra Filipo queda patente en sus obras «Filípicas> y <<Olínticos»,
verdaderos sistemas programáticos de cómo combatir y hostilizar al caudillo macedonio.
l3 Se trata de la cita del Gnomol. cod. Vat. 1.144 F. 217 (Stembach a o. 248) recogida en la obra de F.
Jacoby, op. cit., nota7.