Boletín Millares Carlo
2002, 21: 147-164
ISSN: 021 1-2140
Colaboración hispano-alemana
para la defensa de Canarias
El viaje del capitán de fragata Krauss
Juan José DIAZ BENITEZ
A principios de junio de 1940, Franco envió una carta a Hitler en la que lo
felicitaba por la derrota de las fuerzas aliadas y le ofrecía la ayuda que esti-mase
necesaria'. Más de un historiador ha visto en este gesto el ofrecimiento
de la beligerancia de España a favor del Eje2, la cual no podía haber llegado
en un momento más oportuno. Sin embargo, al III Reich no le interesaba la
beligerancia de España, ni sus peticiones de ayuda militar y económica, ni
mucho menos sus ambiciones territoriales, por lo que no consideró necesario
aceptar la oferta3. No obstante, durante ese verano Alemania empezó a hacerse
ilusiones con la creación de un gran imperio colonial en África central, para
cuya defensa serían de gran utilidad las Canarias4. El temor a que fueran ocu-padas
preventivamente por británicos o norteamericanos, especialmente si se
atacaba Gibraltar, planteó la conveniencia de ocupar una de ellas, concreta-mente
Gran Canaria, tras ser cedida pacíficamente por España5.
Pero el gobierno español no contemplaba la pérdidá de parte de sus territorios
a cambio de una ayuda y unas colonias que el régimen nazi no parecía dispuesto a
darle. Entonces se puso sobre la mesa de negociaciones la necesidad de asegurar
al menos su defensa, cuestión en la que también había discrepancias, pues si unos
decían que bastaba con fuerzas españolas, los otros se empeñaban en enviar
' Este documento está publicado en alemán desde hace unos 40 años: Detwiler, Donald S.: Hitlel;
Franco und Gibraltar. Die Frage des Spanischen Entritts in den Zweiten Weltkrieg, Wiesbaden, Franz
Steiner Verlag GMBH, 1962, pp. 105-106.
Tusell, Javier: Franco. España y la II Guerra Mundial. Entre el Eje y la neutralidad, Madrid,
Ediciones Temas de Hoy, 1995, pp. 85-89.
3 Goda, Norman: Tomorrow the World, Hitler: Northwest Afiica and the Path toward America, Texas
A & M University Press, 1998, pp. 52-61,
4 Bunde~archivlMilitararchiv (en adelante BNMA), RM 71262, conferencia del comandante en jefe
de la Kriegsmarine ante el Führer, 11 de julio de 1940.
S Rahn, Wemer, & Schreiber, Gerhard (ed.): Kriegstagehuch der Seekrieg.sleitung 1939-1945, serie A,
Bonn, Mittler & Sohn, 1989, tomo XII, 28 de agosto de 1940, p. 329. Véase también el tomo XIII, 3 de
septiembre de 1940, p. 25.
Juan José Diaz Benitez Colaboracrotl hupano-alemana pura la defencu rle C'tr~ir~rr<
unidades alemanas6. La reticencia a ceder una de las Canarias no era la única razón
por la que el régimen de Franco se resistía a entrar en la guerra7, pero finalmente
acordó su participación al lado del Ejes. Faltaba por concretar la fecha, aspecto que
se abordó en el viaje que hizo Serrano Súñer a Alemania a mediados de noviem-bre.
Una vez más se discutió el tema de la defensa de estas islas españolas, afir-mando
el ministro español que no era necesaria la presencia de fuerzas militares
germanas, ya que España podía garantizar por sí misma su defensa9.
El ministro de Asuntos Exteriores alemán no parecía confiar en las
declaraciones de su homólogo español y, ciertamente, no le faltaban motivos
para ser suspicaz. Las informaciones recibidas durante el verano indicaban la
existencia de unos 40.000 hombres en la guarnición de CanariaslO, pero pos-teriormente
hubo que rebajar la cifra a 25.00011. Menos optimistas parecían las
apreciaciones sobre la artillería de costa que defendía a las dos islas princi-pales,
la cual destacaba por su obsolescencial2. No obstante, la información
disponible sobre la defensa del archipiélago era escasa, por lo que se propuso
realizar un viaje de exploración para evaluarla sobre el terreno''. Así fue cómo
el capitán de fragata Krauss recibió la orden de partir hacia Canarias, donde
permaneció una semana visitando Gran Canaria y TenerifeI4, al término de la
cual redactó un amplio informe sobre el estado del archipiélago15.
6 Así sucedió en las conversaciones entre el ministro español de la Gobernación, Ramón Serrano
Súñer, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joachiin von Ribbentrop, y Hitler: Docimrnts orl Germun
Foreigrz Policy (en adelante DGFP), serie D (1937-1945), volumen XI: The Wírr i'¿w,.;. Septcmbcr 1 , 1940-
January 31, 1941, London, HMSO, 1961, pp. 81-102 y 166.174.
7 Había otras tan importantes como la reticencia a asegurarle a España la concesión de s~ids e mandas
coloniales y la ayuda económica y militar necesaria para que el país pudiera combatir a Ciran Bretaña.
8 DGFR Series D, volumen XI, pp. 371-376.
9 Scrrano Súñer, Ramón: Entre Hen&vir J. Gihrcrltcrr, Madrid, Ediciones y Publicaci»nes Espaiiolas
SA, 1947, pp. 235-250.
10 Rahn, Wemer, & Schreiber, Gerhard (cd.): Krieg,~tagebud&~r ..., serie A, tonio 13, 1 O de septien-bre
de 1940, p. 120.
' 1 Jacobsen, Hans-Adolf (ed.): Generuloh<wrH alrl~r:K r i<~g.~/og<~Shtu~tt~g<ar~t, /Ki ,o lillinniiner. 1962-
1964, Band2, 13.11.40,p. 177.
'2 BAIMA, RM 711.000, anexo núm. I al informe del .4hiivhr niun. 3.570140 sobrc cl viaje a España
del 12 al 2 1 de noviembre de 1940,20 de noviembre dc 1940.
13 BAIMA, RM 711.000, escrito de la primera sección de la St~ekric~~rl~~iat rrlan ftie rcera, 22 de
noviembre de 1940.
14 Según Burdick, el viaje fue realizado entre el 2 y el 23 de diciembre, pasando dos semana5 en
Canarias: Burdick, Charles: GermanyS Militari: Strutegv ririd Spuin in PChrld Cl¿w 11, University of Syracusc
Press, 1968, p. 98. Es posible que estas fechas se refieran a su salida y llegada a Alemania, pero no a su
estancia en las islas, pues llegó a ellas en un avión de lherra el 12 de diciembre y regres6 del niisnio iiiodo
a la Península el día 19. Los desplazamientos entre Gran Canaria y Tenerife los h i ~ oen aviones del Ejército
del Aire español: BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán de fragata Krauss sobre el estado de las islas
Canarias", sin fecha, p. 3.
1% pesar de no indicarse la fecha, es posible que lo redactara a finales de diciembre. al regresar a
Alemania. A lo largo de 19 páginas Krauss describía la situación militar del archipiélago, sus necesidades
más urgentes, la actitud de la población, el abastecimiento y las comunicaciones, completándolo todo con
una serie de anexos que desgraciadamente no se han conservado con el informe. Lo que sigue a continua-ción
es un resumen del mismo, comentado a pie de página.
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Lo primero que había que tener en cuenta era la actitud de los jefes y ofi-ciales
de la guarnici~n'~E.l capitán genera117, Ricardo Serrador Santés,
parecía un poco terco y no muy inteligente18, pero a Krauss no le cabía duda
de que era una persona enérgica con la firme voluntad de defender el archip-iélago.
Su jefe de Estado Mayor (EM) estaba agotado y no aparentaba tener
mucha influencia, a diferencia del jefe de la la Sección de dicho EM, el cual
era muy eficiente pero también anglófilo. El gobernador militar de Gran
Canaria, Francisco García Escámezl9, era descrito como una persona muy
enérgica y activa, co~istantementep reocupada por la defensa del gmpo de islas
de la provincia de Las Palmas y marcadamente ge r rnanóf i l~T~a~m.b ién desta-caba
al comandante naval, contralmirante Alfonso Arriaga Adam, y a su jefe
de EM, el capitán de fragata Suanzes2I, a los que consideraba inteligentes y
con la mejor voluntad para realizar su trabajo22. El jefe de la Zona Aérea de
Canarias y África Occidental (ZACAO), teniente coronel Llorente, y todos los
oficiales con los que se encontró mostraban deseos de resistir un posible
ataque y mantenían una actitud positiva hacia Alemania.
El planteamiento de la defensa preveía diferentes respuestas a las diversas
amenazas que se cernían sobre la seguridad del archipiélago23. En el caso de
que una escuadra enemiga bombardease los principales puertos y aeródromos
para inutilizarlos, se tendría que rechazar su ataque mediante el empleo de la
l 6 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 3-4.
l 7 Posiblemente a causa de problemas de traducción, Krauss no escribió correctamente los cargos de
capitán general de Canarias y gobernador militar de Gran Canaria, pues se refirió al primero como coman-dante
general y al segundo como gobernador militar de Las Palmas: Diario Oficial del Min~sterio de
Marina, 1940, núm. 88, decreto del Ministerio del Ejército de 5 de abril de 1940, p. 465. Véase también:
Diario Oficial del Ministerio del Ejército, 1940, núm. 84, decreto del Ministerio del Ejército de 3 de abril
de 1940, p. 137.
'"1 general Aranda fue aún más duro al referirse a él, pues afirmó que estaba enfermo a causa de un
exceso de alcohol: Public Record Office (PRO), FO 37 113 1.20 1, oficio del embajador en Madrid al Foreign
Office, 27 de febrero de 1942, remitiendo una minuta sobre la conversación del agregado militar británico
con el general Aranda, ministro del Ejército.
l 9 Añadía que había recibido la cmz laureada de San Fernando durante la guerra civil, aunque en reali-dad
la había conseguido el 21 de marzo de 1930 por su actuación en la liberación de Cudia Tahar, en el trans-curso
de la guerra del Rif. Archivo General Militar de Segovia, Expedientes de Personas Célebres del Archivo
General Militar de Segovia, Caja 64, Carpeta 1 , Francisco García-Escámez e Iniesta, boja de servicios, p. 43.
20 Aranda también destacaba la eficacia de García Escámez, aunque lo calificaba de aliadófilo. PRO,
FO 371131.201, oficio del embajador británico en Madrid al Foreign Office, 27 de febrero de 1942, remi-tiendo
una minuta sobre la conversación del agregado militar británico con el general Aranda, ministro del
Ejército.
2' Suanzes recibió la orden de acompañar a Krauss durante su visita: Archivo General de la Zona
Marítima de Canarias (AGZMC), 2" Sección de EM, Legajo 1, Carpeta 11, radiotelegrama del ministro de
Marina al comandante naval de Canarias, 12 de diciembre de 1940.
22 Y no hablaba en vano al resaltar su voluntad, pues también indicaba que los medios con los que con-taban
para realizar su trabajo eran deprimentes.
23 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 4-5.
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artillería de costa y las f~ierzasn avales24. También podía ocurrir que se hiciera
un bombardeo aéreo con el mismo objetivo, ante lo cual habría que disponer
de suficientes cazas y una adecuada defensa contra aeronaves (DCA). Otra
posibilidad consistía en que el enemigo utilizase fondeaderos protegidos como
bases sin llegar a ocupar las islas principales, acción que deberían impedir la
artillería de costa y la de campaña. Además de estos medios defensivos, seria
necesario contar con cierto número de bombarderos y aviones de
reconocimiento, los cuales también serían útiles para evitar un desembarco con
el fin de ocupar alguna de las islas para usarla como base2'.
Esta última posibilidad era la estudiada con mayor detalle'? La artillcria
de costa frustraría cualquier intento de ocupar los principales puertos. En todos
aquellos lugares aptos para un desembarco habría una línea formada por
bunkers armados con ametralladoras y cañones para evitar que el enemigo
Cuadro 1
Numero de efectivos de la guarnición de Canarias
Numero de ctcctivos
Isla Diciembre de 1940 Febrero de 1941
--
Tenerife Y 000 10 015
Gran Canaria
-- .
8 500 9 522
La Palma 2 000
- -
2211
--
Lanzarotc 1900 2 058 - -. - .. --
Fuerteventura 1 800 -- -.
2 002
Ld Gomerd
- --
500 561
El Hierro
. - --
400 446
Total 24.100 26.819
Elaboración propia a partir de:
BAIMA, RM 7í1.000, "Informe del capitán...", p. 6.
PRO, WO 208í3.030, iní'onne del Abwehr transmitido
por una de las secciones de informacih del I:M del
Herr a la sección de operaciones, 13 de Iebrero de 194 1.
24 En este sentido había que considerar la importancia de cada una de las islas como base riabal que.
en orden decreciente, comenzaba por Gran Canaria y Tcncrifc, gracias a sus puertos. iguieiido con
Lanzarote y Fuerteventura, las cuales destacaban por sus fondeaderos, y terminaba con La Palma, mienti-as
que El Hierro y La Gomera carecían dc valor para las fuerzas navales. BAIMA, RM 7.1.000, "Informe del
capitán...", pp. 5-6.
25 El hecho de que se estudiara la mejor forma de responder a estas ameiiaLas no quiere decir quc la
defensa fuera eficaz, ya que las carencias de medios adecuados eran especialmente graves en la artillcria
de costa, las fuerzas navales y los aviones de combate, tal y como sc indica más adclantc cn el mismo
informe.
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pusiera el pie en la playa. Detrás se encontraría otra línea con el grueso de la
infantería, reforzada con unidades de artillería de campaña, quedando final-mente
una reserva en cada isla compuesta por unidades de infantería y
artillería motorizada27. En el caso de que el enemigo consiguiera desem-barcar,
hallaría una serie de líneas en el interior para aislar la parte ocupada del
resto, impidiendo su avance28. Aunque la defensa contra los desembarcos des-cansaba
fundamentalmente en las fuerzas del Ejército, se debería completar su
acción con la utilización de torpederos y submarino^^^.
Pero el Ejército de Tierra no contaba con los medios necesarios para la eje-cución
de este plan30. Disponía de unos 24.000 hombres31, cifra que aún
seguiría aumentando posteriormente y que podría llegar hasta los 38.000 en
caso de producirse una nueva movilización32. Pero este nuevo incremento sólo
se daría en la infantería, ya que las únicas reservas de armas consistían en
fusiles y ni siquiera los batallones existentes tenían armamento pesado33. Cada
uno de los regimientos de artillería disponía tan sólo de dos baterías medias y
cuatro ligeras, ya anticuadas34. Todavía no había terminado la construcción de
fortificaciones de campaña35 y la red de carreteras seguía siendo mejorada,
2h BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 4-5.
27 Las instrucciones dictadas por el capitán general en abril de 1941 incluían un dispositivo táctico
similar al descrito por Krauss, aunque aclarando que la existencia de varias líneas no implicaba que hubie-ra
más de una posición y que el grueso de las fuerzas permanecería en la primera línea: Archivo Histórico
del Ejército del Aire (AHEA), Expediente M-3.256, "Decisión del mando que resume otras anteriores, y
órdenes e instrucciones para la defensa del archipiélago", 10 de abril de 1941.
28 El capitán general no mencionó estas líneas en la citada instrucción de abril, pero García-Escámez
sí las tuvo en cuenta para cl caso de Gran Canaria, donde estableció una segunda posición: AHEA,
Expediente M-3.257, "Orden número I para la defensa de Gran Canaria. 1" parte ", 26 de abril de 1941.
29 Serrador Santés también consideró necesario el uso de fuerzas navales, pero las instrucciones tuvie-ron
que adaptarse a sus magras existencias, las cuales no daban lugar para otro empleo que no consistiera
en misiones de exploración, vigilancia o escolta: AHEA, Expediente M-3.256, "Ejército de Mar", mstruc- '
ción del capitán general de Canarias, 15 de julio de 1941.
30 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 6-7.
3' La aplicación de la movilización parcial a las plantillas en pie de guerra da una cifra aproximada de
23.582 efectivos: Archivo General Militar de Ávila (AGMA), Subsecretaría del Ministerio del Ejército,
Caja 23.010, plantillas aprobadas el 18 de abril de 1940.
32 A mediados de julio de 1940 se había realizado una movilización parcial que, según las estimacio-nes
del EM del Ejército no debía afectar a más de 17.000 individuos. En caso de nuevas movilizaciones, el
número total de efectivos podría llegar a la cantidad indicada por Krauss: AGMA, Subsecretaría del
Ministerio del Ejército, Caja 21.216, nota del jefe de la 7" Sección de EM del Ejército para el general sub-secretario
del Ministerio del Ejército, 12 de julio de 1940.
33 El material pesado no abundaba entre la infantería y los cañones contracarro no merecían ese nombre,
de tal forma que todavía a mediados de 1941 había graves carencias para dotar a las unidades existentes y a
las de nueva movilización: Archivo Regional de la Zona Militar de Canarias (ARZMC), Caja 374, Expediente
1.279, estudio sobre las necesidades de armamento para las unidades de infantería, 30 de julio de 1941.
34 Además de caracterizarse por su heterogeneidad, la mayor parte de las piezas pertenecían a mode-los
diseñados antes de la 1 Guerra Mundial.
35 A finales de 1944 aún se estaba realizando trabajos de fortificación en Fuerteventura y Lanzarote:
Archivo Central del Servicio Histórico Militar (ACSHM), Historiales de Regimientos, Rollo 9, Legajo 32,
batallones de infantería independientes núm. 32 y 33.
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Juan José Díaz Benítez Colahorucirin hispcrno-ulwnanu para la defrnsrr de (<rr~riritr..<.
aunque era adecuada para las necesidades militare@. Por otra parte, se hacía
notar la carencia de transportes motorizados, compensada por la existencia de
un gran número de animales de carga37, entre los que se incluía camellos.
También se destacaba la situación de la refinería de petróleo en Santa Cruz de
Tenerife, expuesta a cualquier ataque naval, al igual que sus depósitos38.
Peor era la situación de la artillería de costa, cuyo despliegue se reducía a
los dos puertos principales, el aeródromo de Gando y el fondeadero de El Río3".
La mayoría de las baterías eran anticuadas, oscilando su alcance entre los 8 y
los 10 kilómetros, con una baja cadencia de fuego y granadas de pólvora
negra40. Como mucho podrían ser de alguna utilidad contra intentos de desem-barco
en los principales puertos. Junto a estas piezas había tres baterías de
cañones de l5Omm Munaiz Argüelles, ya un poco anticuados, pero útiles para
el fuego de barrera. Lo mejor del artillado consistía en cuatro baterías proce-dentes
de dos vetustos cruceros que estaban siendo reparados. Dos de ellas,
anteriormente en el Navarra, estaban emplazadas en Santa Cruz de Tenerife.
Las otras habían estado montadas en el Méndez Nziñez, siendo destinada una a
Las Palmas y otra a la defensa del aeródromo de Gando41. Sin embargo, aún no
habían concluido los trabajos de instalación, faltaban eleinentos modernos para
su plena operatividad, tales como direcciones de tiro e instrumentos de obser-vación,
e incluso en las de Gran Canaria había que sustituir los tubos de los
cañones de la batería de La Isleta y examinar los proyectiles de la de Gando.
Sin embargo, la situación de la artillería de costa no era tan mala si se com-paraba
con la de las fuerzas navales y aéreas42. Las primeras se reducían a un
minador con 250 minas43 y un guardacostas44, no habiendo constancia de otros
36 A pesar de ello, el capitán general ordenó la construcción dc pistas por el interior de las islas prin-cipales.
a cubierto del fuego naval: AHEA, Expediente M-3.256, "Decisión del mando...". " Las reservas insulares de infantería deberían estar motorizadas scgiin la citada instrucción dcl capi-tán
general. Las 19 baterías de artillería de campaña, más que las indicadas por Krauss, también deberían
estar motorizadas, pero sólo 4 coutaban con camioncs y se estaba preparando la rcquisa de ~e l i i c~i lopasr a
otras 7: ARZMC, Caja 204, informe del EM dc la Capitanía General de Canarias, 23 de septiembre dc I940.
38 Ya lo había dicho el comandante naval de Canarias poco antes del viaje de Krauss: AGZMC'. 1"
Sccción de EM, Legajo 1, Carpeta 33, escrito del comandante naval de Canarias al ministro de Marina, 9 de
septiembre de 1940.
39 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 7-9.
40 Se trataba de modelos decimonónicos que iban a ser puestos fuera de servicio al iniciarse In guerra
civil: Mortera Pérez, Artemio, e Infiesta Pérez, José Luis: La Artillería en la guerru civil. Matcrid f i i m r (le
servicio incorporudo a la campaña, Valladolid, Quirón Ediciones, 2000, pp. 61-65 y 79-87.
4' Según la nota de la carga del vapor Castillo Figuerus, las piezas destinadas a Gran Canaria proce-dían
del crucero Galiciu, también cn reparación, aunque al margen también estaba apuntada la palabra
Méndez, lo cual podría sugerir una corrección de su origen: AGZMC, 1" Sección de EM, Legajo 1, Carpeta
12, nota de la carga del vapor Castillo Figueras con destino a Las Palmas, 12 de agosto de 1940.
42 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", p. 9.
43 Era el minador Marte, cuya actividad en Canarias durante la 11 Guerra Mundial incluyó una amplia
gama de misiones entre las que no parece haber quedado constancia dc operaciones de minado: Archi\o
General de la Administración Civil del Estado (AGA), Marina, Estado Mayor de la Annada, partes de can-paña
del minador Marte en los legajos 133 (envio AB-22) y 329 (envío AB-24) y en la caja 19.089.
44 El guardacostas Xaum fue el otro buque asignado a la Comandancia Naval de Canarias para la
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Juan José Diaz Benitez Colaboración hispano-alemana para la defensa de Canarias
elementos defensivos45 ni de infraestr~cturas~L~a.s segundas eran más
numerosas, aunque también anticuadas, pues se limitaban a 25 cazas Fiat CR-
3 2 4 7 ~3 aviones de transporte Ju-5248. Había dos aeródromos útiles en Gran
Canaria y Tenerife49, además de uno auxiliar en Arrecifeso. El de Gando era el
que estaba en condiciones operativas, pero carecía de depósitos subterráneos
de combustible y era fácilmente divisable desde el mar. El de Tenerife no
padecía este último problema, pero no contaba con hangares ni alojamientos
para el personal, además de tener que lamentar la presencia de nubes que en
más de una ocasión impedían la realización de vuel0s5~E. xistía un depósito de
500 toneladas de gasolina para aviones almacenado en la refinería de
petróleos, lo cual no impedía que las maniobras de las aeronaves adolecieran
de escasez de combu~tible5~.
vigilancia y defensa de sus costas. Adquirido de segunda mano a Gran Bretaña y hundido durante la gue-rra
civil, todavía estaba en condiciones de seguir navegando, aunque de las 83 misiones que realizó para
la Comandancia Naval de Canarias durante la 11 Guerra Mundial, sólo 16 fueron de vigilancia, mientras
que 41 consistieron en remolcar blancos para las baterías de costa: AGA, Marina, Estado Mayor de la
Armada, partes de campaña del Xuuen, legajos 133 (envio AB-22), 134 (envío AB-22), 139 (envio AB-
22) y 333 (envio AB-24) y cajas 19.088 y 20.479.
45 A partir de lo establecido en la reorganización de la infantería de marina, a Canarias le correspon-dia
un tercio o regimiento, pero en aquel momento no habia más que una compañía que nunca llegó a alcan-zar
los efectivos de un batallón. Las defensas submarinas no fueron organizadas hasta 1946, lo cual no quie-re
decir que dispusiesen del material adecuado en aquella fecha: Diaz Benitez, Juan José: "Pilgrim y la
defensa de Gran Canaria en 194In, en Anuurio de Estudios Atlánticos, Madrid-Las Palmas, Patronato de la
"Casa de Colón", núm. 46 (2000), pp. 349-364.
46 Poco después de que llegara Krauss, la Marina ocupó la explanada y muelle del Pino en el Puerto
de la Luz, con el fin de construir una base de submarinos que aún a principios de 1950 no estaba termina-da
y que nunca funcionó como tal: AGZMC, l" Sección de EM, Legajo 2, Carpeta 6, acta de entrega pro-visional
del muelle y la explanada del Pino a la Marina por el Ministerio de Obras Públicas, 14 de diciem-bre
de 1940.
47 También había dos hidroaviones Donier Wull, utilizados para misiones de reconocimiento.
48 En realidad eran 6 y ya estaban preparados para actuar como bombarderos: AHEA, Expediente M-
8.222, escrito del jefe accidental de la Maestranza de León al director general de Material del Ministerio del
Aire, 2 1 de junio de 1940.
4' Krauss indicó correctamente el nombre del grancanario, Gando, pero no acertó con el tinerfeño, al
cual llamó Los Llanos cuando en realidad se refería a Los Rodeos.
50 También se iba a construir otro en Fuerteventura, pero ni uno ni otro llegaron a contar con las
infraestructuras adecuadas durante la 11 Guerra Mundial: Diaz Benítez, Juan José: "La defensa de
Fuerteventura y Lanzarote durante la 11 Guerra Mundial", en X Jornadas de Estudios sobre Lanzurote y
Fuerteventura, Arrecife, septiembre de 2001, en prensa.
51 No eran los únicos aeródromos de la ZACAO. Según una clasificación de octubre de 1939 habia
más en Cabo Juby, Ifni y Villa Cisneros, además de bases de hidroaviones en este último lugar, el Puerto de
la Luz y Los Cristianos. Posiblemente la base de Los Cristianos no existiera, mientras que el resto tenía gra-ves
problemas de infraestructuras: AHEA, Expediente A-580, escrito del Ministerio del Aire al jefe de la
Fuerzas Aéreas del Atlántico, 4 de octubre de 1939.
52 Gran Bretaña temía que España reexportarse el combustible adquirido al Eje, por lo que llegó a un
acuerdo con ella para reducir sus reservas a 160.000 toneladas, prohibiendo además la importación de com-bustible
de aviación: Medlicott, W. N,: The Economic Blockade, London & Nendlen, HMSO, 1978,
volume 1, pp. 534-538.
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MEDIDAS NECESARIAS PARA MEJORAR LA DEFENSA
DE CANARIAS
Los preparativos realizados y los que se estaban haciendo demostraban
que las fuerzas armadas españolas habían puesto un gran empeño en la dcfen-sa
del archipiélago, aunque tampoco se podía olvidar que carecían de medios
humanos y materiales para ello". Eran capaces de impedir la ocupación de los
puertos o un golpe de mano por una débil fuerza enemiga, pero e no resistir
durante cierto tiempo a una fuerza de ataque más fuerte. Las autoridades mili-tares
del archipiélago eran conscientes de esta situación, por lo que ya se
habían dirigido al gobierno español solicitando una amplia lista de armas para
el Ejército de Tierra y de unidades aéreas y navales. Incluso Krauss recibió una
nota con estas peticioness4, las cuales detallaba pormenorizadamente.
Las peticiones del Ejército de Tierra no eran insignificantes'? 200 ame-tralladoras
pesada@, alrededor de 70 cañones de campaña ligeros para
emplazamientos fijos57, 6 baterías de cañones de campaña de 150 m1n5x y 7
baterías antiaéreas pesadas59, además de 12 camiones para la artillería anti-aérea
existente y material de comunicaciones. El grueso de este material iría a
parar a Tenerife y Gran Canaria, suponiendo que el gobierno español pudiera
satisfacer esta demanda, lo cual no parecía posible. Los 10 cañones Vickel:, de
152'4mm que estaban siendo instalados en las dos islas principales no eran
suficientes como artillería de costa60, ya que sólo podrían impedir el boni-bardeo
de los puertos principales por destructores o cruceros ligeros, pero no
por buques de mayor potencia de fuego.
53 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 9-10,
54 ARZMC, Caja 204, "Nota entregada al Negrillo el 16-12-40", 16 de diciembre de 1940.
55 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 10-1 1.
56 Siete meses después seguía faltando más de un centenar: ARZMC, Caja 374, 1:xpcdicntc 1.779.
informe del EM de la Capitanía General de Canarias sobre las necesidades de armamento para las unida de^
de infantería en pie de guerra y las de nueva movilización, 30 de julio de 1941.
57 A estas habría que añadirles las ya cxistcntcs, de tal iiiodo que la cifra total sería tnuy superior. SOlo
en Gran Canaria se tenia previsto empla~a4r 2 de eslas pie~asA: HEA, Expediente M-3.257. "Orden niinic-ro
l...", 26 de abril de 1941.
58 Dos de estas baterías irían a para a Gran Canaria, dondc ya existían dos baterías de calibre similar:
ARZMC, Jefatura Regional de Artillería, Caja 9, "Organización del Regimiento Mixto de Artillería n." 8".
octubre de 1940.
59 En teoría debería haber 6 baterias entre las 4 del Grupo Independiente de Artillería AntiaCrca dc
Canarias y las 2 correspondientes a los regimientos de artillería mixtos núm. 7 y 8: AHEA, Expcdientc M-
3.256, "Decisión del Mando...", 10 de abril de 1941.
60 Estas piezas eran las que formaban las baterías procedentes de los cruceros españoles.
Boletín Millares Carlo
2002, 21: 147-164
Juan José Díaz Benítez Colaboración hispano-alemana para la defensa de Canarias ...
Cuadro 2
Propuesta de despliegue de baterías de costa a finales de 1941
Isla 1 Batería 1 Número de piezas / Calibre en min 1 Patente
1 San Andrés 1 3 / 150 1 Krupp
1 Gando 1 2 1 150 Vickers
Tenerifc
Gran Canaria
Fuerteventura / Península de Jandia 1 3 1 102 1 -
Los Moriscos
Bufadero
La Esfinge
Guanarteme
Amcas
El Vieia
Arinaga
Lanzarote 1 La Bocaina 1 3 1 150 / Munaiz
Elaboración propia a partir de: BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 11-12.
4
3
3
3
3
4
3
Cuadro 3
Despliegue de baterías de costa en a finales de 1941
1 Batería 1 Número de piezas 1 Calibre en mm 1 patente
152'4
150
150
1 SO
150
150
150
La Palma 1 Santa C md e La Palma 1 3 -
Elaboración propia a partir de las siguientes fuentes:
AGZMC, 3" Sección de EM, Legajo 8, Carpeta 13, despliegue del Regimiento de Artillería
Mixto núm. 8, 18.1 1.41.
ARZMC, Jefatura Regional de Artillería, Caja 23, Carpeta 55, relación de baterías de costa
del Regimiento de Artillería Mixto núm. 7, 25 de agosto de 1941.
Vickers
Munaiz Argüelles
KruPP
KruPP
K V P
Vickers
Munaiz Argüelles
102
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Independientemente de estas peticiones, el gobierno español había anunci-ado
a principios de diciembre el envío de 6 cañones de 102mm" procedentes
de los destructores italianos Huesca y Teruel, adquiridos durante la guerra
civi162, a los que habría que sumar los 12 que tenía previstos mandar la
K r i e g s m a r i n e 6 3 , de tal forma que se podría organizar 9 baterías modernas
repartidas entre Gran Canaria64 y Tenerife65, además de 3 para La Palina66.
Fuerteventura y Lanzarote67. El fondeadero de El Río podría ser cerrado por la
batería ya emplazada allí68 y otra de campaña. Con este despliegue se evitaría
la ocupación de los puertos de La Luz, Santa Cruz de Tenerife y Santa Cruz dc
La Palma, además de impedir el uso de los fondeaderos de las dos islas más
orientales y mantener al enemigo a unos 18 kilómetros de las dos capitales
provinciales y el aeródromo de Gando.
No obstante, a las autoridades militares de Canarias no les parecía que esta
artillería de costa fuera suficiente para garantizar la defensa@. Querían otras
dos baterias de 150mm, una para Gran Canaria y otra para la refinería de Santa
Cmz de Tenerife, además de 3 baterías de 3 cañones de 305 mm cada una7(), las
cuales no entraban dentro de las posibilidades del gobierno español71. Pero lo
más urgente era el envío de material para conseguir que las baterias existentes
61 Se trataba de cañones italianos de la patente Ansnldo.
h2 Estaban en tal mal estado que la Arn~ada se quejó de ellos pocos mcscs despncs de haberlos rccibidos:
Alpert, Micliael: Lu guerru civil esprr,iolu oi el niur, Madrid, Siglo XXI de Lspaña Editores, 1087, pp. 3 16-3 17. " Adcinás, también se había pensado en enviar cuatro baterías niotorizadas de igual calibre para que
las sustituyeran mientras eran montadas en sus cnipla~ainientos: BAIMA, RM 711.002, emito de la
Seekriegsleitung al Oherkommando der Wehrmuchar (OKWJ, 30 de noviembre de 1940.
64 Efectivamente, en Gran Canaria hubo 6 baterías rclativainentc inodemas, aunqne sólo las de (;ando.
Arinaga y Vigía coinciden con las señaladas por Krauss: AGZMC, 3" Sección de IIM, Legajo 8, Carpeta 1.3.
despliegue del Regimiento de Artilleria Mixto núm. 8 en Gran Canaria, 18 de noviembre de 1941.
65 Estas baterias no fueron tres sino cuatro, incluyendo dos alemanas en Punta de la Vista y Las
Tiñosas, pero no en San Andrés, la cual fue artillada con dos p i e~a sd e la bateria de Los Mariscos: ARZMC.
Jefatura Regional de Artillería, Caja 23, Carpeta 55, relación de baterías de costa del Regiiiiiento dc
Artilleria Mixto núm. 7, 25.08.41.
66 Según la instrucción de 10 de abril de 1941, La Palma sólo recibió un dos de los trcs cañones indi-cados
por Krauss: ARZMC, Jefatura de Artilleria, Caja 23, Carpeta 55, relación de batería\ de costa del
Regimiento de Artilleria Mixto núm. 7, 25 de agosto de 1941.
67 Ambas islas recibieron una mayor cantidad de piezas de artillería, pero más anticuadas y sin incluir
las que preveía Krauss: AGZMC, 3" Sección de EM, Caja 8, Carpeta 13, despliegue del Kegiiiiicrito de
Artilleria Mixto núm. 8 en Fuerteventura y Lanzarote, 18 de noviembre de 1941.
68 Poco antes de que llegara Krauss, tres de los cuatro obuses de la batería sufrieron desperfectos al hacer
fuego, indicándose además la conveniencia de sustituirlos por cañoncs de tiro rápido jt nicjorar su protcccitiri.
ARZMC, Jefatura Regional de Artilleria, Caja 9, "Proyecto de defensa de las islas de Lanzarote y Fucrteventura
que propone el coronel de Artilleria don Sebastián de Aranda y del Río", 30 de noviembre de 1 941.
69 BNMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 12-13.
70 Al terminar la guerra civil se había pensado instalar dos baterias de 305 mm y otras dos de 150 inm
en las dos islas principales, pero nunca se hizo realidad: AGMA, Cuartel General del Generalisimo, Rollo
176, Armario 2, Legajo 193, Carpeta 52, nota para el estado Mayor del Generalisirno, 21 de julio de 1930.
71 En otros lugares, como Menorca o El Ferrol, existían cañones Kckers de 38 1 y 152'4 mm, el mate-rial
más moderno del que disponía la Artillería española, pero no parece que el gobierno estuviera dispuesto
a desguarnecerlos para mejorar la defensa de Canarias: BAIMA, RM 711.000, anexo núm. 1 al informe del
Abwehr núm. 3.570140 sobre el viaje a España del 12 al 21 de noviembre de 1940,20 de noviembre de 1941.
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2002, 21: 147-164
Juan José Diaz Benitez Colaboración hispano-alemana para la defensa de Canarias.
funcionaran a pleno rendimiento, ya que de momento carecían de los elemen-tos
más importantes, incluyendo las direcciones de tiro, tubos de repuesto y
munición en cantidad adecuada. Ninguna batería tenía protección contra incen-dios
y se requería con urgencia un grupo Diese1 para los equipos eléctricos. Lo
peor de todo era que gran parte de las piezas y herramientas que faltaban no
existían en el resto de España72. Aún en el caso de que este material pudiera ser
suministrado habría que mejorar la instrucción de los sirvientes de estas piezas,
pues eran artilleros del Ejército que nunca habían disparado contra un objetivo
naval ági173, aunque el general Vigón aseguró a Krauss que en breve un oficial
de la Marina les impartiría los conocimientos teóricos necesarios.
En el caso de la Marina las peticiones también eran considerables74, sobre
todo si tenemos en cuenta la ausencia prácticamente total de medios de defen-sa
naval. Se solicitaba una gran cantidad de unidades ligeras, concretamente
submarinos75, destructores76, torpederos77 y lanchas rápidas78, pero había
serias dudas de que el gobierno español pudiese atender estas necesidades.
Además, también hacía falta disponer de 12 ó 15 patrulleros79 y dragaminas,
de los cuales 4 ó 5 podrían ser alistados en Canarias, aunque habría que traer
el armamento y equipo necesarios. Las existencias de minas eran insuficientes
72 Posiblemente se refiere a los cañones Vickers, de patente británica, pues no parece que Gran Bretaña
estuviera dispuesta a facilitarse dichos elementos mientras preparaba planes para ocupar el archipiélago.
73 En años posteriores, las baterías de costa realizaron frecuentes ejercicios, tal y como se puede apre-ciar
en los partes de campaña del guardacostas Xauen, el cual remolcó los blancos en numerosas ocasiones:
AGA, Marina, Estado Mayor de la Armada, partes de campaña del Xauen, legajos 133 (envio AB-22), 134
(envío AB-22), 139 (envio AB-22) y 333 (envio AB-24) y cajas 19.088 y 20.479.
74 BNMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", p. 13.
' 5 Ya en 1905 se había propuesto la utilización de submarinos para la defensa de Cananas: González
de Mesa, Felipe: Consideraciones acerca de la creación de un puerto militar en Canarias, Santa Cruz de
Tenerife, Tipolitografía de A. J. Benitez, 1905, pp. 18-21. Hacia 1930, el ministro de Marina Carvia tam-bién
aconsejó el empleo de submarinos para la defensa del archipiélago: Bordejé Y Morencos, Fernando de:
Vicisitudes de una política naval, Madrid, Editorial San Martin, 1978, pp. 542-552. Finalmente, la Base
Naval de Canarias fue concebida eomo una base se submarinos, con capacidad para 12 de estas unidades,
aunque nunca llegó a ser utilizada eomo tal: AGZMC, 1" Seeeión de EM, Legajo 2, Carpeta 6, orden del
eomandante naval de Canarias al jefe de la comisión de ingenieros, 30 de diciembre de 1940.
76 DOS años después el eapitán general sugirió sin éxito que se destacara una escuadrilla de destrueto-res
en las islas: AGZMC, 3" Sección de EM, Legajo 4, Carpeta 56, escrito del eomandante naval de Canarias
al ministro de Marina, 24 de noviembre de 1942.
77 Tras la derrota de 1898 muchas voces insistieron en la necesidad de contar con una defensa de eos-tas
móvil, formada fundamentalmente por torpederos, y una escuadra, aunque al comenzar la 11 Guerra
Mundial el torpedero ya había quedado anticuado: Certamen Naval de Almería, Madrid, Imprenta del
Ministerio de Marina, 1900.
78 Tras largas negociaciones, España consiguió adquirir 6 lanchas rápidas torpederas que, al igual que
las que ya estaban en servicio, fueron destinadas a Cádiz: Gareia Pérez, Rafael: Franquismo y Tercer Reich,
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1994, pp. 369-403.
79 El mismo dia que llegó Krauss se había ordenado la confección de un fichero con los pesqueros que
podían ser armados eomo patrulleros o rastreadores, sin que ninguno de los 39 buques relacionados en las
fichas enviadas al ministro de Marina el 30 de dieiembre de 1940 corriera esta suerte: AGZMC, 3" Sección
de EM, Legajo 2, Carpeta 10, escrito del comandante naval de Cananas a los comandantes militares de
Marina, 12 de dieiembre de 1940.
Boletín Millares Carlo
2002, 21: 147-164
para cerrar los fondeaderos de Lanzarote y Fuerteventura80. A todo ello sc
añadía la carencia de redes submarinas, para lo cual be pensaba en utilizar
parte de las de Palma de Mallorca. Aún así, seguirían faltando otros eleinen-tos
para completar la defensa naval del archipiélago81.
Las necesidades aéreas no eran irrisorias, pero no parecían compatibles
con las infraestructuras existentes82. Como ~ninimod ebería haber 50 acrona-ves,
cifra imposible de alcanzar teniendo en cuenta que en Gando solo cabría
un máximo de 20, más otros 10 en Tenerife e igual cifra en Arrecife si era
ampliado83. Mientras se aumentaba la capacidad de los aeródroinos se podría
negociar el envío de una escuadrilla de Stukas, como sustitutos de la artille-ría
pesada inexistente en el archipiélago, y otra de reconocimiento, además de
los cazas ya previstos. Los aerodromos situados en el Sáhara también contri-buirían
a reforzar la defensa de Canarias y su acondicionamiento requería
pocos gastos. Concretamente se trataba de Sidi Ifni, Cabo Juby y Villa
Cisneros, a los cuales se consideraba bien lo~alizados8p~e,r o mal comunica-
Cuadro 4
Escuadrillas necesarias para la defensa de Canarias
Númcro de escuadrillas
Gran Canaria 1
Caza
Bombardeo en picado
Bombardeo
Elaboración propia a partir de: BA/MA, RM 7,!1.000, "Informe del capitán...", pp. 13-14.
Reconocimiento
80 Además de ser pocas, también eran tan anticuadas que resultaban de escasa utilidad. tal y conio se
comprobó en el primer ejercicio de defensas submarinas del quc ha quedado corislancia en la Base Nwnl de
Canarias: AGA, Marina, Estado Mayor de la Armada, Caja 20.122, "Memoria de los ejercicios efcctundo
por las defensas submarinas de la Base Naval de Canarias en el mes de junio de 1947", 2 de julio de 1017.
8' Había I I torpcdos de 450 mm para la defensa de los puertos principales, pero ni uri compresor de
aire para cargarlos, por lo que permanecieron guardados cn un almach hasta el final de la 11 Guerra
Mundial, cuando se descubrió que habían quedado inservibles: AGZMC. 3" Sección de EM, L.ega;o 13.
Carpeta 5, comunicación de operaciones del comandante general de la Base Naval de Canarias al iiiiiiistro
de Marina, 7 de julio de 1945.
82 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 13-14. En la nota conservada en la Caja 204 dcl
ARZMC se menciona grupos en vez de escuadrillas, pero, teniendo en cuenta que cada grupo se componia
de dos escuadrillas, las dos listas coinciden: AHEA, Expediente A-12.320, "Reorganización de las Fucrzas
Aéreas. Composición de Unidades", sin fecha.
83 Con respecto a Lanzarote se pedía aparatos de reconocimiento, pero sin concretar su cantidad.
84 De hecho, el de Villa Cisneros era utilizado de forma regular por los aviones de Air France: AHEA.
Expediente *6811, carta del jefe de las Fuerzas Aéreas del Atlántico al jefe de la 2" Sección de EM del Aire.
13 de diciembre de 1939.
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Juan José Díaz B-enítez Colaboración hispano-alemana para la defensa de Canarias ...
dos por mar85 e insuficientemente defendidos86. Por ello había que ir pensan-do
en realizar todo el abastecimiento por vía aérea o marítima.
La cuestión de los depósitos de combustible era de vital importancia87.
Todos los tanques situados en los dos puertos principales estaban completamen-te
desprotegidos, lo cual se podía solucionar provisionalmente mediante cubas
escondidas en los numerosos barrancos de las islas. Para ello sería indispensable
conseguir 40.000 cubas de 200 litros cada unag8 y aún así sería necesario insta-lar
depósitos subterráneo^^^, lo cual se consideraba imprescindible. Las instala-ciones
de los puertos para el desembarco de mercancías pesadas eran bastante
limitada@. En Las Palmas no había ninguna grúa fija, por lo que había que
remediarse con las de los barcosgl, mientras que en Santa Cruz de Tenerife sólo
habia una utilizable, además de otra que no estaba terminada. Sin embargo, se
juzgaba que la capacidad de almacenamiento en ambos puertos era considerable
y se contaba con el empleo de especialistas alemanes en el caso de que el 111
Reich accediese a entregar material para la defensa de las islas92, incluyendo el
personal para una de las piezas de artillería en cada una de las dos islas princi-pales93,
lo cual sería aceptado por las autoridades españolas.
LOS CANARIOS ANTE LA GUERRA
Krauss no podía terminar su informe sobre la defensa de las islas sin valo-rar
la actitud de su población, a partir de los testimonios de la colonia alema-na
en Tenerife y sus propias observaciones. La primera conclusión que cabía
extraer de los datos disponibles era que todos los grupos sociales rechazaban
En realidad, en Cabo Juby, Villa Cisneros y La Güera no habia ni puertos ni fondeaderos adecua-dos,
por lo que el abastecimiento de agua a estas posiciones se convirtió en una verdadera tortura para las
tripulaciones de los buques encargados de tal misión: AGZMC, 3" Sección de EM, Legajo 6, Carpeta 8,
escrito del comandante naval de Canarias al ministro de Marina, 03.12.42.
En diciembre de 1940 sólo habia 400 hombres para defender la costa comprendida entre el cabo
Bojador y La Güera: AGA, Marina, Estado Mayor de la Amada, Legajo 139 (envío AB-22), parte de cam-paña
núm. 26 del guardacostas Xauen, 10 de enero de 194 1.
X7 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", p. 14.
Tampoco parecía que fuese posible conseguir suficiente combustible para llenar tantas cubas, ya que
las reservas españolas habían sido limitadas a 160.000 toneladas.
89 Así lo habia sugerido el comandante naval de Canarias al ministro de Marina un par de días antes
de que llegara Krauss: AGZMC, 1" Sección de EM, Legajo 1 Carpeta 33, escrito del comandante naval de
Canarias al ministro de Marina, 10 de diciembre de 1940.
90 BAJMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", p. 15.
91 La Armada española también se interesó en 1940 por las infraestmcturas portuarias que se podían
aprovechar desde el punto de vista naval: AGZMC, 1" Sección de EM (Legajo 1, Carpetas 33 y 41) y 2"
Sección de EM (Legajo 1, Carpeta 1).
92 BNMA, RM 7Il.000, "Informe del capitán...", p. 15.
93 Inicialmente se habia pensado enviar todo el personal necesario para las cuatro baterías de la
Kriegsmarine y las cuatro del Heer, junto con víveres para tres meses: BAIMA, RM 711.002, escrito de la
Seekriegsleitung al OKW, 30de noviembre de 1940.
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2002, 21: 147-164
la posible entrada de España en la guerra, ya que ninguno escaparía a sus gra-ves
repercusiones económicas". Canarias dependía en gran medida de las
importaciones y exportaciones del extranjero, por lo que el estallido dcl con-flicto
tuvo importantes efectos en el archipiélago, sin que el comercio con la
Península pudiera sustituir por completo las importaciones e x t r a n j e r a s o s .
Además, todos los artículos importados habían sufrido un importante encare-cimiento
al tener que pagar derechos de Por SLI parte, las exporta-ciones
de tomates, dirigidas anteriormente a Gran Bretaña y Alemania, caían
en picado97 y las de plátanos eran reorientadas al territorio nacional".
La inclinación de los diferentes grupos sociales por uno u otro beligerante
no era unánime, aunque la mayoría era proclive a Gran Bretaña"" Esta ten-dencia
no era de extrañar a la luz de las conexiones existentes entre las clases
más altas y los intereses británicos. Buena parte del capital de estos isleños se
había formado desde hacía muchos años en el comercio con Inglaterra, a la
cual enviaban a estudiar a sus hijos, mientras numerosas familias británicas e
incluso f r a n c e s a s l o O se instalaban en Canarias, donde su influencia no era sólo
comercial sino también social1O1. Krauss afirmaba que la mayor parte de la
clase trabajadora pertenecía a Falange, aunque su mentalidad no se ajustaba
precisamente a los principios del p a r t i d o l 0 2 . Los intelectuules, que según CI
y4 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 15-16.
95 El propio gobemador civil de Las Palmas reconocía que no sólo eran insuticicntes hino iainhién
mucho más caras: AGA, Gobernación, Caja 2.791, memoria del gobernador civil de Las Palmas. 1 X de hcp-tiembre
de 1938.
96 Las importaciones fueron más baratas mientras se aplicó cl sistema de puertos franc«h. Oficinl-mente
se aducía otras causas como la subida dc los precios en cl resto de Espalia. aunque no parecia hnbcr
explicación para aquellos artículos que ya se importaban de la Peninsula desde antes de la guerra ci\ 11:
AGA, Secretaría General del Movin~ientoD, elegación Nacional de Provincias, Caja 64. Jefatura Pro\ incinl
de FET-JONS de Las Palmas, parte mensual núm. 8, diciembre dc 1940.
'7 La restricción de importaciones por parte del Ministerio de Alimentación británico no afcct0 n los
tomates canarios, pero la falta de transporte impidió que llegaran al mercado inglés. con 10s consiguientes
perjuicios económicos para cultivadores y exportadores: AGA, Asuntos Exteriores. Caja 7.278. oficio del
embajador español en Londres al Ministerio de Asuntos Exteriores, 27 de novicnibre de 1940.
98 En este caso tampoco habia suficientes buques para llevarlos a su destino peninsular: Archi\»
Histórico Provincial de Las Palmas (AHPLP), Gobierno Civil, Asuntos de Gobierno, Negociado 3". legajo
correspondiente a junio de 1940, oficio del gobemador civil de Las Palmas a la Dirección General de
Comunicaciones Marítimas, 29 de marzo de 1940.
99 BAIMA, RM 711.000, "lnforme del capitán...", p. 16.
"'0 En realidad, la presencia francesa en Canarias no cra tan importante, ya que a principios de 194 1 sólo
había 149 residentes franceses en las islas: Centre des Archives Diplomatiques de Nantes (CADN). Las Palmas.
Serie B, Caja 3 1, despacho del agente consular en Tenerife al cónsul en Las Palmas, 12 de febrero de 1941.
10' A pesar de estar en retroceso, todavía en 1937 las propiedades británicas en el archipiélago eran mis
importantes que las exportaciones canarias de 1938 y la recaudación de Hacienda en Las Palmas en 1930:
Quintana Navarro, Francisco: "Los intereses británicos en Canarias en los años treinta: una aproximación".
en Vegueta, núm. 50, Servicio de Publicaciones y Producción Documental de la Universidad de Las Palmas
de Gran Canaria, 1992, pp. 149-172.
'O2 Probablemente no era la mayor parte de la población, aunque Krauss si estaba en lo cierto al destn-car
la presencia de numerosos militantes que, habiéndose afiliado por los motivos más diversos, no con-partían
los principios ideológicos del Movimiento: PRO, FO 371122.684, informe del cónsul británico en
Santa cruz de Tenerife al Foreign Ofjce, 6 de julio de 1938.
Boletín Millares Carlo
2002.21: 147-164
Juan José Díaz Benitez Colaboración hispuno-alemana para la defensa de Canarias ...
habían sido anteriormente republicanos, antimilitaristas y anticlericales, legiti-maban
en un principio la posición alemana, pero la represión ejercida por las
autoridades españolas había tenido efectos contraproducentes e incluso ellos
mismos temían que una victoria alemana la agravara aún másl03. El clero no
era precisamente germanófilo y su influencia tampoco contribuía a mejorar la
propaganda a favor del 111 Reichl04.
La actuación de las autoridades de las dos provincias canarias dejaba
bastante que desear105. A pesar de que la difícil situación económica que
padecía toda la nación no facilitaba las tareas de reconstrucción, también era
verdad que frecuentemente la incompetencia de los organismos oficiales
constituía un factor decisivo a la hora de explicar los problemas por los que
atravesaba el archipiélagol06, los cuales se achacaban a Alemanialo7. En este
sentido, Krauss consideraba necesario que las instituciones españolas ejer-cieran
una hábil propaganda y una influencia que permitiera ganarse a los
intelectuales y a la mayor parte de la clase trabajadora para la causa germa-na108.
Con respecto al personal de las fuerzas armadas cabía aplicar las
tnismas consideraciones hechas sobre la población local, ya que en su mayor
parte había sido reclutado allíl09. La mayoría de los oficiales era gennanó-fila,
tal y como había dicho anteriormente. Esta germanofilia estaba espe-cialmente
presente en los procedentes de la Península, mientras que entre los
nacidos en las islas o casados con mujeres de allí se podía encontrar tanto
partidarios como detractores del Eje.
103 Krauss no aclaraba a qué intelectuales se refería, pero no parece que se trate de los representantes
de la cultura isleña antes del inicio de la guerra civil. Posiblemente fueran los camisas viejas de la Falange,
partidarios de una dictadura fascista, rivales del Ejército a la hora de controlar los resortes del poder políti-co
y deseosos de ocupar ámbitos de influencia tradicionalmente en manos de la Iglesia, aunque de ahí a Ila-marlos
republicanos, antimilitaristas y anticlericales había un abismo, además de no representar precisa-mente
lo mejor de la cultura española.
104 LOS falangistas también se quejaban de la influencia del clero en la educación primaria: AGA,
Secretaría General del Movimiento, Delegación Nacional de Provincias, Caja 27, Jefatura Provincial de
FET-JONS de Santa CNZ de Tenerifc, parte mensual de diciembre de 1940.
105 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 16-17.
'06 En Las Palmas, el jefe provincial del Movimiento no dudaba en culpar directamente a los organis-mos
oficiales, aunque esta actitud también estaba motivada por los conflictos entre Falange y las autorida-des
provinciales e insulares: AGA, Secretaria General del Movimiento, Delegación Nacional de Provincias,
Caja 27, Jefatura Provincial de FET-JONS de Las Palmas, parte quincenal num. 1, hasta el 26 de junio de
1940.
107 En realidad, la población culpaba de estos males al nuevo régimen y sus representantes en Canarias,
mientras que estos decían que habían sido provocados por la guerra: AGA, Secretaría General del
Movimiento, Delegación Nacional de Provincias, Caja 64, Jefatura Provincial de FET-JONS de Santa Cruz
de Tenerife, parte quincenal del 1 al 15 de julio.
108 Sin embargo y a pesar de la neutralidad oficial adoptada al inicio del conflicto, la prensa canaria ya
hacía campaña a favor de Alemania desde septiembre de 1939: La Tarde, 13 de septiembre de 1939.
109 lncluso los representantes del régimen reconocieron que había individuos partidarios no sólo de la
victoria de Gran Bretaña sino también de que ocupase las islas si España entraba en la guerra: AGA,
Secretaria General del Movimiento, Delegación Nacional de Provincias, Caja 75, Jefatura Provincial de
FET-JONS de Santa Cruz de Tenerife, arte mensual de septiembre de 1940.
Boletín Millares Carlo
2002, 2 1 : 147-164
Juan José Diaz Benitez Coluhoruci(in hispcrno-ulcniu~lrpit rrrr lcr defrti.su de C'untrt.rut
El abastecimiento de las islas era mejor que el de la Península, pero tam-bién
presentaba graves de f i c i en~i a s lE~l ~m. aíz y el aceite de oliva eran los dos
principales artículos para el consumo alimenticio de la población, calculhn-dose
que las cerencias para una reserva de 6 meses ascendían a 18.000 y 2.000
toneladas respectivamente. Sin embargo, no existía esa cantidad en el archip-iélago,
ya que se esperaba que a mediados de enero hubiera 5.400 toneladas en
Santa Cmz de Tenerife y 7.000 en Las PalmasI1l. Entre las soluciones que se
proponían para evitar el desabastecimiento de Canarias se encontraba la idea
del general García-Escámez de sustituir los cultivos exportadores de tomates
y plátanos por maíz, lo cual permitiría el autoabastecimiento del archipiéla-go"
2. También se esperaba que a principios de febrero llegaran 7.200
toneladas de harina para asegurar las existencias correspondientes a los 6
meses. Con todo, aún quedarían graves problemas por resolver como la
escasez de agua que padecían las dos islas más orientales1I3 y las deficientes
comunicaciones con el exterior e incluso entre una y otra isla.
UN INFORME PARA OLVIDAR
Krauss concluía destacando la importancia de la defensa de Canariasl14.
Alemania estaba interesada en que las islas no cayeran en manos del enemigo
e incluso en utilizarlas como bases para sus propias fuerzas navales en caso de
que el desarrollo de la guerra acabara involucrándolas de lleno en el conflicto.
Aún quedaba mucho por hacer para garantizar su defensa y las posibilidades
de las autoridades españolas para reforzarla eran limitadas, pero una adecuada
presión alemana junto con la ayuda material prevista podía lograrlo. Como
mínimo había que entregar los 12 cañones ya preparados y direcciones de tiro
sencillas para todas las baterías modernas. Para el montaje de las alemanas
'lo BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 17-18.
111 Esta preocupación por asegurar el abastecimiento del archipiélago, especialmente ante la posibili-dad
de entrar en guerra con Gran Bretaña, fue lo que llevó a la creación del Mando Económico.
Inicialmente, 5 de agosto de 1941, se hizo siguiendo las directrices de la Comisaría General de
Abastecimientos, pero según un decreto reservado de la Presidencia del Gobierno de 25 de septiembre de
1941 quedaba autorizado para actuar según sus propios criterios: AGA, Secretaria del Ministro de Marina,
Caja núm. 4.691.
112 Los cultivos de plátanos no desaparecieron, pero desde el Mando Económico se emprendió una cam-paña
de fomento de los cultivos de cereales con el fin de asegurar el autoabastecimiento de Canarias, meta
que no pudo ser plenamente conseguida: Mando Económico del Archipiélago: "Memoria de la labor reali-zada
por ese organismo durante el tiempo de su funcionamiento", en: Cunarias en la II Guerra Mundiul.
Capitán General García-Escámez, Santa Cruz de Tenerife, Cátedra Cultural "General Gutiérrez", 200 1, pp.
187-286.
'13 La pertinaz sequía que azotaba a estas islas había provocado la frecuente emigración de muchos de
sus habitantes a Gran Canaria: Lobo Cabrera, Manuel, y Quintana Navarro, Francisco (Dirs.): Yuizu .v su tie-rra.
Síntesis histbrica, volumen 11: Siglos XIXy XY, Ayuntamiento de Yaiza, 1999, pp. 113-135.
li4 BAIMA, RM 711.000, "Informe del capitán...", pp. 18-19.
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Juan José Diaz Benitez Colaboración hispano-alemana para la defensa de Canarias ...
serían necesarios 3 meses, pudiendo estar listas a principios de mayo. En cam-bio,
si no eran entregadas se podría dar el riesgo de que los españoles cambi-asen
de actitud con respecto a la guerra, lo cual supondría importantes incon-venientes
para el mando militar alemán115.
Sin embargo, la decisión de no entregarlas ya estaba tomada desde
antes de que Krauss volara a Canarias. A principios de diciembre de
1940, el almirante Canaris, jefe del Abwehr, se entrevistó con Franco
para acordar la fecha de entrada de España en la guerra. Pero el dicta-dor
español dijo que aún no estaba listo para hacerse beligerante, por lo
que todos los preparativos de la operación Felix fueron cancelados,
excepto los viajes de exploración, los cuales debían ser terminadosll6.
Cuando Krauss volvió a Alemania trajo consigo una información que
habría resultado esencial para reforzar la defensa de Canarias ante un
posible ataque británico tras la captura de Gibraltar por las fuerzas ale-manas.
Pero de momento no se iba a hacer nada para asegurar la sober-anía
española en el archipiélago. Habría que esperar hasta mediados de
1941, en el marco del apoyo español al esfuerzo bélico alemán en la
URSS, para que la Kriegsmarine enviara finalmente 4 bateríaslI"que, a
pesar de la importancia que se les había dado a finales de 1940, no con-stituían
precisamente lo mejor de su arsenalllg.
La defensa de Canarias siguió reforzándose aún en una fecha tan tardía
como 1943, pero sin alcanzar entonces la eficacia necesaria1I9. Las priori-dades
estratégicas del gobierno español y los limitados medios disponibles
impidieron la defensa adecuada de las islas, en las que se llegó a acumular
decenas de batallones de infantería y baterías de artillería sin que la cantidad
llegase a compensar la carencia cualitativa de artillería de costa moderna,
fuerzas navales y aviones. El informe de Krauss recogió este problema, de
forma mucho más precisa que los británicos unos meses después, cuando
creían que la guarnición del archipiélago ascendía a 4.5.000 hombres120. La
lI5 En realidad, no sólo no se hicieron anglófilos sino que continuaron permitiendo el abastecimiento
clandestino de submarinos alemanes en territorio español, el cual empezó a realizarse en Canarias en marzo
de 1941, aunque los preparativos habían comenzado mucho antes: Burdick, Charles: "Moro: The Resupply
of German Submarines in Spain, 1939-1942", Central Europea11 History, 1970, núm. 3, pp. 256-284.
"6 Hubatsch, Walter (ed.): Hitlers Weisungen fur Kriegführung, 1939-1945. Frankfurt am Main,
Bernard & Graefe Verlag fur Wehrwesen, 1962, directiva núm. 19a, 1 1 de diciembre de 1940. p. 78.
" 7 La cuestión se planteó antes de la ejecución de la operación Barbarroja, pero las piezas llegaron en
agosto: AGZMC, 3" Sección de EM, Legajo 1, Carpeta 12, nota de descarga del Castillo Figuerm, 22 de
agosto de 194 1.
"8 Dos de las baterías estaban formadas por piezas de 170 mm procedentes dc un crucero alemán de la
Gran Guerra: ARZMC, Jefatura Regional de Artillería, Caja 22, Carpeta 53, ficha de la batería de Punta la
Vista.
"9 El proyecto de artillado de Gran Canaria de 1943, contando con todos los medios necesarios, era una
copia literal del redactado en 1936, pues a pesar del esfuerzo realizado durante esos años, no se había recibi-do
el material adecuado: AFUMC, Jefatura Regional de Artillería, Caja 7 (Carpeta 21) y 27 (Carpeta 61).
'20 PRO, AIR 81893, COS (41) 1 4 9M~e~eti ng, 26 de abril de 1941.
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mayor fiabilidad del informe alemán residía en la colaboración de las autori-dades
militares españolas, a pesar de que alguien pudiera temer que el estado
de la defensa fuera utilizado como pretexto para el envío de fuerzas alemanas.
Nada más lejos de la realidad, la confianza con la que se transmitió a Krauss
los problemas del sistema defensivo de Canarias reforzaba las razones dadas
por el gobierno español para aplazar su entrada en la guerra y confirinaría las
tesis actuales de que no veía al 111 Reich como una amenaza sino como un ali-ado
del que se esperaba mucho, aunque al final se consiguiera tan poco.
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