AGUSTIN MILLARES CARLO, HISTORIADOR
DE LAS ISLAS CANARIAS
ANTONIODE BÉTHENCOURMTA SSIEU
SEHIC
Centro Asociado de la UNED de Las Palmas de Gran Canaria
18-21 de mayo de 1993
El haber sido designado para abrir esta reunión que hoy nos convoca con
motivo de celebrar el centenario del nacimiento de ese eximio grancanario que
fue don Agustín Millares Carlo, es para mi no sólo un alto honor, sino un
sentimiento de íntima satisfacción por lo que para mi representó en vida
y continúa representando el afecto de profunda amistad con tan ilustre polí-grafo.
MI AMISTAD CON EL MAESTRO
Amistad y admiración se inició ya en el lejano 1952. Durante su fugaz y
primer regreso a su querida isla durante el triste y forzado exilio, fui presentado
por don Jenaro Artiles. Desde entonces procuré no perder ocasión de disfrutar
de su palabra en las diferentes ocasiones en que se detenía o pasaba breves
temporadas en Gran Canaria. Desde Valladolid, en cuya Universidad yo ejercía
como Profesor Adjunto, tuve ocasión de remitirle cuantos datos históricos con-servados
en el Archivo de la Universidad o en el de Simancas me solicitara
desde Méjico.
He recordado en cierta ocasión, cómo cuando "Millares Carlo visitó el
Archivo de Simancas en 1958, durante uno de los inviernos más crudos, le
acogimos en el viejo Seminario de Historia Moderna, en el renacentista pala-cio
de Santa Cruz. Allí consultó centenares de legajos que se le transporta-ban
desde el Archivo, en jornadas de ocho y media a dos y media y de cuatro
a nueve de la noche. Nos impresionaba a los jóvenes profesores la celeridad en
el trabajo, la seguridad en la consulta, la intuición para localizar la pieza clave y
el gozo del hallazgo". Era un espectáculo verlo aureolado por una nube de
6 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU
humo, pues empalmaba un cigarrillo con otro, con extraordinaria vitalidad y
viveza l.
No quisiera poner fin a esta evocación de tan profunda amistad sin traer a
colación las largas e instructivas tertulias en la Plazuela, después de su regreso
definitivo a la patria chica. O mis esfuerzos, coronados con éxito, tras vencer no
pocas dificultades, de investirle doctor honoris causa de la Universidad de La
Laguna, en ceremonia que actué simultáneamente como padrino y rector. Tam-poco
el prolongado almuerzo el día de su onomástica en Agaete con motivo de
la presencia en la isla de Joaquín Pérez Villanueva, a la sazón Director General
de Bellas Artes, con el pretexto de tratar asuntos referentes al Plan Cultural que
el Cabildo Insular había puesto en sus manos. Finalniente y como consecuencia
de mi vinculación con la UNED, donde radica el Seminario que lleva su nombre,
la satisfacción de dirigir a José Antonio Moreiro, su mejor conocedor, la tesis
doctoral sobre tan egregia como entrañable personalidad, a la que hube de
prologar cuando apareció como libro2.
Perdonen esta ya excesiva introducción. Pero no puedo dejar de señalar al
evocar a este hombre, bueno y sabio, ilustrativo de los que producen estos
peñascos sembrados en el Océano con relativa -y hasta me atrevería a afirmar
que con cierta frecuencia-, si lo incluimos dentro de su generación: científicos
como Juan Negrín o Blas Cabrera Felipe, poetas como Tomás Morales, "Alonso
Quesada", Saulo Torón o Pedro Perdomo; Claudio de la Torre, "Fray Lesco",
Angel Guerra, como prosistas, Néstor y Colacho Massieu entre los pintores, o el
arquitecto Martín Fernández de la Torre, por sólo citar los más eximios de los
venidos al mundo en las Canarias Orientales.
Don Agustín y su generación, sí. Pero también Millares y su familia. En la
laudatio que hube de pronunciar en el acto de investidura aseveré: Don Agustín
"no sería jamás entendido si tratáramos de desarraigarlo de una familia como la
suya ... en que la genética parece combinarse para producir intelectuales, artistas
y poetas de renombre a lo largo de generaciones. De su abuelo Millares Torres,
eximio historiador del Archipiélago, pasando por los Millares Cubas, los Millares
Carlo, los Millares Sal1 hasta los Millares Cantero, sin olvidar los Bosch Millares"'.
Analizar tan intrincado complejo nos llevaría ahora muy lejos.
' BÉTHENCOURMTA SSIEUA, ,: "Agustín Millares Carlo, un historiador de base". Prologo al libro
Agustín Millares Carlo: el hombre y el sabio de MOREIRGOO NZÁLEZJ., A,: Islas Canarias. Gobierno de
Canarias. Colección Clavijo y Fajardo, 1989; 21-34, p. 24.
MOREIROG ONZÁLEZJ., A.: Ob. cit.
BÉTHENCOURMTA SSIEUA,, : Laudutio eri honor de Don Agustít~M illurec. Curlo. Seminario Millares
Carlo. UNED. SF-D12-XVIII. Copia mecanografiada.
AGUSTÍNM ILLARES CARLO, HISTORIADOR DE LAS ISLAS CANARlAS 7
Con lo dicho podríamos entrar en materia. Pero me veo obligado a matizar
una cierta ambigüedad derivada del título de la ponencia que se me asignó en el
programa: Agushn Millares, historiador canario. ¿Qué hacer? ¿Apechugar con la
inmensa labor historiográfica del ilustre polígrafo?. Porque amén de paleógrafo,
fue archivólogo, documentalista, bibliógrafo, latinista, editor de textos clásicos,
estudioso de los humanistas, americanista y un largo etc., sin que faltara su
vocación poética en los años juveniles. Ante lo imposible, me reduciré a estudiarlo
como historiador de las Islas Canarias.
De otro lado, hemos de considerar que de un análisis de la ímproba y
heterogénea labor realizada por este infatigable trabajador a lo largo de su
dilatada vida, su tarea se redujo a facilitar a los colegas la labor, desde la
lectura de los viejos pergaminos, más que a las grandes construcciones interpre-tativas.
Razón por la que no dudo en el prólogo del libro de Moreiro calificarlo
como historiador de base. Y hay que agradecérselo porque sin los cimientos por
él fabricados, es inútil adentrarse en la tarea historiográfica.
Pero no acaban aquí los méritos de nuestro autor, pues la experiencia acu-mulada
desde temprano hicieron de él un excelente promotor y vertebrador de
tareas no sólo históricas, sino culturales, de las que van a beneficiarse sus
paisanos. Por todo ello, reduciré mi exposición a seguir en un orden relativamente
cronológico el entramado de sus aportaciones como historiador de las islas, sin
olvidar las empresas que condujo con mano experta.
En 1929, en plena madurez, 36 años, el catedrático de Paleografía presentaba
al concurso convocado por la Biblioteca Nacional de Madrid el manuscrito de
su aportación más importante como historiador de las Islas. Se trata del Ensayo
de una biobiblwgrafia de escritores naturales de las I s h Canarias4. Al ser premiada
aparecía como voluminoso libro en 1932, impreso a doble columna. "Libro
rigurosamente bibliográfico", en el que los autores aparecen por orden alfabético
y cada uno acompañado de las fuentes, una escueta biografía y la descripción
bibliográfica de cuanto saliera de sus plumas, obras consultadas personalmente
por Millares o tomadas de autores fidedignos.
Ingente aportación, herramienta imprescindible en el obrador de cuantos
vivimos preocupados por el pasado de las Islas. Reune 239 autores con miles de
títulos. Si lo comparamos con los intentos anteriores de un Viera, un Millares
Torres, Luis Maffiotte o Juan Bautista Lorenzo Rodríguez, valoraremos en toda
Ensayo de una bwbibliografía de escritores naturales de las Islas Canarias (siglos xv/, XV// y XV///).
Tipografía de Archivos. Madrid, 1932. 728 p.
su importancia tan utilísima aportación de uso cotidiano. Pero en ésto, como en
otros tantos aspectos Viera fue un precursor al incluir en el tomo IV de sus
Noticias, una Biblioteca de escritores canarioss, que trataron de continuar "con
entusiasmo digno de mejor suerte don Antonio Pereyra ... y don Alejandro Ara",
en frase de don Agustín, quién al tiempo cita otros empeños de menor caladoo.
Tanta riqueza de datos va coronada con dos curiosos apéndices. Una comedia
erudita y anónima dedicada a celebrar el Real Decreto de Carlos IV por el que
crea una Universidad en La Laguna7. Y un Diario del ilustrado fiscal de la
Audiencia, José María Zuaznavar y Francia, en que nos cuenta deliciosamente
en qué entretenía sus ocios un intelectual dieciochesco durante unas largas
vacaciones en la ciudad de Telde, al oriente de Gran Canaria. Tema que reto-rnaremos
al tratar de su amistad con Viera y C1avijox.
El perfeccionismo de Millares le indujo durante toda su vida a mejorar su
obra magna. Transterrado en Méjico o Venezuela, con la colaboración de su
sobrino Agustín Millares Sal1 y su amigo y discípulo Manuel Hernández Suárez,
a los que a su regreso se unieron el tinerfeño Antonio Vizcaya Carpenter
-historiador de la imprenta en Canarias" lograron poner en marcha una
segunda edición enormemente ampliada. Hasta ahora han aparecido cinco vo-lúmenes,
el primero en 1975. El VI y último está a punto de aparecer, al
cuidado de José Antonio Martínez de la Felo.
Con ser esta labor tanta y tan ardua, en el quehacer de Millares, no era sino
el primer sillar de un edificio mucho más complejo, en la que venía trabajando
silenciosamente. Reunía materiales que le permitieran de un lado ampliar su
contenido en el tiempo hasta alcanzar a los escritores nacidos hasta mediados
de la presente centuria. Y de otro proceder a la publicación bibliográfica de
cuantas obras referentes a Canarias de autores foráneos hayan aparecido.
Modestamente, en esta casa que hoy nos acoge, en los Seminarios de "Estudios
Históricos Canarios" (SEHIC) y "Agustín Millares Carlo", hemos iniciado la
VIERAY CLAVIIOJ,o sé. Noticius de lri Historia Genc~rcrld e las Islus Cunurius. Tm. IV. Imprenta
Blas Romero. Madrid, 1783.
MILLARECSA RLOA, : Ob. cit. Cfr. "Advertencia preliminar". ' La Gran Nivuriu triutfunte y su cupital gloriosa, comedia de autor desconocido. Ob. cit, 59 1 -
617.
ZUAZNAVYA RFR ANCIAJ. ,M .: Diurio de mis ocupuciones erl Telde u,fines de 1805 y prirrcYpios de
1806. Vacaciones una vez jubilado como fiscal de la Audiencia. Abarcan del 1 9. 10.805 al 9.3.806;
p. 625-668.
VIZCAYCAA RPENTEAR. ,T ipogrufía cunuriu. Descripción bihliogrújcu de l i s obrus rt1itudu.s rrr ltrs
Islas Canarias desde la introducción de la imprenta hasta 1900. Instituto de Estudios Canarios. Santa
Cruz de Tenerife, 1964.
'O MILLARECSA RLOA, . y HERNÁNDESZU ÁREZM, . Biobibliogrufíu de escritores ~.unurios(s iglos Xi.,/,
X V I I ~X VIII). Las Palmas de Gran Canaria. Tm. 1. El Museo Canario, 1975: Tnis. 11, 111 y IV. El Museo
Canario y Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1977. 1979 y 1980. Tm. IV. Cabildo Insular de
Gran Canaria, 1982. El V, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987. Fundamento, el VI ha aparecido
editado por el Cabildo, bajo la coordinación de Jesúh BOMBINQ UINTANy Aal cuidado de M~ ~ l ' í ~[)kE . 2
LA FE, mientras se procedía a la impresión de estas Actas. Apareció en este ano.
labor de introducir en soporte magnético este tipo de publicística, que permita en
un plazo no excesivamente largo poner al servicio de la comunidad científica un
Centro de Documentación, como homenaje al maestro, tan vinculado durante sus
últimos años al Centro Asociado de la UNED en Las Palmas de Gran Canaria.
Como es lógico la preocupación bibliográfica de Millares le condujo de la
mano a interesarse por la Tipobibliografía de las Islas. Nos ha dejado aportaciones
sobre las primeras imprentas y las obras en ellas impresas, tema sobre el que
volveremos y que ha estudiado junto a Vizcaya Carpenter, Manuel Hernández
SuárezILM. illares inició una Historia de la Imprenta en Canarias en tres tomos.
Material valioso que se perdió en 1937 con los avatares de la Guerra Civil.
Recuperados más tarde, cede generosamente sus notas a Vizcaya Carpenter,
que venía trabajando sobre el tema desde 196212.
MILLARES Y EL MUSEO CANARIO
De su abuelo, el notario e historiador Agustín Millares Torres, heredó la
vocación por la Paleografía y una estrecha vinculación con El Museo Canario,
gloriosa institución científica creada por el Dr. D. Gregorio Chil y Naranjo,
inaugurada el 24 de mayo de 1880, y en la que Millares Torres depositó
centenares de documentos y expedientes copiados de su propia manoL3.
Vinculación temprana. En 1929 junto con Jenaro Artiles había catalogado
su biblioteca y es su lugar de trabajo durante sus estancias en Las Palmas en las
vacaciones estivales desde el 26. En el 31 acudía a la Semana Galdosiana y al
siguiente participa en los actos organizados por El Museo para conmemorar el
segundo Centenario del nacimiento de Viera Y Clavijo.
Es en este año, 1932, cuando la directiva de El Museo encomienda a Millares
la dirección de la Revista del mismo nombre. Y es de destacar como en la
producción historiográfica del archipiélago esta revista que tuvo una gran acogida
desde la fundación hasta 1904, en que cesó, siendo su último director don José
Franchy Roca1" una vez restaurada llega a su cénit en su segunda época bajo la
mano de don Agustín. Forma parte de un trípode, integrado por la Revista de
Historia, que en 1927 fundara José Peraza de Ayala, a quien le sucedió en la
dirección el maestro Serra Rafols, y después yo mismo, junto con el Anuario de
Estudios Atlánticos, órgano de la Casa de Colón. Mientras las primeras han tenido
vida procelosa, con altibajos y hasta desapariciones momentáneas, el Anuario
bajo la experta dirección del profesor Antonio Rumeu de Armas, con puntualidad
matemática ha venido apareciendo durante los últimos treinta y ocho años.
' ' HERNÁNDESZU ÁREZM, . Contribuciones a la historia de la Imprenta en Canarias. Mancomunidad
de Cabildos. Plan Cultural. Las Palmas, 1977; p. 321-335.
l 2 MOREIROG ONZÁLEZJ., A. Ob. cit., p.125.
l 3 HERNÁNDESZU ÁREZM, . Indice de la Colección de Documentos de Agustin Millares Torres. Man-comunidad
de Cabildos. Las Palmas, 1977.
l4 MOREIROO, b. cit., p. 122-123.
1 0 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU
La Revista de El Museo Canario se imprimía en Madrid, cuidando Millares los
últimos detalles. Entre 1932 y 1936 aparecieron ocho números. Este fue el mo-mento
dorado de la publicación científica, tanto por lo que se refiere a su estructura,
la cuidada tipografía, las secciones documentales y de reseñas bibliográficas, así
como la calidad de las aportaciones, de autores tan distinguidos como Dominik
J. Wolfel, Serra Rafols, su director y otros muchos que ahora silencia remo^^^.
La Guerra Civil y el exilio le alejaron de El Museo, pero pronto reanudó con
la vieja institución una activa correspondencia, en la que no faltaron interesantes
sugerencias. Tanto, que instalado en Venezuela recibió de nuevo el encargo de
dirigir la Revista. Misión que desempeñó con eficacia y su habitual maestría,
gracias a una activa y continua correspondencia con el Secretario de la misma,
su íntimo amigo y colaborador en cien empresas, el inolvidable Manuel Hernández
Suárez. La Revista volvió por sus fueros y muestra del buen quehacer la tenemos
en los dos números de 1960 en homenaje a don Simón Benitez Padilla, su
amigo y compañero de aulas cuando cursaban su bachillerato en el Colegio de
San Agustín. Sin embargo, cesó dos años más tarde, ante las jncomprensiones y
dificultades suscitadas por algunos miembros de la Junta directiva, producto de
celos provincianos y "luchas de campanario", como él mismo escribió I h .
LOS ESCRITORES, EL LIBRO Y LA IMPRENTA
Aunque volveremos sobre el papel de Millares como organizador no sólo de
la faceta historiográfica, sino de la difusión cultural entre sus paisanos, nos
detenemos ahora en analizar su producción histórica sobre Canarias. Las agru-paremos
alrededor de las líneas maestras que más le preocuparon, aun en medio
de otras tareas de gran alcance, la lejanía de las fuentes y una trepidante
actividad científico-docente a la que se obligaba con sus compromisos, a los
que fácilmente accedía.
Comenzaremos por una temática para él tan grata como la que acabamos
de enunciar. A su obra monumental, tenemos que añadir su libro sobre "incuna-bles
canarios más antiguos"" o las aportaciones dedicadas a la introducción de
la imprenta en Gran CanariaI8, que también quiso hacer llegar al gran público
mediante trabajos periodísticosN.
l 5 Ob. cit. Loc. cit. '' Ob. cit. 127-28.
l7 "LOS incunables canarios más antiguos". Revista El Museo Cunurio (EMC), 11, 3 (1934); 31
y SS. Describe las cuatro primeras obras impresas por el sevillano Pedro José Romero.
"Los primeros tiempos de la imprenta en Las Palmas". EM.C., 11, 4 (1934), 49-55 y "Obras
impresas por Juan Diaz Machado". E.M.C., 111, 7 (1955), 52-53.
l 9 "Comentario a un proyecto sobre el libro canario", Diurw de Las Paltnus (L.P.G.C.), 18.VllI. 1934.
"El arte tipográfico hizo su aparición en Canarias por Santa Cruz de Tenerife. Los incunables más
antiguos". La Tarde (S.C.T.) 16.1V.935, o el más tardío, "El libro canario". E'( Eco de Ctrnarius
(L.P.G.C.) , 3.18.967.
AGUST~N MILLARES CARLO, HISTORIADOR DE LAS ISLAS CANARIAS 11
Es natural que no abandonara el perfeccionamiento de su Bioblibliografla
con esclarecedoras contribuciones sobre Sebastián Balboa, el palmero que fue el
primer poeta de relevancia en Cuba, o de Fray Matías de Escobarz0. De vuelta
del exilio y en medio de sus actividades como coordinador del Plan Cultural del
Cabildo Insular, dio a luz un volumen sobre los impresos de los siglos xv y XVI
conservados en la biblioteca de El Museo Canarioz1o, ya en fecha tan tardía
como 1981 aparecen unas breves reflexiones de una serie que lleva por título
De Bibliografla canariaz2,p ublicados por el Seminario que lleva su nombre en el
Centro Asociado de la UNED.
LA CONQUISTA DE GRAN CANARIA
Fenómeno histórico que le preocupó desde que actuó por primera vez como
director de la Revista de El Museo y que no abandonó tras el regreso definitivo
a su isla. La Conquista, pero sin olvidar a los aborígenes, la otracidad, así como
los primeros pasos de la aculturación. Contribuciones de alguna trascendencia
desde Dos documentos del obispo FríusZ3o los Siete de los Reyes Católicos conce-didos
a la conquista de Gran Canariaz4, hasta el hallazgo y publicación de un
códice fundamental, que bautizó en 1935 como Crónica Matn'tense2" dos años
después que Serra Rafols y Bonnet dieran a conocer el manuscrito de la versión
Lacunense, a la que debe sumarse una tercera conservada en Oviedo, Ovetense,
variantes capitales para la cuestión que tratamos.
Millares fija la fecha de su composición, aclara las interpolaciones y afirma
la utilización de la Matritense por el autor de la LacunenseZ6N. o es este momento
adecuado para internarnos en la polémica sostenida con pasión, si bien con una
estricta cortesía, entre ambos maestros, ni tampoco sobre la valoración y paren-tesco
entre éstas y el original perdido, favorable al conquistador Rejón, frente a
la posición contraria sostenida por la crónica de Cedeño o Sedeño, la Matn'tense,
"Espejo de paciencia", en Filosofía y Letras (UNAM, México), 10 (1943), 291-293 y Revista
de Historia (La Habana), 15 (1943), 284-86. "Fray Matías de Escobar, escritor canario", Canarias
(Organo de la Asociación Canaria de Buenos Aires), 357 (1940), 7-8 y E.M.C., 49-52 (1954), 105-
106.
" Descripción y estudio de los impresos de los siglos xv y XVI existentes en la Biblioteca de El Museo
Canario. Cabildo Insular. Las Palmas de Gran Canaria, 1975.
22 1. De Bibliograpjia canaria. Algunas notas sobre estudios paleográficos. Seminario Millares
Carlo. Madrid, 1981; 14 pp.
23 EM.C., 6 (1935), 81-83, al que debemos añadir "Donación de don Juan Frías a la Catedral de
Las Palmas". E.M.C., 4 (1934), 61-65. Todos ellos conservados en el Archivo de la Catedral de
Canarias.
24 EM.C., 2 (1934), 87-90. Muestra un resumen, con inclusiones textuales, de provisiones y
cédulas emanadas de los Reyes Católicos entre 1497 y 1482. También en el mismo Archivo.
"Una crónica primitiva de la Conquista de Gran Canaria". E.M.C., 5 (19351, 35-90.
z6 MOREIRO GONZÁLEZJ ., A. "Estudios de investigaciones históricas de don Agustín Millares
Carlo". Boletín Millares Carlo, 11 (1990), 59 y SS.
Lucunense o el Pseudo Escudero. Sin embargo, hay que reconocer que en el
mismo número de El Museo Canario en que aparece la interpretación y postura
de Serra, Millares remata las desavenencias aportando fragmentos del Ensayo
histórico de Antonio Cedeño en versión dieciochescax, manuscrito que se había
conservado en el archivo de la casa condal de Vega Grande de Guadalupe, en
Las Palmas de Gran Canaria'8. Como nos llevaría lejos penetrar en tan complejas
disquisiciones, el curioso puede realizarlo cómodamente con la consulta de obra
tan valiosa sobre lo mismo que en 1978 publicó el profesor Morales Padrón".
Millares vuelve sobre la conquista a su regreso, como lo prueba la reedición
que en 1978 publicó del Libro Rojo, dado a conocer por Pedro Cullen del
Castillo años atrás, que ahora Millares titula Libro de los Privilegios de la Ciudad,
precedido de amplia introducción, más notas y transcripción'".
De su curiosidad por los aborígenes y colonos nos dejó algunos testimonios,
alguno tan antiguo como el aparecido en la prensa en 19163'.
El variado conjunto de estudios salidos de la pluma del polígrafo referentes
al pasado de las islas, hace recomendable agruparlos de la siguiente manera:
Alonso de Espinosa y Argote de Molina; el P. Anchieta y la Ilustración en
Canarias, Viera y Zuaznavar, amén de una breve miscelánea de artículos variados
y de diverso interés.
ALONSO DE ESPINOSA Y ARGOTE DE MOLINA
En la Revista de El Museo, por lo que toca al autor del Origen y milugms de
la Santa Imagen de Nuestra Señora de Candelaria, dio a conocer el proceso
inquisitorial contra el dominico fray Alonso de Espinosa. Proceso que llevó a
Millares a la conclusión de negar la paternidad del procesado como ilustrador
" "Noticia y descripción de un códice para la historia de Canarias". E.M.C.. 7 (1935). 67-98. En
el mismo número se encuentra la contribución de don Elías Serra Rafols.
2 X BÉTHENCOURMTA SSIEUA,: "Agustín Millares Carlo, historiador de Canarias". Conferencia en
el Homenaje al Dr. Don Agustín Millares Curlo. Casa de Colón. Las Palmas dc Gran Canaria.
30.5.1980.
'9 MORALESP ADRÓNF, : Cunurius: crhicus de su conquist<i. Cabildo Insular de G. C. Las P a lma
de G. C., 1978.
Incorporación de /u Ish y fueros y privilegios cor~c~ditlous G ruii Ciinuriu. Introducción, notas y
transcripción de A. MILLARECSA RLO.A yuntamiento 500 Aniversario de la Fundación. Imprenta
Lezcano. Las Palmas, 1978. '' "Un museo interesante. Villa Benítez", Ecos (L.P.G.C.), 16.12.1 9 16. "El guanche de ayer y de
hoy" en Canarias (Buenos Aires) 160 (1924) 10-17, con el mismo título y como folleto. Santa C r u ~
de Tenerife, Librería Hespérides, 1927, 40 p. "Ansite, lección de historia". El Ew de Cunurim
(L.P.G.C.) 30.4.1974. Y "Pregón de San Pedro Martir", lección pronunciada en s«lernnc acto en el
Ayuntamiento de Las Palmas, al nombrarle Hijo predile~o de la ciudad. EM.C.. 2 1-23 ( 1970-7 1 ), 3-
1 1 y E1 Eco de Cunurius, 24.4.1970.
AGUSTÍNM ILLARES CARLO, HISTORIADOR DE LAS ISLAS CANARIAS 13
de los ~i la~ro.esn, contra la opinión sostenida por Nicolás Antonio y Berestaín.
Al tiempo el proceso le permitió recomponer la biografia de fray Alon~o'~te,m a
sobre el que volvería desde Méjico cuando profesaba en la UNAM3'.
Mayor entidad encierra sus aportaciones al conocimiento del inquieto hu-manista,
historiador y genealogista Argote de Molina. Estudiante a la sazón, en
1912, y como trabajo de curso reunió una curiosa serie de documentos proce-dentes
de archivos insulares. Tanto gustó, que llegó a pensar realizar su tesis
doctoral sobre el veinticuatro de Sevilla. Descartado el proyecto, continuó aco-piando
nuevos documentos, que diez años después elevaba a la consideración
de don Francisco Rodríguez Marín con pretexto de opositar a la cátedra de
Paleografía. Transcripciones que se conservan afortunadamente en la Biblioteca
General del Consejo Superior de Investigaciones científica^'^. Al rico material
agregó Millares un inventario de la biblioteca del curioso per~onaje'~p,u blicando
en 1935 dos nuevos documentos inéditos36. Ingente material que no aprovechó
para redactar un libro, pero le fue de gran utilidad para enriquecer en gran
medida la obra sobre Argote, de su amigo de los tiempos de ateneistas, Palma
Chaguaceda, que fue publicada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran
Canaria 37.
El hecho de que este ilustre lagunero fuera buen latinista y filologo -publicó
una Gramática de la lengua guaraní-, y al tiempo poeta y humanista hizo que
Millares pusiera su atención sobre este eficaz misionero.
Aprovechó su estancia en Brasil, de paso para Buenos Aires, en 1924 para
reunir cuantos documentos y noticias pudo. Muestra de tan continuada labor la
tenemos en las páginas que le dedica en la Biobibliografia3! Interés que le llevó
a localizar un proceso inquisitorial contra Juan de Anchieta que editó en 194039.
Aún en 1943 y 1950 realizó un análisis sobre la bibliografía referente al jesuita
" "Proceso inquisitorial contra fray Alonso de Espinosa, dominico (1 590- 1592)". E.M. C., 1
(1933) 150-2 16. "1, Advertencia" (156-158). "11. El Proceso" (159-2 16).
" "Algunas noticias acerca del escritor dominico fray Alonso de Espinosa". Filosofía y Letras
(UNAM. México), 9 (1943), 85-89.
MOREIR0 GONZÁLEZJ,. A,: Art. cit, 6 1. '' "La biblioteca de Gonzalo Argote de Molina". Revista de Filología Española. X (1923) 137-
152.
" "Dos documentos de Argote de Molina". E.M.C., 53-56 (1955) 97-98. Venta de un esclavo y
condonación del 50% de una deuda para la reconstrucción de un navío.
" PALMAC HAGUACEDAA:, El historiador don Gonzalo Argote de Molina Edición corregida y
aumentada por Agustín Millares Carlo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 1973.
" MOREIROG ONZÁLEZJ., A,: Agushn Millares ..., 129- 130.
39 "Algunos datos sobre el Apóstol del Brasil". Canarias (Buenos Aires), XXV, 335 (1940)
10-11.
14 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU
-producción que seguía con suma atención40- y la aportación de nuevos
documentos esclarecedores sobre la genealogía de Anchieta4".
Transterrado, desde la otra orilla incitaba a sus colaboradores en la prepara-ción
de la nueva edición de la Biobibliograficr a la búsqueda de nuevas fuentes.
Como consecuencia dio a conocer el Testamento y codicilos de Jum de Anchieta,
padre del apóstol del Brasil"', aclarando rasgos de la biografía del misionero.
Tenaz labor que explica las numerosas páginas que le dedica en el primer tomo
de la nueva Biobibliografia" que encierran una biografía, bibliografía exhaustiva
sobre el autor, así como su obra, como el Arte de Gramática, sermones, poesías,
cartas y otras muchas muestras de los muchos géneros que practicó en su
azarosa vida por tierras americanas.
LA ILUSTRACIÓN EN CANARIAS: VIERA Y ZUAZNAVAR
Conociendo la idiosincrasia de don Agustín y la riqueza intelectual que el
movimiento ilustrado desencadenó en Canarias -traigamos como sólo ejemplo
el Can Mayor de Viera-, el fenómeno no podía serle ajeno. Un claro testimonio
nos legó en el pregón que pronunciará con motivo de las fiestas patronales de
Santa Brígida en 197844. Consecuentemente, la personalidad que más le atrajo
fue la del Arcediano de Fuerteventura, don José Viera y Clavijo. Viera como
protagonista, pero también su íntimo amigo el fiscal de la Audiencia, José
María Zuaznavar y Francia, sin olvidar al novator Jerónimo Feijóo y sus pre-ocupaciones
por problemas referentes a las Islas Canarias, como la de San
B o r ~ n d ó n ~as~í ,c omo don Juan de Iriarte, a quien estudia como latinista y
helenista, aspectos estos en los que Millares era un auténtico expertodh.
Ya en fecha tan temprana como 1913 Millares llama la atención sobre la
amistad entre el fiscal y el arcediano". Diez años más tarde desvela la imposición
40 MILLARECS ARLOde dica una recensión de la obra de Anchieta, Degestis Mendis de Sáa (Río de
Janeiro, 1958). EM.C., 77-84 (1962), 187.
4' "Más datos sobre el apóstol del Brasil". Filosofía y Otras (UNAM, México) 10 (1942) 245-49:
y con el mismo título en Homenaje a Menéndez PiduL Madrid, 1950. Tm. 1.
42 "Testamento y codicilos de Juan de Anchieta, padre del apóstol del Brasil". E.M.C., 73-74
(1960) 331-360.
43 Bwbliografía de escritores canarios. Tm. 1, 1975, 18 1-250.
4 " C~ARLOA,~ : La id~eologia ~de la Ilu~stració~n y sus r~elacion es en Cariurius. Santa Rrígida.
Pregón de las fiestas de San Antonio, 1978.
45 "Algunas consideraciones sobre Canarias y América en la obra del Padre Feijoo". Conferencia
pronunciada en la Casa de Colón (Las Palmas de G. C.) 3.2.959. Feijoo mantuvo correspondencia
con el jesuita P. Sánchez, autor de una Semi-historia de las Islas. Al benedictino le preocupó la isla de
San Borondón.
46 Don Juan de Iriarte: latinista y heienista (Conferencia). Las Palmas de G. C. Centro Regional de
la UNED. Seminario Millares Carlo, 1981. 24pS2h. Lleva nota preliminar de Manuel Padorno.
También la pronunció en el Casino principal de Santa Cruz de Tenerife, 21.9.971. " "En la Biblioteca Nacional. Un amigo de Viera y Clavijo". La Provincia (L.P.G.C.) 27.2.913.
de la Academia de la Historia para que Viera y Clavijo cambiara el título de los
cuatro tomos de su Historia, pues habiéndola planificado en seis tomos, en los
cuatro a que quedó reducida, no aparecen referencias a la Historia Natural de
las Islas48.
El interés por Viera se manifiesta en las muchas páginas a él dedicadas en
su Bibliografa, publicada en 1932, año en que en Las Palmas de Gran canaria
se conmemoraba el Segundo Centenario del nacimiento de Viera. Acude Millares
desde Madrid a los actos organizados por El Museo Canario con una ponencia
sobre "Viera y Clavijo y la historiografía de canaria^"^^. Publicó poco después
cuatro cartas inéditas del arcediano conservadas en la Económica de TenerifeS0
y le atribuye La Oración de la Real Academia de la Historia al rey Nuestro Señor
con motivo del nacimiento de los Infantes (gemelos) don Carlos y don Felipe, muy
del agrado del rey Carlos II15'. Esperamos ahora con impaciencia la aparición
del sexto y último tomo de la nueva versión de la Biobibliografa, al parecer
muy voluminosa y prácticamente ocupado por el arcediano.
Por lo que toca al fiscal y amigo y como apéndice de la Biobibliográ$ca, tal
como anunciáramos, incluye Millares un Diario de Zuaznavar. Es de enorme
interés por la frescura con que nos deja contemplar cómo ocupaba sus vacaciones
un ilustrado, curioso de noticias históricas, que va participando con puntualidad
a su entrañable amigo, al tiempo que le remitía muchas curiosidades halladas
en sus excursiones que enriquecieran la abundosa colección de Historia Natural
conservadas por el arcediano en su casa de la plaza se Santa Ana.
En el estudio previo al Diario Millares incluye hasta veinticinco obras de este
prolífico jurista ilustrado, muchas sobre temas que afectan a las Islas, otras dedi-cadas
al estudio de los fueros de Navarra, donde también ejerció como fiscal52.
Aún dedicará a Zuaznavar otros dos trabajos. Uno en 1940 y el otro en
1955s3, en los que testimonia su interés por la inusitada actividad intelectual
con que sacudieron este puñado de ilustrados una ciudad de suyo tan plácida,
como fuera por aquel entonces el viejo Real de Las Palmass4.
4"'Algunas noticias acerca de don José Viera y Clavijo". Diario de Las Palmas, 23.4.923. El
manuscrito de este texto, dedicado al lectoral don José Feo Ramos se conserva en el seminario
Millares Carlo (UNED) con la signatura AMS-D4-IV.
49 La pronunció el 4.1932 en el Teatro Pérez Galdós.
"Cuerpo de cartas modelo de Viera y Clavijo" (1773-1774). E.M.C. 6 (1935) 84-93.
" MOREIR0 GONZÁLEZJ., A,: Ob. cit., 63.
Véase la nota 8.
s3 "La autobiografía de Zuaznavar". Canarias (Buenos Aires) XXV, 356 (1940), 20-24. Se inicia
con la ruptura hispano-francesa y la mayoría de los pasajes hacen referencia a sus andanzas por las
Islas. "Dos obras de Zuaznavar y Francia". E.M.C., 53-56 (1955) 39-5 1. Destacan las Memorias de
Zuaznavar, publicadas en 1834 en San Sebastián y Bayona. Millares añade una extensa bibliografía
de obras del autor.
54 Una visión finisecular de la Ciudad, en BÉTHENCOURMTA SSIEUA, : "Las Palmas al final del
Antiguo Régimen. Estampas". En Canarias y Carlos 111. Ed. Cabildo Insular de G. C. Las Palmas.
113-138.
OTRAS APORTACIONES
Todavía hay más trabajos, pero son tan variopintos y de valor y exten-sión
tan diversa, que me reduciré a una mera enumeración por orden cronoló-gico.
El archipiélago durante el Antiguo Régimen vivió zarandeado por los ataques
navales y piráticos. De tal manera que me he atrevido a calificarlo como un
fenómeno estru~tural~al~ q, ue el profesor Rumeu con su habitual maestría ha
dedicado cinco espléndidos volúmenes, que afortunadamente acaban de ser
reeditadosíO. Millares nos dio a conocer documentos interesantes sobre el ataque
de Jacques Sores a la Gomera y sus contubernios con el Señor de la isla dan
Diego de Ayala5'.
Curiosos son los datos biográficos de Juan Bautista Aventroop, personaje
que lo mismo se dirigía a Felipe 111 que al Dux de Venecia'" o el contenido de
una carta remitida por Lope de Vega -quien no hizo ascos a temas isleños en
su abundante producción literaria- al Cabildo Catedralicio de Las Palmas'".
Encierra datos valiosas una relación sobre nuestras islas que encontró entre los
papeles de la Colección Salazar en la Academia de la Historia") y como una
curiosidad más la naturaleza insular del padre del famoso general Riego"'.
APORTACIONES DE UN TRANSTERRADO
Muchas fueron las realizadas por Millares a la historia de Canarias y alto su
magisterio durante los amargos y añorantes años de su forzado exilio. Las
carencias lógicas de fuentes y otras muchas dificultades fueron vencidas gracias
a una incesante correspondencias, que restaba tiempo a su frenético quehacer.
En los primeros años dos fueron las revistas donde aparecieron sus contribuciones:
la bonaerense Canarias y Filosofiu y Letras de la UNAM en Méjico. Sólo más
tarde volvería a colaborar en la Revista de El Museo Canurio.
Obra de mayor aliento fue la publicación en La Habana, en 1945, de la
55 BÉTHENCOURTM ASSIEUA,. de: "Historia de una estructura. La reproducción facsiniil de Cunirriu.c
y el Atlántico. Piratenas y utuques navales de Rumeu de Armas, un acierto editorial". La Provincia (L.
P. de G. C.) 6.8.92; 28-29 y "Canarias y el Atlántico, historia de una estructura". El Día (Santa Cru/
de Tenerife) 10.12.92. p. 44-45.
56 RUMEUD E ARMASA, : Cunurius y el Atlunfico. í'ircrreríus y utuques ~iui.u/esi.s las Canaria, 199 1
3 Tms, 5 vols. Reimpresión de la primera edición Pirutenús y Atuques riuvulec u Iris Dltrs Cu~rur-ius
cuyo primer tomo apareció en Madrid. Instituto Jerónimo Zunta, C.S.I.C., 1937. A Jacques Soria
dedica el cap. XI, p. 473-546 del tomo primero.
'' "Jacques Sores en La Gomera, 1570". E.M.C. (1934) 66-69.
5"cAlg~na~ noticias y documentos referentes a Bartolomé Aventroop". E.M.C. 5 (19351, 1-26.
59 "Lope de Vega y el Cabildo Catedral de Las Palmas". E.M.C. 6 (19351, 69-70.
"Relación inCdita de las Islas Canarias". E.M.C., 6 (1935) 70-80.
6' "El padre del general Riego". E.M.C., 2 (1934), 79-80.
AGUST~N MILLARES CARLO, HISTORIADOR DE LAS ISLAS CANARIAS 17
Historia General de las Islas Canarias de Agustín Millares Torresb2L. a realizó en
colaboración con su paisano Antonio Fleitas Santana, vocal que había sido del
Tribunal de Garantías Constitucionales. El libro, de gran formato y volumen,
lleva un epílogo sobre los canarios en la empresa americana de Tomás Felipe
Camacho, presidente de la Asociación Canaria, la más brillante de cuantas
fundaron los isleños allende de los mares63.
Más que una reedición fue una refundición puesta al día, despojando el
original de cuantas cuestiones habían sido superadas y las amplias y ampulosas
disquisiciones propias de la época y de la ideología de su autorb4.
Historia dedicada a los isleños en América, para que conservaran viva la
memoria de sus ancestros. Coronada por algunas letras de folías, no me resisto
a reproducir una que desgraciadamente goza de actualidad tanto a un lado
como al otro del Atlántico.
"El gofio me va faltando
y los dineros también.
Ahora si que estamos bien,
sin comer y trabajandonb5.
Como quiera que la casi totalidad de las aportaciones historiográficas de
Millares referentes a Canarias durante el exilio las hemos citado al analizar sus
líneas de investigación, no sería razonable, sin embargo, silenciar ahora su labor
como maestro y animador de actividades desde tierras americanasb6. Un magnífico
muestrario de las mismas las encontramos en el casi centenar de cartas que
desde Maracaibo y otros lugares escribió a su amigo, discípulo6' y colaborador
-con él firma la segunda edición de su Biobibliografia- Manuel Hernández
Suárez 6R.
62 MILLARETSO RRESA, : Historia General de las Islas Canarias. Refundición, prólogo, notas y
adicciones por Agustín Millares Carlo ... y Antonio Fleitas Santana. Epílogo de Tomás Felipe Camacho.
La Habana. Editorial Selecta, 1945, 545 p.
63 Ob. cit. 523.
64 Ob. cit., 5.
65 Ob. cit., 522.
NO entro en cuanto se refiere a sus sentimientos como transterrado, ni tampoco en su ingente
quehacer científico al margen del pasado de nuestras islas. Muchos de estos testimonios se conservan
en el Seminario Millares Carlo del Centro Asociado de la UNED y han sido inteligentemente
utilizados por el profesor MOREIROG ONZÁLEZq,u e subtituló su libro El hombre y el sabio.
67 Este economista, fue arrastrado de tal manera a los quehaceres bibliográficos, que además de
firmar con Millares la segunda edición de la Bwbiblwgrafia, es autor de tres libros capitales: Bibliografía
~ de Galdós. Las Palmas de G. C., Mancomunidad de Cabildos, 1972 y Indice de la Colección de
Documentos de Agustín Millares. Ed. id., 1977. y Conm'bucwn a la historia de la imprenta de Canarias.
Id. id., 1977.
Seminario Millares Carlo. M-C 50-148. Las cartas se inician en Maracaibo el 16 de mayo de
1961 y acaban el 25 de septiembre de 1970.
18 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSlEU
Razones de tiempo nos veda entrar en tan rico venero. Me reduzco a señalar
su brillante labor como director de la Revista de El Museo Cunano, en la que
actuaba como secretario Manuel Hernández, período al que hice referencia y
que acabó en forma poco agradable para Millareshy.
Proyectó llevar adelante la creación en el seno del Museo un lnstituro Biblio-grá$
co de las Islas Canarius, rebautizado enseguida con las siglas ICBD. Redactó
incluso un borrador de reglamento. El quedaría al frente del Instituto auxiliado
por un Consejo Técnico integrado por Manuel Hernández Suárez, su sobrino
Agustín Millares Sal1 y el crítico Ventura Doreste7".
En aquel mismo año, 1962, lamentó profundamente, a causa de razones
familiares, no hacerse cargo de la recién nacida Casa de Colón, lo que hubiera
supuesto regresar definitivamente a su isla casi una década antes7'. A partir de
entonces sus vinculaciones con Las Palmas, quedaron reducidas a una serie de
Cursos y Conferencias en la Universidad Internacional Pérez Galdós, que le
ayudaban a sus viajes durante las vacaciones estivales.
Vencidas una serie de dificultades que no son del caso, vuelve don Agustín a
morar en su tierra, siendo ya octogenario. Sin embargo, ni los años, ni las
contrariedades habían mellado su inteligencia, ni los bríos para el trabajo. Per-maneció
aquí hasta exhalar el último suspiro el 8 de febrero de 1980.
Pero no todo fue bonanza en su senectud, bonanza que facilitara su dinánii-ca
tarea. También hubo de sufrir sinsabores. Los honores alternaron con las
acritudes. Entre aquellos: la publicación por la Caja Insular de dos hermo-sos
volúmenes en homena-je a tan rica personalidad científica, acompana-da
por una exposición de su obra y un ciclo de conferencias en esta Sala a car-go
de los Drs. Rumeu de Armas, Morales Padrón, De la Nuez Caballero
y el que os habla. El 30 de noviembre del siguiente me cupo el honor de
investirle como Dr. Honoris Cuusa por la Universidad de La Laguna, amén
de otras satisfacciones como la designación como hijo predilecto de Las Pal-
69 ";Ojalá que la Revista, al pasar a manos más hábiles que las mía, siga puhlicándosc con el
ritmo que había adquirido, y no desmerezca en cuanto a presentación y contenido!". Enorme clarivi-dencia.
A. Millares a M. Hernández, Maracaibo, 7.2.1962, o "La lectura de los acuerdos de la Junta
[del Museo] tocantes a la Revisia me causó no indignación, pues he perdido 1;i capacidad dc
indignarme, pero sí malestar físico. Oficialmente, nada me han comunicado. ;Una indelicadera más!".
Id a Id, Maracaibo 11.12.1962. Dije clarividencia porque la Revista cayó en picado. MOKFIKL)
GONZÁLEZo,b . cit. 3 12, nota 17.
70 Millares a Hernández, Maracaibo 10.2 y 24.3.1962. Loc. cit.
7' El mismo al mismo, Maracaibo 12.4 y 16.5. y 27.9.1962. Loc. cit.
72 LOS datos que utilizó en este epígrafe proceden de los capítulos XIV, XV y XVlI de la tantas
veces citadas obra de MoREIRO GONZÁLEZ.
mas de Gran Canaria y miembro honorífico de sociedades científicas y cultu-rales.
Aún, la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas puso en sus manos la
atractiva tarea de coordinar un ambicioso Plan Cultural para las Canarias Orien-tales.
Lo articuló en nueve comisiones: Archivos y Bibliotecas, Historia, Investi-gaciones
científicas, Literatura, Música, Teatro, Plástica, Cinematografía y Medios
de Comunicación. El esfuerzo tuvo un resultado generoso, tanto que muchas de
estas actividades perduran amparadas por el Cabildo de Gran Canaria. Empresa
ambiciosa como herramienta que elevara el nivel cultural, que sin embargo no
estuvo desde pronto exenta de críticas, que fueron in crescendo. Nunca falta la
envidia ni tampoco las mezquinas ambiciones personales, a pesar del generoso
esfuerzo gerencia1 de un octogenario. Que si alto coste, que si poco rendimiento,
que si elitismo, y otro cúmulo de falsedades. Con tres años y unos meses de vida
en octubre de 1978 fenecía el Plan Cultural al serle rescindido el contrato a su
coordinador general.
Es entonces, cuando el Centro Regional de la UNED le ofrece generoso
asilo. Aquí desempeñó sus últimos años de eficaz magisterio como profesor
tutor de Paleografía y Diplomática. De tan estrecha vinculación surgió la idea
de legar su biblioteca y papeles al Centro y de que en el mismo se instalara un
Seminario con su nombre, que ha prestado y presta servicio al desarrollo de la
Ciencia en la isla.
Siendo ingentes sus compromisos de última hora, con la prisa para rema-tar
tanto trabajo emprendido, Millares no abandona su interés por el pasado
de sus islas. Ahora lo concentrará alrededor de los archivos. Ya en 1973 el
Cabildo le ofreció que junto a tareas docentes se ocupara en realizar inves-tigaciones
sobre los fondos de los archivo y catalogara la biblioteca de El
Museo Canario. Proyecto, el de los archivos, que recibió fuerte impulso desde
el Plan Cultural. Incluso organizó un Curso para enseñar Paleografía a los
encargados de la clasificación y catalogación de los documentos. Todavía en
1979 firmaba un contrato con el Cabildo para elaborar El registro bibliografico
de los Archivos del Archipiélago y un Estudio directo de los Archivos de las
Canarias Orientales.
En el Plan Cultural incluyó un Boletin de Reseñas Bibliograficas. Seguía el
modelo que implantó con Recensiones en la Universidad venezolana de Zulia.
Colaboraron en el mismo, amén del veterano Manuel Hernández Suárez, perso-nalidades
más jóvenes de la entidad de José Luis Gallardo, Manuel Padorno,
Antonio de la Nuez o Manuel Parra. A la disolución del Plan Cultural obedece
que no vieran la luz sino sólo dos números.
Fueron muchos y muy variados los libros publicados por el Plan Cultural y
entre ellos destacan los referentes a historia de Canarias. A los arriba citados de
Manuel Hernández, hay que añadir monografías y ediciones de Caballero Mújica,
Guimerá Peraza, León y Castillo, Lobo Cabrera, Torres Santana, o el de Leopoldo
de la Rosa, prologado por Millares con un análisis de cada una de las aportaciones
reunidas en el tomo73.P ues bien, la totalidad de estas monografías se encuentran
agotadas7'.
Aún podemos añadir unas últimas colaboraciones de Millares, que pueden
servir de fuente y testimonio para historiadores, como la necrología a su amigo
el archivero Jenaro Ar t i le~'~SU, encuentro mejicano con el físico Blas Cabrera'"
o la semblanza que nos dejara de su correligionario Franchy Roca7'.
Con esto llegamos al final. Don Agustín Millares Carlo, el enorme polígrafo
grancanario que escribió de tantas materias relacionadas con la historia a lo
largo de su ingente quehacer aplicó sus conocimientos al estudio del pasado de
las islas donde naciera. Y ello, por lo mucho que las amaba.
Para Canarias hizo aportaciones quizás de no excesivo brillo, ni profundas
interpretaciones sobre nuestro pasado e idiosincrasia. Fue también aquí un his-toriador
de base, o sea básico para los que hemos venido detrás, ya que en sus
aportaciones encontramos un enorme arsenal de noticias indispensables para
adentrarnos en la investigación de problemas sobre la modernidad insular.
Sabio en muchos saberes, pero humilde y generoso, que se desvivió por ser
útil a los demás, a la comunidad científica y al pueblo llano. Y ello en razón de
ser un hombre bueno y sabio simultáneamente.
Por éstas y otras muchas razones los canarios le debemos no sólo amor y
admiración, sino a la vez imitarle como modelo arquetípico de ética profesional
y generosidad. Virtudes esenciales sobre todo para cuantos nos acercamos al
quehacer científico.
73 ROSAO LIVERAL., de la: Estudios sobre las Canarias Orientriles. Las Palmas de G. C.. Manco-munidad,
1978.
74 Catálogo depublicaciones. 1992. Las Palmas de G. C. Ed. del Cabildo, 1972.
75 In Mernoriarx Jenaro Artiles. en Aguayro (L.P.G.C.) 82 (1976) 14- 16.
76 "Mis reencuentros en México con Blas Cabrera Felipe". Rumbos (Revista del Círculo Canario
de Estudios socialistas "Juan Negrín". Telde) 2 (1978) 17-20.
" "José Franchy Roca (Datos para una semblanza)". Rumbos. 5-6 (1980) 3-5.