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ESPAÑOLISMO VERSUS «SEPARATISMO» EN LA MASONERIA PUERTORRIQUEÑA: LA LOGIA BORINQUEN, NUM. 81 DE MAYAGÜEZ (1889-1897) * Manuel A. DE PAZ SÁNCHEZ Universidad de La Laguna (Canarias) A Marcos Silvesfrini, puertorriqueño, y a Rosario Suárez, canaria, por su amistad. 1. INTRODUCCION Uno de los historiadores ya clásicos de Puerto Rico, Salvador Brau, señala, refiriéndose al periódico El Eco, editado en 1822 en la imprenta Fraternidad, que la misma «no era extraña a las in-fluencias de la francmasonería, preponderante en España y cuyos talleres funcionaban en la isla desde el anterior período liberal» '. Esta afirmación es difícil de sostener, al menos en lo tocante a España, a la luz de las más recientes investigaciones l. * Este trabajo fue presentado en el 11 Congreso sobre la Masonería, orga-nizado por la Academia Brasileña Masónica de Letras de Río de Janeiro (20-23 de marzo de 1983). ' BRAU, Salvador, Historia de Puerto Rico, Ediciones Borinquen, Ed. Coquí, San Juan de Puerto Rico, 1975 (2." ed. facsimilar), pp. 232. ' Cfr., por ejemplo, FERRER BENIMELI, José A., Masonería española contem-poránea, Madrid, 1980, 2 vols. Habrá que esperar a finales de la década de 1860 para que se vuelva a tocar el tema de las sociedades secretas, no necesariamente masónicas, y, en esta ocasión, vinculadas a la labor independentista de Ramón Emeterio Betances, que, exiliado en 1867 en Santo Do-mingo, trataba de fomentar un levantamiento armado contra la me-trópoli, que, en efecto, tuvo lugar en Lares el 23 de septiembre de 1868, y que si bien no triunfó, tampoco fue duramente reprimido, dado que la victoria de la «Gloriosa» en España dio un giro notable a los acontecimientos, «las cárceles se abrieron, y los condenados a muerte, indiiltados primero; ohtilvieron meses despiiés amplia am-nistía » 3. Por otra parte, el Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Frau y Arús da la fecha de 1871 como el año en que se introdujo la masonería en Puerto Rico 4. Pero este dato no parece ser cierto, puesto que, en 1867, ya se había erigido Esfrella de Luquillo, núm. 17, Luea:-J u l1a- -L,.A:,...-:- A,. 1,. r ,.A" A,, P A 1 , L /P..&,,) "o",<- uuiuibiibia ub la u r c i i i L I U ~ L U ub ~ V I U I I \ ~ U U U J , UUF>UII VLAUY fuentes 5. Ahora bien, tenemos la impresión de que la masonería empieza a ~onsoliclarse en Puerto Rico a partir de la década de 1880. Durante esta etapa al menos el Grande Oriente Nacional de España cuenta con varios talleres, además, en 1883, según Ferrer Benimeli, se fundó en Mayagüez la Gran Logia Simbólica de Puerto Rico, que, quizá, pudiera tratarse de la Gran Logia Soberana, creada, sin embargo, el 20 de septiembre de 1885 '. Por otro lado, el Grande Oriente Espanol, constituido en firme en la primavera de 1889, también tuvo logias en Puerto Rico, y, precisamente, vamos a escribir algo sobre ellas, particularmente sobre Borinquen, núm. 81, de Mayagüez. BRAU,S ., ob. cit., pp. 261 y SS., y VARIOSA UTOREPSu, erto Rico: Historia y desarrollo contemporáneo, Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, 1979, pp. 85 y 86. Citado por FERRER BENIMELI, J. A,, «Masonería española. Siglos XIX y XX», Ticziiipü de I:isí~i.iü, ii. 1 1, uc:U!xc 1975, pp. 4-37> 11. PAZ S~NCHEMZa, nuel de, «Aspectos generales y principales características de la implantación sistemática de la francmasonería en la Gran Antilla, durante l . sepndn mitad del siglo xrx»: Anuario de Estudios Americanos. XXXVI. Sevilla, 1979, pp. 531-568, 538; véase también Soberana Gran Logia de Puerto Rico, Centenario de la Respetable Logia Estrella de Luquillo n. 5 (1867-1967), Puerto Rico, 1967. FERRERB ENIMELIJ,o sé A., 06. cit., p. 19. Y véase, asimismo, Gran Logia Soberana de L. y A. M. de Puerto Rico (fundada el 20 de septiembre de 1885), 44." Asamblea atzual celebrada en San luan. Abril 20 y 21 de 1929, 474 pp. (&U& p r FLR??~:: BE?:I?.EELI, les6 A., Eik!ingrnfin do !n .xnsn??ork?. !.?trn-ducción histórico-crítica, 2." ed., Madrid, 1978, p. 312). En este sentido, es conveniente insistir sobre las conclusiones que hace algún tiempo planteamos en un artículo, antes citado, referido a la masonería cubana de la segunda mitad del XIX. Allí dijimos que se debía distinguir entre una masonería específica y esencialmente cubana y otra masonería diferente, la de obediencia española penin-sular. Y señalamos también que los Orientes peninsulares no habían conseguido hacerse fuertes en la Gran Antilla. Ello parece lógico por cuanto la dinámica social e ideológica insular tiende, pausada o verti-ginosamente, al desgajamiento, a la emancipación política. Sin em-bargo, y esto es muy importante, no puede decirse en ningún momento -como han querido los sectores integristas de España- que las obediencias de carácter eminentemente español y, en concreto, el Grande Oriente Español. fomenten o hayan prodigado los ideales emancipadores, antes al contrario, la crisis final de esta masonería en Cuba -casi en 1891- se produce en gran parte por la oposición de los organismos centrales a los planteamientos, a veces claramente independentistas o excesivamente autonomistas, de los masones cuba-no- españoles de la Perla del Caribe. Pero la represión colonial de los momentos álgidos no parece distinguir entre masones de uno y otro signo. Asimismo, puede hablarse de una francmasonería específica-mente antillana, consciente de su identidad propia, originada a partir dc las obediencias norteamericanas, y vinculada a otros focos dcl Caribe, como Santo Domingo, etc. ¿Qué sucede en Puerto Rico? Algo bastante parecido. ¿Cuáles eran las circunstancias políticas de la Isla? El movimiento autonomista insular alcanzó una de sus cotas im-portantes en 1887. El 10 de marzo quedó aprobada la constitución del partido autonomista, que ((aceptando la identidad política y jurí-dica a la metrópoli y reconociendo a ésta su soberanía territorial, proclamó, como principal fundamento de sus gestiones, la descentra-lización administrativa en todas las cuestiones locales, así como el derecho a votar el país, sus presupuestos». Este organismo exasperó a los incondicionales exaltados, y pronto se produjeron escenas re-presivas ?: ((algunos jóvenes de Ponce intentaron constituir una liga secreta para reducir los beneficios que en sus tratos y negocios obtenían los incondicionales. Contener aquella liga por medios racionales, hubiera sido correcto. pero lejos de adoptarse ese temperamento, se acusó al partido ' BRAU, S,, ob. cit., pp. 284 y SS. autonomista de promover por medio de sociedades secre-tas, una conspiración atentatoria a la integridad nacional)). Muy pronto se extendió la ola represiva por toda la Isla, siendo uno de sus principales sostenedores el general Romualdo Palacio, y «el suicidio llegaba a considerarse en Mayagüez, preferible a los compontes», sistema represivo e indigno que terminó con la destitu-ción de Palacio en noviembre, pero «allá en la región del sur, teatro principal de las inolvidables violencias, el sentimiento antiespañol comen76 a trasliicirse». El partido autonomista volvería a reunirse de nuevo en asamblea en Mayagüez, en marzo de 1891. 11. FUNDACION Y FUNDADORES DE LA LOGIA BORINQUEN, NUM. 81, DE MAYAGUEZ (PUERTC) RICC!) Según la primera Memoria de sus trabajos -escrita por el fun-dador Mauro Fernández Pérez, Barbasárz-, la logia Borinqucn nació a finales de octubre de 1889, cuando se recibió, en el taller Conci-liación, núm. 47 de Mayagüez, una carta de su Venerable, a la sazón en España, en la que encarecía dar mayor luerra a las actividades masónicas, y, en este sentido, apuntaba la idea de organizar una nueva logia, «con objeto de constituir aquí la Regional de Puerto Rico» '"'. Esta sugerencia de expansionar los trabajos fue respaldada de in-mediato por los miembros de Conciliación, núm. 47, quienes comi-sionaron a los masones Pedro Alvarez Campos, Mauro Fernández Pérez y Jacinto Vales Varela para la elaboración del proyecto, que se plasmó -«antes de veinticuatro horas»- en las siguientes Bases ': ((1." La Resp. L. Conciliación sortearía o señalaría, siempre que no hubiese número de voluntarios suficiente, 14 miembros cotizantes, de ellos 7 m. m. para formar el cuadro de la nueva Log. 2." Le facilitaría carta dispensativa que legalizase sus ' Cfr. FERNÁNDEZ PÉREZ, Mauro, Mas. Univ. Fam. Esp. A.L.G.D.G.A.D.U. Grn. Or. Español. Resp. Log. Borinquen n. 81. Memoria de los trabajos reali-zados por este tall. desde 10 de noviembre de 1890 (1889), hasta el 9 de igual mes de 1891 (1890), primer año de su fundación. Por el h. Barbasán gr. 18, Imprenta de «El Progreso», Mayagüez, 1890, 24 pp., pp. 4-5, A.H.N.3.G.C. Masonería (Archivo Histórico Nacional, Sección Guerra Civil, Salamanca). Ob. cit., PP. 5 y 6. trabajos hasta obtener la definitiva. que al efecto debía solicitarse del Gr. Or. por su gestión directa. 3." Le facilitaría su templo para trabajar en día dis-tinto al señalado para la Mtadre) L(ogia); serían de su cuenta todos los gastos de instalación, entretenimiento, casa y secretaría hasta que la nueva Log. tuviese en su tesoro 100 pesos fuertes, desde cuya fecha empezaría a sufragar todos sus cargos: es decir, pagar sus gastos gene-rales, y el alquiler de casa por mitad. 4." Que todos los inieinbros del nuevo cuadro lo se-rían honorarios de la C(onci1iación) e igual número de aquélla lo serían de la nueva Log. 5." Que estos miembros serían señalados por Conci-liación de los de su cuadro y tendrían recíprocamente voz Y voto, Y 6." Que ambos talleres serían independientes en su gobierno y administración.)) El contrato fue firmado, por los integrantes de ambos talleres, el 10 de noviembre, día de la instalación de la nueva logia. Ahora bien, el acto fundacional fue presidido por tres hermanos comisiu-nados por las tres primeras luces de Conciliación, y no por ellas mismas como era de desear, lo que constituyó «una grave falta de consideración al Oriente en cuyo nombre obraban, y un desprecio al nuevo taller»; actitud que dejó ver «en lontananza una oposición oculta y rastrera)) a la erección de la nueva logia " y que, en realidad, constituyó la primera fase de una disputa que, prontamente, distanció a los dos talleres hermanos, y donde no faltaron las intrigas por ambos bandos. Respecto a los fundadores de Borinquen, tenemos el cuadro de la página siguiente 'O. Las profcsioncs dc los individuos rncncionados son las quc sigucn, en conjunto, tres «comerciantes», tres «propietarios», dos «militares», dos «industriales», un «dependiente», un «empleado», un aescribien-te » y un «prucuradur». Ob. cit., p. 6. lo «Cuadro de los hh. que forman la Resp. Log. Borinquen al Or. de Maya-güez, bajo los ausp. del Gr. Or. Español, Mayagüezn, Puerto Rico, 4 de agosto de 1890, loc. cit. Lugar de Lugar de Apellidos y nombre nacimien fo residencia ALVAREZC AMPOSP, edro Tenerife BASORAY MESTRE,J osé Mayagüez BERGA, Andrés Mayagüez FERNÁNDEZP ÉREZ, Mauro Mayagüez GARCÍA SUÁREZ, Celestino Asturias GARCÍA DE LA TORRE, Luis Mayagüez GRANT, Federico Venezuela LONGORIAP,e dro Asturias MUÑIZ, Cristóbal Mayagiies! PUIG, José F. Mayagüez RIVERA, Juan P. Mayagüez RODRÍGUEZR ODR~GUEJZo,s é Orense ROUSSET, Enrique Arroyo (P. R.) VALES VARELA, Jacinto La Coruña Mayagüez Mayagüez Mayagüez Mayagüez Lajas (P. R.) Mayagüez Lajas Lajas Mayagüez Mayagüez Mayagüez Lajas Mayagüez Mayagüez Con el fin de redactar el Reglamento interior de la logia sc nombró, rápidamente, una comisión que integraron Alvarez Campos, como presidente, y Vales Varela y Fernández Pérez, como vocales. Este último realizó el borrador que, el 20 de noviembre de 1889, fue presentado al taller para su aprobación. Contra el mismo sc alzaron las voces de los miembros de la logia madre Puello y Goncc «sin alegar más argumentos que la creencia que abrigaban de que se oponía a lo prescrito en el de la Conciliación», siendo refutadas sus observaciones 'l. Además, el hermano visitador Alberto Regúlez, venerable dc Cs. del Silencio, encomió la obra diciendo que podía servir de «perfecto y acabado modelo a todos los talleres» ". El 18 dc diciembre se recibió la Constitución del Grande Oriente y se procedió a la revisión del proyecto de Reglamento, pero hubo que suspender los trabajos porque los citados miembros dc Concilia-ción, núm. 47, junto a otros, avenían dispuestos a promover un fucrtc escándalo» ". Por fin, el l." de enero de 1890, se aprobó, en cámara de aprendiz, l1 FERNANDEZ PÉREZ, M., ob. cit., pp. 6 y 7. l2 Ob. cit., pp. 7 y 8. l3 Ob. cit., pp. 8 y 9. el mencionado Reglamento interior, siendo enviado poco después a Madrid, donde sería sancionado el 15 de octubre 14. En abril de 1891 se remitieron también los estatutos al gobernador general de la Isla, legalizándose el taller de acuerdo con la Ley de Asociaciones ". El Reglamento de Borinquen, núm. 81 consta, pues, de seis títulos y 61 artículos l6, algunos de los cuales merecen ser resaltados. Así, el artículo 1 .O establece ": «Esta Logia tiene por objeto afirmar y sostener dentro del Simbolismo bajo los auspicios del Gr. Or. Español, tanto en el mundo profano como en el orden masónico, el libre pensamiento, los derechos inherentes a la perso-nalidad humana, el régimen democrático con su peculiar organismo político y social, la moral universal y la jus-ticia con todas sus manifestaciones, ya sea desenvolviendo su acción propia, ya secundando la de otras sociedades análogas con idénticos fines y tendencias, dejando siempre a salvo el dogma masónico dentro de las prescripciones constitutivas del orden.)) Por su lado, el artículo 4." dispone ciertos requisitos restrictivos para la admisión de profanos que, en este caso, coadyuvarian a vincu-lar a la masonería a determinados estamentos sociales 18: «Para ser iniciado en la Resp. Logia Borinquen es indispensable, además de reunir todos los requisitos cons-titucionales, poseer cuando menos la instrucción primaria, y además una renta, profesión, oficio o modo de vivir conocido, que le proporcione al candidato recursos sufi-cientes para atender a sus necesidades y a las nuevas obligaciones que ha de cuntraer.» A su vez, el artículo 21 legisla 19: «Las puertas de la Resp. Log. Borinquen son democrá-ticas, simbolizan la Igualdad, y por consiguiente no re-l4 Ibídem. Cfr. también Reglamento de la Resp. Log. ~Borinquenn, n. 81, Imp. de «El Progreso», Mayagüez, 1891, 29 pp., pp. 27 y 28, loc. cit. l5 Reglamento, p. 29. l6 Ibídem. " Ibídem, pp. 3 y 4. l8 Ibídem, p. 4. Véase también art. 12. p. 6. l9 Ibídem, p. 8. chuzUnn ingún hor;,Vre honrUdo, 1ibi-c y dc LU.U.-G-I-I-~ J GUO- --- turnbres. Esta Log. suprime los honores a los grados filo-sóficos y en ningún caso cederá los puestos de sus luces, digaatarios y a aütüi.i&íj Iiias&iiea se presente, excepción hecha del Gr. Com. y G. M. de la Or. o quien le sustituya.)) Desde el punto de vista financiero o económico (art. 22), se con-signa que las iniciaciones ((costarán la suma de doce pesos, el aumento & sdurie u! gru& de rampuBer~, cinco pesos, y !as exa!taciuncs a! tercero, diez pesos; cuyas cantidades no podrán ser condonadas ni alteradas, al menos que un sobresaliente mérito así lo aconseje, y en este caso pí-evio acüeidü del t a h » , ~ u y ü sii iicrii;rus iairibikn podrían acordar, no obstante, aumentos o disminuciones en los conceptos mencionados 'O. Por utra parte, la logia estaría gobernada por las dignidades y oficiales siguientes ": - Un Vencrablc Macstro. - Un Primer Vigilante. - Un Segundo Vigilante. - Un Orador. - Un Secretario. - Un Tesorero. Y, si lo permitiese el número de obreros, serían cubiertos los siguientes cargos: - Un Orador adjunto. - Un Secretario adjunto. - Un Primer Experto. - Un Segundo Experto. - Un Hospitalario-Limosnero. - Un Arquitecto Revisor. - Un Maestro de Ceremonias. - Un Preparador. -- Un Porta-estandarte. - Un Arquitecto Decorador. - Un Director de Banquetes. - Un Guarda Templo interior. - Un Ecónomo y Guarda Templo exterior. " Ibídem. '' Ibídem, pp. 9 y 10. Estos cargos (art. 27) eran reelegibles, y la Veneratura. además, podría serlo durante tres años consecutivos ". También se tomaron las medidas habituales contra el problema del absentismo (arts. 28 y 29) 2". En otro orden de cosas, al Venerable se le otorgan no sólo los poderes más o menos clásicos, sino algunos especiales como el de «suspender las sesiones pnr un tiempo limitado ciiandn, a su juicio, las circunstancias lo exijan» 'l. Aunque, como es lógico, el presidente podía ser objeto de mociones de censura y, por acuerdo mayoritario, ser forzado a abandonar su cargo (art. 33) 25. Finalmente, el artículo 61, adicional, disponía -entre otras co-sas- lo que sigue2': «Todo acuerdo que tome la Log. en contravención a lo dispuesto en todos y cada uno de los artículos de este Reglarriento será nulo y de ningún valor y no será obli-gatorio para los obreros del Taller su cumplimiento.)) 111. «LA VERDAD EN SU LUGAR»: UN MANIFIESTO DE FIDELIDAD AL GKANDE ORIENTE ESPAÑOL Una de las primeras pruebas fehacientes de lealtad al Grande Oriente Español, es el folleto que, como «prólogo» de otro que pen-saba editar contra uno de su logia madre, diera a la estampa Borin-quen, núm. 81 en agosto de 1891 27. Mediante el opúsculo se trataban de desmentir las «calumniosas especies, gratuitas afirmaciones y falsas diatribas puestas en juego y en letras de molde por una pequeñísima parte de la prensa masónica provincial de la Península, que a su vez la tomó del mal titulado Oriente Español que se publica en la isla de Cuba, como órgano de '' Ibídem, p. 10. ?' Ibídem, pp. 10 y 1 1 . :' Ibidem, p. 12 (art. 32). Ibídem, pp. 12-14. 'Vbidem, p. 27. ?' Masonería Universal, Familia Española, La Verdad en su lugar. Prólogo u1 contra-folleto que publicará en breve la R. L. Cap. «Borittquen» n. 81 de la Fed. del G. Or. Español. En contestación al publicado por la ex Logia «Conciliación» de estos Wll., Mayagüez (Puerto Rico). Imprenta de «El Pro-greso », 1891. e;ci-ia permna!i&d de! &ijUcko Conocju &giona! Uc aqUc!!a An:i&ii, y, al mismo tiempo, criticar la actitud poco leal de Conciliación, núm. 47 ". En este sentido, se realiza una extensa condena ": « ¡Atrás, pues, los detractores! Atrás los ambiciosos vulgares, atrás los falsos masones que, titulándose após- * - 7 - - - - 7 iuics LGIUDUS Uc ki pürcza UcÍ ñitü, pi-cieíideii eÍevciise al abrigo de aquél, sin reparar en que le desvirtúan, le escarnecen y le falsean, con el solo afán de erigirse en potencias independientes, para halagar vanidades y satis-facer bastardas y vulgares ambiciones, ...; y no es esto lo peor, sino que, aunque en cortísimo número, encuentran emuios que ies secunden, pretendiendo hacer valer sus falsas teorías en estos Valles, con los propios fines, y anteponiendo al interés de la Orden, la satisfacción de su orgullo personal y de sus afinidades y tendencias extrema-damente regionales y locales, con el absurdo propósito de tolerar la menor cantidad de autoridad central posible, y haciendo inauditos esfuerzos por descartar de sus huestes, hasta las más insignificantes partículas de centralismo. ¡Porque se encuentran lejos, ya quieren ser a toda costa omnipotentes y formar familia aparte! » Acto seguido se combate de forma concreta el problema habido entre el Grande Oriente Español y el Consejo Regional de Cuba, antigua Gran Logia Provincial de la Isla de Cuba, que siempre opuso una «fuerte resistencia a cuantas soluciones le propuso el Gran Oriente para su total organiza~ión»"~y, que, de hecho, terminó con la destitución de sus dirigentes por parte de la Potencia peninsular. Las razones de esta dura medida del Oriente español se basaban, según los puertorriqueños, en las numerosas irregularidades del Con-sejo Regional de la Gran Antilla, envuelto siempre en las «nebulosi-dades que desde su origen circundaban su gestión)). Irregularidades que pueden resumirse, más o menos, asíS1: - La desidia del organismo cubano que, frente a lo preceptuado, no designó representantes a la Asamblea General de 1891, donde 28 Ob. cit., p. 3. '' Ob. cit., p. 5. 30 Ob. cit., p. 6. '' Ob. cit., PP. 6 y 7. habrían de ser oídas sus reclamaciones, tal como se había acordado el año anterior. - La desobediencia a las órdenes del Gran Consejo Central, y el total descuido a la hora de satisfacer los gravámenes obligatorios y otros capítulos económicos. - El que «el periódico mal titulado Oriente Español de aquellos valles, inspirado por su director el h. Miguel A. Nogueras, Gran Secretario de aquel Regional, se ocupó siempre en definir en él doctrinas completamente opuestas a las que preceptúa nuestra Cons-titución, titulándose dicho h. y su periódico, órganos del Gran Con-sejo Regional de Cuba, bajo los auspicios del Gran Or Fspañnl, el uno, y como Gran Secretario del Regional, el otro». El que varios talleres subordinados al Regional, además, re-clamaran por su conducto «sus definitivas patentes y títulos de que carecían, remesando su importe a la vez, y a pesar de reiteradas ins-tancias nada pudieron conseguir más que perder el tiempo y sus intereses», por lo que decidieron acudir directamente al Gran Con-sejo de la Orden, que les proveyó de patentes y títulos gratuitas. Más adelante se añade ": «No contentos aquellos extraviados funcionarios con las escandalosas tropelías que habían cometido, quisieron des-virtuar el decreto del Gran Consejo, publicando una hoja impresa plagada de dislates y herejías masónicas, en la que se pretendía demostrar, que el Iltre. h. Mariano Gar-cía, tercer Vicepresidente del Gr. Consej. había firmado el decreto de disolución, en ausencia del Gr. Maestre titular, por no prestarse ni el l."' Vig. ni el 2." a sancionar con sus firmas, aquella medida de saludable y buen go-bierno. Para pulverizar esta patraña, bastaos a todos, ..., leer el Boletín Oficial de nuestro Gran Oriente, núm. 27, de fecha 2 de febrero, y en él encontraréis las justas causas que han puesto legítimamente, en manos del Iltre. h. Ma-riano García el primer mallete; y siendo, como es, muy posterior a esta fecha el decreto de disolución, clara está la falsedad de tal aserto.» " Ob. cit., p. 8. 14 Li~egn, entre otras cosasi se matiza irónicamente 33: «No hay remedio, esos cubanos están locos; se empeñan en faltar a Ia verdad y dicen r ~ i a n t n se les viene a la lrn-gua; vicios dc la maledicencia y nada más. No sería desacertado, y lo decimos de todas veras, se !es 9 n l ; r a c ~ fin eme!ieEte, 2 T J ~ T si les Cl!m2h2n -r------ tanto los nervios, que a la verdad, y sin la menor iazbn que lo justifique, bien lo han de menester. ¡Son tan ..o".,:n"nc l ;; 1,"L " &WOWO. Después critican la actitud de sus antiguos hermanos que, en .~.-~1l-u-:bi-i ubiui1 1 ~-lili-u- o L,ii a-uLlLai-i x gui:uA -u li.u.-a Li i.u.-~1i1i-u- au3 c- 1lu- eu -i i-i-u-~-u-i-i-c aA - fl..L.. UG ~ u u u . Estos errores, dice el folleto, «lamentables para todos nosotros y sobre todo para nuestra Orden, aquí donde es absolutamente necesaria la unión y la m65 exquisita iraternidad, y más hoy, que nuestro Gran Oriente cuenta con buen número de florecientes talleres, animados todos del mayor entusiasmo y del más puro patriotismo, todo hacía esperar una próxima época de felices y trascendentales éxitos en todas las localidades de verdadera importancia; ahora, repetimos, que la victoria definitiva tocaba a nuestras puertas, la ex-Logia "Concilia-ción", extraviada sin duda y envanecida con su antigüedad, . .., yér-guese airada y rebelde contra el Gran Oriente, desoye sus consejos, deja incumplimentadas sus órdenes, declara irregulares otros talleres más legítimos y mejor dirigidos, publica bandos tachándoles de agru-paciones no masónicas, quiere imponer su voluntad y sus autoritarios Reglamentos, coartándonos esa misma libertad que ahora para sí tanto pregona; nos cierra el templo, echándonos a la calle, distribuye falsas circulares acusándonos de delitos que nunca pensamos cometer; rompe un solemne contrato que con nosotros había celebrado para prestarnos el debido auxilio; nos usurpa la parte que en su tesoro teníamos, nos elimina de su catálogo faltando también a todo lo estatuido, se dirige al Gran Oriente con mentida queja, que nos-otros deshacemos enviando en copia certificada todos nuestros tra-bajos realizados; se ve por el Oriente lo inexacto de tal denuncia. se nos envía por su conducto nuestra patente, nos la detiene ilegal-mente y a renglón seguido publica que carecemos de ella; viene una comisión del Gr. Or. a estos Vall, para arreglar fraternalmente tan lamentables diferencias, nos ponemos incondicionalmente a sus órde-nes, y la Logia "Conciliación" se niega en absoluto a aceptar ninguna de las soluciones propuestas por aquélla, obligándola a salir de su " Ob. cit., p. 9. templo antes de terminar los trabajos, desairada y desobedecida la autoridad suprema de que venía investida: retírase la comisión escandalizada por no encontrar siquiera las buenas formas que la urbanidad aconseja y que la educación más rudimentaria enseña; ve que no hay allí ni visos de los sentimientos caballerescos, huma-nitarios y caritativos que tanto distinguen a los masones de los demás hombres, y que, por el contrario, predomina la repugnante nota rencorosa con su séquito de arbitrariedades e intrigas, que sólo la torpe venganza anima aquellos pervertidos corazones, que se muestran reacios a toda idea salvadora, y que sus esfuerzos son inútiles y hasta burladas sus proposiciones, convéncese de que debe retirarse y dar cuenta de tal estado de cosas al Gran Oriente, como así lo hace; recoge nuestra patente, que contra toda ley retenían aquéllos, y ha-ciéndonos formal entrega de ella a los pocos días, según procedía, formó y remitió al Gran Oriente el oportuno expediente expresivo de todo lo ocurrido» 34. Enterado el Grande Oriente Español de estos incidentes decretó, el 3 de mayo, la «suspensión de derechos» de Conciliación, núm. 47, comisionando a Borinquen, núm. 81 para que, en su nombre, le transmitiese oficialmcntc csta disposición. Los miembros de Borinquen, núm. 81 fueron muy mal recibidos por la logia suspendida que, además, dio a la estampa su Memorial de agra-vios, que, «engalanado con buenas iornias y jesuítico ropaje, no contiene una sola verdad, pero en cambio envuelve un sinnúmero de vulgares y bajas acusaciones, que aun cuando fueran ciertas, no debían mencionarse por su negativa talla» ". Por último, Borinquen, núm. 81 anuncia algo de lo que se pro-ponía publicar más adelante contra las acusaciones de la decana y termina con una declaración de lealtad a la obediencia 36: «Corre como cierta la especie de que se pretende una amalgama general de todas las fuerzas masónicas en esta provincia, y que cierta autoridad asumirá la dirección. Nosotros, siempre fieles a nuestros principios y conse-cuentes con nuestros compromisos y procedencia, perma-neceremos firmes en nuestros puestos hasta vencer o morir, y sólo nos prestaríamos a sancionar, en lo que nos tocare, tal decantada fusión, cuando ésta quede bajo la obediencia y los auspicios del Gr. Or. Español. Otra cosa, jamás, jamás .jamás.» '' 06. cit., pp. 10 y 11. j5 Ob. cit., pp. 11-13. Ob. cit., pp. 13-16. IV. LA ENCUESTA DE ENERO DE 1892 Y EL INFORME DE BORINQUEN, NUM. 81 Antes de continuar con el planteamiento esencial de este trabajo, conviene que sepamos algunas noticias sobre la ideología de los miembros del taller de Mayagüez. Así, el 15 de enero de 1892, el Gran Consejo de la Orden publicó un decreto, ordenando a sus logias que dieran respuesta a una serie de temas clave, con el fin de elevar los resultados a la Asamblea general de dicho año. Por lo tanto, el 9 de marzo, los masones de Borinquen, núm. 81 terminaron un «humilde informe)) que abarcaba las distintas preguntas del cuestionario, a saber 37: 1) La vida conventual. 2) Medios para concluir con los privilegios de las órdenes mo-násticas. 3) Los jesuitas. 4) La enseñanza laica. 5) El ejército, y 6) La desigualdad de clases. En lo tocante a la primera pregunta, los puertorriqueños son tajantes 38: «Los inconvenientes de la vida conventual son: quitar brazos al país, restándole fuerzas útiles, descenso de po-blación legítima, el fomento de la holganza y del desprecio a la humanidad, la invención de todas las depravaciones, vicios y corrupciones, morales y materiales; el fomento de las ideas más erróneas respecto de Dios, con menos-cabo de su Majestad: el fomento de crímenes de todas magnitudes y órdenes; la erección de cunas para el oscu-rantismo afianzadas por máximas absurdas y antirracio-nales, &c.>> Para terminar con los privilegios de las órdenes monásticas, en-tienden nuestros masones que había que «pesar en las esferas j7 Cfr., para el cuestionario, FERRERB ENIMELIJ,. A., 06. cit., pp. 28-32 (t. 11). y. del mismo autor, La masonería en Aragón, 3 vols., vol. 11, pp. 73-77. Comunicación de Borinquen, n. 81 al Gran Consejo de la Orden del Grande Oriente Español (en adelante G.C.0.-G.O.E.), Mayagüez, 9 de marzo de 1892, loc. cit., Mss., 8 fols. v. j9 Comunicación ..., fol. 1 v. gubernamentales, para que éstas, rodeándoles de inconvenientes de todas clases y negándoles primas y subvenciones, no puedan ejercer tanta influencia sobre los pueblos: procurar que sean hombres libre-pensadores los elegidos para el Ministerio de Gracia y Justicia: no concurrir nunca donde esos instrumentos soberbios, aterradores y soberbios (campanas), tocan llamada; gestionar la separación de la Tgl~sia del Estado; la venta de todos lns edificins que son del Estado, o el arriendo al mismo clero; sujetarlos a tributación como a indus-triales; prohibirles el culto externo; exigírselo interior y sujeto a las leyes de asociación; fuertes castigos a los religiosos políticos: obli-garles a cumplir todas las obligaciones y gavelas de los demás ciuda-danos. Obligar a tomar estado al clero seglar; y de no hacerlo im-poner cadcna pcrpctua al quc dclinca los votos de castidad. I'rohibii el uso de amas de llaves a los solteros. Disolver los conventos de monjas, o no permitir la entrada en ellos a mujeres menores de cuarenta años, previo reconocimiento facultativu. No deben admitirse las no vírgenes. Prohibir las romerías; y todo acto que tienda a hacer atmósfera fanática, por perniciosa e inmoral; y, por último, proteger El Cencerro, El Motín, Las Dominicales y todo periódico que tienda al sol la ropa no limpia del clericalismo, aconsejando a los talleres que se suscriban con un tanto para cada multa que a aquéllos les sea impuesta, suscribirse, etc.». Respecto a los jesuitas, se deja traslucir el odio casi secular de los masones hacia esta Orden religiosa, a la que consideraban como principal resorte de la reacción y del ultramontanismo, en todo el mundo occidental, por ello sugieren 'O: «Adquirir sus estatutos fundamentales, publicarlos, re-batirlos y comentarlos, vendiendo los ejemplares al costo: gestionar su expulsión de todas p~r t e s ,p or conspiradores: demostrar al pueblo su desmedida ambición y egoísmo, poniéndole de manifiesto las colosales empresas indus-triales y comerciales que posee esa orden, causa de casi todas las catástrofes sociales: presentarlos al mundo como mercaderes, explotadores y asesinos de los grandes hom-bres: dccrctar cl cxtcrminio, por todos los medios, de cuantos son adictos a esa orden, para que, unido a la razón, el terror impida la entrada de nuevos adeptos: impusicih de graiides tributus a cada congiegación y todo lo que constituya dificultad para la vida del jesuita.» " Ibídem, fol. 2. 21 3 Por enseñanza laica entienden 'l la ((dirigida a educar a los hom-bres, en su niñez, libres de las preocupaciones religiosas, es decir, enseñándoles a reconocer la existencia del Dios único, por los medios naturales. lógicos y racionales, sin limitación de cultos: enseñanza puramente moral y científica, fundada en la ciencia demostrada, prescindiendo de la fe, tan ridícula como absurda». La pregunta relativa al Ejercito es contestada de fnma amplia. Empiezan por considerar q,ue «el desarme universal y la política de la paz, son principios masónicos», pero añaden 42: «la masonería debe trabajar asiduamente para ilustrar, moralizar y perfeccionar al hom-bre, hasta tal punto que en él no quepa más ambición que la del saber, ni más aspiración que la del honor. Una vez a esta altura la suciedad, eiilüiices ha llegado el iiloiiieiito oportuno de proceder al desarme general, mientras tanto sería un criminal error que nos conduciría, en muy pocos años, al más espantoso retroceso: sería en resumen el suicidio social. En el día las libertades públicas no pasan por otro camino que el que abre la metralla; la fuerza armada es su sostén; si ella faltare adiós orden, adiós libertad, adiós garantías individuales, adiós sociedad, adiós todo. Estamos muy embrutecidos aún para prescindir de los elementos armados; mientras exista fana-tismo religioso, ausencia de moral pública y desprecio a las leyes, no se puede ni se debe entregar la sociedad a la sensatez de las masas, puesto que ninguna tienen hoy por hoy». Por último, dicen: «La política de la paz es una teoría hermosa, humani-taria y bella, pero es imposible en la práctica mientras existan testas coronadas en Europa, con sus séquitos de fanáticos, de vividores, envidiosos, ambiciosos, intrigantes y serviles aduladores, enemigos del progreso y del bien público; nosotros creemos que debería formarse una liga de la paz, que fuera más bien de guerra a todo lo existente, cuyo objetivo fuera la desaparición de las actuales institu-ciones en el Viejo Mundo e implantación de otras más libres, más equitativas, económicas y justas; sólo entonces, es decir, dado este primer paso y llenado este principio, constituirse sólidamente la verdadera liga de la paz dentro de las prescripciones de las leyes masónicas, puesto que, dada la diversidad de las profanas en los respectivos Estados sería imposible entenderse para dictar los esta-tutos porque ha de regirse aquélla.» 41 Ibídem, fols. 2 v. y 3 r. 4' Ibídem, fol. 3. La desigualdad de clases sería fruto de la «pésima organización social, de un falso concepto de la propiedad y peor distribución para su utilidad y cultivo» 4" El rico, afirman, «créese, por el hecho de serlo, más sabio. más inteligente, de superior condición y dueño de los designios del pobre; cree que la Ley le reconoce estos derechos y desprecia la Ley, poseído de que puede en relación de lo que tiene; de aqiií e1 cacicluismo local, de esto e1 falseamiento y prostitiición del sistema representativo, de aquí la nulidad del Poder legislativo, y de todo ello la impotencia del Poder ejecutivo; defectos todos enlazados, y que constituyen nuestra decadencia general, y traerán la ruina de la patria y detrás el caos, la miseria, la deshonra y la muerte». Después de estas proféticas palabras apuntan algunas soluciones interesantes: «El Estado puede y debe mejorar la condición de las clases pobres: l." estableciendo la igualdad más absoluta ante las Leyes; 2." haciendo decrecer los precios de los artículos de primera necesidad, levantando o suprimiendo los arbitrios que sobre ellos pesan, . .. , pues es a todas luces antilógico, antilegal y antirracional, que pague cada cual en razón de lo que consume, y no en relación de lo que posee: esto sólo tendría razón de ser cuando lo consumido fuera regalado)). Además, dicen: «debe dividirse la propiedad, en las provincias del Este, del Mediodía y Mesetas Centrales, en la forma que lo está la de Galicia; es decir, que todo (el) mundo sea pro-pietario, aunque pague cada uno, anualmente, una gavela justa al primitivo propietario y verdadero dueño». Otras formas de limar las diferencias sociales y de mejorar la situación de los menos pudientes, serían el fomento de las industrias y, también, rebajar «algo las exigencias del trabajo, hoy escandalosas, auméntese algo el jornal, organícense barriadas especiales en que el proletario encuentre casas gratis, y con lo antes dicho sobre rebajas de arbitrios, estará el pobre en disposición de comer medianamente, que es a lo que hoy por hoy aspira: bien poco es, y no se le facilita poique no se quiere. Prohíbase que ningún hombrc público, autoridad ni empleado, forme parte de ninguna empresa». Finalmente, para sustituir los impuestos que deberían ser supri-midos o rebajados señalan dos medios: «el reparto general en relación de la fortuna de cada habitante; ... el otro es imponiéndolo al boato y al lujo, pues ya que la ostentación exageradísima que hoy se usa, en el gran mundo, y aún en la estúpida clase media, que no pudiendo ver a la aristocrática, copia e imita todas sus fastuosidades y vicios, " Ibídem, fols. 3 v. y 4. 21 5 constituye un verdadero y criminal desprecio al pobre y a la huma-nidad entera, justo, muy justo y moral es, que se castigue con im-puestos, matrículas y consumos)). Terminan abogando por la nece-sidad de imponer fuertes contribuciones a los agrandes señores que van a vivir al extranjero con desprecio y menoscabo del país nacional, y decrecimiento de su riqueza)), y por la supresión de las «pensiones ilegítimas ». V. ESPAÑOLISMO Y ((SEPARATISMO)) EN LA MASONERIA PUERTORRIQUEÑA La lucha que, como vimos, se entabló entre las dos facciones de la masonería de Mayagüez, no terminó con los sucesos mencionados. Entre partidarios y «detractores» del Grande Oriente Español se ahondarán las diferencias hasta alcanzar cotas importantes. De este modo, a partir de los inicios de 1892, incluso antes, podemos observar que no se trata sólo de un problema de regularidad y de lealtad masónica a una obediencia determinada, sino que la masonería occidental de Puerto Rico y quizá de toda la Isla, se hallaba claramente dividida en dos sectores: a) los que hacen de su lealtad al Grande Oriente Español una declaración de fidelidad a la metrópoli; b) los partidarios de una autonomía o independencia no únicamente de índole masónica, sino también política. Así se desprende de la sustanciosa misiva que, el 21 de abril del citado año, Borinquen, núm. 81 envió a su Potencia auspiciadora 41: «Como sabéis, existe aquí una masonería irregular, ti-tulada de Puerto Rico, que no es otra cosa que una hija bastarda de la de "Colón" con todo su filibusterismo. Esta masonería no practica más nada de la Orden general que la "beneficencia"; en lo demás es puramente una aso-ciación separatista: ya sabemos para qué uso ejerce la beneficencia, pues si no le valiera para ocultar sus aviesos fines, estamos seguros de que tampoco la ejercería.)) Se dice luego que el pleito con Conciliación, núm. 47 tuvo como consecuencia la «deserción» de ésta al Grande Oriente Nacional de España, equc dicho sca dc paso, cstá bicn mal cn ésa, y tenemos " Cfr. Comunicación al G.C.O.G.O.E., Mayagüez, 21 de abril de 1892, 7 fols. r., loc. cit., Mss. 21 6 esperanzas de que en ésta se inicie pronto su decadencia». Seguida-mente se escribe 15: «la titulada Logia "Adelphia" de estos Valles, que pom-posamente se titula "Gran Logia Soberana de Puerto Rico", veía con gusto nuestras disensiones, y se mantenía a la expectativa, abrigando la esperanza de que nos desorga-nizáramos en la lucha, para recoger luego nuestros restos, a guisa de moderna Albión: mas no sucedió así; ganado el pleito por Borinquen. afluyó de tal suerte a esta Logia el personal, que en pocos meses apareció la más potente y floreciente de cuantas en estos Valles trabajan: entonces la separatista Adelphin trata de iinirse, y se me al fin, a la desertora "Conciliación" para combatirnos en todos los terrenos; se apela a la calumnia, a la falsedad, ..., a la violencia, y hasta se emplea la influencia oficial para trasladar de estos Valles a otros, al pundonoroso y activo militar que nos dirige, y que con tesón y valentía se mantiene en su puesto, contra vicnto y marca, vcnga lo que viniere: se redacta un folleto por el cual se nos acusa, falsamente, de mil pecados; se conciertan alianzas con objeto de hacernos entrar en ellas, a lo cual nos riegainos, porque les conocíamos, y porque no nos era permitido unirnos a cuerpos ilegales e irregulares)). Sin embargo, en el seno de Borinquen, núm. 81 quedaban algunos masones que, desde enero de 1891, habían tratado de inclinar a la logia hacia una alianza con los «separatistas», los Berga, Andrés y Pablo, así como su pariente Jesús M." González, habían propuesto al Venerable M. Fernández «afiliar al taller al Oriente de "Colón", ale-gando que en la "Adelphia" había muchas personas de posición e influencia, y que era útil para todos su protección)). Pero Fernández, según el relato, contestó hábilmente que aún no era tiempo, «que era preciso preparar los ánimos, y ver antes la marcha del Oriente», puesto que se trataba de un paso «trascendental», ello con el fin de evitar una negativa rotunda a los citados individuos. que dispo-nían en el templo de «un buen número de voluntades, casi todos parientes)) '". Al ver que el presidente no daba muestras en sentido favnrahle a su objetivo, la familia Berga se alió con otros «para preparar, en 'j Ibídem, fol. 1 v. 46 Ibídem, fols. 1 v. y 2 r. el silencio)) un golpe electoral que diera el triunfo a sus partidarios. Además, se opusieron a la publicación del folleto que conocemos y lucharon también contra la erección de la logia Hijos de Borinqueiz en San Germán, «por hacer allí sombra a un taller que tiene allí la titulada Soberana, que ya hemos conseguido deshacer». Las elec-ciones celebradas a finales de 1891 dieron, en efecto, el triunfo a los «Bergas con su elemento separatista», pero, rápidamente, fueron anu-ladas por el sector leal, previa protesta elevada al Grande Oriente Español, dado que los comicios habían adolecido de varios defectos importantes 47. En consecuencia, el grupo derrotado optó por pedir plancha de quite y «marcharse a su cómplice Adelphia, siguiendo, desde entonces, empleando toda clase de medios, influencia, dinero, calumnias, pro-mesas y amenazas, para llevarse consigo a varios amigos o parientes, hasta el número de 2 5 ~A. l gunos se dieron cuenta, luego, de su error y solicitaron reingresar, a lo que accedió Borinquen, núm. 81, pero, de la misma forma, cerró sus puertas a los «cabezas de motín, a los ambiciosos, a los ignorantes y traidores», y, además, solicitó de la obediencia que no fueran admitidos en ningún taller de la Federación, pidiendo, por lo tanto, la debida irradiación oficial, según los motivos que, a continuación, se aducen "8: Nombres Causas de irradiación Pablo Berga, 18." Andrés Berga, 18." Jesús M." González, 3." Genaro Vidal y Vidal, 3." Juan García Berlanga, 3." Patricio Arnaldo, 18." José F. Puig, 30." Francisco Medina, 1 ." -- Traición, calumnia, ambición e ignoran-cia. Id. Id. Traición y ambición. Id. Id., y por deudas diversas a los hermanos Fernández y Vales Varela. Traición, calumnia y por pernicioso. Id. Luegu se afirma 49: «Estos hermanos, de mancomún acuerdo, entre sí y con la T.ogia irregular Adelphia, han conspirado contra la 47 Ibídem, fol. 2 v. 48 Ibídem, fol. 3. 49 Ibídem, fol. 4. Orden, contra el Oriente, contra la existencia de este taller que les dio la luz, y contra el Venerable Maestro, calumniándole con mil inventivas, que atacaban su repu-tación, su honra y su dignidad de Caballero ...; que el Oriente era irregular, y que la Adelphia estaba reconocida por el mundo entero, que Puerto Rico para Puerto Rico, y que España para España; que la verdad de todo se vería en los periódicos del disuelto Consejo Regional de Cuba, etcétera.» A continuación se escribe sobre cada uno de los masones espúreos. Así, por ejemplo, de José F. Puig: «este hermano es pernicioso en donde quiera que esté. Es un mulato, que no puede ver al blanco porque es blanco, y no puede ver al negro por lo que de él le toca, de modo que odia a todo (el) mundo. Debe expulsársele» jO. Y de Francisco Medina sc afirma: «hizo la misma propaganda que los anteriores, con las circunstancias agravantes de que es guardia civil, español peninsular, y se afilió a la logia separatista Adelphia. Toman-do por único pretextu que nueslro Venerable no se había interesado con su capitán para que le relevara, por las noches, de prestar el servicio de cuadra y pienso; lo cual no podía hacerse por redundar en perjuicio de sus compañeros» ". Finalizan pidiendo, para todos los implicados, la inhabilitación para ingresar en la Federación, y «si posible es en ningún Cuerpo de nuestras relaciones, sobre todo en el Nacional, que tiene aquí logias con las cuales estamos en buena armonía» 5'. En este contexto de lucha intestina de la francmasonería puerto-rriqueña, se ubica también un manifiesto que Borirzquen, núm. 81 dirigió, el 18 de mayo de 1892, «al titulado Gran Maestro de la titulada Gran Logia Soberana de Puerto Rico. demás dignatarios y obreros», como respuesta a una Circular de este organismo, invitando a la fusión o pacto a los masones de la IslaS3. En dicho documento señalan los de Mayagiie.7, en primer Iiigar, 'O Ibídem, fol. 5. Ibídem, fol. 6 v. Ibídem, fols. 6 v. y 7 r. Comunicación al titulado Gran Maestro de la titulada Gran Logia Sobe-rana de Pto. Rico, demás dignatarios y obreros, Mayagüez, 18 de mayo de 1892. 2 hojas impresas, loc. cit. La Circular citada tenía fecha de 10 de mayo. que «siendo esa titulada Gran Logia un organismo excepcional, ajeno por completo al gran concierto de unidades sincera y realmente masónicas, regidas por unas mismas, comunes e invariables leyes, conocidas con el nombre de "Estatutos Generales de la Orden franc-masónica", según se ve por vuestros Estatutos especialísimos, por los cuales os regís y gobernáis, en abierta oposición con lo mandado, preceptuado y estatuido en el Código fundamental, es evidente vuestra irregularidad y manifiesta ilegalidad como entidad verdaderamente masónica; sin que esto sea óbice para que, como corporación profana merezca nuestro mayor respeto, y las dignas individualidades quc la componen, nuestra más distinguida consideración)). Después de esta dura aclaración, se rechaza la invitación con estas palabras: «aun cuando quisiéramos prescindir momentáneamente de tales escrúpulos, obligatorios a todo buen masón, como esencia de los principios que nos dan el carácter de tales, nos vemos completamente inhabilitados para concurrir a vucstro Ilamamicnto, por impcdírnoslo cl texto dc vuestra propia Circular a que contestamos». A continuación se puntualizan las razones concretas, no estricta-mente de regularidad masónica, que obligaban a los nliembros de nuestra logia a no concurrir a la convocatoria ": - La premura injustificada, ((concediendo sólo veinte días de término para deliberar, cuando hace más de cinco meses que tomasteis el acuerdo, y en tan largo plazo no habéis hecho más nada que esa desventurada Circular, que dirigiéndose a aproximar sólo consigue alargar más y más las distancias, por mil y una razones*. - Las bases 3." y 10." de la mencionada Circular, que resultaban restrictivas, arbitrarias y antimasónicas. «¿Qué derechos, qué leyes y qué títulos, como no sea vuestro capricho, abonan a esa Gran Logia por muy grande que sea, a entrar en pleno en la asamblea, y las demás Logias con un solo diputado? ¿Ese proceder no constituye un atropello? ¿No es un atentado contra los más rudimentarios prin-cipios de equidad? ¿No es el reverso de la igualdad? ¿No pugna y se da de bofetadas con la fraternidad?» Y, además, «¿y si vosotros no poseéis m& que el simbolismo, cuya discusión prohibís en vuestra base lo."? ¿Si reserváis vuestra decantada y aparente soberanía? ¿Qué es lo que pretendéis que discuta, delibere, legisle y sancione la Asaiiiblea? LQueiéis acaso plagiar a vuestia hermana de Cuba? Pues hacedlo en buena hora, pero tened entendido que aquí no existen Ibídem. Nogueras y compañía que traicionen la masonería Nacional. Vuestra circular es el efímero y pernicioso triunfo de la minoría; la victoria de los adversarios de la unión, de los pequeños, de los caciques regionalistas, de aquellos que se inspiran en la vergonzante máxima de que vale más ser cabeza de ratón que cola de León; por ello les damos las gracias y les advertimos, de una vez para siempre, que preferimos la cola del león a la cabecita del ratón». Por último, merecen reproducirse los párrafos finales del mani-fiesto j5: «Sois una agrupación irregular, cismática, clandestina, diametralmente opuesta a todo ideal masónico, como lo demuestra el marcado dcsprccio quc hacCis de los Esta-tutos generales de la francmasonería universal, prevari-cándolos, pisoteándolos y desobedeciéndolos; venís de un Oriente extranjero y sospechoso, y os hacéis vosotros también, por la sencillísima razón de que, habiendo en España, vuestra Patria, dos grandes potencias masónicas universalmente reconocidas, y cien mil veces regulares, compuestas de 620 talleres, no sólo dejáis de solicitar sus auspicios, sino que, ni su amistad buscáis, y, sin embargo, no tenéis a mengua, idesgraciados!, ir a men-digar vergonzantes relaciones a potencias ya regulares o ya irregulares al extranjero. Habla vuestro anuario último. Nosotros nos lavamos las manos.-Vais a la desgracia, al descrédito de la orden, apartándoos de sus fundamen-tales Leyes, y lo que es peor, si cabe, a la mistificación de la virtualidad de sus prácticas y doctrinas. Perseguís popularidad y superficial fama a los ojos de los masones y profanos ignorantes, haciendo alarde de apóstoles de perniciosas doctrinas, que no deben entrar en los templos masónicos, rechazando de vuestros talleres las visitas de los masones Españoles, y agasajando los extranjeros, de-clarando invasores de este territorio Español a los masones Nacionales, y dando a la publicidad flamantes y ridículas trcguas de admisión y regularización para los que, ini-ciados en Logias Españolas, quieran afiliarse en las vues-tras. ¿No constituyen estos hechos la más ridícula de las farsas? ¿La más necia de las prctcnsioncs? ¿Y cl más colosal de los delitos masónicos? La contestación es obvia. 'j Ibídem. 221 Buscáis un efímero y pequeñito mando que os permita halagar vuestra vanidad, aunque sólo sea de nombre.- ¿Y sois vosotros demócratas, Libre-pensadores ni liberales siquiera? No.. . sois unos pobres diablos, que idolatrando la aristocracia, creyéndoos dentro de ella, no os dais cuenta de que sois, como nosotros, sus principales y tal vez únicas víctimas. ¡Sois el punto matemático con pre-tensiones de extensión! >> Y, finalmente: «podemos aseguraros y os aseguramos que las nueve Logias del Gran Oriente Español existentes en esta Pro-vincia, no seguirán nunca más camino que el del honor, que vuestra circular, tal cual está redactada, no se parece a otra cosa, ni implica otro fin que un débil lazo, torpe y burdamente tendido, en el que ninguna ha de caer jamás, mientras dirijan sus trabajos masones amantes de la Orden y de la masonería Patria. Cuando necesiten consejos se los pedirán a ésta; no los mendigarán nunca a Orientes Extranjeros: tienen vergüenzas y amor patrio. Perdonad, hermanos, si nuestras palabras pudieran las-timaros, pues ellas no están dirigidas a semejante objeto, y sí a demostraros el dolor que nos causa y la justa y legítima pena que nos produce vuestro proverbial desvío hacia todo lo que a la masonería Patria pertenece, acen-tuando en cambio una ciega idolatría por todo aquello que a la extranjera se refierc; mucstras claras y evidentes de ello son vuestro anuario de 1885 a 88, vuestros Esta-tutos y reglamentos en nuestro poder. Pedimos al G.A. que u5 dirija pur iiiejurea derruterua, para bien de la Orden, de la masonería Patria, de la Patria misma, y de esta querida Provincia, a la cual que-remos y veneramos tanto como cada uno de vosotros, y para la que anhelamos tantos bienes como el que más, aunque para conseguirlo hubiéramos de verter hasta la última gota de nuestra sangre». VI. EL PRELUDIO DE LA CRISIS Este espíritu combativo de los masones de Borirzquen, núm. 81, en favor de su propia obediencia y de unas Antillas españolas, según se aprecia en los libelos estudiados, no estuvo apoyado -como hemos podido intuir- en unas bases sólidas a escala local y regional. Dicho de otra manera, la inestabilidad, desorganización y división interna estructurales propias de la francmasonería española peninsular. se complican en Puerto Rico, lo mismo que en Cuba, puesto que, junto a otros factores, actúa como poderoso elemento disgregador el pro-blema colonial. Prueba de nuestro aserto es, además de lo estudiado, la comuni-cación que, el 31 de enero de 1895, envió la logia al Gran Consejo de !E C);dcii, como r e s p e s : ~u Una rartü &! 28 de dicie~~?kdree! 21% anterior j6. En dicha comunicación se critica, en primer lugar, el papel de-senipeííado por el ex-Venerable M. Fernández Pérez, uno de los ideó-logos del taller en su etapa de gobierno (1891-1893), que, no obstante, acabó siendo irradiado dada su conducta autoritaria, y tras descubrirse un desfaico en ios fondos ciei taiier, en abrii de 1894 ". La logia, que había «venido pasando por períodos casi sucesivos de reorganización», tampoco obtuvo la ayuda necesaria del Consejo Regional de Puerto Rico, organismo masónico que representaba al Grande Oriente en la Isla, hasta el punto que, dados sus prolongados silencios, llegaba a dudarse de su existencia 5 8 : «Hasta hoy de ninguna utilidad parece ser el Regional en esta Isla, y acaso de seguir subsistiendo será necesario enderece su rumbo a fin de que los intereses de ese Gran Oriente y los de las logias de él dependientes estén real y debidamente representados.» Por otra parte, respecto a los talleres dependientes del Grande Oriente Nacional de España (a estas alturas Grande Oriente Ibérico) y de la Gran Logia Soberana de Puerto Rico, los miembros de Borin-quen, núm. 81 son bastante lacónicos jS: ((Estas agrupaciones trabajan desde hace tiempo por implantar la independencia del simbolismo, descabellado pruycctu y c iiu ha: podido !!e*nr n rins de hecho por varios motivos, pues mientras unos quieren los auspicios 'Tomunicación al G.C.0.-G.O.E., Mayagiierr, 31 de enero de 1895, loc. cit., Mss. Ibídem, fols. 1 v. y 2 r. Ihídem, fnls. 2 v. y i r. 5q Ibídem. fol. 3. de un Cuerpo Nacional reconocido, otros pretenden que ese Cuerpo ha de ser la Soberana titulada y otros proponen la fusión simbólica conservando, en cuanto al filosofismo, sus respectivas procedencias. Conceptuamos esto de poca importancia porque hemos llegado a cerciorarnos que nuestra aptitud separada de tal aberración les imposibili-tará de avanzar en sus pretensiones.» En otro orden de cosas, el taller de Mayagüez informa al Gran Consejo de la conducta del clero y de su proceder «con las agrupa-ciones masónicas y con todas aquellas personas que no tengan la suerte de entrarles, ..., por el ojo derecho»; subrayando principal-mente «el negar sepultura eclesiástica a los masones o a lns qiie mueren sin confesión; exigir la adjuración masónica o de otra creencia a cambio del matrimonio católico; no reconocer la legalidad del ma-trimonio civil; negarnos, en fin, bien por nuestra calidad de masones o por estar casados civilmente la expedición de certificados de mora-lidad, etc.». Como respuesta a este comportamiento intransigente de las autoridades religiosas católicas "0; «La construcción de un Mausoleo masónico en la Ne-crópolis disidente de esta Ciudad ha sido la protesta más elocuente de que nuestra dignidad se revela ante los in-justos ataques del hipócrita ultramontano. En ese Mau-soleo hallarán digna bepullura nuestros restos, y nuestras familias lugar apartado y propio en que ir a ofrendar a nuestra memoria.. . Muchos de nuestros hermanos que antes rindieron la jornada duermen alejados de los suyos, abandonados y solos en el eterno (...) reposo. La intran-sigencia religiosa los desterró en la muerte, pero la tole-rancia los convoca a reposar a la sombra de su estatua reparadora, de su símbolo de eterna paz y unión. No habremos aquí de describiros la estructura del edi-ficio ... Su forma, puesto que ocupa el centro del cemen-terio, es poligonal, ... Consta de treinta y dos panteones y otros tantos osarios, estos últimos se ocuparon con los restos de los hermanos fallecidos con anterioridad y que yacen en los cementerios de virotientos (sic) o de protes-tantes. Su construcción se costea por acciones de 10 pesos, cubiertas por todos los masones de esta Ciudad sin distin-ción, como dejamos dicho, de procedencia ni afiliación.» 'O Ibídem, fols. 3 v. a 5 r. 224 El resto de la misiva se ocupa de temas administrativos, especial-mente en relación con la situación económica generada por el des-falco de M. Fernández G1. VII. BORINQUEN, NUM. 81 Y LA CRISIS FINISECULAR ESPAÑOLA ¿De qué forma incide sobre la logia la crisis finisecular española? El 26 de febrero de 1897. Borinquen, núm. 81 escribía a Madrid ", subrayando, en primer lugar, su deseo de hacer frente a una parte de los débitos a la Orden, y justificando su retraso en haberse tro-penado con serias dificultades, «no sólo en la marcha administrativa» (que mucho había mejorado), sino en la de propaganda y labor ma-sónica ». Las elecciones reglamentarias, decía luego la carta, se habían efectuado a comienzos de diciembre anterior, resultando elegido Venerable Aniceto Tomás Dulievre, por renuncia del electo Eugenio Martín Ramírez 63. Pero pronto habían surgido los problemas. Precisamente, a mediados de diciembre, «la Autoridad local civil, el Sr. Alcalde Municipal, solicitó atentamente el concurso de varios hermanos, suplicando encarecidamente a nombre del Excmo. Sr. Go-bernador general, rogásemos a la Logia su clausura temporal mientras durase la actual situación y estado de cosas porque atraviesa la Nación, con las insurrecciones de Cuba e Islas Filipinas» 64. Los integrantes de la logia se extrañaron de la petición, por tratarse de una «sociedad legal y constituida al amparo de las leyes», pero no podían desatenderla por las «fundadas razones» que se les expusieron, y, «luego porque aunque si bien se nos suplicaba, una negativa alegando nuestros derechos, hubiese sido funestísima para nosotros». Además, la solicitud había sido «en general a todas las logias de la Isla, y no obstante, nos decidimos a tomar acuerdo, después de haber consultado a la logia Palafox que, por estar en la Capital, podría estar en antcccdcntcs. Esta logia nos contestó por telégrafo lo siguiente "Nosotros confinuaremos trabajando, pero acon-sejamos a Ustedes suspendan. CeperoJ'» 65. '' Ibídem, fols. 5 r. a 11 v. Comunicación al G.C.0.-G.O.E., Mayagüez, 26 de febrero de 1897, loc. cit., Mss. 63 Ibídem, fol. 1. 6' Ibídem, fol. 2 r. 6' Ibídem, Subrayado en el original. Luego sigue una declaración de lealtad 66: «No podemos precisar el objeto que se proponga el Gobierno con esta medida, v si tendrá o no motivos fun-dados, pero podemos responder de las Logias de la obe-diencia del G. Or. Español que siempre han dado pruebas de lealtad, respeto y cariño a la Patria. Vosotros sabéis que el masón tiene enemigos ocultos por todas partes, y que no cesan de atacarle; es de suponerse que aquí no h&& estado ociosos y ninguna nrasión es más prn-picia que la actual, en que la Nación se ve herida por sus hijos ingratos de Cuba y Filipinas para suponer inmis-cuida a la masonería en tan ruines propósitos. Periódicos de Madrid mismo hemos leído en que se acusa a nuestra hermana de S. Germán "Hijos de Borínquen". ¡Cuánta 1 1 - 3 1 u1a1uau: » La logia, que consideraba innecesario hacer ((protestas de lealtad», había acordado lo que sigue en su tenida del 23 de diciembre 67: No la clausura de la Logia aunque fuera temporal, sino la suspensión de trabajos hasta nuevo acuerdo. Confiar a la comisión de administración la dirección y ré-gimen de todos los asuntos, revistiéndola de cuantas facul-tades fuesen precisas. Continuar cotizando los que quisieran sostener las columnas, los que no podrían, siempre que estuviesen a plomo con el tesoro, solicitar plancha de quite. Conceder un plazo a los hermanos deudores para su aplo-mación. Este plazo expira el 23 de marzo venidero. Desocupar la casa que ocupara la Logia, cuyo alquiler mensual era de 25 pesos, tomando otra de 9 ó 10, con objeto de hacer economías.» En relación con este último punto, se tomó un local «apropiado en la calle de Las Rosas, número 3, donde se acomodaron los enseres y demás artefactos». Pero el dueño de la casa desocupada reclamó una serie de reformas que le costaron al taller más de 300 pesos, habiéndose «tenido que recurrir al bolsillo particular de algunos Ibídem, fol. 2. 67 Ibídem, fols. 2 v. y 3 r. hermanos)), mientras que otros habían optado por abandonar la logia 08. Finalmente se indica 69: «Un consuelo y una lección provechosa nos quedan: pues si tal quebranto en nuestra marcha, para unos ha podido ser pretexto para desertar cobardemente ante el conflicto, (...) a otros les ha sido propicio el momento para probar su constancia y desinterés, ya oponiéndose a la clausura y liquidación de esta Logia, ya poniendn a su servicio sus recursos materiales e intelectuales. Si no estuviesen suspendidos los trabajos, se permitiría ésta rogar al Soberano Capítulo interpusiera sus gestiones, propo-niendo una recompensa para esos hermanos, pero impe-didos para ello en las actuales circunstancias, sólo una gracia común a todos pediremos, que de seguro nos otorgaréis. » La «gracia» en cuestión no era otra que la dispensa de cotiza-ciones desde el l." de enero «a la fecha en que formemos el cuadro lógico definitivo, que suponemos sea el 30 de abril» del año en curso, Ibídem, fol. 3. 69 Ibídem, fols. 3 v. y 4 r.
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Título y subtítulo | Españolismo versus «separatismo» en la masonería puertorriqueña : la logia Borinquen, núm. 81 de Mayagüez (1889-1897) |
Autor principal | Paz Sánchez, Manuel de |
Entidad | Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Centro Asociado de Las Palmas (Las Palmas de Gran Canaria) |
Publicación fuente | Boletín Millares Carlo |
Numeración | Número 07-08 |
Sección | Colaboraciones |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Centro Regional Uned |
Fecha | 1985-12 |
Páginas | p. 199-227 |
Materias | Masonería ; Puerto Rico ; Siglo 19 |
Enlaces relacionados | Enlace al editor: http://www.boletinmillarescarlo.es/index.php/BMC/index |
Notas | Volumen 4 |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1567762 Bytes |
Texto | ESPAÑOLISMO VERSUS «SEPARATISMO» EN LA MASONERIA PUERTORRIQUEÑA: LA LOGIA BORINQUEN, NUM. 81 DE MAYAGÜEZ (1889-1897) * Manuel A. DE PAZ SÁNCHEZ Universidad de La Laguna (Canarias) A Marcos Silvesfrini, puertorriqueño, y a Rosario Suárez, canaria, por su amistad. 1. INTRODUCCION Uno de los historiadores ya clásicos de Puerto Rico, Salvador Brau, señala, refiriéndose al periódico El Eco, editado en 1822 en la imprenta Fraternidad, que la misma «no era extraña a las in-fluencias de la francmasonería, preponderante en España y cuyos talleres funcionaban en la isla desde el anterior período liberal» '. Esta afirmación es difícil de sostener, al menos en lo tocante a España, a la luz de las más recientes investigaciones l. * Este trabajo fue presentado en el 11 Congreso sobre la Masonería, orga-nizado por la Academia Brasileña Masónica de Letras de Río de Janeiro (20-23 de marzo de 1983). ' BRAU, Salvador, Historia de Puerto Rico, Ediciones Borinquen, Ed. Coquí, San Juan de Puerto Rico, 1975 (2." ed. facsimilar), pp. 232. ' Cfr., por ejemplo, FERRER BENIMELI, José A., Masonería española contem-poránea, Madrid, 1980, 2 vols. Habrá que esperar a finales de la década de 1860 para que se vuelva a tocar el tema de las sociedades secretas, no necesariamente masónicas, y, en esta ocasión, vinculadas a la labor independentista de Ramón Emeterio Betances, que, exiliado en 1867 en Santo Do-mingo, trataba de fomentar un levantamiento armado contra la me-trópoli, que, en efecto, tuvo lugar en Lares el 23 de septiembre de 1868, y que si bien no triunfó, tampoco fue duramente reprimido, dado que la victoria de la «Gloriosa» en España dio un giro notable a los acontecimientos, «las cárceles se abrieron, y los condenados a muerte, indiiltados primero; ohtilvieron meses despiiés amplia am-nistía » 3. Por otra parte, el Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Frau y Arús da la fecha de 1871 como el año en que se introdujo la masonería en Puerto Rico 4. Pero este dato no parece ser cierto, puesto que, en 1867, ya se había erigido Esfrella de Luquillo, núm. 17, Luea:-J u l1a- -L,.A:,...-:- A,. 1,. r ,.A" A,, P A 1 , L /P..&,,) "o",<- uuiuibiibia ub la u r c i i i L I U ~ L U ub ~ V I U I I \ ~ U U U J , UUF>UII VLAUY fuentes 5. Ahora bien, tenemos la impresión de que la masonería empieza a ~onsoliclarse en Puerto Rico a partir de la década de 1880. Durante esta etapa al menos el Grande Oriente Nacional de España cuenta con varios talleres, además, en 1883, según Ferrer Benimeli, se fundó en Mayagüez la Gran Logia Simbólica de Puerto Rico, que, quizá, pudiera tratarse de la Gran Logia Soberana, creada, sin embargo, el 20 de septiembre de 1885 '. Por otro lado, el Grande Oriente Espanol, constituido en firme en la primavera de 1889, también tuvo logias en Puerto Rico, y, precisamente, vamos a escribir algo sobre ellas, particularmente sobre Borinquen, núm. 81, de Mayagüez. BRAU,S ., ob. cit., pp. 261 y SS., y VARIOSA UTOREPSu, erto Rico: Historia y desarrollo contemporáneo, Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, 1979, pp. 85 y 86. Citado por FERRER BENIMELI, J. A,, «Masonería española. Siglos XIX y XX», Ticziiipü de I:isí~i.iü, ii. 1 1, uc:U!xc 1975, pp. 4-37> 11. PAZ S~NCHEMZa, nuel de, «Aspectos generales y principales características de la implantación sistemática de la francmasonería en la Gran Antilla, durante l . sepndn mitad del siglo xrx»: Anuario de Estudios Americanos. XXXVI. Sevilla, 1979, pp. 531-568, 538; véase también Soberana Gran Logia de Puerto Rico, Centenario de la Respetable Logia Estrella de Luquillo n. 5 (1867-1967), Puerto Rico, 1967. FERRERB ENIMELIJ,o sé A., 06. cit., p. 19. Y véase, asimismo, Gran Logia Soberana de L. y A. M. de Puerto Rico (fundada el 20 de septiembre de 1885), 44." Asamblea atzual celebrada en San luan. Abril 20 y 21 de 1929, 474 pp. (&U& p r FLR??~:: BE?:I?.EELI, les6 A., Eik!ingrnfin do !n .xnsn??ork?. !.?trn-ducción histórico-crítica, 2." ed., Madrid, 1978, p. 312). En este sentido, es conveniente insistir sobre las conclusiones que hace algún tiempo planteamos en un artículo, antes citado, referido a la masonería cubana de la segunda mitad del XIX. Allí dijimos que se debía distinguir entre una masonería específica y esencialmente cubana y otra masonería diferente, la de obediencia española penin-sular. Y señalamos también que los Orientes peninsulares no habían conseguido hacerse fuertes en la Gran Antilla. Ello parece lógico por cuanto la dinámica social e ideológica insular tiende, pausada o verti-ginosamente, al desgajamiento, a la emancipación política. Sin em-bargo, y esto es muy importante, no puede decirse en ningún momento -como han querido los sectores integristas de España- que las obediencias de carácter eminentemente español y, en concreto, el Grande Oriente Español. fomenten o hayan prodigado los ideales emancipadores, antes al contrario, la crisis final de esta masonería en Cuba -casi en 1891- se produce en gran parte por la oposición de los organismos centrales a los planteamientos, a veces claramente independentistas o excesivamente autonomistas, de los masones cuba-no- españoles de la Perla del Caribe. Pero la represión colonial de los momentos álgidos no parece distinguir entre masones de uno y otro signo. Asimismo, puede hablarse de una francmasonería específica-mente antillana, consciente de su identidad propia, originada a partir dc las obediencias norteamericanas, y vinculada a otros focos dcl Caribe, como Santo Domingo, etc. ¿Qué sucede en Puerto Rico? Algo bastante parecido. ¿Cuáles eran las circunstancias políticas de la Isla? El movimiento autonomista insular alcanzó una de sus cotas im-portantes en 1887. El 10 de marzo quedó aprobada la constitución del partido autonomista, que ((aceptando la identidad política y jurí-dica a la metrópoli y reconociendo a ésta su soberanía territorial, proclamó, como principal fundamento de sus gestiones, la descentra-lización administrativa en todas las cuestiones locales, así como el derecho a votar el país, sus presupuestos». Este organismo exasperó a los incondicionales exaltados, y pronto se produjeron escenas re-presivas ?: ((algunos jóvenes de Ponce intentaron constituir una liga secreta para reducir los beneficios que en sus tratos y negocios obtenían los incondicionales. Contener aquella liga por medios racionales, hubiera sido correcto. pero lejos de adoptarse ese temperamento, se acusó al partido ' BRAU, S,, ob. cit., pp. 284 y SS. autonomista de promover por medio de sociedades secre-tas, una conspiración atentatoria a la integridad nacional)). Muy pronto se extendió la ola represiva por toda la Isla, siendo uno de sus principales sostenedores el general Romualdo Palacio, y «el suicidio llegaba a considerarse en Mayagüez, preferible a los compontes», sistema represivo e indigno que terminó con la destitu-ción de Palacio en noviembre, pero «allá en la región del sur, teatro principal de las inolvidables violencias, el sentimiento antiespañol comen76 a trasliicirse». El partido autonomista volvería a reunirse de nuevo en asamblea en Mayagüez, en marzo de 1891. 11. FUNDACION Y FUNDADORES DE LA LOGIA BORINQUEN, NUM. 81, DE MAYAGUEZ (PUERTC) RICC!) Según la primera Memoria de sus trabajos -escrita por el fun-dador Mauro Fernández Pérez, Barbasárz-, la logia Borinqucn nació a finales de octubre de 1889, cuando se recibió, en el taller Conci-liación, núm. 47 de Mayagüez, una carta de su Venerable, a la sazón en España, en la que encarecía dar mayor luerra a las actividades masónicas, y, en este sentido, apuntaba la idea de organizar una nueva logia, «con objeto de constituir aquí la Regional de Puerto Rico» '"'. Esta sugerencia de expansionar los trabajos fue respaldada de in-mediato por los miembros de Conciliación, núm. 47, quienes comi-sionaron a los masones Pedro Alvarez Campos, Mauro Fernández Pérez y Jacinto Vales Varela para la elaboración del proyecto, que se plasmó -«antes de veinticuatro horas»- en las siguientes Bases ': ((1." La Resp. L. Conciliación sortearía o señalaría, siempre que no hubiese número de voluntarios suficiente, 14 miembros cotizantes, de ellos 7 m. m. para formar el cuadro de la nueva Log. 2." Le facilitaría carta dispensativa que legalizase sus ' Cfr. FERNÁNDEZ PÉREZ, Mauro, Mas. Univ. Fam. Esp. A.L.G.D.G.A.D.U. Grn. Or. Español. Resp. Log. Borinquen n. 81. Memoria de los trabajos reali-zados por este tall. desde 10 de noviembre de 1890 (1889), hasta el 9 de igual mes de 1891 (1890), primer año de su fundación. Por el h. Barbasán gr. 18, Imprenta de «El Progreso», Mayagüez, 1890, 24 pp., pp. 4-5, A.H.N.3.G.C. Masonería (Archivo Histórico Nacional, Sección Guerra Civil, Salamanca). Ob. cit., PP. 5 y 6. trabajos hasta obtener la definitiva. que al efecto debía solicitarse del Gr. Or. por su gestión directa. 3." Le facilitaría su templo para trabajar en día dis-tinto al señalado para la Mtadre) L(ogia); serían de su cuenta todos los gastos de instalación, entretenimiento, casa y secretaría hasta que la nueva Log. tuviese en su tesoro 100 pesos fuertes, desde cuya fecha empezaría a sufragar todos sus cargos: es decir, pagar sus gastos gene-rales, y el alquiler de casa por mitad. 4." Que todos los inieinbros del nuevo cuadro lo se-rían honorarios de la C(onci1iación) e igual número de aquélla lo serían de la nueva Log. 5." Que estos miembros serían señalados por Conci-liación de los de su cuadro y tendrían recíprocamente voz Y voto, Y 6." Que ambos talleres serían independientes en su gobierno y administración.)) El contrato fue firmado, por los integrantes de ambos talleres, el 10 de noviembre, día de la instalación de la nueva logia. Ahora bien, el acto fundacional fue presidido por tres hermanos comisiu-nados por las tres primeras luces de Conciliación, y no por ellas mismas como era de desear, lo que constituyó «una grave falta de consideración al Oriente en cuyo nombre obraban, y un desprecio al nuevo taller»; actitud que dejó ver «en lontananza una oposición oculta y rastrera)) a la erección de la nueva logia " y que, en realidad, constituyó la primera fase de una disputa que, prontamente, distanció a los dos talleres hermanos, y donde no faltaron las intrigas por ambos bandos. Respecto a los fundadores de Borinquen, tenemos el cuadro de la página siguiente 'O. Las profcsioncs dc los individuos rncncionados son las quc sigucn, en conjunto, tres «comerciantes», tres «propietarios», dos «militares», dos «industriales», un «dependiente», un «empleado», un aescribien-te » y un «prucuradur». Ob. cit., p. 6. lo «Cuadro de los hh. que forman la Resp. Log. Borinquen al Or. de Maya-güez, bajo los ausp. del Gr. Or. Español, Mayagüezn, Puerto Rico, 4 de agosto de 1890, loc. cit. Lugar de Lugar de Apellidos y nombre nacimien fo residencia ALVAREZC AMPOSP, edro Tenerife BASORAY MESTRE,J osé Mayagüez BERGA, Andrés Mayagüez FERNÁNDEZP ÉREZ, Mauro Mayagüez GARCÍA SUÁREZ, Celestino Asturias GARCÍA DE LA TORRE, Luis Mayagüez GRANT, Federico Venezuela LONGORIAP,e dro Asturias MUÑIZ, Cristóbal Mayagiies! PUIG, José F. Mayagüez RIVERA, Juan P. Mayagüez RODRÍGUEZR ODR~GUEJZo,s é Orense ROUSSET, Enrique Arroyo (P. R.) VALES VARELA, Jacinto La Coruña Mayagüez Mayagüez Mayagüez Mayagüez Lajas (P. R.) Mayagüez Lajas Lajas Mayagüez Mayagüez Mayagüez Lajas Mayagüez Mayagüez Con el fin de redactar el Reglamento interior de la logia sc nombró, rápidamente, una comisión que integraron Alvarez Campos, como presidente, y Vales Varela y Fernández Pérez, como vocales. Este último realizó el borrador que, el 20 de noviembre de 1889, fue presentado al taller para su aprobación. Contra el mismo sc alzaron las voces de los miembros de la logia madre Puello y Goncc «sin alegar más argumentos que la creencia que abrigaban de que se oponía a lo prescrito en el de la Conciliación», siendo refutadas sus observaciones 'l. Además, el hermano visitador Alberto Regúlez, venerable dc Cs. del Silencio, encomió la obra diciendo que podía servir de «perfecto y acabado modelo a todos los talleres» ". El 18 dc diciembre se recibió la Constitución del Grande Oriente y se procedió a la revisión del proyecto de Reglamento, pero hubo que suspender los trabajos porque los citados miembros dc Concilia-ción, núm. 47, junto a otros, avenían dispuestos a promover un fucrtc escándalo» ". Por fin, el l." de enero de 1890, se aprobó, en cámara de aprendiz, l1 FERNANDEZ PÉREZ, M., ob. cit., pp. 6 y 7. l2 Ob. cit., pp. 7 y 8. l3 Ob. cit., pp. 8 y 9. el mencionado Reglamento interior, siendo enviado poco después a Madrid, donde sería sancionado el 15 de octubre 14. En abril de 1891 se remitieron también los estatutos al gobernador general de la Isla, legalizándose el taller de acuerdo con la Ley de Asociaciones ". El Reglamento de Borinquen, núm. 81 consta, pues, de seis títulos y 61 artículos l6, algunos de los cuales merecen ser resaltados. Así, el artículo 1 .O establece ": «Esta Logia tiene por objeto afirmar y sostener dentro del Simbolismo bajo los auspicios del Gr. Or. Español, tanto en el mundo profano como en el orden masónico, el libre pensamiento, los derechos inherentes a la perso-nalidad humana, el régimen democrático con su peculiar organismo político y social, la moral universal y la jus-ticia con todas sus manifestaciones, ya sea desenvolviendo su acción propia, ya secundando la de otras sociedades análogas con idénticos fines y tendencias, dejando siempre a salvo el dogma masónico dentro de las prescripciones constitutivas del orden.)) Por su lado, el artículo 4." dispone ciertos requisitos restrictivos para la admisión de profanos que, en este caso, coadyuvarian a vincu-lar a la masonería a determinados estamentos sociales 18: «Para ser iniciado en la Resp. Logia Borinquen es indispensable, además de reunir todos los requisitos cons-titucionales, poseer cuando menos la instrucción primaria, y además una renta, profesión, oficio o modo de vivir conocido, que le proporcione al candidato recursos sufi-cientes para atender a sus necesidades y a las nuevas obligaciones que ha de cuntraer.» A su vez, el artículo 21 legisla 19: «Las puertas de la Resp. Log. Borinquen son democrá-ticas, simbolizan la Igualdad, y por consiguiente no re-l4 Ibídem. Cfr. también Reglamento de la Resp. Log. ~Borinquenn, n. 81, Imp. de «El Progreso», Mayagüez, 1891, 29 pp., pp. 27 y 28, loc. cit. l5 Reglamento, p. 29. l6 Ibídem. " Ibídem, pp. 3 y 4. l8 Ibídem, p. 4. Véase también art. 12. p. 6. l9 Ibídem, p. 8. chuzUnn ingún hor;,Vre honrUdo, 1ibi-c y dc LU.U.-G-I-I-~ J GUO- --- turnbres. Esta Log. suprime los honores a los grados filo-sóficos y en ningún caso cederá los puestos de sus luces, digaatarios y a aütüi.i&íj Iiias&iiea se presente, excepción hecha del Gr. Com. y G. M. de la Or. o quien le sustituya.)) Desde el punto de vista financiero o económico (art. 22), se con-signa que las iniciaciones ((costarán la suma de doce pesos, el aumento & sdurie u! gru& de rampuBer~, cinco pesos, y !as exa!taciuncs a! tercero, diez pesos; cuyas cantidades no podrán ser condonadas ni alteradas, al menos que un sobresaliente mérito así lo aconseje, y en este caso pí-evio acüeidü del t a h » , ~ u y ü sii iicrii;rus iairibikn podrían acordar, no obstante, aumentos o disminuciones en los conceptos mencionados 'O. Por utra parte, la logia estaría gobernada por las dignidades y oficiales siguientes ": - Un Vencrablc Macstro. - Un Primer Vigilante. - Un Segundo Vigilante. - Un Orador. - Un Secretario. - Un Tesorero. Y, si lo permitiese el número de obreros, serían cubiertos los siguientes cargos: - Un Orador adjunto. - Un Secretario adjunto. - Un Primer Experto. - Un Segundo Experto. - Un Hospitalario-Limosnero. - Un Arquitecto Revisor. - Un Maestro de Ceremonias. - Un Preparador. -- Un Porta-estandarte. - Un Arquitecto Decorador. - Un Director de Banquetes. - Un Guarda Templo interior. - Un Ecónomo y Guarda Templo exterior. " Ibídem. '' Ibídem, pp. 9 y 10. Estos cargos (art. 27) eran reelegibles, y la Veneratura. además, podría serlo durante tres años consecutivos ". También se tomaron las medidas habituales contra el problema del absentismo (arts. 28 y 29) 2". En otro orden de cosas, al Venerable se le otorgan no sólo los poderes más o menos clásicos, sino algunos especiales como el de «suspender las sesiones pnr un tiempo limitado ciiandn, a su juicio, las circunstancias lo exijan» 'l. Aunque, como es lógico, el presidente podía ser objeto de mociones de censura y, por acuerdo mayoritario, ser forzado a abandonar su cargo (art. 33) 25. Finalmente, el artículo 61, adicional, disponía -entre otras co-sas- lo que sigue2': «Todo acuerdo que tome la Log. en contravención a lo dispuesto en todos y cada uno de los artículos de este Reglarriento será nulo y de ningún valor y no será obli-gatorio para los obreros del Taller su cumplimiento.)) 111. «LA VERDAD EN SU LUGAR»: UN MANIFIESTO DE FIDELIDAD AL GKANDE ORIENTE ESPAÑOL Una de las primeras pruebas fehacientes de lealtad al Grande Oriente Español, es el folleto que, como «prólogo» de otro que pen-saba editar contra uno de su logia madre, diera a la estampa Borin-quen, núm. 81 en agosto de 1891 27. Mediante el opúsculo se trataban de desmentir las «calumniosas especies, gratuitas afirmaciones y falsas diatribas puestas en juego y en letras de molde por una pequeñísima parte de la prensa masónica provincial de la Península, que a su vez la tomó del mal titulado Oriente Español que se publica en la isla de Cuba, como órgano de '' Ibídem, p. 10. ?' Ibídem, pp. 10 y 1 1 . :' Ibidem, p. 12 (art. 32). Ibídem, pp. 12-14. 'Vbidem, p. 27. ?' Masonería Universal, Familia Española, La Verdad en su lugar. Prólogo u1 contra-folleto que publicará en breve la R. L. Cap. «Borittquen» n. 81 de la Fed. del G. Or. Español. En contestación al publicado por la ex Logia «Conciliación» de estos Wll., Mayagüez (Puerto Rico). Imprenta de «El Pro-greso », 1891. e;ci-ia permna!i&d de! &ijUcko Conocju &giona! Uc aqUc!!a An:i&ii, y, al mismo tiempo, criticar la actitud poco leal de Conciliación, núm. 47 ". En este sentido, se realiza una extensa condena ": « ¡Atrás, pues, los detractores! Atrás los ambiciosos vulgares, atrás los falsos masones que, titulándose após- * - 7 - - - - 7 iuics LGIUDUS Uc ki pürcza UcÍ ñitü, pi-cieíideii eÍevciise al abrigo de aquél, sin reparar en que le desvirtúan, le escarnecen y le falsean, con el solo afán de erigirse en potencias independientes, para halagar vanidades y satis-facer bastardas y vulgares ambiciones, ...; y no es esto lo peor, sino que, aunque en cortísimo número, encuentran emuios que ies secunden, pretendiendo hacer valer sus falsas teorías en estos Valles, con los propios fines, y anteponiendo al interés de la Orden, la satisfacción de su orgullo personal y de sus afinidades y tendencias extrema-damente regionales y locales, con el absurdo propósito de tolerar la menor cantidad de autoridad central posible, y haciendo inauditos esfuerzos por descartar de sus huestes, hasta las más insignificantes partículas de centralismo. ¡Porque se encuentran lejos, ya quieren ser a toda costa omnipotentes y formar familia aparte! » Acto seguido se combate de forma concreta el problema habido entre el Grande Oriente Español y el Consejo Regional de Cuba, antigua Gran Logia Provincial de la Isla de Cuba, que siempre opuso una «fuerte resistencia a cuantas soluciones le propuso el Gran Oriente para su total organiza~ión»"~y, que, de hecho, terminó con la destitución de sus dirigentes por parte de la Potencia peninsular. Las razones de esta dura medida del Oriente español se basaban, según los puertorriqueños, en las numerosas irregularidades del Con-sejo Regional de la Gran Antilla, envuelto siempre en las «nebulosi-dades que desde su origen circundaban su gestión)). Irregularidades que pueden resumirse, más o menos, asíS1: - La desidia del organismo cubano que, frente a lo preceptuado, no designó representantes a la Asamblea General de 1891, donde 28 Ob. cit., p. 3. '' Ob. cit., p. 5. 30 Ob. cit., p. 6. '' Ob. cit., PP. 6 y 7. habrían de ser oídas sus reclamaciones, tal como se había acordado el año anterior. - La desobediencia a las órdenes del Gran Consejo Central, y el total descuido a la hora de satisfacer los gravámenes obligatorios y otros capítulos económicos. - El que «el periódico mal titulado Oriente Español de aquellos valles, inspirado por su director el h. Miguel A. Nogueras, Gran Secretario de aquel Regional, se ocupó siempre en definir en él doctrinas completamente opuestas a las que preceptúa nuestra Cons-titución, titulándose dicho h. y su periódico, órganos del Gran Con-sejo Regional de Cuba, bajo los auspicios del Gran Or Fspañnl, el uno, y como Gran Secretario del Regional, el otro». El que varios talleres subordinados al Regional, además, re-clamaran por su conducto «sus definitivas patentes y títulos de que carecían, remesando su importe a la vez, y a pesar de reiteradas ins-tancias nada pudieron conseguir más que perder el tiempo y sus intereses», por lo que decidieron acudir directamente al Gran Con-sejo de la Orden, que les proveyó de patentes y títulos gratuitas. Más adelante se añade ": «No contentos aquellos extraviados funcionarios con las escandalosas tropelías que habían cometido, quisieron des-virtuar el decreto del Gran Consejo, publicando una hoja impresa plagada de dislates y herejías masónicas, en la que se pretendía demostrar, que el Iltre. h. Mariano Gar-cía, tercer Vicepresidente del Gr. Consej. había firmado el decreto de disolución, en ausencia del Gr. Maestre titular, por no prestarse ni el l."' Vig. ni el 2." a sancionar con sus firmas, aquella medida de saludable y buen go-bierno. Para pulverizar esta patraña, bastaos a todos, ..., leer el Boletín Oficial de nuestro Gran Oriente, núm. 27, de fecha 2 de febrero, y en él encontraréis las justas causas que han puesto legítimamente, en manos del Iltre. h. Ma-riano García el primer mallete; y siendo, como es, muy posterior a esta fecha el decreto de disolución, clara está la falsedad de tal aserto.» " Ob. cit., p. 8. 14 Li~egn, entre otras cosasi se matiza irónicamente 33: «No hay remedio, esos cubanos están locos; se empeñan en faltar a Ia verdad y dicen r ~ i a n t n se les viene a la lrn-gua; vicios dc la maledicencia y nada más. No sería desacertado, y lo decimos de todas veras, se !es 9 n l ; r a c ~ fin eme!ieEte, 2 T J ~ T si les Cl!m2h2n -r------ tanto los nervios, que a la verdad, y sin la menor iazbn que lo justifique, bien lo han de menester. ¡Son tan ..o".,:n"nc l ;; 1,"L " &WOWO. Después critican la actitud de sus antiguos hermanos que, en .~.-~1l-u-:bi-i ubiui1 1 ~-lili-u- o L,ii a-uLlLai-i x gui:uA -u li.u.-a Li i.u.-~1i1i-u- au3 c- 1lu- eu -i i-i-u-~-u-i-i-c aA - fl..L.. UG ~ u u u . Estos errores, dice el folleto, «lamentables para todos nosotros y sobre todo para nuestra Orden, aquí donde es absolutamente necesaria la unión y la m65 exquisita iraternidad, y más hoy, que nuestro Gran Oriente cuenta con buen número de florecientes talleres, animados todos del mayor entusiasmo y del más puro patriotismo, todo hacía esperar una próxima época de felices y trascendentales éxitos en todas las localidades de verdadera importancia; ahora, repetimos, que la victoria definitiva tocaba a nuestras puertas, la ex-Logia "Concilia-ción", extraviada sin duda y envanecida con su antigüedad, . .., yér-guese airada y rebelde contra el Gran Oriente, desoye sus consejos, deja incumplimentadas sus órdenes, declara irregulares otros talleres más legítimos y mejor dirigidos, publica bandos tachándoles de agru-paciones no masónicas, quiere imponer su voluntad y sus autoritarios Reglamentos, coartándonos esa misma libertad que ahora para sí tanto pregona; nos cierra el templo, echándonos a la calle, distribuye falsas circulares acusándonos de delitos que nunca pensamos cometer; rompe un solemne contrato que con nosotros había celebrado para prestarnos el debido auxilio; nos usurpa la parte que en su tesoro teníamos, nos elimina de su catálogo faltando también a todo lo estatuido, se dirige al Gran Oriente con mentida queja, que nos-otros deshacemos enviando en copia certificada todos nuestros tra-bajos realizados; se ve por el Oriente lo inexacto de tal denuncia. se nos envía por su conducto nuestra patente, nos la detiene ilegal-mente y a renglón seguido publica que carecemos de ella; viene una comisión del Gr. Or. a estos Vall, para arreglar fraternalmente tan lamentables diferencias, nos ponemos incondicionalmente a sus órde-nes, y la Logia "Conciliación" se niega en absoluto a aceptar ninguna de las soluciones propuestas por aquélla, obligándola a salir de su " Ob. cit., p. 9. templo antes de terminar los trabajos, desairada y desobedecida la autoridad suprema de que venía investida: retírase la comisión escandalizada por no encontrar siquiera las buenas formas que la urbanidad aconseja y que la educación más rudimentaria enseña; ve que no hay allí ni visos de los sentimientos caballerescos, huma-nitarios y caritativos que tanto distinguen a los masones de los demás hombres, y que, por el contrario, predomina la repugnante nota rencorosa con su séquito de arbitrariedades e intrigas, que sólo la torpe venganza anima aquellos pervertidos corazones, que se muestran reacios a toda idea salvadora, y que sus esfuerzos son inútiles y hasta burladas sus proposiciones, convéncese de que debe retirarse y dar cuenta de tal estado de cosas al Gran Oriente, como así lo hace; recoge nuestra patente, que contra toda ley retenían aquéllos, y ha-ciéndonos formal entrega de ella a los pocos días, según procedía, formó y remitió al Gran Oriente el oportuno expediente expresivo de todo lo ocurrido» 34. Enterado el Grande Oriente Español de estos incidentes decretó, el 3 de mayo, la «suspensión de derechos» de Conciliación, núm. 47, comisionando a Borinquen, núm. 81 para que, en su nombre, le transmitiese oficialmcntc csta disposición. Los miembros de Borinquen, núm. 81 fueron muy mal recibidos por la logia suspendida que, además, dio a la estampa su Memorial de agra-vios, que, «engalanado con buenas iornias y jesuítico ropaje, no contiene una sola verdad, pero en cambio envuelve un sinnúmero de vulgares y bajas acusaciones, que aun cuando fueran ciertas, no debían mencionarse por su negativa talla» ". Por último, Borinquen, núm. 81 anuncia algo de lo que se pro-ponía publicar más adelante contra las acusaciones de la decana y termina con una declaración de lealtad a la obediencia 36: «Corre como cierta la especie de que se pretende una amalgama general de todas las fuerzas masónicas en esta provincia, y que cierta autoridad asumirá la dirección. Nosotros, siempre fieles a nuestros principios y conse-cuentes con nuestros compromisos y procedencia, perma-neceremos firmes en nuestros puestos hasta vencer o morir, y sólo nos prestaríamos a sancionar, en lo que nos tocare, tal decantada fusión, cuando ésta quede bajo la obediencia y los auspicios del Gr. Or. Español. Otra cosa, jamás, jamás .jamás.» '' 06. cit., pp. 10 y 11. j5 Ob. cit., pp. 11-13. Ob. cit., pp. 13-16. IV. LA ENCUESTA DE ENERO DE 1892 Y EL INFORME DE BORINQUEN, NUM. 81 Antes de continuar con el planteamiento esencial de este trabajo, conviene que sepamos algunas noticias sobre la ideología de los miembros del taller de Mayagüez. Así, el 15 de enero de 1892, el Gran Consejo de la Orden publicó un decreto, ordenando a sus logias que dieran respuesta a una serie de temas clave, con el fin de elevar los resultados a la Asamblea general de dicho año. Por lo tanto, el 9 de marzo, los masones de Borinquen, núm. 81 terminaron un «humilde informe)) que abarcaba las distintas preguntas del cuestionario, a saber 37: 1) La vida conventual. 2) Medios para concluir con los privilegios de las órdenes mo-násticas. 3) Los jesuitas. 4) La enseñanza laica. 5) El ejército, y 6) La desigualdad de clases. En lo tocante a la primera pregunta, los puertorriqueños son tajantes 38: «Los inconvenientes de la vida conventual son: quitar brazos al país, restándole fuerzas útiles, descenso de po-blación legítima, el fomento de la holganza y del desprecio a la humanidad, la invención de todas las depravaciones, vicios y corrupciones, morales y materiales; el fomento de las ideas más erróneas respecto de Dios, con menos-cabo de su Majestad: el fomento de crímenes de todas magnitudes y órdenes; la erección de cunas para el oscu-rantismo afianzadas por máximas absurdas y antirracio-nales, &c.>> Para terminar con los privilegios de las órdenes monásticas, en-tienden nuestros masones que había que «pesar en las esferas j7 Cfr., para el cuestionario, FERRERB ENIMELIJ,. A., 06. cit., pp. 28-32 (t. 11). y. del mismo autor, La masonería en Aragón, 3 vols., vol. 11, pp. 73-77. Comunicación de Borinquen, n. 81 al Gran Consejo de la Orden del Grande Oriente Español (en adelante G.C.0.-G.O.E.), Mayagüez, 9 de marzo de 1892, loc. cit., Mss., 8 fols. v. j9 Comunicación ..., fol. 1 v. gubernamentales, para que éstas, rodeándoles de inconvenientes de todas clases y negándoles primas y subvenciones, no puedan ejercer tanta influencia sobre los pueblos: procurar que sean hombres libre-pensadores los elegidos para el Ministerio de Gracia y Justicia: no concurrir nunca donde esos instrumentos soberbios, aterradores y soberbios (campanas), tocan llamada; gestionar la separación de la Tgl~sia del Estado; la venta de todos lns edificins que son del Estado, o el arriendo al mismo clero; sujetarlos a tributación como a indus-triales; prohibirles el culto externo; exigírselo interior y sujeto a las leyes de asociación; fuertes castigos a los religiosos políticos: obli-garles a cumplir todas las obligaciones y gavelas de los demás ciuda-danos. Obligar a tomar estado al clero seglar; y de no hacerlo im-poner cadcna pcrpctua al quc dclinca los votos de castidad. I'rohibii el uso de amas de llaves a los solteros. Disolver los conventos de monjas, o no permitir la entrada en ellos a mujeres menores de cuarenta años, previo reconocimiento facultativu. No deben admitirse las no vírgenes. Prohibir las romerías; y todo acto que tienda a hacer atmósfera fanática, por perniciosa e inmoral; y, por último, proteger El Cencerro, El Motín, Las Dominicales y todo periódico que tienda al sol la ropa no limpia del clericalismo, aconsejando a los talleres que se suscriban con un tanto para cada multa que a aquéllos les sea impuesta, suscribirse, etc.». Respecto a los jesuitas, se deja traslucir el odio casi secular de los masones hacia esta Orden religiosa, a la que consideraban como principal resorte de la reacción y del ultramontanismo, en todo el mundo occidental, por ello sugieren 'O: «Adquirir sus estatutos fundamentales, publicarlos, re-batirlos y comentarlos, vendiendo los ejemplares al costo: gestionar su expulsión de todas p~r t e s ,p or conspiradores: demostrar al pueblo su desmedida ambición y egoísmo, poniéndole de manifiesto las colosales empresas indus-triales y comerciales que posee esa orden, causa de casi todas las catástrofes sociales: presentarlos al mundo como mercaderes, explotadores y asesinos de los grandes hom-bres: dccrctar cl cxtcrminio, por todos los medios, de cuantos son adictos a esa orden, para que, unido a la razón, el terror impida la entrada de nuevos adeptos: impusicih de graiides tributus a cada congiegación y todo lo que constituya dificultad para la vida del jesuita.» " Ibídem, fol. 2. 21 3 Por enseñanza laica entienden 'l la ((dirigida a educar a los hom-bres, en su niñez, libres de las preocupaciones religiosas, es decir, enseñándoles a reconocer la existencia del Dios único, por los medios naturales. lógicos y racionales, sin limitación de cultos: enseñanza puramente moral y científica, fundada en la ciencia demostrada, prescindiendo de la fe, tan ridícula como absurda». La pregunta relativa al Ejercito es contestada de fnma amplia. Empiezan por considerar q,ue «el desarme universal y la política de la paz, son principios masónicos», pero añaden 42: «la masonería debe trabajar asiduamente para ilustrar, moralizar y perfeccionar al hom-bre, hasta tal punto que en él no quepa más ambición que la del saber, ni más aspiración que la del honor. Una vez a esta altura la suciedad, eiilüiices ha llegado el iiloiiieiito oportuno de proceder al desarme general, mientras tanto sería un criminal error que nos conduciría, en muy pocos años, al más espantoso retroceso: sería en resumen el suicidio social. En el día las libertades públicas no pasan por otro camino que el que abre la metralla; la fuerza armada es su sostén; si ella faltare adiós orden, adiós libertad, adiós garantías individuales, adiós sociedad, adiós todo. Estamos muy embrutecidos aún para prescindir de los elementos armados; mientras exista fana-tismo religioso, ausencia de moral pública y desprecio a las leyes, no se puede ni se debe entregar la sociedad a la sensatez de las masas, puesto que ninguna tienen hoy por hoy». Por último, dicen: «La política de la paz es una teoría hermosa, humani-taria y bella, pero es imposible en la práctica mientras existan testas coronadas en Europa, con sus séquitos de fanáticos, de vividores, envidiosos, ambiciosos, intrigantes y serviles aduladores, enemigos del progreso y del bien público; nosotros creemos que debería formarse una liga de la paz, que fuera más bien de guerra a todo lo existente, cuyo objetivo fuera la desaparición de las actuales institu-ciones en el Viejo Mundo e implantación de otras más libres, más equitativas, económicas y justas; sólo entonces, es decir, dado este primer paso y llenado este principio, constituirse sólidamente la verdadera liga de la paz dentro de las prescripciones de las leyes masónicas, puesto que, dada la diversidad de las profanas en los respectivos Estados sería imposible entenderse para dictar los esta-tutos porque ha de regirse aquélla.» 41 Ibídem, fols. 2 v. y 3 r. 4' Ibídem, fol. 3. La desigualdad de clases sería fruto de la «pésima organización social, de un falso concepto de la propiedad y peor distribución para su utilidad y cultivo» 4" El rico, afirman, «créese, por el hecho de serlo, más sabio. más inteligente, de superior condición y dueño de los designios del pobre; cree que la Ley le reconoce estos derechos y desprecia la Ley, poseído de que puede en relación de lo que tiene; de aqiií e1 cacicluismo local, de esto e1 falseamiento y prostitiición del sistema representativo, de aquí la nulidad del Poder legislativo, y de todo ello la impotencia del Poder ejecutivo; defectos todos enlazados, y que constituyen nuestra decadencia general, y traerán la ruina de la patria y detrás el caos, la miseria, la deshonra y la muerte». Después de estas proféticas palabras apuntan algunas soluciones interesantes: «El Estado puede y debe mejorar la condición de las clases pobres: l." estableciendo la igualdad más absoluta ante las Leyes; 2." haciendo decrecer los precios de los artículos de primera necesidad, levantando o suprimiendo los arbitrios que sobre ellos pesan, . .. , pues es a todas luces antilógico, antilegal y antirracional, que pague cada cual en razón de lo que consume, y no en relación de lo que posee: esto sólo tendría razón de ser cuando lo consumido fuera regalado)). Además, dicen: «debe dividirse la propiedad, en las provincias del Este, del Mediodía y Mesetas Centrales, en la forma que lo está la de Galicia; es decir, que todo (el) mundo sea pro-pietario, aunque pague cada uno, anualmente, una gavela justa al primitivo propietario y verdadero dueño». Otras formas de limar las diferencias sociales y de mejorar la situación de los menos pudientes, serían el fomento de las industrias y, también, rebajar «algo las exigencias del trabajo, hoy escandalosas, auméntese algo el jornal, organícense barriadas especiales en que el proletario encuentre casas gratis, y con lo antes dicho sobre rebajas de arbitrios, estará el pobre en disposición de comer medianamente, que es a lo que hoy por hoy aspira: bien poco es, y no se le facilita poique no se quiere. Prohíbase que ningún hombrc público, autoridad ni empleado, forme parte de ninguna empresa». Finalmente, para sustituir los impuestos que deberían ser supri-midos o rebajados señalan dos medios: «el reparto general en relación de la fortuna de cada habitante; ... el otro es imponiéndolo al boato y al lujo, pues ya que la ostentación exageradísima que hoy se usa, en el gran mundo, y aún en la estúpida clase media, que no pudiendo ver a la aristocrática, copia e imita todas sus fastuosidades y vicios, " Ibídem, fols. 3 v. y 4. 21 5 constituye un verdadero y criminal desprecio al pobre y a la huma-nidad entera, justo, muy justo y moral es, que se castigue con im-puestos, matrículas y consumos)). Terminan abogando por la nece-sidad de imponer fuertes contribuciones a los agrandes señores que van a vivir al extranjero con desprecio y menoscabo del país nacional, y decrecimiento de su riqueza)), y por la supresión de las «pensiones ilegítimas ». V. ESPAÑOLISMO Y ((SEPARATISMO)) EN LA MASONERIA PUERTORRIQUEÑA La lucha que, como vimos, se entabló entre las dos facciones de la masonería de Mayagüez, no terminó con los sucesos mencionados. Entre partidarios y «detractores» del Grande Oriente Español se ahondarán las diferencias hasta alcanzar cotas importantes. De este modo, a partir de los inicios de 1892, incluso antes, podemos observar que no se trata sólo de un problema de regularidad y de lealtad masónica a una obediencia determinada, sino que la masonería occidental de Puerto Rico y quizá de toda la Isla, se hallaba claramente dividida en dos sectores: a) los que hacen de su lealtad al Grande Oriente Español una declaración de fidelidad a la metrópoli; b) los partidarios de una autonomía o independencia no únicamente de índole masónica, sino también política. Así se desprende de la sustanciosa misiva que, el 21 de abril del citado año, Borinquen, núm. 81 envió a su Potencia auspiciadora 41: «Como sabéis, existe aquí una masonería irregular, ti-tulada de Puerto Rico, que no es otra cosa que una hija bastarda de la de "Colón" con todo su filibusterismo. Esta masonería no practica más nada de la Orden general que la "beneficencia"; en lo demás es puramente una aso-ciación separatista: ya sabemos para qué uso ejerce la beneficencia, pues si no le valiera para ocultar sus aviesos fines, estamos seguros de que tampoco la ejercería.)) Se dice luego que el pleito con Conciliación, núm. 47 tuvo como consecuencia la «deserción» de ésta al Grande Oriente Nacional de España, equc dicho sca dc paso, cstá bicn mal cn ésa, y tenemos " Cfr. Comunicación al G.C.O.G.O.E., Mayagüez, 21 de abril de 1892, 7 fols. r., loc. cit., Mss. 21 6 esperanzas de que en ésta se inicie pronto su decadencia». Seguida-mente se escribe 15: «la titulada Logia "Adelphia" de estos Valles, que pom-posamente se titula "Gran Logia Soberana de Puerto Rico", veía con gusto nuestras disensiones, y se mantenía a la expectativa, abrigando la esperanza de que nos desorga-nizáramos en la lucha, para recoger luego nuestros restos, a guisa de moderna Albión: mas no sucedió así; ganado el pleito por Borinquen. afluyó de tal suerte a esta Logia el personal, que en pocos meses apareció la más potente y floreciente de cuantas en estos Valles trabajan: entonces la separatista Adelphin trata de iinirse, y se me al fin, a la desertora "Conciliación" para combatirnos en todos los terrenos; se apela a la calumnia, a la falsedad, ..., a la violencia, y hasta se emplea la influencia oficial para trasladar de estos Valles a otros, al pundonoroso y activo militar que nos dirige, y que con tesón y valentía se mantiene en su puesto, contra vicnto y marca, vcnga lo que viniere: se redacta un folleto por el cual se nos acusa, falsamente, de mil pecados; se conciertan alianzas con objeto de hacernos entrar en ellas, a lo cual nos riegainos, porque les conocíamos, y porque no nos era permitido unirnos a cuerpos ilegales e irregulares)). Sin embargo, en el seno de Borinquen, núm. 81 quedaban algunos masones que, desde enero de 1891, habían tratado de inclinar a la logia hacia una alianza con los «separatistas», los Berga, Andrés y Pablo, así como su pariente Jesús M." González, habían propuesto al Venerable M. Fernández «afiliar al taller al Oriente de "Colón", ale-gando que en la "Adelphia" había muchas personas de posición e influencia, y que era útil para todos su protección)). Pero Fernández, según el relato, contestó hábilmente que aún no era tiempo, «que era preciso preparar los ánimos, y ver antes la marcha del Oriente», puesto que se trataba de un paso «trascendental», ello con el fin de evitar una negativa rotunda a los citados individuos. que dispo-nían en el templo de «un buen número de voluntades, casi todos parientes)) '". Al ver que el presidente no daba muestras en sentido favnrahle a su objetivo, la familia Berga se alió con otros «para preparar, en 'j Ibídem, fol. 1 v. 46 Ibídem, fols. 1 v. y 2 r. el silencio)) un golpe electoral que diera el triunfo a sus partidarios. Además, se opusieron a la publicación del folleto que conocemos y lucharon también contra la erección de la logia Hijos de Borinqueiz en San Germán, «por hacer allí sombra a un taller que tiene allí la titulada Soberana, que ya hemos conseguido deshacer». Las elec-ciones celebradas a finales de 1891 dieron, en efecto, el triunfo a los «Bergas con su elemento separatista», pero, rápidamente, fueron anu-ladas por el sector leal, previa protesta elevada al Grande Oriente Español, dado que los comicios habían adolecido de varios defectos importantes 47. En consecuencia, el grupo derrotado optó por pedir plancha de quite y «marcharse a su cómplice Adelphia, siguiendo, desde entonces, empleando toda clase de medios, influencia, dinero, calumnias, pro-mesas y amenazas, para llevarse consigo a varios amigos o parientes, hasta el número de 2 5 ~A. l gunos se dieron cuenta, luego, de su error y solicitaron reingresar, a lo que accedió Borinquen, núm. 81, pero, de la misma forma, cerró sus puertas a los «cabezas de motín, a los ambiciosos, a los ignorantes y traidores», y, además, solicitó de la obediencia que no fueran admitidos en ningún taller de la Federación, pidiendo, por lo tanto, la debida irradiación oficial, según los motivos que, a continuación, se aducen "8: Nombres Causas de irradiación Pablo Berga, 18." Andrés Berga, 18." Jesús M." González, 3." Genaro Vidal y Vidal, 3." Juan García Berlanga, 3." Patricio Arnaldo, 18." José F. Puig, 30." Francisco Medina, 1 ." -- Traición, calumnia, ambición e ignoran-cia. Id. Id. Traición y ambición. Id. Id., y por deudas diversas a los hermanos Fernández y Vales Varela. Traición, calumnia y por pernicioso. Id. Luegu se afirma 49: «Estos hermanos, de mancomún acuerdo, entre sí y con la T.ogia irregular Adelphia, han conspirado contra la 47 Ibídem, fol. 2 v. 48 Ibídem, fol. 3. 49 Ibídem, fol. 4. Orden, contra el Oriente, contra la existencia de este taller que les dio la luz, y contra el Venerable Maestro, calumniándole con mil inventivas, que atacaban su repu-tación, su honra y su dignidad de Caballero ...; que el Oriente era irregular, y que la Adelphia estaba reconocida por el mundo entero, que Puerto Rico para Puerto Rico, y que España para España; que la verdad de todo se vería en los periódicos del disuelto Consejo Regional de Cuba, etcétera.» A continuación se escribe sobre cada uno de los masones espúreos. Así, por ejemplo, de José F. Puig: «este hermano es pernicioso en donde quiera que esté. Es un mulato, que no puede ver al blanco porque es blanco, y no puede ver al negro por lo que de él le toca, de modo que odia a todo (el) mundo. Debe expulsársele» jO. Y de Francisco Medina sc afirma: «hizo la misma propaganda que los anteriores, con las circunstancias agravantes de que es guardia civil, español peninsular, y se afilió a la logia separatista Adelphia. Toman-do por único pretextu que nueslro Venerable no se había interesado con su capitán para que le relevara, por las noches, de prestar el servicio de cuadra y pienso; lo cual no podía hacerse por redundar en perjuicio de sus compañeros» ". Finalizan pidiendo, para todos los implicados, la inhabilitación para ingresar en la Federación, y «si posible es en ningún Cuerpo de nuestras relaciones, sobre todo en el Nacional, que tiene aquí logias con las cuales estamos en buena armonía» 5'. En este contexto de lucha intestina de la francmasonería puerto-rriqueña, se ubica también un manifiesto que Borirzquen, núm. 81 dirigió, el 18 de mayo de 1892, «al titulado Gran Maestro de la titulada Gran Logia Soberana de Puerto Rico. demás dignatarios y obreros», como respuesta a una Circular de este organismo, invitando a la fusión o pacto a los masones de la IslaS3. En dicho documento señalan los de Mayagiie.7, en primer Iiigar, 'O Ibídem, fol. 5. Ibídem, fol. 6 v. Ibídem, fols. 6 v. y 7 r. Comunicación al titulado Gran Maestro de la titulada Gran Logia Sobe-rana de Pto. Rico, demás dignatarios y obreros, Mayagüez, 18 de mayo de 1892. 2 hojas impresas, loc. cit. La Circular citada tenía fecha de 10 de mayo. que «siendo esa titulada Gran Logia un organismo excepcional, ajeno por completo al gran concierto de unidades sincera y realmente masónicas, regidas por unas mismas, comunes e invariables leyes, conocidas con el nombre de "Estatutos Generales de la Orden franc-masónica", según se ve por vuestros Estatutos especialísimos, por los cuales os regís y gobernáis, en abierta oposición con lo mandado, preceptuado y estatuido en el Código fundamental, es evidente vuestra irregularidad y manifiesta ilegalidad como entidad verdaderamente masónica; sin que esto sea óbice para que, como corporación profana merezca nuestro mayor respeto, y las dignas individualidades quc la componen, nuestra más distinguida consideración)). Después de esta dura aclaración, se rechaza la invitación con estas palabras: «aun cuando quisiéramos prescindir momentáneamente de tales escrúpulos, obligatorios a todo buen masón, como esencia de los principios que nos dan el carácter de tales, nos vemos completamente inhabilitados para concurrir a vucstro Ilamamicnto, por impcdírnoslo cl texto dc vuestra propia Circular a que contestamos». A continuación se puntualizan las razones concretas, no estricta-mente de regularidad masónica, que obligaban a los nliembros de nuestra logia a no concurrir a la convocatoria ": - La premura injustificada, ((concediendo sólo veinte días de término para deliberar, cuando hace más de cinco meses que tomasteis el acuerdo, y en tan largo plazo no habéis hecho más nada que esa desventurada Circular, que dirigiéndose a aproximar sólo consigue alargar más y más las distancias, por mil y una razones*. - Las bases 3." y 10." de la mencionada Circular, que resultaban restrictivas, arbitrarias y antimasónicas. «¿Qué derechos, qué leyes y qué títulos, como no sea vuestro capricho, abonan a esa Gran Logia por muy grande que sea, a entrar en pleno en la asamblea, y las demás Logias con un solo diputado? ¿Ese proceder no constituye un atropello? ¿No es un atentado contra los más rudimentarios prin-cipios de equidad? ¿No es el reverso de la igualdad? ¿No pugna y se da de bofetadas con la fraternidad?» Y, además, «¿y si vosotros no poseéis m& que el simbolismo, cuya discusión prohibís en vuestra base lo."? ¿Si reserváis vuestra decantada y aparente soberanía? ¿Qué es lo que pretendéis que discuta, delibere, legisle y sancione la Asaiiiblea? LQueiéis acaso plagiar a vuestia hermana de Cuba? Pues hacedlo en buena hora, pero tened entendido que aquí no existen Ibídem. Nogueras y compañía que traicionen la masonería Nacional. Vuestra circular es el efímero y pernicioso triunfo de la minoría; la victoria de los adversarios de la unión, de los pequeños, de los caciques regionalistas, de aquellos que se inspiran en la vergonzante máxima de que vale más ser cabeza de ratón que cola de León; por ello les damos las gracias y les advertimos, de una vez para siempre, que preferimos la cola del león a la cabecita del ratón». Por último, merecen reproducirse los párrafos finales del mani-fiesto j5: «Sois una agrupación irregular, cismática, clandestina, diametralmente opuesta a todo ideal masónico, como lo demuestra el marcado dcsprccio quc hacCis de los Esta-tutos generales de la francmasonería universal, prevari-cándolos, pisoteándolos y desobedeciéndolos; venís de un Oriente extranjero y sospechoso, y os hacéis vosotros también, por la sencillísima razón de que, habiendo en España, vuestra Patria, dos grandes potencias masónicas universalmente reconocidas, y cien mil veces regulares, compuestas de 620 talleres, no sólo dejáis de solicitar sus auspicios, sino que, ni su amistad buscáis, y, sin embargo, no tenéis a mengua, idesgraciados!, ir a men-digar vergonzantes relaciones a potencias ya regulares o ya irregulares al extranjero. Habla vuestro anuario último. Nosotros nos lavamos las manos.-Vais a la desgracia, al descrédito de la orden, apartándoos de sus fundamen-tales Leyes, y lo que es peor, si cabe, a la mistificación de la virtualidad de sus prácticas y doctrinas. Perseguís popularidad y superficial fama a los ojos de los masones y profanos ignorantes, haciendo alarde de apóstoles de perniciosas doctrinas, que no deben entrar en los templos masónicos, rechazando de vuestros talleres las visitas de los masones Españoles, y agasajando los extranjeros, de-clarando invasores de este territorio Español a los masones Nacionales, y dando a la publicidad flamantes y ridículas trcguas de admisión y regularización para los que, ini-ciados en Logias Españolas, quieran afiliarse en las vues-tras. ¿No constituyen estos hechos la más ridícula de las farsas? ¿La más necia de las prctcnsioncs? ¿Y cl más colosal de los delitos masónicos? La contestación es obvia. 'j Ibídem. 221 Buscáis un efímero y pequeñito mando que os permita halagar vuestra vanidad, aunque sólo sea de nombre.- ¿Y sois vosotros demócratas, Libre-pensadores ni liberales siquiera? No.. . sois unos pobres diablos, que idolatrando la aristocracia, creyéndoos dentro de ella, no os dais cuenta de que sois, como nosotros, sus principales y tal vez únicas víctimas. ¡Sois el punto matemático con pre-tensiones de extensión! >> Y, finalmente: «podemos aseguraros y os aseguramos que las nueve Logias del Gran Oriente Español existentes en esta Pro-vincia, no seguirán nunca más camino que el del honor, que vuestra circular, tal cual está redactada, no se parece a otra cosa, ni implica otro fin que un débil lazo, torpe y burdamente tendido, en el que ninguna ha de caer jamás, mientras dirijan sus trabajos masones amantes de la Orden y de la masonería Patria. Cuando necesiten consejos se los pedirán a ésta; no los mendigarán nunca a Orientes Extranjeros: tienen vergüenzas y amor patrio. Perdonad, hermanos, si nuestras palabras pudieran las-timaros, pues ellas no están dirigidas a semejante objeto, y sí a demostraros el dolor que nos causa y la justa y legítima pena que nos produce vuestro proverbial desvío hacia todo lo que a la masonería Patria pertenece, acen-tuando en cambio una ciega idolatría por todo aquello que a la extranjera se refierc; mucstras claras y evidentes de ello son vuestro anuario de 1885 a 88, vuestros Esta-tutos y reglamentos en nuestro poder. Pedimos al G.A. que u5 dirija pur iiiejurea derruterua, para bien de la Orden, de la masonería Patria, de la Patria misma, y de esta querida Provincia, a la cual que-remos y veneramos tanto como cada uno de vosotros, y para la que anhelamos tantos bienes como el que más, aunque para conseguirlo hubiéramos de verter hasta la última gota de nuestra sangre». VI. EL PRELUDIO DE LA CRISIS Este espíritu combativo de los masones de Borirzquen, núm. 81, en favor de su propia obediencia y de unas Antillas españolas, según se aprecia en los libelos estudiados, no estuvo apoyado -como hemos podido intuir- en unas bases sólidas a escala local y regional. Dicho de otra manera, la inestabilidad, desorganización y división interna estructurales propias de la francmasonería española peninsular. se complican en Puerto Rico, lo mismo que en Cuba, puesto que, junto a otros factores, actúa como poderoso elemento disgregador el pro-blema colonial. Prueba de nuestro aserto es, además de lo estudiado, la comuni-cación que, el 31 de enero de 1895, envió la logia al Gran Consejo de !E C);dcii, como r e s p e s : ~u Una rartü &! 28 de dicie~~?kdree! 21% anterior j6. En dicha comunicación se critica, en primer lugar, el papel de-senipeííado por el ex-Venerable M. Fernández Pérez, uno de los ideó-logos del taller en su etapa de gobierno (1891-1893), que, no obstante, acabó siendo irradiado dada su conducta autoritaria, y tras descubrirse un desfaico en ios fondos ciei taiier, en abrii de 1894 ". La logia, que había «venido pasando por períodos casi sucesivos de reorganización», tampoco obtuvo la ayuda necesaria del Consejo Regional de Puerto Rico, organismo masónico que representaba al Grande Oriente en la Isla, hasta el punto que, dados sus prolongados silencios, llegaba a dudarse de su existencia 5 8 : «Hasta hoy de ninguna utilidad parece ser el Regional en esta Isla, y acaso de seguir subsistiendo será necesario enderece su rumbo a fin de que los intereses de ese Gran Oriente y los de las logias de él dependientes estén real y debidamente representados.» Por otra parte, respecto a los talleres dependientes del Grande Oriente Nacional de España (a estas alturas Grande Oriente Ibérico) y de la Gran Logia Soberana de Puerto Rico, los miembros de Borin-quen, núm. 81 son bastante lacónicos jS: ((Estas agrupaciones trabajan desde hace tiempo por implantar la independencia del simbolismo, descabellado pruycctu y c iiu ha: podido !!e*nr n rins de hecho por varios motivos, pues mientras unos quieren los auspicios 'Tomunicación al G.C.0.-G.O.E., Mayagiierr, 31 de enero de 1895, loc. cit., Mss. Ibídem, fols. 1 v. y 2 r. Ihídem, fnls. 2 v. y i r. 5q Ibídem. fol. 3. de un Cuerpo Nacional reconocido, otros pretenden que ese Cuerpo ha de ser la Soberana titulada y otros proponen la fusión simbólica conservando, en cuanto al filosofismo, sus respectivas procedencias. Conceptuamos esto de poca importancia porque hemos llegado a cerciorarnos que nuestra aptitud separada de tal aberración les imposibili-tará de avanzar en sus pretensiones.» En otro orden de cosas, el taller de Mayagüez informa al Gran Consejo de la conducta del clero y de su proceder «con las agrupa-ciones masónicas y con todas aquellas personas que no tengan la suerte de entrarles, ..., por el ojo derecho»; subrayando principal-mente «el negar sepultura eclesiástica a los masones o a lns qiie mueren sin confesión; exigir la adjuración masónica o de otra creencia a cambio del matrimonio católico; no reconocer la legalidad del ma-trimonio civil; negarnos, en fin, bien por nuestra calidad de masones o por estar casados civilmente la expedición de certificados de mora-lidad, etc.». Como respuesta a este comportamiento intransigente de las autoridades religiosas católicas "0; «La construcción de un Mausoleo masónico en la Ne-crópolis disidente de esta Ciudad ha sido la protesta más elocuente de que nuestra dignidad se revela ante los in-justos ataques del hipócrita ultramontano. En ese Mau-soleo hallarán digna bepullura nuestros restos, y nuestras familias lugar apartado y propio en que ir a ofrendar a nuestra memoria.. . Muchos de nuestros hermanos que antes rindieron la jornada duermen alejados de los suyos, abandonados y solos en el eterno (...) reposo. La intran-sigencia religiosa los desterró en la muerte, pero la tole-rancia los convoca a reposar a la sombra de su estatua reparadora, de su símbolo de eterna paz y unión. No habremos aquí de describiros la estructura del edi-ficio ... Su forma, puesto que ocupa el centro del cemen-terio, es poligonal, ... Consta de treinta y dos panteones y otros tantos osarios, estos últimos se ocuparon con los restos de los hermanos fallecidos con anterioridad y que yacen en los cementerios de virotientos (sic) o de protes-tantes. Su construcción se costea por acciones de 10 pesos, cubiertas por todos los masones de esta Ciudad sin distin-ción, como dejamos dicho, de procedencia ni afiliación.» 'O Ibídem, fols. 3 v. a 5 r. 224 El resto de la misiva se ocupa de temas administrativos, especial-mente en relación con la situación económica generada por el des-falco de M. Fernández G1. VII. BORINQUEN, NUM. 81 Y LA CRISIS FINISECULAR ESPAÑOLA ¿De qué forma incide sobre la logia la crisis finisecular española? El 26 de febrero de 1897. Borinquen, núm. 81 escribía a Madrid ", subrayando, en primer lugar, su deseo de hacer frente a una parte de los débitos a la Orden, y justificando su retraso en haberse tro-penado con serias dificultades, «no sólo en la marcha administrativa» (que mucho había mejorado), sino en la de propaganda y labor ma-sónica ». Las elecciones reglamentarias, decía luego la carta, se habían efectuado a comienzos de diciembre anterior, resultando elegido Venerable Aniceto Tomás Dulievre, por renuncia del electo Eugenio Martín Ramírez 63. Pero pronto habían surgido los problemas. Precisamente, a mediados de diciembre, «la Autoridad local civil, el Sr. Alcalde Municipal, solicitó atentamente el concurso de varios hermanos, suplicando encarecidamente a nombre del Excmo. Sr. Go-bernador general, rogásemos a la Logia su clausura temporal mientras durase la actual situación y estado de cosas porque atraviesa la Nación, con las insurrecciones de Cuba e Islas Filipinas» 64. Los integrantes de la logia se extrañaron de la petición, por tratarse de una «sociedad legal y constituida al amparo de las leyes», pero no podían desatenderla por las «fundadas razones» que se les expusieron, y, «luego porque aunque si bien se nos suplicaba, una negativa alegando nuestros derechos, hubiese sido funestísima para nosotros». Además, la solicitud había sido «en general a todas las logias de la Isla, y no obstante, nos decidimos a tomar acuerdo, después de haber consultado a la logia Palafox que, por estar en la Capital, podría estar en antcccdcntcs. Esta logia nos contestó por telégrafo lo siguiente "Nosotros confinuaremos trabajando, pero acon-sejamos a Ustedes suspendan. CeperoJ'» 65. '' Ibídem, fols. 5 r. a 11 v. Comunicación al G.C.0.-G.O.E., Mayagüez, 26 de febrero de 1897, loc. cit., Mss. 63 Ibídem, fol. 1. 6' Ibídem, fol. 2 r. 6' Ibídem, Subrayado en el original. Luego sigue una declaración de lealtad 66: «No podemos precisar el objeto que se proponga el Gobierno con esta medida, v si tendrá o no motivos fun-dados, pero podemos responder de las Logias de la obe-diencia del G. Or. Español que siempre han dado pruebas de lealtad, respeto y cariño a la Patria. Vosotros sabéis que el masón tiene enemigos ocultos por todas partes, y que no cesan de atacarle; es de suponerse que aquí no h&& estado ociosos y ninguna nrasión es más prn-picia que la actual, en que la Nación se ve herida por sus hijos ingratos de Cuba y Filipinas para suponer inmis-cuida a la masonería en tan ruines propósitos. Periódicos de Madrid mismo hemos leído en que se acusa a nuestra hermana de S. Germán "Hijos de Borínquen". ¡Cuánta 1 1 - 3 1 u1a1uau: » La logia, que consideraba innecesario hacer ((protestas de lealtad», había acordado lo que sigue en su tenida del 23 de diciembre 67: No la clausura de la Logia aunque fuera temporal, sino la suspensión de trabajos hasta nuevo acuerdo. Confiar a la comisión de administración la dirección y ré-gimen de todos los asuntos, revistiéndola de cuantas facul-tades fuesen precisas. Continuar cotizando los que quisieran sostener las columnas, los que no podrían, siempre que estuviesen a plomo con el tesoro, solicitar plancha de quite. Conceder un plazo a los hermanos deudores para su aplo-mación. Este plazo expira el 23 de marzo venidero. Desocupar la casa que ocupara la Logia, cuyo alquiler mensual era de 25 pesos, tomando otra de 9 ó 10, con objeto de hacer economías.» En relación con este último punto, se tomó un local «apropiado en la calle de Las Rosas, número 3, donde se acomodaron los enseres y demás artefactos». Pero el dueño de la casa desocupada reclamó una serie de reformas que le costaron al taller más de 300 pesos, habiéndose «tenido que recurrir al bolsillo particular de algunos Ibídem, fol. 2. 67 Ibídem, fols. 2 v. y 3 r. hermanos)), mientras que otros habían optado por abandonar la logia 08. Finalmente se indica 69: «Un consuelo y una lección provechosa nos quedan: pues si tal quebranto en nuestra marcha, para unos ha podido ser pretexto para desertar cobardemente ante el conflicto, (...) a otros les ha sido propicio el momento para probar su constancia y desinterés, ya oponiéndose a la clausura y liquidación de esta Logia, ya poniendn a su servicio sus recursos materiales e intelectuales. Si no estuviesen suspendidos los trabajos, se permitiría ésta rogar al Soberano Capítulo interpusiera sus gestiones, propo-niendo una recompensa para esos hermanos, pero impe-didos para ello en las actuales circunstancias, sólo una gracia común a todos pediremos, que de seguro nos otorgaréis. » La «gracia» en cuestión no era otra que la dispensa de cotiza-ciones desde el l." de enero «a la fecha en que formemos el cuadro lógico definitivo, que suponemos sea el 30 de abril» del año en curso, Ibídem, fol. 3. 69 Ibídem, fols. 3 v. y 4 r. |
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