mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
La Fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica ROSA SCHLUETER CABALLERO Centro Asociado de la UNED de Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas de Gran Canaria) Boletín Millares Carlo, núm. 28. Centro Asociado UNED. Las Palmas de Gran Canaria, 2009. Resumen: Desde hacemucho tiempo, la comarca de Las Tirajanas guarda uno de los grandes tesoros de la Prehistoria de Gran Canaria, concretamente el enclave conocido con el nombre de La Fortaleza, formado por dos grandes rocas horadadas por cuevas y por un tubo volcánico que atraviesa el yacimiento de lado a lado de la montaña. Se ubican en ella cuevas de habitación y de enterramiento, así como casas en su cima que tienen una rela-ción directa con el equinoccio de primavera, grabados antropomorfos y un complejo de vi-viendas en piedra seca con curiosos escalones y pasillos. Todo ello se cubrió en torno a fi-nes del siglo XVII. Bajo los escombros que hoy podemos observar se oculta uno de los poblados probablemente mejor conservados de época prehispánica, tal y como lo atestigua la excavación realizada objeto del presente artículo. Palabras clave: Arqueología, enterramientos, excavaciones, La Fortaleza. Abstract: For centuries Las Tirajanas has been the the home of one of the greatest treasures of prehistoric Gran Canaria, the enclave known as La Fortaleza (the Fortress), which is made up of two large rocks perforated with caves and a volcanic pipe which crosses the site from one side of the mountain to the other. In it can be found caves used as dwell-ings and caves used for burial, as well as houses on top of it clearly connected with the spring equinox, anthropomorphic etchings and a complex of dry-stone dwellings with curi-ous steps and corridors. This was all discovered around the end of the 17th century. Un-der the rubble that can be seen today is hidden probably one of the best-conserved set-tlements of the prehispanic era, testified to by the excavations which this article records. Key words: Archeology, Prehistory, Burials, La Fortaleza. 32 Rosa Schlueter Caballero INTRODUCCIÓN Cuando comenzamos a realizar las investigaciones arqueológicas en el Barranco de Fataga, concretamente en la Necrópolis de Arteara, pronto nos dimos cuenta de que una serie de trabajos que conllevaban el análisis del medio, las costumbres y tradiciones de la zona, nos dirigían, una y otra vez, hacia la amplia Caldera de Las Tirajanas. De manera bastante frecuente, en la medida en que íbamos tomando con-tacto con la base social de las diferentes localidades extendidas por todo el marco ambiental de esta zona sur de Gran Canaria, las referencias obtenidas acerca del modus vivendi, nos ponían en contacto con una dinámica tenden-te a contactar con la zona centro de la isla, más que con las zonas costeras. Recordemos que el Barranco de Fataga no contó hasta el año 1945 con una carretera que, construida con presos de la Guerra Civil Española, lo comu-nicara con las zonas mencionadas. Sabemos por la tradición oral que muy de cuando en cuando venía algún cambullonero que a través del lecho del barran-co traía pescado a lomos de un burro que, caso de topar con un curso de agua favorecido por las lluvias, debía retomar sus pasos y dejar el intercambio para mejor ocasión. En localidades de amplia raigambre prehispánica, conseguía la cerámica y otros elementos que, trocados por productos agrícolas, consti-tuían la base del escaso comercio existente en la zona hasta hace unos muy recientes cincuenta años. Durante años la investigación arqueológica impuso un cerco a todos los estudios que se pudieran realizar en estas comarcas, dados los trabajos lle-vados a cabo por manos inexpertas. Ello supuso un inmenso reto que para nosotros se resolvió favorablemente al poder echarle una ojeada seria y ex-haustiva a un territorio que había sido objeto de pocos o nulos estudios pre-históricos actualizados, con un enfoque y punto de vista distinto al propues-to por aquéllos que realizaron pseudoexcavaciones en el área. Desde que llegamos a Santa Lucía se nos ofreció toda clase de facilida-des a fin de poder analizar material arqueológico completo, bibliografía y todo un archivo documental e historicista con que cuenta la casa del Castillo de la Fortaleza. Asimismo, pudimos fotografiar y dibujar prácticamente toda la colección que conforma el museo particular allí existente, sobre todo la par-te correspondiente al mundo de la cerámica. Posteriormente, han sido varios los trabajos que se han realizado teniendo como base el material reunido du-rante muchos años, de interés por la referencia que éste hace al mundo abo-rigen, entre ellos los estudios de Bertila Calvan Santos sobre los restos de tejidos allí conservados. El mencionado museo es el resultado de una época en la que no existía excesivo interés en Las Tirajanas por el mundo de la arqueología insular, si exceptuamos el caso de las investigaciones llevadas a cabo por Vicente Sánchez Araña, el cual poco a poco fue reuniendo elementos de incalculable valor para La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 33 La Fortaleza. Santa Lucía de Tirajana. 34 Rosa Schlueter Caballero la Prehistoria de Canarias, descubriendo y excavando yacimientos que por la utilización de técnicas no adecuadas, supuso una grave pérdida de material y de documentación contextual que hoy nos impide resolver muchos de los pro-blemas que se plantean para esta comarca sureña de Gran Canaria. Es verdad que fue un curioso imparable, que todos los pastores de la zona le traían y lle-vaban noticias acerca de posibles núcleos que él se encargaba de ir a recono-cer. De hecho, llegó a colaborar con Sebastián Jiménez Sánchez en algunas de las prospecciones y excavaciones que éste llevó a cabo en Tirajana. Hoy en día su labor es difícil de reconocer y elogiar, pues sus métodos pueden dificultar, sin la ayuda y colaboración de sus descendientes, la posible reconstrucción de lo que fue el complejo prehistórico de La Fortaleza. Aun así, la esperanza no la hemos perdido, pues aunque los resultados de la excavación efectuada no fueron todo lo brillantes que esperábamos, des-cubrimos unas estructuras muy llamativas y de enorme interés que nos lle-van a solicitar de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno Canario una vigilancia exhaustiva de la zona, al igual que el desarrollo de un plan de limpieza y de ordenación de todas las estructuras que, hoy enterradas bajo tantos escombros, pudieran dilucidar muchas de las hipótesis históricas que rodean al enclave en cuestión. El sentido de la excavación tuvo como punto de partida el ya indicado in-terés suscitado por nuestras investigaciones en el Barranco de Fataga. A ello le tuvimos que añadir la comunicación que Vicente Sánchez Araña nos hizo acerca de la existencia de una casa aborigen sin excavar en La Fortaleza. Nos pareció y nos sigue pareciendo una oportunidad increíble para conocer ele-mentos sin remover en esta zona, toda vez que considerábamos toda el área como ya expoliada. Reconocimos el terreno y tomamos la decisión de que, pasase lo que pasase, siempre serían resultados positivos los que obtendría-mos, como así ha sido. No obstante, nos fuimos percatando de que los dis-tintos niveles aparecían extrañamente revueltos: algunos fragmentos cerámi-cos, hallados en diversos estratos, daban la impresión de pertenecer a la misma pieza. Al igual, los estudios de la flora y la fauna reunidos durante el proceso, parecían confirmar la sospecha de que el lugar ya había recibido la visita de otras manos. Un año después, justo al pie de la casa excavada, se realiza una oquedad por parte de El Cabildo Insular de Gran Canaria a fin de plantar un drago. El material cerámico allí aparecido, su decoración, piezas casi completas, nos hizo confirmar lo dicho, más si teníamos en cuenta la pobreza del material apare-cido en la excavación. Aun habiéndosenos comunicado que nunca se realiza-ron trabajos en este enclave, pudimos constatar la existencia de un documento del año 1700, extendido por dicho Cabildo, hoy depositado en la biblioteca de El Museo Canario, donde se indica que en tal fecha, dicha entidad insular concede los terrenos de La Fortaleza a un vecino de la zona para plantar al-mendros y poner colmenas. Como consecuencia de este permiso, se cubrie- La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 35 ron todas las estructuras allí existentes con tierra a fin de poder plantar. Ave-riguamos, incluso, que la casa excavada está enmarcada dentro de un cami-no que, desde Santa Lucía o San Bartolomé, conducía directamente a La For-taleza, y que se halla hoy sepultado por todo lo que constituye, según pudimos comprobar, el entramado de la plataforma, altar, etc., donde se celebra el 29 de abril la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla. La estructura hallada durante la investigación se presenta como una de las más interesantes observadas por nosotros en la isla de Gran Canaria, aun-que los estudios que a partir de ahora se lleven a cabo, desde el punto de vista de la Ciencia Arqueológica, se basen tan sólo en el análisis de tales es-tructuras, sean pre o históricas. El proyecto que saque a la luz todo el complejo estructural de La Forta-leza debe ser un proyecto complejo, completo y que conlleve un presupues-to económico amplio y un equipo que, durante al menos unos cuantos años, trabaje incesantemente en la puesta a punto de este yacimiento de incalcu-lable valor. El Cabildo Insular de Las Palmas de Gran Canaria no puede que-dar al margen de este futuro compromiso, toda vez que como dueño del mis-mo, tiene la obligación de salvaguardarlo y conservarlo, al mismo tiempo que actualizar sus datos, ponerlos al día, darlos a conocer y crear la estructura La Fortaleza antes de su excavación. Casa ubicada sobre la estructura creada para la cele-bración de la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla. 36 Rosa Schlueter Caballero museística adecuada al territorio donde se ubica este gran yacimiento de más de 138.000 m2. HISTORIA DE LA HISTORIA DE LA FORTALEZA Hace más de cuarenta años, un grupo de ilustres entre los cuales llegó a estar Agustín Millares, Carlos Bosch, etc. interesados de una manera un tanto romántica por el mundo aborigen, se reunió en la cueva que, a manera de gran tubo, taladraba de lado a lado la Fortaleza de Tirajana. Acordaron constituir el Patronato de Ansite, pues tal grupo consideró que darle al lugar tal topónimo suponía la confirmación de que allí había tenido lugar el encuentro definitivo entre aborígenes y castellanos. Pronto surgie-ron las polémicas y los dos ayuntamientos asentados en Tirajana, San Barto-lomé y Santa Lucía, quisieron tener en sus respectivos territorios el apete-cido yacimiento. Ello ha supuesto que a través de los años se haya ido configurando un dossier en el que se ha intentado justificar, una y otra vez, la autenticidad del término Ansite y su ubicación exacta en lo que hoy conocemos como La For-taleza. En tal dossier, recopilado por Vicente Sánchez Araña, se reúnen do-cumentos que se refieren a distintos aspectos del lugar, desde fotocopias de las escrituras de compra del yacimiento, redactadas en torno al año 1967, 1968, hasta textos de la Real Academia de la Historia, a la que no le quedó más remedio que entrar en la contienda. Hemos de hacer constar que la exposición de estos datos se debe a la buena voluntad del susodicho Vicente Sánchez Araña, que los puso en nues-tras manos en cuanto vio el interés demostrado por el presente estudio. Incluye también el conjunto documental, los acuerdos del Cabildo para la compra de los distintos terrenos que conformaban el todo del núcleo. En uno de ellos se hace constar: «... en el histórico sitio de Ansite, al objeto de revalorizarlo, ya que consti-tuye el último lugar de resistencia aborigen a la incorporación de la Isla a la Corona Española y al propio tiempo el punto de origen de la total integración isleña a Castilla...». En un artículo periodístico titulado Ansite, ¿Los Sitios?, publicado en el rotativo «La Provincia» y escrito por Leonardo I. González Armas, se enta-bla la discusión de la ubicación exacta del yacimiento. En él se hace referen-cia a la tesis de Santiago Cazorla León, según la cual: ... el Ansite de la Conquista está en la margen derecha del Barranco de Tirajana, en la jurisdicción y parroquia de San Bartolomé, en el lugar conoci-do por «Los Sitios». La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 37 Tras estudiar a cronistas e historiadores, añade: El texto de Mosén Diego de Valera dice: ... e se metieron en una fortaleza que se llama Ansita. Lo cual como el Gobernador supo, partió con toda la gen-te... , e fuese a la dicha fortaleza e cercóla e túvola tanto cercada... El de Gó-mez Escudero: ... Tuvo aviso (el Gobernador) que se habían recogido(los cana-rios) en otra fortaleza de Ansite y allí los cercó. La parte o risco por donde se despeñó llaman Ansite... Abreu y Galindo: ... vino a entender (el Gobernador) que todos los canarios se habían juntado. ... y hecho fuertes en una fuerza la más inexpugnable... que dicen Ansite... En base a la exposición de los datos de los historiadores correspondien-tes, concluye: La designación, reiterada, en estos textos de fortaleza, fuerte, peñón de Ansite, sin duda indica un cierto lugar que, por sus condiciones naturales, hacían de él una fortaleza a la que podían acogerse, y se acogieron los cana-rios para resistir al invasor. Y creemos que LA FORTALEZA manifiestamente ofrece tales condiciones y las características con que los textos definen Ansite. E incluso lo de hallarse frontero a este risco otro Tirma, pues inmediato al de Fortaleza existe otro risco semejante y más pequeño. Y nos parece evidente que quien contemple La Fortaleza y su contorno, situándose en la época del suceso, le sugiere la misma el histórico Ansite. En otro texto, redactado por Ervigio Díaz Bertrana y también publicado en La Provincia, se comenta, acerca de la presa de escollera construida en el barranco de Tirajana, la necesidad de transplantar las palmeras de La So-rrueda... ... al Llano de la Paz y Avenida de Ansite, para que sirvan de guardianes a aquel histórico lugar, del más puro y virgen sabor aborigen... Un paraje, que de otra suerte, ya fue custodiado de antiguo; porque el Campamento de los Castellanos, se situó enfrente de La Sorrueda. En un helio lugar, también poblado de palmeras, llamado Los Sitios. A continuación hay que reseñar toda una Memoria explicativa de los Hi-tos Históricos en el Término Municipal de Santa Lucía de Tirajana, firmado por Sebastián Jiménez Sánchez el 12 de octubre de 1972. En él se describen elementos tales como: ... casas de piedra suelta, de planta cruciforme oval y cuadrada; almogaren o santuario formado por cazoletas labradas en la roca; tagoror o lugar de asam-bleas o reuniones, baladero, cuevas viviendas, cuevas funerarias, silos y otros cubículos y recintos de usos diversos, asimismo múltiples fragmentos de cerámi-cas neolíticas aborigen canaria, objetos prehispánicos varios, como figurillas de barro y piedra, pintaderas, vasijas de barro, morteros pétreos, hachas basálticas, etc., material este altamente valorativo, recogido en dichos lugares, especialmente en el Roque de Ansite... 38 Rosa Schlueter Caballero ... en aquella amplia zona residían los canarios prehispánicos, al cobijo de la abrupta cordillera de Amurga. Desde entonces aquellos llanos fueron llama-dos Sitio Alto y Sitio Bajo. Topónimo que fue utilizado para la designación de un poblado de 25 casas, construidos en años inmediatos a la incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla. La FORTALEZA GRANDE Y CHICA, son dos roques altivos en forma de cuchillo que se alzan al lecho del Barranquillo de Mariquita Antonia y a 500 metros aproximadamente del Barranco de Tirajana en la margen izquierda frente a Los Sitios. Son dos Atalayas donde se hizo fuerte el resto de la población. Des-pués de ser sitiados en los lugares anteriormente dichos, dos isleños prefirieron morir despeñados antes de entregarse al conquistador Pedro de Vera, en acto sublime de heroísmo. Dicho lugar de LAS FORTALEZAS, conocidos según las crónicas más antiguas por ANSITE y TITANA, crónicas e historias que se co-rresponden a Pedro Gómez Escudero, Sedeño, Abreu Galindo, Pedro José de Sosa, Pedro Agustín del Castillo, José de Viera y Clavijo, Millares Torres, etc. A la vista, pues, de dicha fotografía copia de la cuadría precitada, queda evidentemente demostrado que todos los dichos lugares entre ellos ANSITE Y TITANA, caen dentro del referido término municipal de Santa Lucía de Tirajana, a excepción de los lugares de SITIO DE ARRIBA Y SITIO DE ABA-JO, que lo son en el término municipal de San Bartolomé de Tirajana, por caer dentro de la margen derecha del tantas veces citado barranco. Aparece también un plano custodiado por el Cabildo en sus archivos, don-de se incluye la superficie del ayuntamiento (5475 km2), su altitud máxima: 1.500 sobre el nivel del mar; mínima: el nivel del mar; habitantes (13.607). Datos, incluso arqueológicos, plasmados en un mapa del año 1975. Vicente Sánchez Araña realiza un estudio del significado de los diversos enclaves aborígenes extendidos por la cuenca de Tirajana. Cita las Cuevas de los Canarios, donde descubrió lo que él llamó Cenobio de Las Harimaguadas, interesante por sus pinturas rupestres: ... de color rojo y negro, formando una cinta horizontal, en ambos lados de una galería, moteada de círculos blancos de tres centímetros de distancia, en dos fi-las horizontales. Describe La Fortaleza como un lugar lleno de cuevas donde se descubrie-ron objetos arqueológicos muy interesantes (molinos, vasijas y morteros de piedra). Al Norte sitúa el: Roque de Ansite, Ansid o Ansit, indistintamente llamado por los cartógra-fos «Fortaleza Grande», ya que se compone de dos altos riscos unidos entre sí, llamado el segundo «Fortaleza Chica. Ambos forman la Fortaleza de Ansite. En tiempos prehistóricos fue un auténtico santuario, dotado de almogaren, tagoror, valadero y construcciones circulares, de todo ello, aun hoy quedan reveladores vestigios... en él se ven paredes de cuatro metros de altura, construidas con enor-mes piedras a mitad del risco... Todo Ansite está horadado con enormes y cu-riosas cuevas circulares rectangulares, ovaladas, muchas comunicadas entre sí La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 39 por galerías exteriores e interiores, y otras de dos y tres pisos, con salidas secre-tas que han sido descubiertas en nuestras investigaciones... hallazgos como pintaderas, idolillos de una belleza y significación extraordinaria, entre ellos el hallado por el Dr. Verneau y que se exhibe en el Museo Arqueológico de París, gánigos, objetos de madera, piedra y barro justifican su abandono cuando sus moradores decidieron dejar el lugar para presentarse en el Real de Las Palmas tras el pacto celebrado en Ansite.» Vicente Sánchez Araña hace un recorrido en este estudio por los diferen-tes autores que opinaron sobre los sucesos ocurridos en esta zona sur de Gran Canaria, intentando justificar mediante citas bibliográficas de Marín y Cubas (el cual en uno de sus puntos finales lo llama El Sitio), de Fray José de Sosa, A. Millares Torres, la autenticidad de Ansite como último reducto de los aborígenes. Lo cierto es que, analizando las crónicas y la bibliografía correspondien-te que puede arrojar alguna luz sobre su ubicación, no parece haber acuer-do, pues así como Mosén Diego de Valera, Tomás Marín y Cubas y Gregorio Chil y Naranjo localizan el emplazamiento en Tirajana, en una fortaleza na-tural, la Crónica Matritense, Ovetense, Lacunense, la de Pedro Gómez Es-cudero y la de F. López de Ulloa no indican la localidad en concreto, aunque sí hacen referencia a una fortaleza natural, como lo hicieran los investigado-res citados en primer lugar. Por su parte, Antonio Sedeño, José de Sosa, Pe-dro Agustín del Castillo y A. Millares Torres, emplazan La Fortaleza de An-site en un peñón. J. de Viera y Clavijo, Abreu y Galindo, llegan incluso a situarlas en otro lugar distinto. Toda esta información, añadida a planos y certificaciones, se envió a las autoridades que en aquel momento se consideraban competentes como para poder tomar una decisión acerca del emplazamiento del yacimiento que aquí nos ocupa. Llegan a solicitar de José Miguel Alzóla, a través del alcalde de Santa Lucía, un informe para que designe dónde están los roques de Ansite, el llano de la Paz y Titana. Se llega a entablar una lucha entre los Ayuntamientos de Santa Lucía y de San Bartolomé, pues ambos querían tener en su escudo la representación de Ansite junto con el peñón. Es muy curioso el documento fotocopia del Boletín Oficial del Estado n° 154 del 28 de junio de 1975 (página. 24), decreto de 30 de mayo, por el que se autoriza al Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana a adoptar su es-cudo heráldico municipal, con la siguiente descripción: Escudo medio partido y cortado: primero, de gules, el castillo, de oro; segun-do, de oro, hombre aborigen, con su ropilla de junco majado, de su color, llevando en la mano derecha un magado de tea, sobrecargado en los ángulos de una ca-beza de can: tercero, de azur, el tajado risco de Ansite. Al timbre, corona real, abierta, y la leyenda Fortitudo et fides semper. 40 Rosa Schlueter Caballero La Real Academia de la Historia, el día 17 de mayo de 1974, ofrece una respuesta basada en los informes que le llegan de Gran Canaria. En ese do-cumento se observan seis apartados. En el primero se exponen los documen-tos aportados por los ayuntamientos. En el segundo se hace referencia a los textos de Mosén Diego de Valera, en un intento de análisis de la fecha de 1485 como fecha de rendición aborigen, pues este autor habla de que tal día: ... fizo el sol grande eclipse, curiosa circunstancia que se dio para las Islas Ca-narias un 16 de marzo de 1485, según datos del Observatorio de San Fernando. En el tercer apartado se hace un estudio de lo expuesto por los autores. En el cuarto se analiza la ubicación de Ansite. En el quinto se estudian Los Sitios y en el sexto se establecen las conclusiones y propuestas: Primera: existe prueba suficiente de que Ansite estuvo ubicada en la comar-ca de Tirajana.-Segunda: No existe en los textos coetáneos una prueba plena, absoluta, irrefutable en que apoyar la identificación de Ansite en la Fortaleza Grande de Santa Lucía de Tirajana.-Tercero: La interpretación crítica de los textos coetáneos y posteriores, permiten respaldar, con muchos visos de proba-bilidad, la identificación de Ansite con la Fortaleza Grande. Cuarta.- Existen indicios sobrados para establecer que los Sitios de San Bartolomé fueron el cam-pamento o real del ejército castellano en la última de la operaciones de la con-quista. En base a ello, la Academia propone que el lema de Ansite lo lleve Santa Lucía de Tirajana, y el de Real de la Paz, San Bartolomé. Este documento está firmado por el director general de la Academia el 10 de julio de 1974. Se incluye en este amplio dossier un certificado del secretario del Ayun-tamiento de Santa Lucía (30 de julio de 1973), en el que se expone el punto de vista del Consejero Provincial de Bellas Artes, Don José Miguel Alzóla, sobre la presencia de Ansite en Santa Lucía: Santa Lucía está situada en el interior del famoso cráter de Tirajana, y en sus proximidades se alza LA FORTALEZA, lugar en el que se escribió con san-gre la más bella página de nuestra historia. Allí se realizaron los últimos actos de la conquista, rindiéndose los canarios a las huestes castellanas acaudilladas por Pedro de Vera. En aquel escenario sobrecogedor sacrificaron sus vidas, en un arrebato heroico, Bentejui y el faycán de Telde, que prefirieron la muerte a su sumisión. Aparece, en medio de toda esta documentación, un papel escrito a mano que puede tener relación con el informe expuesto en la introducción del pre-sente trabajo y que hace referencia a lo expuesto por Vicente Sánchez Ara-ña, acerca de que en 1700, un vecino de la localidad solicitó al Cabildo las tie-rras de La Fortaleza: La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 41 Muy magníficos señores: Francisco Hernándes, carpintero, vecino desta ysla beso las manos de vues-tra señoría y dize que en la comarca de Tirahana donde él avita a donde dizen LA FORTALEZA tengo puestas cierta cantidad de colmenas y es lugar dispuesto para colmenar. Y, yo quería poner más cantidad, suplico a vuestra señoría me haga merced del dicho sitio de colmenar porque es sin perjuicio de ninguna per-sonas. Otrosí., suplico a vuestra señoría me haga merced de una cueva de las que están en la dicha Fortaleza, que son de las que eran en tiempos de canarios para mi abitación y morada y en ello recibiré merced. Francisco Hernándes, carpintero. No podemos concluir esta Historia de la Historia de La Fortaleza de Tira-jana, sin exponer las opiniones de aquellos que contradicen lo dicho en el informe enviado a la Real Academia de la Historia, según el cual Ansite se identifica plenamente con La Fortaleza de Tirajana, en Santa Lucía. Ya hablamos de Santiago Cazorla, el cual publicó un artículo en La Pro-vincia el día 29 de abril de 1973, titulado Ansite está en los Sitios de Tiraja-na. En él expone que: ... siempre nos habían dicho que el Ansite de la Conquista estaba en la margen derecha del Barranco de Tirajana, en la jurisdicción y parroquia de San Bartolomé, en el lugar conocido por «Los Sitios». Pero, ahora, de unos años a esta parte, han comenzado a decir que dicho Ansite se encuentra en la margen izquierda de dicho barranco, en la jurisdicción y parroquia de Santa Lucía o Lugarejo de Tunte hasta hace poco, y uno de sus cuarenta pagos, y en el lugar conocido por «La Fortaleza»,que creíamos identificar con el nombre de Titana... Mientras Ansite no mudó o transformó su nombre no hubo necesidad de seña-lar su ubicación. Bastaba nombrarlo para que todos supieran dónde estaba. A continuación hace un repaso a lo dicho por Mosén Diego de Valera, que coloca en Tirajan a la Fortaleza de Ansite, sin concretar el lugar exacto: E donde en ocho días que esto acaeció (lo de Ajódar) se fueron de allí se metieron en una fortaleza, que se llama Ansita, que es a las partes de Tirajana. Lo cual como el Gobernador supo, partió con toda la gente de a caballo e de a pié que pudo llevar, e fuese a la dicha fortaleza e cercóla e túvola tanto cercada que vinieron a partido que fuesen seguros de la vida e de la cautividad e se fue-sen en Castilla lo cual se asentó... en el cual día hizo el sol grande eclipse e des-pués llovió e hizo mucho viento e pasaron en aquella Isla muchas aves que ante nunca habían visto, las cuales fueron grullas y cigüeñas e golondrinas e otras muchas aves que no saben los nombres. Para el autor de este artículo, Abreu y Galindo no tiene clara la ubica-ción de Ansite, pues lo coloca entre Gáldar y Tirajana. El estudio de Tomás Marín y Cubas, realizado en 1687 tiene para Santiago Cazorla un valor incal-culable. Señala el afamado médico lo siguiente: 42 Rosa Schlueter Caballero Salimos de Galdar (después de Ajódar) en busca del enemigo día de Santa Engracia, 17 de abril, fuimos camino de Tirajana, vimos de lejos el alto risco de BENTAIGA que en ella tiene árboles, una palma y un grande pino que ape-nas se divisa bien y allí dicen hay un charco de agua, aquello es inhabitable por el mucho hielo y frío que siempre hay. Túvose aviso que estaban fortificados en ANSITE QUE HOY LLAMAN EL CITIO JUNTO A TIRAJANA, había desde lejos otros riscos tajados con gente, BENEGERA, MOGAN, llegaron cerca del PEÑÓN DE ANSITE y mandóse primero acometer a otras fortalezas y pasar a cuchillo a todos los canarios que no quisiesen darse por bien fueron tres compa-ñías con Rodrigo de Vera y don Fernando Guanarteme a TITANA, risco pei-nado y altísimo, tenía subida por una montaña agria y de malos pasos, ganáronlos luego, onde quedaron arcabuceros haciendo guarda a la entrada, mataron veinticinco canarios, los demás se dieron, había muchas familias que todas vinieron abajo ante Pedro de Vera con cantidad de cebada y gofio, mante-ca en ollas, carne salada de cabras fueron perdonados y que se fuesen hacia Gáldar o a sus territorios, y después que salieron de TITANA estos, luego otros canarios desarmados lo volvieron a ocupar con más tuerza, pasaron adelante a otra fortaleza llamada FATAGA, onde estaban muchos canarios con su Rey Tajarte, subió allá primero Guadarteme, don Fernando, es tierra muy áspera, también fue entrada de los españoles con increíble valor que suspendió a los ca-narios que, no viendo aprovechaban la fuerza de sus riscos, tomaron el consejo de don Fernando en obedecer a Pedro de Vera, que fueron perdonados y man-dados bajar sin armas, el bravo Tajarte no se quiso rendir, ni el Faizag, viejo de Gáldar tío de don Fernando fue mucha parte para acabarlos de reducir y dio crédito a su sobrino fue después cristiano y llamó como su padrino Juan Delga-do, llegóse a lo empuñado del Risco Tajarte el Rey y dijo en alta voz Tis Tirma, Tis Tirma, y cruzando los brazos dio una vuelta de allí abajo onde se hizo pe-dazos; estuvimos en Gitagana y pasando allí llegó el ejército a dar vista a ANSITE onde estaba el de Telde y la hija de Guanarteme rey de Gáldar y todos los nobles y Faizares de la Isla, aquí bien veía Pedro de Vera que había de cos-tar triunfo la victoria, puso sitio, reconoció las entradas del PEÑÓN, hizo tres escuadras de a trescientos hombres, halláronse dos fáciles subideras quiso eje-cutar el castigo prometido, y díjole don Fernando con mucho dolor de ver el de-sastrado lance les aguardaba que le diese licencia de ir a hablar primero a su sobrino y primos luego se le concedió y al verle los canarios alzaron el grito y vocerío todos que se oía a media legua... Tazartico se abrazó con un viejo Faizag, que se juzga el Tuerto de Tara, y se llevó por el risco abajo al viejo, que abajo casi no se halló pedazos de ellos, es de indecible altura, aquí dio fin la Conquista... en TIRAJANA en Ansite llamada hoy el Sitio. Pablo Jesús Vélez publica en La Provincia, durante tres días del mes de agosto y septiembre de 1975, un artículo titulado La localización de Ansite es errónea, donde propone, tras un nuevo y exhaustivo análisis de las crónicas y de las diversas interpretaciones que de las mismas se han hecho, que los estudiosos de la historia y de la arqueología tomen con interés la localidad y estudien directamente y sobre el terreno las dos opciones planteadas para la ubicación de Ansite. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 43 Él propone una tercera, esto es, considera como lugar de asentamiento el monte de Tirma, lugar tradicionalmente sagrado para los aborígenes. En fin, el dossier, amplio y complejo, ha sido extractado en este apartado de la investigación arqueológica llevada a cabo en La Fortaleza de Tirajana en 1990. Nosotros, a priori, tendemos, sin más base que nuestra propia in-tuición y el análisis del espacio geográfico en cuestión, a situar la polémica localidad en el risco de Amurga. El trabajo que hemos comenzado extiende tantas ramificaciones y posi-bilidades de estudio, que tememos no poder tener un conocimiento más ex-haustivo del tema hasta dentro de, por lo menos, diez años, pues no existe presupuesto económico suficiente para adjudicar a toda una comisión de ar-queólogos el trabajo ininterrumpido de las labores de desescombro y estu-dio de los archivos documentales de las parroquias y museos correspondien-tes, así como la exhaustiva excavación de todas las estructuras hoy enterradas bajo los apilamientos de piedras que hoy cubren una zona arqueológica de indudable interés. Si realmente se pudiera contar con una notable subven-ción para el caso, los estudios podrían ofrecer resultados altamente intere-santes en un periodo de dos a tres años. ANÁLISIS BIBLIOGRÁFICO Vamos a llevar a cabo en este nuevo apartado una breve reseña de aque-lla bibliografía que apenas ha sido mencionada en el capítulo anterior. Así pues, hablaremos de J. de Abreu y Galindo, el cual, en su Historia de las siete islas de Canaria», señala aspectos tales como: La otra ermita hicieron tras la isla, en Tirajana, junto a Lagaete, que se dice San Nicolás... Y de aquí fueron a otra gran fuerza que llaman Titana, cortada en un risco a mano, muy áspero y alto, en el cual se tenían muy seguros los ca-narios, por parecerles el lugar inexpugnable... Y, echando sus espías y ponien-do sus atalayas, vino a entender que todos los canarios se habían juntado con sus mujeres e hijos y recogidos y hechos fuertes en una fuerza la más fuerte e inexpugnable que había en toda la isla, que dicen Ansite, entre Tirahana y Gáldar. Víctor Grau Bassas, en sus excursiones a lo largo de Gran Canaria, a fi-nes del siglo XIX, llegó también a la zona que nos ocupa. Nos parece muy in-teresante la descripción que lleva a cabo, más si tenemos en cuenta que aún no había recibido La Fortaleza las visitas que promovieron su estado actual. Hacia el S.E. del pueblo de Santa Lucía sobre el barranco de Tirajana y en la vertiente izquierda existe un almogaren en una montaña que llaman la For-taleza. Es un cuchillo de roca basáltica que la formó una de las erupciones más 44 Rosa Schlueter Caballero modernas del volcán de Tirajana. Tendrá una longitud de 800 metros, una al-tura de 250, calculándose en 100 la parte erizada que es la que aparece en el croquis. Un túnel recto y perfecto lo atraviesa de un lado al otro. En este almogaren hay que examinar cuatro partes:el túnel, la subida, las cuevas y los braseros. El túnel lo considero obra de la naturaleza, pues los canarios no poseían herramientas para abrirlo, ni tenían motivos para ello, pero sí creo que fuese perfeccionado pues es completamente recto y su bóveda de arco, igual en toda su extensión. Mide: de largo 30 metros, 8 metros de alto en toda su longitud, 8 de ancho en la boca del naciente y 9 en la del poniente. El suelo es igual, solo que está lleno de piedras de diversa naturaleza, vestigios de paredes que allí existían, a lo largo del túnel adosado al muro existe una pared por cada lado destruida en parte, y en parte reconstruida modernamente con piedras y barro pero muy toscamente. Por la puerta de naciente hay dos rampas, una grande de 9 metros de ancho, formada con una pared bien construida que se originó al S.E. y otra rampa también con pared pero de solo un metro en sentido opuesto. La puerta de poniente termina en una explanada de 8 metros de largo por cinco de ancho, sostenida por una pared bien construida. De ella parte uno de los caminos que conducen a lo alto de la montaña. Caminos: Los que conducen de lo bajo a lo alto de este almogarén pasando por la cueva, son varios y se observan solo por el lado de poniente. Están hábil-mente trazados, si bien están muy destruidos; demuestran que se subía fácilmente a lo alto, operación que hoy es bastante arriesgada. El croquis demuestra con claridad su construcción. Los constructores se iban ayudando de la configuración de las rocas para su construcción, poniendo pie-dras y paredes allí donde la roca era deficiente. Este sistema de camino lo he observado, aunque en vestigios, en las cuevas mas inaccesibles, de modo que hagan fácil el acceso a sitios que hoy nos son completamente inaccesibles. Las cuevas parecen ser de vivienda pero de gente destinada a funcionar en aquellos sitios, pues se observan muchas comunicaciones, ocultas, teas quema-das clavadas en las grietas vestigios de fuego en el suelo y bastantes huecos de cabritos. En una de éstas se encontró un punzón o aguja de hueso y una piedra pulimentada, con bastantes fragmentos de vasijas de barro. En una de las cue-vas extremas, que fue destinada a depósito de cadáveres, existen muchos huesos y cráneos, de los cuales tomo dos. En todas estas cuevas se encuentran pedazos de vasijas de barro, pero no se ha podido dar con ninguna entera, pertenecien-do los fragmentos a distintas vasijas. Yo me inclino a creer que estas vasijas fueron rotas expresamente cuando venían a traer ofrendas. Los braseros son dos - uno es dudoso, otro está bien definido-Es la construc-ción canaria mejor que hasta ahora he podido ver. El ajuste de las piedras su-pone un trabajo de paciencia muy grande. Es ovalado -3 metros por 4 metros aproximadamente. Aun cuando digo brasero, no es que haya hallado vestigios de fuego en él; pero dada la figura y los usos canarios no se me ocurre otra expli-cación. R. Verneau hace referencia también a la Fortaleza Grande y a la Forta-leza Chica en el capítulo IX de su Cinco años de estancia en las Islas Ca-narias: La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 45 Están llenas de cuevas que estuvieron antiguamente habitadas, y en la cima de la mayor todavía se ven dos altares de sacrificio. Exploré la mayor parte de estas cuevas y me suministraron una importante serie de objetos interesantes. Creemos que con esta exposición bibliográfica hemos dado, como ya ex-pusimos, una visión no sólo de la problemática planteada acerca de los últi-mos momentos de la prehistoria de la zona y sus primeros y definitivos con-tactos con la conquista castellana, sino también de los datos aportados por investigadores que, a fines del siglo XIX y a principios del XX, pudieron con-templar aquello que hoy constituye el centro de la presente investigación: La Fortaleza de Tirajana. EL MEDIO. LA CALDERA. LAS TIRAJANAS Los estudios de C. Guitian Ayneto e I. Nadal Perdomo, reflejados en el tomo primero de su «Geografía de Canarias», señalan aspectos de vital im-portancia para esta zona de Gran Canaria, de indudable interés para nuestros estudios, a fin de poder encuadrar los trabajos arqueológicos en un medio natural concreto. Siguiendo, pues, sus propuestas, señalamos que la isla de Gran Canaria se encuentra ocupada por Calderas de erosión que conforman, por lo gene-ral, las cabeceras de los barrancos más importantes que surcan la isla de for-ma radial. Desde hace aproximadamente 14 millones de años, se han dado fases alternativas eruptivas con periodos de descanso (avances erosivos). Tres son los ciclos eruptivos que configuran las actuales estructuras de la isla: A: Ciclo Antiguo (Mioceno Medio: 14 a 9 millones de años). B: Primer intervalo erosivo (Mioceno Superior: 9’6 a 4’4 millones de años). C: Ciclo Eruptivo (Roque Nublo). (Plioceno: 4’4 a 3’7). D: Segundo intervalo erosivo (Plioceno Medio y Superior: 3’7 a 2’8 mi-llones de años). E: Ciclo Eruptivo Reciente (2’8 a tiempos prehistóricos). Como indican en sus investigaciones, dividen la isla en dos zonas: Mitad NE y Mitad SW. El origen de tal división se cree que está en el último ciclo, desarrollándose el vulcanismo en la mitad NE, mientras que en la zona SW las últimas erupciones se remontan a 9’6 millones de años. Esta mitad SW es la isla del Cenozoico., con una fisiografía de caracteres duros, paisaje descarnado, grandes abismos, valles, agudas cresterías, y exten-sos paredones o andenes. 46 Rosa Schlueter Caballero La línea que divide las dos áreas insulares: ... se sitúa en la diagonal del valle de Agaete al barranco de Tirajana ... y las calderas de excavación...,de Oeste a Este y de Sur a Norte son: Caldera de Tejeda, la de Ayacata, Cercados de Araña, la de Tirajana (de morfología más perfecta e imponente), la de Temisas, la de Tenteniguada y la de las Lagunetas en San Mateo. En el tomo I de la mencionada Geografía de Canarias, se señala respecto a la Caldera de Tirajana que se halla: ... drenada por el Barranco de Tirajana y que también debe su génesis a los importantes deslizamientos de materiales que se producen en las laderas, como consecuencia del deslizamiento de paquetes rocosos sobre capas de materiales plásticos e impermeables. Como es lógico, en esta caldera también pueden obser-varse las huellas morfológicas atribuibles a crisis morfoclimáticas de distinto carácter. En la campaña de prospección efectuada en 1988 con la colaboración del desaparecido Gabinete Técnico de Arqueología, más el análisis de los textos de Telesforo Bravo y de V. Araña y J.C. Carracedo, hicimos referencia a lo expuesto a continuación: En la zona, se conjugan los factores de una climatología extrema: fuertes aguaceros que hacen correr los barrancos, asociado a los grandes desniveles del terreno que potencian la fuerza de estos. El centro de la depresión, que puede situarse al Este de San Bartolomé, en la unión del Barranco de Tiraja-na y el de la zona cumbrera de San Bartolomé, está constituido por el sector más meridional del macizo central de la isla, exactamente en el lugar denomi-nado Llanos de Pargana. Aquí, los más importantes barrancos que drenan el territorio sureño están atacando activamente este macizo, donde han ido creando fuertes paredones. Así, por el sector sur, los colectores que forman la amplia cabecera del barranco de Tirajana, penetrando en el interior del maci-zo central, han originado una enorme caldera de tipo erosivo.Unido a la exis-tencia de capas impermeables y plásticas entre las coladas, muy fracturadas y que afloran en las paredes del valle, se producen desprendimientos de lascas de ladera que patinan sobre capas impermeables y forman taludes inestables, que se desmoronan ocasionando grande avalanchas. Un ejemplo lo tenemos en el caserío de Rosiana, donde en 1951 se produjo el hundimiento de todo el poblado al desplazarse uno de lo gigantescos taludes de la ladera. Por su parecido con las depresiones de origen volcánico, este circo de cabecera redondeada y paredes verticales, ha recibido el nombre de caldera. Sus paredes permanecen a una altura media de 1.500 m., destacando el es-carpe de los Caideros Altos o el enorme paredón de la culata. En el sector oriental de la pared sobresale el pitón fonolítico de Risco Blanco, que ha sido puesto al descubierto por la erosión. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 47 Del interior de la caldera arranca el Barranco de Tirajana, de los pocos barrancos largos de Gran Canaria que no cambia de nombre desde su naci-miento a la desembocadura. Desagua por un amplio estuario entre los llanos de Sardina y los de Juan Grande. La cabecera del barranco la constituye una gigantesca caldera de erosión cuyo fondo está a unos 500 metros sobre el nivel del mar. La cuenca de este barranco es de las más notables de Gran Canaria, pues se trata de una extensa zona de casi setenta y seis kilómetros cuadrados. Este gran barranco tiene la particularidad de ofrecer formas to-pográficas pertenecientes a dos ciclos erosivos: uno muy antiguo al que co-rresponden los acantilados de Amurga y el actual, al que pertenece el gran cañón por donde discurre el barranco. Entre ambos existe una amplia y co-rrida terraza de suelos más o menos llanos. En tiempos anteriores, el profundo lecho de este barranco se rellenó hasta su mitad por grandes capas de lava que el actual cauce está cortando en su cauce medio. La cima de La Fortaleza (586 metros) es un bloque testigo de la terraza izquierda del barranco, más destruida que la de la derecha, que está muy bien conservada. En gran parte de la caldera puede observarse el doble ciclo erosivo con los dos escalones y la terraza entre ambos. En la línea de transición entre las dos mitades insulares, se encuentra la cabecera del rico valle de Tirajana, perteneciente al tipo de cabeceras de lar-gos valles respaldados por los escarpes del macizo central y de la larga cres-tería de Sándara. Acoge en su interior a dos capitales de municipio como son San Bartolomé y Santa Lucía, con un clima que, como un oasis, es una ex-cepción en esta zona media del SW comprendida entre los 500 y 1.000 me-tros sobre el nivel del mar. Las condiciones climáticas vienen dadas por su posición a sotavento de la isla y, por tanto, a resguardo de los vientos húmedos del N.E. Ello da lu-gar a unas precipitaciones escasas y unas temperaturas elevadas, teniendo en cuenta que a medida que ascendemos aumentan las precipitaciones y des-ciende la temperatura. Las precipitaciones suelen localizarse en los meses de noviembre, diciembre, enero, llegando a registrarse cantidades que osci-lan entre los 350 y 440 mm. anuales a la altura de Santa Lucía (658 m.) y San Bartolomé (950 m.), apreciándose una temperatura de 16 a 17 grados centí-grados de media.Los núcleos de población frecuentemente se encuentran dis-persos, dada la estructura topográfica de la caldera, aprovechando fondos de barrancos y laderas de éstos para el desarrollo de sus actividades y principal fuente de subsistencia que es la agricultura (maíz, papas, rosas, forrajeras, tomates, pimientos, cítricos, viñedos y olivos). Se completa la economía del lugar con el desarrollo de frutales, almendros y el tabaco. 48 Rosa Schlueter Caballero FLORA DE LA CALDERA. LA FORTALEZA En el Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales de Gran Ca-naria, publicado por el Cabildo Insular en torno a 1985 (Botánica macaroné-sica. Jardín Botánico Viera y Clavijo) se expone la situación y delimitación de la Caldera de Tirajana, su descripción, usos, estado urbanístico, normativas y acciones propuestas para su conservación. En el mismo se señalan, a grosso modo, las características generales que definen la flora de la zona que nos ocupa, algunas de las cuales exponemos a continuación: La parte baja del barranco está ocupada por tabaibal-cardonal; en la zona media alta aparecen restos de sabinas y pinar de repoblación (Pinus sp.) y ma-torrales de sustitución con jaras (Cistus monspeliensis) y escobones (Cnamaecytisus proliierus). Palmerales en el fondo del barranco y de los barranquillos secundarios. Las laderas también están ocupadas por jaras, esco-bones, retamas (Teline microphylla) y tabaiba morisca (Eupnorbia obtusifolia).En los riscos hay una importante comunidad rupícula en los bordes del pinar y matorrales de Teline microphylla y Euphorbia obtusifolia. La vegetación climácica en la parte baja de la zona corresponderá a un tabaibal-cardonal que se continúa con un ecotono con sabinas y pinar. Palmerales en los cauces del barranco y comunidades rupícolas en los riscos. En el barranco encontramos varios endemismos como Solanum liofi, Ruta oreojasme, Teucrium neterophyllum, Juniperus phoeniceae y Tanacetum ferulaceutn. En los riscos Tanacetum Ptarmaciflorus, Bencomia brachystachya y Globularia sarcophylla. También se conocen citas de Juniperus cedrus en Risco Blanco. En los recuadros posteriores, señala el área como una típica zona de cli-ma estepario-mediterráneo, recibiendo unos 300 a 900 mm de agua. En el inventario realizado por Rosa Febles, amablemente cedido para la presente investigación, sobre La Culata de Tirajana el seis de marzo de 1985, se indica la localización de las siguientes especies: Juncus cf acutus Hyparrenia hirta Globulariasarcophillaperca Teline microphilla Artemisia thuscula Lotus genistoides Tanacetum plamarcifbrum Psoralea bituminosa Carlina canariensis Hypericum coadnatum Salix canariensis Echium onosmifloium Aeonium percarneum Phagnabn purpurascens Sbimbrium sp. Argyranthemum cf.aduactum ssp. Bupleurum salicifolium Sonchus leptophillus Soncus platilepis Panronichia canariensis Erysimum scoparium Tinguarra montana La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 49 Kleinia neriifolia Amigdalus comunis Pitaterium coerulascens Ageratina adenofora Avena fatua Bromus sp. Micromeria lanata Aeonium simsi Aeonium manriqueorum Lavandula canariensis Arundodonax Rumex lunaria Pterocephalus cf. dumetorum Cmamaecitisus proliferus Convolvulus sp. Lamarkya áurea Por su parte, Águedo Marrero, en su ficha de campo n° 22, señala el 20 de mayo de 1987, en la Fortaleza de Tirajana, la presencia de una ladera bas-tante afectada por desprendimientos de paredes de la parte alta, así como zonas algo pastoreadas y utilizadas. Entre las especies por él localizadas, he-mos de citar la Lavándula, la Neochamalace pulverulenta, Euphorbia obtusi-folia, Tanacet ferulaceum, etc. Magdalena Sofía Jorge Blanco realiza el estudio e identificación de los restos botánicos procedentes de la excavación practicada en julio de 1.990, ofreciendo el siguiente informe, que proponemos completo por el interés que posteriormente tendrá en nuestras conclusiones. Los restos encontrados se habían separado previamente por otros espe-cialistas en bolsas de plástico. Cada una contiene una etiqueta identificativa que permite conocer el nivel al que pertenecen. En primer lugar se procedió a numerar dichas bolsas con el siguiente criterio: empezando desde las que contenían menor cantidad de materiales hasta las que contenían gran cantidad y que se denominaron como B-l, B-2,..., B-36, salvo las dos últimas que se numeraron como C-37 y C-38, ya que las muestras están en unas cajitas de rollos de fotos. A continuación, por observación directa, se procedió a una primera toma de contacto con las muestras de cada una de las bolsas y se empezó con el estudio e identificación de los restos vegetales obtenidos en dicho yacimien-to. Posteriormente se hizo una excursión al lugar del yacimiento, situado en la Fortaleza de Tirajana y se procedió a la identificación de la vegetación ac-tual de la zona, pero, al ser en el mes de julio, la mayoría de las plantas anua-les ya habían florecido y fructificado, perdiéndose incluso su parte vegetativa, siendo este grupo de plantas bastante frecuente en las muestras extraídas del yacimiento. Se recurrió entonces al inventario florístico del lugar, sacado de C.O.D.I.G.E.N. (MARRERO Y JORGE, 1988): Solanum lidii (Solanaceae) Tanacetum ferulaceum (Asteraceae) Allagopappus dichotomus Sonchus leptocephalus Asteriscus stenophyllus, hoy Nauplius stenophyllus (Asteraceae) Euphorbia obtusifolia, actualmente se confirma como la especie E. regís-jubae (Euphorbiacea). 50 Rosa Schlueter Caballero Plocama péndula (Rubiaceae). Forsskaolea angistifolia (Uticaceae) Neochamaelea pulverulenta (Cneoracea) Convolvulus perraudieri (Convolvulaceae) Descurainia preauxiana (Cruciferae) Parolinia ornata» Este inventario ha sido tomado basándonos principalmente en plantas endémicas de Canarias, sin tener demasiado en cuenta las plantas ruderales anuales. A continuación se realizaron consultas en la biblioteca y en el herbario del Jardín Botánico Canario «Viera y Clavijo» (LPA) para así poder comparar los restos del yacimiento con muestras de vegetación actual, que nos sirvan como testigo. Una vez identificado el material del yacimiento, se procedió a fotografíar con una lupa binocular Zeiss, tanto dicho material, como el material conocí do que nos sirve como referencia. Se elaboraron las láminas indicando en cada caso el material perteneciente al yacimiento, con el n° de bolsas, como el perteneciente al herbario, con su n°de identificación. Los materiales extraídos del yacimiento son: Gran cantidad de restos de frutos de almendras Prunus communis (familia Rosaceae), desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL U-E. Gran cantidad de legumbres de distintas especies del género Medicago (familia Fabacea). Esta es una planta anual ruderal muy extendida y común en la zona, de las que no hay ninguna especie endémica en Canarias. Apare-cen también desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II-F, que es el más profundo (3 m.) Restos de maderas de difícil identificación, aunque alguna parece ser de leñabuena, Neochamaelea pulverulenta, (familia Cneoraceae). Otras parecen ser ramas de Euphorbia regis-jubae (familia Euphorbiaceae). Algunos trozos de madera de tea, Pinus canariensis (familia Pineceae). Restos de raíces también de difícil identificación. A destacar que los restos de maderas en general se encuentran presentes desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II-F. Un resto de tricoca de Euphorbia regis-jubae, que aparece en el NIVEL I. Restos de inflorescencias de Aizoon canariense (familia Aizoaceae) espe-cie muy extendida en las islas. A pesar de ser muy pocas las muestras en-contradas de esta especie, se localizan desde el NIVEL SUPERFICIAL has-ta el NIVEL II-F. Restos de inflorescencias y frutos de Emex spinosa (familia Polygonaceae), que se encuentran así mismo desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II-E. Restos de aquenios de Caléndula sp. (familia Asteraceae) desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II, sectores este y oeste. Restos de capítulos y semillas de distintas especies de compuestas (fa-milia Asteraceae) de las que algunas podrían ser de Nauplius stenophyllus, apareciendo también desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el más profunda o NIVEL H-F. Hay que destacar que sobre todo en los NIVELES más profundos como el n-E y II-F, entre 2 y 3 m. de profundidad, es muy difícil la contaminación por vegetales actuales. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 51 FAUNA DE LA CALDERA. LA FORTALEZA Teniendo como punto de partida también el Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales de Gran Canaria propuesto por el Cabildo Insular de Gran Canaria, hemos de hacer constar la presencia en la zona que nos ocupa de rapaces que nidifican en los riscos de la Caldera y Barranco de Ti-rajana, como el halcón. También hay importantes poblaciones de lagartos, lisas y perenquenes. En el barranco se encuentra una forma diferenciada de lisas. El análisis de la fauna resultante de la excavación arqueológica llevada a cabo en 1990 fue realizado por Mercedes Martín Oval, la cual expone sus conclusiones de la siguiente manera: El yacimiento de la Fortaleza está situado en el municipio de Sta. Lucía de Tirajana, en el sureste de Gran Canaria, a unos 600 m. de altitud sobre el ni-vel del mar. Durante la excavación del mismo se hallaron restos de fauna tanto terrestre como marina. Entre las especies halladas se encontraban: - Capra hircus (cabra). - Restos de bóvidos (cabra u oveja). - Sus scrofa porcus (cerdo). - Canis familiaris (perro). - Rattussp. (rata). - Restos de múridos (ratas y ratones). - Gallotia stehlini (lagarto) - Tárentela sp. (perinquen). - Sparisoma cretense (vieja). - Restos de peces, que no han podido ser determinados. - Patella candei crenata (lapa de pie negro). - Patella ulyssiponensis áspera (lapa de pie blanco). - Osilinus atratus (burgado). - Thais haemastoma (púrpura). - Luria lurida (porcelana). - Perna sp. (mejillón). Los restos de bóvidos u ovicápridos debido al mal estado de conservación del material no pudieron ser asignados en muchas ocasiones a nivel específico a cabra u oveja, lo mismo ocurrió con otros huesos de mamífero al tratarse de esquirlas. El mayor porcentaje de restos en el yacimiento le corresponde al lagarto en-démico de Gran Canaria Gallotia stehlini. Especies que pudieron servir de alimento al hombre como cabra (capra hircus), cerdo (Sus scrofa porcus), las dos especies de lapas presentes (Patella candei crenata y Patella ulyssiponensis áspera) y el burgado Osilinus atratus se encuentran junto a especies no comestibles (Luria lurida, Erosaria spurca y conus rfpulcher). 52 Rosa Schlueter Caballero Todas las espedes marinas halladas en el yacimiento pueden ser colectadas en la zona intermareal rocosa a excepción de las porcelanas (Luria lurida, Erosaria spurca), el ostrón (Spondylus senegalensis) y Conus cf. pulcher que se encuentran en la zona infralitoral (desde el límite de la máxima bajamar hasta los 50 m. aproximadamente de profundidad), si bien las conchas vacías de es-tas especies pueden hallarse en los charcos intermareales arrojadas por el mar. En el caso de los bóvidos (cabra y oveja) aparecen restos de especímenes cuyas edades oscilan entre menos de tres meses y más de dos años. El perro (Canis familiaris) tiene una edad comprendida entre cinco semanas y 4 meses. El cer-do Sus scrofa porcus tiene más de cuatro meses. Entre los huesos del lagarto Gallotia stehlini aparecen restos de ejemplares juveniles y adultos. Los huesos mejor conservados se encuentran en el nivel VB, especialmente en el sector Wl. Entre los bóvidos (cabra/oveja) no se ha podido constatar la presencia de Ovis aries (oveja) debido a las dificultades que presenta su determinación y al mal estado de conservación de los materiales CERÁMICA El material cerámico procedente del hacer alfarero del aborigen canario recogido en la campaña de excavaciones de La Fortaleza de Tirajana se carac-teriza, fundamentalmente, por su alto grado de fragmentación, su distribución desordenada en todos los niveles resultantes de la aplicación de un sistema de excavación concreto, así como la alternancia de facturas de conformación bien realizadas, mezcladas con restos muy toscos y de mal acabado. El hecho de no encontrar ni un pieza completa, y de poder observar la aparición de fragmentos que parecen pertenecer a una misma pieza en nive-les muy distintos, hace pensar en hipótesis de trabajo, ligeramente ya expues-tas al inicio de este trabajo: 1. La casa ya había sido objeto de «excavaciones clandestinas» que, una vez concluidas, conllevaron volverla a tapar y a dejar bajo la superficie actual unas estructuras altamente interesantes. 2. Toda ella fue cubierta por tierra transportada de otros lugares a fin de poder plantar sobre la misma almendros y poder colocar las colmenas que el documento mencionado de 1700 cita para esta zona de Tirajana. 3. Pensamos que todas las estructuras existentes, incluida aquella que ha sido objeto de nuestro interés, han quedado cubiertas por tierra y piedras, provenientes de lugares no muy lejanos, a fin de construir el entramado que hoy constituye el teatro donde se celebra la festividad del 29 de abril. Aproximadamente un 25% de los fragmentos aparecen decorados median-te la aplicación de engobe a la almagra, conllevando motivos decorativos geométricos caracterizados por líneas paralelas o que se cruzan, así como círculos y triángulos, todo muy incompleto. En sólo tres ocasiones aparece la incisión de líneas en zig-zag. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 53 La pasta suele ser bastante tosca pudiendo observarse, no obstante, al-gunas piezas de muy fina textura, habiendo sido en gran parte cocidas de manera irregular, no pudiéndose apreciar la aplicación de un técnica pura, sea cocción por oxidación o por reducción. Los dibujos del material cerámico, así como el inventario depositado en la Dirección General de Patrimonio, han sido realizados por Mercedes Ortiz Moreno. INDUSTRIA LÍTICA El material lítico obtenido en la excavación de la Fortaleza se halla repar-tido de manera desigual por los distintos niveles establecidos en nuestra in-vestigación. Al igual que en el estudio de la cerámica, se pudo observar la ausencia de piezas de notable interés, existiendo bastante fragmentarización en las mismas. En muy pocas se observan restos de trabajo, por lo general localizado en los márgenes distales de los bordes, estando representado por unos pequeños retoques por presión que, en algunos casos, crearon unos ar-cos localizados en los mencionados bordes. De resto, sólo es posible desta-car la presencia, en cuanto a formas se refiere, de un número ligeramente elevado de puntas, muchas de ellas fragmentadas. Las lascas extraídas de distintos núcleos fueron utilizadas tanto como hojas (cuchillos) como en su factura original, para pequeños raspadores. En total, sumamos 170 piezas líticas, distribuidas aproximadamente por igual en los tres sectores en que dividimos la casa objeto de nuestro inte-rés, esto es, Este, Oeste y Oeste 1. Obsidiana y carbón. Lasquitas pequeñas de obsidiana, a manera algunas de pequeños cuchillitos, de unos 3 a 5 cm. de largo aproximadamente de ta-maño medio, aparecieron prácticamente distribuidas por todos los niveles, como si su presencia hubiera pasado desapercibida a aquellos que, creemos, 54 Rosa Schlueter Caballero pudieron revolver los distintos niveles que configuraron originalmente los de-pósitos abandonados por los aborígenes en el momento de la conquista cas-tellana. El carbón recogido de los niveles II, IIA, IIB, IID IIE y IIF, no fue nada abundante. Eso sí, fue utilizado para recoger muestras que nos posibilitaran una posible datación por el procedimiento del C-14, cuyo resultado expondre-mos en el apartado correspondiente. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA Durante un periodo de 20 días se llevó a cabo la Investigación Arqueoló-gica en el yacimiento conocido con el nombre de La Fortaleza de Tirajana. A pesar de insistentemente oír el topónimo de Ansite, todo lo que hemos ido analizando, tanto bibliográficamente como en nuestro recorrido para prospec-tar yacimientos en la Caldera, nos impulsa a conservar el nombre que, en casi todos los mapas y desde hace muchos años, se le viene dando, esto es, La Fortaleza. Siempre se suele agradecer, al principio de los informes arqueológicos, la colaboración de aquellos que han participado en la investigación. En este caso quisiéramos hacerlo en este capítulo de una manera muy especial, pues nadie puede imaginar lo que supuso trabajar en Santa Lucía de Tirajana en el mes de julio con unas temperaturas que rondaron muchas veces los 40 grados. Por ello y desde aquí, reconocemos el trabajo de: Dra. Ma Cruz Jiménez Gómez (Codirectora) Alejandro Valencia (Topografía) Mercedes Martín Oval (Análisis de la fauna) Luis Díaz Melián (Arqueología) Ángel Rodríguez Fleitas (Arqueología) Rafael Quintana Montesdeoca (Arqueología) Rosa Arnay de La Rosa (Ayudante) Beatriz Jiménez Gómez (Ayudante) Orlando de Tirajana (Obrero) Juan de Tirajana (Vigilante) Aparte hay que mencionar a Juana Hernández Suárez como realizadora de los dibujos correspondientes a los planos de la excavación susodicha. Asi-mismo, a Mercedes Ortiz Moreno, autora de los dibujos relativos a material cerámico. A Luis Rivero por los dibujos de las piezas líticas y, cómo no, al profesor Kunihiko Kigoshi, de la Universidad de Tokyo, en Japón, por los re-sultados obtenidos en C-14. La excavación tuvo como base la extensión en el terreno de unas coor-denadas correspondientes a dos ejes que cruzaban el yacimiento en cuestión, situando de esta manera una serie de puntos fijos desde donde poder tomar La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 55 Excavación en la casa. Aparece el muro del pasillo y los primeros escalones. 56 Rosa Schlueter Caballero las medidas necesarias y pertinentes para la fijación de los correspondientes dibujos y planos, realizados, por lo general, a escala 1/20. Decidimos dejar un testigo, justo en el cruce de los dos ejes, de un me-tro de ancho. Junto con la configuración de los planos pertinentes, se realizó una toma en vídeo de la excavación, así como muestras de fotografías en blanco y ne-gro, a color y las correspondientes diapositivas. Una vez limpio el yacimiento de los rastrojos y abundante basura que lo cubría, pasamos a dividir el hábitat objeto de nuestro trabajo en dos secto-res: el Norte y el Sur, dejando entre ambos el ya mencionado testigo como franja central. A su vez, cada sector se ha dividido en zona Este y Oeste, co-menzando nuestras labores por el S-E, el cual presentaba un marcado desni-vel, al parecer, provocado por un derrumbe A todo este sector le hemos lla-mado Nivel I, proponiéndonos comenzar el II en cuanto alcancemos la altura del sector Oeste. Se fabricaron así los cuatro primeros planos, correspondientes todos a este primer nivel, señalando en cada unos los siguientes elementos: Plano 1: General antes de la excavación. Plano 2: Corte 1, sector Este. Dibujo del derrumbe del estrato I. Plano 3: Corte I, sector Este. Plano una vez retirado el derrumbe que afectaba al nivel Aparecen aquí fragmentos de asas y bordes cerámicos, a una profundidad de 1,20 cm. Plano 4: Corte 1, Sector Este. Base de Nivel I. Se unifican los dos sec-tores, Este y Oeste. El nivel II fue creado con la única finalidad de nivelar los dos sectores, de ahí que sólo contara con 13 centímetros de espesor, es decir, desde 1,20 a 1,33 cm. Al mismo pertenece el plano n° 5. Apareció aquí también cerámi-ca y fragmentos de obsidiana. Cuando comenzamos el Estrato II cogimos la cuña que quedaba bajo el estrato I en el sector Este, más la primera capa de limpieza del sector Oes-te. Dado que todo lo aparecido hasta el momento es material de derrumbe, en el que hallamos trozos de cerámica, restos de una tapita y algo de obsi-diana, concluimos el estrato II y comenzamos el IIA, alargándonos ahora a los dos sectores, Este y Oeste y alcanzando una profundidad de 1,43 m. En este nivel, lo único digno de destacar es la aparición de un fragmento de pintadera. La base de este nivel IIA estaba constituida por un cascajo de piedras revueltas e, incluso, daba la impresión de que comenzaba una tierra más apel-mazada, más compacta, más difícil de trabajar. En el estrato IIB, que concluye a 1,53 cm. de profundidad, siguió apare-ciendo poco material: algunos fragmentos de cerámica, espinas de pescado. El plano n° 6 indica la base del estrato anterior y el principio del IIC. Se observaba cada vez con más intensidad, la aparición en el sector Este de una La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 57 Planta de la casa. La Fortaleza de Tirajana. & •• + - + ... + + 58 Rosa Schlueter Caballero gran piedra que, a manera de esquina, parecía tomar una dirección un tanto extraña para el círculo u óvalo inicial que pensábamos configuraba la casa. En este nivel IIC, hubimos también de alargar nuestro trabajo hacia una nueva área a la que habíamos llegado en la medida en que el terreno se iba nivelando, llamándolo ahora Oeste 1, donde el desnivel del terreno concluía. En la limpieza del mismo apareció una bolita de cerámica, perfectamente re-donda, de 1 cm. aproximadamente de espesor. Concluimos el presente nivel a una profundidad de 1’64 cm. (Plano 7). El plano n° 8 pertenece al Estrato IID. Dicho nivel sigue apareciendo, al igual que los anteriores, bastante revuelto. En él pudimos constatar la presen-cia de un fragmento de ídolo y, a su lado, un trozo de brazo con decoración incisa, ello en el sector Oeste. El presente estrato concluye a los 176 cm de profundidad. Se tomó muestra de carbón en el sector Oeste (Plano n° 9). En el nivel IIE se volvió a tomar de nuevo una muestra de carbón, en el mismo sector. Es un estrato que ha ofrecido un material disperso y fragmenta-rio: asas, pitorro, fragmentos varios de cerámica, huesos de cabra,..., apare-ciendo también mucha piedra de derrumbe (Plano n° 10). El estrato IIF tiene mayor espesor que los anteriores, esto es, 20 cm. (1’84 a 2’04) dada la gran cantidad de piedra acumulada por derrumbe en el mismo. Volvimos aquí a tomar muestras de carbón. Aquí ha aparecido el frag-mento cerámico de mayor tamaño en toda la excavación. (Plano n° 11). En la zona Oeste del sector Oeste 1 se observa la continuación del muro que cierra esta estructura por dicho margen. Da la impresión de que se le ha arrancado el doble muro que exteriormente debería aparecer reforzando la estructura por este lugar. En el ángulo S-E del sector Este se amplió una esquina con el fin de po-der observar hacia donde se dirigía no sólo el muro, sino también el escalón que ha ido saliendo en la base de esta zona.Una vez limpio el nuevo corte, aparece una esquina que se introduce en el perfil a manera de cuña y en cuya base se sitúa el mencionado escalón. Mientras se trabajaba el nivel III (Plano n° 12), se siguió con las labores del ángulo S-E, observándose cada vez más claramente la esquina y no ya un sólo escalón, sino varios que se introducían hacia no sabemos donde. Este nivel III presenta una tierra grisácea que se diferencia del color ocre que ca-racteriza al nivel IV. Dado que esta coloración aparece a distintas profundi-dades, el nivel anterior ha quedado concluido de manera desigual según los sectores en que fue apareciendo. En este nivel de tierra apelmazada apenas apareció material arqueológico. No obstante, hallamos una franja situada en la zona sur del corte 1 de este estrato, donde la tierra era más suelta. Se extendía por toda la zona sur, aquella que se hallaba pegada al muro de la zona Oeste y Oeste (2’25 cm. de profundidad). Era también una tierra ocre, pero la diferencia con la restante del estrato IV es que era muy fina y suel-ta, a la vez que estaba rellena con abundantes piedras de regular tamaño La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 59 Levantamiento altimétrico de la Fortaleza de Tirajana. (20 cm. aproximadamente de espesor), cosa que no ocurría en el resto del estrato, donde las piedras, si aparecían, eran pequeñas (de 5 a 6 cm.). El nivel V (plano 13) se caracteriza por una tierra muy apelmazada, dura en la que aparece material disperso y fragmentado: huesos, cerámica, obsi-diana, ... El nivel VA comienza a 2’46 cm. de profundidad. En el sector Este apa-rece un afilamiento de piedras que conforman la base de la construcción. Las piedras, junto con la construcción, forman la consolidación del suelo (aproxi-t-" 50.:Il ! +-, 60 Rosa Schlueter Caballero Círculo de piedra con orientación hacia Amurga. El 23 de septiembre el sol se puede ob-servar, desde el centro de la construcción, cómo se pone y desaparece justo en el almoga-rén de Amurga (Juan Antonio Belmonte). madamente a unos 2.56 cm. de profundidad, donde aparece de nuevo carbón. Al comenzar la excavación del estrato VB, cerramos ya el sector Este, don-de llegamos al empedramiento que constituía la base de la construcción. Ba-jando 5 cm. en el sector Oeste y 7 en el Oeste 1, equilibramos todo el piso de la construcción, siguiendo el desnivel y acomodación al terreno. La ma-yor profundidad alcanzada fue 2’59 cm. El plano n° 16 ofrece una perspectiva general, en planta, del resultado de la investigación, pudiendo observarse una estructura semiovalada que, en el extremo superior del sector Este abre un pasillo que, con unos escalones, se introduce en la profundidad del terreno y que nos hizo pensar que las es-tructuras hoy enterradas en la Fortaleza de Tirajana tienen el valor suficien-te, a nivel arqueológico, como para tener como base un buen proyecto que ponga al aire unos elementos que puedan ser desconocidas para la Prehisto-ria insular. En los planos 17, 18 y 19 podemos observar, desde distintos puntos de vista, las características de esa amplia esquina y de esos extraños escalones antes mencionados. En el plano n° 20 observamos el perfil resultante de nuestra excavación, en dirección Este-Oeste. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 61 Finalización de la excavación. A casi tres metros de profundidad, se observan excelentes perfiles del pasillo y escalones. 62 Rosa Schlueter Caballero No todos los planos, dada la amplitud que supone para la presente publi-cación, se ofrecen en este estudio, aunque sí los guarda la Dirección Gene-ral de Patrimonio y, en concreto, la de El Cabildo Insular de Gran Canaria. CONCLUSIONES Las conclusiones a que hemos ido llegando en la medida en que nuestra investigación avanzaba han sido expuestas progresivamente a lo largo de todo este informe. Creemos que la excavación realizada en julio de 1.990 se llevó a cabo sobre una construcción que ya había sido «excavada» o revuelta no sabemos con qué fines, si para realizar labores agrícolas, para colocar colme-nas, o por puro afán pseudoarqueológico. Lo cierto es que hallamos niveles muy revueltos, con un material muy disperso, fragmentado y mezclado, dándose el caso de aparecer piezas per-tenecientes a la misma cerámica en distintos niveles, al igual que fragmen-tos de animales de importación en los niveles más profundos, sin olvidar la presencia de restos de almendros en estratos inferiores. Como indicamos en un principio, lejos de darnos la impresión de haber perdido el tiempo, consideramos una suerte haber realizado esta investiga-ción en un suelo que creíamos no aportar ya nada nuevo, dado el grado de expoliación a que se había visto sometido el yacimiento en cuestión. Vista la estructura arquitectónica en sí, y analizado el conjunto cuando realizamos el levantamiento topográfico de La Fortaleza, suponemos la exis-tencia de un marco estructural enterrado bajo todo el entarimado dedicado a la celebración del 29 de abril. Creemos de máxima urgencia la puesta en marcha de un proyecto que saque todo lo enterrado bajo tanto derrumbe, y que conlleve la recopilación de todos aquellos documentos orales que puedan dar alguna luz a la signifi-cación del presente yacimiento. Con respecto a las dataciones de radiocarbono obtenidas en los niveles en que pudimos contar con la presencia de carbón, nos parecen muy intere-santes, pero también consecuencia de la misma mezcla de niveles que he-mos ido destacando. Éstas son: Corte 1 Sector W Estrato IIB: 160 B. C. Corte 1 Sector W Estrato IID: 1410 B. C. Corte 1 Sector W Estrato HE: 710 B. C. Corte 1 Sector W Estrato IIF: 1060 B. C. ESTUDIO TOPOGRÁFICO En otra campaña hemos contado con la inestimable colaboración del topó-grafo José Pedro Suárez Lénik, lo que ha conllevado la realización de un pla- La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 63 no general del yacimiento de La Fortaleza de Santa Lucía de Tirajana , en el que se circunda definitivamente la zona de Interés Arqueológico, de cara a su publicación definitiva en el Boletín del Cabildo como área de alto interés . En el segundo plano se expone la extensión objeto del presente campo de trabajo, que incluye la zona en la que el Cabildo Insular de Gran Canaria tiene previsto ubicar el futuro Museo de Sitio o Centro de Interpretación. De ahí la importancia de poder contar con tal planimetría, pues si a la ya desa-rrollada anteriormente, le unimos la presente realización, contamos ya con una amplia visión de toda la zona objeto de futuras investigaciones, a todas luces inexcusables en su realización y puesta a punto. En el tercero se ubica la totalidad de los majanos, o acumulaciones artificiales de piedras a fin de despejar el terreno para su cultivo. Al igual, se incluyen otros apilamientos que, situados alrededor del núcleo excavado en el año 1995, nos ha parecido fundamental resaltarlas, dado que en medio de algunos de ellos se observan restos de estructuras probablemente habitacionales que, sólo en una plani-metría como la actual, podemos observar de manera global . En el cuarto, a las correspondientes curvas de nivel, se le superponen estructuras geográficas que indican un declive en el terreno. Se añade ahora el entarimado realizado en piedra a fin de celebrar la conmemoración de la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla. Estos planos pueden unir sus puntos esenciales con los realizados para la misma Dirección General de Patrimonio del Gobierno Autónomo Canario, con lo cual es posible cerrar, siguiendo la planimetría adjunta en planos y en CD, los 138.887 m2 que definen la totalidad de La Fortaleza. Añadimos al fi-nal de estos planos, aquellos ya realizados con anterioridad y que hemos mencionado anteriormente. En todos ellos se puede observar la presencia no sólo de los majanos y estructuras superficiales ya indicadas, sino que se cons-tata también la presencia de al menos cincuenta cuevas, algunas en un avan-zado estado de deterioro. Es mucho el trabajo que queda por hacer en este magnífico yacimiento, trabajos que esperamos vayan asumiendo las diferen-tes instituciones insulares, apoyado por el macroproyecto entregado ya al Cabildo Insular, en el que se promueve la idea de crear el citado Centro de Interpretación y un lugar destinado a investigaciones continuas del área que nos ocupa. Al igual que en el caso de los planos de la excavación, sólo incluimos en la presente publicación un muestra de los mismos. GRABADOS RUPESTRES Juan Carlos Domínguez, Jefe del Servicio de Patrimonio del Cabildo In-sular de Gran Canaria nos comentó que, tras la lectura de nuestros trabajos en La Fortaleza, y siendo consciente de la importancia de tal yacimiento, se 64 Rosa Schlueter Caballero trasladó varias veces al mismo. Pudo constatar los datos por nosotros expues-tos, al igual que pudo hacer una clara observación del territorio. En esas caminatas se sorprendió al ver una serie, no muy larga, de gra-bados antropomorfos. Dado que era fundamental completar la topografía del yacimiento, aprovechó para proponernos la realización de la misma, así como el estudio y calco de esos grabados. Ante ello, le solicitamos una visita para ubicar, dada la dificultad que tie-ne la visualización de los grabados en determinados momentos del día , a lo que se añade la cantidad de rayones que presentan todos los bloques basál- Roque de La Fortaleza Grande. Lugar de las construcciones circulares se-ñaladas por R. Verneau. A escasos metros se ubican los grabados antro-pomorfos. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 65 ticos que definen este abrupto cuchillo, en los lugares exactos estos dibujos que resultaron de gran interés, dado que jamás se había podido constatar la presencia de grabados en tal lugar, hecho no constatado no sólo en observa-ciones arqueológicas, sino también en la bibliografía respectiva . Así pues, La Fortaleza cobra a partir de hoy más interés dado que, a los resultados de las investigaciones nuestras, se une ahora el descubrimiento para Gran Canaria de un nuevo núcleo de grabados. Grabado antropomorfo. No queremos hacer un estudio interpretativo de los mismos, dado que es nuestra intención volver a pedir un nuevo presupuesto económico para aco-meter no sólo la búsqueda intensiva de los mismos, sino también la planime-tría , con personal especializado, de muchas de las 50 cuevas que hoy se en-cuentran colgadas por haber perdido las veredas de acceso. Es en el cresterío superior del amplio cuchillo de basalto que surge del barranco de las Tirajanas , donde se ubican los cinco paneles que constitu-yen el primer núcleo de grabados señalado para este yacimiento. Ubicado en un amplio bloque basáltico vertical, se halla rodeado de abun-dantes restos de escrituras actuales en las que nuestros actuales seres hu-manos declaran sus amores y dejan inscritos sus nombres para la «posteri-dad », que siempre los odiará por haber tapado con su obra probables restos de otros grabados que a nosotros se nos escapan dada la abundancia de es-tas pintadas. Antes de llegar a los tres cubículos que coronan la cima, a unos 30 metros de los mismos, por lo tanto precediendo el acceso que por este lado tiene el yacimiento tras subir por una vereda que accede hasta la cima atravesando algunos cortes de alto peligro, se sitúan los cinco paneles que vamos a descri-bir, separados unos de otros por unos muy escasos metros (1 m a 15 m ). 66 Rosa Schlueter Caballero El primero de ellos consiste en un individuo que, bastante deteriorado por la erosión, aparece realizado por un picoteado en bloque vertical que, desgas-tado, permite observar la presencia de un individuo que tiene los brazos abier-tos , quedando incompleta su pierna derecha.Tiene unos 15 cm. de alto por 10 cm. en los brazos abiertos y 4 cm. de cintura. El número 2 se sitúa a escasos setenta y cinco centímetros del anterior. También se halla realizado por piqueteado, observándose los lugares donde se ejerció tal sistema de manera muy clara. Su estado es como el anterior muy erosionado y desgastado probablemente por el paso del tiempo. Consiste también en una figura antropomorfa con los brazos abiertos. Su deterioro impide seguir el trazado al completo. El panel número tres se vuelve a encontrar en otro bloque fonolítico ver-tical situado a unos 5 metros de los dos paneles anteriores, y al igual se ha-lla acompañado, a unos dos metros de distancia, pero en el mismo conjunto basáltico, por otra figura antropomorfa. Realizada también por piqueteado, observable de manera clara, se encuen-tra muy alterado y desgastado. Volvemos a observar el modelo de brazos abiertos repetido en los paneles anteriores. Sus piernas se cortan, probable-mente interrumpidas por un corte de la misma piedra. Su tamaño es el si-guiente: 23 cm de alto. 17 cm. de ancho en brazos abiertos. 4 cm. de ancho de cintura. Grabado antropomorfo de la Fortaleza de Tirajana. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 67 El panel nº 4, como indicamos antes, próximo al anterior, pero difícil de localizar por ubicarse en una losa inclinada que prácticamente mira hacia el suelo, permite observar de nuevo el modelo repetido: figura antropomorfa a la que parecen no haber destacado las extremidades inferiores, que simulan, al igual que las anteriores, perderse en la roca en la que se ubican. Existe en este caso un piqueteado sobre el brazo derecho de la figura que resalta una especie de saliente semiovoide de difícil interpretación. Desgastada, tam-bién se halla muy alterada. Sus dimensiones son las siguientes: 17 cm de alto. 17 cm. de ancho en brazos abiertos. 5 cm. de cintura. El quinto panel es el que más se aleja de los anteriores, pues se ubica en la margen derecha del camino o vereda que nos lleva a los círculos antes mencionado, bajando escasamente unos dos metros y que está casi oculto por una tabaiba que se sitúa en su frente. Bastante alterado, se difumina mucho su contorno, pero al igual que en los anteriores, se trata de una figura antropomorfa realizado con piqueteado sobre un bloque vertical de fonolita. Sus dimensiones son las siguientes: 17 cm. de alto. 16 cm. de ancho en brazos abiertos. 3 cm. de ancho en cintura. NECESIDADES Las necesidades que el yacimiento de La Fortaleza demanda, emanan de las distintas actuaciones que sobre el núcleo se han venido realizando desde hace mucho tiempo. Las más antiguas, sobre todo las inmediatas a la conquista, supusieron probablemente la reutilización del conjunto como lugar de habitación, aunque cabe la posibilidad de que durante algún tiempo estuviera abandonado, dado el traslado de aborígenes hacia el Real de Las Palmas. En un momento determinado sería utilizado como alpendre de animales, e incluso, por qué no, como lugar donde residieron todos aquellos que se dedicaron a trabajar en los ingenios de esta zona sur de Gran Canaria. En el siglo XIX Víctor Grau Bassas y René Verneau lo visitaron, recogie-ron en sus escritos su importancia y evidenciaron en sus dibujos la riqueza arqueológica del yacimiento. Ya en el siglo XX Sebastián Jiménez Sánchez recoge sus características más importantes e insiste en defender este lugar como aquel en el que se llevó a cabo la última contienda entre aborígenes y castellanos .Posteriormen- 68 Rosa Schlueter Caballero te, como comisario que era de excavaciones, conoció a Vicente Sánchez Ara-ña, antiguo alcalde del municipio de Santa Lucía. Hombre deseoso de cono-cer la vida primitiva de Gran Canaria, llevó a cabo «investigaciones» que han supuesto para la zona la pérdida de valiosos documentos de campo. Dentro de la buena fe que se le presupone, pues era un momento de vacío en la cus-todia de los yacimientos, creó un patronato con el que ha defendido, desde siempre, la adjudicación del término Ansite para esta área. Muchas han sido las críticas que su obra ha recibido, pero hemos de cons-tatar que para nosotros, siempre hubo deseo de colaboración, hasta el punto de abrir sus vitrinas y sus recuerdos a fin de poder rescatar aquello que ya se había perdido. Insistió en que lleváramos a cabo la excavación de una de la que él llamó casas de La Fortaleza, habitación que, como ya quedó dicho, parece ser la entrada a todo un gran conjunto que quedó probablemente sepultado bajo el conjunto del altar y asientos que hoy define una de las áreas más notables del núcleo. Realizamos los trabajos y comprobamos que la tal casa ya había sido ex-cavada, pero la riqueza arquitectónica de los observado, más la amplia estra-tigrafía, de casi 3 metros de alto, compensaron nuestra desilusión inicial. Dada dicha potencia estratigráfica, consideramos necesaria una amplia campaña de al menos cinco años, que incluya, ya que están hechas las plani-metrías generales, el recuento definitivo de las cuevas que definen el con-junto, toda vez que aunque se contabilizaron 51 en el año 1990, hay cantiles a los que no pudimos acceder, dada la dificultad del terreno. Este problema se ve hoy agravado, pues las recientes lluvias torrenciales han provocado la desaparición de algunas de las vías por las que se circulaba hasta determina-das cuevas, siendo imposible su acceso a no ser que se cuente con un buen equipo de alpinismo, lo que sería muy de desear. Es necesario también desescombrar toda el área de base, pues los mojo-nes y el moderno altar permiten observar, entre las piedras, la existencia de estructuras enterradas que aún de manera incipiente, denotan un elevado interés. Para ello es fundamental poder contar con al menos tres equipos ac-tuando a la misma vez, realizando excavaciones en tres zonas distintas. Deriva de todo ello la urgencia por obtener dataciones de C 14 que nos hablen de las diferentes etapas de ocupación que el yacimiento presenta. Es interesante para La Fortaleza, pues cuenta con potentes estratigrafías que pueden dar magníficas sorpresas. Sería loable que el Cabildo Insular de Gran Canaria, dueña del yacimien-to, ponga en marcha la ejecución del último proyecto que ha sacado a con-curso y que incluye un centro de interpretación y un lugar de investigación, lo cual supone un desarrollo cómodo para los arqueólogos que trabajen allí, toda vez que si hay algo que agota del núcleo es la lejanía y el largo trayecto que hay que realizar hasta llegar a su ubicación.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | La Fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica |
Autor principal | Schlueter Caballero, Rosa |
Entidad | Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Centro Asociado de Las Palmas (Las Palmas de Gran Canaria) |
Publicación fuente | Boletín Millares Carlo |
Numeración | Número 28 |
Sección | Arqueología |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Centro Regional Uned |
Fecha | 2009 |
Páginas | p. 031-070 |
Materias | Cultura ; Literatura ; Filosofía ; Historia ; Canarias |
Enlaces relacionados | Enlace al editor: http://www.boletinmillarescarlo.es/index.php/BMC/index |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 682199 Bytes |
Texto | La Fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica ROSA SCHLUETER CABALLERO Centro Asociado de la UNED de Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas de Gran Canaria) Boletín Millares Carlo, núm. 28. Centro Asociado UNED. Las Palmas de Gran Canaria, 2009. Resumen: Desde hacemucho tiempo, la comarca de Las Tirajanas guarda uno de los grandes tesoros de la Prehistoria de Gran Canaria, concretamente el enclave conocido con el nombre de La Fortaleza, formado por dos grandes rocas horadadas por cuevas y por un tubo volcánico que atraviesa el yacimiento de lado a lado de la montaña. Se ubican en ella cuevas de habitación y de enterramiento, así como casas en su cima que tienen una rela-ción directa con el equinoccio de primavera, grabados antropomorfos y un complejo de vi-viendas en piedra seca con curiosos escalones y pasillos. Todo ello se cubrió en torno a fi-nes del siglo XVII. Bajo los escombros que hoy podemos observar se oculta uno de los poblados probablemente mejor conservados de época prehispánica, tal y como lo atestigua la excavación realizada objeto del presente artículo. Palabras clave: Arqueología, enterramientos, excavaciones, La Fortaleza. Abstract: For centuries Las Tirajanas has been the the home of one of the greatest treasures of prehistoric Gran Canaria, the enclave known as La Fortaleza (the Fortress), which is made up of two large rocks perforated with caves and a volcanic pipe which crosses the site from one side of the mountain to the other. In it can be found caves used as dwell-ings and caves used for burial, as well as houses on top of it clearly connected with the spring equinox, anthropomorphic etchings and a complex of dry-stone dwellings with curi-ous steps and corridors. This was all discovered around the end of the 17th century. Un-der the rubble that can be seen today is hidden probably one of the best-conserved set-tlements of the prehispanic era, testified to by the excavations which this article records. Key words: Archeology, Prehistory, Burials, La Fortaleza. 32 Rosa Schlueter Caballero INTRODUCCIÓN Cuando comenzamos a realizar las investigaciones arqueológicas en el Barranco de Fataga, concretamente en la Necrópolis de Arteara, pronto nos dimos cuenta de que una serie de trabajos que conllevaban el análisis del medio, las costumbres y tradiciones de la zona, nos dirigían, una y otra vez, hacia la amplia Caldera de Las Tirajanas. De manera bastante frecuente, en la medida en que íbamos tomando con-tacto con la base social de las diferentes localidades extendidas por todo el marco ambiental de esta zona sur de Gran Canaria, las referencias obtenidas acerca del modus vivendi, nos ponían en contacto con una dinámica tenden-te a contactar con la zona centro de la isla, más que con las zonas costeras. Recordemos que el Barranco de Fataga no contó hasta el año 1945 con una carretera que, construida con presos de la Guerra Civil Española, lo comu-nicara con las zonas mencionadas. Sabemos por la tradición oral que muy de cuando en cuando venía algún cambullonero que a través del lecho del barran-co traía pescado a lomos de un burro que, caso de topar con un curso de agua favorecido por las lluvias, debía retomar sus pasos y dejar el intercambio para mejor ocasión. En localidades de amplia raigambre prehispánica, conseguía la cerámica y otros elementos que, trocados por productos agrícolas, consti-tuían la base del escaso comercio existente en la zona hasta hace unos muy recientes cincuenta años. Durante años la investigación arqueológica impuso un cerco a todos los estudios que se pudieran realizar en estas comarcas, dados los trabajos lle-vados a cabo por manos inexpertas. Ello supuso un inmenso reto que para nosotros se resolvió favorablemente al poder echarle una ojeada seria y ex-haustiva a un territorio que había sido objeto de pocos o nulos estudios pre-históricos actualizados, con un enfoque y punto de vista distinto al propues-to por aquéllos que realizaron pseudoexcavaciones en el área. Desde que llegamos a Santa Lucía se nos ofreció toda clase de facilida-des a fin de poder analizar material arqueológico completo, bibliografía y todo un archivo documental e historicista con que cuenta la casa del Castillo de la Fortaleza. Asimismo, pudimos fotografiar y dibujar prácticamente toda la colección que conforma el museo particular allí existente, sobre todo la par-te correspondiente al mundo de la cerámica. Posteriormente, han sido varios los trabajos que se han realizado teniendo como base el material reunido du-rante muchos años, de interés por la referencia que éste hace al mundo abo-rigen, entre ellos los estudios de Bertila Calvan Santos sobre los restos de tejidos allí conservados. El mencionado museo es el resultado de una época en la que no existía excesivo interés en Las Tirajanas por el mundo de la arqueología insular, si exceptuamos el caso de las investigaciones llevadas a cabo por Vicente Sánchez Araña, el cual poco a poco fue reuniendo elementos de incalculable valor para La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 33 La Fortaleza. Santa Lucía de Tirajana. 34 Rosa Schlueter Caballero la Prehistoria de Canarias, descubriendo y excavando yacimientos que por la utilización de técnicas no adecuadas, supuso una grave pérdida de material y de documentación contextual que hoy nos impide resolver muchos de los pro-blemas que se plantean para esta comarca sureña de Gran Canaria. Es verdad que fue un curioso imparable, que todos los pastores de la zona le traían y lle-vaban noticias acerca de posibles núcleos que él se encargaba de ir a recono-cer. De hecho, llegó a colaborar con Sebastián Jiménez Sánchez en algunas de las prospecciones y excavaciones que éste llevó a cabo en Tirajana. Hoy en día su labor es difícil de reconocer y elogiar, pues sus métodos pueden dificultar, sin la ayuda y colaboración de sus descendientes, la posible reconstrucción de lo que fue el complejo prehistórico de La Fortaleza. Aun así, la esperanza no la hemos perdido, pues aunque los resultados de la excavación efectuada no fueron todo lo brillantes que esperábamos, des-cubrimos unas estructuras muy llamativas y de enorme interés que nos lle-van a solicitar de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno Canario una vigilancia exhaustiva de la zona, al igual que el desarrollo de un plan de limpieza y de ordenación de todas las estructuras que, hoy enterradas bajo tantos escombros, pudieran dilucidar muchas de las hipótesis históricas que rodean al enclave en cuestión. El sentido de la excavación tuvo como punto de partida el ya indicado in-terés suscitado por nuestras investigaciones en el Barranco de Fataga. A ello le tuvimos que añadir la comunicación que Vicente Sánchez Araña nos hizo acerca de la existencia de una casa aborigen sin excavar en La Fortaleza. Nos pareció y nos sigue pareciendo una oportunidad increíble para conocer ele-mentos sin remover en esta zona, toda vez que considerábamos toda el área como ya expoliada. Reconocimos el terreno y tomamos la decisión de que, pasase lo que pasase, siempre serían resultados positivos los que obtendría-mos, como así ha sido. No obstante, nos fuimos percatando de que los dis-tintos niveles aparecían extrañamente revueltos: algunos fragmentos cerámi-cos, hallados en diversos estratos, daban la impresión de pertenecer a la misma pieza. Al igual, los estudios de la flora y la fauna reunidos durante el proceso, parecían confirmar la sospecha de que el lugar ya había recibido la visita de otras manos. Un año después, justo al pie de la casa excavada, se realiza una oquedad por parte de El Cabildo Insular de Gran Canaria a fin de plantar un drago. El material cerámico allí aparecido, su decoración, piezas casi completas, nos hizo confirmar lo dicho, más si teníamos en cuenta la pobreza del material apare-cido en la excavación. Aun habiéndosenos comunicado que nunca se realiza-ron trabajos en este enclave, pudimos constatar la existencia de un documento del año 1700, extendido por dicho Cabildo, hoy depositado en la biblioteca de El Museo Canario, donde se indica que en tal fecha, dicha entidad insular concede los terrenos de La Fortaleza a un vecino de la zona para plantar al-mendros y poner colmenas. Como consecuencia de este permiso, se cubrie- La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 35 ron todas las estructuras allí existentes con tierra a fin de poder plantar. Ave-riguamos, incluso, que la casa excavada está enmarcada dentro de un cami-no que, desde Santa Lucía o San Bartolomé, conducía directamente a La For-taleza, y que se halla hoy sepultado por todo lo que constituye, según pudimos comprobar, el entramado de la plataforma, altar, etc., donde se celebra el 29 de abril la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla. La estructura hallada durante la investigación se presenta como una de las más interesantes observadas por nosotros en la isla de Gran Canaria, aun-que los estudios que a partir de ahora se lleven a cabo, desde el punto de vista de la Ciencia Arqueológica, se basen tan sólo en el análisis de tales es-tructuras, sean pre o históricas. El proyecto que saque a la luz todo el complejo estructural de La Forta-leza debe ser un proyecto complejo, completo y que conlleve un presupues-to económico amplio y un equipo que, durante al menos unos cuantos años, trabaje incesantemente en la puesta a punto de este yacimiento de incalcu-lable valor. El Cabildo Insular de Las Palmas de Gran Canaria no puede que-dar al margen de este futuro compromiso, toda vez que como dueño del mis-mo, tiene la obligación de salvaguardarlo y conservarlo, al mismo tiempo que actualizar sus datos, ponerlos al día, darlos a conocer y crear la estructura La Fortaleza antes de su excavación. Casa ubicada sobre la estructura creada para la cele-bración de la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla. 36 Rosa Schlueter Caballero museística adecuada al territorio donde se ubica este gran yacimiento de más de 138.000 m2. HISTORIA DE LA HISTORIA DE LA FORTALEZA Hace más de cuarenta años, un grupo de ilustres entre los cuales llegó a estar Agustín Millares, Carlos Bosch, etc. interesados de una manera un tanto romántica por el mundo aborigen, se reunió en la cueva que, a manera de gran tubo, taladraba de lado a lado la Fortaleza de Tirajana. Acordaron constituir el Patronato de Ansite, pues tal grupo consideró que darle al lugar tal topónimo suponía la confirmación de que allí había tenido lugar el encuentro definitivo entre aborígenes y castellanos. Pronto surgie-ron las polémicas y los dos ayuntamientos asentados en Tirajana, San Barto-lomé y Santa Lucía, quisieron tener en sus respectivos territorios el apete-cido yacimiento. Ello ha supuesto que a través de los años se haya ido configurando un dossier en el que se ha intentado justificar, una y otra vez, la autenticidad del término Ansite y su ubicación exacta en lo que hoy conocemos como La For-taleza. En tal dossier, recopilado por Vicente Sánchez Araña, se reúnen do-cumentos que se refieren a distintos aspectos del lugar, desde fotocopias de las escrituras de compra del yacimiento, redactadas en torno al año 1967, 1968, hasta textos de la Real Academia de la Historia, a la que no le quedó más remedio que entrar en la contienda. Hemos de hacer constar que la exposición de estos datos se debe a la buena voluntad del susodicho Vicente Sánchez Araña, que los puso en nues-tras manos en cuanto vio el interés demostrado por el presente estudio. Incluye también el conjunto documental, los acuerdos del Cabildo para la compra de los distintos terrenos que conformaban el todo del núcleo. En uno de ellos se hace constar: «... en el histórico sitio de Ansite, al objeto de revalorizarlo, ya que consti-tuye el último lugar de resistencia aborigen a la incorporación de la Isla a la Corona Española y al propio tiempo el punto de origen de la total integración isleña a Castilla...». En un artículo periodístico titulado Ansite, ¿Los Sitios?, publicado en el rotativo «La Provincia» y escrito por Leonardo I. González Armas, se enta-bla la discusión de la ubicación exacta del yacimiento. En él se hace referen-cia a la tesis de Santiago Cazorla León, según la cual: ... el Ansite de la Conquista está en la margen derecha del Barranco de Tirajana, en la jurisdicción y parroquia de San Bartolomé, en el lugar conoci-do por «Los Sitios». La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 37 Tras estudiar a cronistas e historiadores, añade: El texto de Mosén Diego de Valera dice: ... e se metieron en una fortaleza que se llama Ansita. Lo cual como el Gobernador supo, partió con toda la gen-te... , e fuese a la dicha fortaleza e cercóla e túvola tanto cercada... El de Gó-mez Escudero: ... Tuvo aviso (el Gobernador) que se habían recogido(los cana-rios) en otra fortaleza de Ansite y allí los cercó. La parte o risco por donde se despeñó llaman Ansite... Abreu y Galindo: ... vino a entender (el Gobernador) que todos los canarios se habían juntado. ... y hecho fuertes en una fuerza la más inexpugnable... que dicen Ansite... En base a la exposición de los datos de los historiadores correspondien-tes, concluye: La designación, reiterada, en estos textos de fortaleza, fuerte, peñón de Ansite, sin duda indica un cierto lugar que, por sus condiciones naturales, hacían de él una fortaleza a la que podían acogerse, y se acogieron los cana-rios para resistir al invasor. Y creemos que LA FORTALEZA manifiestamente ofrece tales condiciones y las características con que los textos definen Ansite. E incluso lo de hallarse frontero a este risco otro Tirma, pues inmediato al de Fortaleza existe otro risco semejante y más pequeño. Y nos parece evidente que quien contemple La Fortaleza y su contorno, situándose en la época del suceso, le sugiere la misma el histórico Ansite. En otro texto, redactado por Ervigio Díaz Bertrana y también publicado en La Provincia, se comenta, acerca de la presa de escollera construida en el barranco de Tirajana, la necesidad de transplantar las palmeras de La So-rrueda... ... al Llano de la Paz y Avenida de Ansite, para que sirvan de guardianes a aquel histórico lugar, del más puro y virgen sabor aborigen... Un paraje, que de otra suerte, ya fue custodiado de antiguo; porque el Campamento de los Castellanos, se situó enfrente de La Sorrueda. En un helio lugar, también poblado de palmeras, llamado Los Sitios. A continuación hay que reseñar toda una Memoria explicativa de los Hi-tos Históricos en el Término Municipal de Santa Lucía de Tirajana, firmado por Sebastián Jiménez Sánchez el 12 de octubre de 1972. En él se describen elementos tales como: ... casas de piedra suelta, de planta cruciforme oval y cuadrada; almogaren o santuario formado por cazoletas labradas en la roca; tagoror o lugar de asam-bleas o reuniones, baladero, cuevas viviendas, cuevas funerarias, silos y otros cubículos y recintos de usos diversos, asimismo múltiples fragmentos de cerámi-cas neolíticas aborigen canaria, objetos prehispánicos varios, como figurillas de barro y piedra, pintaderas, vasijas de barro, morteros pétreos, hachas basálticas, etc., material este altamente valorativo, recogido en dichos lugares, especialmente en el Roque de Ansite... 38 Rosa Schlueter Caballero ... en aquella amplia zona residían los canarios prehispánicos, al cobijo de la abrupta cordillera de Amurga. Desde entonces aquellos llanos fueron llama-dos Sitio Alto y Sitio Bajo. Topónimo que fue utilizado para la designación de un poblado de 25 casas, construidos en años inmediatos a la incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla. La FORTALEZA GRANDE Y CHICA, son dos roques altivos en forma de cuchillo que se alzan al lecho del Barranquillo de Mariquita Antonia y a 500 metros aproximadamente del Barranco de Tirajana en la margen izquierda frente a Los Sitios. Son dos Atalayas donde se hizo fuerte el resto de la población. Des-pués de ser sitiados en los lugares anteriormente dichos, dos isleños prefirieron morir despeñados antes de entregarse al conquistador Pedro de Vera, en acto sublime de heroísmo. Dicho lugar de LAS FORTALEZAS, conocidos según las crónicas más antiguas por ANSITE y TITANA, crónicas e historias que se co-rresponden a Pedro Gómez Escudero, Sedeño, Abreu Galindo, Pedro José de Sosa, Pedro Agustín del Castillo, José de Viera y Clavijo, Millares Torres, etc. A la vista, pues, de dicha fotografía copia de la cuadría precitada, queda evidentemente demostrado que todos los dichos lugares entre ellos ANSITE Y TITANA, caen dentro del referido término municipal de Santa Lucía de Tirajana, a excepción de los lugares de SITIO DE ARRIBA Y SITIO DE ABA-JO, que lo son en el término municipal de San Bartolomé de Tirajana, por caer dentro de la margen derecha del tantas veces citado barranco. Aparece también un plano custodiado por el Cabildo en sus archivos, don-de se incluye la superficie del ayuntamiento (5475 km2), su altitud máxima: 1.500 sobre el nivel del mar; mínima: el nivel del mar; habitantes (13.607). Datos, incluso arqueológicos, plasmados en un mapa del año 1975. Vicente Sánchez Araña realiza un estudio del significado de los diversos enclaves aborígenes extendidos por la cuenca de Tirajana. Cita las Cuevas de los Canarios, donde descubrió lo que él llamó Cenobio de Las Harimaguadas, interesante por sus pinturas rupestres: ... de color rojo y negro, formando una cinta horizontal, en ambos lados de una galería, moteada de círculos blancos de tres centímetros de distancia, en dos fi-las horizontales. Describe La Fortaleza como un lugar lleno de cuevas donde se descubrie-ron objetos arqueológicos muy interesantes (molinos, vasijas y morteros de piedra). Al Norte sitúa el: Roque de Ansite, Ansid o Ansit, indistintamente llamado por los cartógra-fos «Fortaleza Grande», ya que se compone de dos altos riscos unidos entre sí, llamado el segundo «Fortaleza Chica. Ambos forman la Fortaleza de Ansite. En tiempos prehistóricos fue un auténtico santuario, dotado de almogaren, tagoror, valadero y construcciones circulares, de todo ello, aun hoy quedan reveladores vestigios... en él se ven paredes de cuatro metros de altura, construidas con enor-mes piedras a mitad del risco... Todo Ansite está horadado con enormes y cu-riosas cuevas circulares rectangulares, ovaladas, muchas comunicadas entre sí La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 39 por galerías exteriores e interiores, y otras de dos y tres pisos, con salidas secre-tas que han sido descubiertas en nuestras investigaciones... hallazgos como pintaderas, idolillos de una belleza y significación extraordinaria, entre ellos el hallado por el Dr. Verneau y que se exhibe en el Museo Arqueológico de París, gánigos, objetos de madera, piedra y barro justifican su abandono cuando sus moradores decidieron dejar el lugar para presentarse en el Real de Las Palmas tras el pacto celebrado en Ansite.» Vicente Sánchez Araña hace un recorrido en este estudio por los diferen-tes autores que opinaron sobre los sucesos ocurridos en esta zona sur de Gran Canaria, intentando justificar mediante citas bibliográficas de Marín y Cubas (el cual en uno de sus puntos finales lo llama El Sitio), de Fray José de Sosa, A. Millares Torres, la autenticidad de Ansite como último reducto de los aborígenes. Lo cierto es que, analizando las crónicas y la bibliografía correspondien-te que puede arrojar alguna luz sobre su ubicación, no parece haber acuer-do, pues así como Mosén Diego de Valera, Tomás Marín y Cubas y Gregorio Chil y Naranjo localizan el emplazamiento en Tirajana, en una fortaleza na-tural, la Crónica Matritense, Ovetense, Lacunense, la de Pedro Gómez Es-cudero y la de F. López de Ulloa no indican la localidad en concreto, aunque sí hacen referencia a una fortaleza natural, como lo hicieran los investigado-res citados en primer lugar. Por su parte, Antonio Sedeño, José de Sosa, Pe-dro Agustín del Castillo y A. Millares Torres, emplazan La Fortaleza de An-site en un peñón. J. de Viera y Clavijo, Abreu y Galindo, llegan incluso a situarlas en otro lugar distinto. Toda esta información, añadida a planos y certificaciones, se envió a las autoridades que en aquel momento se consideraban competentes como para poder tomar una decisión acerca del emplazamiento del yacimiento que aquí nos ocupa. Llegan a solicitar de José Miguel Alzóla, a través del alcalde de Santa Lucía, un informe para que designe dónde están los roques de Ansite, el llano de la Paz y Titana. Se llega a entablar una lucha entre los Ayuntamientos de Santa Lucía y de San Bartolomé, pues ambos querían tener en su escudo la representación de Ansite junto con el peñón. Es muy curioso el documento fotocopia del Boletín Oficial del Estado n° 154 del 28 de junio de 1975 (página. 24), decreto de 30 de mayo, por el que se autoriza al Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana a adoptar su es-cudo heráldico municipal, con la siguiente descripción: Escudo medio partido y cortado: primero, de gules, el castillo, de oro; segun-do, de oro, hombre aborigen, con su ropilla de junco majado, de su color, llevando en la mano derecha un magado de tea, sobrecargado en los ángulos de una ca-beza de can: tercero, de azur, el tajado risco de Ansite. Al timbre, corona real, abierta, y la leyenda Fortitudo et fides semper. 40 Rosa Schlueter Caballero La Real Academia de la Historia, el día 17 de mayo de 1974, ofrece una respuesta basada en los informes que le llegan de Gran Canaria. En ese do-cumento se observan seis apartados. En el primero se exponen los documen-tos aportados por los ayuntamientos. En el segundo se hace referencia a los textos de Mosén Diego de Valera, en un intento de análisis de la fecha de 1485 como fecha de rendición aborigen, pues este autor habla de que tal día: ... fizo el sol grande eclipse, curiosa circunstancia que se dio para las Islas Ca-narias un 16 de marzo de 1485, según datos del Observatorio de San Fernando. En el tercer apartado se hace un estudio de lo expuesto por los autores. En el cuarto se analiza la ubicación de Ansite. En el quinto se estudian Los Sitios y en el sexto se establecen las conclusiones y propuestas: Primera: existe prueba suficiente de que Ansite estuvo ubicada en la comar-ca de Tirajana.-Segunda: No existe en los textos coetáneos una prueba plena, absoluta, irrefutable en que apoyar la identificación de Ansite en la Fortaleza Grande de Santa Lucía de Tirajana.-Tercero: La interpretación crítica de los textos coetáneos y posteriores, permiten respaldar, con muchos visos de proba-bilidad, la identificación de Ansite con la Fortaleza Grande. Cuarta.- Existen indicios sobrados para establecer que los Sitios de San Bartolomé fueron el cam-pamento o real del ejército castellano en la última de la operaciones de la con-quista. En base a ello, la Academia propone que el lema de Ansite lo lleve Santa Lucía de Tirajana, y el de Real de la Paz, San Bartolomé. Este documento está firmado por el director general de la Academia el 10 de julio de 1974. Se incluye en este amplio dossier un certificado del secretario del Ayun-tamiento de Santa Lucía (30 de julio de 1973), en el que se expone el punto de vista del Consejero Provincial de Bellas Artes, Don José Miguel Alzóla, sobre la presencia de Ansite en Santa Lucía: Santa Lucía está situada en el interior del famoso cráter de Tirajana, y en sus proximidades se alza LA FORTALEZA, lugar en el que se escribió con san-gre la más bella página de nuestra historia. Allí se realizaron los últimos actos de la conquista, rindiéndose los canarios a las huestes castellanas acaudilladas por Pedro de Vera. En aquel escenario sobrecogedor sacrificaron sus vidas, en un arrebato heroico, Bentejui y el faycán de Telde, que prefirieron la muerte a su sumisión. Aparece, en medio de toda esta documentación, un papel escrito a mano que puede tener relación con el informe expuesto en la introducción del pre-sente trabajo y que hace referencia a lo expuesto por Vicente Sánchez Ara-ña, acerca de que en 1700, un vecino de la localidad solicitó al Cabildo las tie-rras de La Fortaleza: La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 41 Muy magníficos señores: Francisco Hernándes, carpintero, vecino desta ysla beso las manos de vues-tra señoría y dize que en la comarca de Tirahana donde él avita a donde dizen LA FORTALEZA tengo puestas cierta cantidad de colmenas y es lugar dispuesto para colmenar. Y, yo quería poner más cantidad, suplico a vuestra señoría me haga merced del dicho sitio de colmenar porque es sin perjuicio de ninguna per-sonas. Otrosí., suplico a vuestra señoría me haga merced de una cueva de las que están en la dicha Fortaleza, que son de las que eran en tiempos de canarios para mi abitación y morada y en ello recibiré merced. Francisco Hernándes, carpintero. No podemos concluir esta Historia de la Historia de La Fortaleza de Tira-jana, sin exponer las opiniones de aquellos que contradicen lo dicho en el informe enviado a la Real Academia de la Historia, según el cual Ansite se identifica plenamente con La Fortaleza de Tirajana, en Santa Lucía. Ya hablamos de Santiago Cazorla, el cual publicó un artículo en La Pro-vincia el día 29 de abril de 1973, titulado Ansite está en los Sitios de Tiraja-na. En él expone que: ... siempre nos habían dicho que el Ansite de la Conquista estaba en la margen derecha del Barranco de Tirajana, en la jurisdicción y parroquia de San Bartolomé, en el lugar conocido por «Los Sitios». Pero, ahora, de unos años a esta parte, han comenzado a decir que dicho Ansite se encuentra en la margen izquierda de dicho barranco, en la jurisdicción y parroquia de Santa Lucía o Lugarejo de Tunte hasta hace poco, y uno de sus cuarenta pagos, y en el lugar conocido por «La Fortaleza»,que creíamos identificar con el nombre de Titana... Mientras Ansite no mudó o transformó su nombre no hubo necesidad de seña-lar su ubicación. Bastaba nombrarlo para que todos supieran dónde estaba. A continuación hace un repaso a lo dicho por Mosén Diego de Valera, que coloca en Tirajan a la Fortaleza de Ansite, sin concretar el lugar exacto: E donde en ocho días que esto acaeció (lo de Ajódar) se fueron de allí se metieron en una fortaleza, que se llama Ansita, que es a las partes de Tirajana. Lo cual como el Gobernador supo, partió con toda la gente de a caballo e de a pié que pudo llevar, e fuese a la dicha fortaleza e cercóla e túvola tanto cercada que vinieron a partido que fuesen seguros de la vida e de la cautividad e se fue-sen en Castilla lo cual se asentó... en el cual día hizo el sol grande eclipse e des-pués llovió e hizo mucho viento e pasaron en aquella Isla muchas aves que ante nunca habían visto, las cuales fueron grullas y cigüeñas e golondrinas e otras muchas aves que no saben los nombres. Para el autor de este artículo, Abreu y Galindo no tiene clara la ubica-ción de Ansite, pues lo coloca entre Gáldar y Tirajana. El estudio de Tomás Marín y Cubas, realizado en 1687 tiene para Santiago Cazorla un valor incal-culable. Señala el afamado médico lo siguiente: 42 Rosa Schlueter Caballero Salimos de Galdar (después de Ajódar) en busca del enemigo día de Santa Engracia, 17 de abril, fuimos camino de Tirajana, vimos de lejos el alto risco de BENTAIGA que en ella tiene árboles, una palma y un grande pino que ape-nas se divisa bien y allí dicen hay un charco de agua, aquello es inhabitable por el mucho hielo y frío que siempre hay. Túvose aviso que estaban fortificados en ANSITE QUE HOY LLAMAN EL CITIO JUNTO A TIRAJANA, había desde lejos otros riscos tajados con gente, BENEGERA, MOGAN, llegaron cerca del PEÑÓN DE ANSITE y mandóse primero acometer a otras fortalezas y pasar a cuchillo a todos los canarios que no quisiesen darse por bien fueron tres compa-ñías con Rodrigo de Vera y don Fernando Guanarteme a TITANA, risco pei-nado y altísimo, tenía subida por una montaña agria y de malos pasos, ganáronlos luego, onde quedaron arcabuceros haciendo guarda a la entrada, mataron veinticinco canarios, los demás se dieron, había muchas familias que todas vinieron abajo ante Pedro de Vera con cantidad de cebada y gofio, mante-ca en ollas, carne salada de cabras fueron perdonados y que se fuesen hacia Gáldar o a sus territorios, y después que salieron de TITANA estos, luego otros canarios desarmados lo volvieron a ocupar con más tuerza, pasaron adelante a otra fortaleza llamada FATAGA, onde estaban muchos canarios con su Rey Tajarte, subió allá primero Guadarteme, don Fernando, es tierra muy áspera, también fue entrada de los españoles con increíble valor que suspendió a los ca-narios que, no viendo aprovechaban la fuerza de sus riscos, tomaron el consejo de don Fernando en obedecer a Pedro de Vera, que fueron perdonados y man-dados bajar sin armas, el bravo Tajarte no se quiso rendir, ni el Faizag, viejo de Gáldar tío de don Fernando fue mucha parte para acabarlos de reducir y dio crédito a su sobrino fue después cristiano y llamó como su padrino Juan Delga-do, llegóse a lo empuñado del Risco Tajarte el Rey y dijo en alta voz Tis Tirma, Tis Tirma, y cruzando los brazos dio una vuelta de allí abajo onde se hizo pe-dazos; estuvimos en Gitagana y pasando allí llegó el ejército a dar vista a ANSITE onde estaba el de Telde y la hija de Guanarteme rey de Gáldar y todos los nobles y Faizares de la Isla, aquí bien veía Pedro de Vera que había de cos-tar triunfo la victoria, puso sitio, reconoció las entradas del PEÑÓN, hizo tres escuadras de a trescientos hombres, halláronse dos fáciles subideras quiso eje-cutar el castigo prometido, y díjole don Fernando con mucho dolor de ver el de-sastrado lance les aguardaba que le diese licencia de ir a hablar primero a su sobrino y primos luego se le concedió y al verle los canarios alzaron el grito y vocerío todos que se oía a media legua... Tazartico se abrazó con un viejo Faizag, que se juzga el Tuerto de Tara, y se llevó por el risco abajo al viejo, que abajo casi no se halló pedazos de ellos, es de indecible altura, aquí dio fin la Conquista... en TIRAJANA en Ansite llamada hoy el Sitio. Pablo Jesús Vélez publica en La Provincia, durante tres días del mes de agosto y septiembre de 1975, un artículo titulado La localización de Ansite es errónea, donde propone, tras un nuevo y exhaustivo análisis de las crónicas y de las diversas interpretaciones que de las mismas se han hecho, que los estudiosos de la historia y de la arqueología tomen con interés la localidad y estudien directamente y sobre el terreno las dos opciones planteadas para la ubicación de Ansite. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 43 Él propone una tercera, esto es, considera como lugar de asentamiento el monte de Tirma, lugar tradicionalmente sagrado para los aborígenes. En fin, el dossier, amplio y complejo, ha sido extractado en este apartado de la investigación arqueológica llevada a cabo en La Fortaleza de Tirajana en 1990. Nosotros, a priori, tendemos, sin más base que nuestra propia in-tuición y el análisis del espacio geográfico en cuestión, a situar la polémica localidad en el risco de Amurga. El trabajo que hemos comenzado extiende tantas ramificaciones y posi-bilidades de estudio, que tememos no poder tener un conocimiento más ex-haustivo del tema hasta dentro de, por lo menos, diez años, pues no existe presupuesto económico suficiente para adjudicar a toda una comisión de ar-queólogos el trabajo ininterrumpido de las labores de desescombro y estu-dio de los archivos documentales de las parroquias y museos correspondien-tes, así como la exhaustiva excavación de todas las estructuras hoy enterradas bajo los apilamientos de piedras que hoy cubren una zona arqueológica de indudable interés. Si realmente se pudiera contar con una notable subven-ción para el caso, los estudios podrían ofrecer resultados altamente intere-santes en un periodo de dos a tres años. ANÁLISIS BIBLIOGRÁFICO Vamos a llevar a cabo en este nuevo apartado una breve reseña de aque-lla bibliografía que apenas ha sido mencionada en el capítulo anterior. Así pues, hablaremos de J. de Abreu y Galindo, el cual, en su Historia de las siete islas de Canaria», señala aspectos tales como: La otra ermita hicieron tras la isla, en Tirajana, junto a Lagaete, que se dice San Nicolás... Y de aquí fueron a otra gran fuerza que llaman Titana, cortada en un risco a mano, muy áspero y alto, en el cual se tenían muy seguros los ca-narios, por parecerles el lugar inexpugnable... Y, echando sus espías y ponien-do sus atalayas, vino a entender que todos los canarios se habían juntado con sus mujeres e hijos y recogidos y hechos fuertes en una fuerza la más fuerte e inexpugnable que había en toda la isla, que dicen Ansite, entre Tirahana y Gáldar. Víctor Grau Bassas, en sus excursiones a lo largo de Gran Canaria, a fi-nes del siglo XIX, llegó también a la zona que nos ocupa. Nos parece muy in-teresante la descripción que lleva a cabo, más si tenemos en cuenta que aún no había recibido La Fortaleza las visitas que promovieron su estado actual. Hacia el S.E. del pueblo de Santa Lucía sobre el barranco de Tirajana y en la vertiente izquierda existe un almogaren en una montaña que llaman la For-taleza. Es un cuchillo de roca basáltica que la formó una de las erupciones más 44 Rosa Schlueter Caballero modernas del volcán de Tirajana. Tendrá una longitud de 800 metros, una al-tura de 250, calculándose en 100 la parte erizada que es la que aparece en el croquis. Un túnel recto y perfecto lo atraviesa de un lado al otro. En este almogaren hay que examinar cuatro partes:el túnel, la subida, las cuevas y los braseros. El túnel lo considero obra de la naturaleza, pues los canarios no poseían herramientas para abrirlo, ni tenían motivos para ello, pero sí creo que fuese perfeccionado pues es completamente recto y su bóveda de arco, igual en toda su extensión. Mide: de largo 30 metros, 8 metros de alto en toda su longitud, 8 de ancho en la boca del naciente y 9 en la del poniente. El suelo es igual, solo que está lleno de piedras de diversa naturaleza, vestigios de paredes que allí existían, a lo largo del túnel adosado al muro existe una pared por cada lado destruida en parte, y en parte reconstruida modernamente con piedras y barro pero muy toscamente. Por la puerta de naciente hay dos rampas, una grande de 9 metros de ancho, formada con una pared bien construida que se originó al S.E. y otra rampa también con pared pero de solo un metro en sentido opuesto. La puerta de poniente termina en una explanada de 8 metros de largo por cinco de ancho, sostenida por una pared bien construida. De ella parte uno de los caminos que conducen a lo alto de la montaña. Caminos: Los que conducen de lo bajo a lo alto de este almogarén pasando por la cueva, son varios y se observan solo por el lado de poniente. Están hábil-mente trazados, si bien están muy destruidos; demuestran que se subía fácilmente a lo alto, operación que hoy es bastante arriesgada. El croquis demuestra con claridad su construcción. Los constructores se iban ayudando de la configuración de las rocas para su construcción, poniendo pie-dras y paredes allí donde la roca era deficiente. Este sistema de camino lo he observado, aunque en vestigios, en las cuevas mas inaccesibles, de modo que hagan fácil el acceso a sitios que hoy nos son completamente inaccesibles. Las cuevas parecen ser de vivienda pero de gente destinada a funcionar en aquellos sitios, pues se observan muchas comunicaciones, ocultas, teas quema-das clavadas en las grietas vestigios de fuego en el suelo y bastantes huecos de cabritos. En una de éstas se encontró un punzón o aguja de hueso y una piedra pulimentada, con bastantes fragmentos de vasijas de barro. En una de las cue-vas extremas, que fue destinada a depósito de cadáveres, existen muchos huesos y cráneos, de los cuales tomo dos. En todas estas cuevas se encuentran pedazos de vasijas de barro, pero no se ha podido dar con ninguna entera, pertenecien-do los fragmentos a distintas vasijas. Yo me inclino a creer que estas vasijas fueron rotas expresamente cuando venían a traer ofrendas. Los braseros son dos - uno es dudoso, otro está bien definido-Es la construc-ción canaria mejor que hasta ahora he podido ver. El ajuste de las piedras su-pone un trabajo de paciencia muy grande. Es ovalado -3 metros por 4 metros aproximadamente. Aun cuando digo brasero, no es que haya hallado vestigios de fuego en él; pero dada la figura y los usos canarios no se me ocurre otra expli-cación. R. Verneau hace referencia también a la Fortaleza Grande y a la Forta-leza Chica en el capítulo IX de su Cinco años de estancia en las Islas Ca-narias: La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 45 Están llenas de cuevas que estuvieron antiguamente habitadas, y en la cima de la mayor todavía se ven dos altares de sacrificio. Exploré la mayor parte de estas cuevas y me suministraron una importante serie de objetos interesantes. Creemos que con esta exposición bibliográfica hemos dado, como ya ex-pusimos, una visión no sólo de la problemática planteada acerca de los últi-mos momentos de la prehistoria de la zona y sus primeros y definitivos con-tactos con la conquista castellana, sino también de los datos aportados por investigadores que, a fines del siglo XIX y a principios del XX, pudieron con-templar aquello que hoy constituye el centro de la presente investigación: La Fortaleza de Tirajana. EL MEDIO. LA CALDERA. LAS TIRAJANAS Los estudios de C. Guitian Ayneto e I. Nadal Perdomo, reflejados en el tomo primero de su «Geografía de Canarias», señalan aspectos de vital im-portancia para esta zona de Gran Canaria, de indudable interés para nuestros estudios, a fin de poder encuadrar los trabajos arqueológicos en un medio natural concreto. Siguiendo, pues, sus propuestas, señalamos que la isla de Gran Canaria se encuentra ocupada por Calderas de erosión que conforman, por lo gene-ral, las cabeceras de los barrancos más importantes que surcan la isla de for-ma radial. Desde hace aproximadamente 14 millones de años, se han dado fases alternativas eruptivas con periodos de descanso (avances erosivos). Tres son los ciclos eruptivos que configuran las actuales estructuras de la isla: A: Ciclo Antiguo (Mioceno Medio: 14 a 9 millones de años). B: Primer intervalo erosivo (Mioceno Superior: 9’6 a 4’4 millones de años). C: Ciclo Eruptivo (Roque Nublo). (Plioceno: 4’4 a 3’7). D: Segundo intervalo erosivo (Plioceno Medio y Superior: 3’7 a 2’8 mi-llones de años). E: Ciclo Eruptivo Reciente (2’8 a tiempos prehistóricos). Como indican en sus investigaciones, dividen la isla en dos zonas: Mitad NE y Mitad SW. El origen de tal división se cree que está en el último ciclo, desarrollándose el vulcanismo en la mitad NE, mientras que en la zona SW las últimas erupciones se remontan a 9’6 millones de años. Esta mitad SW es la isla del Cenozoico., con una fisiografía de caracteres duros, paisaje descarnado, grandes abismos, valles, agudas cresterías, y exten-sos paredones o andenes. 46 Rosa Schlueter Caballero La línea que divide las dos áreas insulares: ... se sitúa en la diagonal del valle de Agaete al barranco de Tirajana ... y las calderas de excavación...,de Oeste a Este y de Sur a Norte son: Caldera de Tejeda, la de Ayacata, Cercados de Araña, la de Tirajana (de morfología más perfecta e imponente), la de Temisas, la de Tenteniguada y la de las Lagunetas en San Mateo. En el tomo I de la mencionada Geografía de Canarias, se señala respecto a la Caldera de Tirajana que se halla: ... drenada por el Barranco de Tirajana y que también debe su génesis a los importantes deslizamientos de materiales que se producen en las laderas, como consecuencia del deslizamiento de paquetes rocosos sobre capas de materiales plásticos e impermeables. Como es lógico, en esta caldera también pueden obser-varse las huellas morfológicas atribuibles a crisis morfoclimáticas de distinto carácter. En la campaña de prospección efectuada en 1988 con la colaboración del desaparecido Gabinete Técnico de Arqueología, más el análisis de los textos de Telesforo Bravo y de V. Araña y J.C. Carracedo, hicimos referencia a lo expuesto a continuación: En la zona, se conjugan los factores de una climatología extrema: fuertes aguaceros que hacen correr los barrancos, asociado a los grandes desniveles del terreno que potencian la fuerza de estos. El centro de la depresión, que puede situarse al Este de San Bartolomé, en la unión del Barranco de Tiraja-na y el de la zona cumbrera de San Bartolomé, está constituido por el sector más meridional del macizo central de la isla, exactamente en el lugar denomi-nado Llanos de Pargana. Aquí, los más importantes barrancos que drenan el territorio sureño están atacando activamente este macizo, donde han ido creando fuertes paredones. Así, por el sector sur, los colectores que forman la amplia cabecera del barranco de Tirajana, penetrando en el interior del maci-zo central, han originado una enorme caldera de tipo erosivo.Unido a la exis-tencia de capas impermeables y plásticas entre las coladas, muy fracturadas y que afloran en las paredes del valle, se producen desprendimientos de lascas de ladera que patinan sobre capas impermeables y forman taludes inestables, que se desmoronan ocasionando grande avalanchas. Un ejemplo lo tenemos en el caserío de Rosiana, donde en 1951 se produjo el hundimiento de todo el poblado al desplazarse uno de lo gigantescos taludes de la ladera. Por su parecido con las depresiones de origen volcánico, este circo de cabecera redondeada y paredes verticales, ha recibido el nombre de caldera. Sus paredes permanecen a una altura media de 1.500 m., destacando el es-carpe de los Caideros Altos o el enorme paredón de la culata. En el sector oriental de la pared sobresale el pitón fonolítico de Risco Blanco, que ha sido puesto al descubierto por la erosión. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 47 Del interior de la caldera arranca el Barranco de Tirajana, de los pocos barrancos largos de Gran Canaria que no cambia de nombre desde su naci-miento a la desembocadura. Desagua por un amplio estuario entre los llanos de Sardina y los de Juan Grande. La cabecera del barranco la constituye una gigantesca caldera de erosión cuyo fondo está a unos 500 metros sobre el nivel del mar. La cuenca de este barranco es de las más notables de Gran Canaria, pues se trata de una extensa zona de casi setenta y seis kilómetros cuadrados. Este gran barranco tiene la particularidad de ofrecer formas to-pográficas pertenecientes a dos ciclos erosivos: uno muy antiguo al que co-rresponden los acantilados de Amurga y el actual, al que pertenece el gran cañón por donde discurre el barranco. Entre ambos existe una amplia y co-rrida terraza de suelos más o menos llanos. En tiempos anteriores, el profundo lecho de este barranco se rellenó hasta su mitad por grandes capas de lava que el actual cauce está cortando en su cauce medio. La cima de La Fortaleza (586 metros) es un bloque testigo de la terraza izquierda del barranco, más destruida que la de la derecha, que está muy bien conservada. En gran parte de la caldera puede observarse el doble ciclo erosivo con los dos escalones y la terraza entre ambos. En la línea de transición entre las dos mitades insulares, se encuentra la cabecera del rico valle de Tirajana, perteneciente al tipo de cabeceras de lar-gos valles respaldados por los escarpes del macizo central y de la larga cres-tería de Sándara. Acoge en su interior a dos capitales de municipio como son San Bartolomé y Santa Lucía, con un clima que, como un oasis, es una ex-cepción en esta zona media del SW comprendida entre los 500 y 1.000 me-tros sobre el nivel del mar. Las condiciones climáticas vienen dadas por su posición a sotavento de la isla y, por tanto, a resguardo de los vientos húmedos del N.E. Ello da lu-gar a unas precipitaciones escasas y unas temperaturas elevadas, teniendo en cuenta que a medida que ascendemos aumentan las precipitaciones y des-ciende la temperatura. Las precipitaciones suelen localizarse en los meses de noviembre, diciembre, enero, llegando a registrarse cantidades que osci-lan entre los 350 y 440 mm. anuales a la altura de Santa Lucía (658 m.) y San Bartolomé (950 m.), apreciándose una temperatura de 16 a 17 grados centí-grados de media.Los núcleos de población frecuentemente se encuentran dis-persos, dada la estructura topográfica de la caldera, aprovechando fondos de barrancos y laderas de éstos para el desarrollo de sus actividades y principal fuente de subsistencia que es la agricultura (maíz, papas, rosas, forrajeras, tomates, pimientos, cítricos, viñedos y olivos). Se completa la economía del lugar con el desarrollo de frutales, almendros y el tabaco. 48 Rosa Schlueter Caballero FLORA DE LA CALDERA. LA FORTALEZA En el Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales de Gran Ca-naria, publicado por el Cabildo Insular en torno a 1985 (Botánica macaroné-sica. Jardín Botánico Viera y Clavijo) se expone la situación y delimitación de la Caldera de Tirajana, su descripción, usos, estado urbanístico, normativas y acciones propuestas para su conservación. En el mismo se señalan, a grosso modo, las características generales que definen la flora de la zona que nos ocupa, algunas de las cuales exponemos a continuación: La parte baja del barranco está ocupada por tabaibal-cardonal; en la zona media alta aparecen restos de sabinas y pinar de repoblación (Pinus sp.) y ma-torrales de sustitución con jaras (Cistus monspeliensis) y escobones (Cnamaecytisus proliierus). Palmerales en el fondo del barranco y de los barranquillos secundarios. Las laderas también están ocupadas por jaras, esco-bones, retamas (Teline microphylla) y tabaiba morisca (Eupnorbia obtusifolia).En los riscos hay una importante comunidad rupícula en los bordes del pinar y matorrales de Teline microphylla y Euphorbia obtusifolia. La vegetación climácica en la parte baja de la zona corresponderá a un tabaibal-cardonal que se continúa con un ecotono con sabinas y pinar. Palmerales en los cauces del barranco y comunidades rupícolas en los riscos. En el barranco encontramos varios endemismos como Solanum liofi, Ruta oreojasme, Teucrium neterophyllum, Juniperus phoeniceae y Tanacetum ferulaceutn. En los riscos Tanacetum Ptarmaciflorus, Bencomia brachystachya y Globularia sarcophylla. También se conocen citas de Juniperus cedrus en Risco Blanco. En los recuadros posteriores, señala el área como una típica zona de cli-ma estepario-mediterráneo, recibiendo unos 300 a 900 mm de agua. En el inventario realizado por Rosa Febles, amablemente cedido para la presente investigación, sobre La Culata de Tirajana el seis de marzo de 1985, se indica la localización de las siguientes especies: Juncus cf acutus Hyparrenia hirta Globulariasarcophillaperca Teline microphilla Artemisia thuscula Lotus genistoides Tanacetum plamarcifbrum Psoralea bituminosa Carlina canariensis Hypericum coadnatum Salix canariensis Echium onosmifloium Aeonium percarneum Phagnabn purpurascens Sbimbrium sp. Argyranthemum cf.aduactum ssp. Bupleurum salicifolium Sonchus leptophillus Soncus platilepis Panronichia canariensis Erysimum scoparium Tinguarra montana La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 49 Kleinia neriifolia Amigdalus comunis Pitaterium coerulascens Ageratina adenofora Avena fatua Bromus sp. Micromeria lanata Aeonium simsi Aeonium manriqueorum Lavandula canariensis Arundodonax Rumex lunaria Pterocephalus cf. dumetorum Cmamaecitisus proliferus Convolvulus sp. Lamarkya áurea Por su parte, Águedo Marrero, en su ficha de campo n° 22, señala el 20 de mayo de 1987, en la Fortaleza de Tirajana, la presencia de una ladera bas-tante afectada por desprendimientos de paredes de la parte alta, así como zonas algo pastoreadas y utilizadas. Entre las especies por él localizadas, he-mos de citar la Lavándula, la Neochamalace pulverulenta, Euphorbia obtusi-folia, Tanacet ferulaceum, etc. Magdalena Sofía Jorge Blanco realiza el estudio e identificación de los restos botánicos procedentes de la excavación practicada en julio de 1.990, ofreciendo el siguiente informe, que proponemos completo por el interés que posteriormente tendrá en nuestras conclusiones. Los restos encontrados se habían separado previamente por otros espe-cialistas en bolsas de plástico. Cada una contiene una etiqueta identificativa que permite conocer el nivel al que pertenecen. En primer lugar se procedió a numerar dichas bolsas con el siguiente criterio: empezando desde las que contenían menor cantidad de materiales hasta las que contenían gran cantidad y que se denominaron como B-l, B-2,..., B-36, salvo las dos últimas que se numeraron como C-37 y C-38, ya que las muestras están en unas cajitas de rollos de fotos. A continuación, por observación directa, se procedió a una primera toma de contacto con las muestras de cada una de las bolsas y se empezó con el estudio e identificación de los restos vegetales obtenidos en dicho yacimien-to. Posteriormente se hizo una excursión al lugar del yacimiento, situado en la Fortaleza de Tirajana y se procedió a la identificación de la vegetación ac-tual de la zona, pero, al ser en el mes de julio, la mayoría de las plantas anua-les ya habían florecido y fructificado, perdiéndose incluso su parte vegetativa, siendo este grupo de plantas bastante frecuente en las muestras extraídas del yacimiento. Se recurrió entonces al inventario florístico del lugar, sacado de C.O.D.I.G.E.N. (MARRERO Y JORGE, 1988): Solanum lidii (Solanaceae) Tanacetum ferulaceum (Asteraceae) Allagopappus dichotomus Sonchus leptocephalus Asteriscus stenophyllus, hoy Nauplius stenophyllus (Asteraceae) Euphorbia obtusifolia, actualmente se confirma como la especie E. regís-jubae (Euphorbiacea). 50 Rosa Schlueter Caballero Plocama péndula (Rubiaceae). Forsskaolea angistifolia (Uticaceae) Neochamaelea pulverulenta (Cneoracea) Convolvulus perraudieri (Convolvulaceae) Descurainia preauxiana (Cruciferae) Parolinia ornata» Este inventario ha sido tomado basándonos principalmente en plantas endémicas de Canarias, sin tener demasiado en cuenta las plantas ruderales anuales. A continuación se realizaron consultas en la biblioteca y en el herbario del Jardín Botánico Canario «Viera y Clavijo» (LPA) para así poder comparar los restos del yacimiento con muestras de vegetación actual, que nos sirvan como testigo. Una vez identificado el material del yacimiento, se procedió a fotografíar con una lupa binocular Zeiss, tanto dicho material, como el material conocí do que nos sirve como referencia. Se elaboraron las láminas indicando en cada caso el material perteneciente al yacimiento, con el n° de bolsas, como el perteneciente al herbario, con su n°de identificación. Los materiales extraídos del yacimiento son: Gran cantidad de restos de frutos de almendras Prunus communis (familia Rosaceae), desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL U-E. Gran cantidad de legumbres de distintas especies del género Medicago (familia Fabacea). Esta es una planta anual ruderal muy extendida y común en la zona, de las que no hay ninguna especie endémica en Canarias. Apare-cen también desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II-F, que es el más profundo (3 m.) Restos de maderas de difícil identificación, aunque alguna parece ser de leñabuena, Neochamaelea pulverulenta, (familia Cneoraceae). Otras parecen ser ramas de Euphorbia regis-jubae (familia Euphorbiaceae). Algunos trozos de madera de tea, Pinus canariensis (familia Pineceae). Restos de raíces también de difícil identificación. A destacar que los restos de maderas en general se encuentran presentes desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II-F. Un resto de tricoca de Euphorbia regis-jubae, que aparece en el NIVEL I. Restos de inflorescencias de Aizoon canariense (familia Aizoaceae) espe-cie muy extendida en las islas. A pesar de ser muy pocas las muestras en-contradas de esta especie, se localizan desde el NIVEL SUPERFICIAL has-ta el NIVEL II-F. Restos de inflorescencias y frutos de Emex spinosa (familia Polygonaceae), que se encuentran así mismo desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II-E. Restos de aquenios de Caléndula sp. (familia Asteraceae) desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el NIVEL II, sectores este y oeste. Restos de capítulos y semillas de distintas especies de compuestas (fa-milia Asteraceae) de las que algunas podrían ser de Nauplius stenophyllus, apareciendo también desde el NIVEL SUPERFICIAL hasta el más profunda o NIVEL H-F. Hay que destacar que sobre todo en los NIVELES más profundos como el n-E y II-F, entre 2 y 3 m. de profundidad, es muy difícil la contaminación por vegetales actuales. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 51 FAUNA DE LA CALDERA. LA FORTALEZA Teniendo como punto de partida también el Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales de Gran Canaria propuesto por el Cabildo Insular de Gran Canaria, hemos de hacer constar la presencia en la zona que nos ocupa de rapaces que nidifican en los riscos de la Caldera y Barranco de Ti-rajana, como el halcón. También hay importantes poblaciones de lagartos, lisas y perenquenes. En el barranco se encuentra una forma diferenciada de lisas. El análisis de la fauna resultante de la excavación arqueológica llevada a cabo en 1990 fue realizado por Mercedes Martín Oval, la cual expone sus conclusiones de la siguiente manera: El yacimiento de la Fortaleza está situado en el municipio de Sta. Lucía de Tirajana, en el sureste de Gran Canaria, a unos 600 m. de altitud sobre el ni-vel del mar. Durante la excavación del mismo se hallaron restos de fauna tanto terrestre como marina. Entre las especies halladas se encontraban: - Capra hircus (cabra). - Restos de bóvidos (cabra u oveja). - Sus scrofa porcus (cerdo). - Canis familiaris (perro). - Rattussp. (rata). - Restos de múridos (ratas y ratones). - Gallotia stehlini (lagarto) - Tárentela sp. (perinquen). - Sparisoma cretense (vieja). - Restos de peces, que no han podido ser determinados. - Patella candei crenata (lapa de pie negro). - Patella ulyssiponensis áspera (lapa de pie blanco). - Osilinus atratus (burgado). - Thais haemastoma (púrpura). - Luria lurida (porcelana). - Perna sp. (mejillón). Los restos de bóvidos u ovicápridos debido al mal estado de conservación del material no pudieron ser asignados en muchas ocasiones a nivel específico a cabra u oveja, lo mismo ocurrió con otros huesos de mamífero al tratarse de esquirlas. El mayor porcentaje de restos en el yacimiento le corresponde al lagarto en-démico de Gran Canaria Gallotia stehlini. Especies que pudieron servir de alimento al hombre como cabra (capra hircus), cerdo (Sus scrofa porcus), las dos especies de lapas presentes (Patella candei crenata y Patella ulyssiponensis áspera) y el burgado Osilinus atratus se encuentran junto a especies no comestibles (Luria lurida, Erosaria spurca y conus rfpulcher). 52 Rosa Schlueter Caballero Todas las espedes marinas halladas en el yacimiento pueden ser colectadas en la zona intermareal rocosa a excepción de las porcelanas (Luria lurida, Erosaria spurca), el ostrón (Spondylus senegalensis) y Conus cf. pulcher que se encuentran en la zona infralitoral (desde el límite de la máxima bajamar hasta los 50 m. aproximadamente de profundidad), si bien las conchas vacías de es-tas especies pueden hallarse en los charcos intermareales arrojadas por el mar. En el caso de los bóvidos (cabra y oveja) aparecen restos de especímenes cuyas edades oscilan entre menos de tres meses y más de dos años. El perro (Canis familiaris) tiene una edad comprendida entre cinco semanas y 4 meses. El cer-do Sus scrofa porcus tiene más de cuatro meses. Entre los huesos del lagarto Gallotia stehlini aparecen restos de ejemplares juveniles y adultos. Los huesos mejor conservados se encuentran en el nivel VB, especialmente en el sector Wl. Entre los bóvidos (cabra/oveja) no se ha podido constatar la presencia de Ovis aries (oveja) debido a las dificultades que presenta su determinación y al mal estado de conservación de los materiales CERÁMICA El material cerámico procedente del hacer alfarero del aborigen canario recogido en la campaña de excavaciones de La Fortaleza de Tirajana se carac-teriza, fundamentalmente, por su alto grado de fragmentación, su distribución desordenada en todos los niveles resultantes de la aplicación de un sistema de excavación concreto, así como la alternancia de facturas de conformación bien realizadas, mezcladas con restos muy toscos y de mal acabado. El hecho de no encontrar ni un pieza completa, y de poder observar la aparición de fragmentos que parecen pertenecer a una misma pieza en nive-les muy distintos, hace pensar en hipótesis de trabajo, ligeramente ya expues-tas al inicio de este trabajo: 1. La casa ya había sido objeto de «excavaciones clandestinas» que, una vez concluidas, conllevaron volverla a tapar y a dejar bajo la superficie actual unas estructuras altamente interesantes. 2. Toda ella fue cubierta por tierra transportada de otros lugares a fin de poder plantar sobre la misma almendros y poder colocar las colmenas que el documento mencionado de 1700 cita para esta zona de Tirajana. 3. Pensamos que todas las estructuras existentes, incluida aquella que ha sido objeto de nuestro interés, han quedado cubiertas por tierra y piedras, provenientes de lugares no muy lejanos, a fin de construir el entramado que hoy constituye el teatro donde se celebra la festividad del 29 de abril. Aproximadamente un 25% de los fragmentos aparecen decorados median-te la aplicación de engobe a la almagra, conllevando motivos decorativos geométricos caracterizados por líneas paralelas o que se cruzan, así como círculos y triángulos, todo muy incompleto. En sólo tres ocasiones aparece la incisión de líneas en zig-zag. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 53 La pasta suele ser bastante tosca pudiendo observarse, no obstante, al-gunas piezas de muy fina textura, habiendo sido en gran parte cocidas de manera irregular, no pudiéndose apreciar la aplicación de un técnica pura, sea cocción por oxidación o por reducción. Los dibujos del material cerámico, así como el inventario depositado en la Dirección General de Patrimonio, han sido realizados por Mercedes Ortiz Moreno. INDUSTRIA LÍTICA El material lítico obtenido en la excavación de la Fortaleza se halla repar-tido de manera desigual por los distintos niveles establecidos en nuestra in-vestigación. Al igual que en el estudio de la cerámica, se pudo observar la ausencia de piezas de notable interés, existiendo bastante fragmentarización en las mismas. En muy pocas se observan restos de trabajo, por lo general localizado en los márgenes distales de los bordes, estando representado por unos pequeños retoques por presión que, en algunos casos, crearon unos ar-cos localizados en los mencionados bordes. De resto, sólo es posible desta-car la presencia, en cuanto a formas se refiere, de un número ligeramente elevado de puntas, muchas de ellas fragmentadas. Las lascas extraídas de distintos núcleos fueron utilizadas tanto como hojas (cuchillos) como en su factura original, para pequeños raspadores. En total, sumamos 170 piezas líticas, distribuidas aproximadamente por igual en los tres sectores en que dividimos la casa objeto de nuestro inte-rés, esto es, Este, Oeste y Oeste 1. Obsidiana y carbón. Lasquitas pequeñas de obsidiana, a manera algunas de pequeños cuchillitos, de unos 3 a 5 cm. de largo aproximadamente de ta-maño medio, aparecieron prácticamente distribuidas por todos los niveles, como si su presencia hubiera pasado desapercibida a aquellos que, creemos, 54 Rosa Schlueter Caballero pudieron revolver los distintos niveles que configuraron originalmente los de-pósitos abandonados por los aborígenes en el momento de la conquista cas-tellana. El carbón recogido de los niveles II, IIA, IIB, IID IIE y IIF, no fue nada abundante. Eso sí, fue utilizado para recoger muestras que nos posibilitaran una posible datación por el procedimiento del C-14, cuyo resultado expondre-mos en el apartado correspondiente. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA Durante un periodo de 20 días se llevó a cabo la Investigación Arqueoló-gica en el yacimiento conocido con el nombre de La Fortaleza de Tirajana. A pesar de insistentemente oír el topónimo de Ansite, todo lo que hemos ido analizando, tanto bibliográficamente como en nuestro recorrido para prospec-tar yacimientos en la Caldera, nos impulsa a conservar el nombre que, en casi todos los mapas y desde hace muchos años, se le viene dando, esto es, La Fortaleza. Siempre se suele agradecer, al principio de los informes arqueológicos, la colaboración de aquellos que han participado en la investigación. En este caso quisiéramos hacerlo en este capítulo de una manera muy especial, pues nadie puede imaginar lo que supuso trabajar en Santa Lucía de Tirajana en el mes de julio con unas temperaturas que rondaron muchas veces los 40 grados. Por ello y desde aquí, reconocemos el trabajo de: Dra. Ma Cruz Jiménez Gómez (Codirectora) Alejandro Valencia (Topografía) Mercedes Martín Oval (Análisis de la fauna) Luis Díaz Melián (Arqueología) Ángel Rodríguez Fleitas (Arqueología) Rafael Quintana Montesdeoca (Arqueología) Rosa Arnay de La Rosa (Ayudante) Beatriz Jiménez Gómez (Ayudante) Orlando de Tirajana (Obrero) Juan de Tirajana (Vigilante) Aparte hay que mencionar a Juana Hernández Suárez como realizadora de los dibujos correspondientes a los planos de la excavación susodicha. Asi-mismo, a Mercedes Ortiz Moreno, autora de los dibujos relativos a material cerámico. A Luis Rivero por los dibujos de las piezas líticas y, cómo no, al profesor Kunihiko Kigoshi, de la Universidad de Tokyo, en Japón, por los re-sultados obtenidos en C-14. La excavación tuvo como base la extensión en el terreno de unas coor-denadas correspondientes a dos ejes que cruzaban el yacimiento en cuestión, situando de esta manera una serie de puntos fijos desde donde poder tomar La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 55 Excavación en la casa. Aparece el muro del pasillo y los primeros escalones. 56 Rosa Schlueter Caballero las medidas necesarias y pertinentes para la fijación de los correspondientes dibujos y planos, realizados, por lo general, a escala 1/20. Decidimos dejar un testigo, justo en el cruce de los dos ejes, de un me-tro de ancho. Junto con la configuración de los planos pertinentes, se realizó una toma en vídeo de la excavación, así como muestras de fotografías en blanco y ne-gro, a color y las correspondientes diapositivas. Una vez limpio el yacimiento de los rastrojos y abundante basura que lo cubría, pasamos a dividir el hábitat objeto de nuestro trabajo en dos secto-res: el Norte y el Sur, dejando entre ambos el ya mencionado testigo como franja central. A su vez, cada sector se ha dividido en zona Este y Oeste, co-menzando nuestras labores por el S-E, el cual presentaba un marcado desni-vel, al parecer, provocado por un derrumbe A todo este sector le hemos lla-mado Nivel I, proponiéndonos comenzar el II en cuanto alcancemos la altura del sector Oeste. Se fabricaron así los cuatro primeros planos, correspondientes todos a este primer nivel, señalando en cada unos los siguientes elementos: Plano 1: General antes de la excavación. Plano 2: Corte 1, sector Este. Dibujo del derrumbe del estrato I. Plano 3: Corte I, sector Este. Plano una vez retirado el derrumbe que afectaba al nivel Aparecen aquí fragmentos de asas y bordes cerámicos, a una profundidad de 1,20 cm. Plano 4: Corte 1, Sector Este. Base de Nivel I. Se unifican los dos sec-tores, Este y Oeste. El nivel II fue creado con la única finalidad de nivelar los dos sectores, de ahí que sólo contara con 13 centímetros de espesor, es decir, desde 1,20 a 1,33 cm. Al mismo pertenece el plano n° 5. Apareció aquí también cerámi-ca y fragmentos de obsidiana. Cuando comenzamos el Estrato II cogimos la cuña que quedaba bajo el estrato I en el sector Este, más la primera capa de limpieza del sector Oes-te. Dado que todo lo aparecido hasta el momento es material de derrumbe, en el que hallamos trozos de cerámica, restos de una tapita y algo de obsi-diana, concluimos el estrato II y comenzamos el IIA, alargándonos ahora a los dos sectores, Este y Oeste y alcanzando una profundidad de 1,43 m. En este nivel, lo único digno de destacar es la aparición de un fragmento de pintadera. La base de este nivel IIA estaba constituida por un cascajo de piedras revueltas e, incluso, daba la impresión de que comenzaba una tierra más apel-mazada, más compacta, más difícil de trabajar. En el estrato IIB, que concluye a 1,53 cm. de profundidad, siguió apare-ciendo poco material: algunos fragmentos de cerámica, espinas de pescado. El plano n° 6 indica la base del estrato anterior y el principio del IIC. Se observaba cada vez con más intensidad, la aparición en el sector Este de una La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 57 Planta de la casa. La Fortaleza de Tirajana. & •• + - + ... + + 58 Rosa Schlueter Caballero gran piedra que, a manera de esquina, parecía tomar una dirección un tanto extraña para el círculo u óvalo inicial que pensábamos configuraba la casa. En este nivel IIC, hubimos también de alargar nuestro trabajo hacia una nueva área a la que habíamos llegado en la medida en que el terreno se iba nivelando, llamándolo ahora Oeste 1, donde el desnivel del terreno concluía. En la limpieza del mismo apareció una bolita de cerámica, perfectamente re-donda, de 1 cm. aproximadamente de espesor. Concluimos el presente nivel a una profundidad de 1’64 cm. (Plano 7). El plano n° 8 pertenece al Estrato IID. Dicho nivel sigue apareciendo, al igual que los anteriores, bastante revuelto. En él pudimos constatar la presen-cia de un fragmento de ídolo y, a su lado, un trozo de brazo con decoración incisa, ello en el sector Oeste. El presente estrato concluye a los 176 cm de profundidad. Se tomó muestra de carbón en el sector Oeste (Plano n° 9). En el nivel IIE se volvió a tomar de nuevo una muestra de carbón, en el mismo sector. Es un estrato que ha ofrecido un material disperso y fragmenta-rio: asas, pitorro, fragmentos varios de cerámica, huesos de cabra,..., apare-ciendo también mucha piedra de derrumbe (Plano n° 10). El estrato IIF tiene mayor espesor que los anteriores, esto es, 20 cm. (1’84 a 2’04) dada la gran cantidad de piedra acumulada por derrumbe en el mismo. Volvimos aquí a tomar muestras de carbón. Aquí ha aparecido el frag-mento cerámico de mayor tamaño en toda la excavación. (Plano n° 11). En la zona Oeste del sector Oeste 1 se observa la continuación del muro que cierra esta estructura por dicho margen. Da la impresión de que se le ha arrancado el doble muro que exteriormente debería aparecer reforzando la estructura por este lugar. En el ángulo S-E del sector Este se amplió una esquina con el fin de po-der observar hacia donde se dirigía no sólo el muro, sino también el escalón que ha ido saliendo en la base de esta zona.Una vez limpio el nuevo corte, aparece una esquina que se introduce en el perfil a manera de cuña y en cuya base se sitúa el mencionado escalón. Mientras se trabajaba el nivel III (Plano n° 12), se siguió con las labores del ángulo S-E, observándose cada vez más claramente la esquina y no ya un sólo escalón, sino varios que se introducían hacia no sabemos donde. Este nivel III presenta una tierra grisácea que se diferencia del color ocre que ca-racteriza al nivel IV. Dado que esta coloración aparece a distintas profundi-dades, el nivel anterior ha quedado concluido de manera desigual según los sectores en que fue apareciendo. En este nivel de tierra apelmazada apenas apareció material arqueológico. No obstante, hallamos una franja situada en la zona sur del corte 1 de este estrato, donde la tierra era más suelta. Se extendía por toda la zona sur, aquella que se hallaba pegada al muro de la zona Oeste y Oeste (2’25 cm. de profundidad). Era también una tierra ocre, pero la diferencia con la restante del estrato IV es que era muy fina y suel-ta, a la vez que estaba rellena con abundantes piedras de regular tamaño La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 59 Levantamiento altimétrico de la Fortaleza de Tirajana. (20 cm. aproximadamente de espesor), cosa que no ocurría en el resto del estrato, donde las piedras, si aparecían, eran pequeñas (de 5 a 6 cm.). El nivel V (plano 13) se caracteriza por una tierra muy apelmazada, dura en la que aparece material disperso y fragmentado: huesos, cerámica, obsi-diana, ... El nivel VA comienza a 2’46 cm. de profundidad. En el sector Este apa-rece un afilamiento de piedras que conforman la base de la construcción. Las piedras, junto con la construcción, forman la consolidación del suelo (aproxi-t-" 50.:Il ! +-, 60 Rosa Schlueter Caballero Círculo de piedra con orientación hacia Amurga. El 23 de septiembre el sol se puede ob-servar, desde el centro de la construcción, cómo se pone y desaparece justo en el almoga-rén de Amurga (Juan Antonio Belmonte). madamente a unos 2.56 cm. de profundidad, donde aparece de nuevo carbón. Al comenzar la excavación del estrato VB, cerramos ya el sector Este, don-de llegamos al empedramiento que constituía la base de la construcción. Ba-jando 5 cm. en el sector Oeste y 7 en el Oeste 1, equilibramos todo el piso de la construcción, siguiendo el desnivel y acomodación al terreno. La ma-yor profundidad alcanzada fue 2’59 cm. El plano n° 16 ofrece una perspectiva general, en planta, del resultado de la investigación, pudiendo observarse una estructura semiovalada que, en el extremo superior del sector Este abre un pasillo que, con unos escalones, se introduce en la profundidad del terreno y que nos hizo pensar que las es-tructuras hoy enterradas en la Fortaleza de Tirajana tienen el valor suficien-te, a nivel arqueológico, como para tener como base un buen proyecto que ponga al aire unos elementos que puedan ser desconocidas para la Prehisto-ria insular. En los planos 17, 18 y 19 podemos observar, desde distintos puntos de vista, las características de esa amplia esquina y de esos extraños escalones antes mencionados. En el plano n° 20 observamos el perfil resultante de nuestra excavación, en dirección Este-Oeste. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 61 Finalización de la excavación. A casi tres metros de profundidad, se observan excelentes perfiles del pasillo y escalones. 62 Rosa Schlueter Caballero No todos los planos, dada la amplitud que supone para la presente publi-cación, se ofrecen en este estudio, aunque sí los guarda la Dirección Gene-ral de Patrimonio y, en concreto, la de El Cabildo Insular de Gran Canaria. CONCLUSIONES Las conclusiones a que hemos ido llegando en la medida en que nuestra investigación avanzaba han sido expuestas progresivamente a lo largo de todo este informe. Creemos que la excavación realizada en julio de 1.990 se llevó a cabo sobre una construcción que ya había sido «excavada» o revuelta no sabemos con qué fines, si para realizar labores agrícolas, para colocar colme-nas, o por puro afán pseudoarqueológico. Lo cierto es que hallamos niveles muy revueltos, con un material muy disperso, fragmentado y mezclado, dándose el caso de aparecer piezas per-tenecientes a la misma cerámica en distintos niveles, al igual que fragmen-tos de animales de importación en los niveles más profundos, sin olvidar la presencia de restos de almendros en estratos inferiores. Como indicamos en un principio, lejos de darnos la impresión de haber perdido el tiempo, consideramos una suerte haber realizado esta investiga-ción en un suelo que creíamos no aportar ya nada nuevo, dado el grado de expoliación a que se había visto sometido el yacimiento en cuestión. Vista la estructura arquitectónica en sí, y analizado el conjunto cuando realizamos el levantamiento topográfico de La Fortaleza, suponemos la exis-tencia de un marco estructural enterrado bajo todo el entarimado dedicado a la celebración del 29 de abril. Creemos de máxima urgencia la puesta en marcha de un proyecto que saque todo lo enterrado bajo tanto derrumbe, y que conlleve la recopilación de todos aquellos documentos orales que puedan dar alguna luz a la signifi-cación del presente yacimiento. Con respecto a las dataciones de radiocarbono obtenidas en los niveles en que pudimos contar con la presencia de carbón, nos parecen muy intere-santes, pero también consecuencia de la misma mezcla de niveles que he-mos ido destacando. Éstas son: Corte 1 Sector W Estrato IIB: 160 B. C. Corte 1 Sector W Estrato IID: 1410 B. C. Corte 1 Sector W Estrato HE: 710 B. C. Corte 1 Sector W Estrato IIF: 1060 B. C. ESTUDIO TOPOGRÁFICO En otra campaña hemos contado con la inestimable colaboración del topó-grafo José Pedro Suárez Lénik, lo que ha conllevado la realización de un pla- La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 63 no general del yacimiento de La Fortaleza de Santa Lucía de Tirajana , en el que se circunda definitivamente la zona de Interés Arqueológico, de cara a su publicación definitiva en el Boletín del Cabildo como área de alto interés . En el segundo plano se expone la extensión objeto del presente campo de trabajo, que incluye la zona en la que el Cabildo Insular de Gran Canaria tiene previsto ubicar el futuro Museo de Sitio o Centro de Interpretación. De ahí la importancia de poder contar con tal planimetría, pues si a la ya desa-rrollada anteriormente, le unimos la presente realización, contamos ya con una amplia visión de toda la zona objeto de futuras investigaciones, a todas luces inexcusables en su realización y puesta a punto. En el tercero se ubica la totalidad de los majanos, o acumulaciones artificiales de piedras a fin de despejar el terreno para su cultivo. Al igual, se incluyen otros apilamientos que, situados alrededor del núcleo excavado en el año 1995, nos ha parecido fundamental resaltarlas, dado que en medio de algunos de ellos se observan restos de estructuras probablemente habitacionales que, sólo en una plani-metría como la actual, podemos observar de manera global . En el cuarto, a las correspondientes curvas de nivel, se le superponen estructuras geográficas que indican un declive en el terreno. Se añade ahora el entarimado realizado en piedra a fin de celebrar la conmemoración de la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla. Estos planos pueden unir sus puntos esenciales con los realizados para la misma Dirección General de Patrimonio del Gobierno Autónomo Canario, con lo cual es posible cerrar, siguiendo la planimetría adjunta en planos y en CD, los 138.887 m2 que definen la totalidad de La Fortaleza. Añadimos al fi-nal de estos planos, aquellos ya realizados con anterioridad y que hemos mencionado anteriormente. En todos ellos se puede observar la presencia no sólo de los majanos y estructuras superficiales ya indicadas, sino que se cons-tata también la presencia de al menos cincuenta cuevas, algunas en un avan-zado estado de deterioro. Es mucho el trabajo que queda por hacer en este magnífico yacimiento, trabajos que esperamos vayan asumiendo las diferen-tes instituciones insulares, apoyado por el macroproyecto entregado ya al Cabildo Insular, en el que se promueve la idea de crear el citado Centro de Interpretación y un lugar destinado a investigaciones continuas del área que nos ocupa. Al igual que en el caso de los planos de la excavación, sólo incluimos en la presente publicación un muestra de los mismos. GRABADOS RUPESTRES Juan Carlos Domínguez, Jefe del Servicio de Patrimonio del Cabildo In-sular de Gran Canaria nos comentó que, tras la lectura de nuestros trabajos en La Fortaleza, y siendo consciente de la importancia de tal yacimiento, se 64 Rosa Schlueter Caballero trasladó varias veces al mismo. Pudo constatar los datos por nosotros expues-tos, al igual que pudo hacer una clara observación del territorio. En esas caminatas se sorprendió al ver una serie, no muy larga, de gra-bados antropomorfos. Dado que era fundamental completar la topografía del yacimiento, aprovechó para proponernos la realización de la misma, así como el estudio y calco de esos grabados. Ante ello, le solicitamos una visita para ubicar, dada la dificultad que tie-ne la visualización de los grabados en determinados momentos del día , a lo que se añade la cantidad de rayones que presentan todos los bloques basál- Roque de La Fortaleza Grande. Lugar de las construcciones circulares se-ñaladas por R. Verneau. A escasos metros se ubican los grabados antro-pomorfos. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 65 ticos que definen este abrupto cuchillo, en los lugares exactos estos dibujos que resultaron de gran interés, dado que jamás se había podido constatar la presencia de grabados en tal lugar, hecho no constatado no sólo en observa-ciones arqueológicas, sino también en la bibliografía respectiva . Así pues, La Fortaleza cobra a partir de hoy más interés dado que, a los resultados de las investigaciones nuestras, se une ahora el descubrimiento para Gran Canaria de un nuevo núcleo de grabados. Grabado antropomorfo. No queremos hacer un estudio interpretativo de los mismos, dado que es nuestra intención volver a pedir un nuevo presupuesto económico para aco-meter no sólo la búsqueda intensiva de los mismos, sino también la planime-tría , con personal especializado, de muchas de las 50 cuevas que hoy se en-cuentran colgadas por haber perdido las veredas de acceso. Es en el cresterío superior del amplio cuchillo de basalto que surge del barranco de las Tirajanas , donde se ubican los cinco paneles que constitu-yen el primer núcleo de grabados señalado para este yacimiento. Ubicado en un amplio bloque basáltico vertical, se halla rodeado de abun-dantes restos de escrituras actuales en las que nuestros actuales seres hu-manos declaran sus amores y dejan inscritos sus nombres para la «posteri-dad », que siempre los odiará por haber tapado con su obra probables restos de otros grabados que a nosotros se nos escapan dada la abundancia de es-tas pintadas. Antes de llegar a los tres cubículos que coronan la cima, a unos 30 metros de los mismos, por lo tanto precediendo el acceso que por este lado tiene el yacimiento tras subir por una vereda que accede hasta la cima atravesando algunos cortes de alto peligro, se sitúan los cinco paneles que vamos a descri-bir, separados unos de otros por unos muy escasos metros (1 m a 15 m ). 66 Rosa Schlueter Caballero El primero de ellos consiste en un individuo que, bastante deteriorado por la erosión, aparece realizado por un picoteado en bloque vertical que, desgas-tado, permite observar la presencia de un individuo que tiene los brazos abier-tos , quedando incompleta su pierna derecha.Tiene unos 15 cm. de alto por 10 cm. en los brazos abiertos y 4 cm. de cintura. El número 2 se sitúa a escasos setenta y cinco centímetros del anterior. También se halla realizado por piqueteado, observándose los lugares donde se ejerció tal sistema de manera muy clara. Su estado es como el anterior muy erosionado y desgastado probablemente por el paso del tiempo. Consiste también en una figura antropomorfa con los brazos abiertos. Su deterioro impide seguir el trazado al completo. El panel número tres se vuelve a encontrar en otro bloque fonolítico ver-tical situado a unos 5 metros de los dos paneles anteriores, y al igual se ha-lla acompañado, a unos dos metros de distancia, pero en el mismo conjunto basáltico, por otra figura antropomorfa. Realizada también por piqueteado, observable de manera clara, se encuen-tra muy alterado y desgastado. Volvemos a observar el modelo de brazos abiertos repetido en los paneles anteriores. Sus piernas se cortan, probable-mente interrumpidas por un corte de la misma piedra. Su tamaño es el si-guiente: 23 cm de alto. 17 cm. de ancho en brazos abiertos. 4 cm. de ancho de cintura. Grabado antropomorfo de la Fortaleza de Tirajana. La fortaleza Santa Lucía de Tirajana. Investigación arqueológica 67 El panel nº 4, como indicamos antes, próximo al anterior, pero difícil de localizar por ubicarse en una losa inclinada que prácticamente mira hacia el suelo, permite observar de nuevo el modelo repetido: figura antropomorfa a la que parecen no haber destacado las extremidades inferiores, que simulan, al igual que las anteriores, perderse en la roca en la que se ubican. Existe en este caso un piqueteado sobre el brazo derecho de la figura que resalta una especie de saliente semiovoide de difícil interpretación. Desgastada, tam-bién se halla muy alterada. Sus dimensiones son las siguientes: 17 cm de alto. 17 cm. de ancho en brazos abiertos. 5 cm. de cintura. El quinto panel es el que más se aleja de los anteriores, pues se ubica en la margen derecha del camino o vereda que nos lleva a los círculos antes mencionado, bajando escasamente unos dos metros y que está casi oculto por una tabaiba que se sitúa en su frente. Bastante alterado, se difumina mucho su contorno, pero al igual que en los anteriores, se trata de una figura antropomorfa realizado con piqueteado sobre un bloque vertical de fonolita. Sus dimensiones son las siguientes: 17 cm. de alto. 16 cm. de ancho en brazos abiertos. 3 cm. de ancho en cintura. NECESIDADES Las necesidades que el yacimiento de La Fortaleza demanda, emanan de las distintas actuaciones que sobre el núcleo se han venido realizando desde hace mucho tiempo. Las más antiguas, sobre todo las inmediatas a la conquista, supusieron probablemente la reutilización del conjunto como lugar de habitación, aunque cabe la posibilidad de que durante algún tiempo estuviera abandonado, dado el traslado de aborígenes hacia el Real de Las Palmas. En un momento determinado sería utilizado como alpendre de animales, e incluso, por qué no, como lugar donde residieron todos aquellos que se dedicaron a trabajar en los ingenios de esta zona sur de Gran Canaria. En el siglo XIX Víctor Grau Bassas y René Verneau lo visitaron, recogie-ron en sus escritos su importancia y evidenciaron en sus dibujos la riqueza arqueológica del yacimiento. Ya en el siglo XX Sebastián Jiménez Sánchez recoge sus características más importantes e insiste en defender este lugar como aquel en el que se llevó a cabo la última contienda entre aborígenes y castellanos .Posteriormen- 68 Rosa Schlueter Caballero te, como comisario que era de excavaciones, conoció a Vicente Sánchez Ara-ña, antiguo alcalde del municipio de Santa Lucía. Hombre deseoso de cono-cer la vida primitiva de Gran Canaria, llevó a cabo «investigaciones» que han supuesto para la zona la pérdida de valiosos documentos de campo. Dentro de la buena fe que se le presupone, pues era un momento de vacío en la cus-todia de los yacimientos, creó un patronato con el que ha defendido, desde siempre, la adjudicación del término Ansite para esta área. Muchas han sido las críticas que su obra ha recibido, pero hemos de cons-tatar que para nosotros, siempre hubo deseo de colaboración, hasta el punto de abrir sus vitrinas y sus recuerdos a fin de poder rescatar aquello que ya se había perdido. Insistió en que lleváramos a cabo la excavación de una de la que él llamó casas de La Fortaleza, habitación que, como ya quedó dicho, parece ser la entrada a todo un gran conjunto que quedó probablemente sepultado bajo el conjunto del altar y asientos que hoy define una de las áreas más notables del núcleo. Realizamos los trabajos y comprobamos que la tal casa ya había sido ex-cavada, pero la riqueza arquitectónica de los observado, más la amplia estra-tigrafía, de casi 3 metros de alto, compensaron nuestra desilusión inicial. Dada dicha potencia estratigráfica, consideramos necesaria una amplia campaña de al menos cinco años, que incluya, ya que están hechas las plani-metrías generales, el recuento definitivo de las cuevas que definen el con-junto, toda vez que aunque se contabilizaron 51 en el año 1990, hay cantiles a los que no pudimos acceder, dada la dificultad del terreno. Este problema se ve hoy agravado, pues las recientes lluvias torrenciales han provocado la desaparición de algunas de las vías por las que se circulaba hasta determina-das cuevas, siendo imposible su acceso a no ser que se cuente con un buen equipo de alpinismo, lo que sería muy de desear. Es necesario también desescombrar toda el área de base, pues los mojo-nes y el moderno altar permiten observar, entre las piedras, la existencia de estructuras enterradas que aún de manera incipiente, denotan un elevado interés. Para ello es fundamental poder contar con al menos tres equipos ac-tuando a la misma vez, realizando excavaciones en tres zonas distintas. Deriva de todo ello la urgencia por obtener dataciones de C 14 que nos hablen de las diferentes etapas de ocupación que el yacimiento presenta. Es interesante para La Fortaleza, pues cuenta con potentes estratigrafías que pueden dar magníficas sorpresas. Sería loable que el Cabildo Insular de Gran Canaria, dueña del yacimien-to, ponga en marcha la ejecución del último proyecto que ha sacado a con-curso y que incluye un centro de interpretación y un lugar de investigación, lo cual supone un desarrollo cómodo para los arqueólogos que trabajen allí, toda vez que si hay algo que agota del núcleo es la lejanía y el largo trayecto que hay que realizar hasta llegar a su ubicación. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|