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Radio Atlántico: Los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas de Gran Canaria* M.ª INMACULADA GARCÍA RODRÍGUEZ Licenciada en Ciencias de la Información en la Universidad de La Laguna RODRIGO FIDEL BORGES Departamento de Ciencias de la Información en la Universidad de La Laguna Boletín Millares Carlo, núm. 27. Centro Asociado UNED. Las Palmas de Gran Canaria, 2008. Resumen: El artículo reconstruye la trayectoria de Radio Atlántico, la más antigua emiso-ra de la radiodifusión franquista en el archipiélago canario. Nacida por iniciativa del aboga-do y procurador de tribunales José García Díaz y algunos de sus amigos, pronto se incor-poró a la estructura propagandística del Movimiento dentro de la Cadena de Emisoras Sindicales (CES). A lo largo de sus más de tres décadas de existencia, se hizo con un hue-co entre las preferencias de la audiencia grancanaria en dura competencia con Radio Las Pal-mas. Por sus micrófonos pasaron algunas de las voces más conocidas de la radiodifusión de las Islas. Con la llegada de la democracia, la emisora quedó integrada en la red de Radio Cadena Española y, posteriormente, fue absorbida por Radio Nacional en Canarias. Palabras clave: radio, radiodifusión franquista, Cadena de Emisoras Sindicales (CES), Mo-vimiento, Sindicato Vertical. Abstract: This article reconstructs the development of Radio Atlántico, the oldest Franco regime radio station in the Canary Islands. It was born on the initiative of the attorney and solicitor José García Díaz and some of his friends. It soon was incorporated into the propa-gandist structure of Franco National Movement within the Cadena de Emisoras Sindicales («Union Broadcasting Network»). During its three decades existence, it carved a niche in the preferences of the audience of Gran Canaria in fierce competence with Radio Las Pal-mas. Some of the most wellknown voices in the islands went through its microphones. With the arrival of democracy, the radio station was integrated into the Radio Cadena Española broadcasting system and, later, joined the Radio Nacional en Canarias («National Radio in the Canary Islands»). Key words: broadcasting, Franco regime broadcasting, Union Broadcasting Network, Fran-co National Movement, Franco Regime Union. * Este trabajo ha sido financiado con cargo al proyecto PI 042005/080 de la Dirección General de Universidades e Investigación del Gobierno de Canarias. 226 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges 1. «AQUÍ, RADIO ATLÁNTICO» Gran brillantez revistieron los actos oficiales de conmemoración del 18 de julio de 1954, Fiesta de la Exaltación del Trabajo Nacional, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. La jornada —a decir de la crónica del diario Falange— fue testimonio del esplendor arrollador de una celebración que ha ido arraigando «aun en los más apartados lugares de la patria». La capital grancanaria vivió jubilosa «esta gloriosa fecha, esta inmortal fecha del resca-te de España de la vesania roja»1. Como solía ser práctica habitual del régi-men, se concentraron en ese día tan señalado las inauguraciones de obras «importantísimas» en toda la provincia. En horas de la mañana, formaron fren-te al Palacio de la Comandancia General de la Base Naval, en la calle León y Castillo, fuerzas de Marinería y de Infantería de Marina, con bandera, escua-dra y banda, así como Falanges Juveniles de Franco. Tras la interpretación del himno nacional, dio comienzo la recepción oficial presidida por el Excmo. Sr. Comandante general de la Base Naval de Canarias, vicealmirante don Carlos Vila Suances; Excmo. Sr. Gobernador Civil y Jefe Provincial del Mo-vimiento, don Evaristo Martín Freire; Presidente de la Mancomunidad pro-vincial y del Cabildo Insular de Gran Canaria, don Matías Vega Guerra; y el Alcalde de la ciudad, Sr. Ramírez Bethencourt. Concluida la recepción oficial, las jerarquías de la delegación provincial de Sindicatos se trasladaron hasta el edificio de la organización situado en el nú-mero 26 de la calle Buenos Aires para proceder a la inauguración de la emi-sora sindical Radio Atlántico: «A la una del mediodía y con un sencillo acto, entró en normal funcionamiento esta nueva estación emisora radiofónica». La ceremonia oficial estuvo presidida por las dos máximas autoridades sindica-les de la provincia, Cristóbal Martel Ortega, delegado provincial de Sindica-tos y el reverendo padre Joaquín Artiles, asesor religioso sindical. Tras ben-decir las instalaciones y recorrer las distintas dependencias, el delegado provincial de Sindicatos pronunció ante los micrófonos de Radio Atlántico la siguiente alocución: Señoras, señores, amigos y camaradas: En este luminoso 18 de julio de 1954, tan lleno de realidades como lo fuera de promesas el de 1936, la organización sindical canaria se siente ínti-mamente gozosa al anunciar a los vientos del Archipiélago que las islas cuen-tan con una nueva emisora, que las islas todas cuentan con un nuevo medio que, apasionadamente, ha de servir a sus más caros intereses. (...) Radio Atlántico, hasta ayer una emisora experimental que balbuceaba las primeras letras del alfabeto radial, que se iniciaba ya como espléndida promesa en la vida canaria, surge hoy al aire de nuestra tierra con la personalidad de 1 Falange, 2 de julio de 1954, p. 2. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 227 cosa formada, con principios consistentes y arraigados. Surge con bríos y pa-sión, con energía y empuje. Surge adornada, investida de todos los valores que en sí guarda la organización sindical, que, pujante, vital, enérgica y empren-dedora, cada día asombra a nuestra patria con una nueva ejecución, proyecto e idea feliz. Y aquí la tenéis, empresarios y trabajadores, aquí, en el aire y a partir de este día, Radio Atlántico se pone en la vanguardia de la defensa de los intereses de la producción, considerándose, por derecho propio, la voz sonora de las banderas de reivindicación que ya hace tiempo tiene alzada nues-tra organización sindical. Reivindicaciones en lo económico y en lo social, que si son conocidas y sabidas tendrán con esta emisora y su actualización será constante hasta el momento mismo en que dejen de ser reivindicaciones para convertirse en logros o conquistas justamente ganadas. Aquí está Radio Atlántico, desde hoy, en el aire de manera oficial, al servicio exclusivo de los mejores intereses, de los intereses más legítimos cumpliendo orgullosa una misión de servir a Es-paña, a su Caudillo, a cuanto una y otro, indisolublemente unidos, represen-tan. Para servir a España, a su Caudillo Franco, a los altos dictados de una política auténticamente falangista, ha surgido a la vida canaria esta emisora, y Radio Atlántico sabrá cumplir este servicio con toda dignidad, energía y pujanza, porque no en vano quienes están a su frente han sabido y sabrán darlo todo por Dios, por España y su revolución nacional sindicalista. ¡Viva Fran-co! ¡Arriba España! (Falange, 20 de julio de 1954, p. 2). La inauguración oficial y oficialísima de la emisora, envuelta en la para-fernalia propagandística de la dictadura, y su condición de altavoz ideológico del Movimiento en Las Palmas, ha contribuido a mantener oculto el verda-dero origen de la emisora, que nació de modo casi accidental, siete meses antes, al margen de cualquier vinculación política e institucional. En efecto, los primeros pasos de lo que habría de ser Radio Atlántico se dieron en la Navidad de 1953 en la casa del abogado y procurador de Tribunales José Gar-cía Díaz, situada en el barrio de Vegueta, en una esquina entre las calles de los Balcones y Mendizábal. Aprovechando la visita de dos de sus amigos, el perito industrial José Julio Quevedo Bautista, experto en equipos de radiodi-fusión, y el técnico radiofonista José Bordón, el letrado García Díaz les mos-tró el contenido de dos maletas que contenían un emisor de radio que aca-baba de adquirir a un cliente suyo, antiguo espía alemán2. García de Vegueta, de apellido original García Díaz y hermano de José García Díaz, fue testigo presencial del nacimiento de Radio Atlántico y contaba así ese momento: Los amigos Quevedo y Bordón, ambos excelentes técnicos de radio, exa-minaron los aparatos pudiendo comprobar que estaban en perfecto estado. De pronto surgió la idea. ¿Porqué no hacer una emisión en toda regla sobre la 2 Un técnico de origen de alemán, Juan Meinke, estuvo también entre los promotores del Radio Club Tenerife. Cfr. Mateu Barroso, J. C. (coord.), Aquí, Radio Club Tenerife EAJ 43, Cadena SER. Veinte años de los premios «Teide de Oro», Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 2005, p. 15. 228 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges marcha? A los pocos minutos sonaba el gong —una jarra de cristal cortado de la sala— y la voz de nuestro hermano decía «Aquí Radio Atlántico...», el nom-bre que se nos había ocurrido hacia unos instantes, y una vez anunciados los datos de ciclos y kilociclos3 lanzamos a aire una melodía italiana con el ruego de que los posibles oyentes nos facilitaran controles de escucha4. La respuesta no se hizo esperar. A los pocos minutos, se recibió en el domicilio de García Díaz la llamada telefónica de una hermana de la pintora Yolanda Graziani, felicitándoles y pidiéndoles que radiaran más discos de ópe-ra italiana. Este éxito les animó a seguir con nuevas emisiones, que se rea-lizaban en horario nocturno y eran sobre todo de contenido musical. El au-mento de la audiencia y las peticiones musicales hicieron que pronto tuvieran que pedir discos en préstamo para radiarlos y la ayuda de más amistades que les ayudaran en las tareas técnicas, como Miguel Díaz Reina y José María Cantero Sarmiento, que eran aficionados a la radio y contaban con algunos conocimientos de radiodifusión5. Por el camino, hubo también que buscar re-emplazo para la jarra de cristal que anunciaba el inicio de la programación y que sucumbió al entusiasmo con que la golpeaban aquellos bisoños radioafi-cionados. El crecimiento del número de colaboradores de la emisora, que pronto desbordaron la capacidad de la vivienda del procurador, las limitaciones del modesto equipo amateur y algunas protestas e insinuaciones por la condición clandestina de la emisora, convencieron a García Díaz de la conveniencia de darle formalidad a la iniciativa. Para ello recurrió a otro amigo, Cristóbal Martel Ortega, delegado provincial de Sindicatos, quien estuvo de acuerdo en que fuera esa institución la que se hiciera cargo de la emisora, tras el visto bueno de las altas esferas sindicales, convirtiéndose en la primera emisora canaria del Movimiento6. La llegada del Sindicato Vertical al ámbito de la ra- 3 En su inauguración, Radio Atlántico emitía en onda media de 200 metros (1.500 kilo-ciclos) y onda corta de 42,85 metros (7.000 kilociclos). 4 La Provincia, 28 de diciembre de 1979, p. 2. 5 El éxito de estas audiciones y las llamadas de la gente vecina con peticiones musica-les reproduce, punto por punto, la experiencia vivida por el ingeniero de la Westinghouse Frank Conrad y su familia, a raíz del éxito de las emisiones experimentales que empezó a realizar desde el garaje de su casa en abril de 1920. Como relata Archer (Archer, G. L., History of Radio to 1926, The American Historical Society, New York, 1938, p. 199-200), las llamadas de oyentes solicitando tal o cual pieza musical se sucedían en el domicilio de los Conrad, a veces a horas intempestivas. Para evitar esos inconvenientes, el ingeniero se vio forzado a regularizar el horario de las emisiones. Una tienda de música del barrio aceptó cederle discos gratuitamente a cambio de que se mencionara su nombre en antena. Deta-lles complementarios pueden consultarse en Rodríguez Borges, R. F., Radio e información. Elementos para el análisis de los mensajes radiofónicos, Servicio de Publicaciones de la Uni-versidad de La Laguna, La Laguna, 2000, p. 57-58. 6 Las otras emisoras del Movimiento que llegaron a funcionar en el Archipiélago son de fecha posterior: Radio Juventud de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife, empezó a emitir Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 229 dio se había producido recientemente al amparo del decreto del ministerio de Información y Turismo de 11 de agosto de 1953, que facultaba a Falange Española Tradicionalista y de las JONS para «efectuar función radiodifusora por delegación del Estado». A esa norma le siguió una orden conjunta del ministerio de Información y Turismo y de la Secretaría General del Movimien-to, de 4 de noviembre de 1954, por la que se creaba la Red de Emisoras del Movimiento (REM) en la que se integraron 48 estaciones de onda corta re-convertidas a onda media, que adoptaron el indicativo «La Voz de...». Bajo ese paraguas jurídico, la organización Sindical fue configurando con los años la Cadena de Emisoras Sindicales (CES), que llegó a contar a comienzos de los años sesenta con más de medio centenar de estaciones7, y otro tanto hizo el Frente de Juventudes al aglutinar sus 60 estaciones-escuela bajo la deno-minación de Cadena Azul de Radiodifusión (CAR). Las tres cadenas del Mo-vimiento —REM, CES y CAR— y la veintena de estaciones de Radio Na-cional de España completaron el mapa de la radiodifusión institucional que servía de altavoz propagandístico a la dictadura. El desarrollo de este apara-to de manipulación ideológica, no obstante, no siempre obedeció a un pro-yecto centralizado y organizado, como lo prueba el hecho de que Radio Atlán-tico apareciera identificada en su propia documentación8 como la estación n.º 34 de la REM a mediados de 1959, algún tiempo más tarde se transfor-mara en la n.º 4 de la Cadena de Emisoras Sindicales9, y todavía en 1963 fi-gurara en el membrete de su correspondencia la denominación de emisora sindical E.F.E.-34. La primera reunión con el equipo que habría de formar Radio Atlántico tuvo lugar en los primeros meses de 1954 en el edificio sindical de la calle Buenos Aires, el mismo que muy pronto sería su sede. Cristóbal Martel Or-tega presidió la reunión a la que asistieron los abogados José García Díaz y Alberto Zoghbi, el perito industrial José Julio Quevedo Bautista, Miguel Díaz Reina, José Bordón, José María Cantero Sarmiento, Armando Rodríguez Na-varro, Alejandro Reino Sarmiento, Sara Ponce Ferrera y Consuelo (Chelín) en diciembre de 1955 y La Voz del Valle, de La Orotava (Tenerife), y La Voz de la Isla de La Palma lo hicieron a comienzos de los sesenta. La inauguración del Centro Emisor del Atlántico de Radio Nacional se retrasó hasta septiembre de 1964. 7 Entre ellas, las mencionadas La Voz del Valle y La Voz de la Isla de La Palma. Véase Yanes Mesa, J. A. y Rodríguez Borges, R. F., La radiodifusión sindical del franquismo. La Voz del Valle en las Islas Canarias 1960-1965, Ayuntamiento de La Orotava, La Orotava, 2007, p. 23-24. de 4 de marzo. 8 Notificaciones y oficios varios, archivo particular de Juan Acosta (APJA). 9 Con ese número figura en una relación de emisoras sindicales fechada en diciembre de 1962 (Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Fondo Sindicatos). La confusión, cuando no el caos, ya había presidido el nacimiento del grupo de emisoras de Falange durante la Guerra Civil, hasta el punto de que la numeración que figura en los in-dicativos «no implica ningún orden cronológico de aparición» (Faus Belau, A., La radio en España (1896-1977). Una historia documental, Taurus, Madrid, 2007, p. 470). 230 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Reino Sarmiento, quienes, con algunas personas más, formarían inmediata-mente el plantel pionero de la emisora, que encabezaría como director José García Díaz. Por esos días empezaron las primeras emisiones experimenta-les, de forma que en el momento de la inauguración oficial, el 18 de julio de 1954, Radio Atlántico llevaba ya algún tiempo emitiendo de forma regular. La radio era por entonces un entretenimiento casi para gente acomodada, al menos así cabe considerarlo si atendemos a lo que costaba un aparato recep-tor: por los días en que la emisora del Sindicato puso en funcionamiento sus nuevos equipos, un receptor de radio marca Bertrán costaba la friolera de 1.791 pesetas, pagaderas en plazos mensuales de 116 pesetas10. Téngase en cuenta, a modo de ejemplo, que el primer salario cobrado por la locutora de Radio Atlántico en la temporada 1955-1956 fue de 700 pesetas, es decir, que necesitaba el salario íntegro de dos meses y medio para adquirir un aparato de radio de mediana calidad. 2. LA TECNOLOGÍA, LAS INSTALACIONES Y LOS RECURSOS ECONÓMICOS Aquel primer equipo emisor adquirido por José García Díaz tenía una po-tencia de emisión y una calidad muy limitadas, de manera que uno de los pri-meros cometidos encomendado al director fue el de desplazarse a Inglaterra11 para comprar nuevos aparatos que mejoraran el alcance de la estación. Gar-cía Díaz viajó hasta allí a bordo del Apapa, un carguero utilizado para el trans-porte de fruta para la exportación. En Londres, García Díaz adquirió dos equi-pos de la norteamericana RCA, transmisores militares excedentes de guerra12, que ocuparon siete maletas metálicas. A la vuelta de Inglaterra, una tartana ayudó a transportar el pesado cargamento desde el muelle de Las Palmas hasta la calle Buenos Aires. El jefe técnico, José Julio Quevedo Bautista, con la ayuda del técnico José 10 Falange, 17 de julio de 1955, p. 17. 11 Descartado por la lejanía el viaje hasta Estados Unidos, Inglaterra era el destino ha-bitual para quienes deseaban adquirir el material electrónico que por entonces no se podía encontrar en el país. Con componentes traídos de Inglaterra preparó el técnico Wigberto Ramos los equipos emisores de Radio Juventud de Canarias, La Voz del Valle, La Voz de la Isla de La Palma y La Voz de Canarias, primera emisora de FM del archipiélago (cfr. Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 39 y sig.). 12 Esa misma procedencia tuvieron los equipos emisores de varias estaciones inaugura-das tras la II Guerra Mundial. Cfr. Reyero, F., Historias de la radio, Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2006, p. 23; y Hidalgo Viaña, J. A., El sonido de un siglo. Historia de 75 años de radio en Cádiz, Industrias Gráficas Gaditanas, Cádiz, 2001, p. 97. También fue el caso de Radio Catedral de Las Palmas, la emisora del obispo Pildain. Véase, García Rodríguez, M. I. y Rodríguez Borges, R. F., Radio Catedral de Las Palmas (1958-1966). Prédica y púlpito en la emisora del obispo Antonio Pildain, Boletín Millares Carlo, nº 26, diciembre de 2007, pp. 85-103. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 231 María Cantero Sarmiento, se encargó de montar los nuevos dispositivos. Ahora, con 2 kilowatios de potencia13, podían emitir para todo el Archipiéla-go canario y el África occidental española en onda normal de 200 metros, equivalente a 1.500 kilociclos. La nueva tecnología fue presentada en socie-dad el 18 de julio de 1955, tal como recogió la prensa del momento: La Emisora Sindical Radio Atlántico, de la red de emisoras del Movimien-to, llevando adelante la segunda etapa de sus proyectos para la creación de una gran estación radiodifusora, inaugurará hoy, con motivo de celebrarse el XIX aniversario de nuestro Glorioso Alzamiento Nacional, un transmisor RCA Víctor, con potencia eficaz de 2.000 watios. Este nuevo equipo, producto del singular esfuerzo hecho por la Delega-ción Provincial de Sindicatos de Las Palmas y de los técnicos de Radio Atlán-tico, emitirá en onda normal de 200 metros, equivalente a 1.500 kilociclos, desde las 19 horas del día de hoy, quedando de esta manera radiofónicamente cubierta, en óptimas condiciones receptoras, toda la zona del archipiélago ca-nario y África Occidental Española. Se espera que antes de finalizar el año puedan inaugurarse otros grandes transmisores para ondas cortas, actualmente en fase de reacondicionamiento, así como iniciar las primeras experiencias encaminadas a explorar la posibili-dad de establecer la televisión en Canarias, en un futuro no muy lejano14. Los equipos de la RCA constaban de 4 válvulas termoiónicas modelo 813. Por esa época, el suministro eléctrico sufría numerosas oscilaciones de in-tensidad que ocasionaban alteraciones indeseadas en la velocidad de repro-ducción de los magnetofones, la rotura de las delicadas válvulas y, en ocasio-nes, la interrupción de las emisiones por corte en el fluido, de manera que los técnicos debían permanecer alerta para que las deficiencias del suminis-tro ocasionaran el menor daño posible. Completaban la dotación técnica de la emisora en aquel momento tres tocadiscos de la marca Dual, tres magne-tofones alemanes de la marca Grundig y un magnetofón portátil de cuerda y pilas para las emisiones desde el exterior. La antena de emisiones estaba ins-talada en la cumbre de Gran Canaria, en una zona del municipio de Tejeda llamada Mesas de Galaz, y contaba con repetidores en Tenerife y La Palma, instalados por el Sindicato. Su principal audiencia se localizaba en Gran Ca-naria, aunque no era despreciable la aceptación de que disfrutaba en La Pal-ma, como atestiguan las cartas llegadas a la emisora desde esa isla. Aunque su autorización oficial no lo contemplara, con la complicidad de sus técnicos Radio Atlántico llegó a emitir con un transmisor de onda corta en 42 y 31 metros, logrando que su señal se escuchara en lugares tan alejados como 13 Aunque esa era la potencia nominal de los nuevos equipos, no se alcanzó ese máxi-mo hasta que la emisora se trasladó a su segunda sede en el Edificio Sindical de la calle General Franco. 14 Hoja del Lunes, Las Palmas de Gran Canaria, 18 de julio de 1955, p. 4; y Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 18 de julio de 1955, p. 7. 232 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Noruega y Suecia, según confirmaron controles remitidos por oyentes de esas latitudes. Pero la experiencia duró poco porque pronto fueron descubiertos y llamados al orden. Por lo que se refiere a las instalaciones, Radio Atlántico ocupó inicialmen-te una zona de la planta alta del edificio sindical de la calle Buenos Aires, a la que se llegaba después de atravesar una larga y estrecha galería. El espa-cio era mínimo: un locutorio de unos seis metros cuadrados y una cabina de control de dimensiones similares, antecedidas de una pequeña habitación con sillas, a modo de sala de espera. Una habitación de la misma planta, algo ale-jada del área principal, albergaba los discos y era a la vez el espacio de tra-bajo de la discotecaria. Allí se preparaba la selección de discos y los comen-tarios musicales, ingredientes fundamentales en la programación de entonces. A este limitado espacio hay que añadir el patio central del edificio en la planta baja, que servía a veces de improvisado locutorio al aire libre para algunas grabaciones, sobre todo de programas-concurso con público asistente. Las separaciones entre los distintos habitáculos estaban hechas con sim-ples tabiques de madera y la insonorización con recubrimientos de fibra de vidrio que se revestían con unos lienzos de tela. El minúsculo locutorio era compartido por una locutora, un locutor y el técnico encargado de pinchar la música, que se situaba a sus espaldas ante la mesa de control. Como bien recordará la locutora Sara Ponce Ferrera, la estrechez de la habitación y los materiales utilizados para el aislamiento acústico convertían aquel espacio en un horno, especialmente en los meses de verano, a pesar de los vanos ale-teos del ventilador. En 1959 se inauguró el edificio sindical en el número de 21 de la calle General Franco15 y toda su quinta planta se reservó y acondicionó para al-bergar la emisora, cuyo crecimiento ya venía demandando un espacio más amplio donde pudiera desenvolverse con más comodidad su ya numerosa plantilla. Ese mismo año se llevó a cabo la mudanza. En la nueva sede Radio Atlántico disponía de una cabina de control amplia, dos locutorios de unos cinco metros cuadrados, un pequeño estudio de quince metros cuadrados y otro bastante mayor, con capacidad para unas setenta butacas. Allí se empe-zaron a realizar programas cara al público en directo, que fueron aumentan-do progresivamente en número, siempre con gran éxito de audiencia. Este formato de emisora y pequeño auditorio anexo fue, por cierto, una caracte-rística casi general en la radio de la época y, por lo mismo, habitual en las estaciones de la Cadena de Emisoras Sindicales existentes en Canarias16. El capital inicial con el que se puso en marcha Radio Atlántico fue de 280.000 pesetas, de las que 250.000 pesetas fueron aportación directa de la delegación provincial de Sindicatos de Las Palmas y el resto se cubrió con 15 En la actualidad denominada Primero de Mayo. 16 Cfr. Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 57. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 233 pequeñas contribuciones de otros sindicatos provinciales, según testimonio del que fuera su director desde 1957 José Antonio Gutiérrez Peña17. A partir de la puesta en marcha, los únicos recursos de los que dispuso la emisora para su subsistencia fueron los ingresos por publicidad, las esquelas y los dis-cos dedicados, que hacían furor por aquella época. De la búsqueda de ingre-sos publicitarios en los primeros tiempos se encargaba el personal y hasta el mismo director. El encargo de la contratación publicitaria a la agencia es-pecializada Publicanarias aumentó y dio estabilidad a estos ingresos y per-mitió pagar los salarios del personal con mayor regularidad, aunque a veces, cuando las entradas económicas no eran suficientes, debían cobrarlos acumu-lados con varios meses de retraso. Pero, eran tiempos en los que la vocación y la juventud de su plantilla hacían que se diera menos importancia a la re-muneración. Como se ha dicho, la primera mensualidad que cobró su primera locuto-ra, Sara Ponce, en 1954, fue de 700 pesetas. Pascual Calabuig empezó cobran-do como colaborador de deportes 1.000 pesetas al mes en el año 1957, can-tidad que debió parecerle una enormidad en comparación con las paupérrimas 150 pesetas de su época de colaborador amateur en Radio Las Palmas. En 1960 el salario de un técnico de segunda era de 1.955 pesetas mensuales y en 1964 de 2.860 pesetas, cantidades asignadas en función de las categorías profesionales y los niveles salariales reconocidos a todo el personal de las estaciones de la CES18. Una modesta contribución al sostenimiento de la emisora venía de la mano de las aportaciones del club de socios19. En los cincuenta, Radio Atlán-tico contaba ya con un nutrido grupo de personas y entidades asociadas, que satisfacían mensualmente cuotas de cinco y diez pesetas, para particulares, y de cuarenta pesetas, para sociedades de recreo y culturales. En contrapar-tida, podían asistir a las emisiones abiertas al público, participar en los pro-gramas- concurso y en sorteos de viajes, regalos y entradas para el cine y el fútbol, y además obtener descuentos en la emisión de discos dedicados. 3. LA PROGRAMACIÓN El día de su inauguración, 18 de julio de 1954, Radio Atlántico emitió seis horas de programación, entre la una y las tres de la tarde y las ocho y las 17 Boletín Sindical, Las Palmas de Gran Canaria, 1960, p 3. 18 Véase a modo de ejemplo, la tabla salarial de los trabajadores de la CES en 1959, en Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 224. 19 Radio Barcelona, en 1924, fue la primera emisora española en crear un club de socios como fórmula de financiación (Franquet Calvet, R., Ràdio Barcelona. 70 anys d´història. 1924-1994, Diputació de Barcelona y Col-legi de Periodistas de Catalunya, Barcelona, 1994, p. 8). 234 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges doce de la noche20. Este horario se mantuvo durante el primer año de fun-cionamiento. Las horas de emisión y los contenidos fueron creciendo progre-sivamente, a la par que lo hicieron la audiencia, los ingresos y los recursos humanos de la emisora, pero siempre sometidos a la supervisión de la dele-gación provincial de Sindicatos. La programación en la primera etapa estaba formada por una miscelánea de pequeños espacios con información local —previa revisión censora de los responsables de la emisora— y previsiones de agenda, retransmisiones de charlas y conferencias protagonizadas por personalidades de la cultura y or-ganizaciones vinculadas al Sindicato, y la obligada programación religiosa, que incluía la referencia al santoral, el Ángelus del mediodía, las charlas de orien-tación religiosa y las retransmisiones de grandes acontecimientos religiosos. Junto a estos ingredientes, mucha música, clásica, ligera y religiosa, que lle-naba tanto espacios propios como los eventuales huecos que se producían por incidencias en la programación. En mayo de 1957 la oferta de Radio Atlántico se amplía y regulariza y buena prueba de ello es que su contenido aparece recogido a diario en la pren-sa de la época. En ese momento, emite ya diez horas y media de programa-ción diaria, de once a tres y media, por la mañana, y de seis de la tarde a doce de la noche. Siguen predominando los espacios de corta duración, propios de una programación mosaico21, con ingredientes prácticamente fijos todas las mañanas y con variaciones, según los días, en horario de tarde y noche. Buena parte del protagonismo, con cuatro horas y media diarias de emisión, lo te-nía la música, que contaba con una gran variedad de programas, predominando los de corta duración en la emisión matutina y algo más largos en la tarde y noche. De lunes a domingo, la parrilla de programación de la emisora incluía los siguientes espacios fijos: Apertura (de 11:00 a 11:03 horas), Lectura del programa (de 11:03 a 11:05 horas), Santoral (de 11:05 a 11:06 horas), Ánge-lus (de 12:00 a 12:02 horas), Cartelera de Espectáculos (de 12:25 a 12:30 ho-ras), Comentario del día: Por Andrés Hernández Navarro (de 14:00 a 14:05 horas), Boletines informativos diarios (de 14:15 a 14:20 y de 20:30 a 20:35 horas, excepto los domingos, que no se emitía el segundo), Café de Sobre-mesa (de 15:00 a 15:30 horas) y el Diario hablado de la noche, de Radio Nacio-nal de España (de 21:00 a 21:15 Horas). De lunes a sábado, se emitían, tam-bién en horario fijo, Trabajo y Cultura (de 11:06 a 11:15 horas), Para Ti, Mujer (de 11:15 a 12:00 horas) y La mujer en el arte (de 12:02 a 12:05 horas). A partir del viernes se incorporaban a la antena distintos espacios depor-tivos, a cargo de Pascual Calabuig: Minutos deportivos (viernes noche, de 22:00 a 22:15 horas), Revista de los deportes (sábados, de 22:00 a 23:00 horas) y Actualidad deportiva (domingos, de 22.00 a 22.30 horas). La emisión depor- 20 Véase el periódico Falange, días 18 de julio de 1954, p. 4, y 20 de julio de 1954, p. 2. 21 Sobre esta fórmula programática, véase Rodríguez Borges, R. F., op. cit., p. 146 y sig. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 235 tiva de los domingos también se nutría con el espacio nacional Tablero depor-tivo22, de Radio Nacional de España, que se emitía de 20:00 a 20:45 horas. Los fines de semana la oferta de programas se completaba con espacios re-ligiosos como Noticiario católico semanal (sábados, de 19:30 a 19:45 horas), Campaña pro-misa dominical (sábados, de 20:55 a 21:00 horas), y El Evan-gelio de hoy (domingos, de 11:06 a 11:10 horas). También encontraban acomodo en la parrilla estable de Radio Atlántico el curso de inglés Escuchen y hablen (lunes y jueves, de 14:30 a 14:45 horas; martes y viernes, de 21:15 a 21:30 horas); Barlovento, por Tomás (Maso) Rodríguez (lunes, de 21:00 a 21:30 horas); el espacio publicitario Llama Mue-bles Parres (lunes, miércoles y viernes, de 21:45 a 22:00 horas); Cuentos fa-mosos (lunes, de 22.15 a 22:30 horas); Antena sindical (martes, de 20:00 a 20:30 horas); Escuche y no piense, por José Verdú (martes, de 23:30 a 24:00 horas); Antena filatélica, por Cándido Herrero (miércoles, de 22:00 a 22:15 horas); Arco iris (audición infantil), por Carlos Domínguez (jueves, de 18:05 a 19:00 horas); Ventana al mundo, por Antonio Castro Villacañas (jueves, de 21:45 a 21:50 horas); Crónica y música de Canarias, por José Verdú (jueves, de 23:15 a 23:30 horas); Buenas noches, por Germán Mira (jueves, viernes y sábado, de 23:45 a 24:00 horas); Brújula, por Maso Rodríguez (viernes, de 18:30 a 18:45 horas); El campo: audición agrícola (viernes, de 20:00 a 20:15 horas); Comentario semanal, por Germán Mira (sábados, de 14:20 a 14:25 horas); La noche es joven, por Maso Rodríguez (sábados, de 23:30 a 23:50 horas); Crítica de cine, por José Verdú (domingos, de 14:25 a 14:30 horas); La interviú de la semana (domingos, de 14.45 a 15:00 horas); Versos en la noche, por Rafael Carrasco (domingos, de 22:30 a 22:45 horas); y Gran Tea-tro (domingos, de 22:45 a 23:15 horas) En 1958 Radio Atlántico amplía su oferta de entretenimiento e informa-ción, de ocho a nueve de la mañana, con un espacio de música y noticias. Desaparecen de la programación diaria de la mañana Trabajo y cultura y La mujer en el arte y se incorporan La radio en el taller (de 11:15 a 11:30 ho-ras), Los diez minutos del club Radio Atlántico (de 13:00 a 13:10 horas), El momento deportivo (de 14:15 a 14:20 horas) y Crónicas de la ciudad y de la noche (de 21:30 a 21:35 horas). En la programación de tarde, de lunes a sá-bado, se incluye un serial radiofónico de un cuarto de hora de duración (de 19:00 a 19:15 horas). Otras novedades de la programación de 1958 son Rin-cón de los niños (miércoles, de 13:30 a 13:45 horas), La actualidad hecha pro-grama (miércoles, de 14:45 a 15:00 horas), Noticiario católico semanal (miér-coles, de 20:30 a 20:45 horas), Gente en acción (jueves, de 22:00 a 22:15 horas), Tánger club (viernes, de 14:45 a 15:00 horas) y Habla Lanzarote, por Rafael Ángel Domínguez (viernes, de 15:30 a 16:00 horas). 22 Aún en antena e n la actualidad, Tablero deportivo se incorporó a la programación de RNE en 1952. Cfr. Díaz, L., La radio en España 1923-1997, Alianza, Madrid, 1997, p. 450. 236 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges El cambio de sede y los nuevos medios de Radio Atlántico suponen, no obstante, pocas modificaciones en la programación. Se mantiene el mismo horario de emisión y un esquema similar de espacios de duración corta. En la programación diaria figuran tres nuevos formatos informativos: Agenda diaria (de 12:30 a 12:35 horas), A cada vuelta del mundo (de 14:30 a 14:35 horas) y El mundo en cinco minutos (de 22:00 a 22:05 horas). De lunes a vier-nes se emite Boletín informativo y menudeo de los deportes (de 19:45 a 19:55 horas). En la parrilla semanal se incluyen el programa concurso La hora de la suerte: concurso reloj Dorxa (miércoles y viernes, de 20:45 a 21:00 horas) y Minutos deportivos cuando el mago baja de las cumbres (viernes, de 20:30 a 20:45 horas). El programa infantil Arco Iris pasa a emitirse los sábados, en el mismo horario (de 18:05 a 19:00 horas). A finales de la década de los sesenta, Radio Atlántico emitía ininterrum-pidamente dieciocho horas diarias, desde las siete menos cinco de la maña-na a la una de la madrugada. Entre las novedades de ese momento, destaca la llegada de los magazines de la mañana, como Nuevo Día (todos los días, de 7:00 a 8:15 horas). También se multiplican los espacios para la mujer, so-bre todo en horario matutino, con una clara orientación a lo doméstico, la belleza y la moda, llegando a coincidir varios al mismo tiempo en la parrilla: La hora del hogar perfecto (diariamente, de 9:45 a 10:00 horas), Nosotras (de lunes a jueves, de 11:00 a 11:15 horas), Tres tiempos para la mujer (jueves, de 16:30 a 16:45 horas) y Exclusivamente femenino (viernes, de 15:15 a 16:15 horas). Otro de los aspectos a resaltar de la programación que se va consolidan-do a lo largo de los años sesenta es la reivindicación de lo canario. De la mano de Orlando Hernández llegan a Radio Atlántico los programas costumbristas Las aventuras de maestro Rafael y Cosas de Pepito el árabe, así como Decires canarios, dedicado a explicar el significado de las expresiones locales. Apa-rece también Canary Tourist Radio, un espacio dedicado al turismo y a los turistas de visita en la isla, que llegó a tener media hora de emisión diaria en varios idiomas y sobrevivió a la incorporación de la emisora a Radio Ca-dena Española. Son años en que la radio española se acerca a la calle para tomar contacto directo con la gente: aparece La radio en la calle (lunes, miér-coles y viernes, de 16:30 a 16:35 horas) y empiezan las transmisiones en di-recto de los principales acontecimientos deportivos, culturales y festivos. Así por ejemplo, la prensa grancanaria da cuenta de la presencia de la emisora en la primera edición de la Feria Española del Atlántico celebrada en 1966. En 1969 Radio Atlántico disponía de un stand propio in situ desde donde emitía media hora diaria de programación23. Como era denominador común en la radio española de aquellos años, la música ocupaba un lugar preferente entre los contenidos de la emisora. Abun- 23 El Eco de Canarias, 9 de febrero de 1969, p. 19. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 237 daban los espacios musicales que se ocupaban de los más diversos estilos y géneros, entre los que destacaron Intérpretes favoritos, Mundo musical, Éxi-tos musicales, Combinado rítmico, Mosaico musical, Orquestas famosas, Mú-sica para todos, Música ligera, Discos dedicados y bailables, Discoteca revuelta, Así cantan, Música selecta, Geografía musical, Serenata a las estrellas, Clási-cos inmortales, Club de medianoche y Club de jazz. Pero, el preferido de la audiencia durante años fue La ronda, que desde su llegada a finales de los cincuenta, acudía diariamente a su cita en horas de la noche. La ronda, que terminó siendo el programa más veterano de la emisora, era un espacio de música seleccionada por la audiencia para dedicársela a amistades y familia-res. Las voces de Pepita Chirivella y Carlos Martín, a cargo de poner en an-tena los guiones de Ana Mª Peñate, se hicieron enormemente familiares gra-cias a este programa. Todavía se recuerdan aquellas originales dedicatorias, entre tiernas y almibaradas: «Su esposa se la dedica a Ramón, que está pes-cando en el Sahara, para que regrese pronto a casa» o «Al niño Paquito, de sus padres, hermanitos, tíos y abuelos, en su primera comunión». Junto a la música, el otro gran ingrediente de la radio de entonces —y también de ahora— era la información deportiva. Inicialmente la presencia de los deportes se limitaba a tres espacios de viernes a domingo, menciona-dos más arriba. A partir de 1958 se incluyó un programa diario de cinco mi-nutos en horas del mediodía: El momento deportivo. A lo largo de la década de los sesenta el capítulo deportivo se incrementó considerablemente con la incorporación de un noticiario deportivo vespertino, que se emitía de lunes a viernes, y, sobre todo, con las retransmisiones en directo, especialmente de los partidos de fútbol de la Unión Deportiva Las Palmas. En esta nueva aventura de la radio en directo, Radio Atlántico contó con la generosa cola-boración de los redactores deportivos del periódico La Provincia en los par-tidos que el equipo amarillo jugaba fuera de la isla. El protagonismo del de-porte siguió su curso ascendente con la llegada de un espacio dedicado a la lucha canaria y la emisión de Todo Deporte, media hora de información de-portiva de lunes a viernes. Nunca faltaron en la programación de Radio Atlántico los espacios para la infancia. De la creación de muchos de ellos se encargó Carlos Guillermo Domínguez Hernández, jefe de Emisiones y conocido autor teatral infantil y juvenil. El primer programa de este género fue Arco iris, al que siguieron otros como Benjamín, Carrusel infantil, Las aventuras de Paquito y Mariqui-ta y Don Paco y doña Lucía. Todos tenían como fin educativo común promo-ver la buena conducta a través de los consejos de unos personajes traviesos, pero de excelentes virtudes, como las que encarnaba uno de los que más huella ha dejado: Benjamín. Gracias al programa se recaudaban donativos para organizaciones sociales y regalos para menores y mayores que se encon-traban en centros benéficos y hospitales y que el propio equipo del pro-grama se encargaba de entregar: una adaptación para el público infantil de la 238 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges fórmula de la radio-beneficencia que tanto predicamento alcanzó en la triste y pobre España de la larguísima posguerra. Un simple concurso con pregun-tas de cultura general era la excusa ideada por el guionista para que entra-ran en liza los distintos personajes del programa: el niño Benjamín, el chini-to No te poltes mal, encargado de dar consejos de buen comportamiento, el profesor don Sabión, responsable las preguntas, y el tío Cacho-pan, que ex-hortaba a la audiencia a hacer los donativos. La interpretación de los perso-najes masculinos correspondía a Matías Aragunde y en los femeninos se su-cedieron varias voces entre las que destacaron las de Loly Rosales y Pepita Chirivella. Algunos programas se realizaban en directo, cara al público, en los estudios de la emisora y con la plantilla convenientemente disfrazada para la ocasión. La impronta censora y autoritaria del régimen se ponía de manifiesto en la programación sindical, los espacios informativos (que en realidad eran meros vehículos para la propaganda ideológica de la dictadura), y en los con-tenidos religiosos de aquel nacional-catolicismo triunfante; aunque, en honor a la verdad, la supervisión del Sindicato no implicaba un intervencionismo excesivo en la vida de la emisora y básicamente se limitaba remitir determi-nadas consignas y contenidos de emisión obligatoria. Eso sí, el recuerdo a los caídos por Dios y por España y las expresiones de exaltación patriótica «¡Viva Franco!» y «¡Arriba España!», acompañaban a diario el cierre de las emisiones24. La programación sindical en la primera etapa se concretaba en la trans-misión de conferencias y otras actividades protagonizadas por personalidades afectas al régimen y organizaciones vinculadas al Movimiento, como el de-partamento provincial de Actividades Culturales del SEU o la organización sindical Educación y Descanso. Con el tiempo, entrada la década de los se-senta, el Sindicato llegó a producir sus propios programas, como Antena sin-dical, que contaba con media hora de emisión semanal, o la revista hablada Palabras, de Educación y Descanso, que incluía «música, poesía y charlas sobre ilusionismo y botánica» 25. Al margen de los programas del Sindicato y el Movimiento, era inexcusable la emisión del Diario hablado26, de Radio Na-cional de España, y la Información sindical de la provincia. 24 Durante su etapa en la dirección de Radio Nacional (1962-1965), Manuel Aznar eliminó el toque a los caídos por Dios y por España al inicio de los Diarios hablados (Balsebre Torroja, A., Historia de la radio en España, vol. II (1939-1985), Cátedra, Madrid, 2002, p. 373). 25 Falange, 5 de marzo de 1960, p.8. 26 La obligación de todas las emisoras nacionales de conectar con RNE para difundir sus servicios informativos se estableció por orden de 6 de octubre de 1939, firmada por el mi-nistro Serrano Suñer. Esta obligación fue reiterada en el decreto 105/1960, de 14 de ene-ro, del ministerio de Información y Turismo, a cuyo frente estaba el falangista Arias Salga-do, y desapareció de nuestro ordenamiento legal, tras 38 años en vigor, durante la presidencia de Adolfo Suárez (decreto 2664/1977, de 6 de octubre). Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 239 La lectura diaria del santoral figuraba como una de las citas obligadas de Radio Atlántico con los contenidos religiosos. También era de rigor la inte-rrupción de la programación a las doce del mediodía para emitir el Ángelus. Pero era durante los fines de semana cuando la programación religiosa ad-quiría mayor relevancia con espacios como el Noticiario católico semanal, la Campaña pro-misa dominical y El Evangelio de hoy. En la segunda mitad de la década de los sesenta se impusieron las Charlas de orientación religiosa del padre Venancio Marcos27, que se emitían todos los domingos por la cadena de emisoras de RNE, las emisoras falangistas de la Cadena Azul de Radiodifu-sión (CAR) y la Red de Emisoras del Movimiento (REM). Los monólogos iniciales de Venancio Marcos fueron dando paso a narraciones dramatizadas para tratar «los grandes temas que acucian el espíritu del hombre, a la luz de las enseñanzas evangélicas28», en las que intervenía el gran Cuadro de Actores de la Productora Central de Programas de la Radiodifusión del Mo-vimiento y las voces de solventes profesionales del teatro como José María Rodero y Elvira Quintillá. Los actos religiosos puntuales y las celebraciones católicas salpicaban la programación esporádicamente, alcanzando su auge en Navidad y Semana Santa, días en que la programación profana era casi inexis-tente. Resulta imposible condensar en muy pocas páginas la enorme cantidad de programas de los más variados géneros que se sucedieron en la antena de Radio Atlántico a lo largo de la vida de la emisora, pero esta recapitula-ción, de por sí fragmentaria, quedaría imperdonablemente mutilada si no mencionáramos el espacio Canary Tourist Radio y las emisiones del teatro radiofónico. El 1 de septiembre de 1963 comenzó su andadura en Radio Atlántico un pionero programa multilingüe dirigido a la población extranjera de vacacio-nes o residente en la isla. La idea partió de Ingemar Tallin, un actor sueco que se instaló en la isla de Gran Canaria para trabajar como guía turístico. Ingemar Tallin, que adoptó el seudónimo radiofónico de Xavier Palín, desem-peñaba las funciones de productor, director y presentador de un espacio que en sus inicios duraba sólo 15 minutos y se emitía en inglés y sueco. Pero, muy pronto el éxito del programa hizo que pasara a contar con tres emisio-nes al día de veinte minutos, en distintas franjas horarias, y en cinco idio-mas (inglés, alemán, sueco, noruego y finlandés). Durante sus diez prime-ros años de vida Canary Tourist Radio ofreció información sobre rutas y lugares de interés, previsiones meteorológicas y algunas pinceladas de his-toria y cultura canaria. A partir de 1973, Palín incluyó un bloque de informa- 27 La emisión de estas charlas había comenzado en la Cadena SER en 1948. En la tem-porada 1952-1953, Marcos se trasladó a Radio Nacional. Cfr. Balsebre Torroja, op. cit., pp. 117-121. 28 Tal como rezaba el anuncio insertado en El Eco de Canarias, el 12 de septiembre de 1967, p. 19. 240 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges ción general, internacional, nacional y local. El programa tenía una gran acep-tación entre el turismo extranjero en la isla y hasta el rey Gustavo Adolfo de Suecia envió una carta a la emisora elogiando a su creador por conside-rar que «honraba el nombre de Suecia en el extranjero». La fidelidad de la audiencia hizo que el programa se mantuviera tras la reconversión de Radio Atlántico en Radio Cadena y la posterior integración de ésta en Radio Na-cional. El teatro radiofónico llegó a Radio Atlántico a principios de la década de los sesenta de la mano de Bernardo de la Torre Barceló, sobrino del insigne autor canario Claudio de la Torre, en un momento en que triunfaban las adap-taciones de obras de la literatura española y universal, y los célebres seria-les del palmero Guillermo Sautier Casaseca. Los espacios dramáticos se ha-bían generalizado en la radio española a partir de 1942, fecha en que la Cadena Ser crea su propia compañía de intérpretes, Teatro del aire, bajo la dirección de Antonio Calderón. La iniciativa de la SER fue replicada por Radio Nacio-nal tres años más tarde con la constitución de su propio cuadro actoral, Tea-tro invisible. En poco más de un año, bajo la dirección de Claudio de la Torre y con la colaboración de su esposa, la también escritora Mercedes Balleste-ros, Teatro invisible pone en antena más de un centenar de títulos29. La her-mana de Claudio, la actriz Josefina de la Torre, y el actor Manuel Luna serán la pareja protagonista de la mayoría de estas producciones. Sautier Casase-ca, Guillermo de la Torre y el lagunero Leocadio Machado conformaron un trío de nombres isleños que escribieron algunas de las páginas más brillan-tes de la dramaturgia radiofónica española30. A Bernardo de la Torre hay que atribuir el mérito de haber convertido a locutores y locutoras de Radio Atlántico en el improvisado plantel de intér-pretes que integrarían el Cuadro de Actores de Radio Atlántico. Con la asis-tencia imprescindible del personal técnico de la emisora, acercaron a la au-diencia un escogido grupo de obras teatrales, entre las que se incluyeron Don Juan Tenorio, Fausto, Luz de Gas, Un sombrero lleno de lluvia, Viernes de Pa-sión (con guión de Matías Aragunde) y Por tres palmos de tierra, de Claudio de la Torre. Singular expectación despertó la adaptación de Tirma, en la que participó el propio autor de la obra, el también canario Juan del Río Ayala. Si notable fue la repercusión alcanzada con estas producciones dramáticas, no menor fue el éxito del programa Terror en las ondas, que, dirigido también por Bernardo de la Torre, se incorporó a la programación nocturna de la emi-sora sindical en 1962. El espacio se basaba en la dramatización de historias de misterio y suspense, que eran interpretadas por locutores y locutoras y 29 Véase Munsó Cabús, J., Escrito en el aire. 50 años de Radio Nacional de España, Servicio de Publicaciones de RTVE, Madrid, 1988, p. 62. 30 Los autores de este texto trabajan en este momento en una recapitulación de las apor-taciones de estos autores a la historia de la radio española. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 241 ambientadas por el equipo técnico, que acudía a las soluciones más ingenio-sas para recrear los sonidos que la acción dramática requería31. 4. EL PERSONAL DE LA EMISORA La primera plantilla de Radio Atlántico estuvo formada por trece perso-nas, tal como se detalla en el Cuadro 1. En el momento en que se gesta la integración en Radio Cadena Española, a principios de la década de los ochen-ta, había una treintena de profesionales en nómina. En medio, la historia la-boral de la emisora está plagada de altas, bajas y colaboraciones; muchas, protagonizadas por personas que con el tiempo han tenido un papel destaca-do en los medios de comunicación de dentro y fuera de Canarias. Radio Atlántico tuvo sólo dos directores en sus veintisiete años de vida, José García Díaz, durante los tres primeros años, y José Antonio Gutiérrez Peña, desde 1957 hasta comienzos de los ochenta. De ambos, el personal que trabajó con ellos destaca su cultura y humanidad. José García Díaz era abo-gado, aficionado a la radio, propietario de los primeros equipos de la emisora y, lo que fue más importante, amigo personal del perito industrial y técnico de radiodifusión José Julio Quevedo Batista y de Cristóbal Martel Ortega, que entonces era el director provincial del Sindicato en Las Palmas. Su papel de impulsor de la emisora desde el puesto de director fue decisivo para su con-solidación. Abandonó la tarea directiva al cabo de tres años por razones de salud que llevaron a su prematura desaparición. José Antonio Gutiérrez Peña fue la persona designada para sustituir a García Díaz en la dirección de Radio Atlántico, cargo que desempeñó duran-te el resto del periplo vital de la emisora. Había sido secretario provincial del Sindicato y su primera tarea fue la de asesor de música clásica. Gutiérrez Peña tuvo como colaborador más cercano a Antonio Montero Fraga, que des-empeñó las funciones de subdirector y jefe de Programación y Emisiones. Asimismo, ocuparon puestos destacados en el organigrama de la emiso-ra Rafael Carrasco García, que fue jefe de Programación, el escritor Carlos Guillermo Domínguez Hernández, quien ocupó la jefatura de Emisiones y Estudio y desarrolló una amplia labor en el ámbito de los programas infanti-les y juveniles, y el periodista Luis Jorge Ramírez, contratado en 1960 como jefe de Redacción, quien también fue creador y presentador del espacio Diá-logos con la cultura. Al frente de la administración estuvo desde el nacimien-to de Radio Atlántico José Herrera Medina y en las tareas administrativas y contables le apoyaron, entre otras personas, Francisco Campos Santana, Je-sús Iglesias, Carmen García y Juan Suárez Almeida. Antonio Santana Gon- 31 Sobre el trabajo de los llamados ruideros en la radio de aquella época, cfr. Rodríguez Borges, op. cit., p. 114-115. 242 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Programa presentado por Jorge González, en directo y cara al público, realizado en el patio de la primera sede de la emisora, en la calle Buenos Aires, n.º 26 (APJA). Parte del equipo humano de Radio Atlántico (de izquierda a derecha) José M.ª Cantero, Luis Jorge Ramírez, Luis Falcón, Antonio Montero, Matías Aragunde, Bernardo de la Torres, Juan Acosta (sentado) y Cristóbal Campos (APJA). Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 243 zález fue jefe de Personal. De la gestión publicitaria se ocuparon Silvestre Herrera Medina, Antonio Machado y José Florido Suárez. La importancia del perito industrial José Julio Quevedo Bautista en la puesta en marcha de Radio Atlántico es indiscutible. Fue el jefe del primer equipo técnico, formado por José Bordón, Miguel Díaz Reina, José María Cantero Sarmiento y Armando Rodríguez Navarro, quien acabaría sustituyen-do a Quevedo Bautista como responsable técnico en 1959. Algunos se fue-ron marchando y otros llegaron para suplir las bajas o reforzar el grupo de técnicos y controles, como fueron los casos de Miguel Hernández Pérez, Luis Falcón Fleitas, Juan Acosta Hernández, Secundino Ramírez Nuez, Lorenzo Melián, Pablo Ojeda, Juan Antonio Comas, Juan Villar, Andrés Carballo San-tana y Francisco Peñate Báez, quien a principios de los sesenta accedería a la jefatura técnica. Esta jefatura terminó siendo desempeñada por el técnico más veterano de la emisora, José María Cantero Sarmiento. Eran los tiem-pos de la radio artesanal y los técnicos eran los artesanos de la radio por ex-celencia, encargados de la sincronización de los efectos musicales y sonoros, y el control de la calidad de las voces. También entraban en el ámbito de sus competencias mantener en buen estado el equipamiento de la emisora, crear los efectos sonoros para los distintos programas y tapar y disimular los even-tuales silencios y desajustes que inevitablemente se producían en antena. CUADRO 1 Primera plantilla de Radio Atlántico (1954) DIRECCIÓN Director José García Díaz ÁREA TÉCNICA Jefe Técnico José Julio Quevedo Batista Técnico José Bordón Técnico Miguel Díaz Reina Técnico José Mª Cantero Sarmiento Técnico Armando Rodríguez Navarro PROGRAMACIÓN Jefe de Programación Alberto Zoghbi Ayudante Programación Rafael Carrasco Discotecaria Consuelo (Chelín) Reino Sarmiento LOCUCIÓN Locutor Alejandro Reino Sarmiento Locutora Sara Ponce Ferrera CONTABIILIDAD Contable Jesús Iglesias ADMINISTRACIÓN Jefe de Administración José Herrera Medina FUENTE: Personal de Radio Atlántico. Elaboración propia. 244 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Las discotecarias eran las encargadas de supervisar el catálogo fonográfico de la emisora, preparar los comentarios que contextualizaban los fragmentos musicales que se iban a emitir e, incluso, elaborar los guiones de algunos programas musicales. La importancia de este capítulo en la programación32 las convirtió en elementos imprescindibles en Radio Atlántico, con contrato exclusivo para esta función. La primera fue Consuelo (Chelín) Reino Sarmien-to y luego llegarían María del Carmen (Nena) Cantero Sarmiento, Lolina Doreste Morales, Fuensanta Romero, Laly Colomo, Luz María Toledo Castro (Premio Antena de Oro 1974) y Ana María Peñate Santana, que fue la guionis-ta de La Ronda. Las primeras voces de Radio Atlántico fueron las de Sara Ponce Ferrera y Alejandro Reino Sarmiento. La plantilla inicial sufrió su primera alteración importante al año de su inauguración: Reino dejó la emisora en 1955 para marchar a la Península para dedicarse a la pintura artística. Sara Ponce se quedó sola en la locución durante varios meses hasta que se incorporó el lo-cutor José Verdú Páez, recién llegado de Madrid, después de pasar por el Grupo Escuela de Arte Radiofónico (GEAR) de Las Palmas, donde había ad-quirido ciertos conocimientos de locución, aunque carecía de experiencia en la radio. Sara Ponce recibió similar preparación para su ingreso en Radio At-lántico, pero al cabo de pocos años decidió abandonar la emisora y toda rela-ción con el mundo de la radio. Alicia Rosa Hernández Pérez se convirtió en la nueva voz femenina, que vino a unirse a la de Tomás (Maso) Rodríguez, incorporado poco tiempo antes. En 1959 se completó el cuadro de voces de la estación sindical con la llegada de Cristina López, que pasó a ocupar plaza fija después de superar un periodo de prueba de tres meses. De esos prime-ros tiempos son, asimismo, Cristóbal Campos Suárez, quien también fue se-cretario de Radio Atlántico, Jorge González, Luis Zárate y Jesús Calonge, que puso la voz masculina en programas como La Ronda y Discos dedicados. Mención destacada merece la sección de deportes de Radio Atlántico. Su primer responsable fue Pascual Calabuig Forcal, llegado de Radio Las Palmas en 1957. Calabuig trajo su particular voz, su estilo natural y amable, y su ca-racterística frase para terminar las crónicas: «¡Pues no faltaba más!». Cuan-do dejó la emisora para trabajar a tiempo completo en Televisión Española en Canarias, su colaborador más veterano, Segundo Almeida García, lo sus-tituyó como jefe de deportes. La sección deportiva fue creciendo a medida que ganaba espacios en la programación. También trabajaron en ella Juan Al-meida García, hermano de Segundo, y Bernardo Hernández. Radio Atlántico llegó a tener su propio equipo de fútbol, costumbre por aquella época habitual en los medios de comunicación locales. Formaron parte 32 Téngase presente que los popularísimos programas de «discos dedicados», presentes en las programaciones de todas las emisoras de la época, constituían una de las fuentes de ingresos más importantes. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 245 de él, entre otros, Antonio Montero (subdirector), Francisco Campos (publi-cidad), Antonio Betancor (botones y locutor), Juan Villar (botones y técnico), Francisco Montesdeoca (locutor), Juan Suárez (botones y publicidad), Juan Antonio Comas (técnico), Juan Acosta (técnico), Lorenzo Melián (técnico), Segundo Almeida (locutor y jefe de deportes), Juan Almeida (locutor de-portivo), Jesús Calonge (programación musical) y Pascual Calabuig (jefe de deportes). La manera de hacer radio en aquel momento requería de voces muy po-livalentes y con habilidad para improvisar y salvar los inconvenientes que se presentaban en antena. Este personal debía tener la suficiente flexibilidad para leer con igual eficacia una severa nota oficial, una dolida esquela, un disco dedicado a un ser querido o una atractiva recomendación publicitaria, además de dar vida a los personajes de ficción que aparecían en los distintos progra-mas; una versatilidad y polivalencia que eran comunes a toda la plantilla, pues no faltaron casos en que telefonistas, auxiliares o botones acabaron desem-peñando funciones de locución y control técnico. La obligación de eliminar de la dicción todo rastro de entonación canaria era una exigencia en la radio-difusión oficial y suponía un auténtico potro de tortura para locutoras y lo-cutores, que consumían horas y horas de ensayo hasta lograr imitar el acen-to peninsular33. De esta manera, el habla local, tenida por inferior, sólo se hacía presente en boca de personajes cómicos o populares. En este punto resulta obligada una referencia al Grupo Escuela de Arte Radiofónico (GEAR), creado en 1952 por un grupo de jóvenes afiliados al Frente de Juventudes —entre los que figuraban José Artiles Peón, Pablo Oje-da, Juan Quintana y Víctor Perdomo—, que decidieron incluir en sus activi-dades culturales-recreativas la radiodifusión, contando para ello con un ve-tusto amplificador de válvulas, un micrófono de carbón y unos altavoces carraspeantes34. La trayectoria del GEAR arrancó en el caserón del Hogar Juvenil en la calle de La Palma, trasladado posteriormente al barrio de Scha-mann, frente a la plaza de Don Benito. El entonces incipiente grupo de radio-aficionados se sumaba a una labor divulgadora que se remontaba a algunos años atrás. Fue en febrero de 1941 cuando bajo la dirección de Dionisio Po-rres se puso en marcha Radio SEU de Madrid, la primera emisora-escuela española. A la sombra de ésta, se desarrolla por todo el país una red de es-taciones- escuela que pronto se convierte en cantera para posteriores profe-sionales del medio. En 1958 las 60 estaciones-escuela del Frente de Juven-tudes se agrupan en la Cadena Azul de Radiodifusión (CAR) y pasan a emitir 33 Un acento marcado como el catalán, el andaluz o el propio canario se convertía en un obstáculo insalvable para un locutor que quisiera hacer carrera profesional en RNE (cfr. Balsebre Torroja, op. cit., p. 65; y Reyero, op. cit., p. 140). Otro ejemplo en el ámbito del archipiélago puede verse en Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 119-120. 34 Tal como lo contaba Carlos Platero Fernández en un artículo aparecido en La Provin-cia (26 de septiembre de 1982, p. VI/26). 246 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges con el indicativo Radio Juventud de...; ese fue el caso también de Radio Ju-ventud de Canarias, ubicado en el número 27 de la calle del Castillo de San-ta Cruz de Tenerife, del que fue jefe de Programas y profesor Carmelo Gar-cía Cabrera, hermano del poeta Pedro García Cabrera35. En el verano de 1953 el GEAR hizo pública la primera convocatoria pro-vincial para cursar estudios de radiofonismo. El curso iba dirigido a jóvenes aspirantes a locutor o locutora, técnico de sincronización y montaje musical, y guionista. En sus clases nocturnas de lunes, miércoles y viernes, el alum-nado aprendía los principios generales de la radiodifusión, las funciones bá-sicas de cada una de las especialidades e, incluso, algo de cultura general. Quienes se destacaban durante la formación tenían la posibilidad de comple-tar su formación con pequeñas colaboraciones en Radio Las Palmas y, pos-teriormente, en Radio Atlántico. El primer director del GEAR de Las Palmas fue Tomás (Maso) Rodríguez García, al que sucedió José Artiles Peón y, posteriormente, Segundo Almei-da García. Entre su cuadro de profesores y colaboradores figuraron Juan Fran-cisco Fontes Ojeda, José López Urquía y Carlos Platero Fernández, que tam-bién fue secretario del grupo. Destacadas personalidades de la cultura isleña, entre los que se encontraron Luis Doreste Silva, Juan del Río Ayala y Luis Benítez Inglott, colaboraron en la formación de las jóvenes promesas con sus cultas charlas. Por las aulas del GEAR pasaron profesionales de Radio Atlán-tico como Sara Ponce, José Verdú, Maso Rodríguez, Alicia Rosa Hernández Pérez, Cristóbal Campos, Loly Rosales, Matías Aragunde, Ángel Pérez, Juan Acosta, Ana María Peñate, Luis Falcón, Secundino Ramírez, Josefa Chirive-lla, Juan Díaz Casanova, Laly Sánchez y Mari Carmen Vega. Fueron acree-dores de los prestigiosos premios ‘Concha de Plata’ a la labor anual radiofó-nica, instituidos por el GEAR de Las Palmas, José Verdú, Alicia Hernández, Loly Rosales y Juan Acosta. Una aproximación a la historia de Radio Atlántico quedaría incompleta si no hiciéramos referencia a algunas de las personas que desarrollaron en esta emisora una parte de sus carreras profesionales. Radio Atlántico fue una de las primeras etapas en la carrera del locutor Francisco Montesdeoca Alonso. También trabajó en Radio Atlántico Marisa Naranjo, después de haber de ha-ber pasado por Radio Las Palmas, una de las voces emblemáticas de la radio y la televisión españolas. Junto a ellos, decenas de profesionales que siguen en la radio, que se han retirado o que desgraciadamente ya no nos acompa-ñan, pero que han dejado huella en la historia de la radiodifusión canaria. Vo-ces inolvidables como la de la joven Loly Rosales Varela, que entró en Ra-dio Atlántico como locutora con solo dieciséis años y se marchó un lustro después a trabajar en la recién estrenada TVE en Canarias. Carlos Martín, 35 Véase Pardellas, J. A., «Aquí, Radio Juventud de Canarias...», artículo aparecido en La Opinión de Tenerife el 12 de febrero de 2000, p. 77. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 247 madrileño de nacimiento, locutor todo terreno, voz masculina de La Ronda y destacado reportero callejero y entrevistador, fallecido en 1988. Pepita Chi-rivella Artiles, que llegó a la emisora con quince años para trabajar de tele-fonista y terminó como locutora, después de iniciarse colaborando con el Cuadro de Actores. La voz de Chirivella se dejó oír en todo tipo de progra-mas: La Ronda, Radio Abierta, Nuevo Día, en centenares de espacios infan-tiles, y en distintos magazines para la mujer. Una voz inconfundible de la ra-diodifusión canaria, Matías Aragunde, pasó por distintas emisoras de la isla, incluida Radio Atlántico, donde estuvo entre 1959 y 1965, con una destacada aportación a la programación infantil y las emisiones dramáticas. También compartieron tareas de locución en Radio Atlántico Ana María Peñate San-tana, Maite Hurtado, Conchi Pérez, Francisca Teresa González, María del Carmen Vega Torres, Laly Sánchez y Soledad González Vera. Rafael Carras-co, Ángel Pérez y Armando Marcos Placeres. Todos ellos, junto con el personal técnico y de administración, con las dificultades y limitaciones materiales de una época difícil, con las cortapisas que imponía un régimen sin libertades, dieron testimonio sonoro de los cam-bios que fueron trasformando la sociedad canaria y dejaron un recuerdo per-durable en la memoria de su audiencia. A la muerte de Franco, las tres ca-denas de emisoras del Movimiento (REM, CES y CAR) se fusionaron en un organismo de nueva creación, Radio Cadena Española (RCE), que durante algunos años funcionó como una segunda marca de Radio Nacional de Espa-ña. Concebida como vehículo propagandístico de la organización sindical fran-quista, con la llegada de la democracia la emisora que creara José García Díaz pasó a integrarse en RCE, aunque mantendría durante tres años su denomi-nación original con el añadido «de Radio Cadena Española», apelativo que se convirtió en su único nombre a partir de 1981. Algunos años después, en 1989, las emisoras de RCE fueron absorbidas por Radio Nacional: para Ra-dio Atlántico fue el punto final a 35 años de labor radiofónica. BIBLIOGRAFÍA ARCHER, G. L., History of Radio to 1926, The American Historical Society, New York, 1938. BALSEBRE TORROJA, A., Historia de la radio en España, vol. II (1939-1985), Cátedra, Madrid, 2002. 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Título y subtítulo | Radio Atlántico: Los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas de Gran Canaria |
Autor principal | García Rodríguez, M.ª Inmaculada |
Autores secundarios | Rodríguez Borges, Rodrigo F. |
Entidad | Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Centro Asociado de Las Palmas (Las Palmas de Gran Canaria) |
Publicación fuente | Boletín Millares Carlo |
Numeración | Número 27 |
Sección | Historia |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Centro Regional Uned |
Fecha | 2008 |
Páginas | p. 225-248 |
Materias | Cultura ; Literatura ; Filosofía ; Historia ; Canarias |
Enlaces relacionados | Enlace al editor: http://www.boletinmillarescarlo.es/index.php/BMC/index |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 337129 Bytes |
Texto | Radio Atlántico: Los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas de Gran Canaria* M.ª INMACULADA GARCÍA RODRÍGUEZ Licenciada en Ciencias de la Información en la Universidad de La Laguna RODRIGO FIDEL BORGES Departamento de Ciencias de la Información en la Universidad de La Laguna Boletín Millares Carlo, núm. 27. Centro Asociado UNED. Las Palmas de Gran Canaria, 2008. Resumen: El artículo reconstruye la trayectoria de Radio Atlántico, la más antigua emiso-ra de la radiodifusión franquista en el archipiélago canario. Nacida por iniciativa del aboga-do y procurador de tribunales José García Díaz y algunos de sus amigos, pronto se incor-poró a la estructura propagandística del Movimiento dentro de la Cadena de Emisoras Sindicales (CES). A lo largo de sus más de tres décadas de existencia, se hizo con un hue-co entre las preferencias de la audiencia grancanaria en dura competencia con Radio Las Pal-mas. Por sus micrófonos pasaron algunas de las voces más conocidas de la radiodifusión de las Islas. Con la llegada de la democracia, la emisora quedó integrada en la red de Radio Cadena Española y, posteriormente, fue absorbida por Radio Nacional en Canarias. Palabras clave: radio, radiodifusión franquista, Cadena de Emisoras Sindicales (CES), Mo-vimiento, Sindicato Vertical. Abstract: This article reconstructs the development of Radio Atlántico, the oldest Franco regime radio station in the Canary Islands. It was born on the initiative of the attorney and solicitor José García Díaz and some of his friends. It soon was incorporated into the propa-gandist structure of Franco National Movement within the Cadena de Emisoras Sindicales («Union Broadcasting Network»). During its three decades existence, it carved a niche in the preferences of the audience of Gran Canaria in fierce competence with Radio Las Pal-mas. Some of the most wellknown voices in the islands went through its microphones. With the arrival of democracy, the radio station was integrated into the Radio Cadena Española broadcasting system and, later, joined the Radio Nacional en Canarias («National Radio in the Canary Islands»). Key words: broadcasting, Franco regime broadcasting, Union Broadcasting Network, Fran-co National Movement, Franco Regime Union. * Este trabajo ha sido financiado con cargo al proyecto PI 042005/080 de la Dirección General de Universidades e Investigación del Gobierno de Canarias. 226 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges 1. «AQUÍ, RADIO ATLÁNTICO» Gran brillantez revistieron los actos oficiales de conmemoración del 18 de julio de 1954, Fiesta de la Exaltación del Trabajo Nacional, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. La jornada —a decir de la crónica del diario Falange— fue testimonio del esplendor arrollador de una celebración que ha ido arraigando «aun en los más apartados lugares de la patria». La capital grancanaria vivió jubilosa «esta gloriosa fecha, esta inmortal fecha del resca-te de España de la vesania roja»1. Como solía ser práctica habitual del régi-men, se concentraron en ese día tan señalado las inauguraciones de obras «importantísimas» en toda la provincia. En horas de la mañana, formaron fren-te al Palacio de la Comandancia General de la Base Naval, en la calle León y Castillo, fuerzas de Marinería y de Infantería de Marina, con bandera, escua-dra y banda, así como Falanges Juveniles de Franco. Tras la interpretación del himno nacional, dio comienzo la recepción oficial presidida por el Excmo. Sr. Comandante general de la Base Naval de Canarias, vicealmirante don Carlos Vila Suances; Excmo. Sr. Gobernador Civil y Jefe Provincial del Mo-vimiento, don Evaristo Martín Freire; Presidente de la Mancomunidad pro-vincial y del Cabildo Insular de Gran Canaria, don Matías Vega Guerra; y el Alcalde de la ciudad, Sr. Ramírez Bethencourt. Concluida la recepción oficial, las jerarquías de la delegación provincial de Sindicatos se trasladaron hasta el edificio de la organización situado en el nú-mero 26 de la calle Buenos Aires para proceder a la inauguración de la emi-sora sindical Radio Atlántico: «A la una del mediodía y con un sencillo acto, entró en normal funcionamiento esta nueva estación emisora radiofónica». La ceremonia oficial estuvo presidida por las dos máximas autoridades sindica-les de la provincia, Cristóbal Martel Ortega, delegado provincial de Sindica-tos y el reverendo padre Joaquín Artiles, asesor religioso sindical. Tras ben-decir las instalaciones y recorrer las distintas dependencias, el delegado provincial de Sindicatos pronunció ante los micrófonos de Radio Atlántico la siguiente alocución: Señoras, señores, amigos y camaradas: En este luminoso 18 de julio de 1954, tan lleno de realidades como lo fuera de promesas el de 1936, la organización sindical canaria se siente ínti-mamente gozosa al anunciar a los vientos del Archipiélago que las islas cuen-tan con una nueva emisora, que las islas todas cuentan con un nuevo medio que, apasionadamente, ha de servir a sus más caros intereses. (...) Radio Atlántico, hasta ayer una emisora experimental que balbuceaba las primeras letras del alfabeto radial, que se iniciaba ya como espléndida promesa en la vida canaria, surge hoy al aire de nuestra tierra con la personalidad de 1 Falange, 2 de julio de 1954, p. 2. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 227 cosa formada, con principios consistentes y arraigados. Surge con bríos y pa-sión, con energía y empuje. Surge adornada, investida de todos los valores que en sí guarda la organización sindical, que, pujante, vital, enérgica y empren-dedora, cada día asombra a nuestra patria con una nueva ejecución, proyecto e idea feliz. Y aquí la tenéis, empresarios y trabajadores, aquí, en el aire y a partir de este día, Radio Atlántico se pone en la vanguardia de la defensa de los intereses de la producción, considerándose, por derecho propio, la voz sonora de las banderas de reivindicación que ya hace tiempo tiene alzada nues-tra organización sindical. Reivindicaciones en lo económico y en lo social, que si son conocidas y sabidas tendrán con esta emisora y su actualización será constante hasta el momento mismo en que dejen de ser reivindicaciones para convertirse en logros o conquistas justamente ganadas. Aquí está Radio Atlántico, desde hoy, en el aire de manera oficial, al servicio exclusivo de los mejores intereses, de los intereses más legítimos cumpliendo orgullosa una misión de servir a Es-paña, a su Caudillo, a cuanto una y otro, indisolublemente unidos, represen-tan. Para servir a España, a su Caudillo Franco, a los altos dictados de una política auténticamente falangista, ha surgido a la vida canaria esta emisora, y Radio Atlántico sabrá cumplir este servicio con toda dignidad, energía y pujanza, porque no en vano quienes están a su frente han sabido y sabrán darlo todo por Dios, por España y su revolución nacional sindicalista. ¡Viva Fran-co! ¡Arriba España! (Falange, 20 de julio de 1954, p. 2). La inauguración oficial y oficialísima de la emisora, envuelta en la para-fernalia propagandística de la dictadura, y su condición de altavoz ideológico del Movimiento en Las Palmas, ha contribuido a mantener oculto el verda-dero origen de la emisora, que nació de modo casi accidental, siete meses antes, al margen de cualquier vinculación política e institucional. En efecto, los primeros pasos de lo que habría de ser Radio Atlántico se dieron en la Navidad de 1953 en la casa del abogado y procurador de Tribunales José Gar-cía Díaz, situada en el barrio de Vegueta, en una esquina entre las calles de los Balcones y Mendizábal. Aprovechando la visita de dos de sus amigos, el perito industrial José Julio Quevedo Bautista, experto en equipos de radiodi-fusión, y el técnico radiofonista José Bordón, el letrado García Díaz les mos-tró el contenido de dos maletas que contenían un emisor de radio que aca-baba de adquirir a un cliente suyo, antiguo espía alemán2. García de Vegueta, de apellido original García Díaz y hermano de José García Díaz, fue testigo presencial del nacimiento de Radio Atlántico y contaba así ese momento: Los amigos Quevedo y Bordón, ambos excelentes técnicos de radio, exa-minaron los aparatos pudiendo comprobar que estaban en perfecto estado. De pronto surgió la idea. ¿Porqué no hacer una emisión en toda regla sobre la 2 Un técnico de origen de alemán, Juan Meinke, estuvo también entre los promotores del Radio Club Tenerife. Cfr. Mateu Barroso, J. C. (coord.), Aquí, Radio Club Tenerife EAJ 43, Cadena SER. Veinte años de los premios «Teide de Oro», Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 2005, p. 15. 228 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges marcha? A los pocos minutos sonaba el gong —una jarra de cristal cortado de la sala— y la voz de nuestro hermano decía «Aquí Radio Atlántico...», el nom-bre que se nos había ocurrido hacia unos instantes, y una vez anunciados los datos de ciclos y kilociclos3 lanzamos a aire una melodía italiana con el ruego de que los posibles oyentes nos facilitaran controles de escucha4. La respuesta no se hizo esperar. A los pocos minutos, se recibió en el domicilio de García Díaz la llamada telefónica de una hermana de la pintora Yolanda Graziani, felicitándoles y pidiéndoles que radiaran más discos de ópe-ra italiana. Este éxito les animó a seguir con nuevas emisiones, que se rea-lizaban en horario nocturno y eran sobre todo de contenido musical. El au-mento de la audiencia y las peticiones musicales hicieron que pronto tuvieran que pedir discos en préstamo para radiarlos y la ayuda de más amistades que les ayudaran en las tareas técnicas, como Miguel Díaz Reina y José María Cantero Sarmiento, que eran aficionados a la radio y contaban con algunos conocimientos de radiodifusión5. Por el camino, hubo también que buscar re-emplazo para la jarra de cristal que anunciaba el inicio de la programación y que sucumbió al entusiasmo con que la golpeaban aquellos bisoños radioafi-cionados. El crecimiento del número de colaboradores de la emisora, que pronto desbordaron la capacidad de la vivienda del procurador, las limitaciones del modesto equipo amateur y algunas protestas e insinuaciones por la condición clandestina de la emisora, convencieron a García Díaz de la conveniencia de darle formalidad a la iniciativa. Para ello recurrió a otro amigo, Cristóbal Martel Ortega, delegado provincial de Sindicatos, quien estuvo de acuerdo en que fuera esa institución la que se hiciera cargo de la emisora, tras el visto bueno de las altas esferas sindicales, convirtiéndose en la primera emisora canaria del Movimiento6. La llegada del Sindicato Vertical al ámbito de la ra- 3 En su inauguración, Radio Atlántico emitía en onda media de 200 metros (1.500 kilo-ciclos) y onda corta de 42,85 metros (7.000 kilociclos). 4 La Provincia, 28 de diciembre de 1979, p. 2. 5 El éxito de estas audiciones y las llamadas de la gente vecina con peticiones musica-les reproduce, punto por punto, la experiencia vivida por el ingeniero de la Westinghouse Frank Conrad y su familia, a raíz del éxito de las emisiones experimentales que empezó a realizar desde el garaje de su casa en abril de 1920. Como relata Archer (Archer, G. L., History of Radio to 1926, The American Historical Society, New York, 1938, p. 199-200), las llamadas de oyentes solicitando tal o cual pieza musical se sucedían en el domicilio de los Conrad, a veces a horas intempestivas. Para evitar esos inconvenientes, el ingeniero se vio forzado a regularizar el horario de las emisiones. Una tienda de música del barrio aceptó cederle discos gratuitamente a cambio de que se mencionara su nombre en antena. Deta-lles complementarios pueden consultarse en Rodríguez Borges, R. F., Radio e información. Elementos para el análisis de los mensajes radiofónicos, Servicio de Publicaciones de la Uni-versidad de La Laguna, La Laguna, 2000, p. 57-58. 6 Las otras emisoras del Movimiento que llegaron a funcionar en el Archipiélago son de fecha posterior: Radio Juventud de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife, empezó a emitir Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 229 dio se había producido recientemente al amparo del decreto del ministerio de Información y Turismo de 11 de agosto de 1953, que facultaba a Falange Española Tradicionalista y de las JONS para «efectuar función radiodifusora por delegación del Estado». A esa norma le siguió una orden conjunta del ministerio de Información y Turismo y de la Secretaría General del Movimien-to, de 4 de noviembre de 1954, por la que se creaba la Red de Emisoras del Movimiento (REM) en la que se integraron 48 estaciones de onda corta re-convertidas a onda media, que adoptaron el indicativo «La Voz de...». Bajo ese paraguas jurídico, la organización Sindical fue configurando con los años la Cadena de Emisoras Sindicales (CES), que llegó a contar a comienzos de los años sesenta con más de medio centenar de estaciones7, y otro tanto hizo el Frente de Juventudes al aglutinar sus 60 estaciones-escuela bajo la deno-minación de Cadena Azul de Radiodifusión (CAR). Las tres cadenas del Mo-vimiento —REM, CES y CAR— y la veintena de estaciones de Radio Na-cional de España completaron el mapa de la radiodifusión institucional que servía de altavoz propagandístico a la dictadura. El desarrollo de este apara-to de manipulación ideológica, no obstante, no siempre obedeció a un pro-yecto centralizado y organizado, como lo prueba el hecho de que Radio Atlán-tico apareciera identificada en su propia documentación8 como la estación n.º 34 de la REM a mediados de 1959, algún tiempo más tarde se transfor-mara en la n.º 4 de la Cadena de Emisoras Sindicales9, y todavía en 1963 fi-gurara en el membrete de su correspondencia la denominación de emisora sindical E.F.E.-34. La primera reunión con el equipo que habría de formar Radio Atlántico tuvo lugar en los primeros meses de 1954 en el edificio sindical de la calle Buenos Aires, el mismo que muy pronto sería su sede. Cristóbal Martel Or-tega presidió la reunión a la que asistieron los abogados José García Díaz y Alberto Zoghbi, el perito industrial José Julio Quevedo Bautista, Miguel Díaz Reina, José Bordón, José María Cantero Sarmiento, Armando Rodríguez Na-varro, Alejandro Reino Sarmiento, Sara Ponce Ferrera y Consuelo (Chelín) en diciembre de 1955 y La Voz del Valle, de La Orotava (Tenerife), y La Voz de la Isla de La Palma lo hicieron a comienzos de los sesenta. La inauguración del Centro Emisor del Atlántico de Radio Nacional se retrasó hasta septiembre de 1964. 7 Entre ellas, las mencionadas La Voz del Valle y La Voz de la Isla de La Palma. Véase Yanes Mesa, J. A. y Rodríguez Borges, R. F., La radiodifusión sindical del franquismo. La Voz del Valle en las Islas Canarias 1960-1965, Ayuntamiento de La Orotava, La Orotava, 2007, p. 23-24. de 4 de marzo. 8 Notificaciones y oficios varios, archivo particular de Juan Acosta (APJA). 9 Con ese número figura en una relación de emisoras sindicales fechada en diciembre de 1962 (Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Fondo Sindicatos). La confusión, cuando no el caos, ya había presidido el nacimiento del grupo de emisoras de Falange durante la Guerra Civil, hasta el punto de que la numeración que figura en los in-dicativos «no implica ningún orden cronológico de aparición» (Faus Belau, A., La radio en España (1896-1977). Una historia documental, Taurus, Madrid, 2007, p. 470). 230 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Reino Sarmiento, quienes, con algunas personas más, formarían inmediata-mente el plantel pionero de la emisora, que encabezaría como director José García Díaz. Por esos días empezaron las primeras emisiones experimenta-les, de forma que en el momento de la inauguración oficial, el 18 de julio de 1954, Radio Atlántico llevaba ya algún tiempo emitiendo de forma regular. La radio era por entonces un entretenimiento casi para gente acomodada, al menos así cabe considerarlo si atendemos a lo que costaba un aparato recep-tor: por los días en que la emisora del Sindicato puso en funcionamiento sus nuevos equipos, un receptor de radio marca Bertrán costaba la friolera de 1.791 pesetas, pagaderas en plazos mensuales de 116 pesetas10. Téngase en cuenta, a modo de ejemplo, que el primer salario cobrado por la locutora de Radio Atlántico en la temporada 1955-1956 fue de 700 pesetas, es decir, que necesitaba el salario íntegro de dos meses y medio para adquirir un aparato de radio de mediana calidad. 2. LA TECNOLOGÍA, LAS INSTALACIONES Y LOS RECURSOS ECONÓMICOS Aquel primer equipo emisor adquirido por José García Díaz tenía una po-tencia de emisión y una calidad muy limitadas, de manera que uno de los pri-meros cometidos encomendado al director fue el de desplazarse a Inglaterra11 para comprar nuevos aparatos que mejoraran el alcance de la estación. Gar-cía Díaz viajó hasta allí a bordo del Apapa, un carguero utilizado para el trans-porte de fruta para la exportación. En Londres, García Díaz adquirió dos equi-pos de la norteamericana RCA, transmisores militares excedentes de guerra12, que ocuparon siete maletas metálicas. A la vuelta de Inglaterra, una tartana ayudó a transportar el pesado cargamento desde el muelle de Las Palmas hasta la calle Buenos Aires. El jefe técnico, José Julio Quevedo Bautista, con la ayuda del técnico José 10 Falange, 17 de julio de 1955, p. 17. 11 Descartado por la lejanía el viaje hasta Estados Unidos, Inglaterra era el destino ha-bitual para quienes deseaban adquirir el material electrónico que por entonces no se podía encontrar en el país. Con componentes traídos de Inglaterra preparó el técnico Wigberto Ramos los equipos emisores de Radio Juventud de Canarias, La Voz del Valle, La Voz de la Isla de La Palma y La Voz de Canarias, primera emisora de FM del archipiélago (cfr. Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 39 y sig.). 12 Esa misma procedencia tuvieron los equipos emisores de varias estaciones inaugura-das tras la II Guerra Mundial. Cfr. Reyero, F., Historias de la radio, Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2006, p. 23; y Hidalgo Viaña, J. A., El sonido de un siglo. Historia de 75 años de radio en Cádiz, Industrias Gráficas Gaditanas, Cádiz, 2001, p. 97. También fue el caso de Radio Catedral de Las Palmas, la emisora del obispo Pildain. Véase, García Rodríguez, M. I. y Rodríguez Borges, R. F., Radio Catedral de Las Palmas (1958-1966). Prédica y púlpito en la emisora del obispo Antonio Pildain, Boletín Millares Carlo, nº 26, diciembre de 2007, pp. 85-103. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 231 María Cantero Sarmiento, se encargó de montar los nuevos dispositivos. Ahora, con 2 kilowatios de potencia13, podían emitir para todo el Archipiéla-go canario y el África occidental española en onda normal de 200 metros, equivalente a 1.500 kilociclos. La nueva tecnología fue presentada en socie-dad el 18 de julio de 1955, tal como recogió la prensa del momento: La Emisora Sindical Radio Atlántico, de la red de emisoras del Movimien-to, llevando adelante la segunda etapa de sus proyectos para la creación de una gran estación radiodifusora, inaugurará hoy, con motivo de celebrarse el XIX aniversario de nuestro Glorioso Alzamiento Nacional, un transmisor RCA Víctor, con potencia eficaz de 2.000 watios. Este nuevo equipo, producto del singular esfuerzo hecho por la Delega-ción Provincial de Sindicatos de Las Palmas y de los técnicos de Radio Atlán-tico, emitirá en onda normal de 200 metros, equivalente a 1.500 kilociclos, desde las 19 horas del día de hoy, quedando de esta manera radiofónicamente cubierta, en óptimas condiciones receptoras, toda la zona del archipiélago ca-nario y África Occidental Española. Se espera que antes de finalizar el año puedan inaugurarse otros grandes transmisores para ondas cortas, actualmente en fase de reacondicionamiento, así como iniciar las primeras experiencias encaminadas a explorar la posibili-dad de establecer la televisión en Canarias, en un futuro no muy lejano14. Los equipos de la RCA constaban de 4 válvulas termoiónicas modelo 813. Por esa época, el suministro eléctrico sufría numerosas oscilaciones de in-tensidad que ocasionaban alteraciones indeseadas en la velocidad de repro-ducción de los magnetofones, la rotura de las delicadas válvulas y, en ocasio-nes, la interrupción de las emisiones por corte en el fluido, de manera que los técnicos debían permanecer alerta para que las deficiencias del suminis-tro ocasionaran el menor daño posible. Completaban la dotación técnica de la emisora en aquel momento tres tocadiscos de la marca Dual, tres magne-tofones alemanes de la marca Grundig y un magnetofón portátil de cuerda y pilas para las emisiones desde el exterior. La antena de emisiones estaba ins-talada en la cumbre de Gran Canaria, en una zona del municipio de Tejeda llamada Mesas de Galaz, y contaba con repetidores en Tenerife y La Palma, instalados por el Sindicato. Su principal audiencia se localizaba en Gran Ca-naria, aunque no era despreciable la aceptación de que disfrutaba en La Pal-ma, como atestiguan las cartas llegadas a la emisora desde esa isla. Aunque su autorización oficial no lo contemplara, con la complicidad de sus técnicos Radio Atlántico llegó a emitir con un transmisor de onda corta en 42 y 31 metros, logrando que su señal se escuchara en lugares tan alejados como 13 Aunque esa era la potencia nominal de los nuevos equipos, no se alcanzó ese máxi-mo hasta que la emisora se trasladó a su segunda sede en el Edificio Sindical de la calle General Franco. 14 Hoja del Lunes, Las Palmas de Gran Canaria, 18 de julio de 1955, p. 4; y Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 18 de julio de 1955, p. 7. 232 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Noruega y Suecia, según confirmaron controles remitidos por oyentes de esas latitudes. Pero la experiencia duró poco porque pronto fueron descubiertos y llamados al orden. Por lo que se refiere a las instalaciones, Radio Atlántico ocupó inicialmen-te una zona de la planta alta del edificio sindical de la calle Buenos Aires, a la que se llegaba después de atravesar una larga y estrecha galería. El espa-cio era mínimo: un locutorio de unos seis metros cuadrados y una cabina de control de dimensiones similares, antecedidas de una pequeña habitación con sillas, a modo de sala de espera. Una habitación de la misma planta, algo ale-jada del área principal, albergaba los discos y era a la vez el espacio de tra-bajo de la discotecaria. Allí se preparaba la selección de discos y los comen-tarios musicales, ingredientes fundamentales en la programación de entonces. A este limitado espacio hay que añadir el patio central del edificio en la planta baja, que servía a veces de improvisado locutorio al aire libre para algunas grabaciones, sobre todo de programas-concurso con público asistente. Las separaciones entre los distintos habitáculos estaban hechas con sim-ples tabiques de madera y la insonorización con recubrimientos de fibra de vidrio que se revestían con unos lienzos de tela. El minúsculo locutorio era compartido por una locutora, un locutor y el técnico encargado de pinchar la música, que se situaba a sus espaldas ante la mesa de control. Como bien recordará la locutora Sara Ponce Ferrera, la estrechez de la habitación y los materiales utilizados para el aislamiento acústico convertían aquel espacio en un horno, especialmente en los meses de verano, a pesar de los vanos ale-teos del ventilador. En 1959 se inauguró el edificio sindical en el número de 21 de la calle General Franco15 y toda su quinta planta se reservó y acondicionó para al-bergar la emisora, cuyo crecimiento ya venía demandando un espacio más amplio donde pudiera desenvolverse con más comodidad su ya numerosa plantilla. Ese mismo año se llevó a cabo la mudanza. En la nueva sede Radio Atlántico disponía de una cabina de control amplia, dos locutorios de unos cinco metros cuadrados, un pequeño estudio de quince metros cuadrados y otro bastante mayor, con capacidad para unas setenta butacas. Allí se empe-zaron a realizar programas cara al público en directo, que fueron aumentan-do progresivamente en número, siempre con gran éxito de audiencia. Este formato de emisora y pequeño auditorio anexo fue, por cierto, una caracte-rística casi general en la radio de la época y, por lo mismo, habitual en las estaciones de la Cadena de Emisoras Sindicales existentes en Canarias16. El capital inicial con el que se puso en marcha Radio Atlántico fue de 280.000 pesetas, de las que 250.000 pesetas fueron aportación directa de la delegación provincial de Sindicatos de Las Palmas y el resto se cubrió con 15 En la actualidad denominada Primero de Mayo. 16 Cfr. Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 57. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 233 pequeñas contribuciones de otros sindicatos provinciales, según testimonio del que fuera su director desde 1957 José Antonio Gutiérrez Peña17. A partir de la puesta en marcha, los únicos recursos de los que dispuso la emisora para su subsistencia fueron los ingresos por publicidad, las esquelas y los dis-cos dedicados, que hacían furor por aquella época. De la búsqueda de ingre-sos publicitarios en los primeros tiempos se encargaba el personal y hasta el mismo director. El encargo de la contratación publicitaria a la agencia es-pecializada Publicanarias aumentó y dio estabilidad a estos ingresos y per-mitió pagar los salarios del personal con mayor regularidad, aunque a veces, cuando las entradas económicas no eran suficientes, debían cobrarlos acumu-lados con varios meses de retraso. Pero, eran tiempos en los que la vocación y la juventud de su plantilla hacían que se diera menos importancia a la re-muneración. Como se ha dicho, la primera mensualidad que cobró su primera locuto-ra, Sara Ponce, en 1954, fue de 700 pesetas. Pascual Calabuig empezó cobran-do como colaborador de deportes 1.000 pesetas al mes en el año 1957, can-tidad que debió parecerle una enormidad en comparación con las paupérrimas 150 pesetas de su época de colaborador amateur en Radio Las Palmas. En 1960 el salario de un técnico de segunda era de 1.955 pesetas mensuales y en 1964 de 2.860 pesetas, cantidades asignadas en función de las categorías profesionales y los niveles salariales reconocidos a todo el personal de las estaciones de la CES18. Una modesta contribución al sostenimiento de la emisora venía de la mano de las aportaciones del club de socios19. En los cincuenta, Radio Atlán-tico contaba ya con un nutrido grupo de personas y entidades asociadas, que satisfacían mensualmente cuotas de cinco y diez pesetas, para particulares, y de cuarenta pesetas, para sociedades de recreo y culturales. En contrapar-tida, podían asistir a las emisiones abiertas al público, participar en los pro-gramas- concurso y en sorteos de viajes, regalos y entradas para el cine y el fútbol, y además obtener descuentos en la emisión de discos dedicados. 3. LA PROGRAMACIÓN El día de su inauguración, 18 de julio de 1954, Radio Atlántico emitió seis horas de programación, entre la una y las tres de la tarde y las ocho y las 17 Boletín Sindical, Las Palmas de Gran Canaria, 1960, p 3. 18 Véase a modo de ejemplo, la tabla salarial de los trabajadores de la CES en 1959, en Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 224. 19 Radio Barcelona, en 1924, fue la primera emisora española en crear un club de socios como fórmula de financiación (Franquet Calvet, R., Ràdio Barcelona. 70 anys d´història. 1924-1994, Diputació de Barcelona y Col-legi de Periodistas de Catalunya, Barcelona, 1994, p. 8). 234 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges doce de la noche20. Este horario se mantuvo durante el primer año de fun-cionamiento. Las horas de emisión y los contenidos fueron creciendo progre-sivamente, a la par que lo hicieron la audiencia, los ingresos y los recursos humanos de la emisora, pero siempre sometidos a la supervisión de la dele-gación provincial de Sindicatos. La programación en la primera etapa estaba formada por una miscelánea de pequeños espacios con información local —previa revisión censora de los responsables de la emisora— y previsiones de agenda, retransmisiones de charlas y conferencias protagonizadas por personalidades de la cultura y or-ganizaciones vinculadas al Sindicato, y la obligada programación religiosa, que incluía la referencia al santoral, el Ángelus del mediodía, las charlas de orien-tación religiosa y las retransmisiones de grandes acontecimientos religiosos. Junto a estos ingredientes, mucha música, clásica, ligera y religiosa, que lle-naba tanto espacios propios como los eventuales huecos que se producían por incidencias en la programación. En mayo de 1957 la oferta de Radio Atlántico se amplía y regulariza y buena prueba de ello es que su contenido aparece recogido a diario en la pren-sa de la época. En ese momento, emite ya diez horas y media de programa-ción diaria, de once a tres y media, por la mañana, y de seis de la tarde a doce de la noche. Siguen predominando los espacios de corta duración, propios de una programación mosaico21, con ingredientes prácticamente fijos todas las mañanas y con variaciones, según los días, en horario de tarde y noche. Buena parte del protagonismo, con cuatro horas y media diarias de emisión, lo te-nía la música, que contaba con una gran variedad de programas, predominando los de corta duración en la emisión matutina y algo más largos en la tarde y noche. De lunes a domingo, la parrilla de programación de la emisora incluía los siguientes espacios fijos: Apertura (de 11:00 a 11:03 horas), Lectura del programa (de 11:03 a 11:05 horas), Santoral (de 11:05 a 11:06 horas), Ánge-lus (de 12:00 a 12:02 horas), Cartelera de Espectáculos (de 12:25 a 12:30 ho-ras), Comentario del día: Por Andrés Hernández Navarro (de 14:00 a 14:05 horas), Boletines informativos diarios (de 14:15 a 14:20 y de 20:30 a 20:35 horas, excepto los domingos, que no se emitía el segundo), Café de Sobre-mesa (de 15:00 a 15:30 horas) y el Diario hablado de la noche, de Radio Nacio-nal de España (de 21:00 a 21:15 Horas). De lunes a sábado, se emitían, tam-bién en horario fijo, Trabajo y Cultura (de 11:06 a 11:15 horas), Para Ti, Mujer (de 11:15 a 12:00 horas) y La mujer en el arte (de 12:02 a 12:05 horas). A partir del viernes se incorporaban a la antena distintos espacios depor-tivos, a cargo de Pascual Calabuig: Minutos deportivos (viernes noche, de 22:00 a 22:15 horas), Revista de los deportes (sábados, de 22:00 a 23:00 horas) y Actualidad deportiva (domingos, de 22.00 a 22.30 horas). La emisión depor- 20 Véase el periódico Falange, días 18 de julio de 1954, p. 4, y 20 de julio de 1954, p. 2. 21 Sobre esta fórmula programática, véase Rodríguez Borges, R. F., op. cit., p. 146 y sig. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 235 tiva de los domingos también se nutría con el espacio nacional Tablero depor-tivo22, de Radio Nacional de España, que se emitía de 20:00 a 20:45 horas. Los fines de semana la oferta de programas se completaba con espacios re-ligiosos como Noticiario católico semanal (sábados, de 19:30 a 19:45 horas), Campaña pro-misa dominical (sábados, de 20:55 a 21:00 horas), y El Evan-gelio de hoy (domingos, de 11:06 a 11:10 horas). También encontraban acomodo en la parrilla estable de Radio Atlántico el curso de inglés Escuchen y hablen (lunes y jueves, de 14:30 a 14:45 horas; martes y viernes, de 21:15 a 21:30 horas); Barlovento, por Tomás (Maso) Rodríguez (lunes, de 21:00 a 21:30 horas); el espacio publicitario Llama Mue-bles Parres (lunes, miércoles y viernes, de 21:45 a 22:00 horas); Cuentos fa-mosos (lunes, de 22.15 a 22:30 horas); Antena sindical (martes, de 20:00 a 20:30 horas); Escuche y no piense, por José Verdú (martes, de 23:30 a 24:00 horas); Antena filatélica, por Cándido Herrero (miércoles, de 22:00 a 22:15 horas); Arco iris (audición infantil), por Carlos Domínguez (jueves, de 18:05 a 19:00 horas); Ventana al mundo, por Antonio Castro Villacañas (jueves, de 21:45 a 21:50 horas); Crónica y música de Canarias, por José Verdú (jueves, de 23:15 a 23:30 horas); Buenas noches, por Germán Mira (jueves, viernes y sábado, de 23:45 a 24:00 horas); Brújula, por Maso Rodríguez (viernes, de 18:30 a 18:45 horas); El campo: audición agrícola (viernes, de 20:00 a 20:15 horas); Comentario semanal, por Germán Mira (sábados, de 14:20 a 14:25 horas); La noche es joven, por Maso Rodríguez (sábados, de 23:30 a 23:50 horas); Crítica de cine, por José Verdú (domingos, de 14:25 a 14:30 horas); La interviú de la semana (domingos, de 14.45 a 15:00 horas); Versos en la noche, por Rafael Carrasco (domingos, de 22:30 a 22:45 horas); y Gran Tea-tro (domingos, de 22:45 a 23:15 horas) En 1958 Radio Atlántico amplía su oferta de entretenimiento e informa-ción, de ocho a nueve de la mañana, con un espacio de música y noticias. Desaparecen de la programación diaria de la mañana Trabajo y cultura y La mujer en el arte y se incorporan La radio en el taller (de 11:15 a 11:30 ho-ras), Los diez minutos del club Radio Atlántico (de 13:00 a 13:10 horas), El momento deportivo (de 14:15 a 14:20 horas) y Crónicas de la ciudad y de la noche (de 21:30 a 21:35 horas). En la programación de tarde, de lunes a sá-bado, se incluye un serial radiofónico de un cuarto de hora de duración (de 19:00 a 19:15 horas). Otras novedades de la programación de 1958 son Rin-cón de los niños (miércoles, de 13:30 a 13:45 horas), La actualidad hecha pro-grama (miércoles, de 14:45 a 15:00 horas), Noticiario católico semanal (miér-coles, de 20:30 a 20:45 horas), Gente en acción (jueves, de 22:00 a 22:15 horas), Tánger club (viernes, de 14:45 a 15:00 horas) y Habla Lanzarote, por Rafael Ángel Domínguez (viernes, de 15:30 a 16:00 horas). 22 Aún en antena e n la actualidad, Tablero deportivo se incorporó a la programación de RNE en 1952. Cfr. Díaz, L., La radio en España 1923-1997, Alianza, Madrid, 1997, p. 450. 236 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges El cambio de sede y los nuevos medios de Radio Atlántico suponen, no obstante, pocas modificaciones en la programación. Se mantiene el mismo horario de emisión y un esquema similar de espacios de duración corta. En la programación diaria figuran tres nuevos formatos informativos: Agenda diaria (de 12:30 a 12:35 horas), A cada vuelta del mundo (de 14:30 a 14:35 horas) y El mundo en cinco minutos (de 22:00 a 22:05 horas). De lunes a vier-nes se emite Boletín informativo y menudeo de los deportes (de 19:45 a 19:55 horas). En la parrilla semanal se incluyen el programa concurso La hora de la suerte: concurso reloj Dorxa (miércoles y viernes, de 20:45 a 21:00 horas) y Minutos deportivos cuando el mago baja de las cumbres (viernes, de 20:30 a 20:45 horas). El programa infantil Arco Iris pasa a emitirse los sábados, en el mismo horario (de 18:05 a 19:00 horas). A finales de la década de los sesenta, Radio Atlántico emitía ininterrum-pidamente dieciocho horas diarias, desde las siete menos cinco de la maña-na a la una de la madrugada. Entre las novedades de ese momento, destaca la llegada de los magazines de la mañana, como Nuevo Día (todos los días, de 7:00 a 8:15 horas). También se multiplican los espacios para la mujer, so-bre todo en horario matutino, con una clara orientación a lo doméstico, la belleza y la moda, llegando a coincidir varios al mismo tiempo en la parrilla: La hora del hogar perfecto (diariamente, de 9:45 a 10:00 horas), Nosotras (de lunes a jueves, de 11:00 a 11:15 horas), Tres tiempos para la mujer (jueves, de 16:30 a 16:45 horas) y Exclusivamente femenino (viernes, de 15:15 a 16:15 horas). Otro de los aspectos a resaltar de la programación que se va consolidan-do a lo largo de los años sesenta es la reivindicación de lo canario. De la mano de Orlando Hernández llegan a Radio Atlántico los programas costumbristas Las aventuras de maestro Rafael y Cosas de Pepito el árabe, así como Decires canarios, dedicado a explicar el significado de las expresiones locales. Apa-rece también Canary Tourist Radio, un espacio dedicado al turismo y a los turistas de visita en la isla, que llegó a tener media hora de emisión diaria en varios idiomas y sobrevivió a la incorporación de la emisora a Radio Ca-dena Española. Son años en que la radio española se acerca a la calle para tomar contacto directo con la gente: aparece La radio en la calle (lunes, miér-coles y viernes, de 16:30 a 16:35 horas) y empiezan las transmisiones en di-recto de los principales acontecimientos deportivos, culturales y festivos. Así por ejemplo, la prensa grancanaria da cuenta de la presencia de la emisora en la primera edición de la Feria Española del Atlántico celebrada en 1966. En 1969 Radio Atlántico disponía de un stand propio in situ desde donde emitía media hora diaria de programación23. Como era denominador común en la radio española de aquellos años, la música ocupaba un lugar preferente entre los contenidos de la emisora. Abun- 23 El Eco de Canarias, 9 de febrero de 1969, p. 19. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 237 daban los espacios musicales que se ocupaban de los más diversos estilos y géneros, entre los que destacaron Intérpretes favoritos, Mundo musical, Éxi-tos musicales, Combinado rítmico, Mosaico musical, Orquestas famosas, Mú-sica para todos, Música ligera, Discos dedicados y bailables, Discoteca revuelta, Así cantan, Música selecta, Geografía musical, Serenata a las estrellas, Clási-cos inmortales, Club de medianoche y Club de jazz. Pero, el preferido de la audiencia durante años fue La ronda, que desde su llegada a finales de los cincuenta, acudía diariamente a su cita en horas de la noche. La ronda, que terminó siendo el programa más veterano de la emisora, era un espacio de música seleccionada por la audiencia para dedicársela a amistades y familia-res. Las voces de Pepita Chirivella y Carlos Martín, a cargo de poner en an-tena los guiones de Ana Mª Peñate, se hicieron enormemente familiares gra-cias a este programa. Todavía se recuerdan aquellas originales dedicatorias, entre tiernas y almibaradas: «Su esposa se la dedica a Ramón, que está pes-cando en el Sahara, para que regrese pronto a casa» o «Al niño Paquito, de sus padres, hermanitos, tíos y abuelos, en su primera comunión». Junto a la música, el otro gran ingrediente de la radio de entonces —y también de ahora— era la información deportiva. Inicialmente la presencia de los deportes se limitaba a tres espacios de viernes a domingo, menciona-dos más arriba. A partir de 1958 se incluyó un programa diario de cinco mi-nutos en horas del mediodía: El momento deportivo. A lo largo de la década de los sesenta el capítulo deportivo se incrementó considerablemente con la incorporación de un noticiario deportivo vespertino, que se emitía de lunes a viernes, y, sobre todo, con las retransmisiones en directo, especialmente de los partidos de fútbol de la Unión Deportiva Las Palmas. En esta nueva aventura de la radio en directo, Radio Atlántico contó con la generosa cola-boración de los redactores deportivos del periódico La Provincia en los par-tidos que el equipo amarillo jugaba fuera de la isla. El protagonismo del de-porte siguió su curso ascendente con la llegada de un espacio dedicado a la lucha canaria y la emisión de Todo Deporte, media hora de información de-portiva de lunes a viernes. Nunca faltaron en la programación de Radio Atlántico los espacios para la infancia. De la creación de muchos de ellos se encargó Carlos Guillermo Domínguez Hernández, jefe de Emisiones y conocido autor teatral infantil y juvenil. El primer programa de este género fue Arco iris, al que siguieron otros como Benjamín, Carrusel infantil, Las aventuras de Paquito y Mariqui-ta y Don Paco y doña Lucía. Todos tenían como fin educativo común promo-ver la buena conducta a través de los consejos de unos personajes traviesos, pero de excelentes virtudes, como las que encarnaba uno de los que más huella ha dejado: Benjamín. Gracias al programa se recaudaban donativos para organizaciones sociales y regalos para menores y mayores que se encon-traban en centros benéficos y hospitales y que el propio equipo del pro-grama se encargaba de entregar: una adaptación para el público infantil de la 238 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges fórmula de la radio-beneficencia que tanto predicamento alcanzó en la triste y pobre España de la larguísima posguerra. Un simple concurso con pregun-tas de cultura general era la excusa ideada por el guionista para que entra-ran en liza los distintos personajes del programa: el niño Benjamín, el chini-to No te poltes mal, encargado de dar consejos de buen comportamiento, el profesor don Sabión, responsable las preguntas, y el tío Cacho-pan, que ex-hortaba a la audiencia a hacer los donativos. La interpretación de los perso-najes masculinos correspondía a Matías Aragunde y en los femeninos se su-cedieron varias voces entre las que destacaron las de Loly Rosales y Pepita Chirivella. Algunos programas se realizaban en directo, cara al público, en los estudios de la emisora y con la plantilla convenientemente disfrazada para la ocasión. La impronta censora y autoritaria del régimen se ponía de manifiesto en la programación sindical, los espacios informativos (que en realidad eran meros vehículos para la propaganda ideológica de la dictadura), y en los con-tenidos religiosos de aquel nacional-catolicismo triunfante; aunque, en honor a la verdad, la supervisión del Sindicato no implicaba un intervencionismo excesivo en la vida de la emisora y básicamente se limitaba remitir determi-nadas consignas y contenidos de emisión obligatoria. Eso sí, el recuerdo a los caídos por Dios y por España y las expresiones de exaltación patriótica «¡Viva Franco!» y «¡Arriba España!», acompañaban a diario el cierre de las emisiones24. La programación sindical en la primera etapa se concretaba en la trans-misión de conferencias y otras actividades protagonizadas por personalidades afectas al régimen y organizaciones vinculadas al Movimiento, como el de-partamento provincial de Actividades Culturales del SEU o la organización sindical Educación y Descanso. Con el tiempo, entrada la década de los se-senta, el Sindicato llegó a producir sus propios programas, como Antena sin-dical, que contaba con media hora de emisión semanal, o la revista hablada Palabras, de Educación y Descanso, que incluía «música, poesía y charlas sobre ilusionismo y botánica» 25. Al margen de los programas del Sindicato y el Movimiento, era inexcusable la emisión del Diario hablado26, de Radio Na-cional de España, y la Información sindical de la provincia. 24 Durante su etapa en la dirección de Radio Nacional (1962-1965), Manuel Aznar eliminó el toque a los caídos por Dios y por España al inicio de los Diarios hablados (Balsebre Torroja, A., Historia de la radio en España, vol. II (1939-1985), Cátedra, Madrid, 2002, p. 373). 25 Falange, 5 de marzo de 1960, p.8. 26 La obligación de todas las emisoras nacionales de conectar con RNE para difundir sus servicios informativos se estableció por orden de 6 de octubre de 1939, firmada por el mi-nistro Serrano Suñer. Esta obligación fue reiterada en el decreto 105/1960, de 14 de ene-ro, del ministerio de Información y Turismo, a cuyo frente estaba el falangista Arias Salga-do, y desapareció de nuestro ordenamiento legal, tras 38 años en vigor, durante la presidencia de Adolfo Suárez (decreto 2664/1977, de 6 de octubre). Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 239 La lectura diaria del santoral figuraba como una de las citas obligadas de Radio Atlántico con los contenidos religiosos. También era de rigor la inte-rrupción de la programación a las doce del mediodía para emitir el Ángelus. Pero era durante los fines de semana cuando la programación religiosa ad-quiría mayor relevancia con espacios como el Noticiario católico semanal, la Campaña pro-misa dominical y El Evangelio de hoy. En la segunda mitad de la década de los sesenta se impusieron las Charlas de orientación religiosa del padre Venancio Marcos27, que se emitían todos los domingos por la cadena de emisoras de RNE, las emisoras falangistas de la Cadena Azul de Radiodifu-sión (CAR) y la Red de Emisoras del Movimiento (REM). Los monólogos iniciales de Venancio Marcos fueron dando paso a narraciones dramatizadas para tratar «los grandes temas que acucian el espíritu del hombre, a la luz de las enseñanzas evangélicas28», en las que intervenía el gran Cuadro de Actores de la Productora Central de Programas de la Radiodifusión del Mo-vimiento y las voces de solventes profesionales del teatro como José María Rodero y Elvira Quintillá. Los actos religiosos puntuales y las celebraciones católicas salpicaban la programación esporádicamente, alcanzando su auge en Navidad y Semana Santa, días en que la programación profana era casi inexis-tente. Resulta imposible condensar en muy pocas páginas la enorme cantidad de programas de los más variados géneros que se sucedieron en la antena de Radio Atlántico a lo largo de la vida de la emisora, pero esta recapitula-ción, de por sí fragmentaria, quedaría imperdonablemente mutilada si no mencionáramos el espacio Canary Tourist Radio y las emisiones del teatro radiofónico. El 1 de septiembre de 1963 comenzó su andadura en Radio Atlántico un pionero programa multilingüe dirigido a la población extranjera de vacacio-nes o residente en la isla. La idea partió de Ingemar Tallin, un actor sueco que se instaló en la isla de Gran Canaria para trabajar como guía turístico. Ingemar Tallin, que adoptó el seudónimo radiofónico de Xavier Palín, desem-peñaba las funciones de productor, director y presentador de un espacio que en sus inicios duraba sólo 15 minutos y se emitía en inglés y sueco. Pero, muy pronto el éxito del programa hizo que pasara a contar con tres emisio-nes al día de veinte minutos, en distintas franjas horarias, y en cinco idio-mas (inglés, alemán, sueco, noruego y finlandés). Durante sus diez prime-ros años de vida Canary Tourist Radio ofreció información sobre rutas y lugares de interés, previsiones meteorológicas y algunas pinceladas de his-toria y cultura canaria. A partir de 1973, Palín incluyó un bloque de informa- 27 La emisión de estas charlas había comenzado en la Cadena SER en 1948. En la tem-porada 1952-1953, Marcos se trasladó a Radio Nacional. Cfr. Balsebre Torroja, op. cit., pp. 117-121. 28 Tal como rezaba el anuncio insertado en El Eco de Canarias, el 12 de septiembre de 1967, p. 19. 240 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges ción general, internacional, nacional y local. El programa tenía una gran acep-tación entre el turismo extranjero en la isla y hasta el rey Gustavo Adolfo de Suecia envió una carta a la emisora elogiando a su creador por conside-rar que «honraba el nombre de Suecia en el extranjero». La fidelidad de la audiencia hizo que el programa se mantuviera tras la reconversión de Radio Atlántico en Radio Cadena y la posterior integración de ésta en Radio Na-cional. El teatro radiofónico llegó a Radio Atlántico a principios de la década de los sesenta de la mano de Bernardo de la Torre Barceló, sobrino del insigne autor canario Claudio de la Torre, en un momento en que triunfaban las adap-taciones de obras de la literatura española y universal, y los célebres seria-les del palmero Guillermo Sautier Casaseca. Los espacios dramáticos se ha-bían generalizado en la radio española a partir de 1942, fecha en que la Cadena Ser crea su propia compañía de intérpretes, Teatro del aire, bajo la dirección de Antonio Calderón. La iniciativa de la SER fue replicada por Radio Nacio-nal tres años más tarde con la constitución de su propio cuadro actoral, Tea-tro invisible. En poco más de un año, bajo la dirección de Claudio de la Torre y con la colaboración de su esposa, la también escritora Mercedes Balleste-ros, Teatro invisible pone en antena más de un centenar de títulos29. La her-mana de Claudio, la actriz Josefina de la Torre, y el actor Manuel Luna serán la pareja protagonista de la mayoría de estas producciones. Sautier Casase-ca, Guillermo de la Torre y el lagunero Leocadio Machado conformaron un trío de nombres isleños que escribieron algunas de las páginas más brillan-tes de la dramaturgia radiofónica española30. A Bernardo de la Torre hay que atribuir el mérito de haber convertido a locutores y locutoras de Radio Atlántico en el improvisado plantel de intér-pretes que integrarían el Cuadro de Actores de Radio Atlántico. Con la asis-tencia imprescindible del personal técnico de la emisora, acercaron a la au-diencia un escogido grupo de obras teatrales, entre las que se incluyeron Don Juan Tenorio, Fausto, Luz de Gas, Un sombrero lleno de lluvia, Viernes de Pa-sión (con guión de Matías Aragunde) y Por tres palmos de tierra, de Claudio de la Torre. Singular expectación despertó la adaptación de Tirma, en la que participó el propio autor de la obra, el también canario Juan del Río Ayala. Si notable fue la repercusión alcanzada con estas producciones dramáticas, no menor fue el éxito del programa Terror en las ondas, que, dirigido también por Bernardo de la Torre, se incorporó a la programación nocturna de la emi-sora sindical en 1962. El espacio se basaba en la dramatización de historias de misterio y suspense, que eran interpretadas por locutores y locutoras y 29 Véase Munsó Cabús, J., Escrito en el aire. 50 años de Radio Nacional de España, Servicio de Publicaciones de RTVE, Madrid, 1988, p. 62. 30 Los autores de este texto trabajan en este momento en una recapitulación de las apor-taciones de estos autores a la historia de la radio española. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 241 ambientadas por el equipo técnico, que acudía a las soluciones más ingenio-sas para recrear los sonidos que la acción dramática requería31. 4. EL PERSONAL DE LA EMISORA La primera plantilla de Radio Atlántico estuvo formada por trece perso-nas, tal como se detalla en el Cuadro 1. En el momento en que se gesta la integración en Radio Cadena Española, a principios de la década de los ochen-ta, había una treintena de profesionales en nómina. En medio, la historia la-boral de la emisora está plagada de altas, bajas y colaboraciones; muchas, protagonizadas por personas que con el tiempo han tenido un papel destaca-do en los medios de comunicación de dentro y fuera de Canarias. Radio Atlántico tuvo sólo dos directores en sus veintisiete años de vida, José García Díaz, durante los tres primeros años, y José Antonio Gutiérrez Peña, desde 1957 hasta comienzos de los ochenta. De ambos, el personal que trabajó con ellos destaca su cultura y humanidad. José García Díaz era abo-gado, aficionado a la radio, propietario de los primeros equipos de la emisora y, lo que fue más importante, amigo personal del perito industrial y técnico de radiodifusión José Julio Quevedo Batista y de Cristóbal Martel Ortega, que entonces era el director provincial del Sindicato en Las Palmas. Su papel de impulsor de la emisora desde el puesto de director fue decisivo para su con-solidación. Abandonó la tarea directiva al cabo de tres años por razones de salud que llevaron a su prematura desaparición. José Antonio Gutiérrez Peña fue la persona designada para sustituir a García Díaz en la dirección de Radio Atlántico, cargo que desempeñó duran-te el resto del periplo vital de la emisora. Había sido secretario provincial del Sindicato y su primera tarea fue la de asesor de música clásica. Gutiérrez Peña tuvo como colaborador más cercano a Antonio Montero Fraga, que des-empeñó las funciones de subdirector y jefe de Programación y Emisiones. Asimismo, ocuparon puestos destacados en el organigrama de la emiso-ra Rafael Carrasco García, que fue jefe de Programación, el escritor Carlos Guillermo Domínguez Hernández, quien ocupó la jefatura de Emisiones y Estudio y desarrolló una amplia labor en el ámbito de los programas infanti-les y juveniles, y el periodista Luis Jorge Ramírez, contratado en 1960 como jefe de Redacción, quien también fue creador y presentador del espacio Diá-logos con la cultura. Al frente de la administración estuvo desde el nacimien-to de Radio Atlántico José Herrera Medina y en las tareas administrativas y contables le apoyaron, entre otras personas, Francisco Campos Santana, Je-sús Iglesias, Carmen García y Juan Suárez Almeida. Antonio Santana Gon- 31 Sobre el trabajo de los llamados ruideros en la radio de aquella época, cfr. Rodríguez Borges, op. cit., p. 114-115. 242 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Programa presentado por Jorge González, en directo y cara al público, realizado en el patio de la primera sede de la emisora, en la calle Buenos Aires, n.º 26 (APJA). Parte del equipo humano de Radio Atlántico (de izquierda a derecha) José M.ª Cantero, Luis Jorge Ramírez, Luis Falcón, Antonio Montero, Matías Aragunde, Bernardo de la Torres, Juan Acosta (sentado) y Cristóbal Campos (APJA). Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 243 zález fue jefe de Personal. De la gestión publicitaria se ocuparon Silvestre Herrera Medina, Antonio Machado y José Florido Suárez. La importancia del perito industrial José Julio Quevedo Bautista en la puesta en marcha de Radio Atlántico es indiscutible. Fue el jefe del primer equipo técnico, formado por José Bordón, Miguel Díaz Reina, José María Cantero Sarmiento y Armando Rodríguez Navarro, quien acabaría sustituyen-do a Quevedo Bautista como responsable técnico en 1959. Algunos se fue-ron marchando y otros llegaron para suplir las bajas o reforzar el grupo de técnicos y controles, como fueron los casos de Miguel Hernández Pérez, Luis Falcón Fleitas, Juan Acosta Hernández, Secundino Ramírez Nuez, Lorenzo Melián, Pablo Ojeda, Juan Antonio Comas, Juan Villar, Andrés Carballo San-tana y Francisco Peñate Báez, quien a principios de los sesenta accedería a la jefatura técnica. Esta jefatura terminó siendo desempeñada por el técnico más veterano de la emisora, José María Cantero Sarmiento. Eran los tiem-pos de la radio artesanal y los técnicos eran los artesanos de la radio por ex-celencia, encargados de la sincronización de los efectos musicales y sonoros, y el control de la calidad de las voces. También entraban en el ámbito de sus competencias mantener en buen estado el equipamiento de la emisora, crear los efectos sonoros para los distintos programas y tapar y disimular los even-tuales silencios y desajustes que inevitablemente se producían en antena. CUADRO 1 Primera plantilla de Radio Atlántico (1954) DIRECCIÓN Director José García Díaz ÁREA TÉCNICA Jefe Técnico José Julio Quevedo Batista Técnico José Bordón Técnico Miguel Díaz Reina Técnico José Mª Cantero Sarmiento Técnico Armando Rodríguez Navarro PROGRAMACIÓN Jefe de Programación Alberto Zoghbi Ayudante Programación Rafael Carrasco Discotecaria Consuelo (Chelín) Reino Sarmiento LOCUCIÓN Locutor Alejandro Reino Sarmiento Locutora Sara Ponce Ferrera CONTABIILIDAD Contable Jesús Iglesias ADMINISTRACIÓN Jefe de Administración José Herrera Medina FUENTE: Personal de Radio Atlántico. Elaboración propia. 244 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges Las discotecarias eran las encargadas de supervisar el catálogo fonográfico de la emisora, preparar los comentarios que contextualizaban los fragmentos musicales que se iban a emitir e, incluso, elaborar los guiones de algunos programas musicales. La importancia de este capítulo en la programación32 las convirtió en elementos imprescindibles en Radio Atlántico, con contrato exclusivo para esta función. La primera fue Consuelo (Chelín) Reino Sarmien-to y luego llegarían María del Carmen (Nena) Cantero Sarmiento, Lolina Doreste Morales, Fuensanta Romero, Laly Colomo, Luz María Toledo Castro (Premio Antena de Oro 1974) y Ana María Peñate Santana, que fue la guionis-ta de La Ronda. Las primeras voces de Radio Atlántico fueron las de Sara Ponce Ferrera y Alejandro Reino Sarmiento. La plantilla inicial sufrió su primera alteración importante al año de su inauguración: Reino dejó la emisora en 1955 para marchar a la Península para dedicarse a la pintura artística. Sara Ponce se quedó sola en la locución durante varios meses hasta que se incorporó el lo-cutor José Verdú Páez, recién llegado de Madrid, después de pasar por el Grupo Escuela de Arte Radiofónico (GEAR) de Las Palmas, donde había ad-quirido ciertos conocimientos de locución, aunque carecía de experiencia en la radio. Sara Ponce recibió similar preparación para su ingreso en Radio At-lántico, pero al cabo de pocos años decidió abandonar la emisora y toda rela-ción con el mundo de la radio. Alicia Rosa Hernández Pérez se convirtió en la nueva voz femenina, que vino a unirse a la de Tomás (Maso) Rodríguez, incorporado poco tiempo antes. En 1959 se completó el cuadro de voces de la estación sindical con la llegada de Cristina López, que pasó a ocupar plaza fija después de superar un periodo de prueba de tres meses. De esos prime-ros tiempos son, asimismo, Cristóbal Campos Suárez, quien también fue se-cretario de Radio Atlántico, Jorge González, Luis Zárate y Jesús Calonge, que puso la voz masculina en programas como La Ronda y Discos dedicados. Mención destacada merece la sección de deportes de Radio Atlántico. Su primer responsable fue Pascual Calabuig Forcal, llegado de Radio Las Palmas en 1957. Calabuig trajo su particular voz, su estilo natural y amable, y su ca-racterística frase para terminar las crónicas: «¡Pues no faltaba más!». Cuan-do dejó la emisora para trabajar a tiempo completo en Televisión Española en Canarias, su colaborador más veterano, Segundo Almeida García, lo sus-tituyó como jefe de deportes. La sección deportiva fue creciendo a medida que ganaba espacios en la programación. También trabajaron en ella Juan Al-meida García, hermano de Segundo, y Bernardo Hernández. Radio Atlántico llegó a tener su propio equipo de fútbol, costumbre por aquella época habitual en los medios de comunicación locales. Formaron parte 32 Téngase presente que los popularísimos programas de «discos dedicados», presentes en las programaciones de todas las emisoras de la época, constituían una de las fuentes de ingresos más importantes. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 245 de él, entre otros, Antonio Montero (subdirector), Francisco Campos (publi-cidad), Antonio Betancor (botones y locutor), Juan Villar (botones y técnico), Francisco Montesdeoca (locutor), Juan Suárez (botones y publicidad), Juan Antonio Comas (técnico), Juan Acosta (técnico), Lorenzo Melián (técnico), Segundo Almeida (locutor y jefe de deportes), Juan Almeida (locutor de-portivo), Jesús Calonge (programación musical) y Pascual Calabuig (jefe de deportes). La manera de hacer radio en aquel momento requería de voces muy po-livalentes y con habilidad para improvisar y salvar los inconvenientes que se presentaban en antena. Este personal debía tener la suficiente flexibilidad para leer con igual eficacia una severa nota oficial, una dolida esquela, un disco dedicado a un ser querido o una atractiva recomendación publicitaria, además de dar vida a los personajes de ficción que aparecían en los distintos progra-mas; una versatilidad y polivalencia que eran comunes a toda la plantilla, pues no faltaron casos en que telefonistas, auxiliares o botones acabaron desem-peñando funciones de locución y control técnico. La obligación de eliminar de la dicción todo rastro de entonación canaria era una exigencia en la radio-difusión oficial y suponía un auténtico potro de tortura para locutoras y lo-cutores, que consumían horas y horas de ensayo hasta lograr imitar el acen-to peninsular33. De esta manera, el habla local, tenida por inferior, sólo se hacía presente en boca de personajes cómicos o populares. En este punto resulta obligada una referencia al Grupo Escuela de Arte Radiofónico (GEAR), creado en 1952 por un grupo de jóvenes afiliados al Frente de Juventudes —entre los que figuraban José Artiles Peón, Pablo Oje-da, Juan Quintana y Víctor Perdomo—, que decidieron incluir en sus activi-dades culturales-recreativas la radiodifusión, contando para ello con un ve-tusto amplificador de válvulas, un micrófono de carbón y unos altavoces carraspeantes34. La trayectoria del GEAR arrancó en el caserón del Hogar Juvenil en la calle de La Palma, trasladado posteriormente al barrio de Scha-mann, frente a la plaza de Don Benito. El entonces incipiente grupo de radio-aficionados se sumaba a una labor divulgadora que se remontaba a algunos años atrás. Fue en febrero de 1941 cuando bajo la dirección de Dionisio Po-rres se puso en marcha Radio SEU de Madrid, la primera emisora-escuela española. A la sombra de ésta, se desarrolla por todo el país una red de es-taciones- escuela que pronto se convierte en cantera para posteriores profe-sionales del medio. En 1958 las 60 estaciones-escuela del Frente de Juven-tudes se agrupan en la Cadena Azul de Radiodifusión (CAR) y pasan a emitir 33 Un acento marcado como el catalán, el andaluz o el propio canario se convertía en un obstáculo insalvable para un locutor que quisiera hacer carrera profesional en RNE (cfr. Balsebre Torroja, op. cit., p. 65; y Reyero, op. cit., p. 140). Otro ejemplo en el ámbito del archipiélago puede verse en Yanes Mesa y Rodríguez Borges, op. cit., p. 119-120. 34 Tal como lo contaba Carlos Platero Fernández en un artículo aparecido en La Provin-cia (26 de septiembre de 1982, p. VI/26). 246 M.ª Inmaculada García Rodríguez y Rodrigo Fidel Rodríguez Borges con el indicativo Radio Juventud de...; ese fue el caso también de Radio Ju-ventud de Canarias, ubicado en el número 27 de la calle del Castillo de San-ta Cruz de Tenerife, del que fue jefe de Programas y profesor Carmelo Gar-cía Cabrera, hermano del poeta Pedro García Cabrera35. En el verano de 1953 el GEAR hizo pública la primera convocatoria pro-vincial para cursar estudios de radiofonismo. El curso iba dirigido a jóvenes aspirantes a locutor o locutora, técnico de sincronización y montaje musical, y guionista. En sus clases nocturnas de lunes, miércoles y viernes, el alum-nado aprendía los principios generales de la radiodifusión, las funciones bá-sicas de cada una de las especialidades e, incluso, algo de cultura general. Quienes se destacaban durante la formación tenían la posibilidad de comple-tar su formación con pequeñas colaboraciones en Radio Las Palmas y, pos-teriormente, en Radio Atlántico. El primer director del GEAR de Las Palmas fue Tomás (Maso) Rodríguez García, al que sucedió José Artiles Peón y, posteriormente, Segundo Almei-da García. Entre su cuadro de profesores y colaboradores figuraron Juan Fran-cisco Fontes Ojeda, José López Urquía y Carlos Platero Fernández, que tam-bién fue secretario del grupo. Destacadas personalidades de la cultura isleña, entre los que se encontraron Luis Doreste Silva, Juan del Río Ayala y Luis Benítez Inglott, colaboraron en la formación de las jóvenes promesas con sus cultas charlas. Por las aulas del GEAR pasaron profesionales de Radio Atlán-tico como Sara Ponce, José Verdú, Maso Rodríguez, Alicia Rosa Hernández Pérez, Cristóbal Campos, Loly Rosales, Matías Aragunde, Ángel Pérez, Juan Acosta, Ana María Peñate, Luis Falcón, Secundino Ramírez, Josefa Chirive-lla, Juan Díaz Casanova, Laly Sánchez y Mari Carmen Vega. Fueron acree-dores de los prestigiosos premios ‘Concha de Plata’ a la labor anual radiofó-nica, instituidos por el GEAR de Las Palmas, José Verdú, Alicia Hernández, Loly Rosales y Juan Acosta. Una aproximación a la historia de Radio Atlántico quedaría incompleta si no hiciéramos referencia a algunas de las personas que desarrollaron en esta emisora una parte de sus carreras profesionales. Radio Atlántico fue una de las primeras etapas en la carrera del locutor Francisco Montesdeoca Alonso. También trabajó en Radio Atlántico Marisa Naranjo, después de haber de ha-ber pasado por Radio Las Palmas, una de las voces emblemáticas de la radio y la televisión españolas. Junto a ellos, decenas de profesionales que siguen en la radio, que se han retirado o que desgraciadamente ya no nos acompa-ñan, pero que han dejado huella en la historia de la radiodifusión canaria. Vo-ces inolvidables como la de la joven Loly Rosales Varela, que entró en Ra-dio Atlántico como locutora con solo dieciséis años y se marchó un lustro después a trabajar en la recién estrenada TVE en Canarias. Carlos Martín, 35 Véase Pardellas, J. A., «Aquí, Radio Juventud de Canarias...», artículo aparecido en La Opinión de Tenerife el 12 de febrero de 2000, p. 77. Radio Atlántico: los inicios de la radiodifusión del Movimiento en Las Palmas... 247 madrileño de nacimiento, locutor todo terreno, voz masculina de La Ronda y destacado reportero callejero y entrevistador, fallecido en 1988. Pepita Chi-rivella Artiles, que llegó a la emisora con quince años para trabajar de tele-fonista y terminó como locutora, después de iniciarse colaborando con el Cuadro de Actores. La voz de Chirivella se dejó oír en todo tipo de progra-mas: La Ronda, Radio Abierta, Nuevo Día, en centenares de espacios infan-tiles, y en distintos magazines para la mujer. Una voz inconfundible de la ra-diodifusión canaria, Matías Aragunde, pasó por distintas emisoras de la isla, incluida Radio Atlántico, donde estuvo entre 1959 y 1965, con una destacada aportación a la programación infantil y las emisiones dramáticas. También compartieron tareas de locución en Radio Atlántico Ana María Peñate San-tana, Maite Hurtado, Conchi Pérez, Francisca Teresa González, María del Carmen Vega Torres, Laly Sánchez y Soledad González Vera. Rafael Carras-co, Ángel Pérez y Armando Marcos Placeres. Todos ellos, junto con el personal técnico y de administración, con las dificultades y limitaciones materiales de una época difícil, con las cortapisas que imponía un régimen sin libertades, dieron testimonio sonoro de los cam-bios que fueron trasformando la sociedad canaria y dejaron un recuerdo per-durable en la memoria de su audiencia. A la muerte de Franco, las tres ca-denas de emisoras del Movimiento (REM, CES y CAR) se fusionaron en un organismo de nueva creación, Radio Cadena Española (RCE), que durante algunos años funcionó como una segunda marca de Radio Nacional de Espa-ña. Concebida como vehículo propagandístico de la organización sindical fran-quista, con la llegada de la democracia la emisora que creara José García Díaz pasó a integrarse en RCE, aunque mantendría durante tres años su denomi-nación original con el añadido «de Radio Cadena Española», apelativo que se convirtió en su único nombre a partir de 1981. Algunos años después, en 1989, las emisoras de RCE fueron absorbidas por Radio Nacional: para Ra-dio Atlántico fue el punto final a 35 años de labor radiofónica. BIBLIOGRAFÍA ARCHER, G. L., History of Radio to 1926, The American Historical Society, New York, 1938. BALSEBRE TORROJA, A., Historia de la radio en España, vol. II (1939-1985), Cátedra, Madrid, 2002. 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