FILOSOFíA
/Jole/ill ,\filiares Cario
2004.23: 151·165
ISSN: 0211·2140
Invención y disolución moderna de la identidad
personal
José BIEDMA LÓI'Eí'.
l'ro!Csor-Wl0r de la UN!'D
RESUi\'lEN
A propósito del gravc problcma dc la conliguración lilosólica y psicológica dc la idcnt idad pcrsonal.
se cxaminan cn cstc aniculo las principalcs conccpcioncs modcrnas. la sustancialista dc
Dcscancs y la critica dc Ilumc. Se amplian los dcsarrollos del psicologismo cmpirista con los
comcntarios dc G Dclcuzc y el dcsarrollo dc la psicosociologia pragmatista dc G H. /'.'1cad. Se
rclicrc a continuación la rcconquista dc la concicncia corno facultad dc oricntación. asi como cl
conccpto junguiano del yo como cOlllplejo .I'ell/illlell/al cn lucha con otras "almas parcialcs". I'or
último. se acaba analizando la nucva rcprcscntación posrnodcrna del yo. lluida. distribuida y
prctcica. rcprcsentada cn el jucgo mcdiatico dc espcjos y la "cultura dc la simulación". rccrcando
un rcsumcn dc las principales tesis dc la psicóloga noncamcricarm Shcrry Turk Ic.
EL DOGMA Y EL SUPUESTO DEL YO
A Descartes le pareció evidente la existencia de un yo estable. idéntico a
sí mismo. consciente y racional. Los racionalistas mantuvieron la confianza
platónico-cristiana en un alma inmaterial e inmortal. Descartes afirmaba la
identidad entre la libertad humana y la divina. por lo menos en cuanto a la
esencia volitiva de la mente. pues podemos ampliar infinitamente el grado de
nuestras aspiraciones. hasta la locura ---diría yo. Los cuerpos son como máquinas.
para el francés: los espíritus. libérrimos.
El principio de la autonomía de la voluntad hallará en Kant a su paladín.
Sólo la voluntad puede ser de verdad buena o mala. Al formular el imperativo
categórico. el alemán nos invitó a considerar al sujeto humano siempre como
un fin. proversivamente. nunca sólo como un medio o instrumento para conseguir
otros fines. El imperativo categórico kantiano formaliza uno de los presupuestos
esenciales del humanismo occidentall.
1 Mc hago ceo a(luí de las ll'Sis dc I)omillgo Fcru;\lIdc¿Agis C1l su illlCrcS<lIltc anículo sob,c el mismo
Icma del mio: "Una piel y mil mcu'd011IS. l'al1ld<.,jas de la idclllidad". 80lelÍII ,I/¡{Iares Cario. 11." 22. LIS
Palmas. 2003. Pal1ll'Slc <11110'. el impcnui\'o P'OPUCSIO P<-" Sadc c"p'l'Sa el rt:\'crso ;ullihumallisla dd kallliallo
y "hoy l'SI<UIlUS ¡UIIC 111' s<,dismo dc 1I11C"O cllllo. quc da 111' alc¡uKc colce1Í\'o a lus prcSllpucStUS cg....
l'óllricus de la mo'al dellibcnill'.". pag, 260. Ese slIjC1<J siKlico pucdc ser 111' Lnial;\1I tl"m¡ldo P<-" miles y
millOlll'S de illdi\'iduos. ullidus PO' lazos éll1iú>s. n:ligiusus o lillgiiíSliú>s.
151
José 8wdma Lópe: I""ennón y dl~'olllnón mO<:il!ma de la IIkllllllad personal
Pero la tradición empirista ya habia extendido una importante duda sobre
la sustancialidad. la identidad. la continuidad y la inmortalidad del yo. Si bien
en los libros II (pasiones) y III (moral) del Trarado de la I/aruraleza "1/1/101/0
de David Hume. la idea y la impresión que tenemos de nosotros mismos cuenta
como importante principio. en la cuarta parte ("'del escepticismo") del libro
I ("'del entendimiento") el filósofo escocés descarta que seamos intimamente
conscientes de la existencia ni mucho menos de la continuidad de la existencia
del YO. No hay una sustancia idéntica o simple a la que podamos entender
como un YO. al menos en el sentido dogmático. porque no existe ninguna
impresión que sea constante e invariable. La identidad no es pues un objeto
que podamos el/rel/der como sustancia. sino un supuesto de la vida práctica y
de la moral. una creencia y una pasión.
Asi pues. todos nuestros juicios de valor están basados en una falacia. en
una ficción de la imaginación. a pesar de que "nuestro yo nos está siempre presente
de un modo intimo"(II. 320)2. En la práctica. el hombre es soportado en
su existencia moral por ficciones naturales3• El yo es. tal vez. la más necesaria
de estas ficciones:
el yo o pcrsona no cs ninguna imprcsión. sino aqucllo a quc sc suponc quc
nucstras distintas imprcsioncs c idcas ticncn rcfcrcm.:ia. Tratado. 25 1.
Si bien la su-posición o hipó-tesis del yo puede ser útil. tiene susdias contados.
En efecto. "existo" (en el sentido débil de la ficción) mientras percibo y
porque percibo. No existo mientras duermo y "si todas mis percepciones fueran
suprim idas por la mente y ya no pudiera pensar. sent ir. ver. amar u odiar
tras la descom posic ión de mi cuerpo. mi yo resuitaria comp letamente an iq ui lado.
de modo que no puedo concebir qué más haga falta para convertinne en
una perfecta nada" (252).
Hume se muestra además provocador al afirmar que "sabe con certeza"
que no existe un principio sustancial en si. sino a "'''eap... a bl/I/dle or collecriol/.
ofdifferel/r percepriol/s ". La consideración de la mente corno un "montón"
de actos mentales puede ser discutida por diversos motivos. El propio
Hume utilizó esta palabra COI1 fines polémicos o retóricos. pues reconoce la
unidad estructural o formal de la mente al considerarla. otras veces. corno un
rearro" o una república:
2 "COIllO ~1I lodo mOIllClI10 SOIlI()S iHlimalllclIl~ ~OIlSci~lIl~S de IIOS01".>S lIlislIlos y dc IIUl'Slros ral.OllalIliCIIIOS
y p;lsioll~s. su;; id~<l;; dclx'1ill ~xcilalllos lVlI lIlayor ,'i\'acidad que la;; idca;; de los ;;Clllimi~IIIOS y
p;lSiollcs dc ~ualquicr 01'1\ rxTSOII;!" (11. 339).
J Cfr. el com~lIlario de Felix Duquc CII su lIlagllifica ~dicióll dc 1977. Madrid. Edilora Naciollal. pg.
398.
4 Si lo hubies<: ~ollocido hubie'1\ clllplcado la IIlCláforadel ~ille' "La 1Il~lIle l'S ulla l'Sp~~ie dc IC;\lro CII
el quc dislilll<\s rxTecpciollCS se prl'SClIl<\lI CII forma sUl't.'Si\'a... 110 c,xislC ~1I ella lVlI propiedad lIi sImplICIdad
~II tll' liempo. lIi ¡del/lldad a lo largo de IIll'lIlClIlOS difi;rclllcs" . 253.
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José !Jwdma Lópe= II/\'oloon y dlsolllClon modema de 111 uknudad personal
No puedo comparar el alma con nada mejor que con una rcpllblica o estado
en que los distintos miembros están unidos ~Xlf lazos redprocos de gobierno
y subordinación, y que dan origen a otras personas. que propagan la misma
repllblica en los cambios incesantes de sus partes. Y del mismo modo que una
misma repllblica particular no solamente puede cambiar sus miembros. sino
también sus leyes y constituciones. de forma similar puede una misma persona
variar su carácter y disposición al igual que sus impresiones e ideas (261).
La identidad será algo en que se puede creer, a lo que se puede a-sel/fir,
pero no algo que se pueda de hecho percibir, pues no hay objeto alguno en el
mundo real que pennanezca invariable a lo largo del tiempo. Es la imaginación
la que saca el objeto del tiempo para abstraer su mismidad del flujo temporal,
confundiendo la relación de sucesión con la relación de identidad. La noción de
alma, yo o sustancia, nos permite salvar la fundamental discontinuidad de la
natura leza, inc lu ida la natura leza de nuestra percepción 5. No podemos constatar
empiricamente (o sea racionalmente, para Hume) la existencia del yo, pero
podemos explicar psicológicamente (asociacionismo) el sentido asociacionista
de la identidad (im)perfecta a partir de:
1) La imperfecta continuidad con que percibimos la corriente de con-ciencia.
O sea, del curso suave e ininterrumpido del pensamiento.
2) El fin o propósito común de las partes de nuestra mente.
3) La simpatia con que se unen para realizarlo.
4) Considerarnos como idéntica a si misma la cosa que se comporta según
lo esperado.
5) Es una ficción de especie parecida a la que podemos también atribuir
a vegetales y animales, proviene de una operación de la imaginación
sobre objetos sim i lares (259).
6) "La memoria deberá ser considerada como la fuente de la identidad
personal", si bien la memoria no produce sino que descubre la identidad
personal al mostrarnos la relación de causa y efecto existente entre
nuestras diferentes percepciones (262), pues "podemos extender nuestra
identidad más allá de nuestra memoria".
La identidad es pues "una cualidad que les atribuimos 'a nuestras percepciones'
en virtud de la unión de sus ideas en la imaginación, cuando reflexionamos
sobre ellas" (260), según las relaciones de semejama, collfigiiidad)'
causalidad que const ituyen el cemento ideal6 del mundo. En el fondo, a Hume
~ La ci~lIcia poslcri0r a Hume. a mi juicio. 110 hace más qu~ c011tínnar eSIC h-ch0. 110 sól0 la Wlllillgcncia
dc las funllas. Sill0dc las reglas mismas CH quc se C011>1ilUyCII.
ó ,\quí "idear' ~a"~c d~ 10da wII1I0wcióll ulópi~a. Una idca 110 cs más qu~ 1111 lI"mc mClllal. la huella
de ulla imprl'Si611 0 de 1111 ~0mplcj0 de imprl'Siulll'S. t\ullque. lIalUl1lhnCHle. lambiéH hay ideas wmpkjas.
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José 8wdma Lópl!: 1"'"l!nnón y dl~"olllnón mO<:il!ma dI! la IIkllllllad personal
todas estas sutiles cuestiones sobre la identidad le parecen más bien ··dificultades
gramaticales'· que verdaderos problemas filosóficos. Se muestra aqui
como en otras partes de su obra genui no precursor de 1gi ro 1ingO íst ico o ana 1it ico
de la fi losofía.
Hume tendrá serias dificultades para mantener esta noción del yo corno
construcción psicológica. sobre todo cuando lo considere como objeto y a la vez
como sujeto de pasiones tales como el orgullo y la humildad. en el libro 11 del
Tratado. ¿Cómo podernos atribuir una pasión a una sucesiól/ de percepciones o
a una ficcióJ1? ¿Podemos ciertamente enorgullecemos de una mentira o nos
puede humillar una representación de la mente. un recuerdo. por ejemplo? Pero.
¿quién se enorgullece y quién se humilla? Hume en realidad conserva varias
teorias del yo. entendiéndolo a la vez como "persona individual'· y como construcción
ficticia7. a la que ar'íadirá una tercera. lIamémosle adjetiva. cuando
define al yo corno conjunto de "las cualidades de nuestra mente y cuerpo'·8.
Al final. parece que también. como en Descartes. el yo acaba por ser fuente
de toda claridad:
la idea de nuestra propia persona nos está íntimamente presente en todo
momento. y transmite un grado sensible de viva(idad a la idea de (ualquier
otro objeto con el que esté rel,l(ionada (JI. 354).
LA LECTURA DE DELEUZE
Gilles Deleuze halló la esencia del empirismo en el problema preciso de la
subjetividad. El sujeto se define como un movimiento de autodesarrollo. Se
supera. se reflexiona.
La creel/cia es el acto cognoscente de la subjetividad. mientras que su acto
moral. nacido de la simpatía -que juega corno mera condición necesaria-o
es el artificio o ¡'/I'el/ciól/. El sujeto es tanto lo que cree e inventa. como la
creencia e invención resultante. como una pescadilla que se muerde la cola. El
sujeto. que se constituye en lo dado. en el flujo de lo sensible. hace de lo dado
un sistema. esta es la sil/tesis del espiritu.
Hablar del sujeto. ahora. es hablar de una duración. de una costumbre. de
un hábito. de una espera.
El hábito es la raíz constitutiva del sujeto. y lo que el sujeto es en su raíz
es la síntesis del tiempo. la síntesis del presente y del pasado (on miras al porvenir.
pg. 100-101 9.
7 cfr. 286) y 1101a 19 de F. Duquc. pg. 459 ed. cil.
s EH 1<1 scee. IX dc la parlc l' dcllibr011 (303). pg. 479.
9 Gilks Ddcu(e. Empirismo)' SuDjl!!I\"idad. Las haSI!S filosóficas del WI/I,Edl{JO. Grallie<l. l3ar~'C1011<l.
1977.
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José !Jwdma Lópe= II/\'oloon y dlsolllClon modema de 111 uknudad personal
La sintesis de la subjetividad consiste en plantear el pasado como regla del
porvenir. El pasado no es dado. sino que se constituye en una representación que
da al sujeto su verdadero origen. su fuente. La decisiva función de la memoria
consiste en conservar. no las ideas simples. sino su orden y posición.
El sujeto es el modo en que el organismo. bajo la influencia de los principios
de asociación. adquiere una doble espol/fal/eidad. de relaciól/ de las ideas
e impresiones simples y de disposiciól/ reflexiva. En la espontaneidad de disposición
cobran gran importancia las impresiones reflejas y las pasiones. consideradas
como movimientos internos primitivos. Los principios de la pasión
pueden ser presentados forma Imente como pril/c ipio de urilidad:
El sujcto cs csa instaJH.:ia quc. bajo el cfc(to dc un prin(ipio dc utilidad.
persiguc un fin. una intC1Kión. or<,;aniza mcdios (on miras a un fin y. bajo el
cfc(\o dc prilKipios dc aS(l(iaÓÓn. cstablc(c rel,l(ioncs cntrc las idcas. Dc
cstc modo. la (01c(óón pasa a scr un sistcma. Oelcuzc. pg. 107.
Concluyendo y arriesgándome a llevar hasta sus últimas consecuencias los
puntos de vista. tanto de Hume corno de su comentarista francés. la subjetividad.
incluso la persol/eidad. en el sentido de la identidad metafisica a la que
nombramos en nuestra tarjeta de identidad. no es más que una ficción útil. Un
efecto del orden natural de nuestras experiencias y sentimientos. que a su vez
tiende a conservar naturalmente su sistema. según el viejo principio 'serva
ordinem et ordo conservabit te'.
La subjetividad empirista será en su esel/cia práCfica. //1/ proceso. No puede
haber una subjetividad teórica. es decir. no hay un sujeto distinto de los actos
subjetivos en que se configura. conserva y desarrolla. De la pasividad con que el
organismo sufre sus primeras experiencias devendrá el activismo en que el sujeto
se constituirá psicológica y moralmente. por agregación y fÜrrnalizaciÓn. He
aqui la versión modema del "somos lo que hacemos" de Aristóteles.
EL YO COMO PROYECTO SOCIAL.
LAS DOS FASES DE LA PERSONALIDAD
Este punto vista práctico será desarrollado admirablemente por los pragmatistas
y. muy notablemente. por G H. Mead (1863-1931). Lo verdaderamente
original de la psicologia de Mead es que incorpora al estudio de la génesis del
sujeto la dimensión comunicativa. la dimensión social. ausente tanto en el
racionalismo como en el empirismo clásico y desde luego. también en su sintesis
critica. kantiana e ilustrada lO.
10 I'cnllímsclllc quc rccundc aquí a J. A. 1\'tarilla cualldo rcprocha juslifícadamClllC a K¡ulI '''' habersc
1I~\I1lVillado ¡\II1C la illfillilild del "11''" como sí sc maravilló ¡UIIC la ap;lIClllc gralldna del cosml\S <lSlrOIl6·
mico l' la 1I11Sl.'l:lldcllcia dc la larca moral. SCgllll la l'l:lclXrrima fórmula quc COIISIa como cpilatío.
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José 8wdma Lópe: !""ennón y dl~'olllnón mO<:il!ma de la IIkllllllad personal
Para Mead. el espiritu (mel/fe) surge de la intemalización del proceso
soc ial de COlllunicaciÓn. de la dramat ización interior de la conversación externa
de gestos significantes. -'No puede haber ni podria haber habido ningún
espiritu ni pensamiento sin el lenguaje". Es oyendo otras voces como se configura
la propia voz ll • La mente es una complejisima reacciól/ al ambiente
social.
El proccso dcl cual sur<.,;c la pcrsona (sell) es un proccso social quc involucra
la intcracción de los individuos del grupo e involucra la pre-existcncia
del grupo, pg. 193 12 .
La persona surge de la actividad cooperativa. Uno se convierte en persona
en la medida en que puede adoptar la aCfitud de otro y actuar hacia si mismo
corno actúan otros. Mead combate la noción meramente fisiológica de la conciencia
de si. porque debe ser completada por el punto de vista sociopsicológico:
La adopción o cxpcrimcntación de la actitud del otro es lo que constituye
la concicncia dc sí. y no las meras scnsacioncs or<.,;ánicas.. Hasta el surgimicnto
dc su concicncia dc sí ... el individuo cxpcrimcnta su cucrpo simplcmente
como una partc inmediata dc su mcdio, 199.
Mead subraya la posición central del pensamiento. antes que la experiencia
afectiva. como aquello que proporciona el meollo y la estructura primaria
de la persona. que de tal modo es un fenómeno esencialmente cognoscitivo
antes que emocional.
La persona se desarrolla sobre una base social en dos fases: el -'mi" y el
"yo". M ientras que el -'m i" es la serie de actitudes organ izadas de los otros que
adopta uno mismo. luego uno reacciona hacia ellas como un "yo". El -'yo" es
una figura histórica o. digamos. biográfica. "El "yo" del -'m i" es lo que uno era
hace un segundo". El -'yo" es aquello con lo que nos identificamos y 1/0 es
dado directamente en la experiencia. Yo soy la reacción del organ ismo. que me
soporta. a las actitudes de los otros; asi pues. un individuo amoral seria aquel
en el que el yo reaccionaria violentamente ante el mi, que es efecto pasivo de
la comunicación social. en lugar de conversar y negociar con él.
11 "1\)IIcmus p~rSOllalidad a lus allimaks. pcr0 e11<1 110 les pcncllcw: y ala p0S1rt IIUS damus ~ucllm dc
quc csos allimales 110 licllclI dc'~-chus. Eswmus ~II libcnad P;U11 1I~lIarlUS: 110 sc comCl~ lIilldlll d;1I10 CI~III00
SC mala a 111' allimal. Ésl~ '10 ha pe,did0 lIa(l<l. p0,qUC el tillU'0 110 c~iSlc P;U11 el allimal~ .. N0 pllSl'C 111'
p;lSad0 COII>ci~lIIC. En la ~xpc,i~lIcia de lus allimalcs illft:riurts C~i>lCII. P'~'SllIlliblcIllCIIIC. imág~'JCS. pe'0
'10 ideas lIi "'cUCrOOs...... 209s.
12 Espín/U. persona y sociedad. 8arcdona 1982. WIISliIUj'C la "adul-ciólI de '\/II/d. se!{ and SOCiel):
~'Sl'TiIUS aCllsmál il'llS ,>rgallinoos ~" 10"10 a '10"15 10""ldas c 11 sus CUISUS y lIlalluscri 10S p0' disc ipulus d i,~-c10S
del m"0' (1927-1930).
/]olelíll Míllare.l' Cario
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José !Jwdma Lópe= II/\'oloon y dlsolllClon modema de 111 uknudad personal
Se puede deeir que el "yo" aparece experimentalmente como un aparte de
un ·'mi". El paso activo hacia el futuro. impredecible. es el paso del ·'yo". La
reacción del "yo" a las actitudes de los otros que se consolidan en la persona
como mismidad contiene siempre un elemento de novedad. "EI 'yo' proporciona
la sensación de libertad. de iniciativa". Para los actos del yo puede existir
una necesidad moral. pero no una necesidad mecánica. La distinción del
"yo" y el "m i" no es ficticia. Ambos const ituyen una persol/alidad. tal y como
ella aparece en la experiencia social. Sin esas dos fases no podria existir la
responsabilidad consciente. y no habria nada nuevo en la experiencia. ni tampoco
progreso social.
Podemos reaccionar contra la actitud de la comunidad. pero sólo en la
medida en que previamente adoptamos su actitud. "La idea de uno es la
respuesta que uno ofrece a la exigencia social que se le hace". La persona es
un remolino en la corriente social. pero una parte de dicha corriente. El "yo"
es un proyecto de reorganización de la sociedad. porque la única fonna en que
podemos reaccionar contra la desaprobación de la comunidad entera es
estab lec iendo 1/1/(1 clase superior de COI/IUI/ idad. que. en cierto sent ido. supere
en número de votos a la que conocemos (pg. 196). Una persona puede levantarse
ella sola contra el mundo que le rodea. pero ha de hablarse a si misma
con la voz de la razón. abarcando las voces del pasado y del futuro. "Ésa es la
ún ica fonlla en que la persona puede lograr una voz que sea mayor que la voz
de la comun idad".
Mead anticipa la idea. de moda en la teoria de la inteligencia artificial de
los años ochenta. de un "yo" que emerge como una totalidad creat iva del "m i".
que es el indi viduo convenciona l. habitua 1. La reorgan izac ión emergente int roduce
algo que no existia antes. El todo es asi mayor que las partes. como el
agua es otra cosa que las moléculas de oxigeno e hidrógeno de que está hecha.
En definitiva: "En la media en que el animal puede adoptar la actitud del
otro y utilizar esa actitud para la fiscalización de su conducta. en esa medida
tenemos lo que se denomina espiritu" (217).
LA RECONQUISTA DE LA CONCIENCIA
El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) se rebeló contra una "psicologia
sin alma" y sin conciencia. igual que reaccionó contra el reduccionismo
de Freud y Adler. porque reducian la psique a sexualidad o voluntad de poder.
Para Jung. la hipótesis del Espiritu no es más fantástica que la de la materia.
Si bien toda la psicologia ha estado centrada en el análisis de las sensaciones
y de la conciencia. el yo y la concienc ia son un brote tardio de la evolución
de la vida inconsciente. La forma original del yo es una simple cOl/ciel/cia
de grupo (como en Mead). Pero la vida y el alma existen antes que el yo.
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José 8wdma Lópe: I"'"ennón y d/~"olllnón mO<:il!ma de la IIkllllllad personal
como un inmenso océano sobre el que el yo logra mantenerse a flote. como si
fuese un frágil navío. Todos estamos expuestos a los peligros de ese abismo
oceánico del que emergen nuestras conciencias y que nos absorbe durante el
suer'ío: los neuróticos achican agua o se angustian mortalmente ante el peligro
de que zozobren sus embarcaciones.
El il/col/sciel/re coleCfil'o dispone de una masa extraordinaria de percepciones
sublimales. intenciones. presentimientos. sentimientos y pensamientos.
depositada en el transcurso de la vida de la especie (sedimento de la experiencia
de nuestros antepasados desde hace uno o dos millones de ar'íos). mientras
que el cOl/sciel/re. a pesar de su intensidad y concentración. es puramente
efímero. y su memoria sólo abarca la experiencia individual que se extiende a
unos pocos decenios y se apoya en registros como la literatura.
La conquista de la conciencia es tanto el bien supremo como la fuente de
todos los males de la humanidad. el fruto más precioso del Árbol de la Vida.
La conciencia debe estar en artnonia con las necesidades de la vida inconsciente.
para armonizarla es fundamental la reflexión sobre los propios suer'íos.
"Meditar sobre los propios suer'íos es I'oll'er a 11/10 misil/o". al "alma inconsciente
y ún ica de la humanidad" (pg. 69)13. Además del suer'ío. la más poderosa
y espontánea de todas las actividades espirituales es la actividad religiosa.
"mucho más arraigada en el hombre moderno que la sexualidad o la
adaptación social".
La concienc ia es intenll itente. discont inua. sólo ocupa entre la mitad y dos
tercios de la duración de la vida humana. De hecho. son pocos los momentos
en los que se es realmente consciente. Además. sólo se extiende a un número
pequer'ío de representaciones (esrrechez de la conciencia).
¿Qué es el yo? Una magnitud infinitamente compleja. algo como una condensación
y un amontonamiento de datos y de sensaciones:
a) la percepción de la posición que ocupa el cuerpo en el espacio.
b) las sensaciones de frio. calor. hambre...
c) la percepción de los estados afectivos.
d) una masa enonne de recuerdos.
El elemento esencial es el esrado afeCfil'014. por eso la conciencia del yo
es más aguda e intensa cuando estamos dominados por un afecto. Es posible
que ese sea también el elemento originario y que la conciencia naciera durante
un afecto doloroso. de un golpe en la cara. de un hecho inesperado o del
choque con alguna costumbre. por ejemplo.
u Carl G. JUlIg. Los complejos)' d /i/COi/SCWlI!e. Alial1~<l. l\'ladrid. 1983.
14 T;lIllbiéll lus allimales. 1:11 eS1\: sclllidu. licllclI UII yu.
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2004.23: 151·165
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José !Jwdma Lópe= II/\'oloon y dlsolllClon modema de 111 uknudad personal
La conciencia es un órgano de orientación. y utiliza ciertas funciones para
orientarse tanto en el espacio interior como en el exterior. en su ambiente:
a) la sensación. que es por esencia irracional.
b) el pensamiento. fünción racional que juzga y excluye. precisando lo
que las cosas son. diferenciando lo que no son.
c) la intuición. que es "cierto olfato para el origen de las cosas y el presentimiento
de su evolución".
d) el sentimiento. que me dicta el valor que un objeto tiene para mi. por
cómo me afecta. y que es para Jung una función racional. al contrario
que la intuición.
A-I.----'-----'-----'---+ t"-..L..L..L..L- A'
~l ... 5ACIO....
t~SAU.IC'" t • o
,,.,1 UlC10+
Fn este dibujo esquemático el yo. cruzado por una línea AK. ,~)areee fraccionado en dos p,lrtes.
1,(1 parte inferior rO es inconsciente. el círculo m¡'1S central representa al yo. en torno al cual figuran
sus cuatro funciones de orientación. cuyo orden varía de modo individual.
Estas cuatro funciones no son únicamente patrimonio del consciente. sino
que pueden ser ejercidas sin participación de la conciencia. están dotadas de
energia especifica. que puede ser decuplicada libremente por la atención y la
voluntad (fuerza creadora del yo) y su actividad está presidida por una tellsión
energética. existiendo un gran margen de variaciones individuales. "EI caso
ideal seria aquel en que las cuatro funciones estuvieran dotadas de los mismos
recursos energéticos" (pg. 103). El desequilibrio o unilateralidad singular
puede ser origen de perturbaciones. Si una de estas funciones no es empleada.
se desarrolla y pierde en el inconsciente. provocando una activación poco
natural de éste. pues la evolución humana ha llegado a un estadio en que estas
funciones pueden y deben ejercerse ell la conciencia.
Estas cuatro funciones se oponen. dos a dos. En el esquema siguiente. el
sujeto figura en el centro. es el yo dotado de la energia especifica a la que llamamos
voluntad. El ser intuitivo se opone al ser sensorial. El primero percibe
la atmósfera de las cosas. mientras el segundo las aferra con sus sentidos.
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José 8wdma Lópl!: !""I!nnón y dl~'olllnón mO<:il!ma dI! la IIkllllllad personal
.-
Unn incomp<llibilidnd nnálogn existe entre el pensnmiento y el sentimiento.
Si queremos precisnr lógic<llnente lo que Ins cosns SOI1 hemos de situnrnos.
ni menos mOlllentáne<lll1ente. ni mnrgen de todn vnloración. Un tipo hnbitundo
n controlnr su razonnmiento. un tipo intelectunl. por ejemplo. puede tener un
terrible miedo n en<lll1orarse.
Pnra orientnrse en el espncio interior. In conciencinutilizn otras funciones
como In memorin. Ins contribuciones subjetivns de Ins funciones o penS<
llnientos subsidinrios (lo que podemos pensnr ni mnrgen y que contrarrestn.
n veces peligrosnmente. nuestra intención). y los nfectos. potencins nutóno-
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mas que la tradición ha personificado. En cuarto lugar están las irrupciones
del inconsciente. fantasías o fragmentos de fantasías que se agregan a la concienc
ia con fragor afectivo. en fonna de impresión. opin iÓn. prejuicio. ilusión
e incluso alucinación. Más allá de estas irrupciones está el mundo inconsciente
oscuro (v. esquema supra) del que no captamos sino fragmentos.
aunque podamos hablar de una presciencia general del conjunto. está recubierto
de una sombra profunda. La voluntad. la energía específica del yo.
puede educarse intensificando el vínculo entre la pa labra y la acc iÓn. También
puede educarse internamente. iluminando zonas cada vez más profundas de
la interioridad. pero su eficacia sobre las capas más profundas del psiquismo
es débil y rara vez va más allá del recuerdo. La psicología analítica. así como
las filosofías orientales. han aspirado a crear un orden y una disciplina en este
mundo interior.
Según la vida del yo se vierta hacia la conciencia del mundo externo (nYs.
1.4) o hacia la interioridad del propio mundo tendremos dos tipos humanos:
los exrrol'erridos. quienes ante una dificultad huyen fuera de sí mismos y los
il/rroverridos. quienes sucumben a una fascinación íntima y huyen hacia un
mundo imaginario. hasta que un día estallan.
Lo que el yo no logra incorporarse puede ser patógeno. Lo que el yo
asume como Iim itac ión. culpa o "pecado". puede hacerle sufrir. pero se puede
vivir con ello; sin embargo. el rechazo trae como consecuencia peligrosas
pert urbac iones.
EL YO COMO COMPLEJO AFECTIVO CONSCIENTE Y VULNERABLE
Lo más interesante de las ideas de Jung sobre el tema de la identidad personal
se infiere de la relación del yo con su teoría de los complejos. Los COI/IpIejos
son contenidos psíquicos de tonal idad afect iva. Son "complejos" porque
involucran. en distintos grados. contenidos tanto conscientes como inconscientes.
Es "como una sopa demasiado caliente que no se puede llevar a los
labios". o sea. actividades emocionales de las que se prefiere no hablar directamente.
las cosas que se quieren disimular. Actúan como una especie de imán.
como un centro cargado de energía atractiva que se anexiona todo cuanto se
encuentra a su alcance. Todas las experiencias nuevas quedan sometidas al
complejo predominante como a un inmutable prejuicio original.
Así pues. el yo no se diferencia mucho de lo que podríamos llamar un
complejo dOl/lil/wue. Pero además. siempre hay otros complejos que gozan de
una autonomía acentuada. es decir. actúan como entidades psíquicas que van
y vienen según su capricho. llevando en nuestro psiquismo una vida parasitaria
y haciendo su irrupción en la ordenación o desordenación del yo. alterando
nuestra conciencia. incurriendo en malentendidos o perturbando nuestra
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memoria. Las lagunas y las falsificaciones del recuerdo se concentran con
regularidad en los dominios asociativos perturbados por complejos. Nos
empujan a mentir sin damos cuenta. a contradecirnos. deprimiendo la conciencia
o volviéndola vaga y sor'íadora. provocando una pérdida de libido.
pues la energia es captada por otro centro que rivaliza con el yo. La tradición
mitica habla de elfos. de kobolds. de duendes. de súcubos o incubos. y de
hecho los complejos adquieren personalidad en los suer'íos.
El complejo del yo es. simplemente. un complejo afeClil'o I/orlllal o ¡tormalizado.
que tiene un efecto poderoso y atrayente sobre toda clase de representaciones.
pudiendo ocupar por si sólo toda la conciencia. aunque esto es
anormal y hasta moralmente peligroso. cuando se está poseido mezquinamente
por el propio yo. La diferencia fundamental entre los demás complejos y el
complejo al que llamarnos "yo" es que éste tiene conciencia propia. de modo
que puede volverse sobre si mismo y concebirse a si mismo. Los otros sólo tienen
trazas de conciencia. son en realidad "yoes" parciales inconscientes. Jung
sostiene que la libido. el potencial energético de la vida psiquica. es inmutable.
asi que hay una compensación dinámica entre el yo consciente y los yoes
parciales o complejos. que pugnan por abrirse paso hacia la conciencia transgrediendo
antiguos tabúes.
La unidad de la conciencia y la supremacia de la voluntad son vulneradas
por la existencia de los complejos. Limitan pues nuestra libertad. cargándola
con pensam ientos obsesivos y acciones forzadas. como imágenes emoc ionales
y vivaces de una situación psiquica detenida. imagen incompatible con la act itud
y la atmósfera consciente habituales. puesto que su sumisión a las disposiciones
de la conciencia son fügaces. Se pueden reprimir. pero reaparecen incesantemente
con una curva de act ividad ondulatoria. pon iendo de man ifiesto las
vastas posibilidades de escisión que tiene la conciencia. pues aunque no tengan
conciencia. cada una de estas parcelas de personalidad o personalidades
parciales ("'psiques parcelarias escindidas'') poseen un componente de carácter
y una memoria propia. con un alto grado de autonomia. Se comportan como
genios malignos cartesianos. robándonos el nombre de la persona a la que
vamos a presentar o poniéndonos en la punta de la lengua la palabra que no
hay que pronunciar. corno si fuesen (rasgos.
Tienen su origen en un trauma o un choque emocional. que aislaron un
compartimento de la mente. Una de sus causas más frecuentes es un cOI//liClo
/IIoral. Los primitivos no psicologizaban los complejos sino que los sentian
como entidades per se. como demol/ios. De los complejos depende el bienestar
o el malestar de la vida personal. pues pueden resultar parásitos devastadores.
Más que pensarlos corno seres imaginarios. habria que compararlos con
infecciones o tumores malignos. si no se los controla. aunque en si mismos
considerados no son más que man ifestac iones vita les: ul/idades I'il'iel/(es de la
psique il/col/sciel/(e.
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Los complejos que han constituido en el psicoanálisis la via regia hacia el
inconsciente son universales (el yo como lugar de encuentro de diversos
arquetipos). Los psicólogos tampoco están libres de ellos y determinan la concepción
psicológica que harán suya. Pensados en genera 1como aquello que no
está dominado en el hombre. se aproximan a fo II/III/ÚIOSO de RudolfOtto. al
rremel/dulII psíquico. que se ofrece como un problema terapéutico. pero también
como un problema filosófico y un problema moral.
YO VIRTUAL DISTRIBUIDO
Los primitivos admiten con frecuencia varias almas. Los postmodemos
tenemos tantas como roles representarnos en los medios de comunicación. Si
en el renacimiento Prometeo sustituyó a Adan como arquetipo del humano. en
la actualidad Prometeo ha sido sustituido por Proteo. el dios oracular y marino
de las metamorfosis.
Sherry Turkle. en su libro La vida el/ fa pal/raffa. La COl/srrucciÓI/ de fa
idel/ridad el/ fa era de II/temet. ha estudiado la historia reciente de la erosión
de las fronteras entre lo real y lo virtual. lo animado y lo inanimado. el yo unitario
y el yo múltiple. en la "cultura de la simulación". en la cultura de la navegación
por la Magna Malla Mundial (\\1 \V \\1).
Hay cada vez más gente que vive sumergida en el fluido de los monitores.
o cuya vida real (VR) es muy principalmente vida virtual (VV). Las redes partiCldares.
los MUO (Dominios para Múltiples Usuarios). los grupos de discusión.
las 1istas de correo. las plataformas académ icas o privadas. se han vuelto
laboratorios para experimentar con la ident idad. mediante una presencia virtual
distribuida. Por su parte. la VR se contamina del modo de ser de la VV. la
vida real es vista como una ventana más. y no corno la mejor. "El ser y el
aparecer confluyen y se confunden" (Domingo Femández Agis).
Las vel/lal/as se han convertido en una metáfora poderosa para pensar el
yo como un sistema de múltiples tentáculos. en atrofia o hipertrofia incesante.
El yo se distribuye en múltiples papeles al mismo tiempo. que se representan
sin cuerpo o con una figura inventada.
La tesis de la psicóloga del MIT tiene alcance filosófico. lo que en
Foucault, Lacan l5. Deleuze. Guattari o Derrida fueron ejercicios abstractos
han pasado a ser prácticas cotidianas y reales en la virtualidad de la Magna
Malla Mundial con consecuencias perceptibles (cibersexo I6. ciberamor. divorcios
causados por enamoramientos en la red. cibertrabajo. etc.).
15 IktíriClld0 al gil\) C\.'pl'TllicaIl0 i"'PUl'S10 (J0r Frcud, dil'C Lacall: "El psiwan;\lisis Ic allllllcia quc lI;;lcd
110 es "'ás el CClllr0dc lIs1cd ",i;;"'0, ya quc habiaalli 0lr0sujC10, el illwlI;;ciclllc" ~clllrt:\'i;;¡ade Madclcinc
Ch;lp;;;s1, CII "'''''''.e1 ill icalllclllc.l'0l1ulf/a" icul0S/c \'·lacan.1u. l.
ló IIIK'TIICI ha pr0[¡;1d0 dcfílliliv;unCHlC alg0 quc ya sabia 1'lalólI, quc el 90% del SC\0 licllc lugar l" la IIlClIlc.
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Las teorias del descentramiento o de la diseminación. que han descrito el
yo unitario como una ilusión. han tenido una lenta imposición. debido sobre
todo al hecho de que en la experiencia vivida el yo unitario es la realidad más
básica y el supuesto más consistente. a no ser que estemos locos de atar. pero
la navegación por la Red muestra que las palabras SOIl hechos y que nuestra
identidad. asi como nuestra dirección. puede conservarse. diseminarse y multi
pi icarse ret icularmente.
En Intemet me encuentro con personajes que me sitúan en una nueva
relación conmigo. Estos personajes pueden tener por detrás a una persona de
carne y hueso o ser bors (programas de ordenador capaces de vagar por el
ciberespac io e interactuar con personajes de allí). inc luso puede ser que uno de
estos bols simule ser uno de nosotros y adopte nuestro nombre y mande cartas
envenenadas. usando nuestra lista de direcciones.
Los "espacios virtuales" constituyen un nuevo entomo ---distinto de la
naturaleza o la ciudad- en el que la gente y las máquinas tienen una nueva
relación. Las \1'cbs constituyen constelaciones en las que se está rehaciendo
rápidamente la identidad humana, como algo dcsccllrrado. fluido. 1/0 tillcal y
opaco. Todos estos atributos son categorias del pensam iento posmoderno. que
se oponen a los términos propios del pensamiento modenlO o ilustrado. La
visión moderna de la realidad era lineal. lógica. jerárquica y contaba con profundidades
que podian ser dilucidadas y comprendidas. La maquinaria de los
ordenadores se ha convertido en la base de la filosofia radicalmente contramecanicista
del posmodernismo y las ideas computacionales se presentan
como una de las grandes metanarrativas modernas. una metanarrativa que conduce
a un relato hecho de recortes y fragmentos anón imos. plagado de en laces
que conducen a todos sitios y a ningún sitio. un relato interactivo.
Asi que estamos evolucionando desde una cultura moderna del cálculo
lógico a una cultura posmoderna de la simulación. en la que la inteligencia no
se ve ya del mismo modo que a mediados del siglo pasado. como una secuencia
de algoritmos o una máquina de razonar. sino como algo que esperamos
que emerja de la interacción simbólica que amplia globalmente la presencia
fisica del individuo en una constelación de personas y programas en metamorfosis
perpetua.
Cabe que nos preguntemos ya hasta qué punto nos hemos convertido en
cyborgs. en ciberorgan ismos conectados a máquinas y que piensan gracias a la
ayuda de máquinas. De hecho. la mayoría de nosotros encontrariamos serias
dificultades para seguir creciendo o transformándonos personalmente sin la
relación que mantenernos con y a través del ordenador.
Los delirios. los suer'íos. las piedras y los animales. fueron en el siglo pasado
los objetos de estudio y prueba para Freud o Darwin. En las últimas décadas.
el ordenador se ha convertido en el objeto de análisis y comprobación del posmodernismo.
El ordenador nos lleva más allá del mundo de los suer'íos y las
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bestias. en él podemos contemplar el funcionamiento de un inmenso cerebro
global en evolución y la vida mental que existe apartada de nuestros cuerpos.
A principios del siglo pasado y principios de éste el usuario ha sustituido
al programador. con la ventaja de que todos podemos ser usuarios aunque no
entendamos nada de electrónica. ni papa de telemática o de cibernética. En la
cultura de la simulación. si te funciona quiere decir que tiene toda la realidad
necesaria. Las máquinas pueden ser contempladas como objetos psicológicos
y la gente corno máquinas vivientes. El cerebro puede ser descrito explicitamente
como un ordenador con emoc iones y la Red de redes como un inmenso
ciberorganismo en incesante metamorfosis.
No es casual que la gente recurra a la red para dar significado a su identidad.
pues vivimos en un periodo histórico caracterizado por una amplia desestruct
urac ión de las organ izac iones tradic ionales y los referentes históricos. Por
supuesto que en la red uno no puede llegar a ser lo que quiere. pero puede
simularlo. Además. la gente recurre a los ordenadores para experiencias que
espera cambien sus modos de pensar o que afecten a sus vidas sociales y emocionales.
y piensa en su propio ordenador corno una máquina intima. con la
que interactúa erÓticamente. con una o con las dos manos en el teclado. Las
pantallas del ordenador son el nuevo entorno de nuestro imaginario y por consiguiente
han adquirido un protagonismo notable en la construcción comunicativa
de nuestra cada vez másproreica identidad.
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