AGUSTÍN MILLARES CARLO EN LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA:
SU EXPEDIENTE PERSONAL
MANUERL AM~REMZU NOZ
Seminario de Humanidades "Agustín Millares Carlo"
RESUMEN
En 1995, la Universidad del Zulia (Maracaibo) cedió al Seminario de
Humanidades Agustín Millares Carlo una copia del expediente perso-nal
de don Agustín, relativo al período en el que prestó sus servicios como
docente e investigador. Este trabajo pretende dar a conocer la existencia
de esta documentación, para su utilización por futuros investigadores, y
proporcionar algunas referencias biográficas sobre la actividad de Milla-res
en la universidad venezolana.
Dentro del panorama cultural abierto en Las Palmas de Gran Canaria durante el
año 1993, sobresale con nota relevante el Congreso celebrado en el Centro Asocia-do
de la UNED, "Agustín Millares Carlo: Maestro de Medievalistas", en el que
prestigiosos paleógrafos, filólogos e historiadores dieron a la obra del polígrafo
canario una dimensión nueva y una valoración cualitativa, con el objetivo claro de
situar a don Agustín en el lugar que le corresponde en el campo de las Humanida-des.
Ciertamente, este acto de reconocimiento no ha sido el primero; otros actos y
otros homenajes le antecedieron, pero ninguno ha tenido la trascendencia de éste,
en el que el compromiso institucional se ha hecho realidad en dos grandes proyec-tos:
la publicación de la monumental obra Corpus de Códices Vis&yjticos,y la con-vocatoria
del "1 Premio Internacional de Humanidades AGUSTÍN MILLARES
CARLO".
Pero si estos proyectos, por su importancia para la comunidad científica reba-
Boletín Millares Carlo, núm. 14. Centro Asociado UNED. Las Palmas de Gran Canaria. 1995
66 MANUEL RAM~REZM UNOZ
san el ámbito nacional, hay otros muchos, de pequeña cuantía, que se llevan a cabo
actualmente en el silencio en cierto modo conventual, de1 "Seminario de Humani-dades
Agustín Millares Carlo", del Centro Asociado de la UNED de Las Palmas.
Allí, día a día, sin apenas medios, pero unidos por el amor a la investigación y el
respeto a la figura de don Agustín, un grupo de investigadores estudian diversos
aspectos de la obra del Maestro -algunos inéditos '-, y tratan dc cnriqucccr con
aportaciones científicas y docun~entalese, l fragn~entariod epósito que se consci-va
en el Seminario.
En este sentido, resultan elocuentes los trabajos que está realizando Antonio
Henríquez Jiménez, dedicado a la muy laboriosa tarea de rescatar el extensísimo
epistolario de don Agustín, desperdigado en archivos particulares de Estados Uni-dos,
México, Venezuela, Francia, Italia, Bélgica, Inglaterra y España. La literatura
epistolar de don Agustín, por su importancia, es muy difícil de valorar. Por una par-te,
Millares fue un impenitente escritor de cartas en las que desde sus primeros "7
D
años de ausencia de la Isla, fue reflejando trabajos, ilusiones, reveses, proyectos. E
etc., constituyendo las mismas una fuente inapreciable para conoccr los aspectos O n
más íntimos de su bonachona personalidad. Por otra, el hecho de que gran parte de -- m
su bibliografía la llevara a cabo durante la treintena de años que duró su exilio. le O
E
obligó a utilizar la correspondencia con un fin eminentemente práctico: conseguir E
2
E datos de archivos y bibliotecas, que tan bien conocía, y que debido a la distancia no -
podía personalmente acceder a ellas. 3
Y junto a la gran cantidad de copias de cartas con las que el Seminario se enri- --
quece día a día, gracias a los desvelos y trabajos de Antonio Henríquc~. una 0
m
E
importante colección de papeles ha venido a engrosar el corpus documental de O
don Agustín. Se trata de una copia de su expediente personal que comprende todo
el tiempo que perteneció al Claustro de la Universidad del Zulia ', en Maracaibo. n
E
y que permitirá ampliar la biografía del Maestro durante su estancia en Vcnezue-
-
a
la. Aunque la figura de Millares está exhaustivamente tratada por su biógrafo José 2
n
A. Moreiro González', creo que un estudio minucioso de dicho expediente tal n
vez pueda aportar algún aspecto inédito, que completado con el epistolario quc 30
actualmente se está rescatando, contribuirá indudablemente a un mejor conoci-miento
de la vida y la obra de un personaje irrepetible, el mayor humanista cana-rio
del siglo xx.
' Vid. mi artículo "Ne hault, ne bas ... mediocrement" (Millares Carlo y la Décima Musa. Un trLi-bajo
inédito sobre Sor Juana Inés de la Cruz), en Esptrcio, Tiempo y Formi. Madrid. UNED. Serie 1V.
Historia Moderna, t. 7, 1994, pp. 175-198.
? El envío de la copia del expediente ha sido posible gracias al interés del profewr granconario
residente en Venezuela, Carlos SÁNCHEZ Diu, alumno y colaborador de don Agush y pcrtenecicntc
a la Universidad del Zulía.
Vid. Moreiro González, José A. Agusrín Millares Ccirlo: rl f iof l tb~y rl Strhio. Gobierno de
Canarias, 1989 [Colección Clavijo y Fajardo: 51.
AGUST~N MILLARES CARLO EN LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA 67
DRAMA PERSONAL Y EXILIO
A la vista de los trabajos que últimamente se han publicado sobre Agustín Milla-res
Carlo, encabezados por la magnífica biografía que de él hizo José A. Moreiro, se
tiene la tentación de pensar que disponemos de información suficiente para reconstruir
la vida de nuestro personaje. Sin embargo, es muy difícil "trazar la vida de un hombre
que, arrastrado por los acontecimientos históricos, pasó sus ochenta y siete años en dos
mundos y cuatro moradas", como acertadamente escribió Ascensión Hernández 4. En
el segundo - e l americane, dos veces tuvo don Agustín que rehacer su vida, siendo
la causa de la primera el trágico aldabonazo que con tan dramáticas consecuencias
resonó en las conciencias españolas el 18 de julio de 1936. Y aquellos primeros meses
de guerra civil le fueron cerrando caminos, cuya andadura había preparado cuidadosa-mente
y en cuyos márgenes empezaban a materializarse sus deseos y sus esperanzas.
Como Secretario de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central y
Director General de Archivos y Bibliotecas, vivió unos meses ayudando al Gobierno
de la 11 República mediante la difusión de la cultura española, objetivo principal para
el humanista Millares que, aunque republicano convencido, estuvo totalmente alejado
de cargos políticos. Entre Hendaya, donde se trasladó con su familia a finales de 1936,
Madrid, Valencia y Barcelona, vivió un horizonte de negros nubarrones pues la guerra
civil, "que desgajó brutalmente todos los aspectos de la existencia de don Agustín, fue
especialmente cruel con su vida familiar" 6. En 1938 murió su esposa Paula, quedando
"sentimentalmente roto y con las manos vacías" 7. El jefe del Gobierno republicano, el
grancanario Juan Negnn, amigo de don Agustín y conocedor no sólo de su tragedia
personal, sino de la que se avizoraba a nivel nacional, vio como solución inmediata
alejarlo de nuestra fronteras, nombrándole vicecónsul de España en México.
Era el comienzo de una andadura de 30 años dedicado intensamente a tareas
universitarias. A pesar de las amarguras que llevaba aparejado el exilio en el que
quedarían en suspenso muchos trabajos, algunos de los cuales "se perderán irremi-siblemente"
', la obra de don Agustín se consolidará en el terreno de la filología, la
historia, la bibliografía, la archivística y la paleografía, y harán de Millares una de
las figuras humanísticas más importantes del siglo xx. Cerca de 300 títulos en estos
campos 9, algunos ya clásicos en la totalidad de las Facultades hispanoamericanas,
avalan el parangón del polígrafo grancanario con sabios de la talla de Menéndez
Pidal o de Menéndez y Pelayo.
HERNÁNDEDZE LEÓN-PORTILLAAs,c ensión. "Agustín Millares Carlo, polígrafo de España y de
América" en Cuadernos Americanos, México, UNAM, 47 (1994), p. 97.
Nombrado el 12 de octubre de 1936, por el Decano de Facultad Julián BESTEIRO.
MOREIROGO NZÁLEZO.p . cit., p. 156. ' MOREIROG ONZÁLEZO.p . cit., p. 157.
Ibid.
Para un estudio detallado de la bibliografía de don Agustín, véase, además del libro de MOREIRO
GONZÁLEZo,p . cit., el trabajo de PESCADODRE L HOYO,M .a del Carmen; "Agustín Millares Carlo", en
Homenaje a Agustín Millares Carlo, Las Palmas de G.C., Caja Insular de Ahorros, 1975, t. 1, pp. 17-93.
68 MANUEL RAM~REZM UNOZ
Compañera inseparable de don Agustín, a lo largo de las tres décadas de sepa-ración
de su patria chica fue la nostalgia 'O, y la amargura de que sus esfuerzos no
se vieran a veces correspondidos. En 1949, le decía a su hermano Juan que se
sentía viejo y cansado y "temeroso de dar el día menos pensado el bajón" ' l . Ante
el deseo de aquél de cambiar de vida en México, don Agustín le disuadió co-mentándole
con una sombra de amargura que "el sacrificio por los ideales es muy
bello, pero está condicionado, no por el egoísmo, sino por el límite de las fuerzas
humanas" 12. Fuerzas que don Agustín derrochó ampliamente y que se pusieron de
manifiesto, cuando casi septuagenario, abandonó México para empezar una nueva
singladura en Venezuela, obligado por las múltiples trabas y exigencias que
imponía el nacionalismo imperante en la Facultad mexicana. Para su biógrafo José
A. Moreiro resultaba "doloroso que una persona de talante tan amplio, humano y
caballeroso como era don Agustín tuviese que atravesar tan sombrías regiones de
incomprensión y chauvinismo7' ". El comienzo de una nueva vida era una empre- m -
sa que exigía la enérgica actitud de un hombre en plena juventud, y Millares Cado E
la llevó a cabo sin tener en cuenta que el peso de los años le exigía un doble esfuer- O
zo. Sobre su traslado a Venezuela, don Agustín escribía a su sobrino Id, "haciendo n-- m
un poco de historia", que en septiembre de 1959 recibió inesperadamente una invi- O
E
tación de la Universidad de Maracaibo para explicar las cátedras de griego y latín E
2
en su recién fundada Facultad de Humanidades y dirigir la biblioteca universita- -E
ria 15. "El sueldo de 4 mil bolívares (1200 dólares) mensuales, era tentador. No obs-tante,
me negué en principio, lo medité luego y me decidí a correr la aventura final-
3
-
mente. Pensé que, disponiendo del año sabático, podía ahorrar algún dinero" 16.
-
0
m
E
O
LA SINGLADURA VENEZOLANA DE AGUSTÍN MILLARES n
-E
a
La enorme capacidad de trabajo de don Agustín y la lucidez de su mente, siem- n
pre ágil y activa, harán que su edad -nos dice Carlos Sánchez Díaz 17-, fuera una n
cifra engañosa. La disposición al trabajo, que mantuvo en pleno vigor hasta el O3
'O Vid. mi artículo, "Agustín Millares Carlo: la nostalgia en el exilio", en Bol~tírrM illrrr-es Crirlo.
13 (1994), pp. 346-354.
" Carta de Agustín Millares Carlo (en adelante AMC) a su hermano Juan. México. 19-6-1949.
Archivo Seminario de Humanidades Agustín Millares Carlo (en adelante ASHAMC). Fondo Agustíri
Millares Sall (en adelante AMS).
l 2 Ibid.
l 3 MOREIRGOO NZÁLEZO.p . cit., p. 226.
l4 Carta de AMC a AMS. Maracaibo, 2 1-2- 1960 (ASHAMC).
'"a invitación la hizo el Secretario de la Universidad del Zulía, Humberto J. La Roche. el
27-8- 1959, especificándose en ella las condiciones de tiempo y remuneración. "Expediente Personal".
(ASHAMC).
l6 Carta cit. a AMS de 2 1-2- 1960.
" SÁNCHEDZ ~AzC, arlos. Bibilografía Vene;olana de Agzisrín Millares Curlo. Hornetzuje erz los
100 años de su natalicio. Maracaibo, Universidad del Zulia, 1994. p. 6.
AGUSTÍN MILLARES CARLO EN LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA 69
último instante de su vida, hicieron de Millares un "ilustre joven" -como lo cali-fica
Pedro Grases-, que dejó una huella imborrable en la universidad venezolana,
en la que el paso del tiempo aún no ha hecho desaparecer el eco de sus magistrales
lecciones. El Dr. Grases que se refiere a Millares como "egregio varón hispanísi-mo,
ejemplo de maestro y espejo para los amigos" 18, fue un valedor extraordina-rio
para el traslado de don Agustín a Maracaibo en cuya universidad realizó una
admirable labor: como profesor de latín y griego y director de la Biblioteca Gene-ral,
y como investigador. Esta última actividad la desarrolló en tres líneas funda-mentales:
la bibliografía, la archivística y la historia venezolanas. Estas líneas fue-ron
estudiadas por José A. Moreiro en profundidad l9 y Carlos Sánchez Díaz, en
una publicación reciente 20 recoge sus resultados: una bibliografía compuesta por
68 registros referentes a libros y artículos que enriquecieron el acervo cultural del
país que le acogió. El reconocimiento a su magisterio y a su labor investigadora fue
constante. Al Doctorado Honoris Causa por la Universidad del Zulia, hay que unir
la concesión de la Orden de la Ciudad de Maracaibo 21 y la Orden Francisco de
Miranda y su incorporación a la Academia Nacional de la Historia, así como su
nombramiento de miembro de la Asociación Venezolana de Archiveros 22, con
carácter honorario.
Si en el terreno científico la singladura venezolana de don Agustín está llena de
éxitos indudables, no ocurrió así en el aspecto personal pues los últimos años de su
vida estuvieron marcados por una serie de problemas familiares y sentimentales,
que no impidieron "el desarrollo correcto y constante de la investigación y la
docencia" 23. Aunque no fueron novedad para él, la soledad y las dificultades
económicas acompañaron constantemente al profesor, que a sus casi setenta años
recaló en Venezuela, y que de forma regular, en las cartas dirigidas a su sobrino
Agustín Millares Sall, fue desgranando el rosario interminable de las pequeñas
amarguras que tanto le afectaron en su entrañable ancianidad. Don Agustín, por
una parte, se encontró con un ambiente universitario que en principio no respondía
al rigor que él exigía hasta en sus más pequeños trabajos 24. Por otra, las condicio-l
8 Carta de Pedro GRASESa José A. MOREIRGOO NZÁLEZde, 22-3-1993, (ASHAMC).
I y MOREIROGO NZÁLEZO.p . cit., cap. X , XI y XII.
20 SÁNCHEDZ ~AzC, . Op. cit.
2' En 1977 y en oficio de 14 de octubre, Dalmiro DE LA VALGOMYA D ~Az-VARELSAe,c retario de
la Real Academia de la Historia, le comunicaba a don Agustín: "Excmo. Sr., Enterada esta Real Aca-demia
de la Historia por el que suscribe, del Homenaje que ha rendido a V.E. la ciudad venezolana de
Maracaibo, confiriéndole su Medalla municipal, otorgada por vez primera, me comisiona para que
transmita a V.E. el efusivo parabién de sus colegas de Corporación por tan señalado como merecido
honor" (ASHAMC).
22 SÁNCHEDL ~AzC, . Op. cit.
23 MOREIRGOO NZÁLEZO.p . cit., p. 279.
24 Sobre el ambiente que encontró escribe Millares: "con excepción de algún elemento joven, el
resto del Profesorado de la Facultad son argentinos, chilenos y centroamericanos; hombres más que
maduros, arrojados por la resaca de la vida a estas latitudes [...] En el fondo, todos atormentados por
el ansia de ganar muchos bolívares y tener una sólida cuenta corriente en el banco. A mí todo esto me
repugna...". Carta de AMC a AMS, 21-2-1960 (ASHAMC).
70 MANUEL RAM~REZM UNOZ
nes climáticas tenían que afectar forzosamente a una persona de su edad. Sobre
éstas, escribe a su sobrino: "como no hago ejercicio, y bebo mucha agua j refres-cos,
me estoy poniendo como un 'candray' '? El efecto del calor es tal, que por las
noches, mientras ceno, ya me estoy quedando dormido, lo cual me impide triit>¿\iur
un rato siquiera en las cosas que me apremian"'" Y las estrecheces econdmicas.
que completaban un panorama nada esperanzados, "por otra parte, la \,ida aquí cs
carísima, y no sé qué va a ser de mis proyectos de ahorro" ". Poco tiempo de4pu6s
le dice: "estoy abrumado y convencido de que la mala suerte me persigue" ". Son
razones que en principio parecen f?jar en Agustín Millares la idea dc aspirar ian
solo a "cumplir mi compromiso, no quedar mal y marcharme enseguida" ?'. Pero ni
las circunstancias familiares rozando casi siempre los límites de lo drainlítico. ni
las dificultades ambientales de un entorno a veces hostil para su quebrantada salud.
fueron capaces de disminuir el constante optimismo y la intensa actividad invcs-tigadora
de Millares; actividad adornada con la ilusión vocacional del que einpiua
y llevada a cabo con un único objetivo: enriquecer la comunidad científica con sus
magistrales aportaciones a la historiografía de Venezuela.
VIDA OFICIAL EN LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA
A través de los 278 papeles que contiene el expediente personal de Agustín
Millares Carlo -cuya copia fue cedida generosamente por la universidad del
Zulia-, se puede reconstruir paso a paso el proceso de su integracion en la \,ida
universitaria venezolana. El expediente está dividido en cinco secciones tituladas
"Curriculum vitae y credenciales", "Ingreso", "Ascensos y dedicación". "Pcriiii-sos"
y "Becas, Año Sabático y eventos científicos". Hay una sexta sección, sin títii-lo,
y con copias de documentos referentes a asuntos de diversa natur1,' 1e za.
Al llegar a Venezuela, Millares pudo exhibir como credenciales 3i :idenilía de
ochenta y cuatro títulos y catorce de "próxima publicación", una larga lista de los
servicios prestados en la Universidad Nacional Autónoma de Mixico, tanto en la
Biblioteca Nacional como en la Facultad de Filosofía y Letras, entre el 10 de julio
de 1943 y el 15 de agosto de 1962, especificándose la categoría ostentada en cada
período junto con el sueldo niensual percibido en cada uno de ellos. En esta misma
?' "Se dice del hombre grande y rudo, o dcl animal gigantón y pedo". Ch. Guerra. Piiiicho:
Lixico de Gran Cunaria, Las Palmas de G.C., Mancoinuiiidad de Cabildos- Plan Culturnl. 1977. p. ')O.
Carta de AMC a AMS, de 2 1-2- 1960 (ASHAMC).
27 Ibid.
2"arta de AMC a AMS, 22- 11- 1960 (ASHAMC).
2y Carta de AMC a AMS. 21-2-1960 (ASHAMC). "' Comentando el regreso de su eaposa e hija a México, trata de disimular su wlednd: ">lo \¡\o e11
un Hotel propiedad de un canario, de quien soy cl huésped mimado y prcí'crido". Carta de AMC a
AMS, de 28-5- 196 1 (ASHAMC). " Esta sección consta de 21 papeles, la mayor parte referentes a su bibliografía.
AGUST~N MILLARES CARLO EN LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA 7 1
sección hay una copia del acta de su matrimonio 32 con Herlinda Soto Hernández,
y un certificado del Ministerio de Educación Nacional con las fechas de expedición
de los títulos de Licenciado y Doctor 33.
El primer papel de la sección "Ingreso" 34 es una carta del Secretario de la Uni-versidad
del Zulia, Humberto J. de la Roche 35, proponiéndole regentar las cátedras
de Latín y Griego en la Facultad de Humanidades y la dirección de la Biblioteca
General de la Universidad. El contrato tendría uuna duración de un año prorroga-ble
a voluntad de ambas partes, no siendo su trabajo diario superior a siete horas y
por el que percibiría 4.000 bolívares mensuales, pagando la Universidad los gastos
de viaje (ida y regreso) y el traslado de su biblioteca. Don Agustín, que se sentía
"muy honrado con la invitación que a nombre de de la Universidad del Zulia se
sirve V. hacerme" ", empezó inmediatamente a preparar el viaje y volver a los
estudios del griego que tenía abandonados desde mucho tiempo atrás, confesando
sinceramente "y espero salir airoso de mi cometido, si cuento con un poco de
benevolencia por parte de mis futuros discípulos" 37. NO se limitó Millares a las
materias para las que se le contrató, sino que tuvo a su cargo otras como Presemi-nario
de Letras, Filología Románica, Paleografía e Historia del Libro y de las
Bibliotecas 38.
Agustín Millares Carlo estuvo como Profesor contratado 39, hasta que en 1963
el Consejo de la Facultad aprobó su ingreso en la escala ordinaria del personal
docente ", pasando a la condición de Profesor a tiempo completo 4', y clasificán-dose
como Profesor Asociado a partir de 196642. Para los fines del ascenso se
seleccionó el trabajo titulado Prontuario de Bibliografia General 43, que había sido
publicado por la Universidad del Zulia, obra maestra para el estudio bibliográfico
32 Agustín Millares. viudo y con cincuenta y cinco años, contrajo matrimonio el 22-1 1-1957 en
Atzcapotzalco. Testigos del acto fueron José Ignacio Mantecón, Zoila Mireya, Asunción Millares y
Ernesto de la Torre. " Título de Licenciado en Filosofía y Letras SiLetras. SIHistoria, expedido el 24-1 1-1915. Títu-lo
en Doctor en Filosofía y Letras SiLetras, de fecha 28-1 1-1916.
34 Esta sección consta de 10 papeles.
35 Carta a AMC de fecha 27-8- 1959 (ASHAMC).
3h Carta de AMC a Humberto J. la Roche de 21-9-1959 (ASHAMC).
37 Ibid.
38 Exposición que hace don Agustín Millares al Consejo de la Universidad del Zulia de
25-9- 1963.
3y La sección del expediente "Ascensos y dedicación", tiene 38 papeles relativos a los cargos que
ocupó.
40 Escrito del Decano de la Facultad de Humanidades y Educación, de 3- 12- 1963. " Oficio del Consejo Universitario, de 3- 12- 1963.
4? En uno de los documentos de esta sección aparece la siguiente "NOTA: los méritos extraordi-narios
del Profesor Agustín Millares Carlo, por otra parte reconocidos por la Universidad, al conferir-le
el título de Doctor Honoris Causa, son considerados por la Comisión suficientes para proponer su
clasificación como Asociado a partir del l." de octubre de 1966.
4%illares Carlo, A. Prontuario de Bibliografa General, Maracaibo, ~i iver s idadd el Zulia,
1966, 133 pp.
de Europa y América, y que constituía "credencial de mérito suficiente [...] para el
ascenso del interesado" 44.
Al tiempo que iniciaba su andadura oficial en la Facultad vene7olana. la U n -
versidad de Madrid gracias a las gestiones de un grupo encabefado por Toinlís
Marín, conseguía el reingreso de don Agustín en el Escalafón de Catedrlíticos de
Universidad, de la que fue separado por causas políticas el 25 de noviembre de
1939 45. El día 22 de julio de 1963 Millares, después de pasar "días tremendos de
sufrimiento y de angustia" 46, escribe a su sobrino que el "magnífico" rector de la
Universidad Central le había dado posesión de su cátedra", de la que se jubilaría
pocos días después, el 10 de agosto, al cumplir los 70 años ".
Dentro del normal proceso de ascensos merece destacarse la concesión del gra-do
de Doctor Honoris causa a propuesta de la Asamblea de la Facultad de Huma-nidades
y Educación 49. Entre la larga lista de méritos que adujo la Asamblea peti- m
cionaria, destacaba el ser don Agustín "maestro por vocación con largos añor de
entrega entusiasta a la labor docente en diversos medios: España, México y últi- O
mamente Venezuela; lugares en los que ha ido dejando fecunda huella de su paso - -
tanto por medio de la comunicación oral desde la cátedra, como por medio de la O
E
escrita con sus asiduas publicaciones" 50. En octubre de 1966 y con ocasión del 75 E
2
aniversario de la creación de la Universidad del Zulia ", en acto público y solemne -E
y de manos del rector Antonio Borjas Romero recibió Millares el Doctorado, mere- 3
44 Oficio al Rector de la Universidad del Zulia, de 19-7- 1967. " Véase: Sagredo, Félix y López Yepes, José. "Aportaciones documentales para la biog~-aI'Úd e
don Agustín Millares Carlo", en Boletín Millares C~irlo1, .1 (junio 1980). pp. 15- 104. Este artículo
reproduce una colección de oficios de la Universidad niadrileña fechados entre 19 16 y 1963.
4h Carta de AMC a AMS, 22-7- 1963. "Nunca me resignaré y me cncueiitro coriio perdido y deso-rientado.
Además, deprimidísimo ..." (ASHAMC).
47 ''Después de la ceremonia, un grupo de amigos me invitó a comer ;qué horror! Estos investi-gadores
científicos a tanto la línea, sólo hablaron de escalafones, sueldos, gratificacionc\ y cosa\ por
el estilo, lenguaje que tengo olvidado hace mucho tiempo, pero que no es el mis adecuado para le\ an-tar
mi pobre ánimo" (Ibid.) " Hay dos cartas de AMC al Ministro de Eduación Nacional. don Manuel Lora Tarnayo y al
Director General de Enseñanza Universitaria, don Juan Manuel Martíne~M oreno, fechada\ en Mni-a-caibo
el I de septiembre de 1963, en las que les comunica los varios intentos que him Millnres para
verles "personalmente" y "agradecerle el sincero y eficaz interés que ha tenido V. en dicho reingreso".
En la del Ministro le dice además la tristeza que le produjo el haber encontrado anulada su cátedra de
Paleografía, y sin perspectivas de dotarse y ponerse en marcha (ASHAMC).
49 En la reunión ordinaria celebrada el 6-7-1965 se aprobó por unanimidad In propuesta. pre-sentándose
la solicitud al Rector y miembros del Consejo Universitario el 27-7-1965 (ASHAMC).
'O Expediente personal (ASHAMC). " Carta (18-9-1966) de Lino Vaz Araujo a Juan Bosch Millares. Director del Museo Canario.
comunicando la organización de un homenaje al Dr. Millares Carlo, y solicitando la adhesión al mis-mo
que "vendrá a unirse a otras muchas que estamos solicitando de diversas partes de E\paña, Vene-zuela
y Méjico, países en los que también ha desarrollado una meritoria labor. Para nuestro homena-jeado
será un grato placer, y para nosotros un alto honor". El testimonio de adhesión en nombre del
Museo, se comunicó en carta de 15-10- 1966, firmada por el Presidente Juan Boich Millares y cl Secre-tario
Juan Rodríguez Doreste (ASHAMC).
cido título con el que la vida universitaria exaltó el papel que don Agustín jugó en
la estmcturación de la Facultad de Humanidades 52.
A Profesor Titular fue ascendido el 9 de febrero de 1972, después de que un
jurado formado por los profesores Pedro N. Tablante Garrido, Lino Vaz Araujo y
Carlos Sánchez Díaz, consideraran unánimemente que el trabajo presentado por
Millares Carlo, Contribución al estudio del proceso evolutivo de las escrituras
cursivas en Roma y en España entre los siglos I y xii de la era cristiana, "no sólo
merece ser aprobado como trabajo de ascenso, sino que se permite recomendar
vivamente a la Facultad su divulgación por medio de la imprenta" 53. Un año des-pués
y con objeto de dar remate a una serie de trabajos que tenía en avanzado pro-ceso
de elaboración, solicitó el cambio de Docente a "Investigador a Dedicación
Exclusiva", siendo aprobada su solicitud por el Consejo Universitario el 17 de
mayo de 1973 54.
Una de las preguntas que se hace el investigador actual a la hora de profundizar
en la obra de Agustín Millares, es la de cómo pudo llevar a cabo una labor de inves-tigación
tan amplia y tan universal, teniendo en cuenta su avanzada edad, los gra-ves
problemas familiares que le amargaron los últimos años de su vida y los azares
de trabajar a caballo entre España, México y Venezuela. Esa labor fue posible gra-cias
al tenaz empeño de don Agustín por superar los límites que le rodeaban, tanto
materiales como de edad, con la mirada siempre puesta en España y en su tierra
natal.
A través de la sección "permisos7' de su expediente que tiene 13 papeles, y de
la correspondiente a "becas, año sabático, eventos científicos" formada por 47 do-cumentos,
complementadas por la correspondencia a Millares Sal1 y a Manuel
Hernández Suárez, se puede seguir en parte el ir y venir de Millares Carlo, impeli-do
no sólo por la necesidad de dar cima a multitud de proyectos científicos, sino
también por llenar ese capítulo de la nostalgia, tan intensamente abierto durante su
exilio americano y agudizado en su etapa venezolana. Los períodos vacacionales
los pasó Millares trabajando y en cada solicitud de ausentarse de Maracaibo se
especifican los proyectos que pensaba llevar a cabo. La lista de estas solicitudes,
que se aprueban sin objeciones y cuya exposición alargaría innecesariamente el
presente trabajo, indican claramente la intensa actividad de Millares para quien la
palabra descanso no tenía sentido. Durante las vacaciones de 1961 y 1962 56, se
traslada a España para vigilar los trabajos de edición de la Gramática Latina patro-
52 MOREIRGOO NZÁLEZO. p. cit., p. 235.
53 Informe de la comisión nombrada por el Consejo de la Facultad de Humanidades y Educación,
de 18- 12- 197 1 (ASHAMC). " Oficio de Antonio Matheus Colina, Secretario de la Universidad del Zulia, al Decano-Presi-dente
del Consejo de la Facultad de Humanidades y Educación (ASHAMC).
55 Instancia de AMC al Rector, de 6-7-1961, solicitando Permiso para ausentarse desde el 15 de
julio a 20 de septiembre. Se le concede en oficio de la misma fecha (ASHAMC).
56 Instancia de AMC al Rector, de 25-6-1962 (ASHAMC). Se le concede el permiso "en vista de
las razones poderosas que aduce" (ASHAMC).
74 MANUEL RAM~REZM UÑOZ
cinada por la Universidad del Zulia, terminar en el Archivo Histórico Nacional la
investigación en los papeles del conde de Torrepando de tanto interés para la histo-ria
de Venezuela, y consultar en la Biblioteca Nacional sobre los protocolos de
escribanos de Caracas del siglo xvr, y de los de Maracaibo, del siglo xvrrr y
comienzos del xrx.
En 1964 57 consultó y recopiló materiales en el Archivo de Indias de Sevilla,
para escribir un estudio crítico y bibliográfico sobre Rafael M." Baralt, concedién-dosele
en 1965 una subvención de 1000 bolívares para viajar a Madrid y Barcelo-na,
con objeto de proseguir una investigación iniciada el año anteriorsX. Un año
después, el Consejo de la Facultad acordó solicitar al Rector que "como excepción,
en vista de la edad avanzada y otros méritos del Profesor Agustín Millares Carlo.
se le permita tomar en 1967 el año sabático" ", concesión que tomando en consi-deración
los trabajos que Millares realizaba, de gran interés para la universidad, se
prorrogó con un permiso remunerado de 15 días, del 1 al 15 de enero de 1968, una
beca de mes y medio a continuación y el pago de los pasajes Maracaibo-Madrid y
Madrid-México 60. Con el fin de llevar a término durante el mes de agosto de 1969
el Manuul de Puleogra~uE spañola e Hispanoamericana, se aprobó el pago de un
pasaje con retorno a España 61 y poco después una beca de 9 meses 62 para trabajar
en los archivos de Caracas, Madrid y Sevilla con objeto de terminar entre otros tra-bajos
los correspondientes a la literatura española hasta el siglo xv, los relativos a
los insurgentes de Maracaibo y la bibliografía de los Archivos de Venezuela. El
último documento de esta sección es una instancia de Millares Carlo, solicitando el
año sabático que le correspondía disfrutar a partir de octubre de 1974, para hacer
las monografías sobre los bibliográfos Pinelo, Nicolás Antonio, Juan José Eguiara
y Eguren, José Mariano Beristain de Souza y José Toribio Medina entre otros "'.
Hay una última sección sin titular, compuesta por 149 papeles relativos a temas
muy variados, generalmente de asuntos económicos, que van desde la citación para
recoger el pasaje y un cheque de 1500 dólares para incorporarse a su nuevo desti-no
en 1959, a la solicitud de la pensión de viudedad a favor de su esposa Herlinda
Soto. Esta documentación constituye un "corpus" de gran valor que señala detalla-damente
los senderos por los que transcurrieron los últimos años de la aventura
57 Carta de AMC a Humberto J. La Roche, de 29-6-1964 (ASHMC).
58 Oficio del Secretario de la Facultad al Director de Administración, de 29- 1 1 - 1965
(ASHAMC).
59 Reunión de 12-3-1966 (ASHAMC).
El trayecto México-Maracaibo lo pagaría de su propio peculio. Oficio del Vice-rector al Direc-tor
de Administración de 10- 1 1 - 1967 (ASHAMC).
6' Oficio del Vice-rector al Decano de la Facultad de 15-7- 1968 (ASHAMC).
h2 Esta beca se aplazó "cine die" por razones personales, para terminar otras obras encargada5 pul-la
Facultad. Oficio del Decano al Rector, de 8-1- 1970. Hay otro oficio de 1 1- 1 1 - 1970. sobre concesión
de una beca de 1 0 meses, a disfrutar a partir de 1-2- 197 1 (ASHAMC).
h"nstancia de AMC al Decano de la Facultad de 24-10-1973. La Comisión de Permisos. Becas
y Años Sabáticos recomendó el 5-3-1973, que le fuera concedido el disfrute de un año sabático a par-tir
de 1 ." de octubre de 1974 (ASHAMC).
americana de Agustín Millares. Anticipación de sueldos, credenciales, órdenes de
pago, autorización para asistir a cursos, nombramientos, contratos, derechos de
autor, memorias sobre trabajos realizados, acuses de recibo, adhesiones a homena-jes,
peticiones de conferencias, congresos (j4, concesión de premios cartas, etc.,
son documentos que nos hablan de la intensa actividad que desarrolló Millares en
Venezuela y, a través de ellos, se puede asegurar, sin temor a equivocación alguna,
que no dejó de trabajar ni un sólo día, a pesar de los quebrantos periódicos de su
salud 66. La última parte del expediente la constituyen 44 documentos emanados
entre el 3-6-1980 y el 7-10-1986: acta de fallecimiento de don Agustín, acta de
matrimonio y de nacimiento de Mercedes, Agustín y Asunción Millares Bravo,
cédulas de identidad, pasaportes, instancias, etc., aportados por su viuda solicitan-do
los beneficios que pudiera corresponderle por los años de servicio prestados en
la Universidad del Zulia, así como la resolución definitiva que le negó la pensión
de viudez, por no reunir los requisitos contemplados por la Ley de Universidades,
aunque "por razones de justicia y equidad, en virtud de los fecundos servicios
docentes prestados por su esposo a esta Institución7' se le concedió una pensión
por vía de gracia y por una sola vez 68.
CONCLUSIONES
En el soneto que con motivo de cumplir 80 años le dedicó Concepción Soto-mayor,
hay un retrato magistral de Agustín Millares:
"Incansable en su fiebre de saberes,
inteligencia clara y precisión
para fijar derechos y deberes.
Y una entrega al trabajo sin niveles
que le hace cumplir siempre su misión
sin añorar honores ni laureles."
Carta de Luis Núñez Contreras, de 2-4-1971 comunicando la brillantísima intervención de
Agustín Millares en el Congreso de Catedráticos de Paleografía y Diplomática celebrado en Sevilla:
"Ha sido un gran honor para nosotros la estancia en nuestra Universidad de don Agustín, a quien inclu-so
los que no fuimos alumnos de él lo tenemos por maestro en nuestra materia" (ASHAMC).
En 1969 la Academy of American Franciscan History le otorgó el Premio de las Américas
Junípero Serra.
"Queridísimo Tintín: Convalezco de un tremendo ataque de reuma, localizado en la pierna
izquierda, que casi dos semanas me ha tenido inútil para todo. Los dolores no han desaparecido aún
por completo, pero ya comienzo a reanudar mis actividades.." Carta de AMC a AMS de 8-5-1965
(ASHAMC).
67 Oficio del Jefe del Departamento Legal de la Universidad del Zulia al Rector, de 16-7-1986
(ASHAMC).
68 Le correspondieron 1 1.686 bolívares (Ibid.).
76 MANUEL RAM~REZ MUNOZ
Estos versos resumen por sí solos la personalidad de Millares y explican de
alguna manera cómo pudo desarrollar en solitario una labor tan asombrosa. Para
Pedro Grases, la vida de don Agustín fue una vida admirable, de hombre sabio y
generoso que no conoció lo que Bello llamaba "bostezos de pereza". Aunque es a
todas luces insuperable el estudio que sobre su vida y su obra realizó José A.
Moreiro, la personalidad de Millares es tan rica y tan atractiva, que quien de algu-na
manera se acerca a su figura, difícilmente puede resistir la tentación de aprove-char
la menor ocasión que se le ofrezca para pergeñar unas simples líneas, en la
creencia 9 u i z á ingenua-, de aportar algo nuevo para el conocimiento más com-pleto
de don Agustín. Cuando el historiador se encuentra con la obra de un gran
hombre, cuyas virtudes de Entrega, Sabiduría, Generosidad y Sencillez se acre-cientan
conforme se van despejando las incógnitas de su vida, se tiene la sensación
de que aun queda mucho por decir. Eso es lo que ocurre ojeando la documentación
cedida gentilmente por la Universidad del Zulia. Parece que, como en una entraña-ble
película, el Maestro nos llevara de la mano y nos hiciera vivir los mil proble-mas
familiares, profesionales, burocráticos y porqué no, los muchos sueños fraca-sados,
que él vivió en su etapa venezolana y que quedaron registrados fríamente en
una documentación que, cada día más viva, nos habla con cariño, si con cariño
sabemos preguntarle. La pregunta en este sentido, es un acto de veneración hacia el
hombre sabio y sencillo cuyo nombre constituye una grandiosa luminaria en el
campo de la cultura universal: Agustín Millares Carlo.