LA INVESTIGACION Y LA CIENCIA
EN CANARIAS EN EL SIGLO XVI
Manuel LOBO CABRERA
Doctor en Historia
Catedrático de la Escuela Universitaria de Formación
del Profesorado de E.G.B. de Las Palmas
El tema de la investigación y de la ciencia en Canarias apenas
si se ha tratado. De hecho a nivel nacional tampoco ha destacadu
su estudio, a excepción de algún que otro trabajo aislado, aun cuando
se están incorporando a la ciencia histórica.
Los hisloriadures y estudiosos que han tocado el tema se han
preocupado, más que del conjunto, de la temática de los distintos
autores y escritores desde el punto de vista biográfico, sin agruparlos
por corrientes de investigación y estudio. Viera y Clavijo incorporó
a su historia una biblioteca de autores canarios ', que se ha ampliado
con la investigación moderna gracias a la labor de Millares Carlo
y colaboradores, plasmada en la Biobibliografía de escritores naturales
de las Islas Canarias '.
A otro nivel cuando se han publicado estudios concretos de auto-
' VIERAY CLAVIJOJ,. , Noticias de la historia general de las Islas Canarias,
Santa Cruz de Tenerife, 1967, t. 11, pp. 854-928.
MILLARESC ARLO,A ., Biobibliograjía de escritores naturales de las Islas
Canarias, Madrid, 1932. Existe una nueva edición realizada por el propio autor
y M. Hernández Suárez, que lleva título Bibliografía de escritores canarios
(siglos XVZ, XVII y XVIII), Las Palmas, 1975-1980. En la actualidad sólo se
han publicado cuatro tomos.
res isleños o de escritores que se ocuparon de Canarias, se han in-corporado
biografías suyas a modo de introducción. La pobreza de
datos para el siglo XVI es la causa de que los conocimientos sobre
cstc pc'iada seim escasm.
Lo que pretendemos es acercarnos a la investigación y estudios
científicos que preocuparon a las gentes del quinientos, tanto isleños
como forasteros, que trabajaron y realizaron sus trabajos en las islas
o sobre ellas. Por ello vamos a centrar esta pequeña aportación en
dos apartados: investigación histórica y científica.
INVESTIGACION HISTORICA
En este epígrafe se incluyen todos aquellos autores que se dedi-caron
a recoger noticias sobre la historia de Canarias, a veces no
con un interés excesivamente científico, sino más bien narrativo e
incluso creativo.
Lo que interesa en este punto es que bien por interés histórico
o por mera curiosidad hubo una corriente donde la nota característica
radicaba en la recogida de noticias referentes a la conquista, que se
ampliaban con la descripción de la nueva estructura social y econó-mica,
sin olvidar las referencias a las costumbres y hábitos de la
población indígena.
Las crónicas, de tradición medieval, son un buen ejemplo. De
ellas dice Morales Padrón que son la «Historia de un drama» 3. Porque
significan la historia de la desaparición de un pueblo, que no ha
dejado su versión de los hechos. Todas estas crónicas que se reali-zaron
sobre la conquista de Canarias datan desde los inicios del
siglo xv, pues los normandos escribieron la primera de la serie,
conocida como Le Canarien, donde se relata la conquista de Lanzarote
y Fuerteventura de manos de Bontier y Le Verrier ! A casi todas se
añaden capítulos históricos, que aunque no son parte fundamental
cie las mismas, su11 rdatüb de ii~teiésp aia ~oiiieiiiplae~1 ~oiiip1ej0
mundo de la colonización.
A otros niveles y ya en pleno xvr se observa el interés de los
nuevos isieños por recopilar y estudiar ia hisroria de su tierra. En este
campo son de reseñar alguna que otra crónica y dos historias hoy
MORALEPSA DRÓN, F., Canarias: Crónicas de su conquista, Las Palmas,
1978, p. 14.
SERRAR AFOLS,E . y CIORANESCAU.,, Le Canarien. Crónicas francesas de
la conquista de Canarias, iii vois., La Laguna-Las Paimas, í959-i9óíl-í905.
Edición y traducción de. ..
desaparecidas. La primera consta del año 1526, año en que es en-mendada
por el bachiller Hernando Ortiz, La Crónlca de las lslas
de Canarias en que se refiere cómo se ganaron de los naturales de ellas,
compuesta por Pedro de Argüello, escribano de su conquista. Es ésta
una crónica de la que no se tenía noticia, y que ni siquiera se cita
cuando se hace relación al conjunto de ellas. El propio Morales Pa-drón
ignora su existencia, no obstante Nicolás Antonio la recoge en
su Biblioteca Nova.
Las historias de las que se tienen referencias, pero no conservadas,
son las del doctor Troya y la de un médico. de origen genovés,
nacido en Cádiz, el doctor Alonso Fiesco '.
En otro orden conocemos las descripciones y relaciones históricas
de fines del siglo xvr, escritas por hahitantes de las islas o estantes
en ellas. Se centran en este grupo la Descripción de las Islas Afor-tunadas
... de Tomás Nichols, en donde el autor, sin tener el método
ni las intenciones que se hubiesen requerido para escribir la historia
de las islas tuvo todas las curiosidades de un historiador ', especial-mente
en lo que se refiere al misterio del pasado isleño. Junto a esto,
su espíritu lc llcvó a formarse bibliográficamente, pues confiesa, a
través del texto, haber leído a López de Gomara y a Platón. El resto
lo recoge de tradición oral.
Descripción cotiteinporánea es la del tío del licenciado Valcárccl,
pero ésta escapa al interés tratado aquí, por haber sido ejecutada
por mandato real '.
El padre fray Alonso de Espinosa, en el último tercio del si-glo
xvr (1594), también muestra curiosidad por la historia isleña,
plasmándola en su Historia de Nuestra Señora de Candelaria. Efec-tivamente,
como recoge Cioranescu, en su historia y milagros de la
Virgen, el autor se desliza hacia la historia propiamente dicha, pues
de los cuatro libros que componen su obra, dos no tienen más relación
con el tema propuesto que el servir de marco geográfico e histórico $.
ALVAREZD ELGADOJ.,, El doctor Troya, en «Revista de Historia», VIII,
La Laguna, 1942, pp. 104-103.
LA ROSA OLIVERAL.,, Francisco de Riberol y la colonia genovesa en
Canarias, en «Anuario de Estudios Atlánticos», 18, Madrid-Las Palmas, 1972,
p. 193.
' CIORANESCUA,. , Thomas Nichols, inercader de azúcar, hispanista y
hereje, La Laguna, 1963, p. 80.
MARCO DORTA, E., Descripción da las Islas Canarias por virtud del
mandado de Su Majestad, por un tío del licenciado Valcárcel, en «Revista
de Historia», 63, La Laguna, 1943, pp. 197-204.
ESPINOSAF, . A. de, Historia de Nuestra Señora de Candelaria, Santa Cruz
de Tenerife, 1967, p. XXIV.
En esta historia Espinosa se muestra discípulo de Las Casas, al hacer
un tipo de historia proindigenista. Su interés por los naturales cana-rios
es lo que lo transforma en historiador lo. Además es de encomiar
el conocimiento que tenía de la obra del doctor Fiesco, sobre la
Historia de Gran Canaria, y del ingeniero Torriani sobre el archi-piélago
'l.
La historia del ingeniero Leonardo Torriani es fruto de su misión
a las islas como experto en fortificaciones, por orden de Felipe 11.
Por lo tanto se trata de una relación oficial de interés práctico '";
sin ambicionar hacer una obra propia de historiadores se acerca a
ello, al incluir en su memoria el elemento histórico, cuando se refiere
al pasado isleño. Para ello se vale de las noticias que recoge y copia
de otros autores; así menciona al doctor Troya13.
Esta corriente de estudios históricos, junto con la de creación
literaria, fue la dominante en las Canarias en el siglo XVI y en las
siguientes centurias. La investigación científica, como tal, llegó a las
islas más tardíamente, en especial en el siglo XVIII, no obstante hubo
intentos.
INVESTIGACION CIENTIFICA
Las preocupaciones de los hombres del Quinientos se centraron
en el ámbito isleño en dos cuestiones: la sanidad y el mar.
En el campo de la medicina la inquietud era obvia, pues las islas
se vieron continuamente azotadas por epidemias. Según Viera, en
el siglo XVI, hubo varios azotes, algunos de consideración. Esto mo-tivó
el que se realizaran estudios e informes. Uno de ellos, el de 1575,
se hizo con ocasión de la peste de landres, que se expandió por
Tenerife por medio de unos tapices de Levante, que trajo en 1572
el nuevo gobernador de la isla, Lázaro Moreno 14. Con tal motivo, en
Gran Canaria, se ejecutó un informe por tres médicos y dos botica-rios,
que habiendo estudiado a los enfermos, dan por nulo el rumor
de que la epidemia hubiese llegado a Gran Canaria 15.
lo Idem, p. XXVIII.
" Idem, p. XXXI.
'' TORRIANIL, ., Descripción e historia del reino de las Islas Canarias, Santa
Cruz de Tenerife, 1959, p. XXIV.
l3 Idem, p. XXXI.
l4 VIERAY CLAVIJOJ,. , op. cit., t. 11, pp. 140-141.
l5 T.A ROSA OIJVERAL, ., U n informe del estado sanitario de Gran Canario
en 1575, en «El Museo Canario», 21-22, Las Palmas, 1947, pp. 97-102.
Estos sobresaltos continuos fueron la causa, tal vez, de que algu-nos
isleños se sintieran dispuestos a estudiar medicina, e incluso a
elaborar tratados, aunque ninguno de ellos ejerció en Canarias. Co-nocemos
dos isleños que siguieron las enseñanzas de Galeno. ZJno
es Pedro de Azeredo, teólogo y médico, natural de Gran Canaria,
que publica sus obras en Sevilla y Zaragoza. El interés de la que
vio la luz en la ciudad del Ebro está en relación con los males que
padecían las islas: Remedios confra pestilencia 16.
Gaspar López Canario era doctor en medicina y catedrático de
vísperas de la Universidad de Osuna; fue médico del duque don
Pedro Girón, y escribió bajo su mecenazgo su famoso tratado sobre
las leyes de Galeno 17.
Sin cmbargo, por la novcdad, llaman la atcnción las obras e in-ventos
dedicados a la ciencia náutica. Esta actitud y predisposición
de los isleños por los problemas de la época no es extraña, pues el
propio medio y lus continuos conlactos mariteriidos cori los continen-tes
los orientaba y arrastraba hacia el tema.
En este contexto se incluye Tomé Cano, piloto de la Carrera de
Indias, y diputado de la Universidad de mareantes de Sevilla; y
autor del Arte para fabricar, fortificar y aparejar naos. Su forma-ción
la adquirió en sus viajes, que debieron comenzar en fecha tem-prana
la.
A nivel de instrumentos náuticos, las primicias se deben a un
vecino de la isla de Gran Canaria, Juan Alonso. Este, igual que
Tomé Cano, tenía conocimientos de marinería, aunque su experien-cia,
según los datos que poseemos, se limitaba a la pesca de cabotaje
en la vecina costa africana, tanto cuando iba a la pesquería como
cuando iba por arraez en las cabalgadas de Berbería. En 1570, como
tal arraez de barco, junto con otros compañeros, reconoce haber re-cibido
numerario del canónigo Trujillo para fornecer un barco e ir
a pesquería 19.
La etapa suya que canocemos coincide con una década del reinado
MILLARESC ARLOA, . y HERNANDESZU ÁREZM, ., op. cit., t. 1, pp. 275-276.
" VIERAY CLAVIJOJ.,, op. cit., t. 11, p. 396.
IB Sobre este marino se ha publicado lo siguiente: CANO, T., Arfe vara
fabricar y aparejar naos, La Laguna, 1964, edic. de E. Marco Dorta. CIORA-NESCUA,
., Contribuciones a la biografía de Tomé Cano, en «Revista de His-toria
», XX, La Laguna, 1954, pp. 94-101. MARCO DORTA, E., Tomé Cano,
ir-afadisfu de ur-quilecfuru naval, en «El Museo Canario», XXI, Las Palmas,
1960, pp. 315-326. MILLARESC ARLOA, . y HERNANDESZU ÁREZ,M ., op. cit.,
t. 11, pp. 191-195.
j9 A(rchivo H(ist6rico) P(rovincia1) de Tzis Palmas, Antonio 1.orenrr.0, nú-mero
810, f. 150 r.
de Felipe 11, pues es conocida la atención que el rey dedicó a los
asuntos navales, haciendo lo posible por estimular la construcción de
buques como la ampliación de astilleros. Posiblemente, también en su
época, alentó, como se hizo a fines de su reinado y principios del
de su hijo, y premió a quienes buscasen la forma de solucionar el
problema de la longitud, que venía siendo una preocupación que
obsesionaba tanto al Rey como al Consejo de Indias. Este problema
comenzó a ser acuciante a consecuencia del tratado de Tordesillas
que, como es sabido, fijó una línea divisoria entre la jurisdicción es-pañola
y portuguesa m.
La solución se estuvo buscando en todo el siglo xvr, y llegó a
tal extremo que Felipe 11 en 1598 convocó un concurso dotado de
6.000 ducados de renta perpetua más otros 2.000 de aytida para el
que lo consiguiera 'l.
Trabajaron con ahínco en esta cuestión los pilotos y cosmógra-fos
de la Casa de la Contratación de Sevilla, el cosmógrafo Jaime
Ferrer, catalán; Andrés de San Martín, cosmógrafo de la expedi-ción
de Magallanes; Pedro de Gamboa, Alonso de Santa Cruz y
otros muchos más, pero ninguno dio con la rcspucsta '?.
En este problema se vio inmerso el marinero grancanario Juan
Alonso. Este fabricó un instrumento para la navegación, con el que
decía se tomaba la altura del bu1 a cualquier hora del día. De este
descubrimiento se dio noticia a Felipe 11 en 1571, a través del re-gente
de la Audiencia, el doctor Hernán Pérez de Grado. El rey, in-teresado
vivamente en el tema escribió al regente comunicándole
que le enviara el estudio y arte, con una memoria del propio autor
donde se explicara las cosas principales para las que servía el as-trolabio.
El memorial fue enviado, y el rey satisfecho, a primera vista, en
lo que concurría la novedad del invento, pues lo consideraba de
importancia universal tanto para los navegantes españoles e india-nos
como para los de otros reinos. Sin embargo, era preciso su ve-rificación
y claridad, y por tal motivo reclama la presencia de Juan
Alonso ante el Consejo de Indias.
Si una vez verificado el estudio e instrumento en alta mar daba
restiltado, se le haría merced al artífice conforme a su trabajo y a la
LÓPEZ PIÑEIROJ.. M., El arte de navegar en la España del Renacimiento,
Rarcelnna, 1979, p. 192.
PULIDOR UBIO,J . , El piloto mayor y los cosmógrafos de la Casa de Con-tratación,
Sevilla, 1950, pp. 759-762.
'2 Idem, y El piloto mayor de la Casa de la contratación de Sevilla. Pilotos
mayores del siglo XVI, Sevilla, 1923.
calidad e importancia del negocio. Con esta esperanza Felipe 11
daba órdenes al regente de la Audiencia para que negociara con el
inventor los capítulos concernientes, con la objeción de que antes de
entregárselos definitivamente, los enviara al Consejo Real de Indias
para que proveyese al respecto.
El memorial fue redactado por el propio autor, quien confesaba
que el instrumento náutico o astrolabio que él fabricó servía para:
«Primeramente: con él se toma la altura del sol a todas
las horas del día presupuesto que haga sol tan precisa-mente
como si se tomase al medio día.
Lo segundo es: relox universal para saber en qualquier
parte que nos hallaremos y debaxn de qiialquier elevación,
que hora es y que parte de hora.
Lo tercero: sirve para saver las horas y minutos que
tienen todos los días del año, y cada uno dellos dende
que sale el sol hasta que se pone y esto en qualquiera re-gión,
y debaxo de qualquier elevación.
Lo quarto: que con él se puede sabcr la distancia de los
lugares y tierras según la longitud, sin aguardar a los
eclipses, ni hacer otra diligencia alguna.
Y finalmente con este ynstrumento se puede platicar la
navegación que dicen del seste al oeste y todo con tanta
facilidad y certeza que pondrá admiración.
Demás desto tiene otros frutos de mucho provecho, así
para los navegantes y caminantes, como para los que son
aficionados al arte de las estrellas.. . » 23.
Tal como se puede observar por los puntos que plantea se puede
afirmar que Alonso era un autodidacta formado en los problemas geo-gráficos
y astronómicos. Sin embargo, la aplicación de estas dos cien-cias
nos recuerdan las enseñanzas que debía impartir el catedrático
de navegación y cosmografía, en donde además se incluían la deter-minación
de la latitud, la medición de la altura del sol, y el uso de
relojes para determinar la hora local 24. También nos induce a creer
que cnnocía el Arte de navegar de Pedro de Medina, publicado
en 1545.
El encargado de remitir el instrumento y memorial a la corte fue
el regente Pérez de Grado, quien dio una descripciiín de lo que se
debía hacer con él. Así informa al Consejo de Indias de que como
" Apéndice.
" PULIDOR UBIO,J. , op. cit.
no quedaba otro instrumento en poder del autor, antes de que se
llevara al mar a experimentar se debía hacer otro que quedara en
poder real, no fuera que se perdiese. Del mismo modo recomendaba
que en lo referente a la navegación del este-oeste el instrumento no
serviría si no se acompañaba de un reloj.
La orden del rey era que el memorial, instrumento y autor fueran
juntos, pero la enfermedad de Juan Alonso lo impidió. Por ello ex-plica
sus enseñanzas a dos hijos del regente, don Alonso y don Al-varo,
para que lo lleven y presenten al rey y verifiquen en mar
y ticrra.
Toda esta correspondencia se mantenía entre los años 1571-1 572.
En 1574, el secretario real Juan de Ledesma entregaba a Alonso
Alvarez de Santa Cruz, cosmógralu real en la ariiiada de lus galeo-nes,
donde era general Pedro Menéndez de Avilés, los instrumentos
para que usara de ellos durante el viaje y los introdujera y aplicara
para el uso de la navegación.
El cosmógrafo, el 8 de enero de dicho año, se daba por entre-gado
de ellos, en presencia del cronista y cosmógrafo mayor de Su
Majestad de las Indias, Juan López de Velasco. Los instrumentos
eran dos:
«- un tablón de nogal con un círculo dividido en él
en trescientas y sesenta partes de una vara en qua-dro,
poco más o menos, y con él dos renglones dc
la misma madera, de una vara en largo, el qual
instrumento sirve para las longitudes.
- una quarta de círculo grande de otra vara en largo
dividida en noventa partes iguales y juntamente con
ella otra pieza de un círculo de una tercia de an-cho
y otro mcdio círculo quc Ic atraviesa, todo de
nogal. »
Por la descripciún que se liact: de esius aparaius deducimos que
se trata de un astrolabio y un cuadrante.
Juan Alonso, para elaborar y practicar con estos inventos, debió
tener cierta formación, más práctica que teórica, aún cuando esta-ba
al día en la problemática de la época. Contaba con su experiencia
marítima, iniciada desde su juventud, según propia declaración. No
obstante sintió preocupación por los problemas empíricos. Había
estudiado por propia cuenta la ciencia matemática y la había apli-cado
para descubrir la navegación del este-oeste. Confesaba que los
principios de sus estudios habían sido dificultosos por ser negocio
de ciencia y trabajo, pero que al fin había logrado sacar a la luz
el arte de la navegación.
Por el inventario de parte de sus bienes conocemos su preocu-pación
por la ciencia geográfica y en especial la de origen árabe.
Poseía un efemérides, posiblemente La efemérides del año 1552,
de Pedro Pitatus, aunque también podría ser la Tabla matemática
de Joannes Statius; un Teorigenore planetari, quizá Las tablas de pla-netas
de Juan Blanchinus; un astrolabio en planetaria que se puede
identificar como el Astrolabio planum de Johan Engel (Juanes Ange-lo):
otro de Alcabicio de principios de astrología ('Abd Al 'Aziz Ibn
'Utman Al Kabisi), y otro de Albumasar y un cartapacio de mano con
las reglas de Alí AbenrrujeZ5. Estos libros nos hablan de sus estu-dios
matemáticos, geográficos y astrol6gicos, propios de un hombre
que se preocupaba de descubrir el problema de la longitud relacio-nado
con la marcha del sol sobre la tierra y de la rotación de los
eclipses.
La inquietud del isleño Juan Alonso por resolver un problema
que estaba planteado desde el siglo xv para la ciencia náutica es-pañola,
no rcsolvió la cucstión, a pesar dc su interés, del de la Au-diencia
y de la propia Corona, puesto que a principios del siglo XVII
la duda se seguía cuestionando, ante los errores cometidos por los
marinob. Se había de esperar un biglo más para resolverla.
A.H.P.L.P., Lorenzo de Palenzuela, núm. 832, f. r.
APENDICE
Keal Cédula expedida por Su Magestad al Regente de la Audiencia dt: la
isla de Gran Canaria, de San Lorenzo el Real a 4 de agosto de 1571, man-dando:
que para entender y examinar el instrumento náutico que compuso
y iabiicó Juan Alonso, natural dc la misma isla, para la navegación y tomar
el altura de sol a qualquiera hora del día y para otras cosas tratanse con el
autor, a fin de que enbiase a estos reynos una persona de confianza con el
dicho instrumento y arte, y con lo que sobre ello tubiese escrito memoria y
a continuación está una Memoria del dicho Juan Alonso en las cosas principales
de que servía el mencionado instrumento nautico o astrolavio.
Doctor Hernán Pérez de Grado, regente de la nuestra Audiencia Real que
reside en la ysla de Gran Canaria, ví vuestra letra de 30 de octubre del año
pasado, y tengoos en servicio el aviso que nos dais de la noticia que se tiene
de la ysla que nuevamenk se ha descubieito en esas partes, cn lo qual manda-remos
proveher lo que a nuestro servicio convenga.
Vi el memorial que escribió Juan Alonso, natural desa tierra, acerca del
instrumento que dice ha hecho para la navegación y tomar el altura del sol a
qualquiera hora del día y para otras cosas, y porque siendo cierta parecer
convenientes y en beneficio universal, y de los navegantes destos nuestros
reynos y de las nuestras Indias, y que convenía entender la verificación y
claridad dellos, os encargué y mando que luego de esta rescivais le hagais
parecer ante vos y trateis con el que envie a estos reynos una persona de
confianza con el dicho instrumento y arte, y con lo que acerca dello tuviere
escripto: al qual certificareis de nuestra parte que saliendo el dicho instru-mento
y aviso cierto y estando probado y verificado en alta mar, se le hará
merced conforme a su trabajo y a la calidad e importancia del negocio sobre
lo cual podreis vos hacer y tratar con el los capitulos que os partxiercii ~uii-venir,
los cuales antes de otorgarselos embiareis al nuestro Consejo Real de
las Indias, para que en el visto se provea lo que convenga y para este efecto
st: us toiiiá a enbiar con csta cl mismo memorial que nos embiastes firmado
del dicho Juan A1onso.-De Sant Lorenzo el Real a 4 de agosto de 1571 años.-
Yo El Rey.
Ylustre señor: las cosas principales de que sirve y puede servir el instru-mento
nautico y astrolavio que yo, Dios mediante, conpuse y fabriqué son
los siguientes:
Primeramente: con él se toma la altura del sol a todas las horas del día
presupuesto que haga sol tan precisamente como si se tomase al medio día.
Lo segundo es: relox universal para saber en qualquier parte que nos
hallaremos y debaxo de qualquier elevación, que hora es y que parte de hora.
Lo tercero: sirve para saver las horas y minutos que tienen todos los días
del año, y cada uno dellos dende que sale el sol hasta que se pone y esto en
qualquiera región, y debaxo de qualquier elevación.
Lo quarto: que con el se puede saber la distancia de los lugares y tierras
según la longitud, sin aguardar a los eclipses, ni hacer otra diligcncia alguna.
Y finalmente con este ynstrumento se puede platicar la navegación que
dicen del seste al oeste y todo con tanta facilidad y certeza que pondrá ad-miración.
Demás desto tiene otros frutos de mucho provecho, asi para los navegantes
y caminantes, como para los que son aficionados al arte de las estrellas, como
por los que sobre ello tengo escripto parecerá a su tiempo, siendo Dios dello
servido el qual prospere a V.M. en su santo servicio, amen.-Juan Alonso.
(Se halla copia, según Navarrete, en el A.G.I. de Sevilla entre los papeles
traídos de Siniancas, legado 16 dc Gobierno de Indias, scgún lo confroiitó
él en 1794.)
Declaración
que dió Juan Alonso, natural de la ysla de Canaria, sobre los efectos para que
podía servir el instrumento nautico o astrolavio que compuso y fabricó para
alcanzar y descubrir la navegación (que dicen) de seste-oeste y tomar la altura
a qualquiera hora del día, cuyo instrumento y declaración, con los demás
papeles que siguen dirigió a S.M. el doctor Hernán Pérez de Grado, regente
de la Audiencia de la misma ysla, con dos hijos suyos don Alvaro y don Alonso
de Grado.
(A continuación se incluye el memorial firmado de Juan Alonso.)
Memoria de lo que se ha de hacer del instrumento nautico que Juan Alonso,
natural de la ysla de Canaria, envía a la Sacra Cathólico Real Magestad del
Key Don Phelipe, nuestro sefior, luego que a bu Magestad se presente antes
que en alta mar se envie a verificar.
Porque no queda en poder de Juan Alonso otro instrumento como el que
se envía pala la navegación, ni el ha hecho más que aquel antes y piimeio
que se lleve a la mar a experimentarlo, por el se ha de hacer otro para que
quede a Su Magestad, porque si el que se lleva por alguna desgracia se perdiese
quede otro, aunque por el libro que se lleha se puede hacer, pero con más
facilidad se hará por lo escripto, y por el instrumento, y para ello darán orden
don Alvaro y don Alonso que lo lleban.
Yten: porque en lo que toca a la navegación del seste-oeste este instrumento
no puede serbir sin que con el haya relox, e importa mucho que sea cierto,
y éste que con este instrumento va no lo es mucho, que S.M. mande hacer otro
relox para que con cada instrumento haya un relox, y este sea cierto y recio
para poder llebar por la mar.
Sacra Cathólica Real Magestad, muchos años ha que con la sciencia mathe-mática
y haviendo consumido los de mi juventud, y procurado con todas mis
fuerzas de alcanzar y descubrir la navegación que dicen del seste-oeste, y tomar
la altura a qualquiera hora del día que es lo principal que para esta navegación
se requiere. y aunque los principios fueron muy dificultosos por ser negocio
de sciencia y gran trabajo, al fin con la continuación del, fue nuestro señor
servido que sacase a la luz el arte de esta navegación con un instrumento que
por mi mano para ello he hecho y fabricado, con intento de lleva110 en persona,
y presenta110 a V.M. como al mayor monarca del mundo. No pudo venir a
efecto este mi deseo, por cabsa de una grave enfermedad o perlesía que Dios
me ha dado de quatro años a esta parte, poco tiempo después de haber acabado
esta obra, y esrando incapaz de poderlo hacer, y entendido por el doctor
Hernán Pérez de Grado, regente de V.M. en esta su audiencia Real de Canaria
con zelo de leal servidor y criado de V.M. porque un servicio como este y bien
universal dcl mundo no quedase perdido dió dello a V.M. noticia y parece
que V.M. manda le envíe este instrumento con lo que sonbre ello tubiere
escripto, y así como vasallo menor obedesciendo con toda humildad a lo que
por V.M. me es mandado lo he puesto por obra con toda la brebedad posible,
y todo mi trabajo de tantos aííos en la confianza y fidelidad del dicho regente,
a cuya instancia he enseñado este arte y los secretos del instrumento a don Al-varo
y a don Alonso de Grado, sus dos hijos, para que ellos lo lleven y pre-senten
a V.M. y demás de lo escripto sobre ello lo practiquen y den a entender
en tierra, y lo verifiquen el alta mar en las partes y lugares y con las personas
que para ello V.M. fuere servido, que para lo uno y lo otro los he instruido.
A V.M. suplico lo mande ver y examinar con personas de sciencia y conciencia,
y siendo mi servicio tal lo acepte y resciva juntamente con el mi deseo y volun-tad
que es de serbir a V.M., y saliendo cierto y experimentado en la mar
suplico a V.M. tenga memoria de hacerme mercedes conforme a mi servicio
y al mucho trabajo que en ello he pasado, y a mi pobreza, y a la en que mi
muger y hijos quedarán porque no tengo ni les puede dejar otro hacienda si
ola no, con esta eiivío a Vuestra Magestad un memorial de lo que converná
después de entendido y practicado en tierra antes de ser verificado en la mar,
porque perdiendose estos instrumentos no se pierda este servicio. V.M. mande
proveher en ello, con lo qual espero en la divina misericordia se acabará de
descubrir lo que resta del Mundo, cuya felize vida para que lo vea y goze
nuestro Señor acreciente con vencimiento de sus enemigos y redución de los
que estiin apartados al gremio de nuestra yglesia ycathólica religión.-De Ca-naria
y de marzo 10 de 1572, Sacra Cathólica Real Magestad, mui humilde
criado de V.M. que sus reales pies y manos besa.-Juan Alonso.
Sacra Cathólica Real Magestad, en 23 de noviembre pasado rescebí una de
V.M. y a 16 de febrero siguiente otra duplicada luego que hube la primera
de su rescivo di aviso a Valmaseda, secretario de V.M. e incontenente puse
por obra lo que por ella V.M. me manda cerca del instrumento nautico que
Juan Alonso, natural de la isla, ha hecho de que a V.M. he dado noticia,
el cual no ha podido ponerlo en perfección antes de ahora a causa de su
grave enfermedad e porque solo ha querido confiar este instrumento, e lo
escripto sobre el, de mi y de don Alvaro y don Alonso de Grado, mis hijos,
fue nescesario el arte de la navegación y secretos del para que ellos lo llevasen
a presentar a V.M. y lo diesen a entender y así les ha instruido de tal manera
que afirma lo practicaran en tierra tam bien como él, y en alta mar qualquiera
de ellos lo verificará. porque aunque el arte y secreto del va escripto se
entenderá con más facilidad practicandolo y verificandolo los que a él se lo
han oido y ellos según lo que han entendido dice ser cosa muy cierta los
capítulos que a V.M. invié quel Juan Alonso me dió, en especial tomar la
altura a qualquiera hora del día y la navegación de seste a oeste, y aunque
yo traté con él el negocio por entender el medio que se debía tener cerca
dello para dar noticia en Consejo Real de Indias, conforme a la de V.M. quedó
resuelto en servir como sirbe a V.M. con este instrumento y así lo envía a
presentar a V.M. con Alvaro y don Alonso de Grado, mis hijos, con lo que
cerca del tiene escripto. A Vuestra Magestad suplico lo mande ver por personas
de cicncia y concicncia, c quc mis hijos lo practiqucn y den a entender en
tierra e porque según el parescer e opinión de Juan Alonso, el menor dellos
que se dice don Alonso tiene más partes e inclinación quel mayor para navegar
Vuestra Magestad nos haga merced quel en persona vaya a servir a V.M. y
verificarlo en las partes e lugares de mar con las personas que para ello V.M.
fuere servido, que la mayor felisidad que podré tener será que esté en serbicio
de V.M. como yo lo estoy, e porque en esta tierra no se ha podido hacer ni
hay quién haga otro instrumento como el que a V.M. se lleba ni queda otro
ninguno Vuestra Magestad mande que por él, y por lo escripto se haga otro,
e otros dos que queden a V.M. que con facilidad se haran dando claricia para
ello mis hijos que también cerca dello van instruidos. Y asimismo para que
la navegación sea más cierta es nescesario que lo sea y mucho el relox,
y el que llevan no lo es V.M. sea servido mandar que se haga uno que sea
cierto, c otro quc quede con el instrumento que se hubiere de hacer que de
lo escripto, porque si subcediere alguna desgracia queda un treslado en poder
de Juan Alonso e otro conmigo. Con todo lo qual espero en nuestro Señor
se saldrá con esta navegación y V.M. en ella será servido Nuestro Señor la
Sacra Cathólica Real persona de Vuestra Magestad conserve por largos años
con aumento de muchos más reynos e señorios.-De Canaria y de marzo 5 de
1572, Sacra Cathólica Real Magestad muy humilde criado de V.M. que sus
reales pies y manos besa.-El doctor Hernán Pérez de Grado.
(Hállanse estos papeles originales en el A.G.I. de Sevilla entre los papeles
traídos de Simancas, legajo 6 de relaciones y descripciuries. Cuiilruii~aJos
en 1793 por Navarrete.)
Relación de los instrumentos nauticos que el secretario de S.M. Juan de
Ledesma entregó a Alonso Alvarez de 'l'oledo, cosmógrafo de S.M. en ia
armada de los galeones de que era general Pero Menéndez de Avilés, en
Madrid a 8 de enero de 1574, para usar dellos durante su viaje, e introducirlos
y aplicarlus para el uso de la navegación.
Digo yo Alonso Alvarez de Toledo, cosmógrafo de Su Magestad en la
armada de los galeones de que al presente es general el Adelantado Pero Me-néndez
de Avilés que reciví del señor secretario Juan de Ledesma, en presencia
del señor Juan López de Velasco, coronista y cosmógrafo mayor de Su Magestad
de iab ;ii&as, 1iu- -a L ~ L ~ U L L L C L B'L-U-J o ; ~ ~ ; C ~ ~~ CÜQC sc mond~;on ectrigar p r e!
Consejo:
- un tablón de nogal con un circulo en él en trescientas y sesenta partes
de una vara en quadro, poco más o menos, y con el dos renglones de
la misma madera, de una vara en largo, el qual instrumento sirve para
las longitudes
- una quarta de circulo grande de otra vara en largo dividida en noventa
partes iguales y juntamente con ella otra pieza de un circulo de una
tercia de ancho y otro medio circulo que le atraviesa, todo de nogal.
Museo Naval, Colección Navarrete, vol. XXVII, docs. 8 y 9.