FILOLOGÍA
Boletín Millares Carlo
2003,22: 201-235
ISSN: 0211-2140
Epítetos, fórmulas y nombres propios
en el canto IX de la Ilíada
de Yicente Máriner*
Alejandro PASTORDE L CASTILLO
Resumen
En este trabajo presentamos las diferentes técnicas empeladas por el humanista valenciano
Vicente Mariner en la traducción de los epitetos y de las fórmulas homéricas partiendo del aná-lisis
del canto IX de su versión latina de la Ilíada. Ofrecemos también un estudio sernántico,
morfológico y léxico de la traducción de cada uno de los epítetos, las fórmulas y los nombres
propios y un pequeño estudio sobre la correspondencia métrica entre el texto homérico y el del
humanista.
Abstract
The aim of this work is to offer a new enumeration of the different translation techniques made
by the Valencian humanist Vicente Mariner on the epithets and Homeric formulae present in the
Canto IX of the Illiad. It is also included a lexical, morphological and semantic analysis of the
translation of the epithets, the formulae and the names and an approach to the metrical corres-pondence
between the text by Homer and that of the humanist.
En una sociedad como la de Hornero, en la que la idea de lo oral tenía
mayor relevancia que la de lo escrito, el material literario destinado a ser trans-mitido
al público escuchante era necesario que fuese ordenado de manera tal
que pudiera ser recordado con facilidad por los aedos, para lo cual ellos mis-mos
se encargaron de crear un complejo y rico recurso de estilo consistente en
recurrir a una serie de lugares comunes y textos preexistentes que, a modo de
* Este artículo está extraído de mi memoria de licenciatura "El Canto IX de la Ilíada de Vicente
Mariner", defendida el 28 de julio de 2003 en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
pautas nemotécnicas bien Iéxicas, bien sintácticas repetidas a lo largo de toda
la obra, facilitaban, por un lado, su memorización y recitación y, por otro, cl
seguimiento por parte del público. Estas estructuras de las que se valían los
rapsodas son conocidas bajo el nombre de 'fórmulas'.
Milman Parry entendía por fórmula ese grupo de palabras que se empleu
en las mismas condiciones métricas para expresar una idea esencial deter-minada
dentro de la antigua epopeya griega, de ahí que fuese posible Ilcvar-las
de un lugar a otro del poema con bastante facilidad, sin interferir con la
trama o con el tono del poema. Una fórmula se caracteriza por su economía
(para una única idea esencial en una cierta condición métrica se posee una
sola fórmula) y por su exaustividad (existe una fórmula para cada condición
métrica y para cada idea esencial), de tal manera que un aedo jamás tuvicsc
que pararse a elegir la expresión que debía usar ni pudiese quedarse sin
recursos'.
A pesar de que son muy posteriores los estudios de M. Pany, los huma-nistas
fueron, sin lugar a dudas, conscientes de esta particularidad de la poesía
homérica y así, García de Paso Carrasco2 nos ofrece una lista de las diferentes
variantes en la traducción de los epítetos en Mariner y en otros humanistas.
En este trabajo, siguiendo en unas ocasiones a García de Paso Carrasco3,
en otras el método desarrollado por Coronel Ramos4, y en otras el nuestro par-ticular,
analizaremos los diferentes procedimientos a los que ha recurrido
nuestro humanista para traducirlos.
Ofrecemos, en primer lugar, el catálogo de todos los epítetos y las fórmu-las5
que hay en el canto y explicamos su tratamiento, estableciendo al final las
diferentes formas de traducción que Mariner hace de éstos. A continuación,
Montanari, F., Introdzrzione u Omero, Biblioteca Universale Sansoni, Sansoni Editore, Firenze.
1992. pp. 96-7. * Garcia de Paso Carrasco, M." D., "Epítetos y fórmulas hornkicas en la Ilitr.~y la O&.Y.Y<dVeJ Vicente
Mariner", en Hahis 28, Sevilla, 1997, pp. 235-5 1.
3 Cf. García de Paso Carrasco, op. d , p. 237. Cf. también Ciarcia de Paso Carrasco, M." 1). Y
Rodríguez Herrera, G., Vicente Mariner y sus had~~ccionedes la 1lia.s y lu Oul,,s.seu,S ervicio de publica-ciones
de la Universidad de Córdoba, Córdoba, 1996.
Coronel Ramos, M. A,, "La modulación como mitodo traductorio de Vicente Mariner: el caso de SLI
traducción latina de la obra de Ausias March", en De Romu al siglo XX, Madrid, 1996, pp. 677-87.
5 Hemos optado por centrar el análisis de este apartado únicamente en el estudio de las fórmulas del
tipo 'nombre + epíteto' de héroes, de dioses o de ciudades. Somos conscientes, cn cambio, de que crico~i-tramos
en el canto, unidas muchas veces a éstas, otras estrncturas formulares del tipo 'J> tr 61 /ellu) le dijo'.
'y a 41 (ella) le respondió', 'así habld' y muchas otras de variable extensión y que van desde estructuras con
la escasa extensión de un pie hasta otras que ocupan el verso entero.
Estos son algunos ejemplos:
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, fórmulas y nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
presentamos el análisis de la traducción de los nombres propios y con-cluiremos
estudiando la coincidencia o no de la sedes metrica homérica en la
versión de Mariner6.
En este apartado y como recurso metodológico, analizamos en primer
lugar los epítetos asignados a héroes, mujeres y pueblos, y luego los atribui-dos
a los dioses.
Son diversos los epítetos utilizados por Mariner para calificar al troyano.
emplea diferentes técnicas de traducción para cada uno de ellos.
6 Para este propósito nos han resultado imprescindibles los trabajos de Milman Pany al respecto
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Alejandro Pastor del Castillo Epítrtos,jGrniulus y nombre.\ propios en el cunto /X 10 Iliada ...
Para traducir el adjetivo $oS de los versos 169, 192 y 676, Mariner recurre
al empleo de dos adjetivos con igualdad de carga semántica: diuus y diuinti,c. La
elección de uno u otro se debe a necesidades métricas:
v. 169: ab&p i%hr Ahs TE,. ubyus ~ a&; ' Oauo-o-EÚ~
deinceps atque Aiax ingens et diuus Vlysses
V. 192: rd &&~qv ~por&w, T ~ ~ E ~ I O a& 6;Oc 'O~vo-o-~.ú~
atque hi praecedunt praeit at diuinus Vlysses
v. 676: Ti v 8 ' a h i? -poo-&~m~ o ~ Ú&r h ' O~&J CT~-EÚ~
Ad quem respondet fortis diuinus Vlysses
Los versos 308 y 624 ofrecen dos traducciones de la misma fórmula grie-ga
&o ~ E YA&UE~~ TIÚl&io /iup$~ai'O ~UTTEvUe,r so que traduce de dos maneras
distintas:
v. 308: Diuine o Laertiade cautissime Vlysses
v. 624: O Laertiade Ioue nate et maxime Vlysses
En el caso del verso 308 podemos decir que respeta prácticamente la
semántica de cada término griego. La única particularidad es el adjetivo
xohvpvíxave traducido como cautissime por Mariner. La idea del prefio xohu-la
expresa el valenciano a través del superlativo.
En el 624 respeta el nombre propio y la procedencia. Para traducir el
adjetivo 81o~évr&ec~u rre a dos términos que explican el epíteto griego: locw
nate. nohvp<xave no lo traduce e introduce el término mú.xime.
610y ~v&Ag a q r& 7 ~ oAv p ~ ~'a 0v8'~ 0-o-&
O Laertiade Ioue nate et maxime Vlysses
De la fórmula hpúpva lI&iwva (v. 18 1) respeta el patronímico Pelidem
y para el adjetivo hpúpova emplea eximium que no recoge fielmente el signifi-cado
del griego, pero tiene cierta semejanza de contenido.
mp&v Ws rmjB01w cipúpova Ih&iL)Ya
suadeat eximium ut Pelidem denique uerbis
En otras ocasiones suprime el epíteto de Odiseo, como en el verso 218
(Odoro) y en el 223 (&os)
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, f¿rnrulas y nombres prupios en el canto ZX de la Iliada ...
v. 218: ah& 6' áv~íov ' O6ur0+os M010
diuino oppositus tandem considit Vlyssi
v. 223: ve% Aja5 @O~YIKI' vÓrm 6; & ' O6u~reú~
Aiax Phoenici assignant percepit Vlysses
Mariner, para traducir 7 ~ ó 8 Wa ~K ~ Sr,e curre a tres maneras distintas de inter-pretar
un mismo sintagma griego: pedibus celer (v. l96), pede uelox (v. 307) y
uelox pede (v. 606).
v. 196: TW KU; 6~1~vúpevroPso &&r d a 5 d ~;g'A xlMeÚs
hos autem ostendens pedibus celer inquit Achilles
v. 307: T h 6 ' á7~apeIpÓpevo~~p o & # ~d a q W KL;~'A XIMEÚS
Hunc sic alloquitur pede uelox magnus Achilles
V. 606: T h8 ' & T ~ E / @ ~ ~Ep o~ . &b7y7 h8ac W&;r 'Ax/M&
autem alloquitur uelox ~ e dme a gnus Achilles
Mariner no respeta en ninguno de los tres casos la construcción de acusa-tivo
de relación que hace Homero, una construcción perfectamente posible en
latín7 que no es posible en ninguno de los casos porque rompería el esquema
métrico.
Mariner con el adjetivo irati recoge íntegramente el significado del epíte-to
~wopk vovd el verso 107:
~ U O ~'Ax~~AO@Vo&g?S K)~I&%~J d?TOÚpas
irati orripiens aderas tentorio Achillis
El tratamiento que le da a SíOS no es el mismo en el verso 209, tra-ducido
por diuinus, término análogo al griego, que en el 667, en el que altus
no recoge en absoluto la carga semántica que presenta el epíteto en griego.
v. 209: T(. 6 ' &EV Aú~op~'6~ávp, vev6 ' &a & 'AXIMEÚS
hunc tenet Automedon feriunt et diuinus Achilles
v. 667: 'I qhs EU(wvos, mjv oi ~Ópe& ' A x IM~ s
pulchra Iphis quam forte illi dedit & Achilles
En los versos 485 y 494, 0 ~ 0 7 s; ~ T T T ~ ~ ; K Esí~ Ele, da una interpretación acorde
7 Cf. Aen, 1, 589: os umerosque deo similis.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítefos. J6rrnulus y nombres propior en ('1 wnto /A'& 10 Iliada ...
introduce el término .'nclyte que no aparece en el texto homérico, creando así,
por decirlo de alguna manera, una fórmula propia:
V. 485: K U r~e ; í K a eco/;- Er/e;~eA 'AX/ME U
te et tantum institui similis diis inclyte Achilles
v.494: E[ÉpeUP( dMd rE~a2a&o T5 &eí~eA ' 'AX/MeU
ex me at te natum similis diis inclyte Achilles
Encontramos también bastantes epítetos referidos al rey de Micenas.
El sustantivo Rex traduce a parrih~úrarod~e l verso 69 y a uva5 dc los vcr-sos
114, 163,672,677 y 697.
v. 69: ' A r p i . 8 ~o$ pkv &%e. & yap ,8ar/Aeúraró< ÉG-o-/
incipe tu quoniam R s maximus undique perstas
v. 114: TOv 6 ' aUre rporkm~ev= dv6p&v ' Ay apípvuv
Huic autem sic & Agamemnon maximus inquit
v. 163: ' A~ pei'87K Ú ~ I Q T E ~ ~ Y & & Y' A y á P e p ~ o ~
Atride ingens & Agamemnon @se uirorum
v. 672: rpWros 3' F&pke~vev ávSp&v 'A yapkpvuv
atque rogat Princeps Agamemnon &que uirorum
V. 677: ' AT ~ E ; ' ~Kv Ú ~ / ~ T ~ - ~ ~ Y' &A~& C &YE ~ Y O Y
Atride affulgens Agamemnon &que uirorum
v. 697: 'A r p N . 8 ~K Ú ~ I Q T E ~ ~ ~ '&A&y á pepvov
Atride affulgens Agamemnon &que uirorum
En el verso 96 es princeps quien traduce a gvaf;.
Por otra parte aumenta el calificativo ~ ~ e l w(v.v 6 2), con el sintagma ingens
uiribus, que lo recoge en parte e incrementa al griego.
,uv^8ov ár ip&~~0'6,6 E ~ p e í u v' Ay apkpvuv
nerno meum, nec Rex Agamemnon uiribus ingens,
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Alejandro Pastor del Castillo Epi~efos,f,ó rmulas y nombres propios en el canto IXde la Iliada ...
El patronímico 'Arpei'&~e n cualquiera de sus casos lo recoge con el aná-logo
Atrides (VV. 69,96, 114, 163,3 15,677 y 697) y lo traduce por su corres-pondiente
latino: Atride.
v. 69: 'Arpi'h o-i pkv 04 yap ,8aaiñeÚraró< km/.
v. 68: haec nunc puberibus iubeo. Tu deinde et, Atride,
V. 96: 'AT@;'& ~Ú6/07$€~ a ( d ~&%)A Y¿&%E~YOP
Atride effulgens Agamemnon inclyte Princeps
v. 163: 'Arpi'h KÚSWTE $va( dvSpGv 'A yápepvov
Atride ingens Rex Agamemnon @se uirorum
v. 315: o h ' &LEY''A rp;'&v 'Ay apip~ovam /&pev ojo
nec suadere puto magnum hic Agamemnona Atriden
v. 677: 'Arpi'& K Ú & / ~ E $va( dv6pW~ 'A ydp~pvov
Atride affulgens Agamemnon Rexque uirorum
v. 697: 'Arp;'& ~Ú6107Zev a~ávSpWv7 Ayápepvov
Atride affulgens Agamemnon Rexque uirorum
En determinadas ocasiones, en cambio, lo incrementa con otros adjeti-vos:
alti como es el caso de los versos 178 y 226 o magnus en los versos 260,
263, 669.
v. 178: 6pp&vr7& K K ~ & S 'Ay api~vovo'~A rpi'b
aedibus exsiliunt Atridae Agamemnonis &
v. 226: &kv kv; KA& 'A yapipvovog ' A r p i ' b
aedibus Atridae summis Agamemnonis &i
v. 260: ~ a ú',e E á Gkxóñov Bupxail yia, 0-0; 6' 'Arafiifivuv
cessa et linque iram tibi tandem magnus Atrides
v. 263: ZÓ-o-á rol & ~ A / ~ i ~hoi-qwc r o S&' 'Ay apipvwv
quae Atrides magnus dixit tibi dona daturus
v. 669: Oi'6' $TE K;ZW;&V f~ )AT-,;'&W ykvowo.
Vt subiere autem magni tentoria Atridae
Su calificativo imóra, lo hallamos traducido de diversas maneras. La pri-mera
de ellas, la del verso 52, el adjetivo fortissimus no respeta el significado
del término griego. Las otras dos se muestran fieles al término griego, pero
están incrementadas por otro calificativo más que introduce nuestro humanis-
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ta. Éste es el caso de eques inclytus en el verso 162 y el de eyue., tmigt?l/\ en
el 179. El término I'ep$vio; que encontramos en estos dos Últimos vcrsos.
Mariner no lo traduce.
v. 52: r o h 6 ' á v ~ n ú p ~ v~oLgE T E ~ Ú ~i EmEóY~ Na iomq
his autem assurgens NestorJOrtissimus inq~lit:
v. 162: T6v &' + ~EI ;O~&T,I T ~ repj'v~ot;i mó ~ aN &wp
Huic at Nestor eques decore ingenti inc1ytu.s inquit
v. 179: T O ~ 6I ; TÓM' &&TEM~EE ~ $ Y I O iCm óra Ni n - u p
queis et Nestor eques mugnw hunc pl~lrima iussit
El término griego &r~,i;~odve l verso 220, es fielmente recogido por Marincr
como socium.
IIÚT~OKAO0Y'v &a/pov. 0'6' N ml p I 'PúM~B vrAÚg
Patroclum socium. Libamina mittit in igne
En el verso 666 Mariner lo califica también de magnus, pero en Homcro
no aparece este término.
I IÚrpo~Aog6 ' &&puB~v fA&[a~o.7 iap 6 ' apa ~ aT&i
parte alia dormit magnus Patroclus in ipso
Su epíteto de ;vó&o; del verso 2 11 es traducido por Mariner como z~ir
magnus, en donde magnus recoge en parte el pira griego, mientras que i~Ó&o;,
dada la complejidad del calificativo, Mariner no lo traduce y utiliza uir.
me 6; MEVOIT6Ia~k~v ,&Ta ~ íniBeoc bÚg
atque Menaetiades, uir magnus, concitat ignes
Observamos también que los dos epítetos que encontramos referidos al
héroe merecen un estudio detallado de las técnicas utilizadas para su tra-ducción.
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El porjv áya66s que vemos en los versos 3 1 y en el 696, está traducido casi
fielmente por uocibus ingens y situado en la cláusula final del hexámetro.
Mariner rompe también en este caso con la construcción de acusativo de rela-ción
que hace Homero. La construcción en acusativo (uoces) que, como hemos
señalado anteriormente, es perfectamente posible en latín, habría dejado la
cláusula final del hexámetro en una construcción con dos espondeos y no con
dáctilo más espondeo, que sería lo esperado.
v. 31: ó@ 6; 64 ~ E T ~ E / TB€o vjv áya& Alop+&
et tandem alloqui tunc Diomedes uocibus ingens
V. 696: Ó@ 6; 64 p e ~ k e / rp~o ryá ya8ic A/o~+&s
et tandem loquitur Diomedes uocibus ingens
También de Diomedes dice que es imo8ápor0, epíteto que traduce en el
verso 51 como equestris ampliándolo con el adjetivo magni o que omite sin
másenel 711.
v. 51: pG9ov áy amá , u ~ ~Ao//o p+%os im06ápo~o
uerba admirantis magni Diomedis eauestris
v. 711: pfi8ov áy amápevo~A /op+&os imo6ápo/o
Sermonemque stupent Diomedis in arma furentis
El otro calificativo es ~ a M i ~ á p n doesl verso 665, pero dada la complejidad
del adjetivo, debe dividirlo en dos vocablos y traducirlo por nobili ore.
Ninguno recoge el significado del compuesto griego, ya que la primera parte
del término K~MeIs- in terpretado como nobili por Mariner, mientras que para
-xáp?70s recurre a una sinécdoque al usar el término ore.
@Ó&vrog 81~yhmhpo p+& ~ aMma p n o c
Jilia Phorbantis Diomede nobili ore
Su epíteto r o i p é v a hahju del verso 8 1, encuentra una clara equivalencia en
populi magistrum.
áp& TE N ~ o - r o & vO paa/p$m r o ~ k v jula Wv
circum Nestoridem, popli Trasymeda magistrum
Homero lo califica de 8aibpovos (v. 65 l), mientras que Mariner cam-bia
de término calificándolo de summi.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos. f6rmiila.s j' nomhrus propiov rn el <,trnfolX c/c ltr I l índa
Tph y' np/c,L¿0/06 ~&Y0~'0~~K T O ~&UP
quam natum Priami summi nunc Hectora diuzrm
Es considerado por ambos autores en el verso 65 1 como 8 o v o u'iuzn?~o,
sea, una clara equivalencia entre el término griego y el romano.
npív y' uiGv l7páp010 ~ai¿,+ovog %KTO~U ZX
quam natum Priami summi nunc Hectora u'iuum
El sustantivo na-mjp del verso 252, tiene su equivalencia en Mariner con el
término pater.
u TETOY r p i v go;ye ~umj pir eriMero IIyileUg
O care, ipse pater tibi iussit denique Peleus
En el verso 400, en cambio, es calificado como yipov, epíteto que susti-tuye
Mariner por ingens.
~mjíao-rI& r e d a~r a YEPuv k~mj'o-arofl &úg*
atque opibus laeteu: Peleus quas possides ingens
El sintagma y&m~u imr$~ára (v. 438) es omitido en Mariner.
oros; 0-0; &,u7 ~ ~ e , uyrEepu v imTAáru fl~AeUg
solus? namque tibi misit me denique Pelezw.
El adjetivo pEya5 (v. 169), tiene clara equivalencia en Mariner con ii1gen.v.
U h d p &E/T' Ahs Tt. ,I%&YU< KU; &S '06vO-&<
deinceps atque Aiax ingens et diuus Vlysses
En el verso 644, Homero dice de él que es ATav Sioyevi Teha,uWv~ ~ o ; , a v ~
ha&. Guarda la semántica de 8ioyéu& con diuine, la de ~oípavec on Princeps y
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la de ha&u con populorum; omite TeAapóuie e introduce el término maxime
que no aparece en el texto griego.
O diuine Aiax populorum maxime Princeps
También en el verso 622 el adjetivo maximus está añadido por Mariner por
necesidad métrica.
&K KAI o - ;v~ó~o- ro~o,u ~Ooíuro,T O ~ 8I Zp' Ah;
in reditum curet quibus inquit maximus Aiax
El epíteto Ai &AoS del verso 168 lo respeta Mariner con Ioui carus.
@o&I(& ~p&lo-ra Ali;bAoc &q74ádu
atque Ioui carus Phoenix Dux protinus adsit
Lo mismo que sucede en el verso 432 con yipwu imAára, traducido como
senex equitator. Además, le añade también el calificativo strenuus que no
aparece en el original.
64; 6; O+ ~ E T ~ E I TyCk puv imAáru @0/1/1(
haecque senex Phoenix eauitator strenuus inquit
Por último encontramos referido a Fénix Qoi'ui~a n a yepar i & i o r p ~5 ~(v .
607). El término arra no lo traduce Mariner. Traduce yepar I por senex. Para
traducir Gro~~e<bre&cu~r re a una perífrasis: Ioue nate. Introduce además
Mariner el término magne.
@oídd(& yqa~;O IOT ~E&O~U T;@E r a ú q y
Phoenix magne senex Ioue nate haud hoc mihi honore
2.2. MUJERES
En el verso 140, su patronímico 'Apyeíllv lo encontramos traducido como
Argiuam, que guarda correspondencia semántica con el término griego.
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El adjetivo ~ U K Ó ~ OqIuOe aparece en el verso 339, sólo es traducible por una
perífrasis explicativa: alto crine comatae.
1 i. I
'AT ~E&~ ;$ O& 'E%vVs &K' ~üK0,UOlO
Atrides? Non causa Helenae alto crine c.omatae:j
2.3. PUEBLOS:
Los TROVANOS
En el verso 233 son Uxlp6upoi, traducido casi literalmente por Mariner como
magnanimi, donde a -6upoi tiene su clara correpondencia con -unirni y rnugn-recoge
en parte el sentido del prefijo h l p - . Tenemos también en cse mismo
verso -rr&~At.isoi' & ' ~ o u ~ osiin, tagma traducido por Mariner como potc'nfcc,t ér-mino
que no guarda relación con ninguno de los dos vocablos griegos.
Tp&s ;?T&%(,UO/ ~&KA E I TOi~ & T;Kou~o/
Troes maananimi auxilio sociique potentes
Los AQUEOS
En el verso 642, son K<SIOTOI' [...] KU; & ~ T U T O ~E. l primer adjetivo lo
encontramos traducido en Mariner como gratos, no respetando el sentido de
término griego. Del segundo podemos decir que respeta el sentido, pero cani-biándole
la morfología al adjetivo: caros
K$/~JTo; I' gb€l~U/ KU; (,~ATuTo/ &ro/ ' A x u / o ~
et cupimus gratos carosque existere Achiuos
2.4. DIOSES Y DIOSAS
ZEUS
Podemos ver cómo abundan los epítetos a lo largo de todo el canto.
La fórmula encabalgada ZeÚ5 L..] Kpoví&q5 L.. 1 11 &shios de los versos 1 8
y 19 es fielmente interpretada por Mariner como Iouis [...] Suttrrnius [...] 11
impius.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos,,fórmulas y nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
VV. 1 8 y 1 9: ZeÚg pe pEya &ovi6= ary EvE6tpe Pap&
f7&~h0g, $5 TÓT€ ,U& PO/ Ú7TkqCT0 KU; K ~ T ~ Y E U ~ E V
me Iouis ingenti damno Saturnius urget
impius hicque mihi feliciter annuit ante
También en el verso 23 el adjetivo summo recoge claramente el sentido del
griego h ~ p p u ; .
OUTW TOU Al; ~ ~ MV r rE~ p I~ u ibi 'íh ou &var
Sic haec inde Ioui summo sunt cara futura
En el verso 98, Rex multi [...]p opuli, con multi como incremento intro-ducido
por Mariner, recoge también el sentido del griego AaWu uvac.
Mariner además introduce el término altus que no aparece en el original.
AaWv Eu-0-1Z v a l ~ aro;l ZeCg Ey3yáA1&
Rex multi es populi tribuit tibi Iuppiter altus
Al igual que el verso 18, en el 236 aparece el término Kpodqs, igualmen-te
interpretado por Saturnius.
v. 18: ZeÚs pe pEya &ovi6% áry Cvi6rm ,8apc/n
me Iouis ingenti damno Saturnius urget
v. 236: ZcGg 6; qh Kpov/& Ev6E6a ara #a;vuv
Iuppiter hic praebens Saturnius inclyta signa
En el 377, E; dp&aS es traducido por otro término que no respeta el
sentido: ingens.
EPPiruE. K yáp N &va5 eiAcro pyr;era ZeÚs.
decida?. huic mentem nam Iuppiter abstutlit ingens
En el 457, ~ a r a ~ 6 Ó ueiso e~n Mariner terrestris, término que no se relaciona
semánticamente con el griego.
ZeÚs r c ~ a r a ~ Ó v / o~<a Eim ~vvjL kpo-~#óv~/a.
terrestrisque Iouis duro et Proserpina corde
En el 502 magni sí guarda correspondencia con p~yihoio
KU; re Ara; ein A& ~o&r ,ueyáAo/o
namque preces magni proles Iouis undique subsunt
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En los versos 419 y 686 Homero califica a Zeus de eúpÚo.rra. Dada la difi-cultad
del adjetivo griego y las diferentes teorías a cerca de su significados, en
el primer caso Mariner lo omite, mientras que en el segundo simplemente tra-duce
altus.
v. 419: TL4;ou UI'TEIY$~~ páAa yáp ith t-dpúo~aZ EUS
Troiae altae nam suepe suam Iouis exfulit ingens
v. 686 W/ o u ~I'TEw$;;.p áAa &kv EdpÚo~aZE US
Troiae altae inspicitis propviam nam Iuppiter &
En el 51 1 vuelve Mariner a hacer uso de las perífrasis explicativas
para la traducción de Kpov;wva: Saturni e femina natum.
A;ecovra/ 6' üpa ra; yt- A;a &ov/Wva KIOU~UI
saepe Iouem exornant Saturni e femina natum
Lo califica Homero en el verso 182 de ~ohv~hoíu~oLiao c. omplejidad dcl
adjetivo compuesto y la imposibilidad de hallar un término en latín que reco-ja
todo el sentido del griego, hace que, en el verso 183, Mariner traduzca el tér-mino
por una oración de relativo: qui incutit undis.
Tu 6; flárqv raPd BiLa TOAU~~AO;$OIBOa Aácwqy
Neptunumque orant tellurem aui incutit undis
Solamente dice @oípov y Mariner respeta el sentido y la morfología dcl tér-mino:
Phoebi (v. 405).
@o@ou ' ArÓUwvog IluBoí' $VI mrpykcuy.
Phoebi emissoris petris in diuite Pytho
ATENEA
En el verso 254 Mariner la califica de fortissima, ausente en el griego.
Según José M." Pabón, E&-oíra: longi-vidente. Según otros, longitonante, yue truena a lo 1ejo.s.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, fórmu/as y nombres propios en el canto IX de la Iliada
T ~ K V O V& V K Ú ~ T Op&~ ' AOq v a í q TE ~ a"iH p q
Jili mi robur Iuno, et fortissima Pallas
También se refiere Mariner a la diosa con el término r h a u ~ h x ~ &(v .
390), un compuesto traducido por Mariner como Glaucae, término que
traduce sólo a la primera parte del epíteto.
E p y a 8' 'A 6 q v a í y ~ h U I J ~ h ~hio8í$ia pí(or
Inque opere aequalis glaucae aut sit deinde Mineruae
Es para el poeta jónico ~ p u r r f í n[ ...] K Ú M O (~V . 389) Mariner, por su parte
traduce diciendo de venus que es aurata corpore pulchro. El término aurata
traduce, salvando la morfología, a ~ p v m í yy pulchro a K Ú M O ~s,i bien también
hay diferencia morfológica entre ambos términos. Mariner incrementa el
epíteto con el sustantivo corpore.
068 E ~ ~ u c' TAE&~O~~ ~; á~M o g& ;G/,
cum Venere aurata si certat corpore pulchro
Al adjetivo &raivrj del verso 457 Mariner le da una equivalencia sintáctica
que mantiene la idea del original, pero no es el adjetivo correspondiente: duro
corde.
Z& TE ara filo^ ~ a&ia~ vvj T;TE~o-E~Ó~EI~
terrestrisque Iouis et Proserpina corde
En el verso 410, Mariner, calificándola de mater diua, respeta el sentido
del griego: plj-rqp [...] &a. También la traducción del término ÚpyupÓné.(a está
respetada en la traducción de Mariner.
,.u+lyp yáp T&P&& VOY @ea @&TI< dp3ypÓmra
mater diua Thetis pedibus me argentea dicit
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Eos
Siempre la califica el poeta jonio de K U A ~ ~ O ~ O ~ Ú K TELl AadOje~t.iv o K U An~o
lo recoge Mariner y, en cambio, el complicado vocablo griego ~ o S o S ú ~ n i hloo~ ,
traduce como roseos micans currus.
a h & p km; t. b a ~4g P o M i ~ n ~ j l o' Hgu g
ut roseos Aurora micans dabit aethere currus
El término myép¿¿s del 454 lo vemos traducido iupidus, no respetando la
semántica del griego.
~ o M KdU l y p h , O T U Y E ~ ~8<' ~ ~ T E K ~ K ~'~EE~T/Y' &
multa execratur rapidasque uocauit Erinnes
2.5. CIUDADES
La ciudad de Odiseo también tienes diferentes calificativos.
Con el adjetivo munita que vemos en el verso 20 respeta Mariner la semán-tica
de ~;réi'~éou.
> I UIOVkK 7~fpgUVT' €ÚT€&€oY dTOPk€dU/
munita ut Troia euersa me posse redire
En el verso 28 a etipváyviau lo traduce latam que sólo recoge parcialmente
la semántica del adjetivo griego.
o; y& T p o ; ~a~~ & o P w ~Úp u á ywa v
non Troiam latam ualidis capiemus in armis
En los versos 419 y 686, a i r n ~ v +es~ t raducido por Mariner como altue.
En estos dos casos respeta, en cierta medida, el término homérico.
v. 419: 'U;OUai m~& páAa y á p EBw cúpúo./ia Z&
Troiae altae nam saepe suam Iouis extulit ingens
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, ,fórmulas y nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
v. 686: 'L Gou a;mw& páAa yáp &v ~ÚpÚo7i~ZaE GS
Troiae altae inspicitis propriam nam Iuppiter altus
En el caso de 6p;pohov en el verso 329, Mariner no guarda la correspon-dencia
léxica con Homero, cambiando el sentido de 'fértil' del término griego
por el de magnae.
TE@< 6' &&EK~ 47p1 ~ a Tp~oíva Ep& Aov
undecim et ipse pedes magnae prope moenia Troiae
HIRA:
Homero utiliza el término noi~~uua(vv . 292); Mariner, por su parte,
emplea un giro sintáctico que explica el término griego: gramine magnam.
Kap6apÚAvv 'E vÓwv TE ~ a'Ipi 4 v 7;.01&mav
Cardamylen, Enopen, Hiran quoque gramine magnam
PEDASA:
Al adjetivo h,u,~rr~hówua(vv . 294), literalmente rica en viñedos,
Mariner le respeta parte del sentido como uinetis ampla.
KaAGv T ' A;;r~/av~ an$iao -ov d.u~E)iÓwo-av
AEpeam et pulchram uinetis Pedason amulam
PILOS:
El texto griego la califica como arenosa, ~,u,aOóev~eno ~e l 295. Mariner
omite el epíteto en su traducción.
rio-al 6' a%<, vi 'a~anl úAou & ~ a B ó ~ v ~ o ~
ad mare quae inde Pyli seruant habitada cunctae
Al igual que Troya, la ciudad de Ftía es ip;fiwhov en el verso 363. Mariner,
con opimam, respeta también el sentido del término.
qpa~KíE T ~ I T ~ TMU í ~ &vfiw Aov i ~ 0 i í . q ~
tertia deinde dies in Phthiam ducet opimam
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, f6rmulas y nornhres propios en el c.unto IXde I(r Iliada..
Como hemos podido ver, Mariner recurre con frecuencia a numerosas téc-nicas
capaces de interpretar, en la medida de lo posible, un epíteto griego en
lengua latina, pero podemos observar lo difícil que resulta traducirlos literal-mente,
ya que no siempre es posible encontrar entre dos lenguas una corres-pondencia
léxica que atienda, a la vez, al mismo esquema métrico y rítmico.
De este detallado análisis podemos establecer hasta ocho diferentes méto-dos
de traducción utilizados por Vicente Mariner para poder interpretar los
epítetos y las fórmulas del texto homérico.
1. En las ocasiones en las que es posible, Mariner mantiene la corrcsponden-cia
semántica y, en la medida de lo posible, también la morfológica entre el
término griego y el latino. Ejemplos de esto pueden ser los siguientes versos:
v. 107: X W O ~ ~ / O U'A ~ /Af oCgp vg KA/&Y~EVá ;.roúpas
-irati o rripiens aderas tentorio AchiIIi
v. 220: I I ú~p o~Ao$vv &a/"pov. $3' N mpi,8ájl;le BvrAús.
Patroclum socium. Lihamina mittit in igne
V. 502: KU; yÚp TE Ana; &/ Al& ~0v"pa, lu E ~ Ú ~ o / o
namque preces magni praedes Iouis undique subsunf
2. Es frecuente, también, que, por necesidades métricas, para traducir un tér-mino
griego, recurra el valenciano a diferentes vocablos latinos con igualdad
de contenido léxico. Es lo que sucede con el adjetivo 805, que lo encontramos
, traducido como diuinus o como diuus.
v. 169: ah& &EIT ' Ajas TE ,u&g KU; & ' O~v~mÚge
deinceps atque Aiax ingens et diuus Vlysses
v. 192: TU 3k , 8 ú ~ vrp orkpw, ryeiro 36 80s ' 03vrmús,
atque hi praecedunt praeit at diuinus Vlysses
v. 676: Tdv 3' UÚTE ;.rpo&m~ 7~oAÚrAag& ' 03vmeús.
Ad quem respondet fortis diuinus Vlysses
v. 209: T(. 3' C X E ~A ÚTO~~~~ÚW,uvYev,3 ' &a & 'A xIMeúg.
hunc tenet Automedon sunt et diuinus Achilles
Otro ejemplo de esto son los versos en los que califica a Aquiles. El adje-tivo
ÓK&- lo traduce de diversas maneras.
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v. 196: TU KU; ~ E I K Y Ú ~ E V~Op~o& (br TÓ&S W K G ~'A XIMEÚS.
hos autem ostendens pedibus celer inquit Achilles
v. 643: T hG 'á~u,u~Bo;uwo~sp or f '&qró h'uc d& 'AxIMEÚs.
Hic at respondens pedibus &r inquit Achilles:
v. 606: T h8 ' d ~ a , u ~ / B Ó , urp~oyff~f'b~r rÓ6us ~ K U C'A XIMEÚS*
Hunc autem alloquitur uelox pede magnus Achilles
3. Incluso recurre Mariner el caso contrario, en el que el mismo vocablo lati-no
se utiliza para traducir varios griegos
v. 31: 64; 6; 6j ,~ET~'EITE ,80+ á ya& A~o,u$rs.
et tandem alloqui tunc Diomedes uocibus ingens
v. 169: ahap &EIT ' Ahs TE ,ukyuc KU; &os ' O&UO-Q&
deinceps atque Aiax ingens et diuus Vlysses
v. 377: E'pP&ru. ;K €6 q!&' g ~ i k ,UoTT;E TU Z&s.
decidat. huic mentem nam Iuppiter abstutlit ingens
V. 696: 64; 6; 6; p ~ ~ k PO~+ I ráy~ue dg nlopr'6~s.
et tandem loquitur Diomedes uocibus ingens
v. 686: 'L Gou U~TEIY+~*, uc&ia &Y ~úpúolra2 6;s
Troiae altae nam saepe suam Iouis extulit ingens
En la misma línea están los siguientes ejemplos:
v. 23: OÚTU TOU A~l<,uf'M~~hr~p,un,&'~ MO&Yu,
sic haec inde Ioui summo sunt cara futura
v. 651: np??y ' u& n P ~ ~ , u o&~~oi '~ p o ~ o q " E ~&OY~ o ~ a
quam natum Priami summi nunc Hectora diuum
4. Encontramos casos en los que Mariner reduce9 el epíteto o la fórmula exis-tente
en el texto homérico.
Y Ibidem, p. 680
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Alejandro Pastor del Castillo epíteto.^, ,fórmulas 1' nonzhrc.c./ ~ropioesn el cunto I,Y (lc Iri Iliodri
v. 223: Y&' A h g @O;YIKI- ~ Ó ~ o66- E$0 5 'O~ UO- ~ E Ú ~ ,
Aiax Phoenici assignant percepit Vlysses
v. 438: o&; 0-0; 6kp7 &pm ykpuv imAára Il&i5
solus? namque tibi misit denique Peleus.
5. En otras ocasiones, encontramos el caso contrario: incrementa Iéxica-mentelo
el texto con calificativos inexistentes en la lengua de partida.
v. 403: 76 n p h 6 n '&j v v g , rpiv M ~ i uvh g 'A xalWv,
quam prius in pacem ueniantLforti.wimiA chitli
v. 622: ;K KAIO-IÍ~SY ÓOTOIO~ ESOI Í~TrOo* h 6 ' a p 'A jáC
in reditum curet quibus inquit maximus Aiax
6. Para acabar con los simples, debemos señalar también que hay ocasiones
en las que Mariner no respeta la semántica del griego e introduce un término
latino con un contenido léxico ajeno al griego.
v. 52: ~070-6I ' á w ~ ~ á ~~E wT Eo ~~~ WimVór~aE N~k omp-his
autem assurgens Nestov. fortissimus inquit
V. 400: r k p r ~ d aTl& y k p ~ v& K ~ ' O - ~ T Ofl& Úg.
atque opibus laeter. Peleus quos possides ingens
v. 667: ' Iqhg &~uvog, ~ ' o iv rÓp e & 'Ax~&cg
pulchra Iphis quam forte illi dedit & Achi1le.t
7. En cuanto a los vocablos compuestos y debido a la dificultad que entraña
traducirlos ya que no es fácil encuentrar en la lengua latina un término quc
respete la semántica del griego, Mariner se ve obligado a difuminar1 ' en la
lengua receptora, en nuestro caso el latín, el término de la lengua fuente, el
griego, esto es, mantiene el sentido pero lo dota de ligeros cambios o perdidas
significativas12 propiciados por la supresión de algunos de sus elementos.
Veamos unos ejemplos:
10 Ibidem, pp. 679-8 1.
Utilizamos el término 'difuminar' en el mismo sentido en el que lo utilila Coronel Rainos (op c.;¡.
pp. 678-9), esto es, cuando en la paso de una lengua a otra un término sufre Iri.r,.s pi;rclidirs ,~ignr/ic~utir~rs
que en nada desmerecen del original.
' 2 Peña, S., El trudzrctor en su jrrultr: haciu zinu pauitr dc untilisir de t~.udir<.(~ionEclc .p upcl do1 ri.t1-
ductor, en Morillas, E. y Arias, J. P. (eds.), Elpupeldd trcrdi~ctorI,k iiciones Colegio de España, Salamanca.
1997. p. 23 y SS.
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v. 28: o; y@ ;TI Tpoírv a/PGropev &puÚíyv/av.
non Troiam latam ualidis capiemus in armis
El término griego significa literalmente "de anchas calles", mientras que
Mariner traduce simplemente "ancha".
Ejemplo del mismo tipo puede ser el del verso 20, donde, hablando de
Troya, Homero la califica de "bien fortificada", mientras que Mariner traduce
simplemente como "fortificada":
7UI lov C~rCprav'r &&~ov dxovC~m9a1
munita ut Troia euersa me posse redire
8. Para la traducción de los compuestos, recurre también al empleo de un sin-tagma
explicativo que recoge íntegramente el sentido del epíteto griego.
Observamos así los siguientes ejemplos
v. 183: Td Gi flÚv~ rapa roAuq5Aoírflo1o B a A á ~ q s
Neptunumque orant tellurem aui incutit undis
v. 294: KUAGY T ' A h ~ l a KvU ; II$arov d pmdÓ~ r r a v
AEpeam et pulchram uinetis Pedason amplam
v. 339: ' A ~ p d v s$; 0 ; ~rE A&qs &K ' ~ U K Ó ~ O I O ;
Atrides? Non causa Helenae alto crine comatae
v. 410: p+vp yúp rCpi q5vo-I &a @&S dpíyvpór&a
mater diua Thetis pedibus me argentea dicit
v. 624: G~oíy~vC~gE ~ T I Úr&oil up&av ' ' 06urrt-U
O Laertiade Ioue nate et maxime Vlysses
Por lo tanto, observamos que hay dos tipos de epítetos: los simples y los
compuestos. Mariner siente más respeto hacía los compuestos. No los elimina,
sino que intenta traducirlos de la forma más literal posible, como hemos visto
en los apartados 7 y 8, explicando el término griego y, en su defecto, hacién-doles
perder leves matices de significación.
No ocurre, en cambio, lo mismo con los simples. A éstos da diversos tra-tamientos,
desde el respeto del término a la eliminación de éste, pasando por
su sustitución por un sinónimo o por un término que nada tiene que ver con el
que presenta el original griego. No podemos obviar que quien influye real-mente
a la hora de determinar el tratamiento del epíteto es la métrica y quizás
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por ello Mariner muchas veces se ve limitado a la hora de mostrarse tiel al
texto de Homero.
Pasemos ahora a la traducción de los nombres propios de los personajes
del canto. Volvemos a ver aquí esta idea suya de la que esta impregnada toda
su trayectoria literaria: el método de traducir y variar el discurso.
En cuanto a la morfología, por lo general, Mariner adapta el término a la
forma latina, pero no descarta usar la griega en algunos nombres propios si la
métrica así se lo obliga.
En cuanto a los términos, en cambio, prefiere siempre Mariner en todo cste
canto la forma latina, incluso cuando el texto griego presenta dos términos
para, por ejemplo, referirse a la ciudad de Troya.
Cuando se da el caso de que la raíz del término griego coincide con la r a í ~
del término latino, Mariner simplemente recurre a la morfología latina.
v. 31: && 8; & ~ E T ~ E U TbEo +v d d~o p r&g
et tandem alloqui tunc Diomedes uocibus ingens
v. 209: 14 8' &EY AhoPk8uv, rápvw 8' apa &o5 'Ax/M&
hunc tenet Automedon sunt et diuinus Achilles
v. 329: ~ ~ (82 ' ;sV ~ E K ~qh pu ara Tpohp &BuAov
undecim et ipse pedes magnae prope moenia Tvoiue
V. 697: ' A T ~&' K Ú ~ I O ~aEva Cá~8pWv ~ ~ ~ , U € , , V O V
Atride affulgens Agamemnon Rexque uirorum
Sin embargo, hay casos en los que recurre a la declinación grecolatina.
Así, por el ejemplo, podemos encontrar las siguientes formas:
v. 81: tiP& TE NEO~O~&@Vp awp$8€a~ o/p&vAaa Wv
circum Nestoridem, populi Trasymeda mugistrum
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, formulas y nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
Cardam-den Enopen herbisque uirentibus Hiram
Pheras diuinas Anthean collibus amplam
AEpean pulchram uinetis Pedason altam
v. 315: o h ' & ~' y' A T ~ I ~' A&yaYp Epvova TEIP&EY o&
nec suadere puto magnum hic Agamemnona Atriden
Cuando esto no es así, y en latín y en griego el nombre propio tienen raí-ces
distintas, Mariner presenta, sin mas, la forma latina, en vez de la latinizar
la griega.
v. 389: o;& ' ~ i ~ u m'Ai dnpo &;v K ~ 0M5 && G/
cum Yenere aurata si certat corpore pulchro
v. 254: T~KYOY K ~ ~ T Op&S v 'A&vaír TE KU; "Hpw
Jili mi robur luno, et fortissima Pallas
V . 457: ZEÚs TE K U T U ~ ~ Ó V ~KOU;S ~ 7 T U l ~~9~j € ~ ' P €&E I u
terrestrisque Iouis duro et Proserpina corde
En otros casos Mariner utiliza dos términos para referirse a la diosa
Atenea:
v. 254: T~KYOY &;Y KU~TOS ,u& 'A&valw TE KU; "Hpq
Jili mi robur Iuno, et fortissima Pallas
V. 390: & ' 'A&vain Y ~ ~ ~ ~ d 7 7iP10&2l& 91
Inque opere aequalis glaucae aut sit deinde Mineruae
Y para acabar decir que existe también el caso inverso, casos en los que
encontramos en Homero, por ejemplo, dos términos para referirse a la ciudad
de Troya, mientras que Mariner siempre utiliza el mismo: podemos observar
en el texto griego tanto Tpoia como "Iho$13, mientras que, por su parte,
Mariner utiliza Troia en todos los casos14.
'3 Hemos optado por el femenino "Iho5 (y no por el neutro TÓ "IAlov), por ser éste el género que encon-tramos
en el texto homérico.
14 Existe en latín la forma neutra Ilium, empleada por autores de varias épocas (Plauto, Livio, Fedro,
Séneca, Quintiliano, ...) pero que no ha sido utilizada por nuestro humanista.
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v. 20: "Lhov ,4~~ipo-avr'~úr&á~movv i d a /
munita ut Troia euersa me posse redire
v. 28: 06 y& ;TI Tpohp akvjo-opw ~úpuáyulav
non Troiam Iatam ualidis capiemzrs in umis
V. 329: 7FGS 6'&6€~Ú# rp/ K ~ T &T p 0 í ~& / ~ u ~ o v
undecim et @se pedes magnue pmpe moenia Eoicre
v. 419: 'U íou aht-~v&p. d a t%v eÚpÚona Zd s
Troiae altae nam saepe suam Iouis extzrlit ingens
v. 686: 'LAíou ai'~íwf;;p.á ña k8t-v ~(púonaZ &
Troiae altae inspicitis propriam nam Iuppiter alt~w
Lo mismo sucede con Zeus:
v.18: Z& pt- pkya Kpov/'Grc am Cvi6ro-t. Pap&
me Iouis ingenti damno Suturnius urget
v. 236: Zds 6; o-qhKpoví¿& Ev6i6a qhara #aímv
Iuppiter hic praebens Saturnizrs inclytu signa
v. 511: Aío-rovra16' &a raí yé. Aía &ovíuva ~/oGra/
saepe Iouem exornant Satzrrni e,feminu natzrm
Visto y analizado todo esto, podemos afirmar que las más de las veces,
y por razones fundamentalmente métricas, no siempre es posible aplicar el tér-mino
latino que corresponde al griego o alguno análogo, por lo que dcbc nue-stro
autor acudir a otros procedimientos, hecho que hace quc predomine cn su
obra la disparilitasl" esto es, el uso de toda clase de técnicas de variación que
van desde la utilización de diferentes términos para traducir un mismo epíteto
hasta la omisión del mismo, pasando por el incremento de éste mediante una
perífrasis explicativa e incluso la inserción de epítetos que no aparecen en el
texto de Homero, creando así un estilo que, a la vez de estar en función de las
necesidades métricas, se nos presenta también corno rico y distinto en cada
momento, donde se refleja no sólo la gran cantidad de recursos que tiene la
lengua latina, sino el amplio bagaje cultural y el vasto conocimiento de lengua
latina que tenía Mariner.
' 5 Cf. Garcia de Paso Carrasco, op. cit., p. 237
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, f6rmula.s y nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
4. ANÁLISIS DE LA UBICACIÓN DE LAS FÓRMULAS
HOMÉRICAS EN LA TRADUCCI~ND E MARINER:
LA CORRESPONDENCIA MÉTRICA
Como apuntamos anteriormente, los humanistas fueron conscientes en
todo momento del estilo formular de la poesía épica, hecho que se refleja en
muchas de las traducciones de los propios epítetos. Si bien la dificultad de ser
fieles al texto homérico a la hora de traducirlos la hemos dejado en evidencia,
más difícil será para ello cuidar mantener la sedes metrica. Igual que en el
apartado anterior, habrá versos en los que cuide el original y habrá versos en
los que esto no sea posible.
Debemos adelantar también, antes de adentrarnos en este estudio, que, por
más que se repita una fórmula a lo largo del canto, Mariner no siempre respe-ta
su ubicación, como no respetaba siempre su traducción. En ocasiones podrí-amos
pensar que Mariner no es consciente de ellas. Siempre estará sujeto a la
metrica. Estudiamos ahora, pues, hasta qué punto se aproxima la ubicación de
los epítetos dada por Mariner a aquella dada por Homero.
No hemos tratado todos los epítetos y las fórmulas, sino únicamente aque-llos
que más se repiten a lo largo de la obra y que son más significativos.
Son los siguientes:
1. Referidos a Odiseo:
1.1 %os 'OSumm& aparece siempre en Homero entre la diéresis bucólica y
el final del versolb. Mariner intenta respetar esta ubicación en el verso, colo-cándolo
bien ocupando la cláusula del hexámetro, como se ve en el verso 169:
a ú ~ d p& miA ras TF pkyas ~ aSíi05 T08~m-í&
déinceps átque Aiáx ingéns et diuus Vliísses
bien después de la heptemímera, como en el 192:
TW 6; ,&TY T ~ O T ~ ~&&OW , 8; 8& '08UfTfT€ÚG
átqueuhi práecedúnt praeit át diuínus Vliísses
o bien entre la segunda breve del quinto y la cláusula final, como en el 223:
'6 Pany, M., The making ofhomeric verse. The collectedpapers ofMilman Parry, Oxford University
Press, Oxford, 1987, p. 39.
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pero reservándole siempre la ultima posición del verso, respetando, así, la
sedes metrica.
1.2 ~ o h ú r h a sX os 'O~UUUEco~loSc,a do siempre entre la hcpteiníinera y el
final del versol7, a pesar de haber perdido en nuestro canto el adjetivo ~oi..i-rhasIg,
no pierde la posición. Esto podemos verlo en el verso 676:
1.3 ' 0 8 v u u f o 5 &íoro, colocado entre la cesura trocaica y el final del vcrsol",
recibe en el verso 21 8 de Mariner un tratamiento particular, ya que lo posicio-na
encabezando y terminando verso:
1.4 S I O ~ C V ?A~a ~~- r i á&~q r o h v~? jXa v' ' O ~ oc~upa ~la to~talida&d del~ vers~o
griego. Lo mismo hace Mariner:
v. 624: 310y~v&Aa t;ort& íroAup&av ' ' O3umeG
Ó Laertíadé Ioue nátrcpt rnáxime~V1~.sseLs
2. Referidos a Aquiles:
2.1 $oS 'AXiMeÚS, colocado entre la dikresis bucdica y el final dcl vcrso2I.
se extiende también en el verso 209 Mariner hasta el final del Iiexáinetro, bici1
respetando la posición del original:
bien empezando en la liepteniímera, como en el 667:
l 7 Ibidem, p. 39.
'8 Cf. Garcia de Paso Carrasca, op. cit, p. 237.
l 9 Cf. Pany, p. 57.
20 Cf. también 11. 2, 173; 11. 4, 358; 11. 8, 93; 11. 10, 144; 11. 23, 723
2' Cf. Pany, p. 39.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, f¿rmulas y nombres propios en el canto IX de la Ilíada ...
'@ /S E<UYOTS&, &E sieq E&-
púlchraJphís quam fórteuillí dedit áltus Achílles
2.2 &oTS & T I E ~ K E ~''A X1M~Ge, ntre la cesura trocaica y el final del verso en
lo coloca Mariner en el 485 desde la pentemímera al final:
~ a0-6í r oro¡%ov F&K~ 6koe ~TIE~KE'AA' xIMEQ
ét tantumvinstituí similís diis ínclvte Achílles
y lo mismo en el 494:
k[kp~Vnd- Md r-E>7i raí3a &O/?- ~ ~ E ~ K'EAXA J' M EQ
éx mevat té natúm similís diis ínc-te Achilles
2.3 nrhr iá&o 'AXih$os, colocado entre la pentemímera y el final de
verso23, en el 166 de Mariner lo coloca encabezando y terminando el verso:
&5ua 'ks ~ A l r í I~~v& JG&E'Axu~ A+og
Pélidae&t subeánt tentória spléndidaJchíllis
2.4 xó8aS OK;< 'AXiMt.ÚS se extiende desde la heptemímera al final del
verso24. Mariner lo coloca a partir de la pentemímera en el 196 hasta el final
del verso:
v. 196: ~d ~ a&;E I K ~ Ú ~ E ~pOoSr && i~Ó&aq~ K U C' A X J ~ Ú C
hós autemvóstendéns pedibús celer ínquit Achilles
v. 307: Tdv 8 'á7~apq&p~vo~s por&q4d~a s ~ K U S'A xIMEÚ~
Húnc sic álloquitúr pede uélox mágnus Achílles
v. 643: T& & ' d~ap~&~vos~ pr&r Ó&as d~6g'A XIMEÚC
Híc at réspondéns pedibús celer ínquit Achilles
v. 606: dv 8' d~ap~/BÓp~v poosr && d a q 'A&kÚ5
Húnc a~tem~ál loqui túuerl óx ~ e dme á anus Achilles
22 Ibidem, p. 57.
23 Ibidem, p. 57.
24 Ibidem, p. 39.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, ,f6rmulas y nomhres propios en el c.unto IX de lu [liada.
3. Referidos a Agamenón:
3.1 Zvat Úv8pWu 'Ayap&~uwvlo coloca Hornero entre la cesura trocaica y
el final de verso25. En el verso 114 no le da Mariner la posición final que ocupa
en el verso griego:
Th 6' aUre ~poo-kemev& va( áv6pWv ' Ay a,u~,uvuv
Húic autém sic Réx Agamémnon mú-ximcrs ínqtlif
En cambio sí lo hace en el 672:
3.2 ' A T ~ E8v j KÚSIGTE &va[Ú U ~ ~'GAyUáp q~vovoc upa todo el verso. Mariner,
a su vez, también le concede un verso entero en los casos cuatro casos en los
que aparece.
3.3 ~ p ~ ; w'vA Y a ~ ~ p uco~lovca do entre la heptemímera y el final del
verso26, recibe la misma colocación final en Mariner en cl verso 62:
y casi la misma recibe en el 368, pero colocando el vcrbo en mcdio dc la
fórmula:
25 Ibidem, p. 39.
26 Ibidem, p. 39.
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos. fórmulas~v nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
a h g & juflpí& &ro K ~ E ~ W'AVy apipv~v
rúrsus iníqua mouéns haec &suscépit Atrídes
4. Referidos a Néstor
4.1 imóra Néo-rop, en el verso 52, colocado entre la diéresis bucólica y el
final del verso27, no recibe la misma colocación en Mariner, quien, además de
invertir los términos, lo coloca después de la pentemímera y la lleva hasta el
final del quinto pie, dejando el ultimo como lugar de colocación del verbo:
r o h l 6' á ~ o ~ á p ~,UvEoTEg~% YEEY imóra N&up
hís autemUássurgéns Nestór fortíssimus ínquit
4.2 I?~prjuloi~m óra Néo-rop, entre la cesura trocaica y el final del verso28,
es libremente interpretado por Mariner, que lo coloca a mitad de verso y dis-poniendo
sus términos en él, como en el caso del verso 162:
T d v 6 ' $~E@ET ' &tna r e p v j v l o g imóra Nko-rup
Húic at Néstor eaués d e~o r e~í n g e n t i~í n c~ínvqtuuits
o colocando el epíteto a mitad del verso 179:
T O 6~. TÓ M' &T&EMrE~ ~ v j immqór a Niomp
qzaéis et Néstor eaués maanus hunc plzirima iussit
5. Referidos a Diomedes:
5.1 Porjv áya8& Aroprjr3q5 aparece colocado en Homero entre la cesura tro-caica
y el final de los versos29 3 1 y 696. Mariner también le concede la última
posición del verso y lo coloca después de la pentemímera y lo extiende hasta
el final del verso.
v. 31: 0'4. 66 6+ p e r E E / m ,804~á ra8& A l o p v j 6 w q
ét t~ndem~ál loqtuúin c Diomédes uócibus íngens
v. 696: 64. 6. 64 ~ E T ~ E I T ,E8 04~á r a 8 d c A l o p j 6 w c
ét tandém loquitúr Diomédes uócibus íngens
27 Ibidein, p. 39.
lXIbid em, p. 39.
29 Ibidein, p. 39.
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5.2 AioPrj&os imro8áp.oio de los versos 5 1 y 7 11 se encuentra cntra la pen-temímera
y el final del verso3O.
Homero en el 51, además de respetar el sentido del epíteto, respct0 tam-bién
la posición final, colocándolo después de la hepteiníinera y extendiéndo-lo
hasta el final del verso:
,uC@ov áyao-o-áp~vol Alo,u&%o5 imo&uolo
~érba~admí rantmi sa gni Diomédis equéstris
En cambio, no recibe el mismo tratamiento en en 7 11 :
,uC@ov áYaro-á,u~vor ~ 1 o , u $ 6 ~im00~8 ap010 m
Sérmonémque stupént Diomédis in árma ji~réntis
E
en donde ni respeta el sentido del epíteto, ni la colocación de éste a lo largo del
O
n -
verso. Coloca una parte, como lo hace el griego, después de la penteinímera y m
O
E
la otra al final, desde la última breve del quinto dáctilo hasta el final del verso. SE con el sintagma in armis dividiendo, así, el epíteto. E
5.3 AioWrj&q ~ a f i i í - r á ~es~táo ~co locado después de la pentemimerd y llega 3
al final del verso 665. Mariner respeta esta ubicación colocándolo en el mismo -
0
m
lugar que Homero, esto es, después de la pentemíinera y extcndiéndolo hasta E
el final del verso: O
n
@ó&avrog Ouyárqp Alopj& ~aM17rápno~ aE
filia Phórbantis Dioméde nóbili óre n
n
6. Referidos a Peleo: O3
6.1 rramjp [...] nrh& del verso 252 lo encontramos colocado después de
la cesura trocaica y el final del verso, pero metiendo en medio de los dos ter-minos
el verbo. Mariner le da un tratamiento similar, pero distancia más aún
los dos términos entre sí:
6.2 Del yipwv [...] nrh& del verso 400 podemos decir lo mismo, con
similar tratamiento por parte de Vicente Mariner:
30 Ibidem, p. 57.
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Kr&arl rlt(Pmdal ra ripwv i q ' r a r o II~AEÚ~
átquedpibús laetéu: Peléus quas póssides ingens
6.3 yipov imqhára nqA~Ug, en el verso 438, ocupa el final del verso
comenzando desde la cesura trocaica. Vicente Mariner omite prácticamente el
epíteto y conserva sólo el nombre propio y lo coloca al final del verso, ocu-pando
el sexto pie del hexámetro y respetando el final del verso homérico:
oliog; roi Gk p ' &-~LTE yipwv imAára Ih&Uc
sólus? námque tibi misit me dénique Péleus
7. Referidos a Áyax:
7.1 Ahg TE piyaS, colocado en la posición media1 del verso 169 entre la
trihemímera y la heptemímera, recibe una colocación paralela en Mariner:
a h d p &E.IT ' Ahg TEp. &ag ~ a$0;5 'OGurr~úg
déinceps átquediáx ingéns et diuus Vl$sses
siendo colocado en la misma posición en la que está en el original griego.
7.2 A ~ w$i oy& T~hapWv~i~o í p a vA~aiu , en el verso 644, ocupa todo el
verso. Mariner dispone también de un verso entero para el epíteto:
h a y G my~vigT dapÚvlt- ~ o / p aAva~lv
Ó diuined iáx populórum máxime Prínceps
8. Referidos a Fénix:
8.1 QOIVILC.. ] Al &A' og encabeza el verso 168 el héroe y se interrumpe ante
la trihemímera para aparecer nuevamente en la cesura trocaica y acabar ante la
diéresis bucólica. En Mariner ocupa casi el principio del verso después de
palabra introductoria y se extiende hasta la diéresis bucólica:
@oih[p N j?-pÚr~o?a Alti'&& &qmb%m
átque Ioui carús Phoenix Dux prótinus ádsit
8.2 En el verso 432 y6pov ixxqhára Ooivi~v a desde la cesura trocaica
hasta el final del verso. En Mariner va colocado prácticamente a principios
del verso, antes de la trihemímera y se extiende hasta el final del quinto hexá-metro:
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64: & &3j perkem~~ & W Yi mTlúra @o/Y/[
háecque senéx Phoenix euuitutor strénzrzrs ítiqlrit
8.3 @oiui( &na yeparE Sio-rpe&- encabeza el verso 607 y llega lia\ta la
diéresis bucólica. En la versión de Mariner, en cambio, comienza también el
epíteto con el verso, pero lo acaba con el cuarto ictus:
9. Referidos a Zeus:
9.1 ZeÚS pe p~!ya Kpov;Gris [..] // u~&hroS. Rcsulta curiosa esta fóriniila
encabalgada que utiliza Homero en los versos 18 y 19. Pero más curioso resiil-ta
que Mariner recurra al mismo juego:
9.2 haWu &m ava( KU; -rol ZeUs, ocupa el verso 98 desdc el principio hasta
la diéresis bucólica. En Mariner encontramos lo siguiente:
Prácticamente, como cn Homero, ocupa la fórmula casi la totalidad del
verso, quitando el lugar reservado al verbo. Hornero lo deja para el final, pero
Mariner lo coloca en medio.
9.3 ~ 6 p Ú o ~Ze~UaS lo hallamos colocado en los versos 41 9 y 686 entrc la diP-resis
bucólica y el final del verso3'.
En el 419 no respeta Mariner la colocación métrica:
3' Ibidem, p. 57.
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En el 686, en cambio, sí le da al epíteto el último lugar del verso, tal y
como ocurre en Homero:
'I;l;ou at'rm& páAa yáp &v ~L;PúoilaZ E&
Tróiaeualtáeuinspicitís propriám nam Iúppiter áltus
9.4 Zeú5 TE ~ a r a ~ 6 ó u rsoe ~e,x tiende desde el principio del verso 457 hasta
la pentemímera. Mariner lo lleva también desde el principio del verso hasta la
pentemímera.
ZEÚ~TE ~ a ~ a f i ó v~t oa~E ;ra tvi I&pae#óv~ta
térrestrique Iouís duro& Prosérpina córde
10. Referido a Apolo:
10.1 @oíflov 'A7rÓMwvoS, lo coloca Homero en el verso 405 desde el prin-cipio
del verso hasta la pentemímera32.
Mariner omite el nombre del dios, pero coloca el término Phoebi en la
misma posición que Homero:
Qo~~Bo'u A d i h ~ToIu~80i &t r ~ ~ p y k r o y
Phóebiuemíssorís petrís in díuite Pytho
1 1. Referido a Poseidón:
1 1.1 ~~ohv~Aoíu-6~aohiáom qS, colocado entre la cesura trocaica y el final
del verso 182, recibe en Mariner la misma colocación final de verso, pero a
partir de la heptemímera:
Td &E flárrp rapa &va roAu&o;b,8oto 8aAármjy
Népt~númque~orátnetll urém aui íncutit úndis
12. Referido a Afrodita:
12.1 wu u ~ í y 'A~$poSíry~ á M oc~ol,oc ado desde la trihemímera hasta la pri-mera
breve del quinto dáctilo del verso 389, sufre en Mariner un tratamiento
más libre, ya que divide el epíteto a lo largo del verso y le da una ubicación
distinta a la que le da Homero:
32 Ibidem, p. 57
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Alejandro Pastor del Castillo Epítetos, fdr-rnirlu,.~i n omhr-c.< pwj~iose n el ctrnto 1': lo I linda
13. Referido a Tetis:
13.1 ~ l j r y pL ..] e& @irish pyupÓ&, encabeza y termina el verso 4 10 con
el verbo metido en medio. Mariner, no respeta la estructura en el sentido en
que encabeza el verso, pero no lo termina. En Mariner acaba con el verbo.
p;mp yáp rtp; byo-I &a 0t r1d~py póm[a
máter díua Thetis pedibzis meuuraéntea dícit
14. Referido a Eos:
14.1 K U ~ <~ 0 8 0 8 Ú ~ r 'dHoW~S ,c olocado entre la pentemímera y el final del
verso 707, lo encontramos en Mariner encabezando verso tras palabra intro-ductoria:
aúr& &míK E d a v c K ~ A ~T o~S o & á ~ n ~'HAúoc~
út roseós Auróra micáns dabit áethere czirrus
1 5. Referidos a la ciudad de Troya:
15.1 "I;liov L..] E;TE;XFOV, coloca en el verso 20 el primer término ocupan-do
el primer pie, lo mismo que observamos en Mariner, y el segundo entre la
pentemímera y la diéresis bucólica. Esto último en Mariner no es así:
15.2 Tpo;yv [...] dpváwrav, lo encontramos en el verso 28 y está colocado
un término entre la trihemímera y la pentemímera y el otro en la cláus~ilaf inal
del verso, después de la diéresis bucólica.
En Mariner, por su parte, observamos una colocación más libre, poniendo
el epíteto antes de la pentemímera:
06 y& ;TI TpoÍbp a&qh,u~v ~úpuáyulav
nón Troiám latám ualidis capiémus in ármis
15.3 Tpo;yv ip;/3whov, encuentra su posición entre la heptemímera y el final
del verso 329. En Mariner vemos como los términos se invierten y se dispcr-san
por el verso, distando de la ubicación presentada en le texto griego.
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Alejandro Pastor del Castillo Epitetos, ,fórmulas y nombres propios en el canto IX de la Iliada ...
7 ~ ~ 63' 5 2 í 6 e ~ áqh jpl KUTU Tpo/;Ií Ep8uAoí
úndecimuet @se pedés magnáe prope móenia Tróiae
15.4 ' N o u alxwrjS, colocado entre el principio del verso y la pentemíme-ra
de los versos 419 y 686, la vemos en ambos casos colocada entra el princi-pio
del verso y la trihemímera, pero siempre en ese primer lugar del verso.
v. 419: 'LGov aixerv+j~p. hAa yúp EOev eiipúom Z E ~ S
Tróiaeualtáe 7zam sáepe suám Zouis éxtulit ingens -
v. 686: 'L4;ou ai.rreiv+jc. p,Úha yÚp &%u eÚpÚoxa ZEUS
TrÓiaeu&Jnspicitis propriám nam Zúppiter áltus -
A la luz de lo expuesto, se puede comprobar las dificultades que entraña
masntener la sedes metrica de los epítetos y las fórmulas homéricas en el texto
de llegada la misma ubicación que tenían en el de partida. Lo que sí adverti-mos,
sin embargo, es la voluntad de Mariner por respetar, en la medida de lo
posible, la ubicación métrica. No coincide la mayoría de las veces, pero sí se
aproxima a la de Homero, de manera que, si una fórmula o un epíteto encabe-za
verso, Mariner en su traducción procura mantenerlo en esa posición; si está
colocado al final, Mariner también procura darle esa posición final: si Homero
encabalga el epíteto, Mariner también; si una fórmula ocupa en Homero el
verso entero, también lo ocupará en Mariner.
5. CONCLUSIONES
Se advierte en este trabajo los problemas que genera la tarea del traductor
y las dificultades que se presentan para logar interpretar con fidelidad un texto
griego en lengua latina. La razón fundamental es el encorsetamiento métrico
al que tiene que someterse Mariner. Son esas reglas métricas las que impiden
a nuestro traductor ser fiel a lo que dice, pero, sobre todo, a Homero.
Pero Mariner es un hombre de recursos, un erudito del latín que escapa a
las dificultades que se le pueden plantear en la traducción sin saltarse las nor-mas
métricas: la fidelidad a los adjetivos griegos, la adición de éstos, la supre-sión,
el uso de perífrasis, el empleo de la declinación grecolatina o del mante-nimiento
de los nombres propios griegos, la reordenación de los términos en
el metro o cualquier otro recurso que ofrezca la lengua meta son para nuestro
traductor técnicas válidas para llevar a buen puerto sus composiciones.
Boletín Millares Carlo
2003. 22: 201-235
Boletín Millares Carlo
2003. 22: 237-245
ISSN: 0211-2140
Literatura fantástica española en el siglo XIX:
reflexiones sobre algunos cuentos *
Esther Gloria CASTELLANMOA RCHENA
Luciano D~AAZL MEIDA
IES Francisco Hemández Monzón
Resumen
Breve reflexión de la literatura fantastica en la literatura española del s XIX mediante el análi-sis
de Hilda de Eugenio de Ochoa aplicando los conceptos de Todorov: básicamente a) es fan-tástico
cuando existe en lector y personajes la duda entre una explicación racional y una mági-ca.
b) El psicoanálisis puede explicar muchas veces los actos y emociones de los personajes. En
ese sentido Hilda se convierte en cuento fantástico. Además observamos dos variaciones: el
miedo y lo sobrenatural puede afectar a seres mágicos y Hilda parece la continuación de relatos
anteriores en las que un humano tiene un encuentro con un ser mágico.
Trataremos en estas líneas de plantear algunas cuestiones sobre los relatos
fantásticos y10 de terror en el siglo XIX español. Aunque no tratamos de anali-zar
el porque, constamos su ausencia, fuera de relatos folletinescos de escaso
valor y10 no reconocidos, aunque "sorprendentemente" autores clásicos, de
"manual", como Alarcón, Pardo Bazán o Galdós han trabajado el género.
Ausencia enmarcable en la poca importancia de la novela de aventuras o evasión
en comparación con otras sociedades -inglesa con Rider Howard, fi-ancesa con
Verne, alemana con May- tal vez por un mayor desarrollo capitalista -un
público burgués consumidor de evasión, una industria editorial que atiende a ese
mercado. Ausencia que se ha extendido a otros ámbitos temporales y artísticos:
así el cine español ha proporcionado obras de pésima calidad, de serie B, salvo
casos excepcionales aun así no apreciadas -caso de Paul Nashy. En cualquier
caso, hay desde el 2002 un boom del cine fantástico español Xastelao
Producciones y otras con cintas como Segundo Nombre, Darkness, Trece cam-panadas,
Pacto de Brujas.. . o puede que el renacimiento de un género menos-preciado
en España. Como curiosidad indicar que el tema del muerto que no
* Estas reflexiones son resultado de nuestra participación en un curso de doctorado dirigido por la
Doctora Victoria Galván.
237
sabe que está muerto recogido en "El amigo de la muerte" de AlarcOn está prc-sente
en el cine de nustros días: "El sexto sentido" y "Los otros".
Nos centraremos er, el comentario del cuento Hilda de Eugenio de Ochoa
guiándonos por las aportaciones de Todorov y otros teóricos o autores como
García Márquez.
La teoría básica que nos guía es la de Todorov que plantea el género fan-tástico
como una historia que se mueve en el límite, en la ambigüedad, antc la
que lector y personajes dudan. Hay unos hechos que podrían tener una expli-cación
racional o sobrenatural. En este último caso estaríamos ante un relato
maravilloso y en el primero de lo extraño. Así, según Todorov, el fantástico es
un género efímero, no sólo por su final histórico con la llegada del
Psicoanálisis, sino por que una vez que se aclara cual cs la explicación, mági-ca
o racional, cambiamos de género.
Lo maravilloso, un mundo en realidad, coherente, con sus normas sólo que
estas son sobrenaturales, es el caso del mundo tolkiniano o de fantasía y cspa-da-
Conan el bárbaro En realidad esto crea algún problcma más que pasa si la
historia mantiene la ambigüedad? ¿O, al menos, cuando el lector puede decidir
, entre una explicación racional, a veces patológica y una mágica? (Sería el caso
de la reciente Pacto de Brujas (2003): ¿fantasmas o esquizofrenia'?) Y cuando
lo sobrenatural está aceptado y asumido cn un mundo normal ,estamos antc lo
maravilloso? En la novela de Stoker nos movemos en un mundo normal victo-riano
donde existe un vampiro. ¿Es un mundo maravilloso? En los cómics de
superhéroes, independientemente de que universo -Marvel, DC, Image.. .- -,
tenemos mundos normales como el nuestro, de hecho es el nues-tro, sólo que
hay personas y seres fantásticos con poderes no habituales -volar, manipular
la naturaleza, etc-. Por otra parte, quizá esto se resuelva diferenciado un géne-ro,
el terror de lo fantástico. Aunque a veces el terror, en sus distintas versiones
de vampiros, zombies, etc, derive en meras luchas entre buenos y malos a l g ~ i -
nos momentos del Drácula de la Hammer o la Marvel. En cualquier caso la
ambigüedad permanece como recurso a la hora de elaborar un relato de corte
fantástico, de "terror", como se comprueba en las recientes películas de género
española.
Antes de comentar "Hilda" no nos resistimos a comentar un artículo pe-rio-dístico
donde García Márquez nos ofrece implícitamente la estructura del cuen-to
de terror. Se refleja la ambigüedad entre la explicación racional y la no racio-nal
y estableciendo al final una duda mayor. En "Cuento de horror para Noche
Vieja" hace una buena disección del cuento clásico tópico de terror: Búsqueda
de Castillo. -Advertencia previa previniéndole contra el. Aspecto viejo y
hosco. -Historia de horror real, normalmente sobre asesinatos. I n c l u y e
espectros que en realidad buscan la paz -Se cuenta de forma alegre y descrc-ída
-Castillo inmenso y sombrío -Una parte modernizada O t r a sin tocar
mas o menos deteriorada -La habitación del crimen conservada tal cual con
Boletín Millares Carlo
2003, 22: 237-245
Esther G. Castellano, Luciano Diaz Literatura funtásticu r.spañola en el siglo XIX: reflexiones ...
algún elemento inexplicable: aquí el olor a fresas frescas -Niños inocentes y
alegres que sin prejuicios quieren explorar y descubrir como los gemelos de
Oscar Wilde en "El fantasma de Canterville" -De forma imprevista han de
quedarse a dormir en el castillo -Doce campanadas -Un cierto temor aunque
no pasa nada aparentemente -sorpresa final que en este caso no significa nada
(los cambiaron de habitación durante la noche. Estos dos pasos finales coinci-den
con el final de Monte de Ánimas de Bécquer sólo que allí si paso algo indi-rectamente:
la altiva noble se percata de que algo maligno le visitó durante la
noche lo que le lleva a su trágico desenlace. También me recuerda un episodio
de la serie americana "Canción triste de Hill Street". Allí si sucede algo extra-ño
pero no se le quiere ni se le puede dar importancia: detenido un "loco" que
insiste en que es un extraterrestre que necesita un teléfono para pedir que venga
a buscarlo su nave espacial. Sólo se tranquiliza cuando puede hablar por un apa-rato
aunque está desconectado. Más tarde los policías descubren la celda
vacía.. . ¿Realmente se lo llevaron unos extraterrestres? Realmente no pasa
nada grave, sólo se es testigo, mejor no testigo, de un hecho extraordinario pero
es un tema muy complicado para investigarlo aun cuando no estuvieran des-bordados
por el trabajo diario.
Iniciamos nuestro comentario de "Hilda" de Eugenio de Ochoa. Para
comenzar, la acción se sitúa lejos, en Alemania. ¿Estrategia del cuento de hadas
de situar lejos lo fantástico de modo que a la vez tenga más credibilidad por
lejano a nuestro mundo cotidiano y10 forma de proteger nuestra realidad de lo
desconocido? ¿O más, bien la creencia de que en España no pueden suceder
cosas fantásticas? Más bien esto por la declaración del autor en el primer
apartado, en consonancia con lo que piensan otros autores, incluso indirecta-mente,
como Fernán Caballero a la hora de plantear porque no hay literatura
fantástica española. En cualquier caso la ambientación habla de "nebulosa",
"neblinas", "lagos", "torrentes", lo cual amen de crear una situación de miste-rio
romántica, "poética", crea situaciones de equívoco, una percepción incom-pleta,
propia para confusiones. El hábitat humano también contribuye: castillos
feudales, góticas capillas, revueltos subterráneos.. . Todo ello complementado
más adelante al indicar que sucede en otro tiempo, no medieval, aunque se in-sistirá
que es el siglo XVI, de ". ..candor y de fe, de superstición y creencias."
De todos modos se indica expresamente la existencia de seres sobrenaturales:
sílfides, ondinas, espectros.
En los apartados 111 al IX se caracterizan los personajes. Se nos presenta
una situación normal: un anciano padre, una joven hija, toda inocencia y
energía reflejada en la devoción por sus deberes, -su padre, orar- y, en su
momento, al enamorarse del galán. Pero hay algo que rompe esa normalidad,
casi de forma contranatura, y no hablamos del elemento sobrenatural sino del
celo y exclusividad del padre que desea retener a su hija a su lado, no conci-biendo
que ella pueda amar y marcharse. De hecho, el padre desarrolla "hacia
Boletin Millares Carlo
2003. 22: 237-245
él ["novio"] un odio implacable, y le maldijo en el fondo de su corazón." Así
el hecho sobrenatural puede ser una forma de castigo por su "egoísmo".
Todorov indicó en su momento como lo fantástico cumplía una fiinción en la
que fue relevado por el psicoanálisis como medio dc afrontar las pasiones qiia-sinconfesables.
La caracterización dcl galán es cxprcsamcnte romántica pues
sin emplear esta palabra se habla de seres sublimes, melancOlicos, con "ojos
. . . sombrío[s]. ..de amargura indecible", "delicadeza mujeril". Era un person-aje
novelesco, propio de Schiller y Mozart. Y ambos amantes eran "almas
gemelas unidas en misteriosa armonía.. .una predestinación.. .efecto del irre-sistible
influjo de la luna". Por otro lado, estos y otros caractcrcs recogidos en
el pá-rrafo VI y VI1 -"blanco como la nieve", "ángel desterrado" o "ainargw
ra indeciblem- podrían comprenderse cuando más adelante averigüetilos que
es hijo de una ondina y podamos deducir que de alguna forma vive a caballo
entre el mundo de los humanos y los seres mágicos pues ya no cs ni lo uno ni
lo otro.
La siguiente situación es la visita del caballero a su amada(apartados X al
XIV). En cierto modo recuerda al "Monte de la Ánimas" dc Bécquer: el amado
atraviesa un lugar tenebroso como prueba de amor. Obviamente cn Bécquer es
una obligación impuesta caprichosamente. Aquí, es una situación normal, la
visita de enamorados ... Es cierto que hay una carta de la enamorada pcro
podría deducirse que han habido otros encuentros y quizá el mencionarlo es
para explicar la "trampa " que tenderá el padre al pretendiente. Esa ambi-entación
es la ¿típica-tópica?: noche negra tormentosa, campanadas en un
monasterio, soledad, terror supersticioso no a cosas normales saltcadores, la
tempestad, perderse- sino a lo que no es normal. Así el apartado XI se con-vierte
en un extraño experimento de percepción: el árbol cubierto de nieve es
un fantasma, las ramas que le sacuden son manos heladas de duende.. .por ello
antes insistíamos en la neblina que distorsiona la percepción aunque no
olvidemos que U Eco nos advirtió en Signo que cualquier elemento dc la reali-dad
actúa como tal. La referencia a lo supersticioso y débil como una mujer
tiene varias interpretaciones quizás no excluyentcs: el menosprecio a la m~~jcr.
una referencia al origen mágico de Arturo, el temor casi natural a lo sobrenatu-ral
que no a los hombres. ... De hecho, no es el temor al barOn con el que se
encontrará sino lo que este parece cuando lo ve de lejos iluminado por relám-pagos.
Quizá el autor se precipitó al explicar la presencia del barón por haber
interceptado la carta de Hilda anulando la sorpresa del encuentro para el lec-tor
pero no para Arturo que si la tendrá y muriendo no a traición, pero si
inmediata y fulminantemente (apartado XV ) y esto devicne en 1111 "terror
supersticioso" que embarga al padre: otra vez la ambigüedad pues es
desasosiego por el asesinato o por algún hecho terrorífico. Por otra parte,
desde el punto de vista del protagonista, hemos llegado al climax del terror, del
miedo, el sobresalto culmina, efectivamente, un puñal, dolor, muerte, casi sin
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Esther G. Castellano, Luciano Diaz Literatura fantustica española en el siglo XIX: reflexiones ...
saber de donde viene. Después de todo el pánico no era infundado. No en vano
es una escena ideal en una adaptación cinematográfica con una muerte repenti-na,
-en función del estilo recargaremos el hecho del asesinato, de la san-gre..
.-; con una preparación previa pues sabemos que va a pasar algo aunque
no podemos precisar que aun cuando el lector tema o presagie una trampa;
puede que cinematográficamente invertiríamos los pasajes y, sólo después
averiguaríamos como supo el barón de la cita: de este modo, al menos en un
primer momento, no sabríamos el porqué o el cómo, tal y como le sucede al
protagonista. En cualquier caso esto no es un fenómeno sobrenatural aunque
el contexto sea tétrico: es un padre asesinando al amante [competidor] de su
hija. Recordemos a Todorov remitiendo el relato fantástico al psicoanálisis de
Freud. Pero el párrafo termina introduciendo nuevamente la ambigüedad: el
cuerpo de Arturo es arrastrado por el agua. Puede ser una causa natural, un
fenómeno de geografía física, una arroyada de agua desde una colina, que
seguro sigue un cauce o barranco, producida por una lluvia torrencial; ¿o son
las ondinas que reclaman a sus muertos? No olvidemos tampoco la paradoja
de quién tiene un origen maravilloso, hijo de ondina, también puede asustarse.
El texto no aclara nada por lo que podemos interpretar el miedo tanto como
predominio de una presunta naturaleza humana en Arturo -el origen de
Arturo puede ser la clásica leyenda del caballero casado con un ser maravil-loso,
que se lleva al hijo común cuando el caballero viola alguna norma sobre
la intimidad de su mujer lo que de paso explicaría el oscuro origen de Arturo
que nadie conoce. Por otra parte, aceptando su naturaleza mágica, en un
mundo coherente y lógico, solo que sobrenatural y maravilloso (como el uni-verso
Marvel o la Tierra Media) tenemos que los seres mágicos también tienen
miedo y debilidades al igual que tienen otros sentimientos o necesidades fisio-lógicas
-alegría, bondad o comer, luchar, dormir.. .
A continuación otro capítulo donde trata el autor un recurso habitual: la
venganza sobrenatural sobre el asesino que afecta tanto al padre como la hija.
Pero ¿Es realmente el fantasma de Arturo? ¿Qué mal puede desearle a Hilda,
amada e inocente? ¿Acaso es una ilusión creada por una vengativa ondina, que
aplica el ojo por ojo, hijo por hija? El relato puede ser interpretado de una
forma muy compleja pues lo fantástico, la duda entre lo racional y lo sobre-natural
alcanza al lector y a protagonistas incluidos los mágicos.
El apartado XVI es una breve ambientación para introducirnos al nuevo
suceso fantástico-la visión del barón: este escucha a su capellán leer la
Biblia. No deja de ser un acto piadoso, podríamos forzar una interpretación
tétrica -"luz macilenta de la chimenea". Pero casi destaca más la referencia
semihistórica al carácter protestante, luterano probablemente, de la Biblia y
su conexión con el siguiente párrafo.
El apartado XVII sigue preparándonos para un hecho sobrenatural a la vez
que nos da las claves para una explicación racional. El barón tiene "inquietas
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Esther G. Castellano, Luciano Díaz Liferafurcr fantástica española en rl .siglo XIX. re/lc~,~io~ic. ~.s.
meditaciones" -¿remordimientos?-, y como nos advierte Ochoa, el varón
queda somnoliento r e c i é n cenado, noche tardía, calor de la chimenea. \,oz
monótona del capellán. Es más vemos una saturación de percepcioncc que
ocupan todos los sentidos, paso previo a una alucinación, incluso a una rcpro-gramación
propia de ciertas sectas destructivas. ¿,Lo quc vcreinos seri siiciio o
una visión del barón cual médium? Admitiendo una explicación sobrenatural
Hilda y Arturo nunca están junto al barón el sólo podría verlos mediante un
"sexto sentido". El párrafo termina con una referencia a un obeso inicinbro dcl
cabildo toledano, a la vez toque de humor y de crítica anticlerical.
El párrafo XVIII nos ofrece la alucinación. El padre ve junto a su sitial a los
dos amantes, sólo que Arturo vestido de negro iinplicaciones malignas del
color negr- y escucha un pasaje bíblico referente al asesinato y la maldición
que conlleva: ¿Quién habla? Una voz divina justiciera q u e incluso permitirá
la venganza de la ondina como castigo. Pero también podemos pensar que es la
voz del capellán, que inocente y rutinario, lee un pasaje que se introduce en el
sueño/conciencia embotada del barón, más sensibilizado por sus remordimieil-tos.
El capellán no se percata de nada. Sabemos la importancia del testigo para
confirmar cualquier milagro o hecho sobrenatural: ¿,está protegido como sacer-dote
de ciertas visiones?; ¿es el barón soñando, teniendo una visión cual pre-sentimiento
o presenciando un hecho mágico vedado a los demás?
El pasaje XIX cumple dos funciones: a) Recrea la duda entre racional y
sobrenatural -Hilda está sola, lo que vio su padre es si1 propio suefio, aunqiic
nosotros seguimos apostando por un varón que de algún modo percibe un
futuro. b) Narrativamente enlaza con otro pasaje sobre las peripecias de Hilda
con Arturo y en la cueva de las ondinas.
El pasaje XX nos explica la inquietud de Hilda por la inminencia de la
guerra en la que debía intervenir Arturo. Se aprovecha este momento para
indicar como eran desconocidos, incluso para su amada, los orígenes dc
Arturo, que ya interpretamos más arriba.
El pasaje XXI nos habla de una noche blanca tras la tormenta (noche que
quizá pueda tener alguna interpretación tétrica) hasta que nos introduce la
visión de Arturo con caballo y armas negras como ya nos había adelantado la
visión de su padre.
El pasaje XXII inicia una fase mágica. Ochoa nos ofrece la duda "Creyó.. .
hallarse bajo la influencia de un sueño. .." De hecho, no se nos narra ni justifica
el como y porqué marcha a caballo con Arturo -es más propio de un sueño alu-cinado,
quizá por una hora al frío en el balcón, que de un suceso lógico y coher-ente
sea en un ámbito racional o maravilloso. El viaje es propio de lo sobrenat-ural:
a velocidad de relámpago, acercándose a un horizonte oscuro y cruzando
todo tipo de accidentes geográficos llanuras, selvas.. .como forma de mostrar
lo largo del viaje. Además se nos describe la angustia de Hilda Y u e es "inex-plicable".
Finalmente Hilda tiembla y su amado es ya un "espectro".
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Esther G. Castellano, Luciano Diaz Literatura fantástica e.~pañolae n el siglo XIX: rreflexiones ...
El pasaje XXIII culmina la descripción del viaje: el animal suelta chispas,
llamas de su hocico y de sus cascos. El viaje termina a la entrada de una gruta,
lugar mágico por excelencia, con una luz como el crepúsculo-luz y gruta se
combinan como puerta, tránsito, comunicación entre el mundo de los humanos
y las ondinas jo, quizá, el sueño alucinado?
Los pasajes XXIV y XXV son la clave para forzar el paso entre lo cotidia-no
racional y lo maravilloso, incuso físicamente cuando Hilda penetre en la
cueva. Comienza con la triste despedida de Arturo jes su alma antes de par-tir,
o es una alucinación enviada por la ondina? Lo cierto es que al ir a besar
a Hilda se descubre como un esqueleto. Esta escena nos recuerda a la del
Estudiante de Salamanca cuando se desposa con el espectro de su prometida.
Varían las circunstancias. El mortal es culpable en Salamanca mientras que es
inocente en Alemania. Vengativo el espectro de la novia y no sabemos como
calificar al espectro del novio: vengativo, enamorado, recreación de su madre
para la némesis.. .aunque creemos inocente a Hilda y Ochoa algo insinúa en
sus conclusiones finales lo cierto es que la compara al "alma criminal que
acosada por espíritus infernales.. ."(puede que no sea por tanto Arturo)
". . .penetra en los abismos.. ." que lo son en tanto sellarán el destino de Hilda
pero no por si mismos pues nos es descrito, como todo lugar maravilloso
como algo hermoso, admirable, queriendo recrear incluso el ambiente, las
sensaciones corpóreas al compararlo con los canales venecianos en las noches
estivales.
El pasaje XXVI nos introduce en los funerales de Arturo pero de forma
progresiva. Continuamos con lo bello pero ahora de los sonidos m ú s i c a ,
cantos- y pasamos del terror inicial a la tristeza. Lo mágico-maravilloso está
presente: el efecto de la música es tal que entristece y por mucho que camina
Hilda no alcanza el fondo de la cueva ¿o es que tiene la sensación mágica de
caminar mucho? Incluso alcanza estadios de ternura ante la escena que alcan-za
a ver en un lugar bello: "paredes.. . diáfanas y cristalinas.. .parecía[n] el eter
del cielo".
El pasaje XXVII es otro lugar común de las historias mágicas: un mortal
descubre a seres míticos hermosos en su intimidad, pues tal cosa es llorar a uno
de los suyos, al saberse descubiertos los seres mágicos desaparecen mientras
que la mortal, en lugar de admirada y sorprendida, en nuestra historia queda
de nuevo entristecida al reconocer a su amado muerto que por cierto no era un
esqueleto: por ello el jinete era un ser fantástico dentro de una historia fantás-tica.
Hay un ser que no huye. Es la Ondina madre de Arturo. Quizá no huye
por ser la más fuerte y porque, además, debe llevar a cabo su venganza.
Venganza que supone el castigo que recae en los mortales que descubren a los
seres mágicos: recuérdese al cazador y a Diana, o al Bécquer tanto de "La
corza blanca" -castigado al asesinar a su amada- como "El rayo de luna" -
loco al descubrir el verdadero ser de la amada.
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El pasaje XXVIII nos refiere la explicación. Cómo la ondina vio cl
asesinato de su hijo y se lo lleva-o es un cadáver arrastrado por las aguas. Y
vemos como la ondina hace que la gruta se derrumbe y que Hilda sea arrastra-da
por las aguas, eso sí, abrazada a su amado. Ahora hay cosas que no cnca-jan,
¿fantasía dentro de la fantasía?; Hilda vuela hasta el lecho mortuorio:
¿metafórico o literal? Además no se nos explica el que Arturo cabalgara en pos
de Hilda: Les el regreso del fantasma, independientemente de la ondina y su
mundo maravilloso?
Los pasajes finales establecen el desenlace: al día siguiente, el barón tras
la batalla (vuelta al mundo real, racional, cuya implacable marcha cn otras
historias impide a veces el seguimiento de lo propiamente fantástico), derro-tado
(¿nuevo castigo por su maldad?) y agotado, descansa en un bosque
hasta donde le llegan los cuerpos de su hija y su amado. Todo esto recogido
en una crónica, incluso con cita de la página para darle credibilidad: cl barón
se volverá loco y morirá de pena aunque curiosamente sintetiza la cxpli-cación
mágica: como venganza de la ondina por la muerte de su hijo Arturo
(pasaje XXX), eso sí, se nos advierte que en pleno delirio. Pero antes el cro-nista
nos ha dado la explicación racional, que además queda incorporado a
una crónica fuente escrita. (En la época que escribe Ochoa, en Historia tri-unfa
las tesis del positivismo, de Ranke, precisamente alemán, y la sobreini-portancia
concedida a las fuentes escritas). Tal explicación es esta: el capel-lán
ve como la joven despierta de "un largo y agitado sueño" (LErnbo-tamiento
de sentidos?, ¿La angustia que se nos decía antes'?, ¿Soñó Hilda su
viaje y la gruta, sea sueño "real" de dormir, o sueño como p~iertad e entrada
en el mundo maravilloso cual "Little Nemo in Sutherland"'?). Como con-templa
el cuerpo de su amado, arrastrado por las aguas, y se lanza por 61.
Recuérdese que en la gruta voló hasta Arturo y ahora es literal y coherente:
caer a un abismo es volar después de todo; puede que en el delirio de la
agonía Hilda tenga visiones: la veloz cabalgada es la rauda marcha en el tor-rente
de agua y las visiones de las on-dinas y la gruta puede deberse a la
agonía. Sin embargo no podemos de dejar de recordar "Marini" de Cortazar.
En este cuento, un viajero se obsesiona por ir a una isla del Egeo que ha visto
desde un avión. Cuando por fin llega, pasea por la playa y al ver como un
avión tiene problemas, se lanza al mar que nos devolverá el cuerpo de un
pasajero muerto: el propio protagonista. ¿Acaso soñó su búsqueda de la isla
mientras caía como quizá Hilda soñó todo mientras caía al precipicio igual
de veloz que el viaje a caballo?
En cualquier caso, Ochoa cierra con una frase concisa, que parece
ideal para definir lo fantástico, segun Todorov, cómo algo ambiguo: "El
lector escogerá como guste entre la historia [el cronista que explica la caída
al vacío de Hilda] y la tradición [popular a partir del relato del barón: la ven-ganza
de la ondina"]
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Esther G. Castellano, Luciano Díaz Litevatura fantástica apuñala en el siglo XIX: rvrflxiones ...
De este modo los dos párrafos finales cierran la historia con el desenlace
final, --ni Hilda ni Arturo desaparecen para siempre pues se encuentran sus
cuerpos-, el destino final del barón y unas referencias que dan veracidad a lo
relatado -su presencia en las crónicas- y, a la vez, establece la ambigüedad,
la duda.
En suma podemos concluir que es un relato fantástico, más cercano a la
leyenda -parte real, parte imaginada por la tradición popular- aunque con
algunas variaciones: los seres maravillosos también tienen miedos y se con-vierten
en fantasmas y, en cierto modo esta historia puede continuar otras
leyendas en tanto Arturo puede ser hijo de humano y ondina.
Otros ámbitos en los que seguir rastreando lo fantástico podían ser: la
literatura infantil -(que como nos advierte Carmen Bravo-Villasante en el
siglo XIX se originan los clásicos cuentos infantiles cuando los intelectuales
románticos empiezan a recopilar las narraciones de tradición oral) los folle-tines
del XIX- (donde quizá prive más la aventura que la duda, la am-bigüedad;)
o ver las imágenes recogidas en la pintura romántica española sea
de tema histórico o tétrico -aunque en este sentido sólo conocemos las de tipo
paródico de Leonardo Alenza. Todo ello sin olvidar una visión de los "Cuentos
fantásticos" de Galdós.
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