Boletín Millares Carlo
2002,2 1: 63-9 1
ISSN: 021 1-2140
La carretera de Las Palmas de Gran Canaria
a la ciudad de Telde. El instrumento del progreso
y desarrollo de la zona sur-este de la Isla
Germán JIMÉNEZ MARTEL
Las vías de comunicación terrestres son los instrumentos fundamentales
para comprender la evolución económica y social de los pueblos. A través de
ellos las sociedades intercambian no solo productos sino también ideas.
Permiten así reemplazar los conocimientos antiguos por otros modernos.
La historia de estas vías comienza en Canarias con las veredas y sendas de
la época prehispánica. Ya desde este periodo constan datos de Telde como
punto de contacto entre el Norte y Sur de Gran Canaria. Estos caminos son
reutilizados posteriormente por los castellanos tras la conquista de la isla.
También se abren otros nuevos acorde a las necesidades de la emergente socie-dad
preindustrial que llegaba de Europa.
El siglo XVI trae consigo la explotación de la caña de azúcar y con ella
surgirán los caminos reales, destacando el de Las Palmas de Gran Canaria a
Telde. A medida que transcurrían los cambios económicos, la red de caminos
se jerarquizaba según la importancia productiva del lugar. Ello daría lugar a los
caminos vecinales, siendo los municipios interesados los responsables de su
mejora y acondicionamiento. Pervivirían hasta mediados de la centuria deci-monónica.
Este periodo genera una abundante riqueza legislativa para tan
importante tema. El deseo de modernizar las tierras de España, y lograr así la
vertebración de una nación atrasada por largas etapas de conflictos internos y
externos, incentivó la creación de instrumentos que permitieran la construc-ción
de modernas carreteras.
El presente trabajo tiene como objetivo primordial el estudio histórico de
la carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde. No obstante,
comienza con una síntesis evolutiva de los caminos en la localidad teldense y
Germán Jiménez Martel La carretera de Lus Palnias de G~rntlC rirrcwiu u la c~irrtlotlO (, 7ddc
la mejor comprensión del estado de la cuestión. El siguiente apartado lo com-pone
la mejora y acondicionamientos de los caminos vecinales que conecta-ban
la ciudad capitalina y Telde. Finalmente, se aborda la cwntrucc~icín de Irr
carretera, dedicándole una especial atención alpuente de los Siete Ojos como
obra más emblemática. Profundizo así mismo en el conjunto de acontecimien-tos
políticos, sociales y económicos que acompañaron tan largo proceso cons-tructivo.
La abundancia de textos citados es debido a la importancia y la riq~iezad c
los datos aportados en tales documentos, pero también a lo novedoso de algu-nos
de ellos. Por otra parte notifico al lector que he actualizado la ortografía
según las actuales normas de la Real Academia Española, aunque respetando
absolutamente su contenido.
El modelo de poblamiento va a influir en la red de caminos desde los tiem-pos
prehispánicos. En la sociedad ganadera y agrícola de la antigua Gran
Canaria surgirán los principales asentamientos en las zonas del litoral costero.
Destacan desde el principio los núcleos de Gáldar y Telde, que eran también
los más importantes centros de poder político y administrativo en la Isla.
Esos primitivos caminos consistían en una serie de sendas o veredas, y
tomaban como primera referencia los cauces de los barrancos. De esta mane-ra,
Telde se comunicaba con el Norte por Tamaraceite; con la montaña de
Utiaca y Tejeda. Por el Sur con Agüimes, bifurcándose hacia el interior hasta
Tirajana y por la costa hasta Arguineguínl.
Entre las referencias escritas relativas a los caminos en Telde está la de
Ben-Farrouck en el año 999 (d.C.) señalando que
descubrió el Puerto de Gando.. .Penetró en el interior.. .teniendo que ven-cer
todas las dificultades que pueda oponer a las comunicaciones un país sal-vaje,
pues los montes estaban cubiertos de espesos bosques, en los que ape-nas
podría abrirse camino por medio de los árboles2.
La conquista de Gran Canaria (1478-1483) provoca, de una forma trau-mática,
la incorporación de la Isla a la cultura europea occidental a través de
la corona de Castilla. Las primitivas vías son reutilizadas aunque se abren
numerosos caminos. Tenían que adaptarse a una emergente sociedad prein-
1 Moreno Medina, Claudio. Los caminos de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria. 1997. Pág. 46. * Martin de Guzmán, Celso. Las culturasprehistóricas de Gran Canaria. Madrid. 1984. Pág. 134.
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Gemán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
dustrial que iniciaba sus pasos en el siglo XIV. Ello provocó un nuevo mode-
10 de ocupación territorial centrado en el cultivo de la caña azucarera3.
La primera consecuencia fue la conversión de la ciudad de Las Palmas de
Gran Canaria en el nudo de comunicaciones de mayor entidad, y el punto ver-tebrador
de la red de asentamientos de la Isla. No obstante, Telde y Gáldar
siguen gozando de gran importancia debido a su intensa actividad azucarera.
El siglo XVI sigue la misma línea que la centuria anterior. Los núcleos
comunicativos van cobrando importancia segun el status en el modelo de
explotación de la caña dulce. Este producto rige la configuración del espacio
durante este periodo. En esta etapa surge Guía como un importante núcleo azu-carero.
Por otro lado, es el momento en el que Las Palmas de Gran Canaria se
transforma en el único centro político-administrativo. De ella partirían los
denominados caminos reales: uno, enlazando con el Noroeste por Gáldar y el
otro hacia el Sur con Telde. De ellos nacerán múltiples sendas y senderos que
irían comunicando las restantes zonas de la Isla.
El camino real de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a Telde se
encamina, a la salida de la capital, por la Vega de San Cristóbal hacia el Valle
de Jinámar, pasando por el Salto del Castellano. Desde el Valle llega a Telde
tras un corto recorrido, pero de menor longitud que el anterior. Este camino
proseguía hasta la Villa de Agiiimes4.
De Telde surgen también otros hacia la Caldera de Tenteniguada, Sardina,
El Carrizal y los puertos costeros de Melenara y La Garita; y hacia las zonas
madereras de los Llanos del Cardón, Roque Aguayro, Barranco de Balos,
Barranco del Polvo y Barranco de Santa Lucía de Tirajana. Conformarían, de
esta manera, un circuito de caminos entre los más llanos de Gran Canarias.
El siglo XVII significa el crecimiento y consolidación de asentamientos a
lo largo de los cauces de los barrancos, y de forma paulatina, hacia el interior
insular. Se producen así mismo una serie de cambios económicos que van
paralelos a la red de senderos. La caída de los precios del azúcar provocaría
una sustitución progresiva de la caña dulce por la vid como producto exporta-ble.
Al mismo tiempo, los suelos son ocupados poy la papa y el millo, para
satisfacer la demanda interna de una población en crecimiento constante debi-do
a los aportes externos6.
Respecto a las vías de comunicación, la Comarca del Este sigue articula-da
por el camino real de Las Palmas de Gran Canaria a Telde. De él partirán
una serie de caminos que unen con Santa Brígida a través del Valle de
Jiménez Martel, Germán. "Historia de la Fábrica Azucarera de San Juan en Telde. 1890-1990".
Revista Guía Histórico-Cultural de Telde. Telde. Octubre-2000. N," 11. Pág. 74-82.
Ibidem nota 1. Pág. 57.
Ibidem nota 1. Pág. 60.
Ibidem nota 3.
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Jinámar y el Barranco de Las Goteras. También sobresale el que \ u desdc
Telde y se adentra en la Caldera de Tenteniguada, comunicando los niiclcos
del Valle de los Nueve, Tecén, Las Vueltas, Valscquillo y Tcntcnigunda.
Continua hacia la cumbre por el Rincón de Tentenigiiada y la Caldera de los
Marteles, prolongandose hacia los Llanos de la Pez. De esta manera, la cuni-bre
era atravesada de Este a Oeste. Al Sur de la comarca, y desde Iiigeiiio.
había otra vía de comunicación hacia la zona cuinbrcra pasando por la
Pasadilla y la Caldera de los Marteles. Desde la citada Villa partía otra que la
comunicaba con El Carrizal7.
E1 camino real de Telde proseguiría hasta Agüimes pasando por Tciiiisas
Santa Lucía hasta Tirajana, convirtiéndose en la entrada a la C'aldcra por el
Este. Esta vía desarrolló de manera importante la Coíizaíxn dcl S~u/o.slcg~ra n-canarios.
La siguiente centuria apenas provoca ningún cambio. Sólo se realizan las
mínimas actuaciones en los caminos, y generalmente, por iniciati\,a de los pro-pios
vecinos. El uso era el único ca~isanted el mantcnimicnto de la rcd. Del
siglo XVIII son las primeras descripciones generales del estado y trazado de
los caminos. Destaca el Diario de la vivita del C'o~wgkhrL a SLIH~ACII ~ -1U.
Castilla a Gran Canaria en 1764, escrito por el ag~istino fray Estc~htríl tic
Acevedo en el mismo año. Narra el itinerario realizado por el Corregidor y la
doble finalidad del mismo: el deber impuesto de recorrer toda su jcirisdicciim
y el encargo del Cabildo y la Real Audiencia de deslindar sus montes.
Este viaje comenzó el día 17 de septiembre y tinalizó el lurics 5 tic
noviembre de 1764. Una parte del recorrido transcurre por nuestra localidad y
el Corregidor dice lo siguiente:
... siguieron la derrota hacia la ciudad de Telde, atravesando por cl iiioiiic
Lentiscal hasta llegar a hacer alto al mediodía en la casa contigua a la celehrc
ermita de la devota y milagrosa Imagen de María San(ísiina de la Coiiccpciim
con el titulo de Jinamar, propia denominación de aquel pago.. .A horas de las
tres de la tardc ... continuando la derrota, llegaron a oras de las cuatro cic la
tardc a la ciudad de Telde, la cual dista un cuarto de legua del ii~encionado
pago de Jinámar ... Terminose en esta ciudad de Tclde la \]sita de I;i
Isla. ..después de oír misa, siguieron la derrota hacia el inontc Lentiscal. por
cumplir el mandato así de la Real Audiencia y de la Ciudad, a cuyo pcdiiiicn-to
se han hecho los deslindes, a fin de segregar y separar lo que difereiites pcr-sonas
han usurpado a los Regios haberes9.
lbidem nota 1. Pág. 70.
Ibidem nota anterior. Pág. 71.
Rosa Olivera, L. De La. Estudios his!Óricos suhre las Cmciriri.~O r i rn~ul eL~a. s Palinas de Gran
Canaria. 1978.Pág. 33-50.
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Gemán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
El siglo XIX sigue demostrando el lamentable estado de las vías de las
centurias anteriores. Predomina los caminos rurales asociados a numerosas
serventías de paso, cuyas mejoras recaían sobre los Ayuntamientos. Aunque
también existían iniciativas particulares para llevar a cabo las obras de man-tenimiento.
Por otra parte, surge una abundante producción legislativa para
intentar paliar la mala situación de estas vías. Así consta en el acta del pleno
celebrado el 1 de Mayo de 1835 en el Ayuntamiento de Telde.
Enterado este cuerpo de la circular de siete de Abril último inserta en el
Boletín oficial del sábado once del mismo en que se previene a las justicias
de la Provincia que hagan componer los Caminos Reales de ella: y en el
párrafo segundo que los Ayuntamientos nombre inmediatamente los vecinos
celosos del bien público que en unión con el Síndico personero y bajo la pre-sidencia
del Alcalde Real formen una Comisión que se ocupe de examinar
los caminos llamados Reales que halla en el término de la respectiva juris-dicción
dictando en el acto del reconocimiento sus disposiciones para que
inmediatamente procedan los vecinos que habiten en las haciendas colin-dantes
con ellos a limpiar de piedras sueltas, zarzas y malezas la mitad del
camino que linde con sus terrenos, levantando las paredes de piedra seca que
estén derribadas y rellenando los hoyos que se halla en el sitio.. . lo.
Los resultados tuvieron que ser muy insatisfactorios. Dos años después, la
Diputación Provincial de Canarias aprueba una serie de normas de actuación
publicadas bajo el epígrafe Sobre caminos. Calzadas y P u e n t e s i l . Dice:
Considerando la Diputación provincial en cumplimiento de sus deberes,
las diferentes mejoras que es suceptible la Provincia, y medios que sus atri-buciones
pudieran proporcionarle para ponerlas en planta, no ha podido
menos que fijar muy parcialmente su atención en el estado de deterioro en
que se encuentran algunos caminos, sin duda por la apatía y abandono con
que varios Ayuntamientos y comisiones que se nombraron al efecto, han
mirado hasta el día este importante ramo de la administración; pues aunque
es cierto que varias de aquéllas han dado pruebas evidentes, según las comu-nicaciones
que sobre el particular obraban en el extinguido Gobiemo Civil,
del deseo les animaba de atender a este importante servicio, dando cumpli-miento
a la circular de dicho Gobiemo de 7 de Abril de 1835, otras sin
embargo han mostrado la mas culpable morosidad en su cumplimiento, ya
sea guardando silencio, ya alegando pretextos por no haberla cumplido. En
l o Archivo Histórico Municipal de Telde (en adelante AHMT). Libro de Actas Municipales. Año 1835.
Acta del Pleno. 1-Mayo-1835.
l ' Boletin Oficial de la Provincia (en adelante BOP). 3-Marzo-1837. N055. 22 Sesión.
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ésta virtud pues, a fin de que sin más demora se proporciones a la provincia
el beneficio importante de facilitar las comunicaciones entre sus pueblos, ha
tenido por conveniente la Diputación dictar los artículos siguientes:
Primero. Desde mediados de Marzo próximo habrá de empezarse la repara-ción
de los caminos.
Segundo. Los Ayuntamientos nombrarán una Comisión de su seno que debe-rá
proponerle el plan de la obra y el lugar o sitio en donde sea más útil y
urgente el darle principio con la solidez y estabilidad posible.
Tercero. Los Ayuntamientos, si considerasen justa la propuesta de la
Comisión; procederán a formar una lista de todos los vecinos del pueblo
designando diariamente un número de ellos que deberán dar principio a
los trabajos.
Cuarto. Los que se excusen de contribuir con su persona a una obra de que
resulta un bien tan general, se les exigirá el jornal que debe pagarle al que
por él practique el trabajo material.
Quinto. En el caso de no tener el Ayuntamiento las herramientas indispensa-bles,
dispondrá se sufrague su resto de las cantidades con que contribu-yan
los que no concurran con su trabajo personal.
Sexto. Ningún ciudadano esta exento de contribuir con su persona o con su
dinero a la ejecución de dichas obras según lo dispuesto en recientes
Reales órdenes.
Séptimo. Los Ayuntamientos serán responsables con multas y demás apre-mios
a que se hicieren acreedores, si por su apatía o negligencia dcjasen
de cumplirse estas disposiciones.
Octavo. La Comisión encargado por el Ayuntamiento para la composición de
caminos, le dará cuenta semanalmente del estado de los trabajos y demás
que ocurra en su ejecución; siendo así mismo obligación de los expresa-dos
Ayuntamientos el dar iguales noticias a la Diputación una vez por lo
menos en cada mes.
Noveno. En caso de que los Ayuntamientos, o las Comisiones que nombren,
crean necesaria la construcción de algún puente o calzada, lo pondrán en
noticia de la Diputación, exponiendo las razones dc utilidad pública,
acompañando el plan de la obra, el presupuesto de gastos y los arbitrios
que podrían adaptarse para llevarla a efecto.
Santa Cruz de Tenerife. Febrero 27 de 1837.
El Marqués de la Concordia. P.A.D.L.E.D. Firmado: M. de León.
Tal como se puede observar, son los Ayuntamientos los que cargan con
la realización de los trabajos. Casi nunca llegaron a su realización debido a
la penuria económica de las arcas municipales. Destaca la especial relevan-cia
que tiene, desde esos momentos, el camino de la capital insular de Las
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~ ~ Jimmenezh Mart~el La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
palmas de Gran Canaria y Telde12, tomándose la siguiente medida respecto
a ella.
Acordáronse diferentes medidas acerca de que el ayuntamiento de la
Ciudad de Telde lleve a efecto la composición del camino que conduce de la
indicada ciudad a la de Las Palmas; disponiéndose asimismo pasar oficio al
Excmo. Señor Comandante general a fin de que se sirva prevenir a los
Comandantes de los Cuerpos de Milicias y de las armas de los respectivos
pueblos de esta provincia, no impidan ni opongan el más ligero embarazo a
que los fueristas concurran a la composición de los caminos, de la que, como
carga vecinal ninguna ley les exime; y que antes por el contrario presten a los
ayuntamientos los auxilios que les pidieren.
La primera mitad de este siglo sobresale por la intensa actividad legislati-va
relativa a la materia de caminos vecinales. Consecuencia directa de toda
ella sería la Ley de 28 de Abril de 184913. Este instrumento legal intentará
regular la construcción de los caminos, su conservación y mejora. Aunque
estarán a cargo de los pueblos interesados, podían ser auxiliados por las
Diputaciones provinciales. Los Ayuntamientos votarían las prestaciones per-sonales
para atender los trabajos si no dispusieran de medios económicos. Esta
ley señalaba los caminos vecinales de utilidad pública a efectos de expropia-ción
forzosa, si era necesario. La figura responsable de resolver la clasifica-ción
de dirección y anchura de las susodichas vías sería el Jefe Político; y los
Ingenieros de Caminos se encargarían de la dirección de las obras. La conser-vación
del camino vecinal de Telde fue el embrión de la importante carretera
objetivo del presente artículo.
EL CAMINO VECINAL DE TELDE A LAS PALMAS
DE GRAN CANARIA
La mejora de esta vía comenzaría en la década de los cincuenta del siglo
XIX. El trazado era prácticamente el camino real nacido en las postrimerías
del XVI. Pascua1 Madoz recoge en su periplo por Canarias, durante el año
1849, el recorrido del mismo:
Al salir del Carrizal empieza a subirse hacia la meseta de Telde, cuyo dis-trito
recuerda por la extensión de su cultivo y suavidad del clima los de la
banda del Norte. De Telde a la ciudad el camino pasa cerca de la cima de
l2 BOP. 16-Agosto-1837. N07.
l 3 BOP. 20-Junio-1 849. N074.
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Cermán Jiménez Martel La carretera de Lai Prrlmas (Ir Gvtrn firntrr~ci rr Irr riudud de Telde
Jinamar a lo largo del litoral: varios montes de escorias qiic se ven n lo
izquierda, parecen formar parte del mismo sisteina colcHnico. iinréiidosc iiI
pico de Bandama. En fin, cuando se llcga al salto dcl Castellano. una dc. I;i\
rocas mis cscarpadas de esta costa, se dcscubrc de nuc\ u la capital 4 las Ai-:i-sadas
montañas de la Isleta14.
Añadiría posteriormente en su estudio por municipios:
que partiendo de la ciudad de Las Palmas por la Costa, atra\ iesa la :ildc.:i
de Jináinar, la ciudad de Telde y llcga hasta la punta de Maspaloniah. ~iciicl~)
su extensión de 8 leguas. Este camino es llano y esta bicn conservado, grncix
a los esfuerzos de los propietarios que tienen fincas en Telde y en las bandas
del Sur, con especialidad al actual Conde de la Vega ~ r a n d e l ~ . "7
D
E
Y refiriéndose a los caminos de Telde resaltaría: O
-
=m
O
particularmente los de Las Palmas y Tirajana son los mejores, en los cua- EE
les pueden transitar carruajes, a pesar de estar abiertos en medio de un terre- 2
E
no montañoso16.
3
El Gobierno político de Canarias declaró camino vecinal de segundo orden e-en
1849 la vía denominada de la Ciudad de Las Pulmas. El punto donde ini- m
E
cia su trayecto estaba al norte de Telde y terminaría en el barranco de Jinámar, O
siendo su anchura de 18 pies (6 metros)l7. También aprueban otros caminos
vinculados con nuestra localidad y que serán abordados en este apartadolx. E
Son los siguientes: a
n =
A) De Telde. Se inicia en la Puerta de los Reyes (Vegueta) y finaliza en
Barranco de Jinámar, jurisdicción de Telde. 3
O
B) De Marzagán y Monte. Comienza en el Camino de Telde y termina en
el Pueblo de Santa Brígida.
C) De Tafira. Principia en la Cuesta de San Roque y acaba en el Barranco
de Jinámar.
El Gobierno provincial informaría, en Mayo de 1850, que en la ciudad de
Las Palmas de Gran Canaria, Telde, San Lorenzo, Arucas, Moya, Guía Gríldar
l4M adoz, Pascual. Diccionario GeogrÚfico-E.stt~~Iistic~~-Ifistd~ej ~E'sip~roik i J. sir\ po.wtiotrc.\ JP
Ultramar: Canarias. Madrid. 1849. Pág. 62.
l5 Ibidem nota anterior. Pág. 168.
16 Ibidem nota anterior. Pág. 201.
'7 BOP. 23-Enero-1859. N"10.
BOP. 2 1 -Enero- 1859. N09.
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Gemián Jiménez Martel La carrelera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
y Agaete se procedería a la reparación de las líneas más interesantes de segun-do
orden. Y señala la espera instrucciones especiales para emprender los tra-bajos
en el camino general, o carretera, de la isla de Canarial9.
Las obras comienzan en el año siguiente, según el acta municipal del
Ayuntamiento teldense de 9 de Octubve de 1851. En este documento hay un
oficio dirigido por Pedro Mafiotte que transcribe lo dispuesto por el
Gobernador pro~incial*P~i.d e la realización de las mejoras necesarias en la
carretera de Telde a la capital, y solicita una lista de treinta jornaleros para Ila-marles
a dicho trabajo. Las obras principiarían en Noviembre, aunque los
resultados a medio y largo plazo no tuvieron fueron muy satisfactorios, a tenor
de lo expresado en el acta municipal del 22 de Octubve de 1852. Dice así:
Se acordó que se haga presente al Señor Sub-Gobernador de este Distrito
como el camino que conduce de esta Ciudad a la de Las Palmas se halla en tal
estado de ruina y peligro, que quedará intransitable en su mayor parte a las
primeras avenidas del invierno, y presentará en muchos pasajes un riesgo emi-nente
por que ofrecerá mil pasos que al menor descuido del viajero le expon-drá
a caer en un precipicio profundo. Si la composición fuera de poca monta
esta Corporación no molestaría a la Autoridad; pero en ella habrán de gastar-se
cantidades de alguna consideración por hacerla permanente y contadas las
condiciones que exigen las órdenes y reglamentos de la materia. Por eso ha
creído esta Municipalidad necesario e indispensable [No legible] a su
Autoridad para que se sirva disponer la formación del oportuno expediente y
presupuesto con los informes y conocimientos que estime conducentes; y que
teniendo en consideración que del propio camino se utilicen directamente la
Ciudad de Las Palmas, esta de Telde, la Villa de Agüimes y los otros pueblos
de Valsequillo, Ingenio, San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana, tenga su
Señoría a bien resolver que aquella composición se costee [No legible] por
todos los expresados Pueblos, asignándole a cada uno, para que la incluya en
el presupuesto Municipal del año próximo, la cantidad que se le reparta en
proporción a su riqueza, y a la utilidad mas o menos directa que habrá de
reportar de la composición cada uno de los respectivos vecindarios2l.
No obstante, el progreso constructivo sería considerable según leemos en
el artículo titulado "Obras Públicas", de la revista El Powenir de Canarias
número 27 del día 23 de Febrero de 1853. Indica que la carretera que atravie-sa
Gran Canaria -desde Telde a Agaete-, pasando por la capital insular,
había sido cubierta su consignación con esmero y puntualidad desde Agosto
'9 BOP. 3-Mayo-1859. N053. Circular. 128.
AHMT. Libro de Actas Municipales. Año 1851. Acta del Pleno. 9-Octubre-1851.
21 AHMT. Libro de Actas Municipales. Año 1852. Acta del Pleno. 22-Octubre-1 852.
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de 1852. Se presumía que al finalizar 1853 podría estar unidos ambos tramos
al nuevo puente de las "Rehoyas". Hace hincapié que la responsabilidad de tan
lento proceso constructivo era debido a la apatía de los Ayuntamientos qiiié-nes,
generalmente, dirigen su atención a la cobranza de los impuestos. Insistía
que el Reglamento de caminos vecinales de 8 de Abril de 1848 les imponía
contribuir con la prestación personal. Finaliza con la siguiente afirinación:
"Todos claman por la necesidad de los caminos, todos yioyectun e indicun ~CIS
mejoras que en los mismos deberían hacerse, yero todos reh~qvn ese otro
deber de contribuir a la realización de aquel objeto.. .".
Las obras realizadas en este camino consistían, una y otra vez, en punt~ia-les
reparaciones, antes y después, de la estación invernal. Este tipo de actua-ciones
requería importantes esfuerzos económicos, tanto de las paupérrimas
arcas públicas como de la iniciativa privada, y sólo paliaban temporalmente cl
problema. Por otra parte, impedían la inversión de fondos para la construcci61-i
de nuevas y modernas vías, más rentables a medio y largo plazo. Siempre acor-de
con las necesidades provocadas por los cambios económicos del momento.
La Ley de 28 de Abril de 1849 comenzaba a quedarse obsoleta. La reali-dad
de un proyecto general de nuevos caminos y carreteras se hacía urgente, y
más aún, la necesidad de combinar la ejecución de las obras. Esto tardaría aún
algunos años, pero a partir de la segunda mitad de los años cincuenta comien-za
a percibirse un plan general de vías públicas en toda España.
La Ley de 22 de Julio de 185722 sería el primer paso para intentar paliar
esta situación tan caótica de actuaciones municipales, provinciales y estatales.
En primer lugar dividen los caminos ordinarios o carreteras, en vías de servi-cio
público y en vías de servicio privado. Se clasifican dichas vías en Primer
orden; Segundo orden y Tercer orden, según los intereses políticos-adminis-trativos
de los puntos comunicados y el interés comercial. Por ello denomina-rían
carreteras de 2." orden a aquéllas que "en las islas Baleares y Canarias
pongan en comunicación a la capital con otros puntos marítimos o a dos o
más centros de producción o de e.2portación entre S?'. Esta ley disponía tam-bién
de la formación por el Ministerio de Fomento de un plan general de carre-teras,
tras consultar y oír a las Diputaciones provinciales. Esa necesaria rela-ción
de vías llegaría en 186023.
Mientras tanto, los grandes productores agrícolas del Sur de Gran Canaria
-Telde y Agüimes-, y toda la parte meridional de la Isla, estaban en un
lamentable estado de abandono. Hacia 1856, el camino de Las Palmas de
Gran Canaria a Telde iba incapacitándose de día en día. Destacaba por su peli-grosidad
el llamado Camino Nuevo así como otros puntos, "en términos que
dentro de poco será casi imposible transitar por allí sin una marcada exposi-
22 BOP. 19-Agosto-1857. N099.
*3 Ibidem nota anterior.
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~ ~ Jimén~ez Maártel n La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
cjón de ser lanzado al mar al menor descuido"24. Al considerar este tramo
como parte de la carretera general de la banda Sur, tanto su construcción como
las mejoras, correspondía al Estado. Pero al realizarse en esos momentos los
de las carreteras del Norte y Puerto de la Luz, las instituciones res-ponsables
estaban imposibilitadas para comenzar los necesarios acondiciona-mientos
A todo ello, en la Capital opinaban sobre la dirección más adecuada
de la carretera a Telde. Por la costa -desde la Puerta de los Reyes al Barranco
de Jinámar, el recorrido originario-, o por Tafira. Si bien este último era más
largo, según parece presentaba menos inconvenientes. Esto explica las inver-siones
en la mejora del Camino de San Roque, punto donde comenzaba el de
Tafira, insistiéndose que no era un camino nuevo el que se estaba abriendo,
"sino perfeccionándolo, haciéndolo con las condiciones que marca dicho
Código e instrucciones para que la pendiente que hoy se halla de una mane-ra
irregularísima e inconveniente sea poco sensible su subida, y esté bajo de
toda regla.. ."25.
Finalmente, optan por iniciar el ramal del Sur de la Carretera Provincial
por Tafira y el Monte del Lentiscal, y de ahí a Marzagán y el Camino de
Telde en el Barranco de Jinámar, jurisdicción de nuestra localidad. Sin duda
alguna el municipio de Las Palmas de Gran Canaria era el gran beneficiario.
Desarrollaría "la dilatada y bien cultivada vega de TaJira y Monte Lentiscal"
según Pascua1 Madoz. Por otra parte, no hay que obviar que conectaba los
pueblos del Sur con los del Centro de la Isla. Cabe, como anécdota si se quie-re,
la razón estética: "si se considerase bajo el punto de vista de la belleza,
el camino de la costa tan árido y de tan salvaje aspecto, nunca podrá com-petir
con los delicados vergeles de Tafira y el Monte"26. En esta misma fecha
informaban que el Ingeniero civil ya se estaba ocupando de la alineación de
este camino.
El tramo del camino de Telde a Las Palmas de Gran Canaria comenzaría
también su periplo constructivo. Ya en el mes de Septiembre se señalaba la rapi-dez
y perfección de los trabajos, aunque sin una clara dirección técnica. No le
faltaban los útiles necesarios para las obras, pero es que tampoco los solicitaron
al Cuerpo de ingenieros. De ahí el ahorro económico que tanto destacaba la
pren~a.~7D.e sgraciadamente, en Noviembre las obras son suspendidas, con el
consabido malestar. "Parece que se han mandado suspender los trabajos de la
carretera de Telde. Por mas disgusto que nos cause esta medida, no nos admira,
porque como aquellos trabajos adelantaban rápidamente, era muy natural que se
pusiesen trabas a su construcción. Es preciso que para consolamos, nosotros los
24 La Reforma. 4-VI-1 856. Las Palmas de Gran Canaria. El artículo no tiene titulo ni firma. Cuando
esto suceda nuevamente se procederá insertando el nombre del periódico y la fecha.
25 La Reforma. 7-VI-1856.
26 La Reforma. 19-VIl-1856.
27 La Rejorma. 19-IX-1856.
Boletin Millares Cado
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Gennán Jiméne~M artel La ~arretei-ud e Lar Palmar de Grrrn Ctrnrrr~trtr /o cricc/otl de P/dc
canarios, de lo que nos sucede con las obras públicas. admitamos el íiitulisnio;
como los musulmanes y digamos con entera fe: "No tenemos caminos, ni los
verán los nacidos, porque . . . así está escrito. ¿Pero no habrá una niano hast¿intc.
poderosa para variar ese terrible decreto del destino'!. Por si la hubiere dirigiims
nuestras fervientes súplicas a quién posea ese gran poder para que use de cl sin
tardanza, porque si no.. . nos quedaremos siempre lo ~ n i s m o ' ' ~ ~ .
Y si esto no fuera poco, las fuertes lluvias de principios de Dicienlbre inutili-zaron,
casi en su totalidad, este trozo de carretera a medio hacer2').
El año 1857 comienza con el intento de continuación de la carretera Sur.
Desde la Las Palmas de Gran Canaria por las cuestas de San Roque y San Juan
hacia el Monte del Lentiscal. Ya en la parte de Telde. La inexistencia de un
plan uniforme de obras provocaba la pérdida o mala inversión de los fondos m -
empleados30. Con objeto de organizar debidamente al servicio de caminos E
vecinales, el Gobierno Civil solicitó el nombramiento de dos Directores mas, O
que en unión al que estaba -Vicente Armiño-, impulsaran las obras de los n-- m caminos declarados de segundo orden en 184931. También exigían, con cierta O E
contundencia, a los Ayuntamientos la aplicación de la ley en lo que respecta a SE
la prestación vecinal. En Febrero, el Gobierno provincial auxilia, con alguna -E
cantidad mensual, los trabajos de los mencionados l~ga r e s3~A.s í se indica en
el acta municipal de 21 de Mayo de 1857 en los siguientes términos: 3
- -
0
m
Habiéndose dado cuenta por el Señor Presidente del estado de adelanto E
en que se encuentran los trabajos practicados en el camino que de csta Ciudad O
va a la de Las Palmas con el producto de la prestación vecinal y con los diez n
E peones puestos por cuenta del Gobierno, y que han sido retirados desde el -
a
Lunes diez y ocho del corricnte sin saberse cual era la causa, cuya novedad ha l
n
obligado a la presente reunión [...l. En consecuencia de ello y después de n
n
haberse oído cl parecer de los Señores conccjalcs y asociados respecto a la 3
reparación de los peones y no haber principiado los trabajos por los vcciiios O
de Las Palmas, teniéndose prcscnte que para lo uno y lo otro hayan incdiado
cosas legitimas. Se acordó: que se continúen los trabajos con cl producto dc
la prestación hasta concluirla por el orden con que va principio, y lucgo con-cluya,
el Señor Presidente convocará nueva reunión para dcterniinar cl orden
y como ha de practicarse la clasificación con arreglo a la ley.
Por otro lado se nombra una Comisión de seguimiento para vigilar y diri-gir
la composición del camino, a peticibn del Ayuntamiento de la ciudad
Boletín Millares Carlo
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Gemán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
La corporación teldense nombraría a Juan Manuel de la Rocha,
José Falcón y Rafael Díaz para tal cometido33.
El interés que toma la composición del camino queda expresada en una
suscripción iniciada por dos anónimas personas, con el fin de obtener herra-mientas.
Realizarían las gestiones necesarias para reunir a los Ayuntamientos
y mayores contribuyentes. El objetivo era convencerles de la necesidad, lo
ventajoso y útil del camino entre las dos ciudades para una cómoda, fácil y
rápida exportación de los productos. Tras conseguir las herramientas, fueron
repartidas de la siguiente manera: para la Comisión de la Capital seis picos,
tres picaretes y seis cuñas. Para Telde, doce picos, doce cuñas, dos marrones,
una barra, un taladro y varias docenas de cestaP.
Listado de hombres suscritos:
Eduardo Sall
Juan Manuel de la Rocha
Pedro Bravo
Sebastián Millán
José Naranjo
Eugenio Zumbado
Manuel Ruíz
Adrián Naranjo
Juan Agustín Romero
Florencio Sigala
Antonio Betancor
Agustín Navarro
Diego Silva
José Falcón
Juan López
Juan Casallas
Carlos E. Navarro
Francisco Grosa
Diego del Castillo
Carlos Navarro Padrón
Ventura de la Vega
Cayetano Lugo
Vicente Agreda
Narciso Delgado
Wenceslao Oramas y Cabrera
Manuel Verdugo
Vicente Suárez
Baltasar Llarena
Alfonso Gourié
Agustin Manrique
Sr. Conde de la Vega Grande
Miguel Bethencourt
José del Castillo Olivares
Rafael Massieu
AntonioLópez Botas
Manuel Pestana 35
Los trabajos realizados hasta el día 30 de Agosto de 1857 fueron:
2.364 Pies de explanación.
381 Pies de pared con 15 pies de elevación.
109 Pies de pared con 12 pies de elevación.
2 10 Pies de pared con 10 pies de e l e ~ a c i ó n ~ ~ .
33 AHMT. Libro de Actas Municipales. Año 1857. Acta del Pleno. 21-Mayo-1857.
34 VV.AA. "Remitido". La Reforma. 23-X-1857.
35 Ibídem nota anterior.
3h La Reforma. 30-X-1857.
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Germán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
Este camino era considerado por aquellos hombres como el más intere-sante
de toda la Isla, convergiendo en él todos los de la parte del Sur de ella.
Este interés queda expresado en los 28.849 reales de vellón invertido entre los
años 185 7 y 18.5837.
El año 1859 muestra la ferviente actividad fabril que se desarrolla desde
Telde. El trazado del camino seguía una dirección que evitaban, satisfactoria-mente,
las pendientes cuestas que conducen a Jinámar. Se procedió así mismo
a la apertura de los cimientos para la construcción del puente, que uniría las
dos vertientes del barranco de Telde, por iniciativa del Ay~nt ami entoE~s~to. s
trabajos quedarían prácticamente abandonados desde que se dio principio a la
carretera principal de Las Palmas de Gran Canaria a Telde por la costa en el
año1 861.
"7
D
Las piedras desprendidas de lo alto de los riscos que dominan el camino, E
los surcos abiertos por los torrentes, la completa destrucción en algunos pun- O n
tos de las murallas que indicaban los precipicios que caen al mar, todo esto -- m
O hace que los ayuntamientos respectivos consideren indispensables una com- E
E posición en el dicho camino provisional, que disminuya los peligros, al menos S
E hasta que el nuevo se concluya y pueda abrirse al servicio público39. -
3
El tramo del camino por TaJira, Monte de Lentiscal y Mai-zagán se -
desarrollaba muy lentamente. Igual que el anterior, continuaría gracias a la 0
m
E
prestación vecinal. En 1862 se concluyó el trozo desde la Capital al Tanque, O
casi legua y media. Faltaba sólo el tramo desde el Tanque a Jinámar por
Marzagán, y que algunos buenos patricios se encargaron de su limpieza y arre- n
E
glo para que transitaran los carruajes. La principal dificultad la ofrecía un a
puentecillo caído en ruinas, que fue abierto al público en Marzo de 1862 por n
los interesados "patricios". Sólo la buena distribución de la prestación vecinal n
terminaría las obras de enlace con Jinámar y, "aunque mas larga, no tan solo O3
por la hermosura de los sitios que recorre, sino por que une y enlaza en su trán-sito
muchos pagos y lugares de importancia, y valles de producto y riqueza
agrícola a quienes puede la carretera dar mucha vida y suministrar medios de
dar salida a sus frutos con baratura y prontitud". Se observa en esos momen-tos
como las autoridades centrarían todo su interés en la carretera principal que
se desarrollaba por la orilla del mar40. En 1863 estaba ya terminado, a expen-sas
de particulares, el puente que cruza el barranquillo de Dios. Y también los
trabajos para enlazar por el pago de Marzagán el camino que desde el de Tafira
37 "Noticias generales y gacetilla". El Canario. 1-VII-1859. Las Palmas de Gran Canaria.
38 "Crónica del pais". El Oninibus. 3-IX-1859. Las Palmas de Gran Canaria.
39 "Crónica del pais". El Omnibus. 28-XII-1861.
40 El Omnibus. 29-111-1862.
Boletín Millares Carlo
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~ ~ m Jiáménne z Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
conduce a la ciudad de Telde. La dificultad que ofrecía este tramo era la pen-diente
de la cuesta Mondalón. Para su solución solicitarían la promoción de la
expropiación forzosa de los terrenos colindantes, cuyo dueño se oponía a
bajo ningún sentido. Aunque la parte del camino de Tafira estaba ter-minad~
r,e caerá una cierta presión para que sus vecinos siguieran aportando
dinero ya que, aún cuando todos los pueblos del centro se beneficiarían, aquél
pago era el que los reportara con más inmediatez41.
La construcción de la carretera principal desde la capital insular a Telde a
cargo del Estado eternizaría prácticamente estas obras. Algo lógico si se con-sidera
que estos caminos solucionaban, de forma parcial, los verdaderos pro-blemas
de comunicación existentes en esta parte de Gran Canaria.
LA CARRETERA DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA A TELDE
La ejecución de la carretera conllevaría implícitamente el desarrollo eco-nómico
y una cierta influencia del Sur-Este insular en la política provincial.
La reforma de la Ley de 22 de Julio de 1857 fue plasmada el 7 de Septiembre
de 1860 con la publicación de la Relación de Provincias de las carreteras que
forman el Plan genevalpara la Península e Islas adyacentes. El preámbulo
de este documento expresa claramente el conjunto de males y contradicciones
de las obras públicas.
La falta de un sistema bien combinado para la ejecución de las obras de
carreteras y la poca meditada inversión de sumas cuantiosas en líneas mal
estudiadas, sin correspondencia ni enlace unas con otras, han producido,
como no podía menos de suceder, graves errores y desaciertos, y con ello gran
menoscabo en los intereses de la nación, que con menores sacrificios pudo
haber obtenido más fecundos y pingües resultados.
Por esta causa se ven con frecuencia obras de consideración principiadas
hace muchos años y totalmente paralizadas, así como se hallan concluidas
otras de escasa utilidad que hoy seguramente no se hubieran emprendido,
siendo de lamentar en ambos casos el empleo estéril de trabajo y recursos que,
mejor dirigidos, hubieran contribuido eficazmente al bienestar de las pobla-ciones
y al fomento de la riqueza pública.
Para cortar un mal de tanta trascendencia se dispuso en la Ley de 22 de
Julio de 1857 que se formase por el Ministerio de Fomento, oyendo a las
Diputaciones provinciales, un plan general de carreteras en que, teniendo en
cuenta las líneas de ferrocarriles y los caminos ordinarios ya construidos; se
41 "Crónica del país". El Omnibus. 22-IV-1863.
77 Boletín Millares Carlo
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Germán Jiménez Martel La carvetera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad ilc Tclde
procurase satisfacer del mejor modo posible las principales y rnri L I ~ ~ C I I I C ~
necesidades del país. El trabajo lo iniciaron los Ingenieros Jefe5 pro\ iiiciale\
proponiendo para cada una dc éstas la rcd de com~inicución niás coi11 ciiicnie.
Se informaría a las Diputaciones provinciales y Gobcrnadorcs. y con esto\
datos unidos a los que ya existían cn la Dirección Cicncral de Obras Piiblicii'.
se formó por esta dependcncia el plan general deiiniti\,o, rccaycndo sohi-e 2i
finalincnte un dictamen favorable de la Junta Consultiva de Caminos. C'iiii;ilc\
y Puertos. Todo esto serviría despuks para la relori-iia de la Ley de 72 de Siilio
de 1857 deslindando las vías públicas que en cl estado actual clc iiues(i.a c i i~-
lización tienen verdaderamente un carácter de utilidad general, \ clcl~cii qiic-dar
por tanto a cargo del Estado, de los que solo ticndcri a ser\ i r y f l i ~oi -cccr
intereses locales, y que por su índole deben quedar al de III\ pro\ iiicia\ > ~ U L ~ -
blos a quienes incumbe cntcnder con la necesaria indepeiiciciicia y lihcw:id ~ i c
mejoras que tienen por objcto directo c ininediato la satisfaccióii cic la5 iiecc.-
sidades de sus comarcas resp~ctivas~~.
La citada Junta Consultiva aprobó el 18 de Mayo de 1860 1'1 coiisti~iccioii
de la carretera de Segundo Orderz Lcrs Pu/r?icrc (/e Gtwt~C ~I I I ( I LII. Ir((~I l(lc\ I~L '.I I -
do el ingeniero Juan León y Castillo el proyectista del tratado4" C'onsi,ii-i,i I,i\
obras de tres trozos y el magnífico puente del barranco de Telde.
Trozo Primero. Aprobado el proyecto el 6 de Julio de 1860 con un presii-puesto
de 426.478 reales y 27 céntimos3" Ante la ausencia de liciiii-dores
se presentó en segunda subasta con un aumento del 15",, ~ M K I
gastos de administración, dirección e imprevistos, siendo el prc~ii-puesto
de 490.450 reales de
El lunes 4 de Marzo de 1861 comenzaron los trabajos de explanación
desde la ermita de San José hasta la playa de La Laja". La obra más
importante de este trozo era la escollera de piedras naturales formada
en la citada playa, y contra la cual se batía el mar en la marea alta. Fue
construida por medio de un ferrocarril establecido desde la cantera,
hasta el punto en que debía arrojarse la piedra que conducían los
carros. Y como es natural, a medida que se avanzaba -la longitud de
la escollera totalidad constaba de 500 metros-, precisaba ir colocan-do
más raíles, de manera que aquellos llegaron al final de la obra. Este
trozo finalizó en Octubre de 186247.
42 BOP. 5-Octubre-1 860. N0120.
43 BOP. 10-Octubre-1860. N0122.
44 BOP. 10-Agosto-1860. N096.
45 BOP. 16-Noviembre-] 860. Nol 38.
46 "Crónica del pais". El Omnibus. 6-111- 186 1.
47 "Obras públicas". EI Omnibus. 14-V- 1864.
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Genhan Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
Trozo Segundo. El proyecto fue aprobado el 10 de Diciembre de 1860 con
un de presupuesto de 1.138.862 reales y 32 céntimos48. Los trabajos
comenzaron en Abril de 1861. Entre las obras a destacar estaba el
Túnel que seguía a la mencionada escollera49. En Junio de 1862 ya se
perforaba por ambos lados, siendo la dureza de la roca la principal difi-cultadso.
La operación consistía en un cubo de desmonte de 11 1 metros
de largo por 5 de ancho y 4 metros 30 centímetros de altos'. La ejecu-ción
de esta obra fue muy rápida, ya que el sábado día 4 de Julio de
1863, a las once de la mañana, quedaron comunicadas las dos cáma-ras.
"Esta hora ha sido de verdadero júbilo y entusiasmo para los
encargados de la obra y operarios, quiénes unos en pos de otros se
lanzaron por la brecha abierta en el tabique que separaba ambas
cámaras7'5*. Los dos frentes fueron revestidos de mampostería.
También se construyó, a la salida por la parte de Telde, un ancho acue-ducto
edificado sobre el desmonte del terreno, con el objeto de dar sali-da
a las aguas del barranco de la Marfea53.
De forma paralela a la construcción del túnel, se procedía a la compo-sición
de los dos puentes proyectados para esta parte de la carreteras4.
El Puente de la Cuesta Empedmda. De 17 metros de elevación y el
arco de 7 metros de luz. Es de sillería en sus dos frentes y el cuer-po
de la bóveda revestido con lajas.
El Puente de Jinámar, con 7 metros de ancho y un arco tan rebajado
que parecía plano.
El día 28 de Noviembre de 1863 sería abierto a la circulación este
segundo trozo55. Hay que añadir que el proyecto original de la carrete-ra
sufrió, durante esta etapa, una importante modificación. En Mayo de
1863 solicitaron que la vía comenzara desde el extremo Sur del
Hospital de San Martín de la Capital, y no desde la ermita de San José,
tal como estaba previsto inicialmente56. El día 3 de Noviembre, el
ingeniero Juan León y Castillo envió a la SuperioriS7. Esta reforma
incluyó asimismo dos puentes ubicados en la Hoya de la Plata, ambos
4 metros de ancho, y uno de ellos oblicuos8.
48 BOP. 9-Enero- 186 1 . N04.
4 "ídem nota 47.
50 "Crónica del pais". El Omnibus. 2-Vll-1862.
5' "Sección local". El País. 1-XII-1863. Las Palmas de Gran Canaria.
52 "Sección local". El Pais. 7-Vll-1863.
53 Ibídem nota 47.
'"bídem nota anterior.
55 "Crónica del pais". El Omnibus. 2-XII-1863.
56 "Sección local". El Pais. 29-V-1863.
57 "Sección local". El Pais. 10-X1-1863.
58 Ibídem nota 53.
Boletín Millares Carlo
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Trozo Tercero. El presupuesto ascendió a 555.971 reales y 50 ccntiinosi').
Las obras de este último tramo comenzarían a finales de 1862 por que
fueron rematadas el 10 de Octubre del citado año. La única dificultad
de este trozo era la construcción del puente sobre el barranco de Tclde.
Por ello se preparó un presupuesto parcial de 453.393 reales y 74 ckn-timos,
y proceder así a su ejecución". La carretera principal de Las
Palmas de Gran Canaria a Telde finalizó el día 6 de Octubre de 1865,
cuando quedó cerrado el último de los siete arcos que componen el
magnífico puente sobre el barranco de Telde.
EL PUENTE DE LOS SIETE OJOS EN TELDE
La importancia de esta obra era comprensible. Cuando el barranco traía
agua en abundancia, como con frecuencia sucedía en invierno, las coinarca4
sureñas quedaban incomunicadas. Se paralizaba, por lo tanto, la salida de 104
productos agrícolas hacia el puerto de la capital. El cjemplo de aq~iellosd uros
inviernos lo viviría el comerciante Francisco Pérez Cabra1 que e11 186 1 , y con
solo 16 años. iniciaría su aventura comercial en Telde.
Aprovechando los últimos meses del verano, sobre catorce carros tirados
por pares de mulas, cargó todas las piezas de tela que cabían en ellos. SaliO
casi de madrugada presto a cubrir en tres o cuatro horas los 14 kilói~~etroqsu e
tenía la carretera que pasando sobre el acantilado de La Laja y atra\ esando cl
Valle de Jinamar llegaba hasta la Primavera. Piedra y tierra forinabaii "su
firme". Llegando a la "Vista de Telde" tuvo que csperar por espacio de ocho
días a que amainaran las lluvias y dejara de correr dc banda a bundn cl
Barranco Real. Su cauce medio seco lo cruzó con más voluntad que olicio.
atravesó Telde (San Juan), pasando por las calles: Real, de las Cubas. de los
Baluartes y en medio de huertas llegó por el camino que decían del
Abrevadero a la concurrida y destartalada Plaza de San Gregorio"61.
La primera noticia relativa a esta obra consta en la prensa con fecha del día
23 de Marzo de 1859. Informa que el ingeniero Juan de León y Castillo aca-baba
de levantar el plano del puente, uniendo la carretera del Sur con cl p i e
blo de Telde. Constaría de nueve arcos y su coste oscilaría en unos 16.000
duros". El Ayuntamiento de Telde tomó la primera decisión relativa a su cons-
59 BOP. 16-Julio-1 863. N085.
BOP. 1-Julio-1863. W78. " González Padrón, A. "Los Llanos de San Gregario. ccntro coincrcial dc la ciudad de Tcldt.". Rc\ i\i:i
Guía Comercial de lu Ciududde Telde. Telde. 1989. N"3. Pág. 9.
62 "Crónicas del país". El Omnibus. 23-111-1 859.
Boletín Millares Caria
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~ ~ Jimén~ez Marátel n La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
micción. En el acta del pleno municipal celebrado el día 7 de Julio de 1859
que en el presupuesto de ese año se ha autorizado:
veinte mil reales de vellón para la construcción de un puente en el barran-co
principal de esta ciudad, creía haber llegado el tiempo oportuno de darse
principio al trabajo preparatorio de la obra con entera sujeción alguno y pre-supuesto
levantado por el Ingeniero D. Juan de León y Castillo.
Y toman la siguiente resolución:
En cuya consecuencia y después de una larga discusión sobre el particular
se acordó: que desde luego se principie dicho trabajo bajo la Dirección del
mismo D. Juan de León y Castillo, y con tal formalidad que exige su naturale-za,
para lo cual se comisiona al Sr. Antonio Caldenn, D. José Calzadilla
Benitez, D.Rafael Díaz, D. Adrián Naranjo, D. Diego Gil, D. Domingo
Calimano, D. José Falcón, D. Eugenio Zumbado, D. Juan Aguiar Romero, D.
José Espino, D. Cirilo García. D. José Naranjo, D. Segundo Medina y D.
Guillemo Morales para que [No legible] en secciones concurra uno diariamen-te
a los trabajos llevando cuenta y razón formal de las cantidades que se vayan
invirtiendo y que han de ser satisfechos con su intervención, para que en su día
pueda justificarse con la mayor claridad en las cuentas que han de rendirse63.
Ya en el mes de Agosto pusieron en circulación una invitación dirigida a
los vecinos de la ciudad y propietarios ricos de la isla. El objetivo era la con-tribución,
con algunos donativos, a fin de llevar a cabo el proyecto del puen-te@.
Los resultados fueron muy satisfactorios, porque en Septiembre la pren-sa
ya afirmaba sobre la excavación de los cimientos65. No obstante, algunos
vecinos se dirigieron al Gobernador civil solicitando "que no se lleve a efecto
la construcción proyectada del puente del barranco de Telde, por ser un lujo
inútil para aquel pueblo y no producirse ninguna utilidad". A lo que el corres-ponsal
añadiría:
Apenas nos atrevemos a creer semejante absurdo en el siglo en que vivi-mos;
negar la utilidad de un puente sobre un barranco que en invierno inte-rrumpe
a cada instante las comunicaciones entre la banda del Sur de la Isla y
su capital, es cosa que no se comprende. Si es este el modo con que se enten-dieran
los adelantos de los pueblos, pasarían todavía muchos siglos sin que
Canaria pudiera salir del estado de atraso en que hoy se encuentra respecto de
63 A.H.M.T. Libros de Actas Municipales. Año 1859. Acta del Pleno. 7-Julio- 1859.
64 El Canario. 23-VIII-1859.
65 "Crónica del país". El Omnibus. 3-IX-1859.
Boletín Millares Carlo
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Germán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Cunuria a la ciudad de Telde
otros países". Y concluye con el siguiente dcsco: "QuisiCrarri«s. por liorior-mismo
dc n~iestrosp aisanos, quc fuera inexacta semcjantc noticia. o qiic :iI
menos sus autores retiraran aqiiclla exposición qiic 21 ri~ic5ti.oI iiiiiiildc jiiicicl
tan poco favor hace66.
Primera. La obra ha de practicarse con entera s~ijecióna los plano.; Ic\ :iii
tados y bajo la dirección del ingeniero civil.
Segzl~du.L a profundidad de cada pila seri dc cinco iiieti-os, dic/ tic 1,irgo
y tres de ancho.
Tercera. Servirá de hilo para la subasta, 4.500 reales de \-cllóii par; c:ida
pila, y la misma cantidad para el relleno que falta a las otras do\ q i i ~ -
están sin concluir.
Cuarta. Resultando el metro cúbico de cimiento a 30 reales de vellón, se
abonará al contratista el importe de los que excedan de los señalados
en la condición segunda, siempre que sea preciso darle más profundi-dad,
o si por el contrario no llegase se le descontará la deficiencia.
Quinta. La mezcla para el relleno se compondrá de una partc de cal, otra
de arena y otra de tierra.
Se-xta. El importe de cada pilar será satisfecho en dos plazos; la mitad al
empezarse los cimientos, y el resto cuando se comience el relleno.
Siptima. El plazo que se concede para dar concluirla cada pila es de mes
y medio.
Octava. Las cales que se hallen acopiadas las tomará el contratista
a cuenta de lo que ha de percibir al precio de tres pesos dos rpta cl
caiz.
Novena. El contratista ha de dar fianza a ratificación de este Ayuntamiento
sin cuyo requisito no dará principio a los trabajos"".
Estas obras de carácter municipal concluirían, pero lo restante del proyec-to
sería ejecutado dentro del tercer trozo de la carretera general. A finales dc
66 "Crónica del pais". El Omnlhuv. 14-XII-1859.
67 B.O.P. 23-Julio-1860. N088.
Boletín Millares Carlo
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Gemán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
1862 comenzarían estas obras, aunque la dificultad que ofrecía el puente obli-gó
a preparar un presupuesto parcial de 453.393 reales y 64 céntimos68.
La Dirección General de Obras Públicas señaló el día 4 de Septiembre de
1863, en Santa Cruz de Tenerife, la subasta de las obras69 y quedó a favor de
Carlos E. Navarro por la suma de 399.990 reales7O. No obstante, también se
verificaba en Madrid otro remate por la misma fábrica -a cargo de Antonio
Matos y Moreno-, con una proposición más ventajosa, 393.393 reales. Le
sería adjudicada a este último, pero se le incluyó la terminación del muelle
santacrucero por la suma de 690.95 1 reales de vellón7I.
El periódico local El País describe el proyecto del puente a ejecutar de la
siguiente manera:
El puente del barranco de Telde se compone de siete arcos, el central de
pilas más reforzadas que las de los restantes, para darle mayor estabilidad por
ser el paraje a donde afluye la fuerza del agua; y de dos fuertes terraplenes.
Esta obra colosal, respecto de las demás de su clase en estas islas, ha sido pre-cisa
para aquel barranco, no sólo por lo caudaloso en las avenidas invernales
sino por la gran longitud de su cauce: su forma es muy bella, y en armonía con
las prescripciones superiores acerca de esta clase de obras. Será una de las
páginas artísticas que honrarán a nuestro entendido paisano el Sr. León y
Castillo72.
El contrato se aprobó el día 6 de Octubre de 1863 y las obras comenzarí-an
el 6 de Diciembre. Una parte de la cantería ya estaba labrada, pero el con-tratista
esperaría al término del invierno para comenzar la obra de los cimien-tos73.
Aunque todo parecía indicar que el magnífico puente finalizaría pron-tamente,
la realidad indicaba lo contrario. Ello motivó al Regidor Síndico de
Telde presentar un escrito, en el Ayuntamiento de la Ciudad fechado el 6 de
febrero de 1865. Expone en este amplio documento los perjuicios económicos
que esta situación ocasionaba a los comerciantes y agricultores. No obstante,
planteaba una solución presupuestaria, a cargo del Ayuntamiento de Telde,
para sufragar los gastos de la terminación de esta obra.
El Regidor Síndico cree de su deber hacer presente a V.S. que muchos
vecinos consideran ser de suma necesidad y utilidad el que por V.S. se arbi-tren
medios para la continuación y terminación de la obra del puente en el
68 "Crónica del pais". El Omnihus. 8-VII-1863.
hy B.O.P. 1-Julio-1863. N078.
70 "Crónica del pais". El Omnibus. 12-1X-1863.
71 "Crónica del pais". El Omnibus. 30-IX-1863.
72 "Sección local". El País. 10-XI-1863.
73 "Obras Públicas". El Omnibus. 27-1-1 864.
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Germán Jiménez Martel Lu carretera de Las Palmas de tivtit~ C'trmwiu a ia ciirdad tic fi,iilc
barranco de esta ciudad, como absolutamente indispensable para poder utili-zar
la carretera de esta propia Ciudad a la de Las Palmas. = Concluida la
misma en toda su extensión huce tiempo, si bien puede utilizarse para los
carruajes de personas o pasajeros, aunque con bastante molestia por falta del
puente, no así para las carretas de carga por no poder éstas atravesar el
barranco, ni subir las cuestas de uno y otro lado, resultando de aquí que no
puede utilizarse la carretera en el servicio más importante y beneficioso cual
es la traslación de frutas y efectos entre las dos Ciudades de las que esta de
Telde es esencialmente agrícola y provee a Las Palmas, esencialmente
comercial, provee a la de Telde de todos los artículos de comercio incluso
muchos de primera necesidad: de modo que los acarretos entre las dos ciii-dades
son diarios y continuados y el hacerlos a lomo causa grandes gastos.
daños y perjuicios.
Añadiendo:
Es por lo mismo indudable que la carretera entre esta Ciudad y la de Las
Palmas es de la mayor importancia para la agricultura y para t.1 coincrcio dc
las dos ciudades y aún de toda la Isla; pero sin la terniinaciím del puente en el
Barranco de esta ciudad de poco o nada sirve la misma para aquel objeto.
siendo muy doloroso que solo por aquella falta, qcie puede remcdiarsc, deje lo
carretera de prestar los grandes beneficios que puede proporcionar a la agri-cultura
y el comercio y por consiguiente a la riqueza pública y particular. =
Natural es por lo tanto el que todos los vecinos clamen por el que el M.I.
Ayuntamiento especialmente encargado por si instituido de atender y fomcn-tar
los interese públicos, adopte los medios más a propósito para que el puen-te
se continúe y termine, siendo así que esto pucde conseguirsc en tres o cua-tro
meses y con setenta u ochenta reales; de modo que si el Ayuntamiento
puede facilitarlos a la empresa en calidad de préstamo, con las debidas garan-tías
y a un rédito moderado, prestará un servicio inmenso sin compromiso. sin
perjuicio alguno para los interesa que administra y con grande utilidad para
los mismos por el contrario. = Sin efecto para un [asunto¿,?] tan importante y
beneficioso el Ayuntamiento pueda disponer bajo las condiciones indicadas y
con la competente autorización superior de las cantidades siguientes que tiene
existentes. = Primera, la consignada en el presupuesto de mil ocliocientos
sesenta y dos para la composición de la plaza de Los Llanos, que cn mil ocho-cientos
sesenta y tres, se asignó para la colocación de una fuente en la
Alameda dos mil reales. [2.000 reales] = Segunda, la figurada en cl presu-puesto
de mil ochocientos sesenta y tres, para la fabrica de un matadero, des-pacho
de carne y pescado salado cincuenta y nueve mil cuatrocientas oclien-ta
y tres reales, cincuenta y cinco céntimos. [59.483 reales, 55 céntimos] =
Tercera, la existente en el fondo del Pósito doce mil trescientos treinta y cua-
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Gemán Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
tro reales, cincuenta y dos céntimos. [12.334 reales, 52 céntimos] = Cuarta, y
la consignada en el presupuesto del presupuesto de este año económico, para
el Instituto local, ocho mil ciento diez y 'nueve reales, un céntimo. [8.119 rea-les,
l céntimo] = Des estas cantidades que suman ochenta y un mil novecien-tos
treinta y siete reales y ocho céntimos, [81.937 reales, 8 céntimos] la pri-mera
destinada a un objeto de puro ornato, bien puede aplicarse con prefen-cia
[preferencia] a aquel otro de suma necesidad y grande utilidad pública:
tampoco hay inconveniente en que se haga lo mismo con la segunda, ya por
que aún no están aprobados los planos y presupuesto para la fábrica del mata-dero
y despacho de carnes y pescado salado, ya por que indudablemente la
continuación y terminación del puente es de necesidad más apremiante y de
utilidad más positiva y general: la tercera o sea la consitente [consistente] en
el fondo del Pósito puede igualmente aplicarse a un objeto que es de utilidad
inmediata para todos los labradores, sobre todo atendiendo a que ya por dos
años se ha invitado a los mismos labradores a sumarlo con las condiciones
establecidas por la legislación del ramo, y ninguno se ha presentado a pedir
suma alguna: y por último la consignada para el instituto local no tiene apli-cación
en le presente año económico por que el Instituto no se ha establecido,
ni se establecerá ya en este mismo año. = Además como que todas esas can-tidades
se han de facilitar solo en clave de préstamo, por el término de un año
y a rédito tenemos que las mismas podrán aplicarse después aumentadas a los
propios objetos a que en la actualidad están destinados, y resultará que sin
perjuicio y aún con beneficio de aquellos mismos objetos, se habrá además
proporcionado con ellos el beneficio inmenso de terminar una obra pública de
tanta necesidad, urgencia y utilidad, como el puente en el barranco de esta
Ciudad, sin el cual no puede emplear la carretera en el servicio más impor-tante
y beneficioso.
Finalmente, el Regidor Síndico propone como solución lo siguiente:
primero que se faciliten para la continuación y terminación del Puente
en el barranco de esta ciudad la suma de ochenta y un mil novecientos treinta y
siete reales y ocho céntimos, [81.937 reales, 8 céntimos] expútense por la pro-cedencia
y conceptos antes expresados: segundo; que sea en calidad de présta-mo,
por un año, al rédito del seis por ciento y con la correspondiente garantía:
tercero, que por medio del Sor. Subgobemador de este Distrito pida al Sor.
Gobernador de la Provincia la autorización necesaria para hacer el préstamo:
cuarto; que al efecto se acompañe a aquellas autoridades copia íntegra de esta
exposición y del acuerdo que recaiga, con certificación del acta que se celebre
con los mayores contribuyentes y los demás certificados que comprueben la
exactitud y verdad de cuanto dejo expuesto y someto a la ilustrada deliberación
de V.S. = Ciudad de Telde, Febrero 8 de 1866. Pedro Bravo de Laguna.
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Continúa el acta con la valoración de los representantes del Ayiintniiiieiito
En su consecuencia: Vista la exposici0ri del Regidor Sindico para ~ L I CL% 'IL,
M.I. Aytintamiento adopte los niedios más cticaccs a coiisegiiir 1;i c.oiitiiiiiiicioi:
y terminación del piicntc del barranco en esta C'iiid;itl. como ohi-;: ; i l i \ ~ l i i i , i
mente necesaria e indispcnsablc para ~itili/arlo carretera (lc esta propi~i( ' i ~ ! h ~ i
a la de Las Palmas en el importante servicio de la agriciilt~ir~yi el coiiicicic~
visto todos los antecedentes que comprueban la cxxtit~id y \erti;id tic iil
expuesto por el Sor. Regidor Síndico: oído el dictamcn ciniiiiiiiic dc iodo\ ¡o.>
mayores contribuyentes que han concurrido a la sesiim y qiie Iim apci>ado c!.
todas sus partes la exposición del Sor. Regidor Síndico: Considerantlo qiic rciii
mente la continuación y terminación del puente cii el hari-aiico de c\t;i C'iiidiic!
es de la mayor urgencia y de notorias necesidad y iitilidad piiblic;is. qiiC p~xl~
porcionarán grandes beneficios a la agricciltura y al comercio y que coiiii-il-iii:-
ran al aumento dc la rique~ap ública y particular: Considcraiido cluc la\ ohi-;i\
y objetos a que están destinados las cantidades qiic dcbeii tiicilitarsc 1x11; I-L IUL, -
llas obras del puente, no son por una parte de utilidnci y iicccsidad. iio piic.~icii
por otra realizarse al presente, y por la tanto el diferirlas por un niio iio <;iii\<!
el menor perjuicio al mejor servicio publico, al paso que se conwgiiirá ;iiiiiicii-tar
con un seis por ciento las sumas a otrüs obras y ~Ljetos dcstin:icio\. I 1
Ayuntamiento, después de la más detenida y meditada disc~isión en cliic I i ~ i i i
tomado parte todos los mayores contribuyentes coiic~ii-rciitcsA, crici-da acudci
en todas sus partes a lo propuesto pro el Setior Regidor Sindico. 5 q ~ i cpt i! ci
Señor Presidente y Secretaria se copiaron certificaciones y diri.jaii las coiiiiiiii-caciones
necesarias para obtener la aprobaciOn de la supciio~idaci~~.
También la prensa informaba sobre abandono que siifria las obras píiblic;i\
en Gran Canaria. Señalaba que no sc habían satisfecho a los contratista\ el
importe de los trabajos ya realizados. La penuria de las arcas del Tesoro
Público justificaba tales hechos.
Como no todo puede scr Iiecho por el Gobierno, a favor de los pi~cblo~.
sobre todo en épocas que, como la actiial se reciente el Erario de 11iIt;i dc.
recursos para atender a las necesidades públicas, creemos que estando iiitc-resados
ciertos pueblos de esta isla más inmediatamente que otros en la ici--
minación de algunas obras, debieran Iiacer iin csfuerm, s~iiriii~istrandcoa nti-dades
en calidad de reintegro a los contratistas de esas obras7'.
La sesión municipal celebrada el día 6 de Abril de 1865 acepta la propuesta
74 A.H.M.T. Libros de Actas Municipales. Año 1865. Acta del Pleno. 9-11-1865.
75 "Crónica general". El Omnibus. 11-111-1865. Las Palmas de Gran Canaria.
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German Jiménez Martel La carretera de Las Palmas de Gran Cunaria a la ciudad de Telde
presentada por el citado Regidor con el visto bueno del Gobernador Civil de la
Provincia. Según se cita en el acta el Gobernador envió un oficio con fecha 14
de Marzo en el que toma en consideración las razones del Ayuntamiento y los
mayores contribuyentes. Le permite así disponer de los medio oportunos.
con el fin de continuar y terminar la construcción de un puente en el
barranco de esta Ciudad para poder utilizar la carretera que conduce a la
Ciudad de Las Palmas y transportar sus fi-utos, a la que tuvo a bien conceder
la autorización solicitada para prestar a la empresa encargada de la construc-ción
del mencionado puente, la cantidad de ochenta y un mil novecientos
treinta y siete reales tres centimos [8 1.937 reales 3 céntimos] que existen en
la Depositaría de propios por el término de un año, al interés del seis por cien-to
y con las necesarias garantías hipotecaria que serán admitidas por esta cor-poración
asociada de mayores contribuyentes y bajo su responsabilidad.
Por otro lado añade en la misma acta municipal:
otro oficio del mismo Señor Gobernador comunicando a este
Ayuntamiento por el Subgobierno de este Distrito con fecha veinte y siete del
expresado mes anterior en el que su señoría, en vista de la instancia que le fue
dirigida por D. Antonio Matos y Moreno en solicitud de que se le admita
como garantia para responder de la cantidad arriba expresada y al interés del
seis por ciento que se le anticipa por esta Corporación por el término de un
año para concluir la construcción del puente en le barranco de esta Ciudad, un
libramiento de mayor suma de los que están expedidos a su favor contra la
tesorería de esta Provincia, se sirvió resolver que habiendo autorizado a este
Ayuntamiento para que asociado de mayores contribuyentes y bajo su más
estrecha responsabilidad admita la fianza que deberá prestarse para responder
del capital y rédito a este municipio puede ocurrir haciendo las proposiciones
que figure oportunas. Vista una solicitud del mismo D. Antonio Matos y
Moreno en la que con referencia a lo resuelto por el Sor. Gobernador de la
Provincia hace presentación de los libramientos expedidos a su favor contra
la tesorería de esta Provincia, impórteme más de los ochenta y un mil tres-cientos
noventa y siete tres centimos y su rédito anual del seis por ciento, para
que en vista de la misma se sirva esta Ayuntamiento declararlos garantia bas-tante,
y en su consecuencia disponer que se otorgue la correspondiente escri-tura
y la entrega de la expresada cantidad. Considerando: que la garantía que
ofrece los libramientos expresados es más eficaz y expedita que la de una
hipoteca en bienes raíces y que no puede llegar el caso de que sea ilusoria,
puesto que no es posible que dejen de cubrirse los expresados libramientos:
considerando que a lo sumo sólo podrá suceder que el pago de los mismos no
se verifique dentro del año por falta de fondos en la tesorería de la Provincia;
y que este mismo inconveniente único, puede salvarse prestando el contratis-
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ta D. Antonio Matos un fiador de responsabilidad y arraigo como su padre D.
Pedro Matos y Matos: considerando, que no obstante debe obtenersc la apro-bación
del Sor. Gobernador de la Provincia para admitir definitivamente las
garantías expresadas con la fiaduría mencionada.
Se acordó: acceder a la proposición de D. Antonio Matos y Moreno. a coii-dición
de quc en la escritura pública que debe otorgarse, intencnga adeiiiAs 1).
Pedro Matos y Matos como principal pagador al vencimiento del año, y siempre
que el Señor Gobernador de la Provincia tenga a bien aprobar este a c u ~ r d o ~ ~ .
La aprobación por parte de la máxima autoridad provincial, se verifich en
la sesión municipal celebrada el 25 de Abril.
Visto el oficio del Señor Gobernador de la Provincia de vcintc clcl
corriente transcrito por el Señor Subgobernador del Distrito en el suyo dcl
veinte y uno y por el cual autoriza a este Ayuntamiento y mayores coiiti-ib~i-yentes
para proceder a la otorgación de la escritura a q ~ t cse rcticrc el act:i de
seis del presente Abril, con la intervención y fiaduría de D. Pedro Matos >,
Matos. Se acordó nombrar y autorizar a los Señores D. Antonio Ramos ), D.
Cristóbal Rodríguez y Ortega Teniente de Alcalde y regidor y D. .luan
Agustín Romero mayor contribuyente, para que en las coiidicioiics y b¿io las
garantías contenidas en los oficios del Scñor Gobernador de la Pro\ incia de
once, y veinte y tres de Mayo y veinte de Abril y en los acucrdos de c4tc
Ayuntamiento y mayores contribuyentes, de nitcve de Febrcro y seis dc Abril
también últimos otorgucn la mencionada escritura, en la cual aparcrca la
cantidad exacta que se presta consistente en ochenta y un mil no\'cciciito\
treinta y siete reales ocho céntimos [X 1.937 reales X cCntimos] y que al cfcc-to
se facilite por Secretaría certificiación en forma de todos los mismos oti-cios
y acuerdos, incluso el presente, debiendo contenerse en la propia certi-ficación
nota detallada y exacta de los libramientos entregados en garaiitin
por D. Antonio Matos y ore no^^.
La sesión municipal celebrada el 7 de Mayo:
la comisión encargada para la celebración del documento a D. Antonio
Matos y Moreno, manifestó haber cumplido con dicho encargo y por ello pide
se le de certificado de los libramientos presentados por Matos que deben depo-sitarse.
Se acordó: que se de a D. Antonio Matos y Moreno el certificado de
los libramientos y se pongan estos en la Depositaría de este Ayuntamiento bajo
recibo que dé Depositaría78.
7QH.M.T. Libros de Actas Municipales. Año 1865.Acta del Pleno. 6-1V- 1865.
77 A.H.M.T. Libros de Actas Municipales. Año 1865. Acta del Pleno. 25-IV-1865
78 A.H.M.T. Libros de Actas Municipales. Año 1865. Acta del Pleno. 7-V-1865.
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~ ~ Jimen~ez Maártel n La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde
Ello permitió la continuación del proyecto sin más demora. De esta mane-ra
transcurrirían los meses. Y el día 6 de Octubre de 1865:
quedó cerrado el último de los siete arcos de que se compone el magnífi-co
puente sobre el barranco de la ciudad de Telde, costeado por el Gobierno,
como parte de las obras nuevas de la carretera de segundo orden de Las
Palmas a Telde. En el momento de colocarse la última piedra de la clave, prin-cipió
un repique de las campanas de la población y el vuelo de multitud de
cohetes acompañado de los acordes de la banda de música de aquellos aficio-nados,
y los entusiastas vivas de la muchedumbre que acudió a aquel sitio, a
S.M. la Reina (q.D.g.) al entendido y laborioso Sr. ingeniero León, director de
los trabajos, y a las demás personas que han contribuido a la ejecución de esa
obra verdaderamente rnon~mental~~.
Aunque en la práctica estaba finalizada, parece ser que aún quedaban algu-nos
trabajos. Por ello se concedió una prórroga de cuatro meses. La real orden
con fecha 5 de Marzo de 1866 aprueba el aumento de la obra por un total de
2.855.075 escudos80. Tras este último esfuerzo económico, en Septiembre de
1866 se autorizó al ingeniero Jefe de la Provincia recibir definitivamente, con
las formalidades de la ley, las obras del puentes'. El 6 de Octubre, por orden
de la Dirección General de Obras Públicas se aprueba el acta de recepción
definitiva de este magnífica obra de ingeniería, quedando su conservación a
cargo del Estado82.
Al cabo de dieciséis años de hallarse organizadas las obras públicas de la
provincia, por fin Gran Canaria contaba con una vía de comunicación. Esta
carretera unía de forma rápida y eficaz las dos poblaciones más importantes y
prósperas de la isla. Esta obra se convirtió en un reto para el Ingeniero Jefe
Juan León y Castillo, que había concebido, trazado, dirigido e inspeccionado.
La perfección, solidez y gusto estético de su labor se observa hoy día en el
recorrido de la misma. La vitalidad de su trabajo sigue vigente, ya que ha per-durado
hasta la actualidad la mayor parte de esta vía. Y que decir del Puente
de los Siete Ojos, convertido con el transcurrir de los años en el verdadero ele-mento
iconográfico de Telde.
79 "Sección local". El País. 13-X-1865.
80 "Crónica general". El Omnibus. 3 1 -X- 1866.
81 "Sección local". El Pais. 11 -1X-1866.
82 "Sección local". El País. 26-X-1866.
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Germán Jiménez Mariel La carre~erad e Lus Pdmus de Gran Cunaria a la ciudad de Tdde
Esta localidad se convirtió gracias a esta carretera en la entrada y salida
del Sur y Este de Gran Canaria. Por ella transitarían toda la producción agrí-cola
de dicha zona y, por consiguiente, el aumento de las transacciones
comerciales y el establecimiento de profesionales con nuevas iniciativas e
ideas. Al tiempo, lograba liberarse de la influencia directa de la capital insu-lar,
ya que al ser el núcleo político y administrativo de la Isla, absorbía con
gran avidez la vitalidad del resto de los pueblos. En efecto, la proximidad a
Las Palmas de Gran Canaria implicaba que los más ricos propietarios de
Telde entregaran en arrendamiento sus haciendas, disfrutando de las rentas
en la ciudad capitalina. Por ello, la población teldense quedó reducida a
colonos sin iniciativa para emprender cambios o reformas.
Su vida, pues, no era vida propia, era una vida prestada, que tomaba
mayor o menor incremento, scgiin le acomodaba a los que desde In capital dis-ponían
soberanamentc de sus recursos. Veíanse grandes y Iicrinosas casas cn
sus calles y plazas, pero estas casas pcrinanecían cerradas la mayor partc dcl
año, dando al pueblo un aspecto sepulcral. [El On~~ibic.2v0. -X- 1860.1
-
La terminación de esta carretcra fortaleció la seguridad de la localidad. Ilc- E
gando incluso a reclamar institucioncs perdidas en cl pasado, como cl Juzg~ido
de Primera Instancia e Instrucción. Y algún territorio surciio exigía para si e1 3
derecho de crear Ayuntamiento, pero eso son otras historia.^. -
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&mátl Jiménez Martel La carretera de Las Palma< de Gran Cutzarra a la ciudad de Telde
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