LA POESIA DE DON AGUSTIN MILLARES CARLO
(PRIMERA PARTE)
ANTONIOH ENR~QUJEIMZ ÉNEZ
Profesor tutor del Centro Asociado de la UNED
Las Palmas
RESUMEN
Don Agustín Millares Carlo fue un eminente filólogo. Pocos conocen, sin
embargo, que su acceso a las Letras y su amor a la palabra deben mucho al
originario cultivo de la poesía, actividad que, con el paso del tiempo, mantendría
sólo ocasionalmente. Nuestro trabajo se ciñe a la revisión y exhumación textual
de esta parcela -casi inédita- del insigne polígrafo.
Intentamos estudiar los poemas que don Agustín publicó en periódicos o
revistas en la época de su juventud (una muy exigua parte fue llevada más
adelante -1970- a la imprenta en forma de un librito, Poemano) y algunas
muestras de lo que escribió posteriormente y aún permanece inédito. Procuraremos
dilucidar los orígenes de este .tipo de producción, su encuadre en el panorama
de la poesía canaria y de la Literatura española en general, su temática y las
formas que emplea, analizando escuetamente los poemas que hemos estimado
más importantes. A esta parte sigue el Corpus poético propiamente dicho; en él,
en primer lugar, se presentan los poemas que hemos podido colectar, con un
aparato crítico mínimo; en segundo lugar, un "relato" de don Agustín sobre su
viaje en barco hasta Cádiz, a su salida de la Isla para estudiar en Madrid.
No es mi intención descubrir ningún Mediterráneo; sólo aspiro a mostrar
una labor -sin duda poco conocida- de don Agustín Millares Carlo, a quien
traté en la última etapa de su vida -como alumno de sus cursos de Paleografía-en
lo que sería el germen del actual "Seminario Millares Carlo" del Centro
Asociado de la UNED de Las Palmas. Me estoy refiriendo al "Centro de
356 ANTONIO HENR~QUEZJ IMÉNEZ
Estudios Filológicos", ubicado entonces en El Museo Canario de Las Palmas. !
traspasado más tarde a la sede regional de la UNED, con el nombre de "Senii-nario
de Filología".
Indagando en esta faceta de su vastísima obra, la poesía, nos encontrarnos
con el ser humano de grandes inquietudes, con el humanista amante de los
libros y de toda obra que signifique progreso huniano, así como con el conocedor
y entusiasta de la antigüedad clásica y de nuestra literatura, con el honibrc
pacífico y consolador, con el familiar o amigo cariñoso y tierno, y también con
el espíritu socarrón y burlón.
Daba la impresión de que, al acabar su carrera en Madrid, Millares Carlo
iba a seguir canalizando su quehacer espiritual en la poesía. Pero no sucedió así
-tal como ocurriría con su hermano Juan o, después, con su sobrino Apstín
Millares Sal1 y algún otro miembro de la familia- ya que si dejó de ser su
actividad central, la siguió cultivando esporádicamente durante toda su vida, a
propósito de algún acontecimiento que le fuera cercano.
Son públicos -no para muchos, es cierto- los cinco poemas reunidos en forma
de folleto: apenas veintinueve páginas, contando las de los dibujos de Jane Millares
Sall. Me refiero a Poemano'. Son poemas que se habían asomado a la lur por pri-mera
vez en el periódico Ecos de Las Palmas, por los años 19 13 y 19 15. y cn una
antología editada en Madrid en 1925'. Menos conocidos son otros poemas publi-cados
en periódicos o revistas de las Islas, de la Península o de América, tanibién
de su juventud. Nosotros presentamos en este trabajo seis de estos textos': y. fi-nalmente,
una serie de poemas conocidos por muchísimas menos personas -pues
se trata de poemas íntimos, para familiares y amigos-, nacidos al calor de un acon-tecimiento
y sin ánimo de obtener mayor publicidad: en total, unos 32. Contando
todos los que hemos podido reunir, suman ya 33 poemas. Pero todavh hay 5 ó
6 que no me ha sido posible encontrar, y de cuya existencia he tenido noticia por
diversas fuentes. Algunos otros deben hallarse aún en poder de amigos o familiares.
Don Agustín no hubiera pasado precisamente a la historia por- este ramillete
de poemas que hoy presentamos; pero es incuestionable que estas 34 composi-ciones
forman parte indisoluble de su amplia y riquísima personalidad.
AMBIENTE E INFLUENCIAS DE JUVENTUD
Decíamos que en su juventud parecía que el joven Agustín Millares se
encaminaba a la Literatura; pero la dedicación total a su carrera e investigación
' Poetnario, edición de Manuel Hernández Suárez, Las Palmas, El Muheo Canario, 1970, Colección
San Borondón. ' JUAND ~AQZU EVEDOEl, Libro de los Poerus. Atirologíu Utiii~erstrdl el Arte dc kr L C C ~ ~MI a~d(rIid,.
Librería Fernando Fe, 1925 .
Cfr. Corpus textual. Segunda parte.
universitarias lo apartó del cultivo intensivo de la creación poética. Éste -el de
la Literatura- no sólo era uno de los caminos abonados por sus antecesores
familiares, que alentaron su vocación creadora, sino de toda una generación de
personalidades canarias, como afirmará Pedro Perdomo Acedo4. Veamos cómo
el mismo don Agustín nos lo cuenta5:
Mis precisiones cronológicas son un tanto confusas y sometidas a rectificación;
pero creo que fue hacia 19 10 ó 19 12 cuando en casa del doctor Luis Millares (la
misma que hoy ocupa el colegio 'Viera y Clavijo', en la calle que lleva el nombre
del mencionado escritor y ciudadano), se desarrollaba una interesante serie de
actividades escénicas. Teatrillo, recopilación de piezas breves, hoy poco menos
que olvidadas, de Luis y Agustín Millares, era el título que ostentaba la reducida
sala, donde subieron a escena, que yo recuerde, obras de Benavente y de los
hermanos Quintero, y donde, acaso por primera vez, sonaron en España los coros
del Parsifal wagneriano, sabiamente dirigidos por tan extraordinario como malo-grado
musicólogo Miguel Benítez Inglott.
Pero don Agustín Millares no abandonaría del todo la poesía. Siguió culti-vándola,
esporádica y privadamente, como hemos dicho. Hasta el final de su
vida solía rimar, con más que cierto gusto y con algún que otro ripio, muchas de
las misivas y notas a familiares, amigos o conocidos. El intentar elaborar un
catálogo exhaustivo de sus composiciones poéticas es poco menos que imposible,
pues éstas se encuentran desperdigadas por muchos lugares.
No será necesario adelantar que al "tono" de buscada perfección estética de
los comienzos sucedió otro de tintes paródicos, con el que acaso quería el autor
remarcar la circunstuncialidud que presidía este quehacer.
Las conferencias, artículos, y libros de don Agustín permiten constatar cómo
cuidaba la expresión, equilibraba los períodos, utilizaba las reglas clásicas de la
retórica, elegía los vocablos adecuados ... Su prosa no tenía, desde luego, la
sequedad que suele exhibirse en la de otros hombres sabios. Su temprana incli-nación
literaria ya está presente en unas viejas hojas de bloc en las que se
conserva el relato de su primer viaje a la Península, en "vapor", como entonces
se decía6.
En su competente monografía sobre don Agustín, José Antonio Moreiro
afirma: "Terminados los estudios universitarios, conoció Millares Carlo una
PEDROPE RDOMAOC EDO," Una generación literaria. Con motivo de la muerte de don Agustín
Millares Cubas", en El Museo Canario, sept.-diciembre de 1935, nos habla de la influencia de los
hermanos Millares sobre sus conterráneos, de su hogar como asilo de las personalidades de relieve
que desfilaron por el archipiélago y lugar de reunión de los mejores espíritus de la tierra, entre los
cuales cita a Luis Doreste Silva, Manuel Macías Casanova, Saulo Torón, Tomás Morales, Alonso
Quesada "y tantos otros, sin contar a los propios familiares" (pp. 1-5).
AGUST~MNI LLARECS ARLO",J osé Franchy y Roca (Datos para una semblanza)", en Rumbos, 1,
N.o 5-6, Telde (Gran Canaria) 1980.
Véase Segunda parte. Corpus B. "Viaje en barco. 1909".
fuerte inclinación a la creación poética. Las composiciones que nos han llegado,
no muy numerosas, se produjeron casi con exclusividad entre 19 15 y 19 17"-. El
ambiente, tanto el familiar como el de sus amigos, animaba a pai-ticipar en la
vida literaria; más exactamente, en la poesía. La ida a Madrid para hacer la
licenciatura (1909- 19 13), y el doctorado (1 9 13- 19 15) puso a don Agustín en
contacto con muchos hombres de letras, unos en plena carrera literaria (a
algunos de éstos ya los conocía por sus visitas a Las Palnias, en la casa de su iío
Luis); otros ya al final de su trayectoria, como sucedería con Pérez Galtlós:
otros que comenzaban su andadura literaria en aquel momento. Entre sus aiiiigos
de entonces contamos, entre otros, a Néstor de la Torre (que luego se firniurá
Claudio), Tomás Morales, Díez-Canedo y Pedro Salinas. Sabemos que se rela-cionó
con casi todos los que después serían llamados los poetas de la GencraciOn
del 27. Existen cartas de Jorge Guillén, García Lorca. etc., en poder de amigos )
familiares de don Agustín. El centro de sus actividades fue el .Ateneo de Madrid.
al que había tenido acceso, nada más llegar a la capital de Espafia, por medio
de su amigo y coterráneo Tomás Morales. Allí oficia de lector de excepcicín del
libro El lino de los sueñosx, de Alonso Quesada y de Las Mo11lr1ri.s L ~ L J Amor". de
Luis Doreste Silva. Citemos solamente, por boca de Doreste, a los amigos que
escucharon la lectura de El Lirlo de los Sueños: "Néstor, Pepe Franchy. Miguel
Sarmiento, Luis Bilbao, Miguel Martín, León Bravo, Juanito Kamírez, Artile~""~.
Este ambiente, rico en reencuentros y forja de nuevas amistades, le impulsa. sin
duda, a manifestarse poéticamente en los medios de coniunicacirín de la época
Pedro Grases, evocando aquella dedicación, nos dirá muq po\leriorrnente que
' JOSÉ ANTONIMO OREIROG ONZÁLEZA,g ustíri Milkirev firlo: (11 hoi~hi-y( , ( y 1 ctrhio. l\l:i\ C':iri,ii-la\.
Viceconsejería de Cultura y Deportes Gobierno dc Canarias, ColecciOn CIavijo y Fajai-do. 5. IOXO.
pág. 88.
%n una carta a sus padres, Fechada en Madrid el 27 de febrero dc lOl5, lo ciient,i dc la
siguiente manera: "Teníarrie muy preocupado la lectura dcl libro de R~ifiiel4 ;iI fin ;iniea)er- ~ i liIíc. 1
paso del modo más airoso l...]n, o obstante el triunfo fue completo. leí primero el priilogo de
Unainuno y me serené completainentc; las poesías según dicen la5 leí de iiiodo in\uper,ihle, pei-iiiít;iacnie
recordarlo vanidoaamente [...], Doreste (a quien Romero debe de cstai- agratlecidíhinici por todo Itl
que ha hecho y porque es el hombre más bueno de la tierra), le tinbrá crivi~ido 67 I.iIw.trl con un
artículo de Juan Gonzáler Olmedilla, en el que ine aludc cariñosaiiientc; t;inihiCn Lo Coi~i-c~\/~iirr~l~~~~(~i~i
ha hablado del libro con gran elogio. La edición es un verdadero priiiioi". r\lon~o C)uc\atl~i. al
enumerar a los amigos, en las palabras que pronuncia en el banquete celebrado cii :.u lionor poi- la
publicación del libro. dirá: "[ ... ] Agustín Millares que supo entrarlo en el alma de todcls", en I.?o~~ik:oo
N.o 78, Las Palmas, 6 de abril de 1915. Recordenioi que Alonso Que\ad;i le dedica ÍI Xlillnre\ el
"Salmo del mar", fechado en 19 15, en Españu, N,<' 52, 20 de enero de 19 16.
LUIS DORESTES ILVAlo recordará en un artículo (El Eco de Ccrirciri(ls, I I de marro de 1070).
comentando la aparición del libro de Bosch Millares, Dolor Nos~trlgio del Pirsrrdo: "1 ...] hlor.iidri.v tlo
Amor nuestras con su balada -historia de familia- ante el viejo violín abuelo, en c,tr;i tarde
inolvidable llevada al Ateneo de Madrid por Agustín Millares Carlo".
'O El Tribuno, Las Palmas, 25 de marzo de 1915.
LA POES~A DE DON AGUST~N MILLARES CARLO 359
Don Agustín sintió la tentación de la poesía y escribió un soneto de reflexión
ante el orbe descompuesto, al que quizá desde el punto de vista de la preceptiva
podríamos encontrarle pelillos y algún endecasílabo que no es del todo perfecto,
pero como manifestación poética es encantador, sobre todo si tomamos en cuenta
la esencia de la sabiduría que poseía don Agustín. Esto prueba que aunque nos
dediquemos a este oficio no nos perjudica ni disminuye la sensibilidad".
Este afán literario no se vio correspondido por la publicación en aquel
entonces de ningún libro de poemas.
CULTIVO DE OTRAS ACTIVIDADES
Ya en 1933, su dedicación a la cátedra y a la investigación le había apartado
del cultivo continuado de la poesía, como recuerda Simón Benítez Padilla en un
homenaje a don Agustín:
[...] nuestro entrafiable amigo, Agustín Millares Carlo, es un sentimental.
Confidencialmente os lo digo, pues no me gusta comprometer la seriedad de un
sabio: recuerdo admirables composiciones que acreditan a Millares como inspirado
poeta. Yo no sé si ha celebrado en un soneto los dulces ojos de Amarilis; pero su
voz se quiebra y tiembla emocionada cuando dice con Menéndez y Pelayo: 'Yo
guardo con amor un viejo libro ...' Basta de indiscreciones tanto más censurables,
cuanto que ignoro si habrá reincidido en estos antiguos pecados poéticos, que por
haber sido cometidos con arte consumado, siempre son dignos de perdón12.
Enrique Díez-Canedo corrobora idéntico parecer, al citar a Agustín Millares
entre los poetas canarios que siguen el ejemplo de Tomás Morales guardándose
"de entrar por la imitación en el terreno que aún conserva huella de sus pies".
Primero nombra a Fernando González "y Agustín Millares, que custodia harto
celosamente los versos que escribe en sus ocios de humanista"; después, a
Alonso Quesada, Saulo Torón, Luis Benítez Inglott, Claudio de la Torre y
Josefina de la Torre1?.
Se diría que, investido ya como profesor universitario de prestigio, latinista,
paleógrafo, bibliógrafo ..., la dedicación a la poesía dejara exhibir un pecado
menor. El mismo don Agustín lo cuenta en carta a su colaborador en El Museo
Canario, Manuel Hernández Suárez. Esto sucedía casi treinta años más tarde,
cuando el profesor don Sebastián de la Nuez Caballero preparaba un artículo
l ' PEDRO GRASES, "Evocación de Agustín Millares Carlo (1893-1980)", en Boletín Millares
Curlo, Laa Palmas, vol. 111, N? 5, 1982.
l 2 El Rridical, Las Palmas, 28 de septiembre de 1933, y Espuna Nueva, Las Palmas, abril de
1934.
l 3 ENRIQUE DÍEz-CANEDO",T omás Morales", en La Pluma (Madrid), núm. 31, diciembre de
1922.
360 ANTONIO HENRIQUEZ JIMÉNEZ
sobre la Generación de los Intelectuales Canarios de principios de siglo, destinado
al número de homenaje a Benítez Padilla, que entonces auspiciaba la revista El
Museo Canario'" dirigida por el propio Millares desde Maracaibo. La carta
tiene fecha de 23 de enero de 1961, y dice, entre otras cosas: "El trabajo de de
la Nuez es muy interesante, por más que en él saque a relucir ciertos pecadillos
poéticos míos, que tenía ya olvidados; pero ... el que la hace, la paga. Hoy le
escribo agradeciéndole el envío y las benévolas alusiones".
A propósito del mismo trabajo del profesor de la Nuez, reiterará por carta
(12 de febrero de 1961) a su sobrino y colaborador Agustín Millares Sall: "[ ...] y
en él saca a relucir ciertos pecadillos poéticos de tu provecto tío, que éste ya
tenía olvidados, y que le cubren el rostro del más vivo rubor".
Al preparar el profesor Lino Vaz Araujo la bibliografía de don Agustín, con
ocasión de su nombramiento de doctor honoris causats por la Universidad del
Zulia (LUZ) en el año 1966, éste acude a Manuel Hernández Suirez en demanda
de noticias sobre todo lo escrito por y sobre don Agustín. En carta fechada el 4
de enero de 1967 le dice:
Quisiera me indicase también si tiene pensado reunir todas las pocsías que
don Agustín Millares publicó, y que serían muy interesantes. Por converxaciones
que sostuve con Millares, deduje que, a pesar de su primera negativa, no le
desagradaría verlas publicadas. De modo que siga Vd. con ese proyecto 5 comu-níqueme
cualquier decisión que haya tomado al respecto.
El 8 de febrero de 1968 Vaz Araujo le escribe de nuevo, comunicándole lo
siguiente:
Millares sigue decidido con la publicación de su Pomtrr-io por parte de Vd.
Me encarga le diga que una poesía publicada, creo, en el último núnicro de l.di y
atribuida a su tío Luis, es propia de Don Agustín. Consúltele e\to con detalle Vd.;
pero se lo advierto porque el otro día me lo sugirió.
Más tarde, cuando ya Manuel Hernández Suárez decide -con la ayuda,
parece ser, de Isidro Miranda Millares- publicar en Poeniurio cinco de los
poemas de juventud de don Agustín, éste le dice a su original editor en una
carta con fecha de 1 de marzo de 1968: "De mis versos puede hacer lo que
mejor le parezca". El 30 de noviembre del año siguiente (1969), le escribe al
mismo: "Recibí a su tiempo las composiciones poéticas que usted se propone
publicar. Las he releído con el consiguiente rubor, y procedo a corregir algunos
versos duros o prosaicos, a fin de que esas poesías sean siquiera pasables".
Y en otra carta, ésta del 6 de diciembre de 1969: "Querido Manolo: Acabo
'"EBASTIÁN DE LA NUEZC ABALLER"LOa, generación de los intelectuak!~c anarios", en Mimo
Canario, año XXI, enero-diciembre de 1960, Las Palmas, pp. 77- 107.
" LINOV AZ ARAUJOAg, ustín Millur-es Curlo. Testin~otliosp riru urlu bihliogrtrfíci, Marncaiho. I> i-rección
de Cultura de LUZ, 1968.
de recibir su carta, y le devuelvo los poemas con algunas enmiendas que los
hacen menos perversos. Parece obligada una nota preliminar explicando la
fecha en que fueron perpetrados. En fin, usted sabe lo que conviene, y yo
agradecidísimo a tanta bondad".
El resultado, o sea el librito, no fue del entero agrado de don Agustín, según
confesiones a amigos y familiares, a causa principalmente de las erratas apare-cidas,
como queda contrastado en nuestra edición.
Digamos de pasada que el origen de Poemario no es otro que el citado
artículo de Sebastián de la Nuez -y del cual volveremos a hablar más adelante-y
el interés del profesor Vaz Araujo en la bibliografía de don Agustín.
Desde la distancia temporal, don Agustín se avergonzaba un poco de estos
poemas y hace una especie de palinodia con la corrección efectuada, como
quitándole fuerza a aquellos "pecadillos" de juventud. La razón de por qué se
publicaron sólo cinco poemas es aún para nosotros un misterio, mientras no
logremos ver los papeles preparatorios de Manuel Hernández Suárez referentes
a esta edición. Podemos conjeturar que el editor sólo eligió cinco, como muestra
suficientemente representativa de una actividad, y que excluyó poemas -no
desmerecedores- de la misma época, como "Canto a la esperanza", "La paz",
"Diálogo de la tristeza" y "El dolor de quererte sin consuelo", entre otros.
Hagamos notar, por otra parte, que entre los obviados se encuentran algunos de
los más íntimos y líricos de Millaresi6. Otra versión de los hechos nos llevaría a
pensar que el profesor de la Nuez o Manuel Hemández no tuvieran conocimiento
de la existencia de estos otros poemas, cosa que nos parece poco probable;
aunque en el artículo del homenaje a Benítez Padilla, al referirse Sebastián de la
Nuez al lugar de publicación de los poemas de Millares, cita "el semanario
España, donde publicó algunas poesías, y antes en la revista Castalia, de Tenerife".
La verdad es que, anterior y más frecuentemente, lo había hecho en Ecos.
"Todo ecuanimidad", publicado en España el 28 de diciembre de 1916, había
originariamente aparecido en Ecos el 28 de agosto de 1915; "Un viejo libro",
publicado en Castalia el 23 de enero de 19 17, había sido previamente divulgado
en Ecos el 1 1 de septiembre de 19 15.
Llegados a este pundo, trataremos de ubicar la poesía Millares Carlo crono-lógicamente,
con la revisión de sucesivos encuadramientos.
La primera reseña crítica extensa que encontramos sobre su obra poética
A alguno de ellos se le había criticado cierto defecto -"alguna que otra torpeza de orden
técnico3'- al publicarse como perteneciente a su tío Luis. Nos referimos al poema "A la paz",
incluido por Ventura Doreste en una antología de Luis Millares.
362 ANTONIO HENR~QUEZJ IMÉNEZ
está firmada por León Bravo de Laguna1', totalmente encomiástica. El artículo
está fechado en Madrid el 12 de marzo de 19 16. El autor confiesa que no se
siente capacitado para pronunciarse críticamente sobre la poesía de Agustín, y
por eso "recoge la impresión emocional, la emotividad de su poesía en su
variedad"; pondera su sencilla personalidad, a la vez amigable y llena de talento;
hace alusión a las orígenes clásicos de que se nutre su poesía y cita a Hornero.
Virgilio, Ovidio y Horacio como sus fuentes nutricias. No la encaja en ninguna
tendencia estética, ("sin afiliación ni influencia dominante"). "Su poesía" --afir-ma-
"tiene cierto sabor clásico como la de aquellos humanistas del Kenaci-miento".
Los poemas que cita y sobre los cuales da su opinión son los siguientes:
"Elogio de la vida campesina", "Todo ecuaniniidad" (que transcribe entero. sin
indicar su título), "Reposo" (dedicado a Luis Doreste Silva y que no hemos
podido encontrar) y "Canto a la esperanza". Después de indicar la característica
de clasicidad, otras facetas de su obra poética reseñadas son: lírico sentimcnta-lismo,
espíritu que lucha y duda, tenazmente ansiando descubrir en vano la
verdad, personalidad reflexiva y consciente, inquietud, ternura de cora~cínd. ulce
optimismo que nace del escepticismo, amor pagano por la naturalem, filosofía
amable, sana y optimista, profesión de un misticismo religioso a los dioses
paganos ... Al hacer referencia a la forma, habla de hermosas imágenes, "no
encadena su pensamiento en los estrecl-ios moldes de una preceptiva tr pr-ior-i, y
cultiva musicalmente el ritmo de los consonantes, mostrando mayor predilección
por el verso asonantado, que en su mano sale pulido con galanura \, severa
elegancia". Hace votos porque publique en libro su producci0n poktica. Da a
entender el enamoramiento del poeta y acaba insertindolo "junto a los que hoj
tienen representación poética en nuestra patria con Galdós, Toniis Morales.
Alonso Quesada, Luis Doreste ..."
El poeta tinerfeño Manuel Verdugo, por esta época, consideraba la poesía
de Agustín Millares con la categoría suficiente como para aparecer en una
proyectada antología de la Poesía Canaria, que se titularía Amlogí<l de Porrcu
Canarios Contemporzlneos y que jamás llegó a materializar~e~~.
Un poco antes, en 19 15 '" el periódico Ecos, al comunicar un logro universi-tario
de Millares, lo llama "el poeta" y le augura que "será un gran poeta". En
l 7 LEÓN BRAVOD E LAGUNA"U, n alba de oro", en Ditrrio t k L.</.\ Ptilrnri.~,L a\ Palriia\. 2 2 de
marzo de 19 16.
Costcrlicl, 11, Santa Cruz de Tcnerife, 14 de enero dc 19 17. Se irat'i dc iiri uii~iiii~itloc. I,i rc\i\ta
Entre los autores que entrarían en dicha antología están: "Rafael Roiiicro, .... l.uis I)ore\tc. Doiiiiiigo
Rivero, Saulo Torón, Néstor de la Torre. ..., Agustín Millares Carló". '' Ecos, Las Palmas, 30 de octubre de 1915: "Agtistín Millares, el rspiriiunl y cl erudito".
Después de dar la noticia del acuerdo de la ünivcriidad Ccniral de nonibi-ar a hlillarcs aiixiliai-interino
de la Sección de Letras, dice: "Estas nuevas espléndidas llegan a nosotros, lo\ .iniigo\ cierno\
de Agustín Millares, el preferido espíritu, cl poeta, el sabio. ¡Tres cosas hoiiorablea que a lo\ veinte
años, lector, anuncian ya una vida futura nutrida de inniensidades internas! ... Será un gran poeta: su
cabeza se llenará de secretos profundos mañana, niuy pronto; y entonccs \c cxtcridcrá todo. corartin y
cabeza sobre la universalidad de las cosas".
LA POES~A DE DON AGUST~N MILLARES CARLO 363
el mismo periódico, Néstor de la Torre20 dice: "Yo confieso desde ahora que le
admiro mucho más como poeta que como erudito. Agustín, también, cree algo
por el estilo. Me lo dijo una noche que nos acostamos sin comer".
Con más perspectiva histórica, Sebastián de la Nuez se encargó, como
hemos visto ya, de encuadrar a nuestro poeta en la por él llamada "Generación
de Intelectuales Canarios", en el segundo grupo en que divide a tal generación;
hace hincapié en que, si bien el joven Agustín se dedicó a la poesía, este camino
lo abandonó llamado por las urgencias de su profesión y de la investigación,
resaltando su aportación al estudio de la literatura canaria con su Biobibliografia
de escritores naturales de las Islas Canarias, al incluirlo también entre "los
prosistas, creadores y ensayistas".
Veamos las ideas fundamentales de este artículo. Su autor ve necesario
estudiar aquella generación dividiéndola en dos grupos: a) el formado por Fer-nando
González y Montiano Placeres, "que siguen la línea de Antonio Machado
con un acento de influencia de sus temas, entroncados, por otra parte con
Tomás Morales"; y b) el formado por Luis Benítez Inglott, Claudio de la Torre,
Pedro Perdomo, Félix Delgado "y otros, que podríamos comprender en esa
'transición entre el modernismo al ultraísmo' en la que Federico de Onís incluye
a Moreno Villa, J. J. Domenchina, M. Bacarisse, A. Espina y León Felipe, que
dan a la luz sus libros por esta época. A éstos habría que añadir algunos
nombres de creadores, ensayistas y críticos como José Miranda Guerra, Agustín
Millares, Simón Benítez Padilla, Pedro Cullen del Castillo, Manuel Socorro,
etc., que nos dan muestras de sus actividades en la prensa, en el libro y en la
cátedra".
Los momentos de vida colectiva de este grupo de escritores pasan por varias
fases. La primera, entre 1909-1910, con la casa de don Luis Millares como
lugar de encuentro, "no sólo con un ambiente adecuado para desahogar sus
' ' ' lincos ensueños', sino con los ilustres visitantes que por ella pasaban7': Unamuno,
Salvador Rueda, Tomás Morales, Macías Casanova y Alonso Quesada, entre
otros.
La segunda fase, desde 1915, coincide con el comienzo de sus publicaciones
y manifestaciones por medio de un periódico propio, Ecos, en el cual "aparecen
versos, artículos, críticas, ensayos y hasta folletines". La duración del periódico
será de dos años solamente (1915-1917) y en él publican Tomás Morales,
Alonso Quesada, Saulo Torón, Luis Doreste, Fernando González, Agustín Millares.
"Otros poetas jóvenes van apareciendo, aunque luego sus vocaciones llevarán a
algunos por otros caminos, como a Agustín Millares Carlo". A continuación, de
la Nuez cita los poemas que publica Millares en Ecos. La lista de estos poetas
continúa con Claudio de la Torre -Néstor por entonces- y con Luis Benítez
Inglott. Los prosistas que publican en el periódico son: los hermanos Millares,
Jordé, Fray Lesco, Rafael Mesa, Pedro Perdomo Acedo y Manuel Macías Casa-
'' Ecos, "Desde Madrid. Entreactos", Las Palmas, 15 de noviembre de 1916
364 ANTONIO HENR~QUEZJ IMÉNEZ
nova, y los poetas de Tenerife, Manuel Verdugo y Hernández Amador. Entre los
escritores no isleños que colaboran en Ecos, menciona a los poetas niodernistas
y a otros de diversas tendencias: Villaespesa, Darío, Juan Ranión Jiménez.
Manuel Machado, Santos Chocano, Antonio Machado, Fernando Fortún, Mar-quina,
Nervo, Unamuno, Carmen de Burgos (Colombine), Díez-Canedo, Lugones,
Miró, Carrere, Pérez de Ayala y Fernández Ardavín.
La tercera fase es la de contactos, personales o por revistas, con otros
círculos fuera de la ciudad y de la Isla: con los poetas de Tenerife congregados
en torno a la revista Castalia, en la que colaboran Morales, Torón, Quesada,
Millares, Claudio de la Torre ...
La cuarta fase es la de la relación con las revistas y periódicos de la
Península y de América: La Lectura, Revistu Lcltina, Revistu Críticu. Su irrupción
en la prensa peninsular será desde 19 15, en El Imparcial, El Hemldo, El Pzwblo,
La Pluma, España, Nosotros.
Al final del artículo nos presenta a Agustín Millares Carlo, Josefina de la
Torre y Juan Millares Carlo como insertos, por sus tendencias, en el segundo
grupo estudiado.
Caracteriza de la Nuez la poesía de Millares como clásica en su juventud,
para ir luego evolucionando "hacia formas más modernas, del vanguardismo
que empezaba a traslucirse en el semanario España", donde publicó algunas
poesías, y antes en la revista Castalia, de Tenerife, como la titulada 'Un viejo
libro', donde ya se notan las inclinaciones del que pronto ha de abandonar la
poesía por la investigación literaria". De nuevo cita a don Agustín, al hablar de
"los prosistas, creadores y ensayistas", junto a Montiano Placeres, Claudio de la
Torre, Pedro Cullen, Manuel Socorro, José Miranda Guerra, Juan Rosch Millares,
Simón Benítez y Juan Rodríguez Doreste. De Agustín Millares dicc que "se
reveló como uno de los mejores conocedores de nuestra literatura insular en su
Biobibliografía de escritores naturales de las Islas Cunurius (hasta el siglo xviii)".
El profesor y crítico Jorge Rodríguez Padrón" (al hacer referencia a los
fundamentales trabajos de Valbuena Prat sobre la poesía canaria??, para la que
fija cuatro rasgos: aislamiento, cosmopolitismo, intimidad y sentimiento del
mar), considera a Domingo Rivero, Luis Doreste, Juliári Torón (los precursores,
según Valbuena) como verdaderamente integrados en la trayectoria de la moderna
poesía insular. Luego vendrá el momento central del rnodernisrno en Canarias,
con Tomás Morales, Rafael Romero y Saulo Torón, que se sirven de la poesía
para manifestar su rechazo a la mezquindad del entorno. En Tenerife se da un
intento de incorporación al modernismo con Luis Rodríguez Figueroa y Francisco
Izquierdo. Habla luego de la prosa, donde destacan los hermanos Millares.
*' "Ochenta años de literatura. 1900-1980", en la obra colectiva Curiuriu.\ .siglo xx, Las Palmah.
Edirca, ,i983.
2 2 ANGELV ALBUENPAR ATA, ígunos aspectos de lu ~nodernup oesíci ccinu17(1S, anta Cruz de Tenerife.
1926, e Historia de la Poesía Canaria, Barcelona, t. 1, 1937.
LA POES~AD E DON AGUSTIN MILLARES CARLO 3 65
Miguel Sarmiento, Alonso Quesada, Benito Pérez Armas, José Betancor (Ángel
Guerra). El exponente más destacado de la prosa modernista es encontrado en
el periodismo, con Francisco González Díaz, José Suárez León (Jordé), Domingo
Doreste (Fray Lesco), Montiano Placeres, a quienes vemos colaborando en la
revista Florilegio; en Tenerife tenemos a Leoncio Rodríguez, Víctor Zurita y la
revista Castalia. Habla de las revistas en las que se manifiestan (Florilegio y
Castalia) y de la labor del periódico Ecos, citando a los colaboradores de ambos
tipos de publicación. Agustín Millares es nombrado al hablar de Castalia y Ecos.
Al historiar el ensayo y la crítica, también cita "en lugar preferente" a don
Agustín, "cuya obra no sólo adquiere importancia por su amplitud y variedad,
sino que se instala por derecho propio entre las más significativas de la investi-gación
histórica y bibliográfica de todo el ámbito de la lengua española".
Resalta también la publicación de la Biobibliografia de Escritores Canarios y cita
también otras obras ensayísticas de Millares.
Joaquín Artiles e Ignacio Quintana2j integran a don Agustín en el capítulo
dedicado a la prosa en el siglo xx, entre los historiadores y eruditos. Acaban la
reseña de sus obras citando la aparición de Poemario, sin señalar ninguna
característica de su poesía.
Con ocasión de la aparición de Poemario salieron en la prensa y en revistas
especializadas varias críticas, todas laudatorias, sobre el librito. Espigaremos
algunas de ellas. Así, el poeta Carlos Murciano2"abla de la obra como com-plemento
de su vastísima labor intelectual y califica los poemas como "de
estirpe clásica [...] reveladores de la serenidad y el buen hacer propios de su
autor". Pasa luego a hablar del mundo interior y el afán de paz como caracte-rísticas
resaltables de la obra.
En febrero del mismo año (1971), José Quintana le dedica parte de un
artículo25 nombrándolo como "aquel joven de principios de siglo, que hacía
versos con la mayor seriedad, sin darle a su inquietud mayor importancia" y
que "derramó en las páginas de periódicos y revistas poemas diversos llenos de
un sabor clásico del mundo latino, pero sin olvidar la condición agónica del
hombre de su tiempo, que nos llega con sorpresa, penetrando la sensibilidad de
la poesía actual". Califica su poesía como tocada por una impronta lírica e
intimista.
Ventura DoresteZ6r ecuerda que don Agustín cultivó en su juventud la poesía.
Lo califica de "delicado poeta", pero dice abiertamente que sus versos de
juventud "son versos propios de un erudito; vienen a ser, con respecto a su obra
" JOAQUIANR TILEeS IGNACIQOU INTANHAi,s toria de la Literatura Canuriu, Las Palmas, Exma.
Mancomunidad de Cabildos, Plan Cultural, 1978.
24 CARLOMS URCIAN"OP,o emario de Agustín Millares Carlo", en Poesía Española, abril de 197 1.
25 JOSE QUINTAN"AC,o ntribución a la joven poesía de las Islas III", en El Eco de Canarius, Las
Palmas, 14 de febrero de 1971.
26 VENTURDAO RESTE",A gustín Millares Carlo (1893-1980)", en El Día, Santa Cruz de Tenerife,
3 de agosto de 1980.
mayor, lo que los versos de Menéndez Pelayo a la suya". No le hicieron mella
ni "el preponderante modernismo, ni mucho menos las incipientes escuelas de
vanguardia". Poco después al comentar el poema "Un viejo libro" rectifica en
parte lo dicho, al admitir que formalmente estos versos son modernistas y con
un influjo directo de alguna composición de Tomás Morales. Continúa calificando
su poesía de "tersa, reflexiva, de clásico sabor".
Ya vimos anteriormente la opinión que le merecía a Pedro Grases la dedica-ción
de don Agustín a la poesía, al hablarnos de la sensibilidad y sabiduría que
ésta transparenta, aunque formalmente tenga algunos fallos.
Víctor Morales Lezcano en un artículo de 1984" habla de don Agubtín
como miembro de "una generación perdida", siguiendo los términos que emplea
el profesor Juan Marichal, "inserto en el corazón de aquellos destacados pensa-dores,
médicos, filólogos y ensayistas que nutrieran la generación del 14, así
llamada por haber hecho casi todos sus mienibros acto notorio de presencia
profesional alrededor de aquella simbólica fecha". Don Agustín se encontraría
entre "la legión más 'técnica' de aquella generación del 14: Sánchez Albornoz,
Carande, Américo Castro, Sáinz Rodríguez ..."
Por nuestra parte, observaremos que la poesía de Millares Carlo no sigue
totalmente la tendencia inachadiana -a la que primeramente la adscribía Se-bastián
de la Nuez- ni la de la transición del modernismo al ultraísmo, sino,
más bien, aquella tendencia modernista de "abolengo latino" que Enrique Díez-
Canedo detectaba en la poesía de Tomás Morales'" aserto que en alguna
medida comparte el profesor Sebastián de la Nuez Caballero".
TEMAS Y ASPECTOS FORMALES
Los temas que abarca la poesía de don Agustín en los poemas de su juventud,
sobre todo, no nos permiten encuadrarlo en seguidor de ninguna escuela o
grupo poético canario. Por lo demás su vida transcurre en el Madrid de la
época, en cuya efervescencia participa activamente. También algunos de sus
coterráneos lo hacen. Sus conteniporáneos canarios tienen, por lo común, otras
miras poéticas distintas a las suyas. En su obra no se rastrean todas las caracte-rísticas
temáticas apuntadas por Valbuena Prat en la poesía moderna de las
Islas Canarias: ni el tema del mar, ni el aislamiento, ni el cosn~opolitismo. En
sus comunicaciones epistolares, el tema de la nostalgia de la tierra es constante.
sobre todo a partir del exilio y en la carta en verso que enviará a su sobrina
'' VÍCTOR MORALELS EZCANO'',V arios recuerdos de D. Agustin Millares Carlu y un tzstiirionio
directo de D. Pedro Sáinr Rodríguez", en Guc.etci de C~rtlciric~1s1,, N,'8>, Santa Crw clc Teiierile. 1084. '' ENRIQUED ÍEz-CANEDOp,r ólogo a la l:~e dición de Ltrs Roscrs (11. Hc;r.c.~~lLe\i.b ro 1, hladrid.
Librerí~P ueyo, 1922. " SEBASTIÁNDE LA NUEZC ABALLERTOo,r ncís Morcili~s.S u vitki, .M liertrpo y S I o / > i -1L~.a h g ~ i i i a
(Tenerife), Secretariado de Publicaciones, 1956, t. 11. p. 102.
LA POES~A DE DON AGUSTIN MILLARES CARLO 367
Angelina desde México, "Sueño de un pescador de caña", de 1955. Sí está
presente en su poesía la intimidad en varios poemas, como en "Todo
ecuanimidad", "Un viejo libro", "Elogio de la vida campesina7', "Brazos hechos
versos", "Diálogo de la tristeza". Podemos resumir diciendo que es una poesía
intemporal de raigambre y entonación clásicas, alimentada sobre todo por sus
preocupaciones profesorales e investigadora^'^. No del mismo modo que haría
Menéndez Pelayo, sino con unos tintes más personales e íntimos. Se podría
decir que la poesía de Millares respira en primera persona, o que esa primera
persona --aunque a veces pueda parecer un efecto retórico- se encuentra
siempre en actidud dialógica, haciendo referencia a una segunda persona. Incluso
un poema lleva en el título la palabra "diálogo": "Diálogo de la tristeza". La
tercera persona está ahí presente para servir de testigo al diálogo yo-tú. Esta
poesía es, en resumen, trasunto de sus vivencias.
El tema amoroso aparece en sus poemas desde un ángulo intelectual e "7
D
introspectivo, agónico, de duda metafísica mezclada con el ansia de conseguir E
el equilibrio; aunque también encontramos ese amor universal por todos los O n
seres, por el hombre en general y por la naturaleza. -- m
O
La universalidad de sus temas, en contraste con la mayoría de sus compañeros E
E
de generación -si seguimos la nomenclatura del profesor Sebastián de la Nuez-, S
E
se puede rastrear con sólo enunciar los títulos de sus poemas: "El acero", -
"Canto a la esperanza", "A la paz", "Diálogo de la tristeza", "Todo ecuanimi- 3
dad" ... Incluso aquellos cuyos títulos y contenidos son más concretos se elevan -- 0
por encima de esa misma realidad, como sucede con "Un viejo libro" o con m
E
"Elogio de la vida campesina". O
Alguno de sus contemporáneos ya hizo notar los ribetes filosóficos de su
n
poesía. Recordemos que Néstor de la Torre le dedica un poema titulado "El -E
último filósofo" 3 ' .
a
2
Los demás poemas que presentamos son poemas de ocasión, de circunstancias, n
elaborados con prisa y desprovistos de lima. No están exentos de fallos de n
medida y rima. En ellos se nos muestra un don Agustín burlón, lleno de humor O3
y simpatía.
Desde el punto de vista formal, sí está su poesía más de acuerdo con los
modernistas, ya que emplea sus metros y estrofas. Predomina el arte mayor:
endecasílabos, alejandrinos y otros. Usa la mayoría de las veces la silva, con
mezcla de metros; no falta un soneto en alejandrinos. Utiliza las rimas consonantes
y las asonantes; también el verso libre sin rima y, en ocasiones, resulta evocada
la cadencia de los metros latinos.
Recapitularemos diciendo que, en general, su temática está expresada en
una forma en cierto modo pulcra, distanciada, equilibrada, de orientación a "lo
" Recuérdese (nota 26) lo que afirmaba Ventura Doreste al respecto.
3 1 NÉSTORD E LA TORREM ILLARES''E, l último filósofo", en Custulia 11, Santa Cruz de Tenerife,
14 de enero de 1917.
apolíneo", lo clásico, lo sereno2:, según expresaba Eugenio D'Ors al hablar del
Novecentismo, al que Agustín Millares Carlo pertenece por edad y sintonía de
actitudes estéticas, políticas e intelectuales.
Pasamos ahora a analizar con más detenimiento sus poemas, sin ahorrarnos
noticia sobre la fuente manuscrita y publicación de los mismos.
1) "El acero", Ecos, Lus Palmas, 31 de julio de 1915.
-- , en Poemano, 1970.
-- , El Día, Santa Cruz de Tenerife, 25 de septiembre de 197 1 .
En La Casona de Tudanca, donde están la biblioteca y los archivos de don
José María de Cossío, se conserva una versión (Man~iscritoC ossío) que nos ha
sido proporcionada por el director de la institución cántabra, don Rafxl Gcíriiez.
En ella se puede leer, también manuscrito, lo siguiente: "Ag~istín Millares Carlo
transcribe -1969- un poema -pecado de juventud- (1915) con destino id
Cancionero manuscrito de su entrañable y admirado José María de Cossío".
"El acero" es una especie de apóstrofe a aquel metal. En él el poeta manifiesta
el ansia de paz. (No olvidemos que nos encontramos en plena guerra europea.)
Predomina la segunda persona gramatical. En un segundo plano está la descrip-ción
de una naturaleza idílica, bucólica y la concepción del hombre con capacidad
de ejercer acciones contrapuestas: el bien y el n-ial. El poema posee ecos del
poeta latino Tibulo (Elegías, I, X).
Es una silva compuesta en versos endecasílabos con cinco heptasílabos en
su segunda parte. Su escasa rima es consonante y asonante en la primera parte
(5 versos, 2 en éro, 1 en éo, 2 en ku); en la segunda parte es asonante (6 versos
en ía).
2) "Todo ecuanimidad", Ecos, Las Palmas, 20 de agosto de 19 15.
-- , en "Un alba de oro", de León Bravo de Laguna, Dia,lo ti. Lus
Pulmus, Las Palmas, 22 de marzo de 19 16.
-- , España, núm. 1 0 1, Madrid, 1 8 de diciembre de 19 16.
-- , en Poemario, 1970.
Es un diálogo, muy cerebral, entre el poeta y la amada, y en el que se
plantea la posibilidad de la comunicación total entre dos w e \ , 4 lucha por
lograr el equilibrio. Predominan la primera y la segunda p e r ~ n a 4 S. e trata de
" Nótese que estamos utilizando loa términos de Eugcnio D'Ors y de otro\ críticos que ccirnponían
el ambiente de la revista madrileña Espuki, 19 16- 1923, en la que, por cierto, particip6 Millare\.
como hemos visto. O términos manejados por Cansinos-Aséns cn L<r Nlrmr Lirwirrctn~M. adrid Ic) 16.
otra silva de versos endecasílabos, heptasílabos y alejandrinos; alguno de 12 y
13 sílabas. Predominan los endecasílabos. La rima es escasa y asonante (2
versos en áe, 4 en éo, 3 en óo, y 2 en 4.
En el artículo de León Bravo de Laguna, en el cual se transcribe este poema,
el crítico habla además de un poema de don Agustín dedicado a Luis Doreste
Silva y titulado "Reposo". Este poema no ha podido ser encontrado.
3) "Un viejo libro", Ecos, Las Palmas, 1 1 de septiembre de 19 15.
-- , Castalia, Santa Cruz de Tenerife, 23 de enero de 19 17.
-- , Millares, Las Palmas, octubre-diciembre de 1964.
-- , en Poemario, 1970.
Nos muestra su amor por los libros, la base de toda su carrera y fama
posterior. Parece un eco del poema de Menéndez Pelayo: "Yo guardo con amor
un viejo libro..."33.E xiste otro eco en este poema y es el del célebre soneto "Yo,
a mi cuerpo" del destinatario, Domingo Rivero: ''¿Por qué no te he de amar,
cuerpo en que vivo?" Las personas gramaticales que aparecen son la tercera,
pero también la primera y la segunda. Nos narra el encuentro con un viejo libro
latino al que describe. Al descubrir el nombre de su propietario, "Fray Juan,
siervo de Dios", imagina su vida, interpelándonos a los lectores del poema
("¿No imagináis...?" "¿No pensáis ..." "No le veis...?"). Pasa de nuevo a la 1.a
persona en la 5.a estrofa, para en la siguiente interpelar al mismo Fray Juan
(''¿Qué será de tu cuerpo? ..." ). Aparece también el mundo clásico: Virgilio,
Lesbia, Corina, Venus, ...
Una experiencia semejante a la que suscitó el poema la encontramos en un
artículo34 de 1917. Allí será el encuentro con un libro viejo en el que lee unas
palabras de Juvenal, "subrayadas con tinta amarilla" por su antiguo propietario,
que le penetraron muy hondo. El artículo defiende las tesis de Pierre Loti en El
libro de la piedad y la muerte, que acaba de leer: el deseo de inmortalidad del
hombre, de perpet~ar seE~m~.p lea ocho serventesios endecasílabos.
Tanto la métrica como otros rasgos acercan este poema al VI de "Vacaciones
sentimentales", dedicado a Fernando Fortún, de Tomás Morales en Las Rosas
de Hércules. Allí aparece la lectura de un libro y el intentar asir el alma de su
33 MARCELINMOE NÉNDEPZE LAYOO, bras completas. Poesías 1. Estudios Poéticos, "Epístola a
Horacio", C.S.I.C., Madrid, 1955. Don Agustín lo recordará en la conferencia "Menéndez y Pelayo y
sus estudios literarios", patrocinada por el Centro Montañés de Buenos Aires y dictada el 20 de mayo
de 1924: "Menéndez y Pelayo, que leía a Horacio en aquel libro viejo, de mal papel y tipos
revesados, cubierto de rugoso pergamino, por él descripto al comienzo de su famosa oda al poeta de
Venusa, le consagró desde 1877, primero en artículos sueltos y luego en un volumen que logró dos
ediciones", su Horacio en España, que el tituló modestamente "solaces bibliográficos ..." (en Anales de
la Institución Cultural Española, Buenos Aires, 1948).
AGUSTIMN ILLARECSA RLO",D OSc onceptos", en La Crónica, Las Palmas, 20 de julio de 1917.
35 Por cierto, don Agustín tradujo esta obra al castellano en 1923, Madrid, Sucesores de Rivade-neyra
(Biblioteca Nueva).
370 ANTONIO HENRIQUEZ JIMÉNEZ
autor, o la pregunta "¿No has sentido una noche ... ?", o también los "pétalos" y
la "dulzura del crepúsculo ... de muebles silenciosos", que en Millares son la
"flor" y "la tarde silente".
4) "Elogio de la vida campesina", Ecos, Las Palmas, 24 de diciembre de
1915.
-- , El Día, Santa Cruz de Tenerife, 25 de septiembre de 197 1 .
-- , en Poemano, 1970.
En el llamado por nosotros Manuscrito Cossío se conserva una versión de
este poema con una lira de más y otras variantes. El texto, en principio, fue
dedicado a este amigo ateneísta. Millares lo había enviado al mismo, en carta
fechada el 27 de noviembre de 1915 y en agradecimiento a "la espléndida
epístola" que Cossío le había dirigido, posteriormente recogida en Epi~to1tr.c
para amigos, Valladolid, 1920, con el título de "A Agustín Millares, docto
humanista". Millares le decía: "Para responder, aunque no dignamente, a tu
recuerdo, he escrito eso que va a continuación" y sigue el poema.
Con su título y la leyenda colocada debajo del destinatario, "A Tomás
Morales, a la manera de fray Luis de León", nos habla de nuevo del ansia de
paz. También aparece, otra vez, el tema rústico y bucólico, derivado del horaciano
beatus ille (Oda 11). Del mismo modo están presentes la segunda y la primera
personas, quedando la tercera para la descripción de la naturaleza. Se trata de
dieciséis liras36.
5) "Canto a la esperanza", Diurio de úu Pulnms, Las Palmas. 18 de enero
de 1916.
Consta de cincuenta y ocho versos. Está formado por una serie de pareados
alejandrinos, con rima consonante. Lo acaba cruzando las rimas en los últimos
cuatro versos, formando un serventesio de alejandrinos: AA-HB- ... YZYZ. El
tema es el de la consolación a un ser querido, dándole ánimos y esperanzas,
también dentro de la temática del niundo clásico. Las personas gramaticales
predominantes son la segunda del plural y la primera del singular. También está
la tercera. Podemos decir que el tema pasa por todas las personas en una serie
de idas y venidas. La segunda persona del plural aparece en la priniera parte del
poema: pasa luego a la primera del singular; de nuevo a la segunda del plural y
acaba en segunda persona del singular. La consolación no es, pues, sólo "para
mi hermano Carlos", sino para todos los hombres.
36 En 1924, en Buenos Aires, don Agustín dirige el Seminario de Letras de I;i F;iciili:id (!e
Humanidades de la Universidad de La Plata, en el que se estudiaron algunos aspecto> de la ohr;i de
Fray Luis de León. Más tarde en 1947 publicará unas Poesíns rsc-ogitltrs de Fray I.uis, en Riléxico.
(Secretaría de Educación Popular).
6) "A la paz", Ecos, Las Palmas, 16 de septiembre de 19 16.
-- , Diario de Las Palmas, Las Palmas, 15 de septiembre de 19 16.
-- , Isla, Las Palmas, 1966.
Como indica su nombre, es un canto a la paz, a la cual personifica. Recor-demos
de nuevo la fecha de su composición (1916), en plena guerra europea.
En este poema narrativo predomina la tercera persona; pero está presente la
segunda del singular en la segunda parte, sobre todo al poner a dialogar elementos
de la naturaleza, pasando imperceptiblemente a la segunda persona del plural,
al "vosotros7'. Como fondo, de nuevo otra vez, la descripción de la naturaleza
en tercera persona, el bucolismo que ya hemos percibido en otros poemas, y las
referencias clásicas, desde el dístico elegíaco del poeta Tibulo;' del subtítulo
hasta la mención de las Parcas, la encina, la espiga ... Métricamente es una serie
de pareados endecasílabos, con rima consonante.
El Diario de Las Palmas (1 5 de septiembre de 19 16), al reproducir el poema,
lo atribuye a Luis Millares, tío de don Agustín y da la noticia de que fue
premiado en los Juegos Florales de La Laguna. En el mismo error incurriría
años más tarde José Peraza de Ayala en su Ensayo de una historia del Ateneo de
La Laguna desde su fundación en 1901 hasta jnales de 1934, Ateneo de La
Laguna, 1979, pág. 122. Lo mismo le ocurriría a Ventura Doreste, cuando en
1966 publica -dentro de una antología de la poesía de Luis Millares- en la
revista Isla, el mismo poema. Allí existen algunas variantes, que reseñamos
oportunamente; entre ellas no aparece la cita de Tibulo como lema del poema.
El profesor Lino Vaz Araujo, en carta a Manuel Hernández Suárez desde la
universidad de Maracaibo en 1968, le transmite de parte de don Agustín que
una poesía suya publicada a nombre de su tío Luis en la revista Isla es suya
propia. La poesía en cuestión es precisamente "A la paz".
7) "Diálogo de la tristeza", Ecos, Las Palmas, 13 de enero de 19 17.
-- , Castalia, Santa Cruz de Tenerife, 2 de marzo de 1917.
Desde el mismo título, es otro poema de diálogo entre el tú y el yo. El tú es
la personificación de la tristeza. De nuevo también el telón de fondo de la
presencia -aquí mínima- de la naturaleza. Lo vocablos sol, noche, camino,
espinas, casa, familia, mujer, hijos, libros, ventana forman parte de ese telón de
fondo en tercera persona. En este dato sí que hay acercamiento a la poesía de
sus contemporáneos canarios. Es el motivo tan extendido de la intimidad, la
cotidianidad del poeta. Métricamente se trata de un romance en endecasílabos
con rima asonante en los pares, (siempre en io).
" Hagamos notar que don Agustín Millares Carlo es autor de Tibulo: Traducción de algunos
poemas, Revista de libros, Madrid, Editorial Calleja, 19 19.
8) "El dolor de quererte sin consuelo", El Espectador, Las Palmas, 1 de
septiembre de 1920.
Presenta de nuevo la actitud de diálogo, ahora entre el yo del poeta y el tú
de la amada. El profesor Moreiro, en su citada monografía (p. 91), dice lo
siguiente, a propósito de este poema: "Son los años en que parece no poder
lograr el amor de Paula, luego su mujer, por la oposición paterna mantenida a
lo largo de siete años". Otras personas afirman que el poema iba dedicado a su
prima Paquita Sofía de la Torre Millares, destinataria del poema [úr comid(i es
un bello placer...].
Encorseta en cinco grupos de cuatro versos endecasílabos, con rima conso-nante
en los impares (íu), la pasión amorosa imposible de realizar por la diver-gencia
de caminos entre ambos. Esto le hace caer en la desesperanza y en la
tristeza. El resultado es de una gran tensión emocional. De nuevo el terna de la
intimidad del poeta. Aquí aparece un corazón sangrante. Los ecos son ahora de
nuestros clásicos españoles, evidentes en el verso cuarto y en el último, muy
semejantes entre sí: "que corre en mis arterias doloridas" y "rodar por mis
arterias doloridas". En el modo de expresar ciertos conceptos vemos una pre-monición
de algún verso de la futura "Elegía a Ramón Sijé" de Miguel Hernández,
por lo demás con anclajes también en nuestros clásicos del Siglo de Oro.
9) "Brazos hechos versos", Antología Universal del Arte de lu ú ~ t u md,e
Juan Díaz Quevedo, Madrid, 1925.
-- , en Poemario, 1970.
Nos presenta otra vez la duda, ahora entre la dedicación a los libros y la
pacífica vida del campo. Es un diálogo con su alma. Están presentes la primera
y la segunda personas. La solución a esta duda nos la ofrece el rnisino poeta, al
afirmar que la paz la puede también encontrar en sus libros, pues el poeta
Virgilio le tenderá sus brazos, "hechos versos". Si en el poema anterior estaba
presente el tema horaciano de las Odas, ahora lo estará el de las BucGlicus y las
Geórgicas de Virgilio. Métricamente se trata de una serie de endecasílabos con
rima asonante en los impares (en ée).
10) "Soneto de despedida de Buenos Aires", El Tnbuno, Las Palmas, 17 de
diciembre de 1925. Es reproducción -no compulsada- de Dicrrio
Español, Buenos Aires, 16 de noviembre de 1925.
Es un soneto de factura modernista, escrito en versos alejandrinos con rimas
en ABBA- BABA- CDC- CDC. Es un poema de circunstancias.
El poema ha sido exhumado de un artículo de Juan Donienech, publicado en
Diario Español de Buenos Aires, 16 de noviembre de 1925, que reprodujo El
Tribuno, Las Palmas, 16 de diciembre de 1925: "Millares Carló, en Buenos
LA POES~A DE DON AGUSTIN MILLARES CARLO 373
Aires. Un día entre dos grandes espíritus de promisión". Dicho artículo nos
narra la despedida de Agustín Millares Carlo y de Alejandro Martínez Luján de
Buenos Aires, un año antes, el 22 de diciembre de 1924, con la celebración de
un ágape y una memorable sobremesa, en la que Millares contesta con este
soneto improvisado al que le dedica Alejandro Martínez Luján ("Embajador
ilustre de la cátedra hispana...", también transcrito en El Tribuno). Así nos lo
cuenta: "[ ...] pero ... joh!, rápido, como el mismo rayo, alzóse el doctor Millares
Carló y sin el menor esfuerzo, suavemente, como si fueran gotas de su sangre
que brotaran al abrirse una vena en nuestra presencia, volvióse hacia el galante
brindador, y contestóle la siguiente improvisación, que constituye otro bello
soneto digno del reciente ofrendado por Martínez Luján. Respuesta: [...]"
11) "La estatua", Hoy, Las Palmas, 6 de diciembre de 1935.
-- , Saint-Saens en Gran Canaria, de Nicolás Díaz-Saavedra de Mo-rales,
Las Palmas, 1985.
Es la traducción del poema "La statue", de Camille Saint-Saens. En el
corpus documental presentamos la traducción y el poema original del músico
francés para que se puedan contrastar. La traducción y el poema de Saint-Saens
los hemos transcrito del periódico Hoy, del 6 de diciembre de 1935, en el
homenaje que ofrece al músico francés, en un trabajo firmado por G. T. y
titulado "Saint-Saens, poeta". La fecha de la traducción es la del 21 de agosto
de 1935, como reza en el artículo citado. Dicho trabajo ofrece además otra
traducción del poema, hecha por don Agustín Millares Torres, en versos octosí-labos,
allá por 1890. El trabajo fue también publicado en el libro de Nicolás
Díaz-Saavedra de Morales Saint-Saens en Gran Canaria, Real Sociedad Econó-mica
de Amigos del País, Las Palmas, 1985, págs. 18 1 - 184.
La traducción la consideramos una verdadera creación literaria. En primer
lugar, lo es en cuanto a la forma, porque transvasa los quatrains franceses, (de 4
versos octosílabos con rima femenina en los 3 primeros, rimando el cuarto
verso de cada dos estrofas con rima masculina) en una silva de versos endecasí-labos
(los impares) y heptasíiabos (los pares) sucesivos, aunque dividiéndolos
tipográficamente de 4 en 4 para que aparezcan en la misma disposición que el
poema francés. La distribución de las rimas al principio aparece ordenada para
luego distribuirse con más libertad. En la segunda parte imita algo más al
original, acabando en palabra aguda el cuarto verso de cada serie.
El tema y la forma se conjuntan: en una forma bella dentro de una materia
inerte, fría, está presente el arte, así como lo está en unos versos marmóreos
bien construidos. La Belleza habita en cualquier materia (arcilla, mármol o
bronce) que haya sido insuflada por la divina forma de la obra de arte. Pero lo
que nos parece que subraya más su creación de poeta es la introducción del
diálogo él-tú (tercera-segunda persona, la Belleza), donde Saint-Saens había
utilizado sólo la tercera persona, sacando del plano discursivo esa tercera persona
del poema francés -1'Art- a la segunda persona del español: "oh tú, Belleza,
..." (Hagamos notar que Millares conserva la segunda persona del plural del
texto francés en "cúbraos" = "enfoncez vous"). De nuevo, pues, esa característica
que estamos viendo en casi todos sus poemas.
12) [úz comida es un viejo placer...], manuscrito, inédito, sin datación
Es una serie de 8 serventesios modernistas, construidos con versos alejandrinos,
con rima consonante ABAB, ..., terminando en un terceto encadenado con los
versos impares del último serventesio. Se trata de la misma estructura (menos el
último terceto) que tiene "Un viejo libro". El poema está aquí para reafirmarnos
en el gusto que tenía don Agustín por la buena mesa, característica que, según
parece, es propia de cualquiera que lleve el apellido Millares. También nos
muestra al don Agustín desenfadado y lleno de humor y está en la misma línea
de los que forman la que hemos llamado "Serie de los potajes de los martes".
Notemos, de nuevo, que su construcción responde al diálogo yo-tú. El poema
debe ser de su juventud. Se conserva escrito a mano, con una caligrafía bastante
cuidada.
13) "Sueño de un pescador de caña", manuscrito en poder de Angelina
Hernández Millares; inédito, c. 1955.
Es una epístola en verso, en la que se puede vislun~braru na silva (mezcla de
2 endecasílabos, 5 heptasílabos y un octosílabo (AabbcacC). Continúa con una
serie de 14 versos de 11 y 7 sílabas, rimando en pareados. Después vienen 8
versos endecasílabos en pareados. Aparece después una serie de 26 versos, con
mezcla de heptasílabos (14) y endecasílabos (12), también en pareados. Acaba
la composición en un serventesio (ABAB).
El poema es una carta en verso dirigida a su sobrina Angelina Hernández
Millares, (hija del destinatario del poema "Canto a la esperanza", Carlos Her-nández
Font) y casada con don Lothar Siemens Siegmund. El poema se encuentra
autógrafo en tres folios con membrete de U.T.E.H.A. México, D.F., y está
firmado de la siguiente manera: "Tu anciano tío Agustín". La fecha de compo-sición
es de hacia 1955.
Poema de nuevo dialógico, que acude al artificio -tan clásico, por cierto-del
sueño. El diálogo aquí es más complejo que en los demás poemas, pues
estamos en dos niveles: el del sueño ("aquel hombrew= yo, el poeta- tú) y el de
la "visión" (el poeta= yo, Angelina= tú), y el de la realidad, la despedida de la
carta (el poeta= yo, Angelina= tú), donde comprendemos la alegoría que recorre
todo el poema. Éste se nos convierte, de repente, en una amarga constatación
del exilio de su tierra y en una desesperada pregunta -que no es retórica- por
la posibilidad de volver. Hacemos notar que es la primera ver que nombra al
mar.
LA POESIA DE DON AGUST~N MILLARES CARLO 375
14) [En medio de tantas $?estas...], manuscrito en poder de Olga Bolívar
Toledo; inédito, c. 1966 ó 1967.
Es una redondilla (abba), más una cuarteta, seguidas por 2 decasílabos en
pareado. Este poema, así como el siguiente, se encuentran manuscritos en sendos
libros de autógrafos pertenecientes a las destinatarias respectivas, Olenka en
este poema (Olga Bolívar Toledo) y Chiquis en el siguiente (Victoria Bolívar
Toledo). Estos dos poemas fueron escritos en Maracaibo, Venezuela, hacia
1966 ó 1967. Las dos niñas entonces son hijas del matrimorio Bolívar Toledo,
amigos canarios de Maracaibo, a cuya casa don Agustín acudía con bastante
frecuencia y donde se consumían espléndidas comidas canarias, como está
atestiguado en las cartas de esa época que enviaba a Manuel Hernández Suárez
y a Agustín Millares Sall.
Poemas de circunstancias los dos, nos muestran a un don Agustín tierno y
sencillo, a la vez que humorístico.
15) [Chiquis, ¿qué es lo que quieres?...], manuscrito en poder de Victoria
Bolívar Toledo; inédito, c. 1966 ó 1967.
Es una especie de silva en la que mezcla 2 endecasílabos (el segundo y el
último) con 6 heptasílabos (aBbaccdB).
16) "Mis hermanas", copia mecanografiada en poder de Angelina Hernández
Millares; inédito.
Es un poema también largo, o más bien, una sucesión de estructuras métricas,
que podemos dividir en 3 como lo hace el poeta al poner frente a cada una de
ellas el nombre de sus 3 hermanas. Él hace más divisiones internas, separando 2
partes bajo el título de "Rosa"; una parte bajo el de 'Tachona", y dos bajo el de
"Lola"; la última es la conclusión del poema. Mezcla en él endecasílabos y
heptasílabos, la mayoría de las veces rimando en pareado. Algún verso queda
suelto; no faltan los cierres de serie con un cruce de rimas.
En ciertos momentos del poema utiliza las técnicas formularias de la épica
clásica al modo de Virgilio. Así, al abrir la parte referida a 'Tachona" pide a
Dios que le dé a su musa nuevos acentos:
Dale a mi musa, Dios, nuevos acentos,
porque nuevos también son los portentos
que me atrevo a cantar ...
O al final del poema, cuando introduce a la naturaleza en el mismo con otra
fórmula épica:
Ved; desde la alta cima,
que temeraria al cielo se aproxima,
ya me mandan que calle
las sombras que descienden sobre el valle.
De este modo parece elevar a carácter épico el encuentro en la vejez con \u\
3 hermanas. De nuevo la segunda persona (las hermanas, o Dios, o los prc\ente\
en el acto), la primera (el poeta) y la tercera (la naturaleza) en otro poema de
diálogo, dramático.
Hagamos notar, de camino, el eco de nuestra literatura del Siglo de Oro en
el primer endecasíiabo del poema:
De oro arrebatado aquel cabello.
El poema se encuentra escrito a máquina, en dos folios, y está fechado el día
8 de septiembre de 1967. Fue escrito para ser leído en un homenaje a sus tres
hermanas. Quienes estuvieron presentes en dicho acto afirman que don Agustín
no pudo acabar la lectura del poema, a causa de la emoción.
En el verso 1 del poema referido a su hermana Lola, se refiere a su niarido,
Carlos Hernández Font, oficial del ejército español que falleció en acción de
guerra en Annual, en 1921, cuando la ofensiva de Abd El-Kriin. Ya hemos visto
cómo don Agustín le dedicaba el poema titulado "Canto a la esperanza". En cl
verso 10 se refiere a la pérdida de su hijo, Jorge Hernández Millares, en el exilio
de México.
17) [Estos que ves poernus desrnuyuclos..], manuscrito en poder de Juan
Bosch Millares; inédito.
Es una especie de silva, en la que mezcla versos endecasílabos con hcptasí-labos.
La rima es consonante y dispuesta de modo curioso, ya que coniienra con
un pareado y sigue con 6 versos con rima en espejo: AaBCciricB. Hay ecos en el
poema del primer verso de la composición de Rodrigo Caro, "Canción a las
ruinas de Itálica": "Estos, Fabio, jay dolor!, que ves ahora ..." O el primer verso
de la FábuLu de Polifemo y Guluteu 1, de Luis de Góngora: "Estas que me dictó
rimas sonoras".
El poema está dedicado por don Agustín a su hermana Encarnacien Millares
Carlo, Cachona, en mayo de 1970. Aparece autógrafo en la primera página. en
blanco, del Poemano dedicado por don Agustín a su hermana. La fotocopia del
mismo nos ha sido cedida por el Dr. don Carlos Bosch Millares, hijo de Encar-nación
Millares Carlo.
LA POESIA DE DON AGUST~N MILLARES CARLO 377
18) "Para la autora de la letra de O menino já nasceu", copia autógrafa de
la destinataria; inédito.
Es un soneto de versos endecasílabos (ABAB- ABAB- CDA- DCD). El poema
está dedicado a Liliana Barreto, esposa -de origen portugués- de don Lothar
Siemens Hernández, musicólogo y, en la actualidad, director de El Museo Canario,
quienes me lo han proporcionado transcrito a mano. Recuerda una simpática
anécdota ocurrida en la ciudad de León. Allí se encontraba investigando el
matrimonio Siemens, en el verano de 1975, sin pensar siquiera en su tío-abuelo,
que entonces se encontraría en América, -por cierto, preparando su vuelta a
las Islas-. De repente entra por la puerta del comedor del "Hotel Conde Luna"
un hombre corpulento. Era don Agustín. Asombrada por la repentina aparición,
esta exclamó la frase que don Agustín subraya en la firma del poema: "Aquele é
tío Agushn ".
De nuevo tenemos ante nosotros al ser entrañable, en una composición de
circunstancias.
19) [No se indigne, don Ramón...], manuscrito perteneciente a Dolores Ca-ballero
Millares; inédito, c. 1974 ó 1975.
Este poema surgió con motivo de la anulación, por orden de Franco, de la
propuesta de nombramiento como Doctor honoris causa, por la Universidad
Central de Madrid, de don Ramón Carande Tovar, por el Ministro Martínez
Esteruelas. Recordamos que el profesor Carande estaba casado con una prima
de don Agustín.
20-32) "Los potajes de los martes", manuscritos en poder de Dolores
Caballero Millares; inéditos, c. 1978 ó 1979.
La serie de <<losp otajes de los martes« más el último poema se mueven en
la misma tónica de versificación popular: cuartetas, redondillas, una especie de
décima, la copla de arte menor, ...
Algunos de estos poemas están escritos de manera apresurada y son difíciles
de leer. Nos cuenta don Juan Antonio Martínez de la Fe cómo muchas veces
don Agustín escribía cualquier observación, nota o poema en el coche, camino
hacia cualquier lugar.
Los poemas nos han sido proporcionados por la hija de Yoya, doña María
Dolores García Caballero, que nos cuenta la costumbre de don Agustín de
acudir todos los martes a comer el potaje a casa de su sobrina Yoya, Dolores
Caballero Millares, llevando consigo casi siempre un poema.
Como es evidente a simple vista son poemas en clave de humor. Están
dentro de la tradición jocosa de la poesía española, plagados de referencias
literarias. Como ejemplos, citaremos la célebre composición de Baltasar de
378 ANTONIO HENRIQUEZ JIMÉNEZ
Alcázar (1530- 1606), "Una cena"; o "Los huevos" de Tomás de Iriai-te ( 1750-
1791). Algunos están construidos como parodias de otros poemas célebres.
empleando algún que otro verso de esas composiciones. Así, por ejemplo. "El
potaje catorce" empieza casi igual que el primer verso del "Canto 1" de El
diablo mundo de José de Espronceda: "Sobre una mesa de pintado pino ..." Es
curioso que el segundo verso del mismo poema de Millares ("buscándole a
catorce un consonante") tenga también semejanza con el verso 88 del mismo
canto del poema de Espronceda ("a dártelo me obliga el consonante"), y el
tercero y cuarto ("he pasado la noche. ¡Venga vino, 1 que el inspirarme es para
mí importante!") están en consonancia con el tema del sueño y de la inspiración
del poema de Espronceda.
33) [Con satisfacción sin fin...], Canarias7, Las Palmas, 10 de febrero de
1985.
Es una redondilla (abba) más una cuarteta (cdcd), seguidas por una "Nota"
con cuatro endecasílabos distribuidos en dos pareados (EEFF).
Este poema está dedicado al matrimonio Bolívar Toledo, padres de las
destinatarias de los poemas que hemos numerado como 14 y 15. Apareció
reproducido fotográficamente en el "Homenaje a don Agustín Millares Carlo".
publicado en las páginas de cultura del diario Canarius 7, al cuidado de Antonio
de la Nuez Caballero, el día 10 de febrero de 1985, como ejemplo de la
escritura de don Agustín. En él se alude a los esposos Bolívar Toledo. Rafael y
Carmen respectivamente, y a Antonio de la Nuez Caballero.
ALGUNAS CONSIDERACIONES ESTILISTICAS
La poesía de don Agustín se mueve dentro de una economía de recursos
estilísticos. No abusa de ellos. Dentro de la especie de narrativisnio expresivo,
de la reflexión en verso o del clasicismo en que se mueve su poesía, no caben
rebuscamientos expresivos. Emplea las figuras más usuales en este tipo de
poesía.
Haremos un elenco de las principales figuras estilísticas empleadas, con
algunos ejemplos de las mismas.
En primer lugar, destacaremos la musicalidad que iinprinie a su verso, a
veces cargados del ritmo de los pies clásicos.
Hay en su poesía comparaciones:
lo que antes fue como una inmensa pira ...
cual un fanal hermoso ...
Epítetos:
Dirá a la espiga la vetusta encina, ...
Ya la paz extendió su blanco manto ...
Metáforas:
me tenderás sus brazos, hechos versos, ...
amor que arde perenne en lo hondo de mí mismo, ...
... y en tu frente
el arado del tiempo abra un surco tan fuerte
que no pueda borrar sino la misma muerte, ...
se rompió la esperanza, ...
Para vosotros, náufragos que la cruel fortuna
arrojó de su seno sin esperanza alguna, ...
que hace llorar al alma ...
Alegorías: Poemas enteros, como "A la paz", "Diálogo de la tristeza", ...
Hipérbaton, alguno que otro, sencillo:
del seno de la Paz buscó el asilo, ...
... que aspira de Castilla
a propagar la lengua magnífica y galana, ...
Repeticiones expresivas:
Corre presto hacia ella, corre presto, ...
Callar, siempre callar es mi destino ...
Enumeraciones:
en mi casa está el sol, están los libros,
el calor del hogar, la mujer única
y la esperanza de futuros hijos, ...
y las horas, los días y los años ...,
ya se trate de sama, de vieja o de pajel ...
Hipérboles:
que es ya dolor hasta la propia sangre ...
Empleo de frases y vocablos populares:
a quien estoy ligado con gazuza feroz, ...
Cuando hablabas así, se me caía la baba, ...
mas como yo trago tanto ...
Exclamaciones y empleo de diminutivos:
¡Hazme un lugar en tu corazoncito!
Este trabajo se puede ir engrosando con sucesivos análisis y matices y con
aportaciones de nuevos poemas. Pron~etemos seguir en el empeño.
He de agradecer la valiosa ayuda que me han prestado la familia y los
amigos de don Agustín Millares Carlo, el personal de "El Museo Canario" y de
la Biblioteca Insular, todos los amigos que me han hecho correcciones y obser-vaciones
de todo tipo con el ánimo de mejorar mi trabajo, sobre todo don
Eugenio Padorno, y finalmente mi familia, que ha colaborado en tareas de
búsqueda y asesoría técnica con el ordenador.