EL VIAJE COMO RITO:
"LIViA SIONE EN -LANSAIiOIE.
UN ENSAYO DE GEOGRAFIA DE LA PERCEPCI~N
Fco. LUCIANDO ~AAZL MEIDA
Seminario de Estudios Históricos de Canarias (SEHIC) (UNED)
Fco. 1 v í ~ ~ Gl .UbNL~Á LEZ
Dep. de Arte, Ciudad y Territorio. Sección Geografía.
Universidad Las Palmas de Gran Canaria
AGUST~NNA RANJCOI GALA
Dep. de Arte, Ciudad y Territorio. Sección Geografía.
!Jr.i~versidzc! LIS Pz!mzs de Grm Cmzk
MACARENMAU RCIASU ÁREZ
Licenciada en Historia
RESUMEN
El marco físico de Lanzarote, a través de rutas organizadas, sirve de base a Olivia Stone
para contribuir, en forma de libro de viaje, al universo mítico existente en la sociedad occi-dental
desde tiempos inmemoriales; ello lleva implícito la identificación de mitos en el pai-saje
y de rituales en los itinerarios. Todo ello ofrece una amplia gama de posibilidades de
explotación a la industria del ocio, en concreto de cara a un «lunsmo dt: paisaje».
ABSTRACT
The physical setting of hnzarote, througk organized routes, isfunctions as a basis for
Olivia Stone 'S contribution, in the form of a travelling book, to the mythical universe existing
1.e wert~.r.es n c i o ~ t ~ f vi.m.m o.mn.rin1t imp ; i t im?lip_c t h p ili~ntiJirntinnq f myths in thp Inntis-cape
and rituals in the itinerarys. It offers a ivide variety of possibilities to exploit leisure
industry, particularly with regard to clandscape tourisrn)).
Conscientes de la escasez de análisis realizados en tomo a la rica literatura de
viajes, hemos querido contribuir, modestamente, con este trabajo y desde una óptica
pfii~&u! ~rstu,& o & Yici.2. ffiecte~b,& nCl_Gnes en e! !ema-m--l n l i t ~ r ~ r~1i-nI - I l- P-n v . i-n- -
jera decimonónica, Olivia Stone, nos ha dejado de la isla de Lanzarote '.
' STONE, 0. (1989): Tenerife and its six sutellites. Lanzarote. Marcus Worl and Company, London,
páginas 382-41 1.
Nuestro estudio va más allá de la mera descripción de itinerarios y lugares que
se visitan. en un intento de enlazar el fin último que incita al viajero a realizar sus
rutas mediatizado a través del universo mítico, presente en la sociedad occidental y
rememorado en numerosas obras escritas. De esta forma, el recorrido del viajero
termina identificándose con un ritual, cuya meta es la consecución de un estado de
goce sublime o fruición. Es decir, la búsqueda y consecución final del «Paraíso», un
lugar de felicidad total; el paraíso se considera como un ~ni tom ás de entre toda la
om"-a"m" a A-P- c i o n n c ~ I I Prn nfnrma la geGgrufiu rr,fiica, prrrrzte e!? p2is;uyj rq ue '"
medio físico insular soporta. Posteriormente podemos hablar de la «liturgia» que el
viajero o el turista realiza durante el recorrido.
Se analiza pues, el ritual específico quc para Lanzarotc siguc Olivia Stonc, cn la
búsqueda de los diferentes «paraísos» que puede encontrar en la isla. Para ello debe-rá
pasar gradual y ordenadamente a través de determinadas estaciones, cual viacru-cis,
eii una aíiiiósfeia seiii'uiada de una gaiiia i d a u irieiius airipiia de rc~cicriics
mitológicos-simbólicos, que iremos explicando durante los distintos apartados del
presente artículo.
Con estos presupuestos, hemos realizado un análisis de la obra de Olivia Stone,
buscando el significado de sus diversos mensajes, las claves que nos permitirán
decodificar dichos argumentos, presentes en el paisaje. De ellos, el consumidor y
viajero, no tiene conciencia, sino que los asimila internamente como productos
comunicativos, poseedores desde tiempos remotos de una misma esencia, ignorada
completamente por el receptor, el cual sólo aprecia la dimensión formal y parte de la
funcional de los signos, al tiempo que alcanza experiencias estéticas.
También, vamos a describir los elementos de que se componen. Es decir, a dar a
conocer las características y cómo están hechos los significantes, cuyo significado
global esbozaremos; esto supone precisar las peculiaridades de los significantes y
profundizar asimismo en los significados. Obviamente partimos de considerar al
paisa.je como signo. El significante es pues el soporte que hace referencia, connota o
denota otra cosa.
Una nueva perspectiva la encoctramos en el valor de uso que se le puede dar al
relato (en realidad. su articulación a niveles superiores de significación). que supon-dría
la evasión necesaria para la regeneración de la producción en una sociedad
capitalista.
Olivia Stone y sus acompañantes realizan, en este caso, su periplo por la isla de
Lanzarote, a través de diversas jornadas en las que irin visitando una serie de san-
+.."..:-- - ""-:ll"n :,.A: *--- "-Ll,." -"-- -..- -.." -:-- .. ..-L..- 4-2- " .... ---&,.- -..- A,.-
L U L U l U J U CU)IlIlUJ, 1 l I U l D ) I L I I J U U L L J P U l U YUL 3U3 U J U i ) y 3 U U 1 L L V U V , 3U3 I I I C I I L L ~ >~ U L U L I I I
percibir nítidamente la visión del Paraíso que les aguarda.
Es de destacar que estos «elegidos» son seres humanos, que han sido seleccio-nados
por mano divina, para que puedan acceder- a tistas capillas, iiicluw a este
Paraíso, inaccesibles física y psíquicamente para la mayoría de los mortales, así
EL VIAJE COMO RITO 1 07
como para los propios habitantes tanto del Paraíso como del entomo colindante, ya
que carecen del espíritu y la sabiduría necesaria -que aquéllos poseen- para cap-tar
el significado esperado.
Muchos son los obstáculos y los guardianes contra los que han de bregar estos
visitantes para que puedan proseguir la marcha y hallen la recompensa a su trabajo y
fatiga, la contemplación y fruición del Paraíso, transformándose en seres superiores
y majestuosos, llegándose a asimilarse al propio significado de Paraíso. Es decir, se
han ronvertido en algo no rom,ín, iínicn en la fa7 de la Tierra? pues han conseguido,
previa purificación a su paso por los infiernos, alcanzar la Gloria y disfrutar del des-canso
y la paz sólo privativa a los grandes héroes y guerreros.
El primer escalón o nivel que deben superar en la primera jornada es el que
podríamos denominar preparatorio o selectivo; puesto que la autora deja explícita-mente
entrever que sólo «los elegidos» son capaces de comprender el significado
2 - 1 7 1 ----e- 4-
u ~ viiaj G , pul LaiiLaiulb, dC !a í jüC SC : ici iC ~CfCiCi lCiLGi í C ! ü ~ k ü i X e ~ t pe r !ü s ü!ü-siones
de algunos visitantes que han hecho escala en Arrecife, «capital de esta isla,
excluida de la civilización» ' aunque «...pensando que han visto (...) toda la isla, la
han incluido en pubra y uriifu~-meinenteii icoi-rectas descripciones» 4. Así, vemos
que las descripciones falaces o los tópicos preconcebidos representan el primer obs-táculo
que han de superar nuestros héroes en su búsqueda del Paraíso Perdido.
Otras pruebas que estos predilectos personajes deben de ir salvando son las que
se manifiestan a través de los símbolos del paisaje y de vivencias particulares, todas
las cuales forman parte de una ritualización que los conducirá a la catarsis final.
En efecto, observamos con la lectura dichas figuras mencionadas, y es en la
segunda jornada cuando la experiencia de montar en camello se descifra como la
prueba más importante hasta ahora, que inevitablemente han de franquear 5, puesto
que este animal se presenta simbólicamente como el medio idóneo para el viaje,
necesario instrumento para alcanzar el objetivo final 6, y sobre el cual se superan las
manifestaciones del infierno reproducidas mediante la aridez del terreno, las negras
corrientes de lava y el calor excesivo '.
Pero, en este ascenso escalar, en el que los viajeros escogidos van purificándose
progresivamente mientras van dominando los obstáculos más diversos, se encuen-tran,
en ocasiones, con estaciones que se interpretan como lugares de descanso,
como santuarios, cuyo tipismo y singularidad preludian al Paraíso (pueblos de
Tg-hirhe, Gmtiza, ) F.! ejempln
Verdes, capilla y prueba mayor.
* Véase página 382.
\I&r?,pe& v& 384.
Véase página 384.
Véase página 386.
" Véanse las páginas 388 y 389.
máq relevante lo conqtituye La Cueva de los
' Véanselas páginas 387,388,390,391 y 392
108 D ~ A ZA LMEIDA - MARTEL GONZÁLEZ - MURCIA SUÁREZ - NARANJO CIGALA
En la tercera jornada, culminante, los viajeros/elegidos, a pesar de no entrar en
contacto con los habitantes del Paraíso «estos ignorantes de aspecto singular v
raro» que no son capaces de percibir el goce, contactan con un guía, que se mues-tra
como mediador u oficiante y. Con esta nueva figura establecen un nuevo estadio
que se repite en otros relatos de viajes (Thomson y Cia, etc.) 'O. Este guía con sus
características físicas e instrumentos que lo acompañan le convierten en un elegido,
cuya misión es la de conducir a los héroes hacia la fruición del Paraíso. En este
n~lntnn l-int~arnncc inc hiníítecic. !z primera cnnsiste, en la si!pocición de q11e el giií;i y--A-- r- -.A.v---.-., --u ---r----*-,
se convierte, por sus cualidades, en un sacerdote que conduce a los «elegidos» hacia
el Paraíso último, que conociendo fielmente su función participa de la sensación
final; la segunda, que parece más factible, parte de la consideración del guía como
un hombre dotado física y psíquicamente para dirigir a O. Stone y a sus acompañan-tes
al punto culminante, aunque no está capacitado para comprender el producto
C--1 C" -..-n ..- ,.... A,,*- ,L, A An ":,,-;G,.,,,.tr. nl ",,:" n'. '.;-,,le <,'.,,l,,-
ullal. LJ p ~ 3 u,11 U~UUUIIL LIIUJ. n MVCIL UCI 6U1L( uii ui i i iyir uuuiu
riado, parte de la mercancía turística pagada por Stone, que no disfruta del Paraíso,
ya que lo considera como algo rutinario, como mercancía para otros y no producto
(Paraíso) cuyo valor de uso busca O. Stone. A nivel de significado son simples ayu-dantes
de los héroes, y como tales su única función consiste en posibilitar y ayudar a
que los elegidos lleven a cabo su objetivo. En definitiva no disfrutan del Paraíso, ya
que son accidentalmente ay udar1tt.h que al nu coiiiyrender plenainente el Paraíso, se
difuminan y desaparecen ante la figura del héroe.
Nos encontramos ante los mismos interrogantes a la hora de interpretar las Iíne-as
sexta y octava de la página 391, cuando los camellos insiskn en par-ar-st: para
comerse las tuneras; descifrado por una parte, como modo de abastecerse de ali-mentos
para proseguir el viaje, en un ámbito donde otros animales no serían capa-ces
de recalar. Por otra parte, se considera como un nuevo obstáculo (campo de
adormideras) que retrasan el proceso del viaje.
Efectivamente, ahora los obstáculos, las pruebas, son cada vez más de mayor
entidad; el infierno está representado por la desolación, por el malpaís ", por el con-trario
la Cueva de los Verdes, lugar álgido de purificación, denota la cercanía del
Paraíso donde nuevamente los héroes con la ayuda del guía y de sus «amuletos» a
través de la liturgia específica del ritual, se introducirán.
Finalmente, los protagonistas consiguen alcanzar paulatinamente el punto cul-minante.
Desde el volcán de la Corona ya se vislumbra su Paraíso, y el efecto, lógi-camente,
es agradable. La ubicuidad, el peligro, las mejores vistas ... son elementos
cuya combinación conforman este Paraíso para O. Stone, que exclama: «Seldotn
have 1 seen anything more beautiful than these rugge grey, red and hrown rocks,
Véanse las páginas 387-390.
Véase página 390.
'O VERNEJ,. (1971): Agencia Thomson y Cia en O. O. C. C. Tomo VII, Barcelona, Plaza & Janéc,
página 438.
'' Véase la página 39 1.
EL VIAJE COMO RITO 1 09
dressed in blue (...). It is the mawellous colouring, blue shy andjeecy clouds, and
these rough, stron~lyc oloured, barren islets set as ifp recious gems in a turquoise
sea» 12. Este Paraíso, no obstante, es atípico por la aridez del paisaje, que sólo es
captado, evidentemente, por los «elegidos» que han ido superando las múltiples
estaciones y pruebas. Otros lo han intentado a través del «mar de los muertos» que
baña el archipiélago Chinijo, cuyos islotes son una quimera, una falsa ilusión, para
aquellos náufragos que creyéndose salvados van hacia una muerte segura ".
Una vez conseguido el Cielo ó Paraíso. la catarsis y la fruición es evidente. Se
muestra con una musicalidad magistral, que perdura durante su regreso hacia Haría,
dando a entender la purificación por la que han pasado: « We sigh as one sighs after
anything beairtifrAl, nv t h 1~nc .t rhord of t h M~ o onlight Sonata dies away under a
master hand, or the notes of a perjecthy trained and melodious voice cease to hold
us enthralled, or the hues of a sunset fade and disappear as the night draws on» 14.
111. EL REGRESO AL MUNDO COTIDIANO
El capítulo 39 se inicia con la marcha gloriosa del Paraíso desde Haría ", mien-tras
nuestros héroes describen el tipismo de los habitantes de Paraíso y su
colorido 16. Entran posteriormente en el Infierno, pero ahora con la capacidad de
resolver los enigmas que determinan las condiciones paranormales ". El efecto
purificador del Paraíso les dota de la preparación suficiente para alcanzar con éxito
las numerosas panorámicas por las que ahora pasan I x . Lo mismo sucede cuando son
alabados por el canto de los pájaros ocultos l9 que les reconocen como nuevos héro-es,
después de la catarsis final obtenida en el Risco de Famara.
Ellos representan el arquetipo mcntal dcl Paraíso y todo lo comparan con él,
subvalorando ahora algunos miradores como Teguise por ejemplo '", aunque sí
enfatizan otros elementos como los arquitectónicos (función de «guardián» del
Castillo de Guariapay).
l 2 "Rara vez he visto algo más hermoso que estas rocas grises, rojas y marrones rugosas, vestidas
de azul (...). Es un colorido maravilloso, cielo azul y suaves nubes, y este rudo, poderoso colorido, esté-riles
islotes colocados cual gema preciosa en un mar turquesa" (Traducción de los autores) pág. 395.
:' Vease página 395.
l4 "Suspiramos como se suspira tras algo hermoso, como el último acorde de la Sonata Luz de
Luna agoniza lentamente bajo una mano maestra, o las notas de un entrenamiento perfecto y voces
melodiosas dejan de cautivamos, o el matiz glorioso de una puesta de sol se destiñe y desaparece al caer
la noche". (Traducción de los autores), pág. 396.
I s Véase página 397.
lh l!&se pág.c2 297,
l7 Véase página 398.
l8 Véase página 399.
'" Véase pagina 399.
?O Véase página 399.
Posteriormente, en un pasaje del relato, de vuelta a Arrecife, los protagonistas
descansan y se funden con la naturaleza, en un lugar de meditación y de paz, donde
son reconocidos hasta por los animales como liérües; aludieiidü al Pa~aísüP r~didu
de Milton 2' donde la presencia de criaturas y de agua son partes integrantes de un
alto nivel catártico; «It wus quite enjoyuble dabbling a~nongth e rocks and sitting on
he ~ o u ~ k esridre~ L O leewurd. Here, us we sat motionless, busking in rhe sunshine,
enjoying the quiet, with the waves rippling at ourfeet, we suw lizurds, lurge und
small. that watched us with their bright eyes, und, jnding us hurmless, cume out
also to bnsk on rhe warm sea-shore» 22.
Una vez en la ciudad, poseen de ésta otra visión (están ya purificados) y reflexio-nan
acerca de la paz que reina allí ". Confirman el deseo de no dejarse atrapar por la
ilusión de esta, ya que su misión consiste en la busqueda de otros Paraísos, pues un
Paraíso deja de serlo con la cotidianidad que supone morar en él. Los únicos Paraísos
pues, son los perdidos. Por lo tanto nuestros protagonistas se encaminan hacia Yaizü,
superando nuevas pruebas y obstáculos como el cordón de dunas, un elemento atípico
para los visitantes, animado por el viento desde y hacia el mar '< No obstante, en el
trayecto también encuentran paisajes dignos de ser vistos por sus propias caractensti-cas
anómalas que los configuran 25. Al final de la ruta se encuentran con el máximo
representante del Infierno, la Montaña del Fuego, el guardián más imponente ", de
fuerza más destructora, pero que no temen, pues están ya purificados por el Paraíso.
Finalmente descansan en Yaiza, pero desde su condición de elegidos no reposa-rán
en cualquier morada, sino en una majestuosa y pintoresca casa situada en la
cima, a una altura superior del resto de las residencias del lugar 2'.
IV. REAFIRMACDI~E NLA COMUNIÓN CON LOS MITOS
El capítulo 40 describe dos jornadas de viaje; cada una con su progresión y cul-minación
-vista de Yaiza, Bahía del Papagayo-, pero también articuladas entre
sí. De hecho, ambas jornadas conforman una vía de perfección.
En la primera se relata la excursión a la Montaña del Fuego, acceso y fruición,
que prepara y purifica a los transeúntes para las siguientes estaciones del día. Su
2 1 MILTONJ, . (1984): El Paraiso Perdido. Espasa Calpe, Austral, núm. 1 .0l3, Madrid.
2' "Era bastante agradable chapotear entre las rocas y sentamos inmóviles, tostándonos al sol, dis-frutando
de la paz, con las olas rizándose a nuestros pies, vimos lagartos, grandes y pequeños, que nos
observaban con sus brillantes ojos, y, encontrándonos inofensivos. salieron también a tomar el sol a la
cálida orilla del mar". (Traducción de los autores), pág. 407.
23 Véase página 408.
24 Véase página408.
25 Véase página 409.
2h Véanse las páginas 409 y 4 10.
'7 Véase página410.
El. VIAJE COMO RITO 11 1
acceso es restringido, pues sólo se puede penetrar a través de un medio exclusivo, el
L..-- vuiiv2 8. E n .." liiiurrgnur i i1VnJ;Uo,-,Vri, - 6 " 1.116 rln l o ~AIvxI.r.Y;UIII;Vv..o. AXn. I: (...) ;ve smi 2 ~.mcheAt h
last hui and decent path, andprepared to cross the black desert (...)» 29 que es consi-derado
como algo temble, un desierto con un lago de lava negra (a un lago ardiente
arrojó Milton a los demonios que se rebelaron contra Dios cn cl Paraíso Perdido) j".
El camino resulta tortuoso y difícil de seguir y va sometiendo a duras pruebas al via-jero
que tienden a purificarlo y así seleccionarlo: pequeños tropiezos de los burros,
que proaucen acciúenies más bien I-isibies, y ia iiic;ayacidad UG Siuiie paia íuiiia,
notas 3'. El asalto final a un cráter, para obtener una buena panorámica, se hace fati-gante
a causa de la inestabilidad del suelo de cenizas '2. No deja de llamar la aten-ción
que éste cráter esté en medio del lago de lava al igual que el pandemonium,
residencia de los demonios, estaba en medio del lago de fuego ".
La purificación se culmina en la cima del cráter, pequeña estación (capilla) de la
vía, donde la Montaña del Fuego se constituye como signihcante de los significados
silencio e inmovilidad, que resultan opresivos y agobiantes; y una desolación que a
su vez puede ser significante de significados como la oración y el recogimiento ".
Aunque no es visitado pero sí mencionado, el siguiente punto es la Cueva del
Mojón que es considerada por Fritsch como coléricas olas petrificadas. No deja de
tener un matiz cosmogónico, de recuerdo de un caos ya superado - e n tanto que
petrificado- y por tanto en camino hacia la perfección j5.
Del lago de Janubio se destaca el agua dulce y la presencia de pájaros, indife-rentes
a los excursionistas. Son características del Paraíso la abundancia de agua y
los animales que rodean pacíficamente a los hombres, que al ser habitantes del
Paraíso no son intrusos o extraños ".
Se culmina con la toma de conciencia de la belleza de Yaiza. donde a las mara-villas
de la naturaleza se une el triunfo del hombre sobre aquélla, al vencer la sequía
y crear «a garden in the desert» 37 como un nuevo Paraíso en el Edén j8.
'* vease pagina 4 i 2.
29 " ... pronto alcanzamos la última choza y sendero, preparados para cruzar el desierto negro (...)"
(Traducción de los autores), pág. 412.
MILTONJ,. ( 19x4): El Pararso Perdido. opus cit.
" Véase página 4 13.
j2 Véase página413.
" MILTONJ,. (1984): El Paraíso Perdido. opus cit. Libro 1.
j4 Véase página413.
jS Véase página414.
Estas características están presentes en ambas obras: STONEO, ., OPUS cit., pág. 415; MILTONJ, .
opus cit. Libro IV, pág. 69.
" Véase página416.
'X "El Edén es una estepa y en medio de esta estepa, Dios creó un jardín hermoso para el hombre".
VV. AA. (1964) Lu Santa Biblia, (comentada), Plaza & Janés. Vol. 1, Barcelona, pág. 106.
Este estado de conciencia en la «capilla» de Yaiza es el punto de partida hacia la
Jl -U- -I-LJ -I ~ U U-a:- i..g:--uA- ir;iiLr;, c-u-i-i-iu r;aca1iuL-ii iL,i.a-:b- ia ., .*., vuu -p..,u i 4i, ~v,,,, A:": .,,, 1, l.,h<, A-1 pa- ~UIUUIJIU~V. 1~ V U ~ L L U ub1
P%aY o.
Hitos fundamentales de la segunda jornada son, el Rubicón, tierra de Historia;
que permite aislar como un atractivo, lo histórico, si bien considerando la Historia
como un relato de acontecimientos protagonizados por héroes del pasado. Así, se
destacan hechos como el motín de Berneval, o la leyenda de Ico (que no se diferen-cia
demasiado cie reiaiub hisióricus iiu icgrridaiiu~jC. I g~e iieiai se iiai-i-an: OS episo-dios
que protagonizaron los jefes (Gadifer, Bethencourt, Asche, Berneval). El relato
se prestigia con una serie de recursos eruditos, como lo asevera la nota a pie de pági-na
sobre Bethencourt y las referencias a la autenticidad hislóricas de dvs pintura!, '".
Se transmiten con profusión, en esta obra, una serie de valores como, el «heroi-cisma
», cuando se especifica que solamente cincuenta y tres hombres inician la
conquista '" el «maniqueismo», iigado ai hecno ae que íos antinéroes (Bernevai,
Asche) actúen siempre a traición "; la idea de «tierra prometida» fértil, que atrae a
una diversidad de colonos, algunos de origen noble ".
El segundo hito importante es el que hace referencia a los indígenas, citando a
Bontier y Le Verrier 43, aludiendo al buen salvaje, a la Edad de Oro, pues se definen
como bellos, siempre desnudos (lo que en el Paraíso es símbolo de pureza) '" y sus
principales aficiones resultan ingenuas (cantar, bailar, saltar y brincar) ". En otros
elementos parece subyacer una cierta mentalidad burguesa: el pudor de las mujeres,
la defensa indirecta de la monogamia, la insistencia en el monoteismo (no la idola-tría).
Con esta explicación se contradice la referencia a la poliandria o la fealdad de
las mujeres por sus prácticas maternales. Estas pueden ser concesiones a los carac-teres
de un significante - e s decir, los primitivos habitantes de Lanzarote- que se
utiliza para hacer referencia a un significado -el buen salvaje-.
La Bahía del Papagayo, podemos reconocerla a través de la descripción de la
fruición por parte de los turistas: a (...) the scene is one of exquisite beauty (...) we
were enchated with its b e a u t y ~L~a~ b.a hía protegida por la Punta del Papagayo, con
rocas abruptas y un precipicio, con un estrecho sendero por el que se ha de bajar
gateando, expresa un acceso restringido y dificultoso propio del antepaís del
39 Véanselas páginas 417,418 y 423.
40 Véase página 41 7.
41 Véanse las páginas 41 8-424.
42 Véase la página 421.
41 Aunque la cita de Bocaccio resulta supérflua, quizás sólo usada como recurso de autoprestigio.
S T ~NFO, ílpll< cit págs. 423-424.
MILTONJ,. OPUS cit. Libro IV, pág. 68.
4' Las mismas actitudes, aunque referidas a los animales las encontramos en MIISON, J. OPUS cit.
Lihro IV, pág 69.
46 " ... es una escena de exquisita belleza (...) estábamos encantados con su hermosura"
(Traducción de los autores), págs. 424-425.
EL VIAJE COMO RITO 113
Paraíso. Una vez más, los pájaros se muestran indiferentes a la intromisión de los
excursionistas, pues en tanto que han iiegacio, son elegidos, verdaderos habitantes
del Paraíso; o la inexistencia del tiempo, en tanto que pasa inadvertidamente,
haciéndose, en cierto modo, eterno, cuando «our expected half-.hour's voyage
being really one ofnearly two and havhours» "'.
Una explicación global de este capítulo debe remitimos a la conciencia que se
tenía de Yaiza. Efectivamente, Yaiza queda definida en principio como un lugar
estéril (campo de lava enfriado que no era «tierra de hombres») pero que los hom-bres
han colonizado y hecho fértil gracias a su propio esfuerzo. Al igual que el hom-bre
expulsado del Paraíso que tuvo que trabajar para recuperarlo, Stone indica que
lo han poblado los habitantes más pobres de la isla, los cuales, haciendo abstracción
de cualquier planteamiento social: han debido valerse de su trabajo para conse-guirlo
4X.
«El Revival» define el intento de los artistas del siglo xix, incluso a los del siglo
xx, por recuperar el contacto con Dios a través del rescate de antiguos estilos que se
consideran fruto del trabajo sencillo y puro del artesano, del pueblo. Es en cierto
modo una reacciónlnegación en contra de la Revolución Industrial que produce una
burguesía ilustrada cuya mejor evasión es la de viajar. En definitiva, se propone un
regreso al pasado con el que alcanzar, o al menos acercarse al Paraíso "".
Este concepto puede acoplarse a la explicación del capítulo cuarenta, ayudán-donos
a entender la articulación entre sucesivos estados de conciencia («Yaiza,
oasis producto del trabajo», «Rubicón, tierra de historia, épico-heroica de Bethen-courtn,
«El mito del buen salvaje») para culminar con la llegada al Paraíso (Bahía
del Papagayo). La articulación estriba en una progresión lineal hacia atrás en el
tiempo y la intensidad (de lo popular a lo heróico, al buen salvaje o Edad de Oro y
por último, la entrada al Paraíso). La visita a las Montañas del Fuego se articula en
tanto proceso purificador que permitirá el posterior inicio del viaje.
Aunque exista un recorrido físico que culmine en la Bahía del Papagayo, se
habla de estados de conciencia en tanto no hay visión literal -Stone no percibe a
Bethencourt en el Rubicón o al buen salvaje-. Incluso sobre Yaiza se hace una
reflexióii iio iniiiei-sa cii ia dcsuipcióii Uc uiia vibiúii pa1io1-áriiica. Lo que si hacc es
captar el Rubicón, por ejemplo, y leerlo en tanto significante. Parte de un signo y
como tal cargado de información -los hechos históricos de la conquista-. La fun-ción
de esios esiados de conciencia (mejor dicho iecturas de paisajej, es preparar ai
viajero-lector para asimilar la llegada al Paraíso, momento de máximo clímax. La
clave que los relaciona es la siguiente: existe una gradación que estriba en una
'' "siendo realmente nuestro esperado viaje de media hora de casi dos horas y media".
(Traducción de los autores), pág. 426.
48 Véanse las páginas 41 5 y 4 16.
4y bncontraremos una visión sobre "El Revival", en: ARGANG, . C. et al. (1977): El Pasado en el
Presente. El revival en las artes plásticas, la arquitectura, el cine y el teatro. Gustavo Gili, col.
Comunicación Visual, Barcelona.
1 14 DÍAZ ALMEIDA - MARTEL GONZÁLEZ - MURCIA SUÁREZ - NARANJO CIGALA
mayor felicidad o fruición, cuanto más cerca estemos de la naturaleza y más aleja-dos
del hombre y la civilización. Es en realidad, una relación proporcional: a mayor
cantidad de civilización menor cantidad de naturaleza-Paraíso. La felicidad estará
en la plena naturaleza, lo más perfecto y cercano a Dios.
La constante preocupación de Stone por asegurarse una montura cómoda puede
ayudarnos a explicar una cierta contradicción en nuestra teoría.
Al asimilar el viajc turístico con un viajc al Paraíso, resulta ncccsario quc cl
turista supere, y a la vez padezca diversos obstáculos como lo hicieron los héroes
miticos o de novelas de aventuras. De hecho, estos inconvenientes se encuentran
figurados en el paisaje que recorre y «lee» el ~urista" '.
Pero, cabe preguntarse jcómo un turista, comprador de una mercancía con el tin
de lograr un disfrute y descanso (aún cuando sea inconsciente que se integra en un
proceso de alienación con el fin de reciclarlo para que pueda retornar a su cotidiana
tarea de producir) pueda consentir el padecimiento? Esta acción la tomaría como
una molestia y no volvería a comprar/ir a ese lugar turístico, con lo que el producto
al no tener utilidad, carecería del valor de uso y resultaría inútil e irrecuperable todo
el trabajo a él incorporado fracasando también como mercancía.
Si recurrimos a Umberto Eco, vemos que define el Kitsch «como una comuni-cación
artística en la que el proyecto fundamental no es el involucrar al lector en una
aventura de descubrimiento activo, sino simplemente obligarlo con fuerza a advertir
un determinado efecto creyendo que en dicha emoción radica la fruición estética
(...) es lógico que se proponga como cebo ideal para un público perezoso que desea
participar en los valores de lo bello y convencerse a sí mismo de que los disfruta, sin
verse precisado a perecer en esfuerzos innecesarios>>52 .
Podemos aplicar este concepto pues estamos en el ámbito de la comunicación.
ya que estamos considerando el paisaje como un texto, que nos relata en este caso la
biísqueda del Paraisn. Este diuciirso dado en la literatura mítica n dr mentiiríii e i
retomada por los relatos turísticos, de los que parte de la literatura de viajes es un
antecedente.
'O Sobre la idea de obs~áculosf igurados en el paisaje, véaae AA. VL: T ~ Y U(TAal ler de Eval~iricih
y Diseño Ambiental), (199 1): "La industria turística en Canarias". VI11 Col. de Historirr c.rrt~trrio-rtt~iot-i-cano,
1988. Las Palmas de Gran Canaria. Tomo 1, págs. 525-555.
"( ...) ningunacosa puede ser valor sin ser un objeto de uso. Si es inútil, entonces tainbi6n e\ itiíi-ti1
el trabajo contenido en ella; este no cuela como trabajo, y por lo tanto no constituye vdor alguno".
MARX, K. El capital. Grijalbo, col. OME, núm. 40, Barcelona-México-Buenos Aires; ed. dc 1976.
(trad. de Sacristán, M.), pág. 49.
F2 ECO,U . (1968):A pocalljxico~e inregrudos uate la cult~trad e r11u.\n.\. Lumen, col. Palabra en el
tiempo, núm. 39, Barcelona, (trad. Boglar, A,), pág. 84.
EL VIAJE COMO RITO 115
En definitiva, el kitsch resultaría ser una simplificación del mensaje artístico, de
hecho, reducido para facilitar su captación por ese «público perezoso». Aquélla
consiste en eliminar todo esfuerzo de descubrir.
En el caso de un viaje, el esfuerzo de descubrirlo, consiste, como en otros ámbi-tos
culturales. leer e interpretar el lugar elegidn -en este caso un paisaje- con la
peculiaridad de que la lectura de un paisaje implica la directa participación física al
recorrerlo. Ese recorrido supone, a su vez, la ya mencionada superación y ~padeci-miento*
de obstáculos pues <<llegaar l objetivo final» es sólo importante en tanto que
es la consecuencia de haber sido purificado/seleccionado mediante las diversas
pruebas. ¿Cómo se realiza esta acción? Pues no eliminando todo el esfuerzo. Eco
sólo habla de esfuerzos inncccsarios y sicmprc habrá que justificar cómo se ha lle-gado
a ese resultado final; en la obra artística y en el viaje turístico siempre será
necesario recorrer, moverse para llegarlproducir el lugar de destino.
E11 otros casos, kitsch puede suponer reiterar estimulos para hacer el mensaje
unívoco, perfectamente inteligible, sin margen de duda. Allí el esfuerzo estribaba
en decodificar un mensaje, ya que un mensaje poético podía ser ambiguo ''. En el
paisaje, al poseer ese matiz indicado de directa implicación física, el procedimiento
no puede ser reiterar los obstáculos. El paisaje tiene una cierta ventaja pues aparen-temente
nos indica un camino argumental, lineal y progresivo, aunque erizado de
dificultades. El problema no es entenderlo, sino recorrerlo -cuando menos el pro-blema
de recorrerlo es tan aparatoso que difumina el problema de entenderlo-.
Así pues, la simplificación en el paisaje no es reiteración sino reducción, de
modo que una vez recorrido no haya sufrimiento ni padecimiento -o se dan niveles
ínfimos como los tropiezos de los burros en las Montañas del Fuego s4, o el asombro
pasmoso de la primera experiencia de montar en camello. El recorrido se hace, pero
en las condiciones más óptimas de comodidad para el viajero, evitándole incluso el
mismo cansancio derivado de trasladarse. De hecho, lo que hace la industria turísti-ca
es facilitar el ascenso del tiirista a ese lugar paradisiaco que han comprado, pues
no es otro el producto de la producción turística
En definitiva, se trata de evitar los padecimientos purificadores del recorrido
que permiten el acceso al Paraíso mediante la conversión de este trayecto en otro
cómodo y que no implique esfuerzo por parte del turista. Esto se obtiene, general-mente
al mediar en el recorrido algún medio de transporte -desde el avión que nos
5' Cfr. Eco, U. opus cit., sobre la redundancia o reiteración, en la página 1 10 y sobre la ambigüe-dad
como carácter del paisaje poético, en las páginas 1 13- 1 14.
Véanselas páginas 412 y 413.
55 "el producto turístico es definido como poner el lugar a disposición del turista para que éste lo
utilice". VEGA GALVÁN, J. R. (1987): Turismo y espacio: el problema de lo producción y apropiación
privada de los espacios naturales. En l." Jornadas de Historia de Fuerteventura y Lanzarote.
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