cuya incidencia es relativa. Y, a no dudar,
que la Bauhaus y el «esdlo internacional»
estaban guiados fuertemente por esas intenciones
democratizadoras, sólo que,
como se ha demostrado en las megalópolis
actuales, nadie, tampoco los arquitectos,
están libres de pecado al confundir democracia
con igualitarismo por lo bajo o funcionalismo
con lo inexpresivo.
Pienso que los actuales museos, como el
de HoUein, Stirling, Ungers, Meier o Sáenz
de Oíza ofrecen una magnífica visión plural
y antiprescriptiva, ya que su intención
es la de lograr una arquitectura a la medida
del hombre y para el hombre de hoy,
sin olvidar que ese «nuevo humanismo»
—precisamente por ello mismo— no puede
ni debe negar sus orígenes, ni tampoco
dejar la impronta del acto individual del arquitecto.
En este caso estamos ante un gran
museo, público y abierto, que se ofrece a
la sociedad como acto de inmolación social
y artístico.A
Terraza de la sala polivalente.
COMO LLEGAMOS AL LOGOTIPO
LA I M P O R T A N C I A DEL SIGNO
Por Macuá-García Ramos
En todo programa de identidad, en
toda investigación, con el fin de
encontrar una personalidad, mejor
dicho, la plasmación de una personalidad,
existe una pieza tan importante que a
veces constituye el punto de partida y que,
en muchas ocasiones, se confunde con el
todo, llegando a ser genérica. Nos estamos
refiriendo al signo y al logotipo.
Al enfrentarnos con el encargo del
CAAM nos propusimos, desde un principio,
dadas las utilizaciones y especificaciones
del programa de identidad, que el signo
y el logotipo tuvieran características o
valores representativos muy fuertes. Qiiisi-mos
que respondieran, sin discusión, a una
dinámica procedente del propio programa
y se alejaran lo más posible de interpretaciones
personahstas, es decir: un «estilo
nuestro», lo que suele ocurrir con los signos
originados por «artistas» no profesionales
de la comunicación. Y, a su vez, no
quisiéramos embaucarnos en la aventura
de un «estar a la moda».
Por supuesto que se tuvieron en cuenta
los valores puramente gráficos y plásticos
que todo ejercicio profesional del diseño de
un signo y logotipo se plantea.
Trabajamos de entrada sobre el propio
nombre de la insdtución. El nombre es en
sí una imagen y porta un mensaje de identidad.
El nombre se materializa en su ora-lidad
y en su escritura, siendo ésta ya un
mensaje visual, objetivo de nuestro proyecto,
partimos, pues, de la expresión gráfica:
Centro Atlántico de Arte Moderno. Todo
signo dene, irremediablemente por su propia
naturaleza, una tendencia hacia la simplificación
y a la economía. El nombre, al
actuar como signo, dende a reducirse a su
mínima expresión, las iniciales: CAAM.
En aras de una mayor simplicidad, prescindimos
de su esencia y nos basamos solamente
en su característica, dejamos a
parte que es un centro y nos centramos en:
Atlántico de Arte Moderno (AAM). El problema
es que AAM por sí solo, puede referirse
a una gran canüdad de insdtucio-nes
de muy diversa índole. Profundizaremos
para encontrar una mayor represen-tatividad.
ATLÁNTICO. Punto de unión entre
tres continentes. Triángulo. Tres triángulos.
Tres derras. Sin embargo, estos triángulos,
unidos y enlazados por el océano At-lándco,
no están cerrados: están abiertos.
Lo mismo que el mar se prolonga hacia la
redondez y hacia el infinito, los triángulos,
las tierras, se abren en el dempo y en el espacio.
ARTE MODERNO. La razón y el gesto.
Una estructura, un soporte que refleja
la investigación, la solidez y el equilibrio.
Una tarea institucional con ánimo de ser
infraestructura. Junto a ello, la espontaneidad,
la intuición, la penetración del sentido:
El Arte: el gesto. La Eirma: la Origi-nahdad.
Y detrás de todo ello, quizá un poco inconscientemente,
Canarias.
AILANIICA
Desde el primer momento trabajamos
en la investigación de algo tan sustancial y
tan sígnico como son las pintaderas. No valía,
sin embargo, utilizar una expresión de
todo un pueblo para una institución concreta.
Pero quedaba claro que el signo tenía
que aproximarse a ellas. No la reproducción
de una pintadera, sino la evolución
de las pintaderas. Una pintadera de hoy.
Iodo signo debe funcionar bien en blanco
y negro. Sin embargo, se han elegido
unos colores cercanos a los que habitual-mente
representan a Canarias. Una leve
modificación que suponga el matiz añadido
por el concepto «artístico». Amarillo
ocre, amarillo tierra para los triángulos-letras
y azul para el gesto-mar océana.
Surgió otro detalle identiílcador, más
curioso que importante, pero significativo
del poder unitario de una imagen-signo. El
edificio, peculiar y propio, que va a albergar
al CAAM tiene como detalle más pintoresco
y como gesto más significativo el
cierre superior que se forma con dos estructuras
triangulares acristaladas cuya sección
podría ser claramente la inspiración
del signo.
Creemos que el resultado ha recogido las
intenciones y se ha plasamado en un signo
con suficiente expresividad por sí mismo,
valor añadido a la representatividad fundamental.
Tiene, además, la virtud de una
ejecución muy fácil y una memorización
sencilla y fuerte.A
U N C E N T R O DE
DOClEmCl
P A R A EL C A AM
Por José Díaz Cuyas
El modo más rápido de llegar a un
acuerdo sobre qué es un centro de
documentación es compararlo
con la imagen que todos tenemos de una
biblioteca. Esto a sabiendas de que la distancia
entre uno y otra es más aparente que
real si no es, sencillamente, que el primero
constituye el desarrollo lógico y natural de
la segunda. De cualquier forma, esta diferencia
de la que hablamos estriba en el tratamiento
y difusión que tanto en un caso
como en otro se hace de la información.
En una biblioteca, tradicionalmente, es el
usuario quien realiza las búsquedas que
precisa, búsquedas que tienen como finalidad
el acceso a los documentos originales,
en estado bruto, y no a la información que
se desprende de ellos. En un centro de documentación,
por el contrario, el personal
técnico dirige la mayor parte de sus esfuerzos
a la elaboración gracias a los sistemas
de bases de datos, de vías de búsqueda y a
la indicación de la información contenida
en los documentos originales.
Como vemos, en un centro de documentación
la función de conservación de documentos
originales, que habitualmente
venía cumphcndo la biblioteca, se desplaza,
como consecuencia de las nuevas posibilidades
que nos da la informática, hacia
la selección sistemática y la difusión selectiva
de la información. De aquí la importancia
que para un centro de este tipo cobran
las publicaciones periódicas, los repertorios
de bibliografía y todo tipo de
fuentes de referencia. Si pensamos, por un
momento, en el volumen de información
impresa que se produce cada año sobre una
materia determinada, caeremos en la cuenta
de la enorme dificultad que conlleva su
almacenamiento y conservación en su formato
original. En estos últimos años los esfuerzos
de los profesionales se dirigen tanto
hacia la conservación como a la consecución
de una comunicación efectiva y fluida
de la información. Tenerlo «todo» sólo
es posible, y con dificultades, para las grandes
bibliotecas nacionales. De hecho, no es
tan importante encontrar tal o cual libro o
artículo como saber qué hay publicado sobre
tal tema y dónde y cómo podemos conseguirlo.
Esta debe ser, en definitiva, la función
de un CD. Nuestro Centro de Documentación
no tiene un carácter independiente,
se trata de un centro especializado
que pertenece a una institución, en este
caso a una institución de arte contemporáneo.
Nuestros objetivos, en consecuencia,
son dos: el primero, de cara al exterior, cubrir
las áreas de información sobre aquellos
temas que son propios de la institución
a la que está vinculado, es decir, el CAAM;
el segundo, interno, servir de base de datos
a los programadores culturales del
CAAM. A más largo plazo, y como consecuencia
lógica de la actividad del centro,
cabe señalar como objetivos la edición propia
de repertorios, catálogos razonados y
monografías.
Entre las funciones del Centro de Documentación,
la de más amplia repercusión
social es la creación de una bibUoteca especializada
e informatizada, que contará
con hemeroteca, videoteca y fonoteca. Su
área temática, sin perder nunca de vista el
debate internacional, viene determinada
por la problemática de la tricontincntali-dad,
idea global que orienta los principales
esfuerzos del CAAM.
Centro de documentación.
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