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DOSSIER
Sudáfríca / 5ou//i África
Agracedimientos
El equipo editorial de la revista quiere expresar su gratitud y
aprecio, además de a los escritores y artistas sudafricanos participantes,
a las siguientes instituciones y personas que contribuyeron
a hacer posible este dosier:
Acknowledgments
Along with the South Afrícan writers and artists wifhout whom this
dossier would not have been possible, the editorial board of the
magazine would like to express its gratitude to:
THE JOHANNESBURG BIENNALE
THE JOHANNESBURG ART GALLERY
THE GOODMAN GALLERY
EVERARD READ CONTEMPORARY
HAZEL FRIEDMAN
LINDA GIVON
JULIA CHARLTON
KENDELL GEERS
ANDREW MEINTJES
LORNA FERGUSON
TERRIÍORIOS
La batalla
por la mente de
Sudáfrica
• • •
|LU OGUIBE Y PITIKA NTULI
MIENTRAS SE PREPARABA PARA REGRESAR A
SUDÁFRICA, EL 28 DE AGOSTO DE 1994, PITIKA
NTULI GRABÓ UNA CONVERSACIÓN CON
OLU OGUIBE EN EL ANTIGUO DOMICILIO DE
ESTE ÚLTIMO EN HACKEY, LONDRES, PARA EL
PERIÓDICO ÁFRICA WORLD REVIEW. EN OCTUBRE
DE 1994 ESTE PERIÓDICO PUBLICÓ
UNA TRANSCRIPCIÓN DE LA CONVERSACIÓN
BAJO EL TÍTULO "LA BATALLA POR LA MENTE
DE SUDÁFRICA". LA QUE SIGUE ES UNA REPRODUCCIÓN
DE ESA TRANSCRIPCIÓN, CORTESÍA
DE ÁFRICA REFUGEE PUBLISHING COL-LECTIVE,
CON ALGUNAS REVISIONES DEL SR.
NTULI Y EL DR. OGUIBE.
CENTRO ATIANTCO DE ARTE MCOERNO
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Pitika Ntuli. Ur. Olu üguibe. Hoto Cari Hazlewood.
OLU OGUIBE. Me gustaría que repasáramos algunos temas
sobre los que he estado maquinando últimamente; la heterogeneidad
esencial de Sudáfrica, el cambio en los patrones del
poder, aunque simbólico, considerando que llevará tiempo
antes de que se establezca un cambio efectivo en las relaciones
de poder más allá de la mera emancipación de la población
negra. Creo que sería interesante imaginar la nueva Sudáfrica
dentro del discurso centro-periferia, mayoría-minoría.
Con el cambio de guardia, ¿quién constituye el centro de
Sudáfrica y quién la periferia?, ¿la población blanca podría
llegar a contemplarse a sí misma como otra cosa que no fuera
el centro?, ¿vamos a ver una lucha por los márgenes como
la que estamos observando en otras partes del mundo?, ¿la
minoría sudafricana se sumaría al loby de la minoría global
junto a las poblaciones indígenas de Australia y de las Améri-cas,
por ejemplo?
PITIKA NTULI. Lo que está sucediendo actualmente en Sudáfrica
es algo muy gordo. Cuando estuve allí recientemente se
estaba discutiendo, por ejemplo, la asignación de tiempo en la
radio para la población Afrikaner. Anteriormente, los Afrika-ners
ocupaban casi el 50 por ciento del tiempo de los programas
en los medios de comunicación. Pero bajo la nueva administración,
la South African Broadcasting Corporation dice
que, considerando que el Afrikan es un lenguaje minoritario,
no merece tanto tiempo y que debe cortarse. Esto, por supuesto,
puso los pelos de punta a más de uno. Lo interesante es que
algunos de los que supervisaron este caso eran Afrikaners. En
otras palabras, ellos mismos se están adaptando a la realidad.
Sin embargo, existe un modelo de colaboración que se está desarrollando
tanto en la cultura como en los negocios. Muchos
blancos se están dando cuenta de que para recuperar su credibilidad
y tener acceso al nuevo mercado de la comunidad ne-
gra tienen que crear compañías y consorcios con negros. Una
de las compañías de abogados más importantes de Sudáfrica,
cuyos dueños son negros, anteriormente se negaba a asociarse
con blancos. Ahora me he enterado que esa compañía ha decidido
lo mismo, y que también va a ocuparse de immobiliarias
en consorcio con los blancos.
Estas medidas prácticas, como forjar uniones, facultar a
los pueblos africanos para que cambien sus destinos, para que
construyan sus propios negocios y casas, tendrá un impacto
positivo y directo sobre las nuevas formaciones culturales. Porque
el Apartheid había separado físicamente a la gente, habían
sido forzados a vivir las cosas de manera diferente. Pero en el
campo cultural se está empezando a observar una colaboración
mayor; como en el teatro, por ejemplo. Es verdad que en el pasado
también existía cierta colaboración. Existían, por ejemplo,
los Athol Fugarás y los John Kanis. Pero bajo las estructuras
antiguas el poder lo ejercían, naturalmente, los Fugarás, en
vez de los Kanis. Era una situación de poder/conocimiento. Los
socios blancos tenían conocimiento absoluto del mundo exterior,
los contactos y los recursos económicos, y todo esto lo utilizaron
con poder. Esto, sin embargo, está empezando a cambiar
gradualmente. Todavía se advierte una barrera de conocimiento,
de destreza y habilidad y, sin duda, bajo el disfraz de la
colaboración, algunos van a ser, una vez más, subyugados. Como
tú sabes, abolir legalmente el Apartheiá es una cosa; abolir
las actitudes es otra. De algún modo la gente va a mantener estas...
OGUIBE. Estructuras de referencia.
NTULI. Precisamente. La administración de las universidades
es blanca. Las infraestructuras de la opresión en cierto sentido
están todavía intactas y llevará tiempo antes de que se reconsideren
ciertas cosas. A modo de prognosis, el Dr. William Mak-hoba,
vicecanciller de la Wits University, publicó recientemente
un artículo en el Times Higher Eáucation Supplement sobre
el continuo eurocentrismo de las universidades africanas y cómo
esto necesita desplazarse. Ya existe una intención de africa-nizar
los conceptos, las ideas de dirección y permitir que se desarrollen
algunas de las cosas hasta ahora suprimidas en algunos
departamentos de la Wits y de replantear el poder acumulativo
del pasado y el presente. Muchas de las universidades
africanas de Sudáfrica fueron establecidas bajo el Apartheiá;
pero, de todas, sólo una tiene un departamento de Bellas Artes,
lo que no sucede en las universidades blancas. No existen conferencias
serias, ni hay conferenciantes o decanos de color. Ya
ves cómo se construyen las formaciones culturales. En Sudáfrica,
Bellas Artes se considera como el coto de la créme áe la éreme,
la élite, y por lo tanto los africanos no están cualificados
para introducirse en esta área. Las Bellas Artes no se contemplan
en términos del impacto sobre las formaciones socio-económicas,
sobre las ideologías, sobre las historias. Estos son algunos
de los temas que se necesitan resolver.
No obstante, este año sucedió algo interesante. Durante
más de veinte años se ha venido celebrando, principalmente
con la participación de blancos, el Festival de Arte de Gra-hamstown,
que commemora el asentamiento blanco de 1820.
Ahora las cosas están cambiando. Este año vino gente de Nigeria,
Kenia, Zaire y países vecinos. Los medios de comunicación
se ocuparon del festival y fue casi como el Festival de Edimburgo.
En cierto sentido, esto se proyecta en lo que sucederá en
el futuro, que es la probabilidad de más colaboración en esta
clase de terreno entre coreógrafos, músicos clásicos, artistas y
otros. En otras palabras, no creo que la gente esté tratando de
desplazar a los blancos hacia la periferia. Creo que la gente asumirá
la llamada de Mándela a la creación de una Nación Arco-iris,
al espíritu de reconciliación. No obstante, el tema más importante
es que necesitamos reconciliarnos sin olvidarnos de lo
que se está reconciliando, sin perder de vista lo que debe mantenerse
infinitamente.
La misión del Ministerio de Cultura y de todos los involucrados
en esta área es ésta: ahora que todas las estructuras de
las que estaba excluida la gente en el pasado están abiertas, los
teatros, las instituciones, los espacios de expresión cultural integrada,
¿cómo utilizamos todo lo que hasta ahora estaba reprimido?
Uno tiene la impresión de que ya existen tensiones en
el ministerio. Las alianzas del pasado entre los Afrikaner y el
Freeáom Party de Inkatha previsiblemente se reflejarán en la
elección de los Consejeros del Ministerio, considerando que
está dirigido por un oficial de Inkatha. En la prensa ya se ha publicado
que Winnie Mándela, la ministra diputada, no fue consultada
en numerosos temas relacionados con el nombramiento
de consejeros, y ella ha puesto en entredicho algunos de estos
nombramientos (1). Lo que es alentador es que mientras
estuve allí tuve una reunión con Winnie Mándela y, para mi
sorpresa, me pareció fascinante. Dijo: "Pensaba que entendía
lo que era la cultura, pero resulta que no, que es ahora que estoy
en el Ministerio cuando empiezo a aprender". Y está aprendiendo
a toda marcha. En su programa, por ejemplo, ella ha
vinculado la cultura con temas sociales como el de los deshau-ciados
y vagabundos. Está enfocándose sobre la cultura material
de los deshauciados, sobre el lugar de éstos en los festejos y
entretenimientos, pidiéndonos que consideremos cómo disfrutan
de sus vidas, reiterando que las necesidades culturales
estén vinculadas a cada aspecto de la realidad social. Para ella
necesitan abolirse las divisiones entre las necesidades espirituales
y materiales de la gente y considerar estas cuestiones simultáneamente,
toda vez que la vida de la gente debe mejorar económicamente
para que puedan disfrutar de ella. No obstante,
las estructuras no están todavía establecidas.
OGUIBE. No obstante, es sorprendente que esto sea un descubrimiento
nuevo. Cualquiera habría pensado que Sudáfrica ya
era nuestro mejor ejemplo de la unidad inextricable de la cultura
y la realidad, considerando que la historia de la lucha de
Sudáfrica es una historia cultural, la historia de una lucha en la
que la cultura era el instrumento principal.
NTULI. Desde luego, esto es dolorosa y abrumadoramente
cierto. La forma Toyi-toyi, por ejemplo, era una forma completamente
nueva nacida de la lucha. Todo se hacía con ritmo,
todo se hacía creativamente. Ningún Toyi-toyi se parecía a
otro. ¿Pero qué pasó durante la inauguración del nuevo gobierno?
¿Tú viste esos Toyi-toyi que trajeron el cambio? No. La
ausencia de los Toyi-toyi, la mismísima fuerza que movilizó a
la gente durante la celebración de la victoria de ese proceso demuestra
que la cultura está empezando a considerarse completamente
diferente. Alguien me dijo que la ausencia era necesaria
porque algunas de las consignas avergonzarían a la comunidad
internacional, pero fueron precisamente esas mismas
consignas las que hicieron posible que la comunidad internacional
hiciera acto de presencia en Sudáfrica en este momento
histórico.
Por otra parte, recordarás que después de la Segunda
Guerra Mundial los alemanes establecieron un comité para
buscar formas de purificar el lenguaje de las obscenidades del
nazismo. Sin embargo, en Sudáfrica te encuentras con que,
mientras los políticos se preocupan de la probabilidad de que
los eslóganes del Toyi-toyi perturben a los extranjeros, todavía
se utilizan abiertamente muchas de las obscenidades e insultos
dirigidos a los africanos. El Apartheid funcionó no sólo a un nivel
material sino también psicológico, lingüístico; lo penetró
todo. Por eso es necesario que los que están en el poder consideren
este tema con mucho cuidado. Deberían organizarse
conferencias sobre la cuestión del lenguaje, por ejemplo, sobre
la purificación del lenguaje del pasado.
Recientemente, en un programa de radio, sugerí que levantáramos
un museo de las atrocidades del Apartheid. Algunos
dijeron que no, que sería contrario al espíritu de reconciliación.
Pero mi punto de vista era que el propósito de un monumento
al pasado no es que linchemos a la gente en pago por
lo que hicieron, sino que no hagamos a los demás lo que nos
hicieron. Cuando los Afrikaners fueron vencidos y humillados
por los ingleses, erigieron el monumento Voortrekker, que se
convirtió en un santuario. Recientemente se han construido
dos museos sobre el holocausto judío. Entonces, ¿por qué sería
ofensivo que nosotros etableciéramos un símbolo de recuerdo?
Por ejemplo, ¿qué habría de malo si cogiéramos la casa de
Brandford donde vivió Winnie Mándela, una casa que ftxe
bombardeada más veces que ninguna otra en la historia del
país, y la declaráramos monumento nacional? Muchos artistas
apoyan esto como punto de partida, porque independientemente
de lo que algunos digan sobre Winnie Mándela, ella es
una de las figuras más populares de las comunidades, una de
las pocas con la valentía para fustigar al gobierno. A menos que
tengamos estructuras que ayuden a la gente a recordar, núes-
tros hijos, los que están naciendo ahora, puede que no tengan
otra forma de saber lo que pasó. Ahí está Robben Island y la
propuesta para convertirla en una colonia turística. Hay que
tener mucho cuidado para no traicionar la significancia de
Robben Island. Primo Levi recordaba haber visitado Auschwitz
y encontrarlo tan saneado y restaurado que el espíritu del lugar
se había adulterado. Esto sería inaceptable en Robben Island.
OGUIBE. Es particularmente importante que Robben Island
refleje el nivel de crueldad que simboliza ahora.
NTULI. También he sugerido que ocupáramos uno de los muchos
vertederos de las minas en los que murieron miles de personas
y que invitáramos a artistas de Sudáfrica e internacionales
y los transformáramos en un monumento nacional en memoria
de los muertos.
OGUIBE. En efecto, hay tanto que puede transformarse en
monumentos commemorativos, y lo que mencionaste antes
sobre que los niños recuerden es lo más pertinente. Porque si
tomas, por ejemplo, la antigua Unión Soviética o Cuba te darás
cuenta de que las recientes olas de disidencia en estos países
fueron iniciadas por una generación demasiado joven para
que recordara el pasado, gente que, porque nacieron en cierto
liberalismo relativo, han dado por garantizado, y de este modo
han olvidado, los legados de anarquía y crueldad de los que
surgió ese liberalismo. Y esto es peligroso, porque sólo cuando
la gente tiene memoria del pasado puede aproximarse al presente
con objetividad y proyectar con efectividad en el futuro.
NTULI. La pérdida de memoria ya está ocurriendo. Le enseñé
un libro de referencia a mi sobrino de trece años y no tenía ni
idea de lo que era. Tuve que explicarle la forma en que detenían
a nuestra gente en la calle para que mostraran sus pases
antes de que pudieran seguir caminando libremente, y se quedó
asombrado. Esto se suspendió hace menos de diez años y
nuestros hijos ya han perdido el conocimiento de esta historia.
Hay gente que está tratando estos temas a nivel individual.
Existe un gran temor de que se pierdan recuerdos cruciales.
Todo esto conduce a la cuestión de qué temas consideramos
en nuestro teatro, en nuestra poesía, en nuestras novelas.
Uno supone que ahora se publicarán más novelas en Sudáfrica.
En el pasado existían pocas oportunidades para la novela.
Pocos escritores podían concluir una novela sin acabar en un
proceso, en la cárcel. De modo que existen nuevas aperturas,
pero tienen que existir debates abiertos, y aquí es donde se introducen
las universidades; organizar talleres en la comunidad,
llevar a la gente a las universidades, fomentar sus habilidades.
Esperamos que en Bellas Artes podamos crear cursos de acceso
para artistas sin educación formal. En toda Sudáfrica existen
artistas prominentes cuyas obras son tema de cursos universitarios,
y sin embargo no se les permitiría matricularse en las
universidades. Algunos son autodidactas. Otros estudian arte
por correspondencia. En una ciudad como Durban, por ejemplo,
existe un grupo de estos artistas que están esperando entrar
en las instituciones que en el pasado les negaron ese derecho,,
que les cerraron las puertas. Discutir estos temas es un reto
verdaderamente intimidante.
La Universidad de Witswatersrand, por ejemplo, tiene la
colección más grande del mundo de piezas con cuentas. Pero
todo está guardado en sótanos y cajas. Me imagino lo que sería
llevar a las concentraciones urbanas negras (townships) y mostrarles
esta riqueza de su propia cultura material. ¿Qué provecho
tiene el cerrarlo todo bajo llave y fuera del alcance de la
gente?
OGUIBE. Esto suscita la cuestión de qué estructuras y marcos
de representación son apropiados para la cultura sudafricana
después del Apartheid. ¿Las universidades y los museos y otros
espacios elitistas similares tratarían con justicia el legado de la
lucha? ¿Este momento no requeriría espacios que garantizaran
mayor acceso de la gente a su cultura material, necesitando de
este modo una estrategia diferente de exposiciones, una estrategia
diferente de revaluación a través de la que la gente pudiera
involucrarse en una confrontación constante y directa con
todos los aspectos de su realidad? A mí me parece que Sudáfrica
ofrece una oportunidad única para comenzar cosas y para
darles su propio enfoque.
NTULI. Parte de lo que está pasando, como tú sabes, es que va
a celebrarse una Bienal en Johannesburgo. Ya existe un gran
debate en torno a la Bienal. Yo estuve en Sudáfrica a principios
de 1994 para participar en el forum de comisarios de arte que
organizó la dirección de la Bienal. Fue interesante en cuanto la
comunidad, académicos, comisarios de arte internacionales,
como Jean Hubert Martin, Rita Keegan, Sunil Gupta, etc., estaban
allí procedentes de todas partes. Y lo que salió de las discusiones
fue que un número de estos comisarios decía que las
Bienales estaban pasadas de moda porque enfatizan el nacionalismo,
que es reaccionario. Cuando hablé con algunos artistas
jóvenes que participaban, estos respondieron que no tenían
idea sobre si las Bienales estaban pasadas de moda o si el nacionalismo
era reaccionario. En lo que les concernía, decían,
todavía estamos construyendo nuestra propia nación, y nuestra
nación, o el espíritu del nacionalismo, no es irrelevante. Si
el nacionalismo está anticuado en Europa porque los europeos
pueden permitirse viajar a donde quieran y sus obreros pueden
conseguir excursiones organizadas y viajar a Guinea Papua
cuando les plazca, entonces pueden deshacerse del nacionalismo.
Todo lo que nosotros tenemos es nuestra nación, y con
ella vamos a quedarnos hasta que descubramos por nosostros
mismos que, quizás, ya no es viable.
De esto uno puede deducir un caso brillante de esencia-lismo
estratégico, porque lo que la gente está viendo realmente
es que el nacionalismo es una fuerza movilizadora muy buena.
No puede ser un fin en sí mismo.
OGUIBE. Al mismo tiempo, a un pueblo no se le puede negar.
Tú no puedes impulsar repentinamente a las sociedades
en una nueva forma de pensar que es conveniente para tí dentro
de tu propio contexto histórico, sin reconocer sus propias
peculiaridades. Esta es esencialmente la dificcultad que tengo
con estos intermediarios de la teoría internacional; la manera
en que se apresuran a dirigir a las sociedades, como si fueran
ganado, en nuevas formas de pensar diferentes a las propias y
que tienen poco que ver con éstas. Esto no es solo insensible,
sino paternalista. En el caso de Sudáfrica es como poner el dedo
en la llaga.
NTULI. Esto es, por supuesto, de lo que trata el discurso colonial:
reordenar los conceptos que la gente tiene de sí misma. Es
sobre todo empobrecer la espiritualidad de los demás, materialmente,
culturalmente, etc. Es, de nuevo, una cuestión de
traducción, de cómo traducen las otras culturas en versiones de
sí mismas de segunda mano. Entonces, el peligro y la amenaza
es que la gente diga: aquí estamos, si odias lo que nos gusta, vete
al carajo. Nuestro problema está, de hecho, aquí y ahora.
OGUIBE. Me gustaría que considerásemos algunos de los temas
más importantes de la Bienal, de cuya existencia me vine a
enterar en Australia. No obstante, encuentro los métodos de
sus comienzos algo perturbadores, y esto ha pasado también en
Australia, es decir, que hayan llevado a los llamados comisarios
internacionales de arte para establecer el marco de las actividades.
A menudo, estos traen con ellos agendas egoístas y distanciadas
que tienen poco o nada que ver con los temas y las sensibilidades
del país. Y la mayoría de estos individuos son mercenarios
que se presentan como proveedores del nuevo liberalismo
cuando de hecho su misión es establecer una nueva hegemonía.
NTULI. Tal vez puedo poner en perspectiva la situación. Aquí
estoy yo, un sudafricano con una posición relativamente importante
en mi país. Y sin embargo, la idea de la Bienal me cogió
completamente por sorpresa. Habían traído a alguien de la
Wits University para que organizara un forum sobre el asunto,
y éste consideró consultar conmigo, por lo que pedí detalles.
Mi idea era que sería bueno tener una plataforma para la
discusión si las comunidades estaban también involucradas. En
general, esto se aceptó. Pero mientras estábamos allí, el mensaje
que se ofreció fue que estos llamados comisarios internacionales
de arte iban a ayudar a dar forma a la mminente Bienal.
Algunos les dijimos que no podían venir de sus propios países,
que son absolutamente racistas y que constantemente nos miran
por encima del hombro, para sólo perpetuar esa forma de
relación; muchas gracias. De modo que dijimos que no, que
ninguno de ellos iba a elegir por nosotros. Que volvieran a sus
países y que allí hicieran lo que les apeteciera.
Lo bueno que surgió del forum fue que acordamos crear
una programa a partir del cual estos comisarios internacionales
llevaran a sus países a algunos jóvenes para instruirlos o
educarlos como comisarios. Por ejemplo, Jean Hubert Martin
se llevaría a su país a uno y Sunil Gupta a otros a Gran Bretaña,
de modo que estos jóvenes observaran de primera mano lo
que se hacía en estos países. A mi me pareció una idea original.
Pero el peligro de eso...
OGUIBE. Estaba ansioso por Uegar a los peli; gros.
NTULI. Sí, el peligro era la clase de orientación que estos jóvenes
iban a tener, teniendo en cuenta que ésta podría ser absolutamente
letal.
OGUIBE. Ya te puedes imaginar el resultado que puede producirse
del tutelaje de Jean Hubert Martin, cuyas estrategias como
comisario artístico son absolutamente inaceptables (2).
NTULI. Exactamente. Ahora bien, también tengo un caso real.
Dos de estos jóvenes llegaron a Inglaterra con Gupta, y resulta
que yo estaba paseando por la calle cuando alguien me comentó
que se habían tropezado con unos comisarios sudafricanos.
Así que llamé a Sunil y éste me dijo que sí, que estaban aquí.
Por todas partes -entre amigos negros, centros culturales y artistas-
pregunté si habían conocido a estos dos jóvenes y ninguno
sabía nada de ellos. Esto me enfureció.
OGUIBE. Esto mueve nuestra discusión en una dirección significativa.
Es importante anotar que mientras que en el pasado
la cultura sudafi-icana era vulnerable a la represión interna, hoy
es vulnerable a los buitres del exterior, del mismo modo que la
economía del país es siempre vulnerable a la mecánica y a las
maquinaciones del capital internacional.
NTULI. Lo que está pasando es la ley de la inversión. Ahora
bien, hubo años de boicot cuknrú. Un efecto positivo del boicot
cultural fue que la gente cultivó sus formas indígenas, originales,
irrepetibles. Las luchas, como tú correctamente has indicado,
fueron casi enteramente culturales, irrepetibles. Por
supuesto que puedes encontrar aspectos similares en Sudamé-rica
y en otras partes, pero, a su manera, son situaciones únicas.
Ahora que llegó la apertura, estamos invitando a Sudáfrica
a gente que no tiene ninguna razón para estar ahí. Porque lo
que nosotros subrayamos a la gente clave de Sudáfrica durante
el forum de la Bienal fue que muchos de los invitados practicaban
el racismo en su propio país y por lo tanto no tenían conciencia
de los temas que afectan a los negros. De modo que nadie
debe engañarse con las falsas pretensiones de liberalismo.
En otras palabras, esa orientación ya existe.
Esto nos lleva de nuevo al papel que deben jugar las universidades.
Si por ejemplo Wits University, que es de donde proviene
la mayoría de los jóvenes que se adiestran para ser comisarios
de arte, asumiera esa clase de reorientación, trabajando en
conjunción con la ciudad de Johannesburgo, entonces traeríamos
a gente que fuera ideológicamente apropiada y transparente.
De lo contrario estaríamos disparando balas que rebotarían
contra nosostros mismos. Estamos, por lo tanto, en un momento
de nuevas iniciativas y nuevas amenazas. Al abrirnos al resto
del mundo necesitamos dejar claro qué es lo que queremos.
Como proyecto, mi idea es organizar un programa de intercambio
de estudiantes. Digamos que conseguimos que estudiantes
de la Universidad de Nigeria, Nsukka, vengan a Sudáfrica
y que trabajen con la gente y mientras tanto estudiantes
sudafricanos vayan a Nigeria a ver por sí mismos la situación,
esto ayudaría enormemente a que los jóvenes se familiarizaran
con sus entornos inmediatos antes de lanzarse a las culturas y
sociedades que tienen tan poco que ver con la nuestra. En muchos
casos, como tú sabes bien, para ir de Sudáfrica a Ghana o
Nigeria tienes que hacer escala en Heathrow. Trasbordo. Actualmente,
Sudáfrica tiene menos que ver con el resto de África
que con América o Gran Bretaña. Y estas son las cuestiones
que tienen que cambiar y resolverse. Pensar que gente como
Sunny Ade, Yossou N'Dour y Salif Keita nunca han estado en
Sudáfrica mientras que Diré Straits y otros están permanentemente
allí a través de la televisión americana vía satélite, y que
algunos fueron invitados por el régimen blanco de Sudáfrica
cuando no se permitía la presencia de los negros. Todavía exis-
te ahí fuera todo un terreno blanco y existe la necesidad de re-africanización
para la gente negra cuyas mentes han sido deformadas
por lo que pasaba. No obstante, la fuerza que creo
que existe dentro de nuestro país -y esto es irónico- es que hemos
heredado muchas cosas poderosas que pueden convertirse
en valores negativos poderosos. Hemos heredado un país
que es un complejo industrial militar. Las autopistas son tan
anchas que avionetas aterrizan en ellas; de hecho fueron diseñadas
así, sin obstrucciones. El país que hemos heredado es
ideal para la represión. Ahora bien, también hemos heredado
un grupo de gente joven muy articulada. Muy práctica, muy
clara, muy analítica, muy creativa, muy inventiva. Y sindicatos
que son una plataforma cultural. ¿En qué otra parte del mundo
los sindicatos organizaron a los desempleados, y les enseñaron
a hacer carteles y camisetas, a pintar y a hacer poesía, a
crear música y grupos culturales? ¿Dónde está toda esa cultura?
Eliminada y excluida. ¿Para favorecer qué?
Año primero: punto de partida. Necesitamos considerar
todos esas cuestiones. Hemos visto demasiada represión y no
queremos eso. Necesitamos escribir los poemas de amor que no
pudimos escribir porque durante los años de la lucha se consideraban
humanismo burgués y, por lo tanto, suprimimos esas cosas
o las dejamos a un lado. Pero eran las cosas que nos mantenían.
Debemos recordar también que nunca emprendimos la
guerra porque odiásemos a nuestro enemigo, sino porque amábamos
la libertad. Esto debe estar en la agenda de las autoridades
culturales. Y necesitamos restaurar también lo que se destruyó en
Sudáfrica. Junto con el Toyi-toyi estaban los "parques de la paz",
que la gente construía por todo el país y que el gobierno continuó
arrasando. Algunos han documentado estas cosas. Algunos
de esos parques necesitan ser reconstruidos, no necesariamente
en su forma original, sino como commemoración, de forma que
los niños los vean y puedan preguntar quién los hizo y por qué.
Ya le dije a la gente de mi pueblo que todos a los que les tiraron
las puertas abajo y no las repararon, todos los que tengan
fotografías de sus hijos que fueron asesinados, o los que tengan
cualquier clase de recordatorios, que los conserven porque los
reuniremos y crearemos para ellos una galería. Imagínate que vas
a una de estas concentraciones urbanas negras y compras una casa
y colectas todo lo que recuerda lo que sucedió en esa área; pequeños
momentos, joyas de la memoria, de modo que la gente
pueda decir que hubo un día en el que sucedió esto o aquello.
¿Qué habría de malo en convocar a la gente en el estadio
nacional para un día de recuerdo? La gente ya está empezando
a decir que necesitamos esto porque cada vez que nos reunimos
hablamos sobre estas cosas y nos alegramos de que la gente
haya sobrevivido. Así que necesitamos archivos, necesitamos
investigación. Puedo entender todo esto, pero la lucha por la
mente es lo más crucial. Ayer encontré en este libro de cinco
peniques algo que es muy pertinente para Sudáfrica. Es algo de
A.N. Whitehead. La nueva mentalidad, dice Whitehead, es más
importante incluso que una nueva ciencia, que una nueva tecnología.
¿Qué mejor advertencia que ésta para el Ministerio de
Cultura, Ciencia y Tecnología? Debemos salir de la vieja mentalidad
y entrar en la nueva. CLR James decía que al pasar de la
represión a la revolución, y de la revolución a la nueva era, necesitamos
nuevos versos, nuevos pensamientos, nuevas ideas
para poner en movimiento a una nueva persona. Y eso es lo
que necesitamos en Sudáfrica.
NOTAS DE LOS EDITORES
1. Durante la primavera de 1995, unos meses después de que Afrkan World Re-view
(London, Octoberl994) publicara esta entrevista, Winnie Mándela fue
despedida de su posición de ministra-diputado en el Ministerio de Cultura
de Sudáfrica.
2. Jean Hubert Martin fue el comisario de la controvertida exposición "Magi-ciens
de la Terre"( París, 1989), una muestra ampliamente contestada por la
crítica, académicos e intelectuales africanos.
Pitika Ntuli es un reconocido escultor, poeta y profesor sudafricano. En 1978
llegó a la Gran Bretaña, después de un período de encarcelamiento solitario en
Swazilandia, y rápidamente se convirtió en el rostro cultural de la comunidad
sudafricana del exilio en Inglaterra. En sus actuaciones, exposiciones y como
uno de los pioneros de la pedagogía multicultural en Gran Bretaña, Ntuli ha
considerado la cultura como el teatro principal de la lucha democrática. En
1994 se incorporó a la plantilla de profesores de la University of Witsvíaters-rand,
Johannesburgo
Olu Oguibe es un poeta, artista y crítico nigeriano. Es co-editor de la revista
NKA Journal ofContemporary Afrkan Art (Nueva York), colaborador de Third
Text (Londres) y ha publicado ampliamente en diversas revistas y periódicos
internacionales. Ha impartido cursos de literatura, arte y teoría crítica en numerosas
instituciones, incluyendo la School of Oriental and African Studies, en
el Goldsmiths College de la Universidad de Londres. Actualmente, el Dr. Oguibe
es profesor adjunto en el Departamento de Historia del Arte y la Arquitectura
de la Universidad de Illinois, en Chicago.