INSTITUTE OF VISUAL ARTS
INSTITUTO DE ARTES VISUALES
MICHELLE GRABNER
Tras obtener mi licenciatura en Historia del Arte en lo Universidad
de Wisconsin-Milwaukee (UWM), trabajé durante varios semestres
como ayudante de proyectos en el Museo de Arte de la Universidad.
Uno de los recuerdos más extraños, entre los muchos
que guardo de aquella experiencia, fue una tarde que pasé con
el antiguo director del museo, Michael Flanogan, en la vivienda
del rector: una mansión construida sobre el lago Michigan. Estábamos
empaquetando e inventariando una importante colección
de trofeos de caza europeos del siglo xix que el rector había escogido
en el Museo de Arte de UWM para decorar su residencia
en el campus cuando accedió por primera vez al cargo. Su mandato
en la universidad había concluido, y nosotros teníamos que
devolver las copas de plata al almacén de los sótanos del museo,
un edificio de estilo Tudor construido en 1 93ó en el recinto del
campus. Esto ocurría a finales de la década de 1980, y desde entonces
han pasado por allí varios rectores más.
El Museo de Arte de UWM ya no existe. Actualmente, y bajo
la dirección de su fundador, Peter Doroshenko, la nueva institución
adscrita a la UWM desarrolla una actividad artística muy
diferente: una programación de amplio alcance y fama mundial,
más apreciada en los círculos artísticos y entre la crítica de Europa
y América del Sur que en el Medio Oeste estadounidense. En
1996, el Instituto de Artes Visuales (INOVA) abrió las puertas del
antiguo museo. Pero su contenido, su equipo de gestión y su compromiso
con un nuevo modelo de investigación y producción de
las artes visuales nada tenía que ver con la clásico y estrafalaria
institución en que, lamentablemente, se había convertido el antiguo
museo de la universidad.
Doroshenko, alumno de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee,
identificó el museo universitario como un posible espacio
de producción e imaginación cultural. Salvo raras excepciones, la
mayoría de los museos universitarios forman parejas íntimas con
los departamentos de arte e historia del arte, para promocionar
una investigación sólida aunque muy aburrida sobre colecciones
poco sistemáticas. Doroshenko se proponía crear un espacio donde
la exposición de obra nueva de artistas internacionales fuese
la norma, en lugar de la excepción. Valoraba la importante aportación
que la Renaissance Society, de la Universidad de Chicago,
venía ofreciendo al mundo de la cultura y el arte contemporáneos
desde hacía cinco décadas, y deseaba ampliar este modelo ofreciendo
exposiciones colectivas y desarrollando al mismo tiempo
múltiples proyectos individuales de carácter anual.
Pero la ruptura con el supuesto formato ideal de museo un¡-
As Q gradúate student in the Art History Department at the
University of Wisconsin-Milwaukee (UWM) I spent several
semesters working as a Project Assistant at the University Art
Museum. One of my queerest memories -and ttiere where many
of that institutional experience- was spending an afternoon with
the museum's former director, Michael Flanagan, at the
Chancellor's mansión over looking Lake Michigan. We v/ere there
wrapping and taking inventory of a large collection of 19th
century European hunting chalices that this particular
Chancellor selected from the UWM Art Museum's spotty
collection to adorn his University-owned home when he first took
the position. He was leaving his appointment at the University
and we were bringing these regal silver cups back home to their
basement vaults in the museum's 1936 Tudor building on
campus. That was in the late 1980s and several chancellors ago.
The UWM Art Museum no longer exists. Today, under the
charge of its founding Director, Peter Doroshenko, UWM sponsors
a totally different art institution; a far-reaching program with a
global reputation that is more appreciated in artistic and critical
Gíreles in Europe and South America than in its own Midwestern
backyard. In 1996, the Institute of Visual Arts (INOVA) opened
the same leaded glass doors of the UWM Museum before it. But
this time, its content, staff and commitment to a new
institutional model of visual arts scholarship and production
replaced the unexceptional, albeit quirky, model that has
regrettably come to define the University museum.
Doroshenko, an alumnus of the University of Wisconsin-
Milwaukee, identifled the University museum as a site of
potential cultural production and imagination. With a few
exceptions, most university museums are simply cozy bedfellows
with the university's art and art history department, promoting
sound yet academically dull research on holdings from desultory
collections. Doroshenko was looking to créate a site where
exhibiting new work by International artists was the norm, not
the exception. Recognizing the contribution that the University of
Chicago's Renaissance Society has made to contemporary art and
culture over the last five decades, he desired to amplify their
model by dispensing with group exhibitions and initiating a
myriad of one-person projects every year.
v^A
versitario tropezó inicialmente con algunas resistencias en los medios
académicos. Así las cosas, no bien tomó posesión del cargo,
Doroshenko estimuló de inmediato diversos acuerdos de colaboración
con el Departamento de Cine, el Centro de Estudios Internacionales,
el Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños,
el Centro de Estudios sobre el siglo XXI, y otros más. Su intención
era crear un centro de la cultura visual en el seno de la universidad,
capaz de establecer relaciones de cooperación y de atraer
al público más allá de los departamentos de Arte e Historia del
Arte.
En el verano de 1997, Doroshenko nombró a Morilu Knode
Comisaria Jefe. Juntos trabajaron para dotar a INOVA de un
equipo de comisarios adjuntos fuera de Estados Unidos. Este equipo
está integrado en la actualidad por Jéróme Sans, Pedro Alon-zo,
Silvia Karman Cubiñá, Brigitte Kólle y Víctor Zamudio-Taylor.
Todos ellos aportan a INOVA una visión de la producción artística
desde distintos lugares del mundo que no merece el interés de
otras instituciones afincadas exclusivamente en Estados Unidos.
"INOVA crea oportunidades para los artistas; no sólo para
los comisarios", afirma con orgullo Doroshenko. Así, desde sus
comienzos, INOVA ha albergado un total de noventa exposiciones
individuales, en su mayoría nuevos proyectos, especialmente
desarrollados para esta institución. La joven artista francesa Do-minique
González-Foerster realizó dos obras nuevas durante su
estancia en la ciudad, en la primavera de 1997. En una de sus
instalaciones se observa claramente la influencia de su visita a
Milwaukee, en concreto sus trastornos del sueño como resultado
del cambio horario y las peculiaridades de la radio local. Esta instalación,
titulada Milwaukee Room, consiste en un colchón cubierto
con una sábana, colocado en el suelo de una de las salas
de INOVA. El colchón está flanqueado por dos radio-despertadores
y una cuerda de pared a pared de la que cuelgan lucecitas
blancas, como única fuente de iluminación en la sala oscura. Los
visitantes son invitados a tumbarse en el colchón y a escuchar la
radio-despertador, incluso a echar una cabezada, si lo desean.
Tras su exhibición en INOVA, la galería de arte parisino Jennifer
Flay volvió a instalar lo obra en Art Chicago.
Esto es exactamente lo que favorece INOVA. El centro invita
a un artista de Francia, de México, de Escondinavio o del Caribe
antes de lo fecha prevista para la exposición. Introduce al artista
en la Universidad y en la ciudad, y comenta con él los recursos
y las posibilidades de lo exposición. Por ejemplo, recuerdo
que uno noche salí a cenar con Peter Doroshenko, Marilu Knode,
Maurizio Cattelan y algunos otros artistas. Cattelan no paraba de
dar ideas pora su futura exposición en INOVA. Una de sus propuestas
era proyectar películas de piratas simultáneamente en el
Fotos 1, 2 y 3: DOMINIQUE GONZALEZ-FOERSTER. Waterloo-Martini, 1997, baldoso
de vinilo y gel luminoso, bando sonora de Xovier Boussiron, por cortesía
del Instituto de Artes Visuales de Milwaukee | vmyl tile and gel lighting,
soundtrack by Xavier Boussiron, courtesy Institute ot Visual Arts, Milwaukee.
Foto 4: DOMINIQUE GONZALEZ-FOERSTER. Sfürm, 1997, técnica mixta, por cortesía
del Instituto de Artes Visuales de Milwaukee | mixed media, courtesy
Institute of Visual Arts, Milwaukee.
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But breaking from the accepted university museum ideal
would initioUy have some resistonce within the academy. So,
upon arriving, he immediately went to work fostering affiliations
with the University's Film Department, Center for International
Studies, Center for Latin American and Caribbean Studies,
Twenty-First Century Studies and others. He wanted to establish a
visual culture locus within the university, developing audiences
and partners beyond the obvious Art and Art History
Department.
In the summer of 1997, he brought Marilu Knode on board
QS Sénior Curator. Together, they worked to outflt INOVA with a
team of adjunct curotors who hail from locations outside of the
United States. Today, that team is comprised of Jerome Sans,
Pedro Alonzo, Silvia Karman Cubiñó, Brigitte Kolle and Victor
Zamudio-Taylor. These curators bring to INOVA a scope of art
production from regions of the world that go overlooked by
institutions and curators housed exclusively in the US.
"INOVA is about creating opportunities for artists, not just
curators," Doroshenko boosts. And since their inception, INOVA
has hosted over ninety one-person exhibitions, many of which
were new projects originated specifically for INOVA. For example,
the young French artist, Dominique Gonzólez-Foerster, made two
new pieces when she carne to town in the spring of 1997. One
installation was directly influenced by her visit to Milwaukee;
specifically her sleeping accommodation and the peculiarity of
the city's local radio. Titled Milwaukee Room, she installed a sheet-covered
full-size mattress on the floor in one of INOVA's galleries.
Flanking it with two radio alorm docks, she casually draped a
string of white holiday lights between the wall and futon as the
only source of illumination in this dark gallery. As viewers to the
show, you were welcome to lay down and listen to the clock
radios, even doze off if you liked. After the INOVA show, her
Parisian gallery, Jennifer Flay, reinstalled it at Art Chicago.
This is exactly what INOVA encourages. They will bring in
an artist from France or México or Scandinavia or the Caribbean
prior to their scheduled show. INOVA introduces them to the
university and the city, discussing resources and exhibition
possibilities. For example, I recall being out to dinner with Peter
Doroshenko, Marilu Knode, Marizio Cattelan and a few other
artists. Cattelan was rattling off ideas for bis up-coming show at
INOVA. One of his ideas was to show bootleg movies that were
Fotos 1 y 2: FIERRE HUYGHE. Motion Sfvdy, 1999, fotograma, proyección en
vídeo. Cortesía del Instituto de Artes Visuales de Milwaukee y la Galería
Marión Goodman, Nueva York/París | slill, video projection, courtesy Institute
of Visual Arts, Milwaukee ond Marión Goodman Gallery, New York/Poris.
Fotos 3 y 4: FIERRE HUYGHE. Motion Study, 1999, detalle de la instalación, proyección
en vídeo. Cortesía del Instituto de Artes Visuales de Milwaukee y la
Galería Marión Goodman, Nueva York/París | installation detoil, video projection.
Courtesy Institute of Visual Afts, Milwaukee and Marión Goodman
Gallery, New York/Poris.
famoso Oriental Theater de Milwaukee. Otra, colocar una lámparo
en la galería, llevar un cable por toda lo costa del lago Michigan
y enchufarla en algún punto de Chicago. Finalmente, Catte-lon
colocó a un mendigo acuclillado en la puerta de INOVA. La
obra tenía una profundidad política que no filtraba su humor típicamente
irónico. Lo cierto es que el público que acudió desde los
alrededores del campus exigió lo retirada de lo obra, justo lo reacción
que Cattelan se proponía suscitar.
El artista alemán Leni Hoffman utilizó el mobiliario de la
universidad y cubrió el suelo con plastilino rosa y verde, sobre el
cual instaló a continuación un conjunto de asientos marrones. Más
cerca de casa, el artista de Chicago D'nell Lorson, cubrió con telas
todos los ángulos rectos del interior de la galería en otoño de
1998. Y el año pasado, el artista de Milwaukee David Robbins hizo
una funda para un banco del museo con dibujos de arlequines
y la cubrió con campanillas de plata para su exposición de obro
nueva y antigua. Erwin Wurm, Phillipe Parreno, Fierre Hughye y
otros muchos artistas contemporáneos igualmente respetados han
desarrollado en Milwaukee nuevas creaciones. Asimismo, se han
ofrecido interesantes retrospectivas individuales de Tony Tasset y
Jim Isermann.
La Universidad de Wisconsin se encuentra situada al este de
Milwaukee, o sólo unos manzanas del lago Michigan y a cinco
minutos en coche del Museo de Arte de Milwaukee, al norte de la
ciudad. El edificio de dos plantas que en la actualidad alberga la
sede de INOVA fue originalmente una escuela adscrita al Downer
Teacher College del Estado de Wisconsin. Hoy cuenta con varias
galerías y espacios pora proyección de vídeos. Pero INOVA es
mucho más que un edificio. Su labor de investigación se compromete
con lo que está fuera de la galería: es decir, establece un
diálogo con el exterior El año posado se celebró lo primera conferencia
mundial en Miami, y está previsto organizar otros encuentros
en Kiev, Ciudad de México, San Juan, Tel Aviv y otros lugares
en los años venideros. En el curso de estos encuentros se celebran
mesas redondas, charlas, visitas a estudios y a colecciones
privados, a cargo de Doroshenko, Knode y el resto de los miembros
del equipo de comisarios adjuntos. En el seno de la universidad,
INOVA patrocino diversos talleres y realiza encuentros entre
la crítica y los comisarios con los estudiantes y los licenciados.
Doroshenko articulo el modelo de INOVA en torno o dos
puntos muy sencillos: "Colocamos en el pedestal al artista, no a
los comisarios; y trabajamos con ahínco." Y ha demostrado estar
en lo cierto. Entonces, ¿por qué la influencia de INOVA es mayor
fuera de Estados Unidos que en el interior del país? Durante lo primavera
de 2000, por ejemplo, Morilu Knode organizó la primera
exposición en Estados Unidos de Ghada Amer, reconocimiento
éste que fue ignorado cuando el Museo de Arte Contemporáneo
de Houston organizó una muestra sobre Ghodo Amer el año
pasado. Creo que otros instituciones pasan por alto lo labor de
INOVA por el innovador compromiso de este centro de arte con
una idea de lo promoción artística ajena a las jerarquías de las
instituciones tradicionales, especialmente en uno época en que el
"ansio de poder" de organizadores y comisarios domina impunemente
el aparato artístico.
En lo primavera de 1998 me reuní con Peter Doroshenko en
el hall de un hotel de París. Antes de que yo llegase, Peter iba o
encontrarse con Jen-Luc Vilmouth, tros haberse reunido con Tho-mos
Hirschorn paro discutir los posibilidades de desarrollar un
playing concurrently at Milwaukee's renowned Oriental Theater.
Another was to put a lamp in the gallery and tiave its electrical
cord run along the shore of Lake Michigan and plugged in
somewhere in Chicago. In the end, Cattelan installed o swaddled
homeless figure crouched outside the doors of INOVA. Still the
prankster, this piece had a political profundity that was not
seeped in his typical ironic humor. As a matter of fact, the
affluent neighborhood around the UWM campus called for its
removal, exactly the class response Cattlean was highlighting.
Germán artist Leni Hoffman utilized some of the
University's KnoU fumishings, making a large pink and green
plasticine floor covering to feature a brown seating arrangement.
Closer to home, Chicago's D'nell Larson webbed every right angle
in the gallery's interior architecture in the fall of 1998. And last
year Milwaukee's very own David Robbins made a museum
bench slip cover in a harlequin pattem and dotted with silver
jingle bells for his INOVA exhibition that featured both new work
and vintage Robbins's. Erwin Wurm, Phillipe Parreno, Pierre
Hugyhe and many other celebrated contemporary artists have
originated new works in Milwaukee. INOVA has also hosted one-person
survey shows including in-depth retrospectives of Tony
Tasset and Jim Isermann.
The University of Wisconsin, Milwaukee is located on
Milwaukee's East Side, only a few blocks from Lake Michigan and
a five-minute drive north from the Milwaukee Art Museum.
INOVA's two-story building was a former Tudor school house that
was once a part of the State of Wisconsin's Downer Teacher
College. Today it houses several gallery and video screening
áreas. However, INOVA is not only about real estáte. As a
research institution they are also committed to what is outside
the galleries; that is to say, dialogue." Last year, they held their
ñrst global conference in Miami and plans are in place to hold
conferences in Kiev, México City, San Juan, Tel Aviv and other
locations in the up-coming years. These conferences offer round-table
discussions, lectures, studio visits and privóte coUection
tours by Doroshenko, Knode and some or all of the adjunct
curatorial team. At the University, INOVA is also committed to
sponsoring career workshops and making critics and curators
available to graduates and undergraduates alike.
Doroshenko articulates the INOVA model with two succinct
points. "We put artists on the pedestal, not the curators, and we
work hard." And both of these points seem to have proven, true.
So why then does INOVA hold more sway abroad than in the
States? For example, in the spring of 2000, Marilu Knode
organized the first North American exhibition of Ghada Amer, a
recognition that was ignored when the Contemporary Art
Museum in Houston organized their Ghada Amer show last year.
My thought is that other institutions overlook INOVA's
achievements because they engage in a curatorial ideology that
eschews traditional institutional hierarchies, especially at this
point in time when curatorial practice and curators' "will to
power" goes unchallenged in the wider art apparatus.
In the spring of 1998, I was meeting Peter Doroshenko in a
hotel lobby in París. Before my arrival, he was meeting with
Jean-Luc Vilmouth on the way back from Q meeting with Thomas
Hirschorn, discussing the possibilities of a project in Milwaukee.
Well, Hirschhorn come to Chicago instead, doing projects at the
Renaissance Society and the Art Institute. The same thing
happened when Doroshenko was trying to work out a project
with Tobiüs Rehberger, who opted to do a garden project at the
Museum of Contemporary Art instead. These incidents are
common in the curatorial world and they don't leave INOVA
discouraged. Instead INOVA has the freedom to reexamine its
focus. Until recently, they were doing one-person shows with big
ñame artists of the hkes of Kendell Geers, Uri Tzaig, Alien
Ruppersberg, Mark Lewis, Miguel Calderón, Luisa Lambri,
Andrea Bowers and many others.
Today, they are turning their attention to art production in
under-recognized parts of the world, sites that will not come to
the attention of mainstream institutions until yeors down the
line. The Caribbean and the Amazon Basin are just two locations
the INOVA team is researching. "We will never run out of artists,"
says Doroshenko, "because we have the whole world." This is a
striking and unfamiliar attitude when compared to the
institutions and biennials that recycle the same artists through
their doors, year in and year out.
Other projects on the horizon for INOVA include a new
building. The University's small geological museum one block
north of their Vogel Hall location is being redesigned by Phillip
Johnson and will provide another project space and prep área for
INOVA. This past spring, Doroshenko collaborated with Chicago's
TBA Exhibition Space on two consecutive exhibitions. Organized
by INOVA for TBA's Rlvernorth gallery were exhibitions by Bojan
Sarcevic in March and Renee Levi in May. Also in collaboration
with TBA, Peter Doroshenko organized a large biennial-type
project in Chicago called Metrópolis, comprised of unfamiliar and
under-recognized artists during Art Chicago 2002.
Each semester, I always require my two-hundred plus
University of Vi'isconsin-Madison students enrolled in my
contemporary art survey classes to see an exhibition at the
Museum of Contemporary Art, Chicago and INOVA. Depending
on what is on view at the Milwaukee Art Museum and the
Madison Art Center, I might require them to see exhibitions there
as well. Regularly, I get complaints by students about their trip to
INOVA because it is simply not the museum experience they
have come to recognize. 1 see this as a very positive response.
This last semester, I required them to see Chicago artist Klrsten
Stoltmann's video installation at INOVA. Still unable to valué
their art-viewing experience in a former Tudor schoolhouse on
Milwaukee's east side with projects by artists from West África,
Korea, Egypt and Thailand, they did appreciate Stoltmann's local
vernacular (Poííií Beer and the Milwaukee skyline) within the global
art context that is INOVA.
Fotos 1 y 2: ANGE LECCIA. Sabatina, 1999, fotograma, proyección en vídeo |
still, video projeclion. Cortesía del Instituto de Artes Visuales de Milwaukee j
courtesy Institute of Visual Arts, Milwaukee.
Fotos 3 y 4: ANGE LfCCiA. Arrangements, 2000, vídeo | video. Cortesía del Instituto
de Artes Visuales de Milwaukee | courtesy Institute of Visual Arts, Milwaukee.
proyecto en Milwaukee. Finalmente, Hirschorn terminó yendo a
Chicago y realizando sus proyectos en la Renaissance Society y
en el Instituto de Arte. Lo mismo pasó cuando Doroshenko intentó
desarrollar una actividad con Tobías Rehberger, quien prefirió
realizar un proyecto de jardinería con el Museo de Arte Contemporáneo.
Este tipo de situaciones son muy frecuentes en el mundo
del arte y no desaniman a INOVA, sino que, por el contrario, le
ofrecen la libertad de revisar sus planteamientos. Hasta el momento,
INOVA ha realizado diversas exposiciones individuales
con artistas de renombre, como Kendell Beers, Uri Tzaig, Alien
Ruppersberg, Mark Lewis, Miguel Calderón, Luisa Lambri, Andrea
Bowers y muchos otros.
En la actualidad, INOVA centra su atención principalmente
en el arte de regiones menos conocidas del planeta; lugares tro-dicionalmente
olvidados por las instituciones dominantes. El Caribe
y la Cuenca amazónica son dos de las regiones sobre las que
el equipo de INOVA investiga en este momento. "Nunca nos quedaremos
sin artistas", dice Doroshenko, "porque tenemos el mundo
entero". Esta actitud sorprende por lo atípico si se comparo
con el estilo habitual de las instituciones y las bienales, que reci-clon
a los mismos artistas un año tras otro.
Entre algunos de los proyectos que INOVA se planteo de cara
al futuro figura un nuevo edificio. El pequeño museo geológico
de la Universidad, situado una manzana al norte del Vogel Hall,
está siendo remodelado por Phillip Johnson, para ampliar las instalaciones
de INOVA. En la primavera de 2002, Doroshenko colaboró
con el TBA Exhibition Spoce de Chicago en la organización
de dos exposiciones consecutivas. Igualmente, INOVA organizó
para la Rivernorth Gallery de TBA dos exposiciones de Bo-
¡on Sarcevic, en el mes de marzo, y Renée Levi en moyo. También
en colaboración con TBA, Peter Doroshenko socó adelante un
ambicioso proyecto de corte bienal en Chicago llamado Metrópolis,
con la participación de artistas desconocidos o escasamente
valorados, en el marco de Art Chicago 2002.
Cada semestre pido a los más de doscientos estudiantes de
lo Universidad de Wisconsin-Madison que participan en mis cursos
de investigación sobre el arte contemporáneo que asistan a
uno exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago
y a otra organizado por INOVA. Según lo que en ese momento
se muestre en el Museo de Arte de Milwaukee y en el Madison Art
Center, también puedo pedirles que visiten estas exposiciones. Por
lo general, los estudiantes se quejan de su visita a INOVA, sencillamente
porque no encaja con su experiencia y su ideo de museo.
Su respuesta me parece muy positiva. Este último semestre,
les pedí que asistiesen o lo vídeoinstolación que el artista de Chicago
Kirsten Stoitmann ha preparado para INOVA. Si bien todavía
no han aprendido a valorar su experiencia artística en una
antiguo escuela Tudor del este de Milwaukee, con creadores de
África occidental, Corea, Egipto y Tailandia, sí saben apreciar las
obras locales de Stoitmann [Po\nf Beer y Milwaukee skyline) en el
contexto global del arte que ofrece INOVA.
AARON SLABARRIAS VALLE. Untitled, 2002, c-print, distintos tamaños |
various dimensions. Cortesía del Instituto de Artes Visuales de Milwaukee j
courtesy Institute of Visual Arls, Milwaukee.
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