FROM PLINY THE ELDER TO THE POST-HUMAN, THE WORLD WANTS TO BE DECEIVED
DANIEL JOSEPH MARTÍNEZ
DE PUNIÓ EL VIEJO A LO POST-HUMANO,
EL MUNDO DESEA SER ENGAÑADO
VÍCTOR ZAMUDIO-TAYLOR
Self-Portrait # 7. Ceorge and Daniel (gunj. In an insana worid it was the sanest choice or How one philosophizes with a hamnier.
Affer; Harold Edgerton 1964. Eddie Adams 1969. Color light jet print, 10,2 x 12,7 cm. 1999-2000
ENTBO «lANTÍO Ot A T I MOCONO
I
"La felicidad es obsoleta: no es económica"
T.W. Adorno, Mínima Moralia
La recientes obras fotográficas y escultóricas de Daniel Joseph
Martínez indagan varias tradiciones de la historia del arte, exploran
diversos lenguajes contemporáneos y contribuyen al debate
en torno a la estética, la cultura visual y la representación. Con
un 'knock-out' digno de un buen "round" de boxeo y un giro que
evoca un cuento de La historia universal de la infaniia de Jorge
Luis Borges, el artista conceptual que por tanto tiempo fue encasillado
por los críticos como el piromaníaco que incendiaba los fuegos
de las guerras culturales en USA, fioy ya consideran que se
dedica a lo sublime y a lo sujetivo. Sin embargo, su obra ya se
caracterizaba durante bastante tiempo por esas cualidades así
como por la belleza y la furia. Él se fia aproximado al formalismo
de manera poética y política y con una disciplina militante. En
sus obras de los últimos años, particularmente en fotografía y escultura,
Martínez hace referencia a clásicos del barroco europeo
e hispanoamericano no como apropiación sino más bien como
claves para entrar en su obra. En palabras del artista, "Empleo un
uso retórico de lo belleza como un medio para construir efectiva
y extremamente un contenido".
"Happiness is obsolete: uneconomic"
T.W. Adorno, from Mínima Moralia
Daniel Joseph Martínez' recent works pry open various art
historlcal traditions, mine contemporary languages, and
contribute to the debate engaging aestlietics; visual culture; and
representation. With a knockout worthy of a good boxing match
and a twist reminiscent of a Jorge Luis Borges tale from his
Universal History oflnfamy, Martínez, who for so long critics
bracketed as the pyromaniac fueling the fires of the cultural
wars, appears to dwell in the sublime and subjective. Yet his
work has long been characterized by such qualities, along with
beauty, albeit with fury. With a militant discipline, he has
consistently approached formalism in a poetic and political
fashion. In works of the last years, particularly photography and
sculpture, he has been referencing classics of the European
baroque and Colonial Latín American tradition, not as
appropriation but as keys with which to aid entrance into the
work. In the artist's own words, "1 am employing a rhetorical use
of beauty as a means by which to extremely and effectively
construct a content."
II II
"Porque las cosas son como son,
las cosas no permanecerán como son"
Bertolt Brecht
Por más de tres décadas Martínez ha planteado la figura del artista
como agente provocador, cuestionando y desafiando las explicaciones
del estado de las cosas. Difícil de complacer a un público
acostumbrado a deleitarse con "golosinas visuales" (palabras
del artista), el arte de Martínez es situacionista en su meollo
y se basa en la investigación. A través de los años, en su obra
orientada a espacios sociales y públicos, mucha de ella con componente
de performance, el artista creaba situaciones de controversia
y ampliaba los marcos discursivos. Hoy en día, en su fotografía
y escultura, Martínez articulo temas y preocupaciones por
medio de un formalismo que no se abstrae de sus contextos sociales
y culturales.
"Because things are the way they are,
things will not stay the way they are"
Bertolt Brecht
For almost three decades now, Martínez has upheld the figure of
the artist as a provocateur challenging explanations regarding
the State of things. Difficult to swallow for an art public
accustomed to 'eye candy' (the artist's words), his works are
situational to the core and grounded in research. Over the years,
in his public and social spatial oriented works, many of which
were performance-based, he created instances of controversy and
expanded the arena of discourses. Now in his studio-based
photographic and sculptural works, Martínez articulates themes
and issues by means of a formalism that is not abstracted from
its social and cultural frameworks.
I II III
"El mundo desea ser engañado"
Sebastian Brant, La nave de los locos
"The World wants to be deceived"
Sebastian Brant, from The Ship of Pools (1497)
En su serie fotográfica, "Fifth attempt to clone mental disorder or
How one philosopfíizes witfi o Hammer" ("Quinto intento de duplicar
una enfermedad mental o Cómo se filosofa con un martillo"),
2000-2001, y en esculturas relacionandas tales como "Hap-piness
is Over-Rated" ("La felicidad está sobrevaluada", 2002,
Martínez investiga el aparentemente exhausto género del autorretrato.
Con el aijoyo de artistas de maquillaje y de pioneros de
efectos especiales de la industria cinematográfica de Hollywood,
Martínez trata de manera directa su propia (re)producción; es
hermosa y siniestra, real y simulada, reproducible y aurática. Según
Martínez, "Toda nuestra experiencia es artificial a tal grado
que ya creemos que lo artificial es realidad... Sugiero que simultáneamente
se puede tener una reproducción y un aura. Esto se
relaciona con la consistencia de realidades múltiples."
Leyendo hoy en día clásicos tales como Plinio el Viejo, uno se percata
que incluso con el aura del objeto verdadero, el privilegio de
la ilusión y simulación sobre la realidad era cierto incluso en los
tiempos más antiguos. En el relato de la apuesta entre los pintores
clásicos griegos Parrhasios y Zeuxis, el historiador menciona que
Zeuxis expuso una pintura de una uvas "tan fiel a la naturaleza"
que las aves la picoteaban. Parrhasios ganó la apuesta cuando
Zeuxis, lleno de entusiasmo, le pide que descorra una cortina de lino
para ver su pintura, resulta que ésta era la obra pintada. Zeuxis
reconoce que si bien él habia engañado a las aves, Parrhasios
lo habia engañado a él, un ser humano y además un maestro pintor.
El relato o anécdota sugiere que desde sus orígenes, los dictámenes
y preceptos estéticos de occidente han estado ligados al juego
y al deseo, a la decepción y a los trucos en el afán de 'imitatio'
del mundo externo y de nuestra experiencia y represión del mismo.
Tal como ha señalado David Levi Strauss, en los obras recientes de
Martínez configuran un alto grado de ilusión, reiterando así la preferencia
postmoderno por las imágenes en lugar de la realidad,
que muchas veces nos es insorportable.
El 'trompe d'ceil' postmoderno de Martínez se inscribe en una tradición
del simulacro pionero por parte de la industria del entretenimiento
y del ocio de su natal Los Angeles. "Happiness is Over-
Rated" ("La felicidad esta sobrevaluada") es un perfecto 'clone'
animatrónico del cuerpo del artista y requiere una diferenciación
de expresiones variadas de lo hiperreal que no utilizan una ilusión
suficientemente distanciado de la realidad establecida, y por lo
tanto son devoradas por los mecanismos de recuperación. ¿No se
ubican dentro de la unidimensionalidad que critican las esculturas
que personifican marginales de la America profunda del artista
Duane Hanson? Más recientemente llama la atención el 'clone' de
Maurizio Cottelan, vestido de traje de felpa clásico de Joseph
Beuys que el artista colgó de una percha de un ropero industrial,
obra única que presentó para su exposición individual en el Museo
Migros, "La rivoluzione siamo noi" ("La revolución somos nos-
In his photographic series, Fifth attempt to clone mental disorder or
How one philosophizes with a Hammer (2000-2001) and related
sculptures such as Happiness is Over-Rated (2002), Martínez has
been investigating the seemingly exhausted traditional genre of
ttie self-portrait. Assisted by pioneer special effects and make-up
artists from the Hollywood film industry, Martínez' direct
treatment of hís very own (re)production is beautiful and sinister;
real and simulated; reproducible yet auratic. According to the
artist, "Everything we experience is artificial to such a degree that
we now believe that the artificial is reality... I am trying to
suggest that you can have mechanical reproduction and an aura
simultaneously. It has something to do with the consistence of
múltiple realities."
Reading today such classic writers as Pliny the Eider, one gets the
impression that even with the aura of the real thing, the privilege
of illusion and simulation over reality was true even in ancient
times. In the historian's account of the bet between the classical
Greek artists Parrhasios and Zeuxis, Zeuxis exhibited a painting
of grapes "so true to nature" that birds pecked at it. Parrhasios
won the bet when the elated Zeuxis asked him to pulí a linen
curtain to reveal his counterpart's painting: it was the painting.
Zeuxis recognized that, while he had fooled the birds, Parrhasios
had deceived him, a human and master painter. The tale
suggests that from its very origins, Western aesthetic dictums and
precepts have been linked to games and desire, and to tricks and
deception driven by the 'imitatio' of the object world and our
experience and repression of it. As David Levi Strauss has
remarked, Martinez' recent works embody a high degree of
illusion, reiterating the postmodern preference for images rather
than for the real thing, which many times is unbearable.
Martinez' postmodern 'trompe d'oeil' is inscribed in a tradition of
the simulacrum pioneered in his native Los Angeles by the
entertainment and leisure industries. The sculpture, Happiness is
Over-Rated, a perfectly cloned animatronic figure of the artist,
elicits differentiation from various expressions of the hyper-real.
These tend to deploy an illusion that is not sufflciently estranged
from the established reality, and thus are devoured by its
mechanisms of recuperation. Do not Duane Hanson's fiberglass
sculptures of loséis and social outcasts from the depths of the
United States remain within the one-dimensionality they
supposedly indict? Most recently, Maurizio Cattelan's miniature
clone of himself ciad in Joseph Beuys' signatura felt suit hanging
from a garment rack, his solé work for his one person show at
The Migros Museum, La rivoluzione siamo noi (We are the
Revolution), Zurich (2000), comes to mind. For all his reverence to
ü^ ^.
^ "I
Self-Portrait # 5 (throatj. Third attempt to clone mental disorder or How one philosophizes with a hammer.
After; Edgard Alian Poe 1842. Color light jet print, 10,2 x 12,7 cm. 1999.
otros"), 2000. A pesar de todas su reverencia a la libertad de y en
arte, irónicamente, su burla del mundo del arte quedó circunscrita
dentro del estrecho contexto de especialistas y de élites.
Pero tal como muchos críticos han señalado, no obstante todas las
referencias que hace y desata, la obra de Martínez no cita a nadie:
Desde los Chapmans y Tony Matelli hasta la amplia gama de
performances ligadas al cuerpo, a su duplicación y al corpus cultural
que ejemplifican las obras de Marina Abramovic, Ana Men-dieta,
Guillermo Gómez-Peña, Coco Fusco, y James Luna. Una rica
veta para explorar es la relación de Martínez con otros dos artistas
ya clásicos de búsquedas conceptuales e interdisciplinarias:
Bruce Nauman y Chris Burden. Al igual que él, Nauman y Burden
fueron "bad boys" del arte; los tres están empapados de la cultura
juvenil, contestaría y californiana. Jason Rhoades y Miguel Calderón
en este sentido serían la generación que le seguiría a Martínez.
freedom of and in art, ironically, Cattelan's poking of the art
world circumscribed the work within a narrow context of
speciolists and élites.
But as critics have underlined, for all ttie references Martínez
conjures up, he quotes none. From the Chapmans and Tony
Mateüi on to the wide gamut of performance hnked to the body,
its duphcation and the cultural corpus as exemplified by the
works of Marina Abramovic, Ana Mendieta, Guillermo Gómez-
Peña, Coco Fusco, and [ames Luna, Martínez quotes no one in
particular. A richer vein to explore is the artist's relation to the
two other classics of conceptual interdisciplinary work, namely
Bruce Nauman and Chris Burden; both of whom, like Martínez,
were initial 'bad boys' whose work was informed by California
youth and counter-cultures. Jason Rhoades and Miguel Calderón
in this respect would configure the generation that foUows.
84
IV IV
"Aquel que tiene la risa de su parte no necesita pruebas."
T.W. Adorno, Mínima Moralia
Manufacturada en silicona de caucho estirada sobre un armazón
de fibra de vidrio, "Happiness is Over-Rated" ("La felicidad está
sobrevaluada") representa al artista en posición de hara-kiri, pero,
en lugar de tener en la mano el cuchillo ritual que se usa para
rajar las entrañas, el suicidio más doloroso y autoconsciente,
sujeta en ambas manos navajas de doble filo. Quieta, la obra recuerda
el relato de Pygmalión de Ovidio, a uno le darían ganas
de soplarle vida. Esta ilusión y receso en el mundo Greco-romano
no dura mucho, ya que la escultura animatrónica revive. Coordinada
por programas de ordenador, la escultura revive una y
otra vez el gesto de cortarse las venas; evoca las subjetividades
disciplinadas y politizadas de las narrativas de Yukio Mishima.
Una risa a carcajadas se libera del vientre de la escultura, es una
grabación de la voz de Martínez. Esté tour de forcé subraya el
gusto de Martínez por lo carnavalesco y por la función social de
la risa que teorizó Mikhail Bakhtin, sin duda también es un apostrofe
a la risa enlatada o simulada de los programas de televisión.
Las estrategias formales y conceptuales que se emplean son laberínticas
y se bifurcan. Desplazándose en y por diversos lugares y
espacios de enunciación cultural, desde representaciones barrocas
de heroísmo y de martirio a diversos géneros de la tradición
cinematográfica hasta la política corporal de Louise Bourgeois y
Kiki Smith, la obra produce una compleja y contradictoria red de
significación. A su vez, hace estallar cualesquier sentido de continuidad
progresiva en cuanto a sus referencias; desorienta y a su
"He who has laughter on his side has no need of proof"
T.W. Adorno, from Mínima Moralia
Made of silicon rubber stretched over a flberglass frame,
Happiness is Over-Rated portrays the artist in a quasi hara-kiri pose;
instead of holding the ritual knife used to slit the bowels - this is
the most painful manner and self-conscious gesture to end one's
Ufe - each hand dutches a razor blade. Quiet and still, the work
recalls Ovid's story of Pygmalión; one would like to breathe life
into it. This ¡Ilusión and retreat into Greco-Roman myth dees not
last long as the animatronic sculpture revives. Powered by
computer programs, the sculpture reenocts the slashing of its
wrists, bringing to mind the layered politicized and disciplined
subjectivities of Yukio Mishima's narratives. An exasperated
laughter is let out from the depth of the belly, a recording of the
artist's own voice. This tour de forcé underlines Martínez' taste for
the carnavalesque and social function of laughter as theorized by
Mikhail Bakhtin, not to mention its apostrophe to the canned
laughter of the televisión industry.
The formal and conceptual strategies deployed are labyrinth-like
and bifúrcate. Meandering to and from various cultural
locations, from baroque representations of heroism and
martyrdom to various genres of the film tradition, and on to the
poetics of the body of Louise Bourgeois and Kiki Smith, the
sculpture produces a complex and contradictory web of
signification. The work blasts any sense of progressive continuum
'. )
Self-Portrait # 4A (Head down). Second attempt to done mental disorder or
How one philosophizes with a hamwer.
After; Mary Shelley 1816. Digital light jet print, 10,2 x 12,7 cm. 1999.
Self-Portrait # 4B ¡Head upj. Second atfempt to clone mental disorder or How
one philosophizes with o hammer.
After; Mary Shelley 1816. Digital light jet print, 10,2 x 12,7 cm. 1999.
vez está fenomenológicamente situada en su presencia y mecanismo
temporal; rompe la red de seguridad espistemológica y revierte
en sí mismo y en su contexto cultural que es su fuente de reflexión
y de simulación.
T.W. Adorno destaca que lo felicidad es ya obsoleta y que económicamente
no es viable para la industria cultural ni para la sociedad
totalmente administrada. Los parques de atracciones y el
cine de Hollywood mezclan la fantasía con la autoridad, la euforia
con el castigo, la estabilidad con la muerte social. Las industrias
culturales y el estatus quo generan lucro con la ansiedad,
mientras que los sectores de servicio capitalizan el miedo. Uno no
puede olvidarse que la obra seminal de Adorno y de su co-autor,
Max Horkfieimer, fue escrita desde su exilio del fascismo en Los
Angeles, California. Adorno y Horkfieimer, al igual que Martínez,
han sido formados por la red de significación producida por la industria
cultural y el mercado de fetiches ligados a la dominación
y a las ideas normativas del comportamiento que quizó hacen de
la felicidad algo obsoleto, y sin duda, ciertamente algo igualmente
sobrevaluado.
as per its references; it is disorienting yet phenomenologically
anchored in its time-based presence. It tears ttie epistemological
safety net, and reverts to itself and the cultural location that
informed it as a source of reñection and simulation.
T.W. Adorno wrote that happiness is obsolete because it is not
economically sound for ttie culture industry and the totally
administered society. Theme parks and Hollywood movies blénd
fantasy with authority, euphoria with punishment, stability with
social death. The culture industries and the status quo profit
from anxiety, as do the service sectors that capitalize on fear.
One cannot forget that Adorno's seminal oeuvre co-authored
with Max Horkheimer, Dialectic ofEnligbtenment, was written
during their exile from Fascism in Los Angeles. Adorno and
Horkheimer, like Martínez, were informed by the web of
signification of the culture industry and the marketing of fetish
commodities linked to domineering and normative ideas of
behavior, no doubt making happiness, if not obsolete, certainly
over-rated.