MIN JOONG ART
(IMPLICACIONES)
JUAN ANTONIO MOLINA
En septiembre de 1994 se realizará el proyecto D.M.Z. en la zona
desmilitarizada que separa el Norte y el Sur de Corea.
Christo, representando a la nueva configuración de Europa del
Este, empaquetará el Centro de Conferencias Panmunjom, con
telas tradicionales de algodón y seda blanca; Anselm Kiefer, en
representación de la Alemania unificada, construirá una instalación
en el Peace Park; Nam June Paik, en nombre de Corea,
escenificará un ritual shaman para exorcizar a los demonios de
la separación...
parte el efecto de novedad que trasciende de la conjunción de
artistas tan disímiles y tan universalmente reconocidos. Por
otra, la evidencia de que las artes plásticas surcoreanas siguen
despertando de manera creciente el interés de artistas y críticos
occidentales. Por tíltimo, se constata que la plástica contemporánea
de Corea del Sur mantiene como uno de sus objetivos
principales el compromiso con la realidad social y la búsqueda
de una participación activa en un espacio cultural al que no son
ajenos los problemas sociales y políticos.
Más o menos en esos términos apareció la noticia en un artículo
de Artnews [ 1 ], en el que se ofrecían otros datos sobre las
perspectivas de la plástica contemporánea de Corea del Sur en
la década de los noventa: creciente número de galerías y museos,
mayores posibilidades en el mercado del arte, proyección de
exposiciones en los países de Occidente y democratización de
los espacios culturales, dejando más opciones a las prácticas experimentales
y al arte más abiertamente contestatario.
Varias serán las implicaciones del proyecto D.M.Z. Por una
En sentido general el actual panorama de la plástica en Corea
del Sur muestra la convivencia de tres tendencias; una afincada
en la puesta al día de los conceptos, los materiales y las formas
del arte tradicional, otra que culmina el reciclaje de toda la
tradición plástica occidental del presente siglo, y una tercera,
con un poco de cada una de las anteriores, pero con características
propias que la hacen doblemente controvertida. Me refiero
al movimiento de arte Min Joong, que se hizo sentir fundamentalmente
en los años de transición intermedia entre el modernismo
occidental y el arte tradicional autóctono, elaboran-
CfNIÍOAIIANIICQCK *m MOOEÍNO
ÍH EXHIBITION AND
riDEO PROGRAM
EPTEMBER 29 - NOVEMBER 5, 1988
RTISTS SPACE
23 WEST BROADWAY N.Y., NY 10013
¡12)226-3970
lALLERY HOURS: TUE - SAT 11 • 6PM
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FILMS AND PANEI. DISCUSSION PRESENTED BV
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THE COLLECTIVE FOH UlUNG ONEMA
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41 WHITE STREET. .>IEW VOBK CITY
W'Voungiong Kim. Msun Km.
ounatn jung, uoogno non ard H>'uníTwa Hong. 1967
THE DAY WE EXPECT, Ijy Myuí-go LM. J e ¡ ^ Lee. Jungock OH
and Oon.>iGng Jang. 1997
VEU.OW FLAG, by Myi^ja Lee. Jaegu Loe. Jungack Oti and
Donghong Jang. 1987
MOTKER. ir/ Símgpn Jung, Jaegu Lee. Oonsíio Km, 1, .
OCTOBER 16 - PANEL DISCUSSION
Exposición Min Joong Art, Corea del Sur. Fotos: Cortesía Centro Wifredo Lam, La Habana.
do un discurso que, por analogía y contraste, pudiera resultar
interesante para rastrear los contactos entre dos corrientes aparentemente
inconciliables dentro del arte occidental, el Postmodernismo
y el Realismo Socialista.
El arte Min Joong, o arte "del pueblo", como es su traducción
exacta, surgió en Corea del Sur durante la década de 1980. Su
manifestación en las artes plásticas fue precedida por un movimiento
literario que exhibía una profunda conciencia social.
Ambos tienen antecedentes en pequeños grupos de intelectuales
que se formaron durante la década de los setenta, con intenciones
de democratizar el panorama artístico del país, reflejar
las contradicciones sociales, revisar los criterios de realidad
con que se medía el arte y otros sistemas de comunicación y
denunciar el estado de alienación resultante de la capitalización
espontánea del país. Algunos de los grupos más importantes
de esa época fueron la Asociación de Artistas Libres, en
Kwangju, y el grupo Realidades y Expresión, en Seiil. Como
esas primeras asociaciones, Min Joong Art mantuvo un nivel
de reflexión estética y culturológica, a la vez que un nivel de reflexión
sociológica y política. Así ubicaron en el centro de los
cuestionamientos problemas específicos, como la división actual
de Corea, el militarismo y las diferentes penetraciones imperialistas,
las contradicciones inherentes a un proceso acelera-
do de modernización y las consecuencias de estos problemas
para la cultura nacional (penetración cultural, escisión traumática,
pérdida de las tradiciones, imposición de modelos culturales
falsamente valorizados).
Además de tener un carácter de movilización mucho más amplio,
y objetivos culturales más generales que sus antecesores,
el movimiento Min Joong Art poseyó como peculiaridad la
defensa de un método realista de creación. Es ilustrativo que
tras la primera aparición oficialmente apoyada del arte Min
Joong-en la exposición Visión de Juventud. Sugerencias para el
mañana (Centro de Arte de Seúl, 1991)- lo que mejor parecen
haber percibido los críticos sea el aspecto temático, el "lamentablemente
obvio estilo Social Realista (y el) tono político
doctrinario" [2]. En realidad, dadas las características del Arte
Min Joong, se podrían encontrar aun otras vías de interpretación:
por ejemplo, la posible postmodernidad de un remate
del Realismo Socialista, una variante más de cierta tendencia
retrospectiva del arte contemporáneo, dirigida sobre todo a
las estructuras formales codificadas como paradigma dentro
de la Historia del Arte; o el carácter excepcional de un movimiento
programático que reformula la plataforma ideológica
del Realismo Socialista, en tanto abre las puertas a un sincretismo
de códigos que alcanza muchas de las formas reconocidas
de arte propagandístico: el muralismo, la propaganda gráfica
urbana, el documentalismo, el arte comunitario, la gráfica
popular.
Sin duda, hablar de la postmodernidad del Min Joong Art puede
resultar un juego ingenuo y maligno a la vez. Dado el afán
de simplicidad de este arte, que busca la fácil lectura y la comunicación
explícita de los mensajes, el Realismo Socialista no
puede ser considerado como un objeto cultural, sobre el que se
impondrían una serie de acciones parasitarias, tendentes a la
subversión, la parodia o el homenaje, cuando no a un consumo
turístico, una actitud diferente, pero no menos kitsch que
la atribuida al piiblico soviético, chino o norcoreano, una acci-
Buldong Park. Min Joong Art, Corea del Sur.
dentalización a la que ya se ha referido Kurt Hollander en los
siguientes términos: "Cuando logra abrirse camino en una sociedad
de consumo, el realismo socialista... se convierte en algo
ingenuo, exótico y humorístico. Es decir, pierde su papel
auténtico en la creación (o perpetuación) de una sociedad y se
convierte en kitsch, un objeto absurdo, una obra de arte excesivamente
estilizada" [3]. Parece más acertado en todo caso ver
el Realismo Socialista como un objetivo cultural para el arte
Min Joong, un punto de referencia más cercano a la raíz utópica
de todas las vanguardias que el escepticismo irónico del
postvanguardismo finisecular. Esta perspectiva nos acercaría
por un camino más directo a los fundamentos teóricos del programa
Min Joong; en palabras de Hyunk Um "... una reflexión
sobre el Vanguardismo y el Modernismo idealista, una revita-lización
de las artes nacionales tradicionales, un reconocimiento
de las relaciones sociopolíticas de los artistas y una determinación
a recuperar una visión nacionalista de la historia coreana
..." [4].
Como se ve, se trata de un programa que combina la función
apologética con la función crítica. La crítica tiene como objeto
la cultura occidental, no vista solamente a través de su producción
artística (que el socialrealismo soviético marcó taxativamente
como expresión de una crisis moral burguesa), sino a
través de significados culturales mucho más amplios: el industrialismo,
el consumismo, la cultura de masas, la nueva distribución
del poder y las clases sociales, todos ellos elementos
traumáticamente superpuestos a una cultura de raíz feudal más
conservadora y con particularidades locales celosamente mantenidas.
La reacción más coherente ante este fenómeno parece haber sido
el rechazo, no de lo occidental, sino de su imposición: la penetración
militar, la ruptura del equilibrio de clases, la pérdida
de las tradiciones y su sustitución por códigos "universales"
aportados por la sociedad de consumo, la división del país y,
por supuesto, la sustitución de una tradición artística de alcances
colectivos por el esteticismo y el individualismo que portaban
las vanguardias y que comenzaron a imponerse desde los
micios del siglo XX, durante la ocupación del país por Japón.
El objeto de la apología en el arte Min Joong es precisamente el
pueblo. Se impone aquí otra disgresión. El pueblo y lo popular
Jungki Min. Min Joong Art, Corea del Sur.
son conceptos tan manipulados históricamente, y tan cargados
de significados retóricos inmediatos, que pueden ubicarse dentro
de una terminología kitsch, una estrategia de estímulos
afectivos artificiales destinados a funcionar dentro de la sicología
colectiva, propiciando la manipulación de masas.
Pero el concepto coreano de Min Joong es mucho más que eso.
Es un concepto que tiene una raíz histórica que justifica su
práctica y que encierra muchos de los puntos clave de la cultura
en Corea. El crítico de arte Won Dongsuk ha escrito un artículo
sobre el concepto de comunidad y su importancia para
la cultura coreana. Su análisis nos ofrece elementos para entender
la fuerza de la colectividad como fenómeno histórico en
Corea. Wong Dongsuk define a la comunidad como espacio,
como demarcación donde vive una colectividad humana, y extiende
el concepto a esa colectividad y las relaciones que en su
seno establecen a "una sociedad relativamente igualitaria, cuyos
miembros tienen relaciones íntimas y siguen una vida común,
basada en la organización económica comunal" [5].
P.C.S.M. Min Joong Art, Corea del Sur.
participa en este grupo sufre un sentido de alienación e inferioridad,
y puede incluso ser marginado por el grupo. Así, cada
uno es compulsado a pertenecer a algún grupo de una u otra
forma, y esa aspiración a la pertenencia fortalece los lazos internos
de la comunidad") [6].
Una gran parte de la producción Min Joong es colectiva. En este
orden se destaca el Photo CoUective for Social Movement,
un grupo de reporteros que realiza un arte de denuncia, sin firmar
individualmente las fotos. Pero en sentido general es evidente
la subordinación de las individualidades al grupo y la resistencia
del Movimiento a actuar dentro de los procedimientos
comunes de mitificación de la autoría. Estas operaciones no
parten tanto de un proceso de negación del fetichismo del objeto
artístico, como de un intento de afirmación de la función
social del fetiche. Así puede entenderse ese "placer politizado"
que transcurre solemnemente entre la posibilidad de manipular
al espectador y el poder ante un tipo de relación ociosa
(museológica) con el objeto estético. Tal vez la previsión de esa
ruptura con una lógica del placer fue la que llevó a algunos teóricos
del arte durante la revolución-soviética a considerar también
una especie de variante socialista de la muerte del arte y su
sustitución por una práctica eminentemente utilitaria, una forma
vulgarizada y un contenido propagandista.
Esta comunidad es el basamento social de las comunidades
agrarias coreanas que existieron hasta llegado el siglo XX. El lugar
del individuo en esa colectividad es prácticamente nulo, al
margen de su aporte al grupo ("...cualquier persona que no
La teoría y la práctica artística en Min Joong fueron más flexibles,
tal vez por su heterogeneidad. El Movimiento no parece
haber tratado de imponer un paradigma artístico, sino de proponer
variantes para revalorizar la tradición cultural nacional,
enfrentarse a los códigos socio-culturales que considera inade-
Joong no respondiera -de acuerdo a sus propias aspiraciones-a
los esquemas convencionales de una democracia en el consumo
y la producción artística. Nada menos democrático que los
sistemas unidireccionales de información, educación y entretenimiento
que imperan en la cultura de masas, y a cuyo influjo
el arte de Min loong no puede sustraerse; de modo que el Movimiento
se encuentra menos cerca de la definición de arte del
pueblo dada por Hausser, que de la que este mismo autor ofrece
a propósito del concepto de arte popular: una producción
artística o seudoartística que responde a las exigencias de un
público predominantemente urbano, semiilustrado y tendente
a la masificación [8], en fin -lo que Hausser nunca definió- un
arte de masas.
cuados y masificar los procesos de producción-consumo de
objetos culturales esencialmente propagandísticos.
Pero aun estos propósitos son de difícil cumplimiento, sobre
todo en lo que respecta a una colectivización de la actividad
creadora. Aun cuando se trate de borrar los límites entre arte y
vida, se realice ex profeso un arte atractivo para los sistemas
contemporáneos de mercado, se ubique esa producción en espacios
poco "prestigiosos" según los criterios históricos del arte
occidental y se simplifiquen los mensajes y los mecanismos
semánticos de las obras, ya esta actividad no poseerá la "pureza"
originaria, ni tampoco el grado de comunitarismo a que aspira.
De hecho, la compatibilidad entre la noción coreana de
Min Joong y una definición de "arte del pueblo" como la que
diera Hausser, por ejemplo, entra en crisis al apreciar las características
actuales de la sociedad surcoreana, aceleradamente
industrializada y artificialmente occidentalizada. Este proceso
de industrialización implica una degradación de la cultura
rural tradicional y consecuentemente del sentimiento comunitario,
lo que se agrava por la agudización de los conflictos entre
las clases sociales. Estas clases por lo demás no están insertas
del mismo modo en la actual sociedad surcoreana; granjeros
y pescadores que en el año 1960 conformaban más de la
mitad de la población económicamente activa, se redujeron
hasta el 23,5% en 1985, mientras que los obreros -un cuarto de
la población económicamente activa en el 60- llegaron hasta el
42,7% en 1985 [7].
Este cambio en la configuración contemporánea de la sociedad
surcoreana determina el hecho de que el movimiento Min Yoon Oh. Min Joong Art, Corea del Sur.
Songdam Hong. Min Joong Art,
Corea del Sur.
Esta sutil diferencia en cuanto a los niveles cuantitativos y
cualitativos de participación de la comunidad en la producción
y el consumo del arte, es la que legitima el uso -anónimo
o no- de medios ampliamente "popularizados" por las
metrópolis culturales de Occidente, y que forman parte de
sus sistemas de masificación del producto cultural; me refiero
en especial al cine y la fotografía, esta última sobre todo
muy útil a los efectos propagandísticos y documentales del
Min Joong Art. La manera en que este movimiento se ha
apropiado de estos lenguajes contemporáneos, superponiéndolos
a los medios tradicionales (por ejemplo, la fotografía
puede considerarse en este sentido un sustituto del tradicional
grabado en madera), guarda menos analogías con la etapa
conservadora y dogmática del realismo socialista que con
la inicial etapa vanguardista de la cultura artística soviética.
Sin embargo, Min Joong Art parece haber evitado tanto las
causas del fracaso de la utopía vanguardista rusa (constructi-vista
y futurista fundamentalmente) en el plano de la comunicación
social, como las causas del desprestigio de las fórmulas
del realismo socialista ortodoxo en el plano de su pretensión
vanguardista.
Esto es lo que explica que convivan dentro del Movimiento los
grabados de Yoon Oh -en un estilo realista, a veces satírico-,
las pinturas de Junghki Min -con los elementos del expresionismo,
el Pop y el fotorrealismo-, las pancartas, a veces anónimas
o realizadas colectivamente para actividades políticas y actos
masivos, los sofisticados fotomontajes de Buldong Park y
las apropiaciones e instalaciones de Yongtai Kim.
Una composición tan heterogénea responde a una forma mucho
más pragmática de entender el realismo, que no se detiene
en las restricciones estilísticas o en criterios preconcebidos e
igualmente limitantes sobre la forma artística. Dentro de esa
noción de realismo, el arte que ha sido calificado como realismo
socialista no sería más que una ft'acción históricamente
contenida, en la que se manifestó de manera apoteósica la
combinación del aura romántica con el contenido filosófico
marxista adecuado a los presupuestos estatales de la revolución
socialista. Esa fracción no sería útil en modo alguno para una
definición estricta del arte Min Joong *, como tampoco lo es
-valga la paradoja- una noción de "arte de pueblo" como la
que hemos visto aquí. La perspectiva de Min Joong Art hacia el
arte del pueblo se manifiesta más bien como aspiración. En tal
sentido la posición coreana es una posición utópica, al margen
también de la crisis de las utopías amplificada por el pensamiento
occidental posmoderno.
siglos de historia, sino los de aquellos países que acceden al capitalismo
industrializado después de varios siglos de feudalismo
y ocupaciones colonialistas.
Tal vez eso explique que un artista como Nam June Paik, residiendo
durante años en Estados Unidos, participando en exposiciones
colectivas como artista occidental ** y revolucionando
el uso de un medio tan simbólicamente "primer-mun-dista"
como es el vídeo, no pueda sustraerse a la obsesión de la
división de Corea y escoja como medio para su "tratamiento"
un ritual shaman, enraizado en la cultura tradicional de las comunidades
arcaicas coreanas, y no precisamente un "performance"
o una de sus habituales vídeo-instalaciones.
De hecho, los problemas de la cultura surcoreana actual no son
los problemas de aquellos países que han llegado a un alto nivel
de industrialización, desarrollando, junto con las relaciones
de producción capitalista, una ideología burguesa con varios
Evidentemente, los "demonios de la separación" y otros que
perturban la sociedad coreana contemporánea serán más fácilmente
exorcizados desde una posición coreana que desde una
posición extraña, por muy sofisticada que sea.
La definición de "realismo socialista" no podría [...] ser mantenida en tanto
definición esencial del realismo [...] el término "realismo socialista" no
podría designar sino una cierta concepción estética [...] y el movimiento
artístico correspondiente. (Jean Marie Girard (1970): Acerca del arte, el
realismo y la ideología. Ed. La Flor, Buenos Aires, pág. 25).
* Me refiero a la exposición Un espíritu oriental, realizada durante el Festival
de Arte de Seúl, en noviembre de 1991. Ver Kleanor Heartnay: "Ko-rea
opens the door", en Art in America, abril 1991, pág. 67.
[1] Susan Hornik: "South Korea. A high-risk tightrope act", en Artnews, verano
1992, pág. 87.
[2] Eleanor Heartney: "Korea opens the door", en Arf in America, abril 1991
pág. 67.
[3] Kurt HoUander: "Kitsch comunista", en Poliester, 2, 1992, pág. 36.
[4] Hyuk Um: "Ming Joong Art", catálogo de la exposición Min Joong Art.
New Movement of Political Art from Korea. Toronto (enero 1987) y
Neví York (marzo-abril, 1987).
[5] Won Dongsuk (1989): "Community Culture of Agricultural Society in
Korea", en Concepts ofComunity in Korean Art. Chistian Broadcasting
System, Seúl.
[6) Ídem.
[7] Ver Shim Kvvranghyun (1989): "Korean Society and Art Movement in the
1980s. Community change and the Pursuit of New Culture", en The
Concept of Community in Korean Art. Christian Broadcasting System,
Seúl.
[8] Amold Haussen (1969): Introducción a la Historia del Arte. Ed. Arte y
Sociedad. La Habana, pág. 323.