Publicado, en colaboración con Virgilio López Lemus, en La décima: Su historia, su geografía, sus
manifestaciones ( coord. Maximiano Trapero). Santa Cruz de Tenerife: Cámara Municipal de Évora /
Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001, 179- 195.
GEOGRAFÍA ACTUAL DE LA DÉCIMA
Virgilio López Lemus
Maximiano Trapero
La décima es un desarrollo estrófico dentro de la versología española, luego extendida a otras lenguas,
principalmente al portugués y en menor medida al gallego. Su amplia propagación hacia América la
convierte en un fenómeno lírico del hemisferio occidental y, dentro de él, muy bien regionalizada por
zonas de predominio, donde la singulariza el cultivo popular.
El desarrollo espacial de la décima durante cinco siglos de expansión, no constituye aún una
identidad de espacio cerrado, dado su dinamismo, pero sí puede advertirse una amplia área
euroamericana, donde su empleo posee carácter tradicional. Como se ha indicado, hay que subrayar
áreas de dominio extraidiomático del español, en las que esta estrofa se práctica en portugués ( Portugal y
Brasil), y, asimismo, asentamientos en países de predominio del inglés, como ocurre en la vigencia
hispánica en los Estados Unidos de América. Su presencia actual en la Península Ibérica es mucho más
escasa que en la vasta difusión americana, y el arraigo en las poesías llamadas “ culta” y “ popular” es bien
diferente.
El esquema que presentamos a continuación, parte con preferencia de la poesía “ popular”, de las
tradiciones orales ( cantadas o recitadas) donde la décima ha desempeñado y desempeña un papel
sumamente destacado. La diversidad de empleo, las formas diferentes en que se canta o declama,
mueven a estudiar su desarrollo en forma regionalizada, por zonas donde presenta características
similares y a su vez diferentes que en otras áreas.
Debe subrayarse que esas diferencias no son estrictamente formales dentro de la propia estrofa,
que permanece fiel al molde espineliano, tanto dentro de las composiciones cultas como populares. Es,
pues, en su empleo para el canto y la declamación donde se hallan las diferencias divisibles por zonas.
Asimismo, ha de hacerse la salvedad de que su uso culto es único: escritura de la variante principal o de
otras variantes del ritmo decaversal. Por eso el empleo culto de la décima no debe de ser regionalizado,
porque es casi exacto el mismo dondequiera que se escribe la estrofa.
En cada caso contemplaremos sucesivamente las tres manifestaciones en que vive la décima en
Iberoamérica, aun con que esta diferenciación sea a veces artificiosa:
a) como poesía culta, fundamentalmente en la lírica;
b) como poesía popular hecha tradicional, tanto en función de estrofa para la lírica como para la
poesía narrativa; y
c) como poesía improvisada, siempre ( o preferentemente) cantada y convertida en género
folclórico de cada país.
Ha de advertirse también que tanto la división de zonas que practicamos como todo lo referido
a la presencia de la décima en cada uno de los países contemplados, lo hacemos desde nuestro
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conocimiento directo de esa realidad y desde el conocimiento de la bibliografía correspondiente. Pero es
lo cierto que no toda la geografía estudiada nos es conocida, ni tampoco la bibliografía existente. Y
además, que no todos los países cuentan con estudios suficientes sobre la vida que la décima tenga en
ellos, en las tres modalidades que hemos señalado, como es el caso, por ejemplo, Portugal, Nicaragua,
Colombia, Brasil o Chile. Y hasta hay algunos países que no cuentan con ninguno en absoluto, como es
el caso ─ creemos ─ , de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Bolivia o Paraguay.
El esquema de división de zonas que exponemos a continuación se limita al tiempo actual, es
decir, al final del siglo XX y principios del XXI. Sin embargo, hemos de tener en cuenta el desarrollo
histórico de la estrofa, en particular de la espinela, a partir de 1591, durante el Siglo de Oro, el
Romanticismo y el Modernismo, hasta la Generación española del ’ 27.
Proponemos el siguiente esquema para el estudio de la geografía de la décima:
Zona 1: España peninsular y las Islas Canarias.
Zona 2: Portugal peninsular y el archipiélago de las Açores.
Zona 3: El Caribe y La Florida.
Zona 4: México y suroeste de los EE. UU.
Zona 5: Costa del Pacífico.
Zona 6: Cono Sur de América.
Zona 7: Noreste del Brasil.
ZONA 1: España peninsular y las Islas Canarias
No sabemos muy bien cómo, cuándo y por qué, pero es lo cierto que la décima ha dejado de
practicarse en España hasta llegar al tiempo actual en que casi ha desaparecido del todo.
En la modalidad de poesía culta ( tal como ha sido estudiado en este mismo libro, en el capítulo
3), la décima tuvo su mayor uso y su máximo esplendor en la España del siglo XVII, y especialmente en
el teatro. Puede decirse que todos los grandes autores del Barroco español fueron autores de décimas,
desde su creador Vicente Espinel hasta quien fue su máximo divulgador, Lope de Vega; y en medio:
Cervantes, Quevedo, Góngoga, Calderón, etc. Pero este auge fue decayendo sucesivamente, hasta casi
borrarse en los libros cimeros de la poesía peninsular de los siguientes siglos. Tuvo una renovación entre
algunos poetas del ámbito modernista ( principalmente en Salvador Rueda) y luego se vio entre algunos
autores del ’ 27 ( Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillén, et al.), hasta
desaparecer casi del todo. Será muy difícil encontrar en el panorama de la literatura española de
posguerra ( desde la década de las 40 del siglo XX) un poemario escrito en décimas, y desde luego si lo
hay no es de autor famoso y de proyección nacional29.
Como poesía popular, nos han quedado suficientes testimonios del siglo XVIII que hablan de la
popularidad de ciertas composiciones en décimas, como es el caso de la Expedición de 1775 contra Argel,
estudiado por Pérez Vidal ( 1965). Además, encontramos en colecciones de pliegos del siglo XVIII
composiciones en décimas en forma de glosa, tales como la Disputa entre el cuatro y el tres, la Disputa entre un
moro y un cristiano, la Controversia entre el talento y el dinero, etc. De la popularidad de estas composiciones no
tenemos ninguna duda, pues la prueba más irrefutable es que han sobrevivido hasta la actualidad en la
tradición oral, y no sólo de España, sino también de algunos países hispanoamericanos ( tal como se
29 Dos únicas excepciones podemos aducir, de dos poetas canarios actuales: Manuel Padorno ( Generación del 50) y Lázaro
Santana ( Generación del 70), pero esos dos poemarios excepcionales pueden explicarse porque sus autores, precisamente, son
canarios y es en Canarias el único lugar de España en que la décima sigue teniendo una vida real en todas sus modalidades.
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estudia en este mismo libro, capítulo 4). Ahora bien, en esta modalidad de poesía « memorial » , la décima
sólo vive con plenitud en la tradición oral de las Islas Canarias ( y quizás también en reducidas zonas del
sur meridional español). Por más que en los últimos años se han intensificado las recolectas de poesía
popular oral por toda la geografía española, bien que en busca principalmente de romances y de lírica
popular, no se ha detectado un sustrato de décimas que pueda considerarse como formando una mínima
tradición. Ya decimos que con la excepción de Canarias, en donde la décima convive con el romance en
la función de poesía narrativa ─ y hasta en algunas islas ha suplantado al romance ─ y con la copla
─ cuarteta octosilábica ─ en la función de poesía lírica.
En la modalidad de poesía improvisada, la décima tiene en España una geografía bastante mayor
que en las modalidades anteriores estudiadas. La décima es la estrofa única30 que se usa en Canarias para
la improvisación, y ésta tiene todavía un presencia muy fuerte entre las costumbres rurales de varias de
las islas. La improvisación en décimas en Canarias fue de uso común en todas las islas, si bien fue
siempre propia de ambientes campesinos. En las últimos décadas la tradición decayó mucho, quedando
sólo con cierta fuerza y con total asiduidad en la isla de La Palma. Sólo últimamente la décima
improvisada ha vuelto a recobrar el impulso anterior y la aceptación plena en todo el archipiélago, gracias
a determinadas acciones de investigación y de divulgación de la poesía improvisada, a la renovación
generacional de los decimistas y a la influencia directa de los repentistas cubanos. Esta última
circunstancia no se explicaría si no existiera una proximidad cultural entre Canarias y Cuba; proximidad
que en el caso de la décima llega a ser casi identidad.
Las Islas Canarias funcionan, pues, en el ámbito de la décima, como poesía oral improvisada,
como bisagra cultural entre la España peninsular y la América hispana, puesto que su empleo popular
cantado es muy similar al cubano, y precisamente se le llama “ punto cubano”, a la manera en que se
manifiesta en algunos sitios insulares.
En el resto de España, la décima improvisada tiene también su presencia en algunas zonas del
Levante sur, concretamente en las provincias de Murcia, Granada y Almería. Pero más que de provincias
habría que hablar de comarcas, pues el ámbito de la presencia de la décima en el sur meridional de
España se restringe a zonas muy concretas: en la provincia de Murcia, al Campo de Cartagena
( especialmente a los municipios de Cartagena y La Unión); en las provincias de Granada y Almería, a la
región de las Alpujarras. Ahora bien, no es la décima en ellos el metro tradicional de la improvisación,
sino la quintilla. La presencia de la décima es allí secundaria y de implantación relativamente reciente, por
influjo directo de Cuba, bien por el retorno de troveros andaluces y murcianos que habían emigrado a
Cuba, bien por la presencia en los últimos años en tierras andaluzas de repentistas cubanos. Prueba de la
falta de una tradición asentada de la décima en el sur de España es que cuando los troveros alpujarreños
o murcianos improvisan en décimas, éstas las recitan y no las cantan, como sí hacen, en cambio,
invariablemente, con la quintilla.
ZONA 2. Portugal peninsular y las Islas Azores
Las décimas son la verdadera poesía popular en el sur de Portugal ( provincias del Alentejo y del
Algarbe), hasta el punto de que esa expresión poesía popular designa precisamente una composición en
décimas, y que la expresión poeta popular designa, igualmente, al autor de décimas.
La décima adquiere una importancia singular en la cultura popular de la región. Y en todas las
30 Salvo algunas otras manifestaciones folclóricas muy particulares y localizadas, como es el caso de la meda, en la isla de El Hierro,
que es un canto improvisado en dísticos; el de las relaciones, en la isla de La Palma, que es un canto improvisado en cuartetas, dentro
de la danza llamada del sirinoque; y el de los ranchos de ánimas, que es tradición folclórica muy vieja, en sufragio de las ánimas, que
pervive en algunos pueblos de Gran Canaria y en la que se improvisa en metros muy particulares.
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formas imaginables: como poesía memorial, como poesía de pliego y como poesía « de improviso » .
Posiblemente sea uno de los territorios del mundo hispánico en que la décima se muestre tan diversa y
tenga tanta presencia en la cultura popular, pudiéndose definir como un « microcosmos » de la décima. Su
vinculación con la décima del nordeste brasileiro parece indudable.
La forma típica de la décima es la cuadra, siendo esta la glosa de una redondilla o mote en cuatro
décimas, terminadas cada una de ellas con cada uno de los versos de la redondilla. Esta forma es propia
de la décima escrita, divulgada después por los mismos poetas o por otros cantantes ambulantes a los
que se les llama poetas da feira. Las ferias han sido siempre la ocasión más frecuente para el encuentro de
poetas populares, y en ellas es cuando se manifestaba la otra modalidad de la décima, la controversia o
canciones de espique.
La condición de poeta popular está muy reconocida en la región. Y a pesar de que entre ellos haya
gente iletrada, perteneciente a los más humildes niveles sociales, tienen fama y prestigio, por ser
considerados voz de la conciencia social y colectiva del pueblo al que pertenecen, hasta el punto de que
en esta región dedican calles y monumentos a los poetas populares más sobresalientes.
Igualmente, la décima sigue viva y con cierta pujanza en el archipiélago de las Azores,
especialmente en las islas San Miguel y Terceira.
No se ha constatado, en cambio, la décima en el archipiélago madeirense, a pesar de que allí sí
existe la improvisación poética, tanto en la isla mayor de Madeira como en la menor de Porto Santo,
para la que usan, principalmente, la cuarteta popular.
ZONA 3: El Caribe y La Florida
Comprende esta tercera zona el Caribe, tanto el insular ( Cuba, Puerto Rico y República
Dominicana) como el continental ( costas de Venezuela y de Colombia), así como aquellos países de
Centroamérica en que vive la décima, como Nicaragua y quizás Costa Rica. Además debe añadirse el
Estado de Florida, especialmente Miami y áreas próximas, en donde se ha asentado una importante
colonia de cubanos, y con ellos la décima31.
La característica común más notable de la décima en esta inmensa área es su presencia
sobresaliente en todas las manifestaciones poéticas y culturales de cada uno de estos lugares. En ellos la
décima sobrepasa su condición poética para convertirse en un fenómeno cultural de primera
importancia, si bien, como es lógico, en cada país o lugar deban hacerse precisiones particulares. Y
sobrepasa también la dimensión de lo popular para entrar de lleno en los ámbitos culturales más
« cultos » , si bien sigue siendo un fenómeno eminentemente popular.
Es en esta zona, precisamente, donde el empleo culto de la décima está más arraigado, y apenas
pueden contarse poetas de renombre que no la hayan empleado, siendo Cuba, en esto, con mucho, el
país que se lleva la palma.
Es también muy abundante la décima entre las tradiciones poéticas orales populares, como han
demostrado los estudios que se han hecho sobre los países de esta zona, sin duda, también, la más
atendida en este aspecto.
Pero es en la modalidad de la improvisación en donde la décima adquiere en este área del Caribe
la preponderancia que tiene y ocupa la más amplia geografía de sus respectivos países. La décima
improvisada se canta con un género musical particular en cada región, como es el punto cubano en Cuba,
el seis en Puerto Rico, el galerón en Venezuela, la mediatuna en Santo Domingo o la mejorana en Panamá. Y
31 En algunos aspectos relacionados con la décima, el Estado de Veracruz forma parte también de esta área geográfica y cultural, si
bien la estudiaremos incluida dentro del área de México. Cabría citar también la ciudad de New York, en donde se ha detectado
también la presencia de la décima entre los emigrantes « hispanos » , de origen muy diverso, pero mayoritariamente de Puerto Rico.
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aún pueden usarse géneros variantes en cada país. En Cuba, en décadas pasadas, los “ puntos” vueltabajero
( Pinar del Río, La Habana...), espirituano ( región central de la Isla) y camagüeyano ( Camagüey, Tunas,
Holguín...) marcaron diferencias regionales dentro de su cultivo nacional, hoy bastante atenuadas por la
unificación de estilos y la mayor presencia de la décima en todo el país. En Puerto Rico se cuentan más
de medio centenar de ritmos variantes del seis. En Venezuela, en la parte oriental, se usa el punto, la fulía,
la gaita y el galerón, mientras que en la parte occidental se usan la décima zuliana y la décima andina, y en los
llanos centrales, el joropo. En Santo Domingo predomina la décima recitada. Y en las costas caribeñas de
Colombia, la décima cede en la improvisación poética las preferencias a otras formas estróficas, como la
cuarteta o la octavilla, en lo que allí llaman piqueria [ léase piquéria].
Pero fuera de estas diferencias formales el cultivo de la décima improvisada es bastante uniforme
en todo el área, de la misma manera que cumplen también funciones semejantes y se usan en situaciones
paralelas, predominando la canturía y la controversia. Puede decirse que el empleo y la vigencia
decimistas cubanos son los más vivos y ricos de esta área, y posiblemente de toda Iberoamérica, pues en
Cuba es, en la actualidad, donde la décima improvisada alcanza las mayores cotas literarias.
No conocemos bien, sin embargo, la presencia de la décima en los países de Centroamérica, con
la no del todo excepción de Nicaragua y de Costa Rica, pues faltan estudios exploradores y antologías de
décimas que nos permitan vislumbrar la realidad particular de cada uno de ellos. Por otra parte, tampoco
ha sido posible contar con la presencia de decimistas centroamericanos en los Festivales y Encuentros
celebrados en los últimos años, con lo que estamos ayunos también de impresiones musicales. Panamá,
en donde sí vive la décima, se asocia a la Zona 5.
ZONA 4: México y suroeste de los EE. UU.
Hay que considerar en esta zona la extensión de la décima en el inmenso territorio mexicano
continental, además de considerar el empleo de la décima por la población de origen hispanoamericano
de California, Nuevo México y costas del Golfo de México, en Texas y Luisiana, en este último caso por
influencia de la población de origen canario. Por supuesto, en todas estas áreas el cultivo estrófico es en
español.
Podría considerarse que esta Zona puede ser en verdad un “ desprendimiento” del uso estrófico
popular caribeño, pues el empleo de la décima en sus tradiciones populares tiene entre Veracruz y toda la
región veracruzana, y el Caribe insular, un gran parecido. No obstante, la diversidad del uso cantado y
declamado de esta estrofa en muchos sitios de México, las propias diferencias regionales y la extensión
que se produjo hacia el Norte, inclinan a considerar esta amplia área como una zona particular y
diferente de la caribeña.
La presencia de la décima en México, concretamente en Veracruz, está documentada desde el
siglo XVI, antes incluso de la aparición de la espinela. Pero el verdadero uso estrófico americano
pertenece al siglo XVII y en él brilló Sor Juana Inés de la Cruz por sobre todos los poetas de este lado
del mundo. Puede decirse que con ella se inició en verdad la tradición decimista hispanoamericana. Esa
tradición, como fenómeno popular cantado, es un hallazgo sin dudas americano, por sustitución
parroquial del canto del villancico u otras estrofas, por reducción del ámbito del romance, por influencia
del teatro y por adopción popular para expresar las nuevas problemáticas continentales.
En la modalidad culta, la décima ha seguido teniendo una presencia muy fuerte en la literatura
mexicana de todas las épocas hasta la actualidad32. Una décima particular del gran polígrafo mexicano
Alfonso Reyes puede servir de ejemplo de la consideración americana que se le tiene a la estrofa de
32 Un Decimario publicado recientemente por Brígido Redondo ( 1999), referido con exclusividad a la región de Campeche, en el
Yucatán, puede servir de ejemplo de la importancia de la décima en el ámbito de su literatura.
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Espinel:
Toque- taque, toque- taca
por nuestras tierras de sol:
octosílabo español
en el trote de la jaca.
La guitarra el pecho saca,
la espuela es un cascabel,
brota del suelo un laurel,
dibuja el machete un tajo
y América corta un gajo
para Vicente Espinel.
De la misma manera, la décima está muy arraigada en la tradición popular, como se puso de
manifiesto en las investigaciones pioneras de Vicente T. Mendoza y como ha seguido manifestándose en
todos los estudios de campo realizados por diversos autores.
En cuanto a la décima improvisada, de entre la gran variedad de formas y géneros musicales con
que se canta la décima en México, según las zonas, dos formas pueden considerarse principales:
a) la del huapango arribeño, propia de la región de la Sierra Gorda ( Guanajuato, San Luis Potosí y
Querétaro) y de Michoacán.
b) la del son jarocho, propia de la región de Veracruz y la de los Tuxlas.
Una característica común tienen las dos tradiciones, que la décima en ellos no es sino un
componente más, aunque principal, de un complejo festivo mucho más amplio, y en el que tiene
presencia el baile y la danza. La fiesta del huapango es la topada, en la que la controversia entre dos grupos
musicales puede alargarse por horas. Los instrumentos típicos son el guitarrón y los violines, y las
décimas se canta en forma de glosa, tanto en estrofas espinelianas ( en el número denominado « decimal » )
como en otra modalidad de décima de versos decasilábicos ( denominada « poesía » ). Por su parte, la fiesta
del son jarocho es el fandango, que tiene en el baile zapateado una de sus características principales; sus
instrumentos típicos son la jarana y la guitarra de son ( con la añadidura del arpa), mientras que la décima
tiene una presencia secundaria frente a otras estrofas del cancionero tradicional, la cuarteta, la quintilla y
la sextilla; la décima es aquí más recitada que cantada. Quizás una de las fiestas populares de la región en
donde se manifieste con mayor plenitud este complejo folklórico, y en las que mayor presencia pueda
verse de « decimeros » sea la fiesta de la Candelaria de Tlacotalpan.
Ya hemos dicho que las formas musicales con que se canta la décima en la región de Veracruz
tiene ciertos paralelismos con el área del Caribe, especialmente con el punto cubano, con el seis
puertorriqueño y con el galerón oriental de Venezuela, sin duda por el permanente contacto que hubo en
los primeros siglos de la Colonia, cuando se constituyó una Armada de Sotavento, para defenderse de las
piraterías que asolaban la región, que unía los puertos del Sotavento mexicano ( Veracruz), La Habana y
Cartagena de Indias, y que sirvió para introducir en América la cultura española, y también la décima.
En el área estadounidense de Luisiana está probado que existió la décima, al menos en su
modalidad de poesía oral tradicional, sin duda por el origen canario de su población, asentada en la
parroquia de San Bernardo, pero igualmente hemos comprobado su desaparición33.
33 En 1992, con motivo del Encuentro Iberoamericano de Decimistas celebrado en Las Palmas de Gran Canaria ( vid. Trapero
1996: 243- 246), se contó con la presencia de dos representantes de la colonia canario- americana, y cierto que cantaron ciertas
composiciones narrativas en verso a las que llamaban « décimas » , pero no eran verdaderas décimas, sino romances.
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ZONA 5: La costa del Pacífico
Comprende esta Zona: Colombia ( con la excepción de la costa caribe estudiada en la zona 3),
Panamá, Ecuador, Perú y tal vez el norte de Chile, donde hay características diferenciadoras respecto de
la Zona 6.
La décima parece tener aquí preponderancia en la población negra y nunca en la aborigen
americana. La influencia caribeña se atenúa mucho en esta zona, lo que le da particularidad de uso,
diferencia de formas de canto y no exclusividad, sino vigencias entre otras estrofas. No obstante, la
décima peruana tiene un evidente influjo caribeño y comunicación con las de Colombia o Panamá. El
fenómeno decimista de Ecuador es casi idéntico al peruano.
Se ha estudiado la presencia de la décima en Perú, igual que la de Ecuador, sobre todo en la
provincia de Esmeraldas, pero sólo parcialmente la décima en Colombia. Mas las similitudes entre los
tres países son tales, que puede advertirse un empleo regional afín de la décima popular, con bastante
poca aceptación en la poesía culta, salvo en Chile y el gran momento decimista que significa la obra de
inspiración popular de Violeta Parra. Y lo mismo puede decirse de la décima en la costa pacífica de
Panamá, que se asocia de manera natural con la colombiana. Quizás si el predominio étnico que han
advertido algunos autores ( los negros de la costa colombiana, peruana y panameña prefirieron la décima
para su expresión lírica) ya se ha disuelto mucho, y si bien no es un medio expresivo eficaz para la
población indígena americana, que posee sus propias tradiciones prehispánicas irrenunciables, resulta la
décima una estrofa también interétnica en esta Zona.
Por otra parte, debe decirse que en Colombia, al menos en la región de Antioquia, no es la
décima la estrofa de uso en la improvisación poética, sino la trova, hecha ésta en cuartetas, redondillas u
octavillas ( la copla dobletiada).
ZONA 6. Cono sur de América
Comprende esta Zona: Argentina y Uruguay, la parte sur de Chile limítrofe a Argentina y la parte
sur de Brasil, Rio Grande do Sul.
Mas no está implantada la décima popular en la geografía total de cada uno de los países
mencionados. En la Argentina y en el Uruguay tiene su mayor presencia en las dos márgenes del Plata y
se difunde en las tradiciones de la Pampa y en la poesía gauchesca de toda esta región, siendo la figura
del payador la estampa más prototípica del decimista universal, y desde luego la más conocida, por
legendaria. Se desconoce la décima, sin embargo, en la parte norte de Argentina y en Bolivia y Paraguay.
En la parte sur de Chile, limítrofe con Argentina, la décima tiene múltiples puntos en común con la de la
Pampa argentina. E igualmente la región brasileña fronteriza de Rio Grande do Sul.
El empleo de la décima está asociado a la poesía gauchesca, sin exclusividad estrófica, pero con
predominio decimista en la payada.
La poesía gauchesca no prefirió, sin embargo, de manera absoluta a la décima, pues la presencia
en toda esta región gaucha de la cuarteta, la redondilla, la copla y otras modalidades estróficas de arte
menor, ha sido tal, que no han sido desplazadas en el canto. Valga como ejemplo el hecho de que el libro
gaucho por excelencia, escrito íntegramente en verso, el Martín Fierro de José Hernández, está escrito en
sextinas ( abbccb ó abbcca).
Sin embargo, la vitalidad de la décima se asocia también al recitado, al semicanto y al canto
directo de la payada. No obstante, quizás sea esta la zona donde el cultivo decimista se ha ido atenuando
con el tiempo, sin desaparecer, pero sin la misma vitalidad con que se advierte, por ejemplo, en la Zona
del Caribe. Es muy probable que la población de origen canario en Argentina y Uruguay ofrecieran la
particularidad de uso decimista de estas regiones, en tanto el oficio ganadero, los bastos y solitarios
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espacios de la Pampa, impusieron modos distintos, incluso mucho más elegíacos o inclinados al “ canto a
lo divino”, que el predominio “ a lo humano” de otras zonas, principalmente del Caribe.
En efecto, el canto » a lo divino » tiene una particular importancia en la tradición decimística de
Chile. La labor realizada en los últimos años por el Padre Miguel Jordá ( 1978 y 1979), recopilando y
publicando los cantos a lo divino con que las gentes populares de la parte sur de Chile celebran las fiestas
y conmemoran la religión, demuestra que allí la Historia Sagrada, tanto la del Antiguo Testamento como
del Nuevo, y además el Devocionario entero de la Iglesia, están hechos en verso y en décimas.
ZONA 7: Nordeste de Brasil
El Nordeste de Brasil debe ser considerada como zona aparte de desarrollo decimista, pues su
personalidad lo requiere, aparte la lengua portuguesa, aunque su influjo caribeño sea fuerte. En el
Nordeste brasileño, la décima incluso se sumó a la llamada “ literatura de cordel”, y aparece con
frecuencia en la oralidad en forma de canturía, acompañada por guitarra, como en el Caribe. El empleo
de la décima en esta región es el más connotado fuera del español.
La particularidad que ofrece la “ literatura de cordel”, tan fuerte en esta región, implica una
diferencia esencial con otras zonas, donde puede hallarse también elementos de esa tradición. La propia
“ canturía” alcanza a ser diferente a la del resto de América.
La relación de la décima nordestina brasileira con la décima en el sur de Portugal es más que
evidente, sobre todo en esa modalidad preponderante de la literatura de cordel; mas no sabemos muy
bien en qué sentido se produjo la influencia, si de Portugal a Brasil, como parecería lógico pensar
siguiendo el itinerario histórico de la décima, o, por el contrario, de Brasil a Portugal, como un
fenómeno de « retorno » producido a lo largo del siglo XIX.
Salvo esta zona del Nordeste y la parte de Rio Grande do Sul, nada más se conoce de la
presencia de la décima en el inmenso territorio de Brasil.
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