Publicado en El Auto Religioso en España. Comunidad de Madrid: Consejería de Cultura, 1991: 69- 76.
LOS AUTOS RELIGIOSOS EN CANARIAS
Maximiano Trapero
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
En Canarias las representaciones de tipo religioso se han centrado preferentemente en torno al ciclo de
la Navidad: Autos de Pastores, Autos de Reyes, Ranchos de Pascua y Belenes vivientes son sus
principales manifestaciones.
Los Autos de Pastores ya han desaparecido de las iglesias en las Nochebuenas de los pueblos de
Canarias, pero su memoria sigue viva en bastantes lugares ( en los Altos de Guía y de Fataga en Gran
Canaria, y en Tuineje, Antigua y Tetir en Fuerteventura, principalmente) y, sin que haya quedado
constancia escrita de sus textos, es posible todavía recuperar oralmente algunos fragmentos aislados de
los informantes más viejos de esos lugares. Eran autos en los que se escenificaba el anuncio del ángel y la
adoración de los pastores, con cantos y bailes finales celebrando la alegría del Nacimiento, sobre un
esquema dramático tradicional pero en el que cabía la capacidad improvisadora de cada personaje. Dos
personajes singulares se incluían en la representación, San Miguel y el diablo, que luchaban entre sí
simbolizando el bien y el mal.
Los Autos de Reyes fueron y siguen siendo la representación más celebrada y extendida por
Canarias. En la actualidad existen Reyes, por lo menos, en Gáldar y Agüimes ( Gran Canaria), Tejina
( Tenerife) y Santa Cruz de La Palma, pero en tiempos anteriores se representaron en todas las islas
( excepto en la Gomera y Hierro, de donde no se tiene noticia que existieran), y en las siguientes
localidades:
Gran Canaria: Gáldar, San Lorenzo, Tamaraceite, Mogán y Agüimes.
Lanzarote: Teguise.
Fuerteventura: Betancuria, Antigua, Pájara y Tuineje.
Tenerife: Tejina, Tegueste, El Socorro y Punta Hidalgo.
La Palma: Santa Cruz, Garafía y Mazo.
No todos estos autos, sin embargo, son iguales ni tienen el mismo origen. El estudio de sus
variantes muestra un panorama muy complejo por las intrincadas influencias y préstamos que tienen
entre sí. La fuente principal de todos parece ser La infancia de Jesu- Cristo del clérigo malagueño Gaspar
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Fernández Ávila, de fines del siglo XVIII, pero en cada isla y en cada localidad se han desarrollado de
forma particular a través del tiempo, añadiendo nuevas escenas con nuevos textos, suprimiendo otras de
las antiguas y adaptando, en fin, la representación a los gustos y disponibilidades escénicas de cada
momento. Solo uno de ellos, el de Agüimes, no pertenece a ese tronco común, por ser creación mucho
más reciente de un autor local, hecho, eso sí, según el esquema dramático tradicional.
Todos se representan en la tarde- noche del 5 de enero, víspera de Reyes, pero en lugares muy
diversos: en el frontis de la iglesia, en Gáldar, dentro de la iglesia se celebraba en Betancuria, en la plaza
del pueblo en Tejina, y por las calles, a modo de autocabalgata, en Santa Cruz de la Palma y en Agüimes.
Un Belén viviente gigantesco y ubicado en un paraje inigualable se representa todos los años en
Agaete ( Gran Canaria), logrando una belleza plástica extraordinaria. Y otro no menos espectacular y
hermoso en Tigaiga ( Tenerife).
Sin ser propiamente « autos » , los Ranchos de Pascua que siguen cantándose en la isla de Lanzarote
merecen citarse aquí, pues son seguramente la celebración navideña más genuina de Canarias. Los
Ranchos de Pascua derivan de los más primitivos Ranchos de Ánimas, que fueron comunes antiguamente
en todas las islas y que hoy solo perviven en las localidades grancanarias de Teror y Valsequillo. Los
textos y los ritos dirigidos antes al culto de las ánimas derivaron y se centraron con exclusividad en
Lanzarote en el tema de la Navidad, y de ahí su denominación de Ranchos de Pascua.
En Lanzarote existen ( o existieron hasta hace poco) Ranchos en la mayoría de sus pueblos, pero
los más interesantes son los de Teguise y de San Bartolomé, por cuanto sus textos y sus músicas
representan el ciclo completo de la Navidad. El de San Bartolomé con relatos romanceados
diferenciados que abarcan en sus actuaciones a lo largo del tiempo navideño los episodios de la
Encarnación y la visita de María a su prima Santa Isabel, el decreto de empadronamiento, la búsqueda de
posada y el
Nacimiento en una cueva, la adoración de los pastores, la Circuncisión y la adoración de los Reyes y él de
Teguise porque su repertorio representa los cuatro momentos principales de un auto de pastores: el
corrido ( los pastores van a Belén), las deshechas ( los pastores ante el Niño), el salto ( danza de los
pastores al adorar al Niño), y las pascuas ( los pastores pregonan al mundo lo que han visto en el Portal).
Fuera del ciclo de la Navidad, en Candelaria ( isla de Tenerife), se representa la ceremonia ( de
configuración moderna) de la Aparición de la Virgen de Candelaria a unos pastores guanches. Y en tiempos
de Semana Santa se representan determinadas escenas de La Pasión ( también de configuración moderna)
en las localidades grancanarias de Sardina del Sur e Ingenio.
Por lo demás, las representaciones de tipo religioso más interesantes y de mayor esplendor que
se celebran en Canarias tienen lugar en la isla de la Palma, y en su capital Santa Cruz, con motivo de las
fiestas lustrales en honor de su patrona la Virgen de las Nieves. Tres son las de tipo religioso ( se
representan además otras de tipo profano) que allí son tradicionales: el Carro alegórico y triunfal, la Loa a la
Virgen y el Diálogo entre el Castillo y la Nave. Las tres se constituyen en el conjunto festivo más sobresaliente
de los, por todos los conceptos, brillantísimos festejos que allí tienen lugar. Las tres representaciones
tienen un signo mariano inequívoco, las tres tienen un regusto barroco indisimulado y las tres poseen un
origen de autor individual culto, aunque tengan una aceptación popular plena. Cada una de ellas tiene su
propia historia y sobre ellas han operado transformaciones y evoluciones particulares, pero como
expresión de la fe y devoción de los palmeros en su Virgen de las Nieves y como manifestación artística
y cultural de su pueblo forman un todo unitario.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
El Carro alegórico y triunfal es un auto sacramental que antiguamente se representaba sobre un
carro móvil tirado por bueyes. En la actualidad la representación principal se hace en la plaza de la
parroquia del Salvador, recorriendo después la calle principal de la ciudad y reproduciendo la
representación durante toda una noche, allí donde haya una concentración de público suficiente. Las
Loas fueron las representaciones primeras que se instituyeron con motivo de la fiesta de la Bajada, en
1680; se conservan incluso varias de las que compuso el notable poeta palmero Poggio Monteverde a
partir de 1685. Las Loas que hoy se representan, sobre textos que conservan el mismo estilo barroco de
siempre, son piezas musicales en las que se da entrada a todos los componentes de una gran producción:
solistas, coro y gran orquesta. Y el Diálogo entre el Castillo y la Nave se produce al paso de la procesión de la
Virgen por el barranco de su nombre, en el que en cada orilla están situados un castillo y una nave. El
castillo ordena detener a la nave; ésta replica que lleva a bordo una « Doncella pura » y que no debe
detener su camino; insiste el castillo en su demanda y la nave muestra la imagen de la Virgen, ante la cual
el castillo rompe en salvas de triunfo.
La gran afición y la gran tradición teatral de los palmeros se manifiesta en otras representaciones
religiosas que tienen lugar en la isla. Además del Auto de Reyes, ya citado, que se representaba en diversos
lugares de La Palma, hoy se representa también en el pueblo de El Paso un Carro alegórico con motivo de
sus fiestas patronales del Sagrado Corazón de Jesús, y en el pueblo de Barlovento, en honor a su patrona
la Virgen del Rosario, una representación denominada La Batalla de Lepanto ( que es una modalidad
particular de los comunes Moros y Cristianos de la Península), en la que fuerzas turcas, amparadas en un
castillo, luchan contra las cristianas que vienen a su conquista en una nave: triunfan los cristianos y
conducen luego a sus enemigos hasta la iglesia donde son bautizados y proclaman todos la grandeza de
María.
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