Publicado en Homenaje a José Pérez Vidal ( ed. Carmen Díaz Alayón). Universidad de La Laguna, 1993, 59-
74.
LA OBRA DE PÉREZ VIDAL Y SUS ESTUDIOS SOBRE EL ROMANCERO
Maximiano Trapero
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
1. Una obra excepcional
No somos solo nosotros los que consideran a Pérez Vidal uno de los autores más importantes
de Canarias en el siglo XX. Si su figura resulta poco conocida y, desde luego, no suficientemente
valorada, lo es porque no se conoce suficientemente su obra88. La extremada humildad del sabio palme-ro
en el plano humano no se corresponde con la importancia de su pensamiento y, mucho menos, con la
universalidad de sus conocimientos. Decir que la obra de Pérez Vidal es mucho más conocida, y mejor
valorada, fuera que dentro de Canarias, es decir bien poco por lo acostumbrado y por lo obvio. Y si la
importancia de una obra puede también medirse por los vuelos que llega a tomar y por los autores que la
toman como fuente, la de Pérez Vidal sobrevuela ya el territorio del hispanismo y está en la bibliografía
fundamental de temas como la lírica popular, el romancero, el folklore, la lingüística, Galdós, el
poblamiento de América... Aquí sí que por sus obras lo conoceréis.
Una vida entera dedicada sin descanso y sin distracciones al estudio y a la investigación, nos ha
proporcionado una obra seria, madura, sabia, bien hecha. Y está escrita. Solo falta conocerla.
Fue Pérez Vidal investigador minucioso, de grandes vuelos, pero volados en etapas cortas. Y así,
su obra ha de verse en su conjunto. Este fue su deseo y su preocupación durante los últimos años de su
vida: reunir en libros monográficos los múltiples estudios particulares publicados a lo largo de los años.
Y casi lo logra: algunos están viendo la luz cuando ya él no la tiene, pero en su gran mayoría la obra
fundamental de Pérez Vidal está ya publicada ( o a punto de ser publicada) en forma de libros.
Si repasamos la bibliografía tan minuciosa y exacta que de la obra de nuestro autor ha ordenado
Elsa López ( incluida aquí), veremos que su mirada inteligente y erudita se detuvo en todo aquello que
constituye la esencialidad de la cultura canaria, hasta convertirse en su mejor y más autorizado estudioso.
Bien es verdad que en muchas de sus publicaciones fue la isla de La Palma el objeto primero de sus
estudios, pero sus consideraciones no se quedaron en los límites de aquella isla. De La Palma tomó
88 Valgan dos anécdotas. Cuando en 1990, unos meses antes de
su muerte, el Cabildo de Gran Canaria promovió su candidatura para
el Premio Nacional de Humanidades " Menéndez Pelayo", hubo que
explicar a instituciones como la recién creada Universidad de Las
Palmas, incluso su la Facultad de Filología, quién era y qué había
hecho un hombre llamado José Pérez Vidal: el solo nombre debería
haber bastado para haber aceptado la propuesta por aclamación. Y
cuando con motivo de su muerte los periódicos escribieron glosas
de su personalidad muchos canarios, incluidos los llamados y
tenidos por " intelectuales" ( entre ellos un " Premio Canarias"),
oyeron y se fijaron por vez primera en el nombre Pérez Vidal.
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principalmente los materiales históricos, léxicos, literarios y culturales, pero la investigación y la
observación de los mismos le llevaba de inmediato al ámbito del resto de las islas y del mundo entero,
con esa erudición minuciosa que le caracterizaba, hasta convertir el dato local en nota contrastada o
común con la universalidad de los pueblos hispánicos ( ibéricos peninsulares e hispanoamericanos).
En la obra de Pérez Vidal se aúnan siempre la honestidad y la ciencia, de tal manera que el rigor
en el dato, la seriedad en el tratamiento de los temas, la sabiduría que en ello demuestra y la excelente
prosa con la que escribe, hacen de cualquiera de sus estudios, de cualquiera, obra de obligada consulta y
de lectura más que amena. Nunca escribe en balde ni sobre algo que no domine en su totalidad: por eso
su bibliografía es de las de fiar.
2. Temas principales en la obra de Pérez Vidal
2.1. Personajes históricos palmeros
Un personaje histórico nacido en La Palma, el Almirante Díaz Pimienta, ocupó las primeras
publicaciones de Pérez Vidal, y volvió a él en años muy posteriores. Pero su importancia transciende la
propia isla y se convierte en un personaje de escala nacional, fundamental en las relaciones España-
América del siglo XVII.
Otro palmero ilustre, éste poeta, Poggio y Monteverde, autor de las primeras Loas que se
conocen a la patrona de la isla, la Virgen de Las Nieves, de hacia 1685, fue objeto de un estudio por
parte de Pérez Vidal. Y hablando de la Virgen de las Nieves y de las fiestas lustrales que le ofrecen los
palmeros, Pérez Vidal dedicó también un breve artículo al Diálogo entre el Castillo y la Nave, una de las
representaciones más característica de la fiesta; pero echamos en falta el que Pérez Vidal no dedicara su
atención a las otras dos representaciones palmeras de sus fiestas lustrales, los llamados Carros alegóricos y
las Loas a la Virgen: tan necesario hubiera sido su punto de vista.
Y lo mismo hizo con otros dos personajes palmeros: Valeriano Fernández Ferraz y Benigno
Carballo Wangüemert: el primero un catedrático de filosofía que llevó e implantó sus profundas ideas
krausistas a América a mitad del siglo XIX, y el segundo un economista y educador, también de la mitad
del XIX ( 1826- 1864), que escribió un interesantísimo libro de viajes por el archipiélago, titulado Las
Afortunadas89.
2.2. Poesía tradicional canaria
No es fácil decir cuál es el tema predominante en los estudios de Pérez Vidal, pero entre sus
aportaciones capitales están, sin duda, los estudios dedicados a la poesía tradicional, incluyendo dentro
de ella, naturalmente, el romancero, aunque éste sea tratado por nosotros de manera específica.
A Pérez Vidal se le debe un estudio fundamental y pionero sobre las endechas canarias,
convertido ya en clásico. A él también el descubrimiento y difusión en el ámbito del hispanismo de los
estribillos romancescos, como una forma peculiar de cantar los romances en Canarias ( aunque Pérez
Vidal conociera entonces solo la práctica de La Palma). A él el estudio de alguna de las características
sobresalientes de la poesía popular en Canarias: la presencia y la influencia de la geografía ( el monte, la
vegetación) y del mar. Y a él un estudio básico sobre la décima, la otra forma poética, junto con el
romance y la copla, en que se manifiesta la poesía de tradición oral en las islas. La mayoría de estos
estudios los reunió después en su libro Poesía tradicional canaria.
89 Las Afortunadas. Viaje descriptivo a las Islas Canarias.
Santa Cruz de Tenerife: Centro de la Cultura Popular Canaria,
1990.
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2.3. El léxico de Canarias
Fundamentales son también los estudios de Pérez Vidal sobre el léxico canario. Y constituyen
además un panorama bastante completo de la problemática que el mismo plantea en las hablas canarias:
empezando ( aunque no sea éste el orden cronológico de sus publicaciones en este campo) por los
guanchismos y los arabismos, los arcaísmos y los portuguesismos, reiterados éstos una y otra vez a lo
largo de toda su vida, hasta convertirse el tema en uno de sus preferidos y él en la máxima autoridad.
Además hizo aportaciones valiosísimas en el conocimiento del léxico canario en estudios particulares
sobre, por ejemplo, los nombres de la lluvia en La Palma, sobre la toponimia, sobre la ganadería, sobre la
influencia marinera y sobre la contribución luxo- española ( y canaria, en particular) en el léxico azucarero
latinoamericano. Además de estudiar la presencia de canarismos en el Diccionario de la Academia y en la
obra de Galdós y de valorar, por último, la aportación de Pancho Guerra al estudio del léxico de Gran
Canaria.
2.4. Los portugueses en Canarias
La influencia de Portugal en Canarias fue tema preferido para Pérez Vidal, no solo en los
aspectos del léxico, como hemos dicho, sino en otros muchos aspectos: en el del poblamiento de
Canarias, en el de la cultura y artes relacionadas con el mar, en el del romancero, en el de la cocina
popular, en el del cultivo de la caña de azúcar, en el de la utilización de la dulcería y derivados y en el de
la vid. Justamente estaba trabajando en la revisión de todos estos materiales para reunirlos en un libro,
junto a los del léxico, cuando la muerte llamó a su puerta. Pero el libro ha visto ya la luz y supone una
aportación verdaderamente fundamental para la historia y para la cultura canaria.
2.5. Estudios etnográficos
Como estudioso del folklore canario ( a él le gustaba decir y escribir folc- lore), en su más amplio
sentido, a Pérez Vidal se le deben una serie de trabajos sobre aspectos particulares de la cultura material
de las islas que constituyen en su conjunto el panorama más completo y documentado de que
disponemos en esta materia. Al lado de los trabajos dedicados a la caña de azúcar, unos relacionados con
Canarias y otros con lugares y territorios ajenos a las islas, dedicó también preciosos y golosos estudios a
las dulcerías populares y a las conservas azucaradas. Y como ampliación o derivación de éstos, nos dejó
un curiosísimo libro sobre la dulcería en la Edad Media a través de la obra del Arcipreste de Hita.
Pérez Vidal ha sido también el principal estudioso del tabaco, de tanta importancia en la
economía de las islas y de España. Y también de la vivienda popular canaria, de los balcones de celosía,
tan característicos de las islas, de la ganadería, de la medicina popular, de la cestería y de la alfarería ( esta
vez no canaria), de la cocina tradicional y hasta de un tema tan puntual y « mínimo » como el de las
cucharas de madera y de asta. Algunos de estos estudios se reúnen en su libro Estudios de Etnografía y
Folklore canarios.
2.6. Tradiciones folclóricas
Curiosísimos son algunos de los estudios de Pérez Vidal en este campo, aunque haya que
reconocer - él mismo lo hacía- las carencias que tienen en lo musical, al no poseer el autor una
preparación musical y musicológica suficiente que le hubiera permitido acercarse a tantas y tan singulares
tradiciones folclóricas basadas en la música. No obstante, nos dejó testimonios valiosísimos sobre
tradiciones prácticamente extinguidas ya hoy, como el baile del trigo de La Palma, la danza prima
asturiana o las noches de San Daniel y de San Juan en Canarias. Escribió también sobre la pesca de la
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morena y de los cantos de llamado que en ella se practican. Y nos dejó un impagable libro sobre los 100
años de estudios sobre el folklore canario, que solo él estaba capacitado para hacer.
2.7. Folklore infantil
Como una parcela del folklore canario, especialmente querida por Pérez Vidal, hay que
considerar sus estudios sobre el folklore infantil. A él dedicó sucesivos estudios particulares, para
reunirlos todos, junto a otros inéditos, en un extraordinario libro: Folklore Infantil Canario, ejemplo de
ligereza ( como contrapuesto a pesadez) en la exposición de una erudición apabullante, que transmite al
lector la alegría que los temas allí recogidos respiran.
2.8. Galdós
Pérez Vidal fue uno de los más tenaces investigadores de la obra de Galdós. Y en lo que se
refiere a la relación del novelista con Canarias, a Pérez Vidal se le deben los estudios más detenidos
( escritos con una gracia y una calidad literaria sobresalientes), en un viaje de ida ( Galdós en Canarias) y
vuelta ( Canarias en Galdós), con detenimiento en cuestiones tan puntuales como los estudios sobre la
noche de San Daniel en Galdós, el Galdós crítico musical, la madriñelización del joven Benito o la
presencia de canarismos en su obra, como « a la pella » . Y a ellos hay que sumar los estudios particulares
sobre alguna de las obras del gran novelista.
2.9. Canarias en América
El tema está repartido por toda la obra de Pérez Vidal y se manifiesta en trabajos particulares
sobre la caña de azúcar, sobre la poesía popular o sobre la presencia de canarios ilustres en la América
hispana. Aparte de éstos, otros dos estudios se refieren específicamente al tema: el primero referido a la
aportación de Canarias a la población de América y el segundo que da cuentas y estudia el resultado de
unas encuestas realizadas en México sobre una familia descendiente de Canarias transmisora de su poesía
tradicional. Los dos próximos a verse publicados juntos en forma de libro.
3. El romancero
De fundamental hay que calificar la aportación de Pérez Vidal al conocimiento del romancero
tradicional de Canarias, y más concretamente a la isla de La Palma. Gracias a sus muchos y sucesivos
estudios conocemos hoy bastante bien no solo la tradición romancística palmera, sino algunas de las
características comunes más generales del romancero canario, como el del fenómeno de los estribillos
romancescos, por ejemplo. Esos estudios se iniciaron en la década de los 30, primero con la recolección
de textos en alguna zona de La Palma ( realizada bien directamente o a través de sus alumnos del
Instituto de Santa Cruz de La Palma en donde ejercía como profesor de Literatura) y después con la
publicación y con el comentario de alguno de los romances recogidos. Y concluyeron con la publicación
de un libro magnífico en el que se recogen esos estudios anteriores y muchos materiales aún inéditos,
organizados todos bajo la estructura de un romancero tradicional moderno, con el título de El Romancero
en la Isla de La Palma.
El conocimiento que Pérez Vidal llegó a tener al final de su vida del romancero canario, en
particular, y del romancero pan- hispánico, en general, fue, lógicamente, mucho más cabal que el que
tuvo en sus primeras publicaciones. Entre otras razones, porque él fue uno de los primeros en su estu-dio,
no ya de Canarias, sino de España entera. En la década de los cuarenta del siglo XX, cuando
empezó sus publicaciones sobre el tema, faltaba aún, por ejemplo, el magistral y fundamental Romancero
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Hispánico de Menéndez Pidal, publicado en 195490, que mostraba el panorama histórico del romancero
hispánico y señalaba caminos por donde debían ir las investigaciones posteriores. Y faltaban también las
recolecciones de romances en el resto de las distintas islas ( salvo algunas esporádicas realizadas en
Tenerife), de tal manera que sus textos de La Palma no encontraban sino el vacío comparativo en el
resto de Canarias. Con todo, las observaciones y los juicios de Pérez Vidal sobre algunos de los
romances particulares que estudió entonces evidencian la clarividencia que siempre tuvo sobre tema tan
complejo, la enorme erudición que poseía y la sabiduría innata en detenerse en lo fundamental.
3.1. Años y lugares de recolección
Como en la publicación de los textos no nos ofrece las fechas de recogida de cada uno de ellos,
no podemos precisar la historia de su recolección. Tenemos que esperar hasta 1987, fecha de la
publicación de su libro, para saberlo. Nos lo dice él « a grosso modo » en el propósito de la Introducción:
« El objeto de este libro es bien claro y sencillo, se limita a ofrecer, ordenados y anotados, los romances
que hace 40 años recogí en la isla de La Palma » ( pág. 9). Páginas después precisará que « por la década de
los 30 se me ocurrió ensayar su exploración » ( pág. 16). Pero será al finalizar la guerra civil cuando se
determine « a organizar, ya de modo específico, la búsqueda del romancero » ( pág. 18). No sabemos
cuántos años duró ni cuán intensa pudo ser, pero no debió satisfacerle plenamente, pues se lamentará
justificándose diciendo que « en aquellas circunstancias - y en tiempos muy apretados y duros para mí-hice
cuanto pude. Si me hubiera quedado en La Palma, la presente colección hubiera sido mucho más
variada y abundante; pero me tuve que marchar... » ( pág. 20). Su marcha a Madrid fue en 1948.
No fueron muchos, la verdad, los lugares a los que llegó para recoger romances. Solo a El
Frontón ( Tijarafe), Fuencaliente, El Hoyo ( Mazo), Las Ledas y Montaña de la Breña ( Breña Baja), San
Pedro ( Breña Alta), La Galga ( Puntallana) y Mirca ( Santa Cruz de La Palma). A éstos llegó
personalmente, unas veces solo y otras acompañado o precedido de sus alumnos ( sobre todo - dice él-
« en las importantes gestiones de descubrir personas sabedoras de romances y de introducirme en sus
casas » , pág. 18). Y en otros lugares más apartados, y entonces de muy difícil acceso, como Garafía,
recogieron versiones para él « algunas personas previamente instruidas » ( pág. 18).
3.2. Estudios particulares sobre el romancero
Trece fueron las publicaciones que Pérez Vidal dedicó al tema del romancero, en el corto plazo
de siete años, desde 1947 hasta 1954, si se exceptúa la que dedicara en 1984 a la poesía tradicional
recogida en México de descendientes canarios, en la que se incluyen algunos romances.
A lo que parece, Pérez Vidal o no encontró la ocasión o no quiso ofrecer reunidos todos sus
hallazgos en La Palma, y decidió entonces darlos a conocer uno a uno, en publicaciones independientes,
bajo el título genérico de Romancero Tradicional Canario ( Isla de La Palma), en sucesivos números de la
Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, del C. S. I. C. del que él era investigador científico por
oposición. Su intención entonces debió ser la de publicar todos los romances que tenía, pues empezó
numerándolos al ritmo que aparecían. Pero el proyecto se interrumpió sin explicación al llegar al número
1091. Los romances publicados, con el título que les dio entonces y su número correspondiente fueron
los siguientes:
90 Romancero Hispánico ( Hispano- Portugués, Americano y Sefardí). Teoría e
Historia. Madrid: Espasa- Calpe, 1968 ( 2 ª ed.), 2 vols.
91 En una ocasión llega a anunciar la publicación de otro romance, el de La
Infantina ( en RDTP, VI, 1950, pág. 279), pero éste no apareció nunca.
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1. La muerte del príncipe don Juan
2. Bernardo y la Romera
3. La cristiana cautiva
4. La romería del pescador
5. Doña Auselda
6. La infanticida
7. La esposa infiel
8. Blancaflor y Filomena
9. La serrana
10. La dama y el pastor
Antes de éstos, y sin haber empezado a numerarlos, había estudiado y publicado otros romances
de su colección:
El testamento del mulo
Santa Iria ( o Santa Irene)
El marinero chasqueado
Y después del 10, y sin seguir la numeración, publicó otras dos versiones del Príncipe don Juan y
otro romance de tema local titulado El alma de Tacante. En total fueron 14 los romances estudiados y
publicados, con sus distintas versiones; sin duda, una pequeña parte de los que constituían su colección.
Además, había publicado en 1948 una primera redacción sobre su importante estudio de los
romances con estribillo en la isla de La Palma, que rehízo con muchas modificaciones al año siguiente. Y
concluyó con otros dos estudios sobre el arcaísmo del romancero canario y sobre la relación del canario
La esposa infiel y el portugués Floresvento.
El tema que más resonancia tuvo fue, sin duda, el del los estribillos romancescos. Gracias a ese
estudio, el romancero de Canarias empezó a ser conocido por una característica verdaderamente
singular; la de que sus romances se cantaran en forma alternante con un estribillo que se repetía
inalterable a cada dieciseisílabo del romance. La noticia mereció entrar en el Romancero Hispánico de
Menéndez Pidal ( vol. II, págs. 379- 80) y de ahí pasó a la fama, aunque con una cierta imprecisión. Los
datos de que disponía Pérez Vidal entonces, se referían solo a la isla de La Palma, pero bien por el título
puesto por el autor en su segunda redacción ( El estribillo en el romancero tradicional canario), bien porque no
se leyó bien lo que en el interior se precisaba92, el caso es que se generalizó diciendo que en Canarias
todos los romances se cantaban con estribillo. Y no es así. Han sido necesarias investigaciones
posteriores, en cada una de las islas, para saber que el romancero se manifiesta en cada una de manera
diferente y tiene también funciones diferentes: valga resumir que el estribillo se conoce y es común en La
Palma, La Gomera, Hierro y Fuerteventura; se desconoce en Gran Canaria y Lanzarote; y debió
practicarse algo, aunque ahora ha desaparecido, en Tenerife.
92 Dice el autor, aunque a pie de página: " No sé, con seguridad, si en ambas
islas [ se refiere a Tenerife y Hierro] los romances se cantaban con estribillo en
todas las ocasiones. Ni si en las demás islas del Archipiélago existió alguna vez
esta costumbre. Como consecuencia de esta escasez de datos, limito el presente
estudio a la isla de La Palma, a la cual debe entenderse referido todo cuanto aquí
se diga sin expresa indicación local" ( El estribillo en el romancero tradicional
canario, pág. 12, n. 1).
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3.3. Aspectos estudiados en cada romance
Puede decirse que Pérez Vidal repite siempre el mismo esquema en cada romance que estudia.
En primer lugar expone las distintas versiones de que dispone. Estudia después los aspectos histórico-literarios
que detrás de cada romance existen. Dedica siempre después un minucioso estudio a las
características dialectales que presentan las versiones canarias, en sus aspectos fonológico, gramatical y
léxico, especialmente en este último, señalando siempre la presencia de canarismos ( ya sean guanchismos
o formas peculiares del español insular), de arcaísmos, de extranjerismos, y dentro de éstos la abundancia
extraordinaria de portuguesismos en el habla de La Palma, en primer lugar, y de americanismos, ara-bismos
y otros, en segundo lugar. Y por último establece un estudio comparativo entre la tradición
palmera y canaria ( cuando conoce otras versiones del resto de las islas), y entre éstas y las tradiciones
peninsulares e hispanoamericanas, a partir de una serie de repertorios romancísticos regionales
disponibles en aquellos años, señalando las proximidades y similitudes existentes y, sobre todo, las
particularidades de la tradición canaria.
De todos estos aspectos destacamos por su interés sobresaliente las observaciones dedicadas al
léxico. Como todo el léxico de la lengua común puede entrar en el romancero y nada pasa inadvertido
para nuestro investigador, resulta que los estudios romancísticos de Pérez Vidal se convierten indirecta-mente
en una bibliografía absolutamente fundamental del léxico canario, y hacen de su autor uno de los
más importantes lexicólogos canarios. Los otros aspectos estudiados, tales como la interpretación de una
escena en un romance, o la singularidad de la tradición canaria, pueden haber sido superados al ritmo
que la bibliografía y los repertorios romancísticos de otros lugares iban enriqueciendo el pobre
conocimiento que de ello se tenía.
4. El Romancero en la isla de La Palma
4.1. Revisión de los materiales publicados con anterioridad
En su Romancero en la isla de La Palma empieza advirtiendo su autor que el objetivo del libro « se
limita a ofrecer, ordenados y anotados, los romances que hace cuarenta años recogí en la isla de La
Palma » . Y añade: « Algunos de ellos fueron publicados poco después, pero de modo muy disperso y en
revistas de difusión bastante circunscrita » . Y concluye: « Convenía, por tanto, reunirlos, incorporarles los
no publicados y comentarlos en conjunto a vistas de las circunstancias en que habían vivido » ( pág. 9).
El tiempo no había pasado en vano. Los estudios sobre el romancero habían crecido
espectacularmente y las recolecciones locales y regionales se habían hecho más sistemáticas. Pérez Vidal,
atento como siempre estuvo a recoger el dato más pequeño y la noticia más novedosa, se enriqueció de
ello e intentó adaptar su visión primera a las evidencias que imponían las nuevas aportaciones. Así,
aumentó el número de las versiones publicadas de cada romance con otras que le fueron aportadas por
colaboradores y amigos, consideró las nuevas recolecciones realizadas en las islas ( solo las contenidas en
La flor de la marañuela93 y en el Romancero de Gran Canaria, I94, pero no tuvo en cuenta otras95) y adaptó el
93 La flor de la marañuela ( ed. Diego Catalán, Madrid: Gredos, 1969, 2 vols.)
recoge, ordenados por islas, todos los romances recogidos en Canarias hasta 1965,
aproximadamente. El vol. I está dedicado a los romances de Tenerife, y el vol. II a
los del resto de las islas, incluidos los recogidos por Pérez Vidal en La Palma.
94 Maximiano Trapero: Romancero de Gran canaria, I: Zona del sureste
( Agüimes, Ingenio, Carrizal y Arinaga). Las Palmas de Gran Canaria: Mancomunidad de
Cabildos, 1982.
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título de alguno de sus romances a las nuevas denominaciones impuestas por Menéndez Pidal, Diego
Catalán y el Seminario « Menéndez Pidal » , resultando el siguiente cuadro ilustrativo:
Título primero N º
vers.
Nuevo título N º
vers.
Testamento de bestias 1 --- 2
Santa Irene 5 Santa Iria 7
El marinero chasqueado 3 El indiano burlado 6
La muerte del príncipe don
Juan
2 --- y La muerte ocultada 3
Bernardo y la Romera 1 El Conde preso 1
La cristiana cautiva 4 La hermana cautiva 7
La romería del pescador 4 --- 8
Doña Auselda 1 La mala hierba 2
La infanticida 5 --- 9
La esposa infiel 2 Albaniña 2
Blancaflor y Filomena 2 --- 4
La serrana 4 --- 8
La dama y el pastor 3 --- 5
El alma de Tacante 1 --- 1
Sobre los romances ya publicados con anterioridad aligera mucho ahora los comentarios, los
argumentos se simplifican y la erudición se reduce en favor de una cohesión mayor del conjunto. Las
observaciones y comentarios sobre la lengua se reducen ahora a las cuestiones léxicas y se ponen en
notas a pie de página. Pero se repite el esquema y la sistemática de las cuestiones a tratar dentro de cada
romance, aunque con atención y detenimiento muy desigual, según la clase y tipo de romance que sea: a)
95 Por ejemplo, los nuevos Romanceros realizados sobre territorios
portugueses, bien de sus islas atlánticos ( como el de Pere Ferré et al. sobre la
isla de Madeira ( 1982) o el de Manuel Costa Fontes sobre la isla azoriniana de San
Jorge ( 1983), bien sobre los portugueses emigrantes en América, realizados y
publicados por Costa Fontes sobre el Canadá ( 1979), sobre Estados Unidos I, Nova
Inglaterra ( 198O) y Estados Unidos II, California ( 1983). O nuestro propio
Romancero de la isla del Hierro ( Madrid: Gredos, 1985). Y desconoce las
fundamentales publicaciones del Seminario " Menéndez Pidal" en torno al romancero,
tanto las que son repertorios ( por ejemplo los 12 vols. del Romancero Tradicional
( de las lenguas hispánicas), publicados hasta 1985, o los dos vols. de Voces Nuevas
del Romancero Castellano- leonés ( AIER), publicados en 1982), como las que son
teóricas y metodológicas ( como los tres vols. publicados desde 1982 a 1984 del
Catálogo General del Romancero Pan- Hispánico ( CGR)).
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transcripción de todas las versiones palmeras96, b) comentarios sobre el origen del romance y sobre los
estudios que ha merecido, c) características del léxico dialectal y d) comparación de las versiones
palmeras con las otras canarias, peninsulares e hispanoamericanas.
4.2. Los romances recogidos: tipos y número
Organiza Pérez Vidal sus romances de La Palma en tres grandes grupos, numerándolos
sucesivamente, aunque sin señalar el número de versiones de cada romance. Un recuento por nuestra
parte de temas, versiones y subgéneros, ofrece el siguiente resumen:
Tipo Temas Versiones
I. ROMANCES TRADICIONALES 35 95
Viejos 18 56
Infantiles 10 29
Religiosos 7 10
II. ROMANCES VULGARES 58 96
III. ROMANCES DE TEMA LOCAL 12 12
TOTALES 105 203
No son pocos los temas aparecidos, pero sí parecen pocas las versiones recogidas en una isla
como La Palma, en donde las tradiciones orales fueron tan ricas y en unos años mucho más propicios
para su manifestación que lo serían los de ahora. Así, que contando con la prudencia y la objetividad que
guiaron siempre los juicios de Pérez Vidal, no nos extraña que él mismo calificara a su colección de
« exigüe romancerillo » ( pág. 9) 97.
Se detiene Pérez Vidal en el comentario de los romances « tradicionales » de tipo profano y en los
romances de « tema local » , pero pasa demasiado de prisa, o no se detiene en absoluto, en los romances
96 Sólo se recogen las de su propia colección, no así las de otros
investigadores que también habían recogido y publicado romances de La Palma: Juan
Régulo, Arquímides Castro Pérez ( que las recogió para la colección de Sebastián
Sosa Barroso) y Lidia Pérez González. Estas nuevas versiones son tenidas en cuenta,
sin embargo, por Pérez Vidal en los comentarios correspondientes a cada romance.
97 Otros recolectores, como dijimos antes, han venido a completar el panorama
dibujado por Pérez Vidal: principalmente, y por este orden, Régulo Pérez ( con 21
versiones recogidas en Garafía y Mazo), Arquímides Castro Pérez ( que recogió 26
versiones en Puntagorda para la colección de S. Sosa Barroso) y Lidia Pérez
González ( con 5 versiones procedentes de Tazacorte, Puntagorda y Mazo), todas ellas
publicadas en La flor de la marañuela. Con todo, la isla de La Palma requiere un
nuevo esfuerzo recolector que aporte una visión más profunda y sistemática de su
tradición romancística, y que llegue a lugares a los que todavía no se ha llegado,
sobre todo en los municipios de Barlovento y San Andrés y Sauces, y que aporte
suficientes testimonios del comportamiento de la música en el canto de los
romances.
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religiosos o en los que clasifica como « vulgares » . En los tradicionales, porque, en una buena parte, ya
habían sido comentados en sus publicaciones particulares anteriores; y en los de tema local porque le
sirven éstos mejor que ninguno para ilustrar las variedades dialectales de La Palma.
Aporta el libro, sin embargo, novedades importantes en cuanto a la aparición de nuevos temas
romancísticos y de nuevas y preciosas versiones. Para nosotros, la aportación mejor es una versión del
romance de Isabel de Liar, un romance « viejo » de tipo histórico, basado en los amores adúlteros del
Infante don Pedro de Portugal con doña Inés de Castro, asesinada ésta en 1355 por cortesanos al
servicio de la reina. La versión fue recogida en 1951 en Tijarafe, y es la única conocida hasta ahora en
Canarias, debiendo figurar entre los escogidos romances que proclaman el extraordinario
conservadurismo del romancero canario.
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