Almogaren XXIX / 1998 Vocklabruck 1998
Introducción
Renata Springer Bunk
Los grabados del Ksar Barebi
(Taghit, Argelia)
85 - 101
Entre los distintos períodos del arte rupestre se considera el periodo del
camello como uno de los más recientes. Este animal, al que hace referencia el
término, aparece con gran frecuencia entre los grabados o pinturas y ha permitido
establecer una cronología relativa para dicho periodo a causa de su
tardía aparición en el Norte de Africa y Sáhara. Entre estos grabados o pinturas
se encuentran a menudo líneas escriturarias líbico-bereberes, como otros
constituyentes de este grupo y que se adscriben a los mismos autores y época,
aunque sus inicios se remontan a algunos siglos anteriores. El uso de esta
escritura fue abandonado posteriormente en fechas que varían segun las diferentes
regiones. Sólo en el Sáhara Central sigue aún vigente entre los tuareg,
únicos grupos sociales entre los que ha permanecida viva hasta hoy.
Siendo el camello el motivo más representativo para este grupo del arte
rupestre, este animal aparece, por lo general, acompañado de otros temas
igualmente importantes. En efecto, en este mismo contexto se hallan con gran
frecuencia caballos, figuras humanas montadas a camello, a caballo o aisladas,
además de otros animales, de la que la cabra es otro ejemplo; también son
habituales múltiples formas geométricas, más o menos complejas, hasta llegar
a simples incisiones rectilíneas. Existen pocas escenas que remitan o
retraten hechos de la vida social cotidiana u ocurridos en un momento dado,
pero entre las que se conocen aparece de manera reiterativa y en grabados
localizados a gran distancia la de jinetes montados a camellos o caballos,
armados con lanzas y escudos redondos, que a menudo están enfrentados
unos a otros como si representaran una batalla. Muchas veces se encuentran
en estas estaciones rupestres paneles con un gran número de animales que
parecen transitar de un lado a otro. No obstante, la interpretación que así en
ocasiones sugiere ser evidente en el plano de una primera lectura, no lo es, si
se desea conocer algo más allá de la mera observación de las imágenes.
85
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
En este punto se hace necesario un inciso, advirtiendo de lo complejo que
puede resultar a veces distinguir en un yacimiento los grabados que pertenecen
a un periodo común, de otros más tardíos o anteriores, puesto que no es
defendible en absoluto relacionar entre sí los distintos motivos por el mero
hecho de que éstos coexistan en una estación o, incluso, en un mismo panel.
De sobra se ha podido comprobar la presencia de varias "manos", épocas o
culturas en el mismo lugar. Para el periodo de camello hay que sumar el
agravante de que no se conocen sistematizaciones en las que se haya establecido
rigurosamente los temas y motivos que lo componen. Los textos líbicobereberes,
por otra parte, se han enfocado generalmente desde una vertiente
netamente lingüística mientras que, por el contrario, los estudios de campo
sobre los grabados no han dedicado mucho interés a los de este grupo. Quizás
ello vendría motivado, entre otras cosas, por dos motivos:
a) Han sido objeto de estudio preferente por parte de los filólogos, generalmente
sin experiencia de campo, mientras que los arqueólogos se han ocupado
más de las representaciones rupestres más antiguas.
b) Su factura es relativamente reciente y tiene no pocas implicaciones socio-
políticas aún en la actualidad, lo que hace que algunos investigadores se
retraigan. Esta situación es más que lamentable, pues como escritura constituye
un importante testimonio de una civilización, lo mismo que las demás representaciones
de este periodo del arte rupestre del Norte de Africa y Sáhara.
El yacimiento de este artículo ha sido elegido porque posee representaciones
muy características de los grabados del periodo del camello junto a
inscripciones líbico-bereberes en un lugar donde su uso ya ha perdido su
v igencia desde hace mucho tiempo. Sin embargo, quizás el dato de más interés
parecía una leyenda conocida entre los habitantes del sitio y relacionada
con la estación, con lo que se presencia una narración doble: la de los imágenes
de los grabados y la de la literatura oral de la población actual. Se trata en
este caso del Ksar Barebi, un pequeño pueblo cuya población ha conservado
hasta la actualidad el uso de su lengua ancestral, el bereber, mientras que en
algunos poblados cercanos predomina el árabe. Por último, también el inventario
de los signos escriturarios prometía aportar datos de interés.
El yacimiento rupestre de Ksar Barebi
Este yacimiento fue divulgado por primera vez a principios de este siglo
(C. Duvaux: 1901) y posteriormente lo incluyó G.B.M. Flamand en su obra
sobre los grabados rupestres del Norte de Africa (1921).
86
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
Agradezco la localización del yacimiento a Mohammed Ben Said, sin cuya
ayuda difícilmente podría haber dado con el lugar y quien me acompañó en
todas las visitas que realizamos.
Situación geográfica
El Ksar Barebi se halla situado a unos cuatro km. al sur de Taghit, en la
margen oriental del Oued Zousfana (Argelia). El oued divide la región en dos
zonas geológicamente muy distintas; hacia el este se encuentra el gran erg del
Saoura, un inmenso mar de dunas; mientras que la margen contraria está
constituida por una formación rocosa que da lugar a la colindante hamada. El
yacimiento de grabados se halla enclavado en la margen oeste, justo frente al
ksar, hallándose los grabados sobre el soporte rocoso que posibilita su realización
y conservación. Toda la zona, el sureste de Marruecos (que se halla a
escasos kilómetros de allí) y la región del sudoranesado en el oeste de Argelia,
testimonian una extraordinaria riqueza en cuanto a yacimientos rupestres
de diferentes épocas.
La población de los oasis en el Oued Zousfana disfruta de una serie de
elementos privilegiados: el agua que aporta el mismo oued y numerosas fuentes,
que brotan incluso desde la misma arena; la abundante vegetación, coronada
por palmeras datileras y, a la sombra de éstas, unos huertos de hortalizas,
que en esta región desértica es imposible de hallar si se sale del fondo del
barranco. Esta abundancia concedida por parte de la naturaleza debió conceder
gran importancia al oued en todos los tiempos, no solamente como zona
de asentamiento humano, sino además también como zona de paso, ya que el
mismo lecho facilitaba el tránsito del norte hacia el sur o a la inversa.
En efecto, la estación rupestre del Ksar Barebi no es la única en esta zona.
Un poco más hacia el sur, a unos diez kilómetros aproximadamente, y en la
misma margen del oued se encuentra otra, mucho más conocida e importante
punto de interés turístico para los viajeros que pasan por la zona. El conjunto
de grabados que configuran aquél no pertenece, sin embargo, al periodo del
camello o líbico-bereber, ya que su temática y estilo no permite relacionarlo
con los de este grupo. En todo caso, ellos corroborarán el interés del enclave
geográfico en los diferentes momentos de la historia.
Volviendo al yacimiento objeto del presente estudio, se trata de un conjunto
de grabados realizados mayoritariamente en base a un picado y que se
agrupan sobre diferentes paneles de las superficies más lisas de la pared de la
margen oeste del barranco. Suelen estar emplazados a escasa altura del lecho,
a unos dos o tres metros aproximadamente, a veces asequible por la existencia
de un pequeño saliente de la misma roca, mientras que otros parecen
87
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
haber sido realizados con la ayuda de un amontonamiento de piedras a modo
de andamio. Los paneles pueden ocupar una superficie de dos o tres metros
de ancho, pero también existen otros muy pequeños, separados entre sí por
distancias que varían, según la zona, aunque se registran varios núcleos. La
longitud total del emplazamiento es de unos cien a ciento cincuenta metros,
según incluyamos o no unas pinturas de tableros de juegos, con números
actuales, hechos recientemente.
Para realizar una descripción de los diferentes motivos que componen la
estación, habría que separar primero a dos grupos de representaciones que no
pertenecen al periodo del camello y que por ello no son objeto de estudio en
este artículo. En primer lugar, ya se mencionaron unas pinturas recientes de
juegos, en los que figuran números actuales y, en segundo lugar, unas representaciones
de bueyes, no relacionables con la temática de estudio, lo que se
observa también en base a la utilización de una técnica y estilo diferente; todo
ello obliga a asignarlos a fechas anteriores.
Entre las representaciones rupestres del periodo del camello se distinguen
a su vez dos tipos de manifestaciones distintas: las inscripciones líbicobereberes
y los grabados no alfabéticos.
Las inscripciones alfabéticas Ubico-bereberes
Las inscripciones están realizadas mediante la técnica del picado. Los surcos
de las inscripciones tienen una profundidad que varía entre 1 y 2 mm.,
siendo la pátina de los grabados alfabéticos casi del mismo color que la piedra
aproximadamente, menos en los lugares donde la superficie ha adquirido una
tonalidad azulada, en la que el color original de la roca de la capa inferior
destaca sobre el color más oscuro.
Los paneles con inscripciones líbico-bereberes han sido numerados siguiendo
el curso del oued desde el sur hacia el norte, contabilizando un total de
unos 4 paneles.
Panel no. l
Está constituido por una sola línea horizontal y se halla a la izquierda del
panel no. 2. Los caracteres suman un número de 4:
+,=>e
Panel no. 2
Consta de unas tres líneas seguras. En total se contabilizaron 15 recurrencias,
que constituyen unos 8 signos diferentes.:
88
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
+
(D
o
o 11
E] H-1 (D
H-1
(D
Panel no. 3
Es el texto mayor que consta de unas siete líneas verticales con un total de
28 recurrencias, mas 1 de lectura incierta. En cuanto a los diferentes caracteres
han sido contabilizados 11 signos seguros:
?
11 lj - +
+ = (D o +
I o o H-1 11 e
u u (D u u e
u H-1 = H-1
Panel no. 4
Una linea horizontal de cuatro signos seguros y una sucesión de cuatro
puntos, que, ocupando mayor dimensión que los demás, presenta la interrogante
de que si se trata o no de un signo alfabético. Está ubicado encima de
una jirafa y de otro cuadrúpedo de factura ligeramente distinta a la de la
mayor parte de los grabados, aunque se trata igualmente de una representación
esquemática:
• +1no
•
•
•
Los signos están realizados en base a un picado sin posterior pulido. El
tamaño de los signos es de 5 a 6 cms. como media, siendo la profundidad de
los puntos de percusión entre 1/2 y 1 mm., llegando sólo en ocasiones a 2 mm.
El color es prácticamente el mismo de la roca.
Análisis de los signos
Los signos de estos paneles suman un total de 12; en líneas verticales sobre
unas 46 recurrencias, distribuídas en 10 líneas, mientras que, en líneas horizontales
se contabilizaron 6 signos sobre 8 recurrencias, entre los que no
figura ninguno que no esté ya recopilado en las líneas verticales, si se deja al
margen la sucesión de los cuatro puntos, ya mencionados. A pesar de que el
número de líneas no sea demasiado escaso para este tipo de yacimientos, hay
que dar por hecho de que no están representados todos los signos que consti-
89
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
tuyen este alfabeto, como se desprende del número inferior a lo común para
los alfabetos líbico-bereberes.
No ha sido contabilizados los caracteres que se reproducen con un signo de
interrogación, por no poder garantizar una lectura segura. Las formas U y C
en líneas verticales se corresponden, en razón a la rotación que efectúan, con
n y:> en las horizontales, resultando que n es variante de C al corresponderles
esta forma por la rotación experimentada cuando se encuentra en una línea de
diferente dirección, rasgo de sobra conocido para algunos caracteres líbicobereberes.
Otras variantes formales en estos paneles lo constituyen las parejas
compuestas por representaciones más redondas o cuadradas, como lo son
OyD,UyU.
De esta manera los signos recopilados son, en líneas verticales:
- 11 = o 0 <D u e + r rH I
y en líneas horizontales:
+1n :>o e
Entre todos los caracteres sólo ha sido registrado un signo puntiforme, en
una línea horizontal. Se trata de cuatro puntos en línea, de tamaño considerablemente
mayor que el resto de los caracteres, por lo que existe la sospecha de
que no necesariamente se trate de un signo escriturarlo.
La valoración de los signos en relación a los alfabetos de las zonas más
próximas entraña la dificultad, ya denunciada en múltiples ocasiones, de la
escasez de estudios de campo existentes en las regiones, donde las inscripciones
están en un ámbito de grabados rupestres y que acusan una cierta antigüedad.
Por esta razón, un análisis comparativo tiene que realizarse obligatoriamente
con los datos que se poseen de algunos yacimientos cercanos, a modo
de muestreo, y en los que se ha podido recopilar un número relativamente
amplio de caracteres.
Uno de los yacimientos más cercanos, Hadjrat Mehasserat (Ain Sefra),
tiene que ser descontado por este motivo, al no poseer un número aceptable de
signos. Otros yacimientos, si bien bastante alejados, pero también en zona
presahariana, son el de Tinezouline (Marruecos) y Rocher des Pigeons (Argelia),
situados en los extremos de una línea Oeste a Este, entre los que el del
Ksar Barebi ocuparía el punto central.
Pero mientras que entre estos dos yacimientos existe una gran similitud en
cuanto a los signos utilizados, el del presente estudio muestra tener sensibles
diferencias. Para comenzar, no se registra en Ksar Barebi ninguno de los
signos puntiformes •, • •, • • •, que, por el contrario, son sumamente frecuentes
en las otras estaciones rupestres mencionadas. Por el contrario, el
caracter 1-H, tan frecuente en Ksar Barebi, parece ausente en los anteriores.
90
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
Si bien Ksar Barebi posee similitudes en cuanto a los grabados no
alfabéticos con Tinezouline, hay que reconocer la diferencia de los caracteres
utilizados, y, en consecuencia, la del alfabeto. Como hipótesis se podría relacionar
la diferencia del alfabeto con una sociedad diferente, o de distinto
origen, aunque obviamente bereber. No obstante, pese a que otros elementos
de este yacimiento apuntarían en esta dirección, los datos reales de que se
dispone en la actualidad son excesivamente escasos para llegar a planteamientos
concretos.
Los grabados no alfabéticos
Los motivos no alfabéticos de este yacimiento permiten ser divididos en
dos categorías:
• representaciones de caballos y camellos con jinetes, algunas veces armados
con lanzas y con escudos redondos y, en ocasiones, representando
escenas de enfrentamiento.
• animales sin montura: además del caballo y camello; la cabra, el escorpión,
la jirafa y otros cuadrúpedos, todos ellos esquematizados; una posible serpiente.
• representaciones antropomorfas
• algunas formas geométricas como rectángulos, rectángulos con subdividisiones
internas, el meandro (¿o serpiente?), y otros motivos de posible
simbología bereber, como lo es una una figura cuya forma sugiere cierto
parentesco con la de una llave.
En el yacimiento aparecen paneles en los que se agrupa un gran número de
animales, algunos de ellos montados, siendo el caballo el animal más representado,
seguido por el camello y algún que otro cuadrúpedo. Es sumamente
llamativo el hecho de que la inmensa mayoría de ellos se desplacen en dirección
sur. En algún caso, cuando el animal se mueve en el sentido contrario,
figura, junto a aquél, otro animal que puede ser interpretado como amenaza:
este es el caso de una escena, en la que sobre un caballo dirijido hacia el norte
aparece un escorpión. Este animal fue reconocido por algunos bereberes como
simbólo de la venganza. El sentido o dirección que siguen los animales puede,
por lo que se ve, tener un significado en la narración de la historia, siempre
que se haya querido retratar algún hecho acontecido.
Otros grabados realizados con la misma técnica de picado constituyen diversas
formas geométricas, y se encuentran dispersas en varios paneles sin
que se evidencia el porqué de esta distribución. La descripción de estas figuras
puede ser problemática, sobre todo en el caso de las que son complejas y
no son formas concretas. Es probable que algunos de ellos tengan un valor
91
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
simbólico, al menos esto lo sugieren algunas formas que se conocen en otros
yacimientos muy distantes entre sí, aunque del mismo periodo.
Las escenas de jinetes a caballo y camello son quizás las más conocidas para
el periodo del camello y para el contexto de las inscripciones líbico-bereberes.
Pueden ser realizadas mediante la técnica del picado, así como en pintura o
mediante incisiones. Se han documentado mayoritariamente en la zona del
Sáhara, sin embargo, su distribución geográfica es extremadamente extensa y
abarca lugares mucho más amplios; el Sáhara Occidental y Mauritania en su
extremo occidental; Niger y Mali, en el Sur; y en su vertiente más norteña, se
conoce incluso en el Alto Atlas (cerca de Demnate), aunque conforme nos acercamos
a la zona del litoral mediterráneo, estas representaciones disminuyen y
las inscripciones tienen por soporte las estelas funerarias.
Las formas de todas estas representaciones, tanto animales como humanas,
suelen ser generalmente esquemáticas, aunque existen excepciones al
respecto. La ubicación de este tipo de grabados se relaciona en ocasiones con
lugares elevados o destacados, así como de transición o de paso, por lo que
abundan estaciones de este tipo situadas en los márgenes de algún oued u otra
vía de comunicación.
La leyenda de los grabados del Ksar Barebi
La suerte hizo posible el encuentro con una persona, oriunda de este lugar,
de 92 años, que se ofreció a dar una explicación acerca de estos grabados.
Pocas veces se ha podido obtener una versión de los hechos tan nítida como
en este caso. El hombre contaba la leyenda, que al parecer quería plasmar este
conjunto de grabados. Según ésta, un grupo social había aprovechado el lecho
del Oued para trasladarse de un lugar a otro cuando, en las cercanías del lugar
de los grabados, se encontró frente a una población allí asentada. Entre ambos
grupos se desataría una dura lucha por el control del territorio, de la que
algunas imágenes narraban aquellas escenas plasmadas en la roca. El anciano
bereber terminó su relato afirmando que al final ambos grupos se fusionaron,
asentándose los recién llegados en el mismo lugar. A mi pregunta por el lugar
de procedencia se me indicó que sería desde el norte, hecho que el anciano
había asumido con toda naturalidad como única respuesta lógica. En efecto,
coincidía con la dirección de los jinetes, lo que parecía corroborar esta leyenda,
aunque queda por saber si lo demás, la convivencia posterior, corresponde
a hechos reales. La tradición oral de la población bereber que vive a escasos
metros de los grabados puede perfectamente transmistir hechos acontecidos
hace mucho tiempo, pero nunca se sabrá qué elementos habrán sido añadidos
o modificados al pasar de una generación a otra.
92
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
También en el artículo de C. Duvaux se menciona la leyenda existente en
torno a estos grabados. En cuanto a las tribus llegadas, expresa lo siguiente:
"Los Ghenanema, en una época muy antigua, fueron echados del
Sahel (se designa asi las costas oeste y marroquí del Atlantico) y se
refugiaron en el Tafilalet, junto a los Beni-Goumi y en el Saoura,
donde tenían ya parientes establecidos.
(. .. ) Las luchas se desencadenaron frecuentemente entre los Ghenanema,
los Beni-Gouni y los Doui-Menia del Oued Guir que disputaban
las posesiones de los primeros. Un día, los Doui Menia se reunieron
en gran número, apuntando una parte de sus guerreros a
traves del Zousfana al sur de Mezaourou para evitar que los Ghenanema
del Saoura pudiera intervenir, y atacaron Mezaourou.
(. .. ) Diez o quince años más tarde (hace entonces 135 o 140 años) los
Beraber du Tafilalet vinieron a su vez a expulsar los Doui-Ménia de
Beni-Goumi y ocuparon la zona durante unos cincuenta años."
(Duvaux, 1901, p. 312)
Como se verá, la historia permanece aún viva en la mente de los habitantes,
con más o menos datos acerca de los acontecimientos. No obstante, es difícil
precisar, aún conociendo las diferentes batallas, a cuál de ellas podrían pertenecer
los grabados, ni saber en qué medida la leyenda resultó de la lectura de
las figuraciones o, por el contrario, se trata de una memoria colectiva real que
se ha mantenido a través de los siglos. A nosotros, hombres y mujeres del
siglo X, nos llegan estos testimonios de un pasado vivo, trazados en la roca
con la intencionalidad de transmitir los hechos ocurridos. Es ahora a nosotros
a quienes corresponde la responsabilidad de la custodia de estos tesoros y de
garantizar la llegada de su mensaje a las futuras generaciones.
Bibliografía somera:
Aghali-Zakara, M.; Drouin, J. (1973-1979): Recherches sur les Tifinagh.Comptes
Rendus du Groupe Linguistique d'Etudes Chamito-Semitiques
18-23, Paris, pp. 245-27 2 + 279-292
Aumassip, G. (1986): Trésors de l'Atlas. -Alger
Basset,A. (1948): Ecritures libyques et touaregue.-en Ch. Fossey: Notices sur
les caracteres redigées par un groupe de savants. - París, pp. 135-143
Camps, G. (1980): Les berberes. Au marge de l'histoire.-Toulouse
Chabot, J.B. ( 1940-1941): Recueil des inscriptions libyques, t. 1-III.- París
Drouin, J. (1993): lnscriptions et représentations rupestres saharo-sahéliennes.
Problemes de typologie graphique et d'interférences.- Bulletin de la Soc.
93
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
Méridionale de Spéléologie et de Prehistoire 31/1991, pp. 89-97
Duvaux, C. (1901): Notice sur des inscriptions recueillies a Taghit (Sud Oranais).-
Bull. trim. de Geogr. et d'Archéologie LXXI, Oran, pp. 306- 314
Etienne Roubet, F. (1967): Nouvelles gravures rupestres du sud de l'Atlas
Saharien (Station du Méandre, pres de Brézina).- Libyca XV, Alger
Fevrier, J.G. (1956): Que savons nous du libyque?- Revue Africaine t. 100, pp.
263-273
Flamand, G.B. M. (1921 ): Hadjrat Maktouba. Les pierres écrites. Gravures et
inscriptions rupestres du Nord-Africain.- París
Foucauld, Ch. de. (1940): Dictionnaire abrégé Touareg-Francais de noms
propres.- Paris
Frobenius, L.; Obermaier, H. (1965): Hadschra Maktuba.- Graz
Galand, L. (1960): L'inscription des Azibs n'Ikkis.- Bulletin d'Archéologie
Marocaine IY, Rabat, pp. 418-421
Galand, L. (1973): L'inscription libico-berbere de Loma de Aasli (Seguiet el
Hamra).-Almogaren IY, Graz, pp. 81-90
Galand, L. (1975): L'épigraphie Iibyco-berbere.- Colloque du XXIX Congrés
International des Orientalistes, Paris, pp. 153-155
Galand, L. (1975): La notion d'écriture dans les parlers berberes.-Almogaren
V-VI, Graz, pp. 93-98
Galand, L. (1977): Inscriptions berberes du Sahara Occidental.- Almogaren
VII, Graz, pp. 75-79
Galand, L. (1991): Lecture et déchifrement des inscriptions sahariennes.Sahara
4, Milan, pp. 53-58
Galand, L. (1992): Petit lexique pour l'étude des inscriptions Iibyco-berberes.Almogaren
XIII, Hallein, pp. 119-126
Gelb, I.J. (1976): Historia de la Escritura.- Madrid
Glory, A.; Allain, Ch.; Reine, M. (1952): Les gravures libyco-berberes du
Haut-Draa (Maroc).-Actes du II Congres Panafricain de Prehistoire, Alger,
pp. 715
Le Quellec, J.L. (1989): Les gravures rupestres de Sjhormet el Greibat Fezzan
Septentrional (Libye).- Sahara 2, Milan, pp. 75-85
Lefebvre, G. (1980): Art rupestre de l'Algérie du Nord.- Encycl. Berbere, Aixen-
Provence, cah. 25
Lefevre, L. (1964): Essai de classification des styles de l'art rupestre a propos
des réprésentations humaines gravées du Sud-Oranais et du Constantinois.Libyca
XII, Alger, pp. 265-292
Lefevre, L. (1966): Essai sur les styles de l'art rupestre préhistorique en Algérie
non-saharienne.- Libyca XlV, Alger
94
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
Lhote, H. (1953): Le cheval et le chameau dans les peintures et gravures du
Sabara.- IFAN XV, Dakar, pp. 1138-1229
Lhote, H. (1964): Gravures rupestres de Tachoukent et Tan Zega (Sud
Marocain).- Libyca XII, Alger, pp. 225- 245
Lhote, H. (1965): L'evolution de la faune dans les gravures et les peintures
rupestres du Sabara et ses relation avec l'evolution climatique.- Miscelánea
en Homenaje al Abate H. Breuil 11, Barcelona, pp. 83-118
Lhote, H. (1970): Gravures rupestres du Sud-Oranais.- CRAPE XVI, Alger
Lhote, H. (1984): Les gravures rupestres de l'Atlas saharien. Monts des Ouled
Nail et région de Djelfa.- Alger
Malhomme, J.; Galand, L. (1960): L'homme a l'inscription des Azibs N'Ikkis:
Yagour.- Bull. d'Archéologie Marocaine t. XV, Rabat, pp 411-421
Marcy, G. (1936): L'Epigraphie berbere (numidique et sabarienne).- Annales
de l'lnstitut d'Etudes Orientales 11, pp. 128- 165
Meunie, J.; Allain, Ch. (1956): Quelques gravures et monuments funéraires de
!'extreme sud-est Marocain.- Hesperis t. XLIII, Paris, pp. 51-69
Muzzolini, A. (1995): Les images rupestres du Sabara.- Toulouse
Reine, M. (1969): Les gravures pariétales libyco-berberes de la haute valée du
Draa.-Antiquité Africaine 3, Paris, pp. 35-54
Reygasse, M. (1932): Contribution a l'étude des gravures rupestres et inscriptions
tifinar du Sabara Central.- Alger
Ruhlmann, A. (1938): Gravures rupestres de l'Oued Dra (Maroc Saharien).P
SA M III, pp. 83
Russo, P. (1934): Inscriptions rupestres modernes dans le Sous.- Journ. de la
Société des Africanistes t.lV, Paris
Springer, R. (1994): Las inscripciones líbico-bereberes de las Islas Canarias.Tesis
inédita, La Laguna
Soleilhavoup, F. (1984): L'art rupestre en Algérie.- Archéologia 187, pp.42-53
Souville, G. (1968): Gravures rupestres inedites du Tafilalet (Maroc).- La
Préhistoire, Paris, pp. 421- 426
Striedter, K.H. (1978): Felsbilder als Geschichtsquelle.- Sabara, Koln, pp. 262-
271
Varios (1977): Catalogue des sites rupestres du Sud Marocain.- Ministere
d'état chargé des afaires culturelles, Rabat
Fotografías:
1 Detalle de la inscripción líbico-bereber del panel no. 2, que aparece con un
grabado no alfabético en la derecha de la fotografia.
95
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
2 Detalle de la inscripción líbico-bereber del panel no. 3, junto a un camello
y otro cuadrúpedo.
3 Inscripción del panel no. 4, junto a jirafa y otro animal, además de varias
formas geométricas.
4 Grupo de jinetes a caballo y, en un caso, sobre camello. Algunos llevan un
escudo redondo en su mano.
5 Otro grupo de jinetes a caballo y camello.
6 Dos jinetes a caballo, armados con lanza y escudo. Les precede un camello
en el extremo izquierdo de la fotografia.
7 Dos jinetes a caballo dirijidos hacia el norte, sobre los que está representado
el escorpión.
8 Varios cuadrúpedos (una cabra), sobre ellos la representación de una serpiente
o un meandro.
9 Representación de bueyes, no pertenecientes al grupo de los grabados del
periodo del camello.
96
+?
ri
-
.. ·-=·
J.,
rr
4cm
'r
a>
Ksar Barebi, Taghit, Argelia
Panel 2
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
Ksar Bareb1. , Ta gh lº t ' Argelia
Panel 3
-=
6cm
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
98
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
100
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
[[]
101
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017