HERNANDEZ BAUTISTA, Roberta, Tenerife
SPR NGER, Renate, Tenerife
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HALLAZGO DE NUEVAS INSCRIPCIONES ABORIGENES EN
LA ISLA DEL HIERRO
Hasta hace muy poco tiempo, las inscripciones abori'.genes conocidas en la
isla del Hierro se localizaban en los yacimientos ya estudiados del Julan, La
Caleta, Tejeleita, La Candia y Guarazoca. A todas ellas hay que sumar las
que han sido encontradas recientemente en esta isla (1): las inscripciones de
la cueva del Letime en la localidad de Isora, municipio de Valverde.
EL YACIMIENTO DEL LETIME
El hallazgo del yacimiento se produjo gracias a la labor informativa realizada
por la Comisi6n de Cultura del Instituto Nacional de Bachillerato de
Valverde, que al incluir en sus actividades charlas arqueol6gicas sobre la regi6n,
dieron como resultado el que una alumna del centro, Maribel Cabrera
Acosta, comunicara la localizaci6n del yacimiento del Letime (2), por ella
anteriormente visitado.
Su ubicaci6n se halla en el Municipio de Valverde, en la localidad de Isora,
al S. E. de la isla, pudiendose fijar su situaci6n en la hoja numero 1127 de
Valverde del mapa escala 1:50.000 ctel Instituto Geografico y Catastral de
Espana bajo las coordenadas 14° 16'40"longitud W. y 27° 44'10"latitud N.
La cueva se situa a una altura de 1080 m. en el borde superior de uno de
los multiples riscos que cortan la isla en la vertiente sur-oriental, riscos que
en una extensi6n de casi siete kil6metros bordean la bahi'.a de Las Playas, extensa
zona donde se han depositado los materiales arrastrados paulatinamente
por la erosi6n natural.
En opini6n del ge6logo Hausen (3), la regi6n tiene su ori'.gen en la formaci6n
terciaria de una gran meseta recortada por importantes li'.neas de fracturas.
De las tres alineaciones principales de fracturas que recortaron la isla,
una de ellas que corri6 de N. E. a S. 0. dari'.a lugar a la formaci6n de la zona,
modificada posteriormente por las precipitaciones y la erosi6n natural.
La cueva debe su formaci6n a un tubo volcanico, orientado hacia el S. E.,
y se aprecia seccionado por la erosi6n y fracturaci6n que ha talado el risco.
A pocos metros de la entrada, el tubo se ramifica en dos direcciones hasta
una longitud aproximada de 30 m, donde ambos ramales quedan obstruidos
por la corriente lavica interior. Su estructura y caracteri'.sticas son semejantes
a las de todos los tubos volcanicos; presencia de estafilitos, estri'.as de arrastre,
suelo rugoso, forma tubular, etc. Algunas paredes de la cueva estan
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Cueva del Letime. Panel 2,Escala 1 : 6
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
profundamente rasgadas por grietas de fracturaci6n, dado que el tubo se encuentra
aplastado por una potente colada posterior que se ha superpuesto.
Lq,s grabados fueron realizados en las paredes laterales, extendiendose
estos desde la entrada a lo largo de aproximadamente 3 m en la pared izquierda,
mientras que en la de la derecha son escasas. Esta ubicaci6n de los grabados
cerca de la entrada, junto al tipo de material sobre el quese esculpieron,
son factores que explican el estado de conservaci6n en que se encuentran.
En efecto, la capa que barniza las p-aredes en las zonas interiores se halla
perfectamente conservada, como contrapartida la zona de los grabados situados
mas al exterior ha sido atacada por la erosi6n, facilitada ademas por
las incisiones. Hay desfases tambien entre las inscripciones realizadas sobre
piedra compacta, mejor conservadas, y aquellas otras que fueron grabadas
sobre material mas fino.
Los grabados pueden clasificarse en dos grupos de distinta tipologfa: signos
alfabeticas por una parte y representaciones ideograficas de diferente
factura por otra.
Estas ultimas, en numero superior a treinta, representan diversas formas
geometricas. Mas de la mitad de ellas estan compuestas por drculos de diferentes
dimensiones y drculos encajados, aunque tambien son abundantes
las formas semicirculares y en herradura. El resto de los grabados se inscriben
en una disposici6n de formas irregurares donde se aprecian Hneas rectas
y curvas sin ningun tipo de ordenaci6n ideografica aparente. Especial interes
ofrece una franja de casi dos metros de longitud que recorre la parte inferior
de los grabados; la sucesi6n de rectangulos y cuadrados unidos forman
un motivo ajedrezado, motivo que remarca todo el conjunto con un marcado
interes en la catalogaci6n tipol6gica y sus posibles relaciones.
En este sentido conocemos paralelos de las formas circulares y en herraduras
en los grabados de diversos yacimientos palmeros y mas propiamente
con los del Julan en la isla del Hierro. Frente a ellos, las formas ajedrezadas,
aunque no las tenemos documentadas en el Archipielago, s1 las recogemos
en el vecino continente africano. En la regi6n del Gran Atlas Marroqu1 son
perceptibles similares formas ajedrezadas en algunos yacimientos de grabados
rupestres ( 4). Tanto en las culturas norteafricanas como en las canarias
la representaci6n de estos caracteres no deja de ser un enigma. A pesar de
quese han bajado algunas interpretaciones (marcas de propiedad, s1mbolos
rituales del culto al agua, etc.) consideramos imprudente aventurar algun tipo
de hip6tesis, al menos, mientras no contemos con un banco suficientemente
amplio de datos que nos permita apoyar alguna de esas tesis. El otro
tipo de grabados se corresponde con caracteres alfabeticos Hbico-bereberes.
Se conocen textos redactados con estos signos en varias islas del archipielago,
siendo sin embargo el Hierro donde aparecen con mayor frecuencia.
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LOS CARACTERES ALF ABETICOS:
DESCRIPCIÖN Y COMENTARIO
La inscripci6n Hbico-bereber ocupa dentro de la cueva en la pared izquierda
del tubo volcanico la parte situada inmediatamente detras de la entrada. La
extensi6n del texto en su totalidad sobre la superficie no es demasiado grande,
aproximadamente unos 40 cm. de alto por 30 cm. de ancho, siendo el tamafio
de los signos de unos 5-7 cm. de promedio, exceptuandose unos pocos
que quedan algo por debajo de esa longitud, y un signo que lo excede (12
cm.).
Para su descripci6n nos hemos basado en el texto del Letime. Sin embargo
a la hora de matizar los aspectos acerca de su autorfa, tipologfa, significaci6n
y paralelos nos hemos visto obligados a englobarlo dentro del conjunto de
las inscripciones aborigenes Canarios en general. Finalmente trataremos de
abordar la problematica de las inscripciones 1islenas confrontandolas con los
textos existentes en el continente y de esbozar las teorias elaboradas hasta la
fecha sobre sus paralelos y afinidades.
La descomposici6n de la inscripci6n en Hneas y la identificaci6n de sus
signos viene dificultada a priori por factores de la conservaci6n de los grabados,
puesto que encontramos en toda la pared donde se halla el texto miles
de pequenos agujeros o piedras producidas por la erosi6n. Estos hacen a veces
imposible el poder diferenciar aquellos con los que tienen su origen en
los golpes de percusi6n, con lo cual se puede llegar a confundir la lectura de
los signos. Por todo ellos y para evitar errores hemos sefialado con interrogaci6n
todos aquellos elementos que se nos ofredan dudosos .
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Cueva del Letime
Inscripciones libico-bereberes
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De los catorce signos, solamente dos, los numeros (2-7) y 6 de la tira de
la izquierda, no tienen paralelos conocidos en el Archipielago. Por el contrario,
todos los restantes signos de la estaci6n del Letime enlazan con los
yacimientos de Guarazoca, Tejeleita, La Candia, La Caleta, El Julan, Balos,
la Caldera de Bandama y la cueva de Tajodeque.
Esta reiterada aparici6n de signos y textos Hbico-bereberes en las islas,
afianzan una vez mas la teoria de una relaci6n poblacional o incluso de sustrato
para el archipielago, uesto que en absoluto puede considerarse la existencia
de las inscripciones como fen6meno aislado y sin tener ninguna conexi6n
con sus habitantes y su lengua (5). Por otra parte, tambien se constata
la carencia de paralelos para algunos signos en las islas ( como los numeros
2-7 y 6 de nuestro texto ), habiendo dado pie este fen6meno para hablar de
diferentes formas peculiares dentro de las islas. Algunos investigadores han
estimado la presencia de varios grupos alfabeticos en el Archipielago, realizando
ademas una clasificaci6n de las inscripciones canarias en varios tipos
(6). Sin embargo, nosotros creemos que aun es prematuro hacer afirmaciones
tajantes a este respecto hasta que no se conozca con mas detalle todo el
alfabeto canario y teniendo en cuenta todas las inscripciones localizadas hasta
la actualidad.
AUTORIA DE LAS INSCRIPCIONES DEL LETIME
Corno posibles autores de las inscripciones herre'iias se han barajado en el
pasado dos teorfas diferentes; unos atribufan estos caracteres a los antiguos
habitantes canarios, mientras otros los hadan proceder de marinos temporalmente
arribados a esta isla (7). Hoy por hoy, el estudio de los contextos
arqueol6gicos en los lugares con inscripciones no dejan duda alguna de su
, autoria islena; y estos contextos son los que han permitido establecer una
relaci6n entre los pobladores del Archipielago y su expresi6n escrita, ya que
practicamente todos los yacimientos con caracteres graficos aparecen junto
a restos materiales documentados para la vida aborigen islena.
En el caso de la cueva del Letime contamos con estas inscripciones en un
contexto de grabados relacionables con otros de las islas y con el vecino
continente. Ademas de ello pensamos que la cueva fue utilizada por los
aborigenes como centro de recogida de agua, tal como lo atestiguan los tres
cuencos petreos semiesfericos colocados en el ramal izquierdo del tubo volcanico
debajo de un goteo de agua. Aunque pudiera darse la posibilidad de
que los cuencos fuesen colocados en epoca reciente, creemos que se documentan
como una forma de recogida de aguas de posible tradici6n aborigen.
Mas si tenemos en cuenta los perentorios recursos hidrol6gicos de la isla del
Hierro en la etapa de la preconquista y el gran nivel de pervivencias culturales
mantenidas en parte debido a su prolongado aislamiento, llegamos a la
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conclusi6n de que la funci6n de esta cueva no podia ser otro que el de suministrar
este apreciado li'.quido, ya que por otra parte no hallamos ningunos
indibios que nos pudieran indicar su uso como posible cueva de habitat o
enterramiento. Preguntando a los pastores de la zona, nos contaron que
conodan este uso desde tiempos inmemoriales, y que acudian a refrescarse a
este lugar que tiene por nombre „Anden del agua". Exista tambien un vaso
al lado de los cuencos que desapareci6 hace poco sin que nadie de los interrogados
supiera su actual paradero. T ambien la localizaci6n de la cueva en el
interior de la isla y a 1080 m. de altitud, en zona explotable unicamente para
la ganaderia, apunta a una posible situaci6n estrategica para el pastoreo abongen.
DATACIÖN
No han aparecido en la cueva materiales perceptibles de medici6n radiocarb6nica
asociable a los autores de las inscripciones, hecho imprescindible para
establecer la dataci6n de este texto. Por otra parte y partiendo de las inscripciones
li'.bico-bereberes canarias en general, solo un estudio interdisciplinario
de las inscripciones islefias en su conjunto con los datos antropol6gicos
y arqueol6gicos (habitat, enterramientos, ceramica, etc.) y la dataci6n
de estos materiales permitiran en el futuro obtener una cronologfa para
ellos.
Solamente contamos para Canarias por el momento con los resultados de
los analisis de las muestras obtenidas por L. Diego Cuscoy (8) en la necr6polis
del Hoyo de los Muertos (Guarazoca) para una muestra de una madera
con inscripciones, cuya dataci6n aport6 la fecha de 900 d. C.
PARALELOS DE LAS INSCRIPCIONES DEL LETIME CON EL
ARCHIPIELAGO CANARIO
Relacionamos a continuaci6n de una manera esquematica los yacimientos
conocidos y divulgados de inscripciones abori'.genes con evidentes relaciones
con los signos del Letime, afiadiendo ademas algunas implicaciones contextuales
que alli'. poseen.
En LA CALETA, TEJELEITA y LA CANDIA (Hierro) no se ha realizado
ningun tipo de prospecci6n arqueol6gica, aunque si coinciden algunas de
las inscripciones de LA CANDIA y TEJELEIT A con su ubicaci6n en cornisas
de cuevas, de posible uso aborigen, atestiguando una colocaci6n que
aparece en Canarias con bastante frecuencia.
En el yacimiento de Guarazoca (Hierro), estudiado por L. Diego Cuscoy
y L. Galand (9) se localizaron varias tablas funerarias. Estas tablas o chajascos
en lengua aborigen estan atestiguadas en la documentaci6n hist6rica como
rito funerario sobre las cuales colocaban los isleflos sus muertos. Este rito
ha sido practicado en varias islas del Archipielago. U na de ellas llevaba
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grabado un total de 13 signos alfabeticos.
En el Julan (Hierro) se presentan las inscripciones sobre una corriente lavica,
entremezcladas con grabados de otro tipo, como espirales, ciertas figuras
geometricas, etc. Se han constatado en las cercanfas importantes elementos
de la cultura isleiia; taros, tagoror, aras de sacrificio, cuevas de habitaci6n,
de enterramiento, ceramicas, etc. (10).
Para la isla de La Palma hay conocido hasta la actualidad solo un yacimiento
con inscripciones: la cueva de Tajodeque, donde aparecen estas en
su cornisa e interior. Se realiz6 una exacta estratigrafica que aport6 ceramicas
abodgenes incisas e impresas (11).
La Caldera de Bandama (Gran Canaria) posee igualmente inscripciones en
la cornisa de una cueva, y hemos atestiguado en los alrededores de esta materiales
abodgenes como fragmentos de ceramica y piezas de molino.
Otro de los lugares con numerosos textos lfbico-bereberes es el Barranco
de Balos en Gran Canaria, relacionado con un lugar cultual segun A. Beltran
Mardnez (12). Si bien se plantea la autorfa de ellos con el mundo
abodgen.
LA TRANSCRIPCION DEL TEXTO DEL LETIME
Los nuevas inscripciones lfbico-bereberes del Letime poseen sus paralelos
en este sistema grafico desarrollado en el vecino continente en epocas que aun
no se conocen del todo. Su uso en regiones muy distantes geograficamente
y en epocas distintas parece haber contribuido a que existen diferencias
susceptibles dentro de la misma escritura, puesto que no puede hablarse
de una homogeneidad en cuanto a los signos que componen los diferentes
grupos. Esto se manifiesta en el sentido de que los signos que hacen aparici-
6n en una serie de textos de una determinada zona geografica o supuesta
epoca, pueden tener diferentes representaciones graficas en otra, como tambien
un identico signo puede tener dos valores totalmente diferentes en dos
grupos de los que componen la escritura lfbico-bereber. Los dos grupos mejor
conocidos y estudiados son el denominado „tifinagh", que aun hoy lo
usan los tuareg norteafricanos, y el otro grupo al que pertenecen las inscripciones
del Mausoleo de Dugga, porque existen textos bilingües Hbicofenicios
y lfbico-romanos. Pero quedan al margen de estos un gran numero
de inscripciones donde actualmente se desconoce el valor que poseen los signos
del alfabeto.
Al conocerse solamente con cierta amplitud estos dos grupos antes mencionados
con los cuales los textos Canarios no poseen especial afinidad en
concreto, se limita la posibilidad de proceder a su transcripci6n y traducci6n,
puesto que no pueden atribuirse los valores de signos de los grupos conocidos,
si los alfabetos no coinciden en su totalidad.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Por otra parte, a lo largo del a;ti'.culo hemos analizado - para una mejor
comprensi6n del texto - las inscripciones canarias como un grupo independie~
te dentro de la escritura Hbico-bereber. No obstante habra que estudiar
sus afinidades con el alfabeto al que mas se asemeja, ya que de ello derivaran
interesantes datos acerca de la procedencia de los aborfgenes de las islas y de
los aspectos culturales de su poblaci6n.
A este respecto contamos con diferentes teorfas para las islas. Alvarez
Delgado opina de que nuestras inscripciones habran de ser incluidas en el al-fabeto
sahariano, que para el esta compuesto por los " ... textos de Africa
continental situados dentro o en las cercanfas del Sahara ... y ... otras gra-baciones
Hbicas, tipol6gicamente analogas a las anteriores, pero mas antiguas
y contemporaneas de las estudiadas numfdicas, quese encontraron en
Marruecos y Argelia Occidental sobre todo." (13).
Por otra parte, L. Galand prueba como zonas mas emparentadas con Canarias
a las de Cabilia y el sur de Marruecos, formando estos tres lugares un
grupo cuya independencia frente a los antiguos textos de los tuaregs y de los
Hbicos no se da de forma tajante, ya que en ellos tambien se manifiesta una
serie de elementos escriturarios paralelos (14).
Corno vemos, el grueso de la discusi6n se centra en torno a una Hnea divisoria
que separada las inscripciones occidentales de las orientales. Galand
incluye las de Cabilia como afines a Canarias mientras Alvarez Delgado no
las reconoce como emparentadas con las nuestras, problematica que queremos
dejar planteada aquf en espera de una exhaustiva revisi6n tanto de los
textos canarios como de las inscripciones del N orte de Africa.
CRONOLOGIA DE LAS INSCRIPCIONES LIBICO-BEREBERES
CONTINENTALES
Los odgenes de la escritura Hbico-bereber en el N orte de Africa constituyen
un problema aun no del todo resuelto. Se plantea que estas inscripciones
aparecen por primera vez asociadas a representaciones faunfsticas del caballo
y tendran su mayor desarollo con las del camello. Conocemos, y en este
campo se han establecido diferentes clasificaciones [Lhote (15), Jodin (16),
Mauny (17) y Monod (18)], los grandes grupos de las representaciones de
grabados en el N orte de Africa; coincidiendo los citados autores unanimamente
en clasificar los signos de la escritura Hbico-bereber dentro del contexto
de las representaciones de camellos y caballos.
Las primeras representaciones de caballos se han datado en el primer milenio
a. C., y sabemos que el camello hace su aparici6n en el Continente en
los primeros siglos antes de nuestra era. ( 19).
Estas anotaciones nos permiten reconocer un importante elemento de dataci6n
relativa para las nuevas inscripciones aparecidas en la isla del Hierro,
pudiendo afirmar que la poblaci6n que represent6 estas formas no pudo
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arribar con anterioridad de estas fechas a las islas.
Quisieramos expresar finalmente muestro mas profundo agradecimiento
al pueblo herrefio, a J avier Hernandez Bautista, J. A. Mardnez J aen, a los
dibujantes que nos facilitaron las laminas de la cueva, Pedro Dfaz Perez y
Felipe Benfrez Padr6n, y en general, a todas aquellas personas que con su
ayuda han hecho posible la salida de este ardculo.
(1) El Hierro, hallazgo arqueol6gico. La Provincia, 23. 12. 1980
(2) Al preguntar a los pastores de la comarca por el nombre de la cueva
manifestaron desconocerlo, pero que se encontraba situado en el Letime.
La voz Letime puede relacionarse con Time y Etime, top6nimos
ampliamente documentados que aparecen en las islas de La Palma, Gomera,
Fuerteventura y Hierro con la traducci6n de risco, orilla. A estos
les supone Wölfel (Monumenta Linguae Canariae) unos paralelos en
bereber con identica significaci6n.
(3) HAUSEN, H., Rasgos geol6gicos generales de la isla del Hierro.
Anuario de Estudios Atlanticos, T. X, Las Palmas 1974.
(4) J. MALHOMME, Corpus des Gravures rupestres du Gran Atlas. 2e
par Rabat, 1961.
(5) Hoy por hoy se admite el bereber como lengua mas relacionada con la
que se hablaba en Canarias, siendo esta lengua tambien la que sirve de
sosten a las inscripciones Hbico-bereberes en Africa.
(6) ZYLHARZ, E.: Das kanarische Berberisch in seinem sprachgeschichtl.
Milieu. Zs. der Deutsch. Morg. Gesellsch., 1950; WÖLFEL, D. J.: L.
Torriani, Die Kanar. Ins. und ihre Ureinwohner, 1940; BIEDERMANN,
H.: Altkreta und die Kanarischen Inseln, Almogaren 1, 1970.
(7) AL V AREZ DELGADO, J. Inscripciones Ubicas de Canarias. La Laguna,
1964 ,, ... habfamos creido siempre en el caracter guanche de
estas grabaciones; pero nuestro presente estudio comparado con lo africano
nos ha dado la actual convicci6n de que las inscripciones Hbicas
del Hierro y Gran Canaria son de la misma tecnica y autores que las saharianas
de Mauritania, descubiertas por Monod, y por tanto corresponden
a moriscos o berberiscos mauritanos del siglo XV, temporalmente
arribados a estas islas."
(8) L. DIEGO CUSCOY y L. GALAND, Nouveaux Documents del Iles
Canaries. L'Anthropologie, T. 79, Paris 1975.
(9) ya cit.
(10) M. S. HERNANDEZ PEREZ, La Palma Prehispanica, Las Palmas
1977.
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(11) ALVAREZ DELGADO, Excavaciones arqueol6gicas en Tenerife Plan
1
Nacional 1944-45.
(12)1A. BELTRAN MARTINEZ, Los Grabados del Barranco de Balos.
Gran Canaria, 1971.
(13) ya cit.
(14) L. GALAND, Die afrikanischen und kanarischen Inschriften des
libysch-berberischen Typus. Almogaren IV. 1973.
(15) H. LHOTE, Gravures rupestres du Sud-Oranais, Paris 1970
(16) JOD IN, Les gravures rupestres du Yagour (Haut Atlas), Bulletin d' Archeologie
Marocaine, Rabat 1964.
(17) R. MAUNY, Gravures, peintures et inscriptions rupestres de l' Ouest
Africain. IF AN XI, Dakar 1954.
(18) T. MONOD, Contributions a l'etude du Sahara Occ.; Lacore, Paris
1938.
(19) H. LHOTE, Le cheval et le chameau dans les peintures et gravures rupestres
du Sahara. IFAN, T. XV, no. 3, Dakar 1953.
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