Almogaren XXX / 1999 Vocklabruck 1999 117 - 130
Juan Manuel Santana Pérez
Historiografía canaria sobre el Antiguo Régimen
A lo largo de los últimos cinco siglos, la Historia de las Islas Canarias se ha
ido consolidando y,d entro de ésta,l os estudios sobre Antiguo Régimen se han
ido configurando como una especialización. En las últimas décadas se han
producido relevantes avances que entroncan con una tradición historiográfica
propia y, mayormente con la evolución de la historiografía española y europea.
En las Islas Canarias podemos considerar que la historiografía comienza
con los cronistas, que nos presentan a las poblaciones aborígenes desde un
punto de vista eurocéntrico y sus objetivos van desde informar a los monarcas,
hasta la magnificación de las gestas de la conquista, es la visión del vencedor.
Se trata de diversos personajes que llegaron antes de la conquista como
Nicoloso da Recco (1341), piloto genovés que vino en una expedición
encargada por el rey de Portugal, cuyos informes fueron recogidos por unos
mercaderes sevillanos; en el mismo proceso de conquista del Archipiélago
como Le Verrier y Pedro Bontier que escribieron el Le Canarien, o las dos
crónicas de Antonio Sedeño).
La historiografía canaria propiamente, podemos considerar que se inicia
ya desde el siglo XVI, tras finalizar el proceso de conquista del Archipiélago
y, vendrá marcada por estos mismos factores, es decir, la preocupación por la
naturaleza,q ue incluye al aborigen y la curiosidad ante las realidades. Exponen
una visión subjetiva y mediatizada por su formación personal y la filosofía de
su época, a parte de las lógicas distorciones producto de no ser ellos
personalmente los que conocieron los hechos de primera mano. Contamos
con una importante monografía sobre las crónicas de la conquista de las islas
de realengo, en la que se reproduce la Ovetense, la Lacunense, la Matritense,
así como otros relatos de López Ulloa y de Pedro Gómez de Escudero 1
•
En este sentido, destacan dos viajeros que escribieron sobre la realidad
isleña: Thomas Nichols y Edmundo Scory 2
• A ellos debemos unir otros dos
ingenieros militares: Leonardo Torriani (1592) 3 y Próspero Casolla,junto con
algunos clérigos de gran valía literaria como Bartolomé Cairasco de Figueroa
con su Templo militante 4, y el dominico Fray Alonso de Espinosa que en 1594
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escribió Del origen y milagros de Nuestra Señora de Candelaria 5, donde dedica
la primera parte a la Isla de Tenerife y sus naturales y, la tercera parte trata
sobre sus conquistadores, haciendo la historia de Tenerife con multitud de
elogios a los grandes personajes. Ya entrando el siglo XV II está la obra del
franciscano Fray Juan de Abreu Galindo escrita en 1632, con un espíritu
renacentista, acompañado de un lenguaje claro y conciso 6
•
El punto de partida del pensamiento moderno será la aparición del sujeto,
con las repercusiones que esto tendría para la historia. La vuelta a la tradición
clásica, la relectura de las Escrituras y el fin de la visión del mundo
geocéntrico, supuso la conclusión de la cosmovisión medieval.
Se identifica la política con las élites dirigentes, por tanto la historia queda
reducida a un relato de las acciones y aspiraciones de los notables.
Para todos ellos, los aborígenes aparecen en escena porque son el objeto de
la colonización y, siempre, son juzgados desde un punto de vista etnocéntrico.
Sobre el poblamiento de Canarias dado el pensamiento judeo-cristiano de
que todo parte del pueblo judío, se pensaba que procedían de los descendientes
de Noé, concretamente de sus hijos Cam y Jafet ya que Fut, un hijo del primero
había ido hacia Africa, esto partiendo de la idea bíblica de que todo el
poblamiento del mundo procedía del Cercano Oriente, donde estaría el paraiso
terrenal.
Todas estas crónicas suelen estar ensambladas unas con otras.
Finalmente, cabe destacar las crónicas de Indias, es decir, las que relatan la
conquista de América, en las que podemos encontrar algunas referencias sobre
los canarios, como las de Alfonso de Palencia, Diego de Valera, Cristóbal
Colón (1492-1503) 7
, fray Bartolomé de las Casas (1552) 8
, Pedro Cieza de León
(1550) 9, Hernán Cortés (1526) 10 etc ..
En la Corona de Castilla, con la conquista de América, se va desarrollar
una literatura relacionada con este fenómeno, donde ya hay un intento de
historiar los pueblos que empiezan a conocer, así como relatos del proceso de
conquista y colonización. González Antón ha propuesto que existen, en esta
época, bases de comparación entre las historias generales de Canarias y
América 11
•
En esta misma línea, el profesor Lobo ha realizado un estudio poniendo en
relación las crónicas canarias con las de otro archipiélago atlántico, Madeira,
donde al igual que en Canarias, la historiografía arranca desde el mismo
momento de su descubrimiento y colonización, y estará marcada por las
pprimeras crónicas y viajes, entre los que destacan la crónica de Gómez Eanes
de Azurara, el relato de Cadamosto, Antonio Galvio, Gaspar de Frutuoso,
Antonio Cordeiro y Francisco Manuel de Melo 12
•
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En las Islas Canarias con el racionalismo y las revoluciones científicas,
destaca principalmente Núñez de la Peña quien explota el archivo del Cabildo
de Tenerife, tratándose fundamentalmente de un genealogista.
El franciscano José de Sosa, con gran sensibilidad y cierto sentido de la
prosa, hizo una historia de gran Canaria. También Tomás Marín y Cubas, hizo
su obra de historia entre 1682 y 1687.
En las Islas Canarias la penetración del pensamiento ilustrado transformó
las concepciones de la historia 13•
A partir del último tercio del siglo XVIII, con la extensión del laicismo fruto
del pensamiento ilustrado, se pone en boga la creencia de que las Islas Canarias
eran restos del antiguo continente de la Atlántida que se había hundido y los
aborígenes serían los descendientes de los antiguos habitantes de ese lugar. Esto
partía del mito creado por Homero en la Grecia clásica, con la leyenda de los
Campos Elíseos y la Isla de los Bienaventurados; más tarde Platón lo emparentó
con el ficticio continente de la Atlántida, donde existía una sociedad perfecta y
una civilización muy desarrollada. Platón, en su Timeo, escribe que unos 750
años antes de su época, había una gran isla en el oceáno, frente a las Columnas
de Hércules, que estaban entonces en Cádiz; esta isla denominadaAtlántida se
hundió -según interpretaciones posteriores- por voluntad de Dios, salvo algunas
como las Islas de Cabo Verde, Azores, Canarias y otras.
Continuando con el análisis que hemos expuesto para el siglo XVI en las
Islas, debemos tener en cuenta ahora, a los autores que durante el siglo XVIII,
escribiron son Canarias.
En primer lugar, podemos observar dos grandes grupos atendiendo a la
procedencia: los viajeros que venidos de fuera, recalaron en el Archipiélago y
escribieron sobre su historia y, por otro lado, los autores propiamente canarios.
Esta división metodológica obedece a las concepciones que tienen estos
ilustrados, en función de si conviven aquí o proceden de algún lugar de Europa,
hecho que hace que se aproximen a los problemas insulares con una visión
más o menos mediatizada. Los isleños, tendrán, en general, una percepción
más cercana puesto que eran sujetos directos, mientras que los foráneos,
plasman sus impresiones producto de sus estancias, científicas o comerciales.
Dentro de los extranjeros tenemos una larga lista: George Glas 14, AndrePierre
Ledru 15, Bory de Saint Vicent 16, A. Humbolt, L.A. de Bougainville 17,
P. Kinderley, C. Labillardiere, James Cook, abate Prevost, Dumont D'Urville,
Santiago Arago, F. de P.M. 18
, Francisco Escolar y Serrano 19 también existen
algunos escritos anónimos realizados por autores venidos de la Corte 20, etc . .
Se trata de todos aquellos curiosos que s e aproximan a la realidad canaria
de su época y que siempre se guardan de hacer un recorrido histórico,
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deteniéndose preferentemente en los antiguos pobladores, los guanches, ya
que fundamentalmente en esta segunda mitad del siglo XVIII, la mayor parte
de ellos vienen buscando descubrir los restos de aquéllos, casi siempre vistos
como "buenos salvajes", ya que se interesan por la no degradación de las razas,
de las culturas, de la idiosincracia espiritual, de los pueblos y del medio
ambiente en general, todo ello dentro del programa de conservación de la
naturaleza.
En general, detectamos una serie de características comunes que se
inscriben en la literatura de viajes de la época, comolas narraciones en primera
persona, la descripción pormenorizada del ambiente, la presentación paralelas
de viajes en el interior d elas islas, la presentación de la narración en forma de
diario personal con un diseño y una exposición cronológica de sus aventuras
y la aspiración averificar lo que se cuenta. Literariamente encontramos
concomitancias con el romance, como la exposición de episodios que no se
hallan estrechamente relacionados entre sí, un cierto interés por relatar unas
aventuras heroicas y la introducción de la tensión y de conceptos personales
excesivamente idealizados.
Desde el punto de vista historiográfico es destacable la interpolación de
material antropológico, histórico y cultural, donde exponen los contactos entre
culturas diferentes en unas condiciones específicas, con una preocupación por
el estudio de grupos y étnias, sus creencias, sus instituciones y el funcionamiento
de sus sociedades. También percibimos un creciente interés por el
mundo vegetal y animal.
No tienen una intención deliberada de engañar distorcionando la realidad,
pero presentan fragmentos como relaes, pero que, en verdad, responden a
hechos imaginarios que ellos mismos suelen creer que son ciertos, de este
modo, incluyen mitos y leyendas.
En cuanto a los autores canarios, hay gran abundancia en comparación con
los siglos pasados, tanto de personas que escribieron, como de obras realizadas:
Pedro Agustín del Castillo y Ruiz de Vergara, personaje muy culto que utiliza
los archivos de protocolos, en la primera mitad del siglo XVIII viaja por todas
las islas y denota una gran sensibilidad por el paisaje 21
, Lope Antonio de la
Guerra y Peña 22, Alonso de Nava y Grimón 23, Juan Antonio de Urtusáustegui
24, José de Viera y Clavijo 25, el fiscal de la Real Audiencia Zuasnávar, José
Anchieta de Alarcón, Matías Sánchez, los diarios de Romero Cerpa, Agustín
de Bethencourt, Juan Primo de la Guerra 26, etc .. Ya entrado el siglo XIX,
Alvarez Rixo quien sigue a Viera y Clavijo.
Se suele decir que durante el predominio intelectual de la I lustración faltaba
la perspectiva histórica, pero esto no está tan claro. Durante el siglo XVIII se
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produce una reacción, que hacía falta, contra la preocupación por la
historiografía militar, dinástica y diplomática. Se dio una nueva importancia
a los factores culturales e intelectuales, y se atendió a la vida del pueblo y a
los hábitos y costumbres de los hombres.
Sin duda alguna, Viera y Clavijo es el más representativo historiador de la
ilustración canaria. Su monumental obra contiúa siendo de obligada consulta
para cualquier investigación histórica de Canarias con anterioridad al siglo
XIX, además de algunos poemas con eminente contenido histórico. Su
Noticias de la historia general de las Islas Canarias, fue publicada en cuatro
tomos, impresos en Madrid entre 1772 y 1783. Estructurado en 19 libros, hace
un repaso completo de la Historia de Canarias.
Según Juan Régulo, esta obra ha servido de arranque a toda la historiografía
del Archipiélago posterior, sin haber sido superada por una visión similar,
en conjunto, de la historia de Canarias 27
•
Pudo consultar importantes documentos en Roma, además de una licencia
para leer libros prohibidos, aunque sufrió diversos problemas relacionados
con la Inquisición debido a los peligros de historiar en esa época 28
• Las fuentes
fundamentales de su libro fueron Le Canarien y la crónica de Abreu Galindo,
ya señaladas en páginas anteriores, aunque las somete a un relativo espíritu
crítico, propio de los ilustrados.
Además, también escribió algunas obras en versos en las que sin intentar
de ser un tratado de historia, narran hechos pasados y en ellas hay una visión
implícita de la historia porque recurre a un suceso real y creible, aunque suele
mezclar la realidad con la ficción.
Cabe destacar El segundo agatocles o Cortés en la Nueva España, escrita
con motivo de un concurso literario convocado por la Real Academia en 1778,
para premiar el mejor poema épico sobre la figura de Hemán Cortés. Viera y
Clavijo lo envió desde París, pero no fue galardonado. Este poema ha sido
objeto de un estudio monográfico por parte de Victoria Galván 29
• El personaje
central, el representante de la Corona castellana, no aparece inserto en su
época, sino en el siglo XVIII, por tanto, favorable a Carlos V y su sucesor
ahora, Carlos 111. Además, Cortés está mitificado en su gesta por convertir
infieles al cristianismo:
"Recibiónos el jefe muy gozoso.
Es su nombre Cortés y que discreto
Bajo de un velo afable y majestuoso
Supo ocultar un corazón inquieto" 30
•
Su visión de la Historia está mediatizada por dos aspectos esenciales: la
clase social a la que pertenecía y, su propia formación ilustrada.
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Representó un nuevo modo de tratar la historia del Archipiélago y la
evolución de su configuración cultural. El aborigen ocupó un lugar central
porque era su propio objeto de estudio. Para él, el guanche, viene a encamar el
papael del "buen salvaje" de sus maestros franceses, mientras que los conquistadores
y los misioneros serán el blanco de sus críticas 31
• En el poema
anteriormente citado, también centra su interés en los aborígenes, en este caso
mexicanos, convirtiendo a Moctezuma en el segundo protagonista de la épica;
no aparece como un gran rey, las costumbres indígenas son bárbaras con una
religión cruel, debido a que la fuente que utiliza son las crónicas de Hemán
Cortés.
Viera y Clavijo se educó en la filosofia escolástica, pero pronto la desechó.
Pensaba que todo debía ser transparente a la razón y, nada debía ser aceptado
de forma acrítica, es decir, que todo lo que se cree cierto, pudiera no serlo.
Hizo carrera eclesiástica y al mismo tiempo, fue influido por la doctrina
racionalista. Aquí se ve una doble influencia de Montaigne y Descartes,
escepticismo unido a fe ciega en las verdades personalmente comprobadas
por el método silogístico. Aplica la crítica a la sociedad en que vive, la
experiencia a la ciencia y el sentido común a la historia 32
•
La historiografia española en general, y la canaria en particular, decimonónica
y su vertiente que se adentra en el siglo XX, trataba de mostrar la
grandeza de España a través de sus conquistas y espíritu cristiano. Se busca
sensibilizar a la opinión pública en favor de una política estatal.
Con posterioridad, la otra gran corriente historiográfica de gran influencia
fue el historicismo. Insiste en la observación y la inducción como principios
fundamentales del conocimiento científico. No se debía conceptualizar ni
lanzar hipótesis o deducir consecuencias cuando faltaban testimonios o
documentos que lo justificaran. Los historiadores al transmitir las acciones
voluntarias de los grandes personajes, cuentan historias y dejan de lado el
análisis. El carácter científico de la historia reside, en definitiva, en la
"imparcial" inmersión en las fuentes, en la reconstrucción de las intenciones
de los actores y del curso de los acontecimientos.
Durante el siglo XIX debemos destacar a algunos historiadores, fundamentalmente
Agustín Millares Torres con su Historia general de las Islas
Canarias 33 a quien debemos encuadrarlo en la corriente del historicismo
alemán. Muestra en todo momento un completo respeto por las fuentes,
tratando de interrelacionar, en algunos casos, el quehacer histórico con otras
disciplinas sociales y naturales.
A comienzos de la presente centuria son destacables las labores de José
Rodríguez Moure 34, Manuel de Ossuna y Van Den- Heede 35
, Ruiz y Benítez
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de Lugo, Carlos Navarro Ruíz y Buenaventura Bonet y Reverón 36
• Este grupo
trató en algún trabajo, temas relacionados con la Historia Moderna de
Canarias, todos ellos con las mismas pautas metodológicas que Millares
Torres, aunque no con tanta profusión como aquél.
Debemos marcar como hito importante la incorporación de Elías Serra
Ráfols a la cátedra de Historia de España de la Universidad de La Laguna en
1926 37
• Su mayor aportación, en cuanto a la Historia Moderna se refiere,
consistió principalmente en editar grandes contigentes de fuentes, imprescindibles
para la Historia de Canarias, bajo el título de Fontes rerum canariarum
desde su dirección en el I nstituto de Estudios Canarios, labor que que
este centro continúa realizando en la actualidad.
En 1951 R. Ricard exponía en un númeo de la revistaAnnales la excelente
labor de este historiador y su equipo, con un alto espíritu de colaboración
internacional 38
•
En semejante tendencia historiográfica se encuentran Juan Régulo Pérez
con trabajos sobre La Palma, Alejandro Cioranescu con sus biografías y la
monumental Historia de Santa Cruz de Tenerife 39 y Manuela Marrero 40
,
perteneciente al equipo de Elías Serra Rafols, anteriormente reseñado, con
importantes aportaciones sobre el siglo XVI. Proporcionan un caudal
considerable de datos que son de consulta obligada antes de comenzar
cualquier tema. Ha sido considerada por Angel Rodríguez Sánchez como una
de las primeras historiadoras españolas que se aproximaron a temas de historia
social por sus estudios sobre la esclavitud 41
•
Igualmente, los trabajos sobre Canarias de Antonio Rumeu de Armas y
Francisco Morales Padrón en relación con América, han abierto muchas puertas
a las investigaciones posteriores. Sus obras constituyen un ingente caudal
de información, dónde las relaciones de los temas centrales de sus libros con
otros aspectos históricos, recogen la práctica totalidad de los acontecimientos
sucedidos entre los siglos XVI y XVIII en el Archipiélago.
Desde otras áreas ha habido aportaciones significativas, cabe destacar desde
la Historia del Derecho con José Peraza de Ayala, Roberto Roldán Verdejo 42
y más recientemente María del Carmen Sevilla González 43 y, desde la Historia
de la medicina, los innumerables trabajos de Juan Bosch Millares sobre los
hospitales canarios del Antiguo Régimen 44•
A pesar de que en los últimos tiempos existe un mayor interés por el
conocimiento de nuestro pasado, con lo cual han proliferado gran número de
investigaciones, existe todavía hoy muchos aspectos que no se han desvelado.
No obstante, hemos de constatar como poco a poco las nuevas generaciones
de historiadores de Canarias han ido reconstruyendo a través de monografías
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sobre diversos temas los más variados aspectos de la historia de nuestro
Archipiélago. Sin embargo, hemos de lamentar como la lenta recuperación de
nuestro pasado no se realiza de forma homogénea por todas las islas, en este
sentido tenemos más datos acerca de las islas centrales que de las periféricas,
hecho que se va subsanando poco a poco.
De la historiografía reciente de Canarias debemos señalar el periodo entre
1967 y 1980 en que Antonio de Bethéncourt y Massieu permaneció de catedrático
de la Universidad de La Laguna. Allí funda el Departamento de Historia
Moderna y Contemporánea, además de dirigir la Revista de Historia de
Canarias, donde vieron la luz importantes trabajos científicos suyos y de sus
seguidores.
Este autor ha transmitido una metodología de trabajo determinada por la
necesidad de vaciar archivos locales y peninsulares con gran escrupulosidad
y una intuición que ha abierto multitud de campo en la Historia de Canarias,
es decir, nos ha dotado de un método puesto al día en consonancia con lo que
se realiza en España y en Europa 45
• Su teoría de la historia está marcada por
el conocimiento de la Escuela de Annales, importante revulsivo en la transmisión
de esta filosofía en el Archipiélago de la cual han bebido todos los que
le han precedido.
El profesor Bethéncourt es el maestro de la práctica totalidad de los docentes
de las dos universidades canarias. Esta labor universitaria e investigadora
ha conseguido que hoy en día podamos decir que existe una Historia
de Canarias.
Durante este periodo asistimos a una creciente agitación social contra el
régimen del general Franco, con una especial incidencia en el ámbito
universitario, que se convertirá en una de las vanguardias políticas. De forma
clandestina, en la mayor parte de los casos, se empiezan a conocer diversos
teóricos del marxismo, principalmente Antonio Gramsci y Louis Althusser,
con dos concepciones de la história cuando menos inspiradas en Marx, al
mismo tiempo se conocerán las obras de historiadores marxistas franceses
(Labrousse, Vilar, Soboul, Salomon), ingleses (Thompson, Dobb, Hobsbawn,
Hill ) y polacos (Topolski, Kula).
A partir de aquí surgirá un primer núcleo de investigadores modernistas
(también contemporaneistas, pero que no es objeto de nuestro analisis) que
constituyen el grueso de los historiadores de las dos universidades canarias
de la actualidad. Continuadores de la metodología de trabajo de A. de Bethéncourt
pero con mayores influencias de un materialismo histórico heterodoxo.
A los trabajos ya existentes sobre el siglo XVI hemos de sumar el primer
catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Las Palmas de Gran
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Canaria Manuel Lobo Cabrera, con gran fecundidad creativa.
El XVII hoy en día es el menos conocido, tal vez por las dificultades que
presenta su escritura la necesariedad de un ingente trabajo de protocolos
notariales, pero actualmente es bastante bien conocido el periodo de Felipe 111
gracias a Elisa Torres Santana a los que podemos añadir otros historiadores
que se han incorporado más recientemente como Germán Santana Pérez y
Femando Broquetas de Castro.
El primer tercio del siglo XVIII también ha sido abordado por esta misma
autora y por el también catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria Vicente Suárez Grimón quien junto con Antonio Manuel Macías
Hemández han investigado la estructura de la propiedad en Canarias y la
historia económica en general. Otros temas relacionados con el comercio y la
burguesía en el siglo XVIII han sido investigados por Agustín Guimerá Ravina,
quien desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas se sigue
ocupando de temas canarios.
Así mismo Francisco F ajardo Spínola en la Universidad de La Laguna y
Luis Alberto Anaya Hemández (aunque no pertenece al equipo formado por
Antonio de Bethencourt en el seno de la Universidad de La Laguna, sino que
fue dirigido por Antonio Rumeu de Armas) en la de Las Palmas de Gran
Canaria se han preocupado por el estudio de diversos temas encuadrados
dentro de la historia de las mentalidades canarias, explotando con gran acierto
los archivos d ela Inquisición, hasta el punto que podemos considerar sus
trabajos como modélicos para investigaciones similares del resto del Estado
español.
A todo este grupo debemos unir dos profesores titulares de historia moderna
de la Universidad de La Laguna, María Teresa Noreña Salto y Oswaldo Brito
González, que han hecho algunos estudios en esta línea, pero que la mayor
parte de su investigación versa sobre historia contemporánea. La labor de la
primera ha sido especialmente importante por haber permanecido de Directora
del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de dicha universidad
a partir de 1974 y, por haber dirigido diversas Tesis Doctorales defendidas en
la década de los 90.
Otros profesores de la escuela de Formación del Profesorado de EGB de
Las Palmas de Gran Canaria han efectuado importantes aportaciones al
conocimiento del Antiguo Régimen en las Islas Canarias aunque siguen
trabajando en sus Tesis Doctorales, Germán Hemández Rodríguez (que fue el
primer director del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria), María Luisa Iglesias Hemández y Jesús
González de Chaves y Menéndez.
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Finalmente bajo la dirección de María Teresa Noreña Salto, antes reseñada,
se han presentado cuatro Tesis Doctorales en 1990 dos de ellas por dos profesores
titulares de Historia Moderna de la Universidad de La Laguna, María
Eugenia Monzón Perdomo (que posteriormente se ha especializado en temas
relacionados con la Historia de la Mujer) y Juan Ramón Núñez Pestano y, otra
de Manuel Hernández González, titular de Historia de América, investigadores
que se vienen a sumar al grupo anterior, centrado en el desarrollo del siglo
XVIII canario, especialmente el periodo ilustrado.
Uno de los handicap que encontramos a la hora de recopilar los trabajos
que se han realizado es la escasez de foros que existen en las Islas para el
debate historiográfico, hemos de dirigirnos fundamentalmente a las publicaciones
realizadas por la Revista de Historia del Departamento de Historia
de la Universidad de La Laguna, la Revista del Museo Canario, y el Anuario
de Estudios Atlánticos, así como a las publicaciones que surgen de los
diferentes Coloquios de Historia Canario-Americana y a las Jornadas de
Estudio sobre Lanzarote y Fuerteventura que rescatan la historia de estas dos
islas. Desde mayo de 1992, se han publicado cuatro números de la revista
Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, de la Universidad de
las Palmas de Gran Canaria, que recogen una veintena de artículos dedicados
al Antiguo Régimen en las Islas Canarias.
La crisis historiográfica de fin de siglo, está dejando huella también en
Canarias. Hoy existe poco debate político-ideológico, lo que redunda en una
ausencia de teorías, en favor de las metodologías empíricas y la profesionalización,
con una crisis de los paradigmas que anteriormente fueron fuertes.
Actualmente, la historiografía modernista canaria se encuentra institucionalizada
académicamente en nuestras dos universidades. Mantiene una
línea empírica de gran seriedad, aunque con una base teórica en la que aun es
preciso profundizar y amparada en gran abundancia de fuentes locales y
estatales.
La preocupación por la precisión, por la corrección y por la objetivización,
sobrepasa el límite de lo formal y busca una fijación conceptual que contribuye
a ensanchar el campo de la historia, auque genera duros enfrentamientos.
El estudiantado de los primeros años noventa está marcado por la apatía
generalizada y el desencanto por la poca esperanza de encontrar un trabajo
vinculado con lo que estudia. Se encuentran fuertemente desideologizados y
sin tomar postura por los debates historiográficos.
Todo ello, sin duda, tendrá algunas repercusiones en la labor profesional
del profesorado modernista, pero quizás es aun prematuro para valorar el inicio
de esta década.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017
La historia ha ido perdiendo fuerza como instrumento político, con la
repercución favorable de disipar el excesivo presentismo que predominaba en
las dos últimas décadas.
El panorama historiográfico se ha ampliado, hoy conviven diversas
tendencias, de planteamientos teóricos y metodológicos y de corrientes
intelectuales, aunque todavía encontramos carencias como es la ausencia de
historiadores canarios en historia de España y de otros países, o la escasa
atención concedida a algunos campos que ya se han abierto paso en otros
Estados como por ejemplo las formas de la sociabilidad o la vida cotidiana.
Notas:
1 MORALES PADRÓN, F.: Canarias: Crónicas de su conquista. Las Palmas
de Gran Canaria, 1993. El autor realiza un detallado análisis sobre el
particular, por lo que no recalaremos en ello en esta ocasión.
2 Sobre la literatura de viajeros tenemos HERRERA PIQUE, A.: Las Islas
Canarias, escala científica en el Atlántico. Madrid, 1987. Para el caso
concreto de una isla lo hemos trabajado nosotros en MONZON PERDOMO,
M.E. y SANTANA PEREZ, J.M.: "Fuerteventura en sl siglo XVIII a través
de los autores de la época". I Jornadas de Historia de Fuerteventura y
Lanzarote, T. I, Puerto del Rosario, 1987, pp. 139-158.
3 TORRIANI, L.: Descripción de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife,
1978.
4 CAIRASCO DE FIGUERO, B.: Antología poética. Madrid, 1989.
5 ESPINOSA, A.: Historia de Nuestra Señora de la Candelaria. Santa Cruz
deTenerife, 1980.
6 ABREU GALIN DO, J.: Historia de la conquista de las siete Islas Canarias.
Santa Cruz de Tenerife, 1977.
7 COLON, C.: Diario. Relaciones de viajes. Madrid, 1985.
8 DE LAS CASAS, B.: Brevísima relación de la destrucción de las Indias.
Madrid, 1985.
9 CIEZA DE LEON, P.: Crónica del Perú. Madrid, 1986.
10 CORTES, H.: Cartas de la conquista de México. Madrid, 1986.
11 GONZALEZ ANTON, R.: "Introducción al estudio de las primeras
Historias Generales de las Islas Canarias". 50 Aniversario del Instituto de
Estudios Canarios, T. 11, La Laguna, 1982, pp. 171-183.
12 LOBO CABRERA, M.: "La historia de las islas: Canarias y Madeira". Actas
do II Colóquio Internacional de História da Madeira, Funchal, septiembre
1989, pp. 531-546.
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13 Este tema lo hemos abordado de forma más desarrolladaen el artículo
SANTANA PÉREZ, J.M.: "La teoría de la historia de la ilustración. Su
incidencia en Canarias". Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e
Historia. No. 1, Las Palmas de Gran Canaria, Octubre de 1993, pp. 85-95 .
14 GLAS, G.: Descripción de las Islas Canarias. 1764. Santa (:ruz de Tenerife,
1982.
15 LEDRU, A.P.: Viaje a la isla de Tenerife (1796). La Orotava (Tenerife), 1982.
16 En Biblioteca de la Universidad de La Laguna BORY DE SAINT VI CENT:
Voyage dans les quatre principales iles des Mers d'Afrique. París, 1804.
17 BOUGAIN VILLE, L.A. de: Viaje alrededor del mundo. Barcelona, 1982.
18 En traducción de José A. Delgado: Cartas desde la isla de Tenerife (1764) y
otros relatos. La Orotava (Tenerife), 1990.
19 Este autor era súbdito de la Corona española, pero no canario y llegó a las
Islas para hacer un informe de su situación, recogiendo algunas informaciones
históricas. En HERNANDEZ RODRIGUEZ, G.: Estadística de las
Islas Canarias, 1793-1806, de Francisco Escolar y Serrano. 3 tomos, Las
Palmas de Gran Canaria, 1984.
20 Introducción y notas de Luis Alberto Anaya Hemández y Manuel Lobo
Cabrera: "Compendio brebe y famosso, histórico y político, en que {se}
contiene la cituazion, poblacion, division, gobierno, produziones, fabricas
y comercio que tiene la Ysla de Lanzarote en el año 1776". I V Jornadas de
Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura, Arrecife, septiembre-1989 (en
prensa). Más tarde apareció publicado por el Ayuntamiento de Teguise
(Lanzarote) con introducción y notas de Francisco Caballero Mujica, Las
Palmas de Gran Canaria, 1991. También la Relación Historica de las Yslas
de Canarias que se encientra en el Archivo Histórico Nacional transcrita
por Emilio Hardisson en Revista de Historia de Canarias, Tomo IX, 1943.
21 DEL CASTILLO Y RUIZ DE V ERGARA, P.A.: Descripción histórica y
geográfica de las Islas Canarias. Madrid, 1948.
22 GUERRA Y P EÑA, L.A. de la: "Memorias". Revista del Museo Canario,
Las Palmas de Gran Canaria, 1951-1959.
23 En el Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Tenerife, Tomo 17, NAVA Y GRIMON,A.: Manuscritos. Casa de Nava. La
Laguna, 1779.
24 URTUSAUSTEGUI, J.A. de: Diario de viaje a la isla del Hierro en 1779. La
Laguna, 1983.
25 VIERA Y CLAVIJO, J. de: Historia de Canarias. 2 tomos, Santa Cruz de
Tenerife, 1982.
26 PRIMO DE LA GUERRA, J.: Diario. Santa Cruz de Tenerife, 1976.
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27 REGULO PEREZ, J.: La historiografía canaria después de Viera y Clavija
En Sebastián de la Nuez Caballero en Noticias de la historia de Canarias. T.
III, Madrid, 1981, p. 90.
28 Este aspecto está perfectamente recogido en un estudio monográfico en
Luis Alberto Anaya Hemández: "Los problema de Don Josef Viera y Clavija
con la iglesia y la inquisición canaria". Anuario de Estudios Atlánticos, N
43, Madrid-Las Palmas, 1997, pp. 165-196, especialmente las pp. 173-182.
29 GALVAN GONZALEZ, V.: "América en la obra de Viera y Clavija: El
segundo agatocles o Cortés en la Nueva España". Homenaje al profesor
Sebastián de la Nuez. La Laguna, 1991, p. 135.
30 Archivo del Museo Canario. Fondo de Juan Padilla, Manuscritos, Volumen
I, José Viera y Clavija: Poesías, 1876, p. 9.
31 ESTE VEZ GONZALEZ, F.: Indigenismo, raza y evolución. El pensamiento
antropológico canario (1750-1900). Santa Cruz de Tenerife, 1987, pp.
71 y 73.
32 CIORANESCU, A.: "Su vida". En VIERA Y CLAVIJO, J.: Opus Cit.. p.
XIII. CIORANESCU, A.: La ilustración canaria. En MILLARES TORRES,
A.: Historia general de las Islas Canarias. T. IV, Las Palmas de Gran
Canaria, 1977, p. 188.
33 Agustín Millares Torres: Historia general de las Islas Canarias. 5 tomos,
Las Palmas de Gran Canaria, 1977.
34 RODRIGUEZ MOURE, J.: Juicio crítico del historiador de Canarias Don
José Viera y Clavija. Santa Cruz de Tenerife, 1923.
RODRIGUEZ MOURE José: Guía histórica de La Laguna. La Laguna, 1935.
35 OSSUNA Y VAN DEN-HEEDE M. de: El regionalismo en Canarias. 2
tomos, Santa Cruz de Tenerife, 1983.
36 BONET Y RE VERON, B.: La Junta Suprema de Canarias. 2 tomos, La
Laguna, 1980.
37 Antonio de Bethéncourt Massieu: "Desarrollo de las investigaciones históricas
canarias tras Millares Torres". En Agustín Millares Torres: Historia
general de las Islas Canarias. Tomo I, Las Palmas de Gran Canaria, 1977, p.
59.
38 RICARD, R.: "Les génois aux Canaries". Annales, No. 6, París, 1951, pp.
247-248.
39 CIORANESCU, A.: La Laguna. Guía histórica y monumental. La Laguna,
1965. CIORANESCU, A.: Garachico. Tenerife, 1966.
CIORANESCU, A.: Alejandro de Humboldt en Tenerife. Santa Cruz de
Tenerife, 1980. CIORANESCU, A.: Historia de Santa Cruz de Tenerife.
Santa Cruz de Tenerife, 1977
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40 MARREO RODRIGUEZ, M .: La esclavitud en Tenerife a raíz de la
conquista. La Laguna, 1966.
41 RODRIGUEZ SANCHEZ, A.: Opus Cit. Nota 64 en p. 39.
42 ROLDAN, R .: El hambre en Fuerteventura (1600-1800). Santa Cruz de
Tenerife, 1967.
43 SEVILLA GONZALEZ, M.C.: El Cabildo de Tenerife (1700-1766). La
Laguna, 1984.
4 BOSCH MILLARES, J.: El Hospital de San Martín. Las Palmas de Gran
Canaria, 1940. BOSCH MILLARES, J.: "El Hospital de San Pedro Mártir,
de Telde". Revista de Historia. N. 56, La Laguna, 1941. pp. 321-324. BOSCH
MILLARES J.: Anales de la clínica médica del Hospital de San Martín".
Las Palmas de Gran Canaria, 1945. BOSCH MILLARES, J.: "Hospitales de
Gran Canaria". Revista del Museo Canario. N. 25-26. Las Palmas de Gran
Canaria, 1948. BOSCH MILLARES J.: "Hospitales de Gran Canaria".
Revista del Museo Canario. N. 26-27. Las Palmas de Gran Canaria, 1948,
pp. 43-75.
BOSCH MILLARES J.: "Los Hospitales de Gran Canaria". Revista del
Museo Canario. N. 29-30. Las Palmas de Gran Canaria, 1949. pp. 67-82.
BOSCH MILLARES, J.: Los Hospitales de San Lázaro de Las Palmas y de
Curación de la Ciudad de Telde. Las Palmas de Gran Canaria, 1951. BOSCH
MILLARES, J.: Historia de la medicina en Gran Canaria. 2 tomos, Las Palmas
de Gran Canaria, 1967. pp. 359-354.
45 LOBO, M.: "Mi maestro Antonio de Bethéncourt y Massieu". Espacio,
tiempo y forma. Madrid, 1990, p. 21.
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