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Almogaren XXVI/ 1995 Hallein 1995 67 -147 Carmen Díaz Alayón & Francisco Javier Castillo Fichas de toponimia prehispánica de La Gomera Todo aquel que desee profundizar en el conocimiento de los materiales lingüísticos que se conservan de los aborígenes de La Gomera tendrá que analizar, con especial serenidad y con todo el cuidado, datos y referencias que proceden de tres fuentes distintas•. En primer lugar, dispone de la información lingüística proveniente de algunos de los textos más tempranos de la historia insular (Abreu Galindo, Torriani, López de Ulloa, Frutuoso ... ). Estas fuentes contienen topónimos, an rtopónimos,v oces comunes y,e n deteadimnros caoss,a lganu hipótesis etimológica o explicación relativa a la naturaleza y a la filiación lingüística del sistema de comunicación de los aborígenes canarios en su conjunto y de los gomeros en particular. Se trata de textos que ofrecen la interesante ventaja de que se elaboran en una fecha relativamente cercana al epílogo de la etapa prehispánica, a los hechos de la conquista y colonización de La Gomera y a los primeros tramos de la andadura histórica de la isla, pero también poseen algunos inconvenientes que suscitan razonables dudas sobre la plena fiabilidad de la información que transmiten. De una parte, tenemos las inevitables y numerosas corupciones textuales que se producen en el trasvase de información manuscrita, lo que hace que, con el tiempo, de una misma forma antroponímica o voz geográfica original se posean cinco o más variantes. De otra parte, están las interpolaciones, añadidos y supresiones que el texto histórico original recibe de las diferentes manos por las que pasa a través de los años. A ello hay que añadir el hecho de la existencia de datos y registros singulares que no pueden ser debidamente contrastados con otra fuente. Y,junto a esto, está la cuestión de que los textos históricos se elaboran en algunos casos a partir de referencias y materiales indirectos y no apoyados en información de primera mano y en la indagación rigurosa de los hechos. En segundo lugar, ha de tener en cuenta los elementos léxicos de la cultura prehispánica que han logrado sobrevivir en el español de La Gomera. Estas escasas voces conservadas -unas auténticas reliquias que reflejan la cultura sencilla y remota de la que proceden- se encuentran mayoritariamente dentro de las parcelas léxicas de la cermáica y la ganadería,a citvidades esepcíficas de las culturas neolíticas insulares. De modo natural, en las actividades de la alfarería y el pastoreo se ocuparon numerosos aborígenes tras la conquista y esta 67 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 circunstancia permitirá el arraigo de algunos de los vocablos de su lengua en el español hablado en la isla. Una muestra de esta aportación lingüística figura en el tomo I de la Historia del pueblo guanche de Juan Bethencourt Alfonso, donde podemos ver un conjunto de voces y expresiones de La Gomera que este investigador remite a la lengua de los aborígenes de esta isla y que han sobrevivido en el habla moderna de la misma, donde él las ha podido documentar. Entre estos materiales tenemos: a/joca 'boras que se forman al guisar la manteca'3 • amolán 'mantequilla, crema de leche'4 • broco 'carnero con astas en espiral arrollada alrededor de la oreja y pegada al casco'5 • carnosa 'cabra del rebaño elegida por el pastor para su consumo de leche'6 • chagüim, tagüiro 'planta de risco utilizada como verdura17 • chajaiga 'manchada, sucia'. Lana chajaiga es lana manchada, lana sucia8 • chíscanes, chíscanos 'huesos largos, especialmente las canillas'9 • choco 'pequeño trozo de madera110• ejey 'sí', 'bien'11• etime 'nombre genérico de los riscos, acantilados que no dan al mar' 12 • gafa 'lanza113• haron 'helecho'14 • jocan 'borras que se forman al guisar la manteca115 • juac/o 'cuevas naturales debajo de la superficie de la tierra, no en riscos ni acantilados, destinadas a pastores'16 • machua 'cabra de largo y raro pelaje117• miñaxa 'cabra118• miñaxo 'macho cabrío'19 • oidiay 'basta', 'bastante'. Adverbio muy usado para cambiar de conversación2º. ojis, oxis 'oveja'21 • tabaiba 'Euphorbia dulcis canariensis, Euphorbia silvatica canariensis'22 • tafeña 'grano tostado y comido sin moler'23 • tafugada 'abundante, copioso'24 • tagasaste 'aibaCytisus proliferus'25 • taja/ague 'rama entera de la palma'26 • tajoco, tajuco 'vasija de barro de ordeño'27 • tamaisma, tamasma 'pájaro llamado vulgarmente a/pispa o pizpita'28 • tamarcano 'garrotazo'29 • tanaina 'es tarde', 'tarde'3º. tarombuche 'raíz tuberosa de la tarambuchera'31 • 68 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 tasufa, tasu.fra 'zurrón raspado y sin adobar para la leche'32 • tuja 'oveja'33 , y yoso 'macho cabrío castrado que pasa de dos años'34 • Bethencourt Alfonso también relaciona con el rasgo de prehispanismos gomeros los elementos ademo 'árbol de madera muy dura, Betula alnus'35 , cavaco 'pequeño trozo de madera'36 ,faisca 'chispa de fuego'37 ,paraño 'cañizo o armazón para curar el queso'38 , y tabefe 'suero'39 • La reserva que Bethencourt Alfonso muestra en algunas de estos términos está plenamente justificada porque no son voces de origen canario antiguo, y no deja de advertir que en la elaboración de los catálogos de prehispanismos se ha atendido más al volumen que a la calidad de los materiales40 • A esto mismo se refiere el marqués de Bute cuando consulta diversos inventarios de prehispanismos canarios que llegan a sus manos: I have been startled by finding such pure Spanish words as manzanilla and helecho put down by sorne authors as native, ifsuch be the case with words so very ordinary, what can be expected in the case ofmore unusual, more archaich, or more provincial Spanish terms which may have been, and doubtless were, imported by Spanish colonists oftwo, three, or four centuries ago?41 Esto es cierto. En numerosos casos, se han aceptado como prehispanismos términos que, en forma alguna, pueden tener esta procedencia. Así, en su Ethnographie, Berthelot relaciona como voces prehispánicas hurgado, bubango, acairón, chivato, coruja, hivalvera y moriangana42 • Otro tanto hace Álvarez Rixo en su obra Voces, frases y proverbios provinciales de nuestras Islas Canarias, donde etiqueta como indigenismos canarios los términos anjoba, codeso,Jara,jable y médano43 • Lo mismo sucede con los materiales de Chil y de Luis Femández Pérez. Por todo ello, es preciso llevar a cabo una intensa labor de rastreo en este sentido, que permita disponer de datos actualizados y seguros, y se impone una labor de análisis rigurosa. Y, en tercer lugar, a los materiales anteriores tendrá que sumar finalmente un importante conjunto de topónimos que son, como veremos, la parcela más prometedora para el análisis. En este punto vale la pena recordar las juiciosas palabras de José Agustín Álvarez Rixo en su trabajo Lenguaje de los antiguos isleños sobre la toponimia prehispánica canaria: Los nombres de los lugares ... de todas nuestras Islas también deben ser materia digna de observación para fijar el origen del idioma que hablaron los antiguos canarios ... el nombre de un sitio o pueblo se originó y proviene de alguna circunstancia y tuvo significado para el primer hombre o sociedad que se lo impuso. Y si hay algunos cuya significación ya no sabemos es o por la corrupción de aquella voz, alterada por los pueblos sucesivos que han 69 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 devastado los países al dominarlos, o porque los del día no tuvimos perfecta tradición de aquel vocablo. Pero es indudable que quien se lo impuso algo quiso significar con ello; luego, los nombres que los antiguos canarios usaron en sus Islas son otras tantas voces que nos restan de su idioma, aunque nosotros no sepamos hoy su significado4 • Las formas toponímicas prehispánicas de La Gomera, al igual que las del resto del Archipiélago, han sufrido un inevitable proceso de castellanización a lo largo de la etapa histórica, pero ofrecen grandes ventajas para el estudio. Una de estas ventajas es su número. En el conjunto de los materiales lingüísticos prehispánicos que se conservan, la toponimia supone aproximadamente un 90% del total. Otra de las ventajas reside en el hecho de que son elementos relacionados con unas circunstancias específicas de la realidad fisica de La Gomera, de la misma forma que la antroponimia prehispánica recoge hechos de la vida individual, tal y como Abreu Galindo nos dice en su Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria, lib. III, caps. III y VIII, cuando trata de La Palma: ... todo este espacio y término de tierra llamaban antiguamente los palmeros en general Adirane, y era señor o capitán un palmero que se decía Mayantigo, por su gentileza y buena apostura; porque en su lenguaje llamaban al cielo Tigotan y, queriéndolo comparar al cielo, Mayantigo, que quiere decir 'pedazo de cielo'. Y como en estas islas se ponían los nombres, por la mayor parte, según los hechos y sucesos que acaecían a los hombres, pusieron después a éste otro nombre, que fue llamarle Aganeye, que quiere decir "brazo cortado"; y así se llamó. El quinto señorío, Tigalate y Mazo hasta Tedote, donde al presente llaman la Breña, interpretada en castellano; porque tedote en lengua palmera quiere decir monte. Y de esta tierra eran señores Juguiro y Garehagua, hermanos; y a éste le llamaron de este nombre, porque al tiempo que nacía, dicen que cercaron a su madre muchos peros; y porque haguayan quiere decir en su lengua pero, por eso le pusieron el nombre, el cual era mal acondicionado y belicoso. La otra gente de viejos, níños y mujeres impotentes para la defensa de su tiera, por asegurarse del peligro, se retiraron y acogieron debajo de los riscos de la cumbre. Y como hacía frío, se helaron aquella noche, por donde los palmeros llamaron aquel lugar Ayssuragan, que es "lugar donde se helaron". Esta relación directa que existe entre las características de los distintos accidentes geográficos y lugares y la toponimia prehispánica que les da nombre constituye una interesante vía para profundizar en el conocimiento de las voces y su explicación. Asimismo, está la característica de que son elementos que, esparcidos por toda la geografia de la isla, permiten una valoración de los 70 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 rasgos lingüísticos del territorio, y también peniten la comparación y el análisis con el resto de las Canarias. Estas circunstancias específicas de la toponimia prehispánica de La Gomera la convierten en una referencia de manifiesto atractivo y de evidentes posibilidades para el estudio de la lengua hablada por los aborígenes de esta isla. Pero, al mismo tiempo, estos materiales requieren unas exigencias ineludibles, como la documentación exhaustiva, el planteamiento de hipótesis razonablemente fundamentadas y la aceptación humilde de los resultados, condiciones que no siempre se han tenido en cuenta, ya que cuando se analizan las referencias y trabajos existentes sobre este conjunto toponímico se puede advertir que no se ha hecho honor al rigor, a la objetividad y al sentido común en todas las ocasiones45 • Uno de los errores más comunes consiste en admitir como formas prehispánicas topónimos que se encuentran lejos de serlo. Tal es el caso de Albarada y Heredia, voces que Berthelot hace proceder de los antiguos gomeros46 , y lo mismo ocurre con los términos Talanqueras y Tanque, que vemos en los materiales de Chil47 • Estas prácticas erróneas a las que se ha aludido -la de considerar como procedentes de los aborígenes voces geográficas gomeras que no pueden tener esta procedencia, junto a la de trabajar sin una documentación rigurosa y la de orientar de modo unívoco la dirección de la investigación, ignorando otras posibilidades que merecen ser tenidas en cuenta.nada positivo pueden aportar al estudio de la toponimia más antigua de La Gomera. En todo caso, el único y minimo valor de estas formas de proceder reside en que proporcionan la ocasión de reclamar la necesaria ponderación en el análisis de los nombres geográficos más remotos de esta isla. La humildad que caracteriza a estos materiales lingüísticos conservados, corrompidos insistente y profundamente por el tiempo y por el hombre, nunca constituye una excusa para arriesgados e infundados posibilismos. Todo lo contrario. Es esta misma humildad la que requiere una cautela especial, un redoblado esfuerzo y unas posiciones seguras. Entendemos que el análisis de la toponimia prehispánica, así concebido y practicado, puede resultar, en algunos casos, pobre, poco concluyente y frustrante, porque no se puede ir más allá de la búsqueda de algún paralelo, del comentario del parecido formal con otros términos, y de la consideración de las distintas variantes textuales. Reconocemos que muchas veces la imposibilidad de proseguir es desalentadora. Pero hay que detenerse cuando el suelo firme falta bajo nuestros pies. Nada nos obliga a continuar y, por el contrario, tenemos poderosas razones para detemos. A este respecto, estamos plenamente convencidos de que es mucho más valiosa en estos casos una decidida posición de serenidad, de duda y de expectación, sin 71 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 caer en los arriesgados e injustificados posibilismos que desafortunadamente abundan en esta parcela de la investigación. Las fonnas toponímicas aborígenes han sufrido un inevitable proceso de castellanización y han sido profundamente corrompidas por el hombre y el tiempo. Y por su pobreza, longevidad y desamparo característicos no pueden recibir de nosotros otra respuesta que no sea la de la honestidad, el rigor, el sosiego y, por supuesto, el afecto48 • Además, hay que tener en cuenta que el inventario de estos aíiejos materiales lingüísticos es susceptible de ser ampliado con la aportación de nuevas voces geográficas no catalogadas ni estudiadas hasta los momentos actuales. Es preciso reparar en el hecho de que todavía, a pesar del notable interés por el sistema de comunicación de los aborígenes gomeros y la importante intensidad investigadora en este sentido, no se cuenta con una relación rigurosa y exhaustiva de los materiales toponímicos conservados o documentados. Los estudios realizados muestran que la atención se ha centrado, de forma preferente, en el análisis de los topónimos mayores, relegando e infravalorando otros materiales de igual importancia como el importante volumen de fonas que se encuentran dentro de la toponimia menor. No debe asombrar, por otra parte, que este proyecto de realizar un catálogo exhaustivo de las voces geográficas de La Gomera prehispánica no se haya realizado. Hay que admitir que la tarea, por descontado hermosa y plenamente justificada, es bastante ardua. Una empresa investigadora de esta envergadura -teniendo en cuenta tanto la extensión del territorio como la amplitud del material documental y de fuentes referenciales que lleva aparejado- solamente podría ser llevada a cabo por un equipo de investigadores, para realizarla en condiciones óptimas a la vez que en un lapso de tiempo racional y no excesivamente dilatado. La gran operatividad y alcance del trabajo cordinado podría superar las limitaciones de la iniciativa individual y acometer de forma satisfactoria la realización de un corpus riguroso -que contendría, a buen seguro, ignorados materiales- y podría profundizar de modo más satisfactorio en el conocimiento de la lengua de los antiguos gomeros. Como aportación a este proyecto relacionamos a continuación un conjunto de fichas relativas a topónimos prehispánicos gomeros. Las voces las hemos tomado de los materiales que en este sentido nos dejan Viera y Clavijo, Berthelot, Madoz, Chil, Olive, Bethencourt Alfonso y Luis Femández Pérez. Viera y Clavijo (1731-1813) proporciona en su Historia, especialmente en el lib. XII, cap. 46, un amplio grupo de nombres geográficos de La Gomera (Epina, Taso, Arguamul, Ajúgar, Chegue/eches, Guariñes, Ariñule, Herque, Tagaragunche, Imada, Arasarode, Chimpa, Chinguarime, Oroja, Mequesegue, Pala, Te.xiade, Jerduñe ... ), a los que hay que sumar los que consigna en su Diccionario de Historia Natural, s. v. fuentes (lscahue, Cherepil, Chinaján, Joimo, Tedeta, 72 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Chijirdán, Todare,Areguerode,Acanabre, Targa ... ). Luego, Sabin Berthelot (1794- 1880) proporciona en su estudio L 'Ethnographie et les Annales de la conquéte, p. 197, el primer inventario de materiales toponímicos prehispánicos de La Gomera: Abalo, puerto. Aceysele, localidad. Agana, distrito. Aguatar, localidad. Agulo, aldea. Ahornaste, puerto. Ajugar, montaña. Alaxero, localidad. Albarada, localidad. Amurga, aldea. Ansona, montaña. Ansosa, montaña. Aragerode, montaña. Aragigual, montaña. Arasarode, montaña. Argodez, aldea. Arguayada, montaña. Arinule, localidad. Armgona, puerto. Arure, localidad. Ayamorna, barranco. Bentchihigua, montaña. Borbolan, puerto. Chegere, montaña. Chehelae, fuente. Chemele, montaña. Cherepin, montaña. Chererepi, montaña. Chimpa, peña. Chinguarima, puerto. Chipudé, localidad. Cubabia, localidad. Encherade, localidad. Erena, puerto. Garojona, montaña. Garagonache, localidad. Gomera, nombre de la isla. Gorvadan, punta. Guahedum, caverna. Guancha, localidad. Guarines, montaña. Haoutayoupetche, distrito. Heredia, puerto. Hermigua, valle. Herque, barranco. Hijare, localidad. Hipare, localidad. Hila, cabo. Iguale, puerto. Imada, localidad. Ipalan, distrito. Lepe, localidad. Mequesegue, localidad. Mosaga, localidad. Mu/agua, localidad. Oreneyagana, montaña. Oroja, localidad. Orone, distrito. Tagaluché, localidad. Tagulache, localidad. Tamargada, localidad. Taso, localidad. Techiade, localidad. Tegoa, fuente. Teguerguenche,montaña. Teguerguanche? montaña. Terdune, localidad. Terohune, localidad. Te.xiade, localidad. 73 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Más completos son los datos de Gregorio Chil y Naranjo (1831-1901), que en sus Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias, 11, pp. 123-132, consigna un amplio inventario de los materiales lingüísticos de los aborígenes de La Gomera, del que forman parte topónimos, antropónimos, voces comunes y alguna expresión. Chil se sirve aquí de las fuentes clásicas canarias y da entrada a materiales propios y de otra procedencia, como es el caso de los materiales de Maximiliano Aguilar, legándonos un catálogo apreciablemente rico, sobre todo si lo comparamos con repertorios anteriores, como el de Berthelot. Otro tanto hace Agustín Millares Torres (1826-1896) en su Historia general de las Islas Canarias, donde encontramos un inventario de voces muy similar al de Chil. Entre las fuentes del siglo XIX que contienen datos toponímicos sobre La Gomera se encuentran dos obras que incluyen datos aprovechables. Nos referimos al Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar de Pascual Madoz, y al Diccionario Económico Administrativo de Pedro de Olive. Diseminadas por los 16 volúmenes que constituyen el Diccionario de Madoz se encuentran numerosas referencias de voces geográficas gomeras -muchas de ellas tomadas de Viera y Clavijo- y que en algunos casos hay que manejar con cautela porque contienen errores de transcripción. Así, encontramosAlajera, Benchisigua y Banehigigua,Ariñuela, Oreja, Ausosa, Chepere, Arguayuda, Arguanzul, !mala, y Tafo, en vez de las formas correctas Alojera, Benchijigua, Ariñule, Oroja, Ansosa, Chejeré, Arguayoda,Arguamul, Imada y Tazo. Junto a esto vemos que esta fuente incluye errores de localización geográfica, ya que da Guarasoca, Sabinosa, Taguasinte, Tajaste, Taybique, Tenesedra, Tigaday y Tiñor como pagos de la isla de La Gomera, cuando son conocidos lugares de El Hierro. Otro tanto sucede con Gueste o lgueste, que aparece como pago de La Gomera, cuando corresponde en realidad a Tenerife. También Juan Bethencourt Alfonso (1847-1912), otro de nuestros más apasionados estudiosos de la prehistoria y la etnografía insular, nos deja en el tomo I de su Historia del pueblo guanche un completo inventario de nombres geográficos de La Gomera, el más exhaustivo realizado hasta entonces. Los datos de Bethencourt Alfonso los confirma y completa Luis Femández Pérez en su conocido artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", donde proporciona una lista de voces comunes y topónimos, resultado de una callada, dilatada e intensa labor de rastreo en diversas fuentes documentales y en la cual es muy fácil advertir el amor e interés de Luis Femández por el pasado y la memoria histórica de su isla. Se trata de una relación breve -apenas tres páginas' que no se puede considerar exhaustiva, pero que constituye una complemen- 74 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 tación magnífica a las contribuciones anteriores, como el propio autor señala en las lmeas iniciales del trabajo: El doctor don Gregorio Chil, en las páginas 123 y siguientes de sus "Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias", publica la lista de las palabras pertenecientes al dialecto de La Gomera que él y otros autores insulares reunieron. Nosotros, movidos por el acendrado amor que profesamos a la tierra nativa, hemos conseguido, tras labor de muchos años, aumentar la referida lista con casi dos centenares de vocablos más, y como suponemos que su conocimiento ha de tener cierto interés para los estudiosos investigadores de los aborígenes del Archipiélago, no dudamos en perpetuarlos ... Cada ficha que proporcionamos incluye información relativa a la localización geográfica de los distintos topónimos, los registros de los mismos en las fuentes más conocidas y las hipótesis etimológicas -cuando las hay- que los lingüistas han propuesto para explicar estos términos. Debemos hacer constar que estas fichas no tienen para nosotros carácter de definitivas, sino que las consideramos provisionales porque la información y las conclusiones que en ellas se recogen pueden y necesitan ser enriquecidas con nuevos datos y explicaciones adicionales que sirvan para completar los conocimientos que poseemos sobre cada una de estas voces geográficas. Por ello, es evidente que al divulgar estos materiales, lo hacemos con la esperanza de que puedan ser de utilidad a todos aquellos que quieran acercarse a la lengua de los aborígenes de La Gomera en particular y al sistema de comunicación de las Canarias prehispánicas en general. La relevancia filológica que posee la lengua de los antiguos canarios se advierte sin excesivo comentario al respecto: el conocimiento de esta lengua constituye una base inapreciable para tener una idea más cercana y fundamentada de los sistemas lingüísticos de las culturas antiguas establecidas en el noroeste de África, el occidente meridional de Europa y la cuenca mediterránea. Y ello porque, cuando las lenguas románicas ya se encuentran conformadas y las estructuras feudales dan paso al estado europeo de corte moderno, en las legendarias Fortunadas se utiliza un sistema de comunicación añejo y primitivo, una lengua que llega a Canarias en fechas no conocidas con certeza, que pierde el contacto, aislada geográfica y temporalmente, con el tronco lingüístico al que pertenece y que llega a perdurar en medio del Atlántico hasta la época en la que los ojos de los europeos contemplan asombrados el Nuevo Mundo. Nuestro comentario de las voces incluye, en algunos casos, abundantes referencias de formas y paralelos del bereber, tomadas sobre todo de los materiales de D. J. Wolfel. Por ello, incluimos aquí una relación explicativa de las variedades del bereber y de otras lenguas49 a las que se remite, en la seguridad 75 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 de que el lector no especializado podrá encontrar esta lista de gran utilidad: Adrar. La voz adrar significa 'montaña' en bereber y aparece frecuentemente utilizada en la toponimia. Así tenemos el Adrar de Mauritania, en el Sáhara occidental, y el Adrar de las Ifoghas en el sur de Argelia, un macizo montañoso que se interna en Mali. Ahagar. Macizo volcánico del sureste del Sáhara argelino. Beraher. Junto al susí y al rifeño, variedad de bereber hablado en Marruecos, en el macizo y estribaciones del Medio Atlas. La denominación beraher es árabe y los bereberes no la emplean nunca. Los que hablan esta variedad suelen llamarla tamazight. Berian. Localidad berberófona en la región de Mzab, en el interior de Argelia, en 3 ,5ºW 31 ,5"N. Demnat. Localidad situada en una región montañosa de Marruecos, que se encuentra cerca de las fuentes del río Tessaut, al este de Marakech. Ghadames. Localidad del oeste de Libia, próxima a la frontera con Argelia, aproximadamente en 9,5ºE 29,S"N. Ghat. Localidad del suroeste de Libia, próxima a la frontera con Argelia, en IOºE 24º-25"N. Harawa. Pequeño grupo berberófono de Argelia que habita al norte de Tenietel- Had y al suroeste de Argel, aproximadamente en 1º-2ºW y 34,5º- 35,S"N. Se agrupa con los Metmata. Hausa. Los hausa son un pueblo de raza negra, que reside principalmente en el norte de Nigeria y en una parte de Níger. La lengua que hablan recibe el mismo nombre y es una de las más importantes del África negra y ampliamente utilizada como lengua de comunicación entre hablantes de otras lenguas. Iul. La tribu de los Iullemmeden habita una zona situada al sureste de Mali y suroeste de Níger, aproximadamente en 2,5º-4,5°W 14,S"N. Kabilio. Variedad de bereber que se habla en el norte de Argelia, en una zona que se extiende aproximadamente desde la localidad costera de Dellys, al este de Argel, hasta el este de la ciudad de Bujía, y que penetra hacia el interior en la zona montañosa de Jurjura. Ksur.Oran. Nombre que reciben una veintena de pueblos fortificados de Argelia, situados en la región de Figuig, al suroeste de Argel y limítrofe con Marruecos. Estas aldeas son berberófonas y toman el nombre del árabe qür (plural de qar) 'pueblos fortificados'. Mzab. Región berberófona del interior de Argelia en la que se encuentran siete pueblos cuyos habitantes son musulmanes ibaditas, no ortodoxos. Ne/usa. La tribu de los Nefusa habita en una zona montañosa del noroeste de 76 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Libia, situada aproximadamente en l lº-12º E 32º-31 N, cerca de la frontera con Túnez. En esta zona conviven el bereber y el árabe. Rifeño. Variedad de bereber que se habla en el noreste de Maruecos, en una zona que se encuentra aproximadamente en 2º-4,5"W 33º-34,5°N. Siw. Habitantes berberófonos del Aures, región del noreste de Argelia, cercana a la frontera con Túnez, aproximadamente en 5°-8,5º W 33°-35,5° N. Los franceses suelen escribir chaouia. Segr. Los Ait Seghrouchen es una tribu berberófona del Marruecos central, repartida en numerosos grupos separados. Su habla se ha clasificado o denominado tradicionalmente como zenata. Se pueden entender fácilmente con las tribus vecinas que hablan tamazight. S!nua. Montaña de Argelia, situada en la costa mediterránea, al oeste de Argel y un poco al este de Cherchel. Sus habitantes son berberófonos. También se ortografia frecuentemente Chenoua. Shilha. Variedad de bereber hablado en el suroeste y en todo el sur de Marruecos. Shilha es voz árabe. En bereber es tasllJ.iyt (o tache/hit). Los berberólogos franceses suelen escribir chleuh. Siwa. Localidad berberófona de Egipto, que constituye el límite oriental del dominio bereber. Snus. La tribu de los Beni-Snus habita en una zona del noroeste de Argelia, cercana a la frontera con Marruecos, aproximadamente en 2"W 33,5°N. Sokna. Localidad del noroeste de Libia, aproximadamente en 29°N 16ºE, donde el bereber se encuentra en vías de extinción. Sus. Región del Maruecos meridional, a lo largo del Atlántico, aproximadamente entre Mogador y el Draa, entre el Anti-Atlas y el Gran Atlas. El susí es una de las tres variedades del bereber hablado en Marruecos. Tait. Los Kel-Taitoq es una tribu del Ahaggar. Tuareg. Tribu nómada del Sáhara. Tuat. Región del interior de Argelia. Wargla. Localidad del interior de Argelia. Los berberólogos franceses prefieren escribir Ouargla. Wed-Righ. Región del este de Argelia, aproximadamente en 6°E 32,5°- 31,5°N, que tiene varios núcleos berberófonos. Los berberólogos franceses prefieren ortografiar Oued-Righ. Yusi. Los Ait Youssi son una tribu berberófona del Marruecos central. Hablan tamazight. Zemmur. Grupo berberófono del Marruecos central. Zenaga. La tribu de los zenaga habita en una zona del suroeste de Mauritania, cercana a la frontera con el Senegal. En esta zona conviven el bereber y el 77 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 árabe. Zwawa. Forma árabe (en bereber igawawen, sing. agawaw), que se aplica de modo preciso a los miembros de ocho tribus de la Gran Kabilia, pero que también se utiliza, de un modo más amplio, para referirse a los habitantes de la montaña al norte de Djurdjura . • • • ABALO. En sus Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las islas Canarias, 11, p. 123, Chil remite esta voz geográfica de La Gomera a Viera y Clavijo. Efectivamente, el Arcediano recoge esta forma en su Historia, lib. XII, cap. XL VI, donde trata del sistema político y la población de La Gomera. Sin embargo, existen registros anteriores a éste de Viera que Chil desconoce. Uno de ellos, de finales del siglo XVI, es de Leonardo T oriani que consigna Aualo en la carta geográfica de La Gomera que incluye en su Descrittione et historia del regno de l'Isole Canarie gia dette le Fortunate con il parere del/e loro fortificationi. Luego, también figura recogido este topónimo por Pedro Agustm del Castillo tanto en la "Planta de la Y sla de La Gomera" que hace en 1686, como en su Descripción histórica y geográfica de las Islas de Canaria. Ya con posterioridad a Viera y Clavijo, son numerosas las fuentes que recogen esta forma: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, I, p. 36; Chil, Estudios, 11, p.123; Millares Tores,Historia, X, p. 256; Olive,Diccionario, pp. 37, 45, 164; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 366. Álvarez Rixo no incluye este topónimo gomero entre los materiales de su obra Lenguaje de los antiguos isleños, hecho que no deja de llamar la atención porque este autor tiene muy en cuenta los materiales del Arcediano. D. J. Wolfel analiza la formaAuala de Torriani en el glosario de términos de su edición de la Descrittione del arquitecto italiano, p. 262, donde da, como posibles paralelos de Auala la voz geográfica de La Palma A rgual y el antropónimo gomeroAuhagal. Con posterioridad, Wolfel estudia esta forma en su obra Monumenta Linguae Canariae, pp. 680,687, pero no llega a relacionar la forma Aualo recogida por Torriani con la forma A balo consignada por otras fuentes posteriores, y vincula esta voz geográfica de La Gomera a tres topónimos grancanarios: Bulle, cuevas o chozas en Las Palmas;A balos, caserío en Guía; y B alos, barranco en Agüimes, además de relacionarla con el elemento antroponímico gomero /baila. Asimismo, para explicar A balo, Wolfel proporciona una amplia serie de paralelos bereberes: bel/en 'luchar cuerpo a cuerpo' (Ghat); tabellan! 'lucha' (Ghat); be/ el 'tener todo en abundancia' (Ahaggar); enebbelel 'hombre que tiene todo en abundancia' (Ahaggar); ablal 'piedra' (Ahaggar); tablalt 'bola' (Ahaggar); abe/u 'miembro viril' (Demnat); y 78 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 abellu/ibe/la 'vara' (Segr.). Esta forma toponímica, que se encuentra frecuentemente ortografiadaAvalo, tiene para nosotros un origen fitonímico claro, como consecuencia de la amplia colonia de halos que hay en el lugar. ACANABRE. Esta forma figura citada por Viera y Clavijo en su Diccionario de Historia Natural, s.v. fuentes. Luego encontramos esta voz en catálogos posteriores: Chil, Estudios, II, p. 123, que la toma de M. Aguilar; Millares Torres, Historia, X, p. 256, que consignaAcanadre, con error gráfico evidente; y Benítez, Historia, p. 124. Bethencourt Alfonso en su Historia del pueblo guanche, I, pp. 366, 370, toma de VieraAcanabre, nombre de una fuente, y en sus investigaciones personales de documentación antigua de La Gomera encuentra la variante Jaicanabre como denominación de un roque en Alajeró. Por lo que respecta a Álvarez Rixo, no encontramos esta forma en los materiales toponímicos que reúne en su obra Lenguaje de los antiguos isleños, y ello resulta curioso, toda vez que este autor sigue muy de cerca a Viera y Clavijo, y conoce su Diccionario, obra que no duda en recomendar para la instrucción de los jóvenes canarios. Sobre esta voz véase Wólfel, Monumenta, p. 847, que remite al topónimo de Fuerteventura Maninubre, denominación de un lugar en Antigua, y concluye que el segmento -nubre de este topónimo majorero y el segmento -nabre de la voz gomera constituye un elemento independiente. Además, Acanabre le recuerda bastante a este investigador la forma celta inglesa cynibre 'selva'. Por nuestra parte, no estamos muy seguros de la segmentación o análisis componencial que Wólfel hace de esta voz. Nos parece más justificado analizar Acana-bre. En La Palma existe el topónimo Benijobre (o Binijobre), que está claramente relacionado con la forma tinerfeña Benijo (o Benijos), hecho que permite aislar el elemento final-bre de Benijobre y deAcanabre. AGÉN. Esta voz no figura en los inventarios del siglo XIX, ni tampoco viene en Bethencourt Alfonso. Fernández Pérez la relaciona en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como denominación de un lugar cercano a El Palmar y T aguluche, en el término de Hermigua. Wólfel, Monumenta, p. 893, no profundiza en el estudio de esta forma, limitándose a vincularla a las voces canarias siguientes: Gena, caserío en Yaiza, Lanzarote; Pedro de Tejena, antropónimo recogido en las Datas de Tenerife; Tejen, monte en El Hierro; y Teogena, fuente en Alajeró. AGUAJILVA. Como es bien sabido, esta denominación corresponde a un 79 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 amplio barranco que desemboca en la Villa de San Sebastián, y del que son subsidiarios, entre otros, el Barranco Seco, el Baranco del Cercado Hondo y el Barranco de las Lajas. También recibe el nombre deAguajilva una zona montuosa situada en el tramo superior del barranco del mismo nombre. Entre las fuentes históricas tradicionales, la referencia más temprana de esta voz geográfica de La Gomera parece ser la de Chil, Estudios, 11, p. 124, pero si acudimos a los fondos documentales de los siglos XVI, XVII y XVIII podemos encontrar numerosas referencias. Nosotros hemos encontrado, entre los materiales de laAntigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, tomo I, fol. 37 vto., un registro que corresponde al año 1768: ltem otra suerte que tiene que compró a Elena Sánchez en agua hilba ... que linda por ariba el time del Risco de lscague ... Además de Chil, tanto Millares Torres (Historia, X, p. 256), como Bethencourt Alfonso (Historia del pueblo guanche, I, p. 3 70) incluyen este topónimo gomero en sus repertorios de materiales lingüísticos prehispánicos, y también figura en el Diccionario de Olive, pp. 37, 164, 871. Esta forma es estudiada por Wolfel, Monumenta, pp. 858-859, y Álvarez Delgado, "¿Semitismos en el guanche de Canarias?", p. 31. Álvarez Delgado piensa que Aguajilva está compuesto de a-guada-ajitwa 'agua torrentosa o hirviente', y que este topónimo gomero tiene un paralelo eufonizado a la española en la voz geográfica herreñaAguajeble. Por su parte, Wolfel señalaqueAguajilva se podría explicar a partir de las voces españolas gilba y Jilbo, con la adición del término agua, pero reconoce que esta hipótesis etimológica no tiene solidez. Junto a esto, remite Aguajilva a Mansilva, denominación de un lugar en El Hierro. AGULO. Entre las fuentes históricas tradicionales, la Descripción de Pedro Agustín es la primera en recoger esta voz geográfica. Aquí, Castillo escribe que La Gomera estaba dividida "en cuatro [bandos] que era este de armigua, y agulo, y los otros dos, que lo eran contrarios llamados de orona y aguna". También este historiador anotaAgulo en el apartado de la descripción geográfica de la isla de La Gomera, p. 295. La documentación de los siglos XVI, XVII y XVIII nos proporciona múltiples registros de este topónimo goméro, a los que se unen las referencias posteriores de diversos autores: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XXV, en nota, cap. XL VI, y lib. XVII, cap. XXIV; Bory de SaintVincent, Essais, pp. 213, 214; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, I, p. 159; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, 80 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 pp. 25, 26, 35, 59, 60 y 63; Chil, Estudios, 11, p. 124; Olive, Diccionario, p. 46; Millares Torres, Historia, X, p. 256; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 366. Viera y Clavijo intenta explicar este topónimo gomero a partir del elemento español angulo, consignando que "es tradición que este lugar se llamó en otro tiempo angulo, por ser un valle que solo tiene dos entradas sumamente angostas". Álvarez Rixo tiene en cuenta esta explicación de Viera y Oavijo y por ello no relaciona Agulo entre los materiales prehispánicos que incluye en su obra Lenguaje de los antiguos isleños. En la última parte de esta obra, Álvarez Rixo incluye un apartado bajo el título de "Observaciones sobre la traducción impresa en Sta. Cruz de parte de la Etnografia y Anales de las Canarias escritos por Mr. Sabino Berthelot", pp. 115-120, donde, después de reconocer el mérito y enjundia de la obra del canariólogo francés, recoge que ha notado "algunos errores conocidamente de la imprenta o de falta del conocimiento del añejo lenguaje castellano que no es fácil penetrar un individuo nacido fuera de España, cuyos descuidos pueden alterar la confianza que se debe tener en todo lo demás de sus perfecciones", y por todo ello incluye toda una serie de observaciones, que espera que sean tenidas en cuenta por el autor y por los editores posteriores. Entre estas observaciones, p. 118, se encuentra el término gomero Agulo, sobre el que señala que algunos autores, en vez de Agulo, han escrito Angulo, que es apellido español. Sin embargo, la procedencia prehispánica deAgulo es evidente. Berthelot es el primer autor que intenta explicar esta voz en esta dirección y en su Ethnographie, p. 229, la relaciona con el topónimo bereber Agulu, nombre de un cabo y pueblo de Marruecos, enclavados en una comarca cubierta de vegetación y situados a 29º, 49' latitud norte y 12º, 8' y 24" longitud oeste. También Wolfel se acerca a esta voz en sus Monumenta, p. 676. ALAJERÓ. Disponemos de registros tempranos de esta voz geográfica. Así, en su Triurifo gomero diuerso, estrofa 14, Vasco Díaz Tanco escribeAlaeró: Al val de Annigua llegué opósito contra el norte, do quando en él me hallé como sus frutas gusté rescibí summo deporte; a Chapude y Anchereda La Loera y Alaeró visité con mente leda, con tan estrema arboleda qua! nunca jamás se vio. 81 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Junto a esto, la docwnentación de los siglos XVI, XVII y XVIII en el Fondo Luis Fernández del Archivo del Cabildo Insular de La Gomera nos proporciona múltiples registros de este topónimo, que también vemos en Pedro Agustín del Castillo; Viera y Clavijo; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, I, p. 185, y VIII, p.4 0, s.v .G omear; Juan de Casrto, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 23, 24, 26, 46, 56, 59; Chil, Estudios, II, p. 124; y Olive, Diccionario, p. 55. Chil se cita a sí mismo como la fuente más temprana en la que apareceAlajeró, pero como vemos, este topónimo ya se encuentra en textos anteriores. Diversos autores han intentado explicar este término. Manrique Saavedra, en su trabajo "Estudios sobre el lenguaje de los primitivos canarios", núm. 71, p. 331, piensa queA/ajeró viene de la voz árabe ajer, que significa ültimo', y que en árabe A/-ajer es 'el último' e !la ajerih 'a lo último'. Gloria Díaz Padilla y José Miguel Rodríguez Y anes, en su docwnentado y valioso estudio El señorío en las Canarias occidentales, p.185, sugieren que quizá los topónimosAraguerode yA/ajeró sean variantes de una primitiva formaArage que designaría una realidad natural, posiblemente una zona de descenso suave del terreno y con cierta extensión. T ambién Wolfel, Monumenta, pp. 686-687, se acerca a esta voz. ALARIJO. Esta forma toponímica viene inventariada por Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 366, que la trae como denominación de un camino en San Sebastián. Luego Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, nos dice que se trata de una cuesta en Ipala. Sobre esta voz véase Álvarez Delgado, Miscelánea guanche, p. 127; y Wolfel, Monumenta, p. 878. Wolfel estudia esta forma juntamente con el topónimo herreño Aguarijo, denominación de un lugar en Val verde, y señala que si se pueden considerar como prefijos los segmentos iniciales deAguarijo y A/arijo (a-wa- en el primer caso y al- en el segundo) como prefijos, entonces tenemos en estas dos voces geográficas una raíz idéntica. Finalmente, remite a Cuarajo, localidad de Candelaria (Tenerife ). Para nosotros, la lejanía entre A/arijo y Cuarajo es apreciable. ALOJERA. En sus Estudios, II, p. 125, Chil consigna que él es el primer autor en recoger el nombre geográfico Alojera. Otro tanto hace Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. Pero con anterioridad a Chil hay diversas fuentes que lo registran. Entre las obras más tempranas que consignan esta voz toponímica se encuentra el Triunfo gomero diuerso de Vasco Díaz Tanco, en cuya estrofa 14 encontramos La Loera: 82 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Al val de Armigua llegué opósito contra el norte, do quando en él me hallé como sus frutas gusté rescibí summo deporte; a Chapude y Anchereda La Loera y Alaeró visité con mente leda, con tan estrema arboleda qua! nunca jamás se vio. Con posterioridad, Torriani en el mapa que levanta de La Gomera consigna Alaherera. La documentación correspondiente a los siglos XVI, XVII y XVIII nos proporciona numerosos registros de esta voz geográfica de La Gomera. Luego figura también en la Historia de Viera y Clavijo, lib. XII, cap. XL VI; Madoz, Diccionario, I, p.185, s. v.Alajera; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 58, 62; Olive, Diccionario, p. 622. Tanto Zyhlarz como Wolfel se acercan a este término. Zyhlarz no analiza Alojera sino la varianteAlaherera que trae Torriani, y la intenta explicar a partir del bereber *al aherer-a 'lugar de la flor de la datilera'. Véase Giese, "Los estudios de las lenguas canarias de E. Zyhlarz", p. 418. También Wolfel, en el glosario de su edición del texto de Torriani, p. 253, comenta las variantes Alaherera y Alherera que trae el arquitecto italiano en su cartografia de La Gomera, y apunta que quizá se trate del prefijo al- más el elemento xirxo 'agua', que se advierte también en las voces palmerasAje,jo y Adi,ji,ja. Luego, en sus Monumenta, pp. 686-687, Wolfel profundiza en el estudio de este topónimo gomero. Junto a esto, G. Díaz Padilla y J. M. Rodríguez Yanes, El señorío en las Canarias o ccidentales, p. 185, apuntan que quizá Alojera tenga el mismo origen que Araguerode y Alajeró. Véanse estas voces. ALUSE. Esta denominación se aplica a un caserío y roque en el municipio de San Sebastián. Chil recoge esta voz en sus Estudios, 11, p. 125. También figura en Millares Torres, Historia, X, p. 256; Olive, Diccionario, p. 65; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. Wolfel, Monumenta, pp. 737, 851, relaciona esta forma con otras voces canarias: Tauce, lugar en Tenerife; Lauce, aldea en Gran Canaria; Luzana, localidad en Gran Canaria; y Tacalouse, lugar en La Gomera. Además, remite a los paralelos bereberes siguientes: alus 'colina bastante elevada de forma alargada', 'pequeña cadena de colinas bastante elevadas de forma alargada' (Ahaggar); aláwas 'dátil desechado antes de madurar' (Ahaggar); alus/ilassen 83 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 'colina baja' (Tait.); y alus wassif'aluvión' (Sus). ANCULES. Esta voz figura en Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, como denominación de unas cuevas en Hermigua y de un naciente de agua en Chipude. Luego la recoge Luis Fernández Pérez en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como nombre de un risco en Hermigua. Sobre este término véase Wolfel, Monumenta, p. 866. Aquí Wolfel admite, si bien con cierta reserva, cierto parecido de estructura fonética entre este topónimo gomero y la forma de El Hierro juaclo 'cueva de poca altura y de varias entradas o bocas de acceso, a cuya frescura se acoge el ganado para sestear o pernoctar', y por ello presume que en el caso deAncules se ha producido un profundo proceso de hispanización. ANGULA.ME. Esta voz no figura en los inventarios toponímicos del siglo XIX ni tampoco en la lista de voces geográficas prehispánicas de La Gomera que elabora Bethencourt Alfonso. Viene consignada por vez primera en el trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, de Luis Fernández Pérez, que la relaciona como denominación de una localidad cuya ubicación no especifica. Wolfel analiza esta forma en sus Monumenta, pp. 865-866, y remite a los topónimos canarios Guelmes, lugar en La Palma, y Guillama, lugar en Vallehermoso (La Gomera) así como a las formas siguientes del bereber del Ahaggar: agalam 'hecho o acción de tener una parte más fuerte que'; agelmam 'depósito de agua natural (lago, estanque, mar)'; igilem 'pico, cincel, martillo, azada'; y aglim/iglimen 'piel abierta', además de a la voz izilem 'pico' (Demnat, Segr.). Para nosotros es evidente que Wolfel no está acertado cuando intenta vincular este topónimo gomero a la forma Guelmes de La Palma. Este elemento no es prehispánico, sino que es el resultado de la hispanización del apellido flamenco Wanguemert. En este sentido, véase Régulo Pérez, El habla de La Palma, p. 26, nota 2. ANSOSA. Viera y Clavijo recoge esta voz en su Historia, lib. XII, cap. 46. Aquí, al hablar del término de Hermigua, consigna que "entre sus montañas sobresale la de Ansosa, vestida de muchas especies de los mejores árboles, cuya fuente del Pajarito prefieren los ciervos a todas las aguas del país". Después de Viera, esta forma la recogen Berthelot, Ethnographie, p. 197, que anota Ansosa y Ansona; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 58, consigna Ansora; Chil, Estudios, 11, p. 125; Millares Torres, Historia, X, p. 256, y 84 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 BethencourtAlfonso,Historia del pueblo guanche, I,p. 367. Fernández Navaro, Observaciones geológicas en la isla de La Gomera, p.19, escribeAnzosa. Madoz, Diccionario, III, p.113, VIII, p. 441, y IX, p. 175, trae la forma eradaAusosa. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 685. Aquí Wolfel admite Ansosa como forma correcta frente a las variantes Ansona y Ansora, apoyándose en el topónimo Enesosa, denominación de una montaña de El Hierro. Para este lingüista, Ansosa contiene el valor de 'montaña', si bien no tiene paralelos del bereber que apoyen esta afirmación. ARADA. Chil recoge esta voz en sus Estudios, 11, p. 125. También figura en Millares Tores, Historia, X, p. 256; Olive, Diccionario, p. 77; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 874, donde plantea dos posibilidades de análisis. De una parte, Wolfel admite que Anida no es voz prehispánica y la relaciona con el topónimo de La Palma Baranco de la Erada, que toma de Viera y Clavijo. Efectivamente el Arcediano habla del barranco de la Errada en Los Sauces,Historia, lib. XV, cap. 88, pero es una forma equivocada, porque debe ser baranco de la Herradura. Junto a esto, Wolfel señala que Anida tiene una explicación etimológica adecuada a través del español arada 'acción de arar, tierra labrada con el arado', 'cultivo y labor del campo' y 'porción de tierra que puede arar en un día una yunta'. Sin embargo, junto a esto, también admite la procedencia prehispánica de esta voz geográfica gomera, apoyándose en el término Enchereda y concluyendo que la derivación a partir del bereber no presenta problemas. ARAMAQUÉ. Entre las fuentes tradicionales, la referencia más antigua que conocemos de este topónimo viene en el Diccionario de Olive, p. 513. Bethencourt Alfonso no lo incluye en sus materiales de toponimia prehispánica de La Gomera, pero sí lo hace Fernández Pérez en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como nombre de un valle y baranco en Hermigua. En sus conclusiones sobre esta voz, Wolfel, Monumenta, p. 855, proporciona tres paralelos tomados del bereber del Ahaggar: uku 'estar encendido', meketl támekát 'estar reducido al estado de brasas ardientes', tamakat 'brasa ardiente', y considera que el elemento inicial ara- es un prefijo. ARAY. Esta voz geográfica no viene en ninguno de los repertorios del siglo XIX. El único registro conocido de este topónimo lo debemos a Fernández Pérez, que lo recoge en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como denominación de un lugar cerca de Juana, en el término de Hermigua. Álvarez Rixo en su obra Lenguaje de los antiguos isleños, p. 59, nos 85 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 proporciona una forma toponímica idéntica a ésta de La Gomera: Aray, denominación de un lugar en el Valle de Santiago, Tenerife. También creemos que hay que vincular este nombre geográfico gomero al topónimoAroya, nombre de un lugar en el municipio de Candelaria (Tenerife). Sobre esta voz véase Wolfel, Monumenta, p. 805. ARCHEJE. Esta voz viene inventariada por Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, que no especifica ninguna información relativa a localización, y por Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como denominación de un risco en Hennigua. Wolfel, Monumenta, pp. 596, 823, relaciona esta voz gomera con cinco topónimos tinerfeños: Archefe (también Achiefe), nombre de una elevación y barranco en el valle de Masca; Chija, lugar de Arona; Archeja, degollada en Güímar; Chijafe, lugar en Tenerife; y Chafa, localidad en Arona (Tenerife ). En Archeje, Wolfel distingue claramente el prefijo ar-. AREÑULE o ARIÑULE. La documentación del siglo XVII relativa a La Gomera nos proporciona múltiples registros de este topónimo. Viera y Clavijo recogeAriñule tanto en su Diccionario de Historia Naturol, s.v.fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. LXVI. De los materiales del Arcediano esta voz pasa a diversas fuentes y listas toponímicas posteriores: Berthelot, Ethnographie, p. 197, que escribe equivocadamente Arinule; Madoz, Diccionario, I, p. 464 y VIII, p. 441, s.v. Gomero (donde figuraAlcón deAriñule en lugar de Ancón de Ariñule), 11,p. 560, VII, p. 337, s.v. Chipude (donde leemosAriñuela yAriñule), y VIII, p. 440, s.v. Gomero; Chil, Estudios, I, p. 388, y 11, p. 126; Millares Torres, Historia, X, p. 256; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 126; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367; y Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. En los materiales de Chil (Estudios, 11, p. 126), y Millares Tores (Historia, X, p. 256) también se recoge la varianteArimule, que obviamente es el resultado de una mala lectura. Berthelot, Ethnographie, p. 204, es el primer autor que intenta explicar esta voz gomera, que él escribeArinule, relacionándola con el topónimo grancanario Arinas, lugar de la Vega Baja, e incluye ambos términos en el apartado de las formas prehispánicas canarias en las que se da una apreciable analogía y que no varían sino en la ortografia o en la terminación. Luego Wolfel, Monumenta, pp. 866-867, comenta que la variante Arinule recogida por Berthelot es fruto de la equivocación, como también lo es la variante Arimule que figura en algunas listas. Para este investigador, está claro que Ariñule y Chinule pertenecen al mismo grupo, porque presentan la misma raíz, 86 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 y remite a los paralelos bereberes aníl 'fosa, hoya', y nnilltnil (shilha). Además, Wolfel relaciona esta voz gomera con el topónimo grancanario Arañul, denominación de un caserío y de un barranco en Agüimes. ARGUAMUL. Viera y Clavijo recoge este topónimo tanto en su Diccionario de Historia Natural, s.v.fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46. Luego lo vemos recogido por otros autores: J. A. Álvarez Rixo, Lengu.aje de los antigu.os isleños, p. 60; Madoz, Diccionario, 11, p. 551, y VIII, p. 441, s.v. Gomero;donde vemos la forma eradaArguanzul; Juan de Castro, La isla de La Gomero en la actualidad, pp. 39, 42, 58; Chil, Estudios, II, p. 125; Millares Torres, Historia, X, p. 256; Olive, Diccionario, p. 85; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, I, p. 367; y Benítez, Historia, p. 124. Como vemos, la mayoría de los repertorios dan Arguamul como voz prehispánica. Otro tanto hace la Historia de las Islas Canarias editada por A. J. Benítez, p. 397, donde se relaciona este término entre los topónimos prehispánicos de La Gomera, pero también se apunta que, en algunas provincias, llaman argamula a cierta planta bulbosa. Como voz de los aborígenes gomeros la trae Wolfel, Monumenta, p. 834. Aquí Wolfel se pregunta si las variantes Arguamum y Arguamuz son simples erratas o representan un caso de pronunciación vacilante. En sus conclusiones, este lingüista recoge que el elemento inicial ar- es con toda seguridad un prefijo, y que gu.a-puede ser un prefijo labial, y remite Arguamul al término de La Palma Gomala, localidad en Santa Cruz de La Palma. Wolfel admite que no conoce paralelos bereberes para la estructura GML y para la estructura ML remite a las formas canarias Muley (Fuerteventura), Malicas (La Gomera), Mala y Tinamala (Lanzarote). Por nuestra parte, no creemos que las variantes Arguamum y Arguamuz procedan de un comportamiento vacilante, sino que son el resultado de errores de transcripción o de lectura. La variante Arguamum la encontrarnos en las listas de Chil, Estudios, 11, p. 125, y de Millares Torres, Historia, X, p. 256, y ambos la toman de los materiales de Maximiliano Aguilar. No sabemos dónde encuentra M. Aguilar esta variante, pero debemos considerarla producto de un eror gráfico o transcripción equivocada, porque la documentación correspondiente a los siglos XVI y XVII recoge en todo momentoArguamul oArguamule. ARGUAYODA. La lomada y el caserío de Arguayoda se encuentran en el municipio de Alajeró, al oeste del núcleo principal del término, en el limite con el municipio de Vallehermoso. La forma toponímicaArguayoda la encontramos en Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. 46, y con posterioridad figura en la mayor parte de las fuentes y repertorios del siglo XIX: Berthelot, Ethnographie, 87 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 p. 197; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 60; Madoz, Diccionario, VII, p. 337, s.v. Chipude; Juan de Castro,La isla dela Gomera en la actualidad, p. 59; Chil, Estudios, II, p.126; Olive,Diccionario, p. 86; Millares Torres, Historia, X, p. 256; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367; y Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. Sobre este término véase Wolfel, Monumenta, p. 844, que relaciona Arguayoda con el topónimo grancanario Guayabe o Guayade, denominación de un baranco en Agüimes. Creemos que debe ser Guayadeque. Por nuestra parte pensamos que este término hay que vincularlo a los topónimos tinerfeños Arguayo, localidad en el término de Valle de Santiago (tal y como Berthelot señala en su Ethnographie, p. 204), y Tamargayo, barranco de Arico. ARGUMAME. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, escribe Arguamume, nombre de un monte en Chipude, y Argumame, barranco y región de Chipude, y Fernández Pérez, "Palabras indígenas de La Gomera", p. 10, consignaArgumane, que es una forma errónea en lugar de la correcta Argumame. Wolfel toma Argumane de los materiales de Fernández Pérez y la estudia en sus Monumenta, p. 834, donde intenta explicar este topónimo a partir del bereber agemmun 'cuadrado de tierra cultivada dispuesta para recibir riego regular por medio de un canal' (Tuat), voz que él encuentra en los materiales léxicos de Foucauld. Pero, también intenta relacionar este nombre geográfico de La Gomera con el término español gamona, por lo que su estudio no es concluyente. ARTAMACHE. La lomada de Artamache se encuentra en el municipio de Alajeró, al este del caserío de Antoncojo y al noroeste de Playa de Santiago. No encontramos esta voz en los repertorios de Chil y Millares, pero sí viene en Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, y en Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. W olfel estudia este topónimo en dos ocasiones dentro de sus Monumenta, pp. 852, 879. De una parte, vincula este topónimo gomero a las formas Mache, aldea en Tías (Lanzarote ), y Armache, barranco en Guía de Isora (Tenerife ), y como paralelo bereber adjunta tameccet/timeccutin 'higuera' (Siwa). De otra parte, incluye Artamache en un grupo de voces con segmento inicial similar: Artagayda,Artaore,Artabobo,Artapubacha, Hartaguna, Hartazo, Fartamaga y Artaos. Véanse sus conclusiones en este sentido enArtabobo. ARURE. Disponemos de referencias de este topónimo desde las primeras 88 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 décadas del siglo XVI. Así, lo encontramos en el Triurifo gomero diuerso, estrofa 15, de Vasco Díaz Tanco: Noté las thermas y grutas de Arure, lugar desierto, onde aquellas gentes brutas de tamarcos son indutas por muy extraño concierto. También Frutuoso recoge esta fona toponímica gomera en el libro primero de su obra Saudades da Tera, cap. XX: Da ponta de S. José á de Arure, que está no meio da ilha, há duas léguas; e de Arure ao porto de Bom-passo a leste quatro léguas e meia ... De Armiga e Benchehigua ... há perto de meia légua, e também grangeria, onde está urn engenho de a9úcar dos Samoras; tem tera de pao, como Arure, que cai a parte do norte, onde há muitos pastos ... Arure em lingua islenha quere dizer casa d'Elrei.. .E a Arure foram a ca9a de perdizes, de que há muitas da banda do norte, que é raza e descoberta com algurn mato baixo e verde. Está Arure de Benchehigua meia légua ... E de Benchehigua, Chepude e Arure será a vila quási duas léguas ... E passando urna tresposta, onde nasce a água de Armiga, que faz urna vol ta á parte do norte e se ajunta com outra, que vai por detrás de Arure, se mostram grandes rochedos, em que se acha muita urzela que dizem ser a melhor do Mundo. La documentación del siglo XVII proporciona abundantes registros de esta voz geográfica de La Gomera. Con posterioridad, esta voz figura en diversos textos y repertorios: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XL VI; Madoz, Diccionario, 11, p. 609; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 61; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 23, 25, 42, 61; Olive, Diccionario, p. 143; Chil, Estudios, 11, p. 126; Millares Tores, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Histon·a del pueblo guanche, I, p. 368. Esta forma es estudiada por Zyhlarz, en W. Giese, "Los estudios de las lenguas canarias de E. Zyhlarz", p. 418; Álvarez Delgado,Miscelánea guanche, p. 24, y "El episodio de Iballa", p. 315; y Wolfel, Monumenta, p. 552. Zyhlarz explicaArure a partir del bereber *arúri 'descendencia paterna'. Álvarez Delgado vincula esta forma gomera a la grancanaria Terura oArura, y explicaArure por el bereber aruri que en Zwawa, tuareg y bereber de Ghat tiene el valor de 'espalda', 'lomo', 'grupo de colinas'. Wolfel remite a los siguientes paralelos bereberes: arúri 'lomo (de persona, de animal, de tereno)' (Ahaggar); aruri 'espalda, lomo, loma' (lull.); aruri 'lomo' (Ghat); aurir/iuriren 'colina' (Mzab); taurirl 'pila cónica' (Ahaggar); táúrirlltiuririn 'colina, loma, cerro'; turaret/turár 'colina' (Siwa); taruruf 'colina' (beraber). A estos paralelos del bereber, Wolfel 89 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 añade otros: er6ra/er6t 'elevación, colina, montaña' (Bilin); ar6r 'colina, cima, cwnbre, lomo' (somalí) y arár 'cima' (Saho). BENCHIJIGUA. Viera y Clavijo recoge esta voz en su Historia, lib. XII, cap. 46, tal y como Chil consigna en la lista de toponimia prehispánica gomera que incluye en sus Estudios, pero existen registros anteriores, desde la primera mitad del siglo XVI. Una de estas fuentes tempranas es V asco Díaz Tanco, que escribe Menchehigua en su Triunfo gomero diverso, estrofa 15: de Menchehigua salí d'un fragoso valle ameno y a los Chehelipes vi, do muy claro conoscí ser fructífero el tereno. Con posterioridad, en el libro primero, cap. XX, de su obra Saudades da Tera, Gaspar Frutuoso escribe varias veces Benchehigua, voz a la que el autor azoreano adjudica el valor de 'terra fresca': De Armiga e Benchehigua, nome islenho, que quere dizer tera fresca, há perlo de meia légua. .. porque légua e meia, que pode haver de Benchehígua a Chepude, tudo sao palmares ... Está Arure de Benchehigua meia légua ... E de Benchehigua, Chepude e Arure será a vila quási duas léguas. De Benchehigua indo por baixo de Armiga há vinhas que dao bons vinhos ... Dizem que Paulo Jaymes, rico vizinho da vila, fez um engenho de ai.úcar entre Benchehigua e este vale do Gram Rei... Otras referencias se encuentran en Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. 46; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, IV, p. 200, y VIII, p. 440, s.v. Gomera; Olive, Diccionario, p. 173; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 63; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 30, 48 y 57; Chil, Estudios, 11, p. 126; Millares Tores, Historia, X, p. 257; BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368; y Benítez, Historia, p. 124. Chil recoge el término Bentchigue como denominación de un monte de La Gomera y remite a Berthelot, pero no encontramos esta voz en este autor. Debe tratarse de una confusión del topónimo Bentchihigua que Berthelot recoge en su Ethnographie, p. 197. En cualquier caso, el error parece proceder con toda seguridad de la traducción espafiola de la Ethnographie que realiza Juan Arturo Malibrán y que se publica por primera vez en Santa Cruz de Tenerife en 1849, donde encontramos Bentchigue en la p. 187. También figura Bentchigue en los materiales de Millares Torres, Historia, X, p. 257. 90 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 En relación con esta voz véase Wolfel, Monumenta, p. 586, y Eurafrikanische Wortschichten a/s Kulturschichten, p. 149, donde proporciona para Benchihigua (wi-n-tehiwa, wi-n-tezxiwa) los siguientes paralelos: hewiwi (Ahaggar), tehwiwit (Ahaggar) y tauzuit (Ghat). BENI'AGUME. Esta voz no figura en ninguno de los repertorios toponímicos del siglo XIX y Bethencourt Alfonso no la relaciona en su inventario de voces geográficas prehispánicas de La Gomera. Nosotros la conocemos gracias a Fernández Pérez, que incluye Bentagume en su contribución "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", como la denominación de un lugar cerca del roque de V allehermoso. De Fernández Pérez lo toma Wolfel, que en sus Monumenta, pp. 833-834, relaciona este término gomero con tres formas toponímicas canarias: Argoma, lugar en Telde (Gran Canaria);Aregume, lugar en Los Silos (Tenerife); y Aracome, barranco en El Hierro. En opinión de este investigador, estas tres voces geográficas, juntamente con Bentagume, pertenecen al mismo grupo. Como paralelos, Wolfel propone los elementos bereberes: agum 'folíolos de palmera' (Ahaggar); agu.m 'sacar' (zenaga); agem 'sacar agua' (Wargla); agem 'sacar agua' (Ahaggar); agama 'campo (ni ciudad ni pueblo)' (Ahaggar); agma/ igmaten 'campo' (tuareg); y gum 'fondos, el fondo, lo bajo' (Berrian), así como el término hausa aguma 'corteza de un árbol'. BUDIÉN. Esta voz geográfica no viene en las listas de materiales lingüísticos prehispánicos gomeros de Chil, Millares Torres y Bethencourt Alfonso. Entre las fuentes del siglo XIX, el único registro que conocemos lo trae Pedro de Olive en su Diccionario Económico Administrativo, p. 514, donde anota las Cancelas de Budién, en el término de Hermigua. Luego Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, recoge Budién como denominación de una fuente en Chipude. Wolfel relaciona Budién entre los materiales de sus Monumenta, p. 809, pero desafortunadamente no profundiza en su estudio, limitándose únicamente a afirmar que no tiene elementos a los que vincular o remitir esta voz geográfica de La Gomera. CHIGADAY. De acuerdo con el mapa de La Gomera que levanta Francisco Coello a mediados del siglo pasado como complemento cartográfico del Diccionario de Madoz, el barranco de Chigaday se encuentra en el municipio de San Sebastián, entre los barrancos de Abalo y del Águila. T ambién, en el mapa de La Gomera que incluye en su obra Tenerife and its six satelites, Olivia Stone localiza el barranco de Chigaday al norte de la ermita de Guadalupe y al 91 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 sur del barranco del Águila. Conviene recordar que se trata, en ambos casos, de trabajos cartográficos en los que las localidades y accidentes se ubican en lugares bastante distantes de los que ocupan en la realidad. También vemos la voz Chigaday en los materiales de M. Aguilar. De aquí la toman Chil, Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368. Asimismo, esta forma también viene en Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. Este término cuenta con un elemento idéntico en El Hierro: ngaday, localidad del municipio de Frontera. W olfel estudia ambas voces en sus Monumenta, pp. 831-832, y remite a los paralelos bereberes siguientes: agudayligudian 'lago, tanque' (shilha); wadday 'llanura' (Wargla); gediyet 'estar profundo, hundir' (Ahaggar); y agediya 'engullidor (persona, animal, cosa)' (Ahaggar). CHIMPA. Montaña en Chipude. Viera y Clavijo recoge esta forma toponímica en su Historia, lib. XII, cap. 46. Aquí, al hablar del término de Alajeró, Viera escribe que "sus montañas más célebres son Tagaragunche o el Calvario, que es el puesto de las atalayas en tiempo de guerra o de piratas, y Chimpa, de muy agradable perspectiva cuando están los panes en verde". Esta voz pasa de Viera y Clavijo a textos y repertorios posteriores: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 66; Madoz,Diccionario, VIII, p. 440, s.v. Gomera; Chil,Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368. El Diccionario de Madoz, I, p. 185, s.v. Alajeró, consigna la forma erada Charpa. En relación con este término véase W olfel, Monumenta, p. 820. Desafortunadamente, Wolfel no profundiza en el estudio de esta voz, limitándose a señalar que el elemento inicial ch- puede pertenecer a la raíz. CHINGUARIME. El baranco y la playa de Chinguarime se encuentran al este de Tecina, en la costa sur del municipio de San Sebastián. Viera y Clavijo consigna este topónimo en su Historia, lib. XII, cap. XL VI. Aquí, al hablar del término de la villa de San Sebastián, Viera escribe que "además del puerto principal tiene este distrito diferentes radas y surgideros ... Al sur la playa de la Guancha, el Cabrito, Oroja y Chinguarime". También otros autores recogen esta forma: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 66; Chil, Estudios, 11, p. 127, que anota Chinguarima, remitiendo a Viera y Clavijo; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368. 92 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel es el único lingüista que estudia Chinguarime. En sus Monumenta, p. 744, analiza esta forma como ti-n-gwarime y la incluye en el mismo apartado que los elementos canarios siguientes: Abenguareme (o Ahenguareme), denominación de uno de los cantones o señoríos de La Palma prehispánica, que iba desde El Charco hasta Tigalate, según Abreu Galindo; Garome, barranco que separa los municipios de Tijarafe y Puntagorda, en el noroeste de La Palma; Tegurame, lugar en Fuerteventura; Guerime, lugar en Pájara (Fuerteventura) y Guarimiar, lugar en Alajeró (La Gomera). Junto a esto, también creemos que hay que relacionar Chinguaro con el término Chinguaro de Tenerife y con la voz gomera Guarimiar. ClPAYA. Madoz consigna esta forma en su Diccionario, I, p. 36, s.v. Abalo, donde anota que el barranco de Chipa ya se encuentra junto al de Abalo, con el que forma una espaciosa bahía. Nos preguntamos si se trata del que en la actualidad se denomina barranco del Rincón. También figura este término en las listas de Chil, Estudios, 11, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369, que lo toman de Madoz. También se refiere a él Abercromby, "A Study ofthe Ancient Speech of the Canary Islands", p. 121. Wolfel, Monumenta, p. 872, remite este término a las formas canariasApuy, localidad en Casillas del Ángel (Fuerteventura ), y Guanapay, elevación cercana a la villa de Te guise (Lanzarote ). CH/PUDE. En su lista de materiales prehispánicos de La Gomera, Chil da como fuente a Pedro Agustín del Castillo, pero con anterioridad a este autor encontramos registros más tempranos. Uno de ellos viene en la estrofa 14 del Triunfo gomero diuerso de Vasco Díaz Tanco, que escribe Chapude: a Chapude y Anchereda La Loera y Alaeró visité con mente leda, con tan estrema arboleda qual nunca jamás se vio. Luego encontramos la voz recogida por Frutuoso en cap. XX, de su obra Saudades da Terra. Como veremos, este autor escribe Chepude en todas las ocasiones: De Anniga e Benchehigua ... há perto de meia légua, é também grangeria, onde está um engenho de ai;úcar dos Samoras; tem tera de pao, como Arure, que cai a parte do norte, onde há muitos pastos, e á banda do sul está Chepude com o engenho d'ai;úcar de Preto 93 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Meleao, genro do conde. Arure en lingua islenha quere dizer casa d'Elrei, e Chepude terra de palmas, porque légua e media, que pode haver de Benchehigua a Chepude, tudo sao palmares, que dao dactiles e nao sao as que dao tamaras ... 0 ano de mil e quinhentos e cincoenta e cinco no principio de novembro foi a esta ca o Marques de Canhete, que ia por viso-rei as Indias a Peru com dois seus filhos e outros muitos fidalgos, sendo Conde D. Belchior, que aquele ano era entrado na terra, e os levou a este Chepude, e mataram tres cervos ... Os outros palmares de Chepude sao mui grandes ... E de Benchehigua, Chepude e Arure será á vila quási duas léguas. También, con anterioridad a Pedro Agustín del Castillo, encontramos Chipude en dos fuentes del siglo XVII: Núñez de la Peña y Sosa. La documentación de este siglo nos ofrece abundantes registros de este topónimo gomero. Luego consignan este término Viera y Oavijo, Historia, lib. I, cap. XXVIII, lib. XII, cap. XL VI, y lib. XVII, cap. XXIV; Bory, Essais, p. 213, que escribe Chipul; Madoz, Diccionario, VII, p. 337, VIII, p. 441, s.v. Gomera; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 67; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 23, 24, 26, 44, 59 y 60; Chil, Estudios, 11, p. 127; Olive, Diccionario, pp. 319, 1203; Millares Tores, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. W olfel estudia este topónimo en sus obras Monumenta Linguae Canariae, p. 506, y Eurafrikanische Wortschichten als Kulturschichten, p. 78. Remite a las formas bereberes tifuda (tifudat) 'brote de la palmera datilera, extremidades de las palmas colindantes con el tronco' (Siwa), y tafúdek 'trozo de corteza de la palmera datilera, formado por el nacimiento de una palma' (tuareg), y propone como voz original tepude. ENCHEREDA. Tanto Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. 25, nota final, como Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 67, consignan Encherada. Olive, Diccionario, p. 325, anota Enchereda y Berthelot consigna la forma errónea Encherade en su Ethnographie, p. 197. Pero, además de estos registros de los siglos XVIII y XIX, tenemos otros bastante tempranos. Uno de ellos, de comienzos del siglo XVI, lo vemos en el Triunfo gomero diuerso, estrofa 14, de Vasco Díaz Tanco, que escribe Anchereda. Junto a esto, las fuentes documentales del siglo XVII nos proporcionan múltiples registros de este topónimo. Wolfel estudia Enchereda en sus Monumenta, p. 821, donde señala que el segmento inicial en- (o an-, teniendo en cuenta el registro de Díaz Tanco) de este topónimo puede ser un nexo relativo, remitiendo a la voz gomera Arada ( denominación de un lugar de Vallehermoso según algunas fuentes) como posible paralelo, por lo que concluye que el elemento ch no forma parte de la raíz. Así 94 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 pues, el análisis componencial que propone es en-ch-ereda. ENJIDA. Enjida (también frecuentemente ortografiado Engida) es un caserío del municipio de San Sebastián. Chil recoge esta forma en sus Estudios, II, p. 127, e igual hacen Olive, Diccionario, p. 325; Millares Torres, Historia, X, p. 257, y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. Wolfel incluye este elemento en sus Monumenta, p. 890, pero su estudio no es especialmente concluyente, limitándose a considerar que en-, el elemento inicial de Enjida, puede ser un nexo en función de relativo o de genitivo, y que también puede formar parte de la raíz. EP !NA. Viera y Clavijo recoge esta forma toponímica en su Diccionario de Historia Natural, s.v.fuentes (donde figura la forma errada Espina), y en su Historia, lib. XII, cap. 46. Con posterioridad figura en diversos textos y repertorios del siglo XIX: Madoz, Diccionario, VII, p. 495, y XIV, p. 600; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 39; Chil, Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; Olive, Diccionario, p. 326; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. Berthelot, Ethnographie, p. 196, recoge Epina como denominación de una localidad de Tenerife, pero debe tratarse de una confusión. Wolfel incluye esta forma en sus Monumenta, p. 788, pero no entra a estudiarla, limitándose a relacionarla con el antropónimo Pedro Tepena ( o Tejena), recogido en las Datas de Tenerife. EQUINE. El barranco de Equine (o Quines) se encuentra al suroeste de la Fortaleza de Chipude, discurre entre los barrancos de Santa Catalina y del Degolladillo del Horno, y llega al mar muy cerca de la playa de I guala. Bethencourt Alfonso no incluye este término en sus materiales de toponimia prehispánica de La Gomera, y únicamente figura inventariado por Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. De aquí lo toma Wolfel y lo estudia en sus Monumenta, p. 795, donde comparaEquine con dos voces de Tenerife: Equin, denominación de una cueva de la zona de La Orotava, recogida en las Datas de Tenerife, y Yoquina, lugar en Arafo. ERESE. Reciben esta denominación un baranco, una playa y una punta en la costa del municipio de Alajeró. Además de en La Gomera, encontramos doblemente esta forma toponímica en la isla de El Hierro, donde se denomina Erese una zona y barrio del municipio de Valverde, y un caserío próximo a Tejeguate, en Frontera. Juan de Castro recoge este topónimo gomero en su obra La isla de La Gomera en la actualidad, p. 58. Otros registros se encuentran en 95 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Chil,E studios, II,p . 127; Olive,D iccionairo, p. 327; en Millares Torres,Hi storia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. W olfel, Monumenta, p. 877, estudia Erese y la relaciona con la voz común eres ( conservada en El Hierro y especialmente en Tenerife) y que se aplica al hoyo o poceta formado en las rocas impermeables del álveo de los barrancos, donde se acumula con el agua de lluvia arena fina y limpia. Cuando se quiere extraer el agua se forma un pequeño hoyo en la arena, hasta que aparece el agua. Además, Wolfel proporciona los siguientes paralelos bereberes: eres 'descender' (Ahaggar); éris 'bajada, declive, pendiente' (Ahaggar); e iris 'parte baja' (tuareg), paralelos que completa con otros en la p. 512: ires 'pozo' (Ahaggar); ires 'tierra arcillosa, barro' (kabilio). ERQUE. Esta denominación se aplica a un barranco y un caserío en el sur de la isla,m unicipio de Vallehemroso. La dcoumenatción del siglo XVII relativa a La Gomera proporciona abundantes registros de esta voz geográfica. Numerosas fuentes recogen Herque: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XLVI; Bory, Essais, p. 62; Berthelot, Ethnographie, pp. 197, 203; Álvarez Rixo, Lengu,aje de los antigu,os isleños, p. 73; Chil, Estudios, II, p. 60, Millares Torres, Historia, X, 247; Madoz, Diccionario, VIII, pp. 24,441, s.v. Gomera, p. 595,I X,p . 179,y XIV,p . 560; Olive,Diccionario, p. 328; Fenrádez Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, pp. 20-24; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. En otros textos figura Erque o Erques: Olive, Diccionario, p. 328; Chil, Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historai, p. 257; y Behtencourt Alfonso,H istoria del pueblo guanche, I,p . 3 69. Se trata del mismo comportamiento gráfico que vemos en Ermigu,a/Hermigu,a. En los repertorios de Chil,E studios, II,p . 132,y de Millares Torres,H istorai, X, p. 258, encontramos la variante Xerques, que remiten a Maximiliano Aguilar. No sabemos dónde encuentra M. Aguilar esta forma. Dudamos que sea correcta, toda vez que en la documentación antigua figura siempre Erque(s) o Herque(s). Este topónimo gomero, como ya señaló Berthelot en su Ethnographie, p. 203, cuenta con un doble paralelo idéntico en Tenerife, donde Erque o Erques es el nombre de dos barancos, uno situado entre los municipios de Gillmar y Fasnia, y otro en Guía de !sora, donde da nombre a la localidad de Vera de Erque. Wolfel,M onumenta, pp. 805-806,r elaciona este término geográfico canario con un elemento del bereber del Ahaggar: erkah 'relieve de terreno rocoso de color oscuro'. GARAJONAY. Como se sabe, así se denomina la mayor elevación de La 96 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Gomera. Diversas fuentes tempranas de la historia de Canarias recogen que a esta fuerza se retiran los culpables de la muerte de Hernán Peraza, acompañados de otros muchos gomeros, temerosos de las posibles represalias. Gómez Escudero escribe Jarajona, cap. XVII. La crónica matritense consigna Garajonay, cap. XVII. En la crónica ovetense figura Garagona, cap. 24, al igual que en Lóepz de Ulloa,c ap. 24.A breu Galindo escribe Garagonohe, lib. 11, cap. XXIX. Marín de Cubas escribe Garagonache en su Historia, lib. 11, cap. XIII: "Y no habiendo perecido ni venido alguno ante Pedro de Vera, mando a su gente los fuera a citiar a la montaña y sierra de Garagonache, onde los gomeros se havian hecho fuertes." Con posterioridad, la variante Garagonache figura en Viera y Clavijo, Historia, lib. VIII, cap. IV; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Chil, Estudios, 11, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. Pedro Agustín del Castillo consigna Garajonal en su Descripción histórica y geográfica, lib. 11, cap. XXIII. Numerosas fuentes consignan Garajona: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XLVI; Madoz,Diccionario, VII, p. 337,s.v. Chipude, VIII, p. 441, s.v. Gomera; Chil, Estudios, 11, p. 128; Millares Torres, Historia, X, p. 257; Benítez, Historia, p. 176. Olive en su Diccionario trae Garajona, p. 411, y Garajonais, p. 1203. Berthelot, Ethnographie, p. 197, consigna Garojona, al igual que Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 69. En la versión española de la Ethnografia de Berthelot, p. 187, publicada en Santa Cruz de Tenerife en 1849, se recoge la forma errada Guaragonache. Este error, considerado como variante, pasa luego a los inventarios de Chil, p. 128, de Millares Torres, p. 258, y de Bethencourt Alfonso, p. 370. Glas consigna Garagonohe en su The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands, lib. 11, cap. XXIII. Como vemos, en todas las variantes, la tercera vocal es una a, lo que indica que en la transmisión de la referencia de Abreu Galindo ha habido una equivocación y que debe entenderse Garagonahe y no Garagonohe. La variante Garagonache, recogida por Marín de Cubas, apoya esta apreciación. Asimismo, teniendo en cuenta las distintas variantes, creemos que la h del segmento final de Garagonahe no tiene valor de aspirada. Y también hay que hacer notar que Marín de Cubas escribe Garagonache y Guachedun cuando Abreu Galindo, que indudablemente es su fuente, anota Garagonohe y Guahedun. Berthelot, Ethnographie, p. 224, relaciona Garagonache como uno de los términos que permiten cierta aproximación entre la lengua de los aborígenes canarios y la lengua caribe, a pesar de que el valor corespondiente no se aplica con frecuencia a las mismas cosas. Así Berthelot compara Garagonache con el antropónimo masculino venezolano Guarionez, que toma del Resumen de 97 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 geografia de Venezuela del coronel Codazzi, publicado en 1841. Sobre esta voz véase Wolfel, Monumenta, pp. 682-683. GILA. Marín de Cubas recoge esta voz en el lib. 11, cap. VIII, donde se refiere a las disensiones entre Pedro de Vera y Juan Rejón y a la muerte violenta de éste en el valle de Hermigua. Después de tratar del regreso de Juan Rejón a Canarias con el beneplácito de la Corona, Marín de Cubas nos dice aquí que Rejón, habiendo desembarcado en el puerto de Las Palmas solamente el tiempo necesario para refrescar a su familia y acompañantes, se hizo pronto a la mar con la intención de emprender la conquista de La Palma: A el salir a la vela el na vio pequeño dio sobre un roque en que milagrosamente se salvo la gente, que eran por todos 20 hombres acomodados lo mejor que pudieron en el grande guiando a La Palma les dio un viento recio que le hisieron arribar sobre la ysla de La Gomera onde se junto con el otro navío que venia de compañia atras, y dando fondo en un puerto capaz sobre la punta de Gila hasia el norte. Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 57, escribe /la. De Marin de Cubas esta voz pasa a inventarios posteriores: Ch.il, Estudios, II, p. 128; Millares T orres, Historia, X, p. 257; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, l, p. 369. Berthelot, Ethnographie, p. 197, escribe Hila, variante que también recogen Chil, Estudios, 11, p. 129, y Millares Torres, Historia, X, p. 258. Wolfel, Monumenta, p. 685, relaciona este término con tres topónimos canarios: Juel, caserío en Hermigua (La Gomera); Gigil, monte en Mazo (La Palma); y Chirigel, lugar en La Laguna (T enerife). GUACHIPE. BethencourtAlfonso no incluye este término en sus materiales de toponimia prehispánica de La Gomera, pero sí lo hace Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 1 O, como denominación de un ancón cuya localización no especifica. Wolfel, Monumenta, p. 674, relaciona Guachipe con una voz antroponímica gomera, de la que existen numerosas variantes: Unihepe (Torriani), Unchepe (Marín de Cubas), Meteguanchepe (Viera y Clavijo), y Mateguanchipe (Berthelot). GUADÁ. Como es bien sabido, esta es la denominación de una zona del municipio de Valle Gran Rey. Chil recoge esta forma en sus Estudios, 11, p. 128. También figura en otros textos y repertorios: Olive, Diccionario, p. 460; Millares Torres, Historia, X, p. 248; y J. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, l, p. 367. Olive registra Guadá como denominación de una zona del 98 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 entonces término de Arure y también de un lugar del municipio de V allehermoso. Evidentemente no se trata de una denominación doble, sino de un único topónimo. Desde la primera mitad del siglo XIX, en especial a partir de Berthelot, se ha pensado que las voces canarias que presentan el elemento guad y que se refieren a barrancos o corrientes estacionales de aguas hay que remitirlas al árabe. Tanto C. Pizarroso como A. M. Manrique Saavedra defienden esta explicación. Manrique, en su trabajo "Estudios sobre el lenguaje de los primitivos canarios", núm. 73, p. 361, llama la atención sobre la presencia frecuente del elemento guado, guada en las denominaciones de los barrancos canarios: Guiniguada, Guayadeque,Aguaji/va,Aguacencio, etc., y remite al árabe wady que se aplica a los arroyos que corren solamente en la estación de las lluvias. Manrique destaca que la palabra uad no significa río, ni tampoco se refiere al agua que corre por algún barranco, sino que indica profundidad, baranco, quebrada. Esta opinión no es compartida por Álvarez Delgado, "¿Semitismos en el guanche de Canarias", pp. 81-87. Este lingüista piensa que guad 'agua' no es un arabismo del guanche, sino un elemento del fondo común camito-semita, conservado en guanche con sentido y movilidad de empleo, totalmente primitivo, y no con el valor de 'río', que es un valor más evolucionado y concreto. Para Álvarez Delgado existen profundas discrepancias entre el empleo canario y el arábigo del componente guad. La primera de estas discrepancias es el sentido, ya que él árabe guad < wadi = 'río' aparece siempre con este valor o con el de 'torrentera o cauce de aguas pluviales', mientras que el radical guanche guada, en las voces donde se puede asegurar o aproximar con garantía el valor, siempre vale 'agua', y posiblemente 'corriente de aguas'. Por eso concluye que la voz árabe se presenta como una cristalización moderna del sentido radical originario, conservado por el guanche, pero ofreciendo éste una fase lingüística más antigua que el árabe escrito, lo que obliga a considerarla como forma camito-semita y no como arabismo propio. Finalmente, Álvarez Delgado cree que Guadá, que él escribe Guadax, debe interpretarse por haplología de Guada-adax 'aguaabajo' o 'que baja', es decir 'salto de agua' Por su parte, Wolfel, Monumenta, p. 658, vincula esta forma gomera a tres voces toponímicas canarias: Iniguaden, denominación de un lugar en Tinajo (Lanzarote ); Guada/ique, lugar en Jandía (Fuerteventura); y Guadalupe, barranco y caserío en Moya (Gran Canaria). GUADEJUMBRE. BethencourtAlfonso, en su Historia del pueblo guanche, I, p. 366, recogeAguadejumbre y Guadejumbre como denominación del lugar donde ocurrió el asesinato de Hernán Peraza y localiza la célebre cueva en la 99 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 jurisdicción de San Sebastián. La fuente más temprana - y única - que recoge esta voz geográfica es Abreu Galindo, lib. 11, cap. XXVIII, que escribe Guahedun. Los anónimos ovetense (cap. 24) y matritense ([cap. XXVII]) se refieren a la muerte de Hemán Peraza, pero no consignan el nombre del lugar en el que ésta ocurre. Otro tanto sucede en la Historia de López de Ulloa ( cap. 24) y en el texto de Gómez Escudero ( cap. XVII). El anónimo lacunense no recoge este episodio. Abreu Galindo es, pues, con toda seguridad, de donde toman esta voz los autores posteriores. Uno de ellos es Marín de Cubas, lib. 11, cap. XII, que escribe Guachedun: era la hermosa Yballa el hechizo de Hernan Peraza, vivía sola con su madre en las cuebas de Guachedun, termino onde tenia sus cortijos Hernan Peraza y el disfraz de sus vicitas por mucho tiempo. Aquí conviene destacar, como ya hemos hecho en nuestro estudio de Garagonohe, que Marín de Cubas escribe Guachedun y Garagonache cuando Abreu Galindo consigna Guahedun y Garagonohe, lo que parece mostrar una interpretación gráfica equivocada por parte de Marín de Cubas. Pedro Agustín del Castillo, lib. 11, cap. XXII, escribe Guadedume: Comúnmente acaecen trágicos sucesos a los hombres que coren ciegos entre los precipicios de sus pasiones y vicios. En estos fluctuaba Hernán Peraza (señor de la isla de La Gomera) mucho tiempo había con los amores de una hermosa vasalla suya, llamada lballa que residía y habitaba en una cueva del término de Guadedume, dos leguas de la villa. Como vemos, Pedro Agustín del Castillo no parece seguir a Abreu Galindo, sino que muestra poseer referencias de primera mano, como puede desprenderse de su variante Guadedume, que difiere apreciablemente de la consignada por Abreu Galindo y se acerca a la variante (A)Guadejumbre que documenta Bethencourt Alfonso. Otras referencias de este topónimo se encuentran en Glas, The History ofthe Discovery and Conques! ofthe Canary lslands, lib. 11, cap. XXIII, pp. 128, 130; Viera y Clavijo, Historia, lib. VIII, cap. 3; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Chil, Estudios, 11, p. 128; y Millares Torres, Historia, X, p. 259. Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 46 y nota 30, se refiere a esta cueva, que emplaza a legua y media de la Villa, en la concavidad de una peña a la izquierda del camino de Alajeró, pero no recoge su denominación. Viera y Clavijo, Chil y Millares traen Guahedum, remitiendo a Abreu Galindo, pero nosotros leemos Guahedun en este historiador. Wolfel, Monumenta, p. 682, analiza todas las variantes textuales y propone Guahedum como la forma original y la analiza como wa-hedum, pero desafortunadamente no profundiza en su estudio ni proporciona paralelos. 100 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 GUAHUQUEN o GUAJUQUEN Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, recoge este topónimo como denominación de un lugar en Enchereda. Wolfel, Monumenta, p. 892, relaciona esta forma gomera con el topónimo de La Palma Uquén, denominación de una zona de Fuencaliente. GUAJILAPA. Así se denomina una zona y elevación del municipio de Henigua, cercanas a los caseríos de El Andén y Monteforte. Esta voz figura inventariada por J. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, l. Luego la recoge también Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, como nombre de un lugar en Hermigua. W olfel, Monumenta, p. 892, considera que se da la misma raíz en Guajilapa y en Los Chejelipes, voz en la que se advierte una pluralización española, y proporciona como paralelo el elemento bereber ahslaf'maleza'. GUELELUDAS. Bethencourt Alfonso no incluye esta voz entre los materiales toponímicos prehispánicos de La Gomera que reúne en su Historia del pueblo guanche, I, pero sí la vemos en Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, como nombre de una cañada en Chipude. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 832. Wolfel escribe Gualeludas y remite a las formas canarias siguientes: Aluda, monte en F uerte ventura; Chegueleches, monte en La Gomera; Chigilala, lugar en Arguayoda (La Gomera); y Cambalud. Además, proporciona los paralelos bereberes: igel'rastrojo'(Segr.); igellel'paja larga' (Mzab); y ugél'diente' (Senua). HERMIGUA. La mayor parte de las fuentes tempranas recogen Armigua, como Vasco Díaz Tanco en la estrofa 14 de su Triunfo gomero: Al val de Armigua llegué opósito contra el norte, do quando en él me hallé como sus frutas gusté rescibí summo deporte. Otro tanto ocurre en el libro primero de Saudades da Terra, cap. XX, de Gaspar Frutuoso, donde vemosArmigua y Armiga; en el Brebe resumen e historia muy verdadera de la conquista de Canaria de Antonio Cedeño, cap. VIII; en las crónicas lacunense, cap. XVIII, matritense, cap. XVII, y ovetense, cap. 17; y en la Historia de Pedro Gómez Escudero, cap. Xll, que consigna Amilgua. Sosa también consigna Armigua en su Topografia, cap. XII. Pedro Agustín del Castillo consignaArmigua en dos momentos de su Descripción, lib. II, cap. XIV, y en la 101 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 relación geográfica de La Gomera, y Almigua, en el lib. 11, cap. XXII. G las, por su parte, se refiere al desembarco de Juan Rejón en La Gomera en el lib. I, cap. XVII de su The History ofthe Discovery and Conquest ofthe Canary Islands, pero no recoge la denominación del lugar en el que este hecho ocurre. Como vemos las referencias más antiguas sonArmigua,Armiguar,Armiga,Amilgua, y Almigua, que muestran, como señala Álvarez Delgado, "El episodio de Iballa", p. 311, que el topónimo actual Hermigua tiene h- inicial hiperculta, que no responde a primitiva aspiración. Otras referencias se encuentran en Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 25, 26, 34, 38, 39, 59, 60. Chil, Estudios, 11, p. 126; Millares Tores, Historia, X, p. 256; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. La explicación más antigua de esta voz gomera la intenta Gaspar Frutuoso, que nos dice: E assim chegaram com esta pompa, onde agora chamam Annigua, que era lugar de água, que em sua lingua se chama Angira, e os capitais !he puseram nome Armigua; porque urna grande ribeira de boa água, onde agora estao os moinhos, que aqui vem de mais adiante urn grande espai¡:o, toda se mete por urna caverna da tera, que ali a Natureza creou, e nao se ve mais, por isso a chamaram Armigua, como quem diz manilha, ainda que para isso devera dizer Armilha, pode ser que se corompeu o vocábulo, ou por outra razao nao sabida. Según vemos, para Frutuoso Armigua no es voz prehispánica. De acuerdo con este texto, Armigua significa 'lugar del agua' y agua en la lengua de los aborígenes gomeros se decía angira. Frutuoso nos dice que fueron los europeos los que adoptaron el nombre deArmigua porque en aquel lugar un gran arroyo de agua, que viene de la parte superior del valle, en un punto de su curso se mete en una gran caverna natural y desaparece. El clérigo azoreano cree que la intención de los europeos era adoptar la denominación manilha, aunque para esto era mejor armilha, y termina explicando el topónimo actual a un proceso de corupción o a razones desconocidas. De modo diferente, Álvarez Delgado está convencido del carácter canario antiguo de este topónimo gomero. En sus trabajos "¿Semitismos en el guanche de Canarias", pp. 86-87, y "El episodio de Iballa", pp. 310-311, este lingüista establece Armiguad como forma originaria y piensa que hay que explicar esta voz geográfica gomera en puro camita por ar-mi-guad 'lugar entre agua', valor que, en su opinión, conserva Frutuoso 'lugar de água', y que se corresponde perfectamente con la realidad fisica del valle de Hermigua. A estas conclusiones de Álvarez Delgado hay que unir las de Wolfel. En el glosario de voces prehispánicas de su edición del texto de Toriani, pp. 257- 102 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 258, este investigador considera dos hipótesis etimológicas para explicar Anigua. De una parte, valora positivamente la hipótesis que F rutuoso da de Anigua 'lugar de água', voz que, según Wolfel, el clérigo azoreano hace derivar del término prehispánico gomero angira 'agua', puesto que la raíz xer, xiror con el valor de 'agua' está abundantemente documentada. De otra parte considera que Anigua es el elemento a partir del cual se crea Mu/agua por corrupción. De todas formas, Wolfel no se pronuncia por ninguna de estas dos hipótesis, limitándose a señalar como conclusión de su análisis que quizá Mu/agua y el término angira son independientes el uno del otro y que los españoles los equivocaron. Por su parte, C. Pizarroso, Los aborígenes de Canarias, p. 85, busca la explicación de esta voz gomera en otra dirección y considera que Henigua debe relacionarse con Henón, monte de Canaan, y Henna, reino de Canaan. HI GANAGA. Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, recoge esta forma como denominación de una cueva cerca de Las Negrinas. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 836. Wolfel piensa que, en esta voz, el segmento inicial hi- debe ser un afijo local y remite a un paralelo bereber que él considera adecuado: geng 'caverna' (Wed-Righ). IMADA. Viera y Clavijo trae esta forma en su Historia, lib. XII, cap. 46, y en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes. Numerosos autores posteriores también la consignan entre los materiales toponímicos prehispánicos que recopilan: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Chil, Estudios, II, p. 129; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 74; y BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, p. 370. También viene en Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 59, en el Diccionario de Olive, pp. 62, 552, y en el Diccionario de Madoz, I, p. 185, s.v. Alajeró. En Madoz, VIII, p. 440, s.v. Gomera, y IX, p. 423, encontramos Mala e /mala. En la documentación del siglo XVII relativa a La Gomera encontramos diversos registros. Como vemos, la mayoría de los repertorios dan Imada como voz prehispánica. Otro tanto hace la Historia de las Islas Canarias editada por A. J. Benítez, p. 397, donde se relaciona este término entre los topónimos prehispánicos de La Gomera, pero también se apunta que imada es también palabra náutica castellana. El Diccionario de la Real Academia Española trae imada como marinerismo con el valor de 'cada una de las explanadas de madera puestas a uno y otro lado de la cuna y que substituyen a los picaderos para la botadura. Sobre ellas resbalan las anguilas de la cuna que conduce el buque al agua'. Para Wolfel, Monumenta, p. 853, no hay duda alguna de que esta voz 103 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 geográfica procede de la lengua de los aborígenes gomeros y la relaciona con el topónimo de T enerife Chinamada, además de proporcionar como paralelo el elemento del susí y del shilha amda/imdwuan 'charca, estanque ( en comunicación con un río)'. /PALA. El topónimo !pala (también Vega de !pala o Vegaipala) parece ser la única forma geográfica conservada de las denominaciones de los cuatro cantones o distritos en los que estaba dividida La Gomera con anterioridad a la conquista. Para Álvarez Delgado, el bando o cantón de Ipalan abarcaba una zona que correspondía, en lo fundamental, al actual municipio de San Sebastián de La Gomera, más la zona oriental del de Alajeró. Se trataría de un sector cuyo límite era una línea que subía, al este, por la punta o baranco de Majona al norte de Enchereda hacia la Degollada de la cumbre, el roque de Agando y el alto del Garajonay, y desde allí, pasando al oeste de Benchijigua, bajaba por los altos de Imada hacia la cala de Erece, pues no cree este autor que este bando alcanzara hasta Arguayoda y el roque de Argaga en la desembocadura del baranco Herque. A Álvarez Delgado le parece que esta identificación es segura porque el nombre de este cantón perduda en el topónimo actual Vegaipala, caserío del actual municipio de San Sebastián, situado a 11 kilómetros de la Villa y a 850 metros sobre el nivel del mar, en la cabecera del barranco de Chinguarime, cerca de Mequesegue y sobre Tagasmiche. Además de consignar el caserío de Vega y Pala en el término de San Sebastián, Pedro de Olive en su Diccionario, p. 1212, recoge la existencia de un caserío llamado Vega de Hipa/a situado en el municipio de Vallehermoso, distante del núcleo principal del término465 metros. Se trata de un dato equivocado que llegará a despistar a Álvarez Delgado. Como podemos ver, Abreu Galindo, lib. I, cap. XVI, escribe Hipalan e Ipalan, lo que muestra que la h- inicial no tiene valor de aspirada. T orriani, cap. XVI, anota lpalan. T anto Marín de Cubas, lib. I, cap. XX, como Pedro Agustín del Castillo, lib. 11, cap. XII consignan Hipalan. Glas, The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands, lib. I, cap. VII, p. 23, anota Palan. Álvarez Delgado analiza la variante Ipalan en su trabajo "El episodio de Iballa", pp. 307-310. Aquí señala que la forma auténtica y originaria debe ser Ipalan (cuya desinencia plural omiten diversas fuentes), a la que adjudica el valor de 'vegas', 'campos de cultivo' y 'llanos altos', y que explica sobre reforzamiento de la palabara tuareg abe/es 'lugar cultivable', 'tierra propia para el cultivo'. Para Álvarez Delgado es evidente que lpalan, como denominación del cantón, arranca de un topónimo menor, cuya importancia, por razones hoy desconocidas (residencia primera del jefe cantonal, preeminencia geográfica, 104 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 mayor poblado, etc.) basó la razón de capitalidad. Wólfel estudia esta forma en dos ocasiones. Comienza a hacerlo en el glosario que incluye en su edición del texto de Torriani, pp. 284-285. Aquí, si bien reconoce que desconoce el significado del elemento Pala, señala que en Ipalan y Apala se advierte perfectamente la marca del plural y la función de los afijos, con lo que Pala es 'la tierra de la tribu Pala', Apala (a-pala) es 'alguien de Pala', e Ipalan (i-pala-n) es 'la gente de Pala'. Luego, en sus Monumenta, pp. 675-676, Wólfel tendrá ocasión de profundizar en el análisis de esta forma. IZCAGÜE. Los fondos documentales de los siglos XVII y XVIII nos proporcionan abundantes registros de este topónimo. Entre los materiales de la Antigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, tomo I, fol. 37 vto., encontramos un registro que corresponde a 1768: ltem otra suerte que tiene que compró a Elena Sánchez en agua hilba ... que linda por arriba el time del Risco de lscague ... Viera y Clavijo, en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, escribe Iscahué. Diversos trabajos y repertorios lingüísticos del siglo XIX incluyen este topónimo de La Gomera: Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 73; Chil, Estudios, 11, p. 129; Olive, Diccionario, pp. 560, 955; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, p. 3 70; y Benítez, Historia, pp. 124, 177. Millares Torres, Historia, X, p. 750, da la forma errada Isgague. Encontramos una forma muy cercana a este nombre geográfico gomero entre los materiales toponímicos de La Palma: Izcagua (también frecuentemente ortografiado Hiscagua, Hiscaguan), nombre del barranco que separa los municipios de Puntagorda y Garafia, en el noroeste de la isla, y que es una denominación que viene ya en Abreu Galindo, lib. III, cap. III, que al hablar de los cantones o señoríos de La Palma prehispánica escribe: "El décimo término y señorío era Tegalgen, que es Garafia, hasta el barranco de Hiscaguan ... El onceno señorío era desde el barranco de Hiscaguan hasta la asomada de Tixarafe". W. Vycichl, en su artículo "La lengua de los antiguos canarios", p. 196, explica la forma lzcagua de La Palma a partir del bereber iskawen 'cuernos'. Wólfel se refiere a estos dos términos, Izcagua e Izcague, en el glosario de su edición del texto de Torriani, p. 285, y remite ambos al antropónimo palmero Azuquahe 'rojo' y a la voz bereber amezgaru 'el primero' (Zemmur). Luego, en sus Monumenta, p. 750, amplía el análisis de estas dos voces. IZQUE. A pesar de su incuestionable procedencia, este término no viene en los materiales de Chil y Millares Torres. Tampoco Bethencourt Alfonso anota 105 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 esta voz en su lista de toponimia prehispánica gomera, pero sí lo hace Fernández Pérez en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. W olfel estudia esta voz en sus trabajos Monumenta Linguae Canariae, p. 880, y Eurafrikanische Wortschichten als Kulturschichten, pp. 95, 135, 150, y relaciona esta forma gomera con el topónimo palmero Tenisque, y proporciona un conjunto de paralelos bereberes: iziki 'tierra pantanosa de los márgenes de los ríos, orilla, erial' (Demnat); iskin 'lado, costado' (Demnat); iziki/izikiten 'valla, empalizada, cercado, vallado' (shilha); assiki 'barbecho' (shilha); e isek/iskawen 'cuerno' (Ahaggar). Además de esta clara relación con el término de La Palma Tenisque, creemos que Izque es un término cercano a la voz palmera Izcagu.a y a la gomera Izcagüe. JAGÚE. Tanto Chil, Estudios, 11, p. 129, como Olive, Diccionario, p. 561, recogen Jagu.e. Millares Torres consigna Jaque en su Historia, X, p. 258, pero ambos registros son errados, porque la forma verdadera es Jagüe, tal y como recoge Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, p. 370. Wolfel, Monumenta, p. 784, incluye este topónimo gomero en el mismo apartado que las voces tinerfeñas siguientes: Ijagua o Hijagu.a, lugar en Tegueste; Ijaga, monte en Santiago del Teide; Ajagu.a, lugar cercano a San Andrés; y Vera de Jagu.a, caserío en El Rosario. JERDUÑE. Entre las fuentes tradicionales, esta voz viene por vez primera en Viera y Clavijo, Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, e Historia, lib. XII, cap. 46, y también f i gura en Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 57. Diversas fuentes del siglo XIX recogen Terduñe: Berthelot, Ethnographie, p. 197 (Terdune, Terohune); Álvarez Rixo, Lengu.aje de los antigu.os isleños, p. 82; Madoz, Diccionario, VIII, p. 440, s.v. Gomera, y xrv, pp. 54, 705. Chil, Estudios, 11, p. 129 y 132, consigna Terchune, Terdune y Jerduñe, al igual que Millares Torres, Historia, X, pp. 258, 259, y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 373. Olive, Diccionario, p. 568, anota Jerdufíe, y Benítez, Historia, p. 124, trae Jarduña. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 684. JERIÁN. Chil consigna esta forma en sus Estudios, 11, p. 130. T ambién la registran Olive, Diccionario, p. 569, y Millares Torres, Historia, X, p. 258. También Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, p. 370, recoge Jerián como denominación de unas cuevas en Chipude. Registros más tempranos de este topónimo vienen en la documentación del siglo XVII relativa a La Gomera. 106 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel, Monumenta, p. 665, considera que la -n final de este nombre geográfico de La Gomera constituye la marca del plural y que hay que vincularlo al topónimo lanzaroteño Geria. Por nuestra parte, consideramos que este término de Lanzarote no es adecuado para relacionar conJerián, porque tenemos diversas dudas sobre su filiación prehispánica. JOIMO. Así se denomina un lugar del municipio de Vallehermoso, en el valle de Alojera. Chil registra este elemento en sus Estudios, II, p. 130, pero se trata de una voz que ya figura en Viera y Clavijo, Diccionario de Historia Natural, s.v.fuentes. Otras referencias se encuentran en Olive,Diccionario, p. 569; Millares Tores, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo g.uanche, I, p. 371; y Benítez,H istoria, p. 124. Bethencourt Alfonso,p . 371, también consigna Joima, región en Alajeró, forma que encuentra en documentación antigua. Sobre esta voz véase Wolfel, Monumenta, p. 899. Teniendo en cuenta la inestabilidad de las labiales, W olfel remite esta forma a Hoybo ( también lboibo e lbobio), lugar en Adeje (Tenerife). JUEL. Esta denominación se aplica a una zona situada en la costa del municipio de Hermigua. La documentación del siglo XVII nos proporciona abundantes registros de este topónimo. Dentro de las listas y trabajos del siglo XIX, Chil consigna este elemento entre los materiales lingüísticos prehispánicos que recopila en sus Estudios, 11, p. 130. También figura en el Diccionario de Olive, p. 570, y en la Historia de Millares Torres, X, p. 258. Bethencourt Alfonso,H istoria delp ueblo .agunche, I,p . 370,e scribe Geül. La dcoumentación del siglo XVII nos proporciona varios registros de este topónimo. Wolfel incluye este elemento en sus Monumenta, p. 685, y lo considera cercano a los nombres geográficos gomeros Gila y Ogila, al topónimo de La Palma Gigil, a la voz herreña Torojel y al término de Tenerife Chirigel. MACAYO. Chil consigna este topónimo en su Estudios, n, p. 130, pero con anterioridad esta voz ya figura en Viera y Clavijo, tanto en su Diccionario de Historia Natural, s. v. fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46, donde escribe Moncayo, al igual que Madoz,D iccionario, XV,p . 680. Oarts fuentes opsteriores también recogen este nombre geográfico: Juan de Casrto,L a isla de La Gomera en la actualidad, p. 58; Olive,D iccionario, pp. 624,802; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, I, p. 371; Benítez, Historia, p. 26; y Femández Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, pp. 20, 39, 68. Abundantes registros de este 107 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 topónimo se encuentran en la docwnentación de los siglos XVI y XVII. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 856. Por su estructura fonética, Wolfel incluye esta forma gomera en el mismo apartado que los términos tinerfeños siguientes: Chimaque, lugar en Santa Úrsula; Chimiche, lugar en Granadilla; Maca (debe ser Masca), lugar cercano a los barrancos de Juan López y del Carrizal; !moque, roque en Adeje; Chamoco (también Chamaco o Chenaco), roque en Buenavista; Macana, caserío en La Orotava; Los Maquenes, lugar en Güía; y Mequinez, calle en el Puerto de la Cruz. También incluye en el mismo apartado los términos gomeros Aramaqué, lugar en Hermigua; Mequesegue, lugar en San Sebastián; y A/macla, lugar en Chipude. Y a ellos suma las voces herreñas Taimuica y Mequena, los términos Tamaimuche y Mequinez de La Palma, y finalmente Mequinez, localidad en Pájara, Fuerte ventura. MACHAL. Viera y Clavijo recoge esta forma en su Diccionario de Historia Natural, s. v. fuentes y en su Historia, lib. XII, cap. LXVI. Pero, entre los materiales de la Antigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, tomo I, fol. 3 7 vto., encontramos un registro que corresponde a 1768: Itero otra suerte de tierra en la lomada de Macha! que linda por arriba con tierras de Juan de Armas, por abajo camino y la ladera, por un lado con el time de la ladera y por el otro tierras de Juan Padrón. Otros autores que consignan este topónimo gomero son Madoz, Diccionario, XIV, p. 54; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Chil, Estudios, 11, p. 130; Millares Torres, Historia, X, p. 258; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371, que escribe Machar. Wolfel, Monumenta, p. 852, relaciona esta forma con un término canario idéntico: Machar, lugar de Lanzarote, y da como paralelos los elementos bereberes amadel 'vertiente, ladera', y timde/tl timdlin 'twnba' (Sus). Por nuestra parte pensamos, con Álvarez Delgado, que este topónimo parece provenir de las actitudes religiosas de los antiguos gomeros, que creían en unos machea/ o machial, una especie de ídolos o demonios que tomaban cuerpos fantásticos, tal y como se recoge en una crónica anónima50 que se encuentra en los fondos de la Academia de la Historia: se quenta dellos que les parecían unos ídolos, que ellos en su lengua llamaban "lrguanes" ... Estos eran demonios que tomaban cuerpos fantásticos en el ayre y se hacían adorar y temer. Adoraban también otros ídolos o demonios que eran dos que en su lengua se decían "Machea! grande" y "Macheal chiquito", y los lugares donde los hacían veneración 108 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 o adoración a estos ídolos o demonios retienen hoy el nombre y se llaman "Machía! grande" y "Machía! chico". Álvarez Delgado, Teide. Ensayo de filología tinerfeña, p. 34, relaciona este machial de La Gomera con el magec de los guanches y los maxos o maxios de los majoreros, y no cree que sea aventurado ver en todas estas voces la misma raíz común con divergencias dialectales o de morfología según las variedades. MAGAÑA. Viera y Clavijo escribe Magañas tanto en su Diccionario de Historia Natural, s.v. fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46. Otros autores que consignan este topónimo gomero son Madoz, Diccionario, I, p. 185, s.v.Alajeró, VIII, p. 440, s.v. Gomera, y XI, p. 17; Chil,Estudios, 11, p. 130; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Millares Tores, Historia, X, p. 258; Olive, Diccionario, p. 646; BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371; y Benítez, Historia, p. 124. Como vemos, para Chil, Álvarez Rixo, Millares Torres y Bethencourt Alfonso estamos ante un elemento de extracción prehispánica. Como tal lo trae también Wolfel, Monumenta, p. 854. Wolfel admite que no sabe si el segmento inicial ma- de esta voz pertenece a la raíz de la palabra o si, por el contrario, es un elemento radical, puesto que no conoce otros términos que comiencen con ma-. Estas dificultades de W olfel para explicar este topónimo gomero, junto a la existencia de la voz geográfica Magaña en Jaén (y Ciudad Real) y en Soria, cuestionan seriamente la consideración de Magaña como voz prehispánica. MAHONA. Viera y Clavijo consigna esta forma en su Historia, lib. XII, cap. XL VI, y también figura en otros autores: Madoz, Diccionario, VIII, p; 440, y XIV, p. 54; Chil,Estudios, I, p. 387, y 11, p. 130; Álvarez Rixo,Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371; y Fernández Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, p. 19. A estos registros hay que sumar los que nos proporciona la documentación del siglo XVII. Como vemos, la mayoría de los repertorios dan Mahona como voz prehispánica. Otro tanto hace la Historia de las Islas Canarias editada por A. J. Benítez, p. 339, donde se relaciona este término entre los topónimos prehispánicos de La Gomera, pero no se deja de apuntar que mahona es también el nombre de una embarcación turca. Sobre esta forma véase W olfel, Monumenta, p. 863. MAJÁN. Viera y Clavijo recoge esta forma en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, donde incluye la fuente del Maján entre los manantiales de 109 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Vallehennoso. Este topónimo también figura en otros autores: Chil, Estudios, II, p. 130; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pu.eblo guanche, I, p. 371; y Benítez, Historia, p. 124. Wolfel, Monumenta, p. 863, relaciona esta forma gomera con varios topónimos canarios: El Majano, casa de labranza en Santiago del Teide (Tenerife); Los Majanos, casa de labranza en Adeje (Tenerife); Los Majanos, lugar en Ingenio (Gran Canaria); y Cruz del Majano, lugar en Güía (Tenerife ). Wolfel advierte que la palabra española majano 'apilamiento de piedras que señaliza el límite de un terreno' explica todos estos topónimos, si bien en el caso de Maján puede verse la huella prehispánica. MEQUESEGUE. Viera y Clavijo consigna esta forma en su Historia, lib. XII, cap. 46. También la traen diversos autores del siglo XIX: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, XI, p. 381, y VIII, p. 440, s. v. Gomera; Chil, Estudios, II, p. 130; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Olive, Diccionario, p. 669; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371. D. J. W olfel incluye esta voz en su obra Monumenta Linguae Canariae, pp. 855-856, pero no entra en el estudio de la misma, y admite que no conoce ningún elemento al que vincularlo ni tiene ningún paralelo. MÉRIGA. Entre las fuentes tradicionales, encontramos por vez primera este topónimo en los materiales de Maximiliano. Luego, también viene en otros autores: Chil, Estudios, II, p. 130; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Olive, Diccionario, p. 53. Benítez, Historia, p. 861, consigna Cancelas de Mesiga, pero se trata de una equivocación gráfica. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371, consigna Merica y Meriga. Femández Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, pp. 20, 25, 49, 56 y 75, escribe Mérica. Sobre esta fonna véase D. J. Wolfel, Monumenta Linguae Canariae, p. 863. Wolfel relaciona este nombre geográfico de La Gomera con el topónimo palmero Mirca, zona de Santa Cruz de La Palma, y no proporciona paralelos. PALOCHIRME. Bethencourt Alfonso en su Historia del pueblo guanche, I, p. 369, consigna Chirme, y Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, consignaPalochirme. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 871, que remite a los elementos canarios Chirama, lugar en Tenerife; Cheremías, lugar en San Sebastián (La Gomera); y Chuchurumbache, caserío en Granadilla (Tenerife). 110 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel señala que en algunos casos parece como si el segmento pa-,po- fuera un prefijo, como en el topónimo tinerfeño Potigayga. Nosotros creemos que esta conclusión es válida en el caso de Potigayga pero no en el de Palochirme. POLAGUAJINE. Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, recoge este topónimo como denominación de un lugar cuya localización no se especifica. Bethencourt Alfonso no trae este término en su lista de toponimia prehispánica gomera. Gloria Díaz Padilla y J. M. Rodríguez Yanes leen Polaguajire en un documento relativo a la compra que hace Catalina de Armas de unas tierras en Palo Guajire, lugar que debe estar en la zona de Jaragán. Véase El señorío en las Canarias occidentales, p. 182. Wolfel incluye esta forma en sus Monumento, p. 871, pero no profundiza en su estudio, limitándose a reconocer que no puede ofrecer una hipótesis etimológica ni paralelos posibles. En cualquier caso, Wolfel relaciona Polag uajine con varias voces toponímicas y antroponímicas canarias: Peligodono, guerrero del mencey Bencomo según los materiales de Viana; Arguijón o Guijón, lugar de Tenerife; Guayonga, barranco en Tacoronte; y Guayahun, guerrero de La Gomera según Berthelot. QUISE. Esta voz corresponde a un caserío y barranco en Alajeró. Bethencourt Alfonso no incluye este término en su lista de toponimia prehispánica gomera. Tanto en Chil, Estudios, II, p. 131, como en Millares Torres, Historia, X, p. 258, encontramos Quite, forma en la que se advierte un eror gráfico evidente. También Olive, Diccionario, p. 853, anota El Quite. Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, consigna Quise. Wolfel estudia este término en sus Monumento, pp. 848-849. SEIMA. Chil recoge esta forma en sus Estudios, 11, p. 134, y figura también en Millares Tores, Historia, X, p. 259, y en Olive, Diccionario, p.1058. Además de Seima, como resultado de su investigación de fuentes escritas, Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371, recoge Seime como denominación de una región costanera próxima al baranco de Tagamirche. Sobre esta voz véase Wolfel, Monumento, p. 885, que remite como paralelo al término asaiml isuyam 'precipicio' del bereber del Ahaggar. TACALCUSE. Bethencourt Alfonso recoge este topónimo en su Historia del pueblo guanche, I, p. 372. Fernández Pérez, en su artículo "Palabras indígenas de la isla de la Gomera", p. 11, anota Tacalouse, con error gráfico evidente, y así aparece recogido por Wolfel. Pero debe ser Taca/cuse. 111 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel, Monumenta, pp. 737, 851, estudia esta forma juntamente con otra voz gomera:Aluse, y proporciona los paralelos bereberes siguientes: alus 'colina bastante elevada de forma alargada', 'pequeña cadena de colinas bastante elevadas de forma alargada' (Ahaggar); aláwas 'dátil desechado antes de madurar' (Ahaggar); aluslilassen 'colina baja' (Tait.); y alus wassif'aluvión' (Sus). TACORONTE. Este topónimo figura recogido por Fernández Pérez en su artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, como denominación de un lugar en Alajeró. Este nombre geográfico de La Gomera cuenta con dos topónimos muy cercanos. Uno de ellos es el conocido término tinerfeño Tacoronte. El otro es Tacorone (o Tecorone), denominación de una zona costera del sur de El Hierro. Wolfel se inicia en el estudio de la voz Tacoronte de Tenerife en el glosario de su edición del texto de Torriani, p. 291, donde analiza esta forma toponímica como ta-koron-te y plantea una posible relación con el término Acoran (acoran) 'Dios', con lo que Tacoronte vendría a ser 'lugar de dios'. Para este investigador, la -n- de Tacoronte (ta-coro-n-te) tiene la función de afijo, al igual que ocurre con Tamogante y Tamonante. Con posterioridad, Wolfel vuelve al estudio de este topónimo en su obra Monumenta Linguae Canariae, pp. 765- 766. TADAJGOS. Chil recoge esta forma en sus Estudios, 11, p. 131. También figura en Millares Torres, Historia, X, p. 259; Olive, Diccionario, p. 1079; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 3 72. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 826. Este investigador descompone esta voz geográfica en ta-daigos, donde el elemento inicial ta- es prefijo seguro. En lo que respecta al segundo elemento -daigos no conoce paralelos. TAGAIDA. De M. Aguilar esta voz pasa a los inventarios de Chil, Estudios, 11, p. 131; Millares Torres, Histon·a, X, p. 259; y Bethencourt Alfonso, Histon·a del pueblo guanche, I, p. 372, que también recoge Tajaida, región en Vallehermoso. Wolfel, Monumenta Linguae Canariae, p. 795, relaciona esta forma gomera con los topónimos tinerfeñosAnagayda e Ygay y proporciona como paralelo el elemento bereber tagaid 'colina' (Harawa). TAGAMI (R)CHE. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 3 72, recoge Tagamiche como denominación de una loma en San Sebastián y en la documentación antigua que maneja encuentra Tagamirche como denominación de un barranco, y Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", 112 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 p. 11, anota Tagamiche o Tagamirche. En relación con esta forma véase W olfel, Monumenta, p. 834. TAGARAGUNCHE. Viera y Clavijo recoge esta forma en su Historia, lib. XII, cap. 46. Al hablar del término de Alajeró, escribe que "sus montañas más célebres son Tagaragunche o el Calvario, que es el puesto de las atalayas en tiempo de guerra o de piratas, y Chimpa, de muy agradable perspectiva cuando están los panes en verde." Con posterioridad a Viera y Clavijo, este topónimo figura en diferentes obras y repertorios lingüísticos: Madoz, Diccionario, I, p. 185, s.v. Alojera, y VIII, p. 440, s.v. Gomera; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 79; Chil,Estudios,II,p.131; Millares Tores,Historia,X, p. 259; yBethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 372. Sobre esta voz véase J. Álvarez Delgado, Miscelánea guanche, p. 78. TAGARNUCHE. Bethencourt Alfonso no trae esta voz en su lista de toponimia prehispánica de La Gomera. Femández Pérez anota Tagarnuche en su artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, donde señala que así era la denominación antigua de la montaña que en la actualidad se llama del Calvario, en Alajeró. Como hemos visto con anterioridad, Viera y Clavijo no recoge Tagarnuche, sino Tagaragunche. Véase esta voz. TAGORJE. Nosotros hemos hallado un registro de este topónimo, correspondiente al año 1768, en los fondos de laAntigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, vol. 1, fol. 3 7 vto.: Item otra suerte de tierra ... por abajo Hda. de don Diego Dávila, por un lado la cumbre de Hermigua y por el otro barranquillo de Tagorje. Desafortunadamente ningún lingüista se ha acercado a esta forma geográfica de La Gomera. No figura recogida por Bethencourt Alfonso en su lista de materiales prehispánicos gomeros y Fernández Pérez no la incluye en su artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", y consecuentemente no llega al conocimiento de Wolfel y otros especialistas. TAGULUCHE. Reciben este nombre un lugar y un barranco situados en la costa del municipio de Hermigua, entre los caseríos de Juel y El Palmar, y también es la denominación de un barranco y un caserío del municipio de Valle Gran Rey. 113 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Viera y Clavijo consigna esta forma toponímica tanto en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46. También la recogen inventarios y textos posteriores: Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 80; Madoz, Diccionario, VIII, p. 441, s. v. Gomera; Chil, Estudios, 11, p. 131; Millares Torres, Historia, X, p. 259, Olive, Diccionario, p. 1079; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 372; y Benítez, Historia, p. 124. Berthelot, Ethnographie, p. 197, escribe equivocadamente Taguluché. En relación con esta forma véase Álvarez Delgado, Miscelánea guanche, p. 127; y Wolfel, Monumenta, pp. 497-498, 683. Wolfel estudia esta forma juntamente con el elemento Tigu/ahe, y que se aplicaba al término donde estaba el árbol santo de El Hierro, y con las voces palmeras Tiga/ate y Tiguerorte, nombres a los que Gaspar Frutuoso adjudica el valor de
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Colección | Almogaren |
Título y subtítulo | Fichas de toponimia prehispánica de La Gomera |
Autor principal | Díaz Alayón, Carmen |
Autores secundarios | Castillo, Francisco Javier |
Entidad | Institutum Canarium |
Publicación fuente | Almogaren |
Numeración | Número 26 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Hallein |
Editorial | Institutum Canarium |
Fecha | 1995 |
Páginas | pp. 067-147 |
Materias | Prehistoria ; Islas Canarias ; La Gomera |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 3882231 Bytes |
Texto | Almogaren XXVI/ 1995 Hallein 1995 67 -147 Carmen Díaz Alayón & Francisco Javier Castillo Fichas de toponimia prehispánica de La Gomera Todo aquel que desee profundizar en el conocimiento de los materiales lingüísticos que se conservan de los aborígenes de La Gomera tendrá que analizar, con especial serenidad y con todo el cuidado, datos y referencias que proceden de tres fuentes distintas•. En primer lugar, dispone de la información lingüística proveniente de algunos de los textos más tempranos de la historia insular (Abreu Galindo, Torriani, López de Ulloa, Frutuoso ... ). Estas fuentes contienen topónimos, an rtopónimos,v oces comunes y,e n deteadimnros caoss,a lganu hipótesis etimológica o explicación relativa a la naturaleza y a la filiación lingüística del sistema de comunicación de los aborígenes canarios en su conjunto y de los gomeros en particular. Se trata de textos que ofrecen la interesante ventaja de que se elaboran en una fecha relativamente cercana al epílogo de la etapa prehispánica, a los hechos de la conquista y colonización de La Gomera y a los primeros tramos de la andadura histórica de la isla, pero también poseen algunos inconvenientes que suscitan razonables dudas sobre la plena fiabilidad de la información que transmiten. De una parte, tenemos las inevitables y numerosas corupciones textuales que se producen en el trasvase de información manuscrita, lo que hace que, con el tiempo, de una misma forma antroponímica o voz geográfica original se posean cinco o más variantes. De otra parte, están las interpolaciones, añadidos y supresiones que el texto histórico original recibe de las diferentes manos por las que pasa a través de los años. A ello hay que añadir el hecho de la existencia de datos y registros singulares que no pueden ser debidamente contrastados con otra fuente. Y,junto a esto, está la cuestión de que los textos históricos se elaboran en algunos casos a partir de referencias y materiales indirectos y no apoyados en información de primera mano y en la indagación rigurosa de los hechos. En segundo lugar, ha de tener en cuenta los elementos léxicos de la cultura prehispánica que han logrado sobrevivir en el español de La Gomera. Estas escasas voces conservadas -unas auténticas reliquias que reflejan la cultura sencilla y remota de la que proceden- se encuentran mayoritariamente dentro de las parcelas léxicas de la cermáica y la ganadería,a citvidades esepcíficas de las culturas neolíticas insulares. De modo natural, en las actividades de la alfarería y el pastoreo se ocuparon numerosos aborígenes tras la conquista y esta 67 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 circunstancia permitirá el arraigo de algunos de los vocablos de su lengua en el español hablado en la isla. Una muestra de esta aportación lingüística figura en el tomo I de la Historia del pueblo guanche de Juan Bethencourt Alfonso, donde podemos ver un conjunto de voces y expresiones de La Gomera que este investigador remite a la lengua de los aborígenes de esta isla y que han sobrevivido en el habla moderna de la misma, donde él las ha podido documentar. Entre estos materiales tenemos: a/joca 'boras que se forman al guisar la manteca'3 • amolán 'mantequilla, crema de leche'4 • broco 'carnero con astas en espiral arrollada alrededor de la oreja y pegada al casco'5 • carnosa 'cabra del rebaño elegida por el pastor para su consumo de leche'6 • chagüim, tagüiro 'planta de risco utilizada como verdura17 • chajaiga 'manchada, sucia'. Lana chajaiga es lana manchada, lana sucia8 • chíscanes, chíscanos 'huesos largos, especialmente las canillas'9 • choco 'pequeño trozo de madera110• ejey 'sí', 'bien'11• etime 'nombre genérico de los riscos, acantilados que no dan al mar' 12 • gafa 'lanza113• haron 'helecho'14 • jocan 'borras que se forman al guisar la manteca115 • juac/o 'cuevas naturales debajo de la superficie de la tierra, no en riscos ni acantilados, destinadas a pastores'16 • machua 'cabra de largo y raro pelaje117• miñaxa 'cabra118• miñaxo 'macho cabrío'19 • oidiay 'basta', 'bastante'. Adverbio muy usado para cambiar de conversación2º. ojis, oxis 'oveja'21 • tabaiba 'Euphorbia dulcis canariensis, Euphorbia silvatica canariensis'22 • tafeña 'grano tostado y comido sin moler'23 • tafugada 'abundante, copioso'24 • tagasaste 'aibaCytisus proliferus'25 • taja/ague 'rama entera de la palma'26 • tajoco, tajuco 'vasija de barro de ordeño'27 • tamaisma, tamasma 'pájaro llamado vulgarmente a/pispa o pizpita'28 • tamarcano 'garrotazo'29 • tanaina 'es tarde', 'tarde'3º. tarombuche 'raíz tuberosa de la tarambuchera'31 • 68 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 tasufa, tasu.fra 'zurrón raspado y sin adobar para la leche'32 • tuja 'oveja'33 , y yoso 'macho cabrío castrado que pasa de dos años'34 • Bethencourt Alfonso también relaciona con el rasgo de prehispanismos gomeros los elementos ademo 'árbol de madera muy dura, Betula alnus'35 , cavaco 'pequeño trozo de madera'36 ,faisca 'chispa de fuego'37 ,paraño 'cañizo o armazón para curar el queso'38 , y tabefe 'suero'39 • La reserva que Bethencourt Alfonso muestra en algunas de estos términos está plenamente justificada porque no son voces de origen canario antiguo, y no deja de advertir que en la elaboración de los catálogos de prehispanismos se ha atendido más al volumen que a la calidad de los materiales40 • A esto mismo se refiere el marqués de Bute cuando consulta diversos inventarios de prehispanismos canarios que llegan a sus manos: I have been startled by finding such pure Spanish words as manzanilla and helecho put down by sorne authors as native, ifsuch be the case with words so very ordinary, what can be expected in the case ofmore unusual, more archaich, or more provincial Spanish terms which may have been, and doubtless were, imported by Spanish colonists oftwo, three, or four centuries ago?41 Esto es cierto. En numerosos casos, se han aceptado como prehispanismos términos que, en forma alguna, pueden tener esta procedencia. Así, en su Ethnographie, Berthelot relaciona como voces prehispánicas hurgado, bubango, acairón, chivato, coruja, hivalvera y moriangana42 • Otro tanto hace Álvarez Rixo en su obra Voces, frases y proverbios provinciales de nuestras Islas Canarias, donde etiqueta como indigenismos canarios los términos anjoba, codeso,Jara,jable y médano43 • Lo mismo sucede con los materiales de Chil y de Luis Femández Pérez. Por todo ello, es preciso llevar a cabo una intensa labor de rastreo en este sentido, que permita disponer de datos actualizados y seguros, y se impone una labor de análisis rigurosa. Y, en tercer lugar, a los materiales anteriores tendrá que sumar finalmente un importante conjunto de topónimos que son, como veremos, la parcela más prometedora para el análisis. En este punto vale la pena recordar las juiciosas palabras de José Agustín Álvarez Rixo en su trabajo Lenguaje de los antiguos isleños sobre la toponimia prehispánica canaria: Los nombres de los lugares ... de todas nuestras Islas también deben ser materia digna de observación para fijar el origen del idioma que hablaron los antiguos canarios ... el nombre de un sitio o pueblo se originó y proviene de alguna circunstancia y tuvo significado para el primer hombre o sociedad que se lo impuso. Y si hay algunos cuya significación ya no sabemos es o por la corrupción de aquella voz, alterada por los pueblos sucesivos que han 69 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 devastado los países al dominarlos, o porque los del día no tuvimos perfecta tradición de aquel vocablo. Pero es indudable que quien se lo impuso algo quiso significar con ello; luego, los nombres que los antiguos canarios usaron en sus Islas son otras tantas voces que nos restan de su idioma, aunque nosotros no sepamos hoy su significado4 • Las formas toponímicas prehispánicas de La Gomera, al igual que las del resto del Archipiélago, han sufrido un inevitable proceso de castellanización a lo largo de la etapa histórica, pero ofrecen grandes ventajas para el estudio. Una de estas ventajas es su número. En el conjunto de los materiales lingüísticos prehispánicos que se conservan, la toponimia supone aproximadamente un 90% del total. Otra de las ventajas reside en el hecho de que son elementos relacionados con unas circunstancias específicas de la realidad fisica de La Gomera, de la misma forma que la antroponimia prehispánica recoge hechos de la vida individual, tal y como Abreu Galindo nos dice en su Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria, lib. III, caps. III y VIII, cuando trata de La Palma: ... todo este espacio y término de tierra llamaban antiguamente los palmeros en general Adirane, y era señor o capitán un palmero que se decía Mayantigo, por su gentileza y buena apostura; porque en su lenguaje llamaban al cielo Tigotan y, queriéndolo comparar al cielo, Mayantigo, que quiere decir 'pedazo de cielo'. Y como en estas islas se ponían los nombres, por la mayor parte, según los hechos y sucesos que acaecían a los hombres, pusieron después a éste otro nombre, que fue llamarle Aganeye, que quiere decir "brazo cortado"; y así se llamó. El quinto señorío, Tigalate y Mazo hasta Tedote, donde al presente llaman la Breña, interpretada en castellano; porque tedote en lengua palmera quiere decir monte. Y de esta tierra eran señores Juguiro y Garehagua, hermanos; y a éste le llamaron de este nombre, porque al tiempo que nacía, dicen que cercaron a su madre muchos peros; y porque haguayan quiere decir en su lengua pero, por eso le pusieron el nombre, el cual era mal acondicionado y belicoso. La otra gente de viejos, níños y mujeres impotentes para la defensa de su tiera, por asegurarse del peligro, se retiraron y acogieron debajo de los riscos de la cumbre. Y como hacía frío, se helaron aquella noche, por donde los palmeros llamaron aquel lugar Ayssuragan, que es "lugar donde se helaron". Esta relación directa que existe entre las características de los distintos accidentes geográficos y lugares y la toponimia prehispánica que les da nombre constituye una interesante vía para profundizar en el conocimiento de las voces y su explicación. Asimismo, está la característica de que son elementos que, esparcidos por toda la geografia de la isla, permiten una valoración de los 70 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 rasgos lingüísticos del territorio, y también peniten la comparación y el análisis con el resto de las Canarias. Estas circunstancias específicas de la toponimia prehispánica de La Gomera la convierten en una referencia de manifiesto atractivo y de evidentes posibilidades para el estudio de la lengua hablada por los aborígenes de esta isla. Pero, al mismo tiempo, estos materiales requieren unas exigencias ineludibles, como la documentación exhaustiva, el planteamiento de hipótesis razonablemente fundamentadas y la aceptación humilde de los resultados, condiciones que no siempre se han tenido en cuenta, ya que cuando se analizan las referencias y trabajos existentes sobre este conjunto toponímico se puede advertir que no se ha hecho honor al rigor, a la objetividad y al sentido común en todas las ocasiones45 • Uno de los errores más comunes consiste en admitir como formas prehispánicas topónimos que se encuentran lejos de serlo. Tal es el caso de Albarada y Heredia, voces que Berthelot hace proceder de los antiguos gomeros46 , y lo mismo ocurre con los términos Talanqueras y Tanque, que vemos en los materiales de Chil47 • Estas prácticas erróneas a las que se ha aludido -la de considerar como procedentes de los aborígenes voces geográficas gomeras que no pueden tener esta procedencia, junto a la de trabajar sin una documentación rigurosa y la de orientar de modo unívoco la dirección de la investigación, ignorando otras posibilidades que merecen ser tenidas en cuenta.nada positivo pueden aportar al estudio de la toponimia más antigua de La Gomera. En todo caso, el único y minimo valor de estas formas de proceder reside en que proporcionan la ocasión de reclamar la necesaria ponderación en el análisis de los nombres geográficos más remotos de esta isla. La humildad que caracteriza a estos materiales lingüísticos conservados, corrompidos insistente y profundamente por el tiempo y por el hombre, nunca constituye una excusa para arriesgados e infundados posibilismos. Todo lo contrario. Es esta misma humildad la que requiere una cautela especial, un redoblado esfuerzo y unas posiciones seguras. Entendemos que el análisis de la toponimia prehispánica, así concebido y practicado, puede resultar, en algunos casos, pobre, poco concluyente y frustrante, porque no se puede ir más allá de la búsqueda de algún paralelo, del comentario del parecido formal con otros términos, y de la consideración de las distintas variantes textuales. Reconocemos que muchas veces la imposibilidad de proseguir es desalentadora. Pero hay que detenerse cuando el suelo firme falta bajo nuestros pies. Nada nos obliga a continuar y, por el contrario, tenemos poderosas razones para detemos. A este respecto, estamos plenamente convencidos de que es mucho más valiosa en estos casos una decidida posición de serenidad, de duda y de expectación, sin 71 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 caer en los arriesgados e injustificados posibilismos que desafortunadamente abundan en esta parcela de la investigación. Las fonnas toponímicas aborígenes han sufrido un inevitable proceso de castellanización y han sido profundamente corrompidas por el hombre y el tiempo. Y por su pobreza, longevidad y desamparo característicos no pueden recibir de nosotros otra respuesta que no sea la de la honestidad, el rigor, el sosiego y, por supuesto, el afecto48 • Además, hay que tener en cuenta que el inventario de estos aíiejos materiales lingüísticos es susceptible de ser ampliado con la aportación de nuevas voces geográficas no catalogadas ni estudiadas hasta los momentos actuales. Es preciso reparar en el hecho de que todavía, a pesar del notable interés por el sistema de comunicación de los aborígenes gomeros y la importante intensidad investigadora en este sentido, no se cuenta con una relación rigurosa y exhaustiva de los materiales toponímicos conservados o documentados. Los estudios realizados muestran que la atención se ha centrado, de forma preferente, en el análisis de los topónimos mayores, relegando e infravalorando otros materiales de igual importancia como el importante volumen de fonas que se encuentran dentro de la toponimia menor. No debe asombrar, por otra parte, que este proyecto de realizar un catálogo exhaustivo de las voces geográficas de La Gomera prehispánica no se haya realizado. Hay que admitir que la tarea, por descontado hermosa y plenamente justificada, es bastante ardua. Una empresa investigadora de esta envergadura -teniendo en cuenta tanto la extensión del territorio como la amplitud del material documental y de fuentes referenciales que lleva aparejado- solamente podría ser llevada a cabo por un equipo de investigadores, para realizarla en condiciones óptimas a la vez que en un lapso de tiempo racional y no excesivamente dilatado. La gran operatividad y alcance del trabajo cordinado podría superar las limitaciones de la iniciativa individual y acometer de forma satisfactoria la realización de un corpus riguroso -que contendría, a buen seguro, ignorados materiales- y podría profundizar de modo más satisfactorio en el conocimiento de la lengua de los antiguos gomeros. Como aportación a este proyecto relacionamos a continuación un conjunto de fichas relativas a topónimos prehispánicos gomeros. Las voces las hemos tomado de los materiales que en este sentido nos dejan Viera y Clavijo, Berthelot, Madoz, Chil, Olive, Bethencourt Alfonso y Luis Femández Pérez. Viera y Clavijo (1731-1813) proporciona en su Historia, especialmente en el lib. XII, cap. 46, un amplio grupo de nombres geográficos de La Gomera (Epina, Taso, Arguamul, Ajúgar, Chegue/eches, Guariñes, Ariñule, Herque, Tagaragunche, Imada, Arasarode, Chimpa, Chinguarime, Oroja, Mequesegue, Pala, Te.xiade, Jerduñe ... ), a los que hay que sumar los que consigna en su Diccionario de Historia Natural, s. v. fuentes (lscahue, Cherepil, Chinaján, Joimo, Tedeta, 72 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Chijirdán, Todare,Areguerode,Acanabre, Targa ... ). Luego, Sabin Berthelot (1794- 1880) proporciona en su estudio L 'Ethnographie et les Annales de la conquéte, p. 197, el primer inventario de materiales toponímicos prehispánicos de La Gomera: Abalo, puerto. Aceysele, localidad. Agana, distrito. Aguatar, localidad. Agulo, aldea. Ahornaste, puerto. Ajugar, montaña. Alaxero, localidad. Albarada, localidad. Amurga, aldea. Ansona, montaña. Ansosa, montaña. Aragerode, montaña. Aragigual, montaña. Arasarode, montaña. Argodez, aldea. Arguayada, montaña. Arinule, localidad. Armgona, puerto. Arure, localidad. Ayamorna, barranco. Bentchihigua, montaña. Borbolan, puerto. Chegere, montaña. Chehelae, fuente. Chemele, montaña. Cherepin, montaña. Chererepi, montaña. Chimpa, peña. Chinguarima, puerto. Chipudé, localidad. Cubabia, localidad. Encherade, localidad. Erena, puerto. Garojona, montaña. Garagonache, localidad. Gomera, nombre de la isla. Gorvadan, punta. Guahedum, caverna. Guancha, localidad. Guarines, montaña. Haoutayoupetche, distrito. Heredia, puerto. Hermigua, valle. Herque, barranco. Hijare, localidad. Hipare, localidad. Hila, cabo. Iguale, puerto. Imada, localidad. Ipalan, distrito. Lepe, localidad. Mequesegue, localidad. Mosaga, localidad. Mu/agua, localidad. Oreneyagana, montaña. Oroja, localidad. Orone, distrito. Tagaluché, localidad. Tagulache, localidad. Tamargada, localidad. Taso, localidad. Techiade, localidad. Tegoa, fuente. Teguerguenche,montaña. Teguerguanche? montaña. Terdune, localidad. Terohune, localidad. Te.xiade, localidad. 73 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Más completos son los datos de Gregorio Chil y Naranjo (1831-1901), que en sus Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias, 11, pp. 123-132, consigna un amplio inventario de los materiales lingüísticos de los aborígenes de La Gomera, del que forman parte topónimos, antropónimos, voces comunes y alguna expresión. Chil se sirve aquí de las fuentes clásicas canarias y da entrada a materiales propios y de otra procedencia, como es el caso de los materiales de Maximiliano Aguilar, legándonos un catálogo apreciablemente rico, sobre todo si lo comparamos con repertorios anteriores, como el de Berthelot. Otro tanto hace Agustín Millares Torres (1826-1896) en su Historia general de las Islas Canarias, donde encontramos un inventario de voces muy similar al de Chil. Entre las fuentes del siglo XIX que contienen datos toponímicos sobre La Gomera se encuentran dos obras que incluyen datos aprovechables. Nos referimos al Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar de Pascual Madoz, y al Diccionario Económico Administrativo de Pedro de Olive. Diseminadas por los 16 volúmenes que constituyen el Diccionario de Madoz se encuentran numerosas referencias de voces geográficas gomeras -muchas de ellas tomadas de Viera y Clavijo- y que en algunos casos hay que manejar con cautela porque contienen errores de transcripción. Así, encontramosAlajera, Benchisigua y Banehigigua,Ariñuela, Oreja, Ausosa, Chepere, Arguayuda, Arguanzul, !mala, y Tafo, en vez de las formas correctas Alojera, Benchijigua, Ariñule, Oroja, Ansosa, Chejeré, Arguayoda,Arguamul, Imada y Tazo. Junto a esto vemos que esta fuente incluye errores de localización geográfica, ya que da Guarasoca, Sabinosa, Taguasinte, Tajaste, Taybique, Tenesedra, Tigaday y Tiñor como pagos de la isla de La Gomera, cuando son conocidos lugares de El Hierro. Otro tanto sucede con Gueste o lgueste, que aparece como pago de La Gomera, cuando corresponde en realidad a Tenerife. También Juan Bethencourt Alfonso (1847-1912), otro de nuestros más apasionados estudiosos de la prehistoria y la etnografía insular, nos deja en el tomo I de su Historia del pueblo guanche un completo inventario de nombres geográficos de La Gomera, el más exhaustivo realizado hasta entonces. Los datos de Bethencourt Alfonso los confirma y completa Luis Femández Pérez en su conocido artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", donde proporciona una lista de voces comunes y topónimos, resultado de una callada, dilatada e intensa labor de rastreo en diversas fuentes documentales y en la cual es muy fácil advertir el amor e interés de Luis Femández por el pasado y la memoria histórica de su isla. Se trata de una relación breve -apenas tres páginas' que no se puede considerar exhaustiva, pero que constituye una complemen- 74 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 tación magnífica a las contribuciones anteriores, como el propio autor señala en las lmeas iniciales del trabajo: El doctor don Gregorio Chil, en las páginas 123 y siguientes de sus "Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias", publica la lista de las palabras pertenecientes al dialecto de La Gomera que él y otros autores insulares reunieron. Nosotros, movidos por el acendrado amor que profesamos a la tierra nativa, hemos conseguido, tras labor de muchos años, aumentar la referida lista con casi dos centenares de vocablos más, y como suponemos que su conocimiento ha de tener cierto interés para los estudiosos investigadores de los aborígenes del Archipiélago, no dudamos en perpetuarlos ... Cada ficha que proporcionamos incluye información relativa a la localización geográfica de los distintos topónimos, los registros de los mismos en las fuentes más conocidas y las hipótesis etimológicas -cuando las hay- que los lingüistas han propuesto para explicar estos términos. Debemos hacer constar que estas fichas no tienen para nosotros carácter de definitivas, sino que las consideramos provisionales porque la información y las conclusiones que en ellas se recogen pueden y necesitan ser enriquecidas con nuevos datos y explicaciones adicionales que sirvan para completar los conocimientos que poseemos sobre cada una de estas voces geográficas. Por ello, es evidente que al divulgar estos materiales, lo hacemos con la esperanza de que puedan ser de utilidad a todos aquellos que quieran acercarse a la lengua de los aborígenes de La Gomera en particular y al sistema de comunicación de las Canarias prehispánicas en general. La relevancia filológica que posee la lengua de los antiguos canarios se advierte sin excesivo comentario al respecto: el conocimiento de esta lengua constituye una base inapreciable para tener una idea más cercana y fundamentada de los sistemas lingüísticos de las culturas antiguas establecidas en el noroeste de África, el occidente meridional de Europa y la cuenca mediterránea. Y ello porque, cuando las lenguas románicas ya se encuentran conformadas y las estructuras feudales dan paso al estado europeo de corte moderno, en las legendarias Fortunadas se utiliza un sistema de comunicación añejo y primitivo, una lengua que llega a Canarias en fechas no conocidas con certeza, que pierde el contacto, aislada geográfica y temporalmente, con el tronco lingüístico al que pertenece y que llega a perdurar en medio del Atlántico hasta la época en la que los ojos de los europeos contemplan asombrados el Nuevo Mundo. Nuestro comentario de las voces incluye, en algunos casos, abundantes referencias de formas y paralelos del bereber, tomadas sobre todo de los materiales de D. J. Wolfel. Por ello, incluimos aquí una relación explicativa de las variedades del bereber y de otras lenguas49 a las que se remite, en la seguridad 75 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 de que el lector no especializado podrá encontrar esta lista de gran utilidad: Adrar. La voz adrar significa 'montaña' en bereber y aparece frecuentemente utilizada en la toponimia. Así tenemos el Adrar de Mauritania, en el Sáhara occidental, y el Adrar de las Ifoghas en el sur de Argelia, un macizo montañoso que se interna en Mali. Ahagar. Macizo volcánico del sureste del Sáhara argelino. Beraher. Junto al susí y al rifeño, variedad de bereber hablado en Marruecos, en el macizo y estribaciones del Medio Atlas. La denominación beraher es árabe y los bereberes no la emplean nunca. Los que hablan esta variedad suelen llamarla tamazight. Berian. Localidad berberófona en la región de Mzab, en el interior de Argelia, en 3 ,5ºW 31 ,5"N. Demnat. Localidad situada en una región montañosa de Marruecos, que se encuentra cerca de las fuentes del río Tessaut, al este de Marakech. Ghadames. Localidad del oeste de Libia, próxima a la frontera con Argelia, aproximadamente en 9,5ºE 29,S"N. Ghat. Localidad del suroeste de Libia, próxima a la frontera con Argelia, en IOºE 24º-25"N. Harawa. Pequeño grupo berberófono de Argelia que habita al norte de Tenietel- Had y al suroeste de Argel, aproximadamente en 1º-2ºW y 34,5º- 35,S"N. Se agrupa con los Metmata. Hausa. Los hausa son un pueblo de raza negra, que reside principalmente en el norte de Nigeria y en una parte de Níger. La lengua que hablan recibe el mismo nombre y es una de las más importantes del África negra y ampliamente utilizada como lengua de comunicación entre hablantes de otras lenguas. Iul. La tribu de los Iullemmeden habita una zona situada al sureste de Mali y suroeste de Níger, aproximadamente en 2,5º-4,5°W 14,S"N. Kabilio. Variedad de bereber que se habla en el norte de Argelia, en una zona que se extiende aproximadamente desde la localidad costera de Dellys, al este de Argel, hasta el este de la ciudad de Bujía, y que penetra hacia el interior en la zona montañosa de Jurjura. Ksur.Oran. Nombre que reciben una veintena de pueblos fortificados de Argelia, situados en la región de Figuig, al suroeste de Argel y limítrofe con Marruecos. Estas aldeas son berberófonas y toman el nombre del árabe qür (plural de qar) 'pueblos fortificados'. Mzab. Región berberófona del interior de Argelia en la que se encuentran siete pueblos cuyos habitantes son musulmanes ibaditas, no ortodoxos. Ne/usa. La tribu de los Nefusa habita en una zona montañosa del noroeste de 76 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Libia, situada aproximadamente en l lº-12º E 32º-31 N, cerca de la frontera con Túnez. En esta zona conviven el bereber y el árabe. Rifeño. Variedad de bereber que se habla en el noreste de Maruecos, en una zona que se encuentra aproximadamente en 2º-4,5"W 33º-34,5°N. Siw. Habitantes berberófonos del Aures, región del noreste de Argelia, cercana a la frontera con Túnez, aproximadamente en 5°-8,5º W 33°-35,5° N. Los franceses suelen escribir chaouia. Segr. Los Ait Seghrouchen es una tribu berberófona del Marruecos central, repartida en numerosos grupos separados. Su habla se ha clasificado o denominado tradicionalmente como zenata. Se pueden entender fácilmente con las tribus vecinas que hablan tamazight. S!nua. Montaña de Argelia, situada en la costa mediterránea, al oeste de Argel y un poco al este de Cherchel. Sus habitantes son berberófonos. También se ortografia frecuentemente Chenoua. Shilha. Variedad de bereber hablado en el suroeste y en todo el sur de Marruecos. Shilha es voz árabe. En bereber es tasllJ.iyt (o tache/hit). Los berberólogos franceses suelen escribir chleuh. Siwa. Localidad berberófona de Egipto, que constituye el límite oriental del dominio bereber. Snus. La tribu de los Beni-Snus habita en una zona del noroeste de Argelia, cercana a la frontera con Marruecos, aproximadamente en 2"W 33,5°N. Sokna. Localidad del noroeste de Libia, aproximadamente en 29°N 16ºE, donde el bereber se encuentra en vías de extinción. Sus. Región del Maruecos meridional, a lo largo del Atlántico, aproximadamente entre Mogador y el Draa, entre el Anti-Atlas y el Gran Atlas. El susí es una de las tres variedades del bereber hablado en Marruecos. Tait. Los Kel-Taitoq es una tribu del Ahaggar. Tuareg. Tribu nómada del Sáhara. Tuat. Región del interior de Argelia. Wargla. Localidad del interior de Argelia. Los berberólogos franceses prefieren escribir Ouargla. Wed-Righ. Región del este de Argelia, aproximadamente en 6°E 32,5°- 31,5°N, que tiene varios núcleos berberófonos. Los berberólogos franceses prefieren ortografiar Oued-Righ. Yusi. Los Ait Youssi son una tribu berberófona del Marruecos central. Hablan tamazight. Zemmur. Grupo berberófono del Marruecos central. Zenaga. La tribu de los zenaga habita en una zona del suroeste de Mauritania, cercana a la frontera con el Senegal. En esta zona conviven el bereber y el 77 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 árabe. Zwawa. Forma árabe (en bereber igawawen, sing. agawaw), que se aplica de modo preciso a los miembros de ocho tribus de la Gran Kabilia, pero que también se utiliza, de un modo más amplio, para referirse a los habitantes de la montaña al norte de Djurdjura . • • • ABALO. En sus Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las islas Canarias, 11, p. 123, Chil remite esta voz geográfica de La Gomera a Viera y Clavijo. Efectivamente, el Arcediano recoge esta forma en su Historia, lib. XII, cap. XL VI, donde trata del sistema político y la población de La Gomera. Sin embargo, existen registros anteriores a éste de Viera que Chil desconoce. Uno de ellos, de finales del siglo XVI, es de Leonardo T oriani que consigna Aualo en la carta geográfica de La Gomera que incluye en su Descrittione et historia del regno de l'Isole Canarie gia dette le Fortunate con il parere del/e loro fortificationi. Luego, también figura recogido este topónimo por Pedro Agustm del Castillo tanto en la "Planta de la Y sla de La Gomera" que hace en 1686, como en su Descripción histórica y geográfica de las Islas de Canaria. Ya con posterioridad a Viera y Clavijo, son numerosas las fuentes que recogen esta forma: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, I, p. 36; Chil, Estudios, 11, p.123; Millares Tores,Historia, X, p. 256; Olive,Diccionario, pp. 37, 45, 164; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 366. Álvarez Rixo no incluye este topónimo gomero entre los materiales de su obra Lenguaje de los antiguos isleños, hecho que no deja de llamar la atención porque este autor tiene muy en cuenta los materiales del Arcediano. D. J. Wolfel analiza la formaAuala de Torriani en el glosario de términos de su edición de la Descrittione del arquitecto italiano, p. 262, donde da, como posibles paralelos de Auala la voz geográfica de La Palma A rgual y el antropónimo gomeroAuhagal. Con posterioridad, Wolfel estudia esta forma en su obra Monumenta Linguae Canariae, pp. 680,687, pero no llega a relacionar la forma Aualo recogida por Torriani con la forma A balo consignada por otras fuentes posteriores, y vincula esta voz geográfica de La Gomera a tres topónimos grancanarios: Bulle, cuevas o chozas en Las Palmas;A balos, caserío en Guía; y B alos, barranco en Agüimes, además de relacionarla con el elemento antroponímico gomero /baila. Asimismo, para explicar A balo, Wolfel proporciona una amplia serie de paralelos bereberes: bel/en 'luchar cuerpo a cuerpo' (Ghat); tabellan! 'lucha' (Ghat); be/ el 'tener todo en abundancia' (Ahaggar); enebbelel 'hombre que tiene todo en abundancia' (Ahaggar); ablal 'piedra' (Ahaggar); tablalt 'bola' (Ahaggar); abe/u 'miembro viril' (Demnat); y 78 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 abellu/ibe/la 'vara' (Segr.). Esta forma toponímica, que se encuentra frecuentemente ortografiadaAvalo, tiene para nosotros un origen fitonímico claro, como consecuencia de la amplia colonia de halos que hay en el lugar. ACANABRE. Esta forma figura citada por Viera y Clavijo en su Diccionario de Historia Natural, s.v. fuentes. Luego encontramos esta voz en catálogos posteriores: Chil, Estudios, II, p. 123, que la toma de M. Aguilar; Millares Torres, Historia, X, p. 256, que consignaAcanadre, con error gráfico evidente; y Benítez, Historia, p. 124. Bethencourt Alfonso en su Historia del pueblo guanche, I, pp. 366, 370, toma de VieraAcanabre, nombre de una fuente, y en sus investigaciones personales de documentación antigua de La Gomera encuentra la variante Jaicanabre como denominación de un roque en Alajeró. Por lo que respecta a Álvarez Rixo, no encontramos esta forma en los materiales toponímicos que reúne en su obra Lenguaje de los antiguos isleños, y ello resulta curioso, toda vez que este autor sigue muy de cerca a Viera y Clavijo, y conoce su Diccionario, obra que no duda en recomendar para la instrucción de los jóvenes canarios. Sobre esta voz véase Wólfel, Monumenta, p. 847, que remite al topónimo de Fuerteventura Maninubre, denominación de un lugar en Antigua, y concluye que el segmento -nubre de este topónimo majorero y el segmento -nabre de la voz gomera constituye un elemento independiente. Además, Acanabre le recuerda bastante a este investigador la forma celta inglesa cynibre 'selva'. Por nuestra parte, no estamos muy seguros de la segmentación o análisis componencial que Wólfel hace de esta voz. Nos parece más justificado analizar Acana-bre. En La Palma existe el topónimo Benijobre (o Binijobre), que está claramente relacionado con la forma tinerfeña Benijo (o Benijos), hecho que permite aislar el elemento final-bre de Benijobre y deAcanabre. AGÉN. Esta voz no figura en los inventarios del siglo XIX, ni tampoco viene en Bethencourt Alfonso. Fernández Pérez la relaciona en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como denominación de un lugar cercano a El Palmar y T aguluche, en el término de Hermigua. Wólfel, Monumenta, p. 893, no profundiza en el estudio de esta forma, limitándose a vincularla a las voces canarias siguientes: Gena, caserío en Yaiza, Lanzarote; Pedro de Tejena, antropónimo recogido en las Datas de Tenerife; Tejen, monte en El Hierro; y Teogena, fuente en Alajeró. AGUAJILVA. Como es bien sabido, esta denominación corresponde a un 79 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 amplio barranco que desemboca en la Villa de San Sebastián, y del que son subsidiarios, entre otros, el Barranco Seco, el Baranco del Cercado Hondo y el Barranco de las Lajas. También recibe el nombre deAguajilva una zona montuosa situada en el tramo superior del barranco del mismo nombre. Entre las fuentes históricas tradicionales, la referencia más temprana de esta voz geográfica de La Gomera parece ser la de Chil, Estudios, 11, p. 124, pero si acudimos a los fondos documentales de los siglos XVI, XVII y XVIII podemos encontrar numerosas referencias. Nosotros hemos encontrado, entre los materiales de laAntigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, tomo I, fol. 37 vto., un registro que corresponde al año 1768: ltem otra suerte que tiene que compró a Elena Sánchez en agua hilba ... que linda por ariba el time del Risco de lscague ... Además de Chil, tanto Millares Torres (Historia, X, p. 256), como Bethencourt Alfonso (Historia del pueblo guanche, I, p. 3 70) incluyen este topónimo gomero en sus repertorios de materiales lingüísticos prehispánicos, y también figura en el Diccionario de Olive, pp. 37, 164, 871. Esta forma es estudiada por Wolfel, Monumenta, pp. 858-859, y Álvarez Delgado, "¿Semitismos en el guanche de Canarias?", p. 31. Álvarez Delgado piensa que Aguajilva está compuesto de a-guada-ajitwa 'agua torrentosa o hirviente', y que este topónimo gomero tiene un paralelo eufonizado a la española en la voz geográfica herreñaAguajeble. Por su parte, Wolfel señalaqueAguajilva se podría explicar a partir de las voces españolas gilba y Jilbo, con la adición del término agua, pero reconoce que esta hipótesis etimológica no tiene solidez. Junto a esto, remite Aguajilva a Mansilva, denominación de un lugar en El Hierro. AGULO. Entre las fuentes históricas tradicionales, la Descripción de Pedro Agustín es la primera en recoger esta voz geográfica. Aquí, Castillo escribe que La Gomera estaba dividida "en cuatro [bandos] que era este de armigua, y agulo, y los otros dos, que lo eran contrarios llamados de orona y aguna". También este historiador anotaAgulo en el apartado de la descripción geográfica de la isla de La Gomera, p. 295. La documentación de los siglos XVI, XVII y XVIII nos proporciona múltiples registros de este topónimo goméro, a los que se unen las referencias posteriores de diversos autores: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XXV, en nota, cap. XL VI, y lib. XVII, cap. XXIV; Bory de SaintVincent, Essais, pp. 213, 214; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, I, p. 159; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, 80 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 pp. 25, 26, 35, 59, 60 y 63; Chil, Estudios, 11, p. 124; Olive, Diccionario, p. 46; Millares Torres, Historia, X, p. 256; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 366. Viera y Clavijo intenta explicar este topónimo gomero a partir del elemento español angulo, consignando que "es tradición que este lugar se llamó en otro tiempo angulo, por ser un valle que solo tiene dos entradas sumamente angostas". Álvarez Rixo tiene en cuenta esta explicación de Viera y Oavijo y por ello no relaciona Agulo entre los materiales prehispánicos que incluye en su obra Lenguaje de los antiguos isleños. En la última parte de esta obra, Álvarez Rixo incluye un apartado bajo el título de "Observaciones sobre la traducción impresa en Sta. Cruz de parte de la Etnografia y Anales de las Canarias escritos por Mr. Sabino Berthelot", pp. 115-120, donde, después de reconocer el mérito y enjundia de la obra del canariólogo francés, recoge que ha notado "algunos errores conocidamente de la imprenta o de falta del conocimiento del añejo lenguaje castellano que no es fácil penetrar un individuo nacido fuera de España, cuyos descuidos pueden alterar la confianza que se debe tener en todo lo demás de sus perfecciones", y por todo ello incluye toda una serie de observaciones, que espera que sean tenidas en cuenta por el autor y por los editores posteriores. Entre estas observaciones, p. 118, se encuentra el término gomero Agulo, sobre el que señala que algunos autores, en vez de Agulo, han escrito Angulo, que es apellido español. Sin embargo, la procedencia prehispánica deAgulo es evidente. Berthelot es el primer autor que intenta explicar esta voz en esta dirección y en su Ethnographie, p. 229, la relaciona con el topónimo bereber Agulu, nombre de un cabo y pueblo de Marruecos, enclavados en una comarca cubierta de vegetación y situados a 29º, 49' latitud norte y 12º, 8' y 24" longitud oeste. También Wolfel se acerca a esta voz en sus Monumenta, p. 676. ALAJERÓ. Disponemos de registros tempranos de esta voz geográfica. Así, en su Triurifo gomero diuerso, estrofa 14, Vasco Díaz Tanco escribeAlaeró: Al val de Annigua llegué opósito contra el norte, do quando en él me hallé como sus frutas gusté rescibí summo deporte; a Chapude y Anchereda La Loera y Alaeró visité con mente leda, con tan estrema arboleda qua! nunca jamás se vio. 81 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Junto a esto, la docwnentación de los siglos XVI, XVII y XVIII en el Fondo Luis Fernández del Archivo del Cabildo Insular de La Gomera nos proporciona múltiples registros de este topónimo, que también vemos en Pedro Agustín del Castillo; Viera y Clavijo; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, I, p. 185, y VIII, p.4 0, s.v .G omear; Juan de Casrto, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 23, 24, 26, 46, 56, 59; Chil, Estudios, II, p. 124; y Olive, Diccionario, p. 55. Chil se cita a sí mismo como la fuente más temprana en la que apareceAlajeró, pero como vemos, este topónimo ya se encuentra en textos anteriores. Diversos autores han intentado explicar este término. Manrique Saavedra, en su trabajo "Estudios sobre el lenguaje de los primitivos canarios", núm. 71, p. 331, piensa queA/ajeró viene de la voz árabe ajer, que significa ültimo', y que en árabe A/-ajer es 'el último' e !la ajerih 'a lo último'. Gloria Díaz Padilla y José Miguel Rodríguez Y anes, en su docwnentado y valioso estudio El señorío en las Canarias occidentales, p.185, sugieren que quizá los topónimosAraguerode yA/ajeró sean variantes de una primitiva formaArage que designaría una realidad natural, posiblemente una zona de descenso suave del terreno y con cierta extensión. T ambién Wolfel, Monumenta, pp. 686-687, se acerca a esta voz. ALARIJO. Esta forma toponímica viene inventariada por Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 366, que la trae como denominación de un camino en San Sebastián. Luego Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, nos dice que se trata de una cuesta en Ipala. Sobre esta voz véase Álvarez Delgado, Miscelánea guanche, p. 127; y Wolfel, Monumenta, p. 878. Wolfel estudia esta forma juntamente con el topónimo herreño Aguarijo, denominación de un lugar en Val verde, y señala que si se pueden considerar como prefijos los segmentos iniciales deAguarijo y A/arijo (a-wa- en el primer caso y al- en el segundo) como prefijos, entonces tenemos en estas dos voces geográficas una raíz idéntica. Finalmente, remite a Cuarajo, localidad de Candelaria (Tenerife ). Para nosotros, la lejanía entre A/arijo y Cuarajo es apreciable. ALOJERA. En sus Estudios, II, p. 125, Chil consigna que él es el primer autor en recoger el nombre geográfico Alojera. Otro tanto hace Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. Pero con anterioridad a Chil hay diversas fuentes que lo registran. Entre las obras más tempranas que consignan esta voz toponímica se encuentra el Triunfo gomero diuerso de Vasco Díaz Tanco, en cuya estrofa 14 encontramos La Loera: 82 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Al val de Armigua llegué opósito contra el norte, do quando en él me hallé como sus frutas gusté rescibí summo deporte; a Chapude y Anchereda La Loera y Alaeró visité con mente leda, con tan estrema arboleda qua! nunca jamás se vio. Con posterioridad, Torriani en el mapa que levanta de La Gomera consigna Alaherera. La documentación correspondiente a los siglos XVI, XVII y XVIII nos proporciona numerosos registros de esta voz geográfica de La Gomera. Luego figura también en la Historia de Viera y Clavijo, lib. XII, cap. XL VI; Madoz, Diccionario, I, p.185, s. v.Alajera; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 58, 62; Olive, Diccionario, p. 622. Tanto Zyhlarz como Wolfel se acercan a este término. Zyhlarz no analiza Alojera sino la varianteAlaherera que trae Torriani, y la intenta explicar a partir del bereber *al aherer-a 'lugar de la flor de la datilera'. Véase Giese, "Los estudios de las lenguas canarias de E. Zyhlarz", p. 418. También Wolfel, en el glosario de su edición del texto de Torriani, p. 253, comenta las variantes Alaherera y Alherera que trae el arquitecto italiano en su cartografia de La Gomera, y apunta que quizá se trate del prefijo al- más el elemento xirxo 'agua', que se advierte también en las voces palmerasAje,jo y Adi,ji,ja. Luego, en sus Monumenta, pp. 686-687, Wolfel profundiza en el estudio de este topónimo gomero. Junto a esto, G. Díaz Padilla y J. M. Rodríguez Yanes, El señorío en las Canarias o ccidentales, p. 185, apuntan que quizá Alojera tenga el mismo origen que Araguerode y Alajeró. Véanse estas voces. ALUSE. Esta denominación se aplica a un caserío y roque en el municipio de San Sebastián. Chil recoge esta voz en sus Estudios, 11, p. 125. También figura en Millares Torres, Historia, X, p. 256; Olive, Diccionario, p. 65; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. Wolfel, Monumenta, pp. 737, 851, relaciona esta forma con otras voces canarias: Tauce, lugar en Tenerife; Lauce, aldea en Gran Canaria; Luzana, localidad en Gran Canaria; y Tacalouse, lugar en La Gomera. Además, remite a los paralelos bereberes siguientes: alus 'colina bastante elevada de forma alargada', 'pequeña cadena de colinas bastante elevadas de forma alargada' (Ahaggar); aláwas 'dátil desechado antes de madurar' (Ahaggar); alus/ilassen 83 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 'colina baja' (Tait.); y alus wassif'aluvión' (Sus). ANCULES. Esta voz figura en Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, como denominación de unas cuevas en Hermigua y de un naciente de agua en Chipude. Luego la recoge Luis Fernández Pérez en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como nombre de un risco en Hermigua. Sobre este término véase Wolfel, Monumenta, p. 866. Aquí Wolfel admite, si bien con cierta reserva, cierto parecido de estructura fonética entre este topónimo gomero y la forma de El Hierro juaclo 'cueva de poca altura y de varias entradas o bocas de acceso, a cuya frescura se acoge el ganado para sestear o pernoctar', y por ello presume que en el caso deAncules se ha producido un profundo proceso de hispanización. ANGULA.ME. Esta voz no figura en los inventarios toponímicos del siglo XIX ni tampoco en la lista de voces geográficas prehispánicas de La Gomera que elabora Bethencourt Alfonso. Viene consignada por vez primera en el trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, de Luis Fernández Pérez, que la relaciona como denominación de una localidad cuya ubicación no especifica. Wolfel analiza esta forma en sus Monumenta, pp. 865-866, y remite a los topónimos canarios Guelmes, lugar en La Palma, y Guillama, lugar en Vallehermoso (La Gomera) así como a las formas siguientes del bereber del Ahaggar: agalam 'hecho o acción de tener una parte más fuerte que'; agelmam 'depósito de agua natural (lago, estanque, mar)'; igilem 'pico, cincel, martillo, azada'; y aglim/iglimen 'piel abierta', además de a la voz izilem 'pico' (Demnat, Segr.). Para nosotros es evidente que Wolfel no está acertado cuando intenta vincular este topónimo gomero a la forma Guelmes de La Palma. Este elemento no es prehispánico, sino que es el resultado de la hispanización del apellido flamenco Wanguemert. En este sentido, véase Régulo Pérez, El habla de La Palma, p. 26, nota 2. ANSOSA. Viera y Clavijo recoge esta voz en su Historia, lib. XII, cap. 46. Aquí, al hablar del término de Hermigua, consigna que "entre sus montañas sobresale la de Ansosa, vestida de muchas especies de los mejores árboles, cuya fuente del Pajarito prefieren los ciervos a todas las aguas del país". Después de Viera, esta forma la recogen Berthelot, Ethnographie, p. 197, que anota Ansosa y Ansona; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 58, consigna Ansora; Chil, Estudios, 11, p. 125; Millares Torres, Historia, X, p. 256, y 84 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 BethencourtAlfonso,Historia del pueblo guanche, I,p. 367. Fernández Navaro, Observaciones geológicas en la isla de La Gomera, p.19, escribeAnzosa. Madoz, Diccionario, III, p.113, VIII, p. 441, y IX, p. 175, trae la forma eradaAusosa. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 685. Aquí Wolfel admite Ansosa como forma correcta frente a las variantes Ansona y Ansora, apoyándose en el topónimo Enesosa, denominación de una montaña de El Hierro. Para este lingüista, Ansosa contiene el valor de 'montaña', si bien no tiene paralelos del bereber que apoyen esta afirmación. ARADA. Chil recoge esta voz en sus Estudios, 11, p. 125. También figura en Millares Tores, Historia, X, p. 256; Olive, Diccionario, p. 77; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 874, donde plantea dos posibilidades de análisis. De una parte, Wolfel admite que Anida no es voz prehispánica y la relaciona con el topónimo de La Palma Baranco de la Erada, que toma de Viera y Clavijo. Efectivamente el Arcediano habla del barranco de la Errada en Los Sauces,Historia, lib. XV, cap. 88, pero es una forma equivocada, porque debe ser baranco de la Herradura. Junto a esto, Wolfel señala que Anida tiene una explicación etimológica adecuada a través del español arada 'acción de arar, tierra labrada con el arado', 'cultivo y labor del campo' y 'porción de tierra que puede arar en un día una yunta'. Sin embargo, junto a esto, también admite la procedencia prehispánica de esta voz geográfica gomera, apoyándose en el término Enchereda y concluyendo que la derivación a partir del bereber no presenta problemas. ARAMAQUÉ. Entre las fuentes tradicionales, la referencia más antigua que conocemos de este topónimo viene en el Diccionario de Olive, p. 513. Bethencourt Alfonso no lo incluye en sus materiales de toponimia prehispánica de La Gomera, pero sí lo hace Fernández Pérez en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como nombre de un valle y baranco en Hermigua. En sus conclusiones sobre esta voz, Wolfel, Monumenta, p. 855, proporciona tres paralelos tomados del bereber del Ahaggar: uku 'estar encendido', meketl támekát 'estar reducido al estado de brasas ardientes', tamakat 'brasa ardiente', y considera que el elemento inicial ara- es un prefijo. ARAY. Esta voz geográfica no viene en ninguno de los repertorios del siglo XIX. El único registro conocido de este topónimo lo debemos a Fernández Pérez, que lo recoge en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como denominación de un lugar cerca de Juana, en el término de Hermigua. Álvarez Rixo en su obra Lenguaje de los antiguos isleños, p. 59, nos 85 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 proporciona una forma toponímica idéntica a ésta de La Gomera: Aray, denominación de un lugar en el Valle de Santiago, Tenerife. También creemos que hay que vincular este nombre geográfico gomero al topónimoAroya, nombre de un lugar en el municipio de Candelaria (Tenerife). Sobre esta voz véase Wolfel, Monumenta, p. 805. ARCHEJE. Esta voz viene inventariada por Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, que no especifica ninguna información relativa a localización, y por Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, como denominación de un risco en Hennigua. Wolfel, Monumenta, pp. 596, 823, relaciona esta voz gomera con cinco topónimos tinerfeños: Archefe (también Achiefe), nombre de una elevación y barranco en el valle de Masca; Chija, lugar de Arona; Archeja, degollada en Güímar; Chijafe, lugar en Tenerife; y Chafa, localidad en Arona (Tenerife ). En Archeje, Wolfel distingue claramente el prefijo ar-. AREÑULE o ARIÑULE. La documentación del siglo XVII relativa a La Gomera nos proporciona múltiples registros de este topónimo. Viera y Clavijo recogeAriñule tanto en su Diccionario de Historia Naturol, s.v.fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. LXVI. De los materiales del Arcediano esta voz pasa a diversas fuentes y listas toponímicas posteriores: Berthelot, Ethnographie, p. 197, que escribe equivocadamente Arinule; Madoz, Diccionario, I, p. 464 y VIII, p. 441, s.v. Gomero (donde figuraAlcón deAriñule en lugar de Ancón de Ariñule), 11,p. 560, VII, p. 337, s.v. Chipude (donde leemosAriñuela yAriñule), y VIII, p. 440, s.v. Gomero; Chil, Estudios, I, p. 388, y 11, p. 126; Millares Torres, Historia, X, p. 256; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 126; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367; y Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. En los materiales de Chil (Estudios, 11, p. 126), y Millares Tores (Historia, X, p. 256) también se recoge la varianteArimule, que obviamente es el resultado de una mala lectura. Berthelot, Ethnographie, p. 204, es el primer autor que intenta explicar esta voz gomera, que él escribeArinule, relacionándola con el topónimo grancanario Arinas, lugar de la Vega Baja, e incluye ambos términos en el apartado de las formas prehispánicas canarias en las que se da una apreciable analogía y que no varían sino en la ortografia o en la terminación. Luego Wolfel, Monumenta, pp. 866-867, comenta que la variante Arinule recogida por Berthelot es fruto de la equivocación, como también lo es la variante Arimule que figura en algunas listas. Para este investigador, está claro que Ariñule y Chinule pertenecen al mismo grupo, porque presentan la misma raíz, 86 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 y remite a los paralelos bereberes aníl 'fosa, hoya', y nnilltnil (shilha). Además, Wolfel relaciona esta voz gomera con el topónimo grancanario Arañul, denominación de un caserío y de un barranco en Agüimes. ARGUAMUL. Viera y Clavijo recoge este topónimo tanto en su Diccionario de Historia Natural, s.v.fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46. Luego lo vemos recogido por otros autores: J. A. Álvarez Rixo, Lengu.aje de los antigu.os isleños, p. 60; Madoz, Diccionario, 11, p. 551, y VIII, p. 441, s.v. Gomero;donde vemos la forma eradaArguanzul; Juan de Castro, La isla de La Gomero en la actualidad, pp. 39, 42, 58; Chil, Estudios, II, p. 125; Millares Torres, Historia, X, p. 256; Olive, Diccionario, p. 85; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, I, p. 367; y Benítez, Historia, p. 124. Como vemos, la mayoría de los repertorios dan Arguamul como voz prehispánica. Otro tanto hace la Historia de las Islas Canarias editada por A. J. Benítez, p. 397, donde se relaciona este término entre los topónimos prehispánicos de La Gomera, pero también se apunta que, en algunas provincias, llaman argamula a cierta planta bulbosa. Como voz de los aborígenes gomeros la trae Wolfel, Monumenta, p. 834. Aquí Wolfel se pregunta si las variantes Arguamum y Arguamuz son simples erratas o representan un caso de pronunciación vacilante. En sus conclusiones, este lingüista recoge que el elemento inicial ar- es con toda seguridad un prefijo, y que gu.a-puede ser un prefijo labial, y remite Arguamul al término de La Palma Gomala, localidad en Santa Cruz de La Palma. Wolfel admite que no conoce paralelos bereberes para la estructura GML y para la estructura ML remite a las formas canarias Muley (Fuerteventura), Malicas (La Gomera), Mala y Tinamala (Lanzarote). Por nuestra parte, no creemos que las variantes Arguamum y Arguamuz procedan de un comportamiento vacilante, sino que son el resultado de errores de transcripción o de lectura. La variante Arguamum la encontrarnos en las listas de Chil, Estudios, 11, p. 125, y de Millares Torres, Historia, X, p. 256, y ambos la toman de los materiales de Maximiliano Aguilar. No sabemos dónde encuentra M. Aguilar esta variante, pero debemos considerarla producto de un eror gráfico o transcripción equivocada, porque la documentación correspondiente a los siglos XVI y XVII recoge en todo momentoArguamul oArguamule. ARGUAYODA. La lomada y el caserío de Arguayoda se encuentran en el municipio de Alajeró, al oeste del núcleo principal del término, en el limite con el municipio de Vallehermoso. La forma toponímicaArguayoda la encontramos en Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. 46, y con posterioridad figura en la mayor parte de las fuentes y repertorios del siglo XIX: Berthelot, Ethnographie, 87 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 p. 197; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 60; Madoz, Diccionario, VII, p. 337, s.v. Chipude; Juan de Castro,La isla dela Gomera en la actualidad, p. 59; Chil, Estudios, II, p.126; Olive,Diccionario, p. 86; Millares Torres, Historia, X, p. 256; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367; y Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. Sobre este término véase Wolfel, Monumenta, p. 844, que relaciona Arguayoda con el topónimo grancanario Guayabe o Guayade, denominación de un baranco en Agüimes. Creemos que debe ser Guayadeque. Por nuestra parte pensamos que este término hay que vincularlo a los topónimos tinerfeños Arguayo, localidad en el término de Valle de Santiago (tal y como Berthelot señala en su Ethnographie, p. 204), y Tamargayo, barranco de Arico. ARGUMAME. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, escribe Arguamume, nombre de un monte en Chipude, y Argumame, barranco y región de Chipude, y Fernández Pérez, "Palabras indígenas de La Gomera", p. 10, consignaArgumane, que es una forma errónea en lugar de la correcta Argumame. Wolfel toma Argumane de los materiales de Fernández Pérez y la estudia en sus Monumenta, p. 834, donde intenta explicar este topónimo a partir del bereber agemmun 'cuadrado de tierra cultivada dispuesta para recibir riego regular por medio de un canal' (Tuat), voz que él encuentra en los materiales léxicos de Foucauld. Pero, también intenta relacionar este nombre geográfico de La Gomera con el término español gamona, por lo que su estudio no es concluyente. ARTAMACHE. La lomada de Artamache se encuentra en el municipio de Alajeró, al este del caserío de Antoncojo y al noroeste de Playa de Santiago. No encontramos esta voz en los repertorios de Chil y Millares, pero sí viene en Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367, y en Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. W olfel estudia este topónimo en dos ocasiones dentro de sus Monumenta, pp. 852, 879. De una parte, vincula este topónimo gomero a las formas Mache, aldea en Tías (Lanzarote ), y Armache, barranco en Guía de Isora (Tenerife ), y como paralelo bereber adjunta tameccet/timeccutin 'higuera' (Siwa). De otra parte, incluye Artamache en un grupo de voces con segmento inicial similar: Artagayda,Artaore,Artabobo,Artapubacha, Hartaguna, Hartazo, Fartamaga y Artaos. Véanse sus conclusiones en este sentido enArtabobo. ARURE. Disponemos de referencias de este topónimo desde las primeras 88 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 décadas del siglo XVI. Así, lo encontramos en el Triurifo gomero diuerso, estrofa 15, de Vasco Díaz Tanco: Noté las thermas y grutas de Arure, lugar desierto, onde aquellas gentes brutas de tamarcos son indutas por muy extraño concierto. También Frutuoso recoge esta fona toponímica gomera en el libro primero de su obra Saudades da Tera, cap. XX: Da ponta de S. José á de Arure, que está no meio da ilha, há duas léguas; e de Arure ao porto de Bom-passo a leste quatro léguas e meia ... De Armiga e Benchehigua ... há perto de meia légua, e também grangeria, onde está urn engenho de a9úcar dos Samoras; tem tera de pao, como Arure, que cai a parte do norte, onde há muitos pastos ... Arure em lingua islenha quere dizer casa d'Elrei.. .E a Arure foram a ca9a de perdizes, de que há muitas da banda do norte, que é raza e descoberta com algurn mato baixo e verde. Está Arure de Benchehigua meia légua ... E de Benchehigua, Chepude e Arure será a vila quási duas léguas ... E passando urna tresposta, onde nasce a água de Armiga, que faz urna vol ta á parte do norte e se ajunta com outra, que vai por detrás de Arure, se mostram grandes rochedos, em que se acha muita urzela que dizem ser a melhor do Mundo. La documentación del siglo XVII proporciona abundantes registros de esta voz geográfica de La Gomera. Con posterioridad, esta voz figura en diversos textos y repertorios: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XL VI; Madoz, Diccionario, 11, p. 609; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 61; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 23, 25, 42, 61; Olive, Diccionario, p. 143; Chil, Estudios, 11, p. 126; Millares Tores, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Histon·a del pueblo guanche, I, p. 368. Esta forma es estudiada por Zyhlarz, en W. Giese, "Los estudios de las lenguas canarias de E. Zyhlarz", p. 418; Álvarez Delgado,Miscelánea guanche, p. 24, y "El episodio de Iballa", p. 315; y Wolfel, Monumenta, p. 552. Zyhlarz explicaArure a partir del bereber *arúri 'descendencia paterna'. Álvarez Delgado vincula esta forma gomera a la grancanaria Terura oArura, y explicaArure por el bereber aruri que en Zwawa, tuareg y bereber de Ghat tiene el valor de 'espalda', 'lomo', 'grupo de colinas'. Wolfel remite a los siguientes paralelos bereberes: arúri 'lomo (de persona, de animal, de tereno)' (Ahaggar); aruri 'espalda, lomo, loma' (lull.); aruri 'lomo' (Ghat); aurir/iuriren 'colina' (Mzab); taurirl 'pila cónica' (Ahaggar); táúrirlltiuririn 'colina, loma, cerro'; turaret/turár 'colina' (Siwa); taruruf 'colina' (beraber). A estos paralelos del bereber, Wolfel 89 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 añade otros: er6ra/er6t 'elevación, colina, montaña' (Bilin); ar6r 'colina, cima, cwnbre, lomo' (somalí) y arár 'cima' (Saho). BENCHIJIGUA. Viera y Clavijo recoge esta voz en su Historia, lib. XII, cap. 46, tal y como Chil consigna en la lista de toponimia prehispánica gomera que incluye en sus Estudios, pero existen registros anteriores, desde la primera mitad del siglo XVI. Una de estas fuentes tempranas es V asco Díaz Tanco, que escribe Menchehigua en su Triunfo gomero diverso, estrofa 15: de Menchehigua salí d'un fragoso valle ameno y a los Chehelipes vi, do muy claro conoscí ser fructífero el tereno. Con posterioridad, en el libro primero, cap. XX, de su obra Saudades da Tera, Gaspar Frutuoso escribe varias veces Benchehigua, voz a la que el autor azoreano adjudica el valor de 'terra fresca': De Armiga e Benchehigua, nome islenho, que quere dizer tera fresca, há perlo de meia légua. .. porque légua e meia, que pode haver de Benchehígua a Chepude, tudo sao palmares ... Está Arure de Benchehigua meia légua ... E de Benchehigua, Chepude e Arure será a vila quási duas léguas. De Benchehigua indo por baixo de Armiga há vinhas que dao bons vinhos ... Dizem que Paulo Jaymes, rico vizinho da vila, fez um engenho de ai.úcar entre Benchehigua e este vale do Gram Rei... Otras referencias se encuentran en Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. 46; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, IV, p. 200, y VIII, p. 440, s.v. Gomera; Olive, Diccionario, p. 173; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 63; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 30, 48 y 57; Chil, Estudios, 11, p. 126; Millares Tores, Historia, X, p. 257; BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368; y Benítez, Historia, p. 124. Chil recoge el término Bentchigue como denominación de un monte de La Gomera y remite a Berthelot, pero no encontramos esta voz en este autor. Debe tratarse de una confusión del topónimo Bentchihigua que Berthelot recoge en su Ethnographie, p. 197. En cualquier caso, el error parece proceder con toda seguridad de la traducción espafiola de la Ethnographie que realiza Juan Arturo Malibrán y que se publica por primera vez en Santa Cruz de Tenerife en 1849, donde encontramos Bentchigue en la p. 187. También figura Bentchigue en los materiales de Millares Torres, Historia, X, p. 257. 90 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 En relación con esta voz véase Wolfel, Monumenta, p. 586, y Eurafrikanische Wortschichten a/s Kulturschichten, p. 149, donde proporciona para Benchihigua (wi-n-tehiwa, wi-n-tezxiwa) los siguientes paralelos: hewiwi (Ahaggar), tehwiwit (Ahaggar) y tauzuit (Ghat). BENI'AGUME. Esta voz no figura en ninguno de los repertorios toponímicos del siglo XIX y Bethencourt Alfonso no la relaciona en su inventario de voces geográficas prehispánicas de La Gomera. Nosotros la conocemos gracias a Fernández Pérez, que incluye Bentagume en su contribución "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", como la denominación de un lugar cerca del roque de V allehermoso. De Fernández Pérez lo toma Wolfel, que en sus Monumenta, pp. 833-834, relaciona este término gomero con tres formas toponímicas canarias: Argoma, lugar en Telde (Gran Canaria);Aregume, lugar en Los Silos (Tenerife); y Aracome, barranco en El Hierro. En opinión de este investigador, estas tres voces geográficas, juntamente con Bentagume, pertenecen al mismo grupo. Como paralelos, Wolfel propone los elementos bereberes: agum 'folíolos de palmera' (Ahaggar); agu.m 'sacar' (zenaga); agem 'sacar agua' (Wargla); agem 'sacar agua' (Ahaggar); agama 'campo (ni ciudad ni pueblo)' (Ahaggar); agma/ igmaten 'campo' (tuareg); y gum 'fondos, el fondo, lo bajo' (Berrian), así como el término hausa aguma 'corteza de un árbol'. BUDIÉN. Esta voz geográfica no viene en las listas de materiales lingüísticos prehispánicos gomeros de Chil, Millares Torres y Bethencourt Alfonso. Entre las fuentes del siglo XIX, el único registro que conocemos lo trae Pedro de Olive en su Diccionario Económico Administrativo, p. 514, donde anota las Cancelas de Budién, en el término de Hermigua. Luego Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, recoge Budién como denominación de una fuente en Chipude. Wolfel relaciona Budién entre los materiales de sus Monumenta, p. 809, pero desafortunadamente no profundiza en su estudio, limitándose únicamente a afirmar que no tiene elementos a los que vincular o remitir esta voz geográfica de La Gomera. CHIGADAY. De acuerdo con el mapa de La Gomera que levanta Francisco Coello a mediados del siglo pasado como complemento cartográfico del Diccionario de Madoz, el barranco de Chigaday se encuentra en el municipio de San Sebastián, entre los barrancos de Abalo y del Águila. T ambién, en el mapa de La Gomera que incluye en su obra Tenerife and its six satelites, Olivia Stone localiza el barranco de Chigaday al norte de la ermita de Guadalupe y al 91 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 sur del barranco del Águila. Conviene recordar que se trata, en ambos casos, de trabajos cartográficos en los que las localidades y accidentes se ubican en lugares bastante distantes de los que ocupan en la realidad. También vemos la voz Chigaday en los materiales de M. Aguilar. De aquí la toman Chil, Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368. Asimismo, esta forma también viene en Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. Este término cuenta con un elemento idéntico en El Hierro: ngaday, localidad del municipio de Frontera. W olfel estudia ambas voces en sus Monumenta, pp. 831-832, y remite a los paralelos bereberes siguientes: agudayligudian 'lago, tanque' (shilha); wadday 'llanura' (Wargla); gediyet 'estar profundo, hundir' (Ahaggar); y agediya 'engullidor (persona, animal, cosa)' (Ahaggar). CHIMPA. Montaña en Chipude. Viera y Clavijo recoge esta forma toponímica en su Historia, lib. XII, cap. 46. Aquí, al hablar del término de Alajeró, Viera escribe que "sus montañas más célebres son Tagaragunche o el Calvario, que es el puesto de las atalayas en tiempo de guerra o de piratas, y Chimpa, de muy agradable perspectiva cuando están los panes en verde". Esta voz pasa de Viera y Clavijo a textos y repertorios posteriores: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 66; Madoz,Diccionario, VIII, p. 440, s.v. Gomera; Chil,Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368. El Diccionario de Madoz, I, p. 185, s.v. Alajeró, consigna la forma erada Charpa. En relación con este término véase W olfel, Monumenta, p. 820. Desafortunadamente, Wolfel no profundiza en el estudio de esta voz, limitándose a señalar que el elemento inicial ch- puede pertenecer a la raíz. CHINGUARIME. El baranco y la playa de Chinguarime se encuentran al este de Tecina, en la costa sur del municipio de San Sebastián. Viera y Clavijo consigna este topónimo en su Historia, lib. XII, cap. XL VI. Aquí, al hablar del término de la villa de San Sebastián, Viera escribe que "además del puerto principal tiene este distrito diferentes radas y surgideros ... Al sur la playa de la Guancha, el Cabrito, Oroja y Chinguarime". También otros autores recogen esta forma: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 66; Chil, Estudios, 11, p. 127, que anota Chinguarima, remitiendo a Viera y Clavijo; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 368. 92 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel es el único lingüista que estudia Chinguarime. En sus Monumenta, p. 744, analiza esta forma como ti-n-gwarime y la incluye en el mismo apartado que los elementos canarios siguientes: Abenguareme (o Ahenguareme), denominación de uno de los cantones o señoríos de La Palma prehispánica, que iba desde El Charco hasta Tigalate, según Abreu Galindo; Garome, barranco que separa los municipios de Tijarafe y Puntagorda, en el noroeste de La Palma; Tegurame, lugar en Fuerteventura; Guerime, lugar en Pájara (Fuerteventura) y Guarimiar, lugar en Alajeró (La Gomera). Junto a esto, también creemos que hay que relacionar Chinguaro con el término Chinguaro de Tenerife y con la voz gomera Guarimiar. ClPAYA. Madoz consigna esta forma en su Diccionario, I, p. 36, s.v. Abalo, donde anota que el barranco de Chipa ya se encuentra junto al de Abalo, con el que forma una espaciosa bahía. Nos preguntamos si se trata del que en la actualidad se denomina barranco del Rincón. También figura este término en las listas de Chil, Estudios, 11, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369, que lo toman de Madoz. También se refiere a él Abercromby, "A Study ofthe Ancient Speech of the Canary Islands", p. 121. Wolfel, Monumenta, p. 872, remite este término a las formas canariasApuy, localidad en Casillas del Ángel (Fuerteventura ), y Guanapay, elevación cercana a la villa de Te guise (Lanzarote ). CH/PUDE. En su lista de materiales prehispánicos de La Gomera, Chil da como fuente a Pedro Agustín del Castillo, pero con anterioridad a este autor encontramos registros más tempranos. Uno de ellos viene en la estrofa 14 del Triunfo gomero diuerso de Vasco Díaz Tanco, que escribe Chapude: a Chapude y Anchereda La Loera y Alaeró visité con mente leda, con tan estrema arboleda qual nunca jamás se vio. Luego encontramos la voz recogida por Frutuoso en cap. XX, de su obra Saudades da Terra. Como veremos, este autor escribe Chepude en todas las ocasiones: De Anniga e Benchehigua ... há perto de meia légua, é também grangeria, onde está um engenho de ai;úcar dos Samoras; tem tera de pao, como Arure, que cai a parte do norte, onde há muitos pastos, e á banda do sul está Chepude com o engenho d'ai;úcar de Preto 93 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Meleao, genro do conde. Arure en lingua islenha quere dizer casa d'Elrei, e Chepude terra de palmas, porque légua e media, que pode haver de Benchehigua a Chepude, tudo sao palmares, que dao dactiles e nao sao as que dao tamaras ... 0 ano de mil e quinhentos e cincoenta e cinco no principio de novembro foi a esta ca o Marques de Canhete, que ia por viso-rei as Indias a Peru com dois seus filhos e outros muitos fidalgos, sendo Conde D. Belchior, que aquele ano era entrado na terra, e os levou a este Chepude, e mataram tres cervos ... Os outros palmares de Chepude sao mui grandes ... E de Benchehigua, Chepude e Arure será á vila quási duas léguas. También, con anterioridad a Pedro Agustín del Castillo, encontramos Chipude en dos fuentes del siglo XVII: Núñez de la Peña y Sosa. La documentación de este siglo nos ofrece abundantes registros de este topónimo gomero. Luego consignan este término Viera y Oavijo, Historia, lib. I, cap. XXVIII, lib. XII, cap. XL VI, y lib. XVII, cap. XXIV; Bory, Essais, p. 213, que escribe Chipul; Madoz, Diccionario, VII, p. 337, VIII, p. 441, s.v. Gomera; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 67; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 23, 24, 26, 44, 59 y 60; Chil, Estudios, 11, p. 127; Olive, Diccionario, pp. 319, 1203; Millares Tores, Historia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. W olfel estudia este topónimo en sus obras Monumenta Linguae Canariae, p. 506, y Eurafrikanische Wortschichten als Kulturschichten, p. 78. Remite a las formas bereberes tifuda (tifudat) 'brote de la palmera datilera, extremidades de las palmas colindantes con el tronco' (Siwa), y tafúdek 'trozo de corteza de la palmera datilera, formado por el nacimiento de una palma' (tuareg), y propone como voz original tepude. ENCHEREDA. Tanto Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. 25, nota final, como Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 67, consignan Encherada. Olive, Diccionario, p. 325, anota Enchereda y Berthelot consigna la forma errónea Encherade en su Ethnographie, p. 197. Pero, además de estos registros de los siglos XVIII y XIX, tenemos otros bastante tempranos. Uno de ellos, de comienzos del siglo XVI, lo vemos en el Triunfo gomero diuerso, estrofa 14, de Vasco Díaz Tanco, que escribe Anchereda. Junto a esto, las fuentes documentales del siglo XVII nos proporcionan múltiples registros de este topónimo. Wolfel estudia Enchereda en sus Monumenta, p. 821, donde señala que el segmento inicial en- (o an-, teniendo en cuenta el registro de Díaz Tanco) de este topónimo puede ser un nexo relativo, remitiendo a la voz gomera Arada ( denominación de un lugar de Vallehermoso según algunas fuentes) como posible paralelo, por lo que concluye que el elemento ch no forma parte de la raíz. Así 94 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 pues, el análisis componencial que propone es en-ch-ereda. ENJIDA. Enjida (también frecuentemente ortografiado Engida) es un caserío del municipio de San Sebastián. Chil recoge esta forma en sus Estudios, II, p. 127, e igual hacen Olive, Diccionario, p. 325; Millares Torres, Historia, X, p. 257, y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. Wolfel incluye este elemento en sus Monumenta, p. 890, pero su estudio no es especialmente concluyente, limitándose a considerar que en-, el elemento inicial de Enjida, puede ser un nexo en función de relativo o de genitivo, y que también puede formar parte de la raíz. EP !NA. Viera y Clavijo recoge esta forma toponímica en su Diccionario de Historia Natural, s.v.fuentes (donde figura la forma errada Espina), y en su Historia, lib. XII, cap. 46. Con posterioridad figura en diversos textos y repertorios del siglo XIX: Madoz, Diccionario, VII, p. 495, y XIV, p. 600; Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 39; Chil, Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; Olive, Diccionario, p. 326; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. Berthelot, Ethnographie, p. 196, recoge Epina como denominación de una localidad de Tenerife, pero debe tratarse de una confusión. Wolfel incluye esta forma en sus Monumenta, p. 788, pero no entra a estudiarla, limitándose a relacionarla con el antropónimo Pedro Tepena ( o Tejena), recogido en las Datas de Tenerife. EQUINE. El barranco de Equine (o Quines) se encuentra al suroeste de la Fortaleza de Chipude, discurre entre los barrancos de Santa Catalina y del Degolladillo del Horno, y llega al mar muy cerca de la playa de I guala. Bethencourt Alfonso no incluye este término en sus materiales de toponimia prehispánica de La Gomera, y únicamente figura inventariado por Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. De aquí lo toma Wolfel y lo estudia en sus Monumenta, p. 795, donde comparaEquine con dos voces de Tenerife: Equin, denominación de una cueva de la zona de La Orotava, recogida en las Datas de Tenerife, y Yoquina, lugar en Arafo. ERESE. Reciben esta denominación un baranco, una playa y una punta en la costa del municipio de Alajeró. Además de en La Gomera, encontramos doblemente esta forma toponímica en la isla de El Hierro, donde se denomina Erese una zona y barrio del municipio de Valverde, y un caserío próximo a Tejeguate, en Frontera. Juan de Castro recoge este topónimo gomero en su obra La isla de La Gomera en la actualidad, p. 58. Otros registros se encuentran en 95 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Chil,E studios, II,p . 127; Olive,D iccionairo, p. 327; en Millares Torres,Hi storia, X, p. 257; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. W olfel, Monumenta, p. 877, estudia Erese y la relaciona con la voz común eres ( conservada en El Hierro y especialmente en Tenerife) y que se aplica al hoyo o poceta formado en las rocas impermeables del álveo de los barrancos, donde se acumula con el agua de lluvia arena fina y limpia. Cuando se quiere extraer el agua se forma un pequeño hoyo en la arena, hasta que aparece el agua. Además, Wolfel proporciona los siguientes paralelos bereberes: eres 'descender' (Ahaggar); éris 'bajada, declive, pendiente' (Ahaggar); e iris 'parte baja' (tuareg), paralelos que completa con otros en la p. 512: ires 'pozo' (Ahaggar); ires 'tierra arcillosa, barro' (kabilio). ERQUE. Esta denominación se aplica a un barranco y un caserío en el sur de la isla,m unicipio de Vallehemroso. La dcoumenatción del siglo XVII relativa a La Gomera proporciona abundantes registros de esta voz geográfica. Numerosas fuentes recogen Herque: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XLVI; Bory, Essais, p. 62; Berthelot, Ethnographie, pp. 197, 203; Álvarez Rixo, Lengu,aje de los antigu,os isleños, p. 73; Chil, Estudios, II, p. 60, Millares Torres, Historia, X, 247; Madoz, Diccionario, VIII, pp. 24,441, s.v. Gomera, p. 595,I X,p . 179,y XIV,p . 560; Olive,Diccionario, p. 328; Fenrádez Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, pp. 20-24; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. En otros textos figura Erque o Erques: Olive, Diccionario, p. 328; Chil, Estudios, II, p. 127; Millares Torres, Historai, p. 257; y Behtencourt Alfonso,H istoria del pueblo guanche, I,p . 3 69. Se trata del mismo comportamiento gráfico que vemos en Ermigu,a/Hermigu,a. En los repertorios de Chil,E studios, II,p . 132,y de Millares Torres,H istorai, X, p. 258, encontramos la variante Xerques, que remiten a Maximiliano Aguilar. No sabemos dónde encuentra M. Aguilar esta forma. Dudamos que sea correcta, toda vez que en la documentación antigua figura siempre Erque(s) o Herque(s). Este topónimo gomero, como ya señaló Berthelot en su Ethnographie, p. 203, cuenta con un doble paralelo idéntico en Tenerife, donde Erque o Erques es el nombre de dos barancos, uno situado entre los municipios de Gillmar y Fasnia, y otro en Guía de !sora, donde da nombre a la localidad de Vera de Erque. Wolfel,M onumenta, pp. 805-806,r elaciona este término geográfico canario con un elemento del bereber del Ahaggar: erkah 'relieve de terreno rocoso de color oscuro'. GARAJONAY. Como se sabe, así se denomina la mayor elevación de La 96 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Gomera. Diversas fuentes tempranas de la historia de Canarias recogen que a esta fuerza se retiran los culpables de la muerte de Hernán Peraza, acompañados de otros muchos gomeros, temerosos de las posibles represalias. Gómez Escudero escribe Jarajona, cap. XVII. La crónica matritense consigna Garajonay, cap. XVII. En la crónica ovetense figura Garagona, cap. 24, al igual que en Lóepz de Ulloa,c ap. 24.A breu Galindo escribe Garagonohe, lib. 11, cap. XXIX. Marín de Cubas escribe Garagonache en su Historia, lib. 11, cap. XIII: "Y no habiendo perecido ni venido alguno ante Pedro de Vera, mando a su gente los fuera a citiar a la montaña y sierra de Garagonache, onde los gomeros se havian hecho fuertes." Con posterioridad, la variante Garagonache figura en Viera y Clavijo, Historia, lib. VIII, cap. IV; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Chil, Estudios, 11, p. 127; Millares Torres, Historia, X, p. 257; y BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 369. Pedro Agustín del Castillo consigna Garajonal en su Descripción histórica y geográfica, lib. 11, cap. XXIII. Numerosas fuentes consignan Garajona: Viera y Clavijo, Historia, lib. XII, cap. XLVI; Madoz,Diccionario, VII, p. 337,s.v. Chipude, VIII, p. 441, s.v. Gomera; Chil, Estudios, 11, p. 128; Millares Torres, Historia, X, p. 257; Benítez, Historia, p. 176. Olive en su Diccionario trae Garajona, p. 411, y Garajonais, p. 1203. Berthelot, Ethnographie, p. 197, consigna Garojona, al igual que Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 69. En la versión española de la Ethnografia de Berthelot, p. 187, publicada en Santa Cruz de Tenerife en 1849, se recoge la forma errada Guaragonache. Este error, considerado como variante, pasa luego a los inventarios de Chil, p. 128, de Millares Torres, p. 258, y de Bethencourt Alfonso, p. 370. Glas consigna Garagonohe en su The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands, lib. 11, cap. XXIII. Como vemos, en todas las variantes, la tercera vocal es una a, lo que indica que en la transmisión de la referencia de Abreu Galindo ha habido una equivocación y que debe entenderse Garagonahe y no Garagonohe. La variante Garagonache, recogida por Marín de Cubas, apoya esta apreciación. Asimismo, teniendo en cuenta las distintas variantes, creemos que la h del segmento final de Garagonahe no tiene valor de aspirada. Y también hay que hacer notar que Marín de Cubas escribe Garagonache y Guachedun cuando Abreu Galindo, que indudablemente es su fuente, anota Garagonohe y Guahedun. Berthelot, Ethnographie, p. 224, relaciona Garagonache como uno de los términos que permiten cierta aproximación entre la lengua de los aborígenes canarios y la lengua caribe, a pesar de que el valor corespondiente no se aplica con frecuencia a las mismas cosas. Así Berthelot compara Garagonache con el antropónimo masculino venezolano Guarionez, que toma del Resumen de 97 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 geografia de Venezuela del coronel Codazzi, publicado en 1841. Sobre esta voz véase Wolfel, Monumenta, pp. 682-683. GILA. Marín de Cubas recoge esta voz en el lib. 11, cap. VIII, donde se refiere a las disensiones entre Pedro de Vera y Juan Rejón y a la muerte violenta de éste en el valle de Hermigua. Después de tratar del regreso de Juan Rejón a Canarias con el beneplácito de la Corona, Marín de Cubas nos dice aquí que Rejón, habiendo desembarcado en el puerto de Las Palmas solamente el tiempo necesario para refrescar a su familia y acompañantes, se hizo pronto a la mar con la intención de emprender la conquista de La Palma: A el salir a la vela el na vio pequeño dio sobre un roque en que milagrosamente se salvo la gente, que eran por todos 20 hombres acomodados lo mejor que pudieron en el grande guiando a La Palma les dio un viento recio que le hisieron arribar sobre la ysla de La Gomera onde se junto con el otro navío que venia de compañia atras, y dando fondo en un puerto capaz sobre la punta de Gila hasia el norte. Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 57, escribe /la. De Marin de Cubas esta voz pasa a inventarios posteriores: Ch.il, Estudios, II, p. 128; Millares T orres, Historia, X, p. 257; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, l, p. 369. Berthelot, Ethnographie, p. 197, escribe Hila, variante que también recogen Chil, Estudios, 11, p. 129, y Millares Torres, Historia, X, p. 258. Wolfel, Monumenta, p. 685, relaciona este término con tres topónimos canarios: Juel, caserío en Hermigua (La Gomera); Gigil, monte en Mazo (La Palma); y Chirigel, lugar en La Laguna (T enerife). GUACHIPE. BethencourtAlfonso no incluye este término en sus materiales de toponimia prehispánica de La Gomera, pero sí lo hace Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 1 O, como denominación de un ancón cuya localización no especifica. Wolfel, Monumenta, p. 674, relaciona Guachipe con una voz antroponímica gomera, de la que existen numerosas variantes: Unihepe (Torriani), Unchepe (Marín de Cubas), Meteguanchepe (Viera y Clavijo), y Mateguanchipe (Berthelot). GUADÁ. Como es bien sabido, esta es la denominación de una zona del municipio de Valle Gran Rey. Chil recoge esta forma en sus Estudios, 11, p. 128. También figura en otros textos y repertorios: Olive, Diccionario, p. 460; Millares Torres, Historia, X, p. 248; y J. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, l, p. 367. Olive registra Guadá como denominación de una zona del 98 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 entonces término de Arure y también de un lugar del municipio de V allehermoso. Evidentemente no se trata de una denominación doble, sino de un único topónimo. Desde la primera mitad del siglo XIX, en especial a partir de Berthelot, se ha pensado que las voces canarias que presentan el elemento guad y que se refieren a barrancos o corrientes estacionales de aguas hay que remitirlas al árabe. Tanto C. Pizarroso como A. M. Manrique Saavedra defienden esta explicación. Manrique, en su trabajo "Estudios sobre el lenguaje de los primitivos canarios", núm. 73, p. 361, llama la atención sobre la presencia frecuente del elemento guado, guada en las denominaciones de los barrancos canarios: Guiniguada, Guayadeque,Aguaji/va,Aguacencio, etc., y remite al árabe wady que se aplica a los arroyos que corren solamente en la estación de las lluvias. Manrique destaca que la palabra uad no significa río, ni tampoco se refiere al agua que corre por algún barranco, sino que indica profundidad, baranco, quebrada. Esta opinión no es compartida por Álvarez Delgado, "¿Semitismos en el guanche de Canarias", pp. 81-87. Este lingüista piensa que guad 'agua' no es un arabismo del guanche, sino un elemento del fondo común camito-semita, conservado en guanche con sentido y movilidad de empleo, totalmente primitivo, y no con el valor de 'río', que es un valor más evolucionado y concreto. Para Álvarez Delgado existen profundas discrepancias entre el empleo canario y el arábigo del componente guad. La primera de estas discrepancias es el sentido, ya que él árabe guad < wadi = 'río' aparece siempre con este valor o con el de 'torrentera o cauce de aguas pluviales', mientras que el radical guanche guada, en las voces donde se puede asegurar o aproximar con garantía el valor, siempre vale 'agua', y posiblemente 'corriente de aguas'. Por eso concluye que la voz árabe se presenta como una cristalización moderna del sentido radical originario, conservado por el guanche, pero ofreciendo éste una fase lingüística más antigua que el árabe escrito, lo que obliga a considerarla como forma camito-semita y no como arabismo propio. Finalmente, Álvarez Delgado cree que Guadá, que él escribe Guadax, debe interpretarse por haplología de Guada-adax 'aguaabajo' o 'que baja', es decir 'salto de agua' Por su parte, Wolfel, Monumenta, p. 658, vincula esta forma gomera a tres voces toponímicas canarias: Iniguaden, denominación de un lugar en Tinajo (Lanzarote ); Guada/ique, lugar en Jandía (Fuerteventura); y Guadalupe, barranco y caserío en Moya (Gran Canaria). GUADEJUMBRE. BethencourtAlfonso, en su Historia del pueblo guanche, I, p. 366, recogeAguadejumbre y Guadejumbre como denominación del lugar donde ocurrió el asesinato de Hernán Peraza y localiza la célebre cueva en la 99 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 jurisdicción de San Sebastián. La fuente más temprana - y única - que recoge esta voz geográfica es Abreu Galindo, lib. 11, cap. XXVIII, que escribe Guahedun. Los anónimos ovetense (cap. 24) y matritense ([cap. XXVII]) se refieren a la muerte de Hemán Peraza, pero no consignan el nombre del lugar en el que ésta ocurre. Otro tanto sucede en la Historia de López de Ulloa ( cap. 24) y en el texto de Gómez Escudero ( cap. XVII). El anónimo lacunense no recoge este episodio. Abreu Galindo es, pues, con toda seguridad, de donde toman esta voz los autores posteriores. Uno de ellos es Marín de Cubas, lib. 11, cap. XII, que escribe Guachedun: era la hermosa Yballa el hechizo de Hernan Peraza, vivía sola con su madre en las cuebas de Guachedun, termino onde tenia sus cortijos Hernan Peraza y el disfraz de sus vicitas por mucho tiempo. Aquí conviene destacar, como ya hemos hecho en nuestro estudio de Garagonohe, que Marín de Cubas escribe Guachedun y Garagonache cuando Abreu Galindo consigna Guahedun y Garagonohe, lo que parece mostrar una interpretación gráfica equivocada por parte de Marín de Cubas. Pedro Agustín del Castillo, lib. 11, cap. XXII, escribe Guadedume: Comúnmente acaecen trágicos sucesos a los hombres que coren ciegos entre los precipicios de sus pasiones y vicios. En estos fluctuaba Hernán Peraza (señor de la isla de La Gomera) mucho tiempo había con los amores de una hermosa vasalla suya, llamada lballa que residía y habitaba en una cueva del término de Guadedume, dos leguas de la villa. Como vemos, Pedro Agustín del Castillo no parece seguir a Abreu Galindo, sino que muestra poseer referencias de primera mano, como puede desprenderse de su variante Guadedume, que difiere apreciablemente de la consignada por Abreu Galindo y se acerca a la variante (A)Guadejumbre que documenta Bethencourt Alfonso. Otras referencias de este topónimo se encuentran en Glas, The History ofthe Discovery and Conques! ofthe Canary lslands, lib. 11, cap. XXIII, pp. 128, 130; Viera y Clavijo, Historia, lib. VIII, cap. 3; Berthelot, Ethnographie, p. 197; Chil, Estudios, 11, p. 128; y Millares Torres, Historia, X, p. 259. Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 46 y nota 30, se refiere a esta cueva, que emplaza a legua y media de la Villa, en la concavidad de una peña a la izquierda del camino de Alajeró, pero no recoge su denominación. Viera y Clavijo, Chil y Millares traen Guahedum, remitiendo a Abreu Galindo, pero nosotros leemos Guahedun en este historiador. Wolfel, Monumenta, p. 682, analiza todas las variantes textuales y propone Guahedum como la forma original y la analiza como wa-hedum, pero desafortunadamente no profundiza en su estudio ni proporciona paralelos. 100 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 GUAHUQUEN o GUAJUQUEN Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, recoge este topónimo como denominación de un lugar en Enchereda. Wolfel, Monumenta, p. 892, relaciona esta forma gomera con el topónimo de La Palma Uquén, denominación de una zona de Fuencaliente. GUAJILAPA. Así se denomina una zona y elevación del municipio de Henigua, cercanas a los caseríos de El Andén y Monteforte. Esta voz figura inventariada por J. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, l. Luego la recoge también Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, como nombre de un lugar en Hermigua. W olfel, Monumenta, p. 892, considera que se da la misma raíz en Guajilapa y en Los Chejelipes, voz en la que se advierte una pluralización española, y proporciona como paralelo el elemento bereber ahslaf'maleza'. GUELELUDAS. Bethencourt Alfonso no incluye esta voz entre los materiales toponímicos prehispánicos de La Gomera que reúne en su Historia del pueblo guanche, I, pero sí la vemos en Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, como nombre de una cañada en Chipude. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 832. Wolfel escribe Gualeludas y remite a las formas canarias siguientes: Aluda, monte en F uerte ventura; Chegueleches, monte en La Gomera; Chigilala, lugar en Arguayoda (La Gomera); y Cambalud. Además, proporciona los paralelos bereberes: igel'rastrojo'(Segr.); igellel'paja larga' (Mzab); y ugél'diente' (Senua). HERMIGUA. La mayor parte de las fuentes tempranas recogen Armigua, como Vasco Díaz Tanco en la estrofa 14 de su Triunfo gomero: Al val de Armigua llegué opósito contra el norte, do quando en él me hallé como sus frutas gusté rescibí summo deporte. Otro tanto ocurre en el libro primero de Saudades da Terra, cap. XX, de Gaspar Frutuoso, donde vemosArmigua y Armiga; en el Brebe resumen e historia muy verdadera de la conquista de Canaria de Antonio Cedeño, cap. VIII; en las crónicas lacunense, cap. XVIII, matritense, cap. XVII, y ovetense, cap. 17; y en la Historia de Pedro Gómez Escudero, cap. Xll, que consigna Amilgua. Sosa también consigna Armigua en su Topografia, cap. XII. Pedro Agustín del Castillo consignaArmigua en dos momentos de su Descripción, lib. II, cap. XIV, y en la 101 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 relación geográfica de La Gomera, y Almigua, en el lib. 11, cap. XXII. G las, por su parte, se refiere al desembarco de Juan Rejón en La Gomera en el lib. I, cap. XVII de su The History ofthe Discovery and Conquest ofthe Canary Islands, pero no recoge la denominación del lugar en el que este hecho ocurre. Como vemos las referencias más antiguas sonArmigua,Armiguar,Armiga,Amilgua, y Almigua, que muestran, como señala Álvarez Delgado, "El episodio de Iballa", p. 311, que el topónimo actual Hermigua tiene h- inicial hiperculta, que no responde a primitiva aspiración. Otras referencias se encuentran en Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, pp. 25, 26, 34, 38, 39, 59, 60. Chil, Estudios, 11, p. 126; Millares Tores, Historia, X, p. 256; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 367. La explicación más antigua de esta voz gomera la intenta Gaspar Frutuoso, que nos dice: E assim chegaram com esta pompa, onde agora chamam Annigua, que era lugar de água, que em sua lingua se chama Angira, e os capitais !he puseram nome Armigua; porque urna grande ribeira de boa água, onde agora estao os moinhos, que aqui vem de mais adiante urn grande espai¡:o, toda se mete por urna caverna da tera, que ali a Natureza creou, e nao se ve mais, por isso a chamaram Armigua, como quem diz manilha, ainda que para isso devera dizer Armilha, pode ser que se corompeu o vocábulo, ou por outra razao nao sabida. Según vemos, para Frutuoso Armigua no es voz prehispánica. De acuerdo con este texto, Armigua significa 'lugar del agua' y agua en la lengua de los aborígenes gomeros se decía angira. Frutuoso nos dice que fueron los europeos los que adoptaron el nombre deArmigua porque en aquel lugar un gran arroyo de agua, que viene de la parte superior del valle, en un punto de su curso se mete en una gran caverna natural y desaparece. El clérigo azoreano cree que la intención de los europeos era adoptar la denominación manilha, aunque para esto era mejor armilha, y termina explicando el topónimo actual a un proceso de corupción o a razones desconocidas. De modo diferente, Álvarez Delgado está convencido del carácter canario antiguo de este topónimo gomero. En sus trabajos "¿Semitismos en el guanche de Canarias", pp. 86-87, y "El episodio de Iballa", pp. 310-311, este lingüista establece Armiguad como forma originaria y piensa que hay que explicar esta voz geográfica gomera en puro camita por ar-mi-guad 'lugar entre agua', valor que, en su opinión, conserva Frutuoso 'lugar de água', y que se corresponde perfectamente con la realidad fisica del valle de Hermigua. A estas conclusiones de Álvarez Delgado hay que unir las de Wolfel. En el glosario de voces prehispánicas de su edición del texto de Toriani, pp. 257- 102 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 258, este investigador considera dos hipótesis etimológicas para explicar Anigua. De una parte, valora positivamente la hipótesis que F rutuoso da de Anigua 'lugar de água', voz que, según Wolfel, el clérigo azoreano hace derivar del término prehispánico gomero angira 'agua', puesto que la raíz xer, xiror con el valor de 'agua' está abundantemente documentada. De otra parte considera que Anigua es el elemento a partir del cual se crea Mu/agua por corrupción. De todas formas, Wolfel no se pronuncia por ninguna de estas dos hipótesis, limitándose a señalar como conclusión de su análisis que quizá Mu/agua y el término angira son independientes el uno del otro y que los españoles los equivocaron. Por su parte, C. Pizarroso, Los aborígenes de Canarias, p. 85, busca la explicación de esta voz gomera en otra dirección y considera que Henigua debe relacionarse con Henón, monte de Canaan, y Henna, reino de Canaan. HI GANAGA. Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10, recoge esta forma como denominación de una cueva cerca de Las Negrinas. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 836. Wolfel piensa que, en esta voz, el segmento inicial hi- debe ser un afijo local y remite a un paralelo bereber que él considera adecuado: geng 'caverna' (Wed-Righ). IMADA. Viera y Clavijo trae esta forma en su Historia, lib. XII, cap. 46, y en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes. Numerosos autores posteriores también la consignan entre los materiales toponímicos prehispánicos que recopilan: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Chil, Estudios, II, p. 129; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 74; y BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, p. 370. También viene en Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 59, en el Diccionario de Olive, pp. 62, 552, y en el Diccionario de Madoz, I, p. 185, s.v. Alajeró. En Madoz, VIII, p. 440, s.v. Gomera, y IX, p. 423, encontramos Mala e /mala. En la documentación del siglo XVII relativa a La Gomera encontramos diversos registros. Como vemos, la mayoría de los repertorios dan Imada como voz prehispánica. Otro tanto hace la Historia de las Islas Canarias editada por A. J. Benítez, p. 397, donde se relaciona este término entre los topónimos prehispánicos de La Gomera, pero también se apunta que imada es también palabra náutica castellana. El Diccionario de la Real Academia Española trae imada como marinerismo con el valor de 'cada una de las explanadas de madera puestas a uno y otro lado de la cuna y que substituyen a los picaderos para la botadura. Sobre ellas resbalan las anguilas de la cuna que conduce el buque al agua'. Para Wolfel, Monumenta, p. 853, no hay duda alguna de que esta voz 103 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 geográfica procede de la lengua de los aborígenes gomeros y la relaciona con el topónimo de T enerife Chinamada, además de proporcionar como paralelo el elemento del susí y del shilha amda/imdwuan 'charca, estanque ( en comunicación con un río)'. /PALA. El topónimo !pala (también Vega de !pala o Vegaipala) parece ser la única forma geográfica conservada de las denominaciones de los cuatro cantones o distritos en los que estaba dividida La Gomera con anterioridad a la conquista. Para Álvarez Delgado, el bando o cantón de Ipalan abarcaba una zona que correspondía, en lo fundamental, al actual municipio de San Sebastián de La Gomera, más la zona oriental del de Alajeró. Se trataría de un sector cuyo límite era una línea que subía, al este, por la punta o baranco de Majona al norte de Enchereda hacia la Degollada de la cumbre, el roque de Agando y el alto del Garajonay, y desde allí, pasando al oeste de Benchijigua, bajaba por los altos de Imada hacia la cala de Erece, pues no cree este autor que este bando alcanzara hasta Arguayoda y el roque de Argaga en la desembocadura del baranco Herque. A Álvarez Delgado le parece que esta identificación es segura porque el nombre de este cantón perduda en el topónimo actual Vegaipala, caserío del actual municipio de San Sebastián, situado a 11 kilómetros de la Villa y a 850 metros sobre el nivel del mar, en la cabecera del barranco de Chinguarime, cerca de Mequesegue y sobre Tagasmiche. Además de consignar el caserío de Vega y Pala en el término de San Sebastián, Pedro de Olive en su Diccionario, p. 1212, recoge la existencia de un caserío llamado Vega de Hipa/a situado en el municipio de Vallehermoso, distante del núcleo principal del término465 metros. Se trata de un dato equivocado que llegará a despistar a Álvarez Delgado. Como podemos ver, Abreu Galindo, lib. I, cap. XVI, escribe Hipalan e Ipalan, lo que muestra que la h- inicial no tiene valor de aspirada. T orriani, cap. XVI, anota lpalan. T anto Marín de Cubas, lib. I, cap. XX, como Pedro Agustín del Castillo, lib. 11, cap. XII consignan Hipalan. Glas, The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands, lib. I, cap. VII, p. 23, anota Palan. Álvarez Delgado analiza la variante Ipalan en su trabajo "El episodio de Iballa", pp. 307-310. Aquí señala que la forma auténtica y originaria debe ser Ipalan (cuya desinencia plural omiten diversas fuentes), a la que adjudica el valor de 'vegas', 'campos de cultivo' y 'llanos altos', y que explica sobre reforzamiento de la palabara tuareg abe/es 'lugar cultivable', 'tierra propia para el cultivo'. Para Álvarez Delgado es evidente que lpalan, como denominación del cantón, arranca de un topónimo menor, cuya importancia, por razones hoy desconocidas (residencia primera del jefe cantonal, preeminencia geográfica, 104 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 mayor poblado, etc.) basó la razón de capitalidad. Wólfel estudia esta forma en dos ocasiones. Comienza a hacerlo en el glosario que incluye en su edición del texto de Torriani, pp. 284-285. Aquí, si bien reconoce que desconoce el significado del elemento Pala, señala que en Ipalan y Apala se advierte perfectamente la marca del plural y la función de los afijos, con lo que Pala es 'la tierra de la tribu Pala', Apala (a-pala) es 'alguien de Pala', e Ipalan (i-pala-n) es 'la gente de Pala'. Luego, en sus Monumenta, pp. 675-676, Wólfel tendrá ocasión de profundizar en el análisis de esta forma. IZCAGÜE. Los fondos documentales de los siglos XVII y XVIII nos proporcionan abundantes registros de este topónimo. Entre los materiales de la Antigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, tomo I, fol. 37 vto., encontramos un registro que corresponde a 1768: ltem otra suerte que tiene que compró a Elena Sánchez en agua hilba ... que linda por arriba el time del Risco de lscague ... Viera y Clavijo, en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, escribe Iscahué. Diversos trabajos y repertorios lingüísticos del siglo XIX incluyen este topónimo de La Gomera: Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 73; Chil, Estudios, 11, p. 129; Olive, Diccionario, pp. 560, 955; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, p. 3 70; y Benítez, Historia, pp. 124, 177. Millares Torres, Historia, X, p. 750, da la forma errada Isgague. Encontramos una forma muy cercana a este nombre geográfico gomero entre los materiales toponímicos de La Palma: Izcagua (también frecuentemente ortografiado Hiscagua, Hiscaguan), nombre del barranco que separa los municipios de Puntagorda y Garafia, en el noroeste de la isla, y que es una denominación que viene ya en Abreu Galindo, lib. III, cap. III, que al hablar de los cantones o señoríos de La Palma prehispánica escribe: "El décimo término y señorío era Tegalgen, que es Garafia, hasta el barranco de Hiscaguan ... El onceno señorío era desde el barranco de Hiscaguan hasta la asomada de Tixarafe". W. Vycichl, en su artículo "La lengua de los antiguos canarios", p. 196, explica la forma lzcagua de La Palma a partir del bereber iskawen 'cuernos'. Wólfel se refiere a estos dos términos, Izcagua e Izcague, en el glosario de su edición del texto de Torriani, p. 285, y remite ambos al antropónimo palmero Azuquahe 'rojo' y a la voz bereber amezgaru 'el primero' (Zemmur). Luego, en sus Monumenta, p. 750, amplía el análisis de estas dos voces. IZQUE. A pesar de su incuestionable procedencia, este término no viene en los materiales de Chil y Millares Torres. Tampoco Bethencourt Alfonso anota 105 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 esta voz en su lista de toponimia prehispánica gomera, pero sí lo hace Fernández Pérez en su trabajo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 10. W olfel estudia esta voz en sus trabajos Monumenta Linguae Canariae, p. 880, y Eurafrikanische Wortschichten als Kulturschichten, pp. 95, 135, 150, y relaciona esta forma gomera con el topónimo palmero Tenisque, y proporciona un conjunto de paralelos bereberes: iziki 'tierra pantanosa de los márgenes de los ríos, orilla, erial' (Demnat); iskin 'lado, costado' (Demnat); iziki/izikiten 'valla, empalizada, cercado, vallado' (shilha); assiki 'barbecho' (shilha); e isek/iskawen 'cuerno' (Ahaggar). Además de esta clara relación con el término de La Palma Tenisque, creemos que Izque es un término cercano a la voz palmera Izcagu.a y a la gomera Izcagüe. JAGÚE. Tanto Chil, Estudios, 11, p. 129, como Olive, Diccionario, p. 561, recogen Jagu.e. Millares Torres consigna Jaque en su Historia, X, p. 258, pero ambos registros son errados, porque la forma verdadera es Jagüe, tal y como recoge Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, p. 370. Wolfel, Monumenta, p. 784, incluye este topónimo gomero en el mismo apartado que las voces tinerfeñas siguientes: Ijagua o Hijagu.a, lugar en Tegueste; Ijaga, monte en Santiago del Teide; Ajagu.a, lugar cercano a San Andrés; y Vera de Jagu.a, caserío en El Rosario. JERDUÑE. Entre las fuentes tradicionales, esta voz viene por vez primera en Viera y Clavijo, Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, e Historia, lib. XII, cap. 46, y también f i gura en Juan de Castro, La isla de La Gomera en la actualidad, p. 57. Diversas fuentes del siglo XIX recogen Terduñe: Berthelot, Ethnographie, p. 197 (Terdune, Terohune); Álvarez Rixo, Lengu.aje de los antigu.os isleños, p. 82; Madoz, Diccionario, VIII, p. 440, s.v. Gomera, y xrv, pp. 54, 705. Chil, Estudios, 11, p. 129 y 132, consigna Terchune, Terdune y Jerduñe, al igual que Millares Torres, Historia, X, pp. 258, 259, y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 373. Olive, Diccionario, p. 568, anota Jerdufíe, y Benítez, Historia, p. 124, trae Jarduña. En relación con esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 684. JERIÁN. Chil consigna esta forma en sus Estudios, 11, p. 130. T ambién la registran Olive, Diccionario, p. 569, y Millares Torres, Historia, X, p. 258. También Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, p. 370, recoge Jerián como denominación de unas cuevas en Chipude. Registros más tempranos de este topónimo vienen en la documentación del siglo XVII relativa a La Gomera. 106 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel, Monumenta, p. 665, considera que la -n final de este nombre geográfico de La Gomera constituye la marca del plural y que hay que vincularlo al topónimo lanzaroteño Geria. Por nuestra parte, consideramos que este término de Lanzarote no es adecuado para relacionar conJerián, porque tenemos diversas dudas sobre su filiación prehispánica. JOIMO. Así se denomina un lugar del municipio de Vallehermoso, en el valle de Alojera. Chil registra este elemento en sus Estudios, II, p. 130, pero se trata de una voz que ya figura en Viera y Clavijo, Diccionario de Historia Natural, s.v.fuentes. Otras referencias se encuentran en Olive,Diccionario, p. 569; Millares Tores, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo g.uanche, I, p. 371; y Benítez,H istoria, p. 124. Bethencourt Alfonso,p . 371, también consigna Joima, región en Alajeró, forma que encuentra en documentación antigua. Sobre esta voz véase Wolfel, Monumenta, p. 899. Teniendo en cuenta la inestabilidad de las labiales, W olfel remite esta forma a Hoybo ( también lboibo e lbobio), lugar en Adeje (Tenerife). JUEL. Esta denominación se aplica a una zona situada en la costa del municipio de Hermigua. La documentación del siglo XVII nos proporciona abundantes registros de este topónimo. Dentro de las listas y trabajos del siglo XIX, Chil consigna este elemento entre los materiales lingüísticos prehispánicos que recopila en sus Estudios, 11, p. 130. También figura en el Diccionario de Olive, p. 570, y en la Historia de Millares Torres, X, p. 258. Bethencourt Alfonso,H istoria delp ueblo .agunche, I,p . 370,e scribe Geül. La dcoumentación del siglo XVII nos proporciona varios registros de este topónimo. Wolfel incluye este elemento en sus Monumenta, p. 685, y lo considera cercano a los nombres geográficos gomeros Gila y Ogila, al topónimo de La Palma Gigil, a la voz herreña Torojel y al término de Tenerife Chirigel. MACAYO. Chil consigna este topónimo en su Estudios, n, p. 130, pero con anterioridad esta voz ya figura en Viera y Clavijo, tanto en su Diccionario de Historia Natural, s. v. fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46, donde escribe Moncayo, al igual que Madoz,D iccionario, XV,p . 680. Oarts fuentes opsteriores también recogen este nombre geográfico: Juan de Casrto,L a isla de La Gomera en la actualidad, p. 58; Olive,D iccionario, pp. 624,802; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo gu.anche, I, p. 371; Benítez, Historia, p. 26; y Femández Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, pp. 20, 39, 68. Abundantes registros de este 107 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 topónimo se encuentran en la docwnentación de los siglos XVI y XVII. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 856. Por su estructura fonética, Wolfel incluye esta forma gomera en el mismo apartado que los términos tinerfeños siguientes: Chimaque, lugar en Santa Úrsula; Chimiche, lugar en Granadilla; Maca (debe ser Masca), lugar cercano a los barrancos de Juan López y del Carrizal; !moque, roque en Adeje; Chamoco (también Chamaco o Chenaco), roque en Buenavista; Macana, caserío en La Orotava; Los Maquenes, lugar en Güía; y Mequinez, calle en el Puerto de la Cruz. También incluye en el mismo apartado los términos gomeros Aramaqué, lugar en Hermigua; Mequesegue, lugar en San Sebastián; y A/macla, lugar en Chipude. Y a ellos suma las voces herreñas Taimuica y Mequena, los términos Tamaimuche y Mequinez de La Palma, y finalmente Mequinez, localidad en Pájara, Fuerte ventura. MACHAL. Viera y Clavijo recoge esta forma en su Diccionario de Historia Natural, s. v. fuentes y en su Historia, lib. XII, cap. LXVI. Pero, entre los materiales de la Antigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, tomo I, fol. 3 7 vto., encontramos un registro que corresponde a 1768: Itero otra suerte de tierra en la lomada de Macha! que linda por arriba con tierras de Juan de Armas, por abajo camino y la ladera, por un lado con el time de la ladera y por el otro tierras de Juan Padrón. Otros autores que consignan este topónimo gomero son Madoz, Diccionario, XIV, p. 54; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Chil, Estudios, 11, p. 130; Millares Torres, Historia, X, p. 258; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371, que escribe Machar. Wolfel, Monumenta, p. 852, relaciona esta forma con un término canario idéntico: Machar, lugar de Lanzarote, y da como paralelos los elementos bereberes amadel 'vertiente, ladera', y timde/tl timdlin 'twnba' (Sus). Por nuestra parte pensamos, con Álvarez Delgado, que este topónimo parece provenir de las actitudes religiosas de los antiguos gomeros, que creían en unos machea/ o machial, una especie de ídolos o demonios que tomaban cuerpos fantásticos, tal y como se recoge en una crónica anónima50 que se encuentra en los fondos de la Academia de la Historia: se quenta dellos que les parecían unos ídolos, que ellos en su lengua llamaban "lrguanes" ... Estos eran demonios que tomaban cuerpos fantásticos en el ayre y se hacían adorar y temer. Adoraban también otros ídolos o demonios que eran dos que en su lengua se decían "Machea! grande" y "Macheal chiquito", y los lugares donde los hacían veneración 108 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 o adoración a estos ídolos o demonios retienen hoy el nombre y se llaman "Machía! grande" y "Machía! chico". Álvarez Delgado, Teide. Ensayo de filología tinerfeña, p. 34, relaciona este machial de La Gomera con el magec de los guanches y los maxos o maxios de los majoreros, y no cree que sea aventurado ver en todas estas voces la misma raíz común con divergencias dialectales o de morfología según las variedades. MAGAÑA. Viera y Clavijo escribe Magañas tanto en su Diccionario de Historia Natural, s.v. fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46. Otros autores que consignan este topónimo gomero son Madoz, Diccionario, I, p. 185, s.v.Alajeró, VIII, p. 440, s.v. Gomera, y XI, p. 17; Chil,Estudios, 11, p. 130; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Millares Tores, Historia, X, p. 258; Olive, Diccionario, p. 646; BethencourtAlfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371; y Benítez, Historia, p. 124. Como vemos, para Chil, Álvarez Rixo, Millares Torres y Bethencourt Alfonso estamos ante un elemento de extracción prehispánica. Como tal lo trae también Wolfel, Monumenta, p. 854. Wolfel admite que no sabe si el segmento inicial ma- de esta voz pertenece a la raíz de la palabra o si, por el contrario, es un elemento radical, puesto que no conoce otros términos que comiencen con ma-. Estas dificultades de W olfel para explicar este topónimo gomero, junto a la existencia de la voz geográfica Magaña en Jaén (y Ciudad Real) y en Soria, cuestionan seriamente la consideración de Magaña como voz prehispánica. MAHONA. Viera y Clavijo consigna esta forma en su Historia, lib. XII, cap. XL VI, y también figura en otros autores: Madoz, Diccionario, VIII, p; 440, y XIV, p. 54; Chil,Estudios, I, p. 387, y 11, p. 130; Álvarez Rixo,Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371; y Fernández Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, p. 19. A estos registros hay que sumar los que nos proporciona la documentación del siglo XVII. Como vemos, la mayoría de los repertorios dan Mahona como voz prehispánica. Otro tanto hace la Historia de las Islas Canarias editada por A. J. Benítez, p. 339, donde se relaciona este término entre los topónimos prehispánicos de La Gomera, pero no se deja de apuntar que mahona es también el nombre de una embarcación turca. Sobre esta forma véase W olfel, Monumenta, p. 863. MAJÁN. Viera y Clavijo recoge esta forma en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, donde incluye la fuente del Maján entre los manantiales de 109 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Vallehennoso. Este topónimo también figura en otros autores: Chil, Estudios, II, p. 130; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Bethencourt Alfonso, Historia del pu.eblo guanche, I, p. 371; y Benítez, Historia, p. 124. Wolfel, Monumenta, p. 863, relaciona esta forma gomera con varios topónimos canarios: El Majano, casa de labranza en Santiago del Teide (Tenerife); Los Majanos, casa de labranza en Adeje (Tenerife); Los Majanos, lugar en Ingenio (Gran Canaria); y Cruz del Majano, lugar en Güía (Tenerife ). Wolfel advierte que la palabra española majano 'apilamiento de piedras que señaliza el límite de un terreno' explica todos estos topónimos, si bien en el caso de Maján puede verse la huella prehispánica. MEQUESEGUE. Viera y Clavijo consigna esta forma en su Historia, lib. XII, cap. 46. También la traen diversos autores del siglo XIX: Berthelot, Ethnographie, p. 197; Madoz, Diccionario, XI, p. 381, y VIII, p. 440, s. v. Gomera; Chil, Estudios, II, p. 130; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 76; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Olive, Diccionario, p. 669; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371. D. J. W olfel incluye esta voz en su obra Monumenta Linguae Canariae, pp. 855-856, pero no entra en el estudio de la misma, y admite que no conoce ningún elemento al que vincularlo ni tiene ningún paralelo. MÉRIGA. Entre las fuentes tradicionales, encontramos por vez primera este topónimo en los materiales de Maximiliano. Luego, también viene en otros autores: Chil, Estudios, II, p. 130; Millares Torres, Historia, X, p. 258; Olive, Diccionario, p. 53. Benítez, Historia, p. 861, consigna Cancelas de Mesiga, pero se trata de una equivocación gráfica. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371, consigna Merica y Meriga. Femández Navarro, Consideraciones geológicas en la isla de La Gomera, pp. 20, 25, 49, 56 y 75, escribe Mérica. Sobre esta fonna véase D. J. Wolfel, Monumenta Linguae Canariae, p. 863. Wolfel relaciona este nombre geográfico de La Gomera con el topónimo palmero Mirca, zona de Santa Cruz de La Palma, y no proporciona paralelos. PALOCHIRME. Bethencourt Alfonso en su Historia del pueblo guanche, I, p. 369, consigna Chirme, y Femández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, consignaPalochirme. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 871, que remite a los elementos canarios Chirama, lugar en Tenerife; Cheremías, lugar en San Sebastián (La Gomera); y Chuchurumbache, caserío en Granadilla (Tenerife). 110 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel señala que en algunos casos parece como si el segmento pa-,po- fuera un prefijo, como en el topónimo tinerfeño Potigayga. Nosotros creemos que esta conclusión es válida en el caso de Potigayga pero no en el de Palochirme. POLAGUAJINE. Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, recoge este topónimo como denominación de un lugar cuya localización no se especifica. Bethencourt Alfonso no trae este término en su lista de toponimia prehispánica gomera. Gloria Díaz Padilla y J. M. Rodríguez Yanes leen Polaguajire en un documento relativo a la compra que hace Catalina de Armas de unas tierras en Palo Guajire, lugar que debe estar en la zona de Jaragán. Véase El señorío en las Canarias occidentales, p. 182. Wolfel incluye esta forma en sus Monumento, p. 871, pero no profundiza en su estudio, limitándose a reconocer que no puede ofrecer una hipótesis etimológica ni paralelos posibles. En cualquier caso, Wolfel relaciona Polag uajine con varias voces toponímicas y antroponímicas canarias: Peligodono, guerrero del mencey Bencomo según los materiales de Viana; Arguijón o Guijón, lugar de Tenerife; Guayonga, barranco en Tacoronte; y Guayahun, guerrero de La Gomera según Berthelot. QUISE. Esta voz corresponde a un caserío y barranco en Alajeró. Bethencourt Alfonso no incluye este término en su lista de toponimia prehispánica gomera. Tanto en Chil, Estudios, II, p. 131, como en Millares Torres, Historia, X, p. 258, encontramos Quite, forma en la que se advierte un eror gráfico evidente. También Olive, Diccionario, p. 853, anota El Quite. Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, consigna Quise. Wolfel estudia este término en sus Monumento, pp. 848-849. SEIMA. Chil recoge esta forma en sus Estudios, 11, p. 134, y figura también en Millares Tores, Historia, X, p. 259, y en Olive, Diccionario, p.1058. Además de Seima, como resultado de su investigación de fuentes escritas, Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 371, recoge Seime como denominación de una región costanera próxima al baranco de Tagamirche. Sobre esta voz véase Wolfel, Monumento, p. 885, que remite como paralelo al término asaiml isuyam 'precipicio' del bereber del Ahaggar. TACALCUSE. Bethencourt Alfonso recoge este topónimo en su Historia del pueblo guanche, I, p. 372. Fernández Pérez, en su artículo "Palabras indígenas de la isla de la Gomera", p. 11, anota Tacalouse, con error gráfico evidente, y así aparece recogido por Wolfel. Pero debe ser Taca/cuse. 111 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Wolfel, Monumenta, pp. 737, 851, estudia esta forma juntamente con otra voz gomera:Aluse, y proporciona los paralelos bereberes siguientes: alus 'colina bastante elevada de forma alargada', 'pequeña cadena de colinas bastante elevadas de forma alargada' (Ahaggar); aláwas 'dátil desechado antes de madurar' (Ahaggar); aluslilassen 'colina baja' (Tait.); y alus wassif'aluvión' (Sus). TACORONTE. Este topónimo figura recogido por Fernández Pérez en su artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 11, como denominación de un lugar en Alajeró. Este nombre geográfico de La Gomera cuenta con dos topónimos muy cercanos. Uno de ellos es el conocido término tinerfeño Tacoronte. El otro es Tacorone (o Tecorone), denominación de una zona costera del sur de El Hierro. Wolfel se inicia en el estudio de la voz Tacoronte de Tenerife en el glosario de su edición del texto de Torriani, p. 291, donde analiza esta forma toponímica como ta-koron-te y plantea una posible relación con el término Acoran (acoran) 'Dios', con lo que Tacoronte vendría a ser 'lugar de dios'. Para este investigador, la -n- de Tacoronte (ta-coro-n-te) tiene la función de afijo, al igual que ocurre con Tamogante y Tamonante. Con posterioridad, Wolfel vuelve al estudio de este topónimo en su obra Monumenta Linguae Canariae, pp. 765- 766. TADAJGOS. Chil recoge esta forma en sus Estudios, 11, p. 131. También figura en Millares Torres, Historia, X, p. 259; Olive, Diccionario, p. 1079; y Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 3 72. Sobre esta forma véase Wolfel, Monumenta, p. 826. Este investigador descompone esta voz geográfica en ta-daigos, donde el elemento inicial ta- es prefijo seguro. En lo que respecta al segundo elemento -daigos no conoce paralelos. TAGAIDA. De M. Aguilar esta voz pasa a los inventarios de Chil, Estudios, 11, p. 131; Millares Torres, Histon·a, X, p. 259; y Bethencourt Alfonso, Histon·a del pueblo guanche, I, p. 372, que también recoge Tajaida, región en Vallehermoso. Wolfel, Monumenta Linguae Canariae, p. 795, relaciona esta forma gomera con los topónimos tinerfeñosAnagayda e Ygay y proporciona como paralelo el elemento bereber tagaid 'colina' (Harawa). TAGAMI (R)CHE. Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 3 72, recoge Tagamiche como denominación de una loma en San Sebastián y en la documentación antigua que maneja encuentra Tagamirche como denominación de un barranco, y Fernández Pérez, "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", 112 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 p. 11, anota Tagamiche o Tagamirche. En relación con esta forma véase W olfel, Monumenta, p. 834. TAGARAGUNCHE. Viera y Clavijo recoge esta forma en su Historia, lib. XII, cap. 46. Al hablar del término de Alajeró, escribe que "sus montañas más célebres son Tagaragunche o el Calvario, que es el puesto de las atalayas en tiempo de guerra o de piratas, y Chimpa, de muy agradable perspectiva cuando están los panes en verde." Con posterioridad a Viera y Clavijo, este topónimo figura en diferentes obras y repertorios lingüísticos: Madoz, Diccionario, I, p. 185, s.v. Alojera, y VIII, p. 440, s.v. Gomera; Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 79; Chil,Estudios,II,p.131; Millares Tores,Historia,X, p. 259; yBethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 372. Sobre esta voz véase J. Álvarez Delgado, Miscelánea guanche, p. 78. TAGARNUCHE. Bethencourt Alfonso no trae esta voz en su lista de toponimia prehispánica de La Gomera. Femández Pérez anota Tagarnuche en su artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", p. 9, donde señala que así era la denominación antigua de la montaña que en la actualidad se llama del Calvario, en Alajeró. Como hemos visto con anterioridad, Viera y Clavijo no recoge Tagarnuche, sino Tagaragunche. Véase esta voz. TAGORJE. Nosotros hemos hallado un registro de este topónimo, correspondiente al año 1768, en los fondos de laAntigua Contaduría de Hipotecas de La Palma, vol. 1, fol. 3 7 vto.: Item otra suerte de tierra ... por abajo Hda. de don Diego Dávila, por un lado la cumbre de Hermigua y por el otro barranquillo de Tagorje. Desafortunadamente ningún lingüista se ha acercado a esta forma geográfica de La Gomera. No figura recogida por Bethencourt Alfonso en su lista de materiales prehispánicos gomeros y Fernández Pérez no la incluye en su artículo "Palabras indígenas de la isla de La Gomera", y consecuentemente no llega al conocimiento de Wolfel y otros especialistas. TAGULUCHE. Reciben este nombre un lugar y un barranco situados en la costa del municipio de Hermigua, entre los caseríos de Juel y El Palmar, y también es la denominación de un barranco y un caserío del municipio de Valle Gran Rey. 113 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca, 2017 Viera y Clavijo consigna esta forma toponímica tanto en su Diccionario de Historia Natural, s. v.fuentes, como en su Historia, lib. XII, cap. 46. También la recogen inventarios y textos posteriores: Álvarez Rixo, Lenguaje de los antiguos isleños, p. 80; Madoz, Diccionario, VIII, p. 441, s. v. Gomera; Chil, Estudios, 11, p. 131; Millares Torres, Historia, X, p. 259, Olive, Diccionario, p. 1079; Bethencourt Alfonso, Historia del pueblo guanche, I, p. 372; y Benítez, Historia, p. 124. Berthelot, Ethnographie, p. 197, escribe equivocadamente Taguluché. En relación con esta forma véase Álvarez Delgado, Miscelánea guanche, p. 127; y Wolfel, Monumenta, pp. 497-498, 683. Wolfel estudia esta forma juntamente con el elemento Tigu/ahe, y que se aplicaba al término donde estaba el árbol santo de El Hierro, y con las voces palmeras Tiga/ate y Tiguerorte, nombres a los que Gaspar Frutuoso adjudica el valor de |
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