lOS PiniTOS DE
lA APERTURA
Una escena de "La naranja mecánica"
Desde el momento en que
comenzó a manosearse el
cacareado término de "apertura"
en nuestro país, hasta los
tiempos actuales, no se ha dejado
de cavilar y especular sobre él,
sobre sus posibilidades reales de
materialización y sobre las dimensiones
que alcanzaría en
nuestra sociedad si ello ocurriera
.Pues bien, ha ocurrido, aunque
de una forma un tanto discrecional
y arbitraria y la única cosa
"diferente" que se ha observado
en nuestro público, el único
cambio (si es que se le puede
denominar así) originado no es
otro que una mayor asistencia
de público a los cines y lo que es
más importante, una descongelación
del desinterés y la apatía que
dominaba en muchos aficionados
que andaban poco menos que divorciados
del cine que se veía por
es tos lares. Na turalmente, de
todo esto se desprende una consecuencia
que podríamos llamar
cultural que a todos nos beneficia,
una consecuencia que se puede
palpara diario en nuestra ciudad
después de que títulos como "La
naranja mecánica"" "Aguirre, la
cólera de Dios" y "El 'fantasma
de la libertad" se exhiben con
llenos totales (en cada una de las
sesiones) en sendos locales de la
capital y son objeto de numerosos
comentarios de todo orden por el
complejo plantel de espectadores
que asistena verlas. Por lo tanto,
no podemos por menos que sentirnos
esperanzados ante un
panorama que por lo que se ve,
se nos presenta como muy prometedor.
Ahora bien, insisto en que
la tal apertura se ha efectuado
de una forma discrecional y
arbitraria; esto es, que habiendo
otros títulos españoles y extran'"
jeros menos "pernfciosos" e
"indigestos", a mi modo de ver,
que los anteriormente citados,
aún no tienen luz verde en el
suelo patrio.; de modo que si se
sigue aplicando este extraño método
de censura, inexplicable
bajo cualquier punto de vista,
nos tendremos que dedicar a
hacer quinielas cinematográficas,
y a ver si acertamos algún que
otro resultado. Por lo pronto,
hemos acertado tres y muy interesantes.
Veamos.
«la noronia
meEóniEO»
Hablar de "La naranja mecánica"
en 1976, se me antoja como
anacrónico y caprichoso a pesar
de que los años que tiene encima
no son tantos (cuatro) pero aunque
así nos resulte hay que hacerlo,
ya que ha sido y es un título enormemente
significativo, no sólo
en la historia del cine mundial,
sino en nuestra historia rarticular,
por su singular L:cidencia
en unas circunstancias sociales
y políticas que actualmente sufre
el país, raz[) n por la cual es
do b 1G m en t e significativo su
estreno entre nosotros.
Lo que ha ocurrido con
"Clockwork orange" es justo lo
que nos temíamos., es decir que
se la ha mitificado en exceso y en
consecuencia ha sido visionada
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bajo los condicionamientos y los
prejuicios que implica siempre el
mito. Por una parte, la aureola
de eséándalo que la ha rodeado
desde su estreno en Londres,
por otra, que es una obra de
Kubrick y ya se sabe, que en este
país cuando se encumbra a alguien
no hay ser viviente que logre
decantarlo, y por último la factura
misma de la película sustentada
bajo unos temas de enorme
trascendencia, como son la violencia
como mal endémico en la
sociedad actual y el erotismo como
válvula de escape de la misma.
Son éstos grandes temas que
epatande antemano alespectador
ingenuo (y e1 espectador cinematográfico
medio es fundamentalmente
ingenuo: acepta de igual
manera "Tiburón',', pongo por
ejemplo, y" La naranja mecánic~l)
yde cuya debilidad se han valido
infinidad de realizadores para
lograr sus objetivos, sospechosamente
artísticos rNo quiero con
esto decir que Kubrick sea un
mixtificador ni un embaucador que
se aprovecha impunemente de la
impotencia del espectador frente
a determinados espectáculos. Sin
embargo, considero que pese a su
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
honradez intelectual ha llegado al
objetivo señalado, pero por otro
camino; es decir, sin intentar
embaucar, pero sí intentando
llegar más allá de sus propias
limitaciones. Todos sabemos que
el autor de "2001, una odisea
espacial" ha sido de siempre un
fotógrafo prodigioso y hasta cierto
punto un gran narrador, y es
paradójicamente su maestría la
que le ha lleg-ado a domInar en esta
película coartándole ese márgen
para reflexión que en esta ocasión
no ha conservado, siempre al
amparo que le facilita el saberse
lúcido, expresivo y enormemente
convincente cara al respetable.
Por ello el film adolece de sensacionalis
ta y de deslumbrante cada
ve;¿; que la problemática tratada
merece un tratamiento si se quiere
más simple, con menos magnificencia,
pero sobre todo mucho
más reflex-ivo en virtud de un
análisis más objetivo y profundo.
Da la impresión de que Kubrick
ha intentado amalgamar los platos
fuertes de nuestra civilización, a
saber, erotismo~ violencia., represión
.•." pero no ahondando
en cada uno de ellos con el objeto
de desembocar en un diagnóstico
positivista, sino limitándose al
simple muestreo espectacular
(lo bien que da en imágen la violencia
y el erotism9, máxime si
está bien fotografiada); o sea,
descubriendo el pastel pero no
sus ingredientes, coordinando
(muy bien, por cierto) toda una
iconografía de la sociedad superindustrializada,
deshumanizada
y fría de los próximos años, una
sociedad que bien podría ser la
actual, dada su caracterología,
pero que no obstante Kubrick,
por no sé qué extraño pudor,
decide localizarla en la posteridad.
Creo que el error fundamental
radica en esto, en que se ha
p la n t e a d o una problemáticacrónica
propia y sobre todo actual
en un tiempo absolutamente desproporcionado
con los postulados
que lo configuran. Si en vez de
buscar la espectacularidad como
primera medida, se hubiera meditado
sobre las enormes posibilidades
de interiorización que
ofrecía el tema, olvidándose de la
belleza plástica que proporcionan
unos decorados futuristas y de
jugara la baza del producto exótico,
el film hubiera ganado en
riqueza psicológica y en crítica
social. Pero, por lo visto a este
realizador le sugestionó más la
idea de hacer una cinta de anti-cipación,
que una de profundas
reflexiones psicosociológicas.
También lo que' ocurre es que
Kubrick es de esos que aú.n creen
que una imágen mientras más perfecta
esté más expresiva resulta.
Cuando da con guiones consistentes
como"Dr. Strangelove""("Teléfono rojo: volamos hacia
Moscú"""Atraco perfe;cto""
llEspartaco'1 o 112001 una odisea
espacial", guiones donde prevalecía
más la "idea"" pese a la
enorme belleza de las imágenes,
que la plasticidad, consigue verdaderas
obras maestras, cuando
no, (como en este caso) crea obras
deslumbrantes, hermosas y brillantes
como"Clockwork orange""
pero faltas de complejidad.
A pesar de todo, la visión de
la película resulta gratificante
por una serie de aciertos realmente
importantes. La adecuación
perfecta entre la música, por
ejemplo, y el ritmo de las imágenes
,alcanza en algunos momentos
caracteres delirantes, como en
la secuencia del "menage a troix"
entre Alex (Malcolm Mc. Dowell)
y las dos jóvenes que conoce en
la discoteca durante uno de sus
garbeas en solitario. El hermoso
travelling inicial en el milk-bar,
la propia labor de Mc. Dowell en
el personaje de Alex, personaje
que nos costará olvidar dada su
enorme originalidad, y un largo
etcétera de detalles que hacen
del film una especie de brillante
"divertimento" visual, y que si
no fuera por los defectos anteriormente
señalados, hubiera resultado
una obra de excepción.
«Aguirre, la
[álera de
Dias»
Si no fuera por la propia
esencia del arte cinematográfico,
compleja y contradictoria, me
atrevería a dividirlo en dos grandes
bloques: el cine que acciona
desde fuera, o sea desde su propio
mecanismo exterior, utilizando
todos sus medios tales como
montaje, ritmo, planificación,
banda sonora ••• yel que pretende
interiorizar en cada uno de
ellos, accionando también pero
desde dentro; es decir, ahondan-
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do en las posibilidades infinitas
de cada uno de los elementos que
componen la imágen en movimiento.
A este último apartado pertenece
de forma integral, la primera
película de Werner Herzog
estrenada comercialmente en Espa
ña, "A guirre, la cólera de
Dios", y por muy diversos motivos
además del anterJormente
aducido, ya que el realizador alemán
se decanta de forma definitiva
hacia undiscurso histórico que
se encuentra en las antípodas de
la crónica convencional que critica'
unos hechos pasadqs, una
época o unas circuns tancias pretéritas,
vá mucho más allá del
hecho mismo y de sus motivaciones
incidiendo de forma proverbial en
la estructura de la tragedia. shakesperiana,
de cuya mecánica se
vale para arquetipar unos personajes
y unas situaciones en virtud
de una mayor universalización de
los mismos, y de una "ejemplarización"
al margen de límites
temporales y geográficos~ De tal
modo, el personaje que representa
Lope de Aguirre (Klaus Kinski)
se nos revela como todo un arquetipo
de la pasión por el poder,del
hombre que aspira al poder por
medios drásticos y violentos y
utilizando idénticos medios para
mantenerlo .Hay también, .como en
las obras de Shakespeare, un
personaje que existe más por su
presencia amenazadora y como
elemento de contrapunto, que por
su importancia psicológica: Pedro
de Ursúa (interpretado por
el realizador brasileño Ruy Guerra)
comandante de la expedición
que marcha sobre el Amazonas,
que es asesinado por D. Lope en
uno de sus arrebatos de demencia
megalómana; personaje, que por
otra parte viene especificado no
por su comportamiento, ni por su
importancia dramática en la historia,
como digo, sino porsu sóla
apariencia amenazadora, dada su
tácita implicación en los sucesos
que van acaeciendo alrededor
suyo.
El resto de los personajes,
pese a estar carentes de individualidad,
componen el marco de
la incertidumbre ante un destino
que está a caballo entre ese El
Dorado que con tanta ansiedad
buscan y la remisión a un ignoto
paraíso de miseria y soledumbre,
de paz y tragedia que siempre
conlleva un mundo por conocer.
De ahí que todos ellos no actúen
en el sentido literal de la palabra;
deahíqueel hambre, la desnudez
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JUVl
premios de la VII Edición del
Concurso de Tarjetas de Navidad
que el Club Juvenil de la
Caja organiza en colaboración
G
ENTREGA DE PREMIOS
DE NUESTRO CONCURSO
DE TARJETAS DE
NAVIDAD
Primer premio del Grupo A: Ceferino José Henr{quez Navarro
El día 31 de enero pasado
tuvo lugar en el Salón de
Actos de nuestra Entidad, en
Triana, 110, la entrega de
y la indigencia les dejen incólumes
frente al incierto destino que les
aguarda. Las alucinaciones son
confundidas con la realidad (un
barco irreal colgado sobre un
enorme árbol tiene para ellos la
misma significacIón que una
auténtica flecha clavada en sus
cuerpos), el delirio de poder con
la omnipotencia (me casaré con
mi hija -dice Aguirre en la última
secuencia- y crearé la más pura
dinastía que jamás haya existido
sobre la tierra." y de ahí ese
expresivo y solemne silencio que
acompaña toda la película, silencio
quc sólo se rompe esporádicamente
por el vagido de la corriente
del río o por los arrebatos
wagnerianos de Don Lope de
Agüirre. Por ello pienso que
"A güirre , la cólera de Dios"
constituye por sus orquestados
elementos y por su magnitud y
vastedad espiritual un perfecto
marco operístico en toda su grandeza
yen toda su perfecta unidad
rítmica.
Por lo tanto ,_y vuelvo al principio,
esta película pertenece a
ese tipo de cine que se aleja de
unos esquemas preestablecidos,
ese cine que penetra dentro de su
"cáscara" ydescubre posibilidades
expresivas dentro de una
historia, que en este caso, y esto
creo que nadie lo ponga en duda,
se prestaba al tratamiento épico
tradicional de "heróicos" conquistadores
y "salvajes" nativos,
pero que Herzog ha despachado
desde un principio al servicio de
un profundo comentario sobre el
poder absoluto, sus consecuencias
y sobre la miseria e infinitud del
mismo, sobre el ábsurdo de ciertas
empresas guerreras emblemadas
bajo el auspiCio divÍJ;l.O,
etcétera.
En definitiva, "Agüirre •••"
es un film hermoso, desmitificador
e inteligente que como todas las
obras maestras debe de servisionada
más de una vez para degustar
en toda su belleza los numerosos
detalles que la componen,
así como comprobar una vez más
el talento de este joven realizador
que pese a su corta carrera, se
está convirtiendo en uno de los
maestros del cine moderno.
Primer premio del Grupo B: Paulina Ravelo Gutilrrez
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