Primeros tiempos de Santa Cruz de La Palma

              PRIlV1EROS TIElV1POS DE
SANTA C·RUZ DE LA
PALlV1A
L a isla de San Miguel de La
Palma, la Benahoare prehispánica, La
Palma isla bonita, isla verde por excelen­cia
del archipiélago canario anclada para
siempre en medio del sonoro Atlántico,
desde que la conocí ha ejercido sobre mí
una especial atracción.
Estuve por primera vez en La Palma
allá por el año 1958, a finales del verano
cuando, en cumplimiento de tareas labo­rales
profesionales, hube de residir cerca
de dos meses en ella, desguazando y
recuperando con un equipo especializado
un avión militar modelo "Junker" que se
había salido de la pista de aterrizaje en el
pequeño aeropuerto de Buenavista y
medio se empotró en un frondoso castaño
cargado de fruto a la sazón. (¡Aquella
corta pista única que semejaba más la de
un portaaviones, recortada por el Norte
con el profundo barranco de Juan Mayor
y por el Sur con el de la Zarcita de los
petroglifos aborígenes y parte del cemen­terio
de Mazo!"
Bien pronto hice amistad con amables
gentes palmeras y, merced a ello, tuve la
oportunidad de recorrer la isla en gran
parte, siempre admirado de lo que con­templaba
y hasta, a veces, añorante, pues­to
que me recordaba en muchos aspectos
a mi Galicia nativa, tanto en su clima y
en sus frondas como en su ciudad capital,
villas, pueblos y caseríos de costa o de
montaña.
Santa Cruz de La Palma, el santuario
de Nuestra Señora de Las Nieves, los sal­tos
de agua de Los Silos, San Andrés y
Sauces, El Paso del Sagrado Corazón de
Jesús, Los Llanos de Aridane, Tazacorte,
Puerto Naos, Las Manchas del volcán de
San Juan, Fuencaliente, Las Breñas, San
Pedro, Mazo." Evocaciones que queda­ron
reflejadas mal que bien en algún artí­culo
periodístico de la época y en las
páginas de un novelón de juventud titula­do
"La Sima" y que yace inédito por
alguna parte entre mis papeles.
Años más tarde, esta vez en período
vacacional y con mi familia al completo
retorné a La Palma, aterrizando en el
nuevo y coquetón aeropuerto de Mazo y,
con alojamiento en el hotel Mayantigo
capitalino, efectué diversas excursiones;
al Norte, pasando desde Barlovento hasta
Garafía por pistas de tierra entre frondo­sos
pinares y luego a Puntagorda, Tijara­fe,
El Time, para descender a Los Llanos
de Aridane, en ineludible fin de excur­sión
a la impresionante Caldera de Tabu­riente
y retomar a la capital de la isla por
ruta que atravesaba prolongado túnel. y
al Sur, a contemplar con asombro los res­tos
todavía humeantes de la entonces
reciente erupción del volcán Teneguía y
del volcán de San Antonio." Y, sobre
todo, gozar callejeando por la acogedora
y recoleta ciudad de Santa Cruz, visitan­do
el museo interesantísimo de "La Cos­mológica""
templos cuales el santuario de
Ntra. Sra. de Las Nieves o los del Salva­dor,
de Santo Domingo, de San José e
iglesia del Hospital, convento de Santo
Domingo y ermitas de San Sebastián y de
La Luz; palacios como el de Salazar y la
Casa Cabrera solariega; Teatro Chico y
Teatro Circo de Marte, Ayuntamiento,
castillo de Santa Catalina y acogedoras
plazas cuales las del Mercado, la Alame­da
con su barco pétreo de la Virgen." Y
La Caldereta y sus aledaños barrios típi­cos
y el amplio muelle del Puerto, etc.
Parafraseando a algún para mí anóni­mo
autor, vaya aquí como colofón a este
inicial comentario el siguiente texto que
describe muy bien a la Santa Cruz de La
Palma que llevo en el corazón: "Por sus
piedras pasaron lances de capa y espa­da;
luchas de privilegios medievales con­tra
los tiempos modernos; incruentas
luchas entre frailes, entre cofrades; his­torias
escabrosas; caballeros que se aco­gen
en sagrado; atentado de valientes
contra guapo y presuntuoso armador
enriquecido en Indias; vida de guarni­ción;
minué y rigodones; los productos
de un campo sin plátanos; pacotillas y
contrabando". Igualo parecido a cual­quiera
de las muchas ciudades de España
en tiempos del Antiguo Régimen.
La ciudad de Santa Cruz de La Palma
me sedujo; me tentó más de una vez a
indagar de su creación, de su pasado,
movido para escribir algo sobre ello. Y
fruto, tanto de mis contactos vivenciales
con la isla palmera y sus gentes como de
diversas lecturas e indagaciones biblio­gráficas,
han sido las presentes notas. Y
es que, además, esta ciudad, al igual que
otras principales canarias, tiene el privile­gio
de poder saber con casi plena certi­dumbre
la fecha o la época de su funda­ción,
de su origen más remoto como
núcleo poblacional.
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Santa Cruz de La Palma (por Leonardo Torriani)"
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Fachada del Ayuntamiento.
LOS ORÍGENES
No hay, o quizás yo no la localicé en
su totalidad, mucha bibliografía sobre los
principios de Santa Cruz de La Palma;
acaso porque los más primitivos docu­mentos
en los que se pudiese indagar,
salvo algún caso excepcional, desapare­cieron,
fueron incinerados por piratas
franceses a mediados del siglo XVI.
Otros perecieron, se inutilizaron por el
paso del tiempo y la incuria de quienes
debieran haberlos protegidos y salva­guardado.
No obstante, de forma excep­cional,
algunos se salvaron, como por
ejemplo ha sucedido con diversos escri­tos
posteriores sobre todo al año 1534 y
la mayoría fechados a partir de 1553,
cuando el día 21 de julio del indicado
año la ciudad de Santa Cruz de La Palma
fue tomada por sopresa por gentes piratas
francesas al frente de las que figuraban el
temible Fran~ois Leclerc, "Pie de Palo"
y su lugarteniente Jacques de Sore, que
ocuparon el lugar hasta el día 1 de agosto
en que se retiraron con cuantioso botín,
dejando tras sí muertes, incendios y ruina
total (1)"
Si bien, se da como cierta la fecha del
3 de mayo de 1493 como la del final de
las hostilidades entre los benahoaritas y
las tropas castellanas de Alonso Fernán­dez
de Lugo con la captura y prisión del
héroe isleño Tanausú en las cercanías del
lugar que luego se conoció por Fuente
del Pino, en el desfiladero de Adamacan­sis,
fecha por lo demás, que, al igual que
en parecidos casos en la Conquista del
Archipiélago Canario, habrá que tomar
como simbólica y acomodaticia más que
real. No se sabe a ciencia cierta qué día
fue el que el luego Adelantado de La
Palma que levantó su real en Los Llanos
de Tazacorte, también .enarboló e hincó
en lo alto de un cerro, en donde hoy está
la Alameda capitalina, una cruz de made­ra
de pino diciendo que allí se iba a fun­dar
lo que ya desde entonces llamó Santa
Cruz de La Palma.
Se ha escrito que: "En lOmo a aiJuella
cruz se fueron agrupando algunas rústi­cas
chozas cubiertas de hojas de pitera
(¿?) Y hierba seca y en parte opues(a al
Norte del barranco que ahora se llama
de Las Nieves y sitio llamado de Carias
fue donde se reunió el primer Cabildo de
La Palma, en una hermosa cueva que
sirvió de habitación a la familia del prín­cipe
guanche Bentacayce"(2)"
Fue en el territorio de Tedote que
comprendía a la zona o cantón de Tinibu­car,
al borde de amplia y acogedora bahía
localizada al Este de la isla, en el lugar
que se conoció por Apurón, ocupado a la
sazón por algunas chozas o cabañas rusti­cas
y cuevas habitables y gobernado
anteriormente y hasta entonces por los
tres hermanos Tinimaga, Agacencio y
Bentacayce.
Tanto algunos de los conquistadores
como numerosos pobladores llegados ya
a raíz de la conquista, procedentes sobre
todo de las islas Madeira y del Sur de
Portugal, se aposentaron en el bonancible
paraje, mezclados con los aborígenes ya
bautizados y súbditos de hecho y derecho
de la Corona de Castilla. En sus orígenes
humilde aldea, luego pujante villa y
finalmente floreciente ciudad del imperio
español. Existe una tradición arraigada
que informa que la pila con que se bauti­zó
a los indígenas de la isla es la que se
conserva en la parroquia de San Pedro,
en Breña Alta.
LOS CONQUISTADORES
Algunos de los conquistadores y
pobladores de más renombre que se asen­taron
en Santa Cruz de La Palma ya
desde su fundación fueron: Juan Benítez
Varela o Juan de Morón, natural de Ara­cena,
Huelva, casado con Margarita Fer­nández
de la Rosa Sanabria; Martín
Camacho, poblador, casado con Inés de
Inticole, quien en 1508 cedió parte de sus
tierras para que en ellas se edificase el
convento franciscano; Vicente de Cerve­llón,
valenciano, conquistador, casado
con Margarita Bellid; Baltasar de Espino
"el Viejo", casado con Juana Moreno de
Ayala, conquistador y poblador; Lope de
Fuentes, conquistador; Francisca Gazmi­ra
o Francisca de La Palma, indígena
bautizada que hizo mucho para la con­versión
y cristianización de sus paisanos;
Juan Gómez "el Viejo", conquistador,
casado con María Bohorquez; Alonso
González de Abreu, portugués, casado
con Juana de Castro, también portuguesa;
Alllón Gutiérrez Calderón, poblador y
escribano público, con tierras y monte
por la zona de Agacencio, Breña Alta y
dueño de una famosa fuente, al menos
hasta el año 1508; Lope Hernández
Ravelo, portugués, poblador; Francisco
de Londoño, casado con Beatriz Pallarés
Riquelme, que obtuvo tierras en el térmi­no
municipal de Santa Cruz de La Palma;
Juan de Lugo Señorino, repartidor,
teniente de gobernador, regidor y primer
fundador, casado con Catalina López;
Jácomo de Monteverde, natural de Colo­nia,
Alemania, nacido en 1472, que se
estableció en La Palma en 1500 y, casado
con Margarita Pruss compró ingenios
azucareros por Argual y Tazacorte y
fundó en Santa Cruz de La Palma la capi­lla
mayor de la iglesia del convento fran­ciscano
y en Tazacorte la ermita de San
Miguel y, procesado por hereje, murió en
Sevilla en 1531; Juan Rivera, poblador,
con tierras en las cabezadas de Velhoco y
Las Nieves adyacentes a la cilla; Marcos
Roberto de Monserrat, tarraconense, con­quistador
que, casado con Jerónima de
Benavente Cabeza de Vaca, mandó edifi-
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
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La isla de La Palma. según el plano de Leonardo Torriani.
car la capilla de San Marcos, luego deno­minada
del Cristo en la iglesia del Salva­dor;
Aparicio Rodríguez, portugués, por
algún tiempo alguacil mayor de La
Palma; Juan Ruiz de Berlanga, escribano
público desde 1509, poblador, con tierras
en Tijarafe, casado con Catalina de Lugo,
sobrina del Adelantado; Juan de Santa
Cruz, conquense, de Huete, conquistador
y regidor del antiguo Cabildo, casado con
Juana Luisa de Cervellón Alcocer, que
fue el artífece de la traída de aguas públi­cas
a la ciudad antes de trasladarse a Las
Indias; Gabriel de Socarrás, mercader
catalán establecido en La Palma desde
1501, casado con Ángela de Cervellón
Bellid, fundador de la capilla de Nuestra
Señora de Monserrat en la iglesia del
convento franciscano de Santa Cruz de
La Palma y Bartolomé de Zamora, pobla­dor
con diversas tierras que recibió en
1505 (3)"
LA TOPONIMIA
En cuanto a toponimia, calificación y
títulos de Santa Cruz de La Palma es de
advertir que en las Sinodales del obispo
don Fernando Vázquez de Arce efectua­das
entre los años 1514 y 1515, se decía:""."En la isla de La Palmn y en la iglesia
de San Salvador, en la villa de Apuron"""" Pero, ya con anterioridad, una data
sobre la fuente de Agacencio al Sur de
Breña Alta aparece fechada, "en la villa
10
de Santa Cruz, a miércoles, tres de mnyo
de 1508". Y en 1533, en una Real Cédula
del emperador Carlos V se escribió "villa
de Santa Cruz". En 1539, en un docu­mento
de la época se dice "Ciudad de
Santa Cruz". Y má~ adelante ya se deta­llaba
"En la noble ciudad de Santa Cruz,
isla del Seor. San Miguel de La Palmn,
miércoles últinw de mnyo de 1542""", en
un documento sobre la fundación del
convento dominico (4)"
PRIMERAS EDIFICACIONES
Dicen los autores consultados que una
de las primeras construcciones civiles del
nuevo núcleo de población fue la de las
Casas Consistoriales "en la parte Sur de
lo que es ahora plaza de la Constitución,
por donde se encuentra 'el Tanquillo' y
alrededor de algunas casas principales
cuales la del Adelantado Alonso Fernán­dez
de Lugo y alrededor de la iglesia
matríz del Salvador""" (5) la cual no se
sabe a ciencia cierta cuándo se edificó
por primera vez, aunque se supone que
hubo de ser muy pronto, a continuación
de la fecha del 3 de mayo de 1493, efe-méride
de la conquista."
Los seis primeros regidores, los dos
jurados y un escribano fueron Diego Gar­cía
Gorbalán, Marcos Roberto de Monse­rrat,
Diego Bermúdez, Francisco de
Mondano o de Londoño, Martín Jaimez y
Antón Brito; los jurados Gómez Martín y
Luis Belmonte y el escribano o deposita­rio
de la fe pública Alonso Márquez,
según acta del Cabildo de Santa Cruz de
La Palma de fecha 26 de abril de 1495,""cuyo testimonio se conserva en los
papeles del archivo de la Ermita de la
Encarnación, en la mismn ciudad', (6) que
tuvo en su origen algunas chozas alrede­dor,
que habitaron los frailes francisca­nos.
El sitio de reunión de aquella primera
institución fue en unas cuevas conocidas
como Carias, cuyo topónimo, según
algún autor, "es una corrupción de
Coria, puesto que la cueva fue luego
habitada por Cristóbal de Coria, con­quistador""(7). Las tales primitivas Casas
Consistoriales fueron arrasadas por los
piratas franceses en 1553 y reconstruidas
en 1559 bajo la dirección de Miguel
Monteverde y Domingo Gorbalán o Cor­balón,
según planos de ambos; que pron­to
se ensancharon adquiriendo los terre­nos
adecuados propiedad de Juan
Gallego y otros vecinos, quedando el
anterior edificio de la Audiencia para la
Justicia, en la parte de naciente, dando a
la calle que primero se llamó Carnicería,
luego Trasera y después Álvarez de
Abreu. Sobre una de sus puertas se osten­tó
el rótulo en latín: "Senatus populusque
palmensis"; y, más tarde, en el frontis se
colocó un busto del rey Felipe n.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Casa Salazar.
pués de la f011aleza del Castillo se alzó la
conocida como de Santa Cruz del Barrio,
en la plaza que llevó el nombre de San
Fernando. Y, asimismo, alrededor de
1553 se hizo la portada de dicha plaza.
Ya en 1558, reconstruido el castillo, se
edificó además la fortaleza de San Car­los,
próxima a la desembocadura del
barranco del Socorro(IO)"
Existe en la isla la tradición de que el
pendón de la conquista que se conserva
en el Ayuntamiento capitalino, al que se
le tributan los máximos honores de orde­nanza,
es de los tiempos de los Reyes
Católicos y que fuera en gran parte con­feccionado
por las manos de la reina Isa­bel;
pero lo cierto es que tan venerada
reliquia histórica es de la época del rey
Felipe II.
Desde muy antiguo, desde siempre, el
escudo heráldico de la ciudad de Santa
Cruz de La Palma se ha descrito así: "Un
San Miguel sobre un castillo de oro en
campo azul, con una palma en la mano
derecha y la balanza de la Justicia en la
izquierda; encima una corona real con
una cruz y por orla varios trofeos milita­res""
Con el asolador ataque pirático a la
floreciente ciudad en el año 1553 se dio
fin a toda una época.
Pronto se estableció asimismo una
Aduana en próximo lugar; y se edificó en
la llanura, a corta distancia y sobre algu­nas
cuevas la primera iglesia parroquial
enclavada en la ermita de la Encamación
donde se veneró una imagen de tal advo­cación,
traída de Castilla por el regidor
Marcos Roberto; iglesia que en 1522 fue
visitada por el obispo de Tierra Firme
don Vicente Peraza. La iglesia de Las
Nieves ya fue citada en el año 1518 en
referencia a la de Santa María de La
Palma, que así er~ como al principio se la
nombraba y que'se convirtió en parroquia
por el año de 1657.
El Hospital de Dolores se edificó alre­dedor
del año 1514 con la Confraternidad
de La Concepción y Misericordia, para el
servicio de dicho establecimiento cívico­benéfico.
En cuanto al primer convento francis­cano,
también erigido a los principios,
después del final de la conquista, estuvo
enclavado parte de él en los terrenos
cedidos por Magdalena Infante, en solar
próximo a donde se alzó luego el castillo
de San Catalina arrasado a los pocos años
por una avenida del barranco de Las Nie­ves
y reconstruido por orden de la reina
Juana en el año 1508; fue dedicado a
Nuestra Señora de La Concepción y
ensanchado después por los caballeros
Martín Camacho y Juan del Valle.
Por otra parte, los frailes dominicos
fundaron el convento con el título de San
Miguel el 10 de junio de 1530, en o sobre
la primitiva ermita de tal advocación que,
como ya se ha dicho, mandara edificar el
Adelantado Alonso Fernández de Lugo.
Al poco tiempo de la fundación urba­na
se emprendió la obra del muelle, que
se prolongó por cerca de un siglo, pues
según los planos de Torriani aún no esta­ba
terminado en el año 1578, viniéndose
a rematar hacia el año 1600, fecha en que
se construyó también la muralla que por
aquella parte defendía a la población.
En el año de 1520 se estableció en la
villa una casa de mancebía, "en el núme­ro
20 de la calle de Garachico" (8)"
Otra de las obras, en este caso hidráu­lica,
que se acometió en la ya pujante
población fue la de la acequia de agua
del servicio público, que se acometió tras
la reconstrucción de la ciudad, sobre otra
obra anterior entre los años de 1559 a
1588, traída desde el barranco conocido
también como del Río. Y la principal pila
de abasto se levantó "en el centro de la
plaza que es hoy de la Constitución, tras­ladándose
luego de lugar al sitio que
ahora ocupa" (9)"
La primera fortaleza que se alzó como
defensa del lugar fue la torre de San
Miguel, alrededor de 1553, construida en
lo que se conoció como la Plazuela del
Muelle y costeada por los vecinos. Des-
LOS DOCUMENTOS
Son varios los cronistas, historiadores
y viajeros que nos han dejado reflejados
en sus escritos, descripciones y algunos
aspectos de la ciudad de Santa Cruz de
La Palma en el pasado, sobre todo en los
siglos XVI, XVII Y XVIII, durante los
cuales fue conformándose la ciudad.
He aquí algunas muestras de tales
escritos descriptivos.
Por el año de 1550, antes del arrasa­dor
ataque del pirata francés, en un com­pendio
histórico se decía de Santa Cruz
de La Palma: "Tiene la ciudad principal,
llamada San Miguel, (¿?) orilla de la
mar, con una fortaleza y otros dos fuer­tes.
Será este lugar de 800 vecinos. Tiene
un muy principal templo, con tres benefi­ciados
(enteros), y, además déstos dos
conventos; uno de San Francisco y otro
de Santo Domingo; y un hospital. Y
ahora ha dado su magestad cantidad de
dineros para un muelle, que se está
haciendo. En este lugar de mucho trato,
así decargazón de vinos, de que la isla es
abundosa, para Indias, como para Santo
Tomé y el Brasil, y azúcares, de cuarto
ingenios que hay en ella" (11)"
A raíz de la reconstrucción de la ciu­dad,
a partir de 1553, son ya varias las
descripciones hechas. Vana continua­ción,
en un pretendido orden cronológi­co.
11
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Castillo Real de Santa Catalina.
En 1564, el comerciante y viajero
inglés Thomas Nichols escribió: "La ciu­dad
se llama del nombre de la isla y en
ella se cargan muchos vinos para las
Indias Occidentales y otros lugares; en
esta ciudad hay una iglesia hermosa.
Tiene su gobernador y otros oficiales que
hacen justicia.""(12)"
En 1598, el portugués Gaspar Fruc­tuoso
relató que: "La ciudad está bien
situada junto al mar, casi en medio de la
isla, porque de ella a Garafía que está a
la banda del Oeste hay más de diez
leguas y a Fuencaliente de la parte del
Sur, seiete u ocho""" "Tiene ricas igle­sias
y casas de cabildos y regidores, que
son diez perpétuos y dos jurados, que son
procuradores de la ciudad, hidalgos que
le llaman caballeros; la primera voz en
el cabildo vale cada regimiento dos o
tres mil cruzados; en sexta feria de cada
semana entran en cámara, la cual casa
es tan rica que vale veinte mil cruzados.
La principal iglesia es de San Salvador;
tiene dos conventos de dominicos y fran­ciscanos;
estuvo muy rica y próspera
esta ciudad, aunque descuidada y sin
sospecha de ser saqueada, por lo que no
tenía fuertes ni artillería. Lo que fue
causa y motivo de que los franceses la
entrasen y saqueasen o quemasen por
venganza de la muerte de un capitán que
les mataron, o por pecados de sus mora­dores,
como luego diré" (IJ)"
El ingeniero italiano Leonardo Torria­ni,
cuando anduvo por las islas alrededor
de 1590 describió también a la ciudad
palmera: "Esta ciudad está situada en la
orilla del mar, en monte y en llano, al
sureste, es decir, frente a la isla de Tene­rife,
por la comodidad de la navegación
y del golfo que forma allí la tierra, de
modo que, como en un puerto, protege
los navíos contra los vientos del Norte.
Tiene 800 fuegos y su largo es de 700
pasos andantes. Se puede decir que tiene
solo una calle, pues todas las demás son
cortas y montuosas, como se puede ver
por el dibujo de su plano.
Las casas son blancas, fabricadas a
la usanza portuguesa, estrechas por den­tro
y en general sin pozos ni patios; sin
embargo, son más altas y más alegres
que las de las demás islas.
Esta ciudad está poblada por portu­gueses,
castellanos, flamencos, franceses
y algunos genoveses.
La ciudad no es rica, aunque tenga
bastante comercio, porque aquí se
embarcan cada año, para transportar a
entrambas Indias, casi 4.000 pipas de
vino" (14)"
En 1636 fue el historiador isleño Juan
Núñez de la Peña el que escribió: "La
ciudad de Santa Cruz de La Palma está
junto al mar; es puerto principal de la
12
isla. Es alegre, de buenas calles. Tiene
dos fuertes castillos con sus alcaides.
Tiene muy buena parroquia con tres
beneficiados, muchos capellanes y rica
fábrica. Tiene dos conventos, uno de la
Orden de San Francisco y otro de Santo
Domingo; además un hospital, dos con­ventos
de monjas, uno de Santa Clara y
otro de Santa Catalina. La Encarnación
y el Santo Cristo del Planto; y cerca de
esta ciudad está una iglesia de Nuestra
Señora de las Nieves, muy milagrosa,
con quien se tiene gran devoción, que es
curato." La isla y la ciudad está gober-nada
por el Corregidor de Tenerife que
lo es también de esta isla, aunque no
asiste en ella, por lo que tiene su teniente
letrado. Hay muchos regidores y escriba­nos."(Tendrá toda la isla 8.000 vecinos)"
(15)
En un manuscrito antiguo atribuido a
López de Ulloa, en 1700 se decía: "La
Ciudad (de La Palma) está junto a la
mar y es el Puerto principal della, donde
hay dos castillos, con sus Alcaydes; tiene
poca artillería y de mala calidad; un
Sargento mayor, que lo paga el rey, con
doce soldados para las guardias y un
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Tercio de Infantería Miliciana (constitu­yen
su defensa)"(16)"
El historiador canario Pedro Agustín
del Castillo, alrededor del año 1737
escribió: "La principal población es la
Ciudad de Santa Cruz en la que habrá
mil vecinos, con buena Parroquia y tres
Beneficiados de provisión real; cuatro
conventos, dos de Religiosos, Dominico y
Francisco y dos de Monjas de las mismas
Órdenes; un Hospital y siete ermitas.
Hay en los conventos de religiosos estu­dios
generales.
La situación de la ciudad tiene poca
latitud; anochécele muy temprano por la
sombra de un alto risco que tiene por
espalda. Dilátase su longitud a una sola
calle. Habítanla gente muy noble y de
excelentes ingenios. Tiene para su
gobierno eclesiástico un vicario y para
lo secular un Teniente Letrado que pone
el Gobernador de Tenerife con número
de Regidores y un Coronel que gobierna
las armas.
Padeció esta ciudad la invasión que
le hizo el corsario francés "Pie de Palo"
el año de mil quinientos cincuenta y tres,
por agosto, saqueando la ciudad, y fue la
pérdida poca, respecto a haber tenido
tiempo de asegurar lo preciso en el
monte. Tiene hoy tres castillos con guar­dia
de soldados para su defensa" (17)"
y por último, en 1776, José de Viera
y Clavijo, que compendia todas las noti­cias
precedentes, añade que:"". Tiene
una larga y hermosa calle que corta la
ciudad de un extremo a otro, con nobles
edificios y otra trasera que sólo llega a
la mitad, ambas rectas y anchas; pero lo
restante del pueblo está en ladera, como
en anfiteatro, con callejuelas muy pen­dientes
y de molesto piso""" "En la
parte alta están los conventos (de Santo
Domingo y de Santa Catalina)"""Sobre otra punta queda otro conven­to
de San Francisco y un monasterio de
Santa Clara""" "La iglesia parroquial
de San Salvador es de tres naves, bien
adornadas, capaz, flUlgestuosa""" "Hay
un Hospital con Sagrario para pobres
enfermos y siete ermitas muy decentes,
dentro y fuera de la ciudad""" "Las
Casas de Ayuntamiento están en medio
de la calle principal, como también la
plazuela de la parroquia en donde se
hacen las 'comedias' y fiestas públicas.
Estuvo en otro tiempo muy florido el
comercio de esta ciudad y se echa de ver
en las muchas obras pías, casas, prendas
y alhajas; pero ha decaído tristemente.
Tiene cuatro puentes sobre sus barran­cos.
Hay en ella familiar del mayor lus­tre
y distinción y en todos tiempos han
salido hijos que honraron la Patria por
sus empleos y talentos. Está defendida de
tres castillos que son los de Santa Cruz,
Santa Catalina y San Miguel y algunas
baterías en la altura de la ciudad, pero
carece de buenos paseos y diversiones""(18)
En diversas estadísticas y censos y
por distintos autores se han estado publi­cando
en estos dos últimos siglos noticias
de Santa Cruz de La Palma que actualiza­ron
a las precedentes, entre ellas las de
extranjeros cuales el Brown, Kerhallet y
Waldheim y de los españoles Madoz,
Olive, Puerta Canseco, Muñoz y Rome­ro,
Delgado Marrero, Jiménez Sánchez,
De la Rosa Olivera, Diego Cuscoy, etc.
Pero eso, como diría el inglés, para mí ya
son otras historias.
CARLOSPLATEROFERNÁNDEZ
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS:"(1)""Relación de los documentos más antiguos
del archivo municipal de Santa Cruz de La
Palma", por Efraim Mata Socas y María
Carrillo Kábana. Revista de Historia, n° 78. La
Laguna, 1947."(2)""La isla de San Miguel de La Palma", por
Pedro J. de las Casas Pestana. Tenerife, 1898."(3)""Fastos biográficos de La Palma", por Jaime
Pérez García. Tenerife, 1985."(4)""Noticias para Úl historia de La Palma", por
Juan B. Lorenzo Rodríguez, Tomo I. La lagu­na,
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