La peka lúe la ba>e primordial de selección del perro de presa. Las capas negras estaban presenles
desde los años euarenla.
denanza no se entienda contra los carniceros
que tuviesen por oficio de tajar
y pesar carne, que cada uno de ellos tenga
dos perros para el servicio de las carnecerías,
teniéndolos atados de noche y
de día y sólo los desaten para prender
las reses". Tal vez Pedro de Lugo importase,
de su viaje a España, perros de presa
de los que se criaban en la península
en esa época (presa de Burgos, alanos,
perros de montería, etc.) tal como reza
una ordenanza del Cabildo tinerfeño en
1516, "Otrosí porque hay en esta isla dos
perros que matan los perros salvajes,
porque queden perros para matar los
salvajes, se permite que estos dos perros
queden, por ser amaestrados, como se
ha visto por experiencia en Adexe y
Abona, donde los tiene Pedro de Lugo,
regidor". Las duras medidas a que se sometieron
los perros, en evitación de su
Desde los tiempos más remotos, las
islas Canarias, han estado íntimamente
relacionadas con los perros que la habitaron
hasta el punto de deberle su nombre
y una parte de su historia.
Sin embargo, a la hora de componer
y recopilar datos sobre estos animales,
son numerosos los problemas con que
se encuentra el investigador y vagas o
confusas las referencias que se obtienen.
Concretamente, al centrarnos en el perro
de presa, las teorías sobre su origen se
basan, principalmente, en las conjeturas
yen unos pocos datos que, muy limitados,
se pueden extraer de nuestra historia
escrita y de lo~ pocos restos arqueológicos
que se conservan.
rro de presa como tal. En 1511 se extrae
de dichas ordenanzas: "oo. y que los porqueros
no tengan más que un perro con
su sálamooo. y que queden doce perros
castizos para matar perros salvajes""
Evidentemente estos doce perros no podían
ser otra cosa que perros de pelea,
que por su combatividad fuesen capaces
de dar muerte a sus congéneres. Estos
canes eran usados por los carniceros
de la época, para sujetar a las reses
en el sacrificio, costumbre que se realizaba
tanto en la península como en Canarias,
y así se recoge que cuando se ordenó
acabar con los perros asilvestrados
por dañar los ganados, se hiciese la salvedad
siguiente:""" pero que de esta or-asilvestrado,
se manifiestan en el nombramiento
de encargados para su sacrificio,""oo. y se comete a Castellano y GalIinato
para que señalen los perros que
les pareciere, para matar perros salvajes""
"Acordaron que todo vecino que
tuviese perro de presa suelto y sin cadena,
le pueda matar cualquier persona sin
ser castigado"""Por los daños que hacen
en los ganados mansos y cerreros,
mandan que todos los vecinos maten los
perros de ganado, quedándose solo con
un perro o perra de caza y si fuese de
presa, sea con licencia del Gobernador""
Todo apunta a un perro primitivo y
aborigen que no debió ser muy grande
ni pesado, y a un perro de presa que po-
Sobre los perros prehispánicos poco
se sabe. Ahí están, por ejemplo, las anotaciones
de Plinio en las "Memorias del
Rey Juba"""oo. a corta distancia se veía
la isla de Canaria, llamada así por la
multitud de perros de extraña grandeza,
de los cuales se llevaron dos a Juba""
Bontier y Le Verrier hablan de perros no
tan grandes: "oo. que había en la isla ciertos
perros salvajes parecidos a los lobos
aunque más pequeñosoo:' y de esa época
Tomás Nichols menciona al perro como
sustento del nativo: "La comida de
los canarios era leche de cabras y carne
de perros castrados""
Pero es en los Acuerdos y Ordenanzas
del Cabildo de Tenerife y de Fuerteventura
(lamentablemente los de Gran
Canaria se destruyeron) donde se mencionan
perros de combate y se cita al pe-
34
Perfecta mordida en pinza de este ejemplar joven.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Poderoso ejemplar de presa actual de capa bardina y blanca.
Es manifiesta, pues, la influencia de
razas ibéricas en el origen de nuestros
presas actuales, aunque la medida en
que han intervenido sea muy difícil de
saber.
Más tarde, ya en los siglos XVII y
XVIII, con el asentamiento en Canarias
de comerciantes y mercaderes británicos,
hubieron de llegar de un país donde existía
gran afición a este deporte. Se tienen
noticias de cruces con Bulldog y ya en
nuestro siglo con Bullterrier, no obstante
son testimonios orales y no mencionan
para nada los Mastiffs y Bullmastiffs,
razas típicamente británicas.
Lo que sí es cierto es que, tradicionalmente,
los buques del imperio se hacían
vigilar por los Bulldogs antiguos,
los cuales eran muy comúnes en los mercantes,
como salvaguarda de la carga.
Sin embargo el Bulldog de aquellos
tiempos era muy diferente al actual, go-siblemente
fuese introducido por los colonos
castellanos a su llegada a las islas.
Hay que tener en cuenta que en esa
época se encontraban en España varias
razas de presas que se utilizaban en
montería y para' 'aperrear" las reses en
las plazas taurinas, y que se emplearon
eficazmente en la conquista de América.
Los navíos castellanos habían de hacer
escala en el archipiélago durante sus
viajes al continente americano, siendo
lógico que quedaran perros de los que
se usaban con fines militares, en los
puertos canarios.
Esto lo confirma Víctor Grau Bassas
en 1885: "Desde antes de la conquista
se conocen los perros en Canarias, pues
los conquistadores hallaron muchos perros
cuando arribaron a estas islas, y
después de esto han introducido muchísimas
variedades que cruzadas entre sí
han dado lugar a los perros actuales""
También F.E. Zeuner, en 1958, tras
realizar uno de los pocos estudios científicos
al respecto, sobre varios cráneos
caninos recogidos en Guayadeque, dedujo
que: "eran en primer lugar, un perro
primitivo que recuerda al Dingo de
Australia, también existía otro tipo de
perro, del mismo tamaño que el anterior
pero con la región facial de la cabeza
más ancha", y más adelante anota:""Cuando llegaron los españoles, sus perros
fueron cruzados con los perros salvajes
que se mantenían en las islas. Es
posible que la raza salvaje sea una que
todavía existe, un perro de tamaño medio
con orejas caídas y muy parecido al
bóxer que a menudo se presenta también El color bardino y blanco fue y es típico del presa canario. En la foto "Marruecos", perro de pelea
con pelo rayado' '. de la década de los cincuenta.
35
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
En este bello ejemplar criado en Gáldar por don Francisco Saavedra se aprecia la coloración negra
de los antiguos presas. Foto realizada a principios de los años sesenta.
zaba de una gran fama como guardián,
era mucho más fiero, poderoso, y de mayor
alzada, e incluso cercano a la mordida
en pinza y mucho más ligero de
movimiento. El auge de nuestros puertos
francos contribuyó al desarrollo
mercantil y la arribada de navíos de bandera
inglesa era muy frecuente. Por lo
tanto resulta cierta la influencia de tales
perros en la raza de presa ya existente
en las islas.
Alguna teoría habla del perro majorero
(cuya circunscripción se ciñe a la isla
de Fuerteventura) como generador de
la raza de presa. Pero el majorero pertenece
a otro tronco canino relacionado
con los perros de pastor y guardería
diferente morfológicamente al tronco de
los molosos de presa en el que se encuadra
el presa canario. Otra cosa bien distinta
es que durante la época de las peleas
se cruzase algún ejemplar de esta raza
para obtener alguna cualidad, como
puede ser su agilidad y temperamento.
Sin embargo en Gran Canaria sí se
menciona al "perro de la tierra" cuyas
características difieren de lo que se entiende
por perro majorero, y que el campesino
describe como un animal más robusto,
muy dúctil para la guarda y el
manejo de las reses, siendo un perro
muy territorial y pendenciero. Todavía
hoy en nuestros campos se encuentra algún
ejemplar de este tipo, aunque ya
muy mestizado, pero conservando rasgos
diferenciadores del típico majorero.
Es de resaltar, en el perro de la tierra,
su tendencia a la acometida con las reses,
lo cual le hizo muy apreciado entre
los ganaderos, detalle este que recuerda
a su antecesor el presa español, utilizado
para la sujección de toros. La intervención
de este perro en la formación del
presa canario es evidente y casi con toda
seguridad es el eslabón perdido entre
el actual presa y los que se introdujeron
tras la conquista de Canarias.
La función del can, aparte de la
guarda de propiedades y del cuidado del
ganado, fue primordialmente la pelea.
y no sólo se peleaban perros, la afición
a las competiciones de este tipo en Canarias
constituían número obligado de
cualquier fiesta (algunos perduran en la
actualidad) y se extendía a la lucha de
carneros y a la sangrienta riña de gallos.
Si al ánimo del campesino de medirse
con sus paisanos le añadimos la predisposición
de sus perros a la lucha, comprenderemos
el porqué de esta costumbre
tan arraigada en el isleño durante
años.
Todos estos elementos fueron conformando,
con el tiempo, un animal
36
esencialmente luchador, muy difundido
por nuestros campos. La selección del
mismo se realizó en virtud de sus dotes,
tanto para la pelea como para la guarda
y el pastoreo, pero siempre prevaleció
la primera sobre las demás. Este hecho
favorecido por la insularidad elaboró
un perro de pelea con diversas aptitudes
de utilidad, de notable estructura
física y con unas características muy
propias, mientras en otras latitudes iban
desapareciendo o modificándose las razas
que lo conformaron en un principio.
Durante mucho tiempo fue un perro
muy popular entre campesinos, ganaderos
y guardianes. Era usual encontrarle
como centinela en casas y fincas, y contrariamente
a lo que se ha dicho sobre la
afición a las apuestas en las peleas, hay
que aclarar que los combates eran, en la
mayoría de los casos, improvisados y muy
raramente se cruzaba alguna apuesta.
Si bien no existió como raza, sí hubo
un tipo muy similar y bien distribuido por
la isla. Donde mejor se fijaron sus características
fue, preCisamente, en los pueblos
del interior, donde por su aislamiento, recibieron
un menor grado de cruces con
razas importadas, lo contrario sucedía en
la zona capitalina, enclave del Puerto de
La Luz.
Ha sido, en efecto, en el campo donde
con mayor definición se ha conservado
la tipicidad y rusticidad del perro. El
aislamiento permitió la conservación de
líneas poco elaboradas pero típicas y de
gran disposición al trabajo. Los perros
que han llegado hasta nuestros días, con
esta procedencia, mantienen, pese a cierto
mestizaje, una gran predisposición para
la guardia y sobre todo, un fuerte temperamento
para con otros perros.
Cuando comenzó la recuperación de
la raza, hace algunos años, la población
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Fuene constitución y robustez en esta hembra de manto bardino de sólo dos años de edad.
EL PERRO DE PRESA CANARIO
existente en Gran Canaria era escasa, varios
fueron los factores que contribuyeron
a ello:
-El primero y más importante fue la
prohibición de las peleas caninas, que, si
bien eran ilegales, venian celebrándose
con cierta indiferencia por parte de las
autoridades. Un cambio en la actitud de
éstas llevó a la desaparición paulatina de
perros y con ellos gran parte de su afición.
-El segundo, la importación más o
menos continua de razas foráneas, que,
más especializadas y evolucionadas, en algunas
tareas, desplazaron al perro del
país.
-Un tercer factor lo constituyó la
tendencia generalizada a la adopción de
machos con desecho de las hembras, que,
casi siempre, se eliminaban a los pocos
días de nacer. Puesto que sólo los machos
eran útiles para la lucha y además no acarreaban
los inconvenientes naturales de su
pareja.
A todo esto se unieron épocas de miseria
y escasez de alimentos así como el
despoblamiento del campo y abandono
de tareas ganaderas, quedando relegada
su función a la guarda de fincas y haciendas,
donde hubo de competir con razas
especialistas como el Pastor Alemán.
Hace una década, aproximadamente,
cuando se planteaba el camino a seguir
para la recuperación racial, dos fueron las
tendencias que se siguieron:
-Una pretendía llegar a obtener el tipo
perdido, mediante el cruce de las razas
que lo originaron.
-La otra línea de actuación se basaba
en el trabajo con los ejemplares ya existentes,
eliminando, por medio de la selección,
el relativo mestizaje que poseían.
La primera versión permitía recrear el
perro, dotándole de mayor corpulencia,
cabeza, talla, etc. añadiendo a esto la intervención
de razas menos ortodoxas'
(Bullmastiff, Mastín Napolitano,"" sin
embargo se perdería la similitud con los
tradicionales presas. El tiempo ha demostrado
la certeza de tal afirmación, puesto
que, aunque a nivel del archipiélago se
dan las dos tendencias, los productos de
este tipo de cruces son cada día más atípicos
de lo que se criaba en la isla hace
treinta, cuarenta o cincuenta años. Las razones
que lo avalan son claras: la procedencia
de razas ya extinguidas o muy modificadas
(lo cual las inutiliza para tal labar)
imposibilita emular el tipo mediante
los pretendidos cruces. Además, la población
existente, en aquellos momentos
permitía, no sin esfuerzo, emprender la re-cuperación
conservando la tipicidad ya
patente y mejorando muchos de sus aspectos,
merced a una adecuada selección.
Tras estos primeros años en que el presa
canario ha sufrido un auge mayor de
lo deseable -surgen infinidad de criadores
con múltiples criterios- comienzan a
aparecer los productos de una u otra línea,
confirmando lo anteriormente expuesto.
Hay una serie de animales, que
si bien no tienen una homogeneidad perfecta,
sí dan muestra de una gran tipicidad
y de un carácter envidiable. Estos
ejemplares no son otra cosa sino el resultado
de años de trabajo de selección y re"
producción en base a líneas de sangre de
notable antigüedad.
Lo negativo de ello es que la fácil venta
de cachorros cruzados a personas desconocedoras
de la raza, unido a la falta
de conciencia de algunos criadores hagan
más lenta la consecución de un tipo homogéneo,
labor encomiable, y lo bastante
complicada ya de por sí como para dificultarla
aún más.
DESCRIPCIÓN GENERAL
A grandes rasgos podemos decir que
el presa canario es un perro de media alzada
y de notable longitud (más largo que
alto) de cuerpo compacto y fornido, poderoso
tren délantero que se estrecha hacia
la grupa, vientre recogido, pecho an.
cho y profundo y costillar cilíndrico. Posee
perfectos aplomos tanto delanteros como
traseros siendo más alto a la grupa
que a la cruz. La cabeza es ancha y cuadrada,
de poderosos maxilares, orejas caídas
y ojos oscuros, su hocico de tamaño
medio, labios colgantes ligeramente y perfectas
presas con comisura marcada.
Sin embargo, hay determinados aspectos
que hacen singular el perro que siem-pre
se ha criado en Gran Canaria, y que
merecen especial atención.
-EL CARACTER: los perros que se
crían en esta isla son, por encima de
todo, perros con mucho temperamento.
Es ésta, condición indispensable para
que un ejemplar sea usado en la reproducción:
que posea mucho carácter.
Son desechados, por contra, todos
aquellos perros que no cumplen esta
condición y generalmente la timidez
hace que un perro sea considerado altamente
defectuoso. Posiblemente sea
éste el condicionante que más exige, no
solo el criador sino cualquier aficionado
-son tenidos por perros de mucho
genio- y quizá sea la virtud que
mejor se ha conservado en los presas
actuales. No debe olvidarse que la función
de pelea ha marcado decisivamente
a estos perros, haciéndolos apropiados
para la guarda y por supuesto para
la lucha. Hoy se busca un perro serio
y noble, pero arrogante y muy seguro
de sí mismo. En muchos de los
casos se trabaja con perros muy agresivos
y de tendencia enormemente
pendenciera con otros perros.
-LA CABEZA:. Otro rasgo muy definidor
que resulta importantísimo en
cualquier perro de presa es su cabeza.
De forma cuadrada y de gran volumen,
está dotada de poderosos maxilares,
de ojos oscuros y ligeramente
ovalados con orejas de tipo medio e
inserción alta. El hocico medio pero no
corto, puesto que de su longitud dependerá
su facilidad para apresar, éste
ha de ser ancho y de labios sólo ligeramente
colgantes (el exceso de labios
constituía un defecto a la hora de
la lucha, puesto que el propio perro se
los mordía), la comisura labial le per-
37
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
El negro y el blanco se encuentran presentes en los ejemplares actuales.
38
mite la respiración durante la presa. La
dentición debe ser perfectamente encajada,
con mordida en pinza o en tijera,
bajo ningún concepto se admite
el prognatismo, lo cual se considera
defecto rechazable, debiendo, además,
poseer fuertes caninos, grandes y bien
encajados. La trufa debe ser negra y
no achatada ni roma, y el stop marcado
pero no en exceso. La frente es
plana y forma hendidura o canal frontal
marcado.
LA ESTRUCTURA: A simple vi~ta,
destaca del presa de Gran Canaria su
poderosa estructura ósea. De pecho
ancho y profundo, hasta llegar a los
codos o más abajo. Estos deben ser
paralelos al tronco y ligeramente separados
de él, posee fuertes aplomos de
huesos anchos y firmes, de manos
gruesas y dedos apretados sin sobresalir,
carece de espolones. A su notable
longitud, se une un ligero ensillamiento
que, junto a su grupa alta y
musculada, más estrecha que el poderoso
tren delantero, otorgan al perro
un aspecto atlético, de gran poder y
enorme estabilidad. La firmeza y robustez
del presa es un detalle que se
aprecia a primera vista. Los perros de
patas delgadas, codos entrantes, cortos
de tronco o demasiado ligeros no
son deseados por los criadores isleños.
EL MANID: Nunca hubo una determinación
clara hacia uno u otro color,
salvo las preferencias particulares
de cada criador o aficionado. Al predominar
el carácter, la estructura y la
utilidad antes que cualquier otro aspecto
del can, nunca fue un factor a
tener en cuenta puesto que lo que se
pretendía era un perro poderoso y sin
rival para el combate. En base a esto,
hoy como antes, podemos encontrar
en Gran Canaria, perros de distinta coloración
sin que ello suponga menoscabo
de su calidad como perro de presa.
Estos colores van desde el negro
azabache al leonado claro. Se admiten
todos los atigrados o bardinos, desde
la tonalidad más clara a la más oscura.
En los leonados también toda su
gama. Detalle de estos perros, muy característico
por cierto, es la pigmentación
blanca. En la antigüedad existían
perros casi completamente blancos y
aunque hoy no se dan tan ampliamente,
sí es típico encontrar este color en
el pecho, cuello, cabeza, vientre, patas
y extremo de la cola. Es de resaltar la
indiferencia que siempre ha existido en
Gran Canaria hacia la coloración del
perro puesto que sólo primaba su calidad
como luchador ante cualquier
otra circunstancia.
ACTUALIDAD DE LA RAZA
A nivel del archipiélago, existen hoy,
dos tendencias muy definidas y en varios
factores, opuestas. _
Por un lado, en Gran Canaria, se trabaja
con perros de mucho temperamento
y de gran predisposición, tanto a la pelea
como a la guarda, admitiéndose las
coloraciones bardinas, leonadas y negras,
todas ellas impregnadas en blanco. Además
de la combatividad, se creían presas
de perfecta mordida en pinza o tenaza,
desechándose literalmente aquellos ejemplares
que presentan dificultades en la
dentadura cual es el protagonismo, puesto
que altera considerablemente la funcionalidad
del perro.
Otro aspecto es el manto de color negro,
que en Tenerife no se encuentra con
tanta facilidad, y sin embargo en Gran
Canaria se conserva con ejemplares muy
representativos que demuestran su procedencia
de antiguos presas canarios de su
misma coloración.
En Tenerife, sin embargo, la funcionalidad
del perro, como luchador y guardián,
no se tiene tan en cuenta como su
posible belleza. Se crían, en general, perros
de poco temperamento y se busca un
tipo más de exposición que de utilidad,
para lo que se han añadido razas tan diversas
como el Bulldog, Bullmastiff y
Mastiff ingleses y el Dogo de Burdeos
francés. Allí se admite el prognatismo, elemento
incorporado por las razas mencionadas,
y se buscan ejemplares de hocico
cQrto, con lo que se perjudica la mordida
del can. También se prefieren los mantos
atigrados y leonados sin atisbo de pig.
¡ tentación blanca.
Tenemos, pues, dos tendencias que habrán
de definir, en base a su autenticidad
histórica y racional, el futuro perro de
presa canario. Una responsabilidad que
recae directamente en los clubes de raza
representativos y en todos los canarios
amantes de esta raza que han contribuido
y contribuyen a la conservación y recuperación
de la misma.
CLEMENTE REYES SANTANA
BmLIOGRAFIA
"Historia de las islas Canarias" A. Millares Torres.
Ed. Edirca.""Usos y costumbres de la población campesina de
Gran Canaria". Víctor Grau Bassas. Ed. El Museo
Canario.""Descripción de las islas Canarias". George Glass.
Ed. El Museo Canario.""Same domesticated animals from the prehistoric site
of Guayadeque, Gran Canaria". EE. Zeuner. Ed.
El Museo Canario.""Primer Symposium Nacional de Razas Caninas Españolas""
(Los molosos de presa espñoles). José
Manuel Sanz Timón. Ed. Universidad de
Córdoba.""Fontes rerum canariarum". Acuerdos del Cabildo
de Tenerife. Ed. Instituto de Estudios Canarios.""Fontes rerum canariarum". Acuerdos del Cabildo
de Fuerteventura. Ed. Instituto de Estudios Canarios.""The observer's book of dogs". Clifford L.B. Hubbardo
Ed. Frederick Warne & CO. Ltd.""Natura y cultlilll de las islas Canarias". Ed. A.
Romero.""El mundo del perro""(Un producto de las peleas:
el perro de presa canario). Manuel Curtó Gracia.
Ed. Mae S.L.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010