EL CUADRO ~~EMIGRANTES" EN
EL AYUNTAMIENTO DE
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
"Emigrantes " por Ventura Álvarez-Sala, aiio 1908 Óleo sobre lienzo, 350 x 300 cms.
Desde hace mucho tiempo,
desde que lo contemplé por vez primera
me ha llamado la atención el cuadro pintado
al óleo titulado "Emigrantes" que se
expone al público sobre el rellano de la
escalera principal en el Ayuntamiento de
Las Palmas de Gran Canaria sito en uno
de los extremos de la historiada Plaza de
Santa Ana capitalina.
Es una obra sumamente interesante y
a la que deberá de considerársela excepcional
por encima de otra cualquier apreciación;
realist1\, que refleja los momentos
de una escena repetida en innúmeras
ocasiones de cuando los cruciales años
de la constante sangría de la emigración
espmlola a América y que se enclava de
lleno en los estilos imperantes del arte
pictórico en los últimos decenios del
pasado siglo y en los primeros años del
presente. Aquel novedoso estilo que,
imponiéndose tanto al neoclasicismo ya
decadente y al encorsetado estático realismo
del tema histórico, en un postimpresionismo
abierto se ciñó mejor a
transcurrir por derroteros de diferente
factúra y, moderno, se estuvo manifestando
vigoroso en la actualidad del
momento, en pleno arte contemporáneo,
muchas veces con la plasmación de
escenas de la vida cotidiana, como bien
se observa hoy en día repasando las
revistas gráficas de aquella época y los
catálogos de los museos de arte moderno.
Este óleo sobre lienzo, de ilnos 350 x
300 cms. en más de una ocasión ha sido
tomado por escritores y publicistas como
el genuino representante de la abundante
emigración canaria, queriéndose ver en él
retratados a hombres, mujeres y niños
isleños en el triste momento de embarcar
en los puertos de mar del archipiélago
rumbo a la quimérica, dorada, ansiada,
tentadora y salvadora América.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Recuerdo haber visto hace algún tiempo
diversas reproducciones de este cuaQro,
en blanco y negro o a todo color,
pero en algunos casos con claras connotaciones
gallegas y en otros exclusivas
asturianas, haciendo surgir en mí varios
interrogantes al respecto, que habría de
responderme:
Antes de nada, ¿quién fue el autor de "
la pintura?, ¿cuándo llegó el cuadro a Las
Palmas de Gran Canaria?, ¿y, sobre todo,
a qué grupos humanos de los pueblos
espailoles representa?, ¿canarios?, ¿gallegos?"
¿asturianos?"
Las indagaciones que en principio
efectué, un puñado de cuartillas fotocopiadas
a mi requerimiento por los amables
asturianos Sres. Sánchez y Rueda y
una noticia aparecida no hace mucho en
la prensa local canaria firmada por Javier
Durán fueron suficientes para contestar
mis interrogantes y poder escribir el presente
comentario,
Fue el autor del cuadro el pintor
Buenaventura Miguel de los Ángeles
Álvarez-Sala y Vigil, nacido en Gijón en
el rula 1869, en la calle que hoy en día
lleva el nombre de Ventura Álvarez-Sala,
que así fue como llrunaron al artista sus
coetáneos.
Artista precoz, pronto destacó en el
manejo del lápiz o el carboncillo ya al
iniciarse en los estudios normales elementales
que, por pertenecer a una frunilia
gijonesa muy modesta, hubo de simultanear
con el trabajo de pasante o
recadero de su propio profesor mientras
ejercía de aprendiz de oficio y, al respecto,
relató algún biógrafo suyo que, contando
nueve o diez años, había para ello
solicitado el ingreso en una escuela nocturna
y local de dibujo, cosa que se le
denegaba debido a su corta edad; pero el
prezcoz artista, sin amilanarse consiguió
en un momento detenninado penetrar en
el aula y, un tanto a hurtadillas, tomando
lápiz y papel trazó con rapidez y habilidad
un dibujo que representaba a gentes
afruladas en el muelle del puerto y que al
mostrarlo por fin, ufano, le valió de
inmediato la admisión.
Siendo aún un rapaz, para ayudar al
diru-io sustento de sus numerosos hennanos
al quedar huérfrulOs, con el primogénito
se dedicó a pintar y decorar diversos
aposentos de la ciudad. Ya adolescente,
con grandes sacrificios económicos, los
dos hermanos pintores se trasladaron a
Madrid para intentar estudiar por libre
dibujo y colorido en la Escuela Superior
de Pintura, Escultura y Grabado en los
cursos de los rulOS 1892 y 1893, así como
el asistir además a clases particulares
impartidas por el pintor José Jiménez
Aranda y a las del ya por aquellas fechas
renombrado retratista Manuel Ojeda. Por
acucirulles necesidades económicas fami-
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liares pronto hubo de renunciar y regresar
al hogar su hermano Ramón, pero
Buenaventura Álvarez-Sala, terco, tesonero
y decidido, prosiguió con sus estudios,
aunque hubo de abandonarlos esporádicamente
en más de una ocasión. Por
aquellos años se ganó en muchas ocasiones
el pan cotidiano dibujando retratos al
carbón.
De regreso a Gijón, contando veintitrés
rulOS se presentó por vez primera a la
Exposición Nacional de Bellas Artes, de
carácter bianual, con la obra titulada
"Naufragio en las costas de Gijón". A
partir de entonces y de forma ininterrumpida
hasta el ailo 1915 presentó al indicado
certamen alguna obra, a veces más de
una, con las que alcanzó menciones
honoríficas, encomiendas, condecoraciones,
medallas ""
En el año 1899 obtuvo la Medalla de
Oro de la Exposición Regional Gijonesa.
Con una beca concedida por el Casino de
Gijón. En el año 1900 marchó a Roma,
en donde estuvo hasta 1902, aprendiendo,
perfeccionando su estilo, evolucionando
de forma ostensible. Al retomar a
España montó su estudio en la parroquia
de San Julián de Somió, adyacente entonces
al núcleo histórico de Gijón; reconociéndosele
por el público y la crítica
como excepcional pintor y terminó especializándose
un tanto como consumado
retratista de la sociedad asturiana, sin por
ello dejar de reflejar en el lienzo con sus
diestros pinceles estampas cotidianas de
su patria chica. Desde entonces y hasta
su fallecimiento colaboró con bellas ilus-'
traciones en revistas gráficas como el
semanario "Blanco y Negro""
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Hombre íntegro y honesto, de físico
agradable, simpático de carácter, de trato
afable y sencillo, lamentablemente no
siempre saludable y fuerte, sensible a la
belleza y al cariño fraternal, vivió el
artista dedicando gran parte del tiempo
que su profesión le dejaba volcado en
atender afectuoso a la numerosa familia
que, siendo él soltero, el destino le deparó.
Contó también con la amistad y aún la
admiración de otros artistas contemporáneos
suyos cuales Sorolla, Pradilla,
ChichatTO y Ortiz de Echagüe.
Teniendo cuarenta y nueve años de
edad, cuando estaba en el apogeo de su
justa y bien merecida fama como pintor,
Buenaventura Álvarez-Sala y Vigil, a
causa de una epidémica y cruenta afección
gripal falleció en el mes de marzo
de 1919. Después de ser trasladados sus
restos mortales de uno a otro cementerio,
reposan definitivamente en el panteón
fatniliar gijonés.
Fue la obra pictórica de Buenaventura
o Ventura Álvarez-Sala abundante y, en
cierto modo variada, siguiendo una determinada
evolución en etapas bien defini-das
puesto que, en principio, después de
un aprendizaje somero y luego técnico
superior se fue definiendo por su personalidad
y su innato y exquisito gusto
estético, destacando la pulcritud, la fiel
interpretación de la realidad circundante
y que él quería así retratar.
Su estancia en la monumental Ciudad
Eterna le sirvió sobre todo para encauzar
definitivamente su obra posterior por una
ruta vivaz, llena de luz, color y armonía
decididamente impresionista, aunque sin
querer desechar nunca el momento de la
vida; con perfecto equilibrio de artista
metódico, tenaz y laborioso.
El sin par genio velazqueño así como
la genuina creatividad y maestría de otros
grandes pintores del pasado por él estudiados
fueron dejando su huella en el
resultado del manejo del diestro pincel
del pintor asturiano que, una vez aprendido
bien el oficio, se situó en un nuevo
realismo, como en un impresioI1ismo
luminoso privativo suyo que logró alejarle
de condicionamientos todavía imperantes
y tenidos como neoclásicos en los
que descollaron colegas suyos con la
representación de escenas de temática
eminentemente histórica o legendaria. Se
dice de él que .aprendió de los grandes
maestros de la pintura pero jamás los
imitó o copió, creando su propio estilo
con perfecto dominio de la paleta, casi
nunca de colores agudos o fuertes y sí
cálidos y luminosos. De él dejó dicho a la
crítica especializada que "en su obra, lo
cálido del rojo con todas sus secuelas
bien aplicadas es uno de los factores más
influyentes en el aspecto cromático. La
sobriedad de su pincelada larga, la maestría
del primer toque, la carencia de rebosamientos,
son condensación del alarde
de técnica que demuestra en todas sus
obras"""Asturiano, gijonés hasta la
médula, tiene en el mar, en el alma regional
la fuente permanente de inspiración.
El respeto, la reverencia, la sublimación
religiosa son factores que aparecen
impresos en casi todas sus creaciones""
que dijo asimismo su paisano Cortina
Frade.
Dibujatlte magistral, con perfecto sentido
de la composición, bien colocadas
siempre sus figuras con motivos entraña-
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bIes, en lienzos de buenas dimensiones
por lo general por entender que así lo
requerían las escenas reflejadas de marcado
costumbrismo astur.
Los títulos de algunas de las obras de
Buenaventura Álvarez-Sala y Vigil,
sobre todo de las presentadas con perfecta
regularidad a los certámenes de carácter
bianual de la Exposición Nacional de
Bellas Artes con motivos de su tierra
natal, indican a la perfección por qué
caminos del arte de la pintura quería transitar
tan excelente pintor: "Naufragio en
las costas de Gijón"""Retrato", que obtuvo
Mención Honorífica; "Retrato de
Ramón Álvarez-Sala"""Todo a babor""
Tercera Medalla; "La rifa de la xata""
Tercera Medalla; "HeITadores"""El contraste""
Encomienda de Carlos III; "La
promesa", Caballero de la Cruz de
Alfonso XII; "L a sidra"""Un chubasco
en la romería"""Barquero del Nalón""
"Emigrantes " Segunda Medalla;""Arando la tierra", Segunda Medalla;""Pescadora de marisco", Condecoración;""El pan nuestro """ Primera Medalla en
1915 y "Retrato de Margarita ÁlvarezSala""
Otras obras fueron "La familia del
anarquista el día antes de la ejecución""
"El estudio del pintor"""Un mercado en
Roma"""Retrato de D. Rufo García"""El
entielTo de un niño de aldea"""El columpio""
"Ramón Anselmo Álvarez-Sala y
Vigil"""Plaza del pueblo de Roma""
"Grandezas que fueron, Arco de
Vespasiano de Roma"""Villa de Este en
Roma"""Italia, porto de Ancio" y "Lobo
de mar""
La obra que aquí interesa destacar,""Emigrantes", óleo sobre lienzo, fue realizada
por Ventura Álvarez-Sala a la
edad de treinta y nueve años, cuando se
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hallaba el pintor en el apogeo de fama y
popularidad, en su estudio de la calle
gijonesa de Fernández Vallín, n° 10, a
principios del rula 1908; presentada en la
Exposición Nacional de Bellas Artes de
Madrid en el mismo año, fue premiada
con una Segunda Medalla, quedando el
cuadro como propiedad del Patrimonio
Artístico Nacional, depositado en el
Museo de Arte Moderno ubicado por
aquel entonces en una dependencia de la
Biblioteca Nacional. Un boceto o copia
de este cuadro, trunbién óleo sobre lienzo,
de 77,S x 95 cms. pasó a ser propiedad
del fmniliar descendiente del autor,
Enrique Álvarez-Sala y Morís. El original
es el que se conserva y expone en el
rellano de la escalinata principal de acceso
al piso noble en el historiado edificio
que alberga a las Casas Consistoriales de
la Plaza de Santa Ana de Vegueta.
Según noticias recabadas en distintas
fuentes informativas y confirmadas no
hace mucho en un reportaje apru'ecido en
la prensa local y firmado por Javier
Durán, este cuadro, con cinco más, a
finales de la primavera del año 1909 fue
recibido en la Alcaldía de Las Palmas de
" Gran Canaria, regida por Francisco
BetllencoUll Armas o, quizás, en aquellas
detenninadas fechas, por el alcalde accidental
Sr. Mela Rodríguez.
El motivo del envío efectuado desde
Madrid de acuerdo con la Real Orden de
23 de marzo del indicado rulO pru'ece ser
que fue siguiendo la directriz o norma en
aquellas épocas establecida de repaI"tir
los cuadros sobrrul\es de las exposiciones
de los Museos del Prado y de Arte
Moderno o procedentes de sus fondos,
distribuyéndolos por las distintas capitales
de provincia del Estado español;
siguiendo en realidad, acaso no trulla afanes
gubernativos de culturización del
pueblo como las ideas de atender más
bien a diversas solicitudes políticas, de
electoralismo oportunista. Y aquí en
Canarias se quedó el cuadro
"Emigrantes", es de suponer que cedido
en depósito y hasta la fecha actual.
Sugeridora y bien lograda obra del quehacer
pictórico de un artista asturiano.
Queda pues aclarado para mí y sobre
todo para aquellos que puedan aún pensar
que la obra y la escena que representa
son genuinmnente isleñas que los personajes
trul fielmente retratados por el virtuoso
pincel del pintor no son prototipos
canarios, ni el motivo ilustrado refleja
precismnente una estmnpa típica de los
puertos de Tenerife o de Las Palmas con
los embarques de emigrantes canarios de
a fines del pasado siglo o principios del
presente.
No; los personajes que aparecen en el
amplio cuadro, retratados con el aire
resignado al par que espectante de todo
emigrante, no son el prototipo del pueblo
canaI"io descendiente por lo general de
aborígenes isleños o del mestizaje
impuesto por Castilla en el siglo XVI tras
la conquista de las islas. Son tipos astures,
de clara ascendencia céltica, de facciones
rubicundas los unos y enjutas los
otros; rasgos definidos de la raza norteña
conformada por la mezcla étnica de pueblos
antiguos autóctonos, celtas, godos,
normandos."
Sin embru'go, no cabe duda de que el
espíritu aventurero, la resignación, al
anhelo íntimo de un más venturoso futuro
ansiado en días y noches de ensueño
ante la ruda crudeza de una realidad, dé
una dura vida cotidiana, sí se ponen de
mruüfiesto en estos personajes represen;
trulles del pueblo sufrido que embarcan,
tl'istes y al mismo tiempo esperanzados,
pintados magistralmente por el artista
asturiano Buenaventura Álvarez-Sala en
este cuadro de tan sugeridor título y que
desde hace muchos años preside la escalera
central de acceso a los más regios
salones y largos pasillos de las Casas
Consistoriales sitas en la Plaza de Santa
Ana, del Ayuntamiento de Las Palmas de
Gran C<U1aI"ia.
CARLOS PLATERO FERNÁNDEZ
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010