AN CANARIA (111)
ALEX HANSEN MACHÍN
Profesor del Dpto. de Geografía
de la Escuela de Magisterio
de Las Palmas de Gran Canaria
H emos narrado en los dos capítulos anteriores los
grandes procesos volcánicos de Gran Canaria a lo
largo de su historia geológica, insistiendo en las áreas
más afectadas por el volcanismo de los dos últimos millones
de años, período éste denominado Cuaternario.
Los procesos descritos hasta ahora explicaban cambios,
transformaciones y modificaciones espaciales de gran
magnitud, que afectaron a paisajes de centenares de kilómetros
cuadrados.
Han quedado localizados los centros eruptivos más
importantes y las áreas afectadas por este último ciclo
volcánico en el mapa de la figura 3 (ver Aguayro nO 176)"
Ha sido nuestra intención proporcionar al lector interesado
los materiales necesarios para entender un poco mejor
el paisaje físico global de Gran Canaria.
Nacimiento
Hace tiempo, las feroces aguas
del noreste de Gran Canaria comenzaron
a bullir, a moverse de
una manera inusual, que no era
provocada por las olas (fig. 9a)"
Desde el fondo del mar, aproximadamente
a dos kilómetros de la
costa, un potente volcán había comenzado
su actividad constructiva
y, poco a poco pero de forma
continuada, un islote nace y crece
Infancia
Terminado de construir en su
primera fase, el islote comienza a
NacirniE
hasta adquirir más de cuarenta metros
de altura sobre el nivel del mar
y poco más de 14 kilómetros cuadrados
de superficie. Los materiales
expulsados en las sucesivas
erupciones son casi exclusivamente,
gruesas coladas de lavas basálticas,
que derramando desde la boca
eruptiva, se apilan todo a su alrededor.
Las alturas mayores del islote,
que habría adquirido el aspecto
de una plataforma suavemente
inclinada hacia el sur, se localizarían
en su mitad noroccidental,
coincidiendo con una mayor acumulación
de materiales en las proximidades
de la boca eruptiva.
de una Estos espacios recién creados se caracterizan por
conservar en sus caracteres los rasgos de los jóvenes volcanes
y sus malpaíses. Son originales dentro de la variedad
geográfica de Gran Canaria puesto que los más antiguos,
envejecidos por el paso del tiempo, han perdido
ya sus rasgos juveniles iniciales, son ricos en la variedad
de sus formas y son distintos incluso entre si, tanto por
los diferentes mecanismos por los que han surgido como
por las estructuras resultantes de su actividad.
La mayoría de ellos, son un total de veintiseis aparatos,
se encuentran hoy protegidos o en trámite de protección
por los Planes de ordenación del espacio, la Ley
de Espacios Naturales de la Comunidad Autónoma Canaria
o por el Plan Especial de Espacios Naturales de
Gran Canaria, y constituyen en su conjunto, parte del
patrimonio natural y cultural de Canarias. Es nuestro
deseo el que los materiales que exponemos, sirvan para
visitar con más conocimiento de causa, entender mejor
y conservar dignamente, estos parajes naturales creados
por "el fuego". Iniciaremos nuestro recorrido por un caso
muy especial: la Isleta.
Iniciamos ahora un recorrido por espacios de escala
más reducida, por los paisajes volcánicos surgidos en
los diez o doce milenios anteriores al momento presente,
período de tiempo éste conocido por el nombre de
Holoceno.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
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Aunque en reducidas proporciones, la Isleta es un buen ejemplo para comprender como se forma una isla volcánica.
Mirando los acantilados podemos distinguir los materiales apilados en distintos episodios volcánicos.";s]it'a:
nt'o, vida y Fut'uro
LA ISLETA
sufrir los fuertes y constantes golpes
de las olas, los embates del mar."(Fig. 9b). Alejado de la orilla de
Gran Canaria, aislada en el océano,
el pequeño islote ve como la
fuerza erosiva del mar reduce su superficie
en todo su perímetro costero,
que empujado por las olas se
va acantilando. Al tiempo, el calor
y la humedad del aire reforzada
por el spray de agua salada, irán
transformando las superficies volcánicas
convirtiéndolas en suelos,
en tierras cada vez más profundas.
En este proceso contribuyeron muy
activamente las plantas capacitadas
para conquistar los rocosos malpaíses,
que llegadas desde la cercana
Gran Canaria debieron de conformar
matorrales de gran tamaño
y notable frondosidad.
Las aguas marinas, bastante
más cálidas que las que bañan en
la actualidad nuestras costas, permitían
la vida de grandes cantidades
de moluscos que vivían en los
mares poco profundos de la plataforma
costera sumergida de la
isla.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
La Isleta comenzó
hace un millón
I
Desarrollo
Transcurridos algunos centenares
de miles de años nuevas erupciones
se producen sobre el islote
(fig. 9c). De nuevo las chimeneas
van a localizarse siguiendo una fisura
noreste-suroeste en la franja
noroccidental del mismo. En esta
ocasión, las emisiones de coladas
de lavas fluidas se alternan con la
emisión de abundantes fragmentos
incandescentes despedidos por las
explosiones. Destaca al final del período
eruptivo, la construcción de
dos grandes volcanes: el de mayor
envergadura era un gran cono alargado
que alcanzó 150 metros de altura
sobre su base y 250 sobre el nivel
del mar, es M a Colorada; el
otro aparato se levantó al suroeste
de'la fractura por la que ascendían
los magmas, adquirió probablemente
un cráter semicircular y alcanzó
50 metros de altura sobre el
terreno desde el que partía y 120
sobre el mar. Es M a del Confital.
Con este nuevo período de explosiva
actividad de los volcanes,
la isleta no sólo crece en superficie
sino que además y como hemos
visto, lo hace también en altura. De
los aproximadamente 40 ó 50 metros
que tenía, pasa a poseer entre
75 y 100 metros para su parte ame-setada,
ligeramente inclinada hacia
el sur, pero alcanza además 250
metros en M a Colorada y más de
120 en la del Confital.
La vegetación que vivía en el islote
fue arrasada por las lavas incandescentes
y, la colonización vegetal
de los territorios de la Isleta
tuvo que ser recomenzada de nuevo
desde Gran Canaria.
Madurez
A este segundo período de desarrollo
volcánico le sucede un nuevo
y largo período de inactividad.
Los procesos de la naturaleza que
dominaron sobre La Isleta, estuvieron
relacionados con el desgaste de
la misma, con la erosión, con el envejecimiento
de las estructuras recién
aparecidas (fig. 9d)"
Otra vez el mar, siempre insistente
y constante tenderá a reducir
la superficie del islote: los grandes
volcanes perderán más de la mitad
de sus volúmenes al tiempo que re-a
formarse
de años
troceden las costas en general, pero
más precipitadamente en las fachas
norte, noroeste y suroeste,
fuertemente batidas por los vientos
dominantes.
Las variaciones del nivel del
mar serán frecuentes en este período.
Los ascensos y descensos de éste,
establecerán su huella al menos
tres veces en la costa de La Isleta:
las podemos reconocer actualmente
como restos de antiguas playas,
algunas conteniendo fósiles de animales
marinos, testigos de la vida
en los mares de aquella época.
Por otra parte, sobre los volcanes
y la propia meseta, vuelven a
construirse suelos favorecidos por
la presencia del matorral, pero los
cambios en los caracteres del clima
que se realizan durante los últimos
40.000 años, tienden a que el medio
sea cada vez más árido. Como
consecuencia de ello y de la alta
evaporación que sufren los suelos,
se forman "costras" o "corazas"
de "caliches" en las laderas de los
volcanes, y las tierras, desprovistas
de una cubierta eficaz de vegetación
por la falta de agua, comienzan
a ser arrastradas por las escasas
pero torrenciales lluvias que excavan
barranqueras incipientes.
Los conos volcánicos más jóvenes aparecen formando una pequeña cordillera.
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En el mar, la abundante fauna
de moluscos ha comenzado a empobrecerse
y desaparecer a causa de
la pérdida de temperatura que experimentan
las aguas. Las conchas
de los mismos, abandonadas por
sus moradores, serán rotas, fragmentadas
en pequeños trozos y
convertidas en arenas más tarde
por la acción de las olas que actúan
como trituradores. Las corrientes
marinas favorecerán la
acumulación de las mismas entre
la Isleta y Gran Canaria, iniciándose
de esta forma la construcción
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
s UR
s
s
Fig.9.a
OCURRIÓ ENTRE
1.000.000 - 500.000 años (¿?"
antes de la actualidad
PLEISTOCENO INFERIOR
CUATERNARIO
Fig. 9.b
TRANSCURRIERON
CENTENARES DE
MILES DE AÑOS.
PLEISTOCENO
MEDIO. CUATERNARIO
Fig.9.c
OCURRIÓ ENTRE (¿?"
500.000 - 100.000 años
antes de la actualidad.
PLEISTOCENO
MEDIO. CUATERNARIO
sI :~
I
s
Fig.9.d
TRANSCURRIERON
DECENAS DE MILES
DE AÑOS. DESDE
100.000 - 6.000 antes
de la actualidad.
PLEISTOCENO SUPERIOR
CUATERNARIO
N s
Fig. 9.e
OCURRIÓ ENTRE
6.000 - 3.000 años
antes de nuestra era.
HOLOCENO.
CUATERNARIO
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Empujadas por las corrientes marinas las arenas construyeron un tómbola que unió la Isleta a Gran Canaria.
La última erupción volcánica en la
Isleta se produjo hace tres mil años
de un "tómbolo" arenoso que acabará
uniendo las dos islas al emerger
sobre el mar. Acumulaciones
importantísimas de arenas en las
dos bahías así creadas, (la de La
Luz, al resguardo de la vertiente sur
y la del Confital al suroeste) permiten
la formación de amplias playas
como las de Alcaravaneras y
Las Canteras, unidas por un campo
de dunas que surgiendo desde
la segunda se extendía entre ambas.
Paralelamente y aprovechando primero
las corrientes marinas y después
un nivel del mar más bajo, se
formó un cinturón litoral arenoso
paralelo a la orilla de la playa de
Las Canteras, una verdadera" flecha"
de arenas claras que se adosó
a la Isleta por su extremo suroeste.
Al paso del tiempo las arenas se
cementan uniéndose fuertemente
con bicarbonato sódico hasta
transformarse en una barra de
"arenisca", un arrecife que protege
a la playa.
Rejuvenecimiento
Finalmente, entre 6.000 y 3.000
años antes de nuestra era, la acti-
18
vidad volcánica despierta de nuevo
en un par de ocasiones, terminando
con ello de edificarse la Isleta
tal y como ahora la conocemos,
excepción hecha de la remodelación
del paisaje introducida
posteriormente por los hombres
(fig. ge)"
Surgirá primero, prolongando
la misma línea Confital-Coloradas
hacia el Noreste, un gran volcán
que se elevará 150 metros si consideramos
el desnivel existente entre
su cima y su pié, alcanzando los
250 metros sobre el nivel del mar,
y un diámetro en su base de 750
metros. Este volcán es M a del Faro
o de La Atalaya, desde cuya cúspide
se abren dos espléndidos cráteres
abiertos hacia el noreste. Las
lavas que de él surgieron, prolongaron
la superficie del islote hacia
el norte, noreste y sureste principalmente.
En segundo lugar, entre 4.000
y 3.000 años antes de nuestra era,
una segunda erupción bastante
más compleja culminará la historia
geológica de este islote: es la
erupción del Vigía, un conjunto lineal
de al menos ocho conos volcánicos,
quizás diez u once, surgidos
a escasa distancia unos de otros
a lo largo de una fisura norestesuroeste,
pero afectando en esta
ocasión a la franja suroriental del
islote a la que modifica extraordinariamente.
Buena parte de la vegetación
que vivía en aquellos territorios es
quemada y sepultada por las lavas
pero otra parte, ha quedado resguardada
en los terrenos no afectados
por esta erupción, por lo que
la colonización vegetal de los nuevos
espacios volcánicos se hará en
esta ocasión a partir de estos reductos.
El interés y los caracteres de
tan joven territorio merecen un trato
más detenido en otro capítulo.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010