Marco de referencia
E l análisis y descripción de la
economía prehispánica de las
islas y sus distintas estrategias adaptativas
a cada una de ellas, es algo
que no se presenta fácil a la hora de
plantear un resumen ordenado de las
diferentes perspectivas, máxime si se
tiene en cuenta el punto actual por
el que se encauza la investigación arqueológica
en el archipiélago, con
profundos cambios conceptuales,
analíticos y con la aparición de sorprendentes
resultados que comienzan
ya a generar nuevos y apasionantes
planteamientos sobre el debate prehistórico
insular.
El conocimiento actual que se posee
sobre la economía aborigen en el
archipiélago, presenta, como generadoras,
distintas fuentes. Por un lado
tenemos las etnohistóricas, a través
de las cuales podemos tener una visión,
siempre aproximativa y general,
de las estructuras económicas, recursos
naturales, sistemas de explotación,
organización socioeconómica,
etc., pero que no pueden constituirse
en regidoras de una investigación
científica, para lo cual es necesario
el papel de la arqueología y los diferentes
recursos y estudios especializados
que hoy se generan, como la
paleobotánica, la zooarqueología, investigaciones
tecnológicas, etc." Estos
estudios, aún no lo suficientemente
desarrollados en el archipiélago,
así como el desmantelamiento de
las líneas tradicionales en arqueología,
han ido generando nuevos focos
de luz sobre la economía -y la cultura
aborigen en general- de las islas,
permitiendo hoy plantear el
desarrollo de distintos modelos económicos
en cada una de ellas, y la variedad
de sistemas de explotación
practicados en un mismo territorio
insular. No obstante queda mucho
por hacer para la comprensión del
desarrollo del proceso evolutivo de
esas actividades económicas, así como
para un mejor conocimiento de
algunas islas o de sus diferentes procesos
internos.
Síntesis etnohistórica
El reconocimiento sobre las bases
económicas de cada una de las islas,
nos muestra que la fuente de riqueza
en Fuerteventura y Lanzarote, como
apunta Dimas Martín Socas, se
apoyaría en la ganadería, agricultura
y la pesca, aunque para Fuerteventura
no haya una sola indicación
clara de que se cultive la tierra, y que
en Lanzarote, a pesar de recogerse en
las fuentes etnohistóricas -agricultura
basada en la cebada- no haya
sido confirmada por la arqueología,
algo que ya analiza "le. Cabrera Pérez,
1989""
La cabaña ganadera, estaba constituida
esencialmente por cabras y
ovejas. En Fuerteventura los pastos
eran de uso comunal y la isla presentaba
una cabaña enormemente rica,
la mayor del archipiélago.
-hispánica
Canarias
Abreu Galindo nos refiere para estas
dos islas: "Eran grandes nadadores
y a palos mataban los peces. Tienen gran
abundancia de marisco en la costa (oo."
Manteníanse de harina de cebada tostada
y molida que llamaban gofio y con
carne de cabra cocida y asada, con leche
y.manteca (oo.) sembraban la tierra
y SUS
estrategias
de cebada, rompiéndola con cuernos de
cabrón a mano, y madura "") limpiaban
y tostaban y molían (.oo) y esta harina
mezclaban con leche y manteca (oo."
llamaban gofio""(Abreu Galindo, 1977:
56-58)"
Señala asimismo, además del gofio,
la carne y el sebo de sus cabras, leche,
manteca, dátiles y zarzamora, pescado
y marisco para Fuerteventuraoo. "El ganado
de esta isla (oo.) es el más sabroso
de todas (oo.) el cual anda suelto por toda
la isla (oo." (Abreu Galindo, 1977:
59)"
La agricultura fue la base económica
más importante de Gran Canaria, diferenciándose
así del resto del
archipiélago, con prácticas de agricultura
de secano y regadío como actividad
principal, frente a la ganadería de cabras
y ovejas (A. Tejera y R. González Antón,
1981)"
"La manera de cultivar la tierra para
su sementera, eran juntarse veinte y
más canarios cada uno con una casporra
(oo.) y junto a la porra tenían un diente
en que metían un cuerno de cabra,
yendo uno tras otro surcaban la tierra,
la cual regaban con acequias que tenían,
por donde traían el agua largo camino
y, cuando estaban en sazón las semen-
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
adaptativas a las distintas islas
Relacion económica con los aspectos culturales de cada isla
teras, las mujeres las cogían "") solamente
la espiga y después apaleaban y
con las manos aventaban.
Hacían anzuelos para pescar de
cuernos de cabras. Preciaban las cabras
".oo) por el provecho que de ellas sacaban
para su mantenimiento. Había ovejas
""" criaban puercos (oo.) su ordinaria
comida era carne de cabra cocida (oo."
Era su pan común cebada que (oo."
molían en unos molinos de mano y esta
harina llamaban gofio (oo.) pues tenían
cebada, legumbres y carne. Aprovechábanse
".oo) del mar""(Abreu Galindo,
1977: 159-160)"
En Tenerife sería la ganadería la que
jugó un papel determinante en su economía.
En esta isla va a ser característica
la trashumancia estacional
costa-montaña, lo que obliga a la organización
de rebaños en los que se reúne
el conjunto de ganados de un menceyato,
para iniciar conjuntamente el movimiento
hacia los pastos de verano en la
montaña (González Antón, R., y A. Tejera
Gaspar, 1981). Algo que ya había
apuntado L.o. Cuscoy, quien de igual
manera sentenciaba: "Tenemos pues, un
importante grupo humano (oo.) cuya economía
se basa fundamentalmente en la
ganadería" (L. Diego Cuscoy, 1968:
101)"
"Solo tenían y sembraban cebada y
habas, que trigo, centeno ni otras legumbres
no las había en la isla, y si en algún
tiempo hubo trigo, perdióse la semilla.
Esta cebada después de limpia la tosta-ban
al fuego y la molían en unos molinos
de mano (oo." También comían carne
de oveja y cabra y de puerco" (A. de Espinosa,
1980: 37-38)"
En La Gomera -l.E Navarro Mederos,
1981- tenían cebada y un conjunto
de productos silvestres ofrecidos
por la isla, dentro de una variada gama
de derivados de las distintas especies vegetales,
que complementarían una agricultura
pobre y técnicamente poco
desarrollada, que quedaba conformada
por los derivados de la ganadería de cabras
y cerdos, además de la recolección
de mariscos. Para esta isla Zurara señala
que "comían hierbas y raíces de juncos
como las bestias, y hasta hacían
pasto de los animales más inmundos
(oo." (A. Millares Torres, 1977)"
En La Palma parece desarrollarse
una economía basada en la ganadería
-cabra, oveja y cerdo- ya que tradicionalmente
se consideró que en esta isla
no existió nunca la agricultura, y si bien
esto fue así -al menos a la llegada de
los conquistadores- las últimas excavaciones
han dado un vuelco a e~t'ls.consideraciones
para períodos an~~ores.
7
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
""") el mantenimiento "") eran raíces
de helecho y grano de amagante """
lo cogían a su tiempo y lo secaban y molían
en sus molinos de mano y lo guardaban
para comer con caldo de carne o
con leche" (Abreu Galindo, 1977: 269)"
Esta y otras especies vegetales silvestres
servían pues de alimento "que junto con
los productos derivados del marisqueo,
completó su alimentación""
La ganadería pastoril fue intensamente
practicada por la sociedad herreña,
actividad que marca el resto del
comportamiento humano en relación a
su organización social. Las especies explotadas
eran fundamentalmente cápri- "
dos, al tiempo que poseían cerdos en
estado salvaje. Estos, junto a aves, lagartos
y marisco con los derivados carne,
leche y manteca compondrían la base
alimentaria del aborigen (M.e. Jiménez
Gómez, 1982), habiendo sido constatados
por las excavaciones arqueológicas."""" Manteníanse de leche que llamaban
Achernen, y con manteca que decían
Mulán """(Abreu Galindo, 1977:
88)"
Un segundo recurso económico sería
la agricultura, si bien la información
que se posee es contradictoria, como nos
recuerda "M.e. Jiménez Gómez, 1982"
y así en "Le Canarien", se habla de la
presencia de trigos y "Abreu Galindo,
1977"""dan a sus hijos "") harina tostada""
En Le Canarien se observa "Y
sus cultivos los hacen cubrir con cerdos
atándoles la jeta """"(Bontier, P. y Le
Verrier, 1980). De lo que recogen "A. Tejera
Gaspar y R. González Antón,
1981", la posibilidad de que hagan referencia
al uso de los cerdos para remover
la tierra con las patas y el hocico,
aireando y abonando el terreno. La arqueología
no ha confirmado la presencia
de grano doméstico en esta isla.
En torno a las bases económicas
Nos encontramos, pues, ante una
economía mixta productora depredadora
desarrollada por todo el archipiélago,
y caracterizada por la fuerte
variabilidad en la relación existente entre
ambas actividades, así como en las
prácticas de control que se establecían
entre ellas, variando de igual manera, de
una isla a otra, los sistemas establecidos
en cuanto a organización, apropiación
y redistribución de la producción. Por
ejemplo, en Gran Canaria existió una
economía productora con una agricultura
desarrollada de secano y regadío,
con almacenaje de los excedentes de pro-
8
ducción en graneros familiares y colectivos,
contrastando de forma acusada
con aquellas islas que no conocían la
agricultura -o al menos que a la llegada
de los conquistadores no la
conocían- en la que su falta sería compensada
por actividades alternativas a
través de la producción animal, recolección
vegetal, productos del mar, captura
de aves, reptiles, etc."
Pero estas diferencias no se limitan
a ser elementos de contraposición de
una isla a otra, sino que el propio terri- "
torio insular es producto de diversificaciones,
como es el caso destacable de
Tenerife, con importantes diferenciaciones
de la vertiente norte a la del sur, con
agricultura -incluso de regadío- en la
primera, frente a una economía de marcado
rasgo pastoril en la segunda.
Dentro del análisis de los distintos
elementos sustentadores de esta economía
vemos que a excepción de Gran Ca-
Pintadera de Gran Canaria
Museo Canario.
naria, como ya dije, el resto de las islas
vienen marcadas por el signo pastoril,
complementado por la recolección y la
agricultura, allí donde esta última se
practicó.
La cabaña está compuesta por la cabra
y la oveja como base de la actividad
ganadera con un mayoritario porcentaje
de la primera a juzgar por el elevado
número de sus restos, identificados arqueológicamente.
Es interesante destacar
la presencia de dos tipos
morfológicos diferenciados, uno con
cornamenta cerrada, talla corta y ubre
pequeña y que se presenta muy adaptada
a los desplazamientos amplios de
trashumancia, y otra de mama más voluminosa
y cornamenta abierta más propia
para el pastoreo de costa y
asentamientos estables, algo que ya
apuntaba "L. Diego Cuscoy, 1968", pa-
-ra Tenerife y que ahora confirman "J.
Navarro Mederos y e. Arco Aguilar,
1987""
Por fin, la producción ganadera quedaría
complementada con el cerdo, documentado
arqueológicamente en casi
todo el archipiélago, y el perro, que junto
a su disposición de guarda del rebaño
y ayuda del pastor, ha revelado, a su
vez, la existencia de la cinofagia en distintas
excavaciones.
La importancia de esta parcela de la
economía aborigen como productora de
alimentos, recursos tecnológicos y materias
primas, imprimiría un destacable
desarrollo por todo el archipiélago a la
actividad pastoril. En este sentido, debemos
destacar el hecho de que la posesión
de ganado constituyese uno de los
elementos más importantes en la configuración
económico-social y de poder
del individuo. Y ello viene suficientemente
registrado en las fuentes, con elementos
como la entrega de ganado para
poder desposarse, nobleza dueña de ganado,
etc.
Por su parte, la agricultura aparece
como actividad secundaria respecto a la
ganadería a excepción de Gran Canaria.
Su inexistencia en alguna isla puede
plantearse -J.E Navarro Mederos y e.
Arco Aguilar, 1987-por sus bajos rendimientos,
malas condiciones medioambientales,
pérdida de la simiente e
incluso, abandono voluntario a causa de
las fuertes exigencias, frente a otras actividades
alternativas que suplirían con
creces los rendimientos de la agricultura,
como podría ser la recolección de vegetales
silvestres.
En este sentido es sintomático el caso
de La Palma, donde las fuentes etnohistóricas
recogían la inexistencia de
explotación agrícola, como de hecho así
fue, al menos para el momento de la
conquista, ya que las últimas excavaciones
-El Tendal- han puesto de manifiesto
la existencia de agricultura en los
niveles inferiores de una importante estratigrafía.
De esta manera, esta isla nos
estaría mostrando un sustancial proceso
de evolución interna y de adaptación
al medio en el que, a lo largo del tiempo,
la actividad agrícola habría sido sustituida
por otras parcelas económicas,
a medida que el conocimiento de la isla
y la consolidación del asentamiento proponían
otros recursos naturales. De esta
forma, se observa un cambio gradual,
con un consumo de cereal que es paulatinamente
sustituido, al tiempo que se
produce un aumento de los restos animales,
así como la aparición de obsidianas
a partir de un determinado
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Gran Canaria, la única isla en la que tuvo
desarrollo la agricultura.
todología utilizada en la investigación en
décadas pasadas y la sorprendente riqueza
de registros que están ofreciendo
yacimientos aún en proceso de estudio.
Finalmente, a estos elementos habría
que añadir la recolección de algunas algas
marinas, el consumo generalizado de
algunas aves como palomas, cuervos,
pardelas, etc., lagartos, gato en Tenerife,
insectos y la posibilidad apuntada
por "J.E Navarro Mederos y e. Arco
Aguilar, 1987", de la existencia de suidos
silvesters o asilvestrados en algún
momento, ratificados por M.e. Jiménez
Gómez, para El Hierro, lo que supondrían
técnicas de caza hoy desconocidas.
Estrategias de adaptación
Pero una vez vistas, de manera muy
generalizada, las bases económicas que
sustentaban la población aborigen de las
distintas islas, intentaremos ahora analizar
las diversas implicaciones que estas
bases generarían en cada una de
ellas, así como los sustentos políticosociales
por los que éstas podrían regirse,
al menos en sus casos más significativos.
Y para ello hemos de remontarnos
a los inicios del poblamiento canario.
Está, claro, o al menos ese es el parecer
de muchos investigadores/as, que los
grupos que llegan al archipiélago lo hacen
bajo previo conocimiento de éste y
de sus posibles recursos, como lo indica
el hecho de que vinieran con una configuración
colonizadora, con familias,
animales domésticos, etc.
Una vez llegados a la "nueva tierra""
estos primeros grupos, iniciarían un proceso
de reconocimiento de los nuevos
ecosistemas, que se presentaban necesariamente
diferentes a los de sus puntos
de origen, con el fin de captar la potencialidad
de los recursos, las disponibilidades
de las islas y sus limitaciones, de
cara a una explotación efectiva de aque- '
llos y generar una ocupación racional
del territorio, que, como señalan nuevamente
"J.E Navarro Mederos y e. Arco
Aguilar, 1987", se apoyaría en una
valoración de la relación "potencial disponible/
recursos necesarios", con un fin
primordial: la explotación del medio y
el aprovechamiento de sus recursos debían
mantener el equilibrio ecológico,
mucho más frágil y necesario por la condición
de medio insular.
mo he indicado, allí donde no se dio la
agricultura, y en los primeros momentos
del poblamiento, cuando aún se está
en proceso adaptativo al nuevo
territorio.
Referente a los productos del mar, la
actividad fundamental la constituyó el
marisqueo, suficientemente atestiguado
por la arqueología en los diversos yacimientos,
así como en los concheros de
todo el archipiélago. Junto a éste, tendríamos
la pesca como actividad mucho
menos desarrollada, a juzgar por los restos
arqueológicos, existiendo evidencias
como anzuelos de hueso -rectos en La
Palma y curvos en Gran Canaria- que
nos hablan de esta actividad.
Los restos estudiados nos señalan,
por otro lado, que no se practicó la pesca
de altura, aunque en El Hierro han
aparecido restos de peces de "mar adentro"
documentados por M. Cruz Jiménez
Gómez, aunque no se pueda aportar
nada sobre su captura, existiendo la posibilidad
de que fueran arrojados a la
costa por el mar. Las fuentes sólo hablan,
para Gran Canaria, de nasas y redes
de juncos que no han sido
corroborados por la arqueología (material
orgánico muy degradable)"
Empero, comienzan a abrirse nuevos
parámetros en la investigación sobre la
fauna marina consumida por lá población
aborigen que, a su vez, generarán
nuevos datos teniendo en cuenta la me-
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momento, cuando el conocimiento de
las vetas de este material volcánico se va
consolidando a través del reconocimiento
insular.
Con ello, la investigación arqueológica
genera la posibilidad de observar el
desarrollo de procesos de adaptación al
nuevo medio que, sistemáticamente, es
reconocido y con ello, paulatinamente
explotados sus recursos. La variabilidad
del registro material, nos ofrece así, no
un proceso estático, sino un complejo de
posibilidades adaptativas donde las diferentes
soluciones tomadas tienden a
consolidar una relación viva grupo
humano-medioambiente.
Se cultivó la cebada en Lanzarote y
La Gomera, el trigo en El Hierro; cebada,
trigo, habas e higuera en Gran Canaria
y cebada, trigo, habas y
posiblemente arvejas en Tenerife. Serían
mayoritariamente cultivos de secano, si
exceptuamos Gran Canaria con un regadío
bien desarrollado y en menor escala
en Tenerife, aunque referido para la
zona norte (Icod, La Orotava)"
De todas formas la producción permitía
que el grano fuese componente importante
de la dieta alimenticia, y tras
tostarlo y molerlo (gofio), se consumía
mezclado con leche, manteca o miel.
Para la recolección, caza y pesca es
necesario contar con importantes recursos,
y la cubierta vegetal que poseían las
islas, favorecía la recolección de semillas,
hojas, frutos, etc. para la alimentación
o utilización terepéutica, materias pri-
1 • mas para manufacturas, etc.
Tanto la recolección como la caza y
la pesca se constituyeron en fuente importantísima
de recursos, sobre todo co-
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El resto de las islas tenía una economía de
signo pastoriaJ. La ganadería se basaba en
la cabra y la oveja.
algunas reses estabuladas o bajo desplazamfentos
horizontales, se pasaría a través
del bosque, a las zonas más altas de
las islas para aprovechar durante la estación
seca, los pastos de esta zona, que
además ofrecería otras materias primas
-obsidiana, etc.- como por ejemplo
en Tenerife y La Palma, islas que presentaban
zonas aparentemente comunales,
como podría ser el caso de Las
Cañadas en la primera y la Caldera de
Taburiente en la segundad (si bien no se
trata, claro está, de idénticos marcos medioambientales)"
Economía y asentamientos
Esta actividad económica, sujeta a
desplazamientos, genera un tipo de ocupación
consistente en asentamientos dispersos,
ya sea en cueva, abrigo o
construcciones de superficie, que implican
una ocupación estacional o esporádica
en base al aprovechamiento
ganadero y, de forma extensiva, a la captación
de los recursos del medio. Estos
elementos de ocupación, no presentan
acumulación de grandes detritus, salvo
en el caso de los concheros, hablando
con ello de su uso esporádico. Por tanto,
conectan con construcciones relacionadas
con el pastoreo como rediles,
apartaderos de ganado, necrópolis o sepulturas
aisladas, además de escondrijos
de ajuares de pastor, que hablan de la
estacionalidad y tránsito de estas áreas."" .- -.~."""". -.
Gran túmulo de Gáldar, Gran Canaria.
El sistema de pastoreo sería la suelta
controlada del ganado, relacionada
con los movimientos estacionales trashumantes
en busca de pastos. Pero, incluso
estos movimientos no se generan
de igual manera de unos ámbitos a
otros. En las islas orientales - Lanzarote
y Fuerteventura- presentan un carácter
horizontal, donde las fuentes señalan
para esta última que el ganado corría
suelto, aunque estos movimientos estarían
condicionados por espacios de pastos
acotados de reserva para el ganado,
como podría haber ocurrido con la península
de Jandía, lejos ya de aquella interpretación
que la consolidaba como
una de las dos demarcaciones políticoadministrativas
de la isla.
Por el contrario, en las islas occidentales,
el sistema de movimientos sería
vertical -costa, cumbre- lo que permitiría
el aprovechamiento, no sólo del
ganado, sino también por parte del grupo
humano, de los recursos estacionales
de los distintos pisos bioclimáticos.
De la zona inferior que soportaría la totalidad
de la cabaña en otoño-invierno,
los asentamientos estables -hábitat
permanente-, los cultivos de secano y
po de población estable que genera mecanismos
de explotación del entorno,
apoyados por unas buenas condiciones
medioambientales, como los fenómenos
acuíferos, suelos fértiles, buenos pastos,
temperatura ambiental y precipitaciones."
Con todo surgen verdaderos poblados,
con la presencia continuada en
los mismos, de la mayoría de la población
-lE Navarro Mederos y C. Arco
Aguilar, 1987- practicando una economía
de tipo mixto ganadero-agrícola
(Lanzarote, Tenerife, La Gomera, El
Hierro); de base fundamentalmente
agrícola (Gran Canaria); o de signo exclusivamente
pastoralista (Fuerteventura
y La Palma a lo largo de un amplio
espectro en el desarrollo de esta última)"
Pero esta economía, y dada la naturaleza
de las islas, obigaba a desplazamientos
estacionales de los ganados y un
pequeño sector de la población. Amén
de auténticos movimientos de población
en los que todo un conjunto se ve sometido
a ello, obligado por factores diversos
aunque en principio excepcionales,
como la pérdida de cosechas, sequías,
etc.
Ante esto, las características del medio,
los patrones culturales portados
desde sus puntos de origen y la actuación
combinada adaptabilidad-transformación,
en lo posible, de aquél, irá
generando un progresivo desarrollo de
la política de asentamiento que implicaría
la pérdida de elementos culturales de
origen, la paulatina generación de otros
nuevos, y poco a poco, la mejor relación
posible explotación-recursos-supervivencia
del grupo, que irá decantando distintas
respuestas materiales a lo largo de
su consolidación.
En este sentido y empatando con la
explotación ganadera a la que antes hice
referencia, la cabaña no permanecería
estable a lo largo del poblamiento,
acusándose considerables variaciones,
que los últimos trabajos han relacionado
con la evolución en su control y aprovechamiento
a lo largo del tiempo. Así,
se observa como la consolidación de
hombres y ganado en el territorio, favorece
el paso progresivo de una más
intensa actividad recolectora a un mayor
aprovechamiento cárnico de los
rebaños.
La ocupación del territorio se manifiesta
de este modo como una respuesta
a los procesos cada vez más sólidos de
colonización insular, que desembocarán
en el desarrollo de diferentes tipos de
asentamientos, estructuras de poder, y
poco a poco, a medida que ese asentamiento
se consolida bajo bases de captación
y utilización de recursos y
conocimiento de las posibilidades de los
mismos, en una organización territorial
tendente a un mejor control del medio.
Este, el medio, se torna como un elemento
prioritario a la hora de establecer los
asentamientos, generándose, ante factores
medioambientales semejantes, soluciones
similares, manifestadas en la
presencia de elementos constantes en todo
el archipiélago -cuevas naturales,
respuestas similares de Fuerteventura y
Lanzarote frente a las islas occidentales,
etc.- sin que ello signifique la no generación
de elementos diferenciadores que
hablan de diversos horizontes culturales
marcados por su propia dinámica.
Por ello, esa diversidad de asentamientos
en el archipiélago, viene a responder
a la consolidación de un
.determinado tipo de explotación del medio;
en ellos además influirían, como he
dicho, condiciones ambientales, desarrollo
cultural y elementos de carácter
social.
Se detectan así, asentamientos que
hablan de una ocupación continuada,
con la fijación, en un espacio, de un gru-
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Por su parte, los de carácter permanente,
que se reflejan en hábitats concentrados
y las manifestaciones que
generan -necrópolis, materiales muebles,
etc.- presentan soluciones formales
que varían en el archipiélago. Se
genera así ocupación de cuevas naturales
en todas las islas, de cuevas artificiales
en Gran Canaria y quizás en las islas
más orientales -también se señala en
las fuentes para casos concretos del sur
de Tenerife- así como poblados de superficie,
bien con construcciones que reflejan
una arquitectura incipiente o bien
con estructuras protourbanas de gran
desarrollo en Gran Canaria.
Por otra parte, la presencia en una
misma isla de estos diferentes asentamientos,
ha planteado si estos han sido
contemporáneos, obedeciendo entonces
sus diferencias a formas de vida, de ex-plotación
del medio, o si por el contrario,
pertenecen a configuraciones
cronológicas diferentes, aunque con el
tiempo se hayan generado procesos de
convivencia. En este sentido, y a pesar
de las lagunas que aún existen, ambos
tipos aparecen ocupando similares nichos
ecológicos lo que plantea que sean
grupos con sistemas de explotación semejantes,
a quienes la carencia de cuevas
o insuficiencia de éstas, ya sea por
malas condiciones o por incapacidad de
atender el crecimiento poblacional, obliga
a crear otros tipos complementarios.
Un caso interesante de este hecho, lo
constituye la península de Anaga en Tenerife,
donde las últimas investigaciones
están poniendo de manifiesto, la existencia
de distintos tipos de aprovechamientos
habitacionales, en una zona de
importante riqueza medioambiental y
que se constituye, a juzgar por los numerosos
yacimientos que se van encontrando,
como una zona de importante
concentración de población.
En este ámbito -donde los estudios
de antropología cultural aún pueden tener
una base lo suficientemente sólida
como para desarrollarse- se ha decantado,
a raíz de un yacimiento excavado
-Auchones, dirigido por Fernando Álamo
Torres- la utilización, no sólo de
las cuevas existentes, sino de otros soportes
como distintas necrópolis, e incluso
centros habitacionales bajo
grandes piedras; caso de Auchones, y
otros yacimientos en estado variable de
conservación, conocidos a partir de recientes
prospecciones. Igualmente la utilización
de cuevas cuyas condiciones de
habitabilidad hubiesen sido desechadas
en otras partes, y finalmente, la existencia,
no sólo de cabañas complementadas
con poblados de cuevas, caso del
Calabazo, sino la aparición de un importante
centro poblacional bajo cañadas,
con otros elementos que subrayan
su importancia y en los que no vamos
a entrar ahora.
Lo que sí es cierto, es que estas uni~
dades arqueológicas se desarrollan en un
espacio próximo, atendidas por riquezas
y posibilidades de explotación amplias,
tanto para el aprovechamiento del
bosque -en las inmediaciones- como
para el alimento del ganado, con posibilidades
de desarrollo más amplias, a
juzgar por las condiciones medioambientales
que presenta el emplazamiento
de estos conjuntos.
De todas formas aún faltan importantes
estudios que realizar, así como
campañas de excavación que generen un
nuevo caudal de conocimiento sobre una
zona, Anaga, que como ámbito de aislamiento
respecto al resto de la isla -al
igual que pudiera ocurrir con el macizo
de Teno- sea portadora de procesos de
adaptabilidad y desarrollos poblacionales
y económicos aún poco esbozados,
pero que comienzan a aportar nuevos
datos tendentes a una verdadera diferenciación
respecto a otros espacios de la
isla.
Otro tanto cabría decir del sur de Tenerife,
donde las últimas prospecciones
-siguiendo el plan de actuación del inventario
Arqueológico de las Canarias
Occidentales- están poniendo de manifiesto
el desarrollo de estructuras, en
muchos caso no sospechadas para la isla
-en la que se habían establecido las
conclusiones de habitabilidad tradicionales-
ya no sólo como poblados de
cabañas complementarios de hábitats en
cuevas, sino como elementos individualizados.
Por ello es evidente que aún el
camino por recorrer por la arqueología,
no sólo de esta isla, es amplio para tender
a la captación de información de
unas poblaciones prehistóricas que cada
vez se decantan con mayor capacidad
adaptativa al medio, al tiempo que cada
vez presentan mayor poder transformador
y generador de conductas
sociales, políticas y económicas más
complejas de las que, en un principio,
se habían establecido.
En Lanzarote y Fuerteventura se
ocuparon, igualmente, cuevas naturales
como lugar de habitación, pero la escasez
de éstas impone la adopción de otras
soluciones -como ya se dijo- con poblados
de superfi~ie -más de un centenar
detectados en Fuerteventura- que
se presentan asociados a recintos para
el ganado y ocupando lugares estratégicos
con control sobre un amplio territorio,
o como los tubos volcánicos
acondicionados para su habitabilidad.
Se trata esta última, de una ocupación
de zonas de malpaíses que, a partir de
la obtención en ellos de recursos estacionales,
fueron generalmente de ocupaciÓn
temporal, con indicios que
confirman su sistema de explotación.
Por su parte, Gran Canaria, aparece
como caso particular. En ella, la investigación
ha valorado esos diferentes
asentamientos como producto de distintas
oleadas culturales o como "horizontes
culturales", si bien, uno por carecer
de bases y otro por no contar con las necesarias
-ya que las evidencias ateriales
que representarían a uno de los
grupos aparecen en los restantes- hacen
que sean difíciles tales definiciones.
Por otro lado, se plantea la posibilidad
de que esas diferencias puedan ser fruto,
al menos en ocasiones, de una fuerte
jerarquización social y de una
estructuración económica de la población.
En este sentido aún se está lejos
de una total clarificación, a lo que sólo
nuevas secuencias estratigráficas y dataciones
absolutas pueden acercarnos.
En lo referente a la utilización de
cuevas y, tras lo apuntado, su uso vendría
marcado por la captación de un recurso
sobre el que se actúa
selectivamente, tratando de ocupar
aquellas que aparecen insertas en el medio
a explotar. Y esto se refleja en la relación
-en las islas occidentales- que
presenta la zona caracterizada por la
mayor concentración de recursos necesarios
para la subsistencia, una situación
climática idónea y la ocupación intensiva
de estos espacios, comprendidos
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
LA ECONOMÍA PREHISPÁNICA y
SUS ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS
EN LAS DISTINTAS ISLAS
Pintadera de Gran Canaria.
dentro de una altitud inferior a los 500
metros. Allí se concentran preferentemente
los poblados de cuevas, en las laderas
de los barrancos y en los
acantilados costeros, como ocurre en La
Palma, La Gomera, El Hierro, Tenerife
y, en menor porcentaje frente a otros tipos
de ocupación, en Gran Canaria. De
todas formas, no hay que olvidar que,
en la selección de tal ocupación, intervienen
otros factores además de la cercanía
a los recursos.
Por otro lado la cueva artificial presenta
su máxima expresión en Gran Canaria.
Aquí aparece formando poblados
abiertos, en zonas o espacios en los que
juega un importante papel la actividad
agrícola. En estos poblados aparecen silos
excavados como lugar de almacenamiento,
pudiendo tener un significado
doméstico, cuando aparecen en el interior
de las viviendas o colectivo ocupando
lugares altos de fácil defensa.
En esta isla se localizan, asimismo,
como lugares de hábitat característico,
un buen número de poblados de casas
de superficie, generalmente en las cuencas
de los grandes barrancos, de forma
que se consolidan como ocupación de
espacios abiertos, con dominio sobre
ámbitos territoriales cuyos recursos, potencial
acuífero, terrenos agrícolas, pastos
y productos marinos, permitirían el
abastecimiento de la población. No se
descarta para ellos, la necesidad de movimientos
estacionales de algunos
sectores, por razones de explotación
ganadera, de la que existe también una
buena evidencia en la construcción de
rediles. Estos poblados presentan una
fuerte concentración de población y sue-
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len aparecer asociados a grandes necrópolis
tumulares.
Un poblamiento que, en Gran Canaria,
responde -como lo atestiguan sus
estructuras, restos materiales, recintos,
investigación y fuentes- a una organización
del espacio con concomitancias
protorubanas. Una definición que implica,
además, unas relaciones
producción-explotación económica, reparto
y administración de la misma, diferente
al resto de las islas, por lo que
es preciso entrar en ellas, en parte.
Explotación económica y relaciones
socioculturales
Los datos que se tienen, a través de
las fuentes etnohistóricas, aclaran enormemente
la posible organización
político-social, en el momento de la conquista,
de Gran Canaria y Tenerife. En
el resto de las islas aquellas aparecen
mucho más difusas, acentuándose esta
falta para Lanzarote y Fuerteventura. La
arqueología, por otra parte, sigue derroteros
similares.
Los antiguos pobladores del archipiélago
se encontraban estructurados
por lazos pertenecientes a una organización
tribal, aunque con claras diferencias
de unas islas a otras. De esta
manera, tenemos a Lanzarote y al Hierro,
organizados bajo una sola tribu,
mientras que las demás aparecen subdivididas
en dos o más demarcaciones. En
el caso de Tenerife, ya "L. Diego Cuscoy,
1968", señalaba las distintas demarcaciones
-menceyatos- en las que se
dividía el territorio insular.
En todas las islas, las formas de gobierno
son propias de una estructura tribal,
haciendo la salvedad de Gran
Canaria, en la que se desarrollaba "un
sistema de cacicato centralizado "") preludiando
ya la sociedad estabilizada y un
modo de vida casi urbano" (l.E Navarro
Mederos, 1987: 30)"
En ésta existían diferencias sociales
que se acentuaban respecto al resto del
archipiélago, con un grupo dominante
con endogamia de clase, el cual detentaba
el poder económico y político, controlando
los medios de producción
distribuidos por el guanarteme. Este sistema
de estratificación social, más complejo,
exigía una distribución anual de
las tierras, cuyo régimen de explotación
supondría -fuentes etnohistóricasuna
división sexual del trabajo y una
participación colectiva en las faenas
agrícolas. En esta relación sociedadproducción
juegan un importante papel
los silos colectivos, que aparecen como
expresión de una organización social, en
la que los excedentes de la producción
se entregaban al Faycan, para su custodia
y posterior distribución. De esto se
puede deducir, por otro lado, la necesidad
en el ejercicio de un estricto control
sobre los recursos, conscientes de que éstos
están limitados por la condición de
espacio insular y, por tanto, ecológico,
bien· definido.
Es sintomático el hecho de que, en
esta isla, se registrase el infanticidio femenino,
un fenómeno que responde a
necesidades de control demográfico ante
la posible ruptura del equilibrio establecido
entre recursos y población. Las
fuentes hablan incluso de que, en el momento
de la conquista, la población partía
nuevamente de cauces mínimos -al
igual que en Lanzarote, donde la práctica
del infanticidio, habría generado la
existencia de la poliandria, como fenómeno
de compensación o refuerzo de los
grupos doméstico-familiares -lo que
significa que ese control de población
dejaba de aplicarse cuando los índices
poblacionales eran muy bajos y se hacía
necesario un nuevo aumento demográfico.
De esto se desprende una mejor
comprensión de una economía basada
en la explotación agrícola, en la que la
tenencia de la tierra sea de distribución
anual y los excedentes se entreguen al
Faycan para su redistribución. La mayor
parte de la población estaba constituida
por la clase dependiente, que
cuidaba las tierras y ganado de la nobleza,
a la que pagaban la décima parte
del producto.
La importancia del grano en la dieta
del aborigen grancanario se torna, como
ya dije, fundamental, poniéndose de
manifiesto, una alimentación casi enteram.
ente basada en los vegetales. A través
de estudios sobre los oligoelementos
Pintaderas de Gran Canaria.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Restos de viviendas prehispánicas de Gáldar, Gran Canaria.
clOn -':"etnográfica y arqueológica-o
Aquí las parcelas pertenecerían a los linajes
o grupos familiares, entre los que
el rey establecería su preeminencia social
a partir de la posesión de las tierras
más ricas. La propiedad individual del
ganado se integraría en la gran propiedad
familiar y sus miembros colaborarían
conjuntamente en las tareas
ganaderas.
En definitiva unas relaciones económico-
sociales que responden a múltipes
factores y que, a través del largo proceso
poblacional de cada uná de las islas,
irá generando distintos procesos socioculturales
en el archipiélago, finalmente
plasmados en sus manifestaciones
sociales, económicas y, por ende, materiales.
BmLIOGRAFÍA
La práctica del infanticidio femenino respondía
a exigencias de control demográfico.
en. tejidos óseos humanos, se han descubierto
graves deficiencias alimenticias
o desnutrición, para una componente
importante de la población, que contrasta
con los mejores índices alimenticios,
registrados en individuos enterrados en
túmulos, lo que podría estar recalcando
reflejos de diferencias sociales. Contrastan
estos datos con los obtenidos en
Tenerife y La Palma, en los que se constata
un mayor equilibrio dietético, con
mayor aporte de proteínas de origen
animal.
En Tenerife, la sociedad aparece dividida
en niveles similares. Las fuentes
hablan de que, entre ellos, existirían
unos "descendientes de reyes" como
máxima pureza de linaje, a quienes les
seguiría en escalafón, la nobleza secundaria,
o "escuderos", constituyendo entre
ambas, el grupo de poseedores de
ganado, a quienes servía el tercer estamento.
En esta isla con una agricultura complementaria
o subsidiaria de la ganadería
(pendientes aún de algunos estudios
zonales más profundos), se ejerce un sistema
de control sobre la tierra, señalando,
las fuentes etnohistóricas, que esta
era propiedad del mencey, quien la repartía
en usufructo según la categoría
social y los servicios presta,dos. No existen
aquí, indicios de pago de diezmos,
almacenamiento colectivo o redistribución
por parte del "rey", quizás debido
al escaso desarrollo y carácter secunda-rio
de la actividad agrícola que no generaba
una producción considerable. ~i
bien la presencia del topónimo
"auchón" o "uchón", puede estar haciendo
alusión a la existencia de lugares
de almacenamiento de grano
-colectivos o no- pero aún no lo suficientemente
atestiguados y a la espera
de nuevos estudios arqueológicos y etnoarqueológicos.
En este sentido, destaca
el hecho de que algunas. fuentes
hagan alusión a estos términos con lo
que establecían una diferenciación con
las cuevas de habitación. También se señala
en ellas, la división sexual de las labores
agrícolas.
En La Palma faltan datos que hablen
de una estratificación social, aunque parece
ser que existió algo similar a una
oligarquía de sangre aunque no estuviera
institucionalizada como tal. Los jefes de
bandos emparentaban entre sí, resultando
de ellos relaciones de solidaridad por
parentesco, más fuertes cuanto más cercano
fuera éste, afectando a la totalidad
de los integrantes del grupo del que el
jefe era representante (J.E Navarro Mederos
y E. Martín Rodríguez, 1987)"
En La Gomera hubo diferencias sociales
imprecisas y en El Hierro todos
eran iguales en linaje, salvo el rey
-fuentes etnohistóricas- que era superior
al resto, aunque la posesión de ganado
implicaba diferencias de status
social. Para Lanzarote "J.e. Cabrera Pérez,
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