Recia, airosa, encajada en un entorno· que no afectó, el blanco de sus paredes y las alas rojas de sus
tejados sobresalen en conjunto con la roca y el árbol, el frutal y la flor. Toda una lección de firmeza
y armonía.
el digno, gustoso y acertado quehacer
de quienes las levantaron siendo
"maestros pedreros", unas a base de
piedra seca o con barro, otras ya con
"mezcla" pero, en todos los casos, evidenciando
una fortaleza, una reciedumbre
y, sobre todo, dentro de esas
líneas y formas, creando un ambiente
sano, equilibrado de invierno a verano,
por recrear lo que en la cueva natural
sintió: así sus gruesos muros, sus
anchas paredes que, unidas al uso de
las duras maderas, mayormente pinotea,
motivaron un interior acogedor en
cualquier época del año.
En el medio rural, los terrenos de
cultivos se van abandonando o, lo que
es peor, se usan en su "última cosecha""
la venta para edificar donde antes
se plantó. Se perdió la regla del
respeto al terreno de labranza. En
otros casos, al contrario, se ha restaurado
la vivienda o se ha hecho la nue-vivienda
popular, una
de firnJeza y de arlDonía
La línea de la
lección
y el canario no desdeñó la piedra,
no la despreció. De la cueva o el solapón
pasó a darle igual forma creando,
a base de una firme y certera
colocación, una cueva artificial, una
"casa honda' '. Al paso de otras ideas,
de otras concepciones del habitáculo,
siguió apegado a la piedra, le dió forma,
la talló y buscó el lugar y el estilo
exacto para encajarla en un medio que
no fue degradado; al contrario, realzó
sus atractivos naturales con la implantación
de aquellas paredes y
techumbres que fueron variando con
el tiempo, de plastas de barro y paja,
de colmo, de cañas y astillas cubiertas
de tejas (árabes o francesas), casas
sencillas de un tejado, "alpendes", viviendas
de doble planta con airosos
volados en los que, a manera de puente
de nave anclada en tierra, sobresalen
unos pequeños balcones para atalayar
lo que alrededor ocurre, aleros extendidos
para sombrear el apoyo y dar cobijo
a las plantas, la vivienda canaria
en su linea típica o rústica ofrece ejemplos
contínuos de lo que ha significado
construir con gusto y respeto al
entorno.
La vivienda se implantó en el arrife,
al amparo de la roca, fuera de las
vaguadas donde el viento se dejara sentir
fuertemente, pero no en terrenos utilizables
para los cultivos. El hombre
aquel, sí, supo lo duro que era obtener
un celernin, un pañuelo, una suerte, una
fanegada de tierra para cultivar y, cuando
la logró, más que respetarla la hermoseó
con plantaciones en sus bordes
y con la vivienda en sus cercanías.
Hay, esas casas siguen en pie, con
cientos de años encima, mostrándonos
va con ese patrón qu~ armoniza linea
y funcionalidad.
Labor de autoridades, amén de los
artesanos, artistas y creadores de nuevos
habitáculos, es la de respetar o seguir
aquellas directrices y promover
más que la demolición, la restauración
de viejas viviendas, caseríos y aldeas
que por nuestras islas todavía quedan
esperando tan solo se fijen en ellos y,
como ocurre con restos arqueológicos,
con obras de arte, se proceda a una eficaz
protección.
Son páginas de nuestra historia elevadas
sobre piedras al natural o talladas
que sobresalen por armonizar en
linea y ubicación con un medio natural
igualmente singular que, entonces,
sin duda, sí se respetó." Aunque la lección,
por desventura, no se haya seguido
al pie de tal letra.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010