mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
1 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE SAN MIGUEL DE ABONA (TENERIFE, ISLAS CANARIAS) ARCHAEOLOGICAL SURVEY AND ROCK CARVING IN THE MUNICIPALITY OF SAN MIGUEL DE ABONA (TENERIFE, CANARY ISLANDS) Alfredo Mederos Martín* , Gabriel Escribano Cobo** y Vicente Valencia Afonso*** Fecha de Recepción: 23 de julio de 2020 Fecha de Aceptación: 11 de diciembre de 2020 Cómo citar este artículo/Citation: Alfredo Mederos Martín, Gabriel Escribano Cobo, Vicente Valencia Afonso (2021). Prospección arqueológica y grabados rupestres del municipio de San Miguel de Abona (Tenerife, Islas Canarias). Anuario de Estudios Atlánticos; nº 67: 067-008. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10599/10178 ISSN 2386-5571. https://doi.org/10.36980/10599.10178 Resumen: La investigación arqueológica en el municipio de San Miguel de Abona (Tenerife, Islas Canarias) ha estado focalizada en dos aspectos principales, las cuevas de enterramiento, con excavaciones de Bethencourt Alfonso en 1881 y Diego Cuscoy en 1953, 1962 y 1978 en los barrancos de La Orchilla y Pilón. Sin embargo, la cueva principal, Uchova, fue saqueada en 1933. El segundo ámbito de trabajo han sido sucesivas prospecciones arqueológicas en el municipio en 1989, 2004 y 2011, con el objetivo principal de una catalogación patrimonial. Como resultado más significativo destaca la gran concentración de grabados rupestres en la zona central del municipio, incluyendo inscripciones alfabéticas líbico-bereber, donde destacan los motivos geométricos de damero, que interpretamos como una representación solar. Palabras clave: Tenerife, menceyato de Abona, guanches, prospección arqueológica, grabados rupestres. Abstract: Archaeological research in the municipality of San Miguel de Abona (Tenerife, Canary Islands) has been focused on two main aspects, the burial caves, with excavations by Bethencourt Alfonso in 1881 and Diego Cuscoy in 1953, 1962 and 1978 in the ravines of La Orchilla and Pilón. However, the main cave, Uchova, was looted in 1933. The second area of work has been successive archaeological surveys in the municipality in 1989, 2004 and 2011, with the main objective of a heritage catalogue. As a more significant result, the great concentration of rock engravings in the central area of the municipality stands out, including Libyan-Berber alphabetical inscriptions, where the geometric checkerboard motifs stand out, that we interpret as a solar representation. Keywords: Tenerife, Chiefdom of Abona, Guanches, Archaeological Survey, Rock engravings. * Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid. Campus de Cantoblanco. 28049. Madrid. España. Correo electrónico: alfredo.mederos@uam.es ** Profesor de Instituto de Enseñanzas Medias. Programa de Doctorado. Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Antropología. Universidad de La Laguna. Avenida Trinidad, 39. 38204. San Cristóbal de La Laguna. Tenerife. España. Correo electrónico: escribanocobogabriel@gmail.com *** Arqueólogo. Calle Tizón, 6. San Cristóbal de La Laguna. Tenerife. España. Correo electrónico: valenciavicente7@gmail.com © 2021 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 2 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 INTRODUCCIÓN Dentro de la investigación arqueológica en Tenerife, el municipio de San Miguel de Abona ha tenido una relativa atención por ser el lugar de nacimiento de Juan Bethencourt Alfonso, lo que propició dos excavaciones en el barranco de la Orchilla en el último cuarto del siglo XIX, una de ellas en 1881. A ello se sumó el posterior descubrimiento y expolio en 1933 de la última gran cueva con momias de Tenerife, Uchova, que reexcavó Diego Cuscoy en 1953. Otros descubrimientos fortuitos de cuevas funerarias en el barranco Pilón se produjeron en 1962, lo que permitió a Diego Cuscoy la primera excavación de una momia infantil en la isla, o un enterramiento de un adulto en 1985. También hubo recuperaciones significativas de restos antropológicos en otra cueva del barranco de la Orchilla en 1978. Por otra parte, se excavó y publicó con detalle por Diego Cuscoy un ara de sacrificio, descubierta accidentalmente en 1972. En las últimas tres décadas el foco ha estado centrado en la prospección arqueológica de yacimientos para su protección, con tres catalogaciones sucesivas en 1989, 2004 y 2011, además de dos sondeos de urgencia en 2004 en una cueva y un abrigo. Estas prospecciones han ayudado a valorar aún más el gran interés y concentración de los grabados rupestres en el municipio desde los primeros descubrimientos en 1984. LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL MUNICIPIO DE SAN MIGUEL DE ABONA La trayectoria personal y científica de Juan Bethencourt Alfonso La investigación arqueológica en el último tercio del siglo XIX se centra en los trabajos realizados por Bethencourt Alfonso, quien por su nacimiento en el pueblo de San Miguel de Abona y existir cierto desconocimiento sobre su trayectoria científica y personal, también merece un tratamiento con cierto detalle. Juan Bethencourt Alfonso nació el 31 de enero de 1847, hijo de Juan Bethencourt Medina, natural de Arona, y Clara Alfonso Feo, de San Miguel1 en una casa terrera en la plaza de la iglesia de San Miguel de Abona, aunque se había sugerido la fecha del 5 de febrero2, que fue cuando recibió el bautismo con el nombre de Juan Evaristo de San José, siendo el padrino un tío materno, José Alfonso Feo. Sus padres se habían casado el 19 de agosto de 18463, lo que implica que Bethencourt Alfonso nació 5 meses y 12 días después, por lo que el matrimonio se celebró con la madre embarazada. Según la tradición oral en la familia, Juan Bethencourt Medina fue obligado a casarse por los hermanos mayores de su mujer y el mismo día después de la boda marchó en caballo a El Médano, donde embarcó en un barco que iba a Cuba4. El padre había nacido el 15 de agosto de 18195, con lo que acababa de cumplir 27 años, mientras la madre había nacido el 25 de septiembre de 18276 y sólo tenía 20 años. No envió noticias durante años, por lo que pasados 5 años, siguiendo los plazos legales, fue declarado fallecido en Cuba en febrero de 18527. Esto provocó que Bethencourt Alfonso quedase muy integrado en la familia de su madre, si bien su miembro más relevante y abuelo materno, el capitán de milicias Miguel Alfonso Martínez, dos veces alcalde en San Miguel de Abona, falleció sólo dos años después, el 3 de diciembre de 1854, con 70 años8. Fue protegido por sus tíos y tías maternos, pues su madre era la décima entre 11 hijos, manteniendo una especial relación con la familia de su tío y comandante de milicias, Antonio Alfonso Feo, padre de su primo Eladio Alfonso y González. 1 Arch. Parr. San Miguel, Lib. Baut. 2, fol. 353; MELO (2006) p. 3 n. 2. 2 FARIÑA (1991), p. 21. 3 DÍAZ FRÍAS (2015), pp. 26, 146. 4 DÍAZ FRÍAS (2015), pp. 25-26. 5 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 146. 6 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 244. 7 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 10; DÍAZ FRÍAS (2015), p. 27. 8 RODRÍGUEZ DELGADO (1991), p. 46/VI.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 3 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 También la tuvo con la familia de su tía Josefa Alfonso Feo, madre de su primo Eduardo Domínguez Alfonso 9. Su madre Clara, al darse por muerto el marido, tenía sólo 25 años y volvió a contraer matrimonio, ese mismo año de 1852, con su primo José Hernández Sierra. Tuvieron dos hijos, hermanastros de Bethencourt Alfonso, José Hernández Alfonso y Cipriana Hernández Alfonso10. La relación entre ellos debió ser buena porque en un testamento de Bethencourt Alfonso en 1904 pone especial cuidado en que su familia ayude “si preciso fuere, a mis dos hermanos José y Cipriano (…) pues a ellos les debo todo”11. Este autor considera que Cipriano era un varón al transcribir el testamento inédito, pero según Díaz Frías12 se trató de una hermana que estuvo soltera y falleció el 20 de agosto de 1931. Su padrastro, José Hernández Sierra, había sido una buena opción de matrimonio para su madre, pues en 1875 era el segundo mayor contribuyente de San Miguel de Abona, por detrás del marqués de la Fuente de las Palmas13. Juan Bethencourt Alfonso estudió en el Instituto de Bachillerato de La Laguna y para cursar los estudios universitarios en la Universidad Central residió en Madrid desde 186714. Esto le permitió vivir los acontecimientos de la revolución de 1868, hasta licenciarse en Medicina y Cirugía el 16 de enero de 187215. Aunque se había sugerido que residió en Madrid hasta 187316, lo que le hubiera permitido estar presente en la proclamación de la Primera República en febrero de 1873, se incorporó apenas 2 meses después de licenciarse como médico-auxiliar en el hospital militar de Santa Cruz de Tenerife, desde el 1 de abril. Cubría la plaza vacante de su primo, el médico Eduardo Domínguez Alfonso, al marchar a la península durante 5 meses, hasta finales de agosto de 187217. Al año siguiente, Bethencourt Alfonso, con 27 años, se casó el 24 de junio de 1874, en la iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, con María del Carmen Herrera González Goiri, de 23 años, nacida en La Habana, hija de Manuel Herrera Pérez y de Carolina González Goiri18. Carmen Herrera había sido bautizada en La Habana el 18 de agosto de 185119 y tenía dos hermanas, Emilia y Francisca20. De ellas, Emilia había quedado viuda muy joven con 24 años y fue testigo en la boda. Pasó a residir con sus dos hijos en la casa de su hermana recién casada, Salvador García Herrera de 8 años e Isabel de 6 años. El matrimonio de Bethencourt Alfonso y Carmen Herrera se estableció en el nº 2 de la antigua plaza Real y del Castillo, entonces plaza de la Constitución y actualmente plaza de la Candelaria, según el padrón de 1875, naciendo su primera hija, María del Carmen ese mismo año. También vivía con ellos una tía de su mujer, Josefa Herrera Pérez21. Esta vivienda había sido comprada y reformada en 1862 por su suegro, Manuel Herrera, que había hecho fortuna en La Habana y en Tenerife estableció una fábrica de tabacos en la plaza de la Concepción de Santa Cruz22. En el padrón de 1885 ya habían nacido sus tres hijos, Carmen con 9 años, Juan Manuel con 8, nacido como su hermana en Santa Cruz de Tenerife en 1877 y María con 6 años, nacida en La Laguna. Continuaba viviendo con ellos Emilia, la hermana de su mujer, que aún mantenía esta residencia según los padrones de 1889, 1895 y 1900, al igual que su hijo Salvador, sobrino de Bethencourt Alfonso, ya con profesión de periodista. En el padrón de 1895 las hijas, ya con 19 y 16 años, no estudian, pero sí lo hace su hijo Juan, con 18 años. Por entonces aparecen 3 sobrinos de una misma familia, nacidos en Santa Cruz, Luis Estremera García de 8 años, María Isabel de 9 RODRÍGUEZ DELGADO (1991), p. 46/VI. 10 RODRÍGUEZ DELGADO (1991), p. 46/VI; DÍAZ FRÍAS (2015), pp. 27 y 245. 11 FARIÑA (2013), p. 5. 12 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 245. 13 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 29. 14 FARIÑA (1991), p. 22. 15 FARIÑA (1991), p. 21. 16 FARIÑA (1991), p. 22. 17 Arch. Regimiento Militar Canarias, 6129; RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 10. 18 Arch. Parr. Concep., Santa Cruz, Lib. Matr. 17, fol. 250 nº 30; MELO (2006) pp. 2, 3 n. 5. 19 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 19 n. 4. 20 FARIÑA (2013), p. 9 n. 3. 21 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 11. 22 FARIÑA (1998), pp. VII/65, VIII/66 n. ix.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 4 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 6 años y Ángela de 2 años, de los cuales las dos niñas continuaban con ellos en el padrón de 1900. Una década después, ya sólo permanecía con el matrimonio su hija Carmen, con 36 años 23, quien aunque se casó en 1902, falleció sin tener hijos en 1942. Su otra hija María también se casó en 1902, falleciendo en 196524. En Santa Cruz de Tenerife Bethencourt Alfonso instaló una consulta médica privada en su vivienda, viajando a veces a otras islas como médico forense como sucedió en 1874 a La Gomera25, lo que le permitió descubrir las aras de sacrificio en La Fortaleza de Chipude (La Gomera)26 . Esta labor la compatibilizó desde el 23 de septiembre de 1876 como profesor de Historia Natural en el recién creado Establecimiento de Segunda Enseñanza de Tenerife en 1875, un centro privado que se adscribió con el comienzo del curso 1876-77 al Instituto Provincial de Canarias con sede en La Laguna, encargándose de las asignaturas de Historia Natural y Fisiología e Higiene27. En el nuevo centro realizó el discurso de apertura de curso en el año 1879-8028, institución que acabó dirigiendo su primo materno, el doctor Eduardo Domínguez Alfonso. Este primo, 7 años mayor, nacido el 13 de octubre de 1840, había estudiado también medicina, primero en Barcelona a partir de 1858, mudándose a Madrid en 1860 donde se licenció en 1864. Después opositó a médico de Sanidad Militar, donde sacó la primera plaza y pudo regresar a Tenerife, a la vez que abrió también una consulta privada. La necesidad de disponer de un museo para las prácticas de los alumnos del instituto, en el cual también mostrar la teoría darwinista de la evolución humana, llevaron a Bethencourt Alfonso a fundar en 1877 el Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife29, donde inauguró un año después, el 1 de mayo de 1878, un Museo Antropológico. Sus prospecciones aportaron el 60 % de las colecciones, además de donaciones de Diego Lebrun, que había heredado la colección y museo Casilda en 1868, el cual mantuvo hasta su fallecimiento en 1887, o Juan de la Puerta Canseco, director de la Escuela de Niños de Santa Cruz de Tenerife30. Pocos años antes, en 1874, se había inaugurado en Santa Cruz de Tenerife el denominado museo Villa Benítez, creado por impresor Anselmo J. Benítez, cuyas colecciones fueron ofrecidas para su compra al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife en mayo de 1922, pero no fructificó el acuerdo, hasta su adquisición por el Cabildo de Tenerife en 195031. Sus clases en el instituto sirvieron para crear afición entre sus alumnos y así dos corresponsales del Gabinete Científico en Adeje, Juan Gutiérrez y Felipe Rodríguez, habían sido alumnos suyos32. En su discurso de apertura del curso 1879-80 enfatiza sus premisas teóricas darwinistas. “El conocimiento de la teoría darwinista se impone hoy no sólo como de absoluta necesidad para todos aquellos que se encuentran arrastrados por sus aficiones a los estudios antropológicos, sino a toda persona que desee cultivar su inteligencia en cualquier ramo de las ciencias naturales, o que aspire a tener, aún dentro de un modesto círculo, cierto grado de cultura e ilustración”33. Este interés por la arqueología lo combinó con la etnografía, donde quizás su contribución es aún más importante, ya que buena parte de sus inferencias arqueológicas proceden de interpretaciones de la tradición oral que fue recopilando. Tras la propuesta por Antonio Machado y Álvarez, catedrático de Folklore en la Institución Libre de Enseñanza, a favor de la creación de una sociedad de ámbito nacional, El Folklore Español, “para la recopilación y estudio del saber y de las tradiciones populares” en noviembre de 1881, esta idea fue asumida en Canarias por Bethencourt Alfonso. Para ello preparó una Circular y Cuestionario de las Islas 23 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), pp. 11 y 16. 24 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 57. 25 FARIÑA (1983), p. 29. 26 BÉTHENCOURT ALFONSO, J. (1994 [1911]), p. 280 n. 11. 27 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 12. 28 BETHENCOURT ALFONSO (1879). 29 ANÓNIMO (1878). 30 DIEGO CUSCOY (1994 [1981]), p. 521. 31 CIORANESCU (1979), pp. 234-235, 30 n. 71. 32 DIEGO CUSCOY (1994 [1981]), p. 509. 33 BETHENCOURT ALFONSO (1879), inédito en FARIÑA (1983), p. 30.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 5 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Canarias que envió en 1884 a los corresponsales del Gabinete Científico y difundió en la prensa. La información recibida le sirvió para redactar en 1885 un trabajo aún inédito, Materiales para el Folk-lore Canario, que siguió actualizando hasta su muerte. Inicialmente lo pensó publicar dentro de la Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas 34. Esta colección editó, primero en Sevilla y después en Madrid, 11 monografías sobre el folklore español entre 1883-88, comenzando por un volumen sobre Andalucía redactado por Machado. Otro aspecto importante de su personalidad, que a veces se refleja en sus trabajos como periodista, fue su orientación política liberal, frente a las corrientes conservadoras. Afiliado al Partido Liberal desde 1881, se mantuvo en activo hasta 1893, cuando se presentó en la candidatura liberal con su hermanastro, José Hernández Alfonso y su primo Eduardo Domínguez Alfonso, pero se retiró de la política después de esas elecciones35. En este sentido, fue un influyente periodista como redactor en seis periódicos y revistas locales, Los Sucesos, La Democracia, el Eco de Canarias, El País, Revista de Canarias y Diario de Tenerife y fundador de otros dos, La Reforma y El Liberal de Tenerife36. Cuando a Juan La Roche y Siera se le encargó por Segismundo Moret la reorganización del Partido Liberal en Tenerife en 1882, menciona a los 8 principales miembros del partido en Santa Cruz de Tenerife, entre los que incluye a Eduardo Domínguez y a Bethencourt Alfonso37. En 1886, Bethencourt Alfonso apoyó significativamente al candidato de Emilio Castelar y Ripoll al Senado, el granadino Melchor Almagro Díaz38, lo que nos indica que su orientación política era inicialmente republicana, durante la cual había sido presidente Castelar, quien fundó el Partido Democrático Posibilista hasta que se integró en el Partido Liberal en 1890, al aprobarse el sufragio universal. Aunque continuó teniendo consulta privada en su céntrica vivienda, en la actual plaza de la Candelaria, muchas veces sin cobrar, lo que le hizo ganar mucho afecto público, parece que se incorporó hacia 1897 en el Hospital Civil de Nuestra Señora de los Desamparados. Especializado en enfermedades mentales y ataques de epilepsia, realizó también operaciones quirúrgicas con su ayudante Veremundo Cabrera Díaz, primero como médico segundo, ascendiendo a médico primero al menos desde 1904 y alcanzando finalmente la dirección del Hospital Civil39. También colaboró en Arona durante la epidemia de cólera de 1893, donde acabó siendo nombrado médico municipal al menos desde 190440. Aprovechando materiales de su obra inédita sobre el Folklore canario, asumió redactar la parte sobre Canarias en la Información promovida por la Sección de Ciencias Morales y Políticas en el curso 1901-1902 en el Ateneo de Madrid, en el campo de las costumbres populares y en los tres hechos más característicos de la vida: el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Para ello redactó una nueva monografía, con unas 493 respuestas de las siete Islas Canarias, fruto de una amplia red de informantes41. Se ha sugerido que el encargo le llegó por afinidad política o amistad al detentar el liberal Segismundo Moret la presidencia del Ateneo de Madrid42. Sin embargo, sería más lógico pensar que al haber sido Moret presidente del ateneo entre 1884-86, cuando realizó Bethencourt Alfonso su primer Cuestionario de las Islas Canarias, conocía su trabajo previo. Por ello debió pensar que era la persona adecuada para el nuevo encargo, cuando volvió a asumir de nuevo la presidencia del ateneo entre 1899-1913, pues desde esta institución centralizó la nueva encuesta etnográfica y folklórica. Por otra parte, una vez cerrado el museo del Gabinete Científico, las colecciones del denominado Museo Antropológico y de Historia Natural se incorporaron como un anexo al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Este museo había sido creado en 1899 por petición de Pedro Tarquis y Teodomiro Robayna, profesores de la Academia Municipal de Dibujo, como un museo anexo a la academia. El nuevo centro fue aprobado el 15 de noviembre de 1899, 34 FARIÑA (1983), p. 34; FARIÑA (1985), pp. 21-26. 35 FARIÑA (1991), p. 23; FARIÑA (1998), pp. VII/65. 36 BETHENCOURT ALFONSO (1898), inédito en FARIÑA (1983), p. 30. 37 GUIMERÁ (1987), p. 21. 38 FARIÑA (1991), p. 23. 39 FARIÑA (1983), p. 29. 40 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 12. 41 BETHENCOURT ALFONSO (1985 [1901]), pp. 42-46. 42 FARIÑA (1991), p. 34.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 6 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 aunque el crédito para su montaje no se pudo habilitar en el presupuesto de 1900 43. Probablemente este proyecto explique que inmediatamente Bethencourt Alfonso44 también demandase en la prensa que se incluyera una sección antropológica dentro de un gran museo municipal, para evitar la venta de las colecciones particulares y su salida de la isla, lo que acabó siendo aprobado. Por ello, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ordenó su instalación en el local previo del archivo municipal, en el antiguo convento de San Francisco, y encargó la fabricación de muebles para guardar las colecciones el 31 de diciembre de 1902. Posteriormente se nombró director honorario a Bethencourt Alfonso el 14 de abril de 190445. Casi simultáneamente se encargó a Pablo Oramas la elaboración un inventario de las colecciones procedentes del Museo Antropológico y de Historia Natural, de las que se hizo cargo el 4 de mayo de 190446. Una década después falleció Bethencourt Alfonso con sólo 66 años, el 29 de agosto de 1913, a las 10 de la mañana, de una “neoplasia” en el hígado, siendo enterrado el día 30 en el cementerio de San Rafael y San Roque47, hasta su traslado en 1982 al Panteón de Hombres Ilustres de Santa Cruz de Tenerife48. Su madre había fallecido en marzo de 1911 con 83 años49. Excavaciones de Bethencourt Alfonso en el barranco de la Orchilla No es fácil reconstruir las prospecciones y excavaciones de Bethencourt Alfonso, aunque en ocasiones aporta referencias cronológicas que ayudan a ir precisando algunos datos. Después de su regreso de Madrid en 1872, la primera excavación de la que tenemos constancia en Tenerife fue de tres aras de sacrificios por encima de la Casa Fuerte de Adeje en 1875, con 28 años de edad. En las aras, junto con huesos calcinados de cabrito, aparecieron algunas lascas de obsidiana, conservándose “uno de ellos intacto (…) de piedra seca en forma de cono truncado, de un metro de altura por otro de diámetro (…) con un hoyo o brasero en el centro de ½ metro de hondo. Encerraba ceniza, brasas, fragmentos de leña y de huesos calcinados al parecer de cabrito, cubierto el todo con una gruesa piedra”50, aunque sus primeros trabajos se habían situado casi diez años después, a partir de 188451. Quizás la visita previa y excavación de los “pireos” de La Fortaleza de Chipude (La Gomera) en 187452 le estimularon a ver si eran similares. Según recogió por tradición oral, “iban sacrificando hasta que la columna de humo se elevara en derechura al cielo, que era la señal de estar Magec satisfecho”53. Las prospecciones de miembros del Gabinete Científico prestaron especial atención a la recogida de restos antropológicos, como se puede observar en sus colecciones, donde el conjunto principal eran 551 cráneos, seguido por 44 molinos54. La colección de cráneos del Gabinete Científico pasó al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, donde fue estudiada por Hooton55. Indica como procedentes del barranco de la Orchilla 15 cráneos de hombres, 3 de mujeres y uno de sexo dudoso, que fueron recuperados en 1881 por Bethencourt Alfonso y Agustín Otazo, corresponsal en Candelaria del Gabinete Científico. Estos enterramientos deben proceder de una cueva que menciona en dos notas breves. En una señala que “En una cueva del barranco de Orchilla encontré restos de cadáveres guanches tendidos sobre hileras de lajas”. Mas detalles da en otra referencia, denominándola “cueva de las Posadas en el barranco de Orchilla” que presentaba “dos capas de lajas (…) por pavimentos” con “numerosos restos de 43 CIORANESCU (1979), pp. 235, 350 n. 76. 44 BETHENCOURT ALFONSO (1899). 45 CIORANESCU (1979), pp. 223, 234, 347 n. 13, 350 n. 70. 46 FARIÑA (1991), anexo 1, pp. 457-459. 47 Arch. Parr. Concep., Santa Cruz, Lib. Defun. 41, fol. 29v; MELO (2006) p. 3 n. 17. 48 FARIÑA (1983), p. 35. 49 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 244. 50 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), pp. 279-280 n. 11. 51 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 13. 52 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 280 n. 11. 53 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), pp. 269-270. 54 BETHENCOURT ALFONSO, J. (1991 [1912]), anexo I, pp. 457-459 fig. 1-3. 55 HOOTON (2005 [1925]), pp. 413-415 tabla 1, 417, 422 tabla 2, 424 tabla 3.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 7 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 esqueletos guanches” 56. Por otra parte, menciona otra cueva que exploró también en el barranco de la Orchilla, en el sector de Chimbesque, donde después de excavar un relleno de 1.5 m de excrementos de aves localizó dos cadáveres57. Al inventariar las colecciones, Diego Cuscoy58 recoge la existencia de estas dos cuevas sepulcrales en el barranco de la Orchilla, una con solo un cráneo y una segunda con 31 cráneos59. Otro referente cronológico para sus trabajos de campo lo ubicamos en 1885, entonces con 38 años, cuando localizó una cueva de Igueste de Candelaria donde se encontraron 9 enterramientos, algunos con cuentas de collar de arcilla al cuello y otras, aún más interesantes, “alrededor de la cintura”, aunque por el mal estado de los huesos sólo pudieron recuperar los restos completos de un individuo60. Es posible que corresponda a la cueva del Almácigo de Igueste de Candelaria, explorada por Bethencourt Alfonso, Antonio Domínguez y Agustín Otazo, el corresponsal en Candelaria del Gabinete Científico, de la que Hooton61 menciona 3 cráneos de hombre y 2 de mujeres. Ese mismo año de 1885, al finalizar su veraneo en Tacoronte, realizó una excursión el 22 de septiembre para localizar el emplazamiento de la batalla de Acentejo en la zona de Bubaque, acompañado por Teodosio Oliva y su hijo Juan Bethencourt Herrera, entonces con 7 años, quien localizó unos fragmentos de una posible armadura metálica del siglo XV62. La tradición oral familiar recuerda que su hijo Bethencourt Herrera le acompañaba a menudo en las prospecciones, ya que por su menor tamaño podía introducirse más fácilmente en algunas cuevas y tubos volcánicos63. Sin dato preciso del año de la visita, también cita otra cueva funeraria explorada por Victoriano Trujillo ubicada en el risco de la Tosca del barranco del Bucio en San Miguel de Abona. Allí localizó un esqueleto femenino acompañado por un niño de unos 3 meses sobre el pecho de la madre, a su izquierda otro cráneo de un infantil de unos 7 años y a la derecha otro cadáver de un adulto, que supone un hombre, con restos de pieles, aunque no amortajándolos en momificación, situados todos sobre un lecho de ramas. Según su interpretación, esta posible familia se habría encerrado “voluntariamente, por la disposición en que estaban tapadas las puertas que sólo podían hacerlo de dentro a fuera”64. Esto podría tener relación con una referencia en las fuentes, “Al adulterio tanto aborrecían, que a los culpados enterraban vivos”65, pero en este caso hay dos niños también. Por otra parte, también menciona lugares interesantes con posible vinculación religiosa, la cueva del Samar o Samarín en La Aldea66, los llanos del Bailadero, entre Las Socas y Chimbesque67, Los Bailaderos por encima de Cambados68, una zona con una importante concentración de grabados rupestres y El Bailadero, junto al Roquito del Puerto69, también en otra zona de paso descendiendo desde el caserío de El Roque de Jama, que también tiene un conjunto significativo de grabados, e incluso podría tratarse del mismo. Respecto a la organización política cita dos tagoros en el municipio, el tagoro de Tilena o lomo del Tagoro y el tagoro de Guárgacho o El Tagorito70, aparte de la mención del vecino tagoro de Jama71. Finalmente, señala que en La Mesa de Tamaide había una cantera de arcilla que pudo utilizarse para elaborar cerámica en época aborigen72. 56 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 481. 57 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 481. 58 DIEGO CUSCOY (1968), p. 241. 59 Martín Oval, com. pers. 60 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 480. 61 HOOTON (2005 [1925]), pp. 400 tabla 1, 417, 418 tabla 2. 62 BÉTHENCOURT ALFONSO, J. (2007 [1885]), pp. 421 y 436. 63 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 34. 64 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), pp. 482-483 y 600. 65 VIANA (1986 [1604]), p. 61. 66 BETHENCOURT ALFONSO (1991 [1912]), pp. 294 n. 179. 67 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 12. 68 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 12. 69 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 12. 70 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 10. 71 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 10. 72 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 425.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 8 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 La cueva de Uchova Las actividades arqueológicas en el municipio de San Miguel de Abona se retomaron con el descubrimiento casual el 19 de junio de 1933 de la cueva de Uchova, que se localiza a 925 msnm en el barranco de Tafetana, por un joven cabrero de 21 años, Domingo Pérez González, próxima al camino de Vilaflor, quien informó al ayuntamiento a los tres días del hallazgo73. El nombre parece asignarse por denominarse un caserío próximo “de Ochoa” o Uchova, mientras la cueva se denomina de La Cáscara según un informe del día 22 de junio del juzgado municipal y de la guardia civil entregado al juez de paz y farmacéutico Eduardo Estévez74, aunque también La Cáscara se trata de un topónimo de la zona75. Otra referencia la menciona como la cueva de los Guanches76. El gobernador civil, Vidal Gil Tirado, que se había incorporado a Tenerife por entonces pocos meses antes, el 17 de enero, proveniente del gobierno civil de Badajoz, dio noticia del descubrimiento que salió en La Tarde el 23 de junio y en La Prensa y Hoy el 24 de junio. Por otra parte, de acuerdo con la entonces recién promulgada Ley de Patrimonio Artístico Nacional de 13 de mayo de 1933, el gobernador civil también informó al director general de Bellas Artes, Ricardo Orueta y Duarte, quien ordenó su protección. Sin embargo, aunque se nombró al descubridor, Domingo Pérez, como vigilante de la cueva, durante el primer fin de semana, el sábado 24 de junio visitaron la cueva unas 600 personas del entorno77, y el domingo 25 se produjo el saqueo de la misma por “chasneros” de Vilaflor78. Fueron denunciados por Domingo Pérez ante la guardia civil, quienes los detuvieron en Vilaflor, pudiendo recuperar huesos y restos de pieles79. Estos restos antropológicos se unieron a los que se recogieron del interior de la cueva por orden del gobernador civil para ser remitidos a Madrid. Este hecho, aunque es denunciado por Diego Cuscoy80 porque se descontextualizaron los conjuntos de huesos, en caso contrario probablemente habrían acabado desapareciendo. Los restos se depositaron provisionalmente en el sótano del Cabildo de Tenerife, a la espera de un envío a Madrid que no se produjo, donde finalmente Diego Cuscoy los pudo recuperar en dos cajas de madera años después. La pérdida principal, que no sabemos si fue en parte por los expoliadores o durante el almacenamiento, es que no se conserva ningún cráneo de la cueva y tampoco los restos momificados (com. pers. Martín Oval). Un aspecto importante para los inicios de la arqueología en Tenerife fue que a la cueva se desplazaron a visitarla tanto el entonces director del Instituto de Estudios Canarios, José Peraza de Ayala, como María Rosa Alonso, miembro de la junta directiva81, redactando Alonso un informe al ministerio sobre el hallazgo82. Pocos meses después, al descubrirse enterramientos en la cueva de la Gotera en Bajamar (La Laguna), en septiembre de 1933, como resultado de una visita el día 19, fueron José Peraza y Leopoldo de la Rosa, secretario del instituto, quienes hicieron su primera excavación al mes siguiente83. Precisamente José Peraza de Ayala fue quien quedó en posesión de la mitad del único cuenco de madera recuperado en Uchova84. Los datos del número de enterramientos identificados osciló entre 8085, 7786, 7487, entre 60 y 7088 o 5589, cifras descendentes con el paso de los días, presumiblemente cuantificadas 73 LA PRENSA, 24-6-1933; DIEGO CUSCOY (1952), p. 393. 74 MARTÍN OVAL y DELGADO MIRANDA (2011), pp. 190 y 192. 75 LA PRENSA, 24-6-1933. 76 HOY, 27-6-1933. 77 LA TARDE, 26-6-1933. 78 HOY, 27-6-1933. 79 LA TARDE, 29-6-1933. 80 DIEGO CUSCOY (1952), p. 407. 81 DIEGO CUSCOY (1952), p. 395. 82 AGA, Cultura, 12.725/217/50 83 DE LA ROSA (1990-92 [1933]), pp. 204-205. 84 DIEGO CUSCOY (1952), p. 408 fig. 9, 410 fig. 11/2. 85 HOY, 24-6-1933. 86 Domingo Pérez com. pers. a DELGADO GÓMEZ (1995), p. 102. 87 LA PRENSA, 24-6-1933. 88 LA PRENSA, 24-6-1933. 89 LA TARDE, 26-6-1933. PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 9 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 contando los cráneos visibles. También se menciona que sólo en seis conjuntos se conservaba la momificación, 5 manos con dedos y uñas y un pie con su tibia y peroné 90, lo que implica un mínimo de 3 momificados. Después de una revisión reciente se contabilizaron indicios de momificación en 13 huesos91. A partir del estudio antropológico, por las 70 mandíbulas conservadas, presumiblemente inferiores ya que no hay ningún cráneo, habría este número mínimo de individuos, estudiándose en detalle 52 que se desglosan en 25 hombres y 27 mujeres, de los que sólo uno masculino es un infantil I de 2-3 años y el grupo más representado es entre 45-49 años con 9 individuos92. Ya que se recuperaron 70 fragmentos de mandíbula, no deja de sorprender que desde dentro del propio museo, Esteve93 indique 52 individuos, Diego Cuscoy94 mencione 55 individuos y Rodríguez Martín95 señale 60 individuos. Por otra parte, del Arco96 sugiere que eran casi 60. Para preparar un artículo especial por coincidir con el nº 100 de la Revista de Historia Canaria, y a la vez dedicándoselo al Comisario General de Excavaciones, Julio Martínez Santa-Olalla, Diego Cuscoy decidió reexcavar la cueva durante en el verano de 1953. Para ello contaba con un croquis de la disposición de los principales enterramientos, que realizó en 1933 el director de la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, Pedro Suárez Hernández. En la campaña realizó una planta real de la cueva, donde señaló las 19 agrupaciones de huesos recogidas en el dibujo de 1933. Dentro de la cueva, que tiene 57.5 m de longitud, había sólo un conjunto de huesos en el corredor de entrada con 16 m de longitud; 13 agrupaciones, de la nº 2 a la 14, en la primera sala de 23 m de longitud, 15 m de ancho y entre 2 y 5 m de altura; ningún conjunto en una segunda galería de 8 m de longitud y finalmente 5 agrupaciones de huesos, nº 15-19, en la cámara más profunda de 10.5 m de longitud, 3.5 m de ancho y 2.5 m de altura97. Una de las agrupaciones, según su descubridor, probablemente en función del número de cráneos visibles, tenía 12 cráneos98, ratificada por el croquis de Pedro Suárez99, observándose hasta 9 cráneos en una foto100 (figuras 1a-1b). Figura 1a. Entrada a la cueva de Uchova. 90 LA PRENSA, 25-6-1933. 91 ESTÉVEZ (2004), p. 121 tabla 6.1.5. 92 MARTÍN OVAL y DELGADO MIRANDA (2011), pp. 207 y 209 tabla 1. 93 ESTÉVEZ (2004), p. 50 tabla 4.2.1. 94 DIEGO CUSCOY (1952), p. 406. 95 En RUIZ-GÓMEZ y otros (1992), p. 168. 96 DEL ARCO (1976), p. 50. 97 DIEGO CUSCOY (1952), pp. 402, 403 fig. 3. 98 LA TARDE, 24-6-1933. 99 DIEGO CUSCOY (1952), p. 404. 100 DIEGO CUSCOY (1952), fig. 7.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 10 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 1b. Planta y sección de la cueva de Uchova con indicación de 19 concentraciones de restos humanos según plano de 1933 (Diego Cuscoy, 1952: 403 fig. 3). La revisión de los datos muestra con relativo detalle que se ocupaban repisas en las paredes (agrupaciones 4, 5 y 8 con 1 esqueleto, notas de Pedro Suárez101) y otros cuerpos estaban rodeados de cercados de piedra que son perfectamente visibles en un dibujo de Pedro Suárez y la foto de este mismo enterramiento102. Por otra parte, se menciona por el descubridor la deposición de cadáveres superpuestos en andamios de madera. “Estaban colocados (…) en una especie de camarotes construidos con palos de sabina, acostados los cuerpos en posición decúbito superior”103, que también conocemos en la cueva del barranco de Erques (Fasnia) descubierta en 1764, “a los lados de la cueva, muchos como andamios (…) de palos de sabina y en aquellos andamios estaban los cuerpos de los guanches tendidos, mirlados”104, pero que lamentablemente en Uchova no se pudieron documentar adecuadamente, ni tampoco hay registro gráfico. Poco énfasis se ha hecho en el dato que Diego Cuscoy105 realizó una excavación dentro de la cueva, quizás porque no aporta ningún dato de donde realizó los sondeos para los que contó con varios obreros. Sí menciona el hallazgo principal, un enterramiento en una repisa en la pared sur de la primera cámara, conjunto nº 13, donde se localizaron 90 cuentas circulares de collar106. Se trataba de un enterramiento infantil masculino de 2 o 3 años107, que es el único de esa edad que se conserva en la colección, quizás porque los huesos infantiles son menos visibles y no fueron recogidos en 1933. El resto del ajuar es sorprendentemente escaso, probablemente por el saqueo de la cueva en 1933, una cabeza de punzón de hueso y una cerámica completa con dos mamelones también descubierta en una oquedad en la primera sala108. Sólo se dispone de la datación de un enterramiento, GX 18.739 1246±72 BP109, 655 (775) 976 DC, que indica una fecha del siglo VIII (figura 1c). 101 DIEGO CUSCOY (1952), p. 404. 102 DIEGO CUSCOY (1952), fig. 4 y 5. 103 LA PRENSA, 24-6-1933. 104 ANCHIETA (2017 [1735-67]/3), p. 15 GHI-21. 105 DIEGO CUSCOY (1952), pp. 408-409. 106 DIEGO CUSCOY (1952), p. 409 fig. 10. 107 DIEGO CUSCOY (1965), p. 24; MARTÍN OVAL y DELGADO (2011), p. 207. 108 DIEGO CUSCOY (1952), pp. 409 fig. 10, 410 fig. 11/1. 109 ERES (1993), p. 103; DEL ARCO y otros (1997), p. 76.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 11 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 1c. Pie momificado con su tibia y peroné de la cueva de Uchova (La Prensa, 25-6-1933) Barranco del Pilón Una década después, descendiendo unos 4 km por el mismo barranco de la Tafetana, que en los dos tramos inferiores se llama barranco del Lomo y por debajo barranco de Pilón, a 550 msnm, un cazador localizó en agosto de 1962 una momia infantil buscando una presa que se ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 12 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 había escondido en un tubo volcánico. Debido a que informó inmediatamente, la pudo excavar Diego Cuscoy 110 sólo dos días después del descubrimiento. El tubo volcánico tenía 4 m de profundidad e iba progresivamente estrechándose. Si al inicio tenía de 0.90 m de altura y 1.10 m de ancho, al interior mantenía la altura, pero se iba estrechando primero a 0.54 m de ancho y después 0.25 m. Presentaba un suelo preparado con lajas de piedra en toda la superficie, sobre el que se depositaron hojas de drago y ramas de almácigo y vinagrera111 (figura 2a). Figura 2a. Planta y sección de la cueva del barranco Pilón con una preparación de un pavimento de lajas (Diego Cuscoy, 1965: 25 fig. 7). La momia es muy interesante, no sólo por ser la primera momia infantil localizada in situ, sino porque muestra la forma en que probablemente se envolvían todas las momias en forma de zurrón con cierre en la cabeza112. Cuatro capas de pieles de cabra, sin pelo y curtidas, envolvían al cuerpo, ceñido al cuerpo mediante tiras de piel rodeando el fardo de abajo hacia arriba113. El análisis antropológico indica que se trataba de un niño de 4 años datado por GX 15.946 795±165 BP114 o 1155±165 BP115, que realmente se trata de la fecha d.C. sin calibrar, que indica una cronología del 898 (1257) 1438 DC, el siglo XIII (figuras 2b-2c). 110 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 24-26. 111 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 26-27, 30, 25 fig. 7. 112 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 28 fig. 9/6-7; DIEGO CUSCOY (1976), lám. 11/2-3; ÁLVAREZ SOSA y MORFINI (2014), p. 104 fig. 35. 113 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 30-32. 114 ERES (1993), p. 103; AUFDERHEIDE y otros (1995), p. 122 tabla 2; DEL ARCO y otros (1997), p. 76. 115 SALO y otros (1995), p. 111 tabla 1.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 13 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 2b. Momia infantil de 4 años de la cueva del barranco Pilón con cuatro capas de pieles de cabra curtidas que envolvían al cuerpo, ceñido mediante tiras de piel, con cierre en la cabeza (Diego Cuscoy, 1965: 28 fig. 9/6-7).ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 14 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 2c. Mano momificada con su cúbito y radio de la momia infantil de la cueva del barranco Pilón (Diego Cuscoy, 1965: lám. 15/2). La síntesis sobre Los Guanches de Diego Cuscoy116 sirvió para presentar brevemente una tabla con 8 yacimientos del municipio, que realmente se trata de cinco, la cueva de Uchova en el barranco de Tafetana, dos del barranco de la Orchilla y dos del barranco Pilón, además de dos hallazgos puntuales, una vasija de La Aldea y una lanza de madera de una cueva, más la mención de un tagoror. Los 5 yacimientos principales fueron recogidos en la Tesis de Licenciatura de A. Tejera117 que presentó una carta arqueológica del Sureste de Tenerife sin introducir novedades, describiendo con más detalle las dos cuevas con momias, Uchova y Pilón. Otra síntesis sobre las cuevas funerarias fue incluida en la Tesis de Licenciatura de Mª.C. del Arco118, quien menciona 5 yacimientos del municipio también ya conocidos, los dos del barranco de la Orchilla, la cueva con la momia infantil del barranco Pilón, la cueva de Uchova y un quinto donde por confusión se individualiza una referencia de la prensa de 1933 sobre Uchova como si fuera otro yacimiento diferente, el cual se ubica genéricamente en San Miguel. Guargacho El yacimiento de Guargacho fue descubierto por el cabrero Salvador González Alayón poco después de la construcción de unas canalizaciones para aprovechar el agua de lluvia y escorrentía que removieron sedimentos con materiales arqueológicos. Se fijó primero en las acumulaciones de agua y las diferencias en la vegetación, después en la abundante presencia de obsidiana brillante en superficie y luego observó la posición regular de unas piedras en cuyo interior acabó excavando el martes 4 de abril de 1972, para descubrir cenizas en su interior. Continuó reexcavando parcialmente la estructura el miércoles 5 y dado que “Dentro había ceniza y muchos huesos quemados” avisó a los dueños del terreno y al alcalde de San Miguel de Abona. Se trataba de “un [h]exágono perfecto, formado por rocas rectangulares y con una 116 DIEGO CUSCOY (1968), p. 241. 117 TEJERA (1971); JIMÉNEZ GÓMEZ, TEJERA y LORENZO PERERA (1980), pp. 51-52. 118 DEL ARCO (1976), pp. 48-50.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 15 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 profundidad de unos cincuenta o sesenta centímetros”. Informado el museo ese mismo día por Carlos Hernández Calzadilla, hijo de los propietarios, el jueves 6 ya se inició la excavación 119. Por entonces Diego Cuscoy contaba con el equipo que había estado trabajando con él en Tegueste durante la segunda campaña en la cueva de los Cabezazos. Allí habían participado, entre el 16 de noviembre de 1970 hasta el 30 de mayo de 1971, Juan Darias Hernández, Facundo Hernández Rodríguez, Agustín Darias Alberto, hijo de Juan Darias y Mateo Hernández Gutiérrez, hermano de Facundo y primo de Juan Darias. Sin embargo, aún no habían realizado otra excavación inicialmente prevista para el otoño de 1971 en la cueva nº 3 de Barranco de Agua de Dios (AGA, 1-6-1971). Las declaraciones en la prensa de Diego Cuscoy muestran que inició los trabajos poco antes de recibir la autorización, en previsión de los habituales retrasos en la tramitación. El 8 de abril avisó por telegrama del descubrimiento al Comisario General de Excavaciones, Martín Almagro Basch, y el día 15 solicitó al Director General de Bellas Artes, Florentino Pérez Embid, la autorización de la excavación que se concedió el 26 de abril, continuando la campaña hasta el 22 de mayo de 1972120. Aunque se ofreció al Cabildo la venta de los terrenos en julio de 1974, rebajándose la cuantía en marzo de 1975, el yacimiento ya había sufrido graves daños según un informe de julio de 1975121. En la excavación participaron Juan Darias Hernández, Facundo Hernández Rodríguez, Martín Harris, el descubridor Salvador González, María Luisa Diego Fernaud, licenciada en Geografía e Historia e hija de Diego Cuscoy, probablemente de forma ocasional como en la excavación de La Enladrillada, el ingeniero Ricardo Lucena Jiménez, mientras la planimetría estuvo a cargo de Roberto Oliva y Eladio González122. El yacimiento tenía unos 150 m2 dentro de un corte de 15 x 10 m. Al noreste se encontraba el ara de sacrificio principal o conjunto I con 6 piedras colocadas en forma hexagonal de 1.08 m de diámetro, más 3 hogares superficiales y 7 hornillos excavados. Un conjunto II al suroeste con una segunda ara y 9 hogares. Al sur los otros tres conjuntos, el conjunto III con 8 hogares. A su lado, el conjunto IV con 4 hogares y en el extremo sur el conjunto V con 4 hogares123. Un aspecto importante es que también se ha interpretado el sitio como una posible gran cabaña de postes de madera recubierta por pieles o ramajes124. Sin embargo, no existen alineaciones de hoyos de poste, sino sólo algunas piedras superficiales como posibles alineaciones, B1-B5 o D1-D5, que se apuntan como posibles sustentaciones de paravientos o incluso empalizadas125. Sin embargo, faltando los agujeros de poste la empalizada no es viable e interpretarlo como paravientos con una única piedra de sujeción es difícil de defender. Por otra parte, dado el pequeño estrato excavado no es fácil determinar que una piedra se encontrase in-situ. Una propuesta alternativa, aceptando que fuese un ara de sacrificio, sería que en ocasiones los denominados “hornillos”, que salvo dos están a 0,50 m del ara, muy poco espacio para ser una cabaña, fuesen realmente elementos para sostener una cubierta de protección del ara. Varios elementos lo sugieren, había varias piedras bien colocadas126 para encajar palos de la cubierta y están excavados en el suelo donde se insertarían, en su interior conservaban “restos de maderas y leños carbonizados”, e incluso en un caso “en su fondo un tronco carbonizado”127. La presencia de ceniza dentro de los “hornillos” sería consecuencia de que como todos están situados alrededor del ara de sacrificio del conjunto I, por su proximidad y limpieza regular del interior del ara de sacrificio, acabarían impregnándose de cenizas (figuras 3a-3b). 119 DIEGO CUSCOY (1972), p. 4; DIEGO CUSCOY (1979), lám. 2-5; BRITO (2005), p. 10. 120 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 125-126. 121 DIEGO CUSCOY (1979), p. 127. 122 DIEGO CUSCOY (1979), p. 129. 123 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 31, 32-33 fig. 5, 38-41. 124 GONZÁLEZ ANTÓN y TEJERA (1981), p. 183. 125 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 42, 32-33 fig. 5. 126 DIEGO CUSCOY (1979), lám. 9/1-2 y 26/1-5. 127 DIEGO CUSCOY (1979), p. 46.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 16 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 3a. Planta de un ara de sacrificio con planta hexagonal de Guargacho (Diego Cuscoy, 1979: 32-33 fig. 5). Figura 3b. Vista cenital del ara de sacrificio de Guargacho con los hoyos de poste rodeándola para la cubrición de la estructura (Diego Cuscoy, 1979: lám. 13).PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 17 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Entre la cerámica recuperada el 98.8 % (3.746 fragmentos) son lisos y sólo un 1.2 % (45 fragmentos) eran decorados. También destaca el alto porcentaje de obsidianas, 3.384 lascas y 5.249 esquirlas128, que sugieren un elevado porcentaje de elementos cortantes. Por otra parte, una pieza de 10.5 cm en fonolita porosa, MAT nº 819, ha sido interpretada con un posible ídolo129. Un elemento fundamental para identificar una posible ara de sacrificio es la presencia de restos de fauna, identificándose 7.722 huesos de ovicápridos y 925 huesos de cerdo, aunque no hay un estudio detallado pues no participó un especialista130. Una datación sobre conchas de lapas, CSIC-168 1200±60 BP131, 1042 (1222) 1320 DC, señala el siglo XIII. Yacimiento Municipio-Isla B.P. ± a.C.- d.C. máx. CAL (2 δ) CAL AC-DC Mín. CAL (2 δ) nº y tipo de muestra Cueva de Uchova San Miguel de Abona, Tenerife 1246 72 704 d.C. 654 775 973 GX-18.739/H Barranco Pilón, momia infantil 4 años San Miguel de Abona, Tenerife 795 165 1155 d.C. 893 1257 1443 GX-15.946/H Guargacho, conjunto I, elemento 3, nivel 3 San Miguel de Abona, Tenerife 1200 60 750 d.C. 1042 1222 1320 CSIC-168/CON Patella sp. Tabla 1. Dataciones de yacimientos del municipio de San Miguel de Abona. Tipos de muestras: CON=Concha, H=Hueso. CSIC=Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid. GX=Geochron Laboratories, Cambridge, Massachusetts. Fuentes: Bco. Pilón: Eres (1993: 103), Aufderheide et al. (1995: 122); Uchova: Eres (1993: 103), del Arco et al. (1997: 76); Guargacho: Martín de Guzmán (1976: 321), Alonso et al. (1978: 179), Diego Cuscoy (1979: 121-122). Delta en Tenerife 0±35 14C yr según Martins et al. (2012: 948, 950). IntCal 20. Cuevas funerarias del barranco de la Orchilla y barranco Pilón Menor información disponemos de otra cueva en Las Socas, barranco de la Orchilla, a 500 msnm, donde miembros del Tagoror Cultural de Agache expoliaron una cueva funeraria en 1978 con 10 m de profundidad. La cueva, previamente saqueada, permitió recuperar 33 clavículas que indican un número mínimo de 17 individuos, y entre el ajuar diversas cuentas de collar y punzones de hueso132. Estas piezas fueron depositadas en el Museo del Tagoror Cultural de Agache en Güímar. Una posterior visita ese año de Diego Cuscoy al yacimiento permitió identificar los restos 18 individuos, 12 adultos y 6 infantiles133 (figuras 4a-4b). En el barranco Pilón se descubrió por unos niños el 8 de enero de 1985 una nueva cueva sepulcral a 550 msnm, que fue inspeccionada de urgencia por V. Valencia y F. Álamo donde se recuperaron los huesos de un hombre entre 25 y 30 años de edad134. El individuo estaba enterrado en posición decúbito supino con la cabeza orientada hacia la boca de la cueva, que sólo tenía 1.20 m de altura, 3 m de ancho y 3.50 m de fondo, no identificándose ajuar asociado después de la excavación, ni se pudieron localizar otros restos antropológicos135. 128 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 57 y 63. 129 TEJERA (1988), p. 29, fig. 11; MEDEROS, VALENCIA y ESCRIBANO (2003), p. 178 fot. 130 DIEGO CUSCOY (1979), p. 88. 131 MARTÍN DE GUZMÁN (1976), 321; ALONSO y otros (1978), p. 179; DIEGO CUSCOY (1979), pp. 121-122. 132 DELGADO (1995), pp. 107-108, 140 fot. 133 MARTÍN OVAL, com. pers. 134 RODRÍGUEZ MARTÍN (1992), pp. 125-126. 135 VALENCIA (2006), p. 24.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 18 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 4a. Cueva funeraria de Las Socas, barranco de la Orchilla, descubierta en 1978, con restos 18 individuos, 12 adultos y 6 infantiles. Figura 4b. Restos humanos de la zona del tórax y columna vertebral (vértebra toráxica y vértebra lumbar) de un individuo, aún visibles en el interior de la cueva.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 19 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Simultáneamente se hizo una breve prospección arqueológica en este sector del barranco de El Lomo y del Pilón, identificándose 8 cuevas de habitación y 2 funerarias, además de un conjunto de cazoletas y canales junto con grabados de cruces en el camino de las Lajas136. LOS PRIMEROS GRABADOS RUPESTRES La novedad más importante en las últimas décadas ha sido el descubrimiento de un importante registro rupestre en el municipio. En 1980, los hermanos Romualdo y Melchor Perdomo Dorta, aficionados a la arqueología, descubrieron el yacimiento rupestre de Aripe (Guía de Isora), con figuras antropomorfas y lo comunicaron al teniente de alcalde de Guía de Isora, el cual avisó al Museo Arqueológico de Tenerife. Una comisión de evaluación fue constituida por el consejero provincial de Bellas Artes, Rafael Delgado, el director del Museo Arqueológico, Luis Diego Cuscoy, el inspector provincial de Excavaciones Arqueológicas y profesor de la Universidad, Antonio Tejera Gaspar y el profesor agregado del departamento de Arqueología de la Universidad de La Laguna, Rodrigo de Balbín Behrmann. Por las declaraciones realizadas inicialmente en la prensa, siguiendo la opinión de Diego Cuscoy, se consideraron no prehispánicas137 y declinó participar en su investigación138. Sin embargo, la estación pronto fue objeto de un estudio científico detallado en 1981 por parte de Balbín y Tejera139, el primero realizado sobre los grabados de la isla de Tenerife, que asocian con el ciclo sahariano de los jinetes vinculados con las poblaciones Azanegh o Zenagas. El hallazgo de esta estación promovió la búsqueda de nuevos yacimientos por aficionados del valle de San Lorenzo como Miguel Ángel Hernández y Juan Martín, que culminaron en la localización en 1984 de nuevas estaciones en el Roquito y roque de Vento, valle de San Lorenzo (Arona), donde fueron identificados por primera vez en la isla grabados podomorfos140, Cabuquero 5 en La Centinela (San Miguel de Abona), con la primera inscripción líbica de Tenerife141 o los roques de Malpaso y roque de la Abejera en Arona142, con grabados geométricos, y en el segundo también cazoletas y canales143 (figura 5). La presencia de decoraciones espiraliformes en algunas cerámicas presentes en escondrijos de Las Cañadas de el Teide le sirvió para plantear un posible carácter solar de estos motivos y su funcionalidad ritual144. Más complejos de interpretar son los trazos lineales, a veces entrecruzándose, que se han considerado “una forma de cómputo”145, que vemos regularmente en muchos de estos grabados, pero también están presentes en las decoraciones incisas de muchas cerámicas146, las cuales también debieron tener un sentido ritual. Su difusión se dilató en el tiempo pues después de su descubrimiento en 1984, fueron presentados en el XIX Congreso Nacional de Arqueología (Castellón, 1987), para publicarse finalmente en 1989. Esto llevó a que apareciera primero el descubrimiento de la estación de grabados alfabéticos líbicos en la prensa el 20 de abril de 1986, y otros investigadores reclamasen un conocimiento previo de la misma pero “No se han dado a conocer a la opinión pública por respeto a la cultura de nuestros antepasados”147. 136 BORGES y BARRO (1998); VALENCIA (2006), p. 25 fot. 137 PÉREZ (1980), p. 6. 138 BALBÍN y BUENO (1998), p. 4. 139 BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 256-258. 140 TEJERA (1988), fig. 7; BALBÍN y TEJERA (1989), p. 301. 141 BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 301-302, 306 lám. 2b; VALENCIA (1990a), p. 58; VALENCIA (1990b), p. 31 fot. 142 TEJERA (1988), p. 24; BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 300-301. 143 TEJERA (1988), fig. 12. 144 TEJERA (1988), pp. 23-24, 45-46, fig. 14; TEJERA y JIMÉNEZ GONZÁLEZ (2008), p. 87. 145 NAVARRO, HERNÁNDEZ GÓMEZ y ÁLAMO (2002), p. 251. 146 DIEGO CUSCOY (1971), pp. 84 fig. 30; 123 fig. 54/2; ARNAY y otros, 1983: 604-605 fig. 2-4, 608 fig. 6, 610 fig. 7, 613 fig. 9-10, 614 fig. 11-12, 615 fig. 13-14, 620 fig. 17. 147 LORENZO PERERA (1986), p. 4.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 20 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 5. Inscripción líbica con 11 signos de Cabuquero 5. PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS EN LAS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS Después del traspaso de competencias arqueológicas a la Comunidad Autónoma de Canarias en 1984, la primera catalogación arqueológica del municipio se realizó dentro del Inventario del Patrimonio Arqueológico de las Canarias Occidentales de 1989, financiado por la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, bajo la dirección de J.F. Navarro, coordinado en el norte de Tenerife por V. Valencia y en el sur de la isla por F. Álamo. En la Carta Arqueológica de San Miguel de Abona participaron F. Álamo, A. Cuenca, J.V. Febles, C.M. Hernández Gómez, C. Marante, C. Mora y P. Valera. En el trabajo se identificaron 43 yacimientos, principalmente formando conjuntos, barranco del Drago 1-2, barranco los Erales 1-4, Casa de la Máquina 1-5, Casas del Capitán 1-2, Golf 1-3, Jama 1-2, Cambados 1-3, Los Erales 1-4, Malpasito 1-7 o montaña Negra 1-2. Esta prospección continuó ampliando nuevas estaciones rupestres a las ya identificadas por aficionados en Arona y San Miguel de Abona. Casi 15 años después, entre mayo y noviembre de 2004 se realizó, por encargo y financiación del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, el proyecto Segunda Fase del Inventario Arqueológico del Territorio limitado por la Autopista del Sur (TF-1), Carretera C-822 y C-820 de los Municipios del Sur y Oeste de Tenerife, con un total de 118 km2 aproximadamente, bajo la dirección de M. del Arco y C. Adrián, que incluía el sur de San Miguel de Abona. A pesar de ser la zona más pobre arqueológicamente del municipio, ya que no incluye las medianías, se identificaron 43 yacimientos148. El cauce medio del barranco de San Blas fue objeto de una nueva prospección con sondeos arqueológicos en agosto de 2004, dirigida por A. Tejera y Mª.E. Chávez, dentro del proyecto de construcción del Hotel Sandos San Blas Nature, Resort & Golf, de 5 estrellas, que abarcaba una 148 MEDEROS y otros (2006). PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 21 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 superficie de 50 ha del entorno donde se incluyó una zona inundada para crear un parque ambiental visitable. En la prospección se identificaron 3 yacimientos, realizándose sondeos arqueológicos en dos de ellos, de los que se publicó un resumen en un congreso 149, tratándose los sondeos con más detalle en otro trabajo. La primera cueva, con un muro de piedra de cierre en la entrada, tenía unos 80 m2 de superficie, pero aunque se abrieron 3 sondeos sobre niveles de estiércol por estabulado de animales, todos mostraron intrusiones de cerámica a torno y se considera que la cueva fue vaciada durante el siglo XX por el estabulado durante sucesivas limpiezas. El segundo corresponde a un pequeño abrigo de 1 m de altura y 10 m de anchura, que no reúne las condiciones ideales como punto de ocupación, por lo que no se identificó ningún hogar u estructura, aunque se documentó cerámica aborigen con un borde impreso y asas cilíndricas del grupo I de Tenerife, obsidianas, basaltos y ictiofauna de Sparisoma cretense150. Estos dos yacimientos ya habían sido prospectados previamente durante las campañas de 1989 y 2004 y corresponden a Casa de la Maquina I y IV (figuras 6a y 6b). En los últimos años, a fin de ubicar de un SIG los yacimientos arqueológicos de cada municipio en el PGOU, a pesar de que es una información de la que ya disponían otras administraciones como el Gobierno de Canarias y posteriormente el Cabildo de Tenerife, estos datos no se han compartido y desde muchos ayuntamientos se ha optado por contratar nuevas prospecciones en zonas ya previamente estudiadas, aunque desde mayo de 2018 el Cabildo ha comenzado a ceder esta información patrimonial a los ayuntamientos. Este llevó a una nueva revisión de la carta arqueológica del municipio en 2011, especialmente en la zona septentrional que no había sido prospectada desde 1989, financiada por el ayuntamiento de San Miguel de Abona, con 18.000 euros de presupuesto, realizada por J. Soler y F. Pérez Caamaño, donde se identificaron 244 yacimientos151, 47 eran etnográficos, 43 de la carta de 1989, 42 de la carta arqueológica del sur del municipio de 2004, y los 112 restantes corresponden a yacimientos situados básicamente en la parte septentrional. La individualización de las cuevas y estaciones rupestres, siguiendo un buen criterio fijado desde el Cabildo de Tenerife, frente a una agrupación en conjuntos arqueológicos con varias cuevas en las prospecciones de 1989-90, que tenía el problema de no describirse en detalle cada una y que obviaba la visita de algunas de ellas, explica en parte el incremento de yacimientos, además de las lógicas novedades. También hemos incluido algunos nuevos yacimientos documentados en una reciente prospección del cauce bajo del barranco y playa de San Blas y su entorno dentro de un Proyecto de acondicionamiento y regeneración de la playa de San Blas, para el Consejo Insular de Aguas del Cabildo Insular de Tenerife, solicitado en marzo de 2019 y autorizada a G. Escribano y A. Mederos por la Dirección General de Patrimonio Cultural el 23 de abril de 2019. Por último, el estudio de los grabados rupestres del municipio fueron parte del proyecto, Arte Rupestre de las Islas Canarias: nueva valoración de los principales conjuntos, aprobado por la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, resolución de la Viceconsejería de Cultura y Deportes nº 136/02 de 12 de julio de 2002, bajo la codirección del Ldo. Gabriel Escribano Cobo, el Dr. Alfredo Mederos Martín de la Universidad de Harvard y el Ldo. Vicente Valencia Afonso, pues uno de sus apartados incluía una prospección de los conjuntos rupestres del sur y suroeste de Tenerife, por ser la zona de mayor concentración en la isla, que se desarrolló con más intensidad en los años 2003 y 2004. Esto se complementó con la solicitud en 2005 por V. Valencia de un proyecto de calco y estudio de Los grabados rupestres del Barranco de Arujo, con la colaboración del Museo Arqueológico de Tenerife, una de las más importantes de la isla (figuras 7a-7b). 149 CHÁVEZ y otros (2005a); CHÁVEZ y otros (2009-10). 150 CHÁVEZ y otros (2005b), pp. 268-269, 267 fig. 1, 270 fig. 2. 151 DIARIO DE AVISOS, 26-12-2011. ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 22 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 6a. Abrigo de Casa de la Maquina IV-Barranco de San Blas III antes de su excavación. Figura 6b. Corte de la excavación durante 2004 en Casa de la Maquina IV-Barranco de San Blas III.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 23 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 7a. Grabados inicisos del barranco de Arujo II, panel 1. Figura 7b. Calco del panel 1 del barranco de Arujo II (Valencia, 2006: 33 fig.)ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 24 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 San Miguel de Abona Yacimiento Municipio, Menceyato Tipología Actuaciones, Material, Cronología Bibliografía Cueva de Uchova, Barranco de la Tafetana 925 msnm San Miguel de Abona cueva sepulcral 70 muertos 3/6 momias 52 muertos: 24 hombres 26 mujeres 2 infantiles saqueo 1933 excavación 1953 1 vasija cerámica 90 cuentas collar 1 punzón hueso pieles 775 DC Diego Cuscoy, 1952: 394, 406 y 1968: 241; Eres, 1993: 103; Delgado, 1995: 101-104, 109 fig. 3; Rodríguez Martín en Ruiz Gómez et al., 1995: 168; Martín Oval, com. pers. ¿Montaña de Tilena?, San Miguel San Miguel de Abona tagoror Diego Cuscoy, 1968: 241 Barranco El Pilón San Miguel de Abona cueva sepulcral 1 momia niño 4 años excavación 1962 1257 DC Diego Cuscoy, 1965: 23-32, 1968: 241 y 1976: lám. 9/1-3 y 11/2-3; Aufderheide et al., 1995: 122; Salo et al., 1995: 111 tabla 1 Barranco El Pilón San Miguel de Abona cueva sepulcral y habitación Diego Cuscoy, 1968: 241 Barranco del Pilón 400 msnm San Miguel de Abona cueva sepulcral hombre 25-30 años Rodríguez Martín, 1992: 125-126 Barranco de la Orchilla, Las Socas (350-500 m) San Miguel de Abona cueva sepulcral 17 x 2.5 m 12 adultos 6 infantiles cuentas de collar punzones de hueso piel Delgado, 1995: 107-108, 140 fot. (Tagoror de Agache, 1978); Martín Oval, com. pers. MAT 1159 Cueva de las Posadas, Barranco de la Orchilla San Miguel de Abona cueva sepulcral y de habitación 31 cráneos excavación 1881 Bethencourt, 1911/1994: 481; Hooton, 1925/2005: 413-415 tabla 1, 417, 422 tabla 2, 424 tabla 3; Diego Cuscoy, 1968: 241; Martín Oval, com. pers. Barranco de la Orchilla, Chimbesque San Miguel de Abona cueva sepulcral 2 enterramientos Bethencourt, 1911/1994: 481 Barranco de la Orchilla San Miguel, Abona cueva sepulcral y habitación 1 cráneo Diego Cuscoy, 1968: 241; Martín Oval, com. pers. Risco de la Tosca, Barranco del Bucio San Miguel de Abona cueva sepulcral Bethencourt, 1911/1994: 482-483, 600PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 25 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Guargacho San Miguel, Abona ara sacrificio excavación 1972 1222 DC Diego Cuscoy, 1979 Aldea Blanca San Miguel, Abona abrigo 1 vasija cerámica MAT 474 Eladio Alonso Diego Cuscoy, 1968: 241 y 1971: 150 San Miguel San Miguel de Abona cueva habitación lanza Diego Cuscoy, 1968: 241 San Miguel de Abona cuenco de madera con mango vertical MAT 443 Diego Cuscoy, 1958: 11 San Miguel de Abona vaso con mango y fondo oval Diego Cuscoy, 1971: 60, fig. 15/1 MAT Barranco de San Blas II San Miguel de Abona excavación 2004 Chávez et al., 2005b: 268, 267 fig. 1 Barranco de San Blas III San Miguel de Abona excavación 2004 Chávez et al., 2005b: 268-269, 267 fig. 1, 270 fig. 2 Cabuquero V San Miguel de Abona grabados líbicos y geométricos cazoletas Balbín y Tejera, 1989: 301-302, 306 lám. 2b; Valencia, 1990a: 31 fot. y 1990b: 58; Tejera, 1992: 105 fot. y 1993: 537, fig. 8; Springer, 1996: 403 y 2001: 73, 87; Jiménez González, 1996: 251, fot. 18; del Arco et al., 1999: 67, 71 lám. 46; Mederos, Valencia y Escribano, 2003: 151 fot.; Valencia, 2006: 56 fot.; Vivancos et al., 2016: 177-180 nº 33 Cabuquero San Miguel de Abona grabados rupestres Mederos, Valencia y Escribano, 2003: 111, 295 fot.; Valencia, 2006: 28 fot., 56-60 fot., 74 fot. Cabuquero IV (La Montañita Jimenez 1996) San Miguel de Abona cazoletas-canales Jiménez González, 1996: 248, fot. 11; Valencia, 2006: 74 fot.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 26 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Cambados San Miguel de Abona grabados rupestres Navarro et al., 2002: 243 fot., 244 fot., 61-62 fot.; Mederos, Valencia y Escribano, 2003: 115, 289 Barranco Arujo I-II San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 31-36; Vivancos et al., 2016: 169-172 nº 31 Barranco Arujo III (Aldea Blanca Valencia 2006) San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 1990b: 58 y 2006: 37-48; Farrujia y Ode, 2014: 118-119 fot.; Vivancos et al., 2016: 173-176 nº 32 Tres Cruces San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 60 fot. Barranco Espinosa San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 63 fot. Las Chafiras San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 63 fot. Casa de la Hoya San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 70 fot. Fuente de la Hoya San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 71 fot. Camino Real de la Hoya San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 71 fot. Camino Real de las Lajas San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 25, 73 fot. Viña Vieja San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 69-70 fot.; Vivancos et al., 2016: 181-184 nº 34 Pinar de Ochoa San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 69 fot. Tabla 2. Yacimientos publicados o excavados de San Miguel de Abona. METODOLOGÍA Y EQUIPO DE LA PROSPECCIÓN En la prospección del Museo Arqueológico de Tenerife entre mayo y noviembre de 2004, además de A. Mederos y G. Escribano, también participaron los licenciados. Miguel Martín y Antonio Rodríguez. Las prospecciones de grabados del municipio de San Miguel se extendieron de forma discontinua a lo largo de los 3 años de duración del proyecto, 2003-05. En las mismas, además de los codirectores, también participó Raúl Melo. Se desarrolló una prospección sistemática superficial de un área delimitada, que utilizó como unidad referencial básica el transect longitudinal, siempre previa valoración de la orografía del terreno. El transect es subdividido internamente en un número variable de líneas imaginarias que deben ser recorridas por los prospectores en función del grado de intensidad de cobertura prefijado, oscilando entre los 50 y 100 m, que se comprimió de 1 a 5 m en los espacios delimitados como yacimientos, incrementando así la intensidad y la probabilidad de localizar e identificar un mayor número de artefactos. Éstos fueron catalogados y conservados in situ en el terreno mediante el uso de fichas de cada yacimiento y documentación fotográfica, para facilitar PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 27 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 la contrastación de los datos en el futuro, siguiendo la normativa actual que impide el levantamiento del material del yacimiento. Al perseguirse siempre como objetivo una prospección sistemática, frente al muestreo, fue requisito imprescindible para la consecución de resultados óptimos, la realización continuada de dichas prospecciones, de forma que dentro de una malla imaginaria se vayan interrelacionándose los distintos transect con nichos ecológicos naturales. A la hora de fijar los criterios válidos a nivel metodológico y conceptual para definir un “yacimiento” o site, frente al hallazgo aislado y lugares de actividad limitada o de baja intensidad, non-site, se valoraron convenientemente la densidad de artefactos o ecofactos identificados o recuperados en una superficie prefijada para permitir un posterior uso de criterios estadísticos y conseguir una adecuada representación y tamaño de muestra. No obstante, siempre se sopesó cuidadosamente este criterio, ante la posible presencia de factores taxonómicos que provocan alteraciones postdeposicionales, caso de fenómenos de tipo erosivo -arroyada, bioturbaciones, etc-, o de factores antrópicos, tanto involuntarios, fruto de labores agrícolas como arado, desbrozado, reutilización de estructuras o cuevas, etc., como voluntarios, por la actuación de aficionados o expoliadores incontrolados. En general, han habido cinco factores que han incidido en la distribución de artefactos o ítem identificados: el grado de vegetación que reduce su visibilidad en superficie y puede obligar en ocasiones a reprospectar un yacimiento cuando el número de evidencias es insuficiente, pues no es lo mismo vegetación arbórea, monte bajo, uso agrícola ocasional o parcela en cultivo. La mayor o menor incidencia de la erosión pone al descubierto los posibles artefactos o ecofactos y modifica su posición primaria desplazándolos a una secundaria, teniendo una importancia notable el grado de pendiente del terreno. La dificultad en la accesibilidad por la topografía reduce también el espacio circundante a una cueva. La composición edafológica influye sobre la conservación del registro arqueológico, caso de ecofactos como la fauna. Finalmente, en el grado de perceptibilidad de los artefactos inciden las condiciones de luz presentes, el tamaño de los artefactos y el grado de pedregosidad del suelo, siendo más difícil en elementos de talla lítica como obsidiana y mejor cuando hay un contraste cromático más intenso, como la malacología o algunos tipos de cerámica a torno. YACIMIENTOS DOCUMENTADOS Barranco de la Orchilla o de San Blas II Cueva natural que se abre bajo una formación basáltica, ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 142 msnm. Su boca está orientada a 40º NE y presenta restos de un muro de cerramiento de piedra seca de 0,90 m de largo, 0,30 m de ancho y 0,40 m de alto en dirección N-S. Las dimensiones de la cueva son de 1 m de ancho en la boca de entrada, 3 m de fondo y 1,10 m de altura. En su interior la cavidad presenta relleno estratigráfico y en superficie fragmentos óseos humanos de costilla y vértebra aunque también hay evidencias materiales actuales que indican su reutilización (figura 8). Barranco de la Orchilla o de San Blas III Abrigo natural que se abre bajo una formación basáltica, ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 75 msnm. Su boca está orientada a 100º E y presenta, en su extremo NE, restos de un muro de piedra seca en dirección NE-SW de 4 m de largo, 0,50 m de ancho y 1,10 m de alto. La cavidad, con una superficie de toba roja, tiene unas dimensiones de 8,70 m de ancho en la boca de entrada, 4 m de fondo y 2,50 m de alto. El registro arqueológico se encuentra en superficie tanto en el interior como en el exterior del abrigo y está compuesto por fragmentos de cerámicas aborígenes, cerámica histórica a mano y fauna marina de Ossilinus atratus y Patella sp. En el interior de la cavidad se ha trabajado la ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 28 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 toba rebajándola 0,20 m y se ha vertido en el exterior parte de su sedimento. En su interior se observan hoyos excavados por expoliadores. Figura 8. Cueva funeraria del barranco de la Orchilla II. Barranco de la Orchilla o de San Blas IV Cueva natural de habitación con dos bocas de entrada ubicada, bajo una formación basáltica, en el tracto superior de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 77 msnm. Su boca está orientada a 20º N. La cavidad presenta unas dimensiones de 6,50 m de ancho en la boca de entrada, 2,70 m de fondo y 1,50 m de alto. El material arqueológico se localiza en superficie, tanto en el interior como al exterior de la cavidad, y se compone de industria lítica de lascas de obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada por Patella sp. Hay relleno estratigráfico en el interior y parte del registro arqueológico ha sido vertido al exterior, sobre el que se disponen rocas basálticas caídas por desprendimientos. Se evidencia la reutilización de la cueva para uso ganadero por la acumulación de excrementos de animal. Barranco de la Orchilla o de San Blas V Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 74 msnm. Su boca está orientada a 160º SE. Presenta unas dimensiones de 2 m de ancho en la entrada, 5 m de fondo y 1,80 m de alto. El material arqueológico se localiza disperso en superficie, tanto en el interior como en el exterior de la cueva y se compone de lascas de obsidiana, fragmentos de cerámica histórica, restos óseos de ovicápridos y fauna marina, principalmente con Patella sp. En el interior de la cavidad, en el extremo norte, hay un orificio cuadrangular excavado artificialmente cuyas dimensiones son PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 29 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 1,50 m de largo, 1,20 m de ancho y 0,40 m de alto. En el exterior existen desprendimientos de rocas basálticas procedentes de la visera. Barranco de la Orchilla o de San Blas VII Cueva natural sepulcral en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 99 msnm. Se sitúa por debajo de la autopista TF-1 y forma parte del conjunto arqueológico de barranco de la Orchilla. Su boca está orientada a 340º N. En su extremo W se observan piedras que podrían corresponder a restos de un muro de cerramiento. En su interior se documenta, en superficie, una pieza dental, un molar humano de adulto, así como restos óseos de fauna terrestre de ovicápridos agrupados. En algunos sectores, conserva restos de sedimento. Las dimensiones de la cueva son 1,20 m de ancho en la boca de entrada, 2 m de fondo y 0,70 m de alto. Hay que señalar que a 2 m de distancia en dirección oeste, encontramos otra cavidad de 0,30 m de largo, 1,5 m de fondo y 0,40 m de alto, en la que no se constató ninguna evidencia arqueológica. Barranco de la Orchilla o de San Blas VIII Cueva natural sepulcral en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 99 msnm. Su boca está orientada a150º S. Conserva en su extremo SW, y sobre un bloque de basalto desprendido de la pared, restos de un muro de cerramiento de piedra seca de 1,10 m de largo, 0,18 m de ancho y 0,20 m de alto, en dirección SW-NE. Las dimensiones de la cueva son 0,50 m de ancho en la boca de entrada, 2,50 m de fondo y 0,80 m de alto. En su interior se documenta, en superficie, un diente humano de adulto, restos de industria lítica formada por lascas de obsidiana, nódulos de basalto tallados, restos óseos de fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada con Patella sp. Además conserva un importante paquete estratigráfico. Barranco de la Orchilla o de San Blas IX Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 93 msnm. Su boca está orientada a 90º E. Conserva restos de un muro de piedra seca de protección de 7 m de largo, 0,50 m de ancho y 1,50 m de alto, en dirección N-S. Las dimensiones de la cueva son 7 m de ancho en la boca de entrada, 5,30 m de fondo y 1,80 m de alto. Posee potencia estratigráfica en un amplio sector de la cueva excepto en el extremo sur donde aflora la roca madre. El material arqueológico se registra en superficie, tanto en el interior como en el exterior, compuesto por restos de industria lítica con lascas de obsidiana, fauna marina representada por Patella sp. y Osilinus atratus, restos óseos de fauna terrestre, principalmente ovicápridos, y un fragmento óseo humano perteneciente probablemente a un individuo infantil (figura 9). Abrigo de las Chafiras Se trata de un pequeño afloramiento rocoso desplomado, situado en la margen derecha de una pequeña barranquera paralela del barranco de la Orchilla, a 105 msnm. El enclave está orientado al SW y ocupa un área de 200 m2 con abundante material arqueológico disperso en la superficie, formado por fragmentos de cerámica aborigen e histórica, restos líticos de obsidiana, fauna terrestre y fauna marina representada por Patella sp. y Osilinus atratus. A 10 m de distancia existe una construcción moderna realizada en toba, que aprovecha un socavón natural, posiblemente para uso pastoril.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 30 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 9. Cueva de habitación del barranco de la Orchilla IX. Barranco de la Orchilla o de San Blas XII Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 99 msnm. Su boca está orientada a 100º E. Las dimensiones de la cueva son 1 m de ancho en la boca de entrada, 10 m de fondo y 1,10 m. de alto, bifurcándose en dos túneles de 6 m de recorrido respectivamente. Presenta relleno estratigráfico con material arqueológico de forma dispersa tanto en el interior como en el exterior. Se compone de fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina con Patella sp. Existen otras dos oquedades en el mismo andén, a poca distancia, en dirección norte, y sus dimensiones son 2,5 m ancho de la boca de entrada, 1 m de fondo y 1 m de alto; y la segunda cavidad con 1,40 m ancho de la boca de entrada, 1,10 m de fondo y 0,70 m de alto. Lomo San Blas Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen izquierda de la loma de San Blas, a 24 msnm. Su boca está orientada a 240º W. Conserva restos de un muro de protección de piedra seca de 3,5 m de largo, 0,40 m de ancho y 1,40 m de alto, en dirección E-S. El enclave tiene unas dimensiones de 3,5 m de ancho en la boca de entrada, 1,80 m de fondo y 1,60 m de alto. En su interior, si bien en el lado sur aflora la roca madre, en el resto de la superficie presenta relleno estratigráfico. Los materiales arqueológicos se encuentran tanto en el interior y como exterior y se componen de restos de industria lítica en obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen e histórica, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. En la parte superior de la loma, a pocos metros de la cueva en dirección NE, se localiza una era de época histórica de 14 m de diámetro.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 31 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco de la Orchilla o de San Blas XIII Pequeña cueva funeraria situada en el tracto medio-bajo del barranco de la Orchilla, que presenta restos de un muro de cierre roto con una hilada de 5 piedras pequeñas. Tiene 0,60 m de ancho en la entrada, 3 m de fondo y 0,30 m de alto. Barranco de San Blas XXI-Barranquera de Casa de la Máquina I Cueva natural en tosca ubicada en la margen izquierda del cauce de una barranquera en la zona conocida como Casa de la Máquina, a 54 msnm, orientada a 270º W. En su entrada hay un muro de cierre formado con piedra seca de 16 m de longitud, 0,90 m de ancho y 1,20 m de alto, en dirección N-S. El muro deja un espacio abierto en el extremo norte de la entrada con una abertura de 0,90 m. La cueva tiene 16 m de largo, 9 m de ancho y 1,85 m de alto, con un espacio interior de ca. 100 m2. Presenta en su interior relleno sedimentario y restos de un hogar reciente. El material arqueológico se encuentra disperso por el interior y exterior de la cueva y se compone de restos líticos en obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina con Patella sp. Ha sido reutilizada hasta época muy reciente para uso pastoril con una importante acumulación de excremento de ganado. Fue objeto de una excavación de urgencia en 2004 que no pudo documentar estratos intactos152 (figura 10a-10b). Figura 10a. Cueva natural en tosca de Casa de la Maquina I-Barranco de San Blas II. 152 CHÁVEZ y otros (2005b), pp. 268-269, 267 fig. 1.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 32 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 10b. Vista del muro de cierre exterior de la cueva en tosca de Casa de la Maquina I antes de la excavación. Figura 10c. Cortes de la excavación durante 2004 en Casa de la Maquina I-Barranco de San Blas II.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 33 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco de San Blas XXII-Barranquera de Casa de la Máquina II Material arqueológico en superficie ubicado en el tracto superior de la ladera derecha de una barranquera, a 59 msnm. La dispersión del material sigue una orientación 60º E. El yacimiento ha sufrido derrumbes naturales de los afloramientos rocosos basálticos y el material arqueológico cae ladera abajo a lo largo de un área de 20 m2, con lítico en obsidiana y basaltos, restos óseos de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. En frente, de N a S, están Casa de la Máquina I, III y IV. Barranco de San Blas XXIII-Barranquera de Casa de la Máquina III Abrigo natural en tosca situado en el tracto inferior de la ladera izquierda de una barranquera en Casa de la Máquina, a 53 msnm, orientada a 330º NW. Presenta derrumbes en la entrada y sus dimensiones son 15 m de longitud en la entrada, 4 m de fondo y 0,85 m de alto. Cuenta con dos muros de piedra seca, uno de cerramiento, en el extremo suroeste, de 3,20 m de longitud, 0,40 m de ancho y 0,60 m de alto con dirección NW-SE; y otro interior, en la parte central, que divide el abrigo en dos compartimentos, de 1 m de longitud, 0,60 m de ancho y 0,50 m de alto con una dirección W-E. Presenta material arqueológico como fragmentos de cerámica aborigen, restos líticos en obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. Barranco de San Blas XXIV-Barranquera de Casa de la Máquina IV Abrigo natural en tosca situado en el tracto inferior de la margen izquierda en una barranquera, a 46 msm, orientado a 220º SW, con derrumbes a lo largo de 10 m en el extremo sureste del abrigo. Tiene unas dimensiones de 17 m de longitud en la entrada, 2,50 m de fondo y 1,10 m de alto. Presenta restos de un muro de cerramiento de piedra de tosca y basalto muy deteriorado, tanto en el centro del abrigo como en el extremo norte. El registro arqueológico, al interior y exterior de la cueva, se componía de fragmentos de cerámica aborigen decorada, restos líticos en obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. Fue excavado como una urgencia en 2004 en una superficie de 20 m2, documentándose 0.50 m de potencia en el borde exterior del abrigo153, cerca del cauce del barranco, ya que hacia el interior tiene poca potencia. Barranco de la Orchilla o de San Blas XV Abrigo de roca basáltica en el tracto alto de la margen izquierda del barranco de la Orchilla, situada a 25 msnm. Presenta unas dimensiones de 2,5 m de ancho en la boca de entrada, 2 m de fondo y 1,15 m de alto. En el interior de la cueva la superficie aprovechable se ha ampliado mediante un muro artificial de piedras junto al borde del barranco. Presenta una estratigrafía conservada de unos 0,60 m, parcialmente erosionada en la ladera oeste de la cueva por el agua que cae por el borde del barranco. Hay un salto de 2.5 m de altura que permite descender a un camino que sirve para bajar al barranco con dirección NW-SE. Presenta en superficie cerámica a mano con engobe rojo, cerámica a torno melada marrón clara y Patella sp. (figura 11). Barranco de la Orchilla o de San Blas XVI Conchero de Patella sp. de unos 2 x 2 m, en el tracto superior de la margen izquierda u oeste del barranco de la Orchilla, que desciende en ligera pendiente. 153 CHÁVEZ y otros (2005b), pp. 269-272, 267 fig. 1.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 34 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 11. Abrigo de habitación del barranco de la Orchilla o de San Blas XV. Barranco de la Orchilla o de San Blas XVIII Abrigo en toba blanca situado en el tracto medio de la margen izquierda del barranco de la Orchilla, situada a 22 msnm, al sur del camino. Presenta unas dimensiones de 3 m de ancho en la boca de entrada por 2 m de fondo y 1,05 m de alto, desde el que se observa el abrigo del barranco de la Orchilla XV. Presenta en superficie restos de fauna de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. Barranco de la Orchilla o de San Blas XIX Concentración de material de superficie en el tracto alto de la margen izquierda u oeste del barranco de la Orchilla, a 25 msnm y 7 m de una pista. A 3º N se observa el abrigo barranco de la Orchilla XV y a 170º S una dudosa cazoleta sobre tosca. Presenta en superficie un núcleo y lascas de basalto, una posible mano de molino en basalto poroso, cerámica aborigen y cerámica histórica a torno. Barranco de la Orchilla o de San Blas XVII Abrigo en el tracto medio de la margen izquierda u oeste del barranco de la Orchilla, a 20 msnm, en un nivel de tosca por debajo de un estrato de basalto. Presenta unas dimensiones de 4 m de ancho en la boca de entrada, 1,20 m de fondo y 1,30 m de alto. En un extremo presenta un posible lugar de enterramiento con piedras en un extremo, quizás parte de un muro, de 1,60 m de largo por 1,10 m de fondo y 0,45 m de altura. En superficie se observó obsidiana, abundantes Patella sp. y fauna de ovicápridos.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 35 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Loma del Barranco de Archiles Estructura de piedra seca con forma rectangular ubicada en un afloramiento rocoso volcánico a 40 msnm, orientada a 260º W, en las cercanías a Amarilla Golf. Los restos del muro tienen unas dimensiones de 2,30 m de largo, 0,80 m de ancho y 0,60 m de alto. Las dimensiones del interior de la estructura son 1,80 m de largo por 1,20 m de ancho. El material arqueológico en superficie, tanto en el interior como en el exterior, presentaba industria lítica con lascas de obsidiana y basalto, fragmentos de cerámica aborigen e histórica, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Muy cercano a esta estructura, a 5 m de distancia en dirección este, se localiza otra estructura orientada hacia 150º S con unas dimensiones en su interior de 1,50 m de largo, 1,20 m de ancho y 0,45 m de alto del muro, y con una anchura máxima de 0,80 m. Barranco del Saltadero I Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco del Saltadero, a 63 msnm, orientada a 90º E. Presenta restos de un muro de protección de piedra seca cuyas dimensiones son 3,90 m de largo, 0,60 m de ancho y 1 m de alto, en dirección SW-NE. La cueva tiene unas dimensiones de 4,20 m ancho en la entrada, 1,50 m de fondo y 1,90 m de altura. Se diferencian dos zonas en su interior con presencia de relleno arqueológico en la proximidad de la entrada. En superficie se observa restos de fauna marina representados por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, restos de fauna terrestre de ovicápridos, fragmentos de cerámica aborigen e histórica a torno y restos de talla lítica con lascas de obsidiana y basalto. Barranco del Saltadero II Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen izquierda del barranco del Saltadero, a 57 msnm, orientada a 210º W. Presenta restos de un muro exterior de protección de piedra seca en dirección NW-SE cuyas dimensiones son 0,90 m de largo, 0,40 m de ancho y 0,60 m de alto. Las dimensiones de la cueva son 2,70 m ancho en la entrada, 1,90 m de fondo y 0,80 m de altura. Se detectó restos de talla lítica en obsidiana y basaltos, fragmentos de cerámica aborigen e histórica a torno, y restos de fauna marina de Patella sp. y Osilinus atratus. A pesar del mal estado por la acción de expoliadores, se trata de un buen emplazamiento, con acumulación natural de agua por su proximidad al salto de un barranco y ser el fondo de tosca, conformando un conjunto de tres cuevas. Barranco del Saltadero III Cueva funeraria ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco del Saltadero, a 57 msnm, orientada a 60º E. Las dimensiones de la cueva son 2,30 m ancho en la entrada, 3,50 m de fondo y 0,80 m de altura, donde identificamos una vértebra humana de adulto. Además se localizaron restos líticos en obsidiana, cerámica aborigen y restos de ovicápridos. Existe otra oquedad en el mismo andén, que quizás también perteneciera al conjunto de cuevas con función de enterramiento, pero sólo hay algún fragmento de obsidiana en su exterior.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 36 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Malpasito I Estructura de piedra seca de forma rectangular que aprovecha la pared natural de un afloramiento rocoso ubicada en la ladera suroeste de una loma, a 78 msnm, orientada a 230º SW. El muro tiene unas dimensiones de 3,5 m de largo, 0,90 m de ancho y 0,80 m de alto, formado por varias hiladas de rocas basálticas de gran tamaño. Las dimensiones del interior de la estructura son 3 m de longitud, 1,40 m de ancho y 1 m de alto. El material arqueológico se registró tanto en el interior como en el exterior de la estructura, entre los afloramientos rocosos. Está compuesto por restos de industria lítica en obsidiana y lascas de basalto, fragmentos de cerámica aborigen y hecha a mano con engobe rojo, fauna marina representada por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, y fauna terrestre de ovicápridos. Malpasito II Estructura de piedra seca, ubicada en la parte superior de montaña del Malpasito, a unos 120 msnm, orientada a 260º W. La estructura tiene forma semicircular, y ocupa una superficie de 4 m². Sus dimensiones son 2 m de longitud por 2 m de ancho. El muro está semiderruido y presenta 0,65 m de ancho y una altura de 0,70 m. El material arqueológico se registra en superficie, tanto en el interior como en el exterior de la estructura, entre los afloramientos rocosos, está compuesto por fragmentos de industria lítica con lascas de obsidiana y basalto, además de restos de fauna marina representados por Patella sp. En las cercanías, en una loma próxima, donde se sitúa un punto geodésico, también se pueden apreciar restos malacológicos en superficie. Malpasito III Pequeño afloramiento rocoso, situado en la margen derecha de una pequeña barranquera, cerca de la montaña Malpasito, a 60 msnm, orientado al SW. El material arqueológico aparece en una superficie de unos 20 m2 de forma dispersa, aunque agrupado en algunos sectores. Se constatan fragmentos de cerámica aborigen e histórica hecha a mano con engobe rojo, restos líticos de obsidiana, Patella sp. y Stramonita haemastoma. Montaña Amarilla Concentración de material arqueológico en superficie, situado en la parte superior de montaña Amarilla, a 76 msnm, con orientación hacia el norte. El registro arqueológico aparece esparcido en un área de unos 20 m2, formado por obsidiana y basaltos tallados y restos de fauna marina de Patella sp (figura 10). El Banco I Dos estructuras de piedra seca sobre una formación basáltica, situada en la parte superior de una loma muy próxima a la costa, a 10 msnm, con un eje principal a 80º E. La estructura principal de piedra seca tiene una tendencia semicircular y ocupa un área de 20 m2. Sus muros están semiderruidos y tiene unas dimensiones de 7 m de longitud, 3 m de ancho y 0,40 m de alto. Tanto en su interior como el exterior se observa material arqueológico en superficie de forma dispersa, aunque no parece poseer relleno. Se detectaron restos malacológicos de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, fragmentos cerámicos aborígenes y restos líticos de talla en obsidiana y basalto. La segunda estructura de piedra, está a 15 m de distancia en dirección norte, cuyas dimensiones son 1,75 m de longitud, 0,80 m de ancho y 0,30 m de altura, con similar registro arqueológico.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 37 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 El Banco II Material arqueológico en superficie sobre una plataforma basáltica situada en la parte superior de una loma muy próxima a la costa, a 12 msnm, con eje principal hacia 90º E. Se detectaron materiales arqueológicos muy dispersos representados por fauna marina como Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, además de restos líticos de talla en obsidiana. En dirección este se encuentran las dos estructuras de Banco I. El Banco III Concentración de material arqueológico en superficie en la zona de malpaís situada al suroeste de la localidad de El Fraile. En zona de costa, tiene una orientación de 60º NE. Se encuentra resguardado de los vientos al estar protegido por un levantamiento natural basáltico de 1,5 m de alto en su extremo suroeste. El material arqueológico se encuentra disperso ocupando un área de 300 m2, formado principalmente por fragmentos de cerámica aborigen y restos líticos de basalto y obsidiana, y fauna malacológica de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Montaña Negra I Cubeta natural de tosca donde se acumula agua ubicada en una llanura, al oeste de montaña Negra, afectada por la extracción de picón. Tiene una orientación de 30º N y ocupa una superficie de 240 m2. En el extremo oeste, tanto al interior como exterior de la cavidad natural, es donde se concentra el material arqueológico con restos líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen e histórica hecha a mano con engobe rojo, restos óseos de fauna terrestre y fauna marina representada con Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Barranco Erales I Abrigo natural bajo una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco Erales, a 99 msnm. Su boca está orientada 40º NE. La cavidad ocupa un área aproximada de 20 m2. Las dimensiones son 4 m de ancho en la entrada, 5 m de fondo y 2 m de alto. El interior no tiene relleno y el material arqueológico aparece en el exterior, de forma aislada y está formado por restos líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, restos óseos de ovicápridos y de fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. A 10 m en dirección este se ubica barranco Erales IV. Barranco Erales II Abrigo natural bajo una formación basáltica en el tracto superior de la margen izquierda del barranco Erales, a 97 msnm, orientado a 215º SW. La cavidad presenta dos muros de cerramiento. Uno, en su boca, en dirección NW-E de 1,50 m de largo, 0,40 m de ancho y 0,60 m de alto, y el otro, a 2 m de distancia y delimitando un espacio exterior al abrigo, con unas dimensiones de 2,50 m de largo, 0,60 m de ancho y 0,70 m de alto en dirección E-W. Las dimensiones del abrigo son 2,20 m de ancho en la entrada, 2 m de fondo y 1 m de alto. El material arqueológico se encuentra disperso por la superficie del yacimiento y se compone de restos líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen e histórica a torno con engobe rojo, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina con Patella sp. y Stramonita haemastoma. En frente de la ladera se ubica barranco Erales I.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 38 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco Erales III Cueva natural de habitación que se abre bajo una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco de Erales, a 105 msnm, orientada a 100º E. La cueva posee unas dimensiones de 3,5 m de ancho en la entrada, 4 m de fondo y 1,70 m de alto. Aunque carece de paquete estratigráfico, el material arqueológico se encuentra de manera dispersa en el exterior de la cueva, y se compone de restos líticos en obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, restos óseos de microfauna y fragmentos malacológicos de Patella sp. Barranco Erales IV Abrigo natural bajo una formación basáltica ubicado en el tracto superior de la margen derecha del barranco Erales, a 95 msnm, orientado a 350º N. Presenta un muro externo de cerramiento de piedra seca con forma semicircular de 1 m de longitud, 0,55 m de ancho y 1,15 m de alto, con eje mayor en dirección E-W. El abrigo tiene unas dimensiones de 2,50 m de ancho en la entrada, 1,50 m de fondo y 1,20 m de alto. El interior posee relleno acumulado procedente de derrubios de la techumbre. El material arqueológico aparece disperso al exterior del abrigo y se compone de fragmentos de cerámica aborigen, lítica de obsidiana y fauna marina de Patella sp. A 10 m en dirección oeste se ubica barranco Erales I. Ladera de montaña del Charco Estructuras de piedra seca de forma semicircular sobre una plataforma de roca volcánica ubicada en la ladera de montaña Negra, a 80 msnm, orientadas a 240º W. La estructura mayor tiene 2,10 m de longitud por 3 m de ancho. Adosada a la misma, en su lado este, se encuentra una segunda estructura de dimensiones más reducidas de 1,80 m de longitud por 1 m de ancho. Los muros tienen unas medidas de 0,90 m de longitud por 1,40 m de alto. Presentan potencia en algunos sectores del interior y exterior de las estructuras con material arqueológico repartido de forma dispersa en un área de aproximadamente 200 m2. Destacan restos de obsidiana y callados de basalto, fragmentos de cerámica aborigen decorada, fauna marina representada con Patella sp. y Stramonita haemastoma, o fauna terrestre de ovicápridos. Ambas estructuras presentan indicios de reutilización histórica. Montaña del Charco Conjunto de cuatro estructuras de piedra volcánica con forma semicircular situada en la cima de la montaña del Charco, a 133 msnm, orientadas hacia 90º E. Las buenas condiciones de visibilidad y de control del territorio convierten a la montaña en una posible atalaya. La estructura mayor de 4 m de longitud, 3,20 m de ancho y 0,70 m de alto, ocupa un lugar central con respecto a las otras que se distribuyen a su alrededor. En su lado sur hay otras dos estructuras de 1,40 m de longitud, 1,20 m de ancho y 0,70 m de alto y una segunda de 1,50 m de longitud, 0,90 m de ancho y 0,70 m de alto. En su lado norte, la tercera estructura, de 2 m de longitud, 2,25 m de ancho y 0,70 m de alto. El material arqueológico se encuentra disperso por todo el área e incluso cae ladera abajo, con restos de talla líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. Las estructuras presentan indicios de reutilización histórica.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 39 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Guargacho I Material arqueológico en superficie, localizado en la parte superior de una loma basáltica asociada a una formación de toba, a 79 msmn. Ubicada muy próxima al yacimiento de Guargacho154, tiene una orientación de 90º E. El material se encuentra disperso y agrupado por sectores en un área de 200 m2. No se encuentran estructuras asociadas, aunque sí se evidencia un espacio circular de 9 m2 que pudiera haber servido de fondo de cabaña. El material se compone de restos líticos en obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, algunos de ellos decorados, restos óseos de fauna terrestre de ovicápridos y fragmentos de fauna marina de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Al sur de este lugar hay un sendero antiguo que desciende al cauce del barranco. Guargacho II Este yacimiento que ocupaba unos 150 m2, fue excavado en 1972 por Diego Cuscoy. Presentaba al noreste un ara de sacrificio principal o conjunto I con 6 piedras colocadas en forma hexagonal de 1.08 m de diámetro, más 3 hogares superficiales y 7 “hornillos” excavados. Un conjunto II al suroeste con una segunda ara y 9 hogares. Al sur los otros tres conjuntos, el conjunto III con 8 hogares; a su lado, el conjunto IV con 4 hogares y en el extremo sur el conjunto V con 4 hogares155. Al urbanizarse esta zona con una calle inmediata quedó protegida levantando un simple cerramiento hexagonal con paredes de cemento que recreaba un poco el diseño original del arquitecto I. Martín156, cuando ya buena parte de las estructuras habían desaparecido. Durante años se convirtió en un vertedero de basura hasta que fue reconstruido en 2010 con 125.000 eur del Plan E de Zapatero e inaugurado en marzo de 2011. Guargacho III Material arqueológico en superficie, situado en una loma orientada hacia 90º E, entre los cauces de dos barrancos, a 114 msnm, en frente de Guargacho. Existen inmediatos tres rediles, un horno de teja y una vivienda. El material arqueológico se encuentra disperso, entre los rediles, en un área de 200 m2. Existen fragmentos de cerámica aborigen con bordes decorados junto con cerámica a mano con engobe rojo e histórica a torno, fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma, o restos líticos de obsidiana. Punta del Lomo Estructura de piedra seca semicircular adosada a un afloramiento rocoso en la ladera oeste de punta del Lomo, a 185 msnm, orientada a 270º W. La estructura tiene unas dimensiones de 1,10 m de longitud por 1,10 m de ancho y 1,05 m, con un ancho de muro de 0,55 m. El registro material presenta fragmentos de cerámica aborigen e histórica a mano con engobe rojo, restos líticos de lascas de basalto y obsidiana, así como fauna marina de Patella sp. Cerca de la estructura, y en dirección este, a unos 15 m, hay una estructura de piedra seca sin evidencias de material arqueológico. Barranco de Archiles I 154 DIEGO CUSCOY (1979). 155 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 31, 32-33 fig. 5, 38-41. 156 DIEGO CUSCOY (1979), p. 126 fig. 30.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 40 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Afloramiento rocoso en la cima de una loma, con buena visibilidad hacia el sur, en la margen derecha de una barranquera subsidiaria al barranco de Archiles, situado a 22 msnm. Presenta una orientación NW-SE, en una zona de malpaís costero. Los materiales arqueológicos se encuentran agrupados alrededor del afloramiento rocoso en una superficie de 40 m2, con restos fragmentos de cerámica aborigen e histórica hecha a mano, líticos de obsidiana, restos óseos de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. Barranco de Archiles II Materiales dispersos en superficie en la parte superior de la margen izquierda de una barranquera, que desemboca en el barranco de Archiles, a 20 msnm, con una orientación 280º W, en zona de malpaís costero. Los materiales arqueológicos caen en dirección oeste desde la parte superior de la ladera del barranco hasta el cauce, en un área de 120 m2, presentando fragmentos de cerámica aborigen e histórica a mano, además de fauna marina de Patella sp. Barranco de Archiles III Estructura circular situada en el extremo noreste de un afloramiento rocoso, en la parte superior de la margen izquierda de una barranquera paralela al barranco de Archiles, a 22 msnm, orientada a 300º W, dentro de un malpaís costero. La estructura tiene unas dimensiones de 4 m de longitud, 3,60 m de ancho, 1,10 m de alto y 0,90 m de grosor del muro. Tiene dos compartimentos interiores de 3 m2 cada uno, separados por un muro interior, en dirección E-W, de 2 m de longitud, 0,80 m de ancho y 0,70 m de alto. Por el lado sur, la estructura está protegida por el afloramiento rocoso. El registro material se encuentra tanto al interior como exterior de la estructura en un área de 380 m2 con cerámica aborigen e histórica a mano y a torno, restos líticos de obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Barranco de Archiles IV Afloramiento rocoso natural ubicado en la margen derecha del barranco de Archiles, a 39 msnm, orientado a 320º NW, que presenta escasos restos arqueológicos en su lado oeste. Barranco de Archiles V Concentración en superficie en la parte superior de la margen derecha del barranco de Archiles, en zona de malpaís costero, a 34 msnm, con orientación N-S. El material se agrupa en una pequeña área de 9 m2, con fragmentos de cerámica aborigen. A 70 m en dirección noroeste se encuentra barranco de Archiles IV. Barranco de Archiles VI Restos arqueológicos en superficie en una loma de la margen derecha del barranco de Archiles, en zona de malpaís costero, a 23 msnm, con orientación NW-SE. Agrupados en una superficie de 120 m2, presenta fragmentos de cerámica aborigen, restos líticos de obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. En la otra margen, se localiza en la cima de la ladera del barranco, a 80 m en dirección noreste, un punto de atalaya en el que se documentó, de forma dispersa en un área de 500 m2, cerámica PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 41 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 histórica a torno, obsidiana y fauna marina de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma de cronología quizás histórica. LOS GRABADOS RUPESTRES DE SAN MIGUEL DE ABONA Casa de la Hoya En el camino real de Tamaide a La Centinela, pasado el barranco de El Drago, en el caserío de La Hoya, a 510 msnm, hay dos estaciones de cazoletas y canales. Una más pequeña, erosionada con dos cazoletas, al exterior. Por otra parte, dentro de una vivienda se encuentra la estación principal que presenta dos pequeñas cazoletas unidas por canales que confluyen primero en una tercera cazoleta y acaban desembocando en una cuarta cazoleta pequeña pero que se abre a una mucho más grande, mientras otro canal acaba interrumpiéndose (figura 12). Fuente de la Hoya Continuando por el camino real de Tamaide a La Centinela, en el entorno de la fuente de la Hoya, a 489 msnm, hay distintos paneles de toba rojo y en uno de ellos se aprecian dos pequeñas cazoletas erosionadas, donde la superior vierte sobre la inferior. Otro panel más grande sobre toba muy erosionado también muestra evidencias de tres cazoletas interconectadas por un canal que continua aprovechando la pendiente. Camino real de la Hoya Dentro de este mismo camino real y sobrepasado el barranco de Mantible, a 470 msnm, hay otra estación, con una pequeña cazoleta y un canal de vertido, que tiene cerca otra cazoleta rectangular, quizás más reciente. Barranco de Arujo I La estación barranco de Arujo I se sitúa en afloramientos fonolíticos, a 582 msnm, en su margen derecha, sector así denominado del barranco en su tramo entre el roque de Jama y Aldea Blanca. Presenta dos paneles con grabados geométricos de líneas incisas, con representación de motivos rectangulares geométricos, líneas cruzadas y rayados157. Panel 1: Inclinación: 2º. Tipo: geométrico. Técnica: incisión y rayado. Dimensiones: 0,60 m x 0,40 m. Panel 2: Inclinación: 2º. Tipo Geométrico. Técnica: incisión y rayado. Dimensiones: 0,50 m x 0,40 m (figuras 13a-13b). 157 VALENCIA (2006), pp. 31-32 fig.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 42 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 12. Estación de cazoletas y canales de Casa de la Hoya.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 43 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 13a. Grabados incisos del barranco de Arujo I, panel 2. Figura 13b. Calco del panel 2 del barranco de Arujo I con motivos geométricos rectangulares (Valencia, 2006: 32 fig.). ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 44 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco de Arujo II Descendiendo por el cauce derecho encontramos la estación del barranco de Arujo II se encuentra en afloramientos fonolíticos, a 481 msnm. Consta de 6 paneles con predominio de motivos geométricos, ejecutados con técnica de incisión y representación de motivos rectangulares geométricos, líneas cruzadas y rayas158. Panel 1: Inclinación: 25º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,91 m x 0,73 m. Panel 2: Inclinación: 20º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,90 m x 0,60 m. Panel 3: Inclinación: 24º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión y rayado. Dimensiones: 0,80 m x 0,40 m. Panel 4: Inclinación: 10º. Tipo: Geométrico. Motivo: reticulado. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,61 m x 0,24 m. Panel 5: Inclinación: 3º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,50 m x 0,30 m. Panel 6: Inclinación: 12º. Tipo: Geométrico. Motivo: rayado. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,60 m x 0,44 m. Barranco de Arujo III Bajando por la margen derecha, se emplaza la tercera estación del barranco de Arujo 3, en un gran afloramiento fonolítico horizontal, a 439 msnm. Se identificaron 11 paneles con gran predominio de representaciones geométricas, entre las que destaca especialmente los dameros o ajedrezados, algo más de 50, tanto en paneles horizontales como verticales, y lineales con técnica de incisión159. Algunos motivos aparecen remarcados con rayados sobre incisiones más antiguas. Este yacimiento rupestre debe ser la estación “del Sur de Tenerife” con más de 30 dameros160. Durante la prospección recogimos información oral de un vecino, quien nos indicó también el topónimo de La Poyata, referido a la zona inmediata donde se emplaza la estación del barranco de Arujo III. Aunque el término no aparece reflejado en la cartografía consultada, recuerda la Mesa de la Poyata, una gran losa de piedra levantada y calzada con piedras en Anaga, donde según la tradición oral sirvió para el secado de cadáveres en la preparación de las momias guanches161. Se apoya también en una referencia algo genérica de que algunas comunidades bereberes de Marruecos y Argelia, después de una ceremonia funeraria, se jugaba “para disipar el ambiente luctuoso”162. Esta hipótesis funeraria de uno de los autores ha sido expandida y se considera este yacimiento el lugar de los rituales de inhumación de los menceyes de Adeje163, aunque creemos que pertenecía al menceyato de Abona (figura 14a). Panel 1: Inclinación: 10º. Tipo: geométrico. Motivo: rectangular geométrico y lineales. Técnica: incisión. Dimensiones: 1,30 m x 0,80 m. Panel 2: Inclinación: 5º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 1,30 m x 0,80 m. Panel 3a-3b: Inclinación: 10º. Tipo: Geométrico. Motivo: rectangular geométrico. Técnica: incisión- abrasión. Dimensiones: 4,50 m x 2,30 m. Panel 4: Inclinación: 8º. Tipo: Geométrico. Motivo: rectangular geométrico. Técnica: incisión- rayado. Dimensiones: 2,20 m x 1,60 m. 158 VALENCIA (2006), pp. 33-36 fig.; VIVANCOS y otros (2016), pp. 169-172 nº 31. 159 VALENCIA (2006), pp. 37-48 fig. 160 LORENZO PERERA (1989), p. 8; GARCÍA-TALAVERA y ESPINEL (1989), pp. 67, 34 fot. 161 VALENCIA (2006), p. 30. 162 GARCÍA-TALAVERA y ESPINEL (1989), p. 45. 163 VIVANCOS y otros (2016), pp. 173-176 nº 32.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 45 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 14a. Grabados incisos del barranco de Arujo III, panel 8. Panel 5: Inclinación: 10º. Tipo: Geométrico. Motivos: lineales. Técnica: incisión. Dimensiones: 1,20 m. x 1,40 m. Panel 6: Inclinación: 25º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico y lineales. Técnica: incisión; Dimensiones: 1,30 m x 1 m. Panel 7: Inclinación: 3º. Tipo: Geométrico. Motivo: rectángulos. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,80 m x 1,30 m.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 46 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Panel 8: Inclinación: 8º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 3,60 m x 2,90 m (figura 14b). Figura 14b. Calco del panel 8 del barranco de Arujo III con motivos geométricos cuadrangulares (Valencia, 2006: 45 fig.). Panel 9; Inclinación: 2º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 3,20 m x 2,30 m. Panel 10: Inclinación: 11º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico, reticulares y lineales. Técnica: incisión. Dimensiones: 3,30 m x 1,20 m. Panel 11: Inclinación: 30º. Tipo: Geométrico. Motivo: posible rectangular geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 2,30 m x 0,80 m.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 47 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Cabuquero I-IV Estación con grabados, a 453 msnm, que presenta un panel con grabados lineales164, donde destaca un cruciforme con una posible peana triangular en la parte inferior. La segunda estación se trata de un panel horizontal, situado a 450 msnm, que presenta trazos lineales y dos motivos rectangulares geométricos, uno de trazo antiguo165 y otro con un rayado de apariencia más reciente. Un tercer panel horizontal existe en otro afloramiento rocoso, situado a 429 msnm, que presenta un pequeño motivo rectangular geométrico166 (figura 15). Figura 15. Grabados incisos de Cabuquero III con motivos geométricos rectangulares. Otros paneles horizontales que conforman la cuarta estación se sitúan a 389 msnm, presentando varios reticulados167 y elementos ovales, interpretados como un “momiforme”168 en un afloramiento rocoso, alguno con rayados más recientes superpuestos, que tiene a unos 5 m de distancia una estación de cazoletas y canalillos169, con un largo canal que va conectando con pequeñas cazoletas, estación de la que inicialmente se publicó una foto con el nombre de La Montañita170 (figura 16). 164 VALENCIA (2006), p. 57 fot. 165 VALENCIA (2006), p. 58 fot. 166 VALENCIA (2006), p. 58 fot. 167 VALENCIA (2006), p. 59 fot. 168 VIVANCOS y otros (2016), pp. 179 fot., 219 nº 33. 169 VALENCIA (2006), p. 74 fot. 170 JIMÉNEZ GONZÁLEZ (1996), p. 248, fot. 11.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 48 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 16. Grabados incisos de Cabuquero IV con motivos geométricos. Cabuquero V Esta estación con una inscripción líbica, que hemos denominado Cabuquero V171, es junto con la del barranco de Araujo III, la más importante del municipio. Situada a 382 msnm, a cierta distancia del pico de la Hoya, por los diferentes cambios que ha habido en la cartografía disponible para la zona, ha recibido distintas denominaciones como La Centinela172, La Montañita173 o como Cambados174, siendo el mayor registro fotográfico el publicado por la asociación Archinife en su estación 33175, que han interpretado las líneas incisas como petición de embarazos. Otra denominación que es la que utilizamos ha sido la de El Cabuquero176. La inscripción alfabética presenta 11 signos en dos líneas verticales, 9 de ellos diferentes, y está acompañada por otros grabados incisos reticulados, incluso en un caso un piqueteado. También hay un posible grabado de barco con vela latina (figura 17). 171 VALENCIA (2006), pp. 56 fot., 59 fot. 172 BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 301-302, 306 lám. 2b; MEDEROS, VALENCIA y ESCRIBANO (2003), p. 151 fot. 173 VALENCIA (1990b), p. 58. 174 DEL ARCO y otros (1999), pp. 67, 71 lám. 46; BELMONTE, PERERA y GONZÁLEZ GARCÍA (2010), p. 7. 175 VIVANCOS y otros (2016), pp. 177-180 nº 33. 176 SPRINGER (1996), p. 403; SPRINGER (2001), pp. 73 y 87.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 49 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 17. Grabado inciso de Cabuquero V con posible representación de un barco con vela latina. Cabuquero VI Esta última estación de Cabuquero, situada en un afloramiento rocoso a 351 msnm, presenta varios paneles con grabados, donde destaca un “cruciforme” con una posible “peana” semicircular en la parte inferior177, pero que también presenta otro motivo semicircular en la parte superior que dificulta su asociación con un “cruciforme” y quizás represente un elemento astral emergiendo en el horizonte, también interpretado como un antropomorfo masculino del dios luna178 (figura 18). Camino de las Lajas I-IV En el camino de Las Lajas que sale desde Aldea Blanca hasta San Miguel de Abona, aunque está mal conservado, se encuentran varias estaciones de canales y cazoletas a lo largo de la margen izquierda del barranco de El Lomo. La primera estación, a 409 msnm, presenta una cazoleta circular en la cabecera de 15 cm de diámetro y 5 cm de profundidad179 con un canal sinuoso de 2,20 m de longitud (figura 19a). 177 VALENCIA (2006), p. 60 fot. 178 VIVANCOS y otros (2016), pp. portada, 190 fot. 237-238, nº 36. 179 BORGES y BARRO (1998), p. 300 lám. 2a.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 50 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 18. Grabado inciso de Cabuquero VI. A unos 15 m se encuentra la segunda estación180 que presenta dos cazoletas en la parte superior interconectadas, la primera de 22 cm de diámetro y 22 cm de profundidad y la segunda de 25 cm de diámetro y 9 cm de profundidad, desde donde parten dos canales que confluyen en una cazoleta intermedia de 15 cm de diámetro y 3 cm de profundidad, desde donde vuelven a arrancar otros dos canales a lo largo de 3,65 m. Hacia el este, a 5 m y muy próxima a los muros del camino, se encuentra la tercera estación181 con una pequeña cazoleta de 10 cm de diámetro y 7 cm de profundidad de la que arranca un canal. A menos de 1 m, una segunda cazoleta, también con su canal, ha sido reutilizada para grabar una gran cruz de 35 cm de longitud por 32 cm de ancho con peana cuadrada182, que parece tener restos de una cazoleta en el extremo izquierdo de la peana de 14 cm de diámetro y 6 cm de profundidad. No obstante, es de tendencia rectangular, por lo que ha podido ser regularizada y presenta piqueteado uniforme (figura 19b). A otros 5 m de distancia aparece una cuarta estación con dos cazoletas, la mayor de tendencia oval con 9 cm de longitud y 7 cm de profundidad, que confluyen hacia la mitad183 y continúan descendiendo en un único canal por la plancha de toba blanca a lo largo de 2,30 m, en la cota de 404 msnm. 180 BORGES y BARRO (1998), pp. 300-301 fig. 1; VALENCIA (2006), p. 25 fot. 181 BORGES y BARRO (1998), pp. 301-302 fig. 2. 182 BORGES y BARRO (1998), p. 305 lám. 3a-3b. 183 BORGES y BARRO (1998), p. 302 fig. 3; VALENCIA (2006), p. 72 fot.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 51 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 19a. Cazoleta y canal sinuoso del barranco de las Lajas I.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 52 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 19b. Cazoleta y canal junto a cruciforme sobre cazoleta y canal en el barranco de las Lajas III. Camino de las Lajas V En un lado del camino, separado unos 50 m de la estación del camino de las Lajas 4, se encuentra a 395 msnm una quinta estación de con dos cazoletas circulares, de 6 cm de diámetro y 4 cm de profundidad la primer
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Prospección arqueológica y grabados rupestres del municipio de San Miguel de Abona (Tenerife, Islas Canarias) = Archaeological survey and rock carving in the municipality of San Miguel de Abona (Tenerife, Canary islands) |
Autor principal | Mederos Martín, Alfredo ; Escribano Cobo, Gabriel ; Valencia Afonso, Vicente |
Entidad | Casa de Colón |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 67 |
Sección | Arqueología |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo de Gran Canaria |
Fecha | 2021 |
Páginas | 70 p. |
Materias | Historia ; Canarias ; Arqueología ; Prehistoria ; Arte prehistórico ; Grabados rupestres ; San Miguel de Abona (Tenerife) |
Enlaces relacionados | http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 6420480 Bytes |
Texto | 1 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE SAN MIGUEL DE ABONA (TENERIFE, ISLAS CANARIAS) ARCHAEOLOGICAL SURVEY AND ROCK CARVING IN THE MUNICIPALITY OF SAN MIGUEL DE ABONA (TENERIFE, CANARY ISLANDS) Alfredo Mederos Martín* , Gabriel Escribano Cobo** y Vicente Valencia Afonso*** Fecha de Recepción: 23 de julio de 2020 Fecha de Aceptación: 11 de diciembre de 2020 Cómo citar este artículo/Citation: Alfredo Mederos Martín, Gabriel Escribano Cobo, Vicente Valencia Afonso (2021). Prospección arqueológica y grabados rupestres del municipio de San Miguel de Abona (Tenerife, Islas Canarias). Anuario de Estudios Atlánticos; nº 67: 067-008. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10599/10178 ISSN 2386-5571. https://doi.org/10.36980/10599.10178 Resumen: La investigación arqueológica en el municipio de San Miguel de Abona (Tenerife, Islas Canarias) ha estado focalizada en dos aspectos principales, las cuevas de enterramiento, con excavaciones de Bethencourt Alfonso en 1881 y Diego Cuscoy en 1953, 1962 y 1978 en los barrancos de La Orchilla y Pilón. Sin embargo, la cueva principal, Uchova, fue saqueada en 1933. El segundo ámbito de trabajo han sido sucesivas prospecciones arqueológicas en el municipio en 1989, 2004 y 2011, con el objetivo principal de una catalogación patrimonial. Como resultado más significativo destaca la gran concentración de grabados rupestres en la zona central del municipio, incluyendo inscripciones alfabéticas líbico-bereber, donde destacan los motivos geométricos de damero, que interpretamos como una representación solar. Palabras clave: Tenerife, menceyato de Abona, guanches, prospección arqueológica, grabados rupestres. Abstract: Archaeological research in the municipality of San Miguel de Abona (Tenerife, Canary Islands) has been focused on two main aspects, the burial caves, with excavations by Bethencourt Alfonso in 1881 and Diego Cuscoy in 1953, 1962 and 1978 in the ravines of La Orchilla and Pilón. However, the main cave, Uchova, was looted in 1933. The second area of work has been successive archaeological surveys in the municipality in 1989, 2004 and 2011, with the main objective of a heritage catalogue. As a more significant result, the great concentration of rock engravings in the central area of the municipality stands out, including Libyan-Berber alphabetical inscriptions, where the geometric checkerboard motifs stand out, that we interpret as a solar representation. Keywords: Tenerife, Chiefdom of Abona, Guanches, Archaeological Survey, Rock engravings. * Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid. Campus de Cantoblanco. 28049. Madrid. España. Correo electrónico: alfredo.mederos@uam.es ** Profesor de Instituto de Enseñanzas Medias. Programa de Doctorado. Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Antropología. Universidad de La Laguna. Avenida Trinidad, 39. 38204. San Cristóbal de La Laguna. Tenerife. España. Correo electrónico: escribanocobogabriel@gmail.com *** Arqueólogo. Calle Tizón, 6. San Cristóbal de La Laguna. Tenerife. España. Correo electrónico: valenciavicente7@gmail.com © 2021 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 2 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 INTRODUCCIÓN Dentro de la investigación arqueológica en Tenerife, el municipio de San Miguel de Abona ha tenido una relativa atención por ser el lugar de nacimiento de Juan Bethencourt Alfonso, lo que propició dos excavaciones en el barranco de la Orchilla en el último cuarto del siglo XIX, una de ellas en 1881. A ello se sumó el posterior descubrimiento y expolio en 1933 de la última gran cueva con momias de Tenerife, Uchova, que reexcavó Diego Cuscoy en 1953. Otros descubrimientos fortuitos de cuevas funerarias en el barranco Pilón se produjeron en 1962, lo que permitió a Diego Cuscoy la primera excavación de una momia infantil en la isla, o un enterramiento de un adulto en 1985. También hubo recuperaciones significativas de restos antropológicos en otra cueva del barranco de la Orchilla en 1978. Por otra parte, se excavó y publicó con detalle por Diego Cuscoy un ara de sacrificio, descubierta accidentalmente en 1972. En las últimas tres décadas el foco ha estado centrado en la prospección arqueológica de yacimientos para su protección, con tres catalogaciones sucesivas en 1989, 2004 y 2011, además de dos sondeos de urgencia en 2004 en una cueva y un abrigo. Estas prospecciones han ayudado a valorar aún más el gran interés y concentración de los grabados rupestres en el municipio desde los primeros descubrimientos en 1984. LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL MUNICIPIO DE SAN MIGUEL DE ABONA La trayectoria personal y científica de Juan Bethencourt Alfonso La investigación arqueológica en el último tercio del siglo XIX se centra en los trabajos realizados por Bethencourt Alfonso, quien por su nacimiento en el pueblo de San Miguel de Abona y existir cierto desconocimiento sobre su trayectoria científica y personal, también merece un tratamiento con cierto detalle. Juan Bethencourt Alfonso nació el 31 de enero de 1847, hijo de Juan Bethencourt Medina, natural de Arona, y Clara Alfonso Feo, de San Miguel1 en una casa terrera en la plaza de la iglesia de San Miguel de Abona, aunque se había sugerido la fecha del 5 de febrero2, que fue cuando recibió el bautismo con el nombre de Juan Evaristo de San José, siendo el padrino un tío materno, José Alfonso Feo. Sus padres se habían casado el 19 de agosto de 18463, lo que implica que Bethencourt Alfonso nació 5 meses y 12 días después, por lo que el matrimonio se celebró con la madre embarazada. Según la tradición oral en la familia, Juan Bethencourt Medina fue obligado a casarse por los hermanos mayores de su mujer y el mismo día después de la boda marchó en caballo a El Médano, donde embarcó en un barco que iba a Cuba4. El padre había nacido el 15 de agosto de 18195, con lo que acababa de cumplir 27 años, mientras la madre había nacido el 25 de septiembre de 18276 y sólo tenía 20 años. No envió noticias durante años, por lo que pasados 5 años, siguiendo los plazos legales, fue declarado fallecido en Cuba en febrero de 18527. Esto provocó que Bethencourt Alfonso quedase muy integrado en la familia de su madre, si bien su miembro más relevante y abuelo materno, el capitán de milicias Miguel Alfonso Martínez, dos veces alcalde en San Miguel de Abona, falleció sólo dos años después, el 3 de diciembre de 1854, con 70 años8. Fue protegido por sus tíos y tías maternos, pues su madre era la décima entre 11 hijos, manteniendo una especial relación con la familia de su tío y comandante de milicias, Antonio Alfonso Feo, padre de su primo Eladio Alfonso y González. 1 Arch. Parr. San Miguel, Lib. Baut. 2, fol. 353; MELO (2006) p. 3 n. 2. 2 FARIÑA (1991), p. 21. 3 DÍAZ FRÍAS (2015), pp. 26, 146. 4 DÍAZ FRÍAS (2015), pp. 25-26. 5 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 146. 6 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 244. 7 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 10; DÍAZ FRÍAS (2015), p. 27. 8 RODRÍGUEZ DELGADO (1991), p. 46/VI.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 3 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 También la tuvo con la familia de su tía Josefa Alfonso Feo, madre de su primo Eduardo Domínguez Alfonso 9. Su madre Clara, al darse por muerto el marido, tenía sólo 25 años y volvió a contraer matrimonio, ese mismo año de 1852, con su primo José Hernández Sierra. Tuvieron dos hijos, hermanastros de Bethencourt Alfonso, José Hernández Alfonso y Cipriana Hernández Alfonso10. La relación entre ellos debió ser buena porque en un testamento de Bethencourt Alfonso en 1904 pone especial cuidado en que su familia ayude “si preciso fuere, a mis dos hermanos José y Cipriano (…) pues a ellos les debo todo”11. Este autor considera que Cipriano era un varón al transcribir el testamento inédito, pero según Díaz Frías12 se trató de una hermana que estuvo soltera y falleció el 20 de agosto de 1931. Su padrastro, José Hernández Sierra, había sido una buena opción de matrimonio para su madre, pues en 1875 era el segundo mayor contribuyente de San Miguel de Abona, por detrás del marqués de la Fuente de las Palmas13. Juan Bethencourt Alfonso estudió en el Instituto de Bachillerato de La Laguna y para cursar los estudios universitarios en la Universidad Central residió en Madrid desde 186714. Esto le permitió vivir los acontecimientos de la revolución de 1868, hasta licenciarse en Medicina y Cirugía el 16 de enero de 187215. Aunque se había sugerido que residió en Madrid hasta 187316, lo que le hubiera permitido estar presente en la proclamación de la Primera República en febrero de 1873, se incorporó apenas 2 meses después de licenciarse como médico-auxiliar en el hospital militar de Santa Cruz de Tenerife, desde el 1 de abril. Cubría la plaza vacante de su primo, el médico Eduardo Domínguez Alfonso, al marchar a la península durante 5 meses, hasta finales de agosto de 187217. Al año siguiente, Bethencourt Alfonso, con 27 años, se casó el 24 de junio de 1874, en la iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, con María del Carmen Herrera González Goiri, de 23 años, nacida en La Habana, hija de Manuel Herrera Pérez y de Carolina González Goiri18. Carmen Herrera había sido bautizada en La Habana el 18 de agosto de 185119 y tenía dos hermanas, Emilia y Francisca20. De ellas, Emilia había quedado viuda muy joven con 24 años y fue testigo en la boda. Pasó a residir con sus dos hijos en la casa de su hermana recién casada, Salvador García Herrera de 8 años e Isabel de 6 años. El matrimonio de Bethencourt Alfonso y Carmen Herrera se estableció en el nº 2 de la antigua plaza Real y del Castillo, entonces plaza de la Constitución y actualmente plaza de la Candelaria, según el padrón de 1875, naciendo su primera hija, María del Carmen ese mismo año. También vivía con ellos una tía de su mujer, Josefa Herrera Pérez21. Esta vivienda había sido comprada y reformada en 1862 por su suegro, Manuel Herrera, que había hecho fortuna en La Habana y en Tenerife estableció una fábrica de tabacos en la plaza de la Concepción de Santa Cruz22. En el padrón de 1885 ya habían nacido sus tres hijos, Carmen con 9 años, Juan Manuel con 8, nacido como su hermana en Santa Cruz de Tenerife en 1877 y María con 6 años, nacida en La Laguna. Continuaba viviendo con ellos Emilia, la hermana de su mujer, que aún mantenía esta residencia según los padrones de 1889, 1895 y 1900, al igual que su hijo Salvador, sobrino de Bethencourt Alfonso, ya con profesión de periodista. En el padrón de 1895 las hijas, ya con 19 y 16 años, no estudian, pero sí lo hace su hijo Juan, con 18 años. Por entonces aparecen 3 sobrinos de una misma familia, nacidos en Santa Cruz, Luis Estremera García de 8 años, María Isabel de 9 RODRÍGUEZ DELGADO (1991), p. 46/VI. 10 RODRÍGUEZ DELGADO (1991), p. 46/VI; DÍAZ FRÍAS (2015), pp. 27 y 245. 11 FARIÑA (2013), p. 5. 12 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 245. 13 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 29. 14 FARIÑA (1991), p. 22. 15 FARIÑA (1991), p. 21. 16 FARIÑA (1991), p. 22. 17 Arch. Regimiento Militar Canarias, 6129; RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 10. 18 Arch. Parr. Concep., Santa Cruz, Lib. Matr. 17, fol. 250 nº 30; MELO (2006) pp. 2, 3 n. 5. 19 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 19 n. 4. 20 FARIÑA (2013), p. 9 n. 3. 21 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 11. 22 FARIÑA (1998), pp. VII/65, VIII/66 n. ix.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 4 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 6 años y Ángela de 2 años, de los cuales las dos niñas continuaban con ellos en el padrón de 1900. Una década después, ya sólo permanecía con el matrimonio su hija Carmen, con 36 años 23, quien aunque se casó en 1902, falleció sin tener hijos en 1942. Su otra hija María también se casó en 1902, falleciendo en 196524. En Santa Cruz de Tenerife Bethencourt Alfonso instaló una consulta médica privada en su vivienda, viajando a veces a otras islas como médico forense como sucedió en 1874 a La Gomera25, lo que le permitió descubrir las aras de sacrificio en La Fortaleza de Chipude (La Gomera)26 . Esta labor la compatibilizó desde el 23 de septiembre de 1876 como profesor de Historia Natural en el recién creado Establecimiento de Segunda Enseñanza de Tenerife en 1875, un centro privado que se adscribió con el comienzo del curso 1876-77 al Instituto Provincial de Canarias con sede en La Laguna, encargándose de las asignaturas de Historia Natural y Fisiología e Higiene27. En el nuevo centro realizó el discurso de apertura de curso en el año 1879-8028, institución que acabó dirigiendo su primo materno, el doctor Eduardo Domínguez Alfonso. Este primo, 7 años mayor, nacido el 13 de octubre de 1840, había estudiado también medicina, primero en Barcelona a partir de 1858, mudándose a Madrid en 1860 donde se licenció en 1864. Después opositó a médico de Sanidad Militar, donde sacó la primera plaza y pudo regresar a Tenerife, a la vez que abrió también una consulta privada. La necesidad de disponer de un museo para las prácticas de los alumnos del instituto, en el cual también mostrar la teoría darwinista de la evolución humana, llevaron a Bethencourt Alfonso a fundar en 1877 el Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife29, donde inauguró un año después, el 1 de mayo de 1878, un Museo Antropológico. Sus prospecciones aportaron el 60 % de las colecciones, además de donaciones de Diego Lebrun, que había heredado la colección y museo Casilda en 1868, el cual mantuvo hasta su fallecimiento en 1887, o Juan de la Puerta Canseco, director de la Escuela de Niños de Santa Cruz de Tenerife30. Pocos años antes, en 1874, se había inaugurado en Santa Cruz de Tenerife el denominado museo Villa Benítez, creado por impresor Anselmo J. Benítez, cuyas colecciones fueron ofrecidas para su compra al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife en mayo de 1922, pero no fructificó el acuerdo, hasta su adquisición por el Cabildo de Tenerife en 195031. Sus clases en el instituto sirvieron para crear afición entre sus alumnos y así dos corresponsales del Gabinete Científico en Adeje, Juan Gutiérrez y Felipe Rodríguez, habían sido alumnos suyos32. En su discurso de apertura del curso 1879-80 enfatiza sus premisas teóricas darwinistas. “El conocimiento de la teoría darwinista se impone hoy no sólo como de absoluta necesidad para todos aquellos que se encuentran arrastrados por sus aficiones a los estudios antropológicos, sino a toda persona que desee cultivar su inteligencia en cualquier ramo de las ciencias naturales, o que aspire a tener, aún dentro de un modesto círculo, cierto grado de cultura e ilustración”33. Este interés por la arqueología lo combinó con la etnografía, donde quizás su contribución es aún más importante, ya que buena parte de sus inferencias arqueológicas proceden de interpretaciones de la tradición oral que fue recopilando. Tras la propuesta por Antonio Machado y Álvarez, catedrático de Folklore en la Institución Libre de Enseñanza, a favor de la creación de una sociedad de ámbito nacional, El Folklore Español, “para la recopilación y estudio del saber y de las tradiciones populares” en noviembre de 1881, esta idea fue asumida en Canarias por Bethencourt Alfonso. Para ello preparó una Circular y Cuestionario de las Islas 23 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), pp. 11 y 16. 24 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 57. 25 FARIÑA (1983), p. 29. 26 BÉTHENCOURT ALFONSO, J. (1994 [1911]), p. 280 n. 11. 27 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 12. 28 BETHENCOURT ALFONSO (1879). 29 ANÓNIMO (1878). 30 DIEGO CUSCOY (1994 [1981]), p. 521. 31 CIORANESCU (1979), pp. 234-235, 30 n. 71. 32 DIEGO CUSCOY (1994 [1981]), p. 509. 33 BETHENCOURT ALFONSO (1879), inédito en FARIÑA (1983), p. 30.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 5 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Canarias que envió en 1884 a los corresponsales del Gabinete Científico y difundió en la prensa. La información recibida le sirvió para redactar en 1885 un trabajo aún inédito, Materiales para el Folk-lore Canario, que siguió actualizando hasta su muerte. Inicialmente lo pensó publicar dentro de la Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas 34. Esta colección editó, primero en Sevilla y después en Madrid, 11 monografías sobre el folklore español entre 1883-88, comenzando por un volumen sobre Andalucía redactado por Machado. Otro aspecto importante de su personalidad, que a veces se refleja en sus trabajos como periodista, fue su orientación política liberal, frente a las corrientes conservadoras. Afiliado al Partido Liberal desde 1881, se mantuvo en activo hasta 1893, cuando se presentó en la candidatura liberal con su hermanastro, José Hernández Alfonso y su primo Eduardo Domínguez Alfonso, pero se retiró de la política después de esas elecciones35. En este sentido, fue un influyente periodista como redactor en seis periódicos y revistas locales, Los Sucesos, La Democracia, el Eco de Canarias, El País, Revista de Canarias y Diario de Tenerife y fundador de otros dos, La Reforma y El Liberal de Tenerife36. Cuando a Juan La Roche y Siera se le encargó por Segismundo Moret la reorganización del Partido Liberal en Tenerife en 1882, menciona a los 8 principales miembros del partido en Santa Cruz de Tenerife, entre los que incluye a Eduardo Domínguez y a Bethencourt Alfonso37. En 1886, Bethencourt Alfonso apoyó significativamente al candidato de Emilio Castelar y Ripoll al Senado, el granadino Melchor Almagro Díaz38, lo que nos indica que su orientación política era inicialmente republicana, durante la cual había sido presidente Castelar, quien fundó el Partido Democrático Posibilista hasta que se integró en el Partido Liberal en 1890, al aprobarse el sufragio universal. Aunque continuó teniendo consulta privada en su céntrica vivienda, en la actual plaza de la Candelaria, muchas veces sin cobrar, lo que le hizo ganar mucho afecto público, parece que se incorporó hacia 1897 en el Hospital Civil de Nuestra Señora de los Desamparados. Especializado en enfermedades mentales y ataques de epilepsia, realizó también operaciones quirúrgicas con su ayudante Veremundo Cabrera Díaz, primero como médico segundo, ascendiendo a médico primero al menos desde 1904 y alcanzando finalmente la dirección del Hospital Civil39. También colaboró en Arona durante la epidemia de cólera de 1893, donde acabó siendo nombrado médico municipal al menos desde 190440. Aprovechando materiales de su obra inédita sobre el Folklore canario, asumió redactar la parte sobre Canarias en la Información promovida por la Sección de Ciencias Morales y Políticas en el curso 1901-1902 en el Ateneo de Madrid, en el campo de las costumbres populares y en los tres hechos más característicos de la vida: el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Para ello redactó una nueva monografía, con unas 493 respuestas de las siete Islas Canarias, fruto de una amplia red de informantes41. Se ha sugerido que el encargo le llegó por afinidad política o amistad al detentar el liberal Segismundo Moret la presidencia del Ateneo de Madrid42. Sin embargo, sería más lógico pensar que al haber sido Moret presidente del ateneo entre 1884-86, cuando realizó Bethencourt Alfonso su primer Cuestionario de las Islas Canarias, conocía su trabajo previo. Por ello debió pensar que era la persona adecuada para el nuevo encargo, cuando volvió a asumir de nuevo la presidencia del ateneo entre 1899-1913, pues desde esta institución centralizó la nueva encuesta etnográfica y folklórica. Por otra parte, una vez cerrado el museo del Gabinete Científico, las colecciones del denominado Museo Antropológico y de Historia Natural se incorporaron como un anexo al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Este museo había sido creado en 1899 por petición de Pedro Tarquis y Teodomiro Robayna, profesores de la Academia Municipal de Dibujo, como un museo anexo a la academia. El nuevo centro fue aprobado el 15 de noviembre de 1899, 34 FARIÑA (1983), p. 34; FARIÑA (1985), pp. 21-26. 35 FARIÑA (1991), p. 23; FARIÑA (1998), pp. VII/65. 36 BETHENCOURT ALFONSO (1898), inédito en FARIÑA (1983), p. 30. 37 GUIMERÁ (1987), p. 21. 38 FARIÑA (1991), p. 23. 39 FARIÑA (1983), p. 29. 40 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 12. 41 BETHENCOURT ALFONSO (1985 [1901]), pp. 42-46. 42 FARIÑA (1991), p. 34.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 6 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 aunque el crédito para su montaje no se pudo habilitar en el presupuesto de 1900 43. Probablemente este proyecto explique que inmediatamente Bethencourt Alfonso44 también demandase en la prensa que se incluyera una sección antropológica dentro de un gran museo municipal, para evitar la venta de las colecciones particulares y su salida de la isla, lo que acabó siendo aprobado. Por ello, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ordenó su instalación en el local previo del archivo municipal, en el antiguo convento de San Francisco, y encargó la fabricación de muebles para guardar las colecciones el 31 de diciembre de 1902. Posteriormente se nombró director honorario a Bethencourt Alfonso el 14 de abril de 190445. Casi simultáneamente se encargó a Pablo Oramas la elaboración un inventario de las colecciones procedentes del Museo Antropológico y de Historia Natural, de las que se hizo cargo el 4 de mayo de 190446. Una década después falleció Bethencourt Alfonso con sólo 66 años, el 29 de agosto de 1913, a las 10 de la mañana, de una “neoplasia” en el hígado, siendo enterrado el día 30 en el cementerio de San Rafael y San Roque47, hasta su traslado en 1982 al Panteón de Hombres Ilustres de Santa Cruz de Tenerife48. Su madre había fallecido en marzo de 1911 con 83 años49. Excavaciones de Bethencourt Alfonso en el barranco de la Orchilla No es fácil reconstruir las prospecciones y excavaciones de Bethencourt Alfonso, aunque en ocasiones aporta referencias cronológicas que ayudan a ir precisando algunos datos. Después de su regreso de Madrid en 1872, la primera excavación de la que tenemos constancia en Tenerife fue de tres aras de sacrificios por encima de la Casa Fuerte de Adeje en 1875, con 28 años de edad. En las aras, junto con huesos calcinados de cabrito, aparecieron algunas lascas de obsidiana, conservándose “uno de ellos intacto (…) de piedra seca en forma de cono truncado, de un metro de altura por otro de diámetro (…) con un hoyo o brasero en el centro de ½ metro de hondo. Encerraba ceniza, brasas, fragmentos de leña y de huesos calcinados al parecer de cabrito, cubierto el todo con una gruesa piedra”50, aunque sus primeros trabajos se habían situado casi diez años después, a partir de 188451. Quizás la visita previa y excavación de los “pireos” de La Fortaleza de Chipude (La Gomera) en 187452 le estimularon a ver si eran similares. Según recogió por tradición oral, “iban sacrificando hasta que la columna de humo se elevara en derechura al cielo, que era la señal de estar Magec satisfecho”53. Las prospecciones de miembros del Gabinete Científico prestaron especial atención a la recogida de restos antropológicos, como se puede observar en sus colecciones, donde el conjunto principal eran 551 cráneos, seguido por 44 molinos54. La colección de cráneos del Gabinete Científico pasó al Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, donde fue estudiada por Hooton55. Indica como procedentes del barranco de la Orchilla 15 cráneos de hombres, 3 de mujeres y uno de sexo dudoso, que fueron recuperados en 1881 por Bethencourt Alfonso y Agustín Otazo, corresponsal en Candelaria del Gabinete Científico. Estos enterramientos deben proceder de una cueva que menciona en dos notas breves. En una señala que “En una cueva del barranco de Orchilla encontré restos de cadáveres guanches tendidos sobre hileras de lajas”. Mas detalles da en otra referencia, denominándola “cueva de las Posadas en el barranco de Orchilla” que presentaba “dos capas de lajas (…) por pavimentos” con “numerosos restos de 43 CIORANESCU (1979), pp. 235, 350 n. 76. 44 BETHENCOURT ALFONSO (1899). 45 CIORANESCU (1979), pp. 223, 234, 347 n. 13, 350 n. 70. 46 FARIÑA (1991), anexo 1, pp. 457-459. 47 Arch. Parr. Concep., Santa Cruz, Lib. Defun. 41, fol. 29v; MELO (2006) p. 3 n. 17. 48 FARIÑA (1983), p. 35. 49 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 244. 50 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), pp. 279-280 n. 11. 51 RODRÍGUEZ DELGADO (2013), p. 13. 52 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 280 n. 11. 53 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), pp. 269-270. 54 BETHENCOURT ALFONSO, J. (1991 [1912]), anexo I, pp. 457-459 fig. 1-3. 55 HOOTON (2005 [1925]), pp. 413-415 tabla 1, 417, 422 tabla 2, 424 tabla 3.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 7 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 esqueletos guanches” 56. Por otra parte, menciona otra cueva que exploró también en el barranco de la Orchilla, en el sector de Chimbesque, donde después de excavar un relleno de 1.5 m de excrementos de aves localizó dos cadáveres57. Al inventariar las colecciones, Diego Cuscoy58 recoge la existencia de estas dos cuevas sepulcrales en el barranco de la Orchilla, una con solo un cráneo y una segunda con 31 cráneos59. Otro referente cronológico para sus trabajos de campo lo ubicamos en 1885, entonces con 38 años, cuando localizó una cueva de Igueste de Candelaria donde se encontraron 9 enterramientos, algunos con cuentas de collar de arcilla al cuello y otras, aún más interesantes, “alrededor de la cintura”, aunque por el mal estado de los huesos sólo pudieron recuperar los restos completos de un individuo60. Es posible que corresponda a la cueva del Almácigo de Igueste de Candelaria, explorada por Bethencourt Alfonso, Antonio Domínguez y Agustín Otazo, el corresponsal en Candelaria del Gabinete Científico, de la que Hooton61 menciona 3 cráneos de hombre y 2 de mujeres. Ese mismo año de 1885, al finalizar su veraneo en Tacoronte, realizó una excursión el 22 de septiembre para localizar el emplazamiento de la batalla de Acentejo en la zona de Bubaque, acompañado por Teodosio Oliva y su hijo Juan Bethencourt Herrera, entonces con 7 años, quien localizó unos fragmentos de una posible armadura metálica del siglo XV62. La tradición oral familiar recuerda que su hijo Bethencourt Herrera le acompañaba a menudo en las prospecciones, ya que por su menor tamaño podía introducirse más fácilmente en algunas cuevas y tubos volcánicos63. Sin dato preciso del año de la visita, también cita otra cueva funeraria explorada por Victoriano Trujillo ubicada en el risco de la Tosca del barranco del Bucio en San Miguel de Abona. Allí localizó un esqueleto femenino acompañado por un niño de unos 3 meses sobre el pecho de la madre, a su izquierda otro cráneo de un infantil de unos 7 años y a la derecha otro cadáver de un adulto, que supone un hombre, con restos de pieles, aunque no amortajándolos en momificación, situados todos sobre un lecho de ramas. Según su interpretación, esta posible familia se habría encerrado “voluntariamente, por la disposición en que estaban tapadas las puertas que sólo podían hacerlo de dentro a fuera”64. Esto podría tener relación con una referencia en las fuentes, “Al adulterio tanto aborrecían, que a los culpados enterraban vivos”65, pero en este caso hay dos niños también. Por otra parte, también menciona lugares interesantes con posible vinculación religiosa, la cueva del Samar o Samarín en La Aldea66, los llanos del Bailadero, entre Las Socas y Chimbesque67, Los Bailaderos por encima de Cambados68, una zona con una importante concentración de grabados rupestres y El Bailadero, junto al Roquito del Puerto69, también en otra zona de paso descendiendo desde el caserío de El Roque de Jama, que también tiene un conjunto significativo de grabados, e incluso podría tratarse del mismo. Respecto a la organización política cita dos tagoros en el municipio, el tagoro de Tilena o lomo del Tagoro y el tagoro de Guárgacho o El Tagorito70, aparte de la mención del vecino tagoro de Jama71. Finalmente, señala que en La Mesa de Tamaide había una cantera de arcilla que pudo utilizarse para elaborar cerámica en época aborigen72. 56 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 481. 57 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 481. 58 DIEGO CUSCOY (1968), p. 241. 59 Martín Oval, com. pers. 60 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 480. 61 HOOTON (2005 [1925]), pp. 400 tabla 1, 417, 418 tabla 2. 62 BÉTHENCOURT ALFONSO, J. (2007 [1885]), pp. 421 y 436. 63 DÍAZ FRÍAS (2015), p. 34. 64 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), pp. 482-483 y 600. 65 VIANA (1986 [1604]), p. 61. 66 BETHENCOURT ALFONSO (1991 [1912]), pp. 294 n. 179. 67 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 12. 68 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 12. 69 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 12. 70 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 10. 71 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 117 n. 10. 72 BETHENCOURT ALFONSO (1994 [1911]), p. 425.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 8 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 La cueva de Uchova Las actividades arqueológicas en el municipio de San Miguel de Abona se retomaron con el descubrimiento casual el 19 de junio de 1933 de la cueva de Uchova, que se localiza a 925 msnm en el barranco de Tafetana, por un joven cabrero de 21 años, Domingo Pérez González, próxima al camino de Vilaflor, quien informó al ayuntamiento a los tres días del hallazgo73. El nombre parece asignarse por denominarse un caserío próximo “de Ochoa” o Uchova, mientras la cueva se denomina de La Cáscara según un informe del día 22 de junio del juzgado municipal y de la guardia civil entregado al juez de paz y farmacéutico Eduardo Estévez74, aunque también La Cáscara se trata de un topónimo de la zona75. Otra referencia la menciona como la cueva de los Guanches76. El gobernador civil, Vidal Gil Tirado, que se había incorporado a Tenerife por entonces pocos meses antes, el 17 de enero, proveniente del gobierno civil de Badajoz, dio noticia del descubrimiento que salió en La Tarde el 23 de junio y en La Prensa y Hoy el 24 de junio. Por otra parte, de acuerdo con la entonces recién promulgada Ley de Patrimonio Artístico Nacional de 13 de mayo de 1933, el gobernador civil también informó al director general de Bellas Artes, Ricardo Orueta y Duarte, quien ordenó su protección. Sin embargo, aunque se nombró al descubridor, Domingo Pérez, como vigilante de la cueva, durante el primer fin de semana, el sábado 24 de junio visitaron la cueva unas 600 personas del entorno77, y el domingo 25 se produjo el saqueo de la misma por “chasneros” de Vilaflor78. Fueron denunciados por Domingo Pérez ante la guardia civil, quienes los detuvieron en Vilaflor, pudiendo recuperar huesos y restos de pieles79. Estos restos antropológicos se unieron a los que se recogieron del interior de la cueva por orden del gobernador civil para ser remitidos a Madrid. Este hecho, aunque es denunciado por Diego Cuscoy80 porque se descontextualizaron los conjuntos de huesos, en caso contrario probablemente habrían acabado desapareciendo. Los restos se depositaron provisionalmente en el sótano del Cabildo de Tenerife, a la espera de un envío a Madrid que no se produjo, donde finalmente Diego Cuscoy los pudo recuperar en dos cajas de madera años después. La pérdida principal, que no sabemos si fue en parte por los expoliadores o durante el almacenamiento, es que no se conserva ningún cráneo de la cueva y tampoco los restos momificados (com. pers. Martín Oval). Un aspecto importante para los inicios de la arqueología en Tenerife fue que a la cueva se desplazaron a visitarla tanto el entonces director del Instituto de Estudios Canarios, José Peraza de Ayala, como María Rosa Alonso, miembro de la junta directiva81, redactando Alonso un informe al ministerio sobre el hallazgo82. Pocos meses después, al descubrirse enterramientos en la cueva de la Gotera en Bajamar (La Laguna), en septiembre de 1933, como resultado de una visita el día 19, fueron José Peraza y Leopoldo de la Rosa, secretario del instituto, quienes hicieron su primera excavación al mes siguiente83. Precisamente José Peraza de Ayala fue quien quedó en posesión de la mitad del único cuenco de madera recuperado en Uchova84. Los datos del número de enterramientos identificados osciló entre 8085, 7786, 7487, entre 60 y 7088 o 5589, cifras descendentes con el paso de los días, presumiblemente cuantificadas 73 LA PRENSA, 24-6-1933; DIEGO CUSCOY (1952), p. 393. 74 MARTÍN OVAL y DELGADO MIRANDA (2011), pp. 190 y 192. 75 LA PRENSA, 24-6-1933. 76 HOY, 27-6-1933. 77 LA TARDE, 26-6-1933. 78 HOY, 27-6-1933. 79 LA TARDE, 29-6-1933. 80 DIEGO CUSCOY (1952), p. 407. 81 DIEGO CUSCOY (1952), p. 395. 82 AGA, Cultura, 12.725/217/50 83 DE LA ROSA (1990-92 [1933]), pp. 204-205. 84 DIEGO CUSCOY (1952), p. 408 fig. 9, 410 fig. 11/2. 85 HOY, 24-6-1933. 86 Domingo Pérez com. pers. a DELGADO GÓMEZ (1995), p. 102. 87 LA PRENSA, 24-6-1933. 88 LA PRENSA, 24-6-1933. 89 LA TARDE, 26-6-1933. PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 9 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 contando los cráneos visibles. También se menciona que sólo en seis conjuntos se conservaba la momificación, 5 manos con dedos y uñas y un pie con su tibia y peroné 90, lo que implica un mínimo de 3 momificados. Después de una revisión reciente se contabilizaron indicios de momificación en 13 huesos91. A partir del estudio antropológico, por las 70 mandíbulas conservadas, presumiblemente inferiores ya que no hay ningún cráneo, habría este número mínimo de individuos, estudiándose en detalle 52 que se desglosan en 25 hombres y 27 mujeres, de los que sólo uno masculino es un infantil I de 2-3 años y el grupo más representado es entre 45-49 años con 9 individuos92. Ya que se recuperaron 70 fragmentos de mandíbula, no deja de sorprender que desde dentro del propio museo, Esteve93 indique 52 individuos, Diego Cuscoy94 mencione 55 individuos y Rodríguez Martín95 señale 60 individuos. Por otra parte, del Arco96 sugiere que eran casi 60. Para preparar un artículo especial por coincidir con el nº 100 de la Revista de Historia Canaria, y a la vez dedicándoselo al Comisario General de Excavaciones, Julio Martínez Santa-Olalla, Diego Cuscoy decidió reexcavar la cueva durante en el verano de 1953. Para ello contaba con un croquis de la disposición de los principales enterramientos, que realizó en 1933 el director de la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, Pedro Suárez Hernández. En la campaña realizó una planta real de la cueva, donde señaló las 19 agrupaciones de huesos recogidas en el dibujo de 1933. Dentro de la cueva, que tiene 57.5 m de longitud, había sólo un conjunto de huesos en el corredor de entrada con 16 m de longitud; 13 agrupaciones, de la nº 2 a la 14, en la primera sala de 23 m de longitud, 15 m de ancho y entre 2 y 5 m de altura; ningún conjunto en una segunda galería de 8 m de longitud y finalmente 5 agrupaciones de huesos, nº 15-19, en la cámara más profunda de 10.5 m de longitud, 3.5 m de ancho y 2.5 m de altura97. Una de las agrupaciones, según su descubridor, probablemente en función del número de cráneos visibles, tenía 12 cráneos98, ratificada por el croquis de Pedro Suárez99, observándose hasta 9 cráneos en una foto100 (figuras 1a-1b). Figura 1a. Entrada a la cueva de Uchova. 90 LA PRENSA, 25-6-1933. 91 ESTÉVEZ (2004), p. 121 tabla 6.1.5. 92 MARTÍN OVAL y DELGADO MIRANDA (2011), pp. 207 y 209 tabla 1. 93 ESTÉVEZ (2004), p. 50 tabla 4.2.1. 94 DIEGO CUSCOY (1952), p. 406. 95 En RUIZ-GÓMEZ y otros (1992), p. 168. 96 DEL ARCO (1976), p. 50. 97 DIEGO CUSCOY (1952), pp. 402, 403 fig. 3. 98 LA TARDE, 24-6-1933. 99 DIEGO CUSCOY (1952), p. 404. 100 DIEGO CUSCOY (1952), fig. 7.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 10 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 1b. Planta y sección de la cueva de Uchova con indicación de 19 concentraciones de restos humanos según plano de 1933 (Diego Cuscoy, 1952: 403 fig. 3). La revisión de los datos muestra con relativo detalle que se ocupaban repisas en las paredes (agrupaciones 4, 5 y 8 con 1 esqueleto, notas de Pedro Suárez101) y otros cuerpos estaban rodeados de cercados de piedra que son perfectamente visibles en un dibujo de Pedro Suárez y la foto de este mismo enterramiento102. Por otra parte, se menciona por el descubridor la deposición de cadáveres superpuestos en andamios de madera. “Estaban colocados (…) en una especie de camarotes construidos con palos de sabina, acostados los cuerpos en posición decúbito superior”103, que también conocemos en la cueva del barranco de Erques (Fasnia) descubierta en 1764, “a los lados de la cueva, muchos como andamios (…) de palos de sabina y en aquellos andamios estaban los cuerpos de los guanches tendidos, mirlados”104, pero que lamentablemente en Uchova no se pudieron documentar adecuadamente, ni tampoco hay registro gráfico. Poco énfasis se ha hecho en el dato que Diego Cuscoy105 realizó una excavación dentro de la cueva, quizás porque no aporta ningún dato de donde realizó los sondeos para los que contó con varios obreros. Sí menciona el hallazgo principal, un enterramiento en una repisa en la pared sur de la primera cámara, conjunto nº 13, donde se localizaron 90 cuentas circulares de collar106. Se trataba de un enterramiento infantil masculino de 2 o 3 años107, que es el único de esa edad que se conserva en la colección, quizás porque los huesos infantiles son menos visibles y no fueron recogidos en 1933. El resto del ajuar es sorprendentemente escaso, probablemente por el saqueo de la cueva en 1933, una cabeza de punzón de hueso y una cerámica completa con dos mamelones también descubierta en una oquedad en la primera sala108. Sólo se dispone de la datación de un enterramiento, GX 18.739 1246±72 BP109, 655 (775) 976 DC, que indica una fecha del siglo VIII (figura 1c). 101 DIEGO CUSCOY (1952), p. 404. 102 DIEGO CUSCOY (1952), fig. 4 y 5. 103 LA PRENSA, 24-6-1933. 104 ANCHIETA (2017 [1735-67]/3), p. 15 GHI-21. 105 DIEGO CUSCOY (1952), pp. 408-409. 106 DIEGO CUSCOY (1952), p. 409 fig. 10. 107 DIEGO CUSCOY (1965), p. 24; MARTÍN OVAL y DELGADO (2011), p. 207. 108 DIEGO CUSCOY (1952), pp. 409 fig. 10, 410 fig. 11/1. 109 ERES (1993), p. 103; DEL ARCO y otros (1997), p. 76.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 11 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 1c. Pie momificado con su tibia y peroné de la cueva de Uchova (La Prensa, 25-6-1933) Barranco del Pilón Una década después, descendiendo unos 4 km por el mismo barranco de la Tafetana, que en los dos tramos inferiores se llama barranco del Lomo y por debajo barranco de Pilón, a 550 msnm, un cazador localizó en agosto de 1962 una momia infantil buscando una presa que se ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 12 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 había escondido en un tubo volcánico. Debido a que informó inmediatamente, la pudo excavar Diego Cuscoy 110 sólo dos días después del descubrimiento. El tubo volcánico tenía 4 m de profundidad e iba progresivamente estrechándose. Si al inicio tenía de 0.90 m de altura y 1.10 m de ancho, al interior mantenía la altura, pero se iba estrechando primero a 0.54 m de ancho y después 0.25 m. Presentaba un suelo preparado con lajas de piedra en toda la superficie, sobre el que se depositaron hojas de drago y ramas de almácigo y vinagrera111 (figura 2a). Figura 2a. Planta y sección de la cueva del barranco Pilón con una preparación de un pavimento de lajas (Diego Cuscoy, 1965: 25 fig. 7). La momia es muy interesante, no sólo por ser la primera momia infantil localizada in situ, sino porque muestra la forma en que probablemente se envolvían todas las momias en forma de zurrón con cierre en la cabeza112. Cuatro capas de pieles de cabra, sin pelo y curtidas, envolvían al cuerpo, ceñido al cuerpo mediante tiras de piel rodeando el fardo de abajo hacia arriba113. El análisis antropológico indica que se trataba de un niño de 4 años datado por GX 15.946 795±165 BP114 o 1155±165 BP115, que realmente se trata de la fecha d.C. sin calibrar, que indica una cronología del 898 (1257) 1438 DC, el siglo XIII (figuras 2b-2c). 110 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 24-26. 111 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 26-27, 30, 25 fig. 7. 112 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 28 fig. 9/6-7; DIEGO CUSCOY (1976), lám. 11/2-3; ÁLVAREZ SOSA y MORFINI (2014), p. 104 fig. 35. 113 DIEGO CUSCOY (1965), pp. 30-32. 114 ERES (1993), p. 103; AUFDERHEIDE y otros (1995), p. 122 tabla 2; DEL ARCO y otros (1997), p. 76. 115 SALO y otros (1995), p. 111 tabla 1.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 13 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 2b. Momia infantil de 4 años de la cueva del barranco Pilón con cuatro capas de pieles de cabra curtidas que envolvían al cuerpo, ceñido mediante tiras de piel, con cierre en la cabeza (Diego Cuscoy, 1965: 28 fig. 9/6-7).ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 14 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 2c. Mano momificada con su cúbito y radio de la momia infantil de la cueva del barranco Pilón (Diego Cuscoy, 1965: lám. 15/2). La síntesis sobre Los Guanches de Diego Cuscoy116 sirvió para presentar brevemente una tabla con 8 yacimientos del municipio, que realmente se trata de cinco, la cueva de Uchova en el barranco de Tafetana, dos del barranco de la Orchilla y dos del barranco Pilón, además de dos hallazgos puntuales, una vasija de La Aldea y una lanza de madera de una cueva, más la mención de un tagoror. Los 5 yacimientos principales fueron recogidos en la Tesis de Licenciatura de A. Tejera117 que presentó una carta arqueológica del Sureste de Tenerife sin introducir novedades, describiendo con más detalle las dos cuevas con momias, Uchova y Pilón. Otra síntesis sobre las cuevas funerarias fue incluida en la Tesis de Licenciatura de Mª.C. del Arco118, quien menciona 5 yacimientos del municipio también ya conocidos, los dos del barranco de la Orchilla, la cueva con la momia infantil del barranco Pilón, la cueva de Uchova y un quinto donde por confusión se individualiza una referencia de la prensa de 1933 sobre Uchova como si fuera otro yacimiento diferente, el cual se ubica genéricamente en San Miguel. Guargacho El yacimiento de Guargacho fue descubierto por el cabrero Salvador González Alayón poco después de la construcción de unas canalizaciones para aprovechar el agua de lluvia y escorrentía que removieron sedimentos con materiales arqueológicos. Se fijó primero en las acumulaciones de agua y las diferencias en la vegetación, después en la abundante presencia de obsidiana brillante en superficie y luego observó la posición regular de unas piedras en cuyo interior acabó excavando el martes 4 de abril de 1972, para descubrir cenizas en su interior. Continuó reexcavando parcialmente la estructura el miércoles 5 y dado que “Dentro había ceniza y muchos huesos quemados” avisó a los dueños del terreno y al alcalde de San Miguel de Abona. Se trataba de “un [h]exágono perfecto, formado por rocas rectangulares y con una 116 DIEGO CUSCOY (1968), p. 241. 117 TEJERA (1971); JIMÉNEZ GÓMEZ, TEJERA y LORENZO PERERA (1980), pp. 51-52. 118 DEL ARCO (1976), pp. 48-50.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 15 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 profundidad de unos cincuenta o sesenta centímetros”. Informado el museo ese mismo día por Carlos Hernández Calzadilla, hijo de los propietarios, el jueves 6 ya se inició la excavación 119. Por entonces Diego Cuscoy contaba con el equipo que había estado trabajando con él en Tegueste durante la segunda campaña en la cueva de los Cabezazos. Allí habían participado, entre el 16 de noviembre de 1970 hasta el 30 de mayo de 1971, Juan Darias Hernández, Facundo Hernández Rodríguez, Agustín Darias Alberto, hijo de Juan Darias y Mateo Hernández Gutiérrez, hermano de Facundo y primo de Juan Darias. Sin embargo, aún no habían realizado otra excavación inicialmente prevista para el otoño de 1971 en la cueva nº 3 de Barranco de Agua de Dios (AGA, 1-6-1971). Las declaraciones en la prensa de Diego Cuscoy muestran que inició los trabajos poco antes de recibir la autorización, en previsión de los habituales retrasos en la tramitación. El 8 de abril avisó por telegrama del descubrimiento al Comisario General de Excavaciones, Martín Almagro Basch, y el día 15 solicitó al Director General de Bellas Artes, Florentino Pérez Embid, la autorización de la excavación que se concedió el 26 de abril, continuando la campaña hasta el 22 de mayo de 1972120. Aunque se ofreció al Cabildo la venta de los terrenos en julio de 1974, rebajándose la cuantía en marzo de 1975, el yacimiento ya había sufrido graves daños según un informe de julio de 1975121. En la excavación participaron Juan Darias Hernández, Facundo Hernández Rodríguez, Martín Harris, el descubridor Salvador González, María Luisa Diego Fernaud, licenciada en Geografía e Historia e hija de Diego Cuscoy, probablemente de forma ocasional como en la excavación de La Enladrillada, el ingeniero Ricardo Lucena Jiménez, mientras la planimetría estuvo a cargo de Roberto Oliva y Eladio González122. El yacimiento tenía unos 150 m2 dentro de un corte de 15 x 10 m. Al noreste se encontraba el ara de sacrificio principal o conjunto I con 6 piedras colocadas en forma hexagonal de 1.08 m de diámetro, más 3 hogares superficiales y 7 hornillos excavados. Un conjunto II al suroeste con una segunda ara y 9 hogares. Al sur los otros tres conjuntos, el conjunto III con 8 hogares. A su lado, el conjunto IV con 4 hogares y en el extremo sur el conjunto V con 4 hogares123. Un aspecto importante es que también se ha interpretado el sitio como una posible gran cabaña de postes de madera recubierta por pieles o ramajes124. Sin embargo, no existen alineaciones de hoyos de poste, sino sólo algunas piedras superficiales como posibles alineaciones, B1-B5 o D1-D5, que se apuntan como posibles sustentaciones de paravientos o incluso empalizadas125. Sin embargo, faltando los agujeros de poste la empalizada no es viable e interpretarlo como paravientos con una única piedra de sujeción es difícil de defender. Por otra parte, dado el pequeño estrato excavado no es fácil determinar que una piedra se encontrase in-situ. Una propuesta alternativa, aceptando que fuese un ara de sacrificio, sería que en ocasiones los denominados “hornillos”, que salvo dos están a 0,50 m del ara, muy poco espacio para ser una cabaña, fuesen realmente elementos para sostener una cubierta de protección del ara. Varios elementos lo sugieren, había varias piedras bien colocadas126 para encajar palos de la cubierta y están excavados en el suelo donde se insertarían, en su interior conservaban “restos de maderas y leños carbonizados”, e incluso en un caso “en su fondo un tronco carbonizado”127. La presencia de ceniza dentro de los “hornillos” sería consecuencia de que como todos están situados alrededor del ara de sacrificio del conjunto I, por su proximidad y limpieza regular del interior del ara de sacrificio, acabarían impregnándose de cenizas (figuras 3a-3b). 119 DIEGO CUSCOY (1972), p. 4; DIEGO CUSCOY (1979), lám. 2-5; BRITO (2005), p. 10. 120 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 125-126. 121 DIEGO CUSCOY (1979), p. 127. 122 DIEGO CUSCOY (1979), p. 129. 123 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 31, 32-33 fig. 5, 38-41. 124 GONZÁLEZ ANTÓN y TEJERA (1981), p. 183. 125 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 42, 32-33 fig. 5. 126 DIEGO CUSCOY (1979), lám. 9/1-2 y 26/1-5. 127 DIEGO CUSCOY (1979), p. 46.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 16 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 3a. Planta de un ara de sacrificio con planta hexagonal de Guargacho (Diego Cuscoy, 1979: 32-33 fig. 5). Figura 3b. Vista cenital del ara de sacrificio de Guargacho con los hoyos de poste rodeándola para la cubrición de la estructura (Diego Cuscoy, 1979: lám. 13).PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 17 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Entre la cerámica recuperada el 98.8 % (3.746 fragmentos) son lisos y sólo un 1.2 % (45 fragmentos) eran decorados. También destaca el alto porcentaje de obsidianas, 3.384 lascas y 5.249 esquirlas128, que sugieren un elevado porcentaje de elementos cortantes. Por otra parte, una pieza de 10.5 cm en fonolita porosa, MAT nº 819, ha sido interpretada con un posible ídolo129. Un elemento fundamental para identificar una posible ara de sacrificio es la presencia de restos de fauna, identificándose 7.722 huesos de ovicápridos y 925 huesos de cerdo, aunque no hay un estudio detallado pues no participó un especialista130. Una datación sobre conchas de lapas, CSIC-168 1200±60 BP131, 1042 (1222) 1320 DC, señala el siglo XIII. Yacimiento Municipio-Isla B.P. ± a.C.- d.C. máx. CAL (2 δ) CAL AC-DC Mín. CAL (2 δ) nº y tipo de muestra Cueva de Uchova San Miguel de Abona, Tenerife 1246 72 704 d.C. 654 775 973 GX-18.739/H Barranco Pilón, momia infantil 4 años San Miguel de Abona, Tenerife 795 165 1155 d.C. 893 1257 1443 GX-15.946/H Guargacho, conjunto I, elemento 3, nivel 3 San Miguel de Abona, Tenerife 1200 60 750 d.C. 1042 1222 1320 CSIC-168/CON Patella sp. Tabla 1. Dataciones de yacimientos del municipio de San Miguel de Abona. Tipos de muestras: CON=Concha, H=Hueso. CSIC=Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid. GX=Geochron Laboratories, Cambridge, Massachusetts. Fuentes: Bco. Pilón: Eres (1993: 103), Aufderheide et al. (1995: 122); Uchova: Eres (1993: 103), del Arco et al. (1997: 76); Guargacho: Martín de Guzmán (1976: 321), Alonso et al. (1978: 179), Diego Cuscoy (1979: 121-122). Delta en Tenerife 0±35 14C yr según Martins et al. (2012: 948, 950). IntCal 20. Cuevas funerarias del barranco de la Orchilla y barranco Pilón Menor información disponemos de otra cueva en Las Socas, barranco de la Orchilla, a 500 msnm, donde miembros del Tagoror Cultural de Agache expoliaron una cueva funeraria en 1978 con 10 m de profundidad. La cueva, previamente saqueada, permitió recuperar 33 clavículas que indican un número mínimo de 17 individuos, y entre el ajuar diversas cuentas de collar y punzones de hueso132. Estas piezas fueron depositadas en el Museo del Tagoror Cultural de Agache en Güímar. Una posterior visita ese año de Diego Cuscoy al yacimiento permitió identificar los restos 18 individuos, 12 adultos y 6 infantiles133 (figuras 4a-4b). En el barranco Pilón se descubrió por unos niños el 8 de enero de 1985 una nueva cueva sepulcral a 550 msnm, que fue inspeccionada de urgencia por V. Valencia y F. Álamo donde se recuperaron los huesos de un hombre entre 25 y 30 años de edad134. El individuo estaba enterrado en posición decúbito supino con la cabeza orientada hacia la boca de la cueva, que sólo tenía 1.20 m de altura, 3 m de ancho y 3.50 m de fondo, no identificándose ajuar asociado después de la excavación, ni se pudieron localizar otros restos antropológicos135. 128 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 57 y 63. 129 TEJERA (1988), p. 29, fig. 11; MEDEROS, VALENCIA y ESCRIBANO (2003), p. 178 fot. 130 DIEGO CUSCOY (1979), p. 88. 131 MARTÍN DE GUZMÁN (1976), 321; ALONSO y otros (1978), p. 179; DIEGO CUSCOY (1979), pp. 121-122. 132 DELGADO (1995), pp. 107-108, 140 fot. 133 MARTÍN OVAL, com. pers. 134 RODRÍGUEZ MARTÍN (1992), pp. 125-126. 135 VALENCIA (2006), p. 24.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 18 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 4a. Cueva funeraria de Las Socas, barranco de la Orchilla, descubierta en 1978, con restos 18 individuos, 12 adultos y 6 infantiles. Figura 4b. Restos humanos de la zona del tórax y columna vertebral (vértebra toráxica y vértebra lumbar) de un individuo, aún visibles en el interior de la cueva.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 19 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Simultáneamente se hizo una breve prospección arqueológica en este sector del barranco de El Lomo y del Pilón, identificándose 8 cuevas de habitación y 2 funerarias, además de un conjunto de cazoletas y canales junto con grabados de cruces en el camino de las Lajas136. LOS PRIMEROS GRABADOS RUPESTRES La novedad más importante en las últimas décadas ha sido el descubrimiento de un importante registro rupestre en el municipio. En 1980, los hermanos Romualdo y Melchor Perdomo Dorta, aficionados a la arqueología, descubrieron el yacimiento rupestre de Aripe (Guía de Isora), con figuras antropomorfas y lo comunicaron al teniente de alcalde de Guía de Isora, el cual avisó al Museo Arqueológico de Tenerife. Una comisión de evaluación fue constituida por el consejero provincial de Bellas Artes, Rafael Delgado, el director del Museo Arqueológico, Luis Diego Cuscoy, el inspector provincial de Excavaciones Arqueológicas y profesor de la Universidad, Antonio Tejera Gaspar y el profesor agregado del departamento de Arqueología de la Universidad de La Laguna, Rodrigo de Balbín Behrmann. Por las declaraciones realizadas inicialmente en la prensa, siguiendo la opinión de Diego Cuscoy, se consideraron no prehispánicas137 y declinó participar en su investigación138. Sin embargo, la estación pronto fue objeto de un estudio científico detallado en 1981 por parte de Balbín y Tejera139, el primero realizado sobre los grabados de la isla de Tenerife, que asocian con el ciclo sahariano de los jinetes vinculados con las poblaciones Azanegh o Zenagas. El hallazgo de esta estación promovió la búsqueda de nuevos yacimientos por aficionados del valle de San Lorenzo como Miguel Ángel Hernández y Juan Martín, que culminaron en la localización en 1984 de nuevas estaciones en el Roquito y roque de Vento, valle de San Lorenzo (Arona), donde fueron identificados por primera vez en la isla grabados podomorfos140, Cabuquero 5 en La Centinela (San Miguel de Abona), con la primera inscripción líbica de Tenerife141 o los roques de Malpaso y roque de la Abejera en Arona142, con grabados geométricos, y en el segundo también cazoletas y canales143 (figura 5). La presencia de decoraciones espiraliformes en algunas cerámicas presentes en escondrijos de Las Cañadas de el Teide le sirvió para plantear un posible carácter solar de estos motivos y su funcionalidad ritual144. Más complejos de interpretar son los trazos lineales, a veces entrecruzándose, que se han considerado “una forma de cómputo”145, que vemos regularmente en muchos de estos grabados, pero también están presentes en las decoraciones incisas de muchas cerámicas146, las cuales también debieron tener un sentido ritual. Su difusión se dilató en el tiempo pues después de su descubrimiento en 1984, fueron presentados en el XIX Congreso Nacional de Arqueología (Castellón, 1987), para publicarse finalmente en 1989. Esto llevó a que apareciera primero el descubrimiento de la estación de grabados alfabéticos líbicos en la prensa el 20 de abril de 1986, y otros investigadores reclamasen un conocimiento previo de la misma pero “No se han dado a conocer a la opinión pública por respeto a la cultura de nuestros antepasados”147. 136 BORGES y BARRO (1998); VALENCIA (2006), p. 25 fot. 137 PÉREZ (1980), p. 6. 138 BALBÍN y BUENO (1998), p. 4. 139 BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 256-258. 140 TEJERA (1988), fig. 7; BALBÍN y TEJERA (1989), p. 301. 141 BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 301-302, 306 lám. 2b; VALENCIA (1990a), p. 58; VALENCIA (1990b), p. 31 fot. 142 TEJERA (1988), p. 24; BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 300-301. 143 TEJERA (1988), fig. 12. 144 TEJERA (1988), pp. 23-24, 45-46, fig. 14; TEJERA y JIMÉNEZ GONZÁLEZ (2008), p. 87. 145 NAVARRO, HERNÁNDEZ GÓMEZ y ÁLAMO (2002), p. 251. 146 DIEGO CUSCOY (1971), pp. 84 fig. 30; 123 fig. 54/2; ARNAY y otros, 1983: 604-605 fig. 2-4, 608 fig. 6, 610 fig. 7, 613 fig. 9-10, 614 fig. 11-12, 615 fig. 13-14, 620 fig. 17. 147 LORENZO PERERA (1986), p. 4.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 20 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 5. Inscripción líbica con 11 signos de Cabuquero 5. PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS EN LAS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS Después del traspaso de competencias arqueológicas a la Comunidad Autónoma de Canarias en 1984, la primera catalogación arqueológica del municipio se realizó dentro del Inventario del Patrimonio Arqueológico de las Canarias Occidentales de 1989, financiado por la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, bajo la dirección de J.F. Navarro, coordinado en el norte de Tenerife por V. Valencia y en el sur de la isla por F. Álamo. En la Carta Arqueológica de San Miguel de Abona participaron F. Álamo, A. Cuenca, J.V. Febles, C.M. Hernández Gómez, C. Marante, C. Mora y P. Valera. En el trabajo se identificaron 43 yacimientos, principalmente formando conjuntos, barranco del Drago 1-2, barranco los Erales 1-4, Casa de la Máquina 1-5, Casas del Capitán 1-2, Golf 1-3, Jama 1-2, Cambados 1-3, Los Erales 1-4, Malpasito 1-7 o montaña Negra 1-2. Esta prospección continuó ampliando nuevas estaciones rupestres a las ya identificadas por aficionados en Arona y San Miguel de Abona. Casi 15 años después, entre mayo y noviembre de 2004 se realizó, por encargo y financiación del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, el proyecto Segunda Fase del Inventario Arqueológico del Territorio limitado por la Autopista del Sur (TF-1), Carretera C-822 y C-820 de los Municipios del Sur y Oeste de Tenerife, con un total de 118 km2 aproximadamente, bajo la dirección de M. del Arco y C. Adrián, que incluía el sur de San Miguel de Abona. A pesar de ser la zona más pobre arqueológicamente del municipio, ya que no incluye las medianías, se identificaron 43 yacimientos148. El cauce medio del barranco de San Blas fue objeto de una nueva prospección con sondeos arqueológicos en agosto de 2004, dirigida por A. Tejera y Mª.E. Chávez, dentro del proyecto de construcción del Hotel Sandos San Blas Nature, Resort & Golf, de 5 estrellas, que abarcaba una 148 MEDEROS y otros (2006). PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 21 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 superficie de 50 ha del entorno donde se incluyó una zona inundada para crear un parque ambiental visitable. En la prospección se identificaron 3 yacimientos, realizándose sondeos arqueológicos en dos de ellos, de los que se publicó un resumen en un congreso 149, tratándose los sondeos con más detalle en otro trabajo. La primera cueva, con un muro de piedra de cierre en la entrada, tenía unos 80 m2 de superficie, pero aunque se abrieron 3 sondeos sobre niveles de estiércol por estabulado de animales, todos mostraron intrusiones de cerámica a torno y se considera que la cueva fue vaciada durante el siglo XX por el estabulado durante sucesivas limpiezas. El segundo corresponde a un pequeño abrigo de 1 m de altura y 10 m de anchura, que no reúne las condiciones ideales como punto de ocupación, por lo que no se identificó ningún hogar u estructura, aunque se documentó cerámica aborigen con un borde impreso y asas cilíndricas del grupo I de Tenerife, obsidianas, basaltos y ictiofauna de Sparisoma cretense150. Estos dos yacimientos ya habían sido prospectados previamente durante las campañas de 1989 y 2004 y corresponden a Casa de la Maquina I y IV (figuras 6a y 6b). En los últimos años, a fin de ubicar de un SIG los yacimientos arqueológicos de cada municipio en el PGOU, a pesar de que es una información de la que ya disponían otras administraciones como el Gobierno de Canarias y posteriormente el Cabildo de Tenerife, estos datos no se han compartido y desde muchos ayuntamientos se ha optado por contratar nuevas prospecciones en zonas ya previamente estudiadas, aunque desde mayo de 2018 el Cabildo ha comenzado a ceder esta información patrimonial a los ayuntamientos. Este llevó a una nueva revisión de la carta arqueológica del municipio en 2011, especialmente en la zona septentrional que no había sido prospectada desde 1989, financiada por el ayuntamiento de San Miguel de Abona, con 18.000 euros de presupuesto, realizada por J. Soler y F. Pérez Caamaño, donde se identificaron 244 yacimientos151, 47 eran etnográficos, 43 de la carta de 1989, 42 de la carta arqueológica del sur del municipio de 2004, y los 112 restantes corresponden a yacimientos situados básicamente en la parte septentrional. La individualización de las cuevas y estaciones rupestres, siguiendo un buen criterio fijado desde el Cabildo de Tenerife, frente a una agrupación en conjuntos arqueológicos con varias cuevas en las prospecciones de 1989-90, que tenía el problema de no describirse en detalle cada una y que obviaba la visita de algunas de ellas, explica en parte el incremento de yacimientos, además de las lógicas novedades. También hemos incluido algunos nuevos yacimientos documentados en una reciente prospección del cauce bajo del barranco y playa de San Blas y su entorno dentro de un Proyecto de acondicionamiento y regeneración de la playa de San Blas, para el Consejo Insular de Aguas del Cabildo Insular de Tenerife, solicitado en marzo de 2019 y autorizada a G. Escribano y A. Mederos por la Dirección General de Patrimonio Cultural el 23 de abril de 2019. Por último, el estudio de los grabados rupestres del municipio fueron parte del proyecto, Arte Rupestre de las Islas Canarias: nueva valoración de los principales conjuntos, aprobado por la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, resolución de la Viceconsejería de Cultura y Deportes nº 136/02 de 12 de julio de 2002, bajo la codirección del Ldo. Gabriel Escribano Cobo, el Dr. Alfredo Mederos Martín de la Universidad de Harvard y el Ldo. Vicente Valencia Afonso, pues uno de sus apartados incluía una prospección de los conjuntos rupestres del sur y suroeste de Tenerife, por ser la zona de mayor concentración en la isla, que se desarrolló con más intensidad en los años 2003 y 2004. Esto se complementó con la solicitud en 2005 por V. Valencia de un proyecto de calco y estudio de Los grabados rupestres del Barranco de Arujo, con la colaboración del Museo Arqueológico de Tenerife, una de las más importantes de la isla (figuras 7a-7b). 149 CHÁVEZ y otros (2005a); CHÁVEZ y otros (2009-10). 150 CHÁVEZ y otros (2005b), pp. 268-269, 267 fig. 1, 270 fig. 2. 151 DIARIO DE AVISOS, 26-12-2011. ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 22 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 6a. Abrigo de Casa de la Maquina IV-Barranco de San Blas III antes de su excavación. Figura 6b. Corte de la excavación durante 2004 en Casa de la Maquina IV-Barranco de San Blas III.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 23 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 7a. Grabados inicisos del barranco de Arujo II, panel 1. Figura 7b. Calco del panel 1 del barranco de Arujo II (Valencia, 2006: 33 fig.)ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 24 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 San Miguel de Abona Yacimiento Municipio, Menceyato Tipología Actuaciones, Material, Cronología Bibliografía Cueva de Uchova, Barranco de la Tafetana 925 msnm San Miguel de Abona cueva sepulcral 70 muertos 3/6 momias 52 muertos: 24 hombres 26 mujeres 2 infantiles saqueo 1933 excavación 1953 1 vasija cerámica 90 cuentas collar 1 punzón hueso pieles 775 DC Diego Cuscoy, 1952: 394, 406 y 1968: 241; Eres, 1993: 103; Delgado, 1995: 101-104, 109 fig. 3; Rodríguez Martín en Ruiz Gómez et al., 1995: 168; Martín Oval, com. pers. ¿Montaña de Tilena?, San Miguel San Miguel de Abona tagoror Diego Cuscoy, 1968: 241 Barranco El Pilón San Miguel de Abona cueva sepulcral 1 momia niño 4 años excavación 1962 1257 DC Diego Cuscoy, 1965: 23-32, 1968: 241 y 1976: lám. 9/1-3 y 11/2-3; Aufderheide et al., 1995: 122; Salo et al., 1995: 111 tabla 1 Barranco El Pilón San Miguel de Abona cueva sepulcral y habitación Diego Cuscoy, 1968: 241 Barranco del Pilón 400 msnm San Miguel de Abona cueva sepulcral hombre 25-30 años Rodríguez Martín, 1992: 125-126 Barranco de la Orchilla, Las Socas (350-500 m) San Miguel de Abona cueva sepulcral 17 x 2.5 m 12 adultos 6 infantiles cuentas de collar punzones de hueso piel Delgado, 1995: 107-108, 140 fot. (Tagoror de Agache, 1978); Martín Oval, com. pers. MAT 1159 Cueva de las Posadas, Barranco de la Orchilla San Miguel de Abona cueva sepulcral y de habitación 31 cráneos excavación 1881 Bethencourt, 1911/1994: 481; Hooton, 1925/2005: 413-415 tabla 1, 417, 422 tabla 2, 424 tabla 3; Diego Cuscoy, 1968: 241; Martín Oval, com. pers. Barranco de la Orchilla, Chimbesque San Miguel de Abona cueva sepulcral 2 enterramientos Bethencourt, 1911/1994: 481 Barranco de la Orchilla San Miguel, Abona cueva sepulcral y habitación 1 cráneo Diego Cuscoy, 1968: 241; Martín Oval, com. pers. Risco de la Tosca, Barranco del Bucio San Miguel de Abona cueva sepulcral Bethencourt, 1911/1994: 482-483, 600PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 25 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Guargacho San Miguel, Abona ara sacrificio excavación 1972 1222 DC Diego Cuscoy, 1979 Aldea Blanca San Miguel, Abona abrigo 1 vasija cerámica MAT 474 Eladio Alonso Diego Cuscoy, 1968: 241 y 1971: 150 San Miguel San Miguel de Abona cueva habitación lanza Diego Cuscoy, 1968: 241 San Miguel de Abona cuenco de madera con mango vertical MAT 443 Diego Cuscoy, 1958: 11 San Miguel de Abona vaso con mango y fondo oval Diego Cuscoy, 1971: 60, fig. 15/1 MAT Barranco de San Blas II San Miguel de Abona excavación 2004 Chávez et al., 2005b: 268, 267 fig. 1 Barranco de San Blas III San Miguel de Abona excavación 2004 Chávez et al., 2005b: 268-269, 267 fig. 1, 270 fig. 2 Cabuquero V San Miguel de Abona grabados líbicos y geométricos cazoletas Balbín y Tejera, 1989: 301-302, 306 lám. 2b; Valencia, 1990a: 31 fot. y 1990b: 58; Tejera, 1992: 105 fot. y 1993: 537, fig. 8; Springer, 1996: 403 y 2001: 73, 87; Jiménez González, 1996: 251, fot. 18; del Arco et al., 1999: 67, 71 lám. 46; Mederos, Valencia y Escribano, 2003: 151 fot.; Valencia, 2006: 56 fot.; Vivancos et al., 2016: 177-180 nº 33 Cabuquero San Miguel de Abona grabados rupestres Mederos, Valencia y Escribano, 2003: 111, 295 fot.; Valencia, 2006: 28 fot., 56-60 fot., 74 fot. Cabuquero IV (La Montañita Jimenez 1996) San Miguel de Abona cazoletas-canales Jiménez González, 1996: 248, fot. 11; Valencia, 2006: 74 fot.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 26 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Cambados San Miguel de Abona grabados rupestres Navarro et al., 2002: 243 fot., 244 fot., 61-62 fot.; Mederos, Valencia y Escribano, 2003: 115, 289 Barranco Arujo I-II San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 31-36; Vivancos et al., 2016: 169-172 nº 31 Barranco Arujo III (Aldea Blanca Valencia 2006) San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 1990b: 58 y 2006: 37-48; Farrujia y Ode, 2014: 118-119 fot.; Vivancos et al., 2016: 173-176 nº 32 Tres Cruces San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 60 fot. Barranco Espinosa San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 63 fot. Las Chafiras San Miguel de Abona grabados rupestres Valencia, 2006: 63 fot. Casa de la Hoya San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 70 fot. Fuente de la Hoya San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 71 fot. Camino Real de la Hoya San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 71 fot. Camino Real de las Lajas San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 25, 73 fot. Viña Vieja San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 69-70 fot.; Vivancos et al., 2016: 181-184 nº 34 Pinar de Ochoa San Miguel de Abona cazoletas-canales Valencia, 2006: 69 fot. Tabla 2. Yacimientos publicados o excavados de San Miguel de Abona. METODOLOGÍA Y EQUIPO DE LA PROSPECCIÓN En la prospección del Museo Arqueológico de Tenerife entre mayo y noviembre de 2004, además de A. Mederos y G. Escribano, también participaron los licenciados. Miguel Martín y Antonio Rodríguez. Las prospecciones de grabados del municipio de San Miguel se extendieron de forma discontinua a lo largo de los 3 años de duración del proyecto, 2003-05. En las mismas, además de los codirectores, también participó Raúl Melo. Se desarrolló una prospección sistemática superficial de un área delimitada, que utilizó como unidad referencial básica el transect longitudinal, siempre previa valoración de la orografía del terreno. El transect es subdividido internamente en un número variable de líneas imaginarias que deben ser recorridas por los prospectores en función del grado de intensidad de cobertura prefijado, oscilando entre los 50 y 100 m, que se comprimió de 1 a 5 m en los espacios delimitados como yacimientos, incrementando así la intensidad y la probabilidad de localizar e identificar un mayor número de artefactos. Éstos fueron catalogados y conservados in situ en el terreno mediante el uso de fichas de cada yacimiento y documentación fotográfica, para facilitar PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 27 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 la contrastación de los datos en el futuro, siguiendo la normativa actual que impide el levantamiento del material del yacimiento. Al perseguirse siempre como objetivo una prospección sistemática, frente al muestreo, fue requisito imprescindible para la consecución de resultados óptimos, la realización continuada de dichas prospecciones, de forma que dentro de una malla imaginaria se vayan interrelacionándose los distintos transect con nichos ecológicos naturales. A la hora de fijar los criterios válidos a nivel metodológico y conceptual para definir un “yacimiento” o site, frente al hallazgo aislado y lugares de actividad limitada o de baja intensidad, non-site, se valoraron convenientemente la densidad de artefactos o ecofactos identificados o recuperados en una superficie prefijada para permitir un posterior uso de criterios estadísticos y conseguir una adecuada representación y tamaño de muestra. No obstante, siempre se sopesó cuidadosamente este criterio, ante la posible presencia de factores taxonómicos que provocan alteraciones postdeposicionales, caso de fenómenos de tipo erosivo -arroyada, bioturbaciones, etc-, o de factores antrópicos, tanto involuntarios, fruto de labores agrícolas como arado, desbrozado, reutilización de estructuras o cuevas, etc., como voluntarios, por la actuación de aficionados o expoliadores incontrolados. En general, han habido cinco factores que han incidido en la distribución de artefactos o ítem identificados: el grado de vegetación que reduce su visibilidad en superficie y puede obligar en ocasiones a reprospectar un yacimiento cuando el número de evidencias es insuficiente, pues no es lo mismo vegetación arbórea, monte bajo, uso agrícola ocasional o parcela en cultivo. La mayor o menor incidencia de la erosión pone al descubierto los posibles artefactos o ecofactos y modifica su posición primaria desplazándolos a una secundaria, teniendo una importancia notable el grado de pendiente del terreno. La dificultad en la accesibilidad por la topografía reduce también el espacio circundante a una cueva. La composición edafológica influye sobre la conservación del registro arqueológico, caso de ecofactos como la fauna. Finalmente, en el grado de perceptibilidad de los artefactos inciden las condiciones de luz presentes, el tamaño de los artefactos y el grado de pedregosidad del suelo, siendo más difícil en elementos de talla lítica como obsidiana y mejor cuando hay un contraste cromático más intenso, como la malacología o algunos tipos de cerámica a torno. YACIMIENTOS DOCUMENTADOS Barranco de la Orchilla o de San Blas II Cueva natural que se abre bajo una formación basáltica, ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 142 msnm. Su boca está orientada a 40º NE y presenta restos de un muro de cerramiento de piedra seca de 0,90 m de largo, 0,30 m de ancho y 0,40 m de alto en dirección N-S. Las dimensiones de la cueva son de 1 m de ancho en la boca de entrada, 3 m de fondo y 1,10 m de altura. En su interior la cavidad presenta relleno estratigráfico y en superficie fragmentos óseos humanos de costilla y vértebra aunque también hay evidencias materiales actuales que indican su reutilización (figura 8). Barranco de la Orchilla o de San Blas III Abrigo natural que se abre bajo una formación basáltica, ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 75 msnm. Su boca está orientada a 100º E y presenta, en su extremo NE, restos de un muro de piedra seca en dirección NE-SW de 4 m de largo, 0,50 m de ancho y 1,10 m de alto. La cavidad, con una superficie de toba roja, tiene unas dimensiones de 8,70 m de ancho en la boca de entrada, 4 m de fondo y 2,50 m de alto. El registro arqueológico se encuentra en superficie tanto en el interior como en el exterior del abrigo y está compuesto por fragmentos de cerámicas aborígenes, cerámica histórica a mano y fauna marina de Ossilinus atratus y Patella sp. En el interior de la cavidad se ha trabajado la ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 28 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 toba rebajándola 0,20 m y se ha vertido en el exterior parte de su sedimento. En su interior se observan hoyos excavados por expoliadores. Figura 8. Cueva funeraria del barranco de la Orchilla II. Barranco de la Orchilla o de San Blas IV Cueva natural de habitación con dos bocas de entrada ubicada, bajo una formación basáltica, en el tracto superior de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 77 msnm. Su boca está orientada a 20º N. La cavidad presenta unas dimensiones de 6,50 m de ancho en la boca de entrada, 2,70 m de fondo y 1,50 m de alto. El material arqueológico se localiza en superficie, tanto en el interior como al exterior de la cavidad, y se compone de industria lítica de lascas de obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada por Patella sp. Hay relleno estratigráfico en el interior y parte del registro arqueológico ha sido vertido al exterior, sobre el que se disponen rocas basálticas caídas por desprendimientos. Se evidencia la reutilización de la cueva para uso ganadero por la acumulación de excrementos de animal. Barranco de la Orchilla o de San Blas V Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 74 msnm. Su boca está orientada a 160º SE. Presenta unas dimensiones de 2 m de ancho en la entrada, 5 m de fondo y 1,80 m de alto. El material arqueológico se localiza disperso en superficie, tanto en el interior como en el exterior de la cueva y se compone de lascas de obsidiana, fragmentos de cerámica histórica, restos óseos de ovicápridos y fauna marina, principalmente con Patella sp. En el interior de la cavidad, en el extremo norte, hay un orificio cuadrangular excavado artificialmente cuyas dimensiones son PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 29 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 1,50 m de largo, 1,20 m de ancho y 0,40 m de alto. En el exterior existen desprendimientos de rocas basálticas procedentes de la visera. Barranco de la Orchilla o de San Blas VII Cueva natural sepulcral en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 99 msnm. Se sitúa por debajo de la autopista TF-1 y forma parte del conjunto arqueológico de barranco de la Orchilla. Su boca está orientada a 340º N. En su extremo W se observan piedras que podrían corresponder a restos de un muro de cerramiento. En su interior se documenta, en superficie, una pieza dental, un molar humano de adulto, así como restos óseos de fauna terrestre de ovicápridos agrupados. En algunos sectores, conserva restos de sedimento. Las dimensiones de la cueva son 1,20 m de ancho en la boca de entrada, 2 m de fondo y 0,70 m de alto. Hay que señalar que a 2 m de distancia en dirección oeste, encontramos otra cavidad de 0,30 m de largo, 1,5 m de fondo y 0,40 m de alto, en la que no se constató ninguna evidencia arqueológica. Barranco de la Orchilla o de San Blas VIII Cueva natural sepulcral en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 99 msnm. Su boca está orientada a150º S. Conserva en su extremo SW, y sobre un bloque de basalto desprendido de la pared, restos de un muro de cerramiento de piedra seca de 1,10 m de largo, 0,18 m de ancho y 0,20 m de alto, en dirección SW-NE. Las dimensiones de la cueva son 0,50 m de ancho en la boca de entrada, 2,50 m de fondo y 0,80 m de alto. En su interior se documenta, en superficie, un diente humano de adulto, restos de industria lítica formada por lascas de obsidiana, nódulos de basalto tallados, restos óseos de fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada con Patella sp. Además conserva un importante paquete estratigráfico. Barranco de la Orchilla o de San Blas IX Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 93 msnm. Su boca está orientada a 90º E. Conserva restos de un muro de piedra seca de protección de 7 m de largo, 0,50 m de ancho y 1,50 m de alto, en dirección N-S. Las dimensiones de la cueva son 7 m de ancho en la boca de entrada, 5,30 m de fondo y 1,80 m de alto. Posee potencia estratigráfica en un amplio sector de la cueva excepto en el extremo sur donde aflora la roca madre. El material arqueológico se registra en superficie, tanto en el interior como en el exterior, compuesto por restos de industria lítica con lascas de obsidiana, fauna marina representada por Patella sp. y Osilinus atratus, restos óseos de fauna terrestre, principalmente ovicápridos, y un fragmento óseo humano perteneciente probablemente a un individuo infantil (figura 9). Abrigo de las Chafiras Se trata de un pequeño afloramiento rocoso desplomado, situado en la margen derecha de una pequeña barranquera paralela del barranco de la Orchilla, a 105 msnm. El enclave está orientado al SW y ocupa un área de 200 m2 con abundante material arqueológico disperso en la superficie, formado por fragmentos de cerámica aborigen e histórica, restos líticos de obsidiana, fauna terrestre y fauna marina representada por Patella sp. y Osilinus atratus. A 10 m de distancia existe una construcción moderna realizada en toba, que aprovecha un socavón natural, posiblemente para uso pastoril.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 30 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 9. Cueva de habitación del barranco de la Orchilla IX. Barranco de la Orchilla o de San Blas XII Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco de la Orchilla, a 99 msnm. Su boca está orientada a 100º E. Las dimensiones de la cueva son 1 m de ancho en la boca de entrada, 10 m de fondo y 1,10 m. de alto, bifurcándose en dos túneles de 6 m de recorrido respectivamente. Presenta relleno estratigráfico con material arqueológico de forma dispersa tanto en el interior como en el exterior. Se compone de fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina con Patella sp. Existen otras dos oquedades en el mismo andén, a poca distancia, en dirección norte, y sus dimensiones son 2,5 m ancho de la boca de entrada, 1 m de fondo y 1 m de alto; y la segunda cavidad con 1,40 m ancho de la boca de entrada, 1,10 m de fondo y 0,70 m de alto. Lomo San Blas Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen izquierda de la loma de San Blas, a 24 msnm. Su boca está orientada a 240º W. Conserva restos de un muro de protección de piedra seca de 3,5 m de largo, 0,40 m de ancho y 1,40 m de alto, en dirección E-S. El enclave tiene unas dimensiones de 3,5 m de ancho en la boca de entrada, 1,80 m de fondo y 1,60 m de alto. En su interior, si bien en el lado sur aflora la roca madre, en el resto de la superficie presenta relleno estratigráfico. Los materiales arqueológicos se encuentran tanto en el interior y como exterior y se componen de restos de industria lítica en obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen e histórica, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. En la parte superior de la loma, a pocos metros de la cueva en dirección NE, se localiza una era de época histórica de 14 m de diámetro.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 31 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco de la Orchilla o de San Blas XIII Pequeña cueva funeraria situada en el tracto medio-bajo del barranco de la Orchilla, que presenta restos de un muro de cierre roto con una hilada de 5 piedras pequeñas. Tiene 0,60 m de ancho en la entrada, 3 m de fondo y 0,30 m de alto. Barranco de San Blas XXI-Barranquera de Casa de la Máquina I Cueva natural en tosca ubicada en la margen izquierda del cauce de una barranquera en la zona conocida como Casa de la Máquina, a 54 msnm, orientada a 270º W. En su entrada hay un muro de cierre formado con piedra seca de 16 m de longitud, 0,90 m de ancho y 1,20 m de alto, en dirección N-S. El muro deja un espacio abierto en el extremo norte de la entrada con una abertura de 0,90 m. La cueva tiene 16 m de largo, 9 m de ancho y 1,85 m de alto, con un espacio interior de ca. 100 m2. Presenta en su interior relleno sedimentario y restos de un hogar reciente. El material arqueológico se encuentra disperso por el interior y exterior de la cueva y se compone de restos líticos en obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina con Patella sp. Ha sido reutilizada hasta época muy reciente para uso pastoril con una importante acumulación de excremento de ganado. Fue objeto de una excavación de urgencia en 2004 que no pudo documentar estratos intactos152 (figura 10a-10b). Figura 10a. Cueva natural en tosca de Casa de la Maquina I-Barranco de San Blas II. 152 CHÁVEZ y otros (2005b), pp. 268-269, 267 fig. 1.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 32 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 10b. Vista del muro de cierre exterior de la cueva en tosca de Casa de la Maquina I antes de la excavación. Figura 10c. Cortes de la excavación durante 2004 en Casa de la Maquina I-Barranco de San Blas II.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 33 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco de San Blas XXII-Barranquera de Casa de la Máquina II Material arqueológico en superficie ubicado en el tracto superior de la ladera derecha de una barranquera, a 59 msnm. La dispersión del material sigue una orientación 60º E. El yacimiento ha sufrido derrumbes naturales de los afloramientos rocosos basálticos y el material arqueológico cae ladera abajo a lo largo de un área de 20 m2, con lítico en obsidiana y basaltos, restos óseos de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. En frente, de N a S, están Casa de la Máquina I, III y IV. Barranco de San Blas XXIII-Barranquera de Casa de la Máquina III Abrigo natural en tosca situado en el tracto inferior de la ladera izquierda de una barranquera en Casa de la Máquina, a 53 msnm, orientada a 330º NW. Presenta derrumbes en la entrada y sus dimensiones son 15 m de longitud en la entrada, 4 m de fondo y 0,85 m de alto. Cuenta con dos muros de piedra seca, uno de cerramiento, en el extremo suroeste, de 3,20 m de longitud, 0,40 m de ancho y 0,60 m de alto con dirección NW-SE; y otro interior, en la parte central, que divide el abrigo en dos compartimentos, de 1 m de longitud, 0,60 m de ancho y 0,50 m de alto con una dirección W-E. Presenta material arqueológico como fragmentos de cerámica aborigen, restos líticos en obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. Barranco de San Blas XXIV-Barranquera de Casa de la Máquina IV Abrigo natural en tosca situado en el tracto inferior de la margen izquierda en una barranquera, a 46 msm, orientado a 220º SW, con derrumbes a lo largo de 10 m en el extremo sureste del abrigo. Tiene unas dimensiones de 17 m de longitud en la entrada, 2,50 m de fondo y 1,10 m de alto. Presenta restos de un muro de cerramiento de piedra de tosca y basalto muy deteriorado, tanto en el centro del abrigo como en el extremo norte. El registro arqueológico, al interior y exterior de la cueva, se componía de fragmentos de cerámica aborigen decorada, restos líticos en obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. Fue excavado como una urgencia en 2004 en una superficie de 20 m2, documentándose 0.50 m de potencia en el borde exterior del abrigo153, cerca del cauce del barranco, ya que hacia el interior tiene poca potencia. Barranco de la Orchilla o de San Blas XV Abrigo de roca basáltica en el tracto alto de la margen izquierda del barranco de la Orchilla, situada a 25 msnm. Presenta unas dimensiones de 2,5 m de ancho en la boca de entrada, 2 m de fondo y 1,15 m de alto. En el interior de la cueva la superficie aprovechable se ha ampliado mediante un muro artificial de piedras junto al borde del barranco. Presenta una estratigrafía conservada de unos 0,60 m, parcialmente erosionada en la ladera oeste de la cueva por el agua que cae por el borde del barranco. Hay un salto de 2.5 m de altura que permite descender a un camino que sirve para bajar al barranco con dirección NW-SE. Presenta en superficie cerámica a mano con engobe rojo, cerámica a torno melada marrón clara y Patella sp. (figura 11). Barranco de la Orchilla o de San Blas XVI Conchero de Patella sp. de unos 2 x 2 m, en el tracto superior de la margen izquierda u oeste del barranco de la Orchilla, que desciende en ligera pendiente. 153 CHÁVEZ y otros (2005b), pp. 269-272, 267 fig. 1.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 34 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 11. Abrigo de habitación del barranco de la Orchilla o de San Blas XV. Barranco de la Orchilla o de San Blas XVIII Abrigo en toba blanca situado en el tracto medio de la margen izquierda del barranco de la Orchilla, situada a 22 msnm, al sur del camino. Presenta unas dimensiones de 3 m de ancho en la boca de entrada por 2 m de fondo y 1,05 m de alto, desde el que se observa el abrigo del barranco de la Orchilla XV. Presenta en superficie restos de fauna de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. Barranco de la Orchilla o de San Blas XIX Concentración de material de superficie en el tracto alto de la margen izquierda u oeste del barranco de la Orchilla, a 25 msnm y 7 m de una pista. A 3º N se observa el abrigo barranco de la Orchilla XV y a 170º S una dudosa cazoleta sobre tosca. Presenta en superficie un núcleo y lascas de basalto, una posible mano de molino en basalto poroso, cerámica aborigen y cerámica histórica a torno. Barranco de la Orchilla o de San Blas XVII Abrigo en el tracto medio de la margen izquierda u oeste del barranco de la Orchilla, a 20 msnm, en un nivel de tosca por debajo de un estrato de basalto. Presenta unas dimensiones de 4 m de ancho en la boca de entrada, 1,20 m de fondo y 1,30 m de alto. En un extremo presenta un posible lugar de enterramiento con piedras en un extremo, quizás parte de un muro, de 1,60 m de largo por 1,10 m de fondo y 0,45 m de altura. En superficie se observó obsidiana, abundantes Patella sp. y fauna de ovicápridos.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 35 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Loma del Barranco de Archiles Estructura de piedra seca con forma rectangular ubicada en un afloramiento rocoso volcánico a 40 msnm, orientada a 260º W, en las cercanías a Amarilla Golf. Los restos del muro tienen unas dimensiones de 2,30 m de largo, 0,80 m de ancho y 0,60 m de alto. Las dimensiones del interior de la estructura son 1,80 m de largo por 1,20 m de ancho. El material arqueológico en superficie, tanto en el interior como en el exterior, presentaba industria lítica con lascas de obsidiana y basalto, fragmentos de cerámica aborigen e histórica, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina representada por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Muy cercano a esta estructura, a 5 m de distancia en dirección este, se localiza otra estructura orientada hacia 150º S con unas dimensiones en su interior de 1,50 m de largo, 1,20 m de ancho y 0,45 m de alto del muro, y con una anchura máxima de 0,80 m. Barranco del Saltadero I Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto medio de la margen derecha del barranco del Saltadero, a 63 msnm, orientada a 90º E. Presenta restos de un muro de protección de piedra seca cuyas dimensiones son 3,90 m de largo, 0,60 m de ancho y 1 m de alto, en dirección SW-NE. La cueva tiene unas dimensiones de 4,20 m ancho en la entrada, 1,50 m de fondo y 1,90 m de altura. Se diferencian dos zonas en su interior con presencia de relleno arqueológico en la proximidad de la entrada. En superficie se observa restos de fauna marina representados por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, restos de fauna terrestre de ovicápridos, fragmentos de cerámica aborigen e histórica a torno y restos de talla lítica con lascas de obsidiana y basalto. Barranco del Saltadero II Cueva natural de habitación en una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen izquierda del barranco del Saltadero, a 57 msnm, orientada a 210º W. Presenta restos de un muro exterior de protección de piedra seca en dirección NW-SE cuyas dimensiones son 0,90 m de largo, 0,40 m de ancho y 0,60 m de alto. Las dimensiones de la cueva son 2,70 m ancho en la entrada, 1,90 m de fondo y 0,80 m de altura. Se detectó restos de talla lítica en obsidiana y basaltos, fragmentos de cerámica aborigen e histórica a torno, y restos de fauna marina de Patella sp. y Osilinus atratus. A pesar del mal estado por la acción de expoliadores, se trata de un buen emplazamiento, con acumulación natural de agua por su proximidad al salto de un barranco y ser el fondo de tosca, conformando un conjunto de tres cuevas. Barranco del Saltadero III Cueva funeraria ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco del Saltadero, a 57 msnm, orientada a 60º E. Las dimensiones de la cueva son 2,30 m ancho en la entrada, 3,50 m de fondo y 0,80 m de altura, donde identificamos una vértebra humana de adulto. Además se localizaron restos líticos en obsidiana, cerámica aborigen y restos de ovicápridos. Existe otra oquedad en el mismo andén, que quizás también perteneciera al conjunto de cuevas con función de enterramiento, pero sólo hay algún fragmento de obsidiana en su exterior.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 36 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Malpasito I Estructura de piedra seca de forma rectangular que aprovecha la pared natural de un afloramiento rocoso ubicada en la ladera suroeste de una loma, a 78 msnm, orientada a 230º SW. El muro tiene unas dimensiones de 3,5 m de largo, 0,90 m de ancho y 0,80 m de alto, formado por varias hiladas de rocas basálticas de gran tamaño. Las dimensiones del interior de la estructura son 3 m de longitud, 1,40 m de ancho y 1 m de alto. El material arqueológico se registró tanto en el interior como en el exterior de la estructura, entre los afloramientos rocosos. Está compuesto por restos de industria lítica en obsidiana y lascas de basalto, fragmentos de cerámica aborigen y hecha a mano con engobe rojo, fauna marina representada por Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, y fauna terrestre de ovicápridos. Malpasito II Estructura de piedra seca, ubicada en la parte superior de montaña del Malpasito, a unos 120 msnm, orientada a 260º W. La estructura tiene forma semicircular, y ocupa una superficie de 4 m². Sus dimensiones son 2 m de longitud por 2 m de ancho. El muro está semiderruido y presenta 0,65 m de ancho y una altura de 0,70 m. El material arqueológico se registra en superficie, tanto en el interior como en el exterior de la estructura, entre los afloramientos rocosos, está compuesto por fragmentos de industria lítica con lascas de obsidiana y basalto, además de restos de fauna marina representados por Patella sp. En las cercanías, en una loma próxima, donde se sitúa un punto geodésico, también se pueden apreciar restos malacológicos en superficie. Malpasito III Pequeño afloramiento rocoso, situado en la margen derecha de una pequeña barranquera, cerca de la montaña Malpasito, a 60 msnm, orientado al SW. El material arqueológico aparece en una superficie de unos 20 m2 de forma dispersa, aunque agrupado en algunos sectores. Se constatan fragmentos de cerámica aborigen e histórica hecha a mano con engobe rojo, restos líticos de obsidiana, Patella sp. y Stramonita haemastoma. Montaña Amarilla Concentración de material arqueológico en superficie, situado en la parte superior de montaña Amarilla, a 76 msnm, con orientación hacia el norte. El registro arqueológico aparece esparcido en un área de unos 20 m2, formado por obsidiana y basaltos tallados y restos de fauna marina de Patella sp (figura 10). El Banco I Dos estructuras de piedra seca sobre una formación basáltica, situada en la parte superior de una loma muy próxima a la costa, a 10 msnm, con un eje principal a 80º E. La estructura principal de piedra seca tiene una tendencia semicircular y ocupa un área de 20 m2. Sus muros están semiderruidos y tiene unas dimensiones de 7 m de longitud, 3 m de ancho y 0,40 m de alto. Tanto en su interior como el exterior se observa material arqueológico en superficie de forma dispersa, aunque no parece poseer relleno. Se detectaron restos malacológicos de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, fragmentos cerámicos aborígenes y restos líticos de talla en obsidiana y basalto. La segunda estructura de piedra, está a 15 m de distancia en dirección norte, cuyas dimensiones son 1,75 m de longitud, 0,80 m de ancho y 0,30 m de altura, con similar registro arqueológico.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 37 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 El Banco II Material arqueológico en superficie sobre una plataforma basáltica situada en la parte superior de una loma muy próxima a la costa, a 12 msnm, con eje principal hacia 90º E. Se detectaron materiales arqueológicos muy dispersos representados por fauna marina como Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma, además de restos líticos de talla en obsidiana. En dirección este se encuentran las dos estructuras de Banco I. El Banco III Concentración de material arqueológico en superficie en la zona de malpaís situada al suroeste de la localidad de El Fraile. En zona de costa, tiene una orientación de 60º NE. Se encuentra resguardado de los vientos al estar protegido por un levantamiento natural basáltico de 1,5 m de alto en su extremo suroeste. El material arqueológico se encuentra disperso ocupando un área de 300 m2, formado principalmente por fragmentos de cerámica aborigen y restos líticos de basalto y obsidiana, y fauna malacológica de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Montaña Negra I Cubeta natural de tosca donde se acumula agua ubicada en una llanura, al oeste de montaña Negra, afectada por la extracción de picón. Tiene una orientación de 30º N y ocupa una superficie de 240 m2. En el extremo oeste, tanto al interior como exterior de la cavidad natural, es donde se concentra el material arqueológico con restos líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen e histórica hecha a mano con engobe rojo, restos óseos de fauna terrestre y fauna marina representada con Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Barranco Erales I Abrigo natural bajo una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco Erales, a 99 msnm. Su boca está orientada 40º NE. La cavidad ocupa un área aproximada de 20 m2. Las dimensiones son 4 m de ancho en la entrada, 5 m de fondo y 2 m de alto. El interior no tiene relleno y el material arqueológico aparece en el exterior, de forma aislada y está formado por restos líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, restos óseos de ovicápridos y de fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. A 10 m en dirección este se ubica barranco Erales IV. Barranco Erales II Abrigo natural bajo una formación basáltica en el tracto superior de la margen izquierda del barranco Erales, a 97 msnm, orientado a 215º SW. La cavidad presenta dos muros de cerramiento. Uno, en su boca, en dirección NW-E de 1,50 m de largo, 0,40 m de ancho y 0,60 m de alto, y el otro, a 2 m de distancia y delimitando un espacio exterior al abrigo, con unas dimensiones de 2,50 m de largo, 0,60 m de ancho y 0,70 m de alto en dirección E-W. Las dimensiones del abrigo son 2,20 m de ancho en la entrada, 2 m de fondo y 1 m de alto. El material arqueológico se encuentra disperso por la superficie del yacimiento y se compone de restos líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen e histórica a torno con engobe rojo, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina con Patella sp. y Stramonita haemastoma. En frente de la ladera se ubica barranco Erales I.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 38 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco Erales III Cueva natural de habitación que se abre bajo una formación basáltica ubicada en el tracto superior de la margen derecha del barranco de Erales, a 105 msnm, orientada a 100º E. La cueva posee unas dimensiones de 3,5 m de ancho en la entrada, 4 m de fondo y 1,70 m de alto. Aunque carece de paquete estratigráfico, el material arqueológico se encuentra de manera dispersa en el exterior de la cueva, y se compone de restos líticos en obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, restos óseos de microfauna y fragmentos malacológicos de Patella sp. Barranco Erales IV Abrigo natural bajo una formación basáltica ubicado en el tracto superior de la margen derecha del barranco Erales, a 95 msnm, orientado a 350º N. Presenta un muro externo de cerramiento de piedra seca con forma semicircular de 1 m de longitud, 0,55 m de ancho y 1,15 m de alto, con eje mayor en dirección E-W. El abrigo tiene unas dimensiones de 2,50 m de ancho en la entrada, 1,50 m de fondo y 1,20 m de alto. El interior posee relleno acumulado procedente de derrubios de la techumbre. El material arqueológico aparece disperso al exterior del abrigo y se compone de fragmentos de cerámica aborigen, lítica de obsidiana y fauna marina de Patella sp. A 10 m en dirección oeste se ubica barranco Erales I. Ladera de montaña del Charco Estructuras de piedra seca de forma semicircular sobre una plataforma de roca volcánica ubicada en la ladera de montaña Negra, a 80 msnm, orientadas a 240º W. La estructura mayor tiene 2,10 m de longitud por 3 m de ancho. Adosada a la misma, en su lado este, se encuentra una segunda estructura de dimensiones más reducidas de 1,80 m de longitud por 1 m de ancho. Los muros tienen unas medidas de 0,90 m de longitud por 1,40 m de alto. Presentan potencia en algunos sectores del interior y exterior de las estructuras con material arqueológico repartido de forma dispersa en un área de aproximadamente 200 m2. Destacan restos de obsidiana y callados de basalto, fragmentos de cerámica aborigen decorada, fauna marina representada con Patella sp. y Stramonita haemastoma, o fauna terrestre de ovicápridos. Ambas estructuras presentan indicios de reutilización histórica. Montaña del Charco Conjunto de cuatro estructuras de piedra volcánica con forma semicircular situada en la cima de la montaña del Charco, a 133 msnm, orientadas hacia 90º E. Las buenas condiciones de visibilidad y de control del territorio convierten a la montaña en una posible atalaya. La estructura mayor de 4 m de longitud, 3,20 m de ancho y 0,70 m de alto, ocupa un lugar central con respecto a las otras que se distribuyen a su alrededor. En su lado sur hay otras dos estructuras de 1,40 m de longitud, 1,20 m de ancho y 0,70 m de alto y una segunda de 1,50 m de longitud, 0,90 m de ancho y 0,70 m de alto. En su lado norte, la tercera estructura, de 2 m de longitud, 2,25 m de ancho y 0,70 m de alto. El material arqueológico se encuentra disperso por todo el área e incluso cae ladera abajo, con restos de talla líticos de obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. Las estructuras presentan indicios de reutilización histórica.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 39 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Guargacho I Material arqueológico en superficie, localizado en la parte superior de una loma basáltica asociada a una formación de toba, a 79 msmn. Ubicada muy próxima al yacimiento de Guargacho154, tiene una orientación de 90º E. El material se encuentra disperso y agrupado por sectores en un área de 200 m2. No se encuentran estructuras asociadas, aunque sí se evidencia un espacio circular de 9 m2 que pudiera haber servido de fondo de cabaña. El material se compone de restos líticos en obsidiana, fragmentos de cerámica aborigen, algunos de ellos decorados, restos óseos de fauna terrestre de ovicápridos y fragmentos de fauna marina de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Al sur de este lugar hay un sendero antiguo que desciende al cauce del barranco. Guargacho II Este yacimiento que ocupaba unos 150 m2, fue excavado en 1972 por Diego Cuscoy. Presentaba al noreste un ara de sacrificio principal o conjunto I con 6 piedras colocadas en forma hexagonal de 1.08 m de diámetro, más 3 hogares superficiales y 7 “hornillos” excavados. Un conjunto II al suroeste con una segunda ara y 9 hogares. Al sur los otros tres conjuntos, el conjunto III con 8 hogares; a su lado, el conjunto IV con 4 hogares y en el extremo sur el conjunto V con 4 hogares155. Al urbanizarse esta zona con una calle inmediata quedó protegida levantando un simple cerramiento hexagonal con paredes de cemento que recreaba un poco el diseño original del arquitecto I. Martín156, cuando ya buena parte de las estructuras habían desaparecido. Durante años se convirtió en un vertedero de basura hasta que fue reconstruido en 2010 con 125.000 eur del Plan E de Zapatero e inaugurado en marzo de 2011. Guargacho III Material arqueológico en superficie, situado en una loma orientada hacia 90º E, entre los cauces de dos barrancos, a 114 msnm, en frente de Guargacho. Existen inmediatos tres rediles, un horno de teja y una vivienda. El material arqueológico se encuentra disperso, entre los rediles, en un área de 200 m2. Existen fragmentos de cerámica aborigen con bordes decorados junto con cerámica a mano con engobe rojo e histórica a torno, fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma, o restos líticos de obsidiana. Punta del Lomo Estructura de piedra seca semicircular adosada a un afloramiento rocoso en la ladera oeste de punta del Lomo, a 185 msnm, orientada a 270º W. La estructura tiene unas dimensiones de 1,10 m de longitud por 1,10 m de ancho y 1,05 m, con un ancho de muro de 0,55 m. El registro material presenta fragmentos de cerámica aborigen e histórica a mano con engobe rojo, restos líticos de lascas de basalto y obsidiana, así como fauna marina de Patella sp. Cerca de la estructura, y en dirección este, a unos 15 m, hay una estructura de piedra seca sin evidencias de material arqueológico. Barranco de Archiles I 154 DIEGO CUSCOY (1979). 155 DIEGO CUSCOY (1979), pp. 31, 32-33 fig. 5, 38-41. 156 DIEGO CUSCOY (1979), p. 126 fig. 30.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 40 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Afloramiento rocoso en la cima de una loma, con buena visibilidad hacia el sur, en la margen derecha de una barranquera subsidiaria al barranco de Archiles, situado a 22 msnm. Presenta una orientación NW-SE, en una zona de malpaís costero. Los materiales arqueológicos se encuentran agrupados alrededor del afloramiento rocoso en una superficie de 40 m2, con restos fragmentos de cerámica aborigen e histórica hecha a mano, líticos de obsidiana, restos óseos de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. Barranco de Archiles II Materiales dispersos en superficie en la parte superior de la margen izquierda de una barranquera, que desemboca en el barranco de Archiles, a 20 msnm, con una orientación 280º W, en zona de malpaís costero. Los materiales arqueológicos caen en dirección oeste desde la parte superior de la ladera del barranco hasta el cauce, en un área de 120 m2, presentando fragmentos de cerámica aborigen e histórica a mano, además de fauna marina de Patella sp. Barranco de Archiles III Estructura circular situada en el extremo noreste de un afloramiento rocoso, en la parte superior de la margen izquierda de una barranquera paralela al barranco de Archiles, a 22 msnm, orientada a 300º W, dentro de un malpaís costero. La estructura tiene unas dimensiones de 4 m de longitud, 3,60 m de ancho, 1,10 m de alto y 0,90 m de grosor del muro. Tiene dos compartimentos interiores de 3 m2 cada uno, separados por un muro interior, en dirección E-W, de 2 m de longitud, 0,80 m de ancho y 0,70 m de alto. Por el lado sur, la estructura está protegida por el afloramiento rocoso. El registro material se encuentra tanto al interior como exterior de la estructura en un área de 380 m2 con cerámica aborigen e histórica a mano y a torno, restos líticos de obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma. Barranco de Archiles IV Afloramiento rocoso natural ubicado en la margen derecha del barranco de Archiles, a 39 msnm, orientado a 320º NW, que presenta escasos restos arqueológicos en su lado oeste. Barranco de Archiles V Concentración en superficie en la parte superior de la margen derecha del barranco de Archiles, en zona de malpaís costero, a 34 msnm, con orientación N-S. El material se agrupa en una pequeña área de 9 m2, con fragmentos de cerámica aborigen. A 70 m en dirección noroeste se encuentra barranco de Archiles IV. Barranco de Archiles VI Restos arqueológicos en superficie en una loma de la margen derecha del barranco de Archiles, en zona de malpaís costero, a 23 msnm, con orientación NW-SE. Agrupados en una superficie de 120 m2, presenta fragmentos de cerámica aborigen, restos líticos de obsidiana, fauna terrestre de ovicápridos y fauna marina de Patella sp. y Stramonita haemastoma. En la otra margen, se localiza en la cima de la ladera del barranco, a 80 m en dirección noreste, un punto de atalaya en el que se documentó, de forma dispersa en un área de 500 m2, cerámica PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 41 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 histórica a torno, obsidiana y fauna marina de Patella sp., Osilinus atratus y Stramonita haemastoma de cronología quizás histórica. LOS GRABADOS RUPESTRES DE SAN MIGUEL DE ABONA Casa de la Hoya En el camino real de Tamaide a La Centinela, pasado el barranco de El Drago, en el caserío de La Hoya, a 510 msnm, hay dos estaciones de cazoletas y canales. Una más pequeña, erosionada con dos cazoletas, al exterior. Por otra parte, dentro de una vivienda se encuentra la estación principal que presenta dos pequeñas cazoletas unidas por canales que confluyen primero en una tercera cazoleta y acaban desembocando en una cuarta cazoleta pequeña pero que se abre a una mucho más grande, mientras otro canal acaba interrumpiéndose (figura 12). Fuente de la Hoya Continuando por el camino real de Tamaide a La Centinela, en el entorno de la fuente de la Hoya, a 489 msnm, hay distintos paneles de toba rojo y en uno de ellos se aprecian dos pequeñas cazoletas erosionadas, donde la superior vierte sobre la inferior. Otro panel más grande sobre toba muy erosionado también muestra evidencias de tres cazoletas interconectadas por un canal que continua aprovechando la pendiente. Camino real de la Hoya Dentro de este mismo camino real y sobrepasado el barranco de Mantible, a 470 msnm, hay otra estación, con una pequeña cazoleta y un canal de vertido, que tiene cerca otra cazoleta rectangular, quizás más reciente. Barranco de Arujo I La estación barranco de Arujo I se sitúa en afloramientos fonolíticos, a 582 msnm, en su margen derecha, sector así denominado del barranco en su tramo entre el roque de Jama y Aldea Blanca. Presenta dos paneles con grabados geométricos de líneas incisas, con representación de motivos rectangulares geométricos, líneas cruzadas y rayados157. Panel 1: Inclinación: 2º. Tipo: geométrico. Técnica: incisión y rayado. Dimensiones: 0,60 m x 0,40 m. Panel 2: Inclinación: 2º. Tipo Geométrico. Técnica: incisión y rayado. Dimensiones: 0,50 m x 0,40 m (figuras 13a-13b). 157 VALENCIA (2006), pp. 31-32 fig.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 42 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 12. Estación de cazoletas y canales de Casa de la Hoya.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 43 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 13a. Grabados incisos del barranco de Arujo I, panel 2. Figura 13b. Calco del panel 2 del barranco de Arujo I con motivos geométricos rectangulares (Valencia, 2006: 32 fig.). ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 44 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Barranco de Arujo II Descendiendo por el cauce derecho encontramos la estación del barranco de Arujo II se encuentra en afloramientos fonolíticos, a 481 msnm. Consta de 6 paneles con predominio de motivos geométricos, ejecutados con técnica de incisión y representación de motivos rectangulares geométricos, líneas cruzadas y rayas158. Panel 1: Inclinación: 25º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,91 m x 0,73 m. Panel 2: Inclinación: 20º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,90 m x 0,60 m. Panel 3: Inclinación: 24º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión y rayado. Dimensiones: 0,80 m x 0,40 m. Panel 4: Inclinación: 10º. Tipo: Geométrico. Motivo: reticulado. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,61 m x 0,24 m. Panel 5: Inclinación: 3º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,50 m x 0,30 m. Panel 6: Inclinación: 12º. Tipo: Geométrico. Motivo: rayado. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,60 m x 0,44 m. Barranco de Arujo III Bajando por la margen derecha, se emplaza la tercera estación del barranco de Arujo 3, en un gran afloramiento fonolítico horizontal, a 439 msnm. Se identificaron 11 paneles con gran predominio de representaciones geométricas, entre las que destaca especialmente los dameros o ajedrezados, algo más de 50, tanto en paneles horizontales como verticales, y lineales con técnica de incisión159. Algunos motivos aparecen remarcados con rayados sobre incisiones más antiguas. Este yacimiento rupestre debe ser la estación “del Sur de Tenerife” con más de 30 dameros160. Durante la prospección recogimos información oral de un vecino, quien nos indicó también el topónimo de La Poyata, referido a la zona inmediata donde se emplaza la estación del barranco de Arujo III. Aunque el término no aparece reflejado en la cartografía consultada, recuerda la Mesa de la Poyata, una gran losa de piedra levantada y calzada con piedras en Anaga, donde según la tradición oral sirvió para el secado de cadáveres en la preparación de las momias guanches161. Se apoya también en una referencia algo genérica de que algunas comunidades bereberes de Marruecos y Argelia, después de una ceremonia funeraria, se jugaba “para disipar el ambiente luctuoso”162. Esta hipótesis funeraria de uno de los autores ha sido expandida y se considera este yacimiento el lugar de los rituales de inhumación de los menceyes de Adeje163, aunque creemos que pertenecía al menceyato de Abona (figura 14a). Panel 1: Inclinación: 10º. Tipo: geométrico. Motivo: rectangular geométrico y lineales. Técnica: incisión. Dimensiones: 1,30 m x 0,80 m. Panel 2: Inclinación: 5º. Tipo: Geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 1,30 m x 0,80 m. Panel 3a-3b: Inclinación: 10º. Tipo: Geométrico. Motivo: rectangular geométrico. Técnica: incisión- abrasión. Dimensiones: 4,50 m x 2,30 m. Panel 4: Inclinación: 8º. Tipo: Geométrico. Motivo: rectangular geométrico. Técnica: incisión- rayado. Dimensiones: 2,20 m x 1,60 m. 158 VALENCIA (2006), pp. 33-36 fig.; VIVANCOS y otros (2016), pp. 169-172 nº 31. 159 VALENCIA (2006), pp. 37-48 fig. 160 LORENZO PERERA (1989), p. 8; GARCÍA-TALAVERA y ESPINEL (1989), pp. 67, 34 fot. 161 VALENCIA (2006), p. 30. 162 GARCÍA-TALAVERA y ESPINEL (1989), p. 45. 163 VIVANCOS y otros (2016), pp. 173-176 nº 32.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 45 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 14a. Grabados incisos del barranco de Arujo III, panel 8. Panel 5: Inclinación: 10º. Tipo: Geométrico. Motivos: lineales. Técnica: incisión. Dimensiones: 1,20 m. x 1,40 m. Panel 6: Inclinación: 25º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico y lineales. Técnica: incisión; Dimensiones: 1,30 m x 1 m. Panel 7: Inclinación: 3º. Tipo: Geométrico. Motivo: rectángulos. Técnica: incisión. Dimensiones: 0,80 m x 1,30 m.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 46 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Panel 8: Inclinación: 8º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 3,60 m x 2,90 m (figura 14b). Figura 14b. Calco del panel 8 del barranco de Arujo III con motivos geométricos cuadrangulares (Valencia, 2006: 45 fig.). Panel 9; Inclinación: 2º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 3,20 m x 2,30 m. Panel 10: Inclinación: 11º. Tipo: Geométrico. Motivos: rectangular geométrico, reticulares y lineales. Técnica: incisión. Dimensiones: 3,30 m x 1,20 m. Panel 11: Inclinación: 30º. Tipo: Geométrico. Motivo: posible rectangular geométrico. Técnica: incisión. Dimensiones: 2,30 m x 0,80 m.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 47 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Cabuquero I-IV Estación con grabados, a 453 msnm, que presenta un panel con grabados lineales164, donde destaca un cruciforme con una posible peana triangular en la parte inferior. La segunda estación se trata de un panel horizontal, situado a 450 msnm, que presenta trazos lineales y dos motivos rectangulares geométricos, uno de trazo antiguo165 y otro con un rayado de apariencia más reciente. Un tercer panel horizontal existe en otro afloramiento rocoso, situado a 429 msnm, que presenta un pequeño motivo rectangular geométrico166 (figura 15). Figura 15. Grabados incisos de Cabuquero III con motivos geométricos rectangulares. Otros paneles horizontales que conforman la cuarta estación se sitúan a 389 msnm, presentando varios reticulados167 y elementos ovales, interpretados como un “momiforme”168 en un afloramiento rocoso, alguno con rayados más recientes superpuestos, que tiene a unos 5 m de distancia una estación de cazoletas y canalillos169, con un largo canal que va conectando con pequeñas cazoletas, estación de la que inicialmente se publicó una foto con el nombre de La Montañita170 (figura 16). 164 VALENCIA (2006), p. 57 fot. 165 VALENCIA (2006), p. 58 fot. 166 VALENCIA (2006), p. 58 fot. 167 VALENCIA (2006), p. 59 fot. 168 VIVANCOS y otros (2016), pp. 179 fot., 219 nº 33. 169 VALENCIA (2006), p. 74 fot. 170 JIMÉNEZ GONZÁLEZ (1996), p. 248, fot. 11.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 48 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 16. Grabados incisos de Cabuquero IV con motivos geométricos. Cabuquero V Esta estación con una inscripción líbica, que hemos denominado Cabuquero V171, es junto con la del barranco de Araujo III, la más importante del municipio. Situada a 382 msnm, a cierta distancia del pico de la Hoya, por los diferentes cambios que ha habido en la cartografía disponible para la zona, ha recibido distintas denominaciones como La Centinela172, La Montañita173 o como Cambados174, siendo el mayor registro fotográfico el publicado por la asociación Archinife en su estación 33175, que han interpretado las líneas incisas como petición de embarazos. Otra denominación que es la que utilizamos ha sido la de El Cabuquero176. La inscripción alfabética presenta 11 signos en dos líneas verticales, 9 de ellos diferentes, y está acompañada por otros grabados incisos reticulados, incluso en un caso un piqueteado. También hay un posible grabado de barco con vela latina (figura 17). 171 VALENCIA (2006), pp. 56 fot., 59 fot. 172 BALBÍN y TEJERA (1989), pp. 301-302, 306 lám. 2b; MEDEROS, VALENCIA y ESCRIBANO (2003), p. 151 fot. 173 VALENCIA (1990b), p. 58. 174 DEL ARCO y otros (1999), pp. 67, 71 lám. 46; BELMONTE, PERERA y GONZÁLEZ GARCÍA (2010), p. 7. 175 VIVANCOS y otros (2016), pp. 177-180 nº 33. 176 SPRINGER (1996), p. 403; SPRINGER (2001), pp. 73 y 87.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 49 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 17. Grabado inciso de Cabuquero V con posible representación de un barco con vela latina. Cabuquero VI Esta última estación de Cabuquero, situada en un afloramiento rocoso a 351 msnm, presenta varios paneles con grabados, donde destaca un “cruciforme” con una posible “peana” semicircular en la parte inferior177, pero que también presenta otro motivo semicircular en la parte superior que dificulta su asociación con un “cruciforme” y quizás represente un elemento astral emergiendo en el horizonte, también interpretado como un antropomorfo masculino del dios luna178 (figura 18). Camino de las Lajas I-IV En el camino de Las Lajas que sale desde Aldea Blanca hasta San Miguel de Abona, aunque está mal conservado, se encuentran varias estaciones de canales y cazoletas a lo largo de la margen izquierda del barranco de El Lomo. La primera estación, a 409 msnm, presenta una cazoleta circular en la cabecera de 15 cm de diámetro y 5 cm de profundidad179 con un canal sinuoso de 2,20 m de longitud (figura 19a). 177 VALENCIA (2006), p. 60 fot. 178 VIVANCOS y otros (2016), pp. portada, 190 fot. 237-238, nº 36. 179 BORGES y BARRO (1998), p. 300 lám. 2a.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 50 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 18. Grabado inciso de Cabuquero VI. A unos 15 m se encuentra la segunda estación180 que presenta dos cazoletas en la parte superior interconectadas, la primera de 22 cm de diámetro y 22 cm de profundidad y la segunda de 25 cm de diámetro y 9 cm de profundidad, desde donde parten dos canales que confluyen en una cazoleta intermedia de 15 cm de diámetro y 3 cm de profundidad, desde donde vuelven a arrancar otros dos canales a lo largo de 3,65 m. Hacia el este, a 5 m y muy próxima a los muros del camino, se encuentra la tercera estación181 con una pequeña cazoleta de 10 cm de diámetro y 7 cm de profundidad de la que arranca un canal. A menos de 1 m, una segunda cazoleta, también con su canal, ha sido reutilizada para grabar una gran cruz de 35 cm de longitud por 32 cm de ancho con peana cuadrada182, que parece tener restos de una cazoleta en el extremo izquierdo de la peana de 14 cm de diámetro y 6 cm de profundidad. No obstante, es de tendencia rectangular, por lo que ha podido ser regularizada y presenta piqueteado uniforme (figura 19b). A otros 5 m de distancia aparece una cuarta estación con dos cazoletas, la mayor de tendencia oval con 9 cm de longitud y 7 cm de profundidad, que confluyen hacia la mitad183 y continúan descendiendo en un único canal por la plancha de toba blanca a lo largo de 2,30 m, en la cota de 404 msnm. 180 BORGES y BARRO (1998), pp. 300-301 fig. 1; VALENCIA (2006), p. 25 fot. 181 BORGES y BARRO (1998), pp. 301-302 fig. 2. 182 BORGES y BARRO (1998), p. 305 lám. 3a-3b. 183 BORGES y BARRO (1998), p. 302 fig. 3; VALENCIA (2006), p. 72 fot.PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA Y GRABADOS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE… 51 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 19a. Cazoleta y canal sinuoso del barranco de las Lajas I.ALFREDO MEDEROS MARTÍN; GABRIEL ESCRIBANO COBO; VICENTE VALENCIA AFONSO 52 Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2021), núm. 67: 067-008, pp. 1-70 Figura 19b. Cazoleta y canal junto a cruciforme sobre cazoleta y canal en el barranco de las Lajas III. Camino de las Lajas V En un lado del camino, separado unos 50 m de la estación del camino de las Lajas 4, se encuentra a 395 msnm una quinta estación de con dos cazoletas circulares, de 6 cm de diámetro y 4 cm de profundidad la primer |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|