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Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 1 © 2018 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. *Arqueólogo (APIAA, Asociación de Profesionales Independientes de la Arqueología de Asturias). C/Desfiladero de la Hermida 6, 1ºC. 33212. Gijón/Asturias. España. Teléfono: +34616850018; correo electrónico: luisgblanco@yahoo.es EL ESTABLECIMIENTO HISPANO AFRICANO DE SANTA CRUZ DE MAR PEQUEÑA Y SU APARICIÓN EN LA CARTOGRAFÍA NÁUTICA PORTUGUESA DE FINALES DEL SIGLO XV THE AFRICAN HISPANIC ESTABLISHMENT OF SANTA CRUZ DE MAR PEQUEÑA AND ITS APPEARANCE IN THE PORTUGUESE NAUTICAL CARTOGRAPHY OF THE END OF THE 15TH CENTURY Luis Blanco Vázquez* Recibido: 19 de mayo de 2017 Aceptado: 17 de julio de 2017 Cómo citar este artículo/Citation: Blanco Vázquez, L. (2018). El establecimiento Hispano Africano de Santa Anuario de Estudios Atlánticos, nº 64: 064-000. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10172 Resumen: En el presente trabajo hacemos un repaso de la evolución histórica de la antigua torre de Santa Cruz de - en los tres ejemplares más antiguos de cartas náuticas portuguesas que se conocen en la actualidad. Palabras clave: África noroccidental, Sáhara atlántico, Berbería de poniente, portulano, carta náutica Abstract: Pequeña, from its foundation in the 15th century to the problematic around its location that was maintained at the Keywords: Northwestern Africa, Atlantic Sahara, Western Barbary, portolan, nautical chart Los restos de la antigua torre de Santa Cruz de Mar Pequeña se localizan en la costa atlántica de la zona sahariana de Tarfaya, territorio ubicado al sur de Marruecos y al norte del Sáhara Occidental, frente - en época medieval y moderna), mar interior que recibe las aguas del océano a través de la abertura de hasta los acantilados sobre el borde sur de la laguna. A partir de ese punto, se hace necesario continuar con el nombre de «Agouitir» (Fig. 2). Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 2 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 (elaboración propia e imágenes de Google Earth 2004 y 2016). - de el noroeste (L. Blanco 2017). Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 3 Los restos (con coordenadas WGS84 de 2016: latitud: 28º 02’ 16,69’’ y longitud: 12º 13’ 25,84’’) se encuentran en la actualidad prácticamente cubiertos por la arena, de los que es perceptible únicamente la de 8 m de lado, está completamente soterrada. la marea alta la última hilada de piedras, fenómeno del que podemos citar como ejemplos las fotografías de Paul Pascon1, Maximilien Bruggmann2 y Francisco García-Talavera3. Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado, ya que la arena de las dunas que rodean este enclave, impulsadas por la acción 4. Este hecho posibilitó que en 2011 las autoridades - to los muros (en alzados de algo más de 1,5 m) y reconstruyendo toscamente la parte superior con los bloques pétreos que permanecían soterrados5. No obstante, las arenas del desierto volvieron a recubrir los restos al poco tiempo (Fig. 3). 1 PASCON (1963), pp. 6-9. 4 Fotografías de Luis Blanco en BLANCO (2010), y de Fermín Correa y José S. López Rondón en GAMBÍN (2012), pp. 86-87. También ayudó a la cubrición actual de la torre la inundación de 2005 del ued Aouedri, que desemboca cerca de los MARRERO (2016), p. 141. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 4 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 - gio con Portugal, reivindica como propios los derechos de conquista sobre las islas Canarias y la costa africana próxima a ellas, el territorio situado entre los cabos Aguer, al noreste, y Bojador, al suroeste, aduciendo que era legítima heredera de la monarquía goda y, por ello, tenía preferencia sobre los te-rritorios que le habían pertenecido, como era el caso de la zona noroccidental de África, la Mauritania Tingitana de la Antigüedad6 - Guerra de Sucesión con Portugal y la Guerra de Granada con el reino nazarí. Por ello, son personajes García de Herrera, Alonso Fajardo y Alonso Fernández de Lugo los que, primero a título propio y posteriormente en representación de la Corona, afrontan la tarea de poner bajo dominio castellano los espacios atlántico-africanos citados7. Es en este contexto en el que hay que situar la fundación en torno a 1478 de la torre de Santa Cruz - queña bahía o mar interior de la costa africana frente a ellas conocida con anterioridad por los marinos europeos como el «río de la Mar Pequeña»8. Tras la muerte del fundador García de Herrera en 1485, la torre será paulatinamente abandonada por sus herederos ante lo gravoso de su mantenimiento. Con posterioridad, y ya por deseo expreso de los Reyes Católicos, será reconstruida con carácter de realengo en 1496 por Alonso Fajardo9, gobernador de la isla de Gran Canaria, considerándose, por tanto, como el primer establecimiento español en el África continental. Su existencia, cuyo carácter defensivo y 10, razón por la que, con el paso de los siglos, tanto su ubicación como su nombre sufrieron numerosas evoluciones debido a la pérdida de y contemporánea11. Glas, quien intentó establecer una factoría comercial, a la que llamó «Port Hillsborough» en agradeci-miento al vizconde de Hillsborough por el apoyo que este prestó a su proyecto en la laguna de la antigua 12 - suscita reticencias entre los investigadores, ya que hasta la fecha no se cuenta con documentos originales que la avalen, pues - riano Gambín, sin quitar validez a la idea tradicional de la torre de García de Herrera, muestra sus dudas respecto a los detalles aportados por Abreu, al presentar dichos detalles cierta similitud con lo que la documentación existente relata respecto a la 9 Los documentos referidos a la armada para la construcción de Santa Cruz de la Mar Pequeña conservados en el Archivo - (2014), pp. 11-90. 11 BLANCO (2009), pp. 26-31. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 5 13, mostrándose en su interior un pequeño islote en el que se muestra claramente una construcción cuadrada (Fig. 4), hecho que puede atribuirse a la presencia allí, más de dos siglos después, de los restos de la antigua torre de García de Herrera14 derechos históricos de España sobre la costa africana frente a las islas Canarias, ordenó su detención y, Figura 4. Plan of Port Hillsborough on the Coast of Barbary, 1764 (AGS). En recuadro rojo, el islote con la construcción cuadrada. A partir de este momento, la torre de Mar Pequeña volverá a permanecer en el olvido durante casi un región marroquí de Yebala, situada entre Ceuta y Tetuán), vuelva a cobrar protagonismo. Se establecía en este tratado, en su artículo 8º, que: S. M. Marroquí se obliga a conceder a perpetuidad a S. M. Católica, en la costa del Océano, junto a San- el que España tuvo allí antiguamente. Para llevar a efecto lo convenido en este artículo, se pondrán previamente de acuerdo los Gobiernos de S. M. Católica y S. M. Marroquí, los cuales deberán nombrar comisionados por una y por otra parte para señalar el terreno y los límites que deba tener el referido establecimiento15. ubicación exacta de la antigua Santa Cruz de Mar Pequeña, ya que tras su abandono en la primera mitad 13 Plan of Port Hillsborough on the Coast of Barbary, fechado en 1764 y conservado en el Archivo General de Simancas cultura/archivos/mc/archivos/ags/fondos-documentales/imago-hispaniae.html). Fue dado a conocer por primera vez por el pro- Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 6 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 La más importante, por las implicaciones que tuvo a posteriori, fue la encabezada por el marino - la antigua torre de Mar Pequeña16. Sin embargo, hubo otros autores que rebatieron las conclusiones de 17, 18 y posteriormente, siguiendo a Joaquín Gatell1920, y, sobre todo, el canario Antonio María Manrique, quien tras visitar la bahía de Puerto Cansado en 1882 reconoció como pertenecientes a la antigua torre de Santa Cruz las ruinas allí existentes (Fig. 5). El propio Manrique describió este histórico lugar como sigue: estrecha, tiene la forma de una herradura, o mejor dicho, es ovalada. La torre de Santa Cruz, cuyos vestigios hemos reconocido en Octubre de 1882, se situaba hacia la parte oriental, sobre la orilla de la inmensa bahía. Por el sur hay un cerro escarpado que se levanta desde el mar, y 21. 20 COELLO (1878), pp. 246-247. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 7 En este sentido, hay que decir que la localización de Mar Pequeña en Puerto Cansado había sido 22, y que había sido también la posición sostenida por las autoridades marroquíes, como el ministro de Asuntos Exteriores, Si Mohammed Bargach, que en 23, uno de los nombres locales de Puerto Cansado en esas fechas. de Manrique. En este punto, se hace necesario decir que por aquellas fechas, y tras tener noticias de los resultados de la expedición del investigador canario, las autoridades españolas empezaron a considerar a Puerto Cansado como el lugar en el que estuvo el antiguo establecimiento español, como era el caso del entonces capitán general de Canarias, Valeriano Weyler, pero para los intereses de España era más conveniente, según el ministro de Estado Marqués de la Vega de Armijo, lograr primero la posesión de 24. A pesar de las reticencias de las autoridades artículo 8º del Tratado de Paz de Wad Ras25. - citar para el primero de los casos a Pierre de Cenival, Frédéric de La Chapelle y a Théodore Monod, y para el segundo, a Paul Pascon26. Asimismo, autores españoles como el profesor Antonio Rumeu de Armas, en otro tiempo partidario Puerto Cansado con la antigua Mar Pequeña27. En la actualidad, los restos de la antigua torre, como hemos apuntado con anterioridad, se encuen-tran prácticamente cubiertos por las arenas, lo que unido al hecho de que las mareas de la laguna ya no le afecten ofrece el dato positivo de su conservación permanente y permite plantear futuros proyectos arqueológicos para profundizar en su conocimiento28. - sentado en la cartografía histórica (portulanos, cartas náuticas, mapas y planos). Respecto al nombre, varios son los topónimos europeos que aparecen según la época, empezando por Mar Pequeña y sus variantes (Marpequeno, marpequeñ, marpechigne, marquepeno, Marpeiveno, Marpiveno, Marpeveno, etc.)29 también conocido por los pescadores canarios como «Boca del Río»30. Conviene apuntar, asimismo, la evolución del nombre con el que las tribus del desierto denominaban el lugar: así, tenemos los topó-nimos de Guader, Guider Erredchila, Rgueala, Argila, Eryila, Al Ued Nahila y Ain Najla entre otros31, (1985), p. 145. (1949), p. 126. p. 133. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 8 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 ubicación, esta ha sufrido algunas variaciones con el transcurrir de los siglos, si bien apareciendo en la En este trabajo nos referiremos a las primeras apariciones del topónimo Mar Pequeña y sus variantes conservados en la actualidad. Los inicios de la cartografía náutica portuguesa se han situado históricamente durante la primera - - historiografía Escuela de Sagres y en donde habría ejercido un papel fundamental el cartógrafo Jácome una vez cristianizado)32, hijo del cartógrafo Abraham Cresques (o Cresques Abraham), autor del famoso Atlas Catalán de 1375 (conservado en la Bibliothèque Nationale de Francia, en adelante BNF). Sin em-bargo, en la actualidad muchos de estos supuestos históricos se están poniendo en duda o, cuanto menos, de Sagres se habrían creado en época moderna por razones de política nacionalista-romántica portugue- 33. Asimismo, se considera pro-bado que Jácome de Maiorca y Jefudá Cresques o Jaume Ribes no fueron la misma persona, puesto que el primero trabajó en Portugal en la década de 1420 y el segundo ya habría fallecido en 141034. formada únicamente por tres ejemplares35Carta portuguesa anóni-ma de la Biblioteca Estense Universitaria Carta portulana de Jorge de Aguiar Universidad de Yale, EE.UU., con Portulano de Pedro Reinel Burdeos, Francia, datado actualmente entre 1492-1504. No obstante, esto no quiere decir que no hubiesen existi-do otras cartas anteriores, ya que varios textos de mediados de siglo hacen mención a la realización de «cartas de marear»36 a 1490 al representar la costa occidental africana con los topónimos portugueses37. El hecho de que sólo se conserven las tres citadas podría deberse a varios factores, como el terremoto que destruyó en 1755 marinos, lo que conllevó un alto grado de degradación, a diferencia de muchas de las de siglos posterio-res que, debido a su belleza y valor, no se destinaron a la navegación38. mallorquina e italiana que representaba la costa noroccidental de África era «aluet nul» (en tinta negra) 39. Así, podemos citar, a modo de ejemplo, «aluet nul» en la Carta de Angelino Dulcert de 1339 (BNF), en la Carta de Pizzigani de 1367 (Biblioteca Palatina de Carta de Maciá de Viladestes de 1413 (BNF), «alluet null» en el Atlas Catalán - Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 9 de los Cresques de 1375 (BNF), «alluet nul» en la Carta Portulana de Guillem Soler de 1380 (BNF), «albet nul» en la Carta de Bartolomeo Pareto de 1455 (Biblioteca Nazionale Centrale en el Atlas de Grazioso Benincasa de 1467 (BNF) y en la Carta Anónima italiana de hacia 1470 (BNF), «alber mil» en la Carta Portulana de Francischus Becharius- cript Library, Universidad de Yale, EE.UU.), y «albet mill» en la Carta Portulana de Albino di Canepa de 1489 (James Ford Bell Library, Universidad de Minnesota, EE.UU.). También, se pueden citar dos Cartas de Petrus Roselli casos estos topónimos se sitúan al suroeste del cabo Nun (Cap de non, Cauo de no, Cauo de non, Cabo de no, Cabo de non) y próximo por el noreste al cabo Juby (Cauo de Sabiun, Cauo de Sable, Cauo de Sabre, Cauo de Sabro, Cauo de Sabiom, Cauo de Sabium, Cabo de Sablin) (Fig. 6), es decir, la situación Carta de Maciá de Viladestes de 1413 (BNF) y la Carta de Petrus Rosselli de 1466 (BNF). En óvalo - el segundo, con Puerto Cansado40 este sentido, Manrique consideraba que la expresión «aluet nul» era una variación de «Al Ued Nahila» o «Naila» (el río de la laguna), nombre con el que las poblaciones locales conocían Puerto Cansado en 41, a la vez que, como se ha dicho anteriormente, los pescadores canarios se referían a este lugar como «Boca del Río»42 Pequeña»43. portuguesas más antiguas Hasta fechas recientes, se pensaba que la primera aparición de Mar Pequeña en la cartografía se daba, según el profesor Rumeu de Armas, con el topónimo «marpequeno» en la llamada Carta del des-cubrimiento de Arguín o Carta anónima de hacia 1460 (Veneranda Biblioteca Ambrosiana de Milán, 44. Sin embargo, las investigaciones de Juan Tous Meliá sobre la representación de las Canarias la antigua ciudad caravanera de «Nul Lamta» podría hacer plantear la hipótesis de alguna relación entre ambos. No obstante, restos se localizan al sureste de la población de Guelmim), al noreste del citado cabo, desaconsejan, en principio, su posible vinculación. Rumeu de Armas, en BLANCO (2009), p. 30. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 10 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 en la cartografía histórica han hecho que haya que replantearse la datación de dicha carta, puesto que la documentación que posee la biblioteca milanesa remite a un portulano datado en la primera mitad del o de Bartolomé Olives o Jaume Olives según Tous45. Por ello, y según los datos de los que disponemos actualmente, consideramos que la primera representación de Mar Pequeña se produce en los tres ejem- Carta portuguesa anónima Carta portuguesa anónima o Carta náutica de las costas atlánticas de Europa y África, datada ha-cia 1471 (Biblioteca Estense Universitaria x 73 cm)46. Se trata de una verdadera carta náutica que pudo haber sido diseñada para su uso en los viajes marinos47. Representa las costas atlánticas de Europa y África, desde el Sena hasta el «Río Primeiro», en el golfo de Guinea junto al «Rio do Lago», y muestra los descubrimientos africanos portugueses hasta carta náutica portuguesa que ha llegado a nuestros días, si bien no consta autoría ni datación concreta. Alfredo Pinheiro Marques considera que podría haber sido realizada en el periodo 1471-1482 al hacer mención a «a mina do ouro» y no al «Castelo da Mina» (que comenzó a construirse en 1482)48, e incluso 49. Su atribución a una autoría anónima portuguesa se debe, en gran parte, a la utilización de numerosos topónimos en esa lengua. Ateniéndonos a las dataciones establecidas hasta la fecha, podemos considerar esta carta como la primera en la que se representa Mar Pequeña, entre el cabo Nun (C denom) al noreste y el cabo Bojador ensenada marcada con una x en el centro, que puede hacer referencia a la existencia de un islote y a la pese a la mayoría de topónimos portugueses, aparece uno en español, «playas», junto a «marpequena». respecto de su entorno50, nos lleva a plantear la hipótesis de que esta carta náutica pudo haberse realizado con posterioridad a 1478, fecha de la posible fundación de la torre de Santa Cruz de Mar Pequeña por Carta Portulana de Jorge de Aguiar, con fecha de 1492 Library, Universidad de Yale, EE.UU., con número 30cea/1492. Pergamino de 114,3 x 88,9 cm)51. Al igual que la anterior, representa las costas atlánticas de Europa y África, aunque en este caso desde las 52, y está considerada como la primera resulta una carta problemática. Muestra la costa de África dividida en dos secciones, y por sus aspectos 53. Se representa Mar Pequeña entre el cabo Nun (C de nam) y el cabo Bojador (C de bojador), y muy en rojo (la doble «a» podría deberse a un error durante el diseño) junto a una ensenada a la que llega des-de el interior un río de largo y ondulado trazo54 topónimo con la variante de «albermin» (Fig. 8). 50 MORENO (2015), p. 12. 54 Aunque esta carta portulana parece representar de forma idealizada un río que llega desde el interior, muestra una situa- Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 11 Carta portuguesa anónima datada hacia 1471 (C.G.A.5.c., Biblioteca Estense Universitaria Carta Portulana de Jorge de Aguiar Manuscript Library, Universidad de Yale). Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 12 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 Portulano de Pedro Reinel, datado actualmente entre 1492-1504 la Gironde, Burdeos, Francia, con signatura 2 Fi 1582bis. Pergamino de 95 x 71 cm)55. Representa las costas atlánticas de Europa y África, desde las islas británicas al «Río do Padrom» (Congo), en el que - cional de Historia Marítima de Portugal56 ha provocado desde su descubrimiento que se hayan propuesto varias fechas aproximadas, hasta que en 1995 Joaquim Ferreira do Amaral estimase que este portulano se debió de realizar en dos momentos cronológicos, uno hacia 1492, representado en la sección de la costa de África hasta «o castello Amina», y otro hacia 1504, en la sección interior hasta el «Río do Padrom». La dualidad se debería a las políticas de los sucesivos descubrimientos, para no facilitar a sus rivales europeos la navegación marítima hacia 57. Mar Pequeña aparece representada en la primera sección (hacia 1492), y de igual manera que en los ejemplares anteriores, entre el cabo Nun (C denam) y el cabo Bojador (C de bojador), y junto al cabo - ble «n» podría deberse, también, a un error durante su diseño). En este caso, y en vez de la ensenada, se representa una abertura estrecha hacia el océano con un pequeño recorrido hacia el interior. Asimismo, se mantiene el antiguo topónimo con la variante de «alberne» (Fig. 9). Portulano de Pedro Reinel, datado entre 1492-1504 (2 Fi 1582bis, Archives Burdeos). Herrera y reconstruida en 1496 por Alonso Fajardo, hecho que la convierte en el primer establecimiento español en África continental, se encuentra en la actualidad prácticamente cubierta, y próxima a des- 55 La copia digitalizada requiere la previa petición al archivo bordelés. 56 ALEGRÍA y otros (2007), p. 984. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 13 lo que conlleva, sin embargo, que su conservación se convierta en permanente y efectiva, permitiendo así plantear proyectos arqueológicos que ayuden a profundizar en su conocimiento. Algo más de cinco Atlántico y a los diferentes avatares de las relaciones exteriores de España, cuyo recuerdo histórico ha- - nial española en el noroeste de África. El enclave fue primero reivindicado, luego se fundó y conquistó, después se abandonó, se mantuvo en el olvido durante varios siglos, más tarde se utilizó para reclamar el de Marruecos al formar parte del conocido como territorio de Cabo Juby. sus primeras representaciones aparecen, a tenor de los datos de los que disponemos actualmente, en las por lo que los topónimos iniciales no son en español, sino en portugués. Hasta ese momento, la carto- tinta negra. Con las cartas portuguesas, y a partir de ellas, se representará el nombre de Mar Pequeña y sus variantes en color rojo, mostrando de este modo la importancia que tuvo con respecto a su entorno. por lo que resultaron totalmente desconocidas para los estudiosos que dirimieron en el último cuarto prácticamente exactos que ofrecen, habrían ayudado a despejar gran parte de las dudas que la motivaron. Memoria sobre Santa Cruz de Mar Pequeña y las pesquerías en la costa noroeste de África The History of Cartography. Cartography in the Eu-ropean Renaissance, vol. 3. University of Chicago Press, pp. 975-1068. cuentas de la Armada, fuente para el estudio de la vida cotidiana. Gran Canaria en 1496». En MO- XIII Coloquio de Historia Canario-Americana. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, pp. 2244-2259. BECKER, J. (1903). España y Marruecos. Sus relaciones diplomáticas durante el siglo XIX. Madrid: Tipolitografía Raoul Péant. 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Título y subtítulo | El establecimiento hispano africano de Santa Cruz de Mar Pequeña y su aparición en la cartografía náutica portuguesa de finales del siglo XV |
Autor principal | Blanco Vázquez, Luis |
Entidad | Casa Colón |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 64 |
Sección | Arqueología |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo de Gran Canaria |
Fecha | 2018 |
Páginas | pp. 438-452 |
Materias | Historia ; Islas Canarias ; Cartografía ; Naútica ; Siglo 15º ; Portugal |
Notas | En el presente trabajo hacemos un repaso de la evolución histórica de la antigua torre de Santa Cruz de Mar Pequeña, desde su fundación en el siglo XV hasta la problemática en torno a su ubicación que se mantuvo a finales del siglo XIX, y mostramos las primeras apariciones de su topónimo en la cartografía del siglo XV, concretamente en los tres ejemplares más antiguos de cartas náuticas portuguesas que se conocen en la actualidad. |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
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Texto | Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 1 © 2018 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. *Arqueólogo (APIAA, Asociación de Profesionales Independientes de la Arqueología de Asturias). C/Desfiladero de la Hermida 6, 1ºC. 33212. Gijón/Asturias. España. Teléfono: +34616850018; correo electrónico: luisgblanco@yahoo.es EL ESTABLECIMIENTO HISPANO AFRICANO DE SANTA CRUZ DE MAR PEQUEÑA Y SU APARICIÓN EN LA CARTOGRAFÍA NÁUTICA PORTUGUESA DE FINALES DEL SIGLO XV THE AFRICAN HISPANIC ESTABLISHMENT OF SANTA CRUZ DE MAR PEQUEÑA AND ITS APPEARANCE IN THE PORTUGUESE NAUTICAL CARTOGRAPHY OF THE END OF THE 15TH CENTURY Luis Blanco Vázquez* Recibido: 19 de mayo de 2017 Aceptado: 17 de julio de 2017 Cómo citar este artículo/Citation: Blanco Vázquez, L. (2018). El establecimiento Hispano Africano de Santa Anuario de Estudios Atlánticos, nº 64: 064-000. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10172 Resumen: En el presente trabajo hacemos un repaso de la evolución histórica de la antigua torre de Santa Cruz de - en los tres ejemplares más antiguos de cartas náuticas portuguesas que se conocen en la actualidad. Palabras clave: África noroccidental, Sáhara atlántico, Berbería de poniente, portulano, carta náutica Abstract: Pequeña, from its foundation in the 15th century to the problematic around its location that was maintained at the Keywords: Northwestern Africa, Atlantic Sahara, Western Barbary, portolan, nautical chart Los restos de la antigua torre de Santa Cruz de Mar Pequeña se localizan en la costa atlántica de la zona sahariana de Tarfaya, territorio ubicado al sur de Marruecos y al norte del Sáhara Occidental, frente - en época medieval y moderna), mar interior que recibe las aguas del océano a través de la abertura de hasta los acantilados sobre el borde sur de la laguna. A partir de ese punto, se hace necesario continuar con el nombre de «Agouitir» (Fig. 2). Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 2 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 (elaboración propia e imágenes de Google Earth 2004 y 2016). - de el noroeste (L. Blanco 2017). Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 3 Los restos (con coordenadas WGS84 de 2016: latitud: 28º 02’ 16,69’’ y longitud: 12º 13’ 25,84’’) se encuentran en la actualidad prácticamente cubiertos por la arena, de los que es perceptible únicamente la de 8 m de lado, está completamente soterrada. la marea alta la última hilada de piedras, fenómeno del que podemos citar como ejemplos las fotografías de Paul Pascon1, Maximilien Bruggmann2 y Francisco García-Talavera3. Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado, ya que la arena de las dunas que rodean este enclave, impulsadas por la acción 4. Este hecho posibilitó que en 2011 las autoridades - to los muros (en alzados de algo más de 1,5 m) y reconstruyendo toscamente la parte superior con los bloques pétreos que permanecían soterrados5. No obstante, las arenas del desierto volvieron a recubrir los restos al poco tiempo (Fig. 3). 1 PASCON (1963), pp. 6-9. 4 Fotografías de Luis Blanco en BLANCO (2010), y de Fermín Correa y José S. López Rondón en GAMBÍN (2012), pp. 86-87. También ayudó a la cubrición actual de la torre la inundación de 2005 del ued Aouedri, que desemboca cerca de los MARRERO (2016), p. 141. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 4 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 - gio con Portugal, reivindica como propios los derechos de conquista sobre las islas Canarias y la costa africana próxima a ellas, el territorio situado entre los cabos Aguer, al noreste, y Bojador, al suroeste, aduciendo que era legítima heredera de la monarquía goda y, por ello, tenía preferencia sobre los te-rritorios que le habían pertenecido, como era el caso de la zona noroccidental de África, la Mauritania Tingitana de la Antigüedad6 - Guerra de Sucesión con Portugal y la Guerra de Granada con el reino nazarí. Por ello, son personajes García de Herrera, Alonso Fajardo y Alonso Fernández de Lugo los que, primero a título propio y posteriormente en representación de la Corona, afrontan la tarea de poner bajo dominio castellano los espacios atlántico-africanos citados7. Es en este contexto en el que hay que situar la fundación en torno a 1478 de la torre de Santa Cruz - queña bahía o mar interior de la costa africana frente a ellas conocida con anterioridad por los marinos europeos como el «río de la Mar Pequeña»8. Tras la muerte del fundador García de Herrera en 1485, la torre será paulatinamente abandonada por sus herederos ante lo gravoso de su mantenimiento. Con posterioridad, y ya por deseo expreso de los Reyes Católicos, será reconstruida con carácter de realengo en 1496 por Alonso Fajardo9, gobernador de la isla de Gran Canaria, considerándose, por tanto, como el primer establecimiento español en el África continental. Su existencia, cuyo carácter defensivo y 10, razón por la que, con el paso de los siglos, tanto su ubicación como su nombre sufrieron numerosas evoluciones debido a la pérdida de y contemporánea11. Glas, quien intentó establecer una factoría comercial, a la que llamó «Port Hillsborough» en agradeci-miento al vizconde de Hillsborough por el apoyo que este prestó a su proyecto en la laguna de la antigua 12 - suscita reticencias entre los investigadores, ya que hasta la fecha no se cuenta con documentos originales que la avalen, pues - riano Gambín, sin quitar validez a la idea tradicional de la torre de García de Herrera, muestra sus dudas respecto a los detalles aportados por Abreu, al presentar dichos detalles cierta similitud con lo que la documentación existente relata respecto a la 9 Los documentos referidos a la armada para la construcción de Santa Cruz de la Mar Pequeña conservados en el Archivo - (2014), pp. 11-90. 11 BLANCO (2009), pp. 26-31. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 5 13, mostrándose en su interior un pequeño islote en el que se muestra claramente una construcción cuadrada (Fig. 4), hecho que puede atribuirse a la presencia allí, más de dos siglos después, de los restos de la antigua torre de García de Herrera14 derechos históricos de España sobre la costa africana frente a las islas Canarias, ordenó su detención y, Figura 4. Plan of Port Hillsborough on the Coast of Barbary, 1764 (AGS). En recuadro rojo, el islote con la construcción cuadrada. A partir de este momento, la torre de Mar Pequeña volverá a permanecer en el olvido durante casi un región marroquí de Yebala, situada entre Ceuta y Tetuán), vuelva a cobrar protagonismo. Se establecía en este tratado, en su artículo 8º, que: S. M. Marroquí se obliga a conceder a perpetuidad a S. M. Católica, en la costa del Océano, junto a San- el que España tuvo allí antiguamente. Para llevar a efecto lo convenido en este artículo, se pondrán previamente de acuerdo los Gobiernos de S. M. Católica y S. M. Marroquí, los cuales deberán nombrar comisionados por una y por otra parte para señalar el terreno y los límites que deba tener el referido establecimiento15. ubicación exacta de la antigua Santa Cruz de Mar Pequeña, ya que tras su abandono en la primera mitad 13 Plan of Port Hillsborough on the Coast of Barbary, fechado en 1764 y conservado en el Archivo General de Simancas cultura/archivos/mc/archivos/ags/fondos-documentales/imago-hispaniae.html). Fue dado a conocer por primera vez por el pro- Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 6 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 La más importante, por las implicaciones que tuvo a posteriori, fue la encabezada por el marino - la antigua torre de Mar Pequeña16. Sin embargo, hubo otros autores que rebatieron las conclusiones de 17, 18 y posteriormente, siguiendo a Joaquín Gatell1920, y, sobre todo, el canario Antonio María Manrique, quien tras visitar la bahía de Puerto Cansado en 1882 reconoció como pertenecientes a la antigua torre de Santa Cruz las ruinas allí existentes (Fig. 5). El propio Manrique describió este histórico lugar como sigue: estrecha, tiene la forma de una herradura, o mejor dicho, es ovalada. La torre de Santa Cruz, cuyos vestigios hemos reconocido en Octubre de 1882, se situaba hacia la parte oriental, sobre la orilla de la inmensa bahía. Por el sur hay un cerro escarpado que se levanta desde el mar, y 21. 20 COELLO (1878), pp. 246-247. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 7 En este sentido, hay que decir que la localización de Mar Pequeña en Puerto Cansado había sido 22, y que había sido también la posición sostenida por las autoridades marroquíes, como el ministro de Asuntos Exteriores, Si Mohammed Bargach, que en 23, uno de los nombres locales de Puerto Cansado en esas fechas. de Manrique. En este punto, se hace necesario decir que por aquellas fechas, y tras tener noticias de los resultados de la expedición del investigador canario, las autoridades españolas empezaron a considerar a Puerto Cansado como el lugar en el que estuvo el antiguo establecimiento español, como era el caso del entonces capitán general de Canarias, Valeriano Weyler, pero para los intereses de España era más conveniente, según el ministro de Estado Marqués de la Vega de Armijo, lograr primero la posesión de 24. A pesar de las reticencias de las autoridades artículo 8º del Tratado de Paz de Wad Ras25. - citar para el primero de los casos a Pierre de Cenival, Frédéric de La Chapelle y a Théodore Monod, y para el segundo, a Paul Pascon26. Asimismo, autores españoles como el profesor Antonio Rumeu de Armas, en otro tiempo partidario Puerto Cansado con la antigua Mar Pequeña27. En la actualidad, los restos de la antigua torre, como hemos apuntado con anterioridad, se encuen-tran prácticamente cubiertos por las arenas, lo que unido al hecho de que las mareas de la laguna ya no le afecten ofrece el dato positivo de su conservación permanente y permite plantear futuros proyectos arqueológicos para profundizar en su conocimiento28. - sentado en la cartografía histórica (portulanos, cartas náuticas, mapas y planos). Respecto al nombre, varios son los topónimos europeos que aparecen según la época, empezando por Mar Pequeña y sus variantes (Marpequeno, marpequeñ, marpechigne, marquepeno, Marpeiveno, Marpiveno, Marpeveno, etc.)29 también conocido por los pescadores canarios como «Boca del Río»30. Conviene apuntar, asimismo, la evolución del nombre con el que las tribus del desierto denominaban el lugar: así, tenemos los topó-nimos de Guader, Guider Erredchila, Rgueala, Argila, Eryila, Al Ued Nahila y Ain Najla entre otros31, (1985), p. 145. (1949), p. 126. p. 133. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 8 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 ubicación, esta ha sufrido algunas variaciones con el transcurrir de los siglos, si bien apareciendo en la En este trabajo nos referiremos a las primeras apariciones del topónimo Mar Pequeña y sus variantes conservados en la actualidad. Los inicios de la cartografía náutica portuguesa se han situado históricamente durante la primera - - historiografía Escuela de Sagres y en donde habría ejercido un papel fundamental el cartógrafo Jácome una vez cristianizado)32, hijo del cartógrafo Abraham Cresques (o Cresques Abraham), autor del famoso Atlas Catalán de 1375 (conservado en la Bibliothèque Nationale de Francia, en adelante BNF). Sin em-bargo, en la actualidad muchos de estos supuestos históricos se están poniendo en duda o, cuanto menos, de Sagres se habrían creado en época moderna por razones de política nacionalista-romántica portugue- 33. Asimismo, se considera pro-bado que Jácome de Maiorca y Jefudá Cresques o Jaume Ribes no fueron la misma persona, puesto que el primero trabajó en Portugal en la década de 1420 y el segundo ya habría fallecido en 141034. formada únicamente por tres ejemplares35Carta portuguesa anóni-ma de la Biblioteca Estense Universitaria Carta portulana de Jorge de Aguiar Universidad de Yale, EE.UU., con Portulano de Pedro Reinel Burdeos, Francia, datado actualmente entre 1492-1504. No obstante, esto no quiere decir que no hubiesen existi-do otras cartas anteriores, ya que varios textos de mediados de siglo hacen mención a la realización de «cartas de marear»36 a 1490 al representar la costa occidental africana con los topónimos portugueses37. El hecho de que sólo se conserven las tres citadas podría deberse a varios factores, como el terremoto que destruyó en 1755 marinos, lo que conllevó un alto grado de degradación, a diferencia de muchas de las de siglos posterio-res que, debido a su belleza y valor, no se destinaron a la navegación38. mallorquina e italiana que representaba la costa noroccidental de África era «aluet nul» (en tinta negra) 39. Así, podemos citar, a modo de ejemplo, «aluet nul» en la Carta de Angelino Dulcert de 1339 (BNF), en la Carta de Pizzigani de 1367 (Biblioteca Palatina de Carta de Maciá de Viladestes de 1413 (BNF), «alluet null» en el Atlas Catalán - Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 9 de los Cresques de 1375 (BNF), «alluet nul» en la Carta Portulana de Guillem Soler de 1380 (BNF), «albet nul» en la Carta de Bartolomeo Pareto de 1455 (Biblioteca Nazionale Centrale en el Atlas de Grazioso Benincasa de 1467 (BNF) y en la Carta Anónima italiana de hacia 1470 (BNF), «alber mil» en la Carta Portulana de Francischus Becharius- cript Library, Universidad de Yale, EE.UU.), y «albet mill» en la Carta Portulana de Albino di Canepa de 1489 (James Ford Bell Library, Universidad de Minnesota, EE.UU.). También, se pueden citar dos Cartas de Petrus Roselli casos estos topónimos se sitúan al suroeste del cabo Nun (Cap de non, Cauo de no, Cauo de non, Cabo de no, Cabo de non) y próximo por el noreste al cabo Juby (Cauo de Sabiun, Cauo de Sable, Cauo de Sabre, Cauo de Sabro, Cauo de Sabiom, Cauo de Sabium, Cabo de Sablin) (Fig. 6), es decir, la situación Carta de Maciá de Viladestes de 1413 (BNF) y la Carta de Petrus Rosselli de 1466 (BNF). En óvalo - el segundo, con Puerto Cansado40 este sentido, Manrique consideraba que la expresión «aluet nul» era una variación de «Al Ued Nahila» o «Naila» (el río de la laguna), nombre con el que las poblaciones locales conocían Puerto Cansado en 41, a la vez que, como se ha dicho anteriormente, los pescadores canarios se referían a este lugar como «Boca del Río»42 Pequeña»43. portuguesas más antiguas Hasta fechas recientes, se pensaba que la primera aparición de Mar Pequeña en la cartografía se daba, según el profesor Rumeu de Armas, con el topónimo «marpequeno» en la llamada Carta del des-cubrimiento de Arguín o Carta anónima de hacia 1460 (Veneranda Biblioteca Ambrosiana de Milán, 44. Sin embargo, las investigaciones de Juan Tous Meliá sobre la representación de las Canarias la antigua ciudad caravanera de «Nul Lamta» podría hacer plantear la hipótesis de alguna relación entre ambos. No obstante, restos se localizan al sureste de la población de Guelmim), al noreste del citado cabo, desaconsejan, en principio, su posible vinculación. Rumeu de Armas, en BLANCO (2009), p. 30. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 10 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 en la cartografía histórica han hecho que haya que replantearse la datación de dicha carta, puesto que la documentación que posee la biblioteca milanesa remite a un portulano datado en la primera mitad del o de Bartolomé Olives o Jaume Olives según Tous45. Por ello, y según los datos de los que disponemos actualmente, consideramos que la primera representación de Mar Pequeña se produce en los tres ejem- Carta portuguesa anónima Carta portuguesa anónima o Carta náutica de las costas atlánticas de Europa y África, datada ha-cia 1471 (Biblioteca Estense Universitaria x 73 cm)46. Se trata de una verdadera carta náutica que pudo haber sido diseñada para su uso en los viajes marinos47. Representa las costas atlánticas de Europa y África, desde el Sena hasta el «Río Primeiro», en el golfo de Guinea junto al «Rio do Lago», y muestra los descubrimientos africanos portugueses hasta carta náutica portuguesa que ha llegado a nuestros días, si bien no consta autoría ni datación concreta. Alfredo Pinheiro Marques considera que podría haber sido realizada en el periodo 1471-1482 al hacer mención a «a mina do ouro» y no al «Castelo da Mina» (que comenzó a construirse en 1482)48, e incluso 49. Su atribución a una autoría anónima portuguesa se debe, en gran parte, a la utilización de numerosos topónimos en esa lengua. Ateniéndonos a las dataciones establecidas hasta la fecha, podemos considerar esta carta como la primera en la que se representa Mar Pequeña, entre el cabo Nun (C denom) al noreste y el cabo Bojador ensenada marcada con una x en el centro, que puede hacer referencia a la existencia de un islote y a la pese a la mayoría de topónimos portugueses, aparece uno en español, «playas», junto a «marpequena». respecto de su entorno50, nos lleva a plantear la hipótesis de que esta carta náutica pudo haberse realizado con posterioridad a 1478, fecha de la posible fundación de la torre de Santa Cruz de Mar Pequeña por Carta Portulana de Jorge de Aguiar, con fecha de 1492 Library, Universidad de Yale, EE.UU., con número 30cea/1492. Pergamino de 114,3 x 88,9 cm)51. Al igual que la anterior, representa las costas atlánticas de Europa y África, aunque en este caso desde las 52, y está considerada como la primera resulta una carta problemática. Muestra la costa de África dividida en dos secciones, y por sus aspectos 53. Se representa Mar Pequeña entre el cabo Nun (C de nam) y el cabo Bojador (C de bojador), y muy en rojo (la doble «a» podría deberse a un error durante el diseño) junto a una ensenada a la que llega des-de el interior un río de largo y ondulado trazo54 topónimo con la variante de «albermin» (Fig. 8). 50 MORENO (2015), p. 12. 54 Aunque esta carta portulana parece representar de forma idealizada un río que llega desde el interior, muestra una situa- Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 11 Carta portuguesa anónima datada hacia 1471 (C.G.A.5.c., Biblioteca Estense Universitaria Carta Portulana de Jorge de Aguiar Manuscript Library, Universidad de Yale). Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de G 12 ran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 Portulano de Pedro Reinel, datado actualmente entre 1492-1504 la Gironde, Burdeos, Francia, con signatura 2 Fi 1582bis. Pergamino de 95 x 71 cm)55. Representa las costas atlánticas de Europa y África, desde las islas británicas al «Río do Padrom» (Congo), en el que - cional de Historia Marítima de Portugal56 ha provocado desde su descubrimiento que se hayan propuesto varias fechas aproximadas, hasta que en 1995 Joaquim Ferreira do Amaral estimase que este portulano se debió de realizar en dos momentos cronológicos, uno hacia 1492, representado en la sección de la costa de África hasta «o castello Amina», y otro hacia 1504, en la sección interior hasta el «Río do Padrom». La dualidad se debería a las políticas de los sucesivos descubrimientos, para no facilitar a sus rivales europeos la navegación marítima hacia 57. Mar Pequeña aparece representada en la primera sección (hacia 1492), y de igual manera que en los ejemplares anteriores, entre el cabo Nun (C denam) y el cabo Bojador (C de bojador), y junto al cabo - ble «n» podría deberse, también, a un error durante su diseño). En este caso, y en vez de la ensenada, se representa una abertura estrecha hacia el océano con un pequeño recorrido hacia el interior. Asimismo, se mantiene el antiguo topónimo con la variante de «alberne» (Fig. 9). Portulano de Pedro Reinel, datado entre 1492-1504 (2 Fi 1582bis, Archives Burdeos). Herrera y reconstruida en 1496 por Alonso Fajardo, hecho que la convierte en el primer establecimiento español en África continental, se encuentra en la actualidad prácticamente cubierta, y próxima a des- 55 La copia digitalizada requiere la previa petición al archivo bordelés. 56 ALEGRÍA y otros (2007), p. 984. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2018), núm. 64: 064-017, pp. 1-15 13 lo que conlleva, sin embargo, que su conservación se convierta en permanente y efectiva, permitiendo así plantear proyectos arqueológicos que ayuden a profundizar en su conocimiento. Algo más de cinco Atlántico y a los diferentes avatares de las relaciones exteriores de España, cuyo recuerdo histórico ha- - nial española en el noroeste de África. El enclave fue primero reivindicado, luego se fundó y conquistó, después se abandonó, se mantuvo en el olvido durante varios siglos, más tarde se utilizó para reclamar el de Marruecos al formar parte del conocido como territorio de Cabo Juby. sus primeras representaciones aparecen, a tenor de los datos de los que disponemos actualmente, en las por lo que los topónimos iniciales no son en español, sino en portugués. Hasta ese momento, la carto- tinta negra. Con las cartas portuguesas, y a partir de ellas, se representará el nombre de Mar Pequeña y sus variantes en color rojo, mostrando de este modo la importancia que tuvo con respecto a su entorno. por lo que resultaron totalmente desconocidas para los estudiosos que dirimieron en el último cuarto prácticamente exactos que ofrecen, habrían ayudado a despejar gran parte de las dudas que la motivaron. Memoria sobre Santa Cruz de Mar Pequeña y las pesquerías en la costa noroeste de África The History of Cartography. Cartography in the Eu-ropean Renaissance, vol. 3. University of Chicago Press, pp. 975-1068. cuentas de la Armada, fuente para el estudio de la vida cotidiana. Gran Canaria en 1496». En MO- XIII Coloquio de Historia Canario-Americana. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, pp. 2244-2259. BECKER, J. (1903). España y Marruecos. Sus relaciones diplomáticas durante el siglo XIX. Madrid: Tipolitografía Raoul Péant. 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