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Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 1 © 2016 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. * Licenciada en Geografía e Historia por la UNED. Ha estado trabajando con una beca de investigación en el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. En la actualidad se encuentra finalizando su tesis doctoral (en las descolonizaciones del Sahara Occidental y Timor Leste en la ONU entre 1974-1976) en Paz, Seguridad y Defensa en el Instituto Universitario Ge-neral Gutiérrez Mellado (IUGM/UNED). C/ Juana Elorza, 30, P. 4º. 28043. Madrid. España. Teléfono: +34 605 497 115; correo electrónico: angelondra@gmail.com 1975: El último año del Sahara Español 1975: Last year of the Spanish Sahara Silvia Ángel Santano* Recibido: 11 de noviembre de 2014 Aceptado: 18 de junio de 2015 Cómo citar este artículo/Citation: Ángel Santano, S.(2016). 1975: el último año del Sahara Español. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 62: 062-005. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9410 Resumen: En 1975 se perdía la última colonia española: el Sahara Occidental, en un continente, África, que nunca había sido la expansión tradicional de España. La versión oficial siempre ha achacado esa pérdida a la difícil coyuntura por la que atravesaba el país, la excusa de la presión de la Marcha Verde mezclada con el estado de salud de Franco, como los argumentos válidos que justificarían la posterior entrega del Sahara a Marruecos y Mauritania. Este artículo repasa el último año de la presencia colonial española en el Sahara Occidental y recoge algunas de las contradicciones de la versión oficial que todavía no se han aclarado. Con ese objetivo se analizan cronológicamente los hechos más relevantes sucedidos hasta la firma de los Acuerdos de Madrid el 14 de noviembre de 1975. Algunos de los acontecimientos que se exponen son de dominio público, otros se produjeron entre bastidores -de ahí que su importancia hasta ahora se haya minimizado- su análisis a partir de fuentes primarias no investigadas pretende ampliar nuestro conocimiento acerca de este hecho. Palabras clave: Sahara Español; Marcha Verde; versión oficial; Marruecos; Hassan II. Abstract: In 1975 Spain lost its last colony: the Western Sahara, on a continent, Africa, that had never been a part of Spain’s traditional expansion. The official version has alleged that its loss was due to the combination of the Green March’s pressure combined Franco’s failing health, as valid arguments that justify the posterior Sahara’s surrender to Morocco and Mauritania. This article reexamines the last year of Spanish occupation of the Western Sahara and collates some of the contradictions in the official version which have still not been clarified. With this in mind, the most relevant facts up until the signing of the Madrid Accords on the 14th of November 1975 will be studied chronologically. Some of the events described are widely known, others are from behind the scenes -hence their importance until now have been played down- an analysis from primary sources not previously investigated aims to expand our understanding around this event. Keywords: Western Sahara; Green March; official version; Morocco; Hassan II. Introducción Con los Acuerdos de Madrid de noviembre de 1975, que cedían el traspaso de la administración del Sahara Español a Marruecos y Mauritania, España cerraba una página de su historia como potencia colonial. Por desgracia, la que antaño había sido una de las grandes potencias coloniales, había pasado a ser desde el siglo xix, con la pérdida de las colonias americanas -y sobre todo después del desastre del Silvia Ángel Santano Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 2 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 98-, una «pequeña potencia»1 con un mínimo peso en la escena internacional. Este escaso peso en la escena internacional en el siglo del reparto africano condicionaría de modo rotundo el inmediato devenir histórico de un país siempre marcado por un constante complejo de inferioridad2 y persecución que ha llegado incluso a mediatizar la ejecución de una política exterior, que aún hoy en día se resiente de estos complejos. En octubre de 1975 Franco estaba muy enfermo y el destino del Sahara Occidental también estaba decidido. Pero, desde la última reunión del Consejo de ministros presidida por Franco el día 17 hasta la firma de los Acuerdos de Madrid con Marruecos y Mauritania, casi un mes más tarde (14 y 15 de noviembre), tuvieron lugar varios sucesos de importancia capital que decidirían la suerte de un territorio administrado por España ante las Naciones Unidas y el resto del mundo, pero seriamente ambicionado por Marruecos. La línea temporal se dividirá en tres bloques: la primera parte se extiende desde enero de 1975 hasta mayo, cuando el Gobierno español anuncia ante la prensa su deseo de retirarse del territorio; la segunda contempla los sucesos acaecidos desde ese momento hasta el verano; y el tercer bloque, al que denominaré “el desenlace” tendrá lugar en otoño del mismo año, cuando España traspase de manera oficial la administración del territorio a Marruecos y Mauritania. 1. De enero a mayo de 1975 El año comienza con el anuncio del Gobierno español de aplazar el referéndum3 como había solicitado la ONU en espera del informe del TIJ (Tribunal Internacional de Justicia). Al mismo tiempo, a finales de enero, la representación oficial de Marruecos ante Naciones Unidas presenta un recurso ante el Comité de Descolonización con el fin de que se examine la situación de las plazas norteafricanas de Ceuta y Melilla, los presidios e islas menores; movimiento que era la continuación de una serie de declaraciones efectuadas ante la prensa por varios dirigentes marroquíes, entre ellos el primer ministro Ahmed Laraki, que reiteradamente hacía un llamamiento al retorno de los dos enclaves, los presidios y por supuesto del Sahara español (las provincias del sur para Marruecos). Estas acciones respondían a la necesidad de mantener el tema candente de cara a la opinión pública interna y externa. Marruecos no podía permitir que, durante el compás de espera hasta que el TIJ emitiera el veredicto sobre el contencioso del Sahara, el asunto pudiera olvidarse con el riesgo que ello conllevaba para la imagen del monarca. Un informe secreto interno de la Agencia Central de Inteligencia, CIA por sus siglas en inglés4, del 7 de febrero de 1975 sobre la situación entre Marruecos y España lo presenta del modo siguiente: El asunto de los enclaves ayudará al rey a congregar a la opinión pública en torno a su persona además de aumentar su prestigio. Su éxito personal al forzar el asunto de la descolonización del Sahara español ha sido una de las acciones más populares de su reinado, pero aun así habrá que esperar un mes más hasta que el TIJ empiece a examinar el problema. Artículos favorables de la prensa opositora señalan que ha triunfado el último esfuerzo del rey en crear una nueva 1 El término pequeña potencia fue acuñado por Jover Zamora para designar el escaso peso internacional de España durante la Restauración. Jover Zamora (1999), p. 112. 2 La magnífica obra de Ricardo García Cárcel sobre la Leyenda Negra. Historia y opinión, reabre el debate acerca del sentimiento de inferioridad motivado por una falsa o errónea percepción de nuestra propia imagen tal y como la presenta el otro. Imágenes o sentimientos que han continuado latentes en el imaginario colectivo de la sociedad española hasta nuestros días. García Cárcel (1998). Continuando en esta línea, el hispanista francés Joseph Pérez con su libro La Leyenda Negra revisa de nuevo esta conocida leyenda, además de abordar los sentimientos de inferioridad y los problemas que ha generado entre los españoles para asumir sin complejos su historia común. Pérez (1999). 3 En el verano de 1974 España anunciaba públicamente su intención de celebrar un referéndum de autodeterminación durante los primeros seis meses del año siguiente, 1975. Marruecos alarmado ante la posibilidad de que el resultado de dicha consulta no fuera favorable a sus intereses, decidía presentar una diligencia formal ante el Tribunal de Justicia de la Haya para que se aclarara cuál era la situación anterior a la llegada de los europeos al Sahara y las posibles vinculaciones políticas, en caso de que las hubiera, de ese territorio con el reino de Marruecos. 4 CIA, Central Intelligence Agency. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 3 1975: El último año del Sahara Espa ñol ola de patriotismo anticolonialista. Con ello consigue distraer la atención de las quejas de las clases medias y de paso proporcionar una salida a los ímpetus de los militares desafectos. El informe continúa analizando la reacción española ante la ofensiva marroquí: La acción marroquí sobre los enclaves ha provocado sorpresa, alarma y una unánime indigna-ción en los medios de comunicación españoles y en los círculos oficiales. Militares españoles cercanos a Estados Unidos inmediatamente apuntaron que aunque España tiene la intención de retirarse del Sahara, nunca lo hará de los enclaves. El ministro español de Asuntos Exteriores [Pedro] Cortina, celebró un encuentro de alto nivel sobre el tema del Sahara y el norte de Áfri-ca, pero no ha habido indicios de ninguna decisión […] Las Cortes españolas presentaron una resolución informal reafirmando la “adhesión” española a Ceuta y Melilla5. España estaba dispuesta por todos los medios a dejar claro que los ataques a las dos ciudades norteafricanas ponían en peligro la integridad territorial del Estado, que se defenderían sin escatima esfuerzos. De ahí la puesta en marcha de un amplio dispositivo naval y aéreo6 como medida de disuasión en la zona. El análisis de este informe de la CIA pone de manifiesto varias cuestiones: en primer lugar que Hassan II no ahorraría esfuerzos para hacerse con el Sahara porque en ello le iba el trono, y que este acto de fuerza por parte de Rabat no se iba a quedar sin una firme respuesta de España. Una cosa era el asunto del Sahara, territorio pendiente de descolonización en manos de la ONU, y otra muy diferente amenazar Ceuta y Melilla, plazas de soberanía que formaban parte de la integridad del Estado. Asimismo, la contundente respuesta española podía ser indicativa de que la postura adoptada por las autoridades del régimen difería, en lo que respecta al Sahara del resto de posesiones norteafricanas, que nunca habían poseído un carácter colonial tan claro. Con estas premisas, merece la pena destacar que, en el informe, militares españoles sin identificar, citados por los norteamericanos, señalaron que España tenía la intención de retirarse del Sahara. Ya a principios de año se había contemplado seriamente la opción de retirada del territorio, como volverá a confirmar un informe posterior estadounidense fechado el 10 de febrero, tres días después del anterior, que recoge una interesante conversación entre el ministro de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina, y el embajador estadounidense en Madrid, Wells Stabler. El primero, ante el temor del embajador a que una salida prematura del territorio pudiera provocar un conflicto en la zona que implicase a los países vecinos, le contestó que ésa era una de las cuestiones que más preocupaba a España; en consecuencia, se buscaría un previo acuerdo entre las partes interesadas y se pediría la colaboración de EE UU, pero además, en este encuentro, Cortina parecía preocupado por la suerte de la población saharaui ante el 5 “The enclave issue will help the King continue to rally public opinion and to enhance his prestige. His success in forcing action on the decolonization of Spanish Sahara was one of the most popular actions of his reign, but it will be another month before the World Court even examines that problem. Favorable articles by the opposition press indicate that the King’s latest effort has succeeded in creating a new wave of anti-colonialist jingoism. This should could to distract attention from middle-class and liberal grievances and provide an outlet for the energies of disaffected military officers. The Moroccan action on the enclaves provoked surprise, alarm, and near unanimous indignation in Spanish news media and official circles. Spanish military contacts of the US attaches in Madrid immediately stressed that although Spain intends to withdraw from the Sahara, it will never withdraw from the enclaves. Spanish Foreign Minister Cortina held an urgent high-level meeting on the Sahara question and North Africa, but there has been no indication of any decision. […] The Spanish legislature introduced an informal resolution affirming Spain’s “adhesion” to Ceuta and Melilla”. Rabat Continues Campaign Against Territorial Holdings, February 7, 1975. NARA (National Archives and Records Administration), Central Intelligence Agency (CIA), Staff Notes: Western Europe International Organizations, secret, box 118. No. 0127-75. 6 Compuesto por dos destructores, un submarino, transportes de ataque y una escuadrilla de helicópteros de ataque. El amplio despliegue militar en la zona dejó perplejos a los estadounidenses por la rapidez y la contundencia de la acción, a la vez que se enviaba un claro mensaje a Rabat. López Pozas (2010), p. 66-67. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 4 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano posible acuerdo al que pudiesen llegar entre los cuatro países afectados, España, Marruecos, Mauritania y Argelia7. Sin embargo, a finales de febrero, el general Eduardo Blanco, director general de Promoción del Sahara, afirmaba ante el mismo embajador que «la opción de la independencia había dejado de ser viable y que España debía llegar a un entendimiento con Marruecos»8 opinión diferente a la anteriormente ofrecida por el ministro Pedro Cortina. Estos encuentros reflejan de manera clara la disparidad de opiniones con las que se abordaba el delicado tema de la descolonización del Sahara. No había una posición unánime por parte de España respecto a si la opción de retirarse del Sahara significaba darle la independencia, según el resultado del referéndum, o llegar a algún tipo de acuerdo con el Frente Polisario, siempre a través de encuentros reservados. Por el contrario, también se contemplaba la opción de ceder el territorio a uno o a los otros países interesados: acuerdo con Marruecos o acuerdo múltiple España-Marruecos-Argelia-Mauritania. Poco tiempo después, el 28 de abril de 1975 el monarca Hassan II en la emisora de radio francesa France Inter proclamaba que él mismo encabezaría una marcha al frente de su pueblo, y acababa la cita señalando que «en el caso de que este asunto se pudra, lo hará en favor de Marruecos»9. Estas declaraciones fueron recogidas por la prensa española al día siguiente de su aparición, de modo que no se entiende que el ministro de la Presidencia, Antonio Carro, escribiera lo siguiente: «Para España la “Marcha Verde” fue una sorpresa, y una gran amenaza»10. Incomprensible incluso si revisamos la prensa de la época11: «Enérgica respuesta española a las declaraciones de Hassan II. Está contenida en el escrito dirigido al secretario general de la O.N.U. por nuestro representante permanente»12. Con este titular encabezaba el periódico ABC la noticia que recogía la respuesta en forma de carta enviada al Secretario General de la ONU, por Jaime de Piniés13. La noticia informaba de la misiva redactada por éste a petición del Gobierno, es decir, un calco del posterior testimonio del mismo ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso14 (CAE) el 14 de marzo de 197815. Por ello, no se entiende que la versión oficial ofrecida por las autoridades se escudara en la sorpresa ante la marcha marroquí cuando en una fecha tan temprana como abril de 1975, las mismas habían advertido a nuestro representante en Nueva York de las citadas declaraciones del monarca alauita. Piniés justifica este olvido achacándolo de manera indirecta a la falta de sintonía entre las diferentes instituciones implicadas en el tema: Era una nueva amenaza de invasión que más tarde se materializó y cogió desprevenida a la Presidencia del Gobierno que, sin duda, había olvidado esta declaración [...] Pues bien, esto que está clarísimo [–en referencia a las declaraciones de Hassan II ante France Inter (v. su-pra)–], resulta que nadie lo percibió en la Presidencia del Gobierno y, sin embargo, la Nota procedía del Ministerio de Asuntos Exteriores que, repito, nos instruyó para que se entregara al secretario [general de la ONU Kurt] Waldheim. Ocurrieron cosas tan extrañas que es muy posible que quienes estaban más cerca de los acontecimientos no los juzgaran con la frialdad que da la distancia16. 7 López Pozas (2010), p. 108. 8 López Pozas (2010), p. 108. 9 Hemeroteca.abc.es (1975, abril 30) Declaración de Hassan II a «France Inter». «Si se impone la autodeterminación en el Sahara, Marruecos marcharía sobre ese territorio». (Consultado en: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemerote-ca/ madrid/abc/1975/04/30/055.html). 10 Carro (1976), p. 27. 11 El secreto oficial sobre el Sahara se levantó parcialmente durante el verano de 1974. 12 Enérgica respuesta española a las declaraciones de Hassan II (8 de mayo de 1975). ABC, p.7. 13 Jaime de Piniés fue embajador permanente de España en las Naciones Unidas durante catorce años, desde 1968 hasta 1972, y con posterioridad entre 1973 y 1985. Gracias a su carisma y a su buen hacer obtendría el cargo de Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1985, convirtiéndose en el único español que ha ejercido ese puesto hasta el momento. 14 La Comisión de Asuntos Exteriores (CAE) del Congreso de los diputados se constituyó a petición del grupo socia-lista en 1978, con la finalidad de esclarecer los sucesos que llevaron a la controvertida descolonización del Sahara Español. 15 Declaraciones de Jaime de Piniés ante la Comisión de Asuntos Exteriores (CAE). Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 14 de marzo de 1978, núm. 31, pp.7-8, 20. 16 Piniés (1990), pp.60-61. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 5 1975: El último año del Sahara Espa ñol La falta de unidad de las distintas administraciones es una realidad patente en la forma de actuar de cada una de ellas probablemente motivada por las divergencias a la hora de abordar la solución al problema. Sin embargo, aunque pudiéramos achacar o al olvido o a la desunión, o incluso a lo que Tusell denomina como «pluralidad de actitudes17», el hecho de que se pasaran por alto unas declaraciones que también recogió la prensa del momento, obliga a replantearse desde otra perspectiva la tradicional versión oficial de la cesión de la administración del Sahara Occidental. No existe un consenso entre los especialistas con respecto a la fecha concreta o a quiénes decidieron una retirada unilateral del territorio y su posterior cesión a Marruecos. En este sentido son varios los historiadores que han planteado fechas más tardías –en concreto, octubre– para ese hipotético acuerdo18, aunque la datación puede ser incluso anterior, más concretamente durante el mes de abril, cuando se celebraron «varias reuniones de alto nivel entre Presidencia y el Alto Estado Mayor […] Debieron de ser elementos militares los que jugaron un papel decisivo en la cesión del territorio a Marruecos, según parece adivinarse por la correspondencia de Gutiérrez Mellado»19. Una visión muy similar es la compartida por Gil Pecharromán: En abril de 1975 sus miembros [en referencia a los miembros del Alto Estado Mayor] se ha-bían reunido con el presidente Arias y el ala militar del Gobierno para analizar la situación. Convinieron en que un Estado saharaui gobernado por el Polisario y sometido a la tutela de Argelia entrañaba serios peligros no sólo para Marruecos, sino también para España20. Hipótesis que también avalaría la declaración de Piniés ante el Congreso, en 1978: «creo que la decisión política que se llevó a cabo se debió a una presión militar»21. No obstante, las declaraciones ante el Congreso de las autoridades militares implicadas en el tema del Sahara (tanto las del territorio como las de la metrópoli) contrastan fuertemente con lo anterior, porque ellos afirmaban desconocer «una segunda alternativa dentro del Gobierno español partidaria de la entrega del territorio del Sahara directamente a Marruecos y Mauritania»22. Lo que parece incomprensible es que si la decisión se había tomado en una fecha tan temprana como abril ¿se tomó antes o después de las declaraciones de Hassan II, o quizás a raíz de ellas? ¿Por qué razón se adopta una actitud tan ambivalente? ¿Qué motivos impulsaron a las autoridades españolas a continuar en el Sahara y a retirarse posteriormente después de la amenaza de la Marcha Verde? España, al retirarse de esa forma y alcanzar un acuerdo con Marruecos y Mauritania –a los que entregaba la administración del territorio–, no cumplía con los compromisos internacionales adquiridos ante Naciones Unidas: «el Alto Estado Mayor contemplaba consideraciones estratégicas que no iban en la onda de los acuerdos de la Asamblea General de la ONU»23. Esta circunstancia era obviamente conocida por el selecto grupo que tomó la decisión, por lo que cabe concluir que, además de las consideraciones estratégicas, se consideraron otras, entre las que se añaden la intensa presión internacional y el papel jugado por Estados Unidos o por el propio Hassan II. Al monarca alauita no le interesaba que España se retirara en cualquier momento o de cualquier manera, prefería que su retirada se efectuara de una manera ordenada, es decir que se retirara como finalmente lo hizo. Al considerar detenidamente lo sucedido, la entrega del Sahara favoreció en mayor medida a Marruecos; de hecho la agenda que se marcó hasta la solución de la crisis fue la impuesta por el régimen marroquí, el gran beneficiario de la operación. 17 Tusell (2003), p. 226. 18 Bárbulo (2011), p. 326; Diego Aguirre (1988), pp. 739-740 y Villar (1982), p. 326. 19 Tusell (2003), p. 225. 20 Gil Pecharromán (2008), p. 395. 21 Declaraciones de Jaime de Piniés ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 14 de marzo de 1978, p. 25. 22 Declaraciones del general Eduardo Blanco y del general Gómez de Salazar ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 13 de marzo de 1978, 30, pp. 43, 50. 23 Gil pecharromán(2008), p. 395. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 6 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano La visita de la misión de Naciones Unidas, al mes siguiente, en mayo de 1975, es, sin duda, el acontecimiento que servirá de marco a las posteriores declaraciones del Gobierno español ante la prensa. El embajador permanente de España en las Naciones Unidas, Jaime de Piniés, informaba del hecho de la siguiente forma: «La misión estaba compuesta por el embajador de la Costa de Marfil, Simeón Ake, la representante de Cuba, Marta Jiménez y el de Irán, Manouche Pishva, acompañados por Francisco Villar, primer secretario nuestra delegación»24. El 12 de mayo de 1975, los representantes elegidos por la ONU para recorrer el territorio serían recibidos en El Aaiún por una multitud saharaui blandiendo banderas del Frente Polisario ante la pasividad y el asombro de las autoridades españolas. Éstas esperaban que los numerosos afiliados25 del partido creado por la administración española, el Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS), les hubieran recibido enarbolando consignas favorables a los intereses españoles, pero ocurrió lo contrario: «en su lugar se levantan múltiples banderas, negro, blanco, verde y rojo del Frente Polisario. Lo mismo ocurre en toda la región norte. Los gritos de autodeterminación e independencia son superados por los de “fuera España” y el “PUNS, traidor colonialista”»26. Carro se refiere a los incidentes producidos durante la misión de la siguiente forma: España invitó27 a una misión visitadora de la ONU [...] que se personó en el Sahara del 12 al 19 de mayo de 1975. Los sucesos fueron detalladamente narrados por la prensa. Sin embargo, es interesante destacar que en aquella oportunidad el F. Polisario dominó sorprendentemente la calle, produciéndose claras manifestaciones por la no continuación de la presencia española en el territorio28. El impacto de lo sucedido en el Sahara Occidental provocaría una inmediata reacción en Presidencia del Gobierno: Si la visita de la Comisión de las Naciones Unidas tenía por objetivo demostrar que la pobla-ción quería ser independiente y que rechaza[ba] la anexión por cualquier potencia limítrofe, el objetivo ha sido logrado. A favor de una libertad total de manifestación, expresión y co-municación con los comisionados de las Naciones Unidas, el pueblo saharaui, lo mismo el organizado políticamente en la clandestinidad [se refiere a los afiliados al Frente Polisario] que el implicado en la Administración así como la llamada masa neutra o mayoría silenciosa. Este podría ser el aspecto positivo de la visita. Pero hay también un aspecto negativo de importancia que se ha revelado en la ocasión de refe-rencia y que va a constituir un condicionante de las opciones políticas que adopte la potencia administradora: El pueblo saharaui se ha declarado opuesto a la continuación de la presencia española en el Territorio. Fueron minoritarias las voces de los notables y gentes del pueblo que se acercaron a la Misión con palabras de afecto a España y mayoritarias las opiniones de acerva crítica sobre la actuación de nuestro país en todo lo que respecta a la política y la administración del Territorio. […] Consideraciones que se valorarían en las variadas y hasta contradictorias conclusiones a las que se llegaba: 24 Piniés (1990), p.61. 25 Según las autoridades españolas, unos 15.000. 26 Diego Aguirre (1988), p. 689. 27 El 7 de diciembre de1966 España se comprometió en la ONU a aceptar la visita de una misión especial de las Na-ciones Unidas en el territorio, como se recoge en la resolución 2229 (XXI) de 20 de diciembre de 1966. Nótese que la visita se efectuaría nueve años más tarde, en mayo de 1975, un indicativo más de las fluctuaciones del Gobierno español en relación a la descolonización del Sahara. 28 Carro (1976), p. 23. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 7 1975: El último año del Sahara Espa ñol La situación actual después de la visita de las Naciones Unidas ha de ser reconsiderada urgen-temente dada la modificación de los datos del problema y la afloración de otros nuevos. Parece, pues, oportuno montar una nueva política que podría basarse en los siguientes razonamientos: 1. El problema del Sahara es principalmente internacional. Marruecos quiere anexionarlo con-tra la voluntad de la mayor parte de los habitantes del Sahara; lo mismo que con Mauritania, que con mayores afinidades saharauis, ve la posibilidad de aumentar su propia riqueza. Ar-gelia, sin alardear de ninguna reivindicación territorial, aspira a crear en el Sahara un Estado Revolucionario sobre el que puede ejercer un inexorable dominio. 2. En el Sahara hay una minoría pro-marroquí compuesta de comerciantes y de algunos miem-bros de las tribus del norte con muy poca influencia en la voluntad general del Territorio. Por ello Marruecos propone sencillamente que se le entregue el Sahara sin Referendum [sic]. […] 3. Igualmente, Argelia alienta y alimenta al Fpolisario [sic] cuyo tono revolucionario viene dado por los elementos jóvenes e intelectuales. […] Por lo tanto, el último punto de las conclusiones consideraba que: 8. Pudiera caber también una solución de acuerdo con alguno de los países: Marruecos o Arge-lia. En el primer caso sería posible salvar algunos intereses españoles y consolidar el régimen marroquí. En el segundo caso, tal vez pudieran salvarse también los intereses económicos españoles, pero la aparición de un país comunista al Sur de Marruecos derribaría al régimen del Rey Hassan y crearía en este país una situación revolucionaria29. En el documento, fechado en Madrid el 21 de mayo de 1975, sin firma, se evidencia que en Presidencia ya se debatía la opción de la entrega del Sahara a alguno de los países interesados, pero sobre todo a Marruecos o Argelia, aunque los motivos económicos parecía que pesaban en las decisiones, la importancia del componente político acabaría por imponerse. Enlazando con el anterior documento, tres días más tarde, el 24 de mayo, el ABC publicaba la siguiente nota del Gobierno bajo el titular: “España no pretende prolongar su permanencia en el Sahara. Declara su propósito de transferir la soberanía del territorio en el más breve plazo posible”; declaraciones efectuadas por el ministro de Información y Turismo, León Herrera, después de la reunión del Gobierno donde evaluaron los informes presentados por los ministros de la Presidencia del Gobierno, Asuntos Exteriores y el Ejército sobre la situación en la zona. Según los informes anteriores España continuaría con «la línea de actuación tradicionalmente mantenida», –línea de actuación contradictoria y fluctuante como queda patente–, y anunciaba públicamente en una declaración de cinco puntos la decisión tomada: El Gobierno confirma su deseo de cumplir con las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas, y al propio tiempo declara su propósito de transferir la soberanía del territorio en el más breve plazo que sea posible, en la forma y modo que mejor convenga a sus habitantes y a la satisfacción, en su caso, de cualquier legítima aspiración de países interesados en aquella zona, sin perjuicio de defender sus intereses en dicho territorio en el ámbito y por los cauces del Derecho Internacional. [...] Al propio tiempo hace constar que si por circunstancias ajenas a su voluntad se demorase la posibilidad de realizar tal transferencia de soberanía en términos que comprometan gravemente la presencia española en el Sahara se reserva el derecho, previa 29 Notas sobre la situación en el Sahara después de la visita de la Comisión de las Naciones Unidas. Madrid, 21 de mayo de 1975. Sin firma. Archivo General de la Administración (AGA), Sección África. Presidencia del Gobierno, caja 81/11579. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 8 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano la oportuna advertencia a las Naciones Unidas, de precipitar la transmisión de poderes, po-niendo fin definitivamente a su presencia en dicho territorio30. 2. De junio a septiembre de 1975 La nota oficial del Gobierno de Madrid no podía dejar indiferente al monarca alauita, de ahí que éste aprovechara la coyuntura para convocar con carácter urgente a los embajadores de Estados Unidos y de Francia a principios de junio. Sobre los propósitos o pormenores tratados en esta reunión existen dos versiones: una, la que facilita Charles Powell, y, otra, de un matiz muy distinto, la recoge López Pozas. Para el primero, el monarca sólo pretendía una intermediación de los países antes citados dadas las intenciones manifestadas por Madrid, intenciones que podían culminar en un conflicto armado31. Sin embargo, el segundo menciona esa misma reunión –con Francia y Estados Unidos– pero el tema a tratar sería otro: Hassan II les habría informado del acuerdo secreto al que acababa de llegar con España, por el cual su ejército ocuparía paulatinamente el territorio a medida que el Ejército español fuera abandonando determinados puestos y se los entregara a un “grupo afecto”32 antes de la entrega definitiva a las FAR33 (Fuerzas Armadas Reales por sus siglas en francés) marroquíes. Según el rey, el coronel Dlimi34 se había reunido en secreto en Ginebra con el general español Ricardo Arozarena Girón, jefe de la Sección de Información del Alto Estado Mayor35. Unos meses más tarde se produciría un incidente en un puesto fronterizo que reflejaría fielmente lo expresado por Hassan II. Además, sorprende que la forma de abandonar los puestos situados al este con la frontera argelina, se efectuara siguiendo las instrucciones detalladas en el mensaje, facilitando así la posterior entrada del Ejército marroquí por la zona nororiental del territorio, como así ocurriría a finales de octubre. El incidente en cuestión tuvo lugar en el puesto de Mahbes, pocos días después de la mencionada reunión, donde un presunto capitán del FLU36 (Frente para la Liberación y Unidad por sus siglas en francés) se presentó al mando de un pequeño grupo de hombres en el puesto para ocuparlo, «siguiendo los acuerdos adoptados entre su país y España»37. El puesto finalmente no se entregó al oficial marroquí. Las reuniones y los incidentes arriba mencionados ponen en evidencia las lagunas y la falta de explicación de muchos de los hechos ocurridos debido a la dificultad de acceso a los archivos donde podrían estar depositadas estas informaciones38. En consecuencia, resulta imposible determinar documentalmente la existencia de un acuerdo entre el Gobierno de Marruecos y España previo a los Acuerdos de Madrid de 14 de noviembre de 1975. Sí se puede reflejar la voluntad de compromiso de parte de la cúpula militar española con Marruecos, pero de nuevo no de todos los implicados en el proceso. Quizás ese acuerdo secreto habría tenido lugar pero el contenido del mismo nunca llegó a las 30 Hemeroteca.abc.es (1975, mayo 24). España no pretende prolongar su permanencia en el Sahara. (Consultado en: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1975/05/24/025.html.) 31 Powell (2010), p. 261. 32 Comillas del autor, López Pozas (2010), p. 110. 33 Forces Armées Royales (FAR ). 34 El coronel Ahmed Dlimi (fue ascendido a general durante la Marcha Verde) fue un militar que por su cercanía al monarca marroquí, Hassan II, ha sido considerado como el hombre más influyente después del rey (consultado en: http://elpais. com/diario/1983/01/27/ultima/412470005_850215.html). 35 La SIAEM fue creada en 1945 como el servicio de inteligencia del Alto Estado Mayor (AEM) del Ejército de Fran-co. En 1955 después de las firma de los acuerdos con Estados Unidos muchos de sus componentes viajarían a Estados Unidos y Gran Bretaña para formarse. 36 Front de Libération et de L’Unite (FLU) fue un grupo de carácter guerrillero apoyado y financiado por Marrue-cos, presuntamente integrado por saharauis pro-marroquíes y marroquíes. Grupo que se dedicó, mediante acciones de dudoso calibre, a hostigar al Ejército español en las zonas fronterizas con el Sahara. Fue creado a imitación del antiguo Ejército de Liberación (EL) marroquí, nacido durante la lucha por desprenderse del dominio francés en los años cincuenta del siglo X. 37 López Pozas (2010), p. 111. 38 Los archivos de referencia en todo lo relativo a la descolonización del territorio del Sahara Español son el Archivo Militar de Ávila y el Archivo de General de la Administración en Alcalá de Henares (AGA). Sin embargo, la mayor parte de la documentación que podría esclarecer lo sucedido está clasificada por la Ley de Secretos oficiales de 1968. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 9 1975: El último año del Sahara Espa ñol autoridades españolas del Sahara, que son las que tendrían que haberlo llevado a efecto. Además, sirve para ratificar la hipótesis de que un sector del Gobierno español ya estaba en junio firmemente dispuesto a retirarse unilateralmente del Sahara, porque esa decisión había sido tomada (citado anteriormente). Durante estos meses, también se prepararon una serie de operaciones ante la eventual retirada de España del territorio. La más importante fue la llamada Operación Golondrina, que tenía como misión la evacuación del personal civil y militar de la colonia. De nuevo, tanto Antonio Carro como el general Eduardo Blanco, relacionan la puesta en marcha de este dispositivo a raíz de los acontecimientos sucedidos tras el paso de la misión visitadora de la ONU, que para ellos explicaba la nota pública del Gobierno español de retirarse del Sahara cuanto antes: «A este efecto se ordenó elaborar urgentemente un plan de evacuación que, con la denominación de “Operación Golondrina”, se preparó minuciosamente durante el verano de 1975»39. Por su parte, el general Eduardo Blanco se expresaba así: Esta basculación total que se produjo en el pueblo saharaui fue, como digo, lo que ratificó a España en su propósito de marcharse. [...] Por eso, desde este momento se empezó a preparar la famosa operación “Golondrina”, que consistía en escalonar la evacuación de las personas civiles y militares40. Sin embargo, el coronel Luis Rodríguez de Viguri, secretario general del Gobierno del Sahara, ofrece una explicación completamente distinta. Según sus propias declaraciones en el Congreso tres años más tarde, el Alto Estado Mayor había encomendado al Mando Unificado de Canarias el estudio de la evacuación del Sahara «antes de esa insólita declaración de León Herrera, Ministro de Información y Turismo, de 23 de mayo»41(citado anteriormente), en la que España anunciaba su intención de abandonar el Sahara en breve. Es decir, probablemente antes también de que en Madrid se conociera la reacción con la que sería recibida la misión visitadora, que después sirvió de excusa tanto a las declaraciones de León Herrera, en nombre del Gobierno español de la voluntad de retirarse del Sahara, como al hecho de planear la evacuación del territorio ante la hostilidad mostrada por la población nativa hacia las autoridades españolas durante la visita de la Misión de las Naciones Unidas, argumentos esgrimidos por Antonio Carro y Eduardo Blanco. Es más, Rodríguez de Viguri, destaca que la situación de convivencia en el territorio comenzó a deteriorarse precisamente gracias a las declaraciones públicas del 23 de mayo, efectuadas por el Gobierno de Madrid, sobre todo, donde mencionaba que se transferiría la soberanía del territorio del modo más conveniente para sus habitantes, pero también intentando satisfacer las legítimas aspiraciones de los países interesados: «Este último párrafo lo consideramos gravísimo, porque deterioró enormemente la situación dentro del territorio»42. Posteriormente, el 20 de septiembre, el Mando Unificado de Canarias pone en marcha el plan de operaciones conjuntas 1/75 u Operación Trapecio, dispositivo de carácter militar, que tenía como objetivo la preparación ante una eventual lucha guerrillera desplegada por el FLU o incluso por las FAR marroquíes, que intentarían ocupar la zona norte del territorio, si España llegaba a un acuerdo con el Frente Polisario. Uno de los objetivos de la operación comprendía «disuadir al posible adversario mediante la presencia de fuerzas adecuadas, manteniendo la integridad y soberanía de los territorios y espacios de la zona de responsabilidad, en caso necesario, mediante un acción rápida y contundente»43. En definitiva, hasta última hora convivieron actitudes diversas entre los implicados en la decisión, como lo prueba la reunión secreta en Argelia entre varios líderes del Frente Polisario, las autoridades españolas en el Sahara y el ministro español de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina. Un intercambio de prisioneros se utilizaría para servir de excusa ante un posible acercamiento de posturas entre el Polisario 39 carro (1976), pp. 23-24. 40 Declaraciones del general Eduardo Blanco ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comi-siones), 13 de marzo de 1978, PINIÉS (1990), p.40. 41 Declaraciones del general Rodríguez de Viguri ante CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Co-misiones), 13 de marzo de 1978; Piniés (1990), p. 7. 42 Declaraciones del general Rodríguez de Viguri ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 13 de marzo de 1978; Piniés (1990), p. 5. 43 Diego Aguirre (1988), p. 735. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 10 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano y Madrid44. Posteriormente, a finales de octubre, se contempló la posibilidad de la entrega del territorio al Frente Polisario45. Estas negociaciones siempre han sido negadas por Presidencia del Gobierno. Mientras, en agosto, Hassan II sorprendía con unas nuevas declaraciones donde reafirmaba su pro-pósito de apoderarse del Sahara –“liberar” fue la palabra empleada–, independientemente del veredicto del Tribunal Internacional de Justicia46. De hecho, Hodges sostiene que sería durante este mes de agosto cuando Hassan II comenzase en secreto los preparativos de la Marcha Verde: « Los trámites logísticos que implican transportar a 350.00047 personas desde todo el territorio de Marruecos hacia el desierto, con los suministros adecuados de agua, gasolina, y tiendas, eran de enormes proporciones, pero Hassan revelaría que los preparativos habían comenzado dos meses antes»48. El embajador español en las Naciones Unidas, Jaime de Piniés, al hacerse eco de las alarmantes declaraciones del monarca, lo denuncia ante la organización,49 además de advertir al Gobierno español. Aunque parece ser que éste ya estaba ampliamente informado del comienzo de la preparación logística de la marcha por los servicios de información del Gobierno y del Alto Estado Mayor en el país vecino. Es más, el embajador español en Rabat, –Martín Gamero– había recibido informes de confianza que no dejaban dudas sobre las intenciones del monarca, semanas antes del anuncio mismo de la marcha50. 3. Octubre de 1975: “El Desenlace” El 1 de octubre, España informa en la ONU de que, sea cual fuere el dictamen del TIJ, al no ser vinculante, no afectaría a la futura celebración del referéndum que tendría lugar el primer semestre de 1976. Estas declaraciones no se explican si no fuera por la intención del Gobierno de Madrid de quedar exonerado de la entrega. El director de la CIA, W. E. Colby, informó al secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, a primeros de octubre, exactamente el día 3, de las intenciones de Rabat de invadir el Sahara en las próximas semanas, por el temor del monarca al informe desfavorable tanto de la misión visitadora como del dictamen del Tribunal Internacional de Justicia. Es decir, independientemente del resultado estaba decidido a hacerse con el Sahara51. El memorándum enviado por el director de la CIA a Kissinger se trata de un amplio informe encabezado por el título: “Planes marroquíes de invasión del Sahara”. El informe de cuatro folios, comienza con una breve introducción que contempla los peligros de la continuación del Ejército español en el Sahara y sus inmediatas consecuencias militares y políticas para las partes implicadas (España, Marruecos, Mauritania y Argelia): Con el Ejército español aún en el Sahara, podría estallar un serio conflicto. Si Marruecos pierde este juego podría llevar a la caída del gobierno en Rabat. Por otra parte, un conflicto armado prolongado y numerosas bajas españolas provocarían una crisis política en Madrid. Incluso existe la posibilidad de que Argelia se sumara al conflicto. Mauritania, que también ha reclamado su parte del Sahara español, es más probable que eluda verse envuelta en una lucha armada prolongada52. 44 Hodges (1983); López Pozas (2011) y Powell (2010). 45 Diego Aguirre (1988), p. 747 y ss. 46 Zunes & Mundy (2010), p. 284. 47 El número es muy simbólico porque representaba la cantidad de nacimientos por año en Marruecos. 48 «The logistics of transporting 350,000 people to the desert from all over Morocco, with adequate suppliers of food, water, fuel, and tents, were daunting, but Hassan revealed that preparations had begun two months beforehand». Hodges (1983), p. 211. 49 Piniés (1990), p. 78. 50 Diego Aguirre (1988), p. 19. 51 Powell (2011), p. 264. 52 «With the Spanish military still in the Sahara, a serious conflict could develop. If Morocco loses this gamble, it could ultimately lead to the downfall of the present government in Rabat. On the other side, prolonged fighting and heavy Spanish casualties could provoke a political crisis in Madrid. There is also potential for drawing Algeria into the conflict. Mauritania, which also has claims to Spanish Sahara, is likely to avoid any military involvement». Memorandum for Henry A. Kissinger. Moroccan Plans to Invade Spanish Sahara, October 3, 1975. NARA, CIA, secret, box 78. No. 751003. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 11 1975: El último año del Sahara Espa ñol El resto del informe presenta un profundo análisis militar –siempre desde el punto de vista de Estados Unidos– de la crisis abierta en este territorio comparando básicamente la importancia de las fuerzas de los posibles contendientes, en este caso Marruecos, España e incluso Argelia. Aparte del análisis militar, destaca la importancia que un conflicto de esas características tendría en el plano político, y que Hassan II habría juzgado muy a ligera la probable respuesta española ante una invasión53. El 15 de octubre la misión visitadora presenta sus conclusiones en un informe que pasa completamente desapercibido, debido a la gravedad de los sucesos posteriores. Dicho informe demuestra el grado de madurez política a la que había llegado la población del Sahara español, que manifiestamente reclamaba su independencia y apoyaba sin ambages al Frente Polisario. El 16 de octubre de 1975 el Tribunal de la Haya emite su veredicto sobre el Sahara. El tribunal reconoce la existencia de una serie de lazos jurídicos, un tipo de vasallaje entre algunas –sólo algunas– tribus del Sahara54 con respecto a Marruecos y el complejo mauritano. Aun así, concluye que no es óbice para no continuar con el proceso de autodeterminación del territorio: Así pues, se pueden resumir las conclusiones del TIJ de la forma siguiente: en el momento de la colonización española existían lazos jurídicos de sumisión (allégeance)55 entre el sultán de Marruecos y algunas tribus del Sahara occidental. De la misma forma este territorio tenía con el conjunto mauritano lazos jurídicos, comprendiendo ciertos derechos relativos a la tierra. Pero no había ningún vínculo de soberanía territorial entre el Sahara y Marruecos o el conjunto mauritano. Éste punto no era discutible, a diferencia de los dos primeros56. Unas horas más tarde, la Secretaría de Estado para la Información marroquí lanza un comunicado que anuncia una conferencia de prensa de Hassan II en Rabat. Se trata de la famosa aparición donde el monarca alauita reinterpreta el veredicto del Tribunal Internacional de Justicia: […] que existieron siempre firmes lazos entre Marruecos y el Sahara Occidental –ha fallado a favor nuestro, sin lugar a dudas–. A tenor de ello, Marruecos no tiene otras protestas ni gestiones que emprender, ni políticas, ni diplomáticas. Al manifestar su gozo y su alegría por el espíritu de justicia que ha imperado en el TIJ. Marruecos recuerda que durante 20 años ha estado buscando soluciones pacíficas con España y oponiéndose a sus maniobras dilatorias. Desde ahora, pues, Marruecos tomara las medidas que exija la situación57. Horas después, el monarca marroquí anunciaba públicamente la Marcha Verde, este anuncio provocaba varias reacciones ante sus posibles consecuencias: el Departamento de Estado avisaba a las autoridades españolas; incluso el secretario de Estado Henry Kissinger se veía obligado por las circunstancias a enviar un mensaje a Hassan II, mensaje del que fue informado el ministro Cortina, para que no llevara a cabo ninguna acción unilateral58. De todas formas, asombra el mensaje de alarma de la CIA, además del posterior de Kissinger. No cabe duda de que si las autoridades españolas estaban al tanto de los preparativos logísticos de la marcha también lo habrían estado las autoridades estadounidenses. La sospecha sobre su activa participación en la marcha no ha podido ser confirmada por la documentación desclasificada hasta el momento; sospecha según la cual los preparativos de la marcha habrían sido planeados por un reducido grupo de marroquíes ayudados por ciertos consejeros de EE UU. Como colofón, Kissinger, de visita en Jerusalén el 21 de agosto, habría dado luz verde al proyecto utilizando un curioso mensaje cifrado enviado por telegrama 53 «We believe King Hassan has seriously misjudged the likely Spanish response to an invasion» Igual que en la cita anterior. 54 Excluyendo a la de los Erguibat y los Tekna, que eran las tribus mayoritarias del territorio. 55 Obligación de obediencia y lealtad a un soberano. 56 Diego Aguirre (1988), p. 724. 57 Hassan II anuncia el veredicto del TIJ, 16 de octubre de 1975. Archivo General Militar de Ávila. Documentos del Gobierno General del Sahara, caja 21625, legajo sin clasificar. 58 Powell (2011), p. 265. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 12 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano a Rabat: «Laissa podrá andar perfectamente dentro de dos meses; él la ayudara en todo»59. Diego Aguirre asegura su veracidad porque dicho mensaje habría sido reproducido en varias publicaciones, sin embargo obvia citar el nombre de alguna de ellas para poder verificar su autenticidad. Por su parte Powell, conocedor de la rumorología, adopta una actitud prudente cuando afirma que, de acuerdo con la documentación por él consultada la participación estadounidense en la marcha no quedaba confirmada pero tampoco se atreve a negarla60. Aporta, sin embargo, un dato curioso: el director adjunto de la CIA, Vernon Walters, se encontraba en ese momento en Rabat. Powell, de manera liviana lo explica «por la cercanía de éste con Hassan II»61. A Vernon Walters le unía una vieja amistad con Hassan II forjada durante la Segunda Guerra Mundial62. Otro hecho a considerar trata la importancia de la permanencia en el trono de Hassan II, dato que, al profundizar en la investigación, se revela clave para la otra parte implicada, esto es, España. Hasta el punto de que el general Gutiérrez Mellado, comandante general de Ceuta y delegado del Gobierno en la ciudad, lo menciona en las cartas que envía al por entonces presidente del Gobierno, Arias Navarro: «Hassan II ha ido demasiado lejos y se encuentra en un callejón sin salida si no le ayudamos, al menos algo, para que pueda salvar la cara; el no obtener un cierto éxito, si no todo, le puede costar la vida, ade-más del trono y él lo sabe». El general, que pronunció estas palabras en el verano de 1975, presagiando las consecuencias de las maniobras del monarca, se consideraba partidario de «jugar la carta marroquí [...] ateniéndonos también a las consecuencias»63. Conclusiones Si se analizan con detalle los sucesos acaecidos durante el último año del Sahara Español, se observan una serie de contradicciones a las que aún no se ha encontrado una respuesta satisfactoria. Este artículo ha pretendido, mediante el uso de fuentes primarias no investigadas -documentos secretos de la CIA y del AGA- y la observación exhaustiva de una selecta bibliografía, poner en tela de juicio la explicación oficial dada por el régimen de Franco al respecto de la controvertida descolonización del Sahara Español. Por lo tanto, se puede concluir: 1. Que la decisión de deshacerse del Sahara debió de tomarse, o al menos considerarse, a primeros de año como lo prueban los informes secretos de la CIA del mes de febrero de 1975. 1. Que con toda probabilidad el estamento militar fue definitivo en la toma de esta postura, hecho que se constata no sólo en los informes antes aludidos de la CIA, sino también en la correspondencia del general Gutiérrez Mellado, ciertas reuniones del Alto Estado Mayor mencionadas en la bibliografía citada, además de las declaraciones ante el Congreso (1978) de varios de los implicados en el proceso, como ejemplo las de Jaime de Piniés. 2. Que las postrimerías del régimen de Franco acusaron una fragmentación más patente de las conocidas como “familias del franquismo”, segmentación caracterizada por la diferente y controvertida forma de actuar de las administraciones implicadas, Presidencia de Gobierno, Asuntos Exteriores y el Alto Estado Mayor. 3. Que el Alto Estado Mayor, representativo de la importancia del Ejército en la estructura franquista, estuvo directamente involucrado en una cuestión que nunca le fue ajena. 4. Que las autoridades militares del Sahara Español fueron, de manera deliberada, apartadas de la decisión de traspasar la colonia a Marruecos. 5. Que el ministro de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina, y el representante permanente de España en la ONU, Jaime de Piniés, fueron dos de las personas que intentaron, por todos los medios, que el 59 Diego Aguirre (1988), p. 20. 60 Powell (2011), p. 280. 61 Powell (2011), p. 280. 62 Zunes & Mundy (2010), p. 279. 63 Tusell (2003), pp. 200-201. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 13 1975: El último año del Sahara Espa ñol Gobierno de Madrid se ajustara a la legalidad internacional y cumpliera con los compromisos adoptados en las Naciones Unidas. 6. Que la cuestión de la colonia del Sahara Español había sido un tema privativo de Presidencia de Gobierno, por encima de las opiniones de las otras partes afectadas, como Asuntos Exteriores o las autoridades españolas del territorio. 7. Que las diversas opciones que se plantearon para resolver el futuro del Sahara fueron tantas como administraciones implicadas. 8. Que la disparidad de opiniones de los estamentos franquistas demuestra su desunión ante un complejo asunto con graves implicaciones internas y externas. 9. Que el asunto de la descolonización del Sahara Occidental puso de manifiesto la existencia de un fuerte debate interno dentro del franquismo. 10. Que la falta de sintonía dentro del régimen con respecto al problema sahariano acabaría reflejando la tremenda descomposición en la que se encontraba. 11. Que Presidencia de Gobierno llegó a considerar la opción de un Sahara Occidental independiente bajo tutela española, con la connivencia de las autoridades militares españolas en el territorio. 12. Que pesaron más las razones geopolíticas orientadas al mantenimiento del reinado de Hassan II y la estabilidad de la zona, que las encaminadas a proteger los derechos de los saharauis. 13. Que la decisión última del traspaso del Sahara a Marruecos se debió a consideraciones alejadas del peligro de la Marcha Verde o la enfermedad de Franco. En definitiva, este artículo ha dejado patente la necesidad de investigar de manera profunda las serias contradicciones que rodean al hecho del traspaso de la última colonia española, el Sahara Occidental, a Marruecos y Mauritania. Con ese objetivo se hace perentorio que los responsables políticos se replanteen un acceso completo a las fuentes que podrían ayudar a esclarecer los motivos reales que llevaron al Gobierno de Franco a actuar de ese modo. BIBLIOGRAFÍA Fuentes Primarias Archivo General de la Administración (AGA): Notas sobre la situación en el Sahara después de la visita de la Comisión de las Naciones Unidas. Madrid, 21 de mayo de 1975. Sin firma. Archivo General de la Administración (AGA), Sección África. Presidencia del Gobierno, caja 81/11579. Archivo Militar de Ávila: Hassan II anuncia el veredicto del TIJ, 16 de octubre de 1975. Archivo General Militar de Ávila. Documentos del Gobierno General del Sahara, caja 21625, legajo sin clasificar. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisión de Asuntos Exteriores: Declaraciones de Jaime de Piniés ante la Comisión de Asuntos Exteriores (CAE). 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National Archives and Records Administration (NARA): Rabat Continues Campaign Against Territorial Holdings, February 7, 1975. NARA. CIA. Staff Notes: Western Europe International Organizations. Secret, box 118. No. 0127-75. Memorandum for Henry A. Kissinger. Moroccan Plans to Invade Spanish Sahara, October 3, 1975. NARA, CIA. Secret, box 78. No. 751003. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 14 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano Fuentes Secundarias Bárbulo, T. (2011). La historia prohibida del Sahara Español. Barcelona: Destino. Carro, A. (1976). “La descolonización del Sahara”. Revista de Política Internacional, 144, pp.11-31. Diego Aguirre, J.R. (1988). Historia del Sahara Español, la verdad de una traición. Madrid: Kaydeda Ediciones. García Cárcel, R. (1998). La Leyenda Negra. Historia y Opinión. Madrid: Alianza Editorial. Gil Pecharromán, J. (2008). La política exterior del franquismo. Barcelona: Flor del viento. 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Artículos en periódicos Hemeroteca.abc.es (1975, abril 30) Declaración de Hassan II a «France Inter». «Si se impone la autodeterminación en el Sahara, Marruecos marcharía sobre ese territorio». (Consultado en: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1975/04/30/055.html) Enérgica respuesta española a las declaraciones de Hassan II. (1975, mayo 8) ABC, p. 7. Hemeroteca.abc.es (1975, mayo 24). España no pretende prolongar su permanencia en el Sahara. (Consultado en: http:// hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1975/05/24/025.html)
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Título y subtítulo | 1975: el último año del Sáhara español / 1975: last year of the Spanish Sahara |
Autor principal | Ángel Santano, Silvia |
Entidad | Casa Colón |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 62 |
Sección | Historia |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo de Gran Canaria |
Fecha | 2016 |
Páginas | p. 110-143 |
Materias | Historia ; Canarias ; Atlántico ; Casa Colón |
Enlaces relacionados | http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
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Texto | Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 1 © 2016 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. * Licenciada en Geografía e Historia por la UNED. Ha estado trabajando con una beca de investigación en el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. En la actualidad se encuentra finalizando su tesis doctoral (en las descolonizaciones del Sahara Occidental y Timor Leste en la ONU entre 1974-1976) en Paz, Seguridad y Defensa en el Instituto Universitario Ge-neral Gutiérrez Mellado (IUGM/UNED). C/ Juana Elorza, 30, P. 4º. 28043. Madrid. España. Teléfono: +34 605 497 115; correo electrónico: angelondra@gmail.com 1975: El último año del Sahara Español 1975: Last year of the Spanish Sahara Silvia Ángel Santano* Recibido: 11 de noviembre de 2014 Aceptado: 18 de junio de 2015 Cómo citar este artículo/Citation: Ángel Santano, S.(2016). 1975: el último año del Sahara Español. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 62: 062-005. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9410 Resumen: En 1975 se perdía la última colonia española: el Sahara Occidental, en un continente, África, que nunca había sido la expansión tradicional de España. La versión oficial siempre ha achacado esa pérdida a la difícil coyuntura por la que atravesaba el país, la excusa de la presión de la Marcha Verde mezclada con el estado de salud de Franco, como los argumentos válidos que justificarían la posterior entrega del Sahara a Marruecos y Mauritania. Este artículo repasa el último año de la presencia colonial española en el Sahara Occidental y recoge algunas de las contradicciones de la versión oficial que todavía no se han aclarado. Con ese objetivo se analizan cronológicamente los hechos más relevantes sucedidos hasta la firma de los Acuerdos de Madrid el 14 de noviembre de 1975. Algunos de los acontecimientos que se exponen son de dominio público, otros se produjeron entre bastidores -de ahí que su importancia hasta ahora se haya minimizado- su análisis a partir de fuentes primarias no investigadas pretende ampliar nuestro conocimiento acerca de este hecho. Palabras clave: Sahara Español; Marcha Verde; versión oficial; Marruecos; Hassan II. Abstract: In 1975 Spain lost its last colony: the Western Sahara, on a continent, Africa, that had never been a part of Spain’s traditional expansion. The official version has alleged that its loss was due to the combination of the Green March’s pressure combined Franco’s failing health, as valid arguments that justify the posterior Sahara’s surrender to Morocco and Mauritania. This article reexamines the last year of Spanish occupation of the Western Sahara and collates some of the contradictions in the official version which have still not been clarified. With this in mind, the most relevant facts up until the signing of the Madrid Accords on the 14th of November 1975 will be studied chronologically. Some of the events described are widely known, others are from behind the scenes -hence their importance until now have been played down- an analysis from primary sources not previously investigated aims to expand our understanding around this event. Keywords: Western Sahara; Green March; official version; Morocco; Hassan II. Introducción Con los Acuerdos de Madrid de noviembre de 1975, que cedían el traspaso de la administración del Sahara Español a Marruecos y Mauritania, España cerraba una página de su historia como potencia colonial. Por desgracia, la que antaño había sido una de las grandes potencias coloniales, había pasado a ser desde el siglo xix, con la pérdida de las colonias americanas -y sobre todo después del desastre del Silvia Ángel Santano Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 2 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 98-, una «pequeña potencia»1 con un mínimo peso en la escena internacional. Este escaso peso en la escena internacional en el siglo del reparto africano condicionaría de modo rotundo el inmediato devenir histórico de un país siempre marcado por un constante complejo de inferioridad2 y persecución que ha llegado incluso a mediatizar la ejecución de una política exterior, que aún hoy en día se resiente de estos complejos. En octubre de 1975 Franco estaba muy enfermo y el destino del Sahara Occidental también estaba decidido. Pero, desde la última reunión del Consejo de ministros presidida por Franco el día 17 hasta la firma de los Acuerdos de Madrid con Marruecos y Mauritania, casi un mes más tarde (14 y 15 de noviembre), tuvieron lugar varios sucesos de importancia capital que decidirían la suerte de un territorio administrado por España ante las Naciones Unidas y el resto del mundo, pero seriamente ambicionado por Marruecos. La línea temporal se dividirá en tres bloques: la primera parte se extiende desde enero de 1975 hasta mayo, cuando el Gobierno español anuncia ante la prensa su deseo de retirarse del territorio; la segunda contempla los sucesos acaecidos desde ese momento hasta el verano; y el tercer bloque, al que denominaré “el desenlace” tendrá lugar en otoño del mismo año, cuando España traspase de manera oficial la administración del territorio a Marruecos y Mauritania. 1. De enero a mayo de 1975 El año comienza con el anuncio del Gobierno español de aplazar el referéndum3 como había solicitado la ONU en espera del informe del TIJ (Tribunal Internacional de Justicia). Al mismo tiempo, a finales de enero, la representación oficial de Marruecos ante Naciones Unidas presenta un recurso ante el Comité de Descolonización con el fin de que se examine la situación de las plazas norteafricanas de Ceuta y Melilla, los presidios e islas menores; movimiento que era la continuación de una serie de declaraciones efectuadas ante la prensa por varios dirigentes marroquíes, entre ellos el primer ministro Ahmed Laraki, que reiteradamente hacía un llamamiento al retorno de los dos enclaves, los presidios y por supuesto del Sahara español (las provincias del sur para Marruecos). Estas acciones respondían a la necesidad de mantener el tema candente de cara a la opinión pública interna y externa. Marruecos no podía permitir que, durante el compás de espera hasta que el TIJ emitiera el veredicto sobre el contencioso del Sahara, el asunto pudiera olvidarse con el riesgo que ello conllevaba para la imagen del monarca. Un informe secreto interno de la Agencia Central de Inteligencia, CIA por sus siglas en inglés4, del 7 de febrero de 1975 sobre la situación entre Marruecos y España lo presenta del modo siguiente: El asunto de los enclaves ayudará al rey a congregar a la opinión pública en torno a su persona además de aumentar su prestigio. Su éxito personal al forzar el asunto de la descolonización del Sahara español ha sido una de las acciones más populares de su reinado, pero aun así habrá que esperar un mes más hasta que el TIJ empiece a examinar el problema. Artículos favorables de la prensa opositora señalan que ha triunfado el último esfuerzo del rey en crear una nueva 1 El término pequeña potencia fue acuñado por Jover Zamora para designar el escaso peso internacional de España durante la Restauración. Jover Zamora (1999), p. 112. 2 La magnífica obra de Ricardo García Cárcel sobre la Leyenda Negra. Historia y opinión, reabre el debate acerca del sentimiento de inferioridad motivado por una falsa o errónea percepción de nuestra propia imagen tal y como la presenta el otro. Imágenes o sentimientos que han continuado latentes en el imaginario colectivo de la sociedad española hasta nuestros días. García Cárcel (1998). Continuando en esta línea, el hispanista francés Joseph Pérez con su libro La Leyenda Negra revisa de nuevo esta conocida leyenda, además de abordar los sentimientos de inferioridad y los problemas que ha generado entre los españoles para asumir sin complejos su historia común. Pérez (1999). 3 En el verano de 1974 España anunciaba públicamente su intención de celebrar un referéndum de autodeterminación durante los primeros seis meses del año siguiente, 1975. Marruecos alarmado ante la posibilidad de que el resultado de dicha consulta no fuera favorable a sus intereses, decidía presentar una diligencia formal ante el Tribunal de Justicia de la Haya para que se aclarara cuál era la situación anterior a la llegada de los europeos al Sahara y las posibles vinculaciones políticas, en caso de que las hubiera, de ese territorio con el reino de Marruecos. 4 CIA, Central Intelligence Agency. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 3 1975: El último año del Sahara Espa ñol ola de patriotismo anticolonialista. Con ello consigue distraer la atención de las quejas de las clases medias y de paso proporcionar una salida a los ímpetus de los militares desafectos. El informe continúa analizando la reacción española ante la ofensiva marroquí: La acción marroquí sobre los enclaves ha provocado sorpresa, alarma y una unánime indigna-ción en los medios de comunicación españoles y en los círculos oficiales. Militares españoles cercanos a Estados Unidos inmediatamente apuntaron que aunque España tiene la intención de retirarse del Sahara, nunca lo hará de los enclaves. El ministro español de Asuntos Exteriores [Pedro] Cortina, celebró un encuentro de alto nivel sobre el tema del Sahara y el norte de Áfri-ca, pero no ha habido indicios de ninguna decisión […] Las Cortes españolas presentaron una resolución informal reafirmando la “adhesión” española a Ceuta y Melilla5. España estaba dispuesta por todos los medios a dejar claro que los ataques a las dos ciudades norteafricanas ponían en peligro la integridad territorial del Estado, que se defenderían sin escatima esfuerzos. De ahí la puesta en marcha de un amplio dispositivo naval y aéreo6 como medida de disuasión en la zona. El análisis de este informe de la CIA pone de manifiesto varias cuestiones: en primer lugar que Hassan II no ahorraría esfuerzos para hacerse con el Sahara porque en ello le iba el trono, y que este acto de fuerza por parte de Rabat no se iba a quedar sin una firme respuesta de España. Una cosa era el asunto del Sahara, territorio pendiente de descolonización en manos de la ONU, y otra muy diferente amenazar Ceuta y Melilla, plazas de soberanía que formaban parte de la integridad del Estado. Asimismo, la contundente respuesta española podía ser indicativa de que la postura adoptada por las autoridades del régimen difería, en lo que respecta al Sahara del resto de posesiones norteafricanas, que nunca habían poseído un carácter colonial tan claro. Con estas premisas, merece la pena destacar que, en el informe, militares españoles sin identificar, citados por los norteamericanos, señalaron que España tenía la intención de retirarse del Sahara. Ya a principios de año se había contemplado seriamente la opción de retirada del territorio, como volverá a confirmar un informe posterior estadounidense fechado el 10 de febrero, tres días después del anterior, que recoge una interesante conversación entre el ministro de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina, y el embajador estadounidense en Madrid, Wells Stabler. El primero, ante el temor del embajador a que una salida prematura del territorio pudiera provocar un conflicto en la zona que implicase a los países vecinos, le contestó que ésa era una de las cuestiones que más preocupaba a España; en consecuencia, se buscaría un previo acuerdo entre las partes interesadas y se pediría la colaboración de EE UU, pero además, en este encuentro, Cortina parecía preocupado por la suerte de la población saharaui ante el 5 “The enclave issue will help the King continue to rally public opinion and to enhance his prestige. His success in forcing action on the decolonization of Spanish Sahara was one of the most popular actions of his reign, but it will be another month before the World Court even examines that problem. Favorable articles by the opposition press indicate that the King’s latest effort has succeeded in creating a new wave of anti-colonialist jingoism. This should could to distract attention from middle-class and liberal grievances and provide an outlet for the energies of disaffected military officers. The Moroccan action on the enclaves provoked surprise, alarm, and near unanimous indignation in Spanish news media and official circles. Spanish military contacts of the US attaches in Madrid immediately stressed that although Spain intends to withdraw from the Sahara, it will never withdraw from the enclaves. Spanish Foreign Minister Cortina held an urgent high-level meeting on the Sahara question and North Africa, but there has been no indication of any decision. […] The Spanish legislature introduced an informal resolution affirming Spain’s “adhesion” to Ceuta and Melilla”. Rabat Continues Campaign Against Territorial Holdings, February 7, 1975. NARA (National Archives and Records Administration), Central Intelligence Agency (CIA), Staff Notes: Western Europe International Organizations, secret, box 118. No. 0127-75. 6 Compuesto por dos destructores, un submarino, transportes de ataque y una escuadrilla de helicópteros de ataque. El amplio despliegue militar en la zona dejó perplejos a los estadounidenses por la rapidez y la contundencia de la acción, a la vez que se enviaba un claro mensaje a Rabat. López Pozas (2010), p. 66-67. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 4 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano posible acuerdo al que pudiesen llegar entre los cuatro países afectados, España, Marruecos, Mauritania y Argelia7. Sin embargo, a finales de febrero, el general Eduardo Blanco, director general de Promoción del Sahara, afirmaba ante el mismo embajador que «la opción de la independencia había dejado de ser viable y que España debía llegar a un entendimiento con Marruecos»8 opinión diferente a la anteriormente ofrecida por el ministro Pedro Cortina. Estos encuentros reflejan de manera clara la disparidad de opiniones con las que se abordaba el delicado tema de la descolonización del Sahara. No había una posición unánime por parte de España respecto a si la opción de retirarse del Sahara significaba darle la independencia, según el resultado del referéndum, o llegar a algún tipo de acuerdo con el Frente Polisario, siempre a través de encuentros reservados. Por el contrario, también se contemplaba la opción de ceder el territorio a uno o a los otros países interesados: acuerdo con Marruecos o acuerdo múltiple España-Marruecos-Argelia-Mauritania. Poco tiempo después, el 28 de abril de 1975 el monarca Hassan II en la emisora de radio francesa France Inter proclamaba que él mismo encabezaría una marcha al frente de su pueblo, y acababa la cita señalando que «en el caso de que este asunto se pudra, lo hará en favor de Marruecos»9. Estas declaraciones fueron recogidas por la prensa española al día siguiente de su aparición, de modo que no se entiende que el ministro de la Presidencia, Antonio Carro, escribiera lo siguiente: «Para España la “Marcha Verde” fue una sorpresa, y una gran amenaza»10. Incomprensible incluso si revisamos la prensa de la época11: «Enérgica respuesta española a las declaraciones de Hassan II. Está contenida en el escrito dirigido al secretario general de la O.N.U. por nuestro representante permanente»12. Con este titular encabezaba el periódico ABC la noticia que recogía la respuesta en forma de carta enviada al Secretario General de la ONU, por Jaime de Piniés13. La noticia informaba de la misiva redactada por éste a petición del Gobierno, es decir, un calco del posterior testimonio del mismo ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso14 (CAE) el 14 de marzo de 197815. Por ello, no se entiende que la versión oficial ofrecida por las autoridades se escudara en la sorpresa ante la marcha marroquí cuando en una fecha tan temprana como abril de 1975, las mismas habían advertido a nuestro representante en Nueva York de las citadas declaraciones del monarca alauita. Piniés justifica este olvido achacándolo de manera indirecta a la falta de sintonía entre las diferentes instituciones implicadas en el tema: Era una nueva amenaza de invasión que más tarde se materializó y cogió desprevenida a la Presidencia del Gobierno que, sin duda, había olvidado esta declaración [...] Pues bien, esto que está clarísimo [–en referencia a las declaraciones de Hassan II ante France Inter (v. su-pra)–], resulta que nadie lo percibió en la Presidencia del Gobierno y, sin embargo, la Nota procedía del Ministerio de Asuntos Exteriores que, repito, nos instruyó para que se entregara al secretario [general de la ONU Kurt] Waldheim. Ocurrieron cosas tan extrañas que es muy posible que quienes estaban más cerca de los acontecimientos no los juzgaran con la frialdad que da la distancia16. 7 López Pozas (2010), p. 108. 8 López Pozas (2010), p. 108. 9 Hemeroteca.abc.es (1975, abril 30) Declaración de Hassan II a «France Inter». «Si se impone la autodeterminación en el Sahara, Marruecos marcharía sobre ese territorio». (Consultado en: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemerote-ca/ madrid/abc/1975/04/30/055.html). 10 Carro (1976), p. 27. 11 El secreto oficial sobre el Sahara se levantó parcialmente durante el verano de 1974. 12 Enérgica respuesta española a las declaraciones de Hassan II (8 de mayo de 1975). ABC, p.7. 13 Jaime de Piniés fue embajador permanente de España en las Naciones Unidas durante catorce años, desde 1968 hasta 1972, y con posterioridad entre 1973 y 1985. Gracias a su carisma y a su buen hacer obtendría el cargo de Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1985, convirtiéndose en el único español que ha ejercido ese puesto hasta el momento. 14 La Comisión de Asuntos Exteriores (CAE) del Congreso de los diputados se constituyó a petición del grupo socia-lista en 1978, con la finalidad de esclarecer los sucesos que llevaron a la controvertida descolonización del Sahara Español. 15 Declaraciones de Jaime de Piniés ante la Comisión de Asuntos Exteriores (CAE). Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 14 de marzo de 1978, núm. 31, pp.7-8, 20. 16 Piniés (1990), pp.60-61. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 5 1975: El último año del Sahara Espa ñol La falta de unidad de las distintas administraciones es una realidad patente en la forma de actuar de cada una de ellas probablemente motivada por las divergencias a la hora de abordar la solución al problema. Sin embargo, aunque pudiéramos achacar o al olvido o a la desunión, o incluso a lo que Tusell denomina como «pluralidad de actitudes17», el hecho de que se pasaran por alto unas declaraciones que también recogió la prensa del momento, obliga a replantearse desde otra perspectiva la tradicional versión oficial de la cesión de la administración del Sahara Occidental. No existe un consenso entre los especialistas con respecto a la fecha concreta o a quiénes decidieron una retirada unilateral del territorio y su posterior cesión a Marruecos. En este sentido son varios los historiadores que han planteado fechas más tardías –en concreto, octubre– para ese hipotético acuerdo18, aunque la datación puede ser incluso anterior, más concretamente durante el mes de abril, cuando se celebraron «varias reuniones de alto nivel entre Presidencia y el Alto Estado Mayor […] Debieron de ser elementos militares los que jugaron un papel decisivo en la cesión del territorio a Marruecos, según parece adivinarse por la correspondencia de Gutiérrez Mellado»19. Una visión muy similar es la compartida por Gil Pecharromán: En abril de 1975 sus miembros [en referencia a los miembros del Alto Estado Mayor] se ha-bían reunido con el presidente Arias y el ala militar del Gobierno para analizar la situación. Convinieron en que un Estado saharaui gobernado por el Polisario y sometido a la tutela de Argelia entrañaba serios peligros no sólo para Marruecos, sino también para España20. Hipótesis que también avalaría la declaración de Piniés ante el Congreso, en 1978: «creo que la decisión política que se llevó a cabo se debió a una presión militar»21. No obstante, las declaraciones ante el Congreso de las autoridades militares implicadas en el tema del Sahara (tanto las del territorio como las de la metrópoli) contrastan fuertemente con lo anterior, porque ellos afirmaban desconocer «una segunda alternativa dentro del Gobierno español partidaria de la entrega del territorio del Sahara directamente a Marruecos y Mauritania»22. Lo que parece incomprensible es que si la decisión se había tomado en una fecha tan temprana como abril ¿se tomó antes o después de las declaraciones de Hassan II, o quizás a raíz de ellas? ¿Por qué razón se adopta una actitud tan ambivalente? ¿Qué motivos impulsaron a las autoridades españolas a continuar en el Sahara y a retirarse posteriormente después de la amenaza de la Marcha Verde? España, al retirarse de esa forma y alcanzar un acuerdo con Marruecos y Mauritania –a los que entregaba la administración del territorio–, no cumplía con los compromisos internacionales adquiridos ante Naciones Unidas: «el Alto Estado Mayor contemplaba consideraciones estratégicas que no iban en la onda de los acuerdos de la Asamblea General de la ONU»23. Esta circunstancia era obviamente conocida por el selecto grupo que tomó la decisión, por lo que cabe concluir que, además de las consideraciones estratégicas, se consideraron otras, entre las que se añaden la intensa presión internacional y el papel jugado por Estados Unidos o por el propio Hassan II. Al monarca alauita no le interesaba que España se retirara en cualquier momento o de cualquier manera, prefería que su retirada se efectuara de una manera ordenada, es decir que se retirara como finalmente lo hizo. Al considerar detenidamente lo sucedido, la entrega del Sahara favoreció en mayor medida a Marruecos; de hecho la agenda que se marcó hasta la solución de la crisis fue la impuesta por el régimen marroquí, el gran beneficiario de la operación. 17 Tusell (2003), p. 226. 18 Bárbulo (2011), p. 326; Diego Aguirre (1988), pp. 739-740 y Villar (1982), p. 326. 19 Tusell (2003), p. 225. 20 Gil Pecharromán (2008), p. 395. 21 Declaraciones de Jaime de Piniés ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 14 de marzo de 1978, p. 25. 22 Declaraciones del general Eduardo Blanco y del general Gómez de Salazar ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 13 de marzo de 1978, 30, pp. 43, 50. 23 Gil pecharromán(2008), p. 395. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 6 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano La visita de la misión de Naciones Unidas, al mes siguiente, en mayo de 1975, es, sin duda, el acontecimiento que servirá de marco a las posteriores declaraciones del Gobierno español ante la prensa. El embajador permanente de España en las Naciones Unidas, Jaime de Piniés, informaba del hecho de la siguiente forma: «La misión estaba compuesta por el embajador de la Costa de Marfil, Simeón Ake, la representante de Cuba, Marta Jiménez y el de Irán, Manouche Pishva, acompañados por Francisco Villar, primer secretario nuestra delegación»24. El 12 de mayo de 1975, los representantes elegidos por la ONU para recorrer el territorio serían recibidos en El Aaiún por una multitud saharaui blandiendo banderas del Frente Polisario ante la pasividad y el asombro de las autoridades españolas. Éstas esperaban que los numerosos afiliados25 del partido creado por la administración española, el Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS), les hubieran recibido enarbolando consignas favorables a los intereses españoles, pero ocurrió lo contrario: «en su lugar se levantan múltiples banderas, negro, blanco, verde y rojo del Frente Polisario. Lo mismo ocurre en toda la región norte. Los gritos de autodeterminación e independencia son superados por los de “fuera España” y el “PUNS, traidor colonialista”»26. Carro se refiere a los incidentes producidos durante la misión de la siguiente forma: España invitó27 a una misión visitadora de la ONU [...] que se personó en el Sahara del 12 al 19 de mayo de 1975. Los sucesos fueron detalladamente narrados por la prensa. Sin embargo, es interesante destacar que en aquella oportunidad el F. Polisario dominó sorprendentemente la calle, produciéndose claras manifestaciones por la no continuación de la presencia española en el territorio28. El impacto de lo sucedido en el Sahara Occidental provocaría una inmediata reacción en Presidencia del Gobierno: Si la visita de la Comisión de las Naciones Unidas tenía por objetivo demostrar que la pobla-ción quería ser independiente y que rechaza[ba] la anexión por cualquier potencia limítrofe, el objetivo ha sido logrado. A favor de una libertad total de manifestación, expresión y co-municación con los comisionados de las Naciones Unidas, el pueblo saharaui, lo mismo el organizado políticamente en la clandestinidad [se refiere a los afiliados al Frente Polisario] que el implicado en la Administración así como la llamada masa neutra o mayoría silenciosa. Este podría ser el aspecto positivo de la visita. Pero hay también un aspecto negativo de importancia que se ha revelado en la ocasión de refe-rencia y que va a constituir un condicionante de las opciones políticas que adopte la potencia administradora: El pueblo saharaui se ha declarado opuesto a la continuación de la presencia española en el Territorio. Fueron minoritarias las voces de los notables y gentes del pueblo que se acercaron a la Misión con palabras de afecto a España y mayoritarias las opiniones de acerva crítica sobre la actuación de nuestro país en todo lo que respecta a la política y la administración del Territorio. […] Consideraciones que se valorarían en las variadas y hasta contradictorias conclusiones a las que se llegaba: 24 Piniés (1990), p.61. 25 Según las autoridades españolas, unos 15.000. 26 Diego Aguirre (1988), p. 689. 27 El 7 de diciembre de1966 España se comprometió en la ONU a aceptar la visita de una misión especial de las Na-ciones Unidas en el territorio, como se recoge en la resolución 2229 (XXI) de 20 de diciembre de 1966. Nótese que la visita se efectuaría nueve años más tarde, en mayo de 1975, un indicativo más de las fluctuaciones del Gobierno español en relación a la descolonización del Sahara. 28 Carro (1976), p. 23. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 7 1975: El último año del Sahara Espa ñol La situación actual después de la visita de las Naciones Unidas ha de ser reconsiderada urgen-temente dada la modificación de los datos del problema y la afloración de otros nuevos. Parece, pues, oportuno montar una nueva política que podría basarse en los siguientes razonamientos: 1. El problema del Sahara es principalmente internacional. Marruecos quiere anexionarlo con-tra la voluntad de la mayor parte de los habitantes del Sahara; lo mismo que con Mauritania, que con mayores afinidades saharauis, ve la posibilidad de aumentar su propia riqueza. Ar-gelia, sin alardear de ninguna reivindicación territorial, aspira a crear en el Sahara un Estado Revolucionario sobre el que puede ejercer un inexorable dominio. 2. En el Sahara hay una minoría pro-marroquí compuesta de comerciantes y de algunos miem-bros de las tribus del norte con muy poca influencia en la voluntad general del Territorio. Por ello Marruecos propone sencillamente que se le entregue el Sahara sin Referendum [sic]. […] 3. Igualmente, Argelia alienta y alimenta al Fpolisario [sic] cuyo tono revolucionario viene dado por los elementos jóvenes e intelectuales. […] Por lo tanto, el último punto de las conclusiones consideraba que: 8. Pudiera caber también una solución de acuerdo con alguno de los países: Marruecos o Arge-lia. En el primer caso sería posible salvar algunos intereses españoles y consolidar el régimen marroquí. En el segundo caso, tal vez pudieran salvarse también los intereses económicos españoles, pero la aparición de un país comunista al Sur de Marruecos derribaría al régimen del Rey Hassan y crearía en este país una situación revolucionaria29. En el documento, fechado en Madrid el 21 de mayo de 1975, sin firma, se evidencia que en Presidencia ya se debatía la opción de la entrega del Sahara a alguno de los países interesados, pero sobre todo a Marruecos o Argelia, aunque los motivos económicos parecía que pesaban en las decisiones, la importancia del componente político acabaría por imponerse. Enlazando con el anterior documento, tres días más tarde, el 24 de mayo, el ABC publicaba la siguiente nota del Gobierno bajo el titular: “España no pretende prolongar su permanencia en el Sahara. Declara su propósito de transferir la soberanía del territorio en el más breve plazo posible”; declaraciones efectuadas por el ministro de Información y Turismo, León Herrera, después de la reunión del Gobierno donde evaluaron los informes presentados por los ministros de la Presidencia del Gobierno, Asuntos Exteriores y el Ejército sobre la situación en la zona. Según los informes anteriores España continuaría con «la línea de actuación tradicionalmente mantenida», –línea de actuación contradictoria y fluctuante como queda patente–, y anunciaba públicamente en una declaración de cinco puntos la decisión tomada: El Gobierno confirma su deseo de cumplir con las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas, y al propio tiempo declara su propósito de transferir la soberanía del territorio en el más breve plazo que sea posible, en la forma y modo que mejor convenga a sus habitantes y a la satisfacción, en su caso, de cualquier legítima aspiración de países interesados en aquella zona, sin perjuicio de defender sus intereses en dicho territorio en el ámbito y por los cauces del Derecho Internacional. [...] Al propio tiempo hace constar que si por circunstancias ajenas a su voluntad se demorase la posibilidad de realizar tal transferencia de soberanía en términos que comprometan gravemente la presencia española en el Sahara se reserva el derecho, previa 29 Notas sobre la situación en el Sahara después de la visita de la Comisión de las Naciones Unidas. Madrid, 21 de mayo de 1975. Sin firma. Archivo General de la Administración (AGA), Sección África. Presidencia del Gobierno, caja 81/11579. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 8 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano la oportuna advertencia a las Naciones Unidas, de precipitar la transmisión de poderes, po-niendo fin definitivamente a su presencia en dicho territorio30. 2. De junio a septiembre de 1975 La nota oficial del Gobierno de Madrid no podía dejar indiferente al monarca alauita, de ahí que éste aprovechara la coyuntura para convocar con carácter urgente a los embajadores de Estados Unidos y de Francia a principios de junio. Sobre los propósitos o pormenores tratados en esta reunión existen dos versiones: una, la que facilita Charles Powell, y, otra, de un matiz muy distinto, la recoge López Pozas. Para el primero, el monarca sólo pretendía una intermediación de los países antes citados dadas las intenciones manifestadas por Madrid, intenciones que podían culminar en un conflicto armado31. Sin embargo, el segundo menciona esa misma reunión –con Francia y Estados Unidos– pero el tema a tratar sería otro: Hassan II les habría informado del acuerdo secreto al que acababa de llegar con España, por el cual su ejército ocuparía paulatinamente el territorio a medida que el Ejército español fuera abandonando determinados puestos y se los entregara a un “grupo afecto”32 antes de la entrega definitiva a las FAR33 (Fuerzas Armadas Reales por sus siglas en francés) marroquíes. Según el rey, el coronel Dlimi34 se había reunido en secreto en Ginebra con el general español Ricardo Arozarena Girón, jefe de la Sección de Información del Alto Estado Mayor35. Unos meses más tarde se produciría un incidente en un puesto fronterizo que reflejaría fielmente lo expresado por Hassan II. Además, sorprende que la forma de abandonar los puestos situados al este con la frontera argelina, se efectuara siguiendo las instrucciones detalladas en el mensaje, facilitando así la posterior entrada del Ejército marroquí por la zona nororiental del territorio, como así ocurriría a finales de octubre. El incidente en cuestión tuvo lugar en el puesto de Mahbes, pocos días después de la mencionada reunión, donde un presunto capitán del FLU36 (Frente para la Liberación y Unidad por sus siglas en francés) se presentó al mando de un pequeño grupo de hombres en el puesto para ocuparlo, «siguiendo los acuerdos adoptados entre su país y España»37. El puesto finalmente no se entregó al oficial marroquí. Las reuniones y los incidentes arriba mencionados ponen en evidencia las lagunas y la falta de explicación de muchos de los hechos ocurridos debido a la dificultad de acceso a los archivos donde podrían estar depositadas estas informaciones38. En consecuencia, resulta imposible determinar documentalmente la existencia de un acuerdo entre el Gobierno de Marruecos y España previo a los Acuerdos de Madrid de 14 de noviembre de 1975. Sí se puede reflejar la voluntad de compromiso de parte de la cúpula militar española con Marruecos, pero de nuevo no de todos los implicados en el proceso. Quizás ese acuerdo secreto habría tenido lugar pero el contenido del mismo nunca llegó a las 30 Hemeroteca.abc.es (1975, mayo 24). España no pretende prolongar su permanencia en el Sahara. (Consultado en: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1975/05/24/025.html.) 31 Powell (2010), p. 261. 32 Comillas del autor, López Pozas (2010), p. 110. 33 Forces Armées Royales (FAR ). 34 El coronel Ahmed Dlimi (fue ascendido a general durante la Marcha Verde) fue un militar que por su cercanía al monarca marroquí, Hassan II, ha sido considerado como el hombre más influyente después del rey (consultado en: http://elpais. com/diario/1983/01/27/ultima/412470005_850215.html). 35 La SIAEM fue creada en 1945 como el servicio de inteligencia del Alto Estado Mayor (AEM) del Ejército de Fran-co. En 1955 después de las firma de los acuerdos con Estados Unidos muchos de sus componentes viajarían a Estados Unidos y Gran Bretaña para formarse. 36 Front de Libération et de L’Unite (FLU) fue un grupo de carácter guerrillero apoyado y financiado por Marrue-cos, presuntamente integrado por saharauis pro-marroquíes y marroquíes. Grupo que se dedicó, mediante acciones de dudoso calibre, a hostigar al Ejército español en las zonas fronterizas con el Sahara. Fue creado a imitación del antiguo Ejército de Liberación (EL) marroquí, nacido durante la lucha por desprenderse del dominio francés en los años cincuenta del siglo X. 37 López Pozas (2010), p. 111. 38 Los archivos de referencia en todo lo relativo a la descolonización del territorio del Sahara Español son el Archivo Militar de Ávila y el Archivo de General de la Administración en Alcalá de Henares (AGA). Sin embargo, la mayor parte de la documentación que podría esclarecer lo sucedido está clasificada por la Ley de Secretos oficiales de 1968. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 9 1975: El último año del Sahara Espa ñol autoridades españolas del Sahara, que son las que tendrían que haberlo llevado a efecto. Además, sirve para ratificar la hipótesis de que un sector del Gobierno español ya estaba en junio firmemente dispuesto a retirarse unilateralmente del Sahara, porque esa decisión había sido tomada (citado anteriormente). Durante estos meses, también se prepararon una serie de operaciones ante la eventual retirada de España del territorio. La más importante fue la llamada Operación Golondrina, que tenía como misión la evacuación del personal civil y militar de la colonia. De nuevo, tanto Antonio Carro como el general Eduardo Blanco, relacionan la puesta en marcha de este dispositivo a raíz de los acontecimientos sucedidos tras el paso de la misión visitadora de la ONU, que para ellos explicaba la nota pública del Gobierno español de retirarse del Sahara cuanto antes: «A este efecto se ordenó elaborar urgentemente un plan de evacuación que, con la denominación de “Operación Golondrina”, se preparó minuciosamente durante el verano de 1975»39. Por su parte, el general Eduardo Blanco se expresaba así: Esta basculación total que se produjo en el pueblo saharaui fue, como digo, lo que ratificó a España en su propósito de marcharse. [...] Por eso, desde este momento se empezó a preparar la famosa operación “Golondrina”, que consistía en escalonar la evacuación de las personas civiles y militares40. Sin embargo, el coronel Luis Rodríguez de Viguri, secretario general del Gobierno del Sahara, ofrece una explicación completamente distinta. Según sus propias declaraciones en el Congreso tres años más tarde, el Alto Estado Mayor había encomendado al Mando Unificado de Canarias el estudio de la evacuación del Sahara «antes de esa insólita declaración de León Herrera, Ministro de Información y Turismo, de 23 de mayo»41(citado anteriormente), en la que España anunciaba su intención de abandonar el Sahara en breve. Es decir, probablemente antes también de que en Madrid se conociera la reacción con la que sería recibida la misión visitadora, que después sirvió de excusa tanto a las declaraciones de León Herrera, en nombre del Gobierno español de la voluntad de retirarse del Sahara, como al hecho de planear la evacuación del territorio ante la hostilidad mostrada por la población nativa hacia las autoridades españolas durante la visita de la Misión de las Naciones Unidas, argumentos esgrimidos por Antonio Carro y Eduardo Blanco. Es más, Rodríguez de Viguri, destaca que la situación de convivencia en el territorio comenzó a deteriorarse precisamente gracias a las declaraciones públicas del 23 de mayo, efectuadas por el Gobierno de Madrid, sobre todo, donde mencionaba que se transferiría la soberanía del territorio del modo más conveniente para sus habitantes, pero también intentando satisfacer las legítimas aspiraciones de los países interesados: «Este último párrafo lo consideramos gravísimo, porque deterioró enormemente la situación dentro del territorio»42. Posteriormente, el 20 de septiembre, el Mando Unificado de Canarias pone en marcha el plan de operaciones conjuntas 1/75 u Operación Trapecio, dispositivo de carácter militar, que tenía como objetivo la preparación ante una eventual lucha guerrillera desplegada por el FLU o incluso por las FAR marroquíes, que intentarían ocupar la zona norte del territorio, si España llegaba a un acuerdo con el Frente Polisario. Uno de los objetivos de la operación comprendía «disuadir al posible adversario mediante la presencia de fuerzas adecuadas, manteniendo la integridad y soberanía de los territorios y espacios de la zona de responsabilidad, en caso necesario, mediante un acción rápida y contundente»43. En definitiva, hasta última hora convivieron actitudes diversas entre los implicados en la decisión, como lo prueba la reunión secreta en Argelia entre varios líderes del Frente Polisario, las autoridades españolas en el Sahara y el ministro español de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina. Un intercambio de prisioneros se utilizaría para servir de excusa ante un posible acercamiento de posturas entre el Polisario 39 carro (1976), pp. 23-24. 40 Declaraciones del general Eduardo Blanco ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comi-siones), 13 de marzo de 1978, PINIÉS (1990), p.40. 41 Declaraciones del general Rodríguez de Viguri ante CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Co-misiones), 13 de marzo de 1978; Piniés (1990), p. 7. 42 Declaraciones del general Rodríguez de Viguri ante la CAE. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (Comisiones), 13 de marzo de 1978; Piniés (1990), p. 5. 43 Diego Aguirre (1988), p. 735. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 10 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano y Madrid44. Posteriormente, a finales de octubre, se contempló la posibilidad de la entrega del territorio al Frente Polisario45. Estas negociaciones siempre han sido negadas por Presidencia del Gobierno. Mientras, en agosto, Hassan II sorprendía con unas nuevas declaraciones donde reafirmaba su pro-pósito de apoderarse del Sahara –“liberar” fue la palabra empleada–, independientemente del veredicto del Tribunal Internacional de Justicia46. De hecho, Hodges sostiene que sería durante este mes de agosto cuando Hassan II comenzase en secreto los preparativos de la Marcha Verde: « Los trámites logísticos que implican transportar a 350.00047 personas desde todo el territorio de Marruecos hacia el desierto, con los suministros adecuados de agua, gasolina, y tiendas, eran de enormes proporciones, pero Hassan revelaría que los preparativos habían comenzado dos meses antes»48. El embajador español en las Naciones Unidas, Jaime de Piniés, al hacerse eco de las alarmantes declaraciones del monarca, lo denuncia ante la organización,49 además de advertir al Gobierno español. Aunque parece ser que éste ya estaba ampliamente informado del comienzo de la preparación logística de la marcha por los servicios de información del Gobierno y del Alto Estado Mayor en el país vecino. Es más, el embajador español en Rabat, –Martín Gamero– había recibido informes de confianza que no dejaban dudas sobre las intenciones del monarca, semanas antes del anuncio mismo de la marcha50. 3. Octubre de 1975: “El Desenlace” El 1 de octubre, España informa en la ONU de que, sea cual fuere el dictamen del TIJ, al no ser vinculante, no afectaría a la futura celebración del referéndum que tendría lugar el primer semestre de 1976. Estas declaraciones no se explican si no fuera por la intención del Gobierno de Madrid de quedar exonerado de la entrega. El director de la CIA, W. E. Colby, informó al secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, a primeros de octubre, exactamente el día 3, de las intenciones de Rabat de invadir el Sahara en las próximas semanas, por el temor del monarca al informe desfavorable tanto de la misión visitadora como del dictamen del Tribunal Internacional de Justicia. Es decir, independientemente del resultado estaba decidido a hacerse con el Sahara51. El memorándum enviado por el director de la CIA a Kissinger se trata de un amplio informe encabezado por el título: “Planes marroquíes de invasión del Sahara”. El informe de cuatro folios, comienza con una breve introducción que contempla los peligros de la continuación del Ejército español en el Sahara y sus inmediatas consecuencias militares y políticas para las partes implicadas (España, Marruecos, Mauritania y Argelia): Con el Ejército español aún en el Sahara, podría estallar un serio conflicto. Si Marruecos pierde este juego podría llevar a la caída del gobierno en Rabat. Por otra parte, un conflicto armado prolongado y numerosas bajas españolas provocarían una crisis política en Madrid. Incluso existe la posibilidad de que Argelia se sumara al conflicto. Mauritania, que también ha reclamado su parte del Sahara español, es más probable que eluda verse envuelta en una lucha armada prolongada52. 44 Hodges (1983); López Pozas (2011) y Powell (2010). 45 Diego Aguirre (1988), p. 747 y ss. 46 Zunes & Mundy (2010), p. 284. 47 El número es muy simbólico porque representaba la cantidad de nacimientos por año en Marruecos. 48 «The logistics of transporting 350,000 people to the desert from all over Morocco, with adequate suppliers of food, water, fuel, and tents, were daunting, but Hassan revealed that preparations had begun two months beforehand». Hodges (1983), p. 211. 49 Piniés (1990), p. 78. 50 Diego Aguirre (1988), p. 19. 51 Powell (2011), p. 264. 52 «With the Spanish military still in the Sahara, a serious conflict could develop. If Morocco loses this gamble, it could ultimately lead to the downfall of the present government in Rabat. On the other side, prolonged fighting and heavy Spanish casualties could provoke a political crisis in Madrid. There is also potential for drawing Algeria into the conflict. Mauritania, which also has claims to Spanish Sahara, is likely to avoid any military involvement». Memorandum for Henry A. Kissinger. Moroccan Plans to Invade Spanish Sahara, October 3, 1975. NARA, CIA, secret, box 78. No. 751003. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 11 1975: El último año del Sahara Espa ñol El resto del informe presenta un profundo análisis militar –siempre desde el punto de vista de Estados Unidos– de la crisis abierta en este territorio comparando básicamente la importancia de las fuerzas de los posibles contendientes, en este caso Marruecos, España e incluso Argelia. Aparte del análisis militar, destaca la importancia que un conflicto de esas características tendría en el plano político, y que Hassan II habría juzgado muy a ligera la probable respuesta española ante una invasión53. El 15 de octubre la misión visitadora presenta sus conclusiones en un informe que pasa completamente desapercibido, debido a la gravedad de los sucesos posteriores. Dicho informe demuestra el grado de madurez política a la que había llegado la población del Sahara español, que manifiestamente reclamaba su independencia y apoyaba sin ambages al Frente Polisario. El 16 de octubre de 1975 el Tribunal de la Haya emite su veredicto sobre el Sahara. El tribunal reconoce la existencia de una serie de lazos jurídicos, un tipo de vasallaje entre algunas –sólo algunas– tribus del Sahara54 con respecto a Marruecos y el complejo mauritano. Aun así, concluye que no es óbice para no continuar con el proceso de autodeterminación del territorio: Así pues, se pueden resumir las conclusiones del TIJ de la forma siguiente: en el momento de la colonización española existían lazos jurídicos de sumisión (allégeance)55 entre el sultán de Marruecos y algunas tribus del Sahara occidental. De la misma forma este territorio tenía con el conjunto mauritano lazos jurídicos, comprendiendo ciertos derechos relativos a la tierra. Pero no había ningún vínculo de soberanía territorial entre el Sahara y Marruecos o el conjunto mauritano. Éste punto no era discutible, a diferencia de los dos primeros56. Unas horas más tarde, la Secretaría de Estado para la Información marroquí lanza un comunicado que anuncia una conferencia de prensa de Hassan II en Rabat. Se trata de la famosa aparición donde el monarca alauita reinterpreta el veredicto del Tribunal Internacional de Justicia: […] que existieron siempre firmes lazos entre Marruecos y el Sahara Occidental –ha fallado a favor nuestro, sin lugar a dudas–. A tenor de ello, Marruecos no tiene otras protestas ni gestiones que emprender, ni políticas, ni diplomáticas. Al manifestar su gozo y su alegría por el espíritu de justicia que ha imperado en el TIJ. Marruecos recuerda que durante 20 años ha estado buscando soluciones pacíficas con España y oponiéndose a sus maniobras dilatorias. Desde ahora, pues, Marruecos tomara las medidas que exija la situación57. Horas después, el monarca marroquí anunciaba públicamente la Marcha Verde, este anuncio provocaba varias reacciones ante sus posibles consecuencias: el Departamento de Estado avisaba a las autoridades españolas; incluso el secretario de Estado Henry Kissinger se veía obligado por las circunstancias a enviar un mensaje a Hassan II, mensaje del que fue informado el ministro Cortina, para que no llevara a cabo ninguna acción unilateral58. De todas formas, asombra el mensaje de alarma de la CIA, además del posterior de Kissinger. No cabe duda de que si las autoridades españolas estaban al tanto de los preparativos logísticos de la marcha también lo habrían estado las autoridades estadounidenses. La sospecha sobre su activa participación en la marcha no ha podido ser confirmada por la documentación desclasificada hasta el momento; sospecha según la cual los preparativos de la marcha habrían sido planeados por un reducido grupo de marroquíes ayudados por ciertos consejeros de EE UU. Como colofón, Kissinger, de visita en Jerusalén el 21 de agosto, habría dado luz verde al proyecto utilizando un curioso mensaje cifrado enviado por telegrama 53 «We believe King Hassan has seriously misjudged the likely Spanish response to an invasion» Igual que en la cita anterior. 54 Excluyendo a la de los Erguibat y los Tekna, que eran las tribus mayoritarias del territorio. 55 Obligación de obediencia y lealtad a un soberano. 56 Diego Aguirre (1988), p. 724. 57 Hassan II anuncia el veredicto del TIJ, 16 de octubre de 1975. Archivo General Militar de Ávila. Documentos del Gobierno General del Sahara, caja 21625, legajo sin clasificar. 58 Powell (2011), p. 265. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas d 12 e Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 Silvia Ángel Santano a Rabat: «Laissa podrá andar perfectamente dentro de dos meses; él la ayudara en todo»59. Diego Aguirre asegura su veracidad porque dicho mensaje habría sido reproducido en varias publicaciones, sin embargo obvia citar el nombre de alguna de ellas para poder verificar su autenticidad. Por su parte Powell, conocedor de la rumorología, adopta una actitud prudente cuando afirma que, de acuerdo con la documentación por él consultada la participación estadounidense en la marcha no quedaba confirmada pero tampoco se atreve a negarla60. Aporta, sin embargo, un dato curioso: el director adjunto de la CIA, Vernon Walters, se encontraba en ese momento en Rabat. Powell, de manera liviana lo explica «por la cercanía de éste con Hassan II»61. A Vernon Walters le unía una vieja amistad con Hassan II forjada durante la Segunda Guerra Mundial62. Otro hecho a considerar trata la importancia de la permanencia en el trono de Hassan II, dato que, al profundizar en la investigación, se revela clave para la otra parte implicada, esto es, España. Hasta el punto de que el general Gutiérrez Mellado, comandante general de Ceuta y delegado del Gobierno en la ciudad, lo menciona en las cartas que envía al por entonces presidente del Gobierno, Arias Navarro: «Hassan II ha ido demasiado lejos y se encuentra en un callejón sin salida si no le ayudamos, al menos algo, para que pueda salvar la cara; el no obtener un cierto éxito, si no todo, le puede costar la vida, ade-más del trono y él lo sabe». El general, que pronunció estas palabras en el verano de 1975, presagiando las consecuencias de las maniobras del monarca, se consideraba partidario de «jugar la carta marroquí [...] ateniéndonos también a las consecuencias»63. Conclusiones Si se analizan con detalle los sucesos acaecidos durante el último año del Sahara Español, se observan una serie de contradicciones a las que aún no se ha encontrado una respuesta satisfactoria. Este artículo ha pretendido, mediante el uso de fuentes primarias no investigadas -documentos secretos de la CIA y del AGA- y la observación exhaustiva de una selecta bibliografía, poner en tela de juicio la explicación oficial dada por el régimen de Franco al respecto de la controvertida descolonización del Sahara Español. Por lo tanto, se puede concluir: 1. Que la decisión de deshacerse del Sahara debió de tomarse, o al menos considerarse, a primeros de año como lo prueban los informes secretos de la CIA del mes de febrero de 1975. 1. Que con toda probabilidad el estamento militar fue definitivo en la toma de esta postura, hecho que se constata no sólo en los informes antes aludidos de la CIA, sino también en la correspondencia del general Gutiérrez Mellado, ciertas reuniones del Alto Estado Mayor mencionadas en la bibliografía citada, además de las declaraciones ante el Congreso (1978) de varios de los implicados en el proceso, como ejemplo las de Jaime de Piniés. 2. Que las postrimerías del régimen de Franco acusaron una fragmentación más patente de las conocidas como “familias del franquismo”, segmentación caracterizada por la diferente y controvertida forma de actuar de las administraciones implicadas, Presidencia de Gobierno, Asuntos Exteriores y el Alto Estado Mayor. 3. Que el Alto Estado Mayor, representativo de la importancia del Ejército en la estructura franquista, estuvo directamente involucrado en una cuestión que nunca le fue ajena. 4. Que las autoridades militares del Sahara Español fueron, de manera deliberada, apartadas de la decisión de traspasar la colonia a Marruecos. 5. Que el ministro de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina, y el representante permanente de España en la ONU, Jaime de Piniés, fueron dos de las personas que intentaron, por todos los medios, que el 59 Diego Aguirre (1988), p. 20. 60 Powell (2011), p. 280. 61 Powell (2011), p. 280. 62 Zunes & Mundy (2010), p. 279. 63 Tusell (2003), pp. 200-201. Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 2386-5571, Las Palmas de Gran Canaria. España (2016), núm. 62: 062-005, pp. 1-14 13 1975: El último año del Sahara Espa ñol Gobierno de Madrid se ajustara a la legalidad internacional y cumpliera con los compromisos adoptados en las Naciones Unidas. 6. Que la cuestión de la colonia del Sahara Español había sido un tema privativo de Presidencia de Gobierno, por encima de las opiniones de las otras partes afectadas, como Asuntos Exteriores o las autoridades españolas del territorio. 7. Que las diversas opciones que se plantearon para resolver el futuro del Sahara fueron tantas como administraciones implicadas. 8. Que la disparidad de opiniones de los estamentos franquistas demuestra su desunión ante un complejo asunto con graves implicaciones internas y externas. 9. Que el asunto de la descolonización del Sahara Occidental puso de manifiesto la existencia de un fuerte debate interno dentro del franquismo. 10. Que la falta de sintonía dentro del régimen con respecto al problema sahariano acabaría reflejando la tremenda descomposición en la que se encontraba. 11. Que Presidencia de Gobierno llegó a considerar la opción de un Sahara Occidental independiente bajo tutela española, con la connivencia de las autoridades militares españolas en el territorio. 12. Que pesaron más las razones geopolíticas orientadas al mantenimiento del reinado de Hassan II y la estabilidad de la zona, que las encaminadas a proteger los derechos de los saharauis. 13. Que la decisión última del traspaso del Sahara a Marruecos se debió a consideraciones alejadas del peligro de la Marcha Verde o la enfermedad de Franco. En definitiva, este artículo ha dejado patente la necesidad de investigar de manera profunda las serias contradicciones que rodean al hecho del traspaso de la última colonia española, el Sahara Occidental, a Marruecos y Mauritania. Con ese objetivo se hace perentorio que los responsables políticos se replanteen un acceso completo a las fuentes que podrían ayudar a esclarecer los motivos reales que llevaron al Gobierno de Franco a actuar de ese modo. BIBLIOGRAFÍA Fuentes Primarias Archivo General de la Administración (AGA): Notas sobre la situación en el Sahara después de la visita de la Comisión de las Naciones Unidas. Madrid, 21 de mayo de 1975. Sin firma. Archivo General de la Administración (AGA), Sección África. Presidencia del Gobierno, caja 81/11579. Archivo Militar de Ávila: Hassan II anuncia el veredicto del TIJ, 16 de octubre de 1975. Archivo General Militar de Ávila. Documentos del Gobierno General del Sahara, caja 21625, legajo sin clasificar. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisión de Asuntos Exteriores: Declaraciones de Jaime de Piniés ante la Comisión de Asuntos Exteriores (CAE). 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