ÁNGEL VALBUENA PRAT.
ENTORN DE LA POESIA
ÁNGEL VALBUENA PRAT. ON POETRY
Antonio Henríquez Jiménez*
Resumen: Se comenta y se transcribe
un artículo, en catalán, hasta
ahora desconpcido por la crítica,
del yrofesor Angel Valbuena Prat,
en e que habla sobre un aspecto de
la poesía de Tomás Morales, y que
le sirve para caracterizar el tratamiento
del mar en los poetas canarios
Saulo Torón y Luis Benítez
Inglott.
Palabras clave: Miguel Benítez Inglott,
Claudio de Lorena, Mirador,
Tomás Morales, Eugenio d;Ors, poesía
canaria, Saulo Torón, Angel Valbuena
Prat.
Recibido: 19 de septiembre de 2010
Aceptado: 8 de abril de 2011
Abstraet: An article, written by the
professor Ángel Valbuena Prat in
Catalan, is transcribed and analysed.
This article, unknown to the
critics as of the date touches upon
an aspect of the poetry of Tomás
Morales, is used to likewise characterise
the treatment of the sea in
the work of the Canary poets, Saulo
Torón and Luis Benítez Inglott.
Key words: Miguel Benítez Inglott,
Claudio de Lorena, Mirador, Tomás
Morales, Eugenio d'Or;s, Canary
poetry, Saulo Torón, Angel Valbuena
Prat.
El profesor Ángel Val buena Prat, desde que preparara su
discurso sobre la poesía canaria para la apertura del curso de la
universidad de La Laguna de 1926, siguió dando noticias en
distintos medios de aspectos de la misma, con nuevas consideraciones
y sugerencias, hasta publicar su Historia de la poesía
canaria en 1937, y reintegrar posteriormente las principales
* Licenciado en Filosofía y Letras. Jubilado. Centro Asociado de la UNED
de Las Palmas de Gran Canaria. CI Cirilo Moreno, 3, 2.° E. 35007. Las Palmas
de Gran Canaria. España. Correo electrónico: ahenriquezj@gmail.com
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ISSN 0570·4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 679-702 679
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2 ANTONIO HENRtQUEZ JIMÉNEZ
noticias en las sucesivas ediciones de su Historia de la Literatura
Española. Esos textos, salvo la Historia de la poesía canaria,
los recogió David González Ramírez en Paisaje, mar, reinos interiores.
Ensayos sobre la poesía canaria. Allí afirmaba el investigador1
que era «consciente de que futuros rastreos por la prensa
local» podrían «deparar nuevos hallazgos». Un poco después,
el que esto escribe firmaba con David González un artículo donde
se aportaba uno de esos hallazgos, lo que escribió Valbuena
a la muerte de Domingo Rivero, sacado de uno de los pocos
números del periódico Islas, que en Madrid llevaban los entusiastas
canarios Elfidio Alonso, Rafael Navarro y Julián Vidal
Torres: «El responso a D. Domingo Rivero»2, conseguido gracias
a la generosidad del poeta y estudioso Manuel González Sosa.
Esta vez traigo a la luz otro escrito de Valbuena sobre la poesía
canaria. Ahora se trata de una mirada a un aspecto de la
poesía de Tomás Morales, que le sirve para caracterizar el tratamiento
del mar en Saulo Torón y en Luis Benítez Inglott. Por
ahora, y esperando que los rastreos he mero gráficos muestren
nuevos resultados, es la última aportación en una publicación
periódica de un artículo de Valbuena sobre los poetas canarios
antes de elaborar su Historia de la poesía canaria.
Hay un elemento en el texto que no he sabido identificar literalmente
en lo que se conoce de lo publicado por Valbuena
sobre Tomás Morales, y que posiblemente se refiera a otro escrito
suyo que aún no conocemos. Apunta Valbuena: «Ya he señalado
en otra parte cómo hay en Morales una lucha entre el discípulo
formal de Rubén y el creador de una nueva escuela, de
un mundo nuevo.» Sí se encuentra en sus estudios la adscripción
de Morales a la escuela de Rubén Darío, pero no exactamente
con la palabra <<lucha»3.
1 Cf. VALBUENA PRAT (2008), p. 17.
2 GONZÁLEZ RAMíREZ y HENRÍQUEZ JIMÉNEZ (2009), pp. 135-154.
3 Es posible que Valbuena se esté refiriendo a la siguiente frase de su discurso
de 1926: «Yo creo que Rubén fue más perjudicial que ventajoso a
Morales; acaso por él sea una figura de precursor más que de clásico, desigual,
desconcertante, que en muchos casos equivocó el camino»; frase que
dulcificará posteriormente en la Historia de la poesía canaria del siguiente
modo: «Acaso Rubén pudo ser más perjudicial que ventajoso a Morales; qui-
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 3
Otro posible escrito de Val buena sobre Tomás Morales tampoco
ha sido encontrado. Se trata del trabajo enviado a El
Tribuno de Las Palmas para un homenaje que proyectaba rendir
al poeta del mar, luego pospuesto y, al parecer, jamás llevado
a efecto. Leemos en el número del 12 de octubre de 1927
(<<El homenaje a Tomás Morales»):
Con ocasión del séptimo aniversario de la muerte de Tomás
Morales, anunciamos el homenaje en proyecto, consistente en
dedicarle un número extraordinario. En vías de realización, podemos
anticipar que probablemente a fines del corriente mes el
número homenaje a nuestro ilustre poeta tendrá su realización.
Hemos escrito muchas cartas a Madrid y provincias, y aún estamos
recibiendo originales. Hasta la fecha hemos recibido lo siguiente:
Una expresiva carta del ilustre escritor Eduardo Gómez
de Baquero (Andrenio), un trabajo del Catedrático de la Universidad
de La Laguna, Ángel Valbuena Pral...
Es muy verosímil, por lo que veremos, que este escrito que
hoy presento de una revista catalana sea el enviado en octubre
de 1927 al periódico grancanario.
El artículo del que hablo apareció en el barcelonés Mirador,
Setmanari de literatura, art i política, en su número 194, el 20 de
octubre de 1932, página 6, dentro de la sección «Les lletres». La
novedad del artículo, con respecto a los anteriores de Valbuena
sobre poesía canaria, es que está escrito en catalán, como todo
lo que aparecía en el semanari04•
La colaboración de Valbuena en Mirador viene ilustrada con
el cuadro de Claudio de Lorena El port d'Ostia, más exactamente
zá por él, sea una figura a veces más arquitectónica que emotiva, desconcertante,
que en algunos casos equivocó el camino. Cuando acierta genialmente
[ ... ] no podemos menos de emitir la palabra retórica, divina retórica si se
quiere, pero retórica al fin. El mar mitológico de Rubén se ha robustecido
con los golpes de cíclope del insular, pero ese mar no es el mar lírico, el verdadero
sentido del mar en el poeta isleño, que encontramos hoy. Morales [ ... ]
es fundamentalmente un clásico cerrado, contorneado, esquemático; los continuadores
harán románticos sus temas.»
4 En el núm. 165, de Mirador (31-I1I-1932), firma Guillermo Díaz Plaja,
con sus iniciales, el artículo «Una incorporació. Angel Valbuena i Prat», ilustrado
con una foto de Val buena, donde habla de su incorporación a la cátedra
de la Universidad de Barcelona y da noticias sobre su carrera y sus
trabajos.
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4 ANTONIO HENR.ÍQUEZ llMÉNEZ
el Embarque de Santa Paula en Ostia, que se encuentra en el
Museo del Prado. Se intitula «Entorn de la poesia» y es un ejemplo
del método del profesor catalán, tan bien explicado por
David González en su Historia y vanguardia. La aventura crítica
de Ángel Valbuena Prat en Canarias, de estudiar la literatura valiéndose
de los aportes de otras disciplinas: los estudios de arte
musical, pictórico, arquitectónico, de filosofía, etc.
Como título, emplea Valbuena un término de la pintura:
«Entorno»5. La finalidad del artículo es mostrar «el marco adecuado
a la época inmediatamente pretérita y al presente colmado
de futuro». Da unas notas sobre la estética del fin del siglo
XIX y la de comienzos del XX, el llamado novecentismo, y se
vale de los sonetos marinos de Tomás Morales, para ver cómo
en ellos aparecen los dos momentos estéticos. Acude varias veces
a lo ya expresado por él desde el discurso de La Laguna en
1926 sobre el poeta canario. Aquí profundiza en un aspecto de
su poesía y trata de demostrar cómo Tomás Morales, en sus
sonetos marinos, es un poeta novecentista con aspectos de la
estética del fin de siglo, un poeta clásico, con algún resabio
romántico (en el amplio sentido de esta palabra). Este aspecto
romántico se explicita en la célebre frase de Amiel sobre el paisaje
(a quien no nombra), en Kant, en Beethoven y en el Fausto
goethiano. El artículo continúa dando unas notas sobre la consideración
del mar en Saulo Torón y en Luis Benítez Inglott.
En el contenido del tomo 11 de la Historia de la poesía canaria,
«que aparecerá en breve», publicado al final del tomo I de
1937, se encuentra el epígrafe del que el artículo que ahora presento
podría formar parte. Se trata del capítulo VIII: «Sentimiento
del mar (Saulo Torón, Benítez Inglott)>>. En el capítulo
XI, «Las últimas tendencias de sentido clasicista», retomaría
posiblemente Val buena lo dicho sobre el clasicismo de Tomás
Morales, para referirse a los nuevos poetas canarios de entonces
(1932). El título del capítulo VIII del nonato tomo 11 parecería
indicar la dedicación de un espacio más amplio a los dos poe-
5 Los términos «situar», «buen ver», «distinguir», «ver los contornos, los
límites» son empleados en la práctica crítica de reseñista de Valbuena. He
traducido, de entrada, el título como «Entorno de la poesía», sabiendo que
la traducción más lógica debe ser «En torno a la poesía».
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 5
tas que cita; pero nos encontramos con que en «Entorn de la
poesía» se concluye con las consideraciones sobre Torón y
Benítez Inglott, después de dedicar la mayor parte del artículo,
y su remate final, a ejemplificar con textos de Tomás Morales.
¿Estaría en la mente del crítico amplificar este estudio, añadiendo
citas de los dos poetas que se encuentran entre paréntesis en
el anunciado título del capítulo VIII del no nacido tomo segundo
de su Historia de la poesía canaria? En la página 79 del tomo
que vio la luz, Valbuena afirma: «Sobre el mar de Morales, insistiremos
en el cap. VIII. Dejamos para él la parte teórica, que,
separada, quitaría unidad al ensayo, que hemos contenido en
dicha subdivisión». Y continuaba señalando como anticipación
al capítulo VIII los dos mares de Morales: «el mar de puerto y de
nave y el mar mitológico», para dedicarse en la página siguiente
a presentar los títulos de los poemas donde se patentizan estos
dos mares.
¿Se publicó «Entorn de la poesia» en la prensa de las Islas?
¿Dio cuenta de él alguna publicación canaria? No lo sabemos,
ni tenemos, por ahora, noticias de que se tradujera en las Islas
o de que, al menos, fuera comentado por algún amante de Tomás
Morales, Saulo Torón o Luis Benítez Inglott. Es de destacar
cómo Val buena, a pesar de su amistad más cercana con los
escritores de Tenerife, y su incardinación a las actividades del
grupo de creación de los jóvenes que sacaban La Rosa de los
Vientos, siempre incidió en señalar valores de poetas del Oriente
canario; lo que indica su independencia crítica y el posible
«resentimiento» de alguno de sus alumnos y amigos de Tenerife.
Ni a los redactores de La Rosa de los Vientos, y menos a los
posteriores redactores de Gaceta de Arte (enfrentados en su
mayoría a los que habían hecho La Rosa de los Vientos), les resultaba
cómodo referirse a los padres de la modernidad poética
canaria. El profesor universitario, inserto ahora en el ambiente
barcelonés, sigue insistiendo en los valores que reseñaba en
1926, y encontrando materia para resaltar sus aportes poéticos.
En este artículo no nombra sino a Tomás Morales, Saulo Torón
y Luis Benítez Inglott, y al final, alude, junto a Benítez, a Pedro
Perdomo Acedo. Anotemos que, al publicarse el «Entorn de la
poesía» de Valbuena, Gaceta de Arte ya llevaba casi un año de
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6 ANTONIO HENRIQUEZ nMÉNEZ
andadura. Las diferencias de criterio de algunos de sus redactores
con los «amigos» de Valbuena pueden estar en el origen de
que no se publicase o comentase este escrito en las Islas. David
González nos recuerda lo que Agustín Espinosa afirma en su
artículo «Romancero de los pueblos del sur de Tenerife»6 sobre
la recepción del discurso de Valbuena de 1926: «tan mal recibido
por las mezquindades provinciales de algunos de nuestros
actuales poetas»7. También puede suceder que el artículo fuera
ya conocido del público canario por haber aparecido en el homenaje
proyectado por El Tribuno.
También es de considerar el hecho de que Valbuena no cite
ahora a Alonso Quesada, cuando ya en su discurso de La Laguna
hablaba de su «mar íntimo y lírico», lo mismo que del de
Fernando González y Manuel Verdugo. Allí se fijó más en el mar
mitológico de Morales de la «Oda al Atlántico», cuyos versos
cita ampliamente y que califica de «maravillosa». Sobre Saulo
Torón, habla del «autor de un poema exclusivamente marino»,
calificando El caracol encantado de «sinfonía marina» y adscribiéndolo
a la estela de Juan Ramón Jiménez. A Luis Benítez
Inglott solamente se le cita al final del discurso, donde nombra
a todos los poetas nuevos, desde Claudio de la Torre hasta Pedro
Bethencourt. Su nombre aparece rodeado de los de Josefina
de la Torre y Pedro Perdomo Acedo (también citado en Mirador).
Apunta Valbuena al final de su discurso, en el apresurado
y algo caótico «Apéndice biográfico» (devenido sólo en biblio-
6 ESPINOSA (24-01-1032).
7 Véanse las páginas 77 y 78 del citado libro de David González Ramírez,
Historia y vanguardia ... , donde se dan otras noticias del rechazo. Agustín
Miranda Junco había defendido de un «crítico» (José Ria!, en La Provincia)
uno de los «Parerga» de Valbuena, aparecido en La Rosa de los Vientos (Diario
de Las Palmas, 8-06-1927). Otro de los que arremete contra algún escrito
de Valbuena es Juan Sosa Suárez, periodista metido a crítico, que jamás
comprendió la nueva literatura (Véase El Progreso de Tenerife, 21-11-1927).
Estos dos críticos citados, y alguno más, no tienen ni la sensibilidad por lo
nuevo ni los conocimientos de los redactores de La Rosa de los Vientos, ni de
la posterior Gaceta de Arte. Una de las alumnas de Valbuena, María Rosa
Alonso, nos habla de los dos grupos oponentes, los «valbuenistas» y los
«verduguistas», refiriéndose al poeta Manuel Verdugo, encontrado con los
«modernistas», al recordar «La generación de Gaceta de Arte», en La ciudad
y sus habitantes, ALONSO (1984), p. 219.
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 7
gráfico) que la poesía «Sendero de luz» de José Hernández
Amador es «una de las más bellas interpretaciones del mar en
la lírica canaria»8.
Continúo exponiendo cronológicamente las opiniones de
Valbuena sobre la consideración del mar en los tres poetas canarios
aludidos en el artículo que presento hoy del semanario
Mirador, valiéndome de la comodísima compilación citada del
profesor David González Ramírez9• En «La lírica canaria», de
julio de 1927 (La Gaceta Literaria), habla Valbuena del mar de
Benítez Inglott, citando el poema «Jesús sobre las olas»lO, que,
afirma, proviene de Alonso Quesada; y, por supuesto, también
trata del mar de Saulo Torón.
En julio de 1927 firma Valbuena el artículo «Saulo Torón»,
publicado en diciembre en La Rosa de los Vientos, de Tenerife.
Se trata de un escrito poético más que crítico, en la línea
creacionista de los redactores de la revista. Allí habla, sobre
todo, de El Caracol encantado. Alude ahora a que Saulo «dejó
pasar al mar clásico. Y vio una inmensidad divina y suprema».
En «El momento actual en la lírica canaria»l1, ya habla
abiertamente Valbuena de Modernismo, Generación del 98, Escuela
de Juan Ramón y de Últimas tendencias (los títulos de un
curso de conferencias dado en Santa Cruz de Tenerife), tal como
lo hará en La poesía española contemporánea 12. El hecho de que
en el artículo de Mirador no se hable en estos términos es otro
dato para adscribir su génesis en 1927. De Morales dice que
«incorporó la poesía insular al panorama lírico europeo, en el
momento del triunfo de Rubén». Aparecen los términos «cantor
del puerto y del mar mitológico», «sentimentalidad», «contorno13
de línea clásica». De Alonso Quesada, destaca ahora «otro
8 Hoy parece una concesión de Valbuena. Se trata de un poema patriótico
hispánico.
9 Cf. VALBUENA PRAT (2008).
10 Este poema aparece en la pequeña antología que se halla al final del
artículo. Curiosamente no se encuentra allí el poema esperado de Saulo
Torón.
11 VALBUENA PRAT (25-03-1928).
12 VALBUENA PRAT (1930 b).
13 Nótese que es la palabra que se encuentra en el título catalán del
artículo de Mirador.
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8 ANTONIO HENRfQUEZ JIMÉNEZ
mundo» distinto al de Morales. De Saulo, recoge su impresión
sobre El caracol encantado, en la línea de Juan Ramón Jiménez,
sobre todo «el sentimiento del mar ilimitado». Se extiende en lo
último en poesía en Canarias, hablando sobre Agustín Miranda
Junco. En él resalta las influencias de Gerardo Diego, Rafael
Alberti y García Lorca. No califica su mar, sino que habla de «la
consubstancial materia lírica canaria -el mar, la playa, el ansia
de cosmopolitismo, el folklore-», y de «la recreación de los elementos
genuinamente canarios.»
En «Dos poetas canarios del Siglo de Oro»14, se vale de una
cómoda contraposición entre poetas de mar y poetas de tierra
para caracterizar las obras de los poetas grancanarios y de los
tinerfeños, en las personalidades de Cairasco de Figueroa y de
Antonio de Viana. Al hablar del «temperamento retórico» de
Cairasco, alude a Tomás Morales. El mar de Cairasco «es mitológico
», «pero es el mar que envuelve a las islas». «En el mar
--dice- denso de la humanidad de los albores del barroco [oo.]
surge vibrante, renacentista, el carro de Poseidón, que verá después
-en brillar de orquesta wagneriana- el poeta de Las rosas
de Hércules». Remata el artículo, con lo siguiente: «En suma,
en Cairasco se unen el mar renacentista y el paisaje retórico con
la cultura universal del "cosmopolitismo". Sustituyendo el término
Renacimiento por el de "Modernismo" -en el sentido
concreto de la escuela de Rubén Darío- encontraremos una
fórmula que coincide con la de la lírica del mayor de los poetas
canarios contemporáneos: Tomás Morales.»
En «Unamuno y Canarias»15, se ve precisado, como es normal,
a hablar del mar de Alonso Quesada, ya que Unamuno le
prologó El lino de los sueños (1915).
En la monografía La poesía española contemporánea (1930),
Valbuena habla de Morales como poeta canario y como discípulo
de Rubén. En cuanto al tema del mar, afirma que comienza
«por un mar de puerto y de nave», para llegar al mar mitológico;
en los sonetos sobre el puerto, junta los comentados términos
clasicismo y melancolía. En la «Oda al Atlántico», se presenta el
mar mitológico y el canto a la nave, y es considerada como «la
686
14 VALBUENA PRAT (23-08-1929, 10-09-1929 Y 30-09-1929).
15 VALBUENA PRAT (1930 a).
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 9
mayor dignificación -en verso sonoro e imagen deslumbradora-
de la peligrosa retórica que tanto le atrajo». Al referirse a
Alonso Quesada en esta obra, no comenta nada de su visión del
mar. Lo hace al hablar de Saulo Torón, que «importa a Canarias
el sentido esfumante y lírico del mar» de Juan Ramón Jiménez.
Califica El caracol encantado como «sinfonía marina». Seguidamente
se refiere a los otros dos poetas canarios nombrados en
Mirador: Luis Benítez Inglott y Pedro Perdomo Acedo. Dice
Valbuena: «Con él [Saulo] se adquiere una estilización de forma
necesaria para el noble y firme sentido del mar en Luis Benítez
Inglott, o el arte fino del poema en Pedro Perdomo Acedo».
A estos dos vuelve a nombrarlos al hablar de las «últimas tendencias
de la poesía canaria», en una enumeración de poetas que se
distinguen «en la interpretación del espíritu isleño, canario».
En lo que respecta a la denominación de los dos momentos
estéticos de que habla Valbuena en el artículo de Mirador, nos
hemos de preguntar si las referencias al «Fin de siglo» y al «Novecientos
» representan un paso atrás con respecto a la rotundidad
con que ha hablado ya en 1930 (en La poesía española contemporánea),
y antes en sus conferencias en Santa Cruz de
Tenerife de 1928, de Modernismo, Generación del 98, Escuela
de Juan Ramón y Últimas tendencias. Posiblemente sea una
concesión al público de Mirador, o que estos apuntes hubieran
sido escritos en época próxima al discurso de 1926, y no cuidara
su autor en adecuar la terminología. Me inclino por la segunda
opción.
En la Historia de la poesía canarial6, Valbuena dedica al poeta
de Moya el capítulo IV (<<Tomás Morales y el esquema de la
moderna lírica canaria»). Amplía lo dicho en La poesía española
contemporánea. Al comienzo afirma que «el mar mitológico
de Rubén se ha robustecido con los golpes de cíclope del insular,
pero ese mar no es el mar lírico, el verdadero sentido del
mar en el poeta isleño, que encontraremos hoy». Tomás queda
definido, a pesar de las influencias apuntadas, como «un clásico
cerrado, contorneado, esquemático». Pasa a hablar Valbuena
de «las cuatro grandes normas» de la lírica isleña, ya comenta-
16 VALBUENA PRAT (1937 a).
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10 ANTONIO HENRIQUEZ nMÉNEZ
das en 1926, y que tanta tinta han hecho derramar para estar a
su favor o en contra, o para matizarlas. El «sentimiento del
mar» se traduce como «himno a la inmensidad oceánica». Presenta
un esquema con los poemas representativos de las cuatro
características; en el último apartado (Mar) muestra dos secciones:
Puerto y Mitológico. Adscribe a Morales en la estela de Walt
Whitman, al hablar del cosmopolitismo. También cita a Darío y
a Wagner. Al comentar el intimismo, señala algunos toques
maeterlinckianos en la obra de Morales. Cuando empieza a hablar
del mar de Morales, como ya hemos visto, y perdónesenos
la repetición, nos presenta un quiebro, dejando para el Capítulo
VIII del próximo tomo aquella «parte teórica» referente al
mar de Morales, anticipando al lector los «dos mares en Tomás:
el mar de puerto y de nave y el mar mitológico», y añadiendo en
esquema (Valbuena lo llama «representación») en la página siguiente
los títulos de los poemas que pertenecen a cada uno de
los apartados. También cita a «Claudio Lorena», al resaltar «el
canto al mar del puerto.»
En la Historia de la literatura española17
, habla Valbuena de
Morales en el capítulo LXVII (<<Rubén Darío y el modernismo»),
en el apartado «La escuela lírica modernista». Lo presenta como
el mejor continuador de Rubén Darío. En la «Oda al Atlántico»
queda como «un poeta virtuoso de la forma». También es Morales
«una gran alma insular». Hace un parangón con la pintura
de Néstor de la Torre, que ilustra «el mar y el paisaje del
poeta». Comenta que «Morales posee un típico sentimiento del
mar, amplio, decorativo, a la vez que con intensas láminas visuales
de puerto». Ejemplifica con los sonetos. Pasa luego a
hablar del cosmopolitismo. En el capítulo LXX (<<Del modernismo
y generación del 98 al novecentismo. La novela y la poesía»),
bajo el epígrafe «La escuela canaria después de Morales», no
habla del mar de Alonso Quesada; pero sí del de Saulo Torón.
Repite lo dicho en La poesía española contemporánea 18: «El caracol
encantado, que viene a ser una sinfonía marina, del océano
esfumante e inmenso». Comenta ahora que en Canciones de
688
17 VALBUENA PRAT (1937 b).
18 VALBUENA PRAT (1930 b).
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 11
la orilla «el sentido lírico del mar se une a un neoprimitivismo,
ingenuo, bellamente lírico». Benítez Inglott es citado en nota,
entre un grupo «de poetas canarios, que entroncan con la lírica
siguiente».
En la edición de 1946, se dice casi lo mismo que en la de
1937, con la salvedad de que se añaden, hablando de Morales en
concreto, notas extensas de referencias biobibliográficas, y se
trasvasan el «cuadro» de las «cuatro características en Tomás»,
y la «representación» de los «dos mares de Morales»19, que aparecían
en la Historia de la poesía canaria. También se amplía
aquí la referencia al cosmopolitismo. Se insiste en Rubén Darío
y se referencia el puerto de Morales como «la sublimación "atlántica
y comercial"», y la aparición de «la figura bicorne del
Pan modernista tañedor de flauta postwagneriana». Reitera lo
del clasicismo de Morales, que «le sostiene en personalidad, en
estilo». Repite la alusión a Claudio de Lorena. Continúa afirmando
que «siempre se nota lo superficial, lo huidero de este
exotismo, que roza el arte del poeta», ejemplificando con términos
de los sonetos del mar.
Del mar de Saulo Torón se repite lo mismo que en la edición
de 1937, con leves matizaciones. La lista de poetas que «entroncan
con la lírica siguiente», donde se nombra a Perdomo y a
Benítez Inglott, que en la edición de 1937 aparecía en nota a pie
de página, se saca ahora en el texto y se ofrece una caracterización
de cada uno. Aquí son los poetas que «enlazan este momento
con la etapa de la poesía pura». Destaca «sobre todo dos,
cuya obra aún no recogida en libro, posee hondura y calidad:
Pedro Perdomo Acedo [ ... ], y Luis Benítez Inglott, de una nueva
modalidad en el sentimiento del mar, sobre todo en un denso
poema sobre el tema de "Jesús sobre las aguas"».
Hay otro elemento en este escrito de Mirador sobre el que
quiero detenerme un poco. Se trata de la alusión, en el apartado
«Puerto y lejanía», a unas palabras de Eugenio d'Ors. Valbuena
había ya acudido al pintor francés del barroco Claudio de
Lorena en su discurso de La Laguna de 1926, al tratar de expli-
19 VALBUENA PRAT (1946), pp. 69 Y 80.
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12 ANTONIO HENRíQUEZ JIMÉNEZ
car «que Morales es ante todo un clásico». Allí acude a una
larguísima cita de Eugenio d'Ors, la completa última glosa de
El nuevo glosario2o
, «Diálogo del Paseo de Escollera». Al final,
concluye: «Hasta aquí d'Ors. ¿No parecen estas páginas una diferenciación
entre el arte de Tomás y el de Saulo?»
En Mirador, acude Valbuena a otra fuente del mismo d'Ors,
a «una conferencia del Museo del Prado» sobre «la hora pletórica
de Claudio de Lorena». Ahora ya no tiene necesidad, o no
cree conveniente, presentar al lector la glosa de d'Ors21 (imposible
en un artículo de revista), al menos en síntesis. Resume en
dos renglones lo expresado por d'Ors (<<En los cuadros marinos
de Claudio de Lorena hay un sentido clásico de contención, de
límite, en el puerto; y otro, iniciado, de nostalgia, de sentir de
la lejanía, prerromántico»), y pasa enseguida a «indicar el parecido
de los sonetos de Tomás Morales con el sentir de los puertos
del pintor francés». Valbuena debe estarse refiriendo al apartado
«El paisaje y sus peligros. Claudio de Lorena» de Tres horas
en el Museo del Prado22
, libro publicado en Madrid, en 1922, que
se forma con los textos que van apareciendo, en Las Noticias de
Barcelona, «a modo de otra forma de glosas», como afirma José
María Valverde en su prefacio a la edición de Editorial Tecnos.
D'Ors le dedicó más espacio a Claudio de Lorena en Lo barroco,
libro cercano en el tiempo a Tres horas ...
La cita, en el discurso de La Laguna, parece, a primera vista,
excesiva. Leyéndola con cierto detenimiento, quizás se descubra
otra intención en Valbuena al presentarla. Además de
afianzar la idea del contraste puerto/mar, contención/inmensidad
(que lo podría haber solventado muy escuetamente, como
lo hace en Mirador), la verdadera intención de Valbuena al insertarla
en el discurso podría estar en haber vislumbrado en su
lectura de la glosa que aquellas palabras podrían muy bien haberse
escrito con la obra de Morales muy bien leída. Sabemos
que la glosa apareció en Las Noticias, de Barcelona, el 15 de
septiembre de 1920, el año de la aparición del libro segundo de
20 ORS (1921).
21 Así, tal cual, pues en el discurso de 1926 lo presentaba como «el hondo
pensador y egregio prosista actual Eugenio d'Ors».
22 ORS (1989).
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 13
Las rosas de Hércules23
• Con respecto a los «Poemas del mar»,
aparecidos casi todos en 1908, en el primer libro de Morales,
Poemas de la gloria, del amor y del mar, no es nada extraño su
conocimiento por el escritor catalán24
•
Presentaré una lista de posibles concomitancias del texto
d'orsiano con versos de Tomás Morales, sin otra finalidad que la
de manifestar otro posible argumento para explicar la desmedida
extensión de la cita de d'Ors en el discurso de 1926, que no
sea el del simple relleno en la conferencia. Sé que me muevo en
un terreno nada seguro, y que se me podrá argüir que ciertos
modos de expresión casi idénticos no significan lectura, calco,
copia, o como se quiera llamar el hecho quizás vislumbrado por
Valbuena y causante de la desmedida cita de Eugenio d'Ors. O
d'Ors tenía en la mente la obra de Morales, o lo que escribió el
poeta de Moya pertenecía al acervo mostrenco de las ideas y de
la lengua española de la época. Al menos, son patentes curiosas
coincidencias.
D'Ors: «Suaves son las luces del crepúsculo en el puerto. No sé si más
bellas las que en el firmamento se encienden que aquellas otras que, por
mano de hombre, pero con apariencia igualmente maravillosa desde aquí,
van pespunteando con su aparecer paulatino sobre la costa la curva suave de
la ciudad».
Morales: «Tarde de oro en Otoño, cuando aún las nieblas densas / no han
vertido en el viento su vaho taciturno, / y en que el sol escarlata de púrpura
el poniente, / donde el viejo Verano quema sus fuegos últimos. / [ ... ] / Yo quisiera
que mi alma fuera como esta tarde, / y mi pensar se hiciera tan impal-
23 Aunque en el colofón ponga 31 de diciembre de 1919, se sabe con certeza
que el libro no vio la luz hasta después de la lectura que Morales dio en
el Ateneo de Madrid, el31 de enero de 1920; incluso más tarde, pues hay una
noticia de que el libro aún no ha salido de la imprenta el día 9 de febrero.
24 De él había dado una lectura pública José María Pi y Sunyer en la
«Asociación Catalana de Estudiantes» de Barcelona, según se lee en las «Notas
locales» de La Vanguardia de Barcelona, del 23 de marzo de 1909, p. 3.
Antes había aparecido la entusiasta reseña del libro por parte de Pedro Prat
Gaballí, en la revista popular de Barcelona De tots colors (núm. 39, 25-09-
1908, pp. 615-617), en la que se cita a Bécquer y Heine, a Góngora y Verlaine;
y se alude a José María de Heredia y a Henry de Régnier. Por otra parte,
como es bien conocido, la prensa de Madrid y de otras provincias, así como
varias revistas literarias, se habían ocupado del libro de Morales.
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14 ANTONIO HENRÍQUEZ JIMÉNEZ
pable y mudo / como el humo azulado de algún hogar lejano / que se cierne
en la calma solemne del crepúsculo ...
»En la playa, confusa, rezonga la marea, / las olas acrecientan en el turbión
su brío, / y hasta el medroso faro que lejos parpadea, / se acurruca en
la niebla tiritando de frío ...
»miraron, en el fondo del horizonte oscuro, / aparecer la luna como un
fanal lejano ... »
D'Ors: «Gustamos los amigos de repetir este paseo a lo largo del malecón.
El ánimo ... recobra en este ejercicio la perdida serenidad. La vista se
parte entre la abierta contemplación del mar libre, ahora mugidor a nuestra
izquierda, y la cerrada de las aguas tranquilas que, a medias esclavas entre
muros y rocas, chapotean del otro lado, en el puerto, y se deshacen en tenues
suspiros y voces casi articuladas, que a veces diríanse obscuramente mimosas
palabras de mujen>.
Morales: «Puerto de Gran Canaria ... / y el leve chapoteo del agua verdinosa
/ lamiendo los sillares del malecón dormido.
»Solemos vagar juntos en las tardes tranquilas.
»Sintiendo sus enormes poderes dilatados, / desperazaba alegre, los flancos
liberados, / rizándose al entorno de emergentes bajíos, / o entrenaba sus
bríos / asaltando el granito de los acantilados».
D'Ors: «y sólo nace la verdad, cuando ante un mundo real se coloca un
contemplador justo».
Morales: «y contemplando el humo, relata conmovido.
»en tanto humean sus pipas, contemplan las viajeras / naves, que hunden
sus torsos de hierro en la bahía
»Y el hombre, fascinado por el prodigio inmenso, / desde los roquedales
del litoral, suspenso / contemplaba el milagro».
D'Ors: «¿Podríamos preferir ... la infinita visión del mar libre a la limitada
del puerto? .. He aquí lo sin límites, que nos exalta ... he aquí, a banda
opuesta, lo limitado ... »
Morales: «Mira su vasto imperio, su olímpico legado / -sin sendas, sin
fronteras, sin límites caducos-».
D'Ors: «Llanura infinita, tu exaltación es un dinamismo, diferente en
cada día y en cada hora, siempre diverso en obra de sucesiva recreación».
Morales: «obscureciendo la azul llanura del Mar Latino.
»Sobre la ancha planicie ilusoria, / navegando magnífica y grave / -tan
alada como la Victoria- / su enarcado aparejo de gloria / da a la racha una
olímpica nave.
»El viento no ondula la bruñida planicie / y era su superficie / como un
cristal inmenso afianzado en la tierra.
692
»... las aguas se curvaron... / por toda la llanura gloriosa se buscaron.
»¡Atlántico infinito, tú que mi canto ordenas!»
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 15
D'Ors: «La monotonía está siempre en nosotros, y no en las cosas».
Morales: «un cantar marinero, monótono y cansado, / vierte en la noche
el dejo de su melancolía ... »
D'Ors: «¿Hay algo que pueda compararse a estas magníficas montañas
grises, de verdinegro vientre, que avanzan locas y crecen, y rugen, y se quiebran,
vencidas y vencedoras a la vez, en el espasmo y en el sollozo?»
Morales: «las disformes barcazas andan pesadamente / con hinchados
vientres llenos de mercancías.
»Yo vi vuestros navíos arribar en la bruma: / el mascarón de proa surgía
de la espuma.
»las pacíficas moles de los buques mercantes / y las férreas corazas de los
navíos de guerra».
D'Ors: «que al alba avanzaran dulce e irónicamente, entre las olas mismas,
la tajante insinuación de una proa».
Morales: «y nos da el buque, en medio de la noche de niebla, / la sensación
de un monstruo que trepida y avanza.
})clava su tajamar en la arena
})el mascarón de proa brotaba de la espuma / con la solemne pompa de
una diosa del mar.
» naves , que hunden sus torsos de hierro en la bahía.
»¡Que vuestra quilla siempre taje un mar en bonanza!»
D'Ors: <<¡Hay que estar siempre embriagado».
Morales: «A lo lejos, el mar en sosiego / de infinito y azul embriagado.
»Era el mar silencioso ... / Diríase embriagado de olímpico reposo».
D'Ors: «Pero no tenemos derecho a deportamos así, en el encanto vago
de la hora crepuscular».
Morales: «La taberna del muelle tiene mis atracciones, / en esta silenciosa
hora crepuscular.
»El mar tiene un encanto para mí único y fuerte».
Las citas manifiestas de Baudelaire (<< ¡Hay que estar siempre
embriagado!») y de Gabriele d'Annunzio (<<Navegar es necesario
») en el texto de d'Ors también entran en la oportunidad de
la elección por Valbuena de la glosa de d'Ors. Ya Manuel Macías
Casanova unió los nombres de Baudelaire y de d'Annunzio en
su reseña del primer libro de Tomás Morales25
• Nadie más parece
que se atrevió a hablar de la influencia del italiano, cuando
aparecía tan evidente en el título (Poemas de la Gloria, del Amor
y del Mar), el cual violenta el orden de las secciones del libro,
25 MORALES (1908).
Anuario de Estudios Atlánticos
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16 ANTONIO HENRíQUEZ JIMÉNEZ
para convertirse en eco rítmico del de Gabriele d'Annunzio
(Laudi del cielo del mare della terra e degli eroi). Gabriel Alomar
hablará de la influencia d'annunziana en las sendas reseñas que
dedicó a los dos libros de Las rosas de Hércules. Y lo hicieron
más críticos, entre ellos Díez-Canedo. La consideración de
Valbuena Prat sobre «la peligrosa retórica que tanto le atrajo» a
Morales, en la «Oda al Atlántico», expresada solamente en La
poesía española contemporánea26
, forma también parte de esta
caracterización d'annunziana, que parece no es sólo formal.
Algún íntimo de Morales, al leer las primicias del «Canto en loor
de las banderas aliadas», en 1916, comunicaba su entusiasmo a
un amigo lejano con estas palabras: «¡d'Annunzio! ¡Está con los
vuelos de d'Annunzio!»
Véase también cómo Valbuena cita, positivamente, tres veces
a Jorge Guillén y una a Pedro Salinas, dos de los poetas que
siguen el camino de gradación de la poesía española. El lector
avisado notará este saber hacer del catalán, conociendo, como
conoce ahora, el transfondo de aquella oposición de 1925, donde
lo importante era que Guillén alcanzara como fuese la cátedra
de la Universidad de Murcia, «porque Canarias es totalmente
inaceptable», como le escribe Salinas y nos lo recuerda David
González Ramírez en su citado trabajo Historia y vanguardia ... 27
Otro rasgo de la práctica crítica de Valbuena, evidente en el
artículo de Mirador, es el de hacer paralelos entre las etapas de
la creación poética canaria y lo que se hacía en la Península,
señalando «gradaciones». También establece diferencias y semejanzas
de ambos ámbitos de creación.
26 VALBUENA PRAT (1930 b).
27 GONZÁLEZ RAMíREZ (2008), p. 27.
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 17
TEXTO DE VALBUENA PRAT
Entorn de la poesia28
Fi de segle i Noucents.-Un dels punts d'estetica, no per molt
vigilat menys interessant, és el que fa referencia a la diferenciació
de l'art que s'a anomenat fi-de-segle respecte l'art
genuí del nostre Noucents. En realitat el problema involucra no
menys que el de la solució teorica de dos segles: el XIX i el XX.
Avui que els estudis d'art i de literatura es proposen situar,
comparar, per a distinguir i caracteritzar els moments histories
-així W6lfflin respecte la plastica dels segles XVI i XVII- res
millor que cercar el marc adequat al'epoca immediatament
preterita i al present curull de futuro
El fi-de-siegle va dur a les seves darreres conseqüencies les
característiques del seu temps. El confusionisme de les arts, la
sentimentalitat, el dinamisme sense contenció, l'afició a l'ornamental.
Així, per exemple, la pintura impresionista -supressió
de línia en la tela-; la música post-wagneriana -literatura de
detall en els poemes simfonics de Strauss; quintaessencies de
refinats ultrahumanismes psiquiatrics-, novel.la d'Oscar Wilde
i teatre de MaeterIinck. El Noucents toma a deixar el seu lloc a
les arts -ho intenta almenys-; es deshumanitza, es limita i es
serena: arquitectura de gratacels, pintura de Picasso, música de
Rave!, Strawinskyo Falla, poesia de Paul Valéry, de CarIes Riba
o de Jorge Guillén. Lobservació deIs dos moments serveix per a
aclarir molts problemes al mateix de síntesi que monografics.
Tomás Morales.-Prenem l'obra d'un gran poeta, de Tomás
Morales, per exemple. Que hi ha en ell de finisecular que ens
presenta l'autor com una valor historica? Podrem també sondejar
en la seva poesia i trovar en ella caps que el puguin lligar
al noucentisme?
J a he senyalat en una altra banda com hi ha en Morales una
Huita entre el deixeble formal de Rubén i el creador d'una nova
escola, d'un món nou. S'infiltren «gotas de melancolía» en el
28 Mirador. Setmanari de literatura, art i política, núm. 194. Barcelona,
20-10-1932, p. 6: «Les lletres»: «Entorn de la poesia». Ilustración: «Claudi de
Lorena - El port d'Ostia». Se trata del «Embarque de Santa Paula en Ostia».
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18 ANTONIO HENRÍQUEZ flMÉNEZ
vigorós quadro d'un artista que he anomenat, noblement,
classic. Avui penso limitar-me a un aspecte de la seva obra: els
sonets de temes marins de Los poemas de la gloria29 , del amor y
del mar, publicats en 1908 i recollits en el llibre primer de Las
rosas de Hércules, en 1922.
Poden servir-nos per a veure el que hi ha en Morales de
paisatge finisecular i de paisatge segle xx.
Els dos paisatges.-Una de les trases més justes que produí
el Vuitcents per a definir-se és la que aplica al paisatge anomenant-
Io «estat d'anima». Res més sentimental, més subjectivista
i de més confusió. Així fou el paisatge del segle XIX.
No en va a l'entrada d'aquell món estaven el «fenomens» de
Kant, el romanticisme de Beethoven i la vida introspectiva del
Faust de Goethe.
Avui el paisatge és una visió serena de línies i colors; no una
emoció, sinó l'objecte d'una contemplació. Si seguim les denominacions
de Schopenhauer, el món ha deixat d' ésser voluntat,
per esdevenir una simple representació.
En el paisatge mariner de Morales, que hi ha d' estat d'anima
i que hi ha de serena visió?
En el sonet 1, per exemple, veiem assenyalar-se aquest doble
aspecte: el port de Gran Canaria contenint l'aigua, el disc de la
LIuna, el compas deIs rems, les llums deIs vaixells amarrats:
visió, contemplació. Pero, com a símbol del que resta de sentimentalitat,
segle XIX, hi ha aquella can¡;ó de mariner que romp
la calma classica, melangiosament, en terminar el soneto
Port i llunyania.-Estudiant Ors, en una conferencia del
Museu del Prado, l'hora pictórica de Claudi de Lorena, assenyala
com en els seus quadros marins hi ha un sentit classic de
contenció, de límit, en el port; i un altre, iniciat, de nostalgia, de
sentit de la llunyania, pre-romantic. Ja vaig indicar la semblan¡;a
deIs sonets de Tomas Morales amb el sentit deIs ports del pintor
trances del segle XVIpo. També en el poeta canari hi ha
límits classicistes, i una inquietud esfumada de llunyanies. En el
sonet 111, per exemple, podem distingir d'aquesta banda -de la
29 En la revista, sin coma.
30 En la revista: «XVIII». Claude Gellée, llamado «le Lorrain» (Chamagne,
Vosges, 1600-Roma, 1682). Pintor barroco.
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 19
nostra, del segle de l' ordre-: el pIe sol, les formes deIs vaixells,
les grues poderoses; i de l'altra -del passat romantic-: ellímit
marí, el contorn de boira de la nau que es perd en la llunyanria.
El que en Lorena és un pressentiment romantic, en Morales
és un residuo S'explica per l'epoca d'un i de l'altre. La resta és
igual. Recordem si no la llum del vespre al port del Lorena del
Museu del Prado i l'ambient del sonet V, «en el silenci del Sol
ponent».
Els tres mars .-A la poesia canaria apareixen tres visions
oceaniques. La del port i la mitologica de Morales; la de l'immens
mar sumat al poeta, panteista, de Saulo Torón; i la de
l'immens mar distint del poeta, sol contemplador, de Benítez
Inglott.
La visió emboirada de Saulo, és un salt enrera? No, en
absolut; cal no confondre. Per als nous poetes islenys, Saulo,
excel.lent poeta, és absolutament necessario La gradació: Morales,
Saulo, Inglott, és la mateixa de: Rubén Darío, Juan Ramón
Jiménez, Jorge Guillén.
Juan Ramón afina els perfils de la cosa, l'estilitza, poleix la
seva obra, i és un precedent ~n aquest sentit- de Guillén o de
Salinas o qualsevol poeta repressentatiu d'avuÍ. Igualment a
Catalunya, Lopez-Picó respecte CarIes Riba, per exemple.
El mateix, després de Morales, esdevé amb Saulo respecte la
poesía d'Inglott o de Perdomo ... Pero sempre hi ha en Morales
aquest classicisme formal assolit en una forc;a creadora de temes
marins, aquesta harmonia de vers, que el posen vora de
nosaltres.
Com en el seu sonet XIV, hi ha en la seva obra la flama
agonitzant del ponent d' or d'un segle que es va consumint, pero
ensems sorgeix de la nit31 la ciutat blanca i lluminosa al port de
la qual ens arrecerem.
ÁNGEL V ALBUENA 1 PRAT
31 En la revista, sigue un «de», que debe ser una errata. Dice Morales:
«del fondo de la noche ... va surgiendo la blanca ciudad iluminada».
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20 ANTONIO HENRíQUEZ JIMÉNEZ
TRADUCCIÓN:
Entorno de la poesía
Fin de siglo y Novecientos.-Uno de los puntos de estética, no
por muy vigilado menos interesante, es el que hace referencia a
la diferenciación del arte que se ha llamado fin de siglo respecto
al arte genuino de nuestro Novecientos. En realidad el problema
involucra no menos que el de la solución teórica de dos siglos:
el XIX y el XX. Hoy que los estudios de arte y de literatura
se proponen situar, comparar, para distinguir y caracterizar los
momentos históricos -así W61fflin respecto a la plástica de los
siglos XVI y XVlI-, nada mejor que buscar el marco adecuado
a la época inmediatamente pretérita y al presente colmado de
futuro.
El fin de siglo va a traer a sus últimas consecuencias las características
de su tiempo. El confusionismo de las artes, el sentimentalismo,
el dinamismo sin contención, la afición a lo ornamental.
Así, por ejemplo, la pintura impresionista -supresión
de línea en la tela-; la música post-wagneriana -literatura de
detalle en los poemas sinfónicos de Strauss; quintaesencias de
refinados ultrahumanismos psiquiátricos-; novela de Osear
Wilde y teatro de Maeterlinck. El Novecientos vuelve a dejar su
lugar a las artes -lo intenta al menos-; se deshumaniza, se limita
y se serena: arquitectura de rascacielos, pintura de Picasso,
música de Ravel, Strawinsky o Falla, poesía de Paul Valéry, de
Carles Riba o de Jorge Guillén. La observación de los dos momentos
sirve para aclarar muchos problemas lo mismo de síntesis
que monográficos.
Tomás Morales.-Tomemos la obra de un gran poeta. De Tomás
Morales, por ejemplo. ¿Qué hay en él de finisecular que nos
presenta el autor como un valor histórico? ¿Podremos también
sondear en su poesía y encontrar en ella algunos que puedan
ligarlo al novecentismo?
Ya he señalado en otra parte cómo hay en Morales una lucha
entre el de discípulo formal de Rubén y el creador de una
nueva escuela, de un mundo nuevo. Infiltrarse «gotas de melancolía
» en el vigoroso cuadro de un artista que he nombrado,
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 21
noblemente, clásico. Hoy pienso limitarme a un aspecto de su
obra: los sonetos de temas marinos de Los poemas de la gloria,
del amor y del mar, publicados en 1908 y recogidos en el libro
primero de Las rosas de Hércules, en 1922.
Podemos servimos para ver lo que hay en Morales de paisaje
finisecular y de paisaje siglo XX.
Los dos paisajes.-Una de las frases más justas que produjo
el Ochocientos para definirse es la que aplica al paisaje llamándolo
«estado de alma». Nada más sentimental, más subjetivo y
de más confusión. Así fue el paisaje del siglo XIX. No en vano
a la entrada de aquel mundo estaban los «fenómenos» de Kant,
el romanticismo de Beethoven y la vida introspectiva del Fausto
de Goethe.
Hoy el paisaje es una visión serena de líneas y colores; no
una emoción, sino el objeto de una contemplación. Si seguimos
las denominaciones de Schopenhauer, el mundo ha dejado de
ser voluntad, para convertirse en una simple representación.
En el paisaje marinero de Morales, ¿qué hay de estado de
alma y qué hay de serena visión?
En el soneto 1, por ejemplo, vemos señalarse este doble aspecto:
el puerto de Gran Canaria conteniendo el agua, el disco
de la Luna, el compás de los remos, las luces de los barcos anclados:
visión, contemplación. Pero, como un símbolo de lo que
queda de sentimentalismo, siglo XIX, hay aquella canción de
marinero que rompe la calma clásica, melancólicamente, al terminar
el soneto.
Puerto y lejanía.-Estudiando Ors, en una conferencia del
Museo del Prado, la hora pletórica de Claudio de Lorena, señaló
cómo en sus cuadros marinos hay un sentido clásico de contención,
de límite, en el puerto; y otro, iniciado, de nostalgia, de
sentido de la lejanía, prerromántico. Ahora voy a indicar el parecido
de los sonetos de Tomás Morales con el sentir de los
puertos del pintor francés del siglo XVII. También en el poeta
canario hay límites clasicistas, y una inquietud esfumada de
lejanías. En el soneto III, por ejemplo, podemos distinguir de
esta parte -de la nuestra, del siglo del orden-: el pleno sol, las
formas de los buques, las grúas poderosas; y de la otra -del pasado
romántico-: el límite marino, el contorno de la bruma del
bergantín latino que se pierde en la lejanía.
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22 ANTONIO HENruQUEZ JIMÉNEZ
El que en Lorena es un presentimiento romántico, en Morales
es un residuo. Se explica por la época de uno y de otro. El
resto es igual. Recordemos si no la luz del atardecer en el puerto
del Lorena del Museo del Prado y el ambiente del soneto V,
«en el silencio de la puesta solar».
Los tres mares.-En la poesía canaria aparecen tres visiones
oceánicas. La del puerto y la mitológica de Morales; la del inmenso
mar sumado al poeta, panteísta, de Saulo Torón; y la del
inmenso mar distinto del poeta, solo contemplador, de Benítez
Inglott.
La visión embrumada de Saulo, ¿es un salto hacia atrás? No,
en absoluto; no hay que confundir. Para otros nuevos poetas
isleños, Saulo, excelente poeta, es absolutamente necesario. La
gradación: Morales, Saulo, Inglott, es la misma de: Rubén
Darío, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén.
Juan Ramón Jiménez afina los perfiles de la cosa, la estiliza,
pule su obra, y es un precedente -en este sentir- de Guillén o
de Salinas o de cualquier poeta representativo de hoy. Igualmente
en Cataluña, López-Picó respecto a Caries Riba, por ejemplo.
Lo mismo, después de Morales, sucede con Saulo respecto a
la poesía de Inglott o de Perdomo ... Pero siempre hay en Morales
este clasicismo formal logrado en una fuerza creadora de temas
marinos, esta armonía de verso, que lo acercan a nosotros.
Como en su soneto XIV; hay en su obra la llama agonizante
del poniente dorado de un siglo que se va consumiendo, pero al
mismo tiempo surge de la noche32 la ciudad blanca y luminosa
a cuyo puerto nos cobijamos.
ÁNGEL V ALBUENA PRAT
32 Me permito no traducir el "de» que sigue en la revista catalana, posiblemente
una errata. Dice Morales: "del fondo de la noche ... va surgiendo la
blanca ciudad iluminada».
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ÁNGEL VALBUENA PRAT. ENTORN DE LA POESIA 23
NOTA: Relación de artículos de Valbuena Prat, y noticias sobre él, en
Mirador:
núm. 144,5-09-1931, p. 6: «Les lletres»: «Tomo del somni amb un angel
trist» [sobre Carles Riba].
núm. 152,31-12-1931, p. 7: «Les arts. Discos»: «Els inicis del barroc»
[alude a lo dicho en su curso de Arte en Puerto Rico].
núm. 155,2-01-1932, p. 6: «De la vida de Lope de Vega. Amor i dolor».
núm. 159, 18-02-1932, p. 4: «El cinema»: «Panorama. Un curs de cinema
a la Universitat» [se hace hincapié en la importancia de este primer curso de
cine en la universidad. Se anuncian las conferencias. Ángel Valbuena Prat hablará
el 2 de abril sobre «Teatro y cine»].
núm. 159, 18-02-1932, p. 6: «Les lletres»: <<Varietats. Maragalls inedits»,
D. P. [cita a Valbuena Prat].
núm. 160, 25-02-1932, p. 6: «Les lletres»: <<Verlaine i Lopez-Picó. Dues
litúrgies poetiques».
núm. 164, 24-03-1932, p. 6: «Les lletres»: «Literatura comparada. Els
"Pre-Faust" espanyols».
núm. 165, 31-03-1932, p. 4: «El cinema»: «En torn d'una conferencia.
Pintura i cinema» [comenta la conferencia de Rossend Llates sobre las relaciones
entre el cine y la pintura].
núm. 165,31-03-1932, p. 6: «Una incorporació. Angel Valbuena i Prat»,
firmado por G. D. P. [Guillermo Díaz Plaja] [sobre la incorporación de
Valbuena a la cátedra de la Universidad de Barcelona; se dan noticias sobre
su carrera y sus trabajos].
núm. 166, 7-04-1932, p. 4: «Panorama. Cinema a la Universitat» [se habla
de la conferencia del escenarista Josep Camer-Ribalta y de la de <<nuestro
amigo y colaborador Ángel Valbuena y Prat», el 2 de abril, sobre Teatro
y cine «estudiando las múltiples relaciones, singularmente en lo que hace referencia
a antecedentes cinematográficos -de ritmo- en el teatro clásico español,
en el conocimiento del cual el profesor Valbuena es una autoridad de
primer orden. La conferencia fue seguida con un gran interés por el auditorio,
que aplaudió insistentemente al acabar»].
núm. 167, 14-04-1932, p. 6: «Les lletres»: «Catalunya i Alemania. Vossler
i el centenari de Goethe».
núm. 173, 26-06-1932, p. 6: «Les lletres»: «Meditació del centenario
Goethe y el mundo de la música».
núm. 343, 12-09-1935, p. 6: «11 motiu de l'incest en la literatura catalana.
Les fonts de la Historia de la filla del rei d'Hongría», F. Oliver Brachfeld
[al final del artículo, F. Oliver recuerda la aportación de Valbuena en el homenaje
a Freud del Ateneo Barcelonés, en 1933, sobre los ejemplos que nos
da la literatura castellana sobre el motivo del incesto].
núm. 362, 22-01-1936, p. 1: «Mirador»: «La Justicia i la poesía» [sobre un
discurso de Valbuena ante autoridades de la Generalitat que no gustó al comentarista
«<El tostón era el discurso del catedrático señor Ángel Valbuena
Anuario de Estudios Atlánticos
ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 679-702 701
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2014
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y Prat. Resultó un tostón de verdad. ¡Una lata, vaya!») Alude a la cantidad de
cuartillas que leyó].
núm. 378, 14-05-1936, p. 5: «El teatre i la música»: «Al Studium. Teatre
Universitari», J.C.LV. [alaba la tarea que lleva a cabo el Teatre Universitari de
Cataluña. El sábado a la noche se ofreció en la Sala Studium la representación
de La cueva de Salamanca, de Cervantes, y Alcestes, de Euripides. Era el
supervisor de la primera el doctor Ángel Val buena].
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