mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
547 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA DEL SIGLO XX. UN EJEMPLO: EL PROCESO DE CREACIÓN DE LA INDUSTRIA DEL VIDRIO HUECO THE DIFFICULTIES OF INDUSTRIALISATION IN THE CANARY ISLANDS IN THE NINETEEN SEVENTIES. ONE EXAMPLE: THE BOTTLE AND JAR-MAKING INDUSTRY Santiago de Luxán Meléndez* Óscar Bergasa Perdomo** (Grupo de Investigación de la U.L.P.G.C. «G9 Historia, Economía y Sociedad») Recibido: 24 de mayo de 2011 Aceptado: 27 de junio de 2011 * Catedrático de Historia e Instituciones Económicas. Departamento de Ciencias Históricas. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. C/ Pérez del Toro, 1. 35003. Las Palmas de Gran Canaria. España. Teléfono: +34 928 45 82 51; correo electrónico: sluxan@dch.ulpgc.es ** Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Las Pal-mas de Gran Canaria, jubilado. Miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria. Avda. José Mesa y López, 9, 7.º D, 35006. Las Palmas de Gran Canaria; correo electrónico: obperdomo@gmail.com Resumen: El trabajo que presenta-mos tiene como objetivo fundamen-tal explicar las condiciones en las que se crea, en el Archipiélago ca-nario, la empresa Vidrieras Canarias S.A. con el objetivo de fabricar vi- Abstract: The main purpose of this article is to describe the circums-tances that led to the creation of Vidrieras Canarias S.A, designed to produce bottles and jars in the Ni-neteen Seventies. The company was SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 548 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 2 Este artículo quiere ser un homenaje por parte de los autores al fundador del Anuario y gran animador de la historiografía canaria en su marco atlántico D. Antonio Rumeu de Armas. El trabajo que presentamos tiene como objetivo fundamen-tal explicar las condiciones en las que se crea, en el Archipiéla-go canario, la empresa Vidrieras Canarias S.A. con el objetivo de fabricar vidrio hueco (botellas y tarros), durante la década de los setenta del siglo pasado. La nueva sociedad se constituye en 1972, pero tenemos que esperar seis largos años (1972-1978) para que el horno empiece a funcionar y salgan al mercado los envases del nuevo establecimiento. Deben buscarse razones, tanto de índole externa, como espe-cíficas de la empresa en su período de gestación, para poder explicar este largo intervalo. No debemos olvidar que al inicio de los años setenta, la situación política mundial se complica con el conflicto árabe-israelí (Guerra del Yonkipur) de 1972, del que se deriva el incremento del precio del petróleo y el comien-zo de una crisis económica mundial de gran impacto. En nues-tro país, el régimen político de Franco, con el asesinato de Ca-rrero Blanco (1973) y la enfermedad del Jefe del Estado, entra en una etapa de incertidumbre en la que los acontecimientos drio hueco (botellas y tarros), du-rante la década de los setenta del siglo pasado. La nueva sociedad se constituye en 1972, pero tenemos que esperar seis largos años (1972- 1978) para que el horno empiece a funcionar y salgan al mercado los envases del nuevo establecimiento. Nos preguntamos a continuación sobre la responsabilidad del marco institucional en esa estructura eco-nómica sin industria. Palabras clave: Vidrio hueco, in-dustrialización, marco institucional canario. founded in 1972, but had to wait six years (1972-1978) for the kiln to be set up and the first bottles and jars to leave the establishment. We ana-lyse to what extent the institutional framework has borne an influence on said economic structure. Key words: Glass, industrializa-tion, institutional framework in the Canary Islands. 549 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 3 políticos se precipitan con la muerte del propio Franco y en Ca-narias con la pérdida del Sáhara Occidental como consecuencia de la Marcha Verde promovida por el rey de Marruecos. Ha comenzado la Transición Democrática. Todas estas circunstan-cias fueron acompañadas por un clima de inestabilidad social y de intensa agitación obrera como respuesta a la crisis. Es lógi-co considerar que, en este ambiente, resultaba muy difícil con-seguir la atención y el apoyo de los estamentos oficiales y al mismo tiempo, todos los trámites y procesos de puesta en mar-cha de una iniciativa industrial compleja como esta, se veían afectadas por importantes retrasos. En clave interna hay que añadir otro tipo de argumentos igualmente importantes. Por un lado, el mercado del vidrio en Canarias cambia de protagonistas, cuando el único productor de envases en esas fechas, Vidriera y Cerámica Canariense So-ciedad Anónima de La Laguna (Tenerife), cierra sus puertas (en-tre 1968-1972)1. Las Islas, hasta ese momento, habían sido un mercado marginal abastecido en parte desde la Península, pero también por otros países de la Comunidad Europea (Alemania, Bélgica, etc.). El ensanchamiento del mercado con el despertar del turis-mo, la cercanía de África, junto a la desaparición del único ofe-rente de vidrio insular, creaba un nuevo escenario que había que intentar controlar por parte de las grandes empresas del sector que, en esos años, también empezaban a tomar nuevas posicio-nes en el mercado nacional. Como tendremos ocasión de ver, los principales embotelladores insulares valoraron todas estas cir-cunstancias, pero especialmente los instrumentos económicos y fiscales que ofrecía el nuevo ordenamiento de Canarias (R.E.F.) aprobado en 1972 en las postrimerías del Franquismo, y las posibilidades de contar con el apoyo económico y técnico, como el que podía representar asociarse con una gran multinacional, que estuviese dispuesta a instalarse en el archipiélago. Se tuvo que dar entonces una doble circunstancia. De un lado, que el 1 Archivo del Registro Mercantil y de Bienes Muebles de Santa Cruz de Tenerife (t. 36 del Libro de Sociedades), Informe de la Junta Económica Interprovincial de 1971 (publicado en 1974), y otros informes. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 550 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 4 empresariado canario estuviese dispuesto a armonizar sus inte-reses, llegando a acuerdos estratégicos, que se plasmasen en la creación de una empresa común. De otro, que fueran capaces de traspasar las fronteras y barreras insulares y consiguiesen integrar en este proyecto, siendo más ambiciosos, a una empre-sa transnacional. 1. LA EXISTENCIA DE UN DÉBIL TEJIDO INDUSTRIAL EN EL ARCHIPIÉLAGO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Las dificultades que se ofrecieron en Canarias para el desa-rrollo de un proceso industrializador durante los siglos XIX y XX han sido definidas por la historiografía isleña, en términos de «imposible industrialización» o, de una manera más matiza-da, de crecimiento económico sin industria2. No debemos olvi-dar que en el largo camino recorrido entre 1850-1950, Canarias siempre estuvo a la cola de la industrialización española, tanto en % sobre el V.A.B. industrial de la economía nacional, como en intensidad industrial, si bien a comienzos de la segunda par-te del siglo XX dejó la última plaza, mejorando en capacidad in-dustrial3. En el período que más nos preocupa en esta entrega, entre 1960 y la década de los ochenta, la economía de las Islas, como el conjunto de la economía nacional, experimentó una profunda modificación estructural, que basculó sobre el sector servicios, y una fuerte especialización en turismo, construcción y transportes4. El resultado más visible de este crecimiento liderado por el turismo fue un aumento del nivel de vida y una reasignación de la población activa a empleos con salarios más elevados, y sobre todo un acelerado proceso de urbanización, que no olvidemos se inició a fines del siglo XIX, junto con la expansión de la actividad portuaria. 2 BERGASA y GONZÁLEZ VIÉITEZ (1969) y BERNAL (1981). 3 NADAL OLLER (1987), pp. 23-61; NADAL OLLER y CARRERAS (1990), pp. 23- 61; PAREJO (2001), pp. 15-75; un planteamiento de esta cuestión, aplicado a la historia de Canarias, en LUXÁN MELÉNDEZ y SOLBES FERRI (1998), pp. 187-220. 4 Una buena presentación de esta etapa en MACÍAS HERNÁNDEZ y RODRÍ- GUEZ MARTÍN (1995). 551 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 5 GRÁFICO 1 Distribución sectorial del V.A.B. y del empleo en porcentaje FUENTE: FIES y COCIN. Como han señalado economistas e historiadores, y confir-man los datos anteriores, la escasa relevancia de la actividad in-dustrial no puede ser considerada sinónimo de atraso5. El sec-tor manufacturero insular ocupa un lugar necesariamente modesto, desde luego con relación a los valores nacionales, y también respecto a la economía insular, aunque en este caso su participación no deja de tener importancia. En la estructura regional histórica de la industrialización española, Canarias, junto a otras regiones, experimentó un ligero incremento en su participación en el V.A.B. industrial (de 1,18 % en 1950 a 1,76% en 2000), bastante menos significativo en el empleo industrial (de 1,44 % a 1,58 %), pero apenas modificó el indicador de la in-tensidad industrial (V.A.B. industrial/h con relación al total na- 5 PAREJO (2001), p. 37. Cf. especialmente MACÍAS HERNÁNDEZ (2001), pp. 476-506. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 552 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 6 cional) que era de 0,41 (1950) y se sitúa en 0,43 (2000)6. Es pre-ciso señalar que, en el punto de partida, las características de la mano de obra canaria, y su bajísima productividad, no facilita-ban en absoluto la implantación de la industria. Los análisis realizados en 1969 sobre la productividad total de los factores (Función de producción Cobb-Douglas para la industria cana-ria) demostraron que la mano de obra aportaba menos del 0,25 % de la productividad. Esta dependía básicamente de la continua inversión en capital7. CUADRO 1 Empresas de mayor facturación y empleo en Canarias (1995-1996) en miles de ptas. FUENTE: COCIN de Las Palmas. Sectores N.º Facturación % total Empleo % total Fact/empleo Agro comercial 1 7.681 1,32 5.561 24,14 1,38 Industrial 13 237.203 40,87 8.448 36,68 28,08 Comercio 20 236.133,50 40,69 4.489 19,49 52,6 Servicios 9 99.308,50 17,11 4.536 19,69 21,89 Total 43 580.326 100 23.034 100 25,19 2. EL MARCO DE LOS PUERTOS FRANCOS Y LA INDUSTRIALIZACIÓN DE CANARIAS Tradicionalmente se ha señalado, que la carencia de ma-terias primas, de recursos energéticos y de agua, la falta de tradición empresarial —en palabras de Miranda Guerra, de «ini-ciativa y cultura industrial»8—, explicaban las insuficiencias in-dustriales de las Islas. Del mismo modo, se ha resaltado la fuer-te incidencia de los intereses foráneos antes de la segunda mitad del siglo XX. Serán, de modo principal, hombres de negocios extranjeros, al amparo de la actividad portuaria, los que intro- 6 PAREJO (2001), pp. 33-37. 7 BERGASA PERDOMO y HERNÁNDEZ CREUS (1971). 8 MIRANDA GUERRA (1975). 553 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 7 duzcan las formas de organización empresarial modernas en el territorio isleño. No debemos olvidar, sin embargo, la presencia histórica de algunos importantes empresarios de la tierra, como Juan Rodríguez González9, u otros, como Alfonso Gourié (1810- 1890)10 de padre francés, canario de primera generación, o An-drés Mejías, creador de la firma Pastas «La Isleña» en Arucas, que como Gourié obtendría el reconocimiento de proveedor de la Casa Real. A estas razones se añaden la singularidad del mercado cana-rio, caracterizado por la escasa dimensión del mismo (debilidad de la demanda interna), la compartimentación insular, con los consabidos problemas de distribución, y de modo muy sobresa-liente, la lejanía del mercado nacional y europeo (renta de situa-ción negativa)11, con los elevados costes del transporte subsi-guientes y las incertidumbres de los grandes desplazamientos. La fragmentación del territorio iba más allá de la división en siete islas, puesto que de la complejidad añadida al régimen de Puertos Francos, por la creación de los Cabildos Insulares en 1912, se derivaba la existencia de barreras fiscales insulares, vigentes hasta la aprobación de la Ley de Régimen Económico Fiscal (R.E.F.) de 1972. Efectivamente «imponían un sistema de arbitrios de entrada y salida de mercancías del espacio insular, que constituían en la práctica un impuesto en “cascada” sobre los productos introducidos en el Archipiélago»12. Para el Informe de la Consultoría Bobrowski (1968), la supre-sión de los derechos de consumo ad valorem de los Cabildos en el comercio entre las islas era absolutamente esencial13. Lo mis-mo podía decirse del comercio con las provincias africanas es-pañolas y de los intercambios con la Península. La modificación de las leyes existentes en cuanto al libre movimiento de mercan-cías entre el archipiélago y la Península se veía como imprescin-dible, en 1968, por ejemplo, si se quería fomentar la industria-lización insular. 9 LUXÁN MELÉNDEZ y VIÑA BRITO (2009), pp. 311-313. 10 LUXÁN MELÉNDEZ y VIÑA BRITO (2009), pp. 308-310. 11 MÉNDEZ GUTIÉRREZ DEL VALLE (1995), p. 527. 12 BERGASA PERDOMO (1978), p. 65. 13 BOBROWSKI (1968), p. 77. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 554 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 8 Estas claras desventajas para la industrialización solo podían contrarrestarse por la «situación geográfica de las Islas» (Renta de situación positiva), argumento que sigue repitiéndose y, so-bre todo, con una cartera más o menos amplia de beneficios fiscales y económicos. Es decir, por una política industrial que incentivase la actividad del sector. Una política, en suma, de ordenación del suelo que aprovechara y potenciara las zonas aptas para la localización industrial. El sector público debía involucrarse, además, en el suministro de energía eléctrica en cantidad y precios adecuados, en el abastecimiento de agua para usos industriales, en la construcción de carreteras y acce-sos a zonas industriales y en la ampliación de los puertos (crea-ción de infraestructuras). El discurso histórico ceñido al mundo contemporáneo, ha ten-dido a considerar, con mayor o menor rotundidad, que el marco institucional que se inaugura con el decreto de Puertos Francos de Bravo Murillo, en 185214, significó apostar por la apertura al exte-rior de la economía como modelo de crecimiento, aunque con algunas concesiones al proteccionismo, así como la posibilidad de entrada de productos canarios en el mercado peninsular. Esta decisión política habría tenido como consecuencia el haber dificul-tado sobremanera e, incluso, hecho desaparecer las escasas posi-bilidades de industrialización de las islas. La historiografía económica canaria ha exhibido, no obs-tante, una interpretación menos contundente, que reclama el re-conocimiento de un mayor grado de iniciativa entre los empre-sarios canarios y/o extranjeros, que ensayaron fórmulas de promoción de la industria insular, dentro de una dinámica de crecimiento, que el marco legal y la expansión portuaria posibi-litaron durante la Segunda Revolución Industrial y la primera Globalización de la economía mundial (1870-1914). Se ha insis-tido, además, en que el proteccionismo inmediatamente ante-rior a 1852, al que abiertamente se opusieron los canarios, tam-poco habría generado más que una pobrísima actividad fabril, creando una situación de estrangulamiento para la economía 14 Una revisión del Real Decreto de Puertos Francos, en LUXÁN ME-LÉNDEZ y BERGASA PERDOMO (2004). 555 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 9 del Archipiélago. Puede ser aducido, como ejemplo de reflexión temprana, en este sentido, las Breves reflexiones sobre los nuevos aranceles de aduanas (Madrid, 1821) del que fue diputado del Trienio Liberal J. Murphy y Meade. No sólo enunciaba la viabi-lidad de la agricultura de exportación, entonces vino y barrilla, que la protección sofocaba, sino que también auguraba que, en un marco más abierto: «tampoco sería imposible el estableci-miento de algunas fábricas que ahora no hay, ni la mejora de algunas que existen»15. La salida a la crisis de la grana (cochinilla), a fines de la década de los setenta del siglo XIX, se saldaría con el despun-tar de la industria azucarera16 y de las labores del tabaco17. La primera, generó unas enormes expectativas y consiguió hacerse un pequeño hueco, durante algunos años, en el mercado nacio-nal. Los cambios del azúcar de caña al de remolacha en el mer-cado mundial y en la península, junto al enorme potencial de la nueva oferta exportadora canaria (plátanos y tomates de modo sustancial), ahogaron esta posibilidad. Como hemos puesto de manifiesto en otro trabajo, la industria alcoholera tardaría toda-vía muchos años, pese al régimen moderadamente protector que se trataba de instaurar con la Ley de Reforma de los Puertos Francos de 1900 y el arancel discriminatorio a favor de la pro-ducción local de los cabildos, en hacerse un sitio en la estruc-tura productiva de Canarias, en sustitución de la elaboración de azúcar de caña18. La experiencia tabaquera, iniciada con el desestanco del tabaco, por el Real Decreto de Puertos Francos de 1852, no abrió tampoco, de modo real, el mercado nacional a los fabricantes canarios hasta 1921-1922. Los años de la Dic-tadura de Primo de Rivera y de la Segunda República deben ser contemplados, entonces, como los de la auténtica creación de la industria tabaquera canaria, que llegó a convertirse en una es-pecialización regional de las Islas19. 15 MURPHY y MEADE (1996 [1821]), pp. 50-51. 16 LUXÁN MELÉNDEZ y BERGASA PERDOMO (2001 y 2004) y LUXÁN MELÉN-DEZ y VIÑA BRITO (2009). 17 LUXÁN MELÉNDEZ (2006). 18 LUXÁN MELÉNDEZ y BERGASA PERDOMO (2010). 19 LUXÁN MELÉNDEZ (2006), pp. 187-260. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 556 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 10 3. LA NECESIDAD DE AUNAR LA PROTECCIÓN CON LAS FRANQUICIAS. EL DISCURSO INDUSTRIALIZADOR Los problemas institucionales han sido también el argumen-to esgrimido por el empresariado industrial canario al referirse a las dificultades de la industria isleña. El escaso desarrollo del sector, del que estamos hablando, se habría producido, por tan-to, en un marco hostil a su desenvolvimiento. Puede ser un buen botón de muestra, por ejemplo, la interpretación asumida por F. Oramas Tolosa, como Presidente Regional de A.S.I.N.C.A. (Asociación de Industriales Canarios), en su intervención en las V Jornadas de Estudios Económicos Canarios, dedicados a la in-dustria, en 198420. Unos años después, en 1987, cuando la inte-gración en la Comunidad Europea deje en entredicho la Tarifa Especial, sorprende la reflexión positiva sobre el desarrollo in-dustrial de las Islas por parte algunos empresarios: «Nosotros los industriales —expone Lizardo Martell en nombre de A.S.I.N.C.A.— reconocíamos que la situación geográfica de las Islas aconsejaba un desarrollo del sector terciario con lo que éste quedó concebido como sector prioritario de la economía. Pero esto no les concedía la exclusividad. También existía la po-sibilidad de establecer aquí determinadas industrias a las que había que proteger, pero no en un sentido proteccionista clásico, sino ante los ataques del exterior, de situaciones de precios de dumping o de subvenciones. Nosotros demostramos que esas in-dustrias eran tan competitivas como las existentes en cualquier otro sitio, porque contábamos con materias primas a precios adecuados, la instalación era moderna, el personal capacitado. Pero, claro, ¿qué sucede? Nos encontrábamos con una compe-tencia de empresas subvencionadas, algunas del Instituto Nacio-nal de Industria (I.N.I.) que, contando a veces con menor capa-cidad productiva copaban el mercado»21. Desde la perspectiva de los empresarios, hombres de nego-cios y estudiosos de la economía isleña, en el transcurso del si- 20 A.S.I.N.C.A. agrupaba, por aquellas fechas, a 177 empresas del sector con una facturación anual superior a los 13.000 millones de ptas y 15.000 empleos. 21 GONZÁLEZ (1987). 557 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 11 glo anterior, podemos reconocer cuatro momentos en los que parece existir una conciencia común de la necesidad de dar un impulso mayor para el sector industrial en el Archipiélago. En primer lugar, durante el período posterior a la Primera Guerra Mundial, incluyendo los años que siguen a la crisis internacio-nal de 1929. En segundo lugar, de un modo, ciertamente más desdibujado, durante el Primer Franquismo. Quizá, en tercer lugar, en los años de gran crecimiento de los servicios, que tuvo lugar a partir de los años sesenta, dentro del clima de euforia con el que se vivía el ciclo expansivo de la economía canaria (1964-1975)22, el discurso rebrota con más fuerza, sobre todo después de la firma del Tratado Preferencial de España con el Mercado Común Europeo en 1970, impulsado por el entonces ministro de Comercio Alberto Ullastres, y de la aprobación de la Ronda Kennedy en el G.A.T.T.23. Esta situación volverá a repe-tirse, en cuarto lugar, en los momentos de incertidumbre an-teriores a la plena adhesión del Archipiélago a la Comunidad Europea, en una nueva etapa de expansión (1985-1991). Du-rante este periodo, la industria desarrollada al amparo de la Ley 30/72, había entrado en una crisis profunda como consecuencia del cambio de statu quo de Canarias en la Unión Europea, ya que el fin del Protocolo núm. 2, desarmó a Canarias, junto con otros cambios, en el escenario internacional. Posteriormente, la aceptación del A.I.E.M. (Arbitrios Insulares a la Entrada de Mer-cancías) por parte de Bruselas, ha permitido reconstruir en par-te, la protección exterior de determinados sectores industria-les24. Después, la reflexión ha bajado de tono y la preocupación 22 BERGASA PERDOMO (1978), p. 65. 23 La Sexta Conferencia para la reducción de los derechos arancelarios del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (G.A.T.T.), celebrada en Gi-nebra entre los años 1964 y 1967, fue así denominada en honor al presiden-te americano John F. Kennedy, uno de sus principales impulsores. El princi-pal objetivo de la Ronda Kennedy era alcanzar un acuerdo entre Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea, si bien se invitaba también a otros países a que participaran. Entre los objetivos de la Conferencia se ha-llaba una reducción lineal media de los derechos arancelarios de los países industrializados de un 50 %. 24 Ley 20/1991, de 7 de junio de modificación de los aspectos fiscales del Régimen Económico Fiscal de Canarias, B.O.E. 137 de 8-06-1991. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 558 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 12 por la actividad industrial no se expresa con tanta intensidad, aunque la creación del Arbitrio sobre Importaciones y Entre-gas de Mercancías en Canarias (A.I.E.M.), en sustitución del A.P.I.M., por la Ley 24/2001, de 27 de diciembre, volverá a re-abrir el debate sobre la protección a la industrialización25. Puede comprobarse empíricamente que tras la Primera Gue-rra Mundial habría tenido lugar un impulso relativamente im-portante de la industria canaria, con un incremento sustancial de las empresas del subsector de Alimentación, Bebidas y Taba-co y de producción de energía. Las condiciones de la gran de-presión de los años treinta, obligaron a poner el acento en una estrategia de crecimiento industrial que no diese al traste con el impulso anterior, rebajando el grado de fragilidad y vulnerabi-lidad de la economía canaria. La mayor densidad del mercado interno (Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife), resultado de la expansión agroexportadora y de la actividad por-tuaria, ponía sobre el tapete la necesidad de proteger a la indus-tria naciente. Entre otros, puede sacarse a colación la postura de Roca Bosch, portavoz autorizado de la Cámara de Comercio por aquel entonces26. La Guerra civil y la posterior etapa autárquica, propiciaron una integración mucho mayor en la economía nacional y un reforzamiento del discurso industrializador anterior que se re-conocía era necesario hacer compatible con el régimen de fran-quicias. Debemos constatar también la existencia de un tejido industrial, obsoleto y atrasado, que vivió al amparo de la protec-ción, con las prácticas y modos empresariales que propició la economía muy intervenida del primer Franquismo. Como con-traste, desde Canarias, se enunció, entonces, que las nuevas cir-cunstancias ahogaban el modelo agro-comercial isleño, el único viable para el Archipiélago, según F. Alonso Luengo, aunque no se debía dar la espalda a las posibilidades industrializadoras de Canarias27. En opinión del ingeniero industrial Bosch Millares, los obstáculos que impedían la industrialización del Archipiéla-go eran, no tanto la falta de materias primas o la necesidad de 25 MORENO FERNÁNDEZ (2007). 26 SUÁREZ BOSA (1996), pp. 191-194. 27 ALONSO LUENGO (1942), p. 23. 559 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 13 importar productos semielaborados, ni siquiera la falta de ener-gía, sino la inexistencia de iniciativa empresarial y, sobre todo, la ausencia de financiación28. La solución era apostar por un marco más abierto a la inversión extranjera, que el ofrecido por la Ley de Ordenación y Defensa de la Industria de 24 de noviem-bre de 193929. La posición de Bosch no puede sorprendernos y es coincidente con la manifestada por el citado Alonso Luengo. En 1950, las Cámaras de Comercio reclamaban al Jefe de Esta-do, en su primera visita al Archipiélago, «la vuelta íntegra al sis-tema de puertos francos»30. Finalmente, el también economista, Díaz Llanos, al referirse a la industria de Canarias, volvía a inci-dir igualmente en la necesidad del restablecimiento de los Puer-tos Francos quitando importancia al discurso industrializador31. A mediados de 1960, en tercer lugar, la necesidad de susci-tar el desarrollo regional, impulsaría el interés por promover ac-ciones que condujeran a la consolidación y modernización del sector secundario, tanto desde la iniciativa pública como priva-da, cuyo correlato final fuese un incremento de la estabilidad de la economía canaria. No obstante, Rodríguez y Rodríguez de Acuña, Bergasa, Hardison, etc.32 y otra serie de analistas del Ar-chipiélago, consideraron inoperantes y de muy poca utilidad las propuestas para Canarias de la planificación indicativa (1964- 1967, 1968-1971 y 1972-1975)33. El primero de ellos concluye que la política industrial fue poco incisiva, lenta, incompleta y falaz34. El segundo recalca que no se produjo ningún efecto 28 BERGASA PERDOMO y GONZÁLEZ VIÉITEZ (1969), p. 125, coincidirán en este diagnóstico, años después, al señalar la baja acumulación de capital y la falta de preparación de la población canaria como elementos explicativos del atraso industrial de las Islas. 29 A.H.P.L.P., D.M.I., Caja 25, localizador D 99-5-2. Mejora de la economía de la provincia de Las Palmas de Gran Canaria por medio de su industrializa-ción por el ingeniero industrial D. José Bosch Millares jefe de la Delegación Provincial de Industria (Las Palmas 27-08-1953) Ejemplar mecanografiado. 30 RODRÍGUEZ MARTÍN (1983), p. 307. 31 DÍAZ LLANOS (1953), p. 16. 32 HARDISSON (1979), pp. 45-49. 33 RODRÍGUEZ y RODRÍGUEZ DE ACUÑA (1978 y 2004). BERGASA PERDOMO (1978) y HARDISSON (1979), pp. 45-49. 34 RODRÍGUEZ y RODRÍGUEZ DE ACUÑA (2004), p. 100. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 560 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 14 apreciable, pese a la aplicación de las medidas legislativas sobre preferente localización industrial, fundamentalmente por la fal-ta de disponibilidad de un recurso tan escaso como el suelo35. El tercero, puso el acento, por ejemplo, en la inexistencia en el I Plan de inversión directa en la actividad industrial36. En tres direcciones se centró el diseño del impulso que se quería dar al sector por parte de los planes de desarrollo: la potenciación de los recursos hidráulicos y eléctricos, la mejora de la infraestruc-turas de transportes, con un grado de cumplimiento inferior al 60 %, y la declaración de Canarias, con poco éxito a juzgar por la instalación de nuevas industrias, como zona de preferente localización industrial37. Todo ello debía complementarse con una importante inyección de capital público, aspecto que casi fue totalmente incumplido (en el III Plan, según la Memoria de ejecución, se invirtió un 3,14 % de lo previsto). La iniciativa de las corporaciones locales tuvo como resulta-do la realización de estudios que postularon soluciones mucho más «industrializadoras» para las Islas. Este fue el caso del tra-bajo encargado por el Cabildo de Tenerife al Banco Urquijo (Guía de posibilidades industriales de Tenerife, Cabildo de Tene-rife 1972, Anexo al Plan de Desarrollo económico y social, años 1964 a 1967), una de cuyas consecuencias sería el Decreto de 27 de marzo de 1969 sobre la localización industrial preferente. El Cabildo de Gran Canaria, por su parte, recibió el informe, tras un concurso organizado en 1967, por el Colegio Oficial de Inge-nieros Industriales, de J. Bobrowski, Estudio sobre posibilidades de industrialización en la provincia de Las Palmas (1968)38. Una 35 BERGASA PERDOMO (1978), pp. 65-66. 36 El I Plan se centró la inversión en las siguientes prioridades: (1) vivien-das, (2) agua, (3) carreteras, (4) agricultura, (5) puertos, (6) pesca, (7) aero-puertos, (8) educación, (9) turismo, (10) telecomunicaciones, etc. 37 RODRÍGUEZ y RODRÍGUEZ DE ACUÑA (1978), p. 60 y (2004), p. 99. Decre-tos 484/1969 de 27 de marzo y 1560/1972 de 8 de junio. En el primero de los decretos citados se señala que durante la vigencia del II Plan se proyectaron ayudas a las empresas industriales por valor 1.291 millones de ptas, otorgando el Banco de Crédito Industrial un total de 298 millones de ptas en préstamos. 38 BOBROWSKI (1968). La Consultoría británica estuvo en Las Palmas en 1967 y analizaron los objetivos del II Plan de Desarrollo, la estructura demo-gráfica, niveles de empleo, producción, consumo, precios, así como los me-dios disponibles en Canarias. 561 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 15 alta presión fiscal —podemos leer entre sus argumentos— altos impuestos municipales, reducida inversión pública, reducida renta per cápita, barreras irracionales entre los mercados nacio-nales etc., son solamente algunas de las múltiples desventajas que severamente frenan la industrialización, y es ésta una situa-ción que ha de reconocerse. En definitiva, faltaba un ambiente adecuado para la industrialización, que pasaba por ofrecer faci-lidades financieras especiales39. El estudio patrocinado por los Ingenieros Industriales, ofrecía un cuadro de diecisiete posibles subsectores a instalar en Las Palmas, entre los que no figuraba el vidrio hueco, pese a verse reconocido la importancia del ramo de Bebidas40. Con el mismo sentido la consultoría japonesa Mitsui41, presentó cuatro años después a la O.C.D.E., por encar-go de la Comisaría del Plan de Desarrollo (1969) un Estudio que definía un plan estratégico industrial. Según el Informe Mitsui42, Canarias tenía ante sí 58 indus-trias viables y diez subsectores con futuro: cinco directamente relacionados con la pesca (conservas, congelación, frío para barcos, redes y reparación naval), otros dos alimentarios (con-servas vegetales y cárnicas), el tabaco y, finalmente, el papel. Entre ellas, la industria de envases de vidrio ocupaba el puesto veinte, y, por tanto, estaría entre las veintitrés aceptadas por la Oficina del Plan de Desarrollo43. Debemos citar, finalmente, el Estudio sobre la industrializa-ción de la región canaria. Análisis de la estructura industrial 39 BOBROWSKI (1968), p. 79 40 BOBROWSKI (1968), p. 102. 41 Compañía para el Desarrollo de Canarias (C.O.M.D.E.C.A.) (1973). 42 Este Informe, encargado por la Comisaria del Plan en 1969, «tiene el aspecto pintoresco de afirmar, que los sectores de desarrollo posible de la actividad industrial en Canarias, ya estaban desarrollados a través de la ex-periencia de las propias empresas industriales, proponiendo como nuevas ramas de inversión aquellas para las que precisamente la población activa de Canarias no estaba en condiciones de abordar. BERGASA PERDOMO (1978). 43 C.O.M.D.E.C.A. (1973), p. 275. Posiblemente se incluyó el vidrio hue-co, por presiones de los industriales que ya preveían la posibilidad de llegar a un acuerdo con Saint-Gobain. El Informe de la Junta Económica Interpro-vincial (1971), recomendaba la instalación de una industria de vidrio hueco en el archipiélago, justificando su necesidad por la inexistencia de un esta-blecimiento de este tipo, al haber cerrado la fábrica de La Laguna. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 562 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 16 (1974), llevarlo a cabo bajo los auspicios de la Junta Económi-ca Interprovincial de Canarias. En este estudio, realizado entre los meses de marzo-agosto de 1974, se analizó por un grupo de técnicos la situación industrial existente en el archipiélago a comienzos de la década de 1970. Como se explicita en la de-claración de intenciones el desarrollo del sector secundario se presentaba como una apuesta necesaria para corregir los dese-quilibrios económicos y territoriales de la economía del archi-piélago y dar estabilidad al crecimiento. La principal conclusión que se deduce de la lectura de los informes de los diferentes analistas y Consultorías, a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, es que el desarrollo del sector industrial era imprescindible para que se produjese un cambio estructural en la economía insular canaria: «Hoy es un lugar común —podemos leer en una Memoria publi-cada en 1968— que el sector secundario es el estratégico, el que habrá de protagonizar el cambio estructural ineludible si quere-mos acompasar el crecimiento de la renta con el de la población para que la renta per cápita del Archipiélago aumente de mane-ra sustancial»44. A continuación se señalaban los retos que la industrializa-ción tenía que afrontar: empleo (con la previsión de absorber el excedente de mano de obra de la construcción en el futuro in-mediato); una mejor distribución espacial de las actividades productivas; una mayor diversificación de la actividad económi-ca regional; un mayor equilibrio en la balanza comercial y una nueva estructura empresarial industrial. La Memoria concluía de modo optimista, enunciando los pasos que se estaban dando y las iniciativas que debían seguirse impulsando: «Este planteamiento, esta mentalización ante la industrializa-ción va adquiriendo cada vez un consenso más generalizado en las islas, fruto de ello es la adquisición de terrenos por las cor-poraciones locales para dedicarlos a polígonos industriales y luchar contra la especulación del suelo que imposibilita con fre-cuencia cualquier iniciativa de inversión; la apertura de concur-sos internacionales sobre la industrialización de la región o de alguna de sus provincias; la consecución de un Centro Politécni- 44 Memoria del C.I.E.S. (1968), p. 29. 563 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 17 co para el archipiélago; la preocupación básica por la mejor definición de un Régimen Especial para Canarias; todo ello glo-sado con una polémica ya trasnochada que ponía en contradic-ción la industrialización de Canarias con nuestro Régimen de Puertos Francos»45. 4. ¿ERA POSIBLE LA INSTALACIÓN DE UNA FÁBRICA DE VIDRIO HUECO EN CANARIAS EN LA DÉCADA DE LOS SETENTA? 4.1. El nuevo marco institucional Como hemos señalado en el epígrafe anterior, durante el se-gundo Franquismo (1959-1975), se volverá a poner sobre el tape-te la necesidad de una actualización del régimen económico fis-cal de Canarias (Puertos Francos) que facilitase la inversión nacional y extranjera. La ley de impuestos del 18 de abril de 1963, que eliminaba todas las limitaciones en cuanto a las inver-siones de sociedades extranjeras pudo representar alguna venta-ja para las inversiones internacionales en la provincia46. La se-gunda necesidad se plasmó en la formulación de una política industrial que llevó a considerar al archipiélago como «Zona de Preferente Localización Industrial» (1969), en el que debía tener una participación directa el sector público, y que debía ser acompañada de instrumentos proteccionistas47. En el preámbulo del Decreto de 27 de marzo de 1969, todavía muy restrictivo en cuanto a las industrias a instalarse en Canarias, podíamos leer: 45 Ibídem. 46 BOBROWSKI (1968), p. 71. 47 BERGASA PERDOMO y GONZÁLEZ VIÉITEZ (1969), pp. 34-37; (1972), pp. 73-78; y ESPINO (1990), pp. 47-50. El decreto de 27 de marzo citado pre-veía la reducción hasta el 95 % del impuesto general sobre transmisiones pa-trimoniales, cuotas de licencia fiscal durante el período de instalación, liber-tad de amortización durante el primer quinquenio; reducción del 50 % de los tipos del gravamen del impuesto de las rentas de capital a las entidades fi-nancieras; reducción del 95 % de cualquier arbitrio o tasa de las Corporacio-nes locales; expropiación forzosa de los terrenos necesarios para la instala-ción o ampliación de las empresas beneficiarias. Las subvenciones o primas podrán llegar hasta el 20 % de la inversión real en inmovilizado fijo de las instalaciones o ampliaciones de las plantas industriales. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 564 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 18 «En la economía del Archipiélago canario concurren [...] una se-rie de circunstancias que constituyen un freno a la expansión económica y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población isleña. A modificar, siquiera sea parcialmente, esta situación tiende el presente Decreto que otorga los beneficios que la actual legisla-ción prevé para las zonas de preferente localización industrial a los promotores de industrias e instalaciones relacionadas con dos sectores económicos de gran importancia para las Islas —la agricultura y la pesca— pero que necesitan de una urgente pla-taforma industrial, base para una acción competitiva en los mer-cados exteriores» En el II Plan de Desarrollo, aprobado en 1969, podemos leer que había que forzar necesariamente el desarrollo industrial de Canarias48. Sin embargo, la única concreción tangible de actua-ción del sector público fue la entrada del Instituto Nacional de Industria en la producción de energía eléctrica49. El Tercer Plan de Desarrollo (1972-1975) debería haber implementado, finalmente, una política de estímulo a la indus-tria (crédito oficial, desgravaciones fiscales) que se concretarían con la aprobación del Régimen Económico-Fiscal (1972), en el que se trataba de aunar los intereses de los importadores (reco-nocimiento del principio de libertad comercial) y de los indus-triales (a través de instrumentos proteccionistas). En realidad el Fondo de Previsión para Inversiones, que en 1994 se transformó en la Reserva Canaria de Inversiones (R.I.C.)50, una de las prin-cipales consecuencias de la Ley 30/1972, se había establecido con la reforma fiscal de 1957 y desarrollado a través de decre-tos sucesivos. Sin embargo, fue el R.E.F. el que dio el impulso principal al uso de este estímulo fiscal, consiguiendo su mante-nimiento, frente a lo que ocurría en el resto del territorio nacio-nal donde fue eliminado51. Recordemos que la especificidad fis-cal canaria del Fondo de Previsión para Inversiones fue, que en 1972 se elevó la parte de la base del II.SS desgravable al 90 %. Como estímulo fiscal a la inversión privada —podemos leer en 48 ESPINO ROMERO (1990), p. 43. 49 BERGASA PERDOMO (1978), pp. 64-69. 50 MIRANDA CALDERÍN (2008). 51 ESPINO (1990). 565 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 19 el preámbulo del texto— se ampliaba el alcance de la previsión para inversiones para las que se lleven a cabo en Canarias du-rante un período de diez años, elevándose al noventa por cien-to el límite del cincuenta por ciento de los beneficios no dis-tribuidos que establecía hasta entonces la legislación vigente. El otro aspecto de la ley, en el que hemos venido insistiendo, era que, además de ampliar el ámbito de aplicación del Decre-to 484/1969, de 27 de marzo, se encomendaba al Gobierno que, por medio del Instituto Nacional de Industria, contribuyese a la Industrialización del archipiélago. En conclusión, la nueva Ley de Régimen Económico Fiscal (R.E.F.) de 21 de julio 1972, pese a haber sido tachado de insu-ficiente por los empresarios del sector52 y el desenvolvimiento de la tarifa especial del arbitrio insular (1978)53, junto con la expan-sión del turismo, venían a configurar un nuevo marco para la empresa industrial, que ha sido definido en términos de «indus-trialización hacia fuera» (la península como destino) y «hacia adentro» (el mercado canario, mucho más relevante por la pre-sencia del turismo), puesto que la tarifa especial gravaba la importación de productos extranjeros que fuesen de la misma naturaleza que los producidos en las Islas54. En lo que se refiere a la actividad del vidrio, debemos seña-lar la modificación por el Decreto 1580/1972 de 8 de junio de los artículos 4º y 5º del Decreto de 1969 que antes hemos mencio-nado. El legislador, teniendo en cuenta la experiencia del primer concurso (convocado por Orden de 23 de mayo de 1969) y el esfuerzo realizado por las Corporaciones locales —podemos leer en el preámbulo del Decreto— consideró necesario incluir nue-vas actividades industriales «para las que existen unos supues-tos favorables en aquella región». De este modo los envases de vidrio en las Islas de Tenerife y Gran Canaria pasaban a tener carta de naturaleza en las zonas de preferente localización in-dustrial. Esta situación se generalizó de modo potencial al res- 52 ORAMAS (1986), p. 119. 53 La Tarifa Especial, cuya Ordenanza Fiscal se regula en el Real Decre-to 997/1978 (B.O.E. 13 de mayo), se establece como instrumento de política económica en beneficio de la industria y agricultura del Archipiélago. 54 GONZÁLEZ VIÉITEZ (2002). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 566 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 20 to de la actividad industrial por el R.E.F. de 1972, que contem-plaba como medio de estimular la industrialización canaria, la ampliación, tanto en el aspecto territorial como en el sectorial, de las posibilidades que ofrece la legislación de industrias de interés preferente. 4.2. El mercado canario del vidrio y el cierre de la Fábrica de La Laguna En el cuadro ofrecido por la Consultoría Mitsui, al que he-mos hecho referencia anteriormente, con datos de 1970, apare-cían 48 industrias, clasificadas por el valor de la producción, ocupando el vidrio (Vidriera y Cerámica Canariense Sociedad Anónima) el puesto 34 por valor de la producción y el 28 por mano de obra ocupada55. Los futuros clientes de la industria del vidrio (Industrias de bebidas carbónicas y gaseosas, Agua mine-ral, Aguardientes y licores, Cerveza, Conservas vegetales y Vinos) constituían el 4,57 % del valor de la producción industrial, casi el 6% del valor añadido de la Industria (la referencia son los 48 subsectores citados) y el 2,6 % del empleo. El valor medio de la producción por persona era de 0,44 millones de ptas., para el conjunto de la industria, frente al 0,77 del sector de enva-sadores. La fabricación de vidrio hueco en Canarias, a comienzos de la década de los setenta, estaba representada por una fábrica (Vidriera y Cerámica Canariense Sociedad Anónima), instalada, desde 1950, en La Laguna (Tenerife), cuya producción de bote-llas se compaginaba con la vidrio-cerámica56. El resto de los 55 C.O.M.D.E.C.A. (1973), p. 274. 56 Esta fábrica estaba enclavada en lo que hoy se llama polígono Padre Anchieta, con la calle Pablo Iglesias al norte y prolongación de la calle San Juan e Iglesias de San Juan por el mismo lado y con el cementerio antiguo al oeste. Pertenecía la fábrica y el solar a don Timoteo Canino que, a su vez, se la vendió a don Imeldo Bello entre 1963-1964. En esas fechas comienza la expropiación para ejecución de viviendas del Polígono Padre Anchieta, que ejecutó el Ministerio de la Vivienda, actuando de contratista Cubiertas y Te-jados ya desaparecida y hoy denominada Acciona. En 1970 cerró la fábrica de vidrio y cerámica, y el personal se reubicó en otras labores de la entidad, no en el vidrio. 567 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 21 establecimientos que aparecen clasificados dentro del grupo del vidrio son empresas que se dedicaban a la instalación de crista-les57. En 1969 esta industria contaba con 101 empleados58. Los problemas de coste de esta pequeña empresa ubicada en La Laguna, procedían fundamentalmente del abastecimiento de materias primas. Según los datos de un Informe ms sobre la Fábrica, consumía 925 tm de carbonato de sosa, 3.100 de sílice y 689 de otras materias. El carbonato de sosa era monopoliza-do por un proveedor que imponía precios muy elevados y era necesario contar con grandes stocks de sílice, por la dificultad de su suministro durante el invierno. El hecho diferencial con la industria peninsular estaba en los altos precios de los fletes. La producción de esta industria (4.199 tm de envases)59 se dirigía al mercado regional, repartiendo sus ventas entre ambas CUADRO 2 Valor de la producción de las Industrias envasadoras y del vidrio de Canarias (1970) FUENTE: C.O.M.D.E.C.A. (1973), pp. 273-274. Tipo de industria Producción Valor añadido Personas Puesto por (mill. de ptas) (mill. de ptas) ocupadas mano de obra Refrescos y gaseosas 484 334 806 12 Agua mineral 448 354 553 17 Aguardientes y licores 365 89 265 29 Cerveza 348 205 565 15 Conservas vegetales 68 34 60 42 Vinos 50 25 36 48 Total 1.763 1.041 2.285 % sobre el total de 48 industrias 4,57 5,8 2,6 Vidrio 111 60 209 28 57 C.O.M.D.E.C.A. (1973), pp. 475-478. Una empresa peninsular estudió la posibilidad de instalar una fábrica de vidrio plano en Canarias, que final-mente se abrió en Sevilla, pero desistió ante la imposibilidad de competir con los ingleses en el mercado africano. 58 Junta Económica Interinsular (1974), pp. 475-478. 59 Informe ms. sobre Vidriera y Cerámica Canariense (2010). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 568 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 22 provincias. Sus clientes eran los productores de refrescos, agua mineral, bebidas espirituosas, cerveza y vino. En 1970 la empre-sa contaba con 117 empleados y el valor de su producción era de 23,3 millones de pesetas. Desde Tenerife había que competir en el resto del archipiélago con la industria nacional (Vidrieras Castellanas, el Grupo Álvarez de Vigo, Gijón Fabril, Vilella, etc.) y del resto de Europa (Alemania, Bélgica, Portugal, etc.). Con-viene destacar que toda la producción se vendía en el ámbito ca-nario. Los productores consideraban accesible el mercado afri-cano pero hacia 1969 no se habían planteado aún una posible expansión. Las importaciones de vidrio hueco entre 1967-1970 representaron un valor medio de 12.783.277 (el 17 % del total del vidrio)60. En 1972 la Fábrica de La Laguna cerró sus puertas, parece ser que después de algunos años con los hornos parados. El in-forme de la Junta Económica Interprovincial nos da una pista sobre su inviabilidad con epitafio un tanto lacónico, situado al final de las páginas consagradas al sector del vidrio: «Con posterioridad a la redacción de este trabajo la fábrica de botellas de Tenerife ha sido cerrada, por haber sido expropiados los terrenos donde se asentaba para dedicarlos a un polígono industrial»61. 4.3. La oportunidad de montar una nueva fábrica de vidrio hueco en Canarias En 1972 unos cuantos industriales canarios del ramo de Bebidas, de un lado el Grupo Archipiélago, del que formaban parte las sociedades Ahemón y Añaza, y de otro, Sical y Aguas de Firgas, decidieron compartir la idea de crear una fábrica que produjese botellas y mejorase, en consecuencia, sus resultados, abaratando costes. Las debilidades a la hora de entrar en el negocio del vidrio eran claras. El mercado canario, en el que era dominante, como en el resto del territorio nacional, Saint-Go-bain, era reducido y fragmentado. Carecía de materias primas y 60 Junta Económica Interprovincial (1974), p. 478. 61 Junta Económica Interprovincial, p. 478. 569 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 23 recursos naturales62. El apoyo de las entidades financieras tenía también límites de escala63. El suministro de energía era muy insuficiente y más costoso que en el resto del territorio nacional. La capacidad de negociación con los proveedores y el acceso a la tecnología se presentaba igualmente como una debilidad. La disponibilidad de técnicos especializados, del mismo modo, bri-llaba por su ausencia. Existía, no obstante, un precedente de unión estratégica del empresariado envasador isleño, que había dado como resultado la creación de Canary Plast para la producción de cajas de plás-tico. Las circunstancias que aconsejaron la creación de esta in-dustria vinieron del aumento de las importaciones de plástico, que entre 1965-1970 pasaron de 156.242.000 a 421.490.000 de pesetas64. A la gestación de esta empresa, a la que según los protagonistas fue convocada la totalidad del empresariado del sector, solo acudieron finalmente Agua de Firgas, que siendo una empresa familiar se transformó por aquel entonces en so-ciedad anónima, y la industria cervecera S.I.C.A.L. La nueva empresa se constituyó el 4-11-1969, con tres socios. El industrial del plástico madrileño Montes Jovellar (Olan Plast) y sus dos socios canarios65. En una nueva oportunidad, esta vez en el campo del vidrio, la respuesta será bastante mayor. Las deficiencias estructurales de la economía canaria, como ya hemos indicado, han seguido siendo parte del discurso de los empresarios industriales canarios. Queremos sacar a colación un artículo muy posterior a la época a que nos referimos. J. A. Sánchez Bolaños, en «Una Industria para Canarias» (Canarias 7, 17-02-2002), en su condición de Presidente regional de la Aso-ciación Industrial de Canarias (A.S.I.N.C.A.), seguía defendien- 62 Está fue una de las justificaciones del emplazamiento en León (1965) de una fábrica de vidrios: sílice leonés, de inmejorable calidad, procedente de las explotaciones de Boñar, donde suelen abastecerse otras muchas fábricas españolas de esta especialidad. Cf. ABC (13-03-1965). 63 En el caso de la Fábrica de León surgió impulsada por el Banco Indus-trial (León y Zamora). Este mismo Banco participaría en la aventura de Canarias. 64 Junta Económica Interprovincial (1974), p. 190. 65 Conversación con Domingo González Guerra, Presidente del Consejo de Administración de Agua de Firgas de 19-01-2001. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 570 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 24 do la necesidad de una protección selectiva. En este caso, el ar-bitrio a la importación y entrega de mercancías (A.I.E.M.) se justificaba por la carencia de materias primas y recursos natu-rales, la fragmentación del mercado y en consecuencia la exis-tencia de importantes costes añadidos: en el transporte (entre un 8 y un 10 % según estimaciones de la Comisión Europea); en el almacenamiento (stocks de materias primas mínimos de dos o tres meses); la escasez de suelo industrial; el mayor coste de la energía (un 20 % superior a la del mercado nacional; o la condición de mercado marginal para las producciones europeas, con los riesgos de políticas de dumping. Eran ventajas, por el contrario, que alimentaban la visión de un futuro prometedor por parte de estos industriales, el ensan-chamiento del mercado como consecuencia directa del turismo, las posibles ventajas comparativas en el coste de la mano de obra, pero, sobre todo, el marco institucional favorable que, como tendremos ocasión de explicar, significaba el nuevo Régi-men Económico Fiscal del Archipiélago (1972). De ahí que la iniciativa, en este caso, proceda de los clientes (envasadores canarios) y estemos ante un modelo específico de creación de una empresa de este tipo, en la que los consumidores son accio-nistas e impulsores de la sociedad. Por otro lado, la alianza es-tratégica con Saint-Gobain garantizaba la existencia de personal cualificado, como se encargó de destacar Vega Pereira, en el momento de la apertura oficial de la fábrica en junio de 1978: «Hemos de dejar constancia —dijo en aquella ocasión— del ex-traordinario apoyo de Cristalerías Españolas, para preparar al personal de más alto nivel como son ingenieros técnicos y supe-riores, que antes de esta puesta en marcha han estado recibien-do formación en talleres de Cristalerías Españolas en la Penín-sula. Sin estas valiosas colaboraciones, que hemos de agradecer, estamos seguros que hubiera sido imposible disponer en las is-las, a corto plazo, de tanto personal especializado. Gracias a esta labor de formación, anterior a nuestro arranque de hoy, pode-mos enorgullecernos de que prácticamente el cien por cien de nuestro personal, procede de la región»66. 66 El Eco de Canarias (20-06-1978). 571 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 25 Para las Islas, además, se trataba de un sector estratégico con una posible incidencia medioambiental67. Los años que median entre 1972-1978 constituyen la etapa de preparación y arranque de la empresa. Hasta finales de 1975 se procede a la realización de estudios y se dan pasos importan-tes para la configuración futura de la empresa, contando con la participación de C.O.M.D.E.C.A., sociedad surgida para la pro-moción del desarrollo económico de Canarias, en la que se en-cuentra como socio la Caja Insular de Ahorros. Pero es, sobre todo, a partir de 1976, cuando se consigue un compromiso mayor de Saint-Gobain, que aporta con su aval la consecución de un importante crédito financiero. El proceso se completará con la entrada de un nuevo socio financiero, el Banco de Fo-mento del grupo del Banco Central, y de dos empresas públicas (E.N.D.I.A.S.A. y S.O.D.I.C.A.N.). 4.3.1. La gestación del proyecto industrial 1972-1975 Vamos a referirnos en este epígrafe a la importancia de con-seguir que Saint-Gobain se una a un proyecto impulsado por industriales canarios. A la constitución de la nueva empresa como una sociedad de sociedades y a su estructura en la fase inicial. El pistoletazo oficial de salida de la empresa fue el 10-10-1972, que es la fecha de constitución de la nueva socie-dad68. Vista la difícil y compleja experiencia de mantener una fábrica de vidrio con solo capital canario y habida cuenta del déficit tecnológico y de preparación técnica y experiencia en las Islas, la única salida posible era incorporar un socio importan-te del sector. Para entender el desarrollo posterior de Vidrieras Canarias es imprescindible tener muy presente el proceso de ne-gociación entre los promotores canarios, liderados por Antonio Vega, Lizardo Martell y los hermanos González Guerra con la multinacional Saint-Gobain, a través de su empresa de vidrio hueco en España, Vidrieras de Castilla S.A. 67 Cf. el artículo de Sánchez Bolaños antes citado en el que se destaca el enorme impacto medioambiental que resultaría de no existir en las Islas una planta de fabricación de vidrio hueco. 68 Discurso de inauguración de la fábrica del Presidente del Consejo de Administración Antonio Vega Pereira (El Eco de Canarias, 20-06-1978). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 572 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 26 La asunción del liderazgo por el segundo de los empresarios citados hay que explicarla por su entera dedicación a la promo-ción de negocios industriales, desde la sociedad Archipiélago, en la que se integra, después de una breve estancia en Madrid, don-de trabajó como director de operaciones de la Compañía Pepsi Cola Internacional en España, Portugal y Guinea69. Efectiva-mente, solucionados los problemas de Ahemón, a la que se in-corporó Arturo Escuder (empresario y político en activo), y constituido el Grupo Archipiélago (1971), este emprendedor canario recibió la función de organizar un gabinete de trabajo (técnicos y personal administrativo) y proceder al estudio de proyectos que pudiesen cristalizar en la creación de estableci-mientos industriales. Como explicamos en este texto, una de esas iniciativas, la más exitosa, fue la del vidrio hueco. Era necesario contar con estudios de mercado convincentes que demostrasen la viabilidad de un establecimiento de este tipo en las Islas al potencial nuevo socio. Debemos resaltar en este punto, que se logró en un plazo muy corto de tiempo poner de acuerdo a las partes, aunando intereses aparentemente contra-puestos, aunque la puesta en marcha de las disposiciones del primer contrato se demorase en el tiempo. Efectivamente, el primer contrato entre Vidrieras Canarias S.A. y Vidriera de Castilla S.A. (Saint-Gobain) se firmó en Madrid el 22-11-1972, es decir, solo un mes después de la constitución de la sociedad canaria, y la puesta en marcha del nuevo establecimiento no se produjo hasta 1978. En cualquier caso, al final, logró cuajar una fórmula de éxito, excepcional en el sector, sentando en un mis-mo Consejo de Administración con un cierto equilibrio a clien-tes, productores e inversores. Saint-Gobain exigió dos condiciones básicas para aventu-rarse en la empresa de construcción de la fábrica y su posterior explotación. Asegurar, en primer lugar, la financiación del pro-yecto, a través de créditos blandos del Banco de Crédito Indus-trial (Banca pública) y de aportaciones de los socios. La asun-ción, en segundo lugar de la gerencia, y de la dirección técnica y administrativa de la empresa, como quedó reflejado en el con- 69 La Provincia (04-06-1970). 573 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 27 trato suscrito en los primeros momentos (22-11-1972)70, que re-guló una manera de operar que se ha mantenido en el tiempo con excelentes resultados. Este documento corrobora la tutela y protección que Saint-Gobain ha ejercido sobre Vidrieras Cana-rias, desde el momento mismo de su constitución. «El presente contrato —podemos leer en su artículo primero— tiene por objeto determinar las condiciones en las cuales V.I.C.A.S.A. aportará a Fábrica de Canarias su colaboración para la realización, según las reglas del arte y en las condiciones des-pués definidas, de una fábrica de vidrio con todo su equipo com-pleto, en condiciones de puesta en marcha inmediata y que será implantada en la isla de Gran Canaria. Igualmente determinar la forma en que V.I.C.A.S.A. colaborará con Fábrica de Canarias, para la puesta en marcha y explotación técnica de la fábrica, una vez construida la misma». Por este contrato V.I.C.A.S.A. se comprometía, de acuerdo con la Orden del Ministerio de Industria de 20 de julio de 1972, B.O.E. del 24, a terminar un estudio que debería ser presenta-do antes del 30 de noviembre de 1972. Esta brevedad en los plazos nos indica que el proceso de acuerdo entre ambas partes estaba muy avanzado y que los estudios debían estar práctica-mente realizados cuando se firmó este contrato, dada la urgen-cia de las fechas de presentación. En este Anteproyecto71 se de-bía cuantificar las toneladas a fabricar anualmente, incluyendo la distribución mensual de la producción; el peso medio y las características de los envases (colores, etc.); igualmente debían figurar las previsiones de posibles ampliaciones futuras. Con to-dos estos datos V.I.C.A.S.A. planificaría la construcción de la fá-brica y la instalación de la maquinaria, las líneas de fabricación, el presupuesto de la instalación y la cuenta de gastos. Natural-mente todo el proceso se haría de mutuo acuerdo con la parti-cipación de ambas partes, realizando los estudios un equipo desplazado por V.I.C.A.S.A. desde Madrid. Además de las cuestiones arriba mencionadas, Vidrieras de Castilla se encargaría de negociar con los proveedores: 70 Contrato de 22 de noviembre de 1972. 71 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Art. 10.1. El costo de este do-cumento se fijó en 1.000.000 de pesetas. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 574 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 28 «V.I.C.A.S.A. —leemos en el apartado 2.2.1 del Contrato— lanza-rá las peticiones de oferta por orden y cuenta de Fábrica de Ca-narias, recogerá las ofertas, las estudiará, las comparará y comu-nicará a Fábrica de Canarias, el resultado de este trabajo acom-pañado de una opinión técnica justificada así como de su pro-posición en cuanto a la elección aconsejable del proveedor o contratista». Esta supervisión no terminaría, sin embargo, una vez cons-truida bajo su dirección facultativa la Fábrica de Gran Canaria, puesto que V.I.C.A.S.A. mantendría la responsabilidad técnica y de gestión de la misma por un plazo de diez años prorroga-bles72. Es decir, organizar y facilitar la formación de todo el personal que lo necesite (recuérdense al respecto las palabras de Vega Pereira en el acto de inauguración del establecimiento en 1978, citadas anteriormente). Igualmente, el diseño y estudio de los moldes, aspecto de gran relevancia en la Fábrica de Gran Ca-naria, que siempre ha trabajado, por la heterogeneidad de su clientela, con una enorme variedad de moldes. El contrato sig-nificaba también que el personal de Vidrieras de Castilla que fuera necesario sería desplazado a la factoría de Gran Canaria. Inicialmente, un director técnico y un ingeniero de fabricación. Desde Canarias se enviarían informes periódicos a la sede cen-tral de V.I.C.A.S.A. con el fin de poder solucionar cualquier con-tingencia que se presentase en la fabricación de botellas, en el estado de las instalaciones, o en la gestión administrativa. Naturalmente una de las ventajas principales que obtendría el establecimiento canario en esta asociación sería poder dispo-ner de la tecnología más avanzada en la fabricación del vidrio. Este poderoso argumento ha diferenciado siempre a Vidrieras Canarias de las fábricas y empresas de su tamaño nacionales: «[V.I.C.A.S.A.] tendrá a disposición de Fábrica de Canarias todos los progresos técnicos que haya podido conocer y de los cuales pueda disponer libremente. En lo que respecta a aquellos progresos técnicos de los que V.I.C.A.S.A. no pueda disponer libremente, tratará de conseguir que Fábrica de Canarias pueda utilizarlos también, mediante el 72 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Art. 7.2. 575 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 29 pago de royalties73 o cualquier clase de gravamen, en las mismas condiciones en que los pague V.I.C.A.S.A.»74. A cambio de esta intervención, Vidrieras Canarias se com-prometía a poner a disposición de la multinacional todas sus instalaciones, archivos, documentación, medios de pago, obten-ción de licencias y trámites administrativos, etc., que faciliten su gestión. La remuneración por la asistencia técnica quedó fijada en 6,5 % de la inversión total, excluida el valor de adquisición de los terrenos, pero en ningún caso bajaría de los 8.000.000 de pe-setas anuales75. A esta cantidad habría que añadir el 5% de la facturación, una vez comenzada la explotación de la fábrica. La agenda de los creadores de la nueva empresa, en esta eta-pa, debía atender a los estudios económicos, técnicos, compra del terreno, constitución del capital social y ampliación del nú-mero de socios. Se necesitaba además establecer alianzas con la empresa principal del sector en el mercado nacional76, por las ventajas técnicas y financieras que esta unión acarrearía. La estructura del sector estaba todavía lejos de ser un oligopolio homogéneo (cuatro oferentes principales y un producto escasa-mente diferenciado), tal y como es definida, a la altura del año 2006, por uno de sus estudiosos77. Las empresas principales del vidrio se fundamentan en los llamados «troncos o núcleos tecnológicos». Este soporte es el que necesitaban los embotelladores canarios78 para que su pro- 73 Royalty es el pago que se efectúa al titular de derechos de autor, paten-tes, marcas o conocimiento a cambio del derecho a usarlos o explotarlo. 74 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Art. 2.2.7. A la inversa cualquier perfeccionamiento técnico que pudiera desarrollarse en Canarias sería faci-litado para su uso a V.I.C.A.S.A. (Art. 4.8). 75 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Arts. 9.1 y 9.3. 76 La otra gran multinacional del vidrio que podría haber sido alternati-va como socio principal a Saint-Gobain (en 2006: 39,56 % de cuota del mer-cado nacional) era Owens Illinois (17,24 %), que en 1995 compró al grupo francés B.S.N. su fábrica de Madrid. Otros grupos principales en el mercado español son Vidrala (Delclaux) (29,04) y la empresa de vidrio portuguesa BA (Barbosa & Almeida) (14,16 %), según A.N.F.E.V.I. 77 MARBELLA SÁNCHEZ (2006), p. 38. 78 Como tales estamos entendiendo, tanto a los fabricantes de productos propios, como a los distribuidores de marcas nacionales e internacionales. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 576 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 30 yecto fructificase79. De este modo quedaba cubierta la provisión de maquinaria y tecnología especializada80 y de manera muy especial de capital financiero. Debemos tener en cuenta, en con-secuencia, el peso y el protagonismo que los creadores del pro-yecto daban a la incorporación de Vidrieras Castellanas S.A. La elección de Saint-Gobain se debió a que era el principal oferen-te de los productores canarios y, por tanto, ya existían relacio-nes comerciales con ella. A principios de los años setenta, según Lizardo Martell81, su cuota de mercado en las Islas era aproxi-madamente del 50%. La gran dificultad de establecer una industria de este tipo en Canarias residía en la imposibilidad de obtener una producción de gran escala que permitiese economías de costes y por tanto posibilidades reales de amortizar la inversión en un equipo pro-ductivo altamente especializado y de difícil reconversión. Por eso uno de los objetivos estratégicos del nuevo proyecto fue la formulación de la necesidad de que todos los embotelladores se comprometiesen a realizar sus pedidos a la nueva fábrica (se es-timó en los estudios previos realizados que solamente no eran socios de la misma el 15 % de los futuros consumidores). Con vistas a incentivar el enganche de los fabricantes y dis-tribuidores en la sociedad, la Junta General Extraordinaria de 22-10-1972 decidió igualar los precios en destino, rompiendo la barrera de la localización insular, siempre y cuando los socios compradores suscribiesen el 2% del capital: «Los accionistas de la Sociedad, que tengan en propiedad como mínimo el 2% del Capital Social —podemos leer en los acuerdos de la primera Junta General Extraordinaria— tendrán el benefi-cio comercial de que los productos manufacturados por Vidrie-ras Canarias S.A. (V.I.C.S.A.), que adquieran para sus industrias, tendrán igual precio, tanto en el caso que los retiren directamen- 79 MARBELLA SÁNCHEZ (2006), p. 39. Todas estas grandes empresas for-man un grupo que se desglosan en varias ramas o industrias: vidrio plano (ventanas, paneles solares), vidrio hueco (botellas y envases en general), vi-drio para usos domésticos (cristalerías), fibra de vidrio y vidrios especiales (laboratorio, ópticos), vidrio aislante o vidrio de refuerzo. 80 Debe pensarse en la necesidad de una puesta al día constante de la tec-nología que la alianza y la protección de esta gran empresa brindaba. 81 Conversación de 02-10-2009. 577 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 31 te de Fábrica o soliciten hacerlo en cualquier puerto del Archi-piélago Canario, corriendo a cargo de Vidrieras Canarias S.A. (V.I.C.S.A.), todos los gastos ordinarios que se produzcan desde fábrica hasta camión en puerto de destino». Como hemos enunciado, uno de los temas básicos en los inicios de la sociedad es la constitución del capital con el que poder adquirir los terrenos y el equipo productivo para poner en marcha la fábrica. Estamos ante un sector intensivo en capital, de ahí la necesidad de contar con un socio financiero. Vidrieras Canarias S.A. (V.I.C.S.A.)82, que suscribió las accio-nes el 10-10-1972, empezó su andadura solamente con tres so-cios, que detentaban cuatro acciones cada uno: Sical (Cerveza Tropical)83, representada por Antonio Vega Pereira (consejero delegado y director general de la misma)84, hombre de amplias conexiones políticas y empresariales; Aguas de Firgas S.A., re-presentada por Antonio González Guerra85; y Establecimientos Industriales Archipiélago, por la que figuraba Lizardo Martell86. Este Consejo ejerció sus funciones entre 10-10-1972 y el 30-03- 1973, en que se produciría su ampliación. En el anteproyecto inicial se planteó la posibilidad de ubicar la futura fábrica de vidrio en el Polígono Industrial de Arinaga87, entonces en proceso de constitución, dentro del marco general del Plan Canarias, que contemplaba el II (1969) y el III Plan de 82 Escritura ante el notario de Las Palmas de Gran Canaria Ramón Ri-sueño Catalán, protocolo 2.984. 12 acciones (valor nominal de 10.000 ptas). 83 Cf. LUXÁN MELÉNDEZ y QUESADA GONZÁLEZ (2005). 84 Nacido el 12-01-1925, ingeniero industrial y vecino de Las Palmas. Era Vicepresidente del Cabildo, de la Caja Insular de Ahorros y presidente de la sección Económica del Consejo Económico y Social de Sindicatos. 85 Industrial, nacido el 22-06-1929 y vecino de Las Palmas. La empresa se constituyó como sociedad anónima el 11-07-1970, escriturada por el No-tario Ramón Risueño Catalán. 86 Industrial, nacido el 13-10-1935. Ligado a Ahemón que dirigían su pri-mo Juan Domínguez Cárdenes y su tío Pedro Cárdenes. 87 La Zona Industrial de Arinaga, situada en la comarca del sureste de la isla de Gran Canaria, fue promovida desde el año 1972, por la Asociación Mixta de Compensación del Polígono Industrial de Arinaga, sociedad patro-cinada por el Cabildo Insular de Gran Canaria, la Sociedad Estatal de Pro-moción y Equipamiento del Suelo —S.E.P.E.S.— y el Gobierno de Canarias, siendo el Ayuntamiento de Agüimes la administración actuante. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 578 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 32 Desarrollo (1972-1975), que trataba de promover la industriali-zación de Canarias. Para poder iniciar las acciones que llevaba consigo el proyecto, en la primera Junta General Extraordinaria (22-10-1972), se decidió el aumento del capital social en 188 ac-ciones (1.880.000 ptas), con el fin de hacer frente a los gastos que acarreaban los proyectos, estudios, dictámenes, consecu-ción de licencias, etc. Apenas tres meses después (19-01-1973), el número de accio-nistas se había elevado a catorce, siendo las acciones emitidas 200 por un valor nominal de 10.000 ptas y el capital social, en consecuencia, de 2.000.000 de ptas. En ese momento componían la firma —y asistían a la Junta General Extraordinaria de 30-03-1973— tres tipos de socios: industriales del vidrio, es decir, Vidrieras Castellanas, S.A. que formaba parte de la multinacional Saint-Gobain, titular de 40 acciones88; sociedades financieras, como Compañía para el Desarrollo de Canarias S.A.89, titular de 30 acciones, que era una empresa participada por la Caja Insular de Ahorros de Canarias; y un conjunto de embotelladores canarios, a los que se les con-vence de la bondad de la empresa, sobre todo cuando cerró Vi-drieras de La Laguna y la dependencia de la oferta de botellas peninsular es total, aunque algunas empresas sigan realizando compras en Alemania y Bélgica principalmente. Los tres socios iniciales (Sical, Archipiélago y Aguas de Firgas, con 30, 18 y 16 acciones respectivamente), y nueve nuevas firmas más: Estable-cimientos Industriales Ahemón (15), Establecimientos Industria-les Añaza (15), Olsen Bebidas Gaseosas S.A. (12), Embotelladora Canaria (6), Destilerías Arehucas (6), la Cooperativa Canaria de Fabricantes de Aguardientes, Compuestos y Licores (C.O.C.A.L.) (4), Juan González García (4) y Eduardo Quintana González (4). Establecimientos Industriales Ahemón era una empresa de-dicada a la fabricación y distribución de bebidas refrescantes 88 El primer representante en las Juntas Generales fue Valentín Iglesias Lucas. 89 Sus representantes en la sociedad fueron Salvador González Rosales y Clemente López. La Caja Insular de Ahorros de Canarias tuvo un grupo de em-presas formado por P.R.O.T.U.C.A.S.A., V.I.C.O.N.S.A. y la citada C.O.M.D.E.C.A., que quebraron durante la crisis de la institución financiera entre 1974-1976. 579 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 33 (Pepsi Cola, Schweppes y Mirinda), así como de agua mineral de la marca Droper. Establecimientos Industriales Añaza, por su parte, era una firma de Santa Cruz de Tenerife ligada al empre-sario Arturo Escuder Croft, personaje con relaciones políticas y empresariales muy amplias. Olsen Bebidas Gaseosas S.A., era una entidad proveedora de bebidas y refrescos, con domicilio social en Tenerife (extinguida en 1996). En estos momentos es-tuvo representado por un empresario activo, José Luis Bardají Moreno. Embotelladora Canaria, representada por Octavio Juan Gómez, se dedicaba a la elaboración y distribución de bebidas refrescantes (Clipper). Destilerías Arehucas, que por aquel en-tonces era líder en el mercado de bebidas espirituosas, estuvo representada en la Junta General Extraordinaria de 30-10-1972, por su director general Rodolfo Martín Rodríguez. Cooperativa Canaria de Fabricantes de Aguardientes, Compuestos y Licores (C.O.C.A.L.), agrupaba a un conjunto de pequeños fabricantes de ron y aguardiente90. Juan González García, era el propietario de la industria Aguas de San Roque. Por último, Eduardo Quin-tana González, dirigía una industria consagrada a la elaboración de gaseosas, sifones, jarabe embotellado y el Orange Cruz, an-tecedente de la planta N.I.K., hoy desaparecida. En resumen, en su primera andadura, componían la socie-dad doce embotelladores canarios, un fabricante multinacional de vidrio hueco y una entidad financiera canaria (Caja Insu-lar de Ahorros de Canarias). Recordemos que según la informa-ción de la sociedad solamente quedó fuera el 15% de la deman-da de las Islas91. Como puede observarse la presencia de los embotelladores canarios, promotores de la idea, es dominante (65 % del capital social), representando V.I.C.A.S.A. la quinta parte del total y el resto la Caja Insular de Ahorros. No obstante, junto a V.I.C.A.S.A. y C.O.M.D.E.C.A., que son los socios principales, ocupaban un lugar relevante los socios fundadores, Sical, Aguas 90 Por estas fechas todavía no se había hecho cargo de la sociedad la fa-milia Martín Rodríguez, propietaria de Destilerías Arehucas, que lo haría ese mismo año. 91 El dato lo proporciona Vega Pereira a una pregunta en la Junta Gene-ral Ordinaria de 26-06-1975, de José Luis Bardají, representante de Olsen. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 580 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 34 de Firgas y Archipiélago. Efectivamente, si agrupamos sus ac-ciones la relevancia de este grupo es bastante mayor. El productor más importante del Archipiélago, todavía sin incorporar, era Compañía Cervecera Canaria (C.C.C.), cuya en-trada quedó prevista en la Junta General Extraordinaria de 11-01-1975, cuando abandonó el barco C.O.M.D.E.C.A. De las 30 acciones de esta sociedad se informó a la Junta que 26 serían transferidas a C.C.C. y 4 a José Manuel Domínguez, empresario que tenía en constitución una sociedad de embotellado de agua mineral. GRÁFICO 2 El incremento del capital social tuvo, además, como conse-cuencia inmediata, la ampliación del Consejo de administración que, de tres, pasó a estar constituido por siete miembros. Natu-ralmente se incorporaron al mismo los dos socios mayoritarios (Vidrieras de Castilla S.A. y Compañía para el Desarrollo de Ca-narias), junto a Establecimientos Industriales Añaza y Olsen Be-bidas Gaseosas. Este Consejo se mantuvo entre el 30-03-1973 y el 22-11-1976. 581 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 35 4.3.2. Estudios, proyectos y gestiones realizados para poner en marcha la fábrica 1972-1975 La puesta en marcha del nuevo establecimiento debía funda-mentarse en estudios de mercado que asegurasen la rentabilidad futura de la fábrica. En la capacidad financiera, que debía apo-yarse en los recursos aportados por las entidades participantes (embotelladores canarios, V.I.C.A.S.A., capital financiero y em-presas públicas principalmente), en la obtención de condiciones favorables por parte de la administración (localización indus-trial preferente que llevaba aparejadas las correspondientes ven-tajas fiscales), derivados del nuevo Régimen Económico y Fiscal (R.E.F. de 1972) y en la consecución de créditos blandos por parte de la instituciones oficiales (Banco de Crédito Industrial). Igualmente se sustentaba en convencer a Vidrieras de Castilla S.A. del interés en participar en la aventura de fabricar vidrio hueco en Canarias. Su presencia además significaba, de un lado la cobertura técnica (tanto en la creación del establecimiento, como en los procesos posteriores de la producción de botellas, GRÁFICO 3 SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 582 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 36 una vez puesta en marcha la fábrica) que los industriales cana-rios necesitaban; de otro, el aval ante la administración españo-la y las instituciones financieras de que la empresa sería una apuesta sólida. Debemos tener presente, además, la dificultad añadida en es-tos años, derivada de las circunstancias políticas (fin del Fran-quismo que suponía un cambio de los interlocutores políticos), y económico-sociales (crisis mundial del petróleo, que en las Islas derivó en crisis del sector inmobiliario y turístico y en un paro de dimensiones considerables). En la Junta General Extraordinaria de 30-03-1973 se presen-tó el estudio económico de viabilidad de la empresa, elaborado por el economista Palomino. En él se consideraba que los resul-tados de V.I.C.S.A. mejorarían en directa relación con el creci-miento de las industrias embotelladoras. La clave de la rentabi-lidad de la planta, dado su tamaño, pasaba por conseguir la exclusividad en el mercado canario. Por un lado, se trataba de abaratar la materia prima, apro-vechando al máximo el uso del vidrio recuperado (calcín) para su posterior refundición. De otro, conseguir el compromiso de compra de todos los asociados. En palabras de Arturo Escuder la «necesidad imperativa de que todos los socios de V.I.C.S.A. que sean consumidores de botellas se comprometan formal-mente con la sociedad a pasarle todos sus pedidos de botellas». La medida se justificaba por el posible dumping de otros pro-ductores de vidrio con el fin de hacer fracasar el nuevo esta-blecimiento. Esta política se apoyaba en el papel subsidiario que debía asumir Vidrieras de Castilla, circunstancia decisiva en su incorporación al proyecto. Efectivamente, en caso de ave-ría de las instalaciones canarias, los pedidos pendientes de realizarse tendrían preferencia en las otras fábricas en que V.I.C.A.S.A. fuese coparticipe. El Consejo de administración que-daba encargado de establecer las condiciones de este contrato de protección. En opinión de Vega Pereira el rendimiento previsto en el estudio inicial debía incrementarse, dos años después, en un 50 %, teniendo como variables fundamentales, las botellas retornables, las exportadas con sus productos por los embote- 583 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 37 lladores canarios y las botellas producidas para el mercado ex-terior. El escenario a considerar con la puesta en marcha de la futura planta debía centrarse en los dos primeros parámetros. Según Vega la oferta se modificaría en escalón (rendimientos constantes a escala), mientras que la demanda se ajustaría a una curva. El excedente de la oferta con relación al mercado canario debería ser exportado, con precios ventajosos con el fin de disminuir los costos y gastos generales. El Consejo de Admi-nistración, con el asesoramiento técnico de V.I.C.A.S.A. «con mucha experiencia en el montaje, instalaciones y puesta a pun-to de industrias similares establecidas en otros lugares del sue-lo español» —podemos leer en las Actas de la Sociedad— tenía realizado un estudio detallado de los gastos de inversión previs-tos y de los resultados comerciales de los primeros ejercicios en que la fábrica estuviese en funcionamiento, que auguraba la rentabilidad futura de la empresa92. En 1975, la voz autorizada del representante de V.I.C.A.S.A., esta vez un ejecutivo de la empresa, Valentín Iglesias Lucas —personaje decisivo en la primera andadura—, ponía el punto de realismo a los estudios económicos que los accionistas ha-bían manejado sobre la rentabilidad del proyecto, señalando que, en las circunstancias que atravesaba el mercado canario, el rendimiento económico de la fábrica sería, al principio, negati-vo. Debía esperarse al menos tres años para que los resultados favorables empezasen a acompañar a la nueva sociedad. Calculada una producción inicial de 22.000 toneladas netas anuales, la cifra de negocio durante el primer ejercicio de fun-cionamiento sería del orden de 16.500.000 ptas, que, en una proyección de tres ejercicios, se multiplicaría por 3,6, alcanzan-do los 60.000.000 de ptas. V.I.C.A.S.A. volvió a insistir, en aque-lla reunión, en la necesidad de controlar la totalidad del merca-do canario como condición imprescindible para comprometer su participación: «Continua el Sr. Iglesias examinando el problema económico para indicar que dependerá fundamentalmente de que la fábri-ca absorba el mercado canario en su totalidad. Por lo que con- 92 Junta General Ordinaria de 24-06-1974. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 584 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 38 viene precisar si efectivamente todos los clientes, o al menos los socios de Vidrieras Canarias están dispuestos a firmar un com-promiso de compra a Vidrieras Canarias S.A.»93. La singularidad de las circunstancias del Archipiélago le lle-vaba a afirmar la inviabilidad, al contrario, de la puesta en marcha de una nueva fábrica en territorio nacional. Cuáles eran esas circunstancias que llevarían a V.I.C.A.S.A. a comprometer-se en el proyecto canario. Ya lo hemos anunciado, el marco de protección a las actividades industriales del nuevo R.E.F., pues-to que, «A nivel nacional —señalaba Iglesias Lucas— nadie se lanzaría en el momento actual a construir una nueva fábrica, dados los excedentes que actualmente existen en fabricación». La ventaja principal para los fabricantes canarios, que to-davía dudaban de la conveniencia de la instalación de la fábri-ca —como demuestra la intervención de José Luis Bardají en la Junta General Ordinaria de 26-06-1975— se centraba en los de-rechos de entrada y en la estiba. A estas circunstancias favora-bles había que añadir los plazos de suministro flexibles y la pro-pia garantía del mismo. Uno de los aspectos fundamentales de esta primera andadu-ra de la empresa, en consecuencia, era conseguir de los organis-mos oficiales la incoación de expediente de industria de locali-zación preferente. El Plan General de Instalación de la Fábrica, una vez deci-dida la conveniencia de situarse en Telde, fue aprobado en Jun-ta General Extraordinaria de 11-12-1975, bajo la supervisión to-tal de Vidrieras Castellanas, autora de los informes técnicos y económicos. Como es notorio una de las condiciones principa-les del éxito futuro del negocio radica en un emplazamiento fa-vorable, que repercute de modo determinante en la estructura 93 Según testimonio de Lizardo Martell (Las Palmas 02-10-2009), este compromiso nunca llegó a suscribirse, aunque una parte de las empresas lo cumplió fielmente. 94 Desde los centros de producción a las plantas embotelladoras los en-vases se desplazan vacíos. Este aspecto supone desventajas con relación a en-vases sustitutivos. MARBELLA SÁNCHEZ (2006), p. 47. 585 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 39 de costes, principalmente de la mano de obra y el transporte94. Como ya hemos señalado en el primer anteproyecto se planteó la posibilidad de ubicar la planta industrial en el Polígono Mix-to de Arinaga, que entonces comenzaba su andadura. Hacia 1973 todavía se pensaba en el citado polígono, aunque se había abandonado la parcela inicialmente prevista. Parece ser que fue Valentín Iglesias Lucas el que desechó la opción de Arinaga por los inconvenientes que se derivaban de la cercanía al Aeropuerto de Gando95. La opción definitiva fue ubicar la Fábrica en Salinetas (Telde). Entre las ventajas que ofrecía la nueva parcela se esgri-mían por parte de la presidencia del Consejo de Administración, la posibilidad de utilización del puerto particular de la Compa-ñía Insular del Nitrógeno (C.I.N.S.A.), con el valor añadido de poder contar con un enlace directo por tubería para el suminis-tro de combustible, con los consiguientes ahorros en transpor-te (de energía y materia prima), e incrementos de la seguridad de las instalaciones. Igualmente se prefería esta localización por la disposición inmediata de energía eléctrica, así como el enla-ce con la red telefónica y de abastecimiento de agua; por la faci-lidad de acceso a la autopista del Sur, con conexión directa a todas las plantas embotelladoras; por la cercanía de viviendas y de mano de obra. No era una ventaja menor la posibilidad de obtener, en plazos razonables, los permisos correspondientes del Ayuntamiento de Telde. Pero, sobre todo, finalmente, la posibi-lidad de conseguir la parcela mediante la cesión del propietario a cambio de participaciones en la sociedad. El paso adelante de la puesta en marcha de la fábrica reci-bió un fuerte impulso en la importante alocución a la Junta General Ordinaria de 26-06-1975 por el representante en la so-ciedad de V.I.C.A.S.A.: «La decisión corresponde —planteará Iglesias— fundamental-mente a los socios compradores de envases. Si partimos del momento actual, puede considerarse que de aquí a final de año tendremos resueltos los problemas de permisos, redacción del 95 Testimonio de Lizardo Martell (Las Palmas 02-10-2009). Junta Gene-ral Ordinaria de 26-06-1975. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 586 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 40 proyecto, petición de ofertas, etc., y que hace falta un año para la construcción de la fábrica y montaje de maquinaria, lo cual nos conduce a primeros de enero de 1977». Durante el ejercicio de 1976 es cuando realmente el proyec-to se convirtió en realidad. La sociedad adquirió un perfil di-ferente, menos local, con las incorporaciones del Banco de Fomento, E.N.D.I.A.S.A. y S.O.D.I.C.A.N. Las aportaciones no dinerarias de capital permitieron contar con una parcela en el Polígono de Salinetas. Las gestiones realizadas en Madrid por el Consejo de Administración con el apoyo de los ejecutivos prin-cipales de Vidrieras Castellanas (1976) tuvieron como resultado la obtención de un crédito tres veces superior al capital escri-turado hasta ese momento por la sociedad. Finalmente, se puso en marcha la obra con serias dificultades por la quiebra de C.O.M.A.S.A. (sociedad de la familia Castillo), la empresa cons-tructora, con la consiguiente elevación del coste de la misma. En junio de 1978 la fábrica quedaría inaugurada oficialmente. Como recordaría Vega Pereira, en el momento abrirse ofi-cialmente la fábrica, en junio de 1978: «Cubrir los capitales necesarios ha sido posible gracias a los recursos de la Banca, tanto oficial, através del Banco de Crédito Industrial, como privada, por medio del Banco de Fomento, los cuales han tenido fe y confianza en los promotores de las islas y en Cristalería Española, así como a la incorporación del INI en la última fase, a través de sus empresas Endiasa y Sodican que participan con un 14 por ciento del capital. Todos ellos son merecedores de nuestro mayor reconocimiento y acreedores a la consideración de favorecedores del verdadero desarrollo de nuestra región»96. Entre la primera piedra y el encendido del horno apenas transcurrió un año. Durante ese breve período de tiempo se in-tentó aplicar al nuevo establecimiento «las más modernas técni-cas del ramo», y tener la máxima rapidez para solventar los problemas que una obra de este tipo traía consigo. «Esta rapidez de ejecución —según el discurso de inaugura-ción de la Fábrica de Vega Pereira— atravesando un periodo de 96 El Eco de Canarias (20-06-1978). 587 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 41 crisis que ha afectado muy desfavorablemente a proveedores y a constructoras, se ha logrado únicamente gracias a los esfuer-zos y la entrega de un equipo de hombres de gran experiencia y que se «han sentido vinculados a Canarias y a nuestros proble-mas por unos sentimientos que han ido más allá y han supera-do con mucho sus estrictas obligaciones profesionales»97. CONCLUSIONES 1.ª A lo largo de la historia económica contemporánea de Canarias, y heredera del pensamiento ilustrado local represen-tado en la Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, ha estado presente la que hemos denominado «Ideología Indus-trializadora », que ha tratado de llevar a la práctica los proyec-tos de industrialización considerados fundamentales para sacar a las islas del atraso y el subdesarrollo. Intelectuales, emprende-dores, políticos y académicos, han reclamado a lo largo de es-tos años una apuesta por un decidido desarrollo industrial, del que Vidrieras Canarias, S.A. es un buen ejemplo. GRÁFICO 4 97 El Eco de Canarias (20-06-1978). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 588 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 42 2.ª Sin embargo, la debilidad del tejido industrial preexis-tente, reducido a la industria agroalimentaria y a las pesquerías y conservas de pescado, y algunos ejemplos aislados de indus-tria naval y una incipiente industria tabaquera entre los siglos XIX y primera mitad del XX, convirtieron el sector industrial canario en una actividad de carácter residual con un escaso peso en la formación del Producto Interior Bruto canario. 3.ª En la historiografía económica canaria se señala a las Franquicias Aduaneras y Fiscales, de las que gozan las islas desde su conquista y colonización, junto a la escasez de recur-sos naturales, agua y energía, como los factores explicativos de la nula o casi inexistente actividad industrial en Canarias hasta el último cuarto del pasado siglo. Pero a una idea tan simple y esquemática hay que contraponer la realidad de los hechos. Pese a las Franquicias, siempre se defendió la posibilidad de establecer actividades protegidas por barreras exteriores, como lo confirma el caso del tabaco, el alcohol y en la actualidad, diferentes actividades industriales. 4.ª Solo era necesario un fuerte impulso estructural, una transformación profunda de una economía agraria y una socie-dad rural como era la canaria hasta la posguerra de la Primera Guerra Mundial, y en una segunda oleada durante el tardo franquismo, convirtiéndose en una sociedad urbana y con un espectacular crecimiento de los servicios productivos (puertos, aeropuertos, transportes, comercio, turismo, seguros, finanzas, etc.) para confirmar las posibilidades de un desarrollo indus-trial, limitado pero sostenible dentro de un marco institucional adecuado. 5.ª En efecto, sucesivas reformas de las instituciones econó-mico- fiscales canarias a partir de principios del pasado siglo (Ley de Puertos Francos de 1900, Ley de Cabildos Insulares de 1912, Leyes de Régimen Económico-Fiscal de 1972, 1991 y 1994) confirmaron, junto al poderoso impulso de la actividad turística a partir del último tercio del siglo XX, que era posible y conveniente para la estabilidad macroeconómica de las islas, 589 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 43 desarrollar actividades industriales, no solo manufactureras sino que también se podían poner en marcha industrias básicas como el vidrio. 6.ª Los factores de estrangulamiento de las iniciativas in-dustriales, tanto en el pasado, como en la actualidad, proceden ante todo de dos hechos: la baja calidad del capital humano, con niveles de productividad inferiores a la media nacional, y la es-casez de recursos de capital en la historia de esta economía. A los que hay que añadir la fragmentación del mercado interno y su pequeña dimensión. 7.ª Se constata así mismo la ausencia de una verdadera «cultura empresarial» que solamente comienza a despuntar a fines del pasado siglo, pese a algunos ejemplos importantes de emprendedores, que ensayaron iniciativas de gran interés en la industria agroalimentaria (azúcar, licores, tabaco) y fracasaron por no disponer de marcos institucionales adecuados. 8.ª En la segunda mitad del pasado siglo, a las ideas expre-sadas de la «industrialización posible», se va a sumar la Teoría del Desarrollo Económico impulsada desde la CEPAL98 para concretarse en numerosos «Estudios de Industrialización» de Canarias, impulsados desde organismos insulares e internacio-nales, que aportaron ideas de gran interés, dentro de las limita-das posibilidades de las islas. 9ª. La difícil relación entre Canarias y la Administración Central, mantenida en permanente tensión por las reivindicacio-nes insulares, al hilo de la reclamación de un mayor esfuerzo del gasto público nacional, para resolver los déficits históricos, se vio especialmente agravada por el debate de integración eu-ropeo, en el contexto de la grave crisis económica internacional del Petróleo y sus sucesivas secuelas, que no ha podido concluir-se satisfactoriamente todavía. Testigo de esas dificultades ha sido el proyecto industrial de Vidrieras Canarias, S.A. pues, a pesar de disponer del instrumento de protección exterior que 98 Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidas. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 590 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 44 significa el AIEM, el horizonte del año 2013, fecha de revisión de las especificidades canarias en la Unión, se presenta lleno de incertidumbres. BIBLIOGRAFÍA ALCAIDE INCHAUSTI, J. (1995). «Canarias: una región singular en continuo desa-rrollo », en Papeles de Economía Española, núm. 15, Madrid: FIES, pp. 3-29. ALONSO LUENGO, F. (1942). La Guerra y la economía canaria. Madrid: Publica-ciones del Ministerio de Industria y Comercio. BERGASA PERDOMO, Ó. (1978). «La política de desarrollo industrial en Canarias», en Información Comercial Española, núm. 543, pp. 64-69. BERGASA PERDOMO, Ó. y GONZÁLEZ VIÉITEZ, A. (1969). Desarrollo y subdesarrollo de la economía canaria. Madrid: Guadiana. BERGASA PERDOMO, Ó. y GONZÁLEZ VIÉITEZ, A. (1972). «Canarias, la industrializa-ción posible», en Economía Industrial, núm. 77, pp. 73-78. BERGASA PERDOMO, Ó. y HERNÁNDEZ CREUS, V. (1971). Estimación de una función Cobb-Douglas de la Industria Canaria. Las Palmas de Gran Canaria: CIES. BERNAL, A. M. (1981). «En torno al hecho económico diferencial canario», en Canarias ante el Cambio. I Jornadas de Estudios de economía canaria. San-ta Cruz de Tenerife. BOBROWSKI, J. y otros (1968). Estudio sobre posibilidades de industrialización en la provincia de Las Palmas. Patrocinado por Colegio de Ingenieros Indus-triales y el Cabildo Insular de Gran Canaria. C.O.M.D.E.C.A. (1973). Industrialización en Las Palmas. Marco. Legislación. Po-sibilidades. Madrid: Compañía para el desarrollo de Canarias S.A. DÍAZ BENÍTEZ, J. J. (2008). Anglofilia y autarquía en Canarias durante la II Gue-rra Mundial. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea. DÍAZ LLANOS, R. (1953). Síntesis de la economía de Canarias. La Coruña: Lito-grafía e Imprenta Roel. ESPINO ROMERO, R. (1990). El fondo de previsión para inversiones y el régimen especial de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: CIES. GONZÁLEZ, A. G. (1987), «Empresarios de Las Palmas analizan la nueva situa-ción económica», en La Provincia. GONZÁLEZ, B. y DÁVILA, D. (1995). «Un análisis dinámico y caracterizador de la industria canaria», en Papeles de Economía Española, núm. 15. Madrid: FIES, pp. 151-161. GONZÁLEZ VIÉITEZ, A. (2002). «El modelo económico canario», en MIRANDA CALDERÍN, S. (ed.), Canarias, S. XX. De la emigración a la inmigración. Un análisis económico. Las Palmas de Gran Canaria: Real Sociedad Económi-ca de Amigos del País. HARDISSON, J. (1979). «Breve reseña de la historia de la política de industriali-zación de Canarias» y «Estructura del sector industrial en Canarias», en In-forme EDEIC, pp. 45-59. 591 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 45 HERNÁNDEZ TORRES, S. (2003). El espacio industrial en Canarias. El tejido empre-sarial y el territorio en las áreas insulares. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Tesis Doctoral. Informe (2010). ———— ms. sobre Vidriera y Cerámica Canariense Sociedad Anónima de La Laguna (Tenerife). LUXÁN MELÉNDEZ, S. de (coord.) (2004). Los Puertos Francos de Canarias. Cien-to cincuenta años de Historia. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de (2006). La opción agrícola e industrial del tabaco en Ca-narias. Una perspectiva institucional. Los orígenes, 1827-1936. Las Palmas de Gran Canaria: Proexca y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y BERGASA PERDOMO, Ó. (2001). «Un experimento fallido de industrialización. Trapiches y fábricas de azúcar en Canarias 1875-1933», en Revista de Estudios Regionales, tomo II, núm. 60, pp. 45-79. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y BERGASA PERDOMO, Ó. (2004). «Puertos Francos e Indus-trialización en Canarias. Un debate abierto: el caso de la producción azuca-rera en 1884-1892», en Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 50. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, pp. 625-672. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y BERGASA PERDOMO, Ó. (2010). Destilerías Arehucas. La industria alcoholera en Canarias 1940-2010. Madrid: Destilerías Arehucas. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y QUESADA GONZÁLEZ (2005). La industria cervecera en Canarias. Desarrollo y evolución de la marca Tropical 1924-1993. Madrid: Ediciones del Umbral. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y SOLBES FERRI, S. (1998). «El factor histórico en la con-figuración de la empresa industrial en Canarias», en Revista de Estudios Regionales, núm. 50, pp. 187-220. LUXÁN MELÉNDEZ, S. y VIÑA BRITO, A. (dirs.) (2009). La empresa azucarera en Canarias. Siglos XV-XX. Sevilla: Destilerías Arehucas y Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. MACÍAS HERNÁNDEZ, A. (2001). «Canarias una economía insular y atlántica», en GERMÁN, LLOPIS, MALUQUER DE MOTES y ZAPATA (eds.). Historia Económica re-gional de España (siglos XIX y XX). Barcelona: Crítica, pp. 476-506. MACÍAS HERNÁNDEZ, A. y RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (1995). «La economía contem-poránea 1820-1990», en Historia de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, pp. 371-430. MARBELLA SÁNCEHZ, E. (2006). «Reconfiguración de la industria española de en-vases de vidrio: estructura y estrategia», en Universia Busines Review (cuar-to trimestre 2006), pp. 36-49. MÉNDEZ GUTIÉRREZ DEL VALLE, R. (1995). «Industria en Canarias: la crisis de un modelo sustitutivo de importaciones», en BOSQUE, J. y MÉNDEZ, R. (coords.), Cambio industrial y desarrollo regional en España. Barcelona: Oikos-Tau, pp. 525-546. MIRANDA GUERRA, J. (1975). «Estudio geográfico económico de la isla de Gran Canaria», en Los Puertos Francos y otros estudio. Madrid: Herederos de J. Miranda. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 592 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 46 MORENO FERNÁNDEZ, J. I. (2007). «La autonomía de las regiones y el Derecho Comunitario: los beneficios fiscales autonómicos como potenciales ayudas de Estado contrarias al Mercado Común», en Estudios en Homenaje al pro-fesor Peraza de Ayala. MURPHY y MEADE, J. de (1996 [1821]). Breves reflexiones sobre los nuevos aran-celes de aduanas [...] en su aplicación de las Islas Canarias. Madrid: Oficina de Don Francisco Martínez Dávila, Impresor de Cámara de SM. Reedición del Cabildo Insular de Gran Canaria: Edición, prólogo y notas de Guimerá Peraza. NADAL OLLER, J. (1987). «La industria fabril española en 1900. Una aproxima-ción », en NADAL OLLER, CARRERAS y SUDRIA (comps.). La economía española en el siglo XX. Una perspectiva histórica. Barcelona: Ariel, pp. 23-61. NADAL OLLER, J. y CARRERAS, A. (dirs.) (1990). Pautas regionales de la industria-lización española (siglos XIX-XX). Barcelona: Ariel. NÚÑEZ RUANO (1985). «La empresa industrial», en Geografía de Canarias, núm. 6, Santa Cruz de Tenerife: Universidad de La Laguna, pp. 107-113. ORAMAS, F. (1986). «Problemática de la industria en Canarias», en V Jornadas de Estudios Económicos Canarios. Santa Cruz de Tenerife: Universidad de La Laguna, pp. 117-127. PAREJO, A. (2001). «Industrialización, desindustrialización y nueva industriali-zación de las regiones españolas (1950-2000). Un enfoque desde la historia económica», en Revista de Historia Industrial, núms. 19-20, pp. 15-75. RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (1983). «Economía, 1936-1979», en Canarias. Siglo XX. Las Palmas de Gran Canaria: Edirca. RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ DE ACUÑA, F. (1978). «Una muestra de la planificación indicativa del franquismo. Los planes de de desarrollo para Canarias», en Información Comercial Española, núm. 543, pp. 54-63. RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ DE ACUÑA, F. (2004). Los Planes de Desarrollo en Canarias 1964-1976. Idoneidad, Aportaciones y Cumplimiento. Santa Cruz de Tene-rife: Ediciones Idea. RUS, G., GONZÁLEZ, M. y TRUJILLO, L. (1998). Capitalización y crecimiento de la economía canaria 1955-1996. Madrid: Fundación BBV. SUÁREZ BOSA, M. (1996). Recuperación y crisis de la economía canaria (1920- 1936). Santa Cruz de Tenerife: Editorial Benchomo.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Las dificultades de industrialización en Canarias en los años setenta del siglo XX. Un ejemplo: el proceso de creación de la industria del vidrio hueco / The difficulties of industralisation in the Canary Islands in the Nineteen Seventies. |
Autor principal | Luxán Meléndez, Santiago de ; Bergasa Perdomo, Óscar |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 58 |
Sección | Artículos |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2012 |
Páginas | pp. 547-592 |
Materias | Canarias ; Historia |
Enlaces relacionados | Página web de la revista: http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/issue/archive |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 232861 Bytes |
Texto | 547 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA DEL SIGLO XX. UN EJEMPLO: EL PROCESO DE CREACIÓN DE LA INDUSTRIA DEL VIDRIO HUECO THE DIFFICULTIES OF INDUSTRIALISATION IN THE CANARY ISLANDS IN THE NINETEEN SEVENTIES. ONE EXAMPLE: THE BOTTLE AND JAR-MAKING INDUSTRY Santiago de Luxán Meléndez* Óscar Bergasa Perdomo** (Grupo de Investigación de la U.L.P.G.C. «G9 Historia, Economía y Sociedad») Recibido: 24 de mayo de 2011 Aceptado: 27 de junio de 2011 * Catedrático de Historia e Instituciones Económicas. Departamento de Ciencias Históricas. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. C/ Pérez del Toro, 1. 35003. Las Palmas de Gran Canaria. España. Teléfono: +34 928 45 82 51; correo electrónico: sluxan@dch.ulpgc.es ** Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Las Pal-mas de Gran Canaria, jubilado. Miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria. Avda. José Mesa y López, 9, 7.º D, 35006. Las Palmas de Gran Canaria; correo electrónico: obperdomo@gmail.com Resumen: El trabajo que presenta-mos tiene como objetivo fundamen-tal explicar las condiciones en las que se crea, en el Archipiélago ca-nario, la empresa Vidrieras Canarias S.A. con el objetivo de fabricar vi- Abstract: The main purpose of this article is to describe the circums-tances that led to the creation of Vidrieras Canarias S.A, designed to produce bottles and jars in the Ni-neteen Seventies. The company was SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 548 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 2 Este artículo quiere ser un homenaje por parte de los autores al fundador del Anuario y gran animador de la historiografía canaria en su marco atlántico D. Antonio Rumeu de Armas. El trabajo que presentamos tiene como objetivo fundamen-tal explicar las condiciones en las que se crea, en el Archipiéla-go canario, la empresa Vidrieras Canarias S.A. con el objetivo de fabricar vidrio hueco (botellas y tarros), durante la década de los setenta del siglo pasado. La nueva sociedad se constituye en 1972, pero tenemos que esperar seis largos años (1972-1978) para que el horno empiece a funcionar y salgan al mercado los envases del nuevo establecimiento. Deben buscarse razones, tanto de índole externa, como espe-cíficas de la empresa en su período de gestación, para poder explicar este largo intervalo. No debemos olvidar que al inicio de los años setenta, la situación política mundial se complica con el conflicto árabe-israelí (Guerra del Yonkipur) de 1972, del que se deriva el incremento del precio del petróleo y el comien-zo de una crisis económica mundial de gran impacto. En nues-tro país, el régimen político de Franco, con el asesinato de Ca-rrero Blanco (1973) y la enfermedad del Jefe del Estado, entra en una etapa de incertidumbre en la que los acontecimientos drio hueco (botellas y tarros), du-rante la década de los setenta del siglo pasado. La nueva sociedad se constituye en 1972, pero tenemos que esperar seis largos años (1972- 1978) para que el horno empiece a funcionar y salgan al mercado los envases del nuevo establecimiento. Nos preguntamos a continuación sobre la responsabilidad del marco institucional en esa estructura eco-nómica sin industria. Palabras clave: Vidrio hueco, in-dustrialización, marco institucional canario. founded in 1972, but had to wait six years (1972-1978) for the kiln to be set up and the first bottles and jars to leave the establishment. We ana-lyse to what extent the institutional framework has borne an influence on said economic structure. Key words: Glass, industrializa-tion, institutional framework in the Canary Islands. 549 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 3 políticos se precipitan con la muerte del propio Franco y en Ca-narias con la pérdida del Sáhara Occidental como consecuencia de la Marcha Verde promovida por el rey de Marruecos. Ha comenzado la Transición Democrática. Todas estas circunstan-cias fueron acompañadas por un clima de inestabilidad social y de intensa agitación obrera como respuesta a la crisis. Es lógi-co considerar que, en este ambiente, resultaba muy difícil con-seguir la atención y el apoyo de los estamentos oficiales y al mismo tiempo, todos los trámites y procesos de puesta en mar-cha de una iniciativa industrial compleja como esta, se veían afectadas por importantes retrasos. En clave interna hay que añadir otro tipo de argumentos igualmente importantes. Por un lado, el mercado del vidrio en Canarias cambia de protagonistas, cuando el único productor de envases en esas fechas, Vidriera y Cerámica Canariense So-ciedad Anónima de La Laguna (Tenerife), cierra sus puertas (en-tre 1968-1972)1. Las Islas, hasta ese momento, habían sido un mercado marginal abastecido en parte desde la Península, pero también por otros países de la Comunidad Europea (Alemania, Bélgica, etc.). El ensanchamiento del mercado con el despertar del turis-mo, la cercanía de África, junto a la desaparición del único ofe-rente de vidrio insular, creaba un nuevo escenario que había que intentar controlar por parte de las grandes empresas del sector que, en esos años, también empezaban a tomar nuevas posicio-nes en el mercado nacional. Como tendremos ocasión de ver, los principales embotelladores insulares valoraron todas estas cir-cunstancias, pero especialmente los instrumentos económicos y fiscales que ofrecía el nuevo ordenamiento de Canarias (R.E.F.) aprobado en 1972 en las postrimerías del Franquismo, y las posibilidades de contar con el apoyo económico y técnico, como el que podía representar asociarse con una gran multinacional, que estuviese dispuesta a instalarse en el archipiélago. Se tuvo que dar entonces una doble circunstancia. De un lado, que el 1 Archivo del Registro Mercantil y de Bienes Muebles de Santa Cruz de Tenerife (t. 36 del Libro de Sociedades), Informe de la Junta Económica Interprovincial de 1971 (publicado en 1974), y otros informes. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 550 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 4 empresariado canario estuviese dispuesto a armonizar sus inte-reses, llegando a acuerdos estratégicos, que se plasmasen en la creación de una empresa común. De otro, que fueran capaces de traspasar las fronteras y barreras insulares y consiguiesen integrar en este proyecto, siendo más ambiciosos, a una empre-sa transnacional. 1. LA EXISTENCIA DE UN DÉBIL TEJIDO INDUSTRIAL EN EL ARCHIPIÉLAGO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Las dificultades que se ofrecieron en Canarias para el desa-rrollo de un proceso industrializador durante los siglos XIX y XX han sido definidas por la historiografía isleña, en términos de «imposible industrialización» o, de una manera más matiza-da, de crecimiento económico sin industria2. No debemos olvi-dar que en el largo camino recorrido entre 1850-1950, Canarias siempre estuvo a la cola de la industrialización española, tanto en % sobre el V.A.B. industrial de la economía nacional, como en intensidad industrial, si bien a comienzos de la segunda par-te del siglo XX dejó la última plaza, mejorando en capacidad in-dustrial3. En el período que más nos preocupa en esta entrega, entre 1960 y la década de los ochenta, la economía de las Islas, como el conjunto de la economía nacional, experimentó una profunda modificación estructural, que basculó sobre el sector servicios, y una fuerte especialización en turismo, construcción y transportes4. El resultado más visible de este crecimiento liderado por el turismo fue un aumento del nivel de vida y una reasignación de la población activa a empleos con salarios más elevados, y sobre todo un acelerado proceso de urbanización, que no olvidemos se inició a fines del siglo XIX, junto con la expansión de la actividad portuaria. 2 BERGASA y GONZÁLEZ VIÉITEZ (1969) y BERNAL (1981). 3 NADAL OLLER (1987), pp. 23-61; NADAL OLLER y CARRERAS (1990), pp. 23- 61; PAREJO (2001), pp. 15-75; un planteamiento de esta cuestión, aplicado a la historia de Canarias, en LUXÁN MELÉNDEZ y SOLBES FERRI (1998), pp. 187-220. 4 Una buena presentación de esta etapa en MACÍAS HERNÁNDEZ y RODRÍ- GUEZ MARTÍN (1995). 551 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 5 GRÁFICO 1 Distribución sectorial del V.A.B. y del empleo en porcentaje FUENTE: FIES y COCIN. Como han señalado economistas e historiadores, y confir-man los datos anteriores, la escasa relevancia de la actividad in-dustrial no puede ser considerada sinónimo de atraso5. El sec-tor manufacturero insular ocupa un lugar necesariamente modesto, desde luego con relación a los valores nacionales, y también respecto a la economía insular, aunque en este caso su participación no deja de tener importancia. En la estructura regional histórica de la industrialización española, Canarias, junto a otras regiones, experimentó un ligero incremento en su participación en el V.A.B. industrial (de 1,18 % en 1950 a 1,76% en 2000), bastante menos significativo en el empleo industrial (de 1,44 % a 1,58 %), pero apenas modificó el indicador de la in-tensidad industrial (V.A.B. industrial/h con relación al total na- 5 PAREJO (2001), p. 37. Cf. especialmente MACÍAS HERNÁNDEZ (2001), pp. 476-506. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 552 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 6 cional) que era de 0,41 (1950) y se sitúa en 0,43 (2000)6. Es pre-ciso señalar que, en el punto de partida, las características de la mano de obra canaria, y su bajísima productividad, no facilita-ban en absoluto la implantación de la industria. Los análisis realizados en 1969 sobre la productividad total de los factores (Función de producción Cobb-Douglas para la industria cana-ria) demostraron que la mano de obra aportaba menos del 0,25 % de la productividad. Esta dependía básicamente de la continua inversión en capital7. CUADRO 1 Empresas de mayor facturación y empleo en Canarias (1995-1996) en miles de ptas. FUENTE: COCIN de Las Palmas. Sectores N.º Facturación % total Empleo % total Fact/empleo Agro comercial 1 7.681 1,32 5.561 24,14 1,38 Industrial 13 237.203 40,87 8.448 36,68 28,08 Comercio 20 236.133,50 40,69 4.489 19,49 52,6 Servicios 9 99.308,50 17,11 4.536 19,69 21,89 Total 43 580.326 100 23.034 100 25,19 2. EL MARCO DE LOS PUERTOS FRANCOS Y LA INDUSTRIALIZACIÓN DE CANARIAS Tradicionalmente se ha señalado, que la carencia de ma-terias primas, de recursos energéticos y de agua, la falta de tradición empresarial —en palabras de Miranda Guerra, de «ini-ciativa y cultura industrial»8—, explicaban las insuficiencias in-dustriales de las Islas. Del mismo modo, se ha resaltado la fuer-te incidencia de los intereses foráneos antes de la segunda mitad del siglo XX. Serán, de modo principal, hombres de negocios extranjeros, al amparo de la actividad portuaria, los que intro- 6 PAREJO (2001), pp. 33-37. 7 BERGASA PERDOMO y HERNÁNDEZ CREUS (1971). 8 MIRANDA GUERRA (1975). 553 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 7 duzcan las formas de organización empresarial modernas en el territorio isleño. No debemos olvidar, sin embargo, la presencia histórica de algunos importantes empresarios de la tierra, como Juan Rodríguez González9, u otros, como Alfonso Gourié (1810- 1890)10 de padre francés, canario de primera generación, o An-drés Mejías, creador de la firma Pastas «La Isleña» en Arucas, que como Gourié obtendría el reconocimiento de proveedor de la Casa Real. A estas razones se añaden la singularidad del mercado cana-rio, caracterizado por la escasa dimensión del mismo (debilidad de la demanda interna), la compartimentación insular, con los consabidos problemas de distribución, y de modo muy sobresa-liente, la lejanía del mercado nacional y europeo (renta de situa-ción negativa)11, con los elevados costes del transporte subsi-guientes y las incertidumbres de los grandes desplazamientos. La fragmentación del territorio iba más allá de la división en siete islas, puesto que de la complejidad añadida al régimen de Puertos Francos, por la creación de los Cabildos Insulares en 1912, se derivaba la existencia de barreras fiscales insulares, vigentes hasta la aprobación de la Ley de Régimen Económico Fiscal (R.E.F.) de 1972. Efectivamente «imponían un sistema de arbitrios de entrada y salida de mercancías del espacio insular, que constituían en la práctica un impuesto en “cascada” sobre los productos introducidos en el Archipiélago»12. Para el Informe de la Consultoría Bobrowski (1968), la supre-sión de los derechos de consumo ad valorem de los Cabildos en el comercio entre las islas era absolutamente esencial13. Lo mis-mo podía decirse del comercio con las provincias africanas es-pañolas y de los intercambios con la Península. La modificación de las leyes existentes en cuanto al libre movimiento de mercan-cías entre el archipiélago y la Península se veía como imprescin-dible, en 1968, por ejemplo, si se quería fomentar la industria-lización insular. 9 LUXÁN MELÉNDEZ y VIÑA BRITO (2009), pp. 311-313. 10 LUXÁN MELÉNDEZ y VIÑA BRITO (2009), pp. 308-310. 11 MÉNDEZ GUTIÉRREZ DEL VALLE (1995), p. 527. 12 BERGASA PERDOMO (1978), p. 65. 13 BOBROWSKI (1968), p. 77. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 554 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 8 Estas claras desventajas para la industrialización solo podían contrarrestarse por la «situación geográfica de las Islas» (Renta de situación positiva), argumento que sigue repitiéndose y, so-bre todo, con una cartera más o menos amplia de beneficios fiscales y económicos. Es decir, por una política industrial que incentivase la actividad del sector. Una política, en suma, de ordenación del suelo que aprovechara y potenciara las zonas aptas para la localización industrial. El sector público debía involucrarse, además, en el suministro de energía eléctrica en cantidad y precios adecuados, en el abastecimiento de agua para usos industriales, en la construcción de carreteras y acce-sos a zonas industriales y en la ampliación de los puertos (crea-ción de infraestructuras). El discurso histórico ceñido al mundo contemporáneo, ha ten-dido a considerar, con mayor o menor rotundidad, que el marco institucional que se inaugura con el decreto de Puertos Francos de Bravo Murillo, en 185214, significó apostar por la apertura al exte-rior de la economía como modelo de crecimiento, aunque con algunas concesiones al proteccionismo, así como la posibilidad de entrada de productos canarios en el mercado peninsular. Esta decisión política habría tenido como consecuencia el haber dificul-tado sobremanera e, incluso, hecho desaparecer las escasas posi-bilidades de industrialización de las islas. La historiografía económica canaria ha exhibido, no obs-tante, una interpretación menos contundente, que reclama el re-conocimiento de un mayor grado de iniciativa entre los empre-sarios canarios y/o extranjeros, que ensayaron fórmulas de promoción de la industria insular, dentro de una dinámica de crecimiento, que el marco legal y la expansión portuaria posibi-litaron durante la Segunda Revolución Industrial y la primera Globalización de la economía mundial (1870-1914). Se ha insis-tido, además, en que el proteccionismo inmediatamente ante-rior a 1852, al que abiertamente se opusieron los canarios, tam-poco habría generado más que una pobrísima actividad fabril, creando una situación de estrangulamiento para la economía 14 Una revisión del Real Decreto de Puertos Francos, en LUXÁN ME-LÉNDEZ y BERGASA PERDOMO (2004). 555 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 9 del Archipiélago. Puede ser aducido, como ejemplo de reflexión temprana, en este sentido, las Breves reflexiones sobre los nuevos aranceles de aduanas (Madrid, 1821) del que fue diputado del Trienio Liberal J. Murphy y Meade. No sólo enunciaba la viabi-lidad de la agricultura de exportación, entonces vino y barrilla, que la protección sofocaba, sino que también auguraba que, en un marco más abierto: «tampoco sería imposible el estableci-miento de algunas fábricas que ahora no hay, ni la mejora de algunas que existen»15. La salida a la crisis de la grana (cochinilla), a fines de la década de los setenta del siglo XIX, se saldaría con el despun-tar de la industria azucarera16 y de las labores del tabaco17. La primera, generó unas enormes expectativas y consiguió hacerse un pequeño hueco, durante algunos años, en el mercado nacio-nal. Los cambios del azúcar de caña al de remolacha en el mer-cado mundial y en la península, junto al enorme potencial de la nueva oferta exportadora canaria (plátanos y tomates de modo sustancial), ahogaron esta posibilidad. Como hemos puesto de manifiesto en otro trabajo, la industria alcoholera tardaría toda-vía muchos años, pese al régimen moderadamente protector que se trataba de instaurar con la Ley de Reforma de los Puertos Francos de 1900 y el arancel discriminatorio a favor de la pro-ducción local de los cabildos, en hacerse un sitio en la estruc-tura productiva de Canarias, en sustitución de la elaboración de azúcar de caña18. La experiencia tabaquera, iniciada con el desestanco del tabaco, por el Real Decreto de Puertos Francos de 1852, no abrió tampoco, de modo real, el mercado nacional a los fabricantes canarios hasta 1921-1922. Los años de la Dic-tadura de Primo de Rivera y de la Segunda República deben ser contemplados, entonces, como los de la auténtica creación de la industria tabaquera canaria, que llegó a convertirse en una es-pecialización regional de las Islas19. 15 MURPHY y MEADE (1996 [1821]), pp. 50-51. 16 LUXÁN MELÉNDEZ y BERGASA PERDOMO (2001 y 2004) y LUXÁN MELÉN-DEZ y VIÑA BRITO (2009). 17 LUXÁN MELÉNDEZ (2006). 18 LUXÁN MELÉNDEZ y BERGASA PERDOMO (2010). 19 LUXÁN MELÉNDEZ (2006), pp. 187-260. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 556 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 10 3. LA NECESIDAD DE AUNAR LA PROTECCIÓN CON LAS FRANQUICIAS. EL DISCURSO INDUSTRIALIZADOR Los problemas institucionales han sido también el argumen-to esgrimido por el empresariado industrial canario al referirse a las dificultades de la industria isleña. El escaso desarrollo del sector, del que estamos hablando, se habría producido, por tan-to, en un marco hostil a su desenvolvimiento. Puede ser un buen botón de muestra, por ejemplo, la interpretación asumida por F. Oramas Tolosa, como Presidente Regional de A.S.I.N.C.A. (Asociación de Industriales Canarios), en su intervención en las V Jornadas de Estudios Económicos Canarios, dedicados a la in-dustria, en 198420. Unos años después, en 1987, cuando la inte-gración en la Comunidad Europea deje en entredicho la Tarifa Especial, sorprende la reflexión positiva sobre el desarrollo in-dustrial de las Islas por parte algunos empresarios: «Nosotros los industriales —expone Lizardo Martell en nombre de A.S.I.N.C.A.— reconocíamos que la situación geográfica de las Islas aconsejaba un desarrollo del sector terciario con lo que éste quedó concebido como sector prioritario de la economía. Pero esto no les concedía la exclusividad. También existía la po-sibilidad de establecer aquí determinadas industrias a las que había que proteger, pero no en un sentido proteccionista clásico, sino ante los ataques del exterior, de situaciones de precios de dumping o de subvenciones. Nosotros demostramos que esas in-dustrias eran tan competitivas como las existentes en cualquier otro sitio, porque contábamos con materias primas a precios adecuados, la instalación era moderna, el personal capacitado. Pero, claro, ¿qué sucede? Nos encontrábamos con una compe-tencia de empresas subvencionadas, algunas del Instituto Nacio-nal de Industria (I.N.I.) que, contando a veces con menor capa-cidad productiva copaban el mercado»21. Desde la perspectiva de los empresarios, hombres de nego-cios y estudiosos de la economía isleña, en el transcurso del si- 20 A.S.I.N.C.A. agrupaba, por aquellas fechas, a 177 empresas del sector con una facturación anual superior a los 13.000 millones de ptas y 15.000 empleos. 21 GONZÁLEZ (1987). 557 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 11 glo anterior, podemos reconocer cuatro momentos en los que parece existir una conciencia común de la necesidad de dar un impulso mayor para el sector industrial en el Archipiélago. En primer lugar, durante el período posterior a la Primera Guerra Mundial, incluyendo los años que siguen a la crisis internacio-nal de 1929. En segundo lugar, de un modo, ciertamente más desdibujado, durante el Primer Franquismo. Quizá, en tercer lugar, en los años de gran crecimiento de los servicios, que tuvo lugar a partir de los años sesenta, dentro del clima de euforia con el que se vivía el ciclo expansivo de la economía canaria (1964-1975)22, el discurso rebrota con más fuerza, sobre todo después de la firma del Tratado Preferencial de España con el Mercado Común Europeo en 1970, impulsado por el entonces ministro de Comercio Alberto Ullastres, y de la aprobación de la Ronda Kennedy en el G.A.T.T.23. Esta situación volverá a repe-tirse, en cuarto lugar, en los momentos de incertidumbre an-teriores a la plena adhesión del Archipiélago a la Comunidad Europea, en una nueva etapa de expansión (1985-1991). Du-rante este periodo, la industria desarrollada al amparo de la Ley 30/72, había entrado en una crisis profunda como consecuencia del cambio de statu quo de Canarias en la Unión Europea, ya que el fin del Protocolo núm. 2, desarmó a Canarias, junto con otros cambios, en el escenario internacional. Posteriormente, la aceptación del A.I.E.M. (Arbitrios Insulares a la Entrada de Mer-cancías) por parte de Bruselas, ha permitido reconstruir en par-te, la protección exterior de determinados sectores industria-les24. Después, la reflexión ha bajado de tono y la preocupación 22 BERGASA PERDOMO (1978), p. 65. 23 La Sexta Conferencia para la reducción de los derechos arancelarios del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (G.A.T.T.), celebrada en Gi-nebra entre los años 1964 y 1967, fue así denominada en honor al presiden-te americano John F. Kennedy, uno de sus principales impulsores. El princi-pal objetivo de la Ronda Kennedy era alcanzar un acuerdo entre Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea, si bien se invitaba también a otros países a que participaran. Entre los objetivos de la Conferencia se ha-llaba una reducción lineal media de los derechos arancelarios de los países industrializados de un 50 %. 24 Ley 20/1991, de 7 de junio de modificación de los aspectos fiscales del Régimen Económico Fiscal de Canarias, B.O.E. 137 de 8-06-1991. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 558 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 12 por la actividad industrial no se expresa con tanta intensidad, aunque la creación del Arbitrio sobre Importaciones y Entre-gas de Mercancías en Canarias (A.I.E.M.), en sustitución del A.P.I.M., por la Ley 24/2001, de 27 de diciembre, volverá a re-abrir el debate sobre la protección a la industrialización25. Puede comprobarse empíricamente que tras la Primera Gue-rra Mundial habría tenido lugar un impulso relativamente im-portante de la industria canaria, con un incremento sustancial de las empresas del subsector de Alimentación, Bebidas y Taba-co y de producción de energía. Las condiciones de la gran de-presión de los años treinta, obligaron a poner el acento en una estrategia de crecimiento industrial que no diese al traste con el impulso anterior, rebajando el grado de fragilidad y vulnerabi-lidad de la economía canaria. La mayor densidad del mercado interno (Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife), resultado de la expansión agroexportadora y de la actividad por-tuaria, ponía sobre el tapete la necesidad de proteger a la indus-tria naciente. Entre otros, puede sacarse a colación la postura de Roca Bosch, portavoz autorizado de la Cámara de Comercio por aquel entonces26. La Guerra civil y la posterior etapa autárquica, propiciaron una integración mucho mayor en la economía nacional y un reforzamiento del discurso industrializador anterior que se re-conocía era necesario hacer compatible con el régimen de fran-quicias. Debemos constatar también la existencia de un tejido industrial, obsoleto y atrasado, que vivió al amparo de la protec-ción, con las prácticas y modos empresariales que propició la economía muy intervenida del primer Franquismo. Como con-traste, desde Canarias, se enunció, entonces, que las nuevas cir-cunstancias ahogaban el modelo agro-comercial isleño, el único viable para el Archipiélago, según F. Alonso Luengo, aunque no se debía dar la espalda a las posibilidades industrializadoras de Canarias27. En opinión del ingeniero industrial Bosch Millares, los obstáculos que impedían la industrialización del Archipiéla-go eran, no tanto la falta de materias primas o la necesidad de 25 MORENO FERNÁNDEZ (2007). 26 SUÁREZ BOSA (1996), pp. 191-194. 27 ALONSO LUENGO (1942), p. 23. 559 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 13 importar productos semielaborados, ni siquiera la falta de ener-gía, sino la inexistencia de iniciativa empresarial y, sobre todo, la ausencia de financiación28. La solución era apostar por un marco más abierto a la inversión extranjera, que el ofrecido por la Ley de Ordenación y Defensa de la Industria de 24 de noviem-bre de 193929. La posición de Bosch no puede sorprendernos y es coincidente con la manifestada por el citado Alonso Luengo. En 1950, las Cámaras de Comercio reclamaban al Jefe de Esta-do, en su primera visita al Archipiélago, «la vuelta íntegra al sis-tema de puertos francos»30. Finalmente, el también economista, Díaz Llanos, al referirse a la industria de Canarias, volvía a inci-dir igualmente en la necesidad del restablecimiento de los Puer-tos Francos quitando importancia al discurso industrializador31. A mediados de 1960, en tercer lugar, la necesidad de susci-tar el desarrollo regional, impulsaría el interés por promover ac-ciones que condujeran a la consolidación y modernización del sector secundario, tanto desde la iniciativa pública como priva-da, cuyo correlato final fuese un incremento de la estabilidad de la economía canaria. No obstante, Rodríguez y Rodríguez de Acuña, Bergasa, Hardison, etc.32 y otra serie de analistas del Ar-chipiélago, consideraron inoperantes y de muy poca utilidad las propuestas para Canarias de la planificación indicativa (1964- 1967, 1968-1971 y 1972-1975)33. El primero de ellos concluye que la política industrial fue poco incisiva, lenta, incompleta y falaz34. El segundo recalca que no se produjo ningún efecto 28 BERGASA PERDOMO y GONZÁLEZ VIÉITEZ (1969), p. 125, coincidirán en este diagnóstico, años después, al señalar la baja acumulación de capital y la falta de preparación de la población canaria como elementos explicativos del atraso industrial de las Islas. 29 A.H.P.L.P., D.M.I., Caja 25, localizador D 99-5-2. Mejora de la economía de la provincia de Las Palmas de Gran Canaria por medio de su industrializa-ción por el ingeniero industrial D. José Bosch Millares jefe de la Delegación Provincial de Industria (Las Palmas 27-08-1953) Ejemplar mecanografiado. 30 RODRÍGUEZ MARTÍN (1983), p. 307. 31 DÍAZ LLANOS (1953), p. 16. 32 HARDISSON (1979), pp. 45-49. 33 RODRÍGUEZ y RODRÍGUEZ DE ACUÑA (1978 y 2004). BERGASA PERDOMO (1978) y HARDISSON (1979), pp. 45-49. 34 RODRÍGUEZ y RODRÍGUEZ DE ACUÑA (2004), p. 100. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 560 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 14 apreciable, pese a la aplicación de las medidas legislativas sobre preferente localización industrial, fundamentalmente por la fal-ta de disponibilidad de un recurso tan escaso como el suelo35. El tercero, puso el acento, por ejemplo, en la inexistencia en el I Plan de inversión directa en la actividad industrial36. En tres direcciones se centró el diseño del impulso que se quería dar al sector por parte de los planes de desarrollo: la potenciación de los recursos hidráulicos y eléctricos, la mejora de la infraestruc-turas de transportes, con un grado de cumplimiento inferior al 60 %, y la declaración de Canarias, con poco éxito a juzgar por la instalación de nuevas industrias, como zona de preferente localización industrial37. Todo ello debía complementarse con una importante inyección de capital público, aspecto que casi fue totalmente incumplido (en el III Plan, según la Memoria de ejecución, se invirtió un 3,14 % de lo previsto). La iniciativa de las corporaciones locales tuvo como resulta-do la realización de estudios que postularon soluciones mucho más «industrializadoras» para las Islas. Este fue el caso del tra-bajo encargado por el Cabildo de Tenerife al Banco Urquijo (Guía de posibilidades industriales de Tenerife, Cabildo de Tene-rife 1972, Anexo al Plan de Desarrollo económico y social, años 1964 a 1967), una de cuyas consecuencias sería el Decreto de 27 de marzo de 1969 sobre la localización industrial preferente. El Cabildo de Gran Canaria, por su parte, recibió el informe, tras un concurso organizado en 1967, por el Colegio Oficial de Inge-nieros Industriales, de J. Bobrowski, Estudio sobre posibilidades de industrialización en la provincia de Las Palmas (1968)38. Una 35 BERGASA PERDOMO (1978), pp. 65-66. 36 El I Plan se centró la inversión en las siguientes prioridades: (1) vivien-das, (2) agua, (3) carreteras, (4) agricultura, (5) puertos, (6) pesca, (7) aero-puertos, (8) educación, (9) turismo, (10) telecomunicaciones, etc. 37 RODRÍGUEZ y RODRÍGUEZ DE ACUÑA (1978), p. 60 y (2004), p. 99. Decre-tos 484/1969 de 27 de marzo y 1560/1972 de 8 de junio. En el primero de los decretos citados se señala que durante la vigencia del II Plan se proyectaron ayudas a las empresas industriales por valor 1.291 millones de ptas, otorgando el Banco de Crédito Industrial un total de 298 millones de ptas en préstamos. 38 BOBROWSKI (1968). La Consultoría británica estuvo en Las Palmas en 1967 y analizaron los objetivos del II Plan de Desarrollo, la estructura demo-gráfica, niveles de empleo, producción, consumo, precios, así como los me-dios disponibles en Canarias. 561 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 15 alta presión fiscal —podemos leer entre sus argumentos— altos impuestos municipales, reducida inversión pública, reducida renta per cápita, barreras irracionales entre los mercados nacio-nales etc., son solamente algunas de las múltiples desventajas que severamente frenan la industrialización, y es ésta una situa-ción que ha de reconocerse. En definitiva, faltaba un ambiente adecuado para la industrialización, que pasaba por ofrecer faci-lidades financieras especiales39. El estudio patrocinado por los Ingenieros Industriales, ofrecía un cuadro de diecisiete posibles subsectores a instalar en Las Palmas, entre los que no figuraba el vidrio hueco, pese a verse reconocido la importancia del ramo de Bebidas40. Con el mismo sentido la consultoría japonesa Mitsui41, presentó cuatro años después a la O.C.D.E., por encar-go de la Comisaría del Plan de Desarrollo (1969) un Estudio que definía un plan estratégico industrial. Según el Informe Mitsui42, Canarias tenía ante sí 58 indus-trias viables y diez subsectores con futuro: cinco directamente relacionados con la pesca (conservas, congelación, frío para barcos, redes y reparación naval), otros dos alimentarios (con-servas vegetales y cárnicas), el tabaco y, finalmente, el papel. Entre ellas, la industria de envases de vidrio ocupaba el puesto veinte, y, por tanto, estaría entre las veintitrés aceptadas por la Oficina del Plan de Desarrollo43. Debemos citar, finalmente, el Estudio sobre la industrializa-ción de la región canaria. Análisis de la estructura industrial 39 BOBROWSKI (1968), p. 79 40 BOBROWSKI (1968), p. 102. 41 Compañía para el Desarrollo de Canarias (C.O.M.D.E.C.A.) (1973). 42 Este Informe, encargado por la Comisaria del Plan en 1969, «tiene el aspecto pintoresco de afirmar, que los sectores de desarrollo posible de la actividad industrial en Canarias, ya estaban desarrollados a través de la ex-periencia de las propias empresas industriales, proponiendo como nuevas ramas de inversión aquellas para las que precisamente la población activa de Canarias no estaba en condiciones de abordar. BERGASA PERDOMO (1978). 43 C.O.M.D.E.C.A. (1973), p. 275. Posiblemente se incluyó el vidrio hue-co, por presiones de los industriales que ya preveían la posibilidad de llegar a un acuerdo con Saint-Gobain. El Informe de la Junta Económica Interpro-vincial (1971), recomendaba la instalación de una industria de vidrio hueco en el archipiélago, justificando su necesidad por la inexistencia de un esta-blecimiento de este tipo, al haber cerrado la fábrica de La Laguna. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 562 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 16 (1974), llevarlo a cabo bajo los auspicios de la Junta Económi-ca Interprovincial de Canarias. En este estudio, realizado entre los meses de marzo-agosto de 1974, se analizó por un grupo de técnicos la situación industrial existente en el archipiélago a comienzos de la década de 1970. Como se explicita en la de-claración de intenciones el desarrollo del sector secundario se presentaba como una apuesta necesaria para corregir los dese-quilibrios económicos y territoriales de la economía del archi-piélago y dar estabilidad al crecimiento. La principal conclusión que se deduce de la lectura de los informes de los diferentes analistas y Consultorías, a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, es que el desarrollo del sector industrial era imprescindible para que se produjese un cambio estructural en la economía insular canaria: «Hoy es un lugar común —podemos leer en una Memoria publi-cada en 1968— que el sector secundario es el estratégico, el que habrá de protagonizar el cambio estructural ineludible si quere-mos acompasar el crecimiento de la renta con el de la población para que la renta per cápita del Archipiélago aumente de mane-ra sustancial»44. A continuación se señalaban los retos que la industrializa-ción tenía que afrontar: empleo (con la previsión de absorber el excedente de mano de obra de la construcción en el futuro in-mediato); una mejor distribución espacial de las actividades productivas; una mayor diversificación de la actividad económi-ca regional; un mayor equilibrio en la balanza comercial y una nueva estructura empresarial industrial. La Memoria concluía de modo optimista, enunciando los pasos que se estaban dando y las iniciativas que debían seguirse impulsando: «Este planteamiento, esta mentalización ante la industrializa-ción va adquiriendo cada vez un consenso más generalizado en las islas, fruto de ello es la adquisición de terrenos por las cor-poraciones locales para dedicarlos a polígonos industriales y luchar contra la especulación del suelo que imposibilita con fre-cuencia cualquier iniciativa de inversión; la apertura de concur-sos internacionales sobre la industrialización de la región o de alguna de sus provincias; la consecución de un Centro Politécni- 44 Memoria del C.I.E.S. (1968), p. 29. 563 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 17 co para el archipiélago; la preocupación básica por la mejor definición de un Régimen Especial para Canarias; todo ello glo-sado con una polémica ya trasnochada que ponía en contradic-ción la industrialización de Canarias con nuestro Régimen de Puertos Francos»45. 4. ¿ERA POSIBLE LA INSTALACIÓN DE UNA FÁBRICA DE VIDRIO HUECO EN CANARIAS EN LA DÉCADA DE LOS SETENTA? 4.1. El nuevo marco institucional Como hemos señalado en el epígrafe anterior, durante el se-gundo Franquismo (1959-1975), se volverá a poner sobre el tape-te la necesidad de una actualización del régimen económico fis-cal de Canarias (Puertos Francos) que facilitase la inversión nacional y extranjera. La ley de impuestos del 18 de abril de 1963, que eliminaba todas las limitaciones en cuanto a las inver-siones de sociedades extranjeras pudo representar alguna venta-ja para las inversiones internacionales en la provincia46. La se-gunda necesidad se plasmó en la formulación de una política industrial que llevó a considerar al archipiélago como «Zona de Preferente Localización Industrial» (1969), en el que debía tener una participación directa el sector público, y que debía ser acompañada de instrumentos proteccionistas47. En el preámbulo del Decreto de 27 de marzo de 1969, todavía muy restrictivo en cuanto a las industrias a instalarse en Canarias, podíamos leer: 45 Ibídem. 46 BOBROWSKI (1968), p. 71. 47 BERGASA PERDOMO y GONZÁLEZ VIÉITEZ (1969), pp. 34-37; (1972), pp. 73-78; y ESPINO (1990), pp. 47-50. El decreto de 27 de marzo citado pre-veía la reducción hasta el 95 % del impuesto general sobre transmisiones pa-trimoniales, cuotas de licencia fiscal durante el período de instalación, liber-tad de amortización durante el primer quinquenio; reducción del 50 % de los tipos del gravamen del impuesto de las rentas de capital a las entidades fi-nancieras; reducción del 95 % de cualquier arbitrio o tasa de las Corporacio-nes locales; expropiación forzosa de los terrenos necesarios para la instala-ción o ampliación de las empresas beneficiarias. Las subvenciones o primas podrán llegar hasta el 20 % de la inversión real en inmovilizado fijo de las instalaciones o ampliaciones de las plantas industriales. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 564 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 18 «En la economía del Archipiélago canario concurren [...] una se-rie de circunstancias que constituyen un freno a la expansión económica y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población isleña. A modificar, siquiera sea parcialmente, esta situación tiende el presente Decreto que otorga los beneficios que la actual legisla-ción prevé para las zonas de preferente localización industrial a los promotores de industrias e instalaciones relacionadas con dos sectores económicos de gran importancia para las Islas —la agricultura y la pesca— pero que necesitan de una urgente pla-taforma industrial, base para una acción competitiva en los mer-cados exteriores» En el II Plan de Desarrollo, aprobado en 1969, podemos leer que había que forzar necesariamente el desarrollo industrial de Canarias48. Sin embargo, la única concreción tangible de actua-ción del sector público fue la entrada del Instituto Nacional de Industria en la producción de energía eléctrica49. El Tercer Plan de Desarrollo (1972-1975) debería haber implementado, finalmente, una política de estímulo a la indus-tria (crédito oficial, desgravaciones fiscales) que se concretarían con la aprobación del Régimen Económico-Fiscal (1972), en el que se trataba de aunar los intereses de los importadores (reco-nocimiento del principio de libertad comercial) y de los indus-triales (a través de instrumentos proteccionistas). En realidad el Fondo de Previsión para Inversiones, que en 1994 se transformó en la Reserva Canaria de Inversiones (R.I.C.)50, una de las prin-cipales consecuencias de la Ley 30/1972, se había establecido con la reforma fiscal de 1957 y desarrollado a través de decre-tos sucesivos. Sin embargo, fue el R.E.F. el que dio el impulso principal al uso de este estímulo fiscal, consiguiendo su mante-nimiento, frente a lo que ocurría en el resto del territorio nacio-nal donde fue eliminado51. Recordemos que la especificidad fis-cal canaria del Fondo de Previsión para Inversiones fue, que en 1972 se elevó la parte de la base del II.SS desgravable al 90 %. Como estímulo fiscal a la inversión privada —podemos leer en 48 ESPINO ROMERO (1990), p. 43. 49 BERGASA PERDOMO (1978), pp. 64-69. 50 MIRANDA CALDERÍN (2008). 51 ESPINO (1990). 565 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 19 el preámbulo del texto— se ampliaba el alcance de la previsión para inversiones para las que se lleven a cabo en Canarias du-rante un período de diez años, elevándose al noventa por cien-to el límite del cincuenta por ciento de los beneficios no dis-tribuidos que establecía hasta entonces la legislación vigente. El otro aspecto de la ley, en el que hemos venido insistiendo, era que, además de ampliar el ámbito de aplicación del Decre-to 484/1969, de 27 de marzo, se encomendaba al Gobierno que, por medio del Instituto Nacional de Industria, contribuyese a la Industrialización del archipiélago. En conclusión, la nueva Ley de Régimen Económico Fiscal (R.E.F.) de 21 de julio 1972, pese a haber sido tachado de insu-ficiente por los empresarios del sector52 y el desenvolvimiento de la tarifa especial del arbitrio insular (1978)53, junto con la expan-sión del turismo, venían a configurar un nuevo marco para la empresa industrial, que ha sido definido en términos de «indus-trialización hacia fuera» (la península como destino) y «hacia adentro» (el mercado canario, mucho más relevante por la pre-sencia del turismo), puesto que la tarifa especial gravaba la importación de productos extranjeros que fuesen de la misma naturaleza que los producidos en las Islas54. En lo que se refiere a la actividad del vidrio, debemos seña-lar la modificación por el Decreto 1580/1972 de 8 de junio de los artículos 4º y 5º del Decreto de 1969 que antes hemos mencio-nado. El legislador, teniendo en cuenta la experiencia del primer concurso (convocado por Orden de 23 de mayo de 1969) y el esfuerzo realizado por las Corporaciones locales —podemos leer en el preámbulo del Decreto— consideró necesario incluir nue-vas actividades industriales «para las que existen unos supues-tos favorables en aquella región». De este modo los envases de vidrio en las Islas de Tenerife y Gran Canaria pasaban a tener carta de naturaleza en las zonas de preferente localización in-dustrial. Esta situación se generalizó de modo potencial al res- 52 ORAMAS (1986), p. 119. 53 La Tarifa Especial, cuya Ordenanza Fiscal se regula en el Real Decre-to 997/1978 (B.O.E. 13 de mayo), se establece como instrumento de política económica en beneficio de la industria y agricultura del Archipiélago. 54 GONZÁLEZ VIÉITEZ (2002). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 566 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 20 to de la actividad industrial por el R.E.F. de 1972, que contem-plaba como medio de estimular la industrialización canaria, la ampliación, tanto en el aspecto territorial como en el sectorial, de las posibilidades que ofrece la legislación de industrias de interés preferente. 4.2. El mercado canario del vidrio y el cierre de la Fábrica de La Laguna En el cuadro ofrecido por la Consultoría Mitsui, al que he-mos hecho referencia anteriormente, con datos de 1970, apare-cían 48 industrias, clasificadas por el valor de la producción, ocupando el vidrio (Vidriera y Cerámica Canariense Sociedad Anónima) el puesto 34 por valor de la producción y el 28 por mano de obra ocupada55. Los futuros clientes de la industria del vidrio (Industrias de bebidas carbónicas y gaseosas, Agua mine-ral, Aguardientes y licores, Cerveza, Conservas vegetales y Vinos) constituían el 4,57 % del valor de la producción industrial, casi el 6% del valor añadido de la Industria (la referencia son los 48 subsectores citados) y el 2,6 % del empleo. El valor medio de la producción por persona era de 0,44 millones de ptas., para el conjunto de la industria, frente al 0,77 del sector de enva-sadores. La fabricación de vidrio hueco en Canarias, a comienzos de la década de los setenta, estaba representada por una fábrica (Vidriera y Cerámica Canariense Sociedad Anónima), instalada, desde 1950, en La Laguna (Tenerife), cuya producción de bote-llas se compaginaba con la vidrio-cerámica56. El resto de los 55 C.O.M.D.E.C.A. (1973), p. 274. 56 Esta fábrica estaba enclavada en lo que hoy se llama polígono Padre Anchieta, con la calle Pablo Iglesias al norte y prolongación de la calle San Juan e Iglesias de San Juan por el mismo lado y con el cementerio antiguo al oeste. Pertenecía la fábrica y el solar a don Timoteo Canino que, a su vez, se la vendió a don Imeldo Bello entre 1963-1964. En esas fechas comienza la expropiación para ejecución de viviendas del Polígono Padre Anchieta, que ejecutó el Ministerio de la Vivienda, actuando de contratista Cubiertas y Te-jados ya desaparecida y hoy denominada Acciona. En 1970 cerró la fábrica de vidrio y cerámica, y el personal se reubicó en otras labores de la entidad, no en el vidrio. 567 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 21 establecimientos que aparecen clasificados dentro del grupo del vidrio son empresas que se dedicaban a la instalación de crista-les57. En 1969 esta industria contaba con 101 empleados58. Los problemas de coste de esta pequeña empresa ubicada en La Laguna, procedían fundamentalmente del abastecimiento de materias primas. Según los datos de un Informe ms sobre la Fábrica, consumía 925 tm de carbonato de sosa, 3.100 de sílice y 689 de otras materias. El carbonato de sosa era monopoliza-do por un proveedor que imponía precios muy elevados y era necesario contar con grandes stocks de sílice, por la dificultad de su suministro durante el invierno. El hecho diferencial con la industria peninsular estaba en los altos precios de los fletes. La producción de esta industria (4.199 tm de envases)59 se dirigía al mercado regional, repartiendo sus ventas entre ambas CUADRO 2 Valor de la producción de las Industrias envasadoras y del vidrio de Canarias (1970) FUENTE: C.O.M.D.E.C.A. (1973), pp. 273-274. Tipo de industria Producción Valor añadido Personas Puesto por (mill. de ptas) (mill. de ptas) ocupadas mano de obra Refrescos y gaseosas 484 334 806 12 Agua mineral 448 354 553 17 Aguardientes y licores 365 89 265 29 Cerveza 348 205 565 15 Conservas vegetales 68 34 60 42 Vinos 50 25 36 48 Total 1.763 1.041 2.285 % sobre el total de 48 industrias 4,57 5,8 2,6 Vidrio 111 60 209 28 57 C.O.M.D.E.C.A. (1973), pp. 475-478. Una empresa peninsular estudió la posibilidad de instalar una fábrica de vidrio plano en Canarias, que final-mente se abrió en Sevilla, pero desistió ante la imposibilidad de competir con los ingleses en el mercado africano. 58 Junta Económica Interinsular (1974), pp. 475-478. 59 Informe ms. sobre Vidriera y Cerámica Canariense (2010). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 568 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 22 provincias. Sus clientes eran los productores de refrescos, agua mineral, bebidas espirituosas, cerveza y vino. En 1970 la empre-sa contaba con 117 empleados y el valor de su producción era de 23,3 millones de pesetas. Desde Tenerife había que competir en el resto del archipiélago con la industria nacional (Vidrieras Castellanas, el Grupo Álvarez de Vigo, Gijón Fabril, Vilella, etc.) y del resto de Europa (Alemania, Bélgica, Portugal, etc.). Con-viene destacar que toda la producción se vendía en el ámbito ca-nario. Los productores consideraban accesible el mercado afri-cano pero hacia 1969 no se habían planteado aún una posible expansión. Las importaciones de vidrio hueco entre 1967-1970 representaron un valor medio de 12.783.277 (el 17 % del total del vidrio)60. En 1972 la Fábrica de La Laguna cerró sus puertas, parece ser que después de algunos años con los hornos parados. El in-forme de la Junta Económica Interprovincial nos da una pista sobre su inviabilidad con epitafio un tanto lacónico, situado al final de las páginas consagradas al sector del vidrio: «Con posterioridad a la redacción de este trabajo la fábrica de botellas de Tenerife ha sido cerrada, por haber sido expropiados los terrenos donde se asentaba para dedicarlos a un polígono industrial»61. 4.3. La oportunidad de montar una nueva fábrica de vidrio hueco en Canarias En 1972 unos cuantos industriales canarios del ramo de Bebidas, de un lado el Grupo Archipiélago, del que formaban parte las sociedades Ahemón y Añaza, y de otro, Sical y Aguas de Firgas, decidieron compartir la idea de crear una fábrica que produjese botellas y mejorase, en consecuencia, sus resultados, abaratando costes. Las debilidades a la hora de entrar en el negocio del vidrio eran claras. El mercado canario, en el que era dominante, como en el resto del territorio nacional, Saint-Go-bain, era reducido y fragmentado. Carecía de materias primas y 60 Junta Económica Interprovincial (1974), p. 478. 61 Junta Económica Interprovincial, p. 478. 569 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 23 recursos naturales62. El apoyo de las entidades financieras tenía también límites de escala63. El suministro de energía era muy insuficiente y más costoso que en el resto del territorio nacional. La capacidad de negociación con los proveedores y el acceso a la tecnología se presentaba igualmente como una debilidad. La disponibilidad de técnicos especializados, del mismo modo, bri-llaba por su ausencia. Existía, no obstante, un precedente de unión estratégica del empresariado envasador isleño, que había dado como resultado la creación de Canary Plast para la producción de cajas de plás-tico. Las circunstancias que aconsejaron la creación de esta in-dustria vinieron del aumento de las importaciones de plástico, que entre 1965-1970 pasaron de 156.242.000 a 421.490.000 de pesetas64. A la gestación de esta empresa, a la que según los protagonistas fue convocada la totalidad del empresariado del sector, solo acudieron finalmente Agua de Firgas, que siendo una empresa familiar se transformó por aquel entonces en so-ciedad anónima, y la industria cervecera S.I.C.A.L. La nueva empresa se constituyó el 4-11-1969, con tres socios. El industrial del plástico madrileño Montes Jovellar (Olan Plast) y sus dos socios canarios65. En una nueva oportunidad, esta vez en el campo del vidrio, la respuesta será bastante mayor. Las deficiencias estructurales de la economía canaria, como ya hemos indicado, han seguido siendo parte del discurso de los empresarios industriales canarios. Queremos sacar a colación un artículo muy posterior a la época a que nos referimos. J. A. Sánchez Bolaños, en «Una Industria para Canarias» (Canarias 7, 17-02-2002), en su condición de Presidente regional de la Aso-ciación Industrial de Canarias (A.S.I.N.C.A.), seguía defendien- 62 Está fue una de las justificaciones del emplazamiento en León (1965) de una fábrica de vidrios: sílice leonés, de inmejorable calidad, procedente de las explotaciones de Boñar, donde suelen abastecerse otras muchas fábricas españolas de esta especialidad. Cf. ABC (13-03-1965). 63 En el caso de la Fábrica de León surgió impulsada por el Banco Indus-trial (León y Zamora). Este mismo Banco participaría en la aventura de Canarias. 64 Junta Económica Interprovincial (1974), p. 190. 65 Conversación con Domingo González Guerra, Presidente del Consejo de Administración de Agua de Firgas de 19-01-2001. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 570 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 24 do la necesidad de una protección selectiva. En este caso, el ar-bitrio a la importación y entrega de mercancías (A.I.E.M.) se justificaba por la carencia de materias primas y recursos natu-rales, la fragmentación del mercado y en consecuencia la exis-tencia de importantes costes añadidos: en el transporte (entre un 8 y un 10 % según estimaciones de la Comisión Europea); en el almacenamiento (stocks de materias primas mínimos de dos o tres meses); la escasez de suelo industrial; el mayor coste de la energía (un 20 % superior a la del mercado nacional; o la condición de mercado marginal para las producciones europeas, con los riesgos de políticas de dumping. Eran ventajas, por el contrario, que alimentaban la visión de un futuro prometedor por parte de estos industriales, el ensan-chamiento del mercado como consecuencia directa del turismo, las posibles ventajas comparativas en el coste de la mano de obra, pero, sobre todo, el marco institucional favorable que, como tendremos ocasión de explicar, significaba el nuevo Régi-men Económico Fiscal del Archipiélago (1972). De ahí que la iniciativa, en este caso, proceda de los clientes (envasadores canarios) y estemos ante un modelo específico de creación de una empresa de este tipo, en la que los consumidores son accio-nistas e impulsores de la sociedad. Por otro lado, la alianza es-tratégica con Saint-Gobain garantizaba la existencia de personal cualificado, como se encargó de destacar Vega Pereira, en el momento de la apertura oficial de la fábrica en junio de 1978: «Hemos de dejar constancia —dijo en aquella ocasión— del ex-traordinario apoyo de Cristalerías Españolas, para preparar al personal de más alto nivel como son ingenieros técnicos y supe-riores, que antes de esta puesta en marcha han estado recibien-do formación en talleres de Cristalerías Españolas en la Penín-sula. Sin estas valiosas colaboraciones, que hemos de agradecer, estamos seguros que hubiera sido imposible disponer en las is-las, a corto plazo, de tanto personal especializado. Gracias a esta labor de formación, anterior a nuestro arranque de hoy, pode-mos enorgullecernos de que prácticamente el cien por cien de nuestro personal, procede de la región»66. 66 El Eco de Canarias (20-06-1978). 571 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 25 Para las Islas, además, se trataba de un sector estratégico con una posible incidencia medioambiental67. Los años que median entre 1972-1978 constituyen la etapa de preparación y arranque de la empresa. Hasta finales de 1975 se procede a la realización de estudios y se dan pasos importan-tes para la configuración futura de la empresa, contando con la participación de C.O.M.D.E.C.A., sociedad surgida para la pro-moción del desarrollo económico de Canarias, en la que se en-cuentra como socio la Caja Insular de Ahorros. Pero es, sobre todo, a partir de 1976, cuando se consigue un compromiso mayor de Saint-Gobain, que aporta con su aval la consecución de un importante crédito financiero. El proceso se completará con la entrada de un nuevo socio financiero, el Banco de Fo-mento del grupo del Banco Central, y de dos empresas públicas (E.N.D.I.A.S.A. y S.O.D.I.C.A.N.). 4.3.1. La gestación del proyecto industrial 1972-1975 Vamos a referirnos en este epígrafe a la importancia de con-seguir que Saint-Gobain se una a un proyecto impulsado por industriales canarios. A la constitución de la nueva empresa como una sociedad de sociedades y a su estructura en la fase inicial. El pistoletazo oficial de salida de la empresa fue el 10-10-1972, que es la fecha de constitución de la nueva socie-dad68. Vista la difícil y compleja experiencia de mantener una fábrica de vidrio con solo capital canario y habida cuenta del déficit tecnológico y de preparación técnica y experiencia en las Islas, la única salida posible era incorporar un socio importan-te del sector. Para entender el desarrollo posterior de Vidrieras Canarias es imprescindible tener muy presente el proceso de ne-gociación entre los promotores canarios, liderados por Antonio Vega, Lizardo Martell y los hermanos González Guerra con la multinacional Saint-Gobain, a través de su empresa de vidrio hueco en España, Vidrieras de Castilla S.A. 67 Cf. el artículo de Sánchez Bolaños antes citado en el que se destaca el enorme impacto medioambiental que resultaría de no existir en las Islas una planta de fabricación de vidrio hueco. 68 Discurso de inauguración de la fábrica del Presidente del Consejo de Administración Antonio Vega Pereira (El Eco de Canarias, 20-06-1978). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 572 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 26 La asunción del liderazgo por el segundo de los empresarios citados hay que explicarla por su entera dedicación a la promo-ción de negocios industriales, desde la sociedad Archipiélago, en la que se integra, después de una breve estancia en Madrid, don-de trabajó como director de operaciones de la Compañía Pepsi Cola Internacional en España, Portugal y Guinea69. Efectiva-mente, solucionados los problemas de Ahemón, a la que se in-corporó Arturo Escuder (empresario y político en activo), y constituido el Grupo Archipiélago (1971), este emprendedor canario recibió la función de organizar un gabinete de trabajo (técnicos y personal administrativo) y proceder al estudio de proyectos que pudiesen cristalizar en la creación de estableci-mientos industriales. Como explicamos en este texto, una de esas iniciativas, la más exitosa, fue la del vidrio hueco. Era necesario contar con estudios de mercado convincentes que demostrasen la viabilidad de un establecimiento de este tipo en las Islas al potencial nuevo socio. Debemos resaltar en este punto, que se logró en un plazo muy corto de tiempo poner de acuerdo a las partes, aunando intereses aparentemente contra-puestos, aunque la puesta en marcha de las disposiciones del primer contrato se demorase en el tiempo. Efectivamente, el primer contrato entre Vidrieras Canarias S.A. y Vidriera de Castilla S.A. (Saint-Gobain) se firmó en Madrid el 22-11-1972, es decir, solo un mes después de la constitución de la sociedad canaria, y la puesta en marcha del nuevo establecimiento no se produjo hasta 1978. En cualquier caso, al final, logró cuajar una fórmula de éxito, excepcional en el sector, sentando en un mis-mo Consejo de Administración con un cierto equilibrio a clien-tes, productores e inversores. Saint-Gobain exigió dos condiciones básicas para aventu-rarse en la empresa de construcción de la fábrica y su posterior explotación. Asegurar, en primer lugar, la financiación del pro-yecto, a través de créditos blandos del Banco de Crédito Indus-trial (Banca pública) y de aportaciones de los socios. La asun-ción, en segundo lugar de la gerencia, y de la dirección técnica y administrativa de la empresa, como quedó reflejado en el con- 69 La Provincia (04-06-1970). 573 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 27 trato suscrito en los primeros momentos (22-11-1972)70, que re-guló una manera de operar que se ha mantenido en el tiempo con excelentes resultados. Este documento corrobora la tutela y protección que Saint-Gobain ha ejercido sobre Vidrieras Cana-rias, desde el momento mismo de su constitución. «El presente contrato —podemos leer en su artículo primero— tiene por objeto determinar las condiciones en las cuales V.I.C.A.S.A. aportará a Fábrica de Canarias su colaboración para la realización, según las reglas del arte y en las condiciones des-pués definidas, de una fábrica de vidrio con todo su equipo com-pleto, en condiciones de puesta en marcha inmediata y que será implantada en la isla de Gran Canaria. Igualmente determinar la forma en que V.I.C.A.S.A. colaborará con Fábrica de Canarias, para la puesta en marcha y explotación técnica de la fábrica, una vez construida la misma». Por este contrato V.I.C.A.S.A. se comprometía, de acuerdo con la Orden del Ministerio de Industria de 20 de julio de 1972, B.O.E. del 24, a terminar un estudio que debería ser presenta-do antes del 30 de noviembre de 1972. Esta brevedad en los plazos nos indica que el proceso de acuerdo entre ambas partes estaba muy avanzado y que los estudios debían estar práctica-mente realizados cuando se firmó este contrato, dada la urgen-cia de las fechas de presentación. En este Anteproyecto71 se de-bía cuantificar las toneladas a fabricar anualmente, incluyendo la distribución mensual de la producción; el peso medio y las características de los envases (colores, etc.); igualmente debían figurar las previsiones de posibles ampliaciones futuras. Con to-dos estos datos V.I.C.A.S.A. planificaría la construcción de la fá-brica y la instalación de la maquinaria, las líneas de fabricación, el presupuesto de la instalación y la cuenta de gastos. Natural-mente todo el proceso se haría de mutuo acuerdo con la parti-cipación de ambas partes, realizando los estudios un equipo desplazado por V.I.C.A.S.A. desde Madrid. Además de las cuestiones arriba mencionadas, Vidrieras de Castilla se encargaría de negociar con los proveedores: 70 Contrato de 22 de noviembre de 1972. 71 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Art. 10.1. El costo de este do-cumento se fijó en 1.000.000 de pesetas. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 574 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 28 «V.I.C.A.S.A. —leemos en el apartado 2.2.1 del Contrato— lanza-rá las peticiones de oferta por orden y cuenta de Fábrica de Ca-narias, recogerá las ofertas, las estudiará, las comparará y comu-nicará a Fábrica de Canarias, el resultado de este trabajo acom-pañado de una opinión técnica justificada así como de su pro-posición en cuanto a la elección aconsejable del proveedor o contratista». Esta supervisión no terminaría, sin embargo, una vez cons-truida bajo su dirección facultativa la Fábrica de Gran Canaria, puesto que V.I.C.A.S.A. mantendría la responsabilidad técnica y de gestión de la misma por un plazo de diez años prorroga-bles72. Es decir, organizar y facilitar la formación de todo el personal que lo necesite (recuérdense al respecto las palabras de Vega Pereira en el acto de inauguración del establecimiento en 1978, citadas anteriormente). Igualmente, el diseño y estudio de los moldes, aspecto de gran relevancia en la Fábrica de Gran Ca-naria, que siempre ha trabajado, por la heterogeneidad de su clientela, con una enorme variedad de moldes. El contrato sig-nificaba también que el personal de Vidrieras de Castilla que fuera necesario sería desplazado a la factoría de Gran Canaria. Inicialmente, un director técnico y un ingeniero de fabricación. Desde Canarias se enviarían informes periódicos a la sede cen-tral de V.I.C.A.S.A. con el fin de poder solucionar cualquier con-tingencia que se presentase en la fabricación de botellas, en el estado de las instalaciones, o en la gestión administrativa. Naturalmente una de las ventajas principales que obtendría el establecimiento canario en esta asociación sería poder dispo-ner de la tecnología más avanzada en la fabricación del vidrio. Este poderoso argumento ha diferenciado siempre a Vidrieras Canarias de las fábricas y empresas de su tamaño nacionales: «[V.I.C.A.S.A.] tendrá a disposición de Fábrica de Canarias todos los progresos técnicos que haya podido conocer y de los cuales pueda disponer libremente. En lo que respecta a aquellos progresos técnicos de los que V.I.C.A.S.A. no pueda disponer libremente, tratará de conseguir que Fábrica de Canarias pueda utilizarlos también, mediante el 72 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Art. 7.2. 575 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 29 pago de royalties73 o cualquier clase de gravamen, en las mismas condiciones en que los pague V.I.C.A.S.A.»74. A cambio de esta intervención, Vidrieras Canarias se com-prometía a poner a disposición de la multinacional todas sus instalaciones, archivos, documentación, medios de pago, obten-ción de licencias y trámites administrativos, etc., que faciliten su gestión. La remuneración por la asistencia técnica quedó fijada en 6,5 % de la inversión total, excluida el valor de adquisición de los terrenos, pero en ningún caso bajaría de los 8.000.000 de pe-setas anuales75. A esta cantidad habría que añadir el 5% de la facturación, una vez comenzada la explotación de la fábrica. La agenda de los creadores de la nueva empresa, en esta eta-pa, debía atender a los estudios económicos, técnicos, compra del terreno, constitución del capital social y ampliación del nú-mero de socios. Se necesitaba además establecer alianzas con la empresa principal del sector en el mercado nacional76, por las ventajas técnicas y financieras que esta unión acarrearía. La estructura del sector estaba todavía lejos de ser un oligopolio homogéneo (cuatro oferentes principales y un producto escasa-mente diferenciado), tal y como es definida, a la altura del año 2006, por uno de sus estudiosos77. Las empresas principales del vidrio se fundamentan en los llamados «troncos o núcleos tecnológicos». Este soporte es el que necesitaban los embotelladores canarios78 para que su pro- 73 Royalty es el pago que se efectúa al titular de derechos de autor, paten-tes, marcas o conocimiento a cambio del derecho a usarlos o explotarlo. 74 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Art. 2.2.7. A la inversa cualquier perfeccionamiento técnico que pudiera desarrollarse en Canarias sería faci-litado para su uso a V.I.C.A.S.A. (Art. 4.8). 75 Contrato de 22 de noviembre de 1972, Arts. 9.1 y 9.3. 76 La otra gran multinacional del vidrio que podría haber sido alternati-va como socio principal a Saint-Gobain (en 2006: 39,56 % de cuota del mer-cado nacional) era Owens Illinois (17,24 %), que en 1995 compró al grupo francés B.S.N. su fábrica de Madrid. Otros grupos principales en el mercado español son Vidrala (Delclaux) (29,04) y la empresa de vidrio portuguesa BA (Barbosa & Almeida) (14,16 %), según A.N.F.E.V.I. 77 MARBELLA SÁNCHEZ (2006), p. 38. 78 Como tales estamos entendiendo, tanto a los fabricantes de productos propios, como a los distribuidores de marcas nacionales e internacionales. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 576 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 30 yecto fructificase79. De este modo quedaba cubierta la provisión de maquinaria y tecnología especializada80 y de manera muy especial de capital financiero. Debemos tener en cuenta, en con-secuencia, el peso y el protagonismo que los creadores del pro-yecto daban a la incorporación de Vidrieras Castellanas S.A. La elección de Saint-Gobain se debió a que era el principal oferen-te de los productores canarios y, por tanto, ya existían relacio-nes comerciales con ella. A principios de los años setenta, según Lizardo Martell81, su cuota de mercado en las Islas era aproxi-madamente del 50%. La gran dificultad de establecer una industria de este tipo en Canarias residía en la imposibilidad de obtener una producción de gran escala que permitiese economías de costes y por tanto posibilidades reales de amortizar la inversión en un equipo pro-ductivo altamente especializado y de difícil reconversión. Por eso uno de los objetivos estratégicos del nuevo proyecto fue la formulación de la necesidad de que todos los embotelladores se comprometiesen a realizar sus pedidos a la nueva fábrica (se es-timó en los estudios previos realizados que solamente no eran socios de la misma el 15 % de los futuros consumidores). Con vistas a incentivar el enganche de los fabricantes y dis-tribuidores en la sociedad, la Junta General Extraordinaria de 22-10-1972 decidió igualar los precios en destino, rompiendo la barrera de la localización insular, siempre y cuando los socios compradores suscribiesen el 2% del capital: «Los accionistas de la Sociedad, que tengan en propiedad como mínimo el 2% del Capital Social —podemos leer en los acuerdos de la primera Junta General Extraordinaria— tendrán el benefi-cio comercial de que los productos manufacturados por Vidrie-ras Canarias S.A. (V.I.C.S.A.), que adquieran para sus industrias, tendrán igual precio, tanto en el caso que los retiren directamen- 79 MARBELLA SÁNCHEZ (2006), p. 39. Todas estas grandes empresas for-man un grupo que se desglosan en varias ramas o industrias: vidrio plano (ventanas, paneles solares), vidrio hueco (botellas y envases en general), vi-drio para usos domésticos (cristalerías), fibra de vidrio y vidrios especiales (laboratorio, ópticos), vidrio aislante o vidrio de refuerzo. 80 Debe pensarse en la necesidad de una puesta al día constante de la tec-nología que la alianza y la protección de esta gran empresa brindaba. 81 Conversación de 02-10-2009. 577 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 31 te de Fábrica o soliciten hacerlo en cualquier puerto del Archi-piélago Canario, corriendo a cargo de Vidrieras Canarias S.A. (V.I.C.S.A.), todos los gastos ordinarios que se produzcan desde fábrica hasta camión en puerto de destino». Como hemos enunciado, uno de los temas básicos en los inicios de la sociedad es la constitución del capital con el que poder adquirir los terrenos y el equipo productivo para poner en marcha la fábrica. Estamos ante un sector intensivo en capital, de ahí la necesidad de contar con un socio financiero. Vidrieras Canarias S.A. (V.I.C.S.A.)82, que suscribió las accio-nes el 10-10-1972, empezó su andadura solamente con tres so-cios, que detentaban cuatro acciones cada uno: Sical (Cerveza Tropical)83, representada por Antonio Vega Pereira (consejero delegado y director general de la misma)84, hombre de amplias conexiones políticas y empresariales; Aguas de Firgas S.A., re-presentada por Antonio González Guerra85; y Establecimientos Industriales Archipiélago, por la que figuraba Lizardo Martell86. Este Consejo ejerció sus funciones entre 10-10-1972 y el 30-03- 1973, en que se produciría su ampliación. En el anteproyecto inicial se planteó la posibilidad de ubicar la futura fábrica de vidrio en el Polígono Industrial de Arinaga87, entonces en proceso de constitución, dentro del marco general del Plan Canarias, que contemplaba el II (1969) y el III Plan de 82 Escritura ante el notario de Las Palmas de Gran Canaria Ramón Ri-sueño Catalán, protocolo 2.984. 12 acciones (valor nominal de 10.000 ptas). 83 Cf. LUXÁN MELÉNDEZ y QUESADA GONZÁLEZ (2005). 84 Nacido el 12-01-1925, ingeniero industrial y vecino de Las Palmas. Era Vicepresidente del Cabildo, de la Caja Insular de Ahorros y presidente de la sección Económica del Consejo Económico y Social de Sindicatos. 85 Industrial, nacido el 22-06-1929 y vecino de Las Palmas. La empresa se constituyó como sociedad anónima el 11-07-1970, escriturada por el No-tario Ramón Risueño Catalán. 86 Industrial, nacido el 13-10-1935. Ligado a Ahemón que dirigían su pri-mo Juan Domínguez Cárdenes y su tío Pedro Cárdenes. 87 La Zona Industrial de Arinaga, situada en la comarca del sureste de la isla de Gran Canaria, fue promovida desde el año 1972, por la Asociación Mixta de Compensación del Polígono Industrial de Arinaga, sociedad patro-cinada por el Cabildo Insular de Gran Canaria, la Sociedad Estatal de Pro-moción y Equipamiento del Suelo —S.E.P.E.S.— y el Gobierno de Canarias, siendo el Ayuntamiento de Agüimes la administración actuante. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 578 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 32 Desarrollo (1972-1975), que trataba de promover la industriali-zación de Canarias. Para poder iniciar las acciones que llevaba consigo el proyecto, en la primera Junta General Extraordinaria (22-10-1972), se decidió el aumento del capital social en 188 ac-ciones (1.880.000 ptas), con el fin de hacer frente a los gastos que acarreaban los proyectos, estudios, dictámenes, consecu-ción de licencias, etc. Apenas tres meses después (19-01-1973), el número de accio-nistas se había elevado a catorce, siendo las acciones emitidas 200 por un valor nominal de 10.000 ptas y el capital social, en consecuencia, de 2.000.000 de ptas. En ese momento componían la firma —y asistían a la Junta General Extraordinaria de 30-03-1973— tres tipos de socios: industriales del vidrio, es decir, Vidrieras Castellanas, S.A. que formaba parte de la multinacional Saint-Gobain, titular de 40 acciones88; sociedades financieras, como Compañía para el Desarrollo de Canarias S.A.89, titular de 30 acciones, que era una empresa participada por la Caja Insular de Ahorros de Canarias; y un conjunto de embotelladores canarios, a los que se les con-vence de la bondad de la empresa, sobre todo cuando cerró Vi-drieras de La Laguna y la dependencia de la oferta de botellas peninsular es total, aunque algunas empresas sigan realizando compras en Alemania y Bélgica principalmente. Los tres socios iniciales (Sical, Archipiélago y Aguas de Firgas, con 30, 18 y 16 acciones respectivamente), y nueve nuevas firmas más: Estable-cimientos Industriales Ahemón (15), Establecimientos Industria-les Añaza (15), Olsen Bebidas Gaseosas S.A. (12), Embotelladora Canaria (6), Destilerías Arehucas (6), la Cooperativa Canaria de Fabricantes de Aguardientes, Compuestos y Licores (C.O.C.A.L.) (4), Juan González García (4) y Eduardo Quintana González (4). Establecimientos Industriales Ahemón era una empresa de-dicada a la fabricación y distribución de bebidas refrescantes 88 El primer representante en las Juntas Generales fue Valentín Iglesias Lucas. 89 Sus representantes en la sociedad fueron Salvador González Rosales y Clemente López. La Caja Insular de Ahorros de Canarias tuvo un grupo de em-presas formado por P.R.O.T.U.C.A.S.A., V.I.C.O.N.S.A. y la citada C.O.M.D.E.C.A., que quebraron durante la crisis de la institución financiera entre 1974-1976. 579 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 33 (Pepsi Cola, Schweppes y Mirinda), así como de agua mineral de la marca Droper. Establecimientos Industriales Añaza, por su parte, era una firma de Santa Cruz de Tenerife ligada al empre-sario Arturo Escuder Croft, personaje con relaciones políticas y empresariales muy amplias. Olsen Bebidas Gaseosas S.A., era una entidad proveedora de bebidas y refrescos, con domicilio social en Tenerife (extinguida en 1996). En estos momentos es-tuvo representado por un empresario activo, José Luis Bardají Moreno. Embotelladora Canaria, representada por Octavio Juan Gómez, se dedicaba a la elaboración y distribución de bebidas refrescantes (Clipper). Destilerías Arehucas, que por aquel en-tonces era líder en el mercado de bebidas espirituosas, estuvo representada en la Junta General Extraordinaria de 30-10-1972, por su director general Rodolfo Martín Rodríguez. Cooperativa Canaria de Fabricantes de Aguardientes, Compuestos y Licores (C.O.C.A.L.), agrupaba a un conjunto de pequeños fabricantes de ron y aguardiente90. Juan González García, era el propietario de la industria Aguas de San Roque. Por último, Eduardo Quin-tana González, dirigía una industria consagrada a la elaboración de gaseosas, sifones, jarabe embotellado y el Orange Cruz, an-tecedente de la planta N.I.K., hoy desaparecida. En resumen, en su primera andadura, componían la socie-dad doce embotelladores canarios, un fabricante multinacional de vidrio hueco y una entidad financiera canaria (Caja Insu-lar de Ahorros de Canarias). Recordemos que según la informa-ción de la sociedad solamente quedó fuera el 15% de la deman-da de las Islas91. Como puede observarse la presencia de los embotelladores canarios, promotores de la idea, es dominante (65 % del capital social), representando V.I.C.A.S.A. la quinta parte del total y el resto la Caja Insular de Ahorros. No obstante, junto a V.I.C.A.S.A. y C.O.M.D.E.C.A., que son los socios principales, ocupaban un lugar relevante los socios fundadores, Sical, Aguas 90 Por estas fechas todavía no se había hecho cargo de la sociedad la fa-milia Martín Rodríguez, propietaria de Destilerías Arehucas, que lo haría ese mismo año. 91 El dato lo proporciona Vega Pereira a una pregunta en la Junta Gene-ral Ordinaria de 26-06-1975, de José Luis Bardají, representante de Olsen. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 580 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 34 de Firgas y Archipiélago. Efectivamente, si agrupamos sus ac-ciones la relevancia de este grupo es bastante mayor. El productor más importante del Archipiélago, todavía sin incorporar, era Compañía Cervecera Canaria (C.C.C.), cuya en-trada quedó prevista en la Junta General Extraordinaria de 11-01-1975, cuando abandonó el barco C.O.M.D.E.C.A. De las 30 acciones de esta sociedad se informó a la Junta que 26 serían transferidas a C.C.C. y 4 a José Manuel Domínguez, empresario que tenía en constitución una sociedad de embotellado de agua mineral. GRÁFICO 2 El incremento del capital social tuvo, además, como conse-cuencia inmediata, la ampliación del Consejo de administración que, de tres, pasó a estar constituido por siete miembros. Natu-ralmente se incorporaron al mismo los dos socios mayoritarios (Vidrieras de Castilla S.A. y Compañía para el Desarrollo de Ca-narias), junto a Establecimientos Industriales Añaza y Olsen Be-bidas Gaseosas. Este Consejo se mantuvo entre el 30-03-1973 y el 22-11-1976. 581 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 35 4.3.2. Estudios, proyectos y gestiones realizados para poner en marcha la fábrica 1972-1975 La puesta en marcha del nuevo establecimiento debía funda-mentarse en estudios de mercado que asegurasen la rentabilidad futura de la fábrica. En la capacidad financiera, que debía apo-yarse en los recursos aportados por las entidades participantes (embotelladores canarios, V.I.C.A.S.A., capital financiero y em-presas públicas principalmente), en la obtención de condiciones favorables por parte de la administración (localización indus-trial preferente que llevaba aparejadas las correspondientes ven-tajas fiscales), derivados del nuevo Régimen Económico y Fiscal (R.E.F. de 1972) y en la consecución de créditos blandos por parte de la instituciones oficiales (Banco de Crédito Industrial). Igualmente se sustentaba en convencer a Vidrieras de Castilla S.A. del interés en participar en la aventura de fabricar vidrio hueco en Canarias. Su presencia además significaba, de un lado la cobertura técnica (tanto en la creación del establecimiento, como en los procesos posteriores de la producción de botellas, GRÁFICO 3 SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 582 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 36 una vez puesta en marcha la fábrica) que los industriales cana-rios necesitaban; de otro, el aval ante la administración españo-la y las instituciones financieras de que la empresa sería una apuesta sólida. Debemos tener presente, además, la dificultad añadida en es-tos años, derivada de las circunstancias políticas (fin del Fran-quismo que suponía un cambio de los interlocutores políticos), y económico-sociales (crisis mundial del petróleo, que en las Islas derivó en crisis del sector inmobiliario y turístico y en un paro de dimensiones considerables). En la Junta General Extraordinaria de 30-03-1973 se presen-tó el estudio económico de viabilidad de la empresa, elaborado por el economista Palomino. En él se consideraba que los resul-tados de V.I.C.S.A. mejorarían en directa relación con el creci-miento de las industrias embotelladoras. La clave de la rentabi-lidad de la planta, dado su tamaño, pasaba por conseguir la exclusividad en el mercado canario. Por un lado, se trataba de abaratar la materia prima, apro-vechando al máximo el uso del vidrio recuperado (calcín) para su posterior refundición. De otro, conseguir el compromiso de compra de todos los asociados. En palabras de Arturo Escuder la «necesidad imperativa de que todos los socios de V.I.C.S.A. que sean consumidores de botellas se comprometan formal-mente con la sociedad a pasarle todos sus pedidos de botellas». La medida se justificaba por el posible dumping de otros pro-ductores de vidrio con el fin de hacer fracasar el nuevo esta-blecimiento. Esta política se apoyaba en el papel subsidiario que debía asumir Vidrieras de Castilla, circunstancia decisiva en su incorporación al proyecto. Efectivamente, en caso de ave-ría de las instalaciones canarias, los pedidos pendientes de realizarse tendrían preferencia en las otras fábricas en que V.I.C.A.S.A. fuese coparticipe. El Consejo de administración que-daba encargado de establecer las condiciones de este contrato de protección. En opinión de Vega Pereira el rendimiento previsto en el estudio inicial debía incrementarse, dos años después, en un 50 %, teniendo como variables fundamentales, las botellas retornables, las exportadas con sus productos por los embote- 583 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 37 lladores canarios y las botellas producidas para el mercado ex-terior. El escenario a considerar con la puesta en marcha de la futura planta debía centrarse en los dos primeros parámetros. Según Vega la oferta se modificaría en escalón (rendimientos constantes a escala), mientras que la demanda se ajustaría a una curva. El excedente de la oferta con relación al mercado canario debería ser exportado, con precios ventajosos con el fin de disminuir los costos y gastos generales. El Consejo de Admi-nistración, con el asesoramiento técnico de V.I.C.A.S.A. «con mucha experiencia en el montaje, instalaciones y puesta a pun-to de industrias similares establecidas en otros lugares del sue-lo español» —podemos leer en las Actas de la Sociedad— tenía realizado un estudio detallado de los gastos de inversión previs-tos y de los resultados comerciales de los primeros ejercicios en que la fábrica estuviese en funcionamiento, que auguraba la rentabilidad futura de la empresa92. En 1975, la voz autorizada del representante de V.I.C.A.S.A., esta vez un ejecutivo de la empresa, Valentín Iglesias Lucas —personaje decisivo en la primera andadura—, ponía el punto de realismo a los estudios económicos que los accionistas ha-bían manejado sobre la rentabilidad del proyecto, señalando que, en las circunstancias que atravesaba el mercado canario, el rendimiento económico de la fábrica sería, al principio, negati-vo. Debía esperarse al menos tres años para que los resultados favorables empezasen a acompañar a la nueva sociedad. Calculada una producción inicial de 22.000 toneladas netas anuales, la cifra de negocio durante el primer ejercicio de fun-cionamiento sería del orden de 16.500.000 ptas, que, en una proyección de tres ejercicios, se multiplicaría por 3,6, alcanzan-do los 60.000.000 de ptas. V.I.C.A.S.A. volvió a insistir, en aque-lla reunión, en la necesidad de controlar la totalidad del merca-do canario como condición imprescindible para comprometer su participación: «Continua el Sr. Iglesias examinando el problema económico para indicar que dependerá fundamentalmente de que la fábri-ca absorba el mercado canario en su totalidad. Por lo que con- 92 Junta General Ordinaria de 24-06-1974. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 584 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 38 viene precisar si efectivamente todos los clientes, o al menos los socios de Vidrieras Canarias están dispuestos a firmar un com-promiso de compra a Vidrieras Canarias S.A.»93. La singularidad de las circunstancias del Archipiélago le lle-vaba a afirmar la inviabilidad, al contrario, de la puesta en marcha de una nueva fábrica en territorio nacional. Cuáles eran esas circunstancias que llevarían a V.I.C.A.S.A. a comprometer-se en el proyecto canario. Ya lo hemos anunciado, el marco de protección a las actividades industriales del nuevo R.E.F., pues-to que, «A nivel nacional —señalaba Iglesias Lucas— nadie se lanzaría en el momento actual a construir una nueva fábrica, dados los excedentes que actualmente existen en fabricación». La ventaja principal para los fabricantes canarios, que to-davía dudaban de la conveniencia de la instalación de la fábri-ca —como demuestra la intervención de José Luis Bardají en la Junta General Ordinaria de 26-06-1975— se centraba en los de-rechos de entrada y en la estiba. A estas circunstancias favora-bles había que añadir los plazos de suministro flexibles y la pro-pia garantía del mismo. Uno de los aspectos fundamentales de esta primera andadu-ra de la empresa, en consecuencia, era conseguir de los organis-mos oficiales la incoación de expediente de industria de locali-zación preferente. El Plan General de Instalación de la Fábrica, una vez deci-dida la conveniencia de situarse en Telde, fue aprobado en Jun-ta General Extraordinaria de 11-12-1975, bajo la supervisión to-tal de Vidrieras Castellanas, autora de los informes técnicos y económicos. Como es notorio una de las condiciones principa-les del éxito futuro del negocio radica en un emplazamiento fa-vorable, que repercute de modo determinante en la estructura 93 Según testimonio de Lizardo Martell (Las Palmas 02-10-2009), este compromiso nunca llegó a suscribirse, aunque una parte de las empresas lo cumplió fielmente. 94 Desde los centros de producción a las plantas embotelladoras los en-vases se desplazan vacíos. Este aspecto supone desventajas con relación a en-vases sustitutivos. MARBELLA SÁNCHEZ (2006), p. 47. 585 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 39 de costes, principalmente de la mano de obra y el transporte94. Como ya hemos señalado en el primer anteproyecto se planteó la posibilidad de ubicar la planta industrial en el Polígono Mix-to de Arinaga, que entonces comenzaba su andadura. Hacia 1973 todavía se pensaba en el citado polígono, aunque se había abandonado la parcela inicialmente prevista. Parece ser que fue Valentín Iglesias Lucas el que desechó la opción de Arinaga por los inconvenientes que se derivaban de la cercanía al Aeropuerto de Gando95. La opción definitiva fue ubicar la Fábrica en Salinetas (Telde). Entre las ventajas que ofrecía la nueva parcela se esgri-mían por parte de la presidencia del Consejo de Administración, la posibilidad de utilización del puerto particular de la Compa-ñía Insular del Nitrógeno (C.I.N.S.A.), con el valor añadido de poder contar con un enlace directo por tubería para el suminis-tro de combustible, con los consiguientes ahorros en transpor-te (de energía y materia prima), e incrementos de la seguridad de las instalaciones. Igualmente se prefería esta localización por la disposición inmediata de energía eléctrica, así como el enla-ce con la red telefónica y de abastecimiento de agua; por la faci-lidad de acceso a la autopista del Sur, con conexión directa a todas las plantas embotelladoras; por la cercanía de viviendas y de mano de obra. No era una ventaja menor la posibilidad de obtener, en plazos razonables, los permisos correspondientes del Ayuntamiento de Telde. Pero, sobre todo, finalmente, la posibi-lidad de conseguir la parcela mediante la cesión del propietario a cambio de participaciones en la sociedad. El paso adelante de la puesta en marcha de la fábrica reci-bió un fuerte impulso en la importante alocución a la Junta General Ordinaria de 26-06-1975 por el representante en la so-ciedad de V.I.C.A.S.A.: «La decisión corresponde —planteará Iglesias— fundamental-mente a los socios compradores de envases. Si partimos del momento actual, puede considerarse que de aquí a final de año tendremos resueltos los problemas de permisos, redacción del 95 Testimonio de Lizardo Martell (Las Palmas 02-10-2009). Junta Gene-ral Ordinaria de 26-06-1975. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 586 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 40 proyecto, petición de ofertas, etc., y que hace falta un año para la construcción de la fábrica y montaje de maquinaria, lo cual nos conduce a primeros de enero de 1977». Durante el ejercicio de 1976 es cuando realmente el proyec-to se convirtió en realidad. La sociedad adquirió un perfil di-ferente, menos local, con las incorporaciones del Banco de Fomento, E.N.D.I.A.S.A. y S.O.D.I.C.A.N. Las aportaciones no dinerarias de capital permitieron contar con una parcela en el Polígono de Salinetas. Las gestiones realizadas en Madrid por el Consejo de Administración con el apoyo de los ejecutivos prin-cipales de Vidrieras Castellanas (1976) tuvieron como resultado la obtención de un crédito tres veces superior al capital escri-turado hasta ese momento por la sociedad. Finalmente, se puso en marcha la obra con serias dificultades por la quiebra de C.O.M.A.S.A. (sociedad de la familia Castillo), la empresa cons-tructora, con la consiguiente elevación del coste de la misma. En junio de 1978 la fábrica quedaría inaugurada oficialmente. Como recordaría Vega Pereira, en el momento abrirse ofi-cialmente la fábrica, en junio de 1978: «Cubrir los capitales necesarios ha sido posible gracias a los recursos de la Banca, tanto oficial, através del Banco de Crédito Industrial, como privada, por medio del Banco de Fomento, los cuales han tenido fe y confianza en los promotores de las islas y en Cristalería Española, así como a la incorporación del INI en la última fase, a través de sus empresas Endiasa y Sodican que participan con un 14 por ciento del capital. Todos ellos son merecedores de nuestro mayor reconocimiento y acreedores a la consideración de favorecedores del verdadero desarrollo de nuestra región»96. Entre la primera piedra y el encendido del horno apenas transcurrió un año. Durante ese breve período de tiempo se in-tentó aplicar al nuevo establecimiento «las más modernas técni-cas del ramo», y tener la máxima rapidez para solventar los problemas que una obra de este tipo traía consigo. «Esta rapidez de ejecución —según el discurso de inaugura-ción de la Fábrica de Vega Pereira— atravesando un periodo de 96 El Eco de Canarias (20-06-1978). 587 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 41 crisis que ha afectado muy desfavorablemente a proveedores y a constructoras, se ha logrado únicamente gracias a los esfuer-zos y la entrega de un equipo de hombres de gran experiencia y que se «han sentido vinculados a Canarias y a nuestros proble-mas por unos sentimientos que han ido más allá y han supera-do con mucho sus estrictas obligaciones profesionales»97. CONCLUSIONES 1.ª A lo largo de la historia económica contemporánea de Canarias, y heredera del pensamiento ilustrado local represen-tado en la Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, ha estado presente la que hemos denominado «Ideología Indus-trializadora », que ha tratado de llevar a la práctica los proyec-tos de industrialización considerados fundamentales para sacar a las islas del atraso y el subdesarrollo. Intelectuales, emprende-dores, políticos y académicos, han reclamado a lo largo de es-tos años una apuesta por un decidido desarrollo industrial, del que Vidrieras Canarias, S.A. es un buen ejemplo. GRÁFICO 4 97 El Eco de Canarias (20-06-1978). SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 588 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 42 2.ª Sin embargo, la debilidad del tejido industrial preexis-tente, reducido a la industria agroalimentaria y a las pesquerías y conservas de pescado, y algunos ejemplos aislados de indus-tria naval y una incipiente industria tabaquera entre los siglos XIX y primera mitad del XX, convirtieron el sector industrial canario en una actividad de carácter residual con un escaso peso en la formación del Producto Interior Bruto canario. 3.ª En la historiografía económica canaria se señala a las Franquicias Aduaneras y Fiscales, de las que gozan las islas desde su conquista y colonización, junto a la escasez de recur-sos naturales, agua y energía, como los factores explicativos de la nula o casi inexistente actividad industrial en Canarias hasta el último cuarto del pasado siglo. Pero a una idea tan simple y esquemática hay que contraponer la realidad de los hechos. Pese a las Franquicias, siempre se defendió la posibilidad de establecer actividades protegidas por barreras exteriores, como lo confirma el caso del tabaco, el alcohol y en la actualidad, diferentes actividades industriales. 4.ª Solo era necesario un fuerte impulso estructural, una transformación profunda de una economía agraria y una socie-dad rural como era la canaria hasta la posguerra de la Primera Guerra Mundial, y en una segunda oleada durante el tardo franquismo, convirtiéndose en una sociedad urbana y con un espectacular crecimiento de los servicios productivos (puertos, aeropuertos, transportes, comercio, turismo, seguros, finanzas, etc.) para confirmar las posibilidades de un desarrollo indus-trial, limitado pero sostenible dentro de un marco institucional adecuado. 5.ª En efecto, sucesivas reformas de las instituciones econó-mico- fiscales canarias a partir de principios del pasado siglo (Ley de Puertos Francos de 1900, Ley de Cabildos Insulares de 1912, Leyes de Régimen Económico-Fiscal de 1972, 1991 y 1994) confirmaron, junto al poderoso impulso de la actividad turística a partir del último tercio del siglo XX, que era posible y conveniente para la estabilidad macroeconómica de las islas, 589 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 43 desarrollar actividades industriales, no solo manufactureras sino que también se podían poner en marcha industrias básicas como el vidrio. 6.ª Los factores de estrangulamiento de las iniciativas in-dustriales, tanto en el pasado, como en la actualidad, proceden ante todo de dos hechos: la baja calidad del capital humano, con niveles de productividad inferiores a la media nacional, y la es-casez de recursos de capital en la historia de esta economía. A los que hay que añadir la fragmentación del mercado interno y su pequeña dimensión. 7.ª Se constata así mismo la ausencia de una verdadera «cultura empresarial» que solamente comienza a despuntar a fines del pasado siglo, pese a algunos ejemplos importantes de emprendedores, que ensayaron iniciativas de gran interés en la industria agroalimentaria (azúcar, licores, tabaco) y fracasaron por no disponer de marcos institucionales adecuados. 8.ª En la segunda mitad del pasado siglo, a las ideas expre-sadas de la «industrialización posible», se va a sumar la Teoría del Desarrollo Económico impulsada desde la CEPAL98 para concretarse en numerosos «Estudios de Industrialización» de Canarias, impulsados desde organismos insulares e internacio-nales, que aportaron ideas de gran interés, dentro de las limita-das posibilidades de las islas. 9ª. La difícil relación entre Canarias y la Administración Central, mantenida en permanente tensión por las reivindicacio-nes insulares, al hilo de la reclamación de un mayor esfuerzo del gasto público nacional, para resolver los déficits históricos, se vio especialmente agravada por el debate de integración eu-ropeo, en el contexto de la grave crisis económica internacional del Petróleo y sus sucesivas secuelas, que no ha podido concluir-se satisfactoriamente todavía. Testigo de esas dificultades ha sido el proyecto industrial de Vidrieras Canarias, S.A. pues, a pesar de disponer del instrumento de protección exterior que 98 Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidas. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 590 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 44 significa el AIEM, el horizonte del año 2013, fecha de revisión de las especificidades canarias en la Unión, se presenta lleno de incertidumbres. BIBLIOGRAFÍA ALCAIDE INCHAUSTI, J. (1995). «Canarias: una región singular en continuo desa-rrollo », en Papeles de Economía Española, núm. 15, Madrid: FIES, pp. 3-29. ALONSO LUENGO, F. (1942). La Guerra y la economía canaria. Madrid: Publica-ciones del Ministerio de Industria y Comercio. BERGASA PERDOMO, Ó. (1978). «La política de desarrollo industrial en Canarias», en Información Comercial Española, núm. 543, pp. 64-69. BERGASA PERDOMO, Ó. y GONZÁLEZ VIÉITEZ, A. (1969). Desarrollo y subdesarrollo de la economía canaria. Madrid: Guadiana. BERGASA PERDOMO, Ó. y GONZÁLEZ VIÉITEZ, A. (1972). «Canarias, la industrializa-ción posible», en Economía Industrial, núm. 77, pp. 73-78. BERGASA PERDOMO, Ó. y HERNÁNDEZ CREUS, V. (1971). Estimación de una función Cobb-Douglas de la Industria Canaria. Las Palmas de Gran Canaria: CIES. BERNAL, A. M. (1981). «En torno al hecho económico diferencial canario», en Canarias ante el Cambio. I Jornadas de Estudios de economía canaria. San-ta Cruz de Tenerife. BOBROWSKI, J. y otros (1968). Estudio sobre posibilidades de industrialización en la provincia de Las Palmas. Patrocinado por Colegio de Ingenieros Indus-triales y el Cabildo Insular de Gran Canaria. C.O.M.D.E.C.A. (1973). Industrialización en Las Palmas. Marco. Legislación. Po-sibilidades. Madrid: Compañía para el desarrollo de Canarias S.A. DÍAZ BENÍTEZ, J. J. (2008). Anglofilia y autarquía en Canarias durante la II Gue-rra Mundial. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea. DÍAZ LLANOS, R. (1953). Síntesis de la economía de Canarias. La Coruña: Lito-grafía e Imprenta Roel. ESPINO ROMERO, R. (1990). El fondo de previsión para inversiones y el régimen especial de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: CIES. GONZÁLEZ, A. G. (1987), «Empresarios de Las Palmas analizan la nueva situa-ción económica», en La Provincia. GONZÁLEZ, B. y DÁVILA, D. (1995). «Un análisis dinámico y caracterizador de la industria canaria», en Papeles de Economía Española, núm. 15. Madrid: FIES, pp. 151-161. GONZÁLEZ VIÉITEZ, A. (2002). «El modelo económico canario», en MIRANDA CALDERÍN, S. (ed.), Canarias, S. XX. De la emigración a la inmigración. Un análisis económico. Las Palmas de Gran Canaria: Real Sociedad Económi-ca de Amigos del País. HARDISSON, J. (1979). «Breve reseña de la historia de la política de industriali-zación de Canarias» y «Estructura del sector industrial en Canarias», en In-forme EDEIC, pp. 45-59. 591 LAS DIFICULTADES DE INDUSTRIALIZACIÓN EN CANARIAS EN LOS AÑOS SETENTA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 45 HERNÁNDEZ TORRES, S. (2003). El espacio industrial en Canarias. El tejido empre-sarial y el territorio en las áreas insulares. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Tesis Doctoral. Informe (2010). ———— ms. sobre Vidriera y Cerámica Canariense Sociedad Anónima de La Laguna (Tenerife). LUXÁN MELÉNDEZ, S. de (coord.) (2004). Los Puertos Francos de Canarias. Cien-to cincuenta años de Historia. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de (2006). La opción agrícola e industrial del tabaco en Ca-narias. Una perspectiva institucional. Los orígenes, 1827-1936. Las Palmas de Gran Canaria: Proexca y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y BERGASA PERDOMO, Ó. (2001). «Un experimento fallido de industrialización. Trapiches y fábricas de azúcar en Canarias 1875-1933», en Revista de Estudios Regionales, tomo II, núm. 60, pp. 45-79. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y BERGASA PERDOMO, Ó. (2004). «Puertos Francos e Indus-trialización en Canarias. Un debate abierto: el caso de la producción azuca-rera en 1884-1892», en Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 50. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, pp. 625-672. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y BERGASA PERDOMO, Ó. (2010). Destilerías Arehucas. La industria alcoholera en Canarias 1940-2010. Madrid: Destilerías Arehucas. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y QUESADA GONZÁLEZ (2005). La industria cervecera en Canarias. Desarrollo y evolución de la marca Tropical 1924-1993. Madrid: Ediciones del Umbral. LUXÁN MELÉNDEZ, S. de y SOLBES FERRI, S. (1998). «El factor histórico en la con-figuración de la empresa industrial en Canarias», en Revista de Estudios Regionales, núm. 50, pp. 187-220. LUXÁN MELÉNDEZ, S. y VIÑA BRITO, A. (dirs.) (2009). La empresa azucarera en Canarias. Siglos XV-XX. Sevilla: Destilerías Arehucas y Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. MACÍAS HERNÁNDEZ, A. (2001). «Canarias una economía insular y atlántica», en GERMÁN, LLOPIS, MALUQUER DE MOTES y ZAPATA (eds.). Historia Económica re-gional de España (siglos XIX y XX). Barcelona: Crítica, pp. 476-506. MACÍAS HERNÁNDEZ, A. y RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (1995). «La economía contem-poránea 1820-1990», en Historia de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, pp. 371-430. MARBELLA SÁNCEHZ, E. (2006). «Reconfiguración de la industria española de en-vases de vidrio: estructura y estrategia», en Universia Busines Review (cuar-to trimestre 2006), pp. 36-49. MÉNDEZ GUTIÉRREZ DEL VALLE, R. (1995). «Industria en Canarias: la crisis de un modelo sustitutivo de importaciones», en BOSQUE, J. y MÉNDEZ, R. (coords.), Cambio industrial y desarrollo regional en España. Barcelona: Oikos-Tau, pp. 525-546. MIRANDA GUERRA, J. (1975). «Estudio geográfico económico de la isla de Gran Canaria», en Los Puertos Francos y otros estudio. Madrid: Herederos de J. Miranda. SANTIAGO DE LUXÁN MELÉNDEZ Y ÓSCAR BERGASA PERDOMO Anuario de Estudios Atlánticos 592 ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria. España (2012), núm. 58, pp. 547-592 46 MORENO FERNÁNDEZ, J. I. (2007). «La autonomía de las regiones y el Derecho Comunitario: los beneficios fiscales autonómicos como potenciales ayudas de Estado contrarias al Mercado Común», en Estudios en Homenaje al pro-fesor Peraza de Ayala. MURPHY y MEADE, J. de (1996 [1821]). Breves reflexiones sobre los nuevos aran-celes de aduanas [...] en su aplicación de las Islas Canarias. Madrid: Oficina de Don Francisco Martínez Dávila, Impresor de Cámara de SM. Reedición del Cabildo Insular de Gran Canaria: Edición, prólogo y notas de Guimerá Peraza. NADAL OLLER, J. (1987). «La industria fabril española en 1900. Una aproxima-ción », en NADAL OLLER, CARRERAS y SUDRIA (comps.). La economía española en el siglo XX. Una perspectiva histórica. Barcelona: Ariel, pp. 23-61. NADAL OLLER, J. y CARRERAS, A. (dirs.) (1990). Pautas regionales de la industria-lización española (siglos XIX-XX). Barcelona: Ariel. NÚÑEZ RUANO (1985). «La empresa industrial», en Geografía de Canarias, núm. 6, Santa Cruz de Tenerife: Universidad de La Laguna, pp. 107-113. ORAMAS, F. (1986). «Problemática de la industria en Canarias», en V Jornadas de Estudios Económicos Canarios. Santa Cruz de Tenerife: Universidad de La Laguna, pp. 117-127. PAREJO, A. (2001). «Industrialización, desindustrialización y nueva industriali-zación de las regiones españolas (1950-2000). Un enfoque desde la historia económica», en Revista de Historia Industrial, núms. 19-20, pp. 15-75. RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (1983). «Economía, 1936-1979», en Canarias. Siglo XX. Las Palmas de Gran Canaria: Edirca. RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ DE ACUÑA, F. (1978). «Una muestra de la planificación indicativa del franquismo. Los planes de de desarrollo para Canarias», en Información Comercial Española, núm. 543, pp. 54-63. RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ DE ACUÑA, F. (2004). Los Planes de Desarrollo en Canarias 1964-1976. Idoneidad, Aportaciones y Cumplimiento. Santa Cruz de Tene-rife: Ediciones Idea. RUS, G., GONZÁLEZ, M. y TRUJILLO, L. (1998). Capitalización y crecimiento de la economía canaria 1955-1996. Madrid: Fundación BBV. SUÁREZ BOSA, M. (1996). Recuperación y crisis de la economía canaria (1920- 1936). Santa Cruz de Tenerife: Editorial Benchomo. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|