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BELLAS ARTES Núm. 48 (2002) 267 68 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE P O R LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ INTRODUCCIÓN Varias iglesias del norte de la isla de Tenerife lucen unas portadas de cantería que no se hallan en ningún otro lugar de Canarias. Éstas se distinguen por tener dos ménsulas, una a cada lado; y por llevar veneras sobre cada una de ellas. De estas portadas hay una en la iglesia parroquial de San-tiago Apóstol del Realejo de Arriba, otras dos en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo, otra en la iglesia parroquial de Santa Ana de Garachico y otra en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concep-ción de La Orotava. Estas cinco portadas han merecido la aten-ción de los estudiosos de la historia del arte en Canarias, que han señalado su similitud. Por nuestra parte añadiremos otras dos a este grupo; una se halla en la iglesia de Santa Ana de Garachico y aunque carece de las ménsulas probaremos que pertenece al mismo grupo que las anteriores; la otra se hallaba en la iglesia de San Juan de la Rambla, pero no ha llegado hasta nosotros. Tras estudiarlas he optado por bautizarlas como «portadas jacobeas», por entender que es el término que mejor explica su LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 268 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 2 génesis y su razón de ser. En primer lugar, porque la primera de todas ellas fue la de la iglesia de Santiago Apóstol del Reale-jo de Arriba, cabeza en un primer momento de todo el benefi-cio de Taoro, que abarcaba desde Acentejo, por el norte de la isla, hasta la Punta de Teno, incluyendo por las bandas del sur las comarcas de Adeje, Abona y Chasna. Mientras que el resto de la isla de Tenerife, entraba en la jurisdicción del beneficio de La Laguna 1. Y en segundo lugar, porque las siguientes porta-das pretendían simbolizar la vinculación de sus respectivas igle-sias al mencionado beneficio de Taoro, entroncando para ello con la iglesia de Santiago del Realejo. Esta iglesia de Santiago de Taoro, como se le denomina en algunos documentos de la época 2, fue la iglesia matriz de todas las parroquias y beneficios que a lo largo del tiempo se fueron erigiendo en Taoro, a medi-da que las rentas fueron creciendo. La iglesia de Santiago de Taoro, según tradición recogida por el historiador Viera y Clavijo 3, entre otros, fue fundada en ho-nor a Santiago y en ese lugar porque allí se rindieron los menceyes de los bandos de guerra un 25 de julio, día del Após-tol Santiago, acabando así, de manera oficial, la conquista de la isla. Atendiendo a que era el día de su fiesta los conquistadores habrían interpretado que Santiago Apóstol, Patrono de España, les había favorecido con su patrocinio, creencia robustecida por el hecho de ser también el santo a quién se encomendaban los soldados españoles al entrar en combate con arengas como Santiago y a ellos o Santiago y cierra España. En acción de gra-cias habrían hecho voto de construir en ese mismo lugar una 1 Para los límites de los beneficios puede consultarse a: JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, Historia de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de la ciudad de La Laguna, 1915, pp. 143-154. 2 Sirva a título de ejemplo el testamento otorgado en 1520 por el guanche Juan Alonso, que deja un real de limosna a la iglesia de Santiago de Taoro: MANUEL LOBO, Protocolos de Alonso Gutiérrez (1520-1521), col. Fontes Rerum Canariarum, vol. XXII, doc. 10. 3 JOSÉ DE VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria, Madrid, 1783, tomo cuarto, libro XVII, capítulo 36. Reedición bajo el título Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, Goya-Edicio-nes, Santa Cruz de Tenerife, 1951, p. 249. Núm. 48 (2002) 269 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 3 iglesia bajo su advocación. De aquí han colegido algunos que esta iglesia es más antigua que la de La Concepción de La La-guna, y que por tanto fue la cabeza del primer beneficio de la isla, punto éste que ha suscitado la polémica entre los historia-dores que han tratado el asunto. No vamos a abordar esta polémica en el presente trabajo, pero sí queremos hacer una reflexión sobre la advocación de la iglesia del Realejo de Arriba. El Apóstol Santiago el mayor 4 tie-ne dos iconografías diferentes en forma y en contenido. Una es la del Santiago «matamoros», el cual se representa llevando en una mano un estandarte blanco con la cruz de Santiago, mon-tado sobre un caballo blanco y cabalgando sobre los cuerpos de los moros a quienes vence. Esta iconografía nació durante la Reconquista y tiene un carácter guerrero 5. Dicha representación «bélica» del Apóstol tuvo una variante, que, haciendo nuestras las palabras del profesor Jesús Pérez Morera, se puede describir así: Todo ello justifica la aparición en Canarias y América de una iconografía específica, diferente a la del Santiago Matamoros tra-dicional (Peregrino o Apóstol a caballo) y que cabría calificar como Santiago Conquistador. El santo aparece representado como un condontiero o un conquistador, actuando como guerre-ro, con espada desenvainada y armadura. En lugar de su habi-tual capa, sombrero y concha de peregrino, lleva el cuerpo cubier-to con una armadura y casco empenachado sobre la cabeza. Tampoco aparecen a sus pies los cuerpos despedazados de los moros vencidos. Todo ello hace que su identificación con la figu-ra de un conquistador sea aún mayor 6. A esta iconografía «bélica» corresponden, entre otras mu-chas, la de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guate- 4 Se le llama «el mayor» para diferenciarlo de Santiago el menor, tam-bién Apóstol, que fue obispo de Jerusalén, pero que no estuvo en España. 5 Para comprender el alcance ideológico del Santiago «matamoros» puede consultarse, entre otros autores, a: LOUIS CARDAILLAC, «El mito de Santiago en España y América», Congreso Internacional. Carlos V. Europeís-mo y universalidad, Granada, mayo de 2000, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, vol. V, pp. 107-131. 6 JESÚS PÉREZ MORERA, «Santiago a caballo», Arte en Canarias. Siglo XV-XIX. Una mirada retrospectiva, 2001, tomo II, p. 34. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 270 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 4 mala 7 y la de la capilla de Santiago de La Concepción de La Laguna. Santiago de los Caballeros de Gáldar, en Gran Cana-ria, en cuyas proximidades se rindieron los últimos canarios, acabando con ello la conquista de la isla de Gran Canaria 8, está, como su mismo nombre indica, bajo el patrocinio del Apóstol Santiago bajo su iconografía «bélica», aunque la imagen titular de su iglesia parroquial parece haber sido inicialmente la del Santiago «romero»9. De este hecho se ha querido establecer una relación de similitud entre las iglesias parroquiales de Gáldar y del Realejo de Arriba, pues en esos dos lugares acabó la con-quista de sus respectivas islas y ambas están dedicadas al Após-tol Santiago. La advocación de Santiago de Gáldar, como su mismo título denota al decirse «de los Caballeros», es el Santiago de los con-quistadores, de los hombres de armas, y por tanto es un santo de ambiente y proyección militar. Claro ejemplo de esto es un documento otorgado en el año 1563 por Baltasar de Betancor, mayordomo que había sido de la capilla del Señor Santiago sita en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna, en el que declara: ...digo que por cuanto Marcos Verde mi señor (su padre) difunto que Dios haya así como ma-yordomo que fue de la dicha capilla tuvo el cargo y administra-ción de ella y con ochenta doblas que el dicho Marcos Verde y sus compañeros sacaron en armadas que hicieron contra infieles y con otras limosnas que él juntó de particulares se hizo la dicha capilla... 10 Este documento prueba que esta capilla dedicada a Santiago «matamoros», o «de los caballeros», había sido finan- 77 Cf. JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, «Aproximación a la toponimia jacobea Canario-Americana: Santiago de los Caballeros de Gáldar», V Colo-quio de Historia Canario-Americana (1982), tomo I, 2.ª Parte, pp. 849-867. 78 FRAY JUAN DE ABREU GALINDO, Historia de la conquista de las siete Is-las de Canaria, Edición crítica con Introducción, Notas e Índice por Ale-jandro Cioranescu, Goya Ediciones, 1977, pp. 232-235. 79 JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, art. cit., p. 855. 10 ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE SANTA CRUZ DE TENERIFE (en ade-lante: AHPT), escribanía de Bernardino Justiniano, protocolo notarial (en adelante: PN) 1038, fol. 216. Citado por: LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «Las primitivas pilas bautismales de La Laguna», suplemento La Prensa, El Día de 2 de febrero de 2002. Núm. 48 (2002) 271 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 5 ciada en buena parte con los beneficios de las expediciones mi-litares que se hacían en las costas africanas. La iglesia del Realejo de Arriba, por el contrario, está dedi-cada a la otra versión iconográfica del Patrono de España. Es cierto que hoy en día luce en el nicho central del retablo mayor una imagen de bulto del Santiago matamoros, pero a este res-pecto debemos aclarar que esa imagen fue colocada tardía-mente sustituyendo a la versión que originariamente presidía la iglesia. Conste también que el relato tradicional ha sido revisado a la luz de la documentación existente y aunque hoy en día se admita que los menceyes de los bandos de guerra se rindieron en alguna parte del norte de la isla, sabemos ya que este hecho no pudo tener lugar un 25 de julio, ni siquiera en un mes de julio 11. Esto nos permite buscar la explicación del origen de la advocación de la iglesia del Realejo en otras causas. Ya nos hemos referido a la primera iconografía del santo y ahora quisiéramos reflexionar sobre la segunda, que lo represen-ta como romero, es decir, como peregrino, aludiendo a las pere-grinaciones a Santiago de Compostela. Así se lo representa con un bastón o cayado en la mano, con una calabaza o cantimplora para llevar el agua, con una venera y en actitud de caminante. Esta versión del Apóstol gozaba de gran devoción en España y Portugal 12. No olvidemos que el Camino de Santiago, que co-menzaba en Francia y atravesaba el norte de la península Ibé-rica por varias rutas, ha sido recorrido durante siglos por innu-merables peregrinos, que aún hoy en día lo siguen utilizando para llegar a la tumba del Apóstol, especialmente en los años santos jacobeos. A lo largo de este Camino se fueron levantando hospe-derías y hospitales para atender a todos estos peregrinos, que con mucha voluntad, y casi siempre con pocos medios económicos, se embarcaban en tan arriesgada y azarosa empresa. 11 ANTONIO RUMEU DE ARMAS, La conquista de Tenerife. 1494-1496, 1975, pp. 289-298; y ANA VIÑA BRITO y JUAN RAMÓN NÚÑEZ PESTANO, «La conquis-ta y la colonización», Los Realejos: una síntesis histórica, 1996, pp. 37-42. 12 Cf. JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ CATÓN, El Archivo del Hospital de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela. Inventario de Fondos, Santiago de Com-postela, Secretariado de publicaciones de la universidad de Santiago, 1972. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 272 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 6 La devoción a esta segunda versión iconográfica se mani-festaba en Tenerife en las limosnas que se hacían en los testa-mentos en favor de la cofradía de Santiago, que era la que ges-tionaba el Hospital de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, fundado por los dichos reyes poco después de la conquista de Granada. Todos los años esta cofradía recolectaba en Tenerife estas limosnas y las demás que quisieran hacer los devotos de Santiago, a quienes se inscribía como cofrades. Po-dríamos citar bastantes documentos al respecto, pero hemos ele-gido uno otorgado en El Realejo el 15 de junio de 1592, por el que el apoderado en Canarias de la cofradía del Hospital de Santiago de Compostela otorgó poder a favor de Pedro Gómez, vecino del Realejo ...para que en esta dicha isla (de Tenerife) pueda cobrar y cobre la dicha limosna que se le debe y dieren al dicho hospital de Señor Santiago de Galicia... 13. En favor de esta devoción jacobea hemos de señalar que D. Guillén Peraza de Ayala, Conde de la isla de La Gomera y Señor de la isla de El Hierro, en un testamento que otorgó en 1544 dispuso: Item mando a Señor Santiago de Galicia que es en la dicha Galicia una lámpara de plata que sea hecha de he-chura de una venera que cueste así la plata como las manos cien ducados y mando que se ponga la dicha lámpara delante de su santo bulto 14. El que esta iglesia de Santiago de Taoro se dedicara al «ro-mero » y no al «matamoros» podemos explicarlo en base a dos datos constatables, frente a una tradición, a la que ya nos he-mos referido, que por ahora no ha sido probada. El primero es que el obispo D. Diego de Muros, que en 1497 fundó el benefi-cio de Taoro y erigió la parroquia de Santiago del Realejo Alto15, era primo de otro D. Diego de Muros, deán de Santiago de Compostela y después obispo de Mondoñedo 16, que, por manda-to de los Reyes Católicos, fundó el «Hospital de los Reyes Cató-licos de Santiago de Compostela», al que antes hacíamos men- 13 AHPT, escribanía de Francisco Gil. PN 3400, fol. [...roto...]. 14 AHPT, escribanía de Bartolomé Joven, PN 214, fol. 443 v. 15 FRANCISCO CABALLERO MÚJICA, Canarias hacia Castilla. Datos de un proceso histórico, 1992, tomo I, p. 578. 16 Ibídem, pp. 572-574. Núm. 48 (2002) 273 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 7 ción 17. Este Diego de Muros fue, además de fundador del dicho hospital, su primer administrador, y como tal lo encontramos en 1512 reclamando doscientos mil maravedís que Octaviano Cal-vo había cobrado en las Islas Canarias para la cofradía de San-tiago 18. Esta relación de parentesco y su común origen gallego, con la subsiguiente devoción al Santiago romero, ha de poner-se en relación con el segundo dato, que es la abrumadora pre-sencia de colonos portugueses en todo el norte de la isla de Tenerife desde los años siguientes a la conquista 19. El obispo se encontró como en su casa en el norte de Tenerife, donde había de fundar un segundo beneficio, y resultaba de lo más natural poner la nueva parroquia bajo una advocación tan querida para él, como gallego, y para gran parte de sus fieles, como portu-gueses. De esta manera se explicaría no sólo la advocación de Santiago Apóstol, sino además que se trate del «romero». Ana Viña y Juan Ramón Pestano han intentado dar otra explicación de la advocación de la iglesia, relacionándola con los canarios que tomaron parte en la conquista de Tenerife, y que según el cronista Marín y Cubas, al que citan, tenían por advocación a este Apóstol, patrono del lugar de Gáldar, en Gran Canaria, de donde ellos procedían 20. Se trata, sin embargo, de una confusión, pues el texto que citan de Marín y Cubas para sostener esta hipótesis no dice esto. El pasaje en cuestión apa-rece en una cita a pie de página de una edición de la obra este historiador, pero como comentario del glosador 21. Antes dijimos que esta iglesia del Realejo estaba dedicada a la versión del «romero», pero sin dar las razones. Ahora es el momento de explicar esta afirmación, que basamos en dos pie-zas artísticas que se hallaban en dicha iglesia en el siglo XVI y se han conservado hasta la actualidad. Nos referimos al tríptico de Santiago y a la campana de los Reyes Católicos. 17 Cf. JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ CATÓN, op. cit. 18 Ibídem, doc. CA. 63/31. 19 JOSÉ PÉREZ VIDAL, Los Portugueses en Canarias. Portuguesismos, 1991, pp. 20-30. 20 ANA VIÑA BRITO y JUAN RAMÓN NÚÑEZ PESTANO, art. cit., pp. 41-42. 21 THOMÁS ARIAS MARÍN DE CUBAS, Historia de las siete Islas de Canaria, 1694, Transcripción, introducción y notas de Francisco Ossorio Acevedo, 1993, p. 194, nota a pie de página. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 274 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 8 EL TRÍPTICO FLAMENCO DE SANTIAGO Y LA CAMPANA DE LOS REYES CATÓLICOS Se conoce con el nombre de «tríptico de Santiago» a tres pinturas sobre tabla que pertenecieron al desaparecido retablo mayor de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol del Realejo Alto, aunque muy posiblemente este retablo estaba formado por más pinturas, hoy desaparecidas, sin que ni siquiera sepamos que escenas representaban. Como ya dimos a conocer, el tríptico flamenco de Santiago llegó a la iglesia parroquial entre los años 1538 y 1546, por encargo del entonces mayordomo de fábrica, tramitado a través del regidor y mercader genovés Doménigo Rizo, como éste mis-mo declaró en un codicilio: Item dijo y declaró que el hizo traer de Flandes un retablo para la iglesia del Realejo y que si Hernando Yánez mayordomo dijere en su conciencia haberle dado has-ta cantidad de cien doblas sea creído po[r l]o que dijere y si no las hubiere dado pague hasta las dichas cien doblas de oro [y] no más 22. Centrándonos en estas tres tablas, las que se han conserva-do del retablo, vemos que en una de ellas está representada, siguiendo la descripción que hace la profesora Constanza Negrín, ...la desproporcionada figura andante del apóstol Santia-go que, conforme a su iconografía habitual, lleva el bordón con la calabaza de los peregrinos y un anacrónico contario en su mano izquierda, el libro abierto del Nuevo Testamento en la dies-tra y un zurrón dispuesto en bandolera; viste una túnica verde con capa roja; calza las sandalias propias del caminante, y se encasqueta una especie de bonete con la venera e insignias jacobeas... 23 Las otras dos tablas componen una escena de la 22 Cuando di a conocer esta cita cometí dos errores de transcripción que ahora, tras revisar el documento, he corregido y que consistieron en leer jure por si no, y paguen por pague. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «El tríptico de Santiago del Realejo», en Aislados suplemento Vivir en Canarias del diario El Mundo de 18 de febrero de 2000. 23 CATÁLOGO de la Exposición Pintura flamenca del siglo XVI (Gran Ca-naria- Tenerife), junio-julio, 1995, p. 23. Núm. 48 (2002) 275 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Detalle de la campana de los Reyes Católicos. Iglesia de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba. 9 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 276 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS vida del Apóstol, concretamente la petición hecha a Jesús por la madre de los apóstoles Santiago y San Juan evangelista para que éstos se sentaran a su derecha y a su izquierda en su rei-no. En una de estas tablas aparece Jesús con los demás apósto-les y en la otra la madre con sus dos hijos. Si nos fijamos en esta última tabla comprobaremos como Santiago es representa-do cómo cuando aparece solo, es decir con el bordón, el libro, el zurrón y las mismas vestimentas, y llevando el mismo bonete con la venera e insignias jacobeas. De este modo se acentuaba la idea de que era el Santiago «romero» el que se quería ideali-zar en el retablo. Esta intencionalidad de representar al Santiago «romero» cobra mayor relevancia al comprobar que este retablo fue en-cargado por el mayordomo de la iglesia, es decir, que fue cos-teado con las limosnas de los fieles y por tanto pintado se-gún su gusto y su devoción para presidir el altar mayor de la parroquia. En la misma iglesia parroquial se conserva otra reliquia del siglo XVI. Nos referimos a una campana de la que Cipriano de Arribas escribió, hablando de esta iglesia: En su campanario existe aún la campana que regalaron —según la tradición— los católicos Reyes 24. Cuando Guillermo Camacho publicó sus investigaciones so-bre esta iglesia hizo constar esta tradición recogida por Arribas a finales del siglo XIX o comienzos del XX 25, pero sin tomar par-tido: El obispo Muros, en 1504 deja una parte de las tierras de su data a Santiago del Realejo y de este mismo tiempo es la campa-na que D. Cipriano cree regalo de los Reyes Católicos, con sus leyendas: “Hízose año de 1504 siendo mayordomo Hernán Yánez —o venerande apostole Iacobe” 26. Camacho toma esta inscrip- 24 CIPRIANO DE ARRIBAS Y SÁNCHEZ, A través de las Islas Canarias, 1993, p. 93. 25 Cipriano de Arribas fue farmacéutico en Icod de los Vinos y poste-riormente en El Realejo. Falleció en 1921: ALFONSO MORALES Y MORALES, «Cipriano de Arribas y Sánchez (1844-1921). Un abulense en la sanidad canaria», Strenae Emmanvuelae Marrero Oblatae, pars altera, pp. 111-149, MCMXCIII. 26 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La Iglesia de Santiago del Realejo Alto», El Museo Canario, núm. 33-36 (1950), p. 129. 10 Núm. 48 (2002) 277 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE ción, no de la campana, de la que dice: La campana está y sue-na todavía en la torre, pero las inscripciones tienen sus caracteres góticos muy borrosos y difíciles de descifrar 27; sino de un manus-crito que se conserva en la biblioteca del Museo Canario. Guillermo Camacho actuó en este tema con la seriedad y honradez que le caracterizaron como historiador, y que le impi-dieron asumir como propios los errores de otros. Primeramente, la campana no fue un regalo de los Reyes Católicos, como lue-go veremos; y en segundo lugar, la inscripción en cuestión no está en la campana y tampoco es una sola inscripción. Se trata de una curiosa confusión que creemos haya podido ser origina-da por una tercera persona. De entrada nos resultaba anacrónico que se mencionara a Hernán Yánez como mayordomo en 1504, lo cual no concor-daba con las fechas documentadas 28, a menos que hubieran existido dos mayordomos con idéntico nombre. Por ello consul-tamos el manuscrito en el Museo Canario y constatamos que se trata de una copia hecha por el historiador Agustín Millares de otro manuscrito, escrito a su vez por D. Lope Antonio de la Guerra y Peña 29 para ayuda del historiador Viera y Clavijo, manuscrito éste del que desconocemos el paradero. La copia de Millares dice lo siguiente: La campana mayor de la parroquia del Realejo de arriba en una inscripción dice: Hízose año de 1504 30 siendo mayordomo Hernán Yánez, y en otra O venerande xpa apostole Jacobe Le lo que prueba fueron fundidas pa la Iglesia del Realejo de arriba que estaba fundada años antes 31. Comprobamos así que el manuscrito habla de dos campanas distintas y a ninguna de ellas se refiere como la regalada por los Reyes Católicos. A lo cual hemos de añadir que la campana 27 Ibídem, nota a pie de página. 28 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «El tríptico...», art. cit. 29 En la copia de Millares este manuscrito es denominado como Noti-cias sobre fundaciones de Parroquias y Conventos en la isla de Tenerife escri-tas por D. Lope Antonio de la Guerra y Peña para servir de noticias a la historia que escribió D. José de Viera y Clavijo. 30 Creo que esta fecha está mal copiada y sería más propia, en todo caso, la de 1544. 31 EL MUSEO CANARIO, Colección de Documentos para la Historia de Las Islas Canarias recogidos por Agustín Millares, I.C. 7-10, tomo 3.º, fol. 77 v. 11 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 278 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS en cuestión tiene una inscripción que no es ninguna de las re-señadas, que debieron pertenecer, por tanto, a dos campanas ya desaparecidas, pues según lo que nos explico el sacristán las que hay en la actualidad son recientes. La campana conocida por la tradición como la «de los Re-yes Católicos» no tiene grabados ninguno de los atributos de estos reyes, como podrían ser su escudo, o el yugo y las flechas, o cuando menos su lema 32. Lo que sí ostenta son los atributos de Santiago «romero». Como motivo central luce una cruz lati-na, constituida por cuadrados que están trazados como peque-ñas pirámides estriadas, que se asemejarían a veneras si no fue-ra porque sus bases son perfectamente cuadradas. Sobre el brazo derecho de esta cruz encontramos una venera, atributo inequívoco de Santiago «romero»; y bajo este mismo brazo de la cruz, tenemos otros dos atributos del mismo: el bordón y lo que parece ser la representación de una calabaza. Este bordón nos ofrece una pista sobre la procedencia de la campana, pues se corresponde con los dos bordones que lleva el Apóstol Santiago en las tablas del «tríptico de Santiago» traí-das de Flandes por Doménigo Rizo, y a las cuales acabamos de referirnos. Presentan en su parte superior un remate anillado y poco más abajo un adorno, también anillado, indicios de que corresponden a unos modelos artísticos comunes, por lo que suponemos que esta campana también proviene de Flandes. Otro indicio de su origen flamenco lo encontramos en la inscripción grabada en una orla bajo la cruz. Las letras de esta campana son minúsculas góticas, de difícil lectura a causa del desgaste y de la oxidación del bronce; circunstancias agravadas por la dificultad de manejar una pieza de tanto peso, y por hallarse colocada provisionalmente, cuando la estudiamos, en un hueco de cortas dimensiones. A pesar de todo ello he inten-tado transcribir la inscripción, aunque soy consciente de que puedo haber leído mal algunas letras. Tras copiar los caracteres 32 Este era el famoso Tanto monta; que, por poner un solo ejemplo, aparece cuatro veces en un tapiz de brocado tejido hacia el año 1504 y conservado en el museo de la Catedral de Toledo: CATÁLOGO La Iglesia en América: Evangelización y Cultura, Pabellón de la Santa Sede, Exposición Universal de Sevilla, 1992, p. 42. 12 Núm. 48 (2002) 279 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE uno a uno, calcándolos en papel con mina de lápiz, creo que la transcripción es ésta: JAOCO-YF-GRYOE-III-NOUGRSCRUJ?V. «YF» y «III» los interpreto como divisiones de palabras, porque mientras las demás letras están grabadas cada una de ellas en un sólo bloque, éstas, por el contrario, se agrupan en dos de mayor tamaño. No podemos determinar en que fecha llegó la campana a la iglesia del Realejo de Arriba, aunque nos decantamos por datarla en el siglo XVI por el uso de las minúsculas góticas, por el estilo del bordón y porque Guillermo Camacho no halló en los libros de fábrica, que comienzan en 1591, referencia alguna a la com-pra de una campana flamenca. PORTADA JACOBEA DE SANTIAGO DEL REALEJO DE ARRIBA Tras haber estudiado la devoción a Santiago Apóstol ya po-demos abordar el estudio pormenorizado de las portadas jaco-beas. Comenzaremos por la más antigua de todas ellas y que además sirvió de modelo a las siguientes. Esta es la razón que nos ha movido a bautizarlas como portadas «jacobeas», es de-cir, el hecho de que la primera se hizo para Santiago de Taoro; a lo que hemos de sumar el que las siguientes portadas no la imitaron simplemente por seguir un modelo artístico, es decir, por su belleza, sino porque era la portada principal de la iglesia matriz de todo el beneficio de Taoro. De este modo el hecho de dotar a sus iglesias de una portada inspirada en la de Santiago del Realejo conllevaba un doble significado; por un lado, identi-ficarse como miembros de dicho beneficio; y por otro, la autoafirmación de su propia identidad, manifestada en las va-riaciones que cada localidad hacía del modelo inicial. Para comprender el alcance de este fenómeno de auto-afirmación social y religiosa hemos de hacernos cargo de que las demás portadas de iglesias que se hicieron en Canarias du-rante el Antiguo Régimen sólo se inspiraban en los modelos artísticos en boga, imperando, por tanto, manifestaciones imper-sonales que sólo buscaban la suntuosidad y el preciosismo, pres-cindiendo del simbolismo, que quedaba relegado a algunos de- 13 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 280 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada jacobea de la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba (1521). 14 Núm. 48 (2002) 281 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 15 talles aislados. Es cierto que se podía colocar una determinada imagen en un nicho de la portada, pero no era nada más que un añadido que no alteraba la impersonalidad del conjunto ar-quitectónico. Una prueba documental de esta impersonalidad de las por-tadas la tenemos en la escritura de fundación del convento de monjas de clausura de San Pedro Apóstol y San Cristóbal de Garachico, otorgada en La Laguna el 18 de marzo de 1643. En ella D. Cristóbal de Aponte y Hoyos, regidor perpetuo de Tene-rife, y su esposa D.ª Isabel de Franca de Llerena, dotan el futu-ro convento que se ha de construir en unas casas que poseen en Garachico. Entre las dotaciones figura ésta: Item por cuanto la puerta que está en la dicha iglesia es de madera de tea o cuan-do se haga la nueva iglesia o se quiera hacer nueva portada en la que hoy está es justo sea de cantería y buena piedra para este efecto desde luego los dichos fundadores dan y donan al dicho convento una portada muy costosa y suntuosa con sus colum-nas de cantería azul que hoy tienen hecha y labrada en el dicho convento y arrimada en un patio del que no falta más que po-nerla en el lugar donde ha de estar y según y como está hoy se la da y hace donación al dicho convento 33. Esta portada ha llegado hasta nuestros días, pues el conven-to no fue alcanzado por el volcán que en 1706 asoló el pueblo de Garachico. Tres años más tarde, exactamente el 9 de julio de 1709, se incendió el monasterio 34, pero la portada, por ser de piedra y hallarse en el perímetro exterior, se salvó. La identifica-mos con la portada principal que hoy luce la iglesia de dicho convento de monjas concepcionistas 35. 33 He consultado una copia legalizada en 1667, que se sacó del libro de erección y fundación de dicho convento: ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO DE TENERIFE (en adelante: AHDT), fondo Diocesano, caja 72 de Conventos, doc. 9, fol. 3. 34 PADRE FRAY DIEGO INCHAURBE, Historia de los conventos de Santa Clara de La Laguna y de San Pedro Apóstol y San Cristóbal de Garachico, pp. 289-291. 35 Compartimos en este punto la opinión de: JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, La arquitectura del Renacimiento en el Archipiélago Canario, 1983, p. 77; quién data esta portada en el siglo XVII. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 282 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 16 Si releemos la cláusula de la dotación comprobaremos como a los fundadores del convento les preocupaba que la portada fuera «muy costosa y suntuosa», pero no que tuviera una signi-ficación propia, como en su momento la tuvieron las portadas jacobeas, de las que hay dos en el mismo Garachico. Tras todas estas consideraciones iniciales nos encontramos ya en condiciones de abordar el complejo desarrollo de estas por-tadas y de las circunstancias que las rodearon y condicionaron, llevándolas a ser lo que fueron. Pero hemos de advertir que sobre todas y cada una de ellas se ha acumulado una serie de errores y confusiones que han llevado a los investigadores a datarlas en fechas equivocadas, con un error no ya de unos pocos años, sino de medio siglo y alguna con más de un siglo de diferencia respecto a la fecha correcta. Todo esto ha impedi-do hasta la fecha el comprender las relaciones que existen en-tre ellas y su verdadero significado. Que tengamos noticia, el primer autor que se refirió, en un estudio histórico, a la portada «jacobea» de la iglesia de Santia-go del Realejo de Arriba, fue Eladio Laredo, quién en el año 1935 opinaba: Como caso excepcional de un arte arcaizante está la puerta lateral de la iglesia del Realejo Alto, cuya composición y detalles recuerda, pero de una manera muy esfumada, el arte plateresco 36. Guillermo Camacho, incansable investigador de la historia de Los Realejos y de sus iglesias, decía al respecto: ...nos parece más bien una copia ingenua de las dos que hay en la Concep-ción del Realejo Bajo, ejemplares tal vez únicos en islas, de un plateresco lleno de reminiscencias góticas como las hojas de car-do y las ménsulas cobijadas por sendas conchas, como para reci-bir estatuas que no llegaron nunca 37. La sencillez de esta porta-da, y su mayor tosquedad en el acabado de la piedra, le llevaron a considerar que era una copia cuando realmente era al revés. La opinión de Camacho ha tenido continuación en las tesis 36 ELADIO LAREDO, «El arte regional en Canarias», «Semana Pro Ecclesia et Patria». 15-22-septiembre-1935-La Laguna-Tenerife, Santa Cruz de Te-nerife, 1936. 37 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La Iglesia de Santiago...», art. cit., p. 138. Núm. 48 (2002) 283 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 17 defendidas por Juan Sebastián López en su monografía sobre la arquitectura renacentista en Canarias, pues al hablar sobre esta misma portada escribe: El aspecto general es de una arquitectu-ra culta, de fuerte sabor clasicista, pero con realización popular. Nos sugiere la idea de ser una copia popular de la puerta de los pies de la nave de la Epístola en la Concepción del Realejo Bajo 38. Otra estudiosa de estas materias, Carmen Fraga, no pudo menos de referirse a estas portadas al escribir su tesis doctoral sobre la arquitectura mudéjar en Canarias, pero no se pronun-ció sobre la hipótesis planteada por Guillermo Camacho 39. Otro autor que insistió en la misma idea fue Graziano Gasparini, quién, hablando de la iglesia de Santiago del Realejo, decía: La nave del Evangelio se concluyó en 1663 y de la misma época es la portada que repite, de manera muy tosca, los elemen-tos formales de la portada del vecino templo de La Concepción del Realejo Bajo 40. Constatamos que lo que ha sido definido como «ingenuo», «popular» o «tosco» no ha sido relacionado con una mayor antigüedad. Más recientemente, Gerardo Fuentes y Margarita Rodríguez han introducido una nueva confusión al referirse a esta porta-da, pues se la han atribuido a Mateo de Párraga, cantero de mediados del siglo XVII 41, creyendo que así lo había probado Pedro Tarquis, cuanto éste, en la cita referida no tuvo tal inten-ción, pues se limitó a poner un ejemplo de arcaísmo 42. Tras exponer el estado de la cuestión ya podemos señalar que esta portada se remonta a los primeros años de la iglesia. Disponemos del contrato para su ejecución, que se halla en una escritura notarial otorgada en El Realejo en noviembre de 1521 y que fue publicada, junto con las más antiguas de la escriba- 38 JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, La arquitectura..., op. cit., pp. 66-67. 39 MARÍA DEL CARMEN FRAGA GONZÁLEZ, La arquitectura mudéjar en Ca-narias, 1977, p. 260. 40 GRAZIANO GASPARINI, La arquitectura de las Islas Canarias. 1420-1788, 1995, p. 146. 41 GERARDO FUENTES PÉREZ y MARGARITA RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, «Arte», Los Realejos: una síntesis histórica, 1996, p. 123. 42 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros que han trabajado en las islas Canarias. Siglo XVII», Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 11 (1965), p. 325. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 284 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 18 nía de Los Realejos 43, aunque con lagunas, dado el mal estado del documento y su gran dificultad paleográfica. Por esta razón hemos completado la transcripción del texto en las partes que describen la obra a realizar, prescindiendo de los detalles refe-rentes a los materiales y a las condiciones de trabajo. Dos canteros, Francisco Ortiz y Hernán Moreno, se obligan a hacer y dar hecha ...la obra d[e c]antería y m[a]mpues[to de] la igl[e]sia de Señ[or S]antiago con las con[dicio]nes siguientes primeramente habéis [de ha]cer un[a] portada embazada y capi-telada [con] sus repisas y guardapolo (sic) de tercio para la por-tada y diez pies (2,80 mts. 44) de anchura y acompañada con sus esquinas y contraesquinas de cantería todo el castial frontero. Item que habéis [de] hacer un espejo sobre la portada de f[ro]n-ter[ o?] con sus piedras de modura (sic) que lleve u[n] bocel y dos copadas. Item habéis de hacer dos v[en]tanas encima del espejo y mo...dos campanas y encima de las dos venta[nas] otra ventana para un esquilón todo este cast[ial] y ... acompañado de cante-r[ ía ... ] mampuesto en ello. Item ha de llevar la portada un bo-cel y dos copadas con sus filet[es?]. Item habéis de hacer un encu-ñamiento enc[i]ma del es...de la portada como dice to[da? la? obr]a de cantería 45. Antes de analizar la descripción de la portada hemos de ha-cer dos puntualizaciones que afectan a este contrato. La prime-ra es la fecha, pues aunque en el extracto se indica que esta escritura fue otorgada el 11 de noviembre de 1521, lo cierto es que tal como se conserva en la actualidad falta la otorgación y la fecha. No nos parece probable que se haya perdido con pos-terioridad a la realización de los extractos, porque estos se guían por una numeración hecha a lápiz en los folios del cuadernillo en que está inserta la escritura, sin que falte actualmente algu-no de ellos. Posiblemente, como este documento inicia en el 43 MANUELA MARRERO RODRÍGUEZ, Extractos de los Protocolos de Los Realejos (1521-1524 y 1529-1561), col. Fontes Rerum Canariarum, vol. XXXIV, doc. 2. 44 Para la equivalencia de las medidas: MANUEL LOBO CABRERA, Mone-das Pesas y Medidas en Canarias en el siglo XVI, 1989, p. 70. 45 AHPT, escribanía de Segundo Piamontés, PN 3358, fol. 413 v.-414 (esta numeración está anotada a lápiz). Núm. 48 (2002) 285 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 19 vuelto del folio 413 y hay uno anterior que ocupa el recto de dicho folio, fechado el 11 de noviembre de 1521, se haya origi-nado una confusión que llevara a darle esa fecha al contrato de edificación de la iglesia. Aunque no podamos conocer con exactitud la fecha de esta escritura, sí podemos estimar, en base a la escritura precedente, con la cual comparte el mismo folio, que haya sido otorgada en la fecha señalada en el extracto o en alguno de los siguientes días. La segunda puntualización se refiere a la piedra a utilizar en la obra. En esta escritura no se especifica su procedencia, pero en otra otorgada el día 27 del mismo mes de noviembre El mayordomo de la iglesia concede a Juan Barroso el acarrear toda la cantería para la obra de la iglesia, desde la cantera de...y de junto a la viña de Beatriz de Ayora... 46 Nos encontramos ante unos puntos suspensivos que señalan un trozo de texto que en su momento no fue transcrito y que en este caso se refiere a la cantera de donde se extraería la piedra para la obra de la igle-sia, y por tanto, también para la primera portada jacobea. Tras leer la escritura original creemos que la transcripción es: T(a?)eyga, que identificamos con Tigaiga, en El Realejo de Aba-jo, donde aún hoy en día existe el topónimo de «Las Canteras». Este extremo, es decir, la cantera utilizada en la construcción de la iglesia, resulta de gran importancia en el tema que trata-mos, pues se trata, si no de la primera, sí de una de las prime-ras obras que se hicieron en Tenerife tallando el basalto y no la toba. Resulta significativo que en El Realejo se decidieran a uti-lizar el basalto en 1521, lo cual representa una fecha muy ade-lantada en relación al resto de la isla. Favoreció este hecho la existencia de una cantera que estaba relativamente cercana a la obra, lo que evitaba que se encareciera demasiado el acarreo de la piedra. No podemos dejar de señalar la circunstancia de que el ha-ber sido una de las primeras obras ejecutadas en Tenerife con 46 MANUELA MARRERO RODRÍGUEZ, op. cit., doc. 12. Aunque no se espe-cifica el nombre de la iglesia para la que se contrata la piedra podemos deducir que se trata de la de Santiago porque figuran como testigos Fran-cisco Ortiz y Hernán Moreno, albañiles, que eran los mismos que tenían a su cargo la obra contratada previamente para la citada iglesia. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 286 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 20 basalto es muy posiblemente la causa de que esta primera por-tada jacobea presente un tallado tosco de la piedra, pues los canteros aún no habían desarrollado su destreza con el nuevo material. Así, lo que para algunos ha sido señal de ingenuidad o tosquedad, sería en realidad la señal de una innovación técni-ca que aún no estaba plenamente dominada. Podemos señalar que la portada descrita en el contrato del año 1521 coincide con la que actualmente se halla en dicha iglesia del Realejo de Arriba, y la consideramos como la prime-ra de las portadas jacobeas, y modelo de las siguientes en el tiempo. La descripción coincide con la portada jacobea, aunque es algo más grande en el ancho, pues en el contrato se especi-fica que ha de tener diez pies de anchura, lo que equivale, aproximadamente, a 2,80 mts., mientras que la jacobea tiene 3,21 mts. a lo ancho y 1,95 mts. de luz 47. Esta diferencia en la anchura no descarta la identificación de la portada, pues duran-te la obra el mayordomo de la iglesia podía pedir cambios en el plan inicial, como más tarde probaremos que sucedió en la igle-sia del Realejo de Abajo. La descripción de los detalles sí coincide. La portada jacobea está «embazada», es decir, está asentada toda ella sobre una basa de cantería; está «capitelada», es decir, tiene dos capiteles, uno a cada lado; lleva «sus repisas», que son las ménsulas, las cuales, como ya hemos dicho en varias ocasiones, son una de las notas características de estas portadas; tiene su «guar-dapolo », o mejor dicho, su «guardapolvo», que es la cornisa que remata la portada a modo de tejadillo voladizo; lleva «sus esqui-nas y contraesquinas de cantería todo el castial frontero», o sea, que el arco que conforma y define el espacio donde han de ir las puertas de madera está ceñido en un marco de cantería a modo de «castial», o sea, de castillo. Otros detalles resultan más vagos e imprecisos, como el que la portada ha de llevar un bocel y dos copadas con sus filetes. Bocel y copada son términos referidos a molduras y por ello se dice en el contrato que el espejo, o sea, el ojo de buey, los ha de 47 Estas mediciones, como las demás señaladas en este trabajo, las he obtenido con cinta métrica metálica, lo que implica un pequeño margen de error. Núm. 48 (2002) 287 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 21 llevar en sus piedras de modura (sic); pero mientras bocel es una moldura convexa, copada lo es cóncava. Esta alternancia entre molduras cóncavas y convexas, muy propia de los ojos de buey, la hallamos en esta portada en los dos cuerpos horizontales que separan las basas de las pilastras, razón ésta por la que cree-mos que son las dos copadas a que alude la escritura. El «file-te », o «quadreto», es una moldura corrida, estrecha y de sección cuadrada o rectangular 48. Estos filetes se hallan profusamente en la portada, pues adornan las basas, las pilastras y el arco; crean-do un efecto de profundidad en todos estos elementos. PORTADAS JACOBEAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN DEL REALEJO DE ABAJO Cuando Guillermo Camacho publicó su estudio sobre la igle-sia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo, comenzó con esta reflexión: Estas notas, tomadas en el Archivo de la Concepción del Realejo de Abajo, no bastan para documentar la historia de aquella parroquia: les falta el concurso de otras fuentes y muy en particular de los datos que pudieran encontrarse en el Archivo de Protocolos 49. Esta reflexión, hecha por quién tanto se desveló por estudiar la historia de Los Realejos, es particularmente acertada en lo referido a la arqui-tectura de esta iglesia, pues la fuerte pendiente del terreno y la proximidad de la acequia de agua, que socavaba los cimientos, obligaron a desbaratar la iglesia en varias ocasiones y a desar-mar sus portadas para reubicarlas, por lo que resulta muy difí-cil comprender su desarrollo arquitectónico entre el sinfín de anotaciones de los libros de fábrica. Por nuestra parte, hemos rastreado en los protocolos nota-riales para conseguir las escrituras de contratos de obra que 48 JOSÉ RAMÓN PANIAGUA SOTO, «El léxico español de arquitectura del siglo XVI: los italianismos en la traducción del Tratado de Arquitectura de Sebastián Serlio por Francisco de Villalpando», Homenaje al profesor Hernández Perera, 1992, p. 133. 49 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial de Nues-tra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo», Homenaje a Elías Serra Ráfols, 1970, tomo II, p. 11. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 288 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada del costado de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1544). 22 Núm. 48 (2002) 289 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE permitan completar la investigación de Guillermo Camacho en cuanto se refiere al estudio de las portadas. En lo que atañe a las anotaciones de los libros de fábrica seguiremos las citas que extrajo este autor, sin contrastarlas con el original, ya que el párroco no nos ha facilitado el acceso al primer libro de fábri-ca 50, que abarca, aproximadamente, desde 1532 hasta 1635. Comenzaremos por referir que esta iglesia tiene tres porta-das: una lateral en la nave del evangelio, que es «jacobea»; y dos que hacen las veces de principales, una a los pies de la nave de la epístola, que es «jacobea», y la otra a los pies de la nave del evangelio. Las dos portadas jacobeas de esta iglesia son las más destacadas del grupo que estudiamos, por su elegante y rica decoración. Hemos localizado el contrato para labrarlas, fechado en el Realejo de Taoro el 25 de julio de 1544, día de Santiago Após-tol, y en él encontramos a Diego Suárez, mayordomo de la igle-sia de Nuestra Señora de la Concepción del lugar del Realejo de Abajo, contratando a Duarte Báez, maestro de cantería, es-tante en la isla, quién se obliga ...por mi propia persona y obre-ros y oficiales a hacer y dar hecha y acabada en toda perfección todo el cuerpo de la dicha iglesia de Nuestra Señora de la Con-cepción del dicho lugar del Realejo y de hacer en la dicha iglesia dos portadas labradas de cantería la principal de once palmos de hueco (2,31 mts.) y del altura todo lo que pidiere la dicha obra y la otra portada que ha de ser hacia la plaza del dicho lugar que sea de nueve palmos de hueco (1,89 mts.) y de altor lo que demandare la dicha obra bien hechas y con sus escarsones y con-forme a una muestra de papel que hizo Alonso de Luján cantero que está en poder del escribano de esta carta. Otrosí me obligo de hacer en la dicha iglesia dentro del dicho término un campanario de cantería labrado en que puedan poner en la esquina de la banda de arriba dos campanas grandes y una pequeña conforme a la dicha muestra. Otrosí me obligo a hacer en la dicha iglesia encima de la puerta principal un espejo de piedra labrado de cua-tro palmos de lumbre (84 cms.) y conforme a la dicha muestra. Otrosí me obligo de hacer en la dicha iglesia en la parte que 50 GUILLERMO CAMACHO lo llama: Libro de Fundación y Origen de esta Parroquia. 23 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 290 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS conviniere dos ventanas rasgadas (o sea, conopiales) de cante-ría que tengan cinco palmos de altor (1,05 mts.) y uno de hueco (21 cms), bien hechas y conforme a la dicha muestra. Otrosí me obligo de hacer el cuerpo de la dicha iglesia de al-bañilería y piedra y barro con sus esquinas y contraesquinas y las dichas esquinas asentarlas con cal conforme a la pared que fuere fundado el dicho campanario 51. ALONSO DE LUJÁN, EL CANTERO En el contrato se especifica que la obra se haría conforme a una muestra de papel que hizo Alonso de Luján cantero, papel que quedaba en poder del escribano público para posteriormen-te poder comprobar si Duarte Báez se había ajustado al mismo. En este «papel» vemos una clara alusión a la traza de un ar-quitecto con sólidos conocimientos teóricos, lo que nos lleva a inquirir quién era este Alonso de Luján. Es un personaje totalmente desconocido hasta la fecha, a menos que se trate del «cantero Luxán» que el 5 de noviembre de 1515 fue contratado por el Cabildo de la Catedral de Las Palmas para labrar los arcos de las torres de los caracoles, obra en la que consta trabajaba en 1517 52. Aunque bien pudiera ser este «cantero Luxán» de Las Palmas el Fernando Luxán, cante-ro, que hacia 1532 labró un arco en la ermita de Nuestra Se-ñora de la Encarnación de Santa Cruz de La Palma 53. Ante la duda no es posible una identificación segura. Hemos logrado reunir varias referencias ciertas que nos per-miten ubicar a este enigmático personaje. Sabemos que en di-ciembre de 1543 estaba en El Realejo de Taoro, porque en esas 51 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3366, fol. 285 numeración arábiga (en adelante: n.a.). Entre los testigos de esta escritura aparece el licenciado Juan Toscano, Vicario de la isla de Tenerife y Visitador general del obispado. Al pie de esta escritura aparecece este visitador aprobándola, pero esta aprobación está tachada sin que se indique el motivo. 52 SANTIAGO CAZORLA LEÓN, Historia de la Catedral de Canarias, 1992, pp. 48.50.507. 53 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros que han trabajado en las islas Canarias», Anuario de Estudios At-lánticos, núm. 10 (1964), pp. 489-490. 24 Núm. 48 (2002) 291 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Detalle de la Portada del costado de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. Ménsula y venera. 25 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 292 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 26 fechas quiso otorgar un poder general a favor de su esposa Jua-na Gómez, vecina de la isla de Gran Canaria, con una cláusula especial ...para que pueda vender y venda una casa que yo he y tengo en la ciudad de la isla de de (sic) Gran Canaria que tiene por linderos por delante la calle real y por la otra parte casas de Alonso Hernández y del otro cabo casas de Pedro Moreno y por la otra parte casas del (sic) Juan Delgado... 54 Este poder nos per-mite saber que era vecino de Gran Canaria, donde además te-nía una casa de su propiedad, de lo que deducimos que era en esa isla donde había desarrollado anteriormente su trabajo. También inferimos de esta escritura que hizo la traza de la igle-sia del Realejo Bajo sobre el terreno, por lo que debemos pre-guntarnos el porqué dejó esta obra a otro cantero, a menos que tuviera entre manos un proyecto de mayor envergadura. Sabemos que ya estaban en marcha los preparativos para la obra porque el 8 de agosto de ese mismo año de 1543 el mayor-domo de la iglesia se concertó con Lope Báez, vecino de La Orotava ...que yo el dicho Lope Báez me obligo a vos el dicho Diego Suárez de os traer y acarrear con mis bueyes y carreta has-ta la dicha iglesia toda la piedra que hubiereis menester para ha-cer el cuerpo de la dicha iglesia que se entiende de esquinas y contraesquinas y mampuesto lo cual tengo de traer y acarrear desde la cantera que está junto a la carnicería de este dicho lugar hasta la poner a par de la dicha iglesia a donde hubiere lugar para lo poner... y la comenzaría a traer desde el primer día de sep-tiembre 55. Esto implicaba ya la presencia de un maestro cante-ro que supervisara el corte de los cantos y su tallado. Tres meses más tarde, el 28 de marzo de 1544, también en el Realejo de Taoro, otorgó poder general a favor de Rodrigo de Quesada, mercader, vecino de la isla de Gran Canaria, con una cláusula ...para que podáis vender y vendáis t[o]dos y cualesquier bienes así raíces como muebles que yo he y tengo en la isla de Gran Canaria... 56 Y un mes más tarde, el 4 de mayo, otorgó otro 54 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3365, fol. 337 n.a. La escri-tura no se otorgó, como consta por una anotación: No lo otorgó; y el espa-cio correspondiente al día del mes quedó en blanco. 55 Ibídem, fol. 342 n.a. 56 Ibídem, PN 3366, fol. 104 n.a. Núm. 48 (2002) 293 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 27 poder general, esta vez en la ciudad de La Laguna, a favor del dicho Rodrigo de Quesada y de Hernán Pérez de Loyantes?, vecinos ambos de Gran Canaria, con cláusula especial para ven-der ...unas casas mías que yo he y tengo en la dicha isla de la Gran Canaria que lindan con casas de Alonso Hernández Peque-nino y de otra parte con casas de Delgado y por detrás con co-rrales de Juan Cortés y por delante la calle real... 57 Estas dos es-crituras confirman que abandonaba Gran Canaria, posiblemente en busca de mejores ofertas de trabajo. Tres meses después, el 4 de julio, otorgaba en La Laguna otro poder general a favor de Diego García, regidor y vecino de la isla de La Palma 58, sin que acertemos a saber qué intereses tenía en esa isla. Poco después recibiría el único aprendiz del que tenemos noticias, un niño de ocho o nueve años de edad, llamado Baltasar, al que su madre, Angela Hernández, viuda de Francis-co Pariente, puso de aprendiz con Alonso de Luján el 5 de sep-tiembre de ese mismo año. El aprendizaje duraría diez años y el cantero se obligaba a que ...le habéis de enseñar vuestro oficio de cantería (...) y en fin del dicho tiempo lo daréis que sepa hacer de cantería una portada y una ventana y un arco de cualquier punto que le fuere demandado la cual portada y ventana sabrá hacer con sus molduras y rasas y una pared de albañilería y otras cosas más primas al dicho oficio pertenecientes... 59 Para estas fechas parece que ya se había asentado en La Laguna, porque el 16 de noviembre otorgó en esa ciudad otra escritura, en la que ya se denomina como vecino de la isla de Tenerife, y por la que se obligaba a pagar a Gonzalo Hernández de Mesa tres mil maravedís por unas telas 60. No debía de pasar por una buena situación económica porque el 27 de octubre de 1545, expirado el plazo para pagar las telas, Gonzalo Hernández 57 AHPT, escribanía de Luis Méndez, PN 28-B, fol. 713. 58 AHPT, escribanía de Bartolomé Joven, PN 214, fol. 342. En la hoja anterior, sin foliación, hay una escritura con idéntico contenido, con la misma fecha y firmada por el cantero y el escribano, pero tachada. 59 AHPT, escribanía de Gaspar Justiniano, PN 877, fol. 427 v. No tene-mos más noticias sobre este Baltasar. 60 Ibídem, PN 876, fol. 160. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 294 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 28 de Mesa sacó mandamiento para cobrarlas por vía ejecutiva 61. Esta mala situación económica parece confirmarse por otra compra de telas que hizo el 31 de marzo de 1545, por valor de dos mil quinientos maravedís 62, de los cuales sólo pagó la mi-tad, por lo cual el mercader procedió en el mes de septiembre a cobrarle por vía ejecutiva 63. El 27 de febrero de 1546 firma como testigo en una escritura otorgada en la cárcel pública de La Laguna, lo que nos hace sospechar que bien pudiera estar preso por deudas 64. Estos datos sueltos pueden dar una ligera idea de sus andanzas, pero de su obra como cantero sólo dan testimonio las dos portadas «jacobeas» del Realejo de Abajo, en cuanto que fueron hechas siguiendo su traza. Ellas solas bastan para estimarlo como un arquitecto de talento y capacidad teórica. Sus penurias económicas son comunes a la generalidad de los artis-tas de la época. Si desarrolló parte de su labor en Gran Cana-ria está aún por abribuírsele; y si la llevó a cabo en la Catedral va a ser más difícil, porque faltan las actas del Cabildo cate-dralicio comprendidas entre 1541 y 1552 65. Sospechamos, basándonos en su talento y en la coinciden-cia de fechas, que él haya sido el cantero contratado en 1546 para ampliar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Con-cepción de La Orotava, obra a la que nos referiremos al tratar de la portada «jacobea» de la citada iglesia. DUARTE BÁEZ Y SIMÓN BORGES, CANTEROS Carmen Fraga cita al portugués Duarte Báez como uno de los canteros que trabajó en la iglesia parroquial del Realejo 61 Ibídem. Consta en nota marginal. 62 AHPT, escribanía de Francisco de Rojas, PN 767, fol. 340. Fue otor-gada en La Laguna. 63 Ibídem. Consta en una nota marginal. 64 AHPT, escribanía de Bartolomé Joven, PN 215, fol. 184. No se espe-cifica su profesión, pero dado que la firma es igual a la usada por el can-tero creemos que es el mismo personaje. 65 JESÚS HERNÁNDEZ PERERA, «Sobre los arquitectos de la catedral de Las Palmas, 1500-1570», El Museo Canario, núm. 73-74 (1960), p. 286. Núm. 48 (2002) 295 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Portada principal de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1661-1669). 29 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 296 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Bajo 66, pero sin señalar cual fue su obra; y al hacer la «Rela-ción de canteros existentes en Canarias hasta el año 1700» cita al dicho Duarte Báez en el Realejo Bajo en 1545 y a Simón Borges en el mismo lugar y año 67. Ignoramos cual sea la fuente utilizada por esta autora para obtener estos datos, aunque po-demos suponer que provienen del primer libro de fábrica de la iglesia, al consignar los pagos a estos dos canteros, que eran padre e hijo respectivamente. Duarte Báez no pudo finalizar la obra de la iglesia pues fa-lleció en el ínterin. Ya enfermo, otorgó el 22 de agosto de 1544 un testamento que nos proporciona detalles de gran valor. Se declara como vecino del lugar de Arifaña de Sosa, que se dice la Veleda, en el reino de Portugal, lo que abunda aún más, si cabe, en el predominio de los portugueses en la cantería de Canarias durante el siglo XVI. Hace una relación de todas las deudas que se le deben, por la que se trasluce que había residi-do en La Laguna y que se había dedicado a obras menores, sien-do ésta, muy posiblemente, su primera obra de envergadura en Tenerife, aunque sería su hijo el encargado de rematarla. Lo que a nosotros nos resulta de más importancia es esta cláusula: Item digo y aclaro (sic) que por cuanto yo tomé y ten-go a partido la obra de la iglesia de Nuestra Señora de la Con-cepción de este lugar del Realejo porque conforme a una escritura que hice con Diego Suárez mayordomo la había de hacer por cier-to precio y dentro del término contenido en la dicha escritura que pasó ante el escribano insoescrito y para en cuenta de lo que el dicho Diego Suárez me había de pagar confieso haber recibido del dicho Diego Suárez diez y nueve doblas y media poco más o menos por manera que conforme al tiempo que yo he estado con mis oficiales y obreros en hacer la dicha obra juntamente con el par-tido que hice con el dicho Diego Suárez fuera de la dicha escritu-ra de hacer las esquinas y contraesquinas de la dicha iglesia de canto labrado que fueron a real nuevo cada esquina se me debe de resto de todo doce doblas poco más o menos. Las cuales man-do que se cobren del dicho Diego Suárez 68. 66 MARÍA DEL CARMEN FRAGA GONZÁLEZ, op. cit., p. 260. 67 Ibídem, p. 52. 68 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3366, fol. 286 n.a. 30 Núm. 48 (2002) 297 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Duarte Báez hace referencia a un acuerdo entre el y el ma-yordomo fuera de la dicha escritura del que no hemos hallado constancia documental. Estos acuerdos que alteraban el contra-to inicial tenían como razón el que una vez empezada la obra, y siendo las limosnas de los fieles mayores de lo que se espera-ba inicialmente, el mayordomo se iba animando a hacer la obra un poco más grande, mejor arreglada y más suntuosa. Esto resulta muy importante en el caso que nos ocupa por la medi-da de las portadas. Según el contrato inicial la portada princi-pal habría de tener once palmos de hueco, es decir, de luz, lo que equivale a 2,31 mts.; y la portada «jacobea» de la nave de la epístola tiene 2,36 mts. de luz, con lo cual coinciden. Por el contrario, la otra portada no coincide, porque la contratada había de tener nueve palmos de hueco, es decir, aproximada-mente 1,89 mts.; y la «jacobea» de la nave del evangelio tiene 2,65 mts. de luz. La que fue contratada como puerta lateral, que ha de ser hacia la plaza, no sólo es mucho más grande de lo estipulado en el contrato inicial, sino que además acabó sien-do más ancha que la puerta principal. Esto tiene su explicación. La puerta principal, que seguía siendo la más grande por su mayor altura, se abría para que por ella salieran las procesio-nes y en los días más solemnes. Las otras puertas, las laterales, llamadas «colaterales» o «traviesas» en la documentación de la época, servían de entrada ordinaria, y era por ellas por donde generalmente entraban los fieles a la iglesia. No es de extrañar que puesto el mayordomo a mejorar la obra contratada decidie-ra dar más ancho a la portada lateral, para que así entraran y salieran con más amplitud los fieles, razón ésta de bastante peso; mientras que la puerta principal ya era lo bastante gran-de para las procesiones. A este respecto recordemos que el obis-po don Juan de Alçoloras, cuando visitó la iglesia en 1570, dis-puso que: la puerta colateral, la delatera dellestá muy pendiente e manda que se haga e aumente a la dicha puerta un paseadero llano con un pretil e unas gradas 69. Otra modificación que presenta la portada «jacobea» de la epístola, aparte del cambio del ancho, es la colocación sobre ella 69 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 14. 31 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 298 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS de un frontón triangular. Podemos afirmar que es un añadido posterior basándonos en que las dos portadas jacobeas de esta iglesia tienen tallada decoración de hojas vegetales en los guar-dapolvos; mientras que los de este frontón, aunque tienen la misma moldura que el guardapolvo inferior, que es el propio de la portada jacobea, carecen de esta ornamentación vegetal, lo que denota que no son de la misma mano ni fecha. Ya Gui-llermo Camacho expresaba su parecer de que este frontón pa-recía posterior al conjunto de la portada 70. Aunque no hemos hallado constancia documental del aña-dido de este frontón, creemos posible datarlo en base al escudo que lleva en su centro con las armas del Apóstol San Pedro. Este escudo resulta lógico hallarlo en una iglesia dedicada a este Apóstol, como en la de San Pedro de Vilaflor, pero hallarlo en la del Realejo de Abajo, debe responder a otra razón. Opinamos que se debe relacionar este escudo con las cofradías de Las Lágrimas de San Pedro. La primera de estas cofradías que hubo en Tenerife fue fundada en 1644 en la parroquia de La Con-cepción de La Laguna, seguida por otras, entre las que se en-cuentra la del Realejo de Abajo 71. Cuando Guillermo Camacho publicó su estudio sobre esta iglesia del Realejo Bajo no hizo referencia alguna a esta cofra-día, aunque sí se refirió a la imagen de San Pedro penitente 72, que era la titular de estas cofradías. Afortunadamente dispone-mos de un documento que no sólo nos da la fecha de funda-ción, sino que además nos denota la preeminencia que se abrogaba esta cofradía. El 5 de junio de 1664 el capitán Juan Díaz Oramas, vecino del Realejo de Abajo, acudió ante el obispo, que por aquellas fechas se hallaba en La Orotava, con esta súplica: ...y digo que por la cuares-ma pasada de este año se fundó una hermandad y c[on]f[ra]t[e]r-nidad de las lágrimas de el Sr. San Pedro en la parroquial de el dicho lugar del Realejo y siendo como es la más moderna el martes que se contaron [tres?] de el corriente concurriendo la dicha confraterni- 70 Ibídem, p. 20. 71 JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, op. cit., pp. 134-137. 72 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 23. 32 Núm. 48 (2002) 299 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE dad con la de el Santísimo Sacramento en un entierro quiso preferir a dicha confraternidad de el Santísimo Sacramento despojándole de su antigüedad por ser la primera fundada... El obispo intervino, poniendo las cosas en su sitio, y decretando que la confraternidad de San Pedro sólo tendría precedencia sobre la del Santísimo ...en la procesión de las lágrimas de Ntro. Padre San Pedro que sale el Martes santo de cada un año... 73 La fundación de esta cofradía coincidió con la «Obra de la Iglesia nueva», acometida entre los años 1661 y 1669 por el mayordomo de la iglesia, que por aquel entonces era Salvador Aguiar 74, quien era sacerdote 75 y con toda seguridad miembro de dicha cofradía. Por ello creemos muy posible que el frontón con las armas de San Pedro Apóstol corresponda a esta obra. Tras la muerte de Duarte Báez prosiguieron los trabajos a buen ritmo, pues no habían transcurrido aún nueve meses des-de la firma del contrato cuando el 9 de abril de 1545 Simón Borges, cantero, hijo de Duarte Báez, difunto, otorgó escritura de finiquito a Diego Suárez, mayordomo de la iglesia de La Concepción del Realejo, por cuantía de 98.408 maravedís ...por razón de las obras siguientes que él y el dicho su padre eran obli-gados a hacer. Los sesenta y cinco mil mrs. de dos portadas y un campanario y un espejo y dos ventanas rasgadas que hizo en la dicha iglesia; y los veinte y cinco mil y cuatrocientos y ochenta y ocho mrs. por razón de doscientas y treinta y seis tapias que hi-cieron en la dicha iglesia de albañilería a razón de dos reales nuevos y un cuartillo cada tapia; y los mil y setecientos y cin-cuenta mrs. por encalar la dicha iglesia por de fuera; y los mil y novecientos mrs. por cuarenta cantos de cantería labrados que fueron menester para una esquina de la dicha iglesia y ocho do-blas y media de oro por razón de un altar que hizo de cantería dentro de la dicha iglesia... 76 73 AHPT, escribanía de Bartolomé Varela de Sotomayor, PN 3430, fol. 406-407. 74 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 15-16. 75 AHPT, escribanía de Andrés Hernández Pinto del Castillo, PN 3608, fol. 541 v. 76 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3367, fol. 61 numeración romana. 33 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 300 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS ELÍAS MORENO, UN CANTERO QUE NO EXISTIÓ En el exterior de la iglesia de La Concepción del Realejo de Abajo se encuentran dos medallones de piedra, colocados actual-mente sobre la portada situada a los pies de la nave del Evan-gelio. Aunque esta portada no es jacobea, hemos de datarla para así poder clarificar el origen de estos medallones, que según la tradición local representan a D. Alonso Fernández de Lugo, conquistador y primer Adelantado de la isla, y a Bencomo, mencey de Taoro en el tiempo de la conquista. Pedro Tarquis la atribuyó al cantero Elías Moreno, que la habría labrado hacia el año 1587 77. Esta afirmación fue el fru-to de una serie de desafortunados lapsus que llevaron a este historiador a un error. Para documentar su afirmación Pedro Tarquis escribió: Investigación P.T.R. Las fuentes de esta construc-ción están en el «Archivo de la Exclaustración», Santa Cruz de Tenerife. Testamento de don Juan de Gordejuela, cláusula donde se habla de la fábrica de la primitiva iglesia del Realejo de Abajo. Año de 1587. Se cita al maestro Elías Moreno, cantero, quien se halla trabajando y dirigiendo aquella obra 78. Guillermo Camacho, al tratar posteriormente este tema, no se adscribió a la afirmación de Tarquis, dejando abierta la posi-bilidad de que esta portada correspondiera a las obras de am-pliación del templo parroquial llevadas a cabo entre los años 1661 y 1669, hipótesis a la que nos sumamos. Guillermo Ca-macho tenía sus dudas sobre la argumentación de Tarquis, que no cuadraba con un descargo de ciento veintiocho reales que el mayordomo de la iglesia hizo en las cuentas de los años 1668 y 1669: «de acavar la puerta principal de abajo», que le faltaba una hilera de cantería y de los sardineles —remates— de ambas 79. Podemos señalar que Tarquis está citando un testamento que vio en el «Archivo de la Exclaustración» en Santa Cruz de Tenerife, el cual se halla actualmente integrado en el Archivo 77 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de...», 1965, art. cit., p. 317. 78 Ibídem. 79 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., pp. 15-16. 34 Núm. 48 (2002) 301 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife bajo la denomi-nación de fondo «Conventos». Hemos revisado dicho fondo sin hallar tal documento, pero sí, en un pleito del convento de frai-les agustinos del Realejo, algunas cláusulas del testamento ce-rrado otorgado por el regidor D. Juan de Gordojuela el 13 de abril de 1619 y que fue abierto el 22 de junio de 1622 80; y un codicilio que otorgó el primero de abril de 1622 8 1; y otro codicilio fechado el 19 de abril de 1622 82; documentos todos de los que consta en el expediente del pleito que estaban en poder del dicho convento en forma de copias legalizadas. Esto nos lleva a una conclusión y es que Pedro Tarquis no pudo ver ese testamento presuntamente otorgado por D. Juan de Gordojuela en 1587, porque ese documento difícilmente po-día estar en el «Archivo de la Exclaustración». Este archivo se formó con los fondos de los conventos suprimidos en el siglo XIX a raíz de la Desamortización, y en dichos conventos sólo se guardaban los testamentos que se hacían efectivos, es decir, el último otorgado antes del fallecimiento, pues los precedentes quedaban anulados. Por ello, no parece lógico que al convento le interesara un testamento otorgado por D. Juan de Gordojuela en 1587 si el último, y por tanto el definitivo, era de 1619, es decir, treinta y dos años posterior. Creemos que el origen de la confusión se localiza en el plei-to a que nos referíamos antes y en el cual se incluye una dona-ción que D. Juan de Gordojuela hizo el 24 de agosto de 1616 a favor del convento de religiosos agustinos del Realejo. En esta escritura, al señalar las obras que estaba realizando para acon-dicionar el mencionado convento, dice: Item que porque voy haciendo y tengo pagado oficiales cantero (sic) cantidad de maravedís para unas portadas de la iglesia en el cuerpo de ella... 83 80 AHPT, Conventos 3283, fo. 86-116. Fue abierto ante el escribano públi-co Juan Alonso Romero, del cual no se conserva el protocolo del año 1622. 81 Ibídem, fol. 116-131. También fue otorgado ante Juan Alonso Romero. 82 Ibídem, fol. 131 v.-135 v. Fue otorgado ante el escribano público Juan Sáez de Gordojuela. 83 Ibídem, fol. 66. En la escritura original hay una pequeña diferencia en la cita, pues se lee pagado a oficiale[s] cantero y no pagado oficiales cantero como dice la copia: AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3590, fol. 159. 35 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 302 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Tarquis debió confundir la iglesia del convento de los agusti-nos con la iglesia parroquial, aunque no acertamos a compren-der de donde pudo provenir la fecha de 1587. El documento que más se aproxima a esta fecha, y a las preocupaciones religiosas de D. Juan de Gordojuela, es una carta de dote que otorgó en La Laguna el 21 de abril de 1586 a favor de su hermana Cata-lina de Hulierte; en la cual le daba: Item unas casas alto y bajo que son en el dicho Realejo donde está el dicho oficio (se refiere al oficio de la escribanía pública de Los Realejos) desde lindan-do con la casa y recámara que está de la parte de arriba porque desde el dicho lindero hacia la iglesia queda para el recogimiento de mi madre y hermanas y por la parte de abajo y delantera la plaza y por el otro lado la calle real y por la parte del corral lin-dando al horno 84. Esta cláusula denota su intención de fundar un «recogimiento» o «beaterio» para las mujeres de su familia junto a la iglesia parroquial de La Concepción. Recordemos que en su testamento ordenó la fundación de un convento de mon-jas en El Realejo, lo que se haría realidad, bastante tiempo des-pués, con el monasterio de agustinas. Sin embargo, parece ser que el «recogimiento» no llegó a funcionar en la práctica, de lo cual es indicio que su madre, Margarita Grimón, al testar en El Realejo en 1588 no hizo ninguna mención al mismo 85. Lo que sí podemos explicar es el origen del nombre del can-tero al que atribuyó la portada. En una escritura otorgada en El Realejo el 13 de febrero de 1611 ...Luis Merino albañil 86 y Rafael Hernández el mozo carpintero y Martín Hernández 87 veci- 84 AHPT, escribanía de Francisco de Mesa, PN 916, fol. 483-483 v. 85 AHPT, escribanía de Francisco Gil, PN 3398, fol. 189. Lo más pare-cido al proyectado «Recogimiento» de D. Juan de Gordojuela parece haber sido la casa de las beatas Delgadas en El Realejo de Abajo, citada en una escritura pública el 15 de diciembre de 1608: AHPT, escribanía de Lope de Mesa, PN 1230, fol. [...roto...]. 86 Luis Merino es un cantero estudiado en su momento por el mismo Pedro Tarquis, que lo documentó trabajando en 1619 en la iglesia de Nues-tra Señora de la Asunción de San Sebastián de La Gomera y lo relacionó, opinión que compartimos, con la saga de canteros de ese mismo apellido que trabajaron en Tenerife desde la primera mitad del siglo XVI: «Dicciona-rio de...», 1965, art. cit., pp. 297-298. 87 Este Martín Hernández creemos poderlo identificar con el carpinte-ro Martín Fernández, vecino de Icod, que trabajó en la iglesia de Santiago 36 Núm. 48 (2002) 303 32 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE nos del dicho lugar... otorgaron carta de dote a favor de ...María Merino hija legítima del dicho Luis Merino y sobrina de los de-más nombrados..., que iba a contraer matrimonio con Juan Gómez, natural de la isla de Madeira 88. Esta escritura de dote fue otorgada, como acabamos de señalar, en El Realejo, ...estan-do en el convento de Señor San Agustín... El que estos tres hom-bres otorgaran esta escritura dentro del convento debe haber obedecido al hecho de que estaban trabajando en el mismo. A la confusión entre el convento agustino y la iglesia parroquial unió Tarquis un error con el nombre del cantero, convirtiendo a Luis Merino en «Elías Moreno», transformación que se puede haber originado en un error de transcripción. Esta confusión de nombres se confirma por el hecho de que esta portada de la iglesia de La Concepción del Realejo Bajo es la única obra que Pedro Tarquis le pudo atribuir; y aunque asegu-ró la existencia de este cantero: Se le denomina con diferen-tes calificativos, en los documentos de finales del XVI y entrada del XVII: cantero, maestro de cantería, alarife 89; no hemos podido localizar ni una sola mención a este cantero en la documenta-ción de esas fechas. Antes decíamos que nos sumábamos a la hipótesis de Gui-llermo Camacho sobre el origen de esta portada y nos basamos para ello en una escritura de tipología realmente infrecuente, pues aunque se suelen encontrar contratos para edificar iglesias no se puede decir lo mismo de escrituras de aprobación de las obras por parte de los fieles y este es el caso. En 1661 el mayor-domo de la iglesia parroquial había comenzado las obras de ampliación, pero deseando asegurarse el consenso y el apoyo de los vecinos aprovechó un día de máxima concurrencia, que fue la víspera de la Asunción de la Virgen, para someter su proyec-to a la aprobación de los feligreses: En el lugar del Realejo de Abajo isla de Tenerife en catorce días del mes de agosto de mil y seiscientos y sesenta y un años día festivo en que concurrió mu-cha cantidad de vecinos en la parroquial de este dicho lugar (si-del Realejo hacia el año 1600: Guillermo CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La Iglesia de Santiago...», art. cit. p. 136. 88 AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3587, fol. 276. 89 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de...», 1965, art. cit., p. 317. 37 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 304 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS gue la relación de algunos de los presentes) y otros muchos ve-cinos de este dicho lugar hasta cantidad de más de cien vecinos y estando todos juntos a la puerta de dicha parroquial que sale a el paseo el dicho mayordomo de la fábrica les dijo a todos en alta voz que en una obra que está haciendo en dicha parroquial para alargarla quería hacer dos puertas que salgan a la plaza nueva en cada nave de la iglesia una que se los hacía saber para que fuese con gusto de todos y luego que propuso lo arriba dicho los dichos vecinos todos en alta voz unánimes y conformes dijeron que es muy acertado y conviene se hagan dichas dos puertas en las dichas dos naves que salgan a dicha plaza y así lo dijeron y vinieron en ello y el dicho Salvador de Aguiar pidió a mí el pre-sente escribano se lo dé por testimonio y ponga en el protocolo de escrituras públicas... 90 De la lectura de este curioso documento parece desprender-se que la iglesia proyectada llevaría cuatro puertas, de modo que tendría tres que dieran a la plaza, a portada por cada una de las tres naves. Finalmente este proyecto se simplificó y sólo se hizo una de los dos nuevas portadas que se habían proyectado inicialmente, que es la que se colocó en la nave del evangelio, y la «jacobea» se ubicó en la de la epístola, mientras que la nave central quedó sin acceso directo por la plaza, circunstancia ésta última excepcional en Canarias. En base a esto opinamos que la portada principal, situada a los pies de la nave del evangelio, atribuida inicialmente a Elías Moreno hacia el año 1587, corresponde a las obras de amplia-ción ejecutadas entre los años 1661 y 1669. Hubiera sido nues-tro deseo el localizar el correspondiente contrato, pero a pesar de nuestra búsqueda en las escribanías de Los Realejos, La Orotava, Icod de los Vinos y Garachico no hemos localizado ni un sólo documento relacionado con dichas obras. Ni siquiera hemos podido averiguar el nombre del cantero responsable de la obra. Ello puede deberse a un hecho que hemos podido cons-tatar y es que para esa época ya no se solía acudir como antes a los escribanos públicos para formalizar estos contratos de construcción, lo que nos remite a otras fuentes documentales, 90 AHPT, escribanía de Bartolomé Varela de Sotomayor, PN 3429, fol. 357v-358. 38 Núm. 48 (2002) 305 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE que en este caso no nos ha sido posible consultar, pues, como ya indicamos antes, no se nos ha facilitado el acceso al archivo parroquial. Otro punto a aclarar es el de otras dos obras de importancia que se hicieron en La Concepción antes de la remodelación ini-ciada en 1661. Ambas fueron documentadas por Guillermo Camacho a partir de los libros de fábrica. La primera, realizada hacia 1626, había sido concertada con Manuel Penedo, maes-tro de cantería, ante Juan Alonso Romero, escribano público; y consta un pago «por la redificación de la nave que se cayó con una tempestad que ubo de agua y viento» 91. Hemos hallado el contrato, que había sido otorgado nueve años antes, el 6 de julio de 1617. En él, Luis Ángel, como mayordomo de la parroquia se concertó ...que dentro de un año cumplido por fin del mes de junio del año que verná (sic) de seiscientos y diez y ocho años el dicho Manuel Penedo maestro de cantería sea obligado y se obli-gó de hacer por sus manos en toda perfección a parecer de oficia-les que del dicho su oficio entiendan cinco arcos de cantería en la dicha iglesia de Nuestra Señora de la Concepción parroquial de este dicho lugar en esta manera los tres en una nave que se hace en el cuerpo de la dicha iglesia a la parte de arriba comenzando desde el asiento de Hernando de Castro hasta llegar a el altar del Rosario y pared de la capilla mayor y el otro arco se entiende el arco principal de la capilla mayor que se entiende y ha de hacer en el hueco de toda la dicha capilla de pared a pared del dicho cuerpo de la dicha iglesia y el otro arco se entiende y ha de hacer dentro de la dicha capilla a la parte de arriba en el largor que por el beneficiado y alcalde y vecinos de este dicho lugar se le ordenare y por el dicho mayordomo el arco principal ha de ser ornado de arquitectura y los cuatro arcos de suso según es costumbre en otras iglesias llanos y todo bien labrado y perfeccionado (...) La cual dicha obra de suso se hace por mandato de su señoría del obispo de Canaria don Antonio Corrionero 92. También encontramos un finiquito que el 25 de enero de 1626 otorgó en Garachico Manuel Penedo a favor del mayordo- 91 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 15. 92 AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3590, fol. 540-540v. 39 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 306 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS mo de La Concepción del Realejo de Abajo por importe de 5.400 reales ...en que fue concertado con el susodicho por cinco arcos de cantería que hizo en la dicha iglesia conforme a la escritura de concierto que de ello hicieron que pasó por ante Juan Alonso Romero escribano público de los Realejos... 93 Estos dos documen-tos nos aclaran que se trató de la edificación de una nave de la iglesia, que identificamos como la de la Epístola, por hallarse a la parte de arriba y porque la siguiente obra consistió en hacer la nave del Evangelio, que es la que da al «paseo» y a la esca-linata adjunta. Además, comprobamos que no se hace alusión a ninguna portada. La segunda obra, realizada hacia 1635, fue nuevamente con-tratada con Manuel Penedo, por escritura pública ante el escri-bano Juan Alonso Romero, y consta un descargo del mayordo-mo de la iglesia «que parece ha gastado y dado en cuenta de la nueva nave que ha de hacerse» 94. También hemos encontrado este contrato, fechado el 27 de julio de 1631, y que nos aporta una jugosa descripción de la obra a realizar: ...que el dicho Manuel Penedo se obliga con sus manos a hacer como tal oficial una nave en la iglesia de este dicho lugar que se entiende tres arcos y paredes en ellos y por la parte de abajo una pared que iguale a la dicha nave y a mudar la puerta traviesa que cae a las almenas y escalones y las ventanas finestras también las ha de mudar de la pared que hoy está hecha y ponerlas en la pared nueva que se ha de hacer y también se obliga el dicho Manuel Penedo a hacer la pared del paseo que se ha de hacer a la parte de abajo de la dicha pared nueva del largo y tamaño que se le señalare y fuere necesario y a mudar los escalones por donde se haya de subir al dicho paseo y otros que caen a la parte del naciente y enlosar dicho paseo de losas de cantería del tamaño que se señalare... 95 A este contrato de obra podemos unir un recibo otorgado en El Realejo el primero de junio de 1635 por el cantero Manuel Penedo a favor del mayordomo de la iglesia por importe de 2.840 reales ...a cuenta de la nave que tiene concertado de hacer 93 AHPT, escribanía de Salvador Pérez de Guzmán, PN 2105, fol. 78 v. 94 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 15. 95 AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3595, fol. 650v. 40 Núm. 48 (2002) 307 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE [e]n la parroquial de este dicho lugar de que se hizo escritura como de ella parecerá a que se refiere... 96 Esta segunda nave ha de ser la del Evangelio, por hallarse a la parte de abajo, y ser la que da al paseo. Este paseo, o pasea-dero, como lo llama Guillermo Camacho 97, debe corresponder con el que ha llegado hasta nosotros. Constatamos que no se manda hacer ninguna portada nueva, sino trasladar a una nue-va ubicación la puerta traviesa ya existente, la cual identificamos con la jacobea que da a la escalinata del paseadero. UNA PORTADA CON MENSAJE La tradición local intenta identificar los personajes «retrata-dos » 98 en los medallones mediante una explicación que resulta lógica y sugestiva en la tradición historiográfica de Canarias, que alentada en 1594 por fray Alonso de Espinosa 99, y asentada en 1604 por el poeta Viana 100, veía en el mencey Bencomo el retra-to del buen «salvaje», que luchaba por la independencia de su tierra y por la libertad de los suyos frente a la agresión del con-quistador., Esta identificación con el mencey Bencomo era muy adecua-da y sugerente para quienes estaban inmersos en esta corriente historiográfica, que arranca del siglo XVI. Pero si estos medallo-nes son más antiguos, como así lo creemos, el retratado no se-ría Bencomo, sino otro personaje más acorde con los gustos de los vecinos del Realejo Bajo en la primera mitad del siglo XVI. 96 Ibídem, PN 3597, fol. 405-405 v. El cantero declara que ha recibido cien reales más por otros conceptos. 97 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 14. 98 Ya GUILLERMO CAMACHO se hizo eco de esta tradición: «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 20. 99 FRAY ALONSO DE ESPINOSA, Del Origen y Milagros de la Santa Imagen de nuestra Señora de Candelaria, que aparecio en la Isla de Tenerife, con la descripcion de esta Isla, Sevilla, 1594. 100 ANTONIO DE VIANA, Antigüedades de las Islas Afortunadas de la Gran Canaria. Conquista de Tenerife y aparescimiento de la Imagen de Candela-ria, 1604. 41 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 308 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Medallón del «Mencey Bencomo». Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. 42 Núm. 48 (2002) 309 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Medallón del «Adelantado D. Alonso Fernández de Lugo». Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. 43 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 310 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Para comprender cuales eran estos gustos hemos de reflexionar, aunque sólo sea por un momento, sobre el origen étnico de los vecinos del lugar. Está fuera de toda duda que, aparte del contingente de eu-ropeos que poblaron El Realejo tras la conquista, el grupo étni-co dominante fue el de los aborígenes de la isla de Gran Cana-ria 101. Estos aborígenes, denominados en la documentación de la época como canarios o naturales de la isla de Canaria, parti-ciparon en la conquista de la isla como soldados a las órdenes del Adelantado y después le acompañaron en las desastrosas campañas militares de Berbería. Una vez conquistado Tenerife, y sojuzgados los guanches de los bandos de guerra, estos cana-rios participaron en el reparto de las tierras, y se asentaron mayoritariamente en El Realejo, aunque algunos de ellos dispo-nían de tierras en otros lugares de la isla. Por contra, resulta simplemente testimonial la presencia de guanches en la zona, pues al pertenecer el menceyato de Taoro a los «bandos de gue-rra » sus habitantes fueron, en su mayor parte, vendidos como esclavos, o se trasladaron a otras partes de la isla, quedándose muy pocos de ellos en la zona. En base a esta realidad étnica y social nos inclinamos decididamente a pensar que el retratado es un aborigen de Gran Canaria, o sea, un canario. En el medallón colocado la derecha vemos de perfil a un varón de raza blanca, con barba, y cubierta su cabeza con un casco artísticamente decorado en su parte inferior con un ador-no acaracolado. Estos detalles revelan a un soldado europeo y muy posiblemente a un conquistador de la isla. En el medallón del lado izquierdo nos encontramos a un tipo étnico totalmente distinto, pues se trata de un varón imberbe, que no es de raza blanca, como denotan sus labios abultados, su gran nariz y un ojo resaltado. Cubre su cabeza un tocado que se ajusta a su 101 ANA VIÑA BRITO y JUAN RAMÓN NÚÑEZ PESTANO, art. cit, pp. 42-53. JOSÉ ANTONIO CEBRIÁN LATASA, «Los canarios prehispánicos de la Gran Ca-naria repobladores de la isla de Tenerife y fundadores del Realexo de Abaxo», en Aislados suplemento Vivir en Canarias del diario El Mundo de 30 de julio de 1999. GABRIEL BETANCOR QUINTANA, Los canarios en la forma-ción de la moderna sociedad tinerfeña. Integración y aculturación de los indígenas de Gran Canaria (1496-1525), en prensa. 44 Núm. 48 (2002) 311 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE circunferencia y que está anudado al cuello con unas cintas. Creemos que se trata del retrato de un canario. Ahora bien, no podemos dilucidar si se trata simplemente de retratos figurati-vos de las dos razas, es decir, de un europeo y de un canario; o si se intentó plasmar en ellos a unos personajes específicos: de un lado a D. Alonso Fernández de Lugo, y del otro, acaso a D. Fernando Guadarteme 102, líder político de los canarios, o quizás a Pedro de Maninidra, su jefe militar. Sin embargo, nos decantamos por identificar al canario con Doramas, quién en un momento dado lideró la resistencia de los canarios a la conquista de su isla, hasta que murió a manos de Pedro de Vera en Arucas 103. Aunque no participó en la conquis-ta de Tenerife, ni vivió en El Realejo, hay una serie de detalles que nos llevan a sospechar que es él el retratado. El primero es la gran nariz que ostenta el hombre del medallón, lo que coin-cide con el relato del cronista Gómez Escudero: ...y a Doramas, que era mas mediano y ancho de pechos y espaldas, y de muy anchas narices, que esto significa su nombre 104. Recientemente José Antonio Cebrián ha aportado un dato que parece corrobo-rar lo que nos dice este cronista, testigo presencial de la con-quista de Gran Canaria, al apuntar un posible parentesco entre Doramas y el también canario «Martín de Vera, narices» 105. El segundo detalle es el tocado que cubre toda la cabellera del canario y que desentona de las representaciones del «hom-bre salvaje» durante el Gótico tardío y el Renacimiento. Mar-tínez de la Peña, al hacer un recorrido por estas idealizaciones artísticas, hace notar que: Más o menos coinciden en la figura-ción de un personaje de aspecto fuerte, cabellera enmarañada, con el cuerpo recubierto de abundante vello o vestido de pieles y coro- 102 Aunque este apellido se ha popularizado como «Guanarteme», he-mos optado por la forma «Guadarteme», que es la que aparece en los do-cumentos más antiguos. 103 FRAY JUAN DE ABREU GALINDO, op. cit., pp. 210-212. 104 Historia de la Conquista de la Gran Canaria por el capellán y licen-ciado Pedro Gómez Escudero, Tip. «El Norte», Gáldar, 1936, prólogo de Dacio V. Darias y Padrón, pp. 88-89. 105 «Narices» sería un apodo: JOSÉ ANTONIO CEBRIÁN LATASA, «“Doramas”: Historia y leyenda», Aislados, Suplemento «Vivir en Canarias», del diario El Mundo de 26 de enero de 2002. 45 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 312 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS nado de ramas o flores 106. Esto nos reafirma en la opinión de que este medallón no es una idealización de la raza canaria, lo que se hubiera plasmado en una figuración del «hombre salvaje», en la cual jugó un importante papel el conocimiento que los euro-peos tuvieron de los aborígenes canarios, como señala el mismo Martínez de la Peña 107; sino que nos hallamos ante el retrato de un personaje concreto. El hecho de que este canario cubra su cabellera, y que ade-más sea imberbe, lo relacionamos con un detalle que el mismo cronista Gómez Escudero recoge sobre las costumbres de los aborígenes de Gran Canaria: El noble tiene cabellos y barba cre-cida, el villano cortadas barba y cabello... 108. Otro cronista de la conquista, Antonio Sedeño, coincide en este detalle: Los qe. eran nobles traian cabellos y preciabanse de enrubiallos. Los villanos ellos y ellas andaban tresquilados... 109 El quid de la cuestión ra-dica en que Doramas no pertenecía a la nobleza, sino que fue un villano, o plebeyo, que gracias a su fuerza, valor e inteligen-cia se hizo con el poder. Sobre este respecto el mismo Sedeño relata una pelea entre Doramas y el también canario Bentagaire, que sí era noble: —.Yo conozco qe. soy, dijo Doramas, qe. soy tresquilado—. Que era la señal de los villanos. Entonces Benta-gaire le soltó quitándole las armas. Dijo —Sabete qe. yo soy Ben-tagaire, y solo he venido pa. qe. conozcas qe. no te has de igualar con los hidalgos... 110 La presencia del retrato de Doramas se explicaría por la exis-tencia de una tradición o leyenda, que quedó reflejada en un expediente incoado en 1573 a fin de proveer la plaza de benefi-ciado de la iglesia parroquial del Realejo de Abajo. Uno de los 106 DOMINGO MARTÍNEZ DE LA PEÑA, «Canarias en la evolución iconográ-fica del «hombre salvaje». Indumentaria y danzas de aborígenes como fuen-te de inspiración», Homenaje al profesor Dr. Telesforo Bravo, 1990, tomo II, p. 403. 107 Ibídem, pp. 403-415. 108 Historia de la Conquista..., op. cit., p. 76. 109 ANTONIO SEDEÑO, «Historia de la Conquista de la Gran Canaria», p. 62, publicada en: Historia de la Conquista de la Gran Canaria por el ca-pellán y licenciado Pedro Gómez Escudero, Tip. «El Norte», Gáldar, 1936, prólogo de Dacio V. Darias y Padrón 110 Ibídem, p. 58. 46 Núm. 48 (2002) 313 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE que solicitó tal puesto fue el bachiller Alonso Delgado, clérigo presbítero, que por aquellas fechas era beneficiado y vicario de la isla de La Gomera, pero que aspiraba a la plaza del Realejo Bajo por haber nacido en ese lugar y tener allí a su familia. Era hijo de Juan de Cuenca y de Leonor Márquez, y nieto por parte materna de Juan Gómez de Frejenal y de María Doramas, vecinos todos del Realejo. Para dar más fuerza a su petición, no sólo hizo constar que era nacido en la dicha parro-quia, sino además que su familia había tenido una especial par-ticipación en la misma; como lo hizo notar en una de las pre-guntas que propuso hacer a los testigos que aportaba: Item si saben que el dicho Juan Gómez de Frejenal estando los vecinos de este lugar del Realejo de Abajo sujetos a ir a la iglesia de Señor Santiago a misa hizo y edificó la iglesia parroquial que hoy es en este dicho lugar y dio el sitio y lugar en que se edificó y fue ma-yordomo en la dicha iglesia mucho tiempo y en ella los dichos abuelos del dicho bachiller Alonso Delgado están enterrados 111. Todos los testigos confirmaron estos extremos y sólo citare-mos, por no extendernos, a Alvarianes, quien respondió: ...dijo que sabe que el dicho Juan Gómez de Frejenal dio sitio y lugar en este dicho lugar donde hizo la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción porque así es y fue público y notorio y lo conoció ser mayordomo de la dicha iglesia algunos años... 112 Es cierto que Juan Gómez de Frejenal fue mayordomo de la iglesia parroquial de La Concepción, como él mismo lo declaró al testar en 1541 113, aunque fue Diego Suárez el mayordomo que en 1544 acometió la construcción del nuevo templo y de las portadas jacobeas. Su familia dispuso además de altar propio, como consta en el testamento que en 1571 otorgó Pedro Gómez, hijo de los mencionados Juan Gómez de Frejenal y María Doramas: Item digo que por cuanto en la dicha iglesia de Nues-tra Señora de la Concepción y junto a un altar que allí tengo de la advocación de Nuestra Señora de la Angustia están en[t]errados mis padres en [l]a capilla de la dicha iglesia... 114 111 ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE LA LAGUNA (en adelante: AHMLL), A-IV, 2, fol. 43. 112 Ibídem, fol. 47v. 113 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3363, fol. 350 n.a. 114 AHPT, escribanía de Juan de Gordojuela, PN 1222, fol. 61. 47 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 314 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1544). 48 Núm. 48 (2002) 315 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 49 Sin embargo nos parece muy discutible el hecho de que haya donado el solar para la iglesia parroquial, pues esa era una atri-bución del Adelantado, quién además promovió el asentamiento en El Realejo de Abajo, junto a su ingenio de azúcar. Sirva como muestra una data que concedió en 1518 a Antonio de Español de ...un solar que es en esta hacienda mía del Realejo que linda de la una parte una casa de Juan González calderero y de la otra parte la calle real que va para la iglesia y de la otra parte a las espaldas Lorenzo Pérez el purgador... 115. La iglesia del Realejo de Abajo, al igual que sucedió en los demás núcleos poblacionales que fundó el Adelantado, se constituyó en el centro y eje urba-nístico sobre el cual se desarrolló el pueblo, y por tanto, su ubi-cación no se dejaba a la iniciativa privada, sino que constituía un acto marcadamente institucional. No obstante lo que acabamos de exponer, hemos de recono-cer que para el tema que nos ocupa carece de importancia si la tradición sobre la donación del solar de la iglesia es verdadera o falsa. Lo importante es que los vecinos del Realejo, represen-tados en los ocho testigos que deponen en favor del bachiller Alonso Delgado, lo creían así. Las leyendas, en cuanto son asu-midas, pasan a formar parte de la conciencia histórica de los pueblos, y en ellas no sólo es necesario discernir qué haya de verdad inicial, sino también la influencia que han ejercido en los hechos ulteriores. No olvidemos que las leyendas han ejerci-do desde siempre una gran influencia sobre las representacio-nes artísticas, más aún que los hechos históricos. Esta leyenda, o tradición, como se prefiera llamarla, explica-ría el porqué se eligió la figura del esforzado Doramas, valién-dose de la relación con María Doramas, de origen canario 116, esposa del donante y constructor del templo parroquial. Aunque hoy en día no nos sea posible establecer cuál fue la relación de parentesco entre el legendario Doramas, que luchó contra los que invadieron su tierra, y los canarios de ese apellido que po-blaron El Realejo, sí que debía estar muy presente para los hom-bres y mujeres de ese tiempo. Razón ésta por la que la simbo- 115 AHMLL, libro 3.º de datas por testimonio, fol. 27. 116 LEOPOLDO DE LA ROSA OLIVERA, Canarios en la Conquista y Repobla-ción de Tenerife, 1980, Col. La Guagua, p. 29. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 50 logía de la portada jacobea de su iglesia era clara y evidente en su momento. Regresando al tema de los medallones, diremos que éstos no parecen haber sido tallados para la portada donde actualmente se hallan colocados, porque, en primer lugar, esta portada, como ya indicamos en el capítulo anterior, ha de ser datada hacia 1668 o 1669; y en segundo lugar, porque esta portada única-mente recurre al juego de molduras para su decoración, sin que hallemos en ella ningún otro detalle de ornamentación, por lo que no nos resulta verosímil que se le hallan superpuesto dos medallones. Creemos que fueron tallados originalmente para ser coloca-dos sobre una de las portadas «jacobeas», concretamente sobre la de la nave de la epístola, labrada entre los años 1544 y 1545 para ser la puerta principal, o sea, la procesional, de la iglesia parroquial. A esto se nos puede replicar fácilmente preguntan-do el porqué no podían estar sobre la otra portada «jacobea» o en cualquier otro lugar de la iglesia. La respuesta a esta obje-ción, bastante lógica en sí misma, depende de la interpretación iconográfica que hemos hecho de esta portada y que vamos a exponer a continuación. Antes que nada diremos que dos remates que se hallan so-bre el guardapolvo de esta portada «jacobea», y unas aves en actitud de volar colocadas sobre ellos, nos parecen añadidos posteriores, al igual que unos remates similares que se encuen-tran sobre el frontón de la otra portada «jacobea». Si imaginariamente colocamos los medallones sobre la por-tada «jacobea» de la nave de la epístola nos encontramos con que se pueden trazar dos líneas verticales y dos horizontales, entrecruzadas entre sí, que configuran un mensaje simbólico, al igual que solían hacerlo las portadas góticas de la Edad Media. El «canario», que ha de colocarse al lado izquierdo para quedar frente al «conquistador», se relaciona con la basa de su lado; mientras que el «conquistador» se relaciona a su vez con la basa del lado derecho, que queda en su vertical. En estas basas encontramos tallados cuatro motivos, dos por cada basa, cada uno de ellos perfectamente inscrito en un mar-co de molduras. De estos motivos nos interesan los dos que se Núm. 48 (2002) 317 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 51 sitúan bajo las pilastras que contienen las ménsulas y las vene-ras, pues los otros dos, situados en las jambas, son simples ador-nos de tipo vegetal, muy similares, por cierto, entre sí. El motivo de la basa del lado derecho se halla hoy en día colocado boca abajo, defecto ocasionado al haber sido des-montada esta portada y vuelta a ser armada en las varias am-pliaciones que ha sufrido esta iglesia, la última de las cuales se realizó entre los años 1697 y 1701 117; quedando este motivo co-locado al revés por el desconocimiento que para ese entonces se tenía de su sentido original. Si colocamos este motivo al dere-cho, y no boca abajo, como ahora está, comprobaremos que se trata de una planta que asciende mediante un movimiento on-dulante y florece en su parte alta. Esta planta creemos poderla identificar con «la raíz de Jesé», motivo representado con fre-cuencia en las portadas góticas de Europa. «La raíz de Jesé» es una de las promesas mesiánicas del Antiguo Testamento y tuvo su origen en el profeta Isaías, que profetizó la llegada del Mesías con este símil 118. Así como la línea vertical que une al «conquistador» con «la raíz de Jesé» establece una relación entre el europeo y su reli-gión cristiana, del mismo modo, otra línea vertical ha de unir al «canario» con un símbolo de su religión. En base a esta in-terpretación iconográfica fijamos nuestra atención en el motivo de la basa del lado izquierdo, concretamente en el que está de-bajo de la pilastra. Éste no tiene relación alguna con el mundo vegetal, diferenciándose claramente por esta causa de los otros tres, lo cual ha de tener alguna explicación y nos reafirma en la búsqueda de su simbolismo. Se trata de una cruz esvástica, cuyos brazos se curvan en sentido contrario al de las agujas del reloj, dando la sensación de movimiento circular, y se funden con el círculo en el que se halla inscrita la cruz. Otro detalle que descarta el que esta cruz esvástica sea un motivo puramente ornamental es que a diferencia de los otros tres no ocupa todo el marco en el que se halla labrado, sino que 117 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., pp. 16-17. 118 Isaías 11, 1.10. Jesé era el padre del rey David y por tanto antepa-sado de Jesús. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 318 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. Detalle de las basas (Cruz esvástica al lado izquierdo). Portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. Detalle de las basas (Flor de Jesé al lado derecho). 52 Núm. 48 (2002) 319 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Reconstrucción iconográfica de la portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. 53 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 320 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 54 deja libre la mayor parte de él. Y un último detalle, que desea-mos añadir a esta exposición, es que si comparamos la orna-mentación de estas basas con las de la otra portada jacobea de esta misma iglesia, que como ya hemos indicado es la lateral del evangelio, nos encontramos igualmente con que las basas que están situadas en las jambas están adornadas con motivos ve-getales muy similares entre sí; mientras que las basas situa-das bajo las pilastras carecen de ornamentación, quedando el marco de molduras sin ningún tipo de representación que los rellene, lo cual sería incomprensible en una portada tan bien ta-llada y decorada si no hubiese por medio alguna clase de simbología que se deseaba reservar para la portada principal, excluyendo de ella a la portada de diario. La cruz esvástica es un signo muy antiguo y de amplísima extensión cultural, que se ha hallado en las excavaciones de Troya, en el arte antiguo de China, la India, Méjico y el Perú. En España se ha constatado su presencia en vasos numantinos y en lápidas de los cántabros 119. Aunque se desconoce su origen se le relaciona con el culto al sol. Tras este análisis iconográfico de la portada en cuestión lle-gamos a la conclusión de que esta cruz esvástica inscrita en un círculo era un símbolo de la antigua religión de los canarios. Su inclusión en la portada, no como símbolo aislado, sino en el marco iconográfico que acabamos de desentrañar, significaba, para la época en que fue tallado, un «guiño» a la inculturi-zación de este grupo étnico recién incorporado a la religión cris-tiana. Fenómenos culturales de esta categoría, y a mucha ma-yor escala, se estaban verificando, por esas mismas fechas, en el continente americano. Otro dato que hablaba en favor de esta interpretación es, como veremos en el próximo capítulo, que cuando en 1579 se construyó una nueva portada principal en la iglesia parroquial de Santiago del Realejo de Arriba se le dotó de simbología en sus basas, lo que interpretamos como un deseo de emulación y superación con respecto a los vecinos del Realejo de Abajo. 119 Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Espasa-Cal-pe, S.A., Madrid, tomo XXII, p. 1166. Núm. 48 (2002) 321 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 55 Tras llegar a esta sorprendente y arriesgada conclusión bus-camos en la bibliografía existente si había constancia de que los canarios hubieran utilizado este signo y comprobamos que en efecto lo usaron. Hay uno de estos signos en los grabados ru-pestres del barranco de Balos, en Gran Canaria 120. En el Museo Canario se conservan dos piedras, procedentes de Los Letreros de la isla de El Hierro, en las cuales se halla grabado este sig-no, lo que indica que no era únicamente usado por los cana-rios. Estas dos piedras han llamado la atención de otros investi-gadores, razón por la cual fueron reproducidas en la Historia de Canarias de Agustín de Millares 121. En el Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife se con-serva el Chajaso de Guarasoca, tablón de madera descubierto en la isla de El Hierro. Este tablón, que se cree es una estela fune-raria, presenta una inscripción líbico-bereber en la que podemos ver una cruz inscrita en un círculo 122. Este signo era parte de estos alfabetos, pero la duda que nos planteamos es que si cuan-do aparece de forma independiente a estas inscripciones debe-mos relacionarlo con el signo que estamos investigando. Así encontramos estos signos en grabados rupestres de El Julán 123, en la isla de El Hierro, y en la isla de La Palma 124; además de hallarse en varias pintaderas de la isla de Gran Canaria 125. Este signo no ha sido hallado en Tenerife. Lo que sí ha apa-recido es un motivo circuliforme con ejes radiales representando 120 ANTONIO BELTRÁN MARTÍNEZ, Los Grabados del Barranco de Balos. Gran Canaria, 1971, pp. 65-66 y grabado núm. 6 de la figura 40. 121 AGUSTÍN MILLARES TORRES, Historia general de las Islas Canarias, 1975, tomo I, pp. 255-256. 122 ANTONIO TEJERA GASPAR, «Ídolos y Estelas», Gran Enciclopedia de El Arte en Canarias, 1998, p. 36; y foto y dibujo: p. 47. 123 JOSÉ JUAN JIMÉNEZ GONZÁLEZ, «El Arte Rupestre», Gran Enciclope-dia de El Arte en Canarias, 1998, p. 53, foto 39. 124 ANTONIO BELTRÁN, «Algo sobre arte rupestre canario, en especial sobre los signos circulares y laberínticos de la isla de La Palma. Problemas de difusión, de convergencia y de repetición de ideas elementales», El Museo Canario, núm. 47 (1985-1986-1987), p. 87. ERNESTO MARTÍN RODRÍ- GUEZ, «Reflexiones en torno a las manifestaciones rupestres históricas de la Isla de La Palma (Canarias)», El Museo Canario, núm. 53 (1998), p. 114. 125 CELSO MARTÍN DE GUZMÁN, Las culturas prehistóricas de Gran Cana-ria, 1984, Anexo de Ilustraciones. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 56 la figura del sol 126. Este signo, descubierto en el yacimiento del Roque de Yeje, en Buenavista del Norte, nos remite al culto que los guanches y los demás aborígenes de Canarias profesaban al sol, que es precisamente el sentido más lógico que le hallamos al signo grabado en la portada del Realejo de Abajo. Esta referencia al culto del astro rey da un doble sentido al pequeño relieve solar que se encuentra entre los dos medallo-nes, pues si bien según la iconografía cristiana aludiría a la Inmaculada Concepción, advocación de la iglesia parroquial 127; según la anterior religión de los canarios aludiría a su más alta divinidad, representada más abajo en la cruz inscrita en el círculo. LA PORTADA PRINCIPAL DE SANTIAGO DEL REALEJO DE ARRIBA Como decíamos más arriba, la réplica de la iglesia de San-tiago del Realejo al simbolismo de la portada principal de la iglesia del Realejo Bajo llegó con una nueva portada principal. Encontramos en sus dos basas una profunda simbología religio-sa. En la del lado izquierdo las letras IHS y sobre ellas un signo convencional que indica que se trata de una abreviatura, en este caso un anagrama de la expresión latina Iesu Hominis Salva-toris, o sea, Jesús, Salvador de los Hombres. En la basa del lado derecho encontramos un nombre, esta vez sin abreviar: MARIA, en clara alusión a la Virgen María. De manera que los fieles entraban a la iglesia en los días solemnes entre Jesús y la Virgen María y lo mismo vale para las procesiones, que salían entre las dos figuras centrales del Evangelio y del mensaje cris-tiano. La simbología de esta portada y de sus basas es clarísima y no decimos nada nuevo con recordarla. Lo que sí apuntamos es que podría tratarse de una respuesta a la simbología de la portada principal del Realejo Bajo. Nos basamos para decir esto no sólo en la correspondencia cronológica entre ambas porta- 126 JOSÉ JUAN JIMÉNEZ GONZÁLEZ, art. cit., p. 59, foto 53. 127 GERARDO FUENTES PÉREZ y Margarita RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, art. cit., p. 137. Núm. 48 (2002) 323 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Portada principal de la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba (1580). 57 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 324 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS das, y en el hecho de que ambas parroquias estuviesen conti-nuamente intentando superarse una a otra, sino sobre todo en que estos anagramas sólo se encuentran en esta portada y en ninguna otra de Canarias, indicándonos que no se trataba de un recurso ornamental de uso común, sino que su colocación obedeció a una intención bien premeditada. Una lápida que estaba junto a esta portada, y hoy se halla colocada dentro de la iglesia, en la primera capilla a mano de-recha, contiene esta inscripción: ESTA OBRA SE HIÇO EN EL AÑO D 1580 SIENDO MAIORDOMO Gº PEZ 128. Esta lápida fe-cha la obra de la portada y así lo entendió ya Guillermo Camacho, aunque se equivocara en el año, que leyó como 1570 129. Error éste que se mantuvo durante medio siglo, hasta que tuvimos ocasión de leer personalmente la lápida y compro-bar así que se trataba de un «8» de cabeza plana, usual en el siglo XVI, y fácilmente confundible con un siete o con un tres 130. Esta portada había sido erróneamente atribuida por Pedro Tarquis al cantero Juan Benítez 131, pero ya hemos dado a cono-cer el contrato, otorgado en La Laguna el 9 de septiembre de 1579 entre Gonzalo Pérez, mayordomo de la iglesia de San-tiago del Realejo de Arriba, y Miguel Antunes, maestre de can-tería 132. Además de este contrato disponemos de otra escritura otor-gada en el Realejo de Arriba en diciembre 133 de ese mismo año, en la que el cantero Miguel Antunes declara haber recibido del mayordomo de la iglesia de Santiago ...ciento y dos? [m]il y novecientos y vein[te] y un maravedís de la moneda de Canaria que son pa[r?]a cuenta y parte de pago de trescientas doblas que 128 Estas tres letras llevan encima un signo convencional que indica que se trata de una abreviatura. 129 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, La Iglesia de Santiago..., art. cit., p. 135. 130 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, El tríptico..., art. cit. 131 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de...», 1964, art. cit., pp. 447-448. 132 AHPT, escribanía de Juan Núñez Jaimes, PN 241, f. [...roto...]. Pu-blicado por: LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, El tríptico..., art. cit. 133 No hemos podido leer el día del mes porque la humedad ha afecta-do a la tinta. 58 Núm. 48 (2002) 325 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE el dicho mayordomo le está obligado a pagar por toda la obra que está obligado a hacer en la dicha iglesia por escritura ante Juan Núñez Jaimes escribano público de esta isla a que se refiere... 134 Este documento prueba que Antunes trabajó realmente en la iglesia de Santiago del Realejo y que para esa fecha ya debía estar muy avanzada la obra, pues el importe recibido equivalía a 205 doblas de oro, restando un tercio de la cantidad pactada. Disponemos de un dato más en forma de unas letras graba-das en el guardapolvo de la portada, exactamente en la segun-da piedra comenzando a contar por la izquierda. Mientras exa-minaba atentamente todos y cada uno de los detalles de la portada descubrí la inscripción, y el sacristán, muy amablemen-te, me prestó una escalera con la que pude examinar de cerca las letras. Son dos; la primera no pude leerla porque han salta-do lascas y las posibles interpretaciones me ofrecen dudas; la segunda, por el contrario, pude leerla con toda claridad y se trata de una «A» mayúscula. Interpreto que se trate de las ini-ciales de un cantero que trabajó en la portada; o bien «M.A.», por Miguel Antunes; o tal vez «B.A.», por su hermano Benito Antunes, también cantero de profesión 135. De este Benito Antu-nes, oficial de labrar cantería, sabemos que en 1575 se obligó a terminar la iglesia parroquial de Buenavista, que había comen-zado su hermano Miguel y que éste no podía acabar por estar de viaje para fuera de esta isla. Como argumento Benito Antunes adujo: ...y habiendo visto la dicha obra como la he visto al pre-sente porque en ella he trabajado... 136 lo que prueba que trabaja-ba en la cuadrilla de su hermano Miguel. 134 AHPT, escribanía de Juan Benítez Suazo, PN 3572, fol. 321 v. 135 DOMINGO MARTÍNEZ DE LA PEÑA, «La influencia de la arquitectura portuguesa en Tenerife: el maestro cantero Miguel Antunes», Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 42 (1996), pp. 249.279. 136 AHPT, escribanía de Álvaro de Quiñones, PN 2227, fol. 628. Citado por: LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «La escultura en Tenerife durante el si-glo XVI», XIV Coloquio de Historia Canario-Americana (2000), pp. 1348-1349. 59 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 326 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS PORTADAS JACOBEAS DE SANTA ANA DE GARACHICO La iglesia parroquial de Santa Ana de Garachico luce actual-mente tres portadas. La principal, «jacobea», con sus ménsulas y veneras; la lateral de la nave de la epístola, muy similar a la principal, pero sin las ménsulas, y a la que también considera-remos como «jacobea»; y la lateral de la nave del evangelio, que es almohadillada. Pedro Tarquis estudió estas tres portadas y habló de ellas en sus «Antigüedades de Garachico». De la principal escribió: La portada del imafronte de la parroquia de Santa Ana en el Puerto de Garachico, que en ocasiones se ha dicho ser obra del maestro Bartolomé Díaz 137, quien consta haber trabajado en la Catedral del Archipiélago 138, no está bien claro que sea obra de finales de XVI. Se entiende más bien, por los mandatos del Obispo de Canarias D. Francisco Martínez de Ceniceros, que esta portada se terminó a principios del siglo XVII 139. Pedro Tarquis prosigue, atribuyendo al cantero Manuel Penedo el Viejo, a partir de las anotaciones de fábrica, las pilastras con sus capiteles y el coronamiento de esta portada con el arquitrabe, friso y cornisa. También le atribuyó la portada traviesa de la Epístola, que habría tallado, a la vez que los arre-glos de la portada principal, entre los años 1605 y 1614. Tam- 137 El mismo autor escribía unos años antes que: Una vez terminado el cuerpo de aquella iglesia se contrató la construcción de la portada principal entre el mayordomo de fábrica de Santa Ana y Bortolomé Díaz, quien en efecto la talló («Diccionario de...», 1964, art. cit, p. 459). Y: Consta ser esta obra de Bartolomé Díaz en el Archivo de aquella parroquia. También en los protocolos de Daute, agregados hoy al A.H.P.T. y pendientes de numerar (ibídem, p. 460, nota a pie de página). Afirmaciones éstas que no estaban respaldadas documentalmente, como él mismo lo reconoció años después, de forma tácita, en el pasaje que citamos de sus Antigüedades de Garachico. 138 Pedro Tarquis recoge el dato de que este Bartolomé Díaz trabajó en la portada principal de la Catedral de Las Palmas y que erró al labrar las piedras a ella destinada, lo que nos hace dudar de su capacidad para tallar una portada plateresca como la de la iglesia de Santa Ana de Garachico: «Diccionario de...», 1964, art. cit., p. 459. Este cantero no es citado por Santiago CAZORLA LEÓN, op. cit. 139 PEDRO TARQUIS Y RODRÍGUEZ, Antigüedades de Garachico, 1974, p. 25. 60 Núm. 48 (2002) 327 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Portada principal de la iglesia de Santa Ana de Garachico (1553). 61 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 328 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 62 bién documentó, a partir de las cuentas de fábrica, la portada almohadillada, ubicada en la nave del Evangelio, que sería obra del cantero Piñero hacia 1658 140. Para comprender mejor la génesis de estas portadas reto-maremos la historia desde más atrás, exactamente desde el momento en que acabada la conquista de Tenerife comenzó el asentamiento de los repobladores. El núcleo poblacional y la primera parroquia de la zona fueron fundados en un promon-torio, muy próximo a lo que después sería el pueblo de Gara-chico, y que recibió el nombre de San Pedro de Daute. La iglesia de San Pedro de Daute fue erigida en parroquia y beneficio en 1515, aunque las grandes dificultades originadas por el nombramiento de los beneficiados motivaron que funcio-nase como curato durante algunos años más, hasta finalmente llegar a ser la cabeza del beneficio de Daute. Paralelamente a la ratificación de San Pedro de Daute como cabeza del benefi-cio se estaba labrando su caída como tal, pues a muy poca dis-tancia, en lo que era su puerto, estaba creciendo un núcleo de casas que con el paso de los años se convertiría en Garachico. Este núcleo poblacional se haría cada año más poblado y rico gracias a su puerto, con lo que se establecería una disputa con la iglesia de San Pedro para trasladar la parroquia. De este modo se repetía lo que pasó en otros lugares de Tenerife, en que el núcleo inicial en lo civil y lo eclesiástico sería desplazado por un segundo núcleo nacido a su sombra; como pasó en La Laguna, entre la Villa de Arriba y la de Abajo y entre El Realejo de Arri-ba y el de Abajo, por poner sólo unos ejemplos. Los vecinos de Garachico edificaron la iglesia de Santa Ana, que fue haciéndose cada día más importante, hasta conseguir en 1560 que la parroquia de San Pedro de Daute fuese trasla-dada a Garachico 141. Este encumbramiento de la iglesia de San-ta Ana tuvo claro reflejo en su construcción, pues se trataba no sólo de edificar un lugar apropiado para el culto divino, sino que además debía demostrar la mayor capacidad económica de 140 Ibídem, pp. 26.248-249. 141 ALEJANDRO CIORANESCU, Garachico, 1966, pp. 12-13. JOSÉ MIGUEL RODRÍGUEZ YANES, «Beneficios, beneficiados y curas en Daute hasta 1570», Garachico. Semana Santa. 2000, pp. 15-23. Núm. 48 (2002) 329 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 63 sus fieles con respecto a los de San Pedro a través de la supe-rioridad artística. Es este proceso el que vamos a examinar a continuación y en el transcurso del cual surgieron sus dos por-tadas jacobeas como respuesta a esta compleja situación socio-religiosa. El 18 de septiembre de 1537 Diego Martín, cantero y alba-ñil, convino con Bartolomé de Castro, mayordomo de la iglesia de Señor San Pedro del beneficio de Daute ...que yo me obligo y prometo y digo que por cuanto yo he puesto y empiezo del hacer el tejar (o sea, el tejado) de la capilla de Señora Santa Ana de este dicho lugar en cierto precio y con ciertas condiciones según que se contiene en ...? memoria que se sigue... 142 El espacio des-tinado a las condiciones de esta obra quedó en blanco, por lo que desconocemos sus detalles, pero sí podemos atisbar los pri-meros esfuerzos constructivos. Catorce años más tarde sí podemos hablar de una obra des-tacada en la iglesia. No hemos hallado el contrato, pero sí los indicios de que existió tal obra. El 22 de abril de 1551 el carpin-tero Bartolomé Hulcon? otorgó recibo a ...Antonio de Castro mayordomo de la fábrica de Santa Ana de este dicho lugar en esta manera que yo me obligué a hacer el coro que está en la dicha iglesia casi hecho por precio y cuantía de treinta y cinco doblas con tal cargo y condición que dos oficiales que son Pedro de Ordas y otro cualquiera oficial viesen el dicho coro y obra en él hecha... 143 El carpintero recibió las treinta y cinco doblas de oro a la espera de la tasación. Este recibo nos permite fechar la obra del coro hacia 1550 o 1551. Sabemos, además, que esta obra del coro tuvo una parte destacada de cantería, pues el 29 de febrero de 1556 se otorgó en San Pedro de Daute una escritura en la que el pedrero Juan Rodríguez se obligaba con el merca-der Lorenzianez a hacerle una portada de cantería en su casa; especificándose que haría ...la dicha portada y ventana de la cantería de que están hechos los pilares del coro de Señora Santa Ana de este lugar... 144 No se ha conservado este coro, pero no creemos que fuera muy distinto de otros que se construían por 142 AHPT, escribanía de Antón Martín, PN 2019, fol. 296 v. n.a. 143 Ibídem, PN 1998, fol. [...roto...]. 144 AHPT, escribanía de Gaspar de Cejas, PN 2047-A, fol. 449 n.a. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 330 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 64 aquellas fechas, como el de la iglesia del convento de Santo Do-mingo de La Laguna, que sí se ha conservado; y en el que un tablado de madera, situado sobre la entrada principal del tem-plo, se asienta sobre delgados pilares de cantería, tallados en estilo gótico. En 1553, disponiendo ya de coro, se animaron los vecinos a una obra de mayor envergadura. La primera señal de esta acti-vidad la encontramos en un contrato fechado el 30 de enero de dicho año, por el cual Gonzalo Yánez, morador en La Culata, se obligó a dar ...diez mil ladrillos hechos del barro que yo tengo en mis tierras de La Culata donde tengo mi tejar... a Antonio de Castro, mayordomo de la fábrica de Santa Ana 145. Enero es un mal mes para hacer obras en una iglesia, pues es época de llu-vias. Lo que estaba procurando el mayordomo era reunir el material necesario para afrontar las obras en la estación del verano. Así, llegado ya el buen tiempo, exactamente el 16 de junio de 1553, se firmó un contrato en San Pedro de Daute entre el albañil Duarte Gómez y el ya mencionado mayordomo, por el que el albañil declaró ...que yo he de ser obligado y me obligo de os hacer en la dicha iglesia de Señora Santa Ana deba-jo del coro y junto a la escalera por donde suben a él un arco [...roto...] con una puerta de cantería (...?...) dicho arco y puerta del tamaño y traza que para ello me dieréis vos el dicho Anton[io de] Castro [y el licenciado?] Calderón 146 y de la cantería y confor-me el dich[o a]rco a la obra que? ha? de llevar e[l] arco que es obligado a hacer Juan Rodríguez a B[ar]tolomé Delgado en la dicha iglesia como parecerá por escritura que hay ante el escriba-no de esta carta y he de ser obligado a traer los ca[n]tos y a los sacar y con el precio y con las condiciones de la dicha escritura de el dicho Bartolomé Delgado y la portada que así tengo de ha-cer se me ha de pagar la hechura de ella conforme a lo que declararen oficiales que de ello sepan y tengo de hacer la dicha obra toda a vista de oficiales y de esta manera y según dicho es. Prometo y me obligo de empezar a hacer la dicha obra por todo el mes de julio primero que viene... 147 145 AHPT, escribanía de Antón Martín, PN 2211, fol. 289 v. n.a. 146 El licenciado Calderón era el beneficiado. 147 AHPT, escribanía de Gaspar de Cejas, PN 2044, fol. 171 n.a. Núm. 48 (2002) 331 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 65 Antes de hablar de esta portada se hace necesario el preci-sar la terminología empleada en este contrato, por aparecer en él dos vocablos que pueden llevar a confusión. Nos estamos re-firiendo a «arco» y a «puerta», que son usados con una acep-ción infrecuente. Observamos como estos dos términos son con-siderados como partes constitutivas de la portada: un arco [...roto...] con una puerta de cantería; y luego se dice de esta obra: y la portada que así tengo de hacer. Un ejemplo nos ilustrará mejor en esta materia. En la igle-sia parroquial de San Pedro de Daute, al igual que en otras iglesias de Canarias, y especialmente en las ermitas, la puer-ta principal es un hueco en la pared, formado por una simple hilera de piedras de cantería que forman un arco de medio punto en la parte superior. Este es el sentido dado a la pala-bra «arco» en este contrato. En otras iglesias que han tenido una mayor elaboración arquitectónica se ha adornado este «arco» con pilastras, capiteles, hornacinas, frontones y otros adornos más; estos adornos arquitectónicos que rodean al «arco» constituyen la «puerta»; y el «arco» y la «puerta» son la «portada». A todo esto se puede objetar, con bastante fundamento lógi-co, que el arco que se está poniendo como modelo al albañil, es decir, el que Bartolomé Delgado había contratado con el cante-ro Juan Rodríguez, era un arco en el sentido más común del término. Si esto fuera así dicho arco tendría que haber servido para construir o delimitar una capilla y creemos poder afirmar que esto no era posible. La iglesia de Santa Ana de Garachico era por aquel entonces de una sola nave y no tenía capillas privadas adosadas. Su desarrollo como iglesia de tres naves co-menzaría bastantes años después. Creemos conveniente puntualizar, para así comprender me-jor el lento desarrollo arquitectónico de esta iglesia, que, en contra de lo que hasta ahora se ha supuesto, esta iglesia no parece haber contado inicialmente con el favor de la poderosa familia de los Ponte, e incluso puede que tuviera su oposición. La leyenda afirma que Cristóbal de Ponte, uno de los primeros pobladores de Garachico, dio el solar para edificar la primitiva ermita de Santa Ana y que esta advocación tiene su origen en LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 332 A
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Título y subtítulo | Las portadas jacobeas del beneficio de Taoro, en la isla de Tenerife |
Autor principal | Santana Rodríguez, Lorenzo |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 48 |
Sección | Bellas artes |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2002 |
Páginas | p. 267-350 |
Materias | Arquitectura religiosa ; Iconografía religiosa ; Tenerife ; Canarias |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 3111420 Bytes |
Texto | BELLAS ARTES Núm. 48 (2002) 267 68 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE P O R LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ INTRODUCCIÓN Varias iglesias del norte de la isla de Tenerife lucen unas portadas de cantería que no se hallan en ningún otro lugar de Canarias. Éstas se distinguen por tener dos ménsulas, una a cada lado; y por llevar veneras sobre cada una de ellas. De estas portadas hay una en la iglesia parroquial de San-tiago Apóstol del Realejo de Arriba, otras dos en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo, otra en la iglesia parroquial de Santa Ana de Garachico y otra en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concep-ción de La Orotava. Estas cinco portadas han merecido la aten-ción de los estudiosos de la historia del arte en Canarias, que han señalado su similitud. Por nuestra parte añadiremos otras dos a este grupo; una se halla en la iglesia de Santa Ana de Garachico y aunque carece de las ménsulas probaremos que pertenece al mismo grupo que las anteriores; la otra se hallaba en la iglesia de San Juan de la Rambla, pero no ha llegado hasta nosotros. Tras estudiarlas he optado por bautizarlas como «portadas jacobeas», por entender que es el término que mejor explica su LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 268 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 2 génesis y su razón de ser. En primer lugar, porque la primera de todas ellas fue la de la iglesia de Santiago Apóstol del Reale-jo de Arriba, cabeza en un primer momento de todo el benefi-cio de Taoro, que abarcaba desde Acentejo, por el norte de la isla, hasta la Punta de Teno, incluyendo por las bandas del sur las comarcas de Adeje, Abona y Chasna. Mientras que el resto de la isla de Tenerife, entraba en la jurisdicción del beneficio de La Laguna 1. Y en segundo lugar, porque las siguientes porta-das pretendían simbolizar la vinculación de sus respectivas igle-sias al mencionado beneficio de Taoro, entroncando para ello con la iglesia de Santiago del Realejo. Esta iglesia de Santiago de Taoro, como se le denomina en algunos documentos de la época 2, fue la iglesia matriz de todas las parroquias y beneficios que a lo largo del tiempo se fueron erigiendo en Taoro, a medi-da que las rentas fueron creciendo. La iglesia de Santiago de Taoro, según tradición recogida por el historiador Viera y Clavijo 3, entre otros, fue fundada en ho-nor a Santiago y en ese lugar porque allí se rindieron los menceyes de los bandos de guerra un 25 de julio, día del Após-tol Santiago, acabando así, de manera oficial, la conquista de la isla. Atendiendo a que era el día de su fiesta los conquistadores habrían interpretado que Santiago Apóstol, Patrono de España, les había favorecido con su patrocinio, creencia robustecida por el hecho de ser también el santo a quién se encomendaban los soldados españoles al entrar en combate con arengas como Santiago y a ellos o Santiago y cierra España. En acción de gra-cias habrían hecho voto de construir en ese mismo lugar una 1 Para los límites de los beneficios puede consultarse a: JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, Historia de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de la ciudad de La Laguna, 1915, pp. 143-154. 2 Sirva a título de ejemplo el testamento otorgado en 1520 por el guanche Juan Alonso, que deja un real de limosna a la iglesia de Santiago de Taoro: MANUEL LOBO, Protocolos de Alonso Gutiérrez (1520-1521), col. Fontes Rerum Canariarum, vol. XXII, doc. 10. 3 JOSÉ DE VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria, Madrid, 1783, tomo cuarto, libro XVII, capítulo 36. Reedición bajo el título Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, Goya-Edicio-nes, Santa Cruz de Tenerife, 1951, p. 249. Núm. 48 (2002) 269 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 3 iglesia bajo su advocación. De aquí han colegido algunos que esta iglesia es más antigua que la de La Concepción de La La-guna, y que por tanto fue la cabeza del primer beneficio de la isla, punto éste que ha suscitado la polémica entre los historia-dores que han tratado el asunto. No vamos a abordar esta polémica en el presente trabajo, pero sí queremos hacer una reflexión sobre la advocación de la iglesia del Realejo de Arriba. El Apóstol Santiago el mayor 4 tie-ne dos iconografías diferentes en forma y en contenido. Una es la del Santiago «matamoros», el cual se representa llevando en una mano un estandarte blanco con la cruz de Santiago, mon-tado sobre un caballo blanco y cabalgando sobre los cuerpos de los moros a quienes vence. Esta iconografía nació durante la Reconquista y tiene un carácter guerrero 5. Dicha representación «bélica» del Apóstol tuvo una variante, que, haciendo nuestras las palabras del profesor Jesús Pérez Morera, se puede describir así: Todo ello justifica la aparición en Canarias y América de una iconografía específica, diferente a la del Santiago Matamoros tra-dicional (Peregrino o Apóstol a caballo) y que cabría calificar como Santiago Conquistador. El santo aparece representado como un condontiero o un conquistador, actuando como guerre-ro, con espada desenvainada y armadura. En lugar de su habi-tual capa, sombrero y concha de peregrino, lleva el cuerpo cubier-to con una armadura y casco empenachado sobre la cabeza. Tampoco aparecen a sus pies los cuerpos despedazados de los moros vencidos. Todo ello hace que su identificación con la figu-ra de un conquistador sea aún mayor 6. A esta iconografía «bélica» corresponden, entre otras mu-chas, la de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guate- 4 Se le llama «el mayor» para diferenciarlo de Santiago el menor, tam-bién Apóstol, que fue obispo de Jerusalén, pero que no estuvo en España. 5 Para comprender el alcance ideológico del Santiago «matamoros» puede consultarse, entre otros autores, a: LOUIS CARDAILLAC, «El mito de Santiago en España y América», Congreso Internacional. Carlos V. Europeís-mo y universalidad, Granada, mayo de 2000, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, vol. V, pp. 107-131. 6 JESÚS PÉREZ MORERA, «Santiago a caballo», Arte en Canarias. Siglo XV-XIX. Una mirada retrospectiva, 2001, tomo II, p. 34. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 270 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 4 mala 7 y la de la capilla de Santiago de La Concepción de La Laguna. Santiago de los Caballeros de Gáldar, en Gran Cana-ria, en cuyas proximidades se rindieron los últimos canarios, acabando con ello la conquista de la isla de Gran Canaria 8, está, como su mismo nombre indica, bajo el patrocinio del Apóstol Santiago bajo su iconografía «bélica», aunque la imagen titular de su iglesia parroquial parece haber sido inicialmente la del Santiago «romero»9. De este hecho se ha querido establecer una relación de similitud entre las iglesias parroquiales de Gáldar y del Realejo de Arriba, pues en esos dos lugares acabó la con-quista de sus respectivas islas y ambas están dedicadas al Após-tol Santiago. La advocación de Santiago de Gáldar, como su mismo título denota al decirse «de los Caballeros», es el Santiago de los con-quistadores, de los hombres de armas, y por tanto es un santo de ambiente y proyección militar. Claro ejemplo de esto es un documento otorgado en el año 1563 por Baltasar de Betancor, mayordomo que había sido de la capilla del Señor Santiago sita en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna, en el que declara: ...digo que por cuanto Marcos Verde mi señor (su padre) difunto que Dios haya así como ma-yordomo que fue de la dicha capilla tuvo el cargo y administra-ción de ella y con ochenta doblas que el dicho Marcos Verde y sus compañeros sacaron en armadas que hicieron contra infieles y con otras limosnas que él juntó de particulares se hizo la dicha capilla... 10 Este documento prueba que esta capilla dedicada a Santiago «matamoros», o «de los caballeros», había sido finan- 77 Cf. JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, «Aproximación a la toponimia jacobea Canario-Americana: Santiago de los Caballeros de Gáldar», V Colo-quio de Historia Canario-Americana (1982), tomo I, 2.ª Parte, pp. 849-867. 78 FRAY JUAN DE ABREU GALINDO, Historia de la conquista de las siete Is-las de Canaria, Edición crítica con Introducción, Notas e Índice por Ale-jandro Cioranescu, Goya Ediciones, 1977, pp. 232-235. 79 JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, art. cit., p. 855. 10 ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE SANTA CRUZ DE TENERIFE (en ade-lante: AHPT), escribanía de Bernardino Justiniano, protocolo notarial (en adelante: PN) 1038, fol. 216. Citado por: LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «Las primitivas pilas bautismales de La Laguna», suplemento La Prensa, El Día de 2 de febrero de 2002. Núm. 48 (2002) 271 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 5 ciada en buena parte con los beneficios de las expediciones mi-litares que se hacían en las costas africanas. La iglesia del Realejo de Arriba, por el contrario, está dedi-cada a la otra versión iconográfica del Patrono de España. Es cierto que hoy en día luce en el nicho central del retablo mayor una imagen de bulto del Santiago matamoros, pero a este res-pecto debemos aclarar que esa imagen fue colocada tardía-mente sustituyendo a la versión que originariamente presidía la iglesia. Conste también que el relato tradicional ha sido revisado a la luz de la documentación existente y aunque hoy en día se admita que los menceyes de los bandos de guerra se rindieron en alguna parte del norte de la isla, sabemos ya que este hecho no pudo tener lugar un 25 de julio, ni siquiera en un mes de julio 11. Esto nos permite buscar la explicación del origen de la advocación de la iglesia del Realejo en otras causas. Ya nos hemos referido a la primera iconografía del santo y ahora quisiéramos reflexionar sobre la segunda, que lo represen-ta como romero, es decir, como peregrino, aludiendo a las pere-grinaciones a Santiago de Compostela. Así se lo representa con un bastón o cayado en la mano, con una calabaza o cantimplora para llevar el agua, con una venera y en actitud de caminante. Esta versión del Apóstol gozaba de gran devoción en España y Portugal 12. No olvidemos que el Camino de Santiago, que co-menzaba en Francia y atravesaba el norte de la península Ibé-rica por varias rutas, ha sido recorrido durante siglos por innu-merables peregrinos, que aún hoy en día lo siguen utilizando para llegar a la tumba del Apóstol, especialmente en los años santos jacobeos. A lo largo de este Camino se fueron levantando hospe-derías y hospitales para atender a todos estos peregrinos, que con mucha voluntad, y casi siempre con pocos medios económicos, se embarcaban en tan arriesgada y azarosa empresa. 11 ANTONIO RUMEU DE ARMAS, La conquista de Tenerife. 1494-1496, 1975, pp. 289-298; y ANA VIÑA BRITO y JUAN RAMÓN NÚÑEZ PESTANO, «La conquis-ta y la colonización», Los Realejos: una síntesis histórica, 1996, pp. 37-42. 12 Cf. JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ CATÓN, El Archivo del Hospital de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela. Inventario de Fondos, Santiago de Com-postela, Secretariado de publicaciones de la universidad de Santiago, 1972. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 272 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 6 La devoción a esta segunda versión iconográfica se mani-festaba en Tenerife en las limosnas que se hacían en los testa-mentos en favor de la cofradía de Santiago, que era la que ges-tionaba el Hospital de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, fundado por los dichos reyes poco después de la conquista de Granada. Todos los años esta cofradía recolectaba en Tenerife estas limosnas y las demás que quisieran hacer los devotos de Santiago, a quienes se inscribía como cofrades. Po-dríamos citar bastantes documentos al respecto, pero hemos ele-gido uno otorgado en El Realejo el 15 de junio de 1592, por el que el apoderado en Canarias de la cofradía del Hospital de Santiago de Compostela otorgó poder a favor de Pedro Gómez, vecino del Realejo ...para que en esta dicha isla (de Tenerife) pueda cobrar y cobre la dicha limosna que se le debe y dieren al dicho hospital de Señor Santiago de Galicia... 13. En favor de esta devoción jacobea hemos de señalar que D. Guillén Peraza de Ayala, Conde de la isla de La Gomera y Señor de la isla de El Hierro, en un testamento que otorgó en 1544 dispuso: Item mando a Señor Santiago de Galicia que es en la dicha Galicia una lámpara de plata que sea hecha de he-chura de una venera que cueste así la plata como las manos cien ducados y mando que se ponga la dicha lámpara delante de su santo bulto 14. El que esta iglesia de Santiago de Taoro se dedicara al «ro-mero » y no al «matamoros» podemos explicarlo en base a dos datos constatables, frente a una tradición, a la que ya nos he-mos referido, que por ahora no ha sido probada. El primero es que el obispo D. Diego de Muros, que en 1497 fundó el benefi-cio de Taoro y erigió la parroquia de Santiago del Realejo Alto15, era primo de otro D. Diego de Muros, deán de Santiago de Compostela y después obispo de Mondoñedo 16, que, por manda-to de los Reyes Católicos, fundó el «Hospital de los Reyes Cató-licos de Santiago de Compostela», al que antes hacíamos men- 13 AHPT, escribanía de Francisco Gil. PN 3400, fol. [...roto...]. 14 AHPT, escribanía de Bartolomé Joven, PN 214, fol. 443 v. 15 FRANCISCO CABALLERO MÚJICA, Canarias hacia Castilla. Datos de un proceso histórico, 1992, tomo I, p. 578. 16 Ibídem, pp. 572-574. Núm. 48 (2002) 273 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 7 ción 17. Este Diego de Muros fue, además de fundador del dicho hospital, su primer administrador, y como tal lo encontramos en 1512 reclamando doscientos mil maravedís que Octaviano Cal-vo había cobrado en las Islas Canarias para la cofradía de San-tiago 18. Esta relación de parentesco y su común origen gallego, con la subsiguiente devoción al Santiago romero, ha de poner-se en relación con el segundo dato, que es la abrumadora pre-sencia de colonos portugueses en todo el norte de la isla de Tenerife desde los años siguientes a la conquista 19. El obispo se encontró como en su casa en el norte de Tenerife, donde había de fundar un segundo beneficio, y resultaba de lo más natural poner la nueva parroquia bajo una advocación tan querida para él, como gallego, y para gran parte de sus fieles, como portu-gueses. De esta manera se explicaría no sólo la advocación de Santiago Apóstol, sino además que se trate del «romero». Ana Viña y Juan Ramón Pestano han intentado dar otra explicación de la advocación de la iglesia, relacionándola con los canarios que tomaron parte en la conquista de Tenerife, y que según el cronista Marín y Cubas, al que citan, tenían por advocación a este Apóstol, patrono del lugar de Gáldar, en Gran Canaria, de donde ellos procedían 20. Se trata, sin embargo, de una confusión, pues el texto que citan de Marín y Cubas para sostener esta hipótesis no dice esto. El pasaje en cuestión apa-rece en una cita a pie de página de una edición de la obra este historiador, pero como comentario del glosador 21. Antes dijimos que esta iglesia del Realejo estaba dedicada a la versión del «romero», pero sin dar las razones. Ahora es el momento de explicar esta afirmación, que basamos en dos pie-zas artísticas que se hallaban en dicha iglesia en el siglo XVI y se han conservado hasta la actualidad. Nos referimos al tríptico de Santiago y a la campana de los Reyes Católicos. 17 Cf. JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ CATÓN, op. cit. 18 Ibídem, doc. CA. 63/31. 19 JOSÉ PÉREZ VIDAL, Los Portugueses en Canarias. Portuguesismos, 1991, pp. 20-30. 20 ANA VIÑA BRITO y JUAN RAMÓN NÚÑEZ PESTANO, art. cit., pp. 41-42. 21 THOMÁS ARIAS MARÍN DE CUBAS, Historia de las siete Islas de Canaria, 1694, Transcripción, introducción y notas de Francisco Ossorio Acevedo, 1993, p. 194, nota a pie de página. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 274 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 8 EL TRÍPTICO FLAMENCO DE SANTIAGO Y LA CAMPANA DE LOS REYES CATÓLICOS Se conoce con el nombre de «tríptico de Santiago» a tres pinturas sobre tabla que pertenecieron al desaparecido retablo mayor de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol del Realejo Alto, aunque muy posiblemente este retablo estaba formado por más pinturas, hoy desaparecidas, sin que ni siquiera sepamos que escenas representaban. Como ya dimos a conocer, el tríptico flamenco de Santiago llegó a la iglesia parroquial entre los años 1538 y 1546, por encargo del entonces mayordomo de fábrica, tramitado a través del regidor y mercader genovés Doménigo Rizo, como éste mis-mo declaró en un codicilio: Item dijo y declaró que el hizo traer de Flandes un retablo para la iglesia del Realejo y que si Hernando Yánez mayordomo dijere en su conciencia haberle dado has-ta cantidad de cien doblas sea creído po[r l]o que dijere y si no las hubiere dado pague hasta las dichas cien doblas de oro [y] no más 22. Centrándonos en estas tres tablas, las que se han conserva-do del retablo, vemos que en una de ellas está representada, siguiendo la descripción que hace la profesora Constanza Negrín, ...la desproporcionada figura andante del apóstol Santia-go que, conforme a su iconografía habitual, lleva el bordón con la calabaza de los peregrinos y un anacrónico contario en su mano izquierda, el libro abierto del Nuevo Testamento en la dies-tra y un zurrón dispuesto en bandolera; viste una túnica verde con capa roja; calza las sandalias propias del caminante, y se encasqueta una especie de bonete con la venera e insignias jacobeas... 23 Las otras dos tablas componen una escena de la 22 Cuando di a conocer esta cita cometí dos errores de transcripción que ahora, tras revisar el documento, he corregido y que consistieron en leer jure por si no, y paguen por pague. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «El tríptico de Santiago del Realejo», en Aislados suplemento Vivir en Canarias del diario El Mundo de 18 de febrero de 2000. 23 CATÁLOGO de la Exposición Pintura flamenca del siglo XVI (Gran Ca-naria- Tenerife), junio-julio, 1995, p. 23. Núm. 48 (2002) 275 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Detalle de la campana de los Reyes Católicos. Iglesia de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba. 9 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 276 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS vida del Apóstol, concretamente la petición hecha a Jesús por la madre de los apóstoles Santiago y San Juan evangelista para que éstos se sentaran a su derecha y a su izquierda en su rei-no. En una de estas tablas aparece Jesús con los demás apósto-les y en la otra la madre con sus dos hijos. Si nos fijamos en esta última tabla comprobaremos como Santiago es representa-do cómo cuando aparece solo, es decir con el bordón, el libro, el zurrón y las mismas vestimentas, y llevando el mismo bonete con la venera e insignias jacobeas. De este modo se acentuaba la idea de que era el Santiago «romero» el que se quería ideali-zar en el retablo. Esta intencionalidad de representar al Santiago «romero» cobra mayor relevancia al comprobar que este retablo fue en-cargado por el mayordomo de la iglesia, es decir, que fue cos-teado con las limosnas de los fieles y por tanto pintado se-gún su gusto y su devoción para presidir el altar mayor de la parroquia. En la misma iglesia parroquial se conserva otra reliquia del siglo XVI. Nos referimos a una campana de la que Cipriano de Arribas escribió, hablando de esta iglesia: En su campanario existe aún la campana que regalaron —según la tradición— los católicos Reyes 24. Cuando Guillermo Camacho publicó sus investigaciones so-bre esta iglesia hizo constar esta tradición recogida por Arribas a finales del siglo XIX o comienzos del XX 25, pero sin tomar par-tido: El obispo Muros, en 1504 deja una parte de las tierras de su data a Santiago del Realejo y de este mismo tiempo es la campa-na que D. Cipriano cree regalo de los Reyes Católicos, con sus leyendas: “Hízose año de 1504 siendo mayordomo Hernán Yánez —o venerande apostole Iacobe” 26. Camacho toma esta inscrip- 24 CIPRIANO DE ARRIBAS Y SÁNCHEZ, A través de las Islas Canarias, 1993, p. 93. 25 Cipriano de Arribas fue farmacéutico en Icod de los Vinos y poste-riormente en El Realejo. Falleció en 1921: ALFONSO MORALES Y MORALES, «Cipriano de Arribas y Sánchez (1844-1921). Un abulense en la sanidad canaria», Strenae Emmanvuelae Marrero Oblatae, pars altera, pp. 111-149, MCMXCIII. 26 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La Iglesia de Santiago del Realejo Alto», El Museo Canario, núm. 33-36 (1950), p. 129. 10 Núm. 48 (2002) 277 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE ción, no de la campana, de la que dice: La campana está y sue-na todavía en la torre, pero las inscripciones tienen sus caracteres góticos muy borrosos y difíciles de descifrar 27; sino de un manus-crito que se conserva en la biblioteca del Museo Canario. Guillermo Camacho actuó en este tema con la seriedad y honradez que le caracterizaron como historiador, y que le impi-dieron asumir como propios los errores de otros. Primeramente, la campana no fue un regalo de los Reyes Católicos, como lue-go veremos; y en segundo lugar, la inscripción en cuestión no está en la campana y tampoco es una sola inscripción. Se trata de una curiosa confusión que creemos haya podido ser origina-da por una tercera persona. De entrada nos resultaba anacrónico que se mencionara a Hernán Yánez como mayordomo en 1504, lo cual no concor-daba con las fechas documentadas 28, a menos que hubieran existido dos mayordomos con idéntico nombre. Por ello consul-tamos el manuscrito en el Museo Canario y constatamos que se trata de una copia hecha por el historiador Agustín Millares de otro manuscrito, escrito a su vez por D. Lope Antonio de la Guerra y Peña 29 para ayuda del historiador Viera y Clavijo, manuscrito éste del que desconocemos el paradero. La copia de Millares dice lo siguiente: La campana mayor de la parroquia del Realejo de arriba en una inscripción dice: Hízose año de 1504 30 siendo mayordomo Hernán Yánez, y en otra O venerande xpa apostole Jacobe Le lo que prueba fueron fundidas pa la Iglesia del Realejo de arriba que estaba fundada años antes 31. Comprobamos así que el manuscrito habla de dos campanas distintas y a ninguna de ellas se refiere como la regalada por los Reyes Católicos. A lo cual hemos de añadir que la campana 27 Ibídem, nota a pie de página. 28 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «El tríptico...», art. cit. 29 En la copia de Millares este manuscrito es denominado como Noti-cias sobre fundaciones de Parroquias y Conventos en la isla de Tenerife escri-tas por D. Lope Antonio de la Guerra y Peña para servir de noticias a la historia que escribió D. José de Viera y Clavijo. 30 Creo que esta fecha está mal copiada y sería más propia, en todo caso, la de 1544. 31 EL MUSEO CANARIO, Colección de Documentos para la Historia de Las Islas Canarias recogidos por Agustín Millares, I.C. 7-10, tomo 3.º, fol. 77 v. 11 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 278 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS en cuestión tiene una inscripción que no es ninguna de las re-señadas, que debieron pertenecer, por tanto, a dos campanas ya desaparecidas, pues según lo que nos explico el sacristán las que hay en la actualidad son recientes. La campana conocida por la tradición como la «de los Re-yes Católicos» no tiene grabados ninguno de los atributos de estos reyes, como podrían ser su escudo, o el yugo y las flechas, o cuando menos su lema 32. Lo que sí ostenta son los atributos de Santiago «romero». Como motivo central luce una cruz lati-na, constituida por cuadrados que están trazados como peque-ñas pirámides estriadas, que se asemejarían a veneras si no fue-ra porque sus bases son perfectamente cuadradas. Sobre el brazo derecho de esta cruz encontramos una venera, atributo inequívoco de Santiago «romero»; y bajo este mismo brazo de la cruz, tenemos otros dos atributos del mismo: el bordón y lo que parece ser la representación de una calabaza. Este bordón nos ofrece una pista sobre la procedencia de la campana, pues se corresponde con los dos bordones que lleva el Apóstol Santiago en las tablas del «tríptico de Santiago» traí-das de Flandes por Doménigo Rizo, y a las cuales acabamos de referirnos. Presentan en su parte superior un remate anillado y poco más abajo un adorno, también anillado, indicios de que corresponden a unos modelos artísticos comunes, por lo que suponemos que esta campana también proviene de Flandes. Otro indicio de su origen flamenco lo encontramos en la inscripción grabada en una orla bajo la cruz. Las letras de esta campana son minúsculas góticas, de difícil lectura a causa del desgaste y de la oxidación del bronce; circunstancias agravadas por la dificultad de manejar una pieza de tanto peso, y por hallarse colocada provisionalmente, cuando la estudiamos, en un hueco de cortas dimensiones. A pesar de todo ello he inten-tado transcribir la inscripción, aunque soy consciente de que puedo haber leído mal algunas letras. Tras copiar los caracteres 32 Este era el famoso Tanto monta; que, por poner un solo ejemplo, aparece cuatro veces en un tapiz de brocado tejido hacia el año 1504 y conservado en el museo de la Catedral de Toledo: CATÁLOGO La Iglesia en América: Evangelización y Cultura, Pabellón de la Santa Sede, Exposición Universal de Sevilla, 1992, p. 42. 12 Núm. 48 (2002) 279 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE uno a uno, calcándolos en papel con mina de lápiz, creo que la transcripción es ésta: JAOCO-YF-GRYOE-III-NOUGRSCRUJ?V. «YF» y «III» los interpreto como divisiones de palabras, porque mientras las demás letras están grabadas cada una de ellas en un sólo bloque, éstas, por el contrario, se agrupan en dos de mayor tamaño. No podemos determinar en que fecha llegó la campana a la iglesia del Realejo de Arriba, aunque nos decantamos por datarla en el siglo XVI por el uso de las minúsculas góticas, por el estilo del bordón y porque Guillermo Camacho no halló en los libros de fábrica, que comienzan en 1591, referencia alguna a la com-pra de una campana flamenca. PORTADA JACOBEA DE SANTIAGO DEL REALEJO DE ARRIBA Tras haber estudiado la devoción a Santiago Apóstol ya po-demos abordar el estudio pormenorizado de las portadas jaco-beas. Comenzaremos por la más antigua de todas ellas y que además sirvió de modelo a las siguientes. Esta es la razón que nos ha movido a bautizarlas como portadas «jacobeas», es de-cir, el hecho de que la primera se hizo para Santiago de Taoro; a lo que hemos de sumar el que las siguientes portadas no la imitaron simplemente por seguir un modelo artístico, es decir, por su belleza, sino porque era la portada principal de la iglesia matriz de todo el beneficio de Taoro. De este modo el hecho de dotar a sus iglesias de una portada inspirada en la de Santiago del Realejo conllevaba un doble significado; por un lado, identi-ficarse como miembros de dicho beneficio; y por otro, la autoafirmación de su propia identidad, manifestada en las va-riaciones que cada localidad hacía del modelo inicial. Para comprender el alcance de este fenómeno de auto-afirmación social y religiosa hemos de hacernos cargo de que las demás portadas de iglesias que se hicieron en Canarias du-rante el Antiguo Régimen sólo se inspiraban en los modelos artísticos en boga, imperando, por tanto, manifestaciones imper-sonales que sólo buscaban la suntuosidad y el preciosismo, pres-cindiendo del simbolismo, que quedaba relegado a algunos de- 13 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 280 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada jacobea de la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba (1521). 14 Núm. 48 (2002) 281 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 15 talles aislados. Es cierto que se podía colocar una determinada imagen en un nicho de la portada, pero no era nada más que un añadido que no alteraba la impersonalidad del conjunto ar-quitectónico. Una prueba documental de esta impersonalidad de las por-tadas la tenemos en la escritura de fundación del convento de monjas de clausura de San Pedro Apóstol y San Cristóbal de Garachico, otorgada en La Laguna el 18 de marzo de 1643. En ella D. Cristóbal de Aponte y Hoyos, regidor perpetuo de Tene-rife, y su esposa D.ª Isabel de Franca de Llerena, dotan el futu-ro convento que se ha de construir en unas casas que poseen en Garachico. Entre las dotaciones figura ésta: Item por cuanto la puerta que está en la dicha iglesia es de madera de tea o cuan-do se haga la nueva iglesia o se quiera hacer nueva portada en la que hoy está es justo sea de cantería y buena piedra para este efecto desde luego los dichos fundadores dan y donan al dicho convento una portada muy costosa y suntuosa con sus colum-nas de cantería azul que hoy tienen hecha y labrada en el dicho convento y arrimada en un patio del que no falta más que po-nerla en el lugar donde ha de estar y según y como está hoy se la da y hace donación al dicho convento 33. Esta portada ha llegado hasta nuestros días, pues el conven-to no fue alcanzado por el volcán que en 1706 asoló el pueblo de Garachico. Tres años más tarde, exactamente el 9 de julio de 1709, se incendió el monasterio 34, pero la portada, por ser de piedra y hallarse en el perímetro exterior, se salvó. La identifica-mos con la portada principal que hoy luce la iglesia de dicho convento de monjas concepcionistas 35. 33 He consultado una copia legalizada en 1667, que se sacó del libro de erección y fundación de dicho convento: ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO DE TENERIFE (en adelante: AHDT), fondo Diocesano, caja 72 de Conventos, doc. 9, fol. 3. 34 PADRE FRAY DIEGO INCHAURBE, Historia de los conventos de Santa Clara de La Laguna y de San Pedro Apóstol y San Cristóbal de Garachico, pp. 289-291. 35 Compartimos en este punto la opinión de: JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, La arquitectura del Renacimiento en el Archipiélago Canario, 1983, p. 77; quién data esta portada en el siglo XVII. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 282 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 16 Si releemos la cláusula de la dotación comprobaremos como a los fundadores del convento les preocupaba que la portada fuera «muy costosa y suntuosa», pero no que tuviera una signi-ficación propia, como en su momento la tuvieron las portadas jacobeas, de las que hay dos en el mismo Garachico. Tras todas estas consideraciones iniciales nos encontramos ya en condiciones de abordar el complejo desarrollo de estas por-tadas y de las circunstancias que las rodearon y condicionaron, llevándolas a ser lo que fueron. Pero hemos de advertir que sobre todas y cada una de ellas se ha acumulado una serie de errores y confusiones que han llevado a los investigadores a datarlas en fechas equivocadas, con un error no ya de unos pocos años, sino de medio siglo y alguna con más de un siglo de diferencia respecto a la fecha correcta. Todo esto ha impedi-do hasta la fecha el comprender las relaciones que existen en-tre ellas y su verdadero significado. Que tengamos noticia, el primer autor que se refirió, en un estudio histórico, a la portada «jacobea» de la iglesia de Santia-go del Realejo de Arriba, fue Eladio Laredo, quién en el año 1935 opinaba: Como caso excepcional de un arte arcaizante está la puerta lateral de la iglesia del Realejo Alto, cuya composición y detalles recuerda, pero de una manera muy esfumada, el arte plateresco 36. Guillermo Camacho, incansable investigador de la historia de Los Realejos y de sus iglesias, decía al respecto: ...nos parece más bien una copia ingenua de las dos que hay en la Concep-ción del Realejo Bajo, ejemplares tal vez únicos en islas, de un plateresco lleno de reminiscencias góticas como las hojas de car-do y las ménsulas cobijadas por sendas conchas, como para reci-bir estatuas que no llegaron nunca 37. La sencillez de esta porta-da, y su mayor tosquedad en el acabado de la piedra, le llevaron a considerar que era una copia cuando realmente era al revés. La opinión de Camacho ha tenido continuación en las tesis 36 ELADIO LAREDO, «El arte regional en Canarias», «Semana Pro Ecclesia et Patria». 15-22-septiembre-1935-La Laguna-Tenerife, Santa Cruz de Te-nerife, 1936. 37 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La Iglesia de Santiago...», art. cit., p. 138. Núm. 48 (2002) 283 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 17 defendidas por Juan Sebastián López en su monografía sobre la arquitectura renacentista en Canarias, pues al hablar sobre esta misma portada escribe: El aspecto general es de una arquitectu-ra culta, de fuerte sabor clasicista, pero con realización popular. Nos sugiere la idea de ser una copia popular de la puerta de los pies de la nave de la Epístola en la Concepción del Realejo Bajo 38. Otra estudiosa de estas materias, Carmen Fraga, no pudo menos de referirse a estas portadas al escribir su tesis doctoral sobre la arquitectura mudéjar en Canarias, pero no se pronun-ció sobre la hipótesis planteada por Guillermo Camacho 39. Otro autor que insistió en la misma idea fue Graziano Gasparini, quién, hablando de la iglesia de Santiago del Realejo, decía: La nave del Evangelio se concluyó en 1663 y de la misma época es la portada que repite, de manera muy tosca, los elemen-tos formales de la portada del vecino templo de La Concepción del Realejo Bajo 40. Constatamos que lo que ha sido definido como «ingenuo», «popular» o «tosco» no ha sido relacionado con una mayor antigüedad. Más recientemente, Gerardo Fuentes y Margarita Rodríguez han introducido una nueva confusión al referirse a esta porta-da, pues se la han atribuido a Mateo de Párraga, cantero de mediados del siglo XVII 41, creyendo que así lo había probado Pedro Tarquis, cuanto éste, en la cita referida no tuvo tal inten-ción, pues se limitó a poner un ejemplo de arcaísmo 42. Tras exponer el estado de la cuestión ya podemos señalar que esta portada se remonta a los primeros años de la iglesia. Disponemos del contrato para su ejecución, que se halla en una escritura notarial otorgada en El Realejo en noviembre de 1521 y que fue publicada, junto con las más antiguas de la escriba- 38 JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, La arquitectura..., op. cit., pp. 66-67. 39 MARÍA DEL CARMEN FRAGA GONZÁLEZ, La arquitectura mudéjar en Ca-narias, 1977, p. 260. 40 GRAZIANO GASPARINI, La arquitectura de las Islas Canarias. 1420-1788, 1995, p. 146. 41 GERARDO FUENTES PÉREZ y MARGARITA RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, «Arte», Los Realejos: una síntesis histórica, 1996, p. 123. 42 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros que han trabajado en las islas Canarias. Siglo XVII», Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 11 (1965), p. 325. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 284 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 18 nía de Los Realejos 43, aunque con lagunas, dado el mal estado del documento y su gran dificultad paleográfica. Por esta razón hemos completado la transcripción del texto en las partes que describen la obra a realizar, prescindiendo de los detalles refe-rentes a los materiales y a las condiciones de trabajo. Dos canteros, Francisco Ortiz y Hernán Moreno, se obligan a hacer y dar hecha ...la obra d[e c]antería y m[a]mpues[to de] la igl[e]sia de Señ[or S]antiago con las con[dicio]nes siguientes primeramente habéis [de ha]cer un[a] portada embazada y capi-telada [con] sus repisas y guardapolo (sic) de tercio para la por-tada y diez pies (2,80 mts. 44) de anchura y acompañada con sus esquinas y contraesquinas de cantería todo el castial frontero. Item que habéis [de] hacer un espejo sobre la portada de f[ro]n-ter[ o?] con sus piedras de modura (sic) que lleve u[n] bocel y dos copadas. Item habéis de hacer dos v[en]tanas encima del espejo y mo...dos campanas y encima de las dos venta[nas] otra ventana para un esquilón todo este cast[ial] y ... acompañado de cante-r[ ía ... ] mampuesto en ello. Item ha de llevar la portada un bo-cel y dos copadas con sus filet[es?]. Item habéis de hacer un encu-ñamiento enc[i]ma del es...de la portada como dice to[da? la? obr]a de cantería 45. Antes de analizar la descripción de la portada hemos de ha-cer dos puntualizaciones que afectan a este contrato. La prime-ra es la fecha, pues aunque en el extracto se indica que esta escritura fue otorgada el 11 de noviembre de 1521, lo cierto es que tal como se conserva en la actualidad falta la otorgación y la fecha. No nos parece probable que se haya perdido con pos-terioridad a la realización de los extractos, porque estos se guían por una numeración hecha a lápiz en los folios del cuadernillo en que está inserta la escritura, sin que falte actualmente algu-no de ellos. Posiblemente, como este documento inicia en el 43 MANUELA MARRERO RODRÍGUEZ, Extractos de los Protocolos de Los Realejos (1521-1524 y 1529-1561), col. Fontes Rerum Canariarum, vol. XXXIV, doc. 2. 44 Para la equivalencia de las medidas: MANUEL LOBO CABRERA, Mone-das Pesas y Medidas en Canarias en el siglo XVI, 1989, p. 70. 45 AHPT, escribanía de Segundo Piamontés, PN 3358, fol. 413 v.-414 (esta numeración está anotada a lápiz). Núm. 48 (2002) 285 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 19 vuelto del folio 413 y hay uno anterior que ocupa el recto de dicho folio, fechado el 11 de noviembre de 1521, se haya origi-nado una confusión que llevara a darle esa fecha al contrato de edificación de la iglesia. Aunque no podamos conocer con exactitud la fecha de esta escritura, sí podemos estimar, en base a la escritura precedente, con la cual comparte el mismo folio, que haya sido otorgada en la fecha señalada en el extracto o en alguno de los siguientes días. La segunda puntualización se refiere a la piedra a utilizar en la obra. En esta escritura no se especifica su procedencia, pero en otra otorgada el día 27 del mismo mes de noviembre El mayordomo de la iglesia concede a Juan Barroso el acarrear toda la cantería para la obra de la iglesia, desde la cantera de...y de junto a la viña de Beatriz de Ayora... 46 Nos encontramos ante unos puntos suspensivos que señalan un trozo de texto que en su momento no fue transcrito y que en este caso se refiere a la cantera de donde se extraería la piedra para la obra de la igle-sia, y por tanto, también para la primera portada jacobea. Tras leer la escritura original creemos que la transcripción es: T(a?)eyga, que identificamos con Tigaiga, en El Realejo de Aba-jo, donde aún hoy en día existe el topónimo de «Las Canteras». Este extremo, es decir, la cantera utilizada en la construcción de la iglesia, resulta de gran importancia en el tema que trata-mos, pues se trata, si no de la primera, sí de una de las prime-ras obras que se hicieron en Tenerife tallando el basalto y no la toba. Resulta significativo que en El Realejo se decidieran a uti-lizar el basalto en 1521, lo cual representa una fecha muy ade-lantada en relación al resto de la isla. Favoreció este hecho la existencia de una cantera que estaba relativamente cercana a la obra, lo que evitaba que se encareciera demasiado el acarreo de la piedra. No podemos dejar de señalar la circunstancia de que el ha-ber sido una de las primeras obras ejecutadas en Tenerife con 46 MANUELA MARRERO RODRÍGUEZ, op. cit., doc. 12. Aunque no se espe-cifica el nombre de la iglesia para la que se contrata la piedra podemos deducir que se trata de la de Santiago porque figuran como testigos Fran-cisco Ortiz y Hernán Moreno, albañiles, que eran los mismos que tenían a su cargo la obra contratada previamente para la citada iglesia. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 286 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 20 basalto es muy posiblemente la causa de que esta primera por-tada jacobea presente un tallado tosco de la piedra, pues los canteros aún no habían desarrollado su destreza con el nuevo material. Así, lo que para algunos ha sido señal de ingenuidad o tosquedad, sería en realidad la señal de una innovación técni-ca que aún no estaba plenamente dominada. Podemos señalar que la portada descrita en el contrato del año 1521 coincide con la que actualmente se halla en dicha iglesia del Realejo de Arriba, y la consideramos como la prime-ra de las portadas jacobeas, y modelo de las siguientes en el tiempo. La descripción coincide con la portada jacobea, aunque es algo más grande en el ancho, pues en el contrato se especi-fica que ha de tener diez pies de anchura, lo que equivale, aproximadamente, a 2,80 mts., mientras que la jacobea tiene 3,21 mts. a lo ancho y 1,95 mts. de luz 47. Esta diferencia en la anchura no descarta la identificación de la portada, pues duran-te la obra el mayordomo de la iglesia podía pedir cambios en el plan inicial, como más tarde probaremos que sucedió en la igle-sia del Realejo de Abajo. La descripción de los detalles sí coincide. La portada jacobea está «embazada», es decir, está asentada toda ella sobre una basa de cantería; está «capitelada», es decir, tiene dos capiteles, uno a cada lado; lleva «sus repisas», que son las ménsulas, las cuales, como ya hemos dicho en varias ocasiones, son una de las notas características de estas portadas; tiene su «guar-dapolo », o mejor dicho, su «guardapolvo», que es la cornisa que remata la portada a modo de tejadillo voladizo; lleva «sus esqui-nas y contraesquinas de cantería todo el castial frontero», o sea, que el arco que conforma y define el espacio donde han de ir las puertas de madera está ceñido en un marco de cantería a modo de «castial», o sea, de castillo. Otros detalles resultan más vagos e imprecisos, como el que la portada ha de llevar un bocel y dos copadas con sus filetes. Bocel y copada son términos referidos a molduras y por ello se dice en el contrato que el espejo, o sea, el ojo de buey, los ha de 47 Estas mediciones, como las demás señaladas en este trabajo, las he obtenido con cinta métrica metálica, lo que implica un pequeño margen de error. Núm. 48 (2002) 287 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 21 llevar en sus piedras de modura (sic); pero mientras bocel es una moldura convexa, copada lo es cóncava. Esta alternancia entre molduras cóncavas y convexas, muy propia de los ojos de buey, la hallamos en esta portada en los dos cuerpos horizontales que separan las basas de las pilastras, razón ésta por la que cree-mos que son las dos copadas a que alude la escritura. El «file-te », o «quadreto», es una moldura corrida, estrecha y de sección cuadrada o rectangular 48. Estos filetes se hallan profusamente en la portada, pues adornan las basas, las pilastras y el arco; crean-do un efecto de profundidad en todos estos elementos. PORTADAS JACOBEAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN DEL REALEJO DE ABAJO Cuando Guillermo Camacho publicó su estudio sobre la igle-sia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo, comenzó con esta reflexión: Estas notas, tomadas en el Archivo de la Concepción del Realejo de Abajo, no bastan para documentar la historia de aquella parroquia: les falta el concurso de otras fuentes y muy en particular de los datos que pudieran encontrarse en el Archivo de Protocolos 49. Esta reflexión, hecha por quién tanto se desveló por estudiar la historia de Los Realejos, es particularmente acertada en lo referido a la arqui-tectura de esta iglesia, pues la fuerte pendiente del terreno y la proximidad de la acequia de agua, que socavaba los cimientos, obligaron a desbaratar la iglesia en varias ocasiones y a desar-mar sus portadas para reubicarlas, por lo que resulta muy difí-cil comprender su desarrollo arquitectónico entre el sinfín de anotaciones de los libros de fábrica. Por nuestra parte, hemos rastreado en los protocolos nota-riales para conseguir las escrituras de contratos de obra que 48 JOSÉ RAMÓN PANIAGUA SOTO, «El léxico español de arquitectura del siglo XVI: los italianismos en la traducción del Tratado de Arquitectura de Sebastián Serlio por Francisco de Villalpando», Homenaje al profesor Hernández Perera, 1992, p. 133. 49 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial de Nues-tra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo», Homenaje a Elías Serra Ráfols, 1970, tomo II, p. 11. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 288 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada del costado de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1544). 22 Núm. 48 (2002) 289 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE permitan completar la investigación de Guillermo Camacho en cuanto se refiere al estudio de las portadas. En lo que atañe a las anotaciones de los libros de fábrica seguiremos las citas que extrajo este autor, sin contrastarlas con el original, ya que el párroco no nos ha facilitado el acceso al primer libro de fábri-ca 50, que abarca, aproximadamente, desde 1532 hasta 1635. Comenzaremos por referir que esta iglesia tiene tres porta-das: una lateral en la nave del evangelio, que es «jacobea»; y dos que hacen las veces de principales, una a los pies de la nave de la epístola, que es «jacobea», y la otra a los pies de la nave del evangelio. Las dos portadas jacobeas de esta iglesia son las más destacadas del grupo que estudiamos, por su elegante y rica decoración. Hemos localizado el contrato para labrarlas, fechado en el Realejo de Taoro el 25 de julio de 1544, día de Santiago Após-tol, y en él encontramos a Diego Suárez, mayordomo de la igle-sia de Nuestra Señora de la Concepción del lugar del Realejo de Abajo, contratando a Duarte Báez, maestro de cantería, es-tante en la isla, quién se obliga ...por mi propia persona y obre-ros y oficiales a hacer y dar hecha y acabada en toda perfección todo el cuerpo de la dicha iglesia de Nuestra Señora de la Con-cepción del dicho lugar del Realejo y de hacer en la dicha iglesia dos portadas labradas de cantería la principal de once palmos de hueco (2,31 mts.) y del altura todo lo que pidiere la dicha obra y la otra portada que ha de ser hacia la plaza del dicho lugar que sea de nueve palmos de hueco (1,89 mts.) y de altor lo que demandare la dicha obra bien hechas y con sus escarsones y con-forme a una muestra de papel que hizo Alonso de Luján cantero que está en poder del escribano de esta carta. Otrosí me obligo de hacer en la dicha iglesia dentro del dicho término un campanario de cantería labrado en que puedan poner en la esquina de la banda de arriba dos campanas grandes y una pequeña conforme a la dicha muestra. Otrosí me obligo a hacer en la dicha iglesia encima de la puerta principal un espejo de piedra labrado de cua-tro palmos de lumbre (84 cms.) y conforme a la dicha muestra. Otrosí me obligo de hacer en la dicha iglesia en la parte que 50 GUILLERMO CAMACHO lo llama: Libro de Fundación y Origen de esta Parroquia. 23 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 290 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS conviniere dos ventanas rasgadas (o sea, conopiales) de cante-ría que tengan cinco palmos de altor (1,05 mts.) y uno de hueco (21 cms), bien hechas y conforme a la dicha muestra. Otrosí me obligo de hacer el cuerpo de la dicha iglesia de al-bañilería y piedra y barro con sus esquinas y contraesquinas y las dichas esquinas asentarlas con cal conforme a la pared que fuere fundado el dicho campanario 51. ALONSO DE LUJÁN, EL CANTERO En el contrato se especifica que la obra se haría conforme a una muestra de papel que hizo Alonso de Luján cantero, papel que quedaba en poder del escribano público para posteriormen-te poder comprobar si Duarte Báez se había ajustado al mismo. En este «papel» vemos una clara alusión a la traza de un ar-quitecto con sólidos conocimientos teóricos, lo que nos lleva a inquirir quién era este Alonso de Luján. Es un personaje totalmente desconocido hasta la fecha, a menos que se trate del «cantero Luxán» que el 5 de noviembre de 1515 fue contratado por el Cabildo de la Catedral de Las Palmas para labrar los arcos de las torres de los caracoles, obra en la que consta trabajaba en 1517 52. Aunque bien pudiera ser este «cantero Luxán» de Las Palmas el Fernando Luxán, cante-ro, que hacia 1532 labró un arco en la ermita de Nuestra Se-ñora de la Encarnación de Santa Cruz de La Palma 53. Ante la duda no es posible una identificación segura. Hemos logrado reunir varias referencias ciertas que nos per-miten ubicar a este enigmático personaje. Sabemos que en di-ciembre de 1543 estaba en El Realejo de Taoro, porque en esas 51 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3366, fol. 285 numeración arábiga (en adelante: n.a.). Entre los testigos de esta escritura aparece el licenciado Juan Toscano, Vicario de la isla de Tenerife y Visitador general del obispado. Al pie de esta escritura aparecece este visitador aprobándola, pero esta aprobación está tachada sin que se indique el motivo. 52 SANTIAGO CAZORLA LEÓN, Historia de la Catedral de Canarias, 1992, pp. 48.50.507. 53 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros que han trabajado en las islas Canarias», Anuario de Estudios At-lánticos, núm. 10 (1964), pp. 489-490. 24 Núm. 48 (2002) 291 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Detalle de la Portada del costado de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. Ménsula y venera. 25 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 292 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 26 fechas quiso otorgar un poder general a favor de su esposa Jua-na Gómez, vecina de la isla de Gran Canaria, con una cláusula especial ...para que pueda vender y venda una casa que yo he y tengo en la ciudad de la isla de de (sic) Gran Canaria que tiene por linderos por delante la calle real y por la otra parte casas de Alonso Hernández y del otro cabo casas de Pedro Moreno y por la otra parte casas del (sic) Juan Delgado... 54 Este poder nos per-mite saber que era vecino de Gran Canaria, donde además te-nía una casa de su propiedad, de lo que deducimos que era en esa isla donde había desarrollado anteriormente su trabajo. También inferimos de esta escritura que hizo la traza de la igle-sia del Realejo Bajo sobre el terreno, por lo que debemos pre-guntarnos el porqué dejó esta obra a otro cantero, a menos que tuviera entre manos un proyecto de mayor envergadura. Sabemos que ya estaban en marcha los preparativos para la obra porque el 8 de agosto de ese mismo año de 1543 el mayor-domo de la iglesia se concertó con Lope Báez, vecino de La Orotava ...que yo el dicho Lope Báez me obligo a vos el dicho Diego Suárez de os traer y acarrear con mis bueyes y carreta has-ta la dicha iglesia toda la piedra que hubiereis menester para ha-cer el cuerpo de la dicha iglesia que se entiende de esquinas y contraesquinas y mampuesto lo cual tengo de traer y acarrear desde la cantera que está junto a la carnicería de este dicho lugar hasta la poner a par de la dicha iglesia a donde hubiere lugar para lo poner... y la comenzaría a traer desde el primer día de sep-tiembre 55. Esto implicaba ya la presencia de un maestro cante-ro que supervisara el corte de los cantos y su tallado. Tres meses más tarde, el 28 de marzo de 1544, también en el Realejo de Taoro, otorgó poder general a favor de Rodrigo de Quesada, mercader, vecino de la isla de Gran Canaria, con una cláusula ...para que podáis vender y vendáis t[o]dos y cualesquier bienes así raíces como muebles que yo he y tengo en la isla de Gran Canaria... 56 Y un mes más tarde, el 4 de mayo, otorgó otro 54 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3365, fol. 337 n.a. La escri-tura no se otorgó, como consta por una anotación: No lo otorgó; y el espa-cio correspondiente al día del mes quedó en blanco. 55 Ibídem, fol. 342 n.a. 56 Ibídem, PN 3366, fol. 104 n.a. Núm. 48 (2002) 293 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 27 poder general, esta vez en la ciudad de La Laguna, a favor del dicho Rodrigo de Quesada y de Hernán Pérez de Loyantes?, vecinos ambos de Gran Canaria, con cláusula especial para ven-der ...unas casas mías que yo he y tengo en la dicha isla de la Gran Canaria que lindan con casas de Alonso Hernández Peque-nino y de otra parte con casas de Delgado y por detrás con co-rrales de Juan Cortés y por delante la calle real... 57 Estas dos es-crituras confirman que abandonaba Gran Canaria, posiblemente en busca de mejores ofertas de trabajo. Tres meses después, el 4 de julio, otorgaba en La Laguna otro poder general a favor de Diego García, regidor y vecino de la isla de La Palma 58, sin que acertemos a saber qué intereses tenía en esa isla. Poco después recibiría el único aprendiz del que tenemos noticias, un niño de ocho o nueve años de edad, llamado Baltasar, al que su madre, Angela Hernández, viuda de Francis-co Pariente, puso de aprendiz con Alonso de Luján el 5 de sep-tiembre de ese mismo año. El aprendizaje duraría diez años y el cantero se obligaba a que ...le habéis de enseñar vuestro oficio de cantería (...) y en fin del dicho tiempo lo daréis que sepa hacer de cantería una portada y una ventana y un arco de cualquier punto que le fuere demandado la cual portada y ventana sabrá hacer con sus molduras y rasas y una pared de albañilería y otras cosas más primas al dicho oficio pertenecientes... 59 Para estas fechas parece que ya se había asentado en La Laguna, porque el 16 de noviembre otorgó en esa ciudad otra escritura, en la que ya se denomina como vecino de la isla de Tenerife, y por la que se obligaba a pagar a Gonzalo Hernández de Mesa tres mil maravedís por unas telas 60. No debía de pasar por una buena situación económica porque el 27 de octubre de 1545, expirado el plazo para pagar las telas, Gonzalo Hernández 57 AHPT, escribanía de Luis Méndez, PN 28-B, fol. 713. 58 AHPT, escribanía de Bartolomé Joven, PN 214, fol. 342. En la hoja anterior, sin foliación, hay una escritura con idéntico contenido, con la misma fecha y firmada por el cantero y el escribano, pero tachada. 59 AHPT, escribanía de Gaspar Justiniano, PN 877, fol. 427 v. No tene-mos más noticias sobre este Baltasar. 60 Ibídem, PN 876, fol. 160. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 294 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 28 de Mesa sacó mandamiento para cobrarlas por vía ejecutiva 61. Esta mala situación económica parece confirmarse por otra compra de telas que hizo el 31 de marzo de 1545, por valor de dos mil quinientos maravedís 62, de los cuales sólo pagó la mi-tad, por lo cual el mercader procedió en el mes de septiembre a cobrarle por vía ejecutiva 63. El 27 de febrero de 1546 firma como testigo en una escritura otorgada en la cárcel pública de La Laguna, lo que nos hace sospechar que bien pudiera estar preso por deudas 64. Estos datos sueltos pueden dar una ligera idea de sus andanzas, pero de su obra como cantero sólo dan testimonio las dos portadas «jacobeas» del Realejo de Abajo, en cuanto que fueron hechas siguiendo su traza. Ellas solas bastan para estimarlo como un arquitecto de talento y capacidad teórica. Sus penurias económicas son comunes a la generalidad de los artis-tas de la época. Si desarrolló parte de su labor en Gran Cana-ria está aún por abribuírsele; y si la llevó a cabo en la Catedral va a ser más difícil, porque faltan las actas del Cabildo cate-dralicio comprendidas entre 1541 y 1552 65. Sospechamos, basándonos en su talento y en la coinciden-cia de fechas, que él haya sido el cantero contratado en 1546 para ampliar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Con-cepción de La Orotava, obra a la que nos referiremos al tratar de la portada «jacobea» de la citada iglesia. DUARTE BÁEZ Y SIMÓN BORGES, CANTEROS Carmen Fraga cita al portugués Duarte Báez como uno de los canteros que trabajó en la iglesia parroquial del Realejo 61 Ibídem. Consta en nota marginal. 62 AHPT, escribanía de Francisco de Rojas, PN 767, fol. 340. Fue otor-gada en La Laguna. 63 Ibídem. Consta en una nota marginal. 64 AHPT, escribanía de Bartolomé Joven, PN 215, fol. 184. No se espe-cifica su profesión, pero dado que la firma es igual a la usada por el can-tero creemos que es el mismo personaje. 65 JESÚS HERNÁNDEZ PERERA, «Sobre los arquitectos de la catedral de Las Palmas, 1500-1570», El Museo Canario, núm. 73-74 (1960), p. 286. Núm. 48 (2002) 295 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Portada principal de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1661-1669). 29 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 296 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Bajo 66, pero sin señalar cual fue su obra; y al hacer la «Rela-ción de canteros existentes en Canarias hasta el año 1700» cita al dicho Duarte Báez en el Realejo Bajo en 1545 y a Simón Borges en el mismo lugar y año 67. Ignoramos cual sea la fuente utilizada por esta autora para obtener estos datos, aunque po-demos suponer que provienen del primer libro de fábrica de la iglesia, al consignar los pagos a estos dos canteros, que eran padre e hijo respectivamente. Duarte Báez no pudo finalizar la obra de la iglesia pues fa-lleció en el ínterin. Ya enfermo, otorgó el 22 de agosto de 1544 un testamento que nos proporciona detalles de gran valor. Se declara como vecino del lugar de Arifaña de Sosa, que se dice la Veleda, en el reino de Portugal, lo que abunda aún más, si cabe, en el predominio de los portugueses en la cantería de Canarias durante el siglo XVI. Hace una relación de todas las deudas que se le deben, por la que se trasluce que había residi-do en La Laguna y que se había dedicado a obras menores, sien-do ésta, muy posiblemente, su primera obra de envergadura en Tenerife, aunque sería su hijo el encargado de rematarla. Lo que a nosotros nos resulta de más importancia es esta cláusula: Item digo y aclaro (sic) que por cuanto yo tomé y ten-go a partido la obra de la iglesia de Nuestra Señora de la Con-cepción de este lugar del Realejo porque conforme a una escritura que hice con Diego Suárez mayordomo la había de hacer por cier-to precio y dentro del término contenido en la dicha escritura que pasó ante el escribano insoescrito y para en cuenta de lo que el dicho Diego Suárez me había de pagar confieso haber recibido del dicho Diego Suárez diez y nueve doblas y media poco más o menos por manera que conforme al tiempo que yo he estado con mis oficiales y obreros en hacer la dicha obra juntamente con el par-tido que hice con el dicho Diego Suárez fuera de la dicha escritu-ra de hacer las esquinas y contraesquinas de la dicha iglesia de canto labrado que fueron a real nuevo cada esquina se me debe de resto de todo doce doblas poco más o menos. Las cuales man-do que se cobren del dicho Diego Suárez 68. 66 MARÍA DEL CARMEN FRAGA GONZÁLEZ, op. cit., p. 260. 67 Ibídem, p. 52. 68 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3366, fol. 286 n.a. 30 Núm. 48 (2002) 297 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Duarte Báez hace referencia a un acuerdo entre el y el ma-yordomo fuera de la dicha escritura del que no hemos hallado constancia documental. Estos acuerdos que alteraban el contra-to inicial tenían como razón el que una vez empezada la obra, y siendo las limosnas de los fieles mayores de lo que se espera-ba inicialmente, el mayordomo se iba animando a hacer la obra un poco más grande, mejor arreglada y más suntuosa. Esto resulta muy importante en el caso que nos ocupa por la medi-da de las portadas. Según el contrato inicial la portada princi-pal habría de tener once palmos de hueco, es decir, de luz, lo que equivale a 2,31 mts.; y la portada «jacobea» de la nave de la epístola tiene 2,36 mts. de luz, con lo cual coinciden. Por el contrario, la otra portada no coincide, porque la contratada había de tener nueve palmos de hueco, es decir, aproximada-mente 1,89 mts.; y la «jacobea» de la nave del evangelio tiene 2,65 mts. de luz. La que fue contratada como puerta lateral, que ha de ser hacia la plaza, no sólo es mucho más grande de lo estipulado en el contrato inicial, sino que además acabó sien-do más ancha que la puerta principal. Esto tiene su explicación. La puerta principal, que seguía siendo la más grande por su mayor altura, se abría para que por ella salieran las procesio-nes y en los días más solemnes. Las otras puertas, las laterales, llamadas «colaterales» o «traviesas» en la documentación de la época, servían de entrada ordinaria, y era por ellas por donde generalmente entraban los fieles a la iglesia. No es de extrañar que puesto el mayordomo a mejorar la obra contratada decidie-ra dar más ancho a la portada lateral, para que así entraran y salieran con más amplitud los fieles, razón ésta de bastante peso; mientras que la puerta principal ya era lo bastante gran-de para las procesiones. A este respecto recordemos que el obis-po don Juan de Alçoloras, cuando visitó la iglesia en 1570, dis-puso que: la puerta colateral, la delatera dellestá muy pendiente e manda que se haga e aumente a la dicha puerta un paseadero llano con un pretil e unas gradas 69. Otra modificación que presenta la portada «jacobea» de la epístola, aparte del cambio del ancho, es la colocación sobre ella 69 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 14. 31 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 298 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS de un frontón triangular. Podemos afirmar que es un añadido posterior basándonos en que las dos portadas jacobeas de esta iglesia tienen tallada decoración de hojas vegetales en los guar-dapolvos; mientras que los de este frontón, aunque tienen la misma moldura que el guardapolvo inferior, que es el propio de la portada jacobea, carecen de esta ornamentación vegetal, lo que denota que no son de la misma mano ni fecha. Ya Gui-llermo Camacho expresaba su parecer de que este frontón pa-recía posterior al conjunto de la portada 70. Aunque no hemos hallado constancia documental del aña-dido de este frontón, creemos posible datarlo en base al escudo que lleva en su centro con las armas del Apóstol San Pedro. Este escudo resulta lógico hallarlo en una iglesia dedicada a este Apóstol, como en la de San Pedro de Vilaflor, pero hallarlo en la del Realejo de Abajo, debe responder a otra razón. Opinamos que se debe relacionar este escudo con las cofradías de Las Lágrimas de San Pedro. La primera de estas cofradías que hubo en Tenerife fue fundada en 1644 en la parroquia de La Con-cepción de La Laguna, seguida por otras, entre las que se en-cuentra la del Realejo de Abajo 71. Cuando Guillermo Camacho publicó su estudio sobre esta iglesia del Realejo Bajo no hizo referencia alguna a esta cofra-día, aunque sí se refirió a la imagen de San Pedro penitente 72, que era la titular de estas cofradías. Afortunadamente dispone-mos de un documento que no sólo nos da la fecha de funda-ción, sino que además nos denota la preeminencia que se abrogaba esta cofradía. El 5 de junio de 1664 el capitán Juan Díaz Oramas, vecino del Realejo de Abajo, acudió ante el obispo, que por aquellas fechas se hallaba en La Orotava, con esta súplica: ...y digo que por la cuares-ma pasada de este año se fundó una hermandad y c[on]f[ra]t[e]r-nidad de las lágrimas de el Sr. San Pedro en la parroquial de el dicho lugar del Realejo y siendo como es la más moderna el martes que se contaron [tres?] de el corriente concurriendo la dicha confraterni- 70 Ibídem, p. 20. 71 JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, op. cit., pp. 134-137. 72 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 23. 32 Núm. 48 (2002) 299 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE dad con la de el Santísimo Sacramento en un entierro quiso preferir a dicha confraternidad de el Santísimo Sacramento despojándole de su antigüedad por ser la primera fundada... El obispo intervino, poniendo las cosas en su sitio, y decretando que la confraternidad de San Pedro sólo tendría precedencia sobre la del Santísimo ...en la procesión de las lágrimas de Ntro. Padre San Pedro que sale el Martes santo de cada un año... 73 La fundación de esta cofradía coincidió con la «Obra de la Iglesia nueva», acometida entre los años 1661 y 1669 por el mayordomo de la iglesia, que por aquel entonces era Salvador Aguiar 74, quien era sacerdote 75 y con toda seguridad miembro de dicha cofradía. Por ello creemos muy posible que el frontón con las armas de San Pedro Apóstol corresponda a esta obra. Tras la muerte de Duarte Báez prosiguieron los trabajos a buen ritmo, pues no habían transcurrido aún nueve meses des-de la firma del contrato cuando el 9 de abril de 1545 Simón Borges, cantero, hijo de Duarte Báez, difunto, otorgó escritura de finiquito a Diego Suárez, mayordomo de la iglesia de La Concepción del Realejo, por cuantía de 98.408 maravedís ...por razón de las obras siguientes que él y el dicho su padre eran obli-gados a hacer. Los sesenta y cinco mil mrs. de dos portadas y un campanario y un espejo y dos ventanas rasgadas que hizo en la dicha iglesia; y los veinte y cinco mil y cuatrocientos y ochenta y ocho mrs. por razón de doscientas y treinta y seis tapias que hi-cieron en la dicha iglesia de albañilería a razón de dos reales nuevos y un cuartillo cada tapia; y los mil y setecientos y cin-cuenta mrs. por encalar la dicha iglesia por de fuera; y los mil y novecientos mrs. por cuarenta cantos de cantería labrados que fueron menester para una esquina de la dicha iglesia y ocho do-blas y media de oro por razón de un altar que hizo de cantería dentro de la dicha iglesia... 76 73 AHPT, escribanía de Bartolomé Varela de Sotomayor, PN 3430, fol. 406-407. 74 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 15-16. 75 AHPT, escribanía de Andrés Hernández Pinto del Castillo, PN 3608, fol. 541 v. 76 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3367, fol. 61 numeración romana. 33 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 300 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS ELÍAS MORENO, UN CANTERO QUE NO EXISTIÓ En el exterior de la iglesia de La Concepción del Realejo de Abajo se encuentran dos medallones de piedra, colocados actual-mente sobre la portada situada a los pies de la nave del Evan-gelio. Aunque esta portada no es jacobea, hemos de datarla para así poder clarificar el origen de estos medallones, que según la tradición local representan a D. Alonso Fernández de Lugo, conquistador y primer Adelantado de la isla, y a Bencomo, mencey de Taoro en el tiempo de la conquista. Pedro Tarquis la atribuyó al cantero Elías Moreno, que la habría labrado hacia el año 1587 77. Esta afirmación fue el fru-to de una serie de desafortunados lapsus que llevaron a este historiador a un error. Para documentar su afirmación Pedro Tarquis escribió: Investigación P.T.R. Las fuentes de esta construc-ción están en el «Archivo de la Exclaustración», Santa Cruz de Tenerife. Testamento de don Juan de Gordejuela, cláusula donde se habla de la fábrica de la primitiva iglesia del Realejo de Abajo. Año de 1587. Se cita al maestro Elías Moreno, cantero, quien se halla trabajando y dirigiendo aquella obra 78. Guillermo Camacho, al tratar posteriormente este tema, no se adscribió a la afirmación de Tarquis, dejando abierta la posi-bilidad de que esta portada correspondiera a las obras de am-pliación del templo parroquial llevadas a cabo entre los años 1661 y 1669, hipótesis a la que nos sumamos. Guillermo Ca-macho tenía sus dudas sobre la argumentación de Tarquis, que no cuadraba con un descargo de ciento veintiocho reales que el mayordomo de la iglesia hizo en las cuentas de los años 1668 y 1669: «de acavar la puerta principal de abajo», que le faltaba una hilera de cantería y de los sardineles —remates— de ambas 79. Podemos señalar que Tarquis está citando un testamento que vio en el «Archivo de la Exclaustración» en Santa Cruz de Tenerife, el cual se halla actualmente integrado en el Archivo 77 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de...», 1965, art. cit., p. 317. 78 Ibídem. 79 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., pp. 15-16. 34 Núm. 48 (2002) 301 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife bajo la denomi-nación de fondo «Conventos». Hemos revisado dicho fondo sin hallar tal documento, pero sí, en un pleito del convento de frai-les agustinos del Realejo, algunas cláusulas del testamento ce-rrado otorgado por el regidor D. Juan de Gordojuela el 13 de abril de 1619 y que fue abierto el 22 de junio de 1622 80; y un codicilio que otorgó el primero de abril de 1622 8 1; y otro codicilio fechado el 19 de abril de 1622 82; documentos todos de los que consta en el expediente del pleito que estaban en poder del dicho convento en forma de copias legalizadas. Esto nos lleva a una conclusión y es que Pedro Tarquis no pudo ver ese testamento presuntamente otorgado por D. Juan de Gordojuela en 1587, porque ese documento difícilmente po-día estar en el «Archivo de la Exclaustración». Este archivo se formó con los fondos de los conventos suprimidos en el siglo XIX a raíz de la Desamortización, y en dichos conventos sólo se guardaban los testamentos que se hacían efectivos, es decir, el último otorgado antes del fallecimiento, pues los precedentes quedaban anulados. Por ello, no parece lógico que al convento le interesara un testamento otorgado por D. Juan de Gordojuela en 1587 si el último, y por tanto el definitivo, era de 1619, es decir, treinta y dos años posterior. Creemos que el origen de la confusión se localiza en el plei-to a que nos referíamos antes y en el cual se incluye una dona-ción que D. Juan de Gordojuela hizo el 24 de agosto de 1616 a favor del convento de religiosos agustinos del Realejo. En esta escritura, al señalar las obras que estaba realizando para acon-dicionar el mencionado convento, dice: Item que porque voy haciendo y tengo pagado oficiales cantero (sic) cantidad de maravedís para unas portadas de la iglesia en el cuerpo de ella... 83 80 AHPT, Conventos 3283, fo. 86-116. Fue abierto ante el escribano públi-co Juan Alonso Romero, del cual no se conserva el protocolo del año 1622. 81 Ibídem, fol. 116-131. También fue otorgado ante Juan Alonso Romero. 82 Ibídem, fol. 131 v.-135 v. Fue otorgado ante el escribano público Juan Sáez de Gordojuela. 83 Ibídem, fol. 66. En la escritura original hay una pequeña diferencia en la cita, pues se lee pagado a oficiale[s] cantero y no pagado oficiales cantero como dice la copia: AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3590, fol. 159. 35 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 302 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Tarquis debió confundir la iglesia del convento de los agusti-nos con la iglesia parroquial, aunque no acertamos a compren-der de donde pudo provenir la fecha de 1587. El documento que más se aproxima a esta fecha, y a las preocupaciones religiosas de D. Juan de Gordojuela, es una carta de dote que otorgó en La Laguna el 21 de abril de 1586 a favor de su hermana Cata-lina de Hulierte; en la cual le daba: Item unas casas alto y bajo que son en el dicho Realejo donde está el dicho oficio (se refiere al oficio de la escribanía pública de Los Realejos) desde lindan-do con la casa y recámara que está de la parte de arriba porque desde el dicho lindero hacia la iglesia queda para el recogimiento de mi madre y hermanas y por la parte de abajo y delantera la plaza y por el otro lado la calle real y por la parte del corral lin-dando al horno 84. Esta cláusula denota su intención de fundar un «recogimiento» o «beaterio» para las mujeres de su familia junto a la iglesia parroquial de La Concepción. Recordemos que en su testamento ordenó la fundación de un convento de mon-jas en El Realejo, lo que se haría realidad, bastante tiempo des-pués, con el monasterio de agustinas. Sin embargo, parece ser que el «recogimiento» no llegó a funcionar en la práctica, de lo cual es indicio que su madre, Margarita Grimón, al testar en El Realejo en 1588 no hizo ninguna mención al mismo 85. Lo que sí podemos explicar es el origen del nombre del can-tero al que atribuyó la portada. En una escritura otorgada en El Realejo el 13 de febrero de 1611 ...Luis Merino albañil 86 y Rafael Hernández el mozo carpintero y Martín Hernández 87 veci- 84 AHPT, escribanía de Francisco de Mesa, PN 916, fol. 483-483 v. 85 AHPT, escribanía de Francisco Gil, PN 3398, fol. 189. Lo más pare-cido al proyectado «Recogimiento» de D. Juan de Gordojuela parece haber sido la casa de las beatas Delgadas en El Realejo de Abajo, citada en una escritura pública el 15 de diciembre de 1608: AHPT, escribanía de Lope de Mesa, PN 1230, fol. [...roto...]. 86 Luis Merino es un cantero estudiado en su momento por el mismo Pedro Tarquis, que lo documentó trabajando en 1619 en la iglesia de Nues-tra Señora de la Asunción de San Sebastián de La Gomera y lo relacionó, opinión que compartimos, con la saga de canteros de ese mismo apellido que trabajaron en Tenerife desde la primera mitad del siglo XVI: «Dicciona-rio de...», 1965, art. cit., pp. 297-298. 87 Este Martín Hernández creemos poderlo identificar con el carpinte-ro Martín Fernández, vecino de Icod, que trabajó en la iglesia de Santiago 36 Núm. 48 (2002) 303 32 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE nos del dicho lugar... otorgaron carta de dote a favor de ...María Merino hija legítima del dicho Luis Merino y sobrina de los de-más nombrados..., que iba a contraer matrimonio con Juan Gómez, natural de la isla de Madeira 88. Esta escritura de dote fue otorgada, como acabamos de señalar, en El Realejo, ...estan-do en el convento de Señor San Agustín... El que estos tres hom-bres otorgaran esta escritura dentro del convento debe haber obedecido al hecho de que estaban trabajando en el mismo. A la confusión entre el convento agustino y la iglesia parroquial unió Tarquis un error con el nombre del cantero, convirtiendo a Luis Merino en «Elías Moreno», transformación que se puede haber originado en un error de transcripción. Esta confusión de nombres se confirma por el hecho de que esta portada de la iglesia de La Concepción del Realejo Bajo es la única obra que Pedro Tarquis le pudo atribuir; y aunque asegu-ró la existencia de este cantero: Se le denomina con diferen-tes calificativos, en los documentos de finales del XVI y entrada del XVII: cantero, maestro de cantería, alarife 89; no hemos podido localizar ni una sola mención a este cantero en la documenta-ción de esas fechas. Antes decíamos que nos sumábamos a la hipótesis de Gui-llermo Camacho sobre el origen de esta portada y nos basamos para ello en una escritura de tipología realmente infrecuente, pues aunque se suelen encontrar contratos para edificar iglesias no se puede decir lo mismo de escrituras de aprobación de las obras por parte de los fieles y este es el caso. En 1661 el mayor-domo de la iglesia parroquial había comenzado las obras de ampliación, pero deseando asegurarse el consenso y el apoyo de los vecinos aprovechó un día de máxima concurrencia, que fue la víspera de la Asunción de la Virgen, para someter su proyec-to a la aprobación de los feligreses: En el lugar del Realejo de Abajo isla de Tenerife en catorce días del mes de agosto de mil y seiscientos y sesenta y un años día festivo en que concurrió mu-cha cantidad de vecinos en la parroquial de este dicho lugar (si-del Realejo hacia el año 1600: Guillermo CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La Iglesia de Santiago...», art. cit. p. 136. 88 AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3587, fol. 276. 89 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de...», 1965, art. cit., p. 317. 37 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 304 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS gue la relación de algunos de los presentes) y otros muchos ve-cinos de este dicho lugar hasta cantidad de más de cien vecinos y estando todos juntos a la puerta de dicha parroquial que sale a el paseo el dicho mayordomo de la fábrica les dijo a todos en alta voz que en una obra que está haciendo en dicha parroquial para alargarla quería hacer dos puertas que salgan a la plaza nueva en cada nave de la iglesia una que se los hacía saber para que fuese con gusto de todos y luego que propuso lo arriba dicho los dichos vecinos todos en alta voz unánimes y conformes dijeron que es muy acertado y conviene se hagan dichas dos puertas en las dichas dos naves que salgan a dicha plaza y así lo dijeron y vinieron en ello y el dicho Salvador de Aguiar pidió a mí el pre-sente escribano se lo dé por testimonio y ponga en el protocolo de escrituras públicas... 90 De la lectura de este curioso documento parece desprender-se que la iglesia proyectada llevaría cuatro puertas, de modo que tendría tres que dieran a la plaza, a portada por cada una de las tres naves. Finalmente este proyecto se simplificó y sólo se hizo una de los dos nuevas portadas que se habían proyectado inicialmente, que es la que se colocó en la nave del evangelio, y la «jacobea» se ubicó en la de la epístola, mientras que la nave central quedó sin acceso directo por la plaza, circunstancia ésta última excepcional en Canarias. En base a esto opinamos que la portada principal, situada a los pies de la nave del evangelio, atribuida inicialmente a Elías Moreno hacia el año 1587, corresponde a las obras de amplia-ción ejecutadas entre los años 1661 y 1669. Hubiera sido nues-tro deseo el localizar el correspondiente contrato, pero a pesar de nuestra búsqueda en las escribanías de Los Realejos, La Orotava, Icod de los Vinos y Garachico no hemos localizado ni un sólo documento relacionado con dichas obras. Ni siquiera hemos podido averiguar el nombre del cantero responsable de la obra. Ello puede deberse a un hecho que hemos podido cons-tatar y es que para esa época ya no se solía acudir como antes a los escribanos públicos para formalizar estos contratos de construcción, lo que nos remite a otras fuentes documentales, 90 AHPT, escribanía de Bartolomé Varela de Sotomayor, PN 3429, fol. 357v-358. 38 Núm. 48 (2002) 305 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE que en este caso no nos ha sido posible consultar, pues, como ya indicamos antes, no se nos ha facilitado el acceso al archivo parroquial. Otro punto a aclarar es el de otras dos obras de importancia que se hicieron en La Concepción antes de la remodelación ini-ciada en 1661. Ambas fueron documentadas por Guillermo Camacho a partir de los libros de fábrica. La primera, realizada hacia 1626, había sido concertada con Manuel Penedo, maes-tro de cantería, ante Juan Alonso Romero, escribano público; y consta un pago «por la redificación de la nave que se cayó con una tempestad que ubo de agua y viento» 91. Hemos hallado el contrato, que había sido otorgado nueve años antes, el 6 de julio de 1617. En él, Luis Ángel, como mayordomo de la parroquia se concertó ...que dentro de un año cumplido por fin del mes de junio del año que verná (sic) de seiscientos y diez y ocho años el dicho Manuel Penedo maestro de cantería sea obligado y se obli-gó de hacer por sus manos en toda perfección a parecer de oficia-les que del dicho su oficio entiendan cinco arcos de cantería en la dicha iglesia de Nuestra Señora de la Concepción parroquial de este dicho lugar en esta manera los tres en una nave que se hace en el cuerpo de la dicha iglesia a la parte de arriba comenzando desde el asiento de Hernando de Castro hasta llegar a el altar del Rosario y pared de la capilla mayor y el otro arco se entiende el arco principal de la capilla mayor que se entiende y ha de hacer en el hueco de toda la dicha capilla de pared a pared del dicho cuerpo de la dicha iglesia y el otro arco se entiende y ha de hacer dentro de la dicha capilla a la parte de arriba en el largor que por el beneficiado y alcalde y vecinos de este dicho lugar se le ordenare y por el dicho mayordomo el arco principal ha de ser ornado de arquitectura y los cuatro arcos de suso según es costumbre en otras iglesias llanos y todo bien labrado y perfeccionado (...) La cual dicha obra de suso se hace por mandato de su señoría del obispo de Canaria don Antonio Corrionero 92. También encontramos un finiquito que el 25 de enero de 1626 otorgó en Garachico Manuel Penedo a favor del mayordo- 91 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 15. 92 AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3590, fol. 540-540v. 39 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 306 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS mo de La Concepción del Realejo de Abajo por importe de 5.400 reales ...en que fue concertado con el susodicho por cinco arcos de cantería que hizo en la dicha iglesia conforme a la escritura de concierto que de ello hicieron que pasó por ante Juan Alonso Romero escribano público de los Realejos... 93 Estos dos documen-tos nos aclaran que se trató de la edificación de una nave de la iglesia, que identificamos como la de la Epístola, por hallarse a la parte de arriba y porque la siguiente obra consistió en hacer la nave del Evangelio, que es la que da al «paseo» y a la esca-linata adjunta. Además, comprobamos que no se hace alusión a ninguna portada. La segunda obra, realizada hacia 1635, fue nuevamente con-tratada con Manuel Penedo, por escritura pública ante el escri-bano Juan Alonso Romero, y consta un descargo del mayordo-mo de la iglesia «que parece ha gastado y dado en cuenta de la nueva nave que ha de hacerse» 94. También hemos encontrado este contrato, fechado el 27 de julio de 1631, y que nos aporta una jugosa descripción de la obra a realizar: ...que el dicho Manuel Penedo se obliga con sus manos a hacer como tal oficial una nave en la iglesia de este dicho lugar que se entiende tres arcos y paredes en ellos y por la parte de abajo una pared que iguale a la dicha nave y a mudar la puerta traviesa que cae a las almenas y escalones y las ventanas finestras también las ha de mudar de la pared que hoy está hecha y ponerlas en la pared nueva que se ha de hacer y también se obliga el dicho Manuel Penedo a hacer la pared del paseo que se ha de hacer a la parte de abajo de la dicha pared nueva del largo y tamaño que se le señalare y fuere necesario y a mudar los escalones por donde se haya de subir al dicho paseo y otros que caen a la parte del naciente y enlosar dicho paseo de losas de cantería del tamaño que se señalare... 95 A este contrato de obra podemos unir un recibo otorgado en El Realejo el primero de junio de 1635 por el cantero Manuel Penedo a favor del mayordomo de la iglesia por importe de 2.840 reales ...a cuenta de la nave que tiene concertado de hacer 93 AHPT, escribanía de Salvador Pérez de Guzmán, PN 2105, fol. 78 v. 94 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 15. 95 AHPT, escribanía de Juan Alonso Romero, PN 3595, fol. 650v. 40 Núm. 48 (2002) 307 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE [e]n la parroquial de este dicho lugar de que se hizo escritura como de ella parecerá a que se refiere... 96 Esta segunda nave ha de ser la del Evangelio, por hallarse a la parte de abajo, y ser la que da al paseo. Este paseo, o pasea-dero, como lo llama Guillermo Camacho 97, debe corresponder con el que ha llegado hasta nosotros. Constatamos que no se manda hacer ninguna portada nueva, sino trasladar a una nue-va ubicación la puerta traviesa ya existente, la cual identificamos con la jacobea que da a la escalinata del paseadero. UNA PORTADA CON MENSAJE La tradición local intenta identificar los personajes «retrata-dos » 98 en los medallones mediante una explicación que resulta lógica y sugestiva en la tradición historiográfica de Canarias, que alentada en 1594 por fray Alonso de Espinosa 99, y asentada en 1604 por el poeta Viana 100, veía en el mencey Bencomo el retra-to del buen «salvaje», que luchaba por la independencia de su tierra y por la libertad de los suyos frente a la agresión del con-quistador., Esta identificación con el mencey Bencomo era muy adecua-da y sugerente para quienes estaban inmersos en esta corriente historiográfica, que arranca del siglo XVI. Pero si estos medallo-nes son más antiguos, como así lo creemos, el retratado no se-ría Bencomo, sino otro personaje más acorde con los gustos de los vecinos del Realejo Bajo en la primera mitad del siglo XVI. 96 Ibídem, PN 3597, fol. 405-405 v. El cantero declara que ha recibido cien reales más por otros conceptos. 97 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 14. 98 Ya GUILLERMO CAMACHO se hizo eco de esta tradición: «La iglesia parroquial...», art. cit., p. 20. 99 FRAY ALONSO DE ESPINOSA, Del Origen y Milagros de la Santa Imagen de nuestra Señora de Candelaria, que aparecio en la Isla de Tenerife, con la descripcion de esta Isla, Sevilla, 1594. 100 ANTONIO DE VIANA, Antigüedades de las Islas Afortunadas de la Gran Canaria. Conquista de Tenerife y aparescimiento de la Imagen de Candela-ria, 1604. 41 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 308 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Medallón del «Mencey Bencomo». Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. 42 Núm. 48 (2002) 309 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Medallón del «Adelantado D. Alonso Fernández de Lugo». Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. 43 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 310 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Para comprender cuales eran estos gustos hemos de reflexionar, aunque sólo sea por un momento, sobre el origen étnico de los vecinos del lugar. Está fuera de toda duda que, aparte del contingente de eu-ropeos que poblaron El Realejo tras la conquista, el grupo étni-co dominante fue el de los aborígenes de la isla de Gran Cana-ria 101. Estos aborígenes, denominados en la documentación de la época como canarios o naturales de la isla de Canaria, parti-ciparon en la conquista de la isla como soldados a las órdenes del Adelantado y después le acompañaron en las desastrosas campañas militares de Berbería. Una vez conquistado Tenerife, y sojuzgados los guanches de los bandos de guerra, estos cana-rios participaron en el reparto de las tierras, y se asentaron mayoritariamente en El Realejo, aunque algunos de ellos dispo-nían de tierras en otros lugares de la isla. Por contra, resulta simplemente testimonial la presencia de guanches en la zona, pues al pertenecer el menceyato de Taoro a los «bandos de gue-rra » sus habitantes fueron, en su mayor parte, vendidos como esclavos, o se trasladaron a otras partes de la isla, quedándose muy pocos de ellos en la zona. En base a esta realidad étnica y social nos inclinamos decididamente a pensar que el retratado es un aborigen de Gran Canaria, o sea, un canario. En el medallón colocado la derecha vemos de perfil a un varón de raza blanca, con barba, y cubierta su cabeza con un casco artísticamente decorado en su parte inferior con un ador-no acaracolado. Estos detalles revelan a un soldado europeo y muy posiblemente a un conquistador de la isla. En el medallón del lado izquierdo nos encontramos a un tipo étnico totalmente distinto, pues se trata de un varón imberbe, que no es de raza blanca, como denotan sus labios abultados, su gran nariz y un ojo resaltado. Cubre su cabeza un tocado que se ajusta a su 101 ANA VIÑA BRITO y JUAN RAMÓN NÚÑEZ PESTANO, art. cit, pp. 42-53. JOSÉ ANTONIO CEBRIÁN LATASA, «Los canarios prehispánicos de la Gran Ca-naria repobladores de la isla de Tenerife y fundadores del Realexo de Abaxo», en Aislados suplemento Vivir en Canarias del diario El Mundo de 30 de julio de 1999. GABRIEL BETANCOR QUINTANA, Los canarios en la forma-ción de la moderna sociedad tinerfeña. Integración y aculturación de los indígenas de Gran Canaria (1496-1525), en prensa. 44 Núm. 48 (2002) 311 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE circunferencia y que está anudado al cuello con unas cintas. Creemos que se trata del retrato de un canario. Ahora bien, no podemos dilucidar si se trata simplemente de retratos figurati-vos de las dos razas, es decir, de un europeo y de un canario; o si se intentó plasmar en ellos a unos personajes específicos: de un lado a D. Alonso Fernández de Lugo, y del otro, acaso a D. Fernando Guadarteme 102, líder político de los canarios, o quizás a Pedro de Maninidra, su jefe militar. Sin embargo, nos decantamos por identificar al canario con Doramas, quién en un momento dado lideró la resistencia de los canarios a la conquista de su isla, hasta que murió a manos de Pedro de Vera en Arucas 103. Aunque no participó en la conquis-ta de Tenerife, ni vivió en El Realejo, hay una serie de detalles que nos llevan a sospechar que es él el retratado. El primero es la gran nariz que ostenta el hombre del medallón, lo que coin-cide con el relato del cronista Gómez Escudero: ...y a Doramas, que era mas mediano y ancho de pechos y espaldas, y de muy anchas narices, que esto significa su nombre 104. Recientemente José Antonio Cebrián ha aportado un dato que parece corrobo-rar lo que nos dice este cronista, testigo presencial de la con-quista de Gran Canaria, al apuntar un posible parentesco entre Doramas y el también canario «Martín de Vera, narices» 105. El segundo detalle es el tocado que cubre toda la cabellera del canario y que desentona de las representaciones del «hom-bre salvaje» durante el Gótico tardío y el Renacimiento. Mar-tínez de la Peña, al hacer un recorrido por estas idealizaciones artísticas, hace notar que: Más o menos coinciden en la figura-ción de un personaje de aspecto fuerte, cabellera enmarañada, con el cuerpo recubierto de abundante vello o vestido de pieles y coro- 102 Aunque este apellido se ha popularizado como «Guanarteme», he-mos optado por la forma «Guadarteme», que es la que aparece en los do-cumentos más antiguos. 103 FRAY JUAN DE ABREU GALINDO, op. cit., pp. 210-212. 104 Historia de la Conquista de la Gran Canaria por el capellán y licen-ciado Pedro Gómez Escudero, Tip. «El Norte», Gáldar, 1936, prólogo de Dacio V. Darias y Padrón, pp. 88-89. 105 «Narices» sería un apodo: JOSÉ ANTONIO CEBRIÁN LATASA, «“Doramas”: Historia y leyenda», Aislados, Suplemento «Vivir en Canarias», del diario El Mundo de 26 de enero de 2002. 45 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 312 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS nado de ramas o flores 106. Esto nos reafirma en la opinión de que este medallón no es una idealización de la raza canaria, lo que se hubiera plasmado en una figuración del «hombre salvaje», en la cual jugó un importante papel el conocimiento que los euro-peos tuvieron de los aborígenes canarios, como señala el mismo Martínez de la Peña 107; sino que nos hallamos ante el retrato de un personaje concreto. El hecho de que este canario cubra su cabellera, y que ade-más sea imberbe, lo relacionamos con un detalle que el mismo cronista Gómez Escudero recoge sobre las costumbres de los aborígenes de Gran Canaria: El noble tiene cabellos y barba cre-cida, el villano cortadas barba y cabello... 108. Otro cronista de la conquista, Antonio Sedeño, coincide en este detalle: Los qe. eran nobles traian cabellos y preciabanse de enrubiallos. Los villanos ellos y ellas andaban tresquilados... 109 El quid de la cuestión ra-dica en que Doramas no pertenecía a la nobleza, sino que fue un villano, o plebeyo, que gracias a su fuerza, valor e inteligen-cia se hizo con el poder. Sobre este respecto el mismo Sedeño relata una pelea entre Doramas y el también canario Bentagaire, que sí era noble: —.Yo conozco qe. soy, dijo Doramas, qe. soy tresquilado—. Que era la señal de los villanos. Entonces Benta-gaire le soltó quitándole las armas. Dijo —Sabete qe. yo soy Ben-tagaire, y solo he venido pa. qe. conozcas qe. no te has de igualar con los hidalgos... 110 La presencia del retrato de Doramas se explicaría por la exis-tencia de una tradición o leyenda, que quedó reflejada en un expediente incoado en 1573 a fin de proveer la plaza de benefi-ciado de la iglesia parroquial del Realejo de Abajo. Uno de los 106 DOMINGO MARTÍNEZ DE LA PEÑA, «Canarias en la evolución iconográ-fica del «hombre salvaje». Indumentaria y danzas de aborígenes como fuen-te de inspiración», Homenaje al profesor Dr. Telesforo Bravo, 1990, tomo II, p. 403. 107 Ibídem, pp. 403-415. 108 Historia de la Conquista..., op. cit., p. 76. 109 ANTONIO SEDEÑO, «Historia de la Conquista de la Gran Canaria», p. 62, publicada en: Historia de la Conquista de la Gran Canaria por el ca-pellán y licenciado Pedro Gómez Escudero, Tip. «El Norte», Gáldar, 1936, prólogo de Dacio V. Darias y Padrón 110 Ibídem, p. 58. 46 Núm. 48 (2002) 313 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE que solicitó tal puesto fue el bachiller Alonso Delgado, clérigo presbítero, que por aquellas fechas era beneficiado y vicario de la isla de La Gomera, pero que aspiraba a la plaza del Realejo Bajo por haber nacido en ese lugar y tener allí a su familia. Era hijo de Juan de Cuenca y de Leonor Márquez, y nieto por parte materna de Juan Gómez de Frejenal y de María Doramas, vecinos todos del Realejo. Para dar más fuerza a su petición, no sólo hizo constar que era nacido en la dicha parro-quia, sino además que su familia había tenido una especial par-ticipación en la misma; como lo hizo notar en una de las pre-guntas que propuso hacer a los testigos que aportaba: Item si saben que el dicho Juan Gómez de Frejenal estando los vecinos de este lugar del Realejo de Abajo sujetos a ir a la iglesia de Señor Santiago a misa hizo y edificó la iglesia parroquial que hoy es en este dicho lugar y dio el sitio y lugar en que se edificó y fue ma-yordomo en la dicha iglesia mucho tiempo y en ella los dichos abuelos del dicho bachiller Alonso Delgado están enterrados 111. Todos los testigos confirmaron estos extremos y sólo citare-mos, por no extendernos, a Alvarianes, quien respondió: ...dijo que sabe que el dicho Juan Gómez de Frejenal dio sitio y lugar en este dicho lugar donde hizo la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción porque así es y fue público y notorio y lo conoció ser mayordomo de la dicha iglesia algunos años... 112 Es cierto que Juan Gómez de Frejenal fue mayordomo de la iglesia parroquial de La Concepción, como él mismo lo declaró al testar en 1541 113, aunque fue Diego Suárez el mayordomo que en 1544 acometió la construcción del nuevo templo y de las portadas jacobeas. Su familia dispuso además de altar propio, como consta en el testamento que en 1571 otorgó Pedro Gómez, hijo de los mencionados Juan Gómez de Frejenal y María Doramas: Item digo que por cuanto en la dicha iglesia de Nues-tra Señora de la Concepción y junto a un altar que allí tengo de la advocación de Nuestra Señora de la Angustia están en[t]errados mis padres en [l]a capilla de la dicha iglesia... 114 111 ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE LA LAGUNA (en adelante: AHMLL), A-IV, 2, fol. 43. 112 Ibídem, fol. 47v. 113 AHPT, escribanía de Juan Vizcaíno, PN 3363, fol. 350 n.a. 114 AHPT, escribanía de Juan de Gordojuela, PN 1222, fol. 61. 47 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 314 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1544). 48 Núm. 48 (2002) 315 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 49 Sin embargo nos parece muy discutible el hecho de que haya donado el solar para la iglesia parroquial, pues esa era una atri-bución del Adelantado, quién además promovió el asentamiento en El Realejo de Abajo, junto a su ingenio de azúcar. Sirva como muestra una data que concedió en 1518 a Antonio de Español de ...un solar que es en esta hacienda mía del Realejo que linda de la una parte una casa de Juan González calderero y de la otra parte la calle real que va para la iglesia y de la otra parte a las espaldas Lorenzo Pérez el purgador... 115. La iglesia del Realejo de Abajo, al igual que sucedió en los demás núcleos poblacionales que fundó el Adelantado, se constituyó en el centro y eje urba-nístico sobre el cual se desarrolló el pueblo, y por tanto, su ubi-cación no se dejaba a la iniciativa privada, sino que constituía un acto marcadamente institucional. No obstante lo que acabamos de exponer, hemos de recono-cer que para el tema que nos ocupa carece de importancia si la tradición sobre la donación del solar de la iglesia es verdadera o falsa. Lo importante es que los vecinos del Realejo, represen-tados en los ocho testigos que deponen en favor del bachiller Alonso Delgado, lo creían así. Las leyendas, en cuanto son asu-midas, pasan a formar parte de la conciencia histórica de los pueblos, y en ellas no sólo es necesario discernir qué haya de verdad inicial, sino también la influencia que han ejercido en los hechos ulteriores. No olvidemos que las leyendas han ejerci-do desde siempre una gran influencia sobre las representacio-nes artísticas, más aún que los hechos históricos. Esta leyenda, o tradición, como se prefiera llamarla, explica-ría el porqué se eligió la figura del esforzado Doramas, valién-dose de la relación con María Doramas, de origen canario 116, esposa del donante y constructor del templo parroquial. Aunque hoy en día no nos sea posible establecer cuál fue la relación de parentesco entre el legendario Doramas, que luchó contra los que invadieron su tierra, y los canarios de ese apellido que po-blaron El Realejo, sí que debía estar muy presente para los hom-bres y mujeres de ese tiempo. Razón ésta por la que la simbo- 115 AHMLL, libro 3.º de datas por testimonio, fol. 27. 116 LEOPOLDO DE LA ROSA OLIVERA, Canarios en la Conquista y Repobla-ción de Tenerife, 1980, Col. La Guagua, p. 29. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 50 logía de la portada jacobea de su iglesia era clara y evidente en su momento. Regresando al tema de los medallones, diremos que éstos no parecen haber sido tallados para la portada donde actualmente se hallan colocados, porque, en primer lugar, esta portada, como ya indicamos en el capítulo anterior, ha de ser datada hacia 1668 o 1669; y en segundo lugar, porque esta portada única-mente recurre al juego de molduras para su decoración, sin que hallemos en ella ningún otro detalle de ornamentación, por lo que no nos resulta verosímil que se le hallan superpuesto dos medallones. Creemos que fueron tallados originalmente para ser coloca-dos sobre una de las portadas «jacobeas», concretamente sobre la de la nave de la epístola, labrada entre los años 1544 y 1545 para ser la puerta principal, o sea, la procesional, de la iglesia parroquial. A esto se nos puede replicar fácilmente preguntan-do el porqué no podían estar sobre la otra portada «jacobea» o en cualquier otro lugar de la iglesia. La respuesta a esta obje-ción, bastante lógica en sí misma, depende de la interpretación iconográfica que hemos hecho de esta portada y que vamos a exponer a continuación. Antes que nada diremos que dos remates que se hallan so-bre el guardapolvo de esta portada «jacobea», y unas aves en actitud de volar colocadas sobre ellos, nos parecen añadidos posteriores, al igual que unos remates similares que se encuen-tran sobre el frontón de la otra portada «jacobea». Si imaginariamente colocamos los medallones sobre la por-tada «jacobea» de la nave de la epístola nos encontramos con que se pueden trazar dos líneas verticales y dos horizontales, entrecruzadas entre sí, que configuran un mensaje simbólico, al igual que solían hacerlo las portadas góticas de la Edad Media. El «canario», que ha de colocarse al lado izquierdo para quedar frente al «conquistador», se relaciona con la basa de su lado; mientras que el «conquistador» se relaciona a su vez con la basa del lado derecho, que queda en su vertical. En estas basas encontramos tallados cuatro motivos, dos por cada basa, cada uno de ellos perfectamente inscrito en un mar-co de molduras. De estos motivos nos interesan los dos que se Núm. 48 (2002) 317 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 51 sitúan bajo las pilastras que contienen las ménsulas y las vene-ras, pues los otros dos, situados en las jambas, son simples ador-nos de tipo vegetal, muy similares, por cierto, entre sí. El motivo de la basa del lado derecho se halla hoy en día colocado boca abajo, defecto ocasionado al haber sido des-montada esta portada y vuelta a ser armada en las varias am-pliaciones que ha sufrido esta iglesia, la última de las cuales se realizó entre los años 1697 y 1701 117; quedando este motivo co-locado al revés por el desconocimiento que para ese entonces se tenía de su sentido original. Si colocamos este motivo al dere-cho, y no boca abajo, como ahora está, comprobaremos que se trata de una planta que asciende mediante un movimiento on-dulante y florece en su parte alta. Esta planta creemos poderla identificar con «la raíz de Jesé», motivo representado con fre-cuencia en las portadas góticas de Europa. «La raíz de Jesé» es una de las promesas mesiánicas del Antiguo Testamento y tuvo su origen en el profeta Isaías, que profetizó la llegada del Mesías con este símil 118. Así como la línea vertical que une al «conquistador» con «la raíz de Jesé» establece una relación entre el europeo y su reli-gión cristiana, del mismo modo, otra línea vertical ha de unir al «canario» con un símbolo de su religión. En base a esta in-terpretación iconográfica fijamos nuestra atención en el motivo de la basa del lado izquierdo, concretamente en el que está de-bajo de la pilastra. Éste no tiene relación alguna con el mundo vegetal, diferenciándose claramente por esta causa de los otros tres, lo cual ha de tener alguna explicación y nos reafirma en la búsqueda de su simbolismo. Se trata de una cruz esvástica, cuyos brazos se curvan en sentido contrario al de las agujas del reloj, dando la sensación de movimiento circular, y se funden con el círculo en el que se halla inscrita la cruz. Otro detalle que descarta el que esta cruz esvástica sea un motivo puramente ornamental es que a diferencia de los otros tres no ocupa todo el marco en el que se halla labrado, sino que 117 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, «La iglesia parroquial...», art. cit., pp. 16-17. 118 Isaías 11, 1.10. Jesé era el padre del rey David y por tanto antepa-sado de Jesús. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 318 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. Detalle de las basas (Cruz esvástica al lado izquierdo). Portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. Detalle de las basas (Flor de Jesé al lado derecho). 52 Núm. 48 (2002) 319 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Reconstrucción iconográfica de la portada de la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo. 53 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 320 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 54 deja libre la mayor parte de él. Y un último detalle, que desea-mos añadir a esta exposición, es que si comparamos la orna-mentación de estas basas con las de la otra portada jacobea de esta misma iglesia, que como ya hemos indicado es la lateral del evangelio, nos encontramos igualmente con que las basas que están situadas en las jambas están adornadas con motivos ve-getales muy similares entre sí; mientras que las basas situa-das bajo las pilastras carecen de ornamentación, quedando el marco de molduras sin ningún tipo de representación que los rellene, lo cual sería incomprensible en una portada tan bien ta-llada y decorada si no hubiese por medio alguna clase de simbología que se deseaba reservar para la portada principal, excluyendo de ella a la portada de diario. La cruz esvástica es un signo muy antiguo y de amplísima extensión cultural, que se ha hallado en las excavaciones de Troya, en el arte antiguo de China, la India, Méjico y el Perú. En España se ha constatado su presencia en vasos numantinos y en lápidas de los cántabros 119. Aunque se desconoce su origen se le relaciona con el culto al sol. Tras este análisis iconográfico de la portada en cuestión lle-gamos a la conclusión de que esta cruz esvástica inscrita en un círculo era un símbolo de la antigua religión de los canarios. Su inclusión en la portada, no como símbolo aislado, sino en el marco iconográfico que acabamos de desentrañar, significaba, para la época en que fue tallado, un «guiño» a la inculturi-zación de este grupo étnico recién incorporado a la religión cris-tiana. Fenómenos culturales de esta categoría, y a mucha ma-yor escala, se estaban verificando, por esas mismas fechas, en el continente americano. Otro dato que hablaba en favor de esta interpretación es, como veremos en el próximo capítulo, que cuando en 1579 se construyó una nueva portada principal en la iglesia parroquial de Santiago del Realejo de Arriba se le dotó de simbología en sus basas, lo que interpretamos como un deseo de emulación y superación con respecto a los vecinos del Realejo de Abajo. 119 Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Espasa-Cal-pe, S.A., Madrid, tomo XXII, p. 1166. Núm. 48 (2002) 321 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 55 Tras llegar a esta sorprendente y arriesgada conclusión bus-camos en la bibliografía existente si había constancia de que los canarios hubieran utilizado este signo y comprobamos que en efecto lo usaron. Hay uno de estos signos en los grabados ru-pestres del barranco de Balos, en Gran Canaria 120. En el Museo Canario se conservan dos piedras, procedentes de Los Letreros de la isla de El Hierro, en las cuales se halla grabado este sig-no, lo que indica que no era únicamente usado por los cana-rios. Estas dos piedras han llamado la atención de otros investi-gadores, razón por la cual fueron reproducidas en la Historia de Canarias de Agustín de Millares 121. En el Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife se con-serva el Chajaso de Guarasoca, tablón de madera descubierto en la isla de El Hierro. Este tablón, que se cree es una estela fune-raria, presenta una inscripción líbico-bereber en la que podemos ver una cruz inscrita en un círculo 122. Este signo era parte de estos alfabetos, pero la duda que nos planteamos es que si cuan-do aparece de forma independiente a estas inscripciones debe-mos relacionarlo con el signo que estamos investigando. Así encontramos estos signos en grabados rupestres de El Julán 123, en la isla de El Hierro, y en la isla de La Palma 124; además de hallarse en varias pintaderas de la isla de Gran Canaria 125. Este signo no ha sido hallado en Tenerife. Lo que sí ha apa-recido es un motivo circuliforme con ejes radiales representando 120 ANTONIO BELTRÁN MARTÍNEZ, Los Grabados del Barranco de Balos. Gran Canaria, 1971, pp. 65-66 y grabado núm. 6 de la figura 40. 121 AGUSTÍN MILLARES TORRES, Historia general de las Islas Canarias, 1975, tomo I, pp. 255-256. 122 ANTONIO TEJERA GASPAR, «Ídolos y Estelas», Gran Enciclopedia de El Arte en Canarias, 1998, p. 36; y foto y dibujo: p. 47. 123 JOSÉ JUAN JIMÉNEZ GONZÁLEZ, «El Arte Rupestre», Gran Enciclope-dia de El Arte en Canarias, 1998, p. 53, foto 39. 124 ANTONIO BELTRÁN, «Algo sobre arte rupestre canario, en especial sobre los signos circulares y laberínticos de la isla de La Palma. Problemas de difusión, de convergencia y de repetición de ideas elementales», El Museo Canario, núm. 47 (1985-1986-1987), p. 87. ERNESTO MARTÍN RODRÍ- GUEZ, «Reflexiones en torno a las manifestaciones rupestres históricas de la Isla de La Palma (Canarias)», El Museo Canario, núm. 53 (1998), p. 114. 125 CELSO MARTÍN DE GUZMÁN, Las culturas prehistóricas de Gran Cana-ria, 1984, Anexo de Ilustraciones. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 56 la figura del sol 126. Este signo, descubierto en el yacimiento del Roque de Yeje, en Buenavista del Norte, nos remite al culto que los guanches y los demás aborígenes de Canarias profesaban al sol, que es precisamente el sentido más lógico que le hallamos al signo grabado en la portada del Realejo de Abajo. Esta referencia al culto del astro rey da un doble sentido al pequeño relieve solar que se encuentra entre los dos medallo-nes, pues si bien según la iconografía cristiana aludiría a la Inmaculada Concepción, advocación de la iglesia parroquial 127; según la anterior religión de los canarios aludiría a su más alta divinidad, representada más abajo en la cruz inscrita en el círculo. LA PORTADA PRINCIPAL DE SANTIAGO DEL REALEJO DE ARRIBA Como decíamos más arriba, la réplica de la iglesia de San-tiago del Realejo al simbolismo de la portada principal de la iglesia del Realejo Bajo llegó con una nueva portada principal. Encontramos en sus dos basas una profunda simbología religio-sa. En la del lado izquierdo las letras IHS y sobre ellas un signo convencional que indica que se trata de una abreviatura, en este caso un anagrama de la expresión latina Iesu Hominis Salva-toris, o sea, Jesús, Salvador de los Hombres. En la basa del lado derecho encontramos un nombre, esta vez sin abreviar: MARIA, en clara alusión a la Virgen María. De manera que los fieles entraban a la iglesia en los días solemnes entre Jesús y la Virgen María y lo mismo vale para las procesiones, que salían entre las dos figuras centrales del Evangelio y del mensaje cris-tiano. La simbología de esta portada y de sus basas es clarísima y no decimos nada nuevo con recordarla. Lo que sí apuntamos es que podría tratarse de una respuesta a la simbología de la portada principal del Realejo Bajo. Nos basamos para decir esto no sólo en la correspondencia cronológica entre ambas porta- 126 JOSÉ JUAN JIMÉNEZ GONZÁLEZ, art. cit., p. 59, foto 53. 127 GERARDO FUENTES PÉREZ y Margarita RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, art. cit., p. 137. Núm. 48 (2002) 323 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Portada principal de la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba (1580). 57 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 324 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS das, y en el hecho de que ambas parroquias estuviesen conti-nuamente intentando superarse una a otra, sino sobre todo en que estos anagramas sólo se encuentran en esta portada y en ninguna otra de Canarias, indicándonos que no se trataba de un recurso ornamental de uso común, sino que su colocación obedeció a una intención bien premeditada. Una lápida que estaba junto a esta portada, y hoy se halla colocada dentro de la iglesia, en la primera capilla a mano de-recha, contiene esta inscripción: ESTA OBRA SE HIÇO EN EL AÑO D 1580 SIENDO MAIORDOMO Gº PEZ 128. Esta lápida fe-cha la obra de la portada y así lo entendió ya Guillermo Camacho, aunque se equivocara en el año, que leyó como 1570 129. Error éste que se mantuvo durante medio siglo, hasta que tuvimos ocasión de leer personalmente la lápida y compro-bar así que se trataba de un «8» de cabeza plana, usual en el siglo XVI, y fácilmente confundible con un siete o con un tres 130. Esta portada había sido erróneamente atribuida por Pedro Tarquis al cantero Juan Benítez 131, pero ya hemos dado a cono-cer el contrato, otorgado en La Laguna el 9 de septiembre de 1579 entre Gonzalo Pérez, mayordomo de la iglesia de San-tiago del Realejo de Arriba, y Miguel Antunes, maestre de can-tería 132. Además de este contrato disponemos de otra escritura otor-gada en el Realejo de Arriba en diciembre 133 de ese mismo año, en la que el cantero Miguel Antunes declara haber recibido del mayordomo de la iglesia de Santiago ...ciento y dos? [m]il y novecientos y vein[te] y un maravedís de la moneda de Canaria que son pa[r?]a cuenta y parte de pago de trescientas doblas que 128 Estas tres letras llevan encima un signo convencional que indica que se trata de una abreviatura. 129 GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, La Iglesia de Santiago..., art. cit., p. 135. 130 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, El tríptico..., art. cit. 131 PEDRO TARQUIS RODRÍGUEZ, «Diccionario de...», 1964, art. cit., pp. 447-448. 132 AHPT, escribanía de Juan Núñez Jaimes, PN 241, f. [...roto...]. Pu-blicado por: LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, El tríptico..., art. cit. 133 No hemos podido leer el día del mes porque la humedad ha afecta-do a la tinta. 58 Núm. 48 (2002) 325 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE el dicho mayordomo le está obligado a pagar por toda la obra que está obligado a hacer en la dicha iglesia por escritura ante Juan Núñez Jaimes escribano público de esta isla a que se refiere... 134 Este documento prueba que Antunes trabajó realmente en la iglesia de Santiago del Realejo y que para esa fecha ya debía estar muy avanzada la obra, pues el importe recibido equivalía a 205 doblas de oro, restando un tercio de la cantidad pactada. Disponemos de un dato más en forma de unas letras graba-das en el guardapolvo de la portada, exactamente en la segun-da piedra comenzando a contar por la izquierda. Mientras exa-minaba atentamente todos y cada uno de los detalles de la portada descubrí la inscripción, y el sacristán, muy amablemen-te, me prestó una escalera con la que pude examinar de cerca las letras. Son dos; la primera no pude leerla porque han salta-do lascas y las posibles interpretaciones me ofrecen dudas; la segunda, por el contrario, pude leerla con toda claridad y se trata de una «A» mayúscula. Interpreto que se trate de las ini-ciales de un cantero que trabajó en la portada; o bien «M.A.», por Miguel Antunes; o tal vez «B.A.», por su hermano Benito Antunes, también cantero de profesión 135. De este Benito Antu-nes, oficial de labrar cantería, sabemos que en 1575 se obligó a terminar la iglesia parroquial de Buenavista, que había comen-zado su hermano Miguel y que éste no podía acabar por estar de viaje para fuera de esta isla. Como argumento Benito Antunes adujo: ...y habiendo visto la dicha obra como la he visto al pre-sente porque en ella he trabajado... 136 lo que prueba que trabaja-ba en la cuadrilla de su hermano Miguel. 134 AHPT, escribanía de Juan Benítez Suazo, PN 3572, fol. 321 v. 135 DOMINGO MARTÍNEZ DE LA PEÑA, «La influencia de la arquitectura portuguesa en Tenerife: el maestro cantero Miguel Antunes», Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 42 (1996), pp. 249.279. 136 AHPT, escribanía de Álvaro de Quiñones, PN 2227, fol. 628. Citado por: LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, «La escultura en Tenerife durante el si-glo XVI», XIV Coloquio de Historia Canario-Americana (2000), pp. 1348-1349. 59 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 326 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS PORTADAS JACOBEAS DE SANTA ANA DE GARACHICO La iglesia parroquial de Santa Ana de Garachico luce actual-mente tres portadas. La principal, «jacobea», con sus ménsulas y veneras; la lateral de la nave de la epístola, muy similar a la principal, pero sin las ménsulas, y a la que también considera-remos como «jacobea»; y la lateral de la nave del evangelio, que es almohadillada. Pedro Tarquis estudió estas tres portadas y habló de ellas en sus «Antigüedades de Garachico». De la principal escribió: La portada del imafronte de la parroquia de Santa Ana en el Puerto de Garachico, que en ocasiones se ha dicho ser obra del maestro Bartolomé Díaz 137, quien consta haber trabajado en la Catedral del Archipiélago 138, no está bien claro que sea obra de finales de XVI. Se entiende más bien, por los mandatos del Obispo de Canarias D. Francisco Martínez de Ceniceros, que esta portada se terminó a principios del siglo XVII 139. Pedro Tarquis prosigue, atribuyendo al cantero Manuel Penedo el Viejo, a partir de las anotaciones de fábrica, las pilastras con sus capiteles y el coronamiento de esta portada con el arquitrabe, friso y cornisa. También le atribuyó la portada traviesa de la Epístola, que habría tallado, a la vez que los arre-glos de la portada principal, entre los años 1605 y 1614. Tam- 137 El mismo autor escribía unos años antes que: Una vez terminado el cuerpo de aquella iglesia se contrató la construcción de la portada principal entre el mayordomo de fábrica de Santa Ana y Bortolomé Díaz, quien en efecto la talló («Diccionario de...», 1964, art. cit, p. 459). Y: Consta ser esta obra de Bartolomé Díaz en el Archivo de aquella parroquia. También en los protocolos de Daute, agregados hoy al A.H.P.T. y pendientes de numerar (ibídem, p. 460, nota a pie de página). Afirmaciones éstas que no estaban respaldadas documentalmente, como él mismo lo reconoció años después, de forma tácita, en el pasaje que citamos de sus Antigüedades de Garachico. 138 Pedro Tarquis recoge el dato de que este Bartolomé Díaz trabajó en la portada principal de la Catedral de Las Palmas y que erró al labrar las piedras a ella destinada, lo que nos hace dudar de su capacidad para tallar una portada plateresca como la de la iglesia de Santa Ana de Garachico: «Diccionario de...», 1964, art. cit., p. 459. Este cantero no es citado por Santiago CAZORLA LEÓN, op. cit. 139 PEDRO TARQUIS Y RODRÍGUEZ, Antigüedades de Garachico, 1974, p. 25. 60 Núm. 48 (2002) 327 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE Portada principal de la iglesia de Santa Ana de Garachico (1553). 61 LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 328 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 62 bién documentó, a partir de las cuentas de fábrica, la portada almohadillada, ubicada en la nave del Evangelio, que sería obra del cantero Piñero hacia 1658 140. Para comprender mejor la génesis de estas portadas reto-maremos la historia desde más atrás, exactamente desde el momento en que acabada la conquista de Tenerife comenzó el asentamiento de los repobladores. El núcleo poblacional y la primera parroquia de la zona fueron fundados en un promon-torio, muy próximo a lo que después sería el pueblo de Gara-chico, y que recibió el nombre de San Pedro de Daute. La iglesia de San Pedro de Daute fue erigida en parroquia y beneficio en 1515, aunque las grandes dificultades originadas por el nombramiento de los beneficiados motivaron que funcio-nase como curato durante algunos años más, hasta finalmente llegar a ser la cabeza del beneficio de Daute. Paralelamente a la ratificación de San Pedro de Daute como cabeza del benefi-cio se estaba labrando su caída como tal, pues a muy poca dis-tancia, en lo que era su puerto, estaba creciendo un núcleo de casas que con el paso de los años se convertiría en Garachico. Este núcleo poblacional se haría cada año más poblado y rico gracias a su puerto, con lo que se establecería una disputa con la iglesia de San Pedro para trasladar la parroquia. De este modo se repetía lo que pasó en otros lugares de Tenerife, en que el núcleo inicial en lo civil y lo eclesiástico sería desplazado por un segundo núcleo nacido a su sombra; como pasó en La Laguna, entre la Villa de Arriba y la de Abajo y entre El Realejo de Arri-ba y el de Abajo, por poner sólo unos ejemplos. Los vecinos de Garachico edificaron la iglesia de Santa Ana, que fue haciéndose cada día más importante, hasta conseguir en 1560 que la parroquia de San Pedro de Daute fuese trasla-dada a Garachico 141. Este encumbramiento de la iglesia de San-ta Ana tuvo claro reflejo en su construcción, pues se trataba no sólo de edificar un lugar apropiado para el culto divino, sino que además debía demostrar la mayor capacidad económica de 140 Ibídem, pp. 26.248-249. 141 ALEJANDRO CIORANESCU, Garachico, 1966, pp. 12-13. JOSÉ MIGUEL RODRÍGUEZ YANES, «Beneficios, beneficiados y curas en Daute hasta 1570», Garachico. Semana Santa. 2000, pp. 15-23. Núm. 48 (2002) 329 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 63 sus fieles con respecto a los de San Pedro a través de la supe-rioridad artística. Es este proceso el que vamos a examinar a continuación y en el transcurso del cual surgieron sus dos por-tadas jacobeas como respuesta a esta compleja situación socio-religiosa. El 18 de septiembre de 1537 Diego Martín, cantero y alba-ñil, convino con Bartolomé de Castro, mayordomo de la iglesia de Señor San Pedro del beneficio de Daute ...que yo me obligo y prometo y digo que por cuanto yo he puesto y empiezo del hacer el tejar (o sea, el tejado) de la capilla de Señora Santa Ana de este dicho lugar en cierto precio y con ciertas condiciones según que se contiene en ...? memoria que se sigue... 142 El espacio des-tinado a las condiciones de esta obra quedó en blanco, por lo que desconocemos sus detalles, pero sí podemos atisbar los pri-meros esfuerzos constructivos. Catorce años más tarde sí podemos hablar de una obra des-tacada en la iglesia. No hemos hallado el contrato, pero sí los indicios de que existió tal obra. El 22 de abril de 1551 el carpin-tero Bartolomé Hulcon? otorgó recibo a ...Antonio de Castro mayordomo de la fábrica de Santa Ana de este dicho lugar en esta manera que yo me obligué a hacer el coro que está en la dicha iglesia casi hecho por precio y cuantía de treinta y cinco doblas con tal cargo y condición que dos oficiales que son Pedro de Ordas y otro cualquiera oficial viesen el dicho coro y obra en él hecha... 143 El carpintero recibió las treinta y cinco doblas de oro a la espera de la tasación. Este recibo nos permite fechar la obra del coro hacia 1550 o 1551. Sabemos, además, que esta obra del coro tuvo una parte destacada de cantería, pues el 29 de febrero de 1556 se otorgó en San Pedro de Daute una escritura en la que el pedrero Juan Rodríguez se obligaba con el merca-der Lorenzianez a hacerle una portada de cantería en su casa; especificándose que haría ...la dicha portada y ventana de la cantería de que están hechos los pilares del coro de Señora Santa Ana de este lugar... 144 No se ha conservado este coro, pero no creemos que fuera muy distinto de otros que se construían por 142 AHPT, escribanía de Antón Martín, PN 2019, fol. 296 v. n.a. 143 Ibídem, PN 1998, fol. [...roto...]. 144 AHPT, escribanía de Gaspar de Cejas, PN 2047-A, fol. 449 n.a. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 330 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 64 aquellas fechas, como el de la iglesia del convento de Santo Do-mingo de La Laguna, que sí se ha conservado; y en el que un tablado de madera, situado sobre la entrada principal del tem-plo, se asienta sobre delgados pilares de cantería, tallados en estilo gótico. En 1553, disponiendo ya de coro, se animaron los vecinos a una obra de mayor envergadura. La primera señal de esta acti-vidad la encontramos en un contrato fechado el 30 de enero de dicho año, por el cual Gonzalo Yánez, morador en La Culata, se obligó a dar ...diez mil ladrillos hechos del barro que yo tengo en mis tierras de La Culata donde tengo mi tejar... a Antonio de Castro, mayordomo de la fábrica de Santa Ana 145. Enero es un mal mes para hacer obras en una iglesia, pues es época de llu-vias. Lo que estaba procurando el mayordomo era reunir el material necesario para afrontar las obras en la estación del verano. Así, llegado ya el buen tiempo, exactamente el 16 de junio de 1553, se firmó un contrato en San Pedro de Daute entre el albañil Duarte Gómez y el ya mencionado mayordomo, por el que el albañil declaró ...que yo he de ser obligado y me obligo de os hacer en la dicha iglesia de Señora Santa Ana deba-jo del coro y junto a la escalera por donde suben a él un arco [...roto...] con una puerta de cantería (...?...) dicho arco y puerta del tamaño y traza que para ello me dieréis vos el dicho Anton[io de] Castro [y el licenciado?] Calderón 146 y de la cantería y confor-me el dich[o a]rco a la obra que? ha? de llevar e[l] arco que es obligado a hacer Juan Rodríguez a B[ar]tolomé Delgado en la dicha iglesia como parecerá por escritura que hay ante el escriba-no de esta carta y he de ser obligado a traer los ca[n]tos y a los sacar y con el precio y con las condiciones de la dicha escritura de el dicho Bartolomé Delgado y la portada que así tengo de ha-cer se me ha de pagar la hechura de ella conforme a lo que declararen oficiales que de ello sepan y tengo de hacer la dicha obra toda a vista de oficiales y de esta manera y según dicho es. Prometo y me obligo de empezar a hacer la dicha obra por todo el mes de julio primero que viene... 147 145 AHPT, escribanía de Antón Martín, PN 2211, fol. 289 v. n.a. 146 El licenciado Calderón era el beneficiado. 147 AHPT, escribanía de Gaspar de Cejas, PN 2044, fol. 171 n.a. Núm. 48 (2002) 331 LAS PORTADAS JACOBEAS DEL BENEFICIO DE TAORO, EN LA ISLA DE TENERIFE 65 Antes de hablar de esta portada se hace necesario el preci-sar la terminología empleada en este contrato, por aparecer en él dos vocablos que pueden llevar a confusión. Nos estamos re-firiendo a «arco» y a «puerta», que son usados con una acep-ción infrecuente. Observamos como estos dos términos son con-siderados como partes constitutivas de la portada: un arco [...roto...] con una puerta de cantería; y luego se dice de esta obra: y la portada que así tengo de hacer. Un ejemplo nos ilustrará mejor en esta materia. En la igle-sia parroquial de San Pedro de Daute, al igual que en otras iglesias de Canarias, y especialmente en las ermitas, la puer-ta principal es un hueco en la pared, formado por una simple hilera de piedras de cantería que forman un arco de medio punto en la parte superior. Este es el sentido dado a la pala-bra «arco» en este contrato. En otras iglesias que han tenido una mayor elaboración arquitectónica se ha adornado este «arco» con pilastras, capiteles, hornacinas, frontones y otros adornos más; estos adornos arquitectónicos que rodean al «arco» constituyen la «puerta»; y el «arco» y la «puerta» son la «portada». A todo esto se puede objetar, con bastante fundamento lógi-co, que el arco que se está poniendo como modelo al albañil, es decir, el que Bartolomé Delgado había contratado con el cante-ro Juan Rodríguez, era un arco en el sentido más común del término. Si esto fuera así dicho arco tendría que haber servido para construir o delimitar una capilla y creemos poder afirmar que esto no era posible. La iglesia de Santa Ana de Garachico era por aquel entonces de una sola nave y no tenía capillas privadas adosadas. Su desarrollo como iglesia de tres naves co-menzaría bastantes años después. Creemos conveniente puntualizar, para así comprender me-jor el lento desarrollo arquitectónico de esta iglesia, que, en contra de lo que hasta ahora se ha supuesto, esta iglesia no parece haber contado inicialmente con el favor de la poderosa familia de los Ponte, e incluso puede que tuviera su oposición. La leyenda afirma que Cristóbal de Ponte, uno de los primeros pobladores de Garachico, dio el solar para edificar la primitiva ermita de Santa Ana y que esta advocación tiene su origen en LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ 332 A |
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