HISTORIA ECONÓMICA
LA PALMA Y LOS MERCADOS
DEL ÁFRICA NEGRA
1600-1640
P O R
MANUEL LOBO CABRERA
Y
ELISA TORRES SANTANA
La proximidad del archipiélago canario al continente afri-cano
propició que desde el primer momento, una vez que los
nuevos pobladores se asentaron en las islas, se iniciara una
actividad sin precedentes en las aguas y tierras cercanas, pues
a la pesca se une el tráfico y el negocio, amén de la búsqueda
de imponer un seguro de defensa. De este modo se desarro-llará
durante siglos un activo tráfico humano y un incesante
trato mercantil entre ambas orillas.
En una primera fase el objetivo estuvo marcado por la pes-ca;
combinada con las cabalgadar en la vecina corta africana,
siguiendo el ideal de la reconquista que se había mantenido
durante siglos para luchar contra el infiel y esclavizarlo, con
el objetivo de conseguir su conversión al cristianismo. A este
ideal cristiano se unió bien pronto el objetivo mercantil en
aras a hacer lucrativo este tráfico. Berbería se convirtió así en
el blanco de los isleños, que desde el siglo xv se estableció
como una zona aneja a las islas y en una tierra de promisión
donde hacer negocios. Para ello se organizaban cabalgadas,
operación que permitía que al grito de guerra se desembarca-
Núm. 43 (1997) 42 1
2 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
ra en la costa y se cogiera todo lo que se encontrara en el
camino, hombres, animales, y otro botín cualquiera que los
expedicionarios pudieran hallar en los aduares de los moros,
consumado todo esto en muy poco tiempo. Como resultado de
este primer acto se organizaban los rescates, ahora en son de
paz pero también en suelo africano, para intercambiar a las
presas más importantes por otros artículos e incluso por es-clavos
negros '. Sin embargo, pese a lo lucrativo de tales ope-raciones,
los esclavos moros no eran los más idóneos para el
trabajo que demandaba la nueva industria implantada en las
islas tras la conquista, entre otras cosas por su carácter indó-mito,
por lo cual se pusieron los ojos en la zona de Cabo Ver-de
y Guinea, donde se podían conseguir esclavos negros, más
aptos para el trabajo que conllevaban las operaciones que se
llevaban a cabo en los ingenios azucareros. Sin embargo, esta
zona entraba dentro de la influencia de la corona portuguesa,
tal como se le había reconocido por los distintos tratados pac-tados
entre Castilla y Portugal, por lo cual los isleños tropeza-ron
con la oposión lusitana.
En un primer momento se acudía a comprar los esclavos
al archipiélago de Cabo Verde, que se había convertido en una
factoría esclavista de primer orden en el Atlántico, o simple-mente
a los mercaderes portugueses que recorrían con su hu-mana
mercancía las distintas islas del archipiélago, aunque
también hay que indicar que con Cabo Verde se mantuvo un
intenso comercio fraudulento que se legalizaba solamente en
caso de necesidad. Sin embargo, los canarios, ávidos de ganan-cia,
pusieron sus ojos en el origen mismo de la cantera hu-mana,
y se atrevieron a organizar expediciones para, a cam-bio
de quincallería y otros artículos como el vino y la brea? ir
directamente a rescatar esclavos, con el objetivo de obtener
mayor beneficio al exportarlos desde allí con destino a Améri-ca,
pero automáticamente fueron denunciados por el rey de
Portugal, quien merced a las gestiones diplomáticas que reali-zó
ante la corte española consiguió que en 1564 Felipe 11 nom-
Sobre el particular, vid. RUMEU DE ARMAS, A., España en el Africa At-lántica,
Madrid, y LOBO CABRERA, M., La esclavitud en las Canarias Orienta-les
en el siglo XVI (negros, moros y mariscos), Santa Cruz de Tenerife, 1982.
422 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 3
brara un juez pesquisidor con residencia en Canarias para
todo lo tocante a los viajes a Guinea y costa de Magarabomba,
prohibiendo así este comercio fraudulento 2. A partir de aquí
los isleños siguen practicando esta actividad mercantil, pero
después de la mentada fecha solicitan licencia y pagan los de-rechos
correspondientes a la hacienda portuguesa. Lo lucrati-vo
de la trata hizo que tal actividad no se abandonara, pues
los esclavos obtenidos eran colocados en las islas, vendidos en
los mercados europeos o exportados hacia el continente ame-ricano,
donde obtenían mayor rendimiento, así que una vez
que los territorios portugueses pasan a depender del rey de
España, en la persona de Felipe 11, la zona de actuación de
los canarios se amplía desde Guinea hasta Angola, enviando
expedicimec en direcciSn ~ U E ~qi~U?e !!a zma, y l ~ ese rr,mtie=
nen hasta al menos 1640, fecha en que los territorios portu-gueses
declaran su independencia, y se entra en una fase béli-ca
que hace que todo este tráfico se vaya al traste. Así fue
hasta 1640, y en colaboración con los mercaderes y marinos
portugueses la intervención de Canarias en la trata fue impor-tante.
De tal modo que las ciudades de Las Palmas, Santa
Cruz de Tenerife y Santa Cruz de La Palma fueron centros de
iniciativas mercantiles de este tipo, a la vez que mercados in-ternacionales
de esclavos. A partir de la interrupción de la tra-ta
(1640-1651), y en asientos posteriores, Canarias deja ya de
tener importancia en este ramo, ni siquiera por el paso de los
navíos por sus costas. Por otra parte, también se ha demos-trado
que durante el asiento de Grillo-Lomelín (1663-1674)
desaparece definitivamente el complejo portuario Sevilla-Lis-boa-
Canarias como estación obligada entre la Península y la
costa atiántica de África en el tráfico esclavista 3.
Las islas, sin embargo, no participan por igual en todo este
intenso tráfico que se mantiene con la costa africana desde el
siglo xv; así, mientras para los negocios y expediciones con
LOBO CABRERA, iví., «Viajes canarios a Guinea)), in memocam Mce-
Almirante A. Teixeira da Morta, Lisboa, 1989, t. 11, pp. 129-153; CIORANES-cu,
A., Historia de Santa Cmz de Tenerife, 1494-1803, Santa Cruz de Tenerife,
1977, t. 11, PP. 33-39.
VEGAF RANCOM,. , El tráfico de esclavos con América, Sevilla, 1984.
4 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
Berbería son más proclives las islas más orientales con la par-ticipación
de hombres y autoridades, aunque también partici-pan,
pero en menor intensidad, los de Tenerife y La Palma,
en los tratos con el África negra la actividad se centra en las
Canarias realengas, en realidad porque tenían algunos de los
artículos que se demandaban en las costas del continente,
principalmente vino y brea. De este modo, los cosecheros de
Gran Canaria, Tenerife y La Palma no sólo colocaban así par-te
de sus cosechas, sino que además con e1 rendimiento obte-nido
por la venta o trueque de los caldos participaban indi-rectamente
en la trata.
Esta situación se comprueba cotejando la documentación
portuguesa relativa a los navíos canarios que se dirigían a la
costa de África, a los cuales se les obligaba primero a ir a
Santiago de Cabo Verde, según un aibaia real de ió09 $ en
efecto, ese mismo año entraban en aquel archipiélago cuatro
navíos procedentes de Canarias cargados de vinos y brea, y en
1610 llegaban diez nuevas embarcaciones 5. Aunque en los re-gistros
de entrada se indicaba que los navíos procedían de
Canarias, en muchas ocasiones los mismos hacían escala en
las islas en su ruta desde la Península Ibérica, convirtiendo al
archipiélago en un punto casi obligatorio de escala para aque-llos
navíos, al tener que cargar allí el vino con el que se pre-tendía
negociar en África.
La Palma no quedó fuera de este circuito, sino todo lo con-trario,
pues tanto directa como indirectamente sus habitantes
traficaron con África, bien enviando sus productos con gentes
de las islas que hacían viajes de ida y vuelta, como habilitan-do
sus puertos como base de operaciones para aquellos navíos
que procedentes de los puertos portugueses y andaluces se
dirigían al continente africano y necesitaban el vino isleño
MADEIM SANTOMS., E., Historia Geral de Cabo Verde, Lisboa-Praia,
1995, t. 11, p. 34.
Ídem, pp. 40-41.
424 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 5
para hacer sus negocios. Muchos de estos navíos tenían en su
itinerario una travesía más larga, pues una vez cambiaban el
vino por esclavos, éstos eran llevados a los puertos brasileños
y antillanos. A todo esto ayudó la abundancia y calidad de los
vinos palmeros, que desde muy pronto ganaron en cantidad,
aprecio y calidad. Gracias a los mismos mantuvo intensas re-laciones
con las islas de Cabo Verde y Santo Tomé, pero espe-cialmente
con las costas de Guinea y con Angola.
Las relaciones de La Palma con Cabo Verde y Santo Tomé
se inician desde la primera mitad del siglo XVI, período de
importante tráfico con aquella zona, primero porque le permi-tía
surtirse de mano de obra esclava, tal como se comprueba
a través de las partidas bautismales que se registran en Santa
Cruz de La Palma, a partir de 1564> y segundo porque algu-nos
miembros del consistorio isleño señalan, entre ellos el
regidor don Juan de Alarcón, que los vinos que iban a Brasil,
Cabo Verde, Guinea y Angola eran la principal granjería que
tenía la isla de La Palma, porque era su única salida 6. Los
negocios de La Palma con Cabo Verde se remontan al siglo xm,
y más en concreto a partir de 1530, aunque la mayor infor-mación
que tenemos corresponde a la fecha posterior al año
1553, en que la isla fue asaltada por los franceses e incendia-dos
sus archivos. En los protocolos posteriores a esa fecha se
comprueba la abundancia de noticias relativas a tal trato, en
donde castellanos y extranjeros de distintos puntos de Europa
fletan naves con destino a aquel archipiélago, con el objetivo
principal de conseguir esclavos, aunque también se traían
otros artículos como sebo y sal principalmente, así en 1557 se
constaba el fletamento de un navío que se carga con vino para
llevar a Cabo 'Verde. En años posteriores, y en ia primera mi-tad
del siglo XVIIe, l tráfico con aquella zona continúa tal como
hemos estudiado en otro lugar 7.
VILA VILAR, E., «Las Islas Canarias como base de aprovisionamiento
Ilz~~..ii~) ~r f i ~ g ~ e s e sI>l >&, ! qUio & zvLsto;+a caiinüko-A-ericunii (:9::),
Las Palmas, 1978, t. 1, p. 286.
LOBOC ABRERA,M ., y F. BRUQUETADSE CASTRO,« Viajes y negocios de
La Palma a Cabo Verde (1600-1650)», XIZ Coloquio de Historia Cünario-Ame-vicana
(1996), Las Palmas de Gran Canaria.
Núm. 43 (1997) 425
6 ,MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
Los negocios con Santo Tomé comienzan también en ese
mismo siglo XVI, en colaboración con maestres y tripulaciones
portuguesas que ayudan a evadir el control de las autoridades
lusitanas; así, en 1554 un portugués vecino de Tavila fleta su
carabela a Juan de Monteverde, para que pueda cargar y lle-var
para Santo Tomé 27 toneladas de vino, que le entregaría
en aquella isla previo el pago del flete correspondiente
El tráfico con Guinea, al menos desde La Palma y en rela-ción
a esa centuria, se comienza a organizar a partir de fina-les
del siglo XVI, en que esta zona desbanca ya a las islas de
Cabo Verde, tan transitadas otrora, mientras que el comercio
con Angola se concentra en la primera mitad del siglo XVIIE. l
vino palmero seguía siendo el objetivo de tales negocios, pues
en la costa de Guinea era muy aceptado por los reyezuelos,
de id maiiera qUe e! a!godSn de Cubo Verde, e! hierr~ de
Europa y el vino de Canarias se convirtieron en los principa-les
artículos de trueque por esclavos en aquella costa. Estos
caldos determinaron que desde finales del XVI e inicios del XVII
la creación de un circuito de vital importancia, que transfor-mó
al archipiélago canario en un punto casi obligado de es-cala
para los navíos procedentes de la Península Ibérica, no
quedando La Palma al margen de dicho circuito. En efecto,
ya en 1598 encontramos la constitución de una compañía en-tre
mercaderes, uno de los cuales es vecino de Lisboa, con la
aportación de 7.500 reales de capital para llevarlos a Guinea,
invertidos en artículos de quincallería y tejidos, muy al uso
portugués, más 2.500 reales en vino, y a cambio de ello resca-tar
todos los esclavos que pudieran y traerlos a la isla de La
Palma 9. Estos viajes directos a Guinea hicieron protestar a las
autoridades y vecinos de Cabo Verde, que veían cómo se les
escapaba el negocio, por lo cual el rey acordó mediante una
provisión dictada en 1609 que los navíos de Castilla y de Ca-narias
que fuesen a hacer rescates a la costa de Guinea de-s
AHILP, Domingo Pérez, caja núm. 4, f. 847r.
AHILF', Tomás Gonzáiez, caja núm. 7, f. r. Ni final de la compañía,
que está organizada para un solo viaje, partirán el beneficio y ganancia a
medias, porque mientras uno pone capital otro pone dinero y trabajo al
viajar con la mercancía a Guinea.
426 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 7
bían ir primero a despachar a Santiago de Cabo Verde, donde
declararían los registros y licencias que llevasen para tales tra-tos
lo. Sin embargo, tal normativa no se cumplió, pues todavía
en 1619 los vecinos alegaban que mientras a aquellas islas no
llegaba ningún navío habían visto que varios se dirigían direc-tamente
a Guinea.
En este período, al menos en lo que media desde el co-mienzo
del siglo hasta 1640, fecha de la independencia portu-guesa,
los negocios que se organizan en La Palma para el tra-to
con Guinea y -Angola aumentan. La mn~r de Gi?irie-. er
genéricamente muy amplia, y tal como se reseña en la docu-mentación
es difícil conocer los sitios exactos donde se van a
conseguir los esclavos; sin embargo, los navíos que partían de
la isla iban preferentemente, según se señala en las distintas
escrituras, a los Ríos Grandes de Guinea, o Ríos de Guinea,
refiriéndose a la zona del río Gambia, río Grande o río de
Santo Domingo, lugares donde los negros colocaban sus cho-zas
dentro de una pequeña área, y donde los armadores
rescataban con los reyezuelos de las almadías de negros, co-nocido
también como zona de Cacheu ", aunque Valentín Fer-nández
la diferenciaba de la zona anterior; así, dice «Em
fronte deste esteyro deste ryo de Sam Domingos contra a ban-da
do su1 esta hua tema que se chama Catscheo e tem rey
sobre sy. ..N 12. El hecho de que esta zona de África gozara de
cierta preferencia por los isleños y españoles en general, que
perseguían enviar esciavos de esta zona a Indias bien directa-lo
MADEIRAS ANTOMS,. E., op. cit., t. 11, p. 50.
l 1 MONOD,T h.; TEIXEIRAD A MORA, A., y R. MAUNY,D escription de la
cote occidentale d'Afrique (Senegal au Cap. de Monte, Archipels) par Valentín
FPYMBIM~P(1C5 &5-15Ib',!, R ~ S S I I1I ,9 1, =p. 163-16 9. Segur? rrtw xiterrs,
Cacheu es el río Cacheu actual, cuyo nombre inicial fue Santo Domingo, y
así se mantuvo hasta el siglo XIX.
lZ Códice Valentim Feunandes, Lisboa, 1997, ed. de J. PEREIRAD A COS-TA,
p. 96.
Núm. 43 (1997) 427
8 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
mente o a través de La Palma, se debía a que los esclavos de
Guinea eran preferidos frente a los de otras zonas por su la-boriosidad,
alegría y adaptabilidad 1 3 .
Los viajes a esta zona se realizan entre 1607 y 1640, aun-que
la mayor proporción se concentran en la década de los
años diez y de los veinte. El tráfico con Guinea, por tanto, no
podemos decir que fuera intenso ni duradero; no obstante, la
concentración de los viajes realizados en pocos años permite
hablar de cierta intensidad.
Sin embargo, da la sensación que la mayor parte de los
negocios se realizan directamente en Santa Cruz de La Palma,
ciudad donde se fletan los navíos y se realizan las operacio- B
nes de crédito para invertir en las pipas de vino necesarias N
E
para los intercambios en la costa africana, en colaboración O
con los porti-igi-~eserp, ues gran parte de este tráfico se organi- n-- m zó a base de una cooperación luso-canaria que siguió siendo O E
estrecha durante algunos años, tal como acontecía en otras E
2
islas del archipiélago 14. Además, durante algunos años residió - E
en La Palma un delegado del contador mayor de Cabo Verde 3
y Ríos de Guinea, lo que facilitaba que muchos navíos proce- --
dentes de Lisboa recalasen en la isla para solicitar licencia. En 0
m
E
efecto, en 1612 el alférez general y regidor de la isla, Francis- O
co Valle, por poder que tenía de Juan Soero, caballero hidal- 5
go de su majestad y arrendador del contrato de Cabo Verde y n
-E
Ríos de Guinea, otorgaba licencia para sacar esclavos de la a
2
costa y Ríos de Guinea, entre ellas la que dio al maestre de n
carabela Francisco Gomés, vecino de Lisboa, y a Gaspar Car- n
nero, natural de Santaren 15.
3
O
Desde La Palma los navíos se dirigen a Guinea, donde res-catan
y vuelven con la mercancía, o por el contrario desde
aqueiia zona parten con destino a Seviiia y Portugal o d con-
'-' BOWSER, F., El esclavo africano en el Perú colonial, 1524-1650, Méxi-co,
1977, p. 62.
l4 CIORANESCUA, ., Historia de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de
Tenerik, 1/77, t. 11, p. 35.
l 5 AHILP, Simón de Echaide, caja núm. 3, ff. 1211- y 122r. Gaspar
Carnero actúa en nombre de Duarte López y Juan Méndez, moradores en
Guinea.
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640 9
tinente americano, tanto a Brasil como a las Indias castella-nas.
Otras veces no sabemos la fecha en que el viaje se reali-zó,
sino sólo la de retorno, ya que en la documentación se
indica que el navío acaba de regresar de Guinea con carga de
esclavos, que se pone inmediatamente a la venta, y por ello se
realizan los pagos y transacciones pendientes de cuando se
organizó la expedición.
Los viajes a Guinea se acercan a la veintena, con una ma-yor
concentración en los años que median entre 1612 y 1629.
A partir de esa fecha Guinea pierde importancia a favor de
Angola, que se convierte en la principal fuente suministrado-ra
de esclavos con destino a Indias. Estos viajes en muchos
casos partían desde la Península, tocaban en La Palma y an-tes
de dirigirse a Guinea pasaban por Cabo Verde, aunque no
lo h&itualr de liecho, de los coiital"ilizados eIi SaIita cr-uz
de La Palma sólo uno pasa por Cabo Verde.
CUADR1O
VIAJES ENTRE LA PALMA Y GUINEA
Año
1607
1608
1612
1612
1612
1613
1613
1614
1616
1618
1624
1625
1625
1627
1627
1627
1629
1640
Amadoulcapitán
Diego de Brito ..............
Lázaro Hernández ........
-
Gaspar Camero ............
Francisco Gómez ..........
Pedro Hernández ..........
Antonio de ....................
Felipe Rodríguez ..........
Antonio Rodnguez .......
-
Antonio Fernández .......
vni:-r-g-v inrx-i-a+:r-- i-i rir;r. .............
Pascua1 Acosta ..............
Pedro Fernández ..........
Esteban Pérez ...............
Antonio Fernández .......
Pedro de Vera ...............
Pedro Fernández ..........
Navíos
-
«San Bl a s ~... ...............
-
«San Francisco» .........
«San Pedro» ...............
«San Francisco» .........
<<EAl rcángel San Ga-briel
» ........................
«San Pedro» ...............
«El Espíritu Santos ...
-
«San Antonio» ............
c.- A-&..-:-
« ~ l aI~ILIiL VIIIUZ ............
«San Antonio» ............
-
«San Antonion ............
«Santiago» ..................
«Nuestra Señora de la
Candelaria)) .............
«Nuestra Señora de la
Concepción» ............
Destinos
GuineaíNueva España
GuineaíLa Palma
Río Caylo
Guinea
GuinedCacheu
GuinedLa Palma
Arguín
Guinea
CacheuILa Palma
Ríos de GuineaíCacheu
Ríos de Guinea
P.. : - - - m - T,-l--
uuiIIcLuLa ra111ia
Ríos de GuineaíCacheu
GuineaLa Palma
Cabo VerdeIGuinea
Ríos de Guinea
GuineaíLa Palma
Ríos de CacheuILa Palma
Núm. 43 (1997) 429
1 0 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
Observamos cómo el tráfico entre la isla de La Palma y
la zona de Guinea alcanza un total de 18 expediciones
articuladas en los dos sentidos. Es decir, diez, el 55,5 por
100 del tráfico, tiene su origen en la isla palmera y se diri-gen
hacia diversos puntos del área africana: Río Caylo,
Cacheu y Guinea propiamente dicha, lo cual implica un trá-fico
de ida y vuelta, puesto que las embarcaciones al partir
del puerto isleño cargarían las mercancías insulares, los pro-ductos
de la tierra, como es el caso del vino 16, así como
otros productos que sin ser propiamente isleños circulaban
por las Islas Canarias y eran reexpedidos a los puertos afri-canos:
tejidos, medias, etc. 17.
De esas diez expediciones, una de ellas implica un salto
posterior a las Indias, concretamente a la Nueva España 18,
con 10 cual pin pista ~ras ibnla isla palmera será. ~610I Ina pis-cala.
Este documento nos muestra un contrato de marinería
que nos va revelando un itinerario muy interesante, puesto
que el acuerdo tiene su origen en Sevilla, pasando por La
Palma y Ríos de Guinea, para luego acabar en el puerto de
San Juan (Nueva España). Ello nos está indicando la inter-mediación
palmera en el comercio triangular: Europa, África
y América.
En sentido contrario nos encontramos siete expediciones,
un 38,8 por 100, que parten de los diferentes puntos: Guinea,
los Ríos, Cacheu, y su destino final es la isla palmera 19.
Sólo en una ocasión «El Arcángel San Gabriel)) sale para
el Castillo de Arguín con la intención se llevar una serie de
mercancías para su venta, previo paso por la isla de La Go-l6
AHILP, Simón de Echaide, caja 3, ff. 124v-12%. El navío «San Fran-cisc"))
lleva a los ñios de Cacheu dos pipas de viilo coilsignadas a:
de la embarcación, Gaspar González.
l7 AHILP, Tomás González, caja 8, s. f.
l8 AHILP, Pedro de Lugo, caja 1, s. f. El condestable y marinero Diego
Pérez se concierta con el capitán Diego de Brito y Lugo para servirle como
marinero desde Sevilla a La Palma y desde ahí a los Ríos de Guinea y
E.---G- -1 -..-&A A- C-- T.,-- I X U b V L I L i a y L I I I L I 'u p u b & C" UC "Ull rl UUII.
l9 AHILP, Tomás González, caja 5, s. f. Es el navío «San Francisco)),
cuyo capitán y maestre, Pedro Hernández de Avero, confiesa provenir de
los Ríos de Guinea.
430 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640 11
mera, donde cargará pájaros canarios y orchilla 20. Nos llama
la atención en esta expedición, además de su destino, las mer-cancías
que transporta, que no son las habituales en el comer-cio
canario-africano.
Si nos detenemos en el tráfico entre La Palma y Guinea,
vemos cómo se da una correlación entre los navíos que van y
los que proceden de los puertos africanos, diez y ocho, lo cual
podría inducirnos a pensar que son prácticamente las mismas
embarcaciones que realizan un trayecto de ida y vuelta. Sin
embargo, no es así, pues tras un repaso al cuadro anterior
comprobamos que los nombres de las embarcaciones varían,
pues los que van se denominan de la siguiente manera:
RELACI~N DE LOS NOMBRES DE LAS EMBARCACIONES
QUE REALIZAN EL TRAFICO ENTRE LA PALMA Y GUINEA
1612 ................................. «San Francisco))
1612 ................................. «San Pedro»
1614 ................................. «San Pedro»
1624 ................................. «San Antonio»
1625 ................................. «San Antoniox
1627 ................................. «San Antonio»
1627 ................................. «Santiago»
NOTA: Las expediciones de las que no conocemos el nombre de la
embarcación no figuran en la relación.
Es más, cuando se produce una coincidencia en el nom-bre,
comprobamos entonces que se mueven en años diferen-tes,
y que sus capitanes y maestres no son los mismos, lo cual
nos induce a pensar que no son las mismas embarcaciones, a
pesar de poseer el mismo nombre. No tiene por otra parte
mayor sentido que dada la proximidad de Canarias con el con-tinente
africano y la facilidad con que se aprovisionaban de
la mercancía humana: los esclavos, los barcos ... tardaron un
año en realizar el circuito completo.
Fenómeno similar se produce a la hora de analizar los
nombres de los navíos que se mueven en sentido contrario:
AHILP, Andrés de Armas, caja 5, s. f. Son cuatro socios los que se
necesitan para realizar este negocio.
Núm. 43 (1997) 43 1
12 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
CUADR1O11
RELACI~ND E LOS NOMBRES DE LAS EMBARCACIONES QUE REALIZAN
EL TRÁFICO ENTRE LOS RÍOS DE GUINEA Y LA PALMA
1608 ............................... «San Blasn
161 3 .............................. asan Francisco*
1616 ............................... «El Espíritu Santo»
1625 ............................... «San Antonio»
1629 ............................... ((Nuestra Señora de la Candelaria»
1640 .............................. «Nuestra Señora de la Conceuciónn
Es más, en este caso no se da una sola repetición de nom-bres,
con lo cual se confirma que son navíos totalmente dife-rentes,
dato que se corrobora aún más comprobando los nom-bres
de sus capitanes y maestres. Ello nos induce a pensar que
son expediciones que tienen unas escalas u orígenes que des-conocemos
y no figwan en Ia dociimentaciin, p e s no tiene
ningún sentido pensar que una expedición se preparaba desde
Guinea para La Palma exclusivamente y no se aprovechaba el
viaje de ida, a no ser que su punto de partida no estuviese en
el archipiélago canario. O el caso contrario, un navío que va
desde La Palma a Guinea, Los Ríos o Cacheu y no aprovecha-se
el tornaviaje, lo cual desde el punto de vista comercial re-sulta
dificil de entender.
Pensamos por tanto que nuestros datos nos están infor-mando
sólo de una pequeña parte de lo que suponía el tráfi-co
real, solamente aquella que por diversas circunstancias
quedaba reflejada en los protocolos notariales.
Esta circunstancia implicaría además las irregularidades
del tráfico, pues si lo aglutinamos por decenios nos encontra-mos
con que:
CUADRIOV
SENTIDO LA PALMA-GUINEA
' Está contabilizada en esta década la expedición a Arguin.
432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640
CUADROV
SENTIDO GUINEA-LA PALMA
Así, vemos que el tráfico de ida está preferentemente loca-lizado
en la década 16 10- 16 19, que junto con la siguiente aca-para
el 99,9 por 100 del total. A partir de estas décadas Gui-nea
p.i erd. e importancia a favor de Angola, que se convierte en la principal fimnte iim_i~~istrridrd)er ~~C C!UVSS c m Ue s t im a
Indias.
En la situación inversa sucede exactamente lo mismo, aun-que
con una pequeña variación; primero, la década de 1620-
1929, y luego, la anterior, 1610-1919, con un 71,3 por 100 del
total. Cifra que por otra parte viene a significar prácticamante
el 99,9 por 100 del tráfico La Palma-Guinea, dado que en este
caso el menor número de expediciones registradas provoca
una distorsión a la hora de establecer el porcentaje.
En definitiva:
La Palma-Guinea Guinea-La Palma Total Yo
1610-1619 ................. 6 2 8 53,3
1620-1629 ................. 4 3 7 46,6
Las dos décadas centrales controlan el 99 por 100 del trá-fico
entre La Palma y ese área africana. Sólo una expedición
a principios de siglo y otra en la década de los cuarenta esca-pa
a ese cómputo.
La otra züiia a donde se dirigen las expediciones que pa-san
o se organizan en La Palma es Angola, región que se con-vierte
en el siglo XVII en punto de suministro de la mayor par-te
de los esclavos que se remiten a las islas atlánticas y a
Núm. 43 (1997) 433
14 MAXUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
América. Esta zona conquistada en el último cuarto del si-glo
XVI se convirtió en colonia portuguesa con plaza fortifica-da,
San Pablo de Loanda, y se definía como la zona compren-dida
entre los ríos Dande y Longa, extendiéndose varios
centenares de kilómetros hacia el interior. Su importancia
como zona proveedora de esclavos con destino a América co-mienza
aproximadamente a partir de 1580. Sin embargo, des-de
La Palma la primera referencia corresponde a 1600, fecha
en que un vecino de la isla, Gaspar Vendaval Cervellón, otor-ga
poder para que cobren en las islas de Puerto Rico, Santo
Domingo o Cuba, cantidad de esclavos que el otorgante llevó
de Angola 21. B
A partir de esta fecha los viajes se suceden con un mayor N
E
apogeo en las décadas de los veinte y los treinta, en que va- o
r i m eiiibarcaciuíies recalar; en e! pUerte pris,rip! de !a isla, n-- m
bien en el viaje de ida como en el de vuelta. En el primer caso, O
el organizar la operación en la isla tenía como ventaja el que E
2
en el mercado se encontraban dos de los principales produc- -E
tos que se reclamaban en aquella parte de África: el vino y la 3
brea, por los cuales se cambiaban esclavos que luego se lleva- --
ban a las costas americanas, especialmente al Caribe y a Tie- 0
m
E
n-a Firme. En otros casos, los navíos, capitaneados por portu- U
gueses, traen de retorno al puerto principal de la isla esclavos n
procedentes de aquella zona, que son vendidos en el mercado -E
local. a
2
En efecto, en la década de los veinte se observa un creci- n
n
miento de esclavos adultos que son puestos en venta en la
capital de la isla y por ende bautizados en la iglesia principal; 3
O
así, frente a los 63 esclavos adultos bautizados en el período
que va de 16 1 1 a 1620 se suceden 1 13 en la década que va de
1621 a 1630, para a partir de esa fecha comenzar a decaer
vertiginosamente 2 2 , en correspondencia con la pérdida de
aquella zona por parte de la corona española.
21 AHILP, Pedro Hemández, caja núm. 15, s. f.
22 LOBO CABRERA, M., y P. QUINTANA ANDRÉS, Población marginal en
Sanra Cruz de La Palma, 1564-1700, Madrid, 1997, p. 78.
434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL FRICA NEGRA. 1600-1640
CUADRVOI1
VIAJES ENTRE LA PALMA Y ANGOLA
Año Armador/capitán
-
Diego de Brito .............
Navíos Destinos
«Nuestra Señora de la Ca-beza
» ...............................
<Nuestra Señora de la Vic-toria
» ...............................
«Nuestra Señora de la Con- cepc.i o,n » ..........................
-
La PalmaíAngolaíIndias
La PalmaíAngolaíIndias
- Angola
Andrés Solís .................
Gómez Prieto ...............
La PalmaíAngolaíIndias
La PalmdAngola/Indias
La PalmdAngola
La PalmaíAngola
La PalmaíAngoldIndias
L2 Pd~d.4i,gdarGrasi!
AngolaíLa Palma
Juan de Paraya ............
-
Gómez Prieto ...............
-
Antonio Herrera ..........
Domingo Méndez ........
-
«La Concepciónn ...............
-
«San Antonio» ...................
*Nuestra Señora del Ro-sario
» ..............................
«Nuestra Señora del Des-tierro
» .............................
-
«Nuestra Señora del Buen
Viajen ..............................
-
«San Diegon .......................
«San Francisco Javier» .....
«Nuestra Señora del Buen
Viaje» ..............................
-
-
«Nuestra Señora de Can-delaria*
...........................
22
Domingo Rodríguez ....
AngoldLa Palma
- La Palma/AngolaXndias
Miguel Cuello ..............
La Palma/Angola/Indias
La PalmaíAngolaíIndias
AngoldLa Palma
AngolaíLa Palma
Luis Fernández ............
Héctor Lobo .................
Manuel Suárez ............
Miguel Guedes .............
La PalmaíAngola/Indias
La PalmdAngola
La PalmaíAngola
Názaro de Pardo .........
Dgo. Mateo .baña .......
Gerónimo Correa ........
AngolaiCubaíLa Palma
Se registran en este período un total de 22 expediciones en
ambos sentidos entre La Palma y Angola. Desde la isla palme-ra
se contabilizaron 17, un 77,2 por 100 del total, y sólo cinco
en sentido contrario, un 22,7 por 100. Por lo tanto, registra-rnm
en esta ozasióii üna implicación de ia isla paime-ra,
puesto que el hecho de que las expediciones salgan de su
puerto principal y se dirijan al continente africano significa
que: capitales, hombres y mercancías palmeras o isleñas van
Núm. 43 (1997) 435
16 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
a llegar directamente a Angola 23. En contrapartida, esos na-víos
aportan esclavos a los mercados insulares 24.
Llama la atención en el caso de Angola la mayor presencia
de los mercados americanos, puesto que de las 17 expedicio-nes
que salen de La Palma con ese destino, éste será transito-rio,
puesto que el destino final será las Indias, en 12 ocasio-nes,
por lo tanto el 70,5 por 100 de los casos, con lo cual se
refuerza la tendencia que observaban los viajes guineanos, la
presencia palmera en el comercio esclavista mundial.
En lo que respecta a los viajes que salían de Angola para
La Palma que aparecen referenciados en la documentación
insular, se da la circunstancia que en uno de ellos, el que tie-ne
lugar en 1640, el itinerario es el inverso: Angola, Cuba y
finalmente La Palma 25.
Uema de destacar rómo en el caso del tráfico con Angola
la correlación entre los navíos que iban y regresaban queda
rota, pues frente a 17 expediciones registradas desde la isla
palmera sólo encontramos cinco que manifiestan el sentido
contrario.
Se apunta, pues, a nuestro juicio una mayor intervención
palmera en los circuitos internacionales, en lo que respecta a
la relación con Angola, no sólo por la procedencia de estos
navíos que llegan a La Palma, como en el caso anterior desde
los puertos portugueses, sino por el último destino de los mis-mos
en los puertos americanos.
Sólo en dos ocasiones va a coincidir el nombre de las em-barcaciones
registradas; en uno de ellos, «Nuestra Señora de
la Concepción», el maestre es el mismo y aunque la distancia
en que se producen los registros, 161 1 y 1620, es elevada,
nueve años, todo parece indicar que es la misma nave. Inclu-
23 AHILP, Tomás González, caja 5, f. roto. Es un navío que procedente
de Lisboa llega a La Palma y carga 60 pipas de vino con ese destino. Su
capitán y maestre es Juan de Paraya, natural de Laredo.
24 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 5, f. roto. Domingo Monsanto,
natural de Portugal, es el dueño y maestre del navío «Nuestra Señora del
T , - - A : ---- Ue>Llcllu».
25 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 12, s. f. Un portugués vecino de
Villadoconde, Pedro de Melindrián, es el que realiza el derrotero, partiendo
con toda probabilidad de Portugal.
436 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640 17
so el itinerario que manifiesta en las dos ocasiones es también
el mismo.
En otro caso, «Nuestra Señora del Buen Viaje», coincide el
nombre de la nave, pero no el de los capitanes: Miguel Cuello
el del primero y Miguel Guedes en el segundo; sin embargo,
todo parece indicar que es el mismo individuo, un portugués
que en un caso utiliza un apellido y en otro, otro.
Si nos atenemos a la concentración del tráfico por dece-nios,
nos encontramos con que el panorama es el siguiente:
CUADROV I11
SENTIDO LA PALMA-ANGOLA
La década 1610-16 19 es la de mayor concentración, como
en el caso de Guinea, mientras que en segundo lugar se sitúa
la de 1630-1639, a diferencia en esta ocasión del caso gui-neado.
Es a partir de estos momentos cuando Angola releva
claramente al mercado guineado. Ambas décadas polarizan el
55,7 por 100 del total.
CUADROIX
SENTIDO ANGOLA-LA PALMA
Se produce, pues, una variación, ya que se incluye la déca-da
1630-1639, que comparte el liderato con la anterior. Am-bas
suponen el 80 por 100 del total.
Núm. 43 (1997) 437
18 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
Si establecemos una comparación de conjunto, el panora-ma
es el siguiente:
CUADRO COMPARATIVO
La Palma-Guinea-Angola Guinea-Angola-La Palma
E
Se mantiene la tendencia de un mayor número de contac- O
d tos con salida desde La Palma, en ambos casos con destino a -
m
O
Guinea y sus inmediaciones y con destino a Angola. Cosa por E
E
2 otra parte perfectamente lógica, pues al estar situado el punto E
de partida en La Palma es ahí donde se registra la operación.
En el sentido contrario sólo aparecen noticias indirectas. 3
En conclusión, observamos cómo la época de mayor auge Om-de
los contactos de La Palma con los mercados esclavistas E
guineanos se sitúa entre 1610-1629, con un 68,8 por 100 del O
5
total en el tráfico de ida y con un 57,2 por 100 en el de vuel- n
E ta. El principio de siglo es testimonial y la década de los trein- a
ta sólo adquiere importancia en el caso de La Palma-Angola, 2
d
lo cual implica no obstante mayor negocio para los palmeros n
n
que participaban, pues los navíos van directamente y no pa- 3
san por Cabo Verde, evitando pagar los derechos. O
Los nombres de los navíos que realizan el tráfico entre La
Dr al~miiirary lirviar mor,-,, iiibrLcrd~u~f ricams muntirnen !2 tSnir-, habitiid,
ya que son todos ellos nombres de santos; sin embargo, no
deja de llamarnos la atención un dato curioso, como lo es el
hecho de que los navíos que se dirigen a Guinea y los Ríos
poseen nombres del santoral masculino, con la excepción de
rlm emharcarion~r: «Nuestra Señora de la Candelarias y
«Nuestra Señora de la Concepción». Mientras que por el con-trario
los que se dirigen a Angola pertenecen al santoral fe-menino
con tres excepciones: «San Antonio)), «San Diego)) y
438 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640 19
«San Francisco Javier». Es por lo tanto un rasgo definitorio,
que aunque no posea mayor importancia se suma a otros,
como lo es la diferenciación por décadas del tráfico y la utili-zación
o no de Cabo Verde como parada obligatoria antes de
llegar a Guinea o a Angola; son aspectos que nos ayudan a
introducir matizaciones en la relación palmera con uno y otro
mercado.
La isla de Santo Tomé aparece representada en el comer-cio
de La Palma con África, si bien de una forma simbólica,
ya que sólo lo hace en tres ocasiones, todas ellas en la década
de los treinta. Ello nos induce a pensar que su inclusión en la
relación con la isla palmera obedece a la intensificación de los
contactos con Angola, pues Santo Tomé se incluye en la ruta
hacia la misma, realizando el mismo papel que juega Cabo
Verde con referencia al comercio guineano.
Los rasgos de su comercio son similares a los de Guinea y
Angola, pues de ella proceden los esclavos, caso de María, de
nueve años, de nación Angola, que llega a La Palma, donde
es vendida 26.
También el producto que se envía es el vino, aunque en
este caso no sea palmero, sino que provenga de Tenerife 27,
posiblemente porque en esos momentos La Palma no tuviese
abundancia del mismo. Por medio de estos documentos se
comprueba asimismo cómo Santo Tomé, en esta ocasión, no
es más que un punto de intermediación en el comercio
trasatlántico. Pues la embarcación sale de La Palma con el
vino, se dirige a Santo Tomé, donde cargará esclavos, y finali-zará
su singladura en Cartagena de Indias, a donde llevara los
esclavos, pero también es posible que arriben otras mercan-cias,
caso de! vino ü otras qie vaii cargadas eii la nave, con
lo cual el negocio es redondo.
No siempre resultará La Palma un puerto clave en el co-mercio
con África y América, sino que ese mismo papel lo
26 AHILP, Andrés de Chaves, caja 9j s. f. E! corregidm Pedi~d) e Cu z -
pos la adquiere por 400 reales de plata nuevos. *' AHILP, Andrés de Chaves, caja 9, s. f. Las tres pipas y media de vino
de las que corre el riesgo Enrique Isán, primero hasta Santo Tomé y luego
de lo que allí se cargarse hasta Cartagena de Indias.
Núm. 43 (1997) 439
20 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
puede desempeñar con respecto a Europa. Es lo que demues-tra
el «San Rafael», de 110 toneladas, a cargo de Baltasar
López, vecino de Lisboa, que lo recibió en Dunquerque para
ir a la isla africana a cargar azúcares. Después de pasar por
La Palma y encontrarse con que no tenía «fletamento ni car-ga
alguna», se traslada a Tenerife para cargar, y desde allí
partir para Santo Tomé 28. Así pues, Santo Tomé no sólo abas-tecerá
de esclavos, sino también de azúcares, pues tras la im-plantación
de ingenios en la isla africana este comercio alcan-zará
su auge, principios del siglo XWI.
Son pocos los datos que podemos aportar de esta isla, pero
lo suficientemente significativos para ilustrar la presencia y
constancia de la isla palmera y por ende del archipiélago ca-nario
en el comercio triangular que ya se estaba gestando en-tre
Europa, frica y América.
Finalmente, algunos navíos se dirigen todavía en este pe-ríodo
a nutrirse de esclavos a Santo Tomé, isla que absorbía
los esclavos de los reinos que poblaban la región del Níger,
pero su importancia como centro de distribución de esclavos
fue corta. La conexión de las islas Canarias y en especial de
La Palma con esta otra isla del Atlántico no es sólo para traer
esclavos, sino también para importar azúcar, pues después de
la implantación de ingenios el comercio de este artículo alcan-zó
auge al comenzar el siglo xvrr 29. Así, en la década de los
treinta sabemos de la presencia en el puerto de Santa Cruz de
La Palma de al menos dos navíos que tienen previsto partir
para Santo Tomé, uno de ellos a cargar azúcares 30, pasando
antes por Tenerife 31.
En otras ocasiones sabemos de la relación de La Palma con
28 AHILP, Andrés de Chaves, caja 11, s. f. Enrique Isán y Pedro del
Valle son los vecinos de Tenerife que se conciertan con él.
29 VILA VILAR, E., Hispanoamérica y el comercio de esclavos, Sevilla,
1977, p. 145.
30 AHILP, Andrés de Chaves, caja núm. 11, s. f. 23 de abril de 1634. El
que tiene a su cargo el navío es un portugués, vecino de Lisboa.
31 AHILP, Andrés de Chaves, caja núm. 9, 2.", s. f. Este navío desde
Santo Tomé tomaría la derrota hacia Cartagena de Indias.
440 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 2 1
Santo Tomé por la venta de esclavos procedentes de aquella
isla en el mercado de Santa Cruz 32.
El comercio entre La Palma y las zonas africanas: Guinea
y Angola en el siglo xvr~,n o es más que una prolongación del
que desde fechas muy tempranas mantiene el archipiélago
canario con Cabo Verde 33. Ya desde el siglo XVI se inician los
contactos en busca de la mercancía más demandada desde
Canarias: el esclavo negro 34, para su utilización en el Archi-piélago,
pero también para su reexpedición a otros mercados:
americanos, europeos y peninsiilares 35. A cambio, l a islas
Canarias, en particular Gran Canaria, Tenerife y La Palma,
abastecían a Cabo Verde de aquellos otros productos que allí
escaseaban: vino, vinagre, harina, brea, tejidos, los llamados
«productos de la tierran canarios 36. Además de los esclavos se
introducían desde África: oro, cueros, sebos y tocinos 37.
En la fecha que estudiamos cuando analizamos los produc-tos
de intercambio con Guinea y Angola, observamos que se
produce un gran paralelismo, lo cual resulta lógico, pues los
mercados del África negra no estaban en disposición de ofre-cer
otros productos.
32 AHILP, Andrés de Chaves, caja núm. 9, l.", s. f. En este caso aun-que
la esclava que se vende ha sido traída de Santo Tomé su origen es
Angola.
33 LOBOC ABRERAM,. , «Gran Canaria y los contactos con las islas por-tuguesas
atlánticas: Azores, Madeira, Cabo Verde y Santo Tomé», Coloquio
íniernacionai de fiisroria Marítima, Las Paimas, í982, t. iV, pp. 31 1-333.
34 LOBO CABRERAM,. , La esclavitud en las Canarias orientales (negros,
moros y mariscos), Las Palmas, 1982, pp. 104-1 13.
35 TORRESS ANTANEA., El comercio de las Canarias orientales en tiem-pos
de Felipe ZZZ, Las Palmas, 1992, pp. 184-185.
36 TORRESS ANTANEA.,, «El comercio de Gran Canaria con Cabo Verde
a principias de! siglo Xv7i;», II Cü"¿rbyuiüd e: tíisíunu íniernacional de ieivídeira,
Funchal, 1989, p. 772.
37 LOBOC ABRERAM, ., y BRUQUETASD E CASTROF, ., «Viajes y negocios
de La Palma a Cabo Verde (1600-1650)», presentado al XZZ Coloquio de His-toria
Canario-Americana. En prensa.
Núm. 43 (1997) 44 1
2 2 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
Mientras que estaban necesitados de una serie de produc-tos
y objetos que no producían, en especial los europeos, fun-damentalmente
portugueses, establecidos allí. Así pues, los
navíos parten de Canarias cargados de vino y de otras mer-cancías,
como lo son los tejidos sofisticados 38.
La importancia de Cabo Verde en relación con los Ríos de
Guinea y zonas limítrofes se manifiesta en la intermediación
de los vecinos cabverdianos, como es el caso del canónigo
presbítero de Santiago de Cabo Verde Juan de Guardama, al
que nos acabamos de referir en la cita anterior, que es el en-cargado
de transportar los ricos tejidos que acabamos de ci-tar
a los Ríos de Guinea. Intermediación y escala en Cabo
Verde que resulta bastante frecuente sobre todo en lo que se
refiere al tráfico canario-guineano. Dicha vinculación estaría
impuesta por la cercanía del archipiélago cabverdiano a los
territorios de Río Gambia, Río Grande y Río de Santo Domin-go,
así como por la presión de las autoridades de Cabo Verde
para controlar dicho tráfico y participar de los beneficios del
mismo.
Donde no se aprecia esa vinculación es en la relación en-tre
la isla palmera con Angola, pues ni en una sola ocasión,
tanto en el tráfico de ida o de vuelta, encontramos una men-ción
expresa a Cabo Verde; es más, hasta los personajes que
protagonizan este comercio son diferentes. Quizás ello se deba
a la lejanía del territorio angoleño de la zona de influencia
cabverdiana.
3.1. Productos de expovtación
Vamos a mantener la distinción entre ambos mercados, el
guineano y el angoleño, en lo que se refiere al intercambio de
38 AHILP, Tomás González, caja 8, folio roto. El capitán Sebastián
Martínez del Valle envía por manos de Juan de Guardama, clérigo presbí-tero
y cznónigo de Santiago de Cabo Verde; además de una cantidad de
pipas de vino, un vestido de perpetuán leonado, un jubón de tela de plata
leonado, medias de seda de color nácar, ligas de tafetán leonado con punti-llas
de plata. Un vestido todo guarnecido con molinillos de plata y botones
de lo mismo ... y una serie de vestimentas y abalorios de similar categoría.
442 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 23
mercancías y los montos que éstas alcanzan, independiente-mente
de que cuando lo consideremos oportuo realicemos una
cuantificación conjunta.
La relación entre La Palma y Guinea no difiere básicamen-te
de los esquemas ya establecidos, pues desde la isla palmera
partirán los «productos de la tierra», con especial relevancia
del vino. De todas las expediciones registradas en la isla pal-mera
con ese destino sólo una no declara expresamente llevar
vino, sino que se dice que la nao «San Antonio» está cargada
con diversas mercancías 39.
La suma de las cantidades transportadas por las diferentes
embarcaciones da un total de 292 pipas de vino, lo cual signi-fica
un total de 140.160 litros y 32 peruleras, siguiendo las
medidas propuestas por Lobo Cabrera 40. Es una cifra emme-mente
significativa, si tenemos en cuenta la irregularidad del
tráfico y la comparamos con la exportación de caldos de otras
islas, caso de Gran Canaria, por ahora la más estudiada, a
diferentes mercados.
RELACI~ND E LA EXPORTACI~ND E VINOS
DESDE GRAN CANARIA Y LA PALMA
Gran Canaria (1600-1 625) La Palma (1600-1 640)
Costa Tierra Firme ................. 173.980 1. ' -
España ..................................... 45.650 1. ' -
Lisboa ....................................... 176.472 1. * -
Cabo Verde .............................. 258.240 1. * -
Guinea ...................................... - 140.160 1. 4'
39 AHILP, Baltasar Rodríguez Febles, caja 1, f. 14r-v. El maestre Este-ban
Pérez, avecindado en La Palma, y el dueño de la mercancía, el capitán
Alonso González, francés, vecino en Cacheu.
40 LGBG CABREM, ?d., ?Yf~rredüsp,s ü s y ri~edidase n Canarias en ei si-glo
XVI, Las Palmas, 1989, p. 281.
4' Los datos sobre exportación de vinos desde Gran Canana están ex-traídos
de El comercio de las Canarias orientales en tiempos de Felipe 111, a
excepción de los guineanos, que proceden de los protocolos notariales.
Núm. 43 (1997) 443
24 MANCEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
Desconocemos la cuantía de la exportación palmera a otros
mercados, pero si comparamos con Gran Canaria, de donde
hemos tomado diferentes mercados, uno americano, dos eu-ropeos
y uno africano, observamos que la cifra de exportación
palmera a Guinea es bastante considerable teniendo en cuen-ta
que sólo contabilizamos diez expediciones. Aspecto también
muy interesante es comprobar la fluctuación del precio del
vino, lo cual nos está ilustrando sobre la escasez que se pue-de
estar produciendo en el mercado.
En primer lugar comprobamos cómo se ha producido un
alza del precio del vino en comparación con los datos que
B poseemos para los primeros veinticinco años del siglo, pues en N
esas fechas el precio máximo alcanza los 220 reales en 1603 y E
el mínimo 160 en el año 162 1 A2. Sin embargo, en lo que res- O
n pecta al comercio con Guinea, nos encontramos con que en
-
m
O
E el año 1625 el precio de la pipa de vino está en 208 reales 43. E
2
Dos años más tarde el vino ha alcanzado la cotización más -E
alta de todo el período analizado, 500 reales la pipa 44. Pensa-mos
que en este caso el factor que ha encarecido el caldo es 3
-
su posible escasez, ya que en dicha operación intervienen un -
0
m
E vecino de Tenerife, el capitán Luis Lorenzo, vendedor del vino.
O
En fechas más tardías, el precio del vino cae, pero sin
embargo se mantiene en un listón bastante alto, 3465 reales n
E la pipa 45, muy por encima de lo que era habitual en los pri- -
a
2
n
n
42 TORRES SANTANEA.,, El comercio de ¿as Canarias orientales ..., op. cit.,
p. 281. 3
O
43 AHILP, Andrés de Chaves, caja 2, s. f. El maestre de la carabela «San
Antonio», Pascua1 de Acosta, avecindado en Santiago de Cabo Verde, se
obliga a pagai- al ahiojarifc pa!incru Santiago Fier r~S ~sturr.ui,te cmt re
pipas de vino a 208 reales cada una.
44 AHILP, Andrés de Chaves, caja 4, f. roto. El maestre de la nao «San-tiago
», Luis Afonso, morador de Lisboa, por medio de un crédito de An-tonio
Méndez, también avecindado en Lisboa y de origen francés, sobre
Luis Lorenzo, vecino de Tenerife, recibió cuatro pipas de vino a 500 reales
,"A, ., c-aua uiiu.
45 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 12, s. f. El capitán Pedro Fer-nández
de Lugo, avecindado en Lisboa, vende la mitad de la fragata «Nues-tra
Señora de la Concepción~, y la mitad de la mercancía embarcada, 41
pipas de vino, a 31 ducados y medio la pipa.
444 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 2 5
meros años del siglo, donde el precio máximo alcanzado fue
de 240 reales en 1613 46.
Las razones de los altos precios de los caldos que se en-vían
a Guinea pueden estribar en la coyuntura del mercado
del momento, dependiente de la abundancia o escasez del
mismo, y también de la demanda que establece el propio mer-cado
guineano.
En lo que respecta al mercado angoleño, la cifra de expor-tación
alcanza 386 pipas de vino, lo cual supone 185.280 li-tros;
por lo tanto, resulta un incremento en relación con el
guineano de 45.120 litros. Resulta asimismo superior a la re-gistrada
en el período 1600-1650 con Cabo Verde, que alcan-zó
la cifra de 112.320 litros desde La Palma 47.
Es por vtra parte Una cifra süperim a !a de !os mercados
reseñados en el cuadro anterior, con la excepción de Cabo
Verde. Si realizamos una comparación de conjunto de la ex-portación
al mercado africano de Guinea y Angola, suponen
325.440 litros de vino los exportados por la isla de La Palma,
cifra que resulta sensiblemente superior a lo exportado desde
Gran Canaria a Costa de Tierra Firme, a España y a Lisboa,
como indicábamos en el cuadro anterior; y muy cercana a la
exportación al Virreinato de Nueva España, 382.718 litros, e
inferior a la de la exportación desde Gran Canaria al Caribe,
460.408 litros 48.
El día que poseamos las cifras de exportación palmera y
tinerfeña a esos mismos mercados, estaremos en condiciones
de precisar con exactitud la exportación de caldos isleños y
por ende de acercarnos a su producción.
Al igual que en el caso guineano, se da la circunstancia de
que no todo el vino que se exportaba desde La Palma tenía
ese mismo origen. En los casos que era preciso se acudía al
mercado regional, tinerfeño en esta ocasión, para completar el
46 TORRESS ANTANE.A, E, l comercio de las Canarias orientales ..., op. cit.,
p. 281.
47 LOBOC ABRERAM, ., y BRUQUETADSE CASTRO, F., «Viajes y negocios
desde La Palma a Cabo Verden, art. en prensa.
48 TORRESS ANTANE.A, E, l comercio de las Canarias orientales ..., op. cit.,
pp. 246, 251, 257, 260, 257.
Núm. 43 (1997) 445
2 6 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
cargamento de los navíos, lo cual se demuestra por la inter-vención
del capitán Luis Lorenzo de Tenerife 49, que es el apo-derado
a su vez de dos vecinos de Lisboa, Francisco Méndez
de Brito y su hermano Diego, que son los capitalistas de la
operación. Este Luis Lorenzo es el mismo personaje que in-terviene
en una operación similar con la Guinea que reseñá-bamos
con anterioridad.
Hemos de decir asimismo que la cantidad de 185.280 litros
exportados a Angola subiría sensiblemente si pudiésemos pre-cisar,
por una parte, aquellos datos que nos hablan de expor-tación
de vino, pero no nos indica cuánto 50; y por otra, el
monto de todas aquellas operaciones que sin duda se realiza-ron
y no pasaron por el escribano.
Variación asimismo con respecto a la exportación palmera
de vinos a Guinea, y ei caso angoieño, es ia gran osciiación
de precio que experimentan los caldos. En los primeros años
del período, en 1607 y 1619, la pipa de vino está a 528 reales
y 5 17 respectivamente Unos años más tarde ha adquirido un
precio más normal, con relación a Guinea y al mercado
grancanario que antes citábamos, 247,s reales 52; al final del
período estudiado el precio se sitúa a la baja en 1632, 173
reales cada pipa 53; al año siguiente vuelve a elevarse, alcan-zando
la cota más alta del período, 539 reales la pipa de
vino 54. Además de la lógica ley del mercado, alguna otra ra-zón
tiene que haber para explicar estos precios tan elevados,
49 AHILP, Andrés de Chaves, caja 2, f. 204v. Las 45 pipas de vino iban
embarcadas en la nao ((Nuestra Señora del Rosario..
AHILP, Simón de Echaide, caja 5, s. f. El «Nuestra Señora de la
Concepción» parte para Angola cargado de pipas de vino y luego se dirigi-rá
a las Indias con carga de negros.
AHILP, Simón de Echaide, caja 2, s. f.; Simón de Echaide, caja 1,
s. f. Son 100 pipas de vino a ese precio las que se transportan en el «Nues-tra
Señora de la Cabeza. y 20 pipas a 47 ducados las que transporta el
((Nuestra Señora de la Victoria)).
52 AHILP, Tomás González, caja 8, f. roto. Son 52 pipas a 22 ducados
y medio cada una.
53 AHILP, Andrés de Chaves, caja 9, s. f. Son 25 pipas a 173 reales.
54 AHILP, Juan de Sotomayor, caja 2, s. f. Son 35 pipas de 49 ducados
que van en el «Nuestra Señora del Buen Viajen.
446 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 2 7
sobre todo si se tiene en cuenta que el precio medio que he-mos
podido establecer alcanza los 364 reales por pipa. Pensa-mos
que en dicha cotización podía influir la lejanía e incerti-dumbre
del mercado angoleño, pero que por esta misma
circunstancia debía de ser un mercado de altos beneficios, tan-to
para los productores isleños que se beneficiaban directa-mente
de esta alta cotización como para los mercaderes. Si
además pensamos que éste era el viaje de ida, y que el
tornaviaje suponía una cargazón de esclavos, el negocio podría
resultar redondo. De hecho, se ha comprobado cómo en uno
de los eslabones del comercio de La Palma con el África ne-gra,
es decir, con Cabo Verde, los beneficios que se podían ob-tener
oscilaban entre el 200 y el 250 por 100 55. Finalmente, si
sumamos la cifra de exportaciSn de v i m s de L2 P d m ~U !OS
mercados del África negra: Cabo Verde 56, Guinea y Angola,
nos da la no despreciable suma de 437.760 litros de vino en
el período que comprende nuestro trabajo.
El aguardiente sena el segundo producto en importancia de
la exportación palmera hacia los mercados africanos; se sitúa
a gran distancia del vino y da la sensación de que es un
producto complementario en el cargamento de las embarca-ciones.
Para Guinea hemos contabilizado 13 pipas, lo cual
supone 6.240 litros, y para Angola 120 litros, por lo tanto más
residual aún. En total, 6.360, que tampoco presentan una gran
oscilación en su precio, pues la cotización más elevada se si-túa
en 500 reales la pipa en 1627 57, y la más elevada en 517
reales en 1640 58. Así pues, trece años más tarde sólo ha subi-do
13 reales la pipa. La poca incidencia de este producto en
el intercambio palmero con el África negra sea posiblemente
lo que está determinando su escasa cotización.
LOBO CABRERAM, ., La esclavitud en las Canarias orientales en el si-glo
..., op. cit., pp 104-113.
56 LOBO CABRERAM, ., y BRUQUETADSE CASTRO,F ., «Viajes y negocios
de La Paliiia con Cabo Vede...». En prensa.
57 AHILP, Andrés de Chaves, caja 4, s. f. Son cuatro pipas de aguar-diente
a 500 reales cada una las que se embarcan.
AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 12, s. f. Se cargará una pipa de
aguardiente en 5 17 reales, junto con otras variadas mercancías.
Núm. 43 (1997) 447
2 8 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
El vinagre, derivado del vino, no llega a alcanzar, ni por
asomo, los niveles de exportación de los productos anteriores.
A Guinea detectamos una pipa y a Angola un cuarto de pipa;
en total, unos 600 litros, de los que además no se reseña ni
su precio.
Más importante resultó la brea, producto obtenido en la
isla palmera a raíz de la conquista, y que desde esas mismas
fechas se está exportando a África, a los mercados de Cabo
Verde, Guinea y Angola 59.
Nos señalan Lobo Cabrera, Santana Pérez y Toledo Bravo
de Laguna que entre 1600 y 1650 exporta la isla canaria
87.1 12,50 kilos 60, cantidad con toda seguridad sensiblemente NB
inferior a la real, puesto que sólo se han encontrado datos de E
cinco expediciones. De esa cifra, 140 kilos corresponden a la O n
exportación a Guinea" y 634 kilos, producto de la suma de -- m
O
varios envíos, a Angola. Se deduce, pues, que el resto era la EE
cantidad enviada a Cabo Verde. Sólo en una ocasión nos apa- 2
E
rece el precio del quintal de brea, 26 reales 62, por lo tanto -
resulta bastante complicado establecer hipótesis. Ahora bien, 3
hemos de señalar que tanto en lo que respecta a la brea como - -
0
m a los otros productos que hemos ido analizando son precios E
de venta a mercader en la plaza palmera; desconocemos la O
cotización que luego alcanzaban los mismos en el mercado n
africano. E a-
Las conservas y frutos secos integrantes asimismo del gru- A
po de «productos de la tierra» se enviaban también a África. n
n
A Guinea se envían 140 cajetas que en el caso de ser de tres 3
libras 63 resultan aproximadamente 193 kilos, con un valor O
59 LOBO CABRERAM,. ; SANTANPAÉ REZ,G ., y TOLEDOB RAVOD E LAGU-NA,
L., «Explotación y exportación de brea en La Palma». En prensa.
60 Ídem.
61 AHILP, Andrés de Chaves, caja 4, s. f. Además de la brea va en el
((Santiago. 191 pipas y media de vino, seis de aguardiente y otros pro-ductos.
62 AHILP, Simón de Echaide, caja 1, s. f. Además de la brea van 20
pipas de vino a 47 ducados cada una en el «Nuestra Señora de la Vic-toria)).
63 LOBOC ABRERAM,. , Monedas, pesas y medidas ..., op. cit., p. 60.
448 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 2 9
cada una de 200 reales, con lo que suponen 28.000 reales; al
mismo mercado se envían 441 f. de almendras a 20 reales
cada una 64, alcanzando por lo tanto 8.820 reales. En total, es
una suma que en reales importa 36.820, cifra poco significati-va,
que nos está indicando una exportación puramente resi-dual,
o de relleno en la capacidad de carga de los navíos.
Productos asimismo insulares son la sal, de la que no re-gistramos
sino un solo envío a los Ríos de Guinea 65 y la ma-dera
al mismo mercado, en una cantidad de cinco docenas el
tablado, que van en el navío «Santiago», al que ya nos he-mos
referido con 191 pipas y media de vino y seis de aguar-diente.
Otros productos que parten de La Palma pero cuyo origen
no es insular es el papel, que en cantidad de 21 resmas, o sea,
10.500 pliegos, se envía junto con la brea, conservas y almen-dras
en el «Nuestra Señora de la Concepción» 66.
Hemos encontrado datos acerca de la exportación de hie-rro
a los Ríos de Guinea 67, un total de 823 varas, medida de
la que no hemos podido establecer su equivalencia en peso.
Dicha mercancía procedía bien de las plazas del norte de la
Península, o del norte de Europa 68, en este caso de Alemania.
Con destino a Angola salieron ocho quintales y 20 libras de
hierro, que junto con un cajón de frascos de vidrio y otras
mercancías de la tierra, como el vino, vinagre, brea y aguar-diente,
se embarcaron por el licenciado Blas Simón de Silva,
consultor del Santo Oficio, y el capitán y regidor Juan de
Monteverde, todos ellos vecinos de La Palma.
Finalmente, los tejidos que encontramos registrados para
los Ríos de Guinea y Cacheo no son los bastos tejidos insula-i-
es, siiio que ropas I-efjna&,s y a'D&orios a juego, los que
64 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 12, s. f. Este cargamento va en
«Nuestra Señora de la Concepción)).
65 ES la misma expedición que señalábamos en el caso anterior.
Ver m t U 64.
67 AHILP, Andrés de Chaves, caja 4, ff. 243v-236r. Se especifica que el
hierro procede de Alemania y es enviado por un vecino de Tenerife, Luis
Lorenzo, regidor y alguacil mayor, con destino al río de Santo Domingo.
68 TORRESS ANTANEA.,, El come~ciod e las Canarias. .., op. cit., p. 205.
Núm. 43 (1997) 449
30 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
se envían por cuenta del capitán Sebastián Martínez del
Valle 69.
3.2. Mercancías de importación
En el comercio de importación de la isla de La Palma con
los mercados del Áfiica negra no se aprecia la variedad, que
no cantidad, de productos que se movían en la dirección con-traria.
Una sola mercancía monopoliza la relación entre am-bas
latitudes: el esclavo negro.
Desde Canarias, de La Palma, partían las embarcaciones
cargadas de mercancías insulares, o extranjeras, como hemos
referido en el apartado anterior, con el compromiso de ven-derlas
y adquirir esclavos, tanto en la zona de los Ríos de
Guinea como en Angola, que luego revertían al archipiélago,
o seguían otros derroteros, como eran los puertos indianos.
Dada la similitud entre el comportamiento del mercado
guineano y del angoleño, no vamos a establecer una diferen-ciación,
aunque sí lo vamos a hacer con respecto a las opera-ciones
en las cuales el destino final era La Palma y aquellas
otras en que no lo era.
Sólo en una ocasión hemos detectado que la mercancía
procedente de Angola no fuese el esclavo, sino 65 cueros al
pelo 'O. ES más, es un negocio que no parece estrictamente
palmero, sino en el que participan andaluces, uno de ellos
Pedro Rodríguez, natural de Córdoba, que era el propietario
de la mercancía. Solicita además que el dinero de los cueros
se emplee en trigo o cebada y se lleve a Sevilla, a la orden de
.T, I I E~ o r~n 6 n A o - i C3n Pd r n UUll l b L ILUIIUbL. "UII l b U I V .
No podemos establecer una cantidad, ni siquiera aproxima-da,
de la cuantía de esclavos que procedentes de Guinea o de
Angola arribaron a La Palma, pues en varias ocasiones los
69 AHILP, Tomás González, caja 8, f. roto.
AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 1, s. f. Un vecino de Sevilla apo-dera
a otro para que pueda cobrar de un palmero lo procedido de 65 cue-ros
al pelo, que había traído a La Palma en 1661. Esto sucedía cinco años
después, en 1616.
450 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 3 1
documentos que se refieren al cierre de operaciones mercan-tiles
contratadas anteriormente sólo mencionan el arribo al
puerto principal de La Palma «cargados de negros», pero sin
especificar cuántos. Es el caso del poder que otorga un veci-no
lisboeta, Manuel Suárez, dueño del <<SanF rancisco», para
que Pedro de Sotomayor Topete, palmero, pueda cobrar de
otro portugués 750 reales de resto de la cuenta del flete y de-rechos
de esclavos que trajo de Angola 71.
En ocasiones sí se refleja una cantidad de esclavos, 22 pie-zas
en este ejemplo, pero seguimos sin saber si es una parte o
el todo del cargamento '*.
También sucedía que los palmeros, o residentes en La Pal-ma,
cierran ante el escribano la adquisición de un esclavo. Así
lo hace el licenciado Juan Ferragudo, residente en Gran Ca-naria,
que compra al capitán Pedro Hernández de Avero,
maestre del <<SanF rancisco», un esclavo negro bozal de na-ción
mandinga, de dieciocho años, por 1.000 reales 73.
No siempre los esclavos que llegan a La Palma van a que-darse
en ella, sino que van de camino hacia otros mercados
peninsulares. Así se desprende de la licencia que otorga a
Pascua1 de Acosta, dueño de la nao «San Antonio», a las au-toridades
de la isla para vender cuatro piezas de las 61 que
lleva embarcadas para Sevilla 74.
En total hemos contabilizado 30 piezas entradas desde
Guinea y Angola en La Palma en la fecha estudiada, cifra que
nos parece absolutamente insignificante, pero que en todo
caso está refrendando la idea de que La Palma está partici-pando
en el negocio de la trata, pero no tanto para importar
71 AEILP, Andz-6s de Chuies, ruju 9, s. f. Además se trata de üjüstar
los registros, fletes y derechos de los esclavos.
72 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 5, s. f. Ajuste de flete entre Fran-cisco
Maquis Pérez, que viene como pasajero en el «Nuestra Señora del
Destierro», y el maestre y dueño del mismo, Domingo Rodríguez Monsanto,
portugués, sobre el transporte y derechos a la Corona de Portugal de los
22 esclavos traídos de La Palma,
73 AHILP, Tomás González, caja 5, s. f.
74 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 5, s. f. Diego Márquez, un piloto
portugués, los comprará: tres hombres y una mujer, abonando además los
preceptivos derechos de almojarifazgo.
Núm. 43 (1997) 45 1
32 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
negros, sino como para colocar sus productos, vino y brea,
cambiar el procedido por esclavos y luego transportarlos a
otros mercados donde sea un negocio más seguro. Ello con-cuerda
con lo señalado por Lobo Cabrera y Quintana Andrés
cuando nos hablan de una decadencia en la presencia de es-clavos
en las pilas bautismales palmeras a partir de 1630 75.
La participación palmera en la trata de negros para Indias
sí se aprecia muy claramente en la documentación notarial,
pues los vecinos de la isla acuden a registrar operaciones en
las que ellos invierten sus bienes, como Diego de Brito y Lugo
y su hermano Francisco, capitán y maestre respectivamente
del «Nuestra Señora de la Cabeza», que deben 4.800 ducados,
o sea, 52.800 reales, a los capitanes Juan de Valle y Francisco
Díaz Pimienta, empleados en 100 pipas de vino a 48 ducados
cada una. Han de llevadas a la Veracruz previo paso por
Angola, donde harán la cargazón de esclavos 76.
Sin embargo, en la trata la participación portuguesa era la
más importante, sin ningún género de duda; participación
que se concretaba en la propiedad, maestraje o capitanía de
las embarcaciones 77, así como en los capitales que provienen
de Portugal en forma de crédito para adquirir los vinos que
llevan las naves a los mercados negreros 78. Son también por-tugueses
los que tienen el poder de otorgar'licencias para en-trar
en los Ríos y cuando les interesa apoderan en Indias a
vecinos de la Palma, como el coronel Gabriel del Valle, alfé-rez
general, regidor y alguacil mayor de la Santa Inquisi-ción
79.
75 LOBOC ABRERAM,. , y QUINTANA ANDRÉS, P., Población marginal en
Santa Cmz de La Palma. 1564-1700. Madrid. 1997. p. 78.
76 AHILP, Simón de Echaide, caja 2, s. f. El riesgo lo corre Juan del
Valle y Francisco Díaz Pimienta.
77 AHILP, Martín Pérez Mederos, caja 1, ff. 615-617r. El capitán y
maestre del navío portugués «San Francisco» se prepara en La Palma para
viajar a Guinea y desde allí a la ciudad de Cartagena de Indias.
78 AHILP, Juan de Sotomayor, caja 1, s. f. Miguel Cuello, capitán del
«Nuestra Señora del Buen Viaje», compra vino por 3.049 reales en virtud
de un crédito que tiene de dos mercaderes avecindados en Lisboa: Luis de
Lin y Gaspar de Jacques.
79 AHILP, Simón de Echaide, caja 3, f. 122r-v.
452 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 33
El destino de los negros africanos eran los puertos de
Veracruz y Cartagena de Indias, excepto en una ocasión en
que será Brasil, aunque por otras circunstancias, engaño de
por medio, en que de las 20 piezas de esclavos angoleños con-certados
sólo sobrevivieron ocho, pues los habían vendido en-fermos
Sevilla constituye el otro punto de la relación de La Palma
con la trata de negros. Ya en su momento aseverábamos que
constituía el motor financiero del comercio canario y en
particular de La Palma. Se refrenda esta hipótesis al compro-bar
la continua intervención de mercaderes sevillanos en los
negocios palmeros 82.
No hemos podido cuantificar el número de piezas de es-clavos
enviados por medio de estas operaciones a Ins merc.a-dos
indianos, pero sí hemos podido constatar la continuidad
de las mismas a lo largo de todo el período analizado.
Las fórmulas para analizar el intercambio mercantil entre
La Palma y los mercados del África negra no difieren sustan-cialmente
de las utilizadas con otros mercados y desde otras
islas, tal como ha sido ampliamente estudiado 83.
La compañía era el instrumento mercantil que permitía
efectuar un negocio a dos socios o más, con un reparto de las
AHILP, Tomás González, caja 13, ff. 389r-391r. El que obtiene la li-cencia
es el lisboeta Francisco Gómez, maestre de la carabela «San Pedro».
Los hechos se cuentan en ei testamento de Sebastián Kodriguez Acosta, que
había actuado por Gaspar Álvarez, portugués.
TORRESS ANTANEA.,, ((Sevilla, motor financiero del comercio cana-rio,
1600-1625», Andalucía Moderna, t. 11, Córdoba, 1995, pp. 461-471.
82 AHILP, Tomás González, caja 5, f. 497r. Se especifica que si no hay
navío para regresar a La Palma desde los Ríos de Guinea se envíe el capi-
L_l 0 -..:11- - -. .. ..-. . -1. . . 1 . - _ .1 ~ ~ tal a acvilia, cu~~sigriauoas 0s IrierLaueres Rui Pérez, Antonio de Viiiapando
o a Juan de Salnedo.
83 LOBO CABRERA, M., El comercio canario europeo bajo Felipe 11,
Funchal, 1989. TORRESS ANTANE.A, E, l comercio de las Canarias ouientales ...,
op. cit.
Núm. 43 (1997) 453
34 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
inversiones y de las ganancias, que podían adquirir las más
variadas fórmulas. Así, por ejemplo, la que se establece para
transportar a los Ríos de Guinea 823 varas de hierro de Ale-mania.
Se trata de transportarlas y entregar la mitad en el Río
de Santo Domingo, en Cayao, al capitán Francisco Sofre
Perera, portugués, hidalgo de la Casa de Su Majestad y capi-tán
mayor en los dichos Ríos, por cuya cuenta van. El resto
va por cuenta y riesgo del capitán Francisco Díaz Méndez
Brito, de Lisboa, en conformidad con una escritura de com-pañía
que habían hecho en Lisboa él y el capitán Luis Loren-zo,
avecindado en Tenerife, que es el personaje que entrega el
hierro al dueño de la nao «Santiago», otro lisboeta, Antonio
Fernández Sánchez.
El otorgante, el capitán Landín, va interesado en la mitad
A01 h;a-n x, vaAh;& cv>I;ntQl A01 nn hon o r - n J o A n U L l IIILII" J LLLIUIILI UII YUIIILUI, UbI YUC- UUll IIU L l U L l UC-UIUUUU
el precio, aunque se obliga a pagar un 60 por 100 más del
principal que costaren las 41 1,5 varas en la ciudad de Car-tagena
de Indias. Las otras 41 1,5 varas van por cuenta y ries-go
de Francisco Sodre. El flete de las 823 varas de hierro al-canzan
los 500 reales de plata, que paga Luis Lorenzo 84.
Es por lo tanto una compañía establecida en Lisboa entre
varios individuos que tienen una conexión insular, el capitán
Luis Lorenzo, que posee la mercancía y paga los fletes de la
misma. El dueño de la embarcación la traslada y participa
también en la venta de la misma.
Mucho más clarificadora es la compañía entre Juan Banens
Aguardiente, mercader, y Bartolomé Andrés, ambos estantes en
La Palma. Banens pone 5.000 reales de plata nuevos inverti-dos
en lienzo, holanda, paño, basinica y otras cosas, y Bar-tolomé
Andrés 2.500 reales en vino, todo ello cargado en el
«San Francisco)), cuyo capitán y maestre es Francisco Macha-do,
también estante. El navío irá a Guinea, a donde se trasla-dará
Bartolomé Andrés a vender la mercancía y a cambio car-gar
todo lo que pudiera, esclavos u otras cosas. Bartolomé
Andrés mandará en el navío lo que obtenga, que vendrá a ries-go
de ia compañía. Kepartiran beneficio y ganancia, iievando
84 AHILP, Andrés de Chaves, caja 4, ff. 234v-263~
454 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640 35
tanto el uno como el otro en la venta y en el empleo ". Aun-que
la escritura de compañía se produce en 1598, es un ejem-plo
claro de cómo funcionaba este tipo de acuerdo. Son dos
socios, uno pone más capital, 5.000 reales, y otro sólo 2.500,
pero éste se desplazará a realizar el negocio corriendo más
riesgo personal y realizando el trabajo. Los beneficios y gas-tos
van por mitad.
Aunque no hemos encontrado contratos de encomiendas
propiamente dichos, sí hemos detectado documentos que nos
hablan del cierre de estas operaciones, en las cuales un capi-talista,
Gabriel del Valle, alférez mayor, regidor y alguacil
mayor de la Inquisición de La Palma, apodera a otro, Manuel
Pinto de Olivera, escribano de la factoría de Río Caylo, y al
capitán Diego Taborda Leiton, residentes en ese lugar, para
que cobren en su nombre a Antonio Domínguez y Simón An-tonio
todo lo que se le deba por las mercancías que les había
entregado 86.
Es frecuente que estos acuerdos mercantiles se prolonga-sen
en el tiempo y después de muchos años no hubiesen
fenecido, de tal manera que las viudas de estos mercaderes se
viesen obligadas a finalizarlas. Lucía Díaz Pimienta, viuda de
Gabriel del Valle, en 1625, o sea, trece años después, aparece
apoderando a otro mercader, Pedro de Acosta, para poder co-brar
de Francisco Gómez, en Lisboa, lo que éste le debía a su
marido por 34.089 mrs. y dos cuartos, que le había entregado
para emplearlos en la Guinea y Cartagena de Indias 87.
La conexión indiana en el negocio de la trata está asimis-mo
presente a la hora de finalizar los acuerdos comerciales,
tal f ~ m qace Yn-2--l-m--~' t -n~ -" &!igad~)~2 qsderar u
otros individuos para que en América, en este caso en San
Juan de Puerto Rico, cobren las cantidades adeudadas En
85 AHILP, Tomás González, caja 7, f. roto.
86 AHILP, Simón de Echaide, caja 3, s. f. Las prendas a cobrar eran:
maravedíes, esclavos y mercaderías que se le debieran.
AHILP, Simón de Echaide, caja 7 , f. 23v-24r.
88 AHILP, Pedro Hernández, caja 15, s. f. El otorgante es Gaspar Ven-daval
de Cervellón, que había enviado pipas de vino a Angola para emplear-las
en negros con destino a Puerto Rico.
Núm. 43 (1997) 455
3 6 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
este caso el negocio no debía de ser muy bueno, puesto que
la embarcación con el vino y la brea naufragó y los negros,
marcados con «W» en pecho y brazos, huyeron al monte cuan-do
los corsarios ingleses atacaron la isla.
Las operaciones africano-indianas implican por otra parte
que el dinero que se obtiene de ellas sean los cotizados pesos
de a ocho mejicanos, que regresan como remesas a la isla
palmera 89, en este caso la no despreciable cantidad de 350
pesos de a ocho.
Este tipo de transacciones, además de los derechos habi-tuales
de averías, almojarifazgo, etc., implican también la par-ticipación
de las autoridades centrales, Casa de Contratación,
que pleitea con los palmeros para no perder su parte en el
negocio 90.
La implicación de La Palma en el negocio de la trata de
esclavos mundial lógicamente suponía la utilización de otros
medios de pago más sofisticados como era el crédito a gran
escala. De ahí que muchas de las operaciones realizadas su-pongan
inversiones de individuos de otras naciones, en espe-cial
portugueses, que invierten grandes sumas de dinero en la
financiación del mismo. Así, el capitán Felipe Rodríguez,
maestre y señor del «San Pedro», va a recibir de Gabriel del
Valle, ya mencionado anteriormente, 28.185 reales de un cré-dito
del capitán Francisco Gómez Sardina, avecindado en Lis-boa,
y del capitán Gaspar López, natural de Sepúlveda, un
crédito de 8.800 reales y otros 400 ducados del mismo; todo
este dinero era para invertirlo en mercancías con destino a la
costa de Guinea 91.
Son por lo tanto portugueses los que invierten su dinero a
través ciei que suponemos factor suyo en la isla de La Palma,
89 AHILP, Tomás González, caja 15, ff. 207r-209r. La mujer de Diego
González, Isabel Pérez, trata de recuperar el dinero de su marido fallecido
en Angola, que está en poder del capitán Alonso Ferrera en La Habana.
90 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 17, f. 1 lr. Es una requisitoria de
los jueces reales contra los hermanos Diego de Bnto y Lugo y Francisco
para cobrar unos dineros pertenecientes a un negocio que ambos tuvieron
y de los que la Casa de Contratación era acreedora.
91 AHILP, Tomás González, caja 5, ff. 495r-496r.
456 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL FRICA NEGRA. 1600-1640 3 7
el capitán y regidor y alguacil mayor de la Inquisición: Gabriel
del Valle.
No siempre serán súbditos portugueses, sino que mercade-res
originarios de otras latitudes, caso de los flamencos: Luis
Timón, Luis de Bien y Gaspar Jacques, avecindados en Lisboa,
que entregarán el crédito necesario para cargar 30 pipas de
vino en La Palma en el ((Nuestra Señora del Buen Viaje» y lle-varlas
a San Pablo de Luanda y después con el cargamento
de negros dirigirse al puerto de la Nueva Veracruz 92. El crédi-to
otorgado por los flamencos se materializa en una serie de
letras de cambio por las cuales los acreedores harán efectivo
el pago de las cantidades de vino empleadas.
Llama la atención la incursión de los flamencos en este
n a m n n ; n 1 n ,-,*m1 1 0 - ao+ml-.m - v n L ; l - . ; A n navn ~ ~ - Q c , - Q P c I - ~ T I A0 1 1
L L L g V L L U , L U L U U L L L J L J L U L J U p L W i L L U L U U , Y L L U L I I I I I U J L U I C L L I U U 3U
participación con la utilización de vecinos de La Palma y efec-tuando
la operación desde Lisboa. La conexión financiera de
Canarias, en este caso de La Palma, con los grandes merca-dos
internacionales se efectúa a través de Lisboa y Sevilla,
como ya planteábamos en un trabajo anterior 93, y que a me-dida
que avanzamos en nuestras investigaciones no hace más
que corroborarse.
La letra de cambio era asimismo un instrumento habitual
en este tipo de operaciones y de la misma manera que en el
caso anterior los libradores, dadores y tomadores suelen tener
ascendencia portuguesa 94. La participación de los vecinos
palmeros en la utilización de las letras de cambio también
resulta frecuente.
En el caso que vamos a relatar, los dadores eran portugue-ses,
el tomador también' pero los acreedores eran palmeros:
92 AHILP, Juan de Sotomayor, caja 2, s. f. Los palmeros implicados son
don Pedro de Sotomayor Topete y don Ventura de Frías Salazar, el capitán
Diego de Guisla, regidor, y don Bartolomé Pinto.
93 TORRES SAN TAN^, E., «Sevilla, motor financiero del comercio.. . »,
art. cit., pp. 463 y SS.
94 AHILP, Cristóbal de Alarcón, caja 5, s. f. El capitán Antonio
Fernández Landín es el librador; el dador, Francisco de Brito, de Lisboa, y
el tomador, Antonio de Estévez, también lisboeta. La operación que genera
la emisión de la letra de cambio es para viajar a los Ríos de Guinea.
Núm. 43 (1997) 457
38 IMANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
el maestre de Campo Pedro de Solórzano y Topete y don Ven-tura
de Frías y Salazar, caballero de la Orden de Calatrava. La
operación era para llevar a los puertos de Angola cantidad de
pipas de vino 95. Además de los cambios y recambios que su-frían
las letras, este comercio a gran escala, en el que partici-paban
individuos de varias naciones, implicaba asimismo la
utilización de moneda extranjera y todo lo que ello suponía 96.
El riesgo era la fórmula utilizada para asegurar el traslado
de la mercancía; no es muy frecuente, pues sólo lo hemos
detectado en dos ocasiones. Es sabido que la generalización
de este instrumento de seguro se producirá en Canarias más
tardíamente 97. NOS aparece vinculado en las dos ocasiones en
que se registra con el traslado de esclavos a Indias, después
de haber efectuado la descarga de las mercancías palmeras en
higola. En el primero de los casos, la embarcación se dirigirá
a Nueva España9$ y en el segundo de los casos se adopta el
nombre genérico de Indias.
Una operación que no es estrictamente mercantil, pero sin
la cual no era posible la realización de la actividad mercantil,
al menos en lo que a las Islas Canarias se refiere, dada su
condición archipielágica, es el fletamento. Por medio de este
contrato, cargador y dueño o maestre de navío establecen un
acuerdo para transportar las mercancías y establecer las con-diciones
de pago por las mismas 99.
95 AHILP, Juan de Sotomayor, caja 1, s. f. El navío en el cual iba el
vino era el «Nuestra Señora del Buen Viaje),.
96 AHILP, simón de Echaide, caja 5, s. f. El capitán Gabriel del Valle
fleta un navío para ir a Angola primero y de allí a las Indias. El flete será
de 6.000 reis y de 500 reis la avena.
9: m~ U- -K-KpE- SS AN-~ANE.A, «, El riesgo en el comercio canario-americano»,
El Derecho y el Mar en la España Moderna, Granada, 1995, p. 83.
98 AHILP, Simón de Echaide, caja 2, s. f. El riesgo lo corre Cornelius
Ruyter hasta llegados a Veracruz pasadas 24 horas y pagará en 40 días.
Andrés de Chaves, caja 2, s. f. Sebastián de Olivera y Juan de Argumedo
de Lisboa corren el riesgo hasta llegar a Indias.
w " z ~ ~ spiiI,ió i, de ~ ~ f ~ c~ajai 5&, s., f. D~ iiuevo el capitáii ~ ~ b ~ = i ~ l
del Valle manifiesta haber llegado a un acuerdo con el maestre de la ((Con-cepción)),
Gómez Prieto, para transportar unas mercancías a Angola, y des-de
allí con negros irán a Cartagena de Indias.
458 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL FRICA NEGRA. 1600-1640 39
El hecho de que La Palma en este comercio triangular fue-se
un puerto de escala y no el principal lugar desde donde
partían las mercancías da lugar a que no hayamos encontra-do
demasiados contratos de este tipo.
El empleo de las diferentes fórmulas para realizar opera-ciones
mercantiles es el que va a permitir la articulación del
comercio entre La Palma y los mercados negreros del África
Occidental.
Una serie de requisitos son necesarios para poder efectuar
la actividad mercantil, además de los ya reseñados: navíos,
capitales, etc., la actividad humana resulta imprescindible. La
burguesía mercantil isleña se ha estudiado para otras islas del
archipiélago, en particular para Gran Canaria 'O0; sin embargo,
pell&enie, pi-irliei-o esi-ü&o pui-merloi-izado
islas y luego un análisis regional.
La Palma es un objetivo a corto plazo, y este trabajo es una
aproximación al tema, puesto que está en nuestra línea de
investigación avanzar en ese sentido.
Desde el mismo momento en que se ponía en marcha la
actividad mercantil, cuando se contratan los navíos para trans-portar
las mercancías, intervenía el elemento humano, no sólo
como contratadores, sino como conductores de las embarca-ciones.
En los cuadros 1 y VI1 hemos efectuado una relación
de personajes que ocupan los cargos de capitanes, maestres y
dueños de las embarcaciones, y hemos podido observar asi-mismo
cómo se produce una alternancia entre individuos de
origen portugués, cuando son extranjeros, aunque no hay que
olvidar que en el período que analizamos Portugal está bajo
la Corona c.ac'ellanai y 10- p 4 m - r ~0~ r &&nter pn L.a Pa1-
ma lo'. Individuos como Diego Brito, palmero, se repetirá con-tinuamente
y no sólo como capitán de navío, sino también
'O0 TORRESS ANTANEA.,, La buvguesía mevcantil de las Canarias onen-tales,
1600-1 625, Las Palmas, 1992.
Ko vamos a reseñar a partir de ahora ia cita documentai donde se
encuentra cada uno de los individuos que vamos a tratar, pues se haría
enormemente prolijo, dándose además la circunstancia que está continua-mente
referenciada en las citas que hemos ido desarrollando en el texto,
pues se repiten continuamente.
Núm. 43 (1997) 459
40 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
como cargador, o el portugués Gaspar Carnero, que va tam-bién
como maestre y apoderado de otros portugueses en va-riados
negocios. Gómez Prieto será otro de los capitanes por-tugueses
que sobresalga en el intercambio con Angola.
Los personajes palmeros que destacan continuamente como
armadores de expediciones mercantiles, tanto con destino a los
puertos del África Negra como con extensión posterior a Amé-rica,
se repiten asimismo continuamente. Además de los her-manos
Diego de Brito y Lugo y Francisco de Lugo y Brito, que
son dueños de embarcaciones pero también activos comercian-tes,
nos aparece continuamente la figura del coronel Gabriel
del Valle, alférez general, regidor y alguacil mayor de la In-quisición,
al cual hemos aludido reiteradamente en este tra-bajo.
Es uno de los personajes más activos del comercio insu-lar,
como cargador y como cohesionado y posible factor de
mercaderes portugueses y sevillanos. Las conexiones son múl-tiples
e importantes.
Otros personajes singulares en el comercio palmero son el
maestre de Campo Pedro de Solórzano y Topete y don Ventu-ra
de Frias Salazar, caballero profeso de la Orden de Calatrava,
que se implican continuamente en el negocio de la trata.
Todos estos individuos figuran involucrados de manera
continua en las actividades mercantiles; sin embargo, no se
denominarán nunca mercaderes, a pesar de que su actividad
sobrepase con mucho la de un profesional de los intercambios.
Sin embargo, Mateos González, regidor y alguacil mayor de
La Palma, con el sobrenombre de ((Manos de Oro», posible-mente
porque todo lo que tocaba lo convertía en ese metal
precioso, participa de la doble condición de regidor y merca-der.
Es de los más importantes de la isla palmera con imbri-caciones
en todos los mercados: europeos, africanos y ameri-canos.
Su trayectoria vital y profesional resulta tan atrayente
que podría ser el protagonista de una novela. El capitán Díaz
Pimienta es también un mercader notable.
En cuanto a la nómina de los portugueses, además de los
ya mencionados como capitanes y maestres, cabe destacar a
los que mueven los hilos de los capitales desde Lisboa: los
460 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL ÁFRICA NEGRA. 1600-1640 41
hermanos Francisco Méndez de Brito y Diego, que continua-mente
invierten su dinero en negocios africanos que pasan por
La Palma, o al capitán Francisco Gómez Sardina.
Lusitanos también son los individuos que se significan en
África Negra, tal es el caso de Juan Soero Caballero, hidalgo
de Su Majestad y contador mayor de Cabo Verde y Ríos de
Guinea, o de Manuel Pinto de Olivera, escribano de la facto-ría
de Río Caylo, y el capitán Diego Taborda Listón, vecino
asimismo de los Ríos; todos ellos aparecen implicados en ne-gocios
con La Palma.
Los mercaderes de otro origen, sea flamenco como Gaspar
Jacques, Luis de Bien y Luis Timón, o franceses como Jacques
de Briel, también tienen cabida en el intercambio palmero con
África Negra, si bien en la mayoría de los casos operan desde
la propia Lisboa y utilizan factores en la isla, sobre todo cuan-do
el negocio tiene trascendencia americana.
Los sevillanos tampoco son ajenos a la actividad mercantil
palmera, caso de Rui Pérez y Antonio de Villapando, merca-deres
muy conectados con los créditos para el comercio de las
Islas Canarias.
Otros vecinos de Canarias, en particular de Gran Canaria
y Tenerife, tienen cabida también en los negocios palmeros,
fundamentalmente cuando la isla no está capacitada para pro-veer
las demandas de «productos de la tierra)) de los merca-deres
y navíos que la frecuentan. El capitán tinerfeño Luis
Lorenzo es sin duda el personaje más singularizado.
A medida que avanzamos en nuestra investigación compro-bamos
cómo La Palma cumple con amplitud todos los requi-sitos
necesarios para ejercer una floreciente actividad mercan-tii:
infraestructura, medios materiales, capitales y finalmente
un personal cualificado insular o foráneo que se encarga de
canalizar todos los recursos necesarios.
En la actividad mercantil, además de las cuestiones rese-ñadas,
la navegación y el transporte traían consigo una serie
Núm. 43 (1997) 46 1
42 MANUEL LOBO CABRERA Y ELISA TORRES SANTANA
de circunstancias tangenciales que aunque no sean propiamen-te
mercantiles, sí merecen ser mencionadas, puesto que forma-ban
parte de ese mundo.
En primer lugar destacamos la preparación de la empresa
que llevaba consigo conseguir la embarcación y dotarla de
todos los elementos necesarios para que se pudiese realizar.
Esta operación podía durar varios meses, como le sucede al
«Nuestra Señora de la Cabeza», que empieza a armarse en
agosto de 1607, con el contrato entre Diego González, ciruja-no
y barbero, y Diego de Brito y Lugo, capitán y maestre 'O2,
que prepara una expedición para Angola y luego para Nueva
España. Éste se obliga a ir como tal en la embarcación, sir-viendo
como cirujano a todos los marineros hasta Angola. Allí
atenderá a toda la gente de mar, esclavos, oficiales, y se en-cargará
de comprobar que todas las «piezas» que entrasen en
el navío fueren lavadas y las que estuviesen enfermas aparta-das,
sangrarlas y curarlas, jaropando y purgando como sea
conveniente. Se encargará de esta tarea hasta cuarenta días
después de llegados a San Juan de Ulúa y si luego allí el capi-tán
Diego de Brito y Lugo decide ir a la ciudad de Méjico, irá,
dándole caballo y costas, sin pagarle nada más de lo concer-tado.
A cambio se le pagará una soldada de marinero al día más
diez ducados; no se le cobrará flete, y se le dará la costa de la
comida desde que embarcaran hasta llegar. Se le otorgará asi-mismo
el tratamiento de los oficiales y se le entregará un es-clavo,
libre de pipa y caldera, o sea, que debe mantenerlo por
su cuenta.
Las precauciones que se tomaban para cuidar la carga de
esciavos no eran gratuitas, puesto que la rrior-tandad en el tras-lado
podía ser elevada; además, el engaño formaba parte tam-bién
de la actividad mercantil. Es lo que le pasa a Sebastián
Rodríguez Acosta, que compró veinte esclavos, los cuales des-
'O2 AHILP, Pedro de Lugo, caja 1, s. f. Si, por el contrario, el ciruja-no
no cumple sus funciones adecuadamente, se podrá contratar a otra
persona para que haga el oficio y se le pueda ejecutar si no cumple su
parte.
462 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 43
pués de embarcados para Brasil les salieron unos bultos y se
murieron doce 'O3.
De la misma embarcación tenemos el contrato de marine-ría
de Juan Antonio Mauro, que por ejercer su oficio percibi-rá
120 ducados de plata castellanos en la Nueva España 'O4, y
del contramaestre Vicente Rivero, avecindado en la isla palme-ra
'O5. Éste percibirá un salario más elevado, 250 ducados,
veinte días después de llegar a San Juan de Ulúa.
Otros riesgos corrían los expedicionarios, el primero y más
cierto era el de naufragio, que podía producirse por un acci-dente
fortuito, o por desconocimiento del litoral, lo cual pro-ducía
un choque de nefastas consecuencias. Es lo que parece
sucederle a la nao de Gaspar de Vendeval y Cervellón, ~Nues-tra
Señora de los Remedios)), que chocó con los cayos en In-dias
'"6; O ia presencia de un temporal, que además de hacer
peligrar la embarcación, y por lo tanto la expedición mercan-til,
alteraba el transcurso de la derrota, obligándoles a refu-giarse
en el puerto más cercano 'O7.
La muerte, por tanto, estaba siempre presente entre los
que se aventuraban en empresas de esta tipología, y esto le
podía suceder en tierra firme a los insulares que se habían
trasladado al continente africano, por lo que es frecuente
encontrar a sus esposas y herederos tratando de solucionar
los asuntos pendientes los, como en el transcurso de la derro-ta;
así le sucedió a Rodrigo Díaz Madera, tripulante de la
nao <<SanB ias», que falleció en el mar de viaje para la Gui-
'O3 AHILP, Tomás González, caja 13, ff. 389r-391v. Se los compró a
Gaspar Álvarez y se sintió engañado por él.
'O4 AHILP, Pedro de Lugo, caja 1, s. f. Se le dará de comer y beber
todo el tiempo que dure el viaje.
los AHILP, Pedro de Lugo, caja 1, s. f. El maestre de la nao es Francis-co
de Brito y Lugo, hermano del capitán.
'O6 AHILP, Pedro Hernández, caja 15, s. f. Apodera a dos palmeros para
que puedan cobrar lo procedido de las mercancías que llevaba.
AHILP, Juan Sánchez, caja 1, s. f. El capitán Sebastián Guerra, de
la isla de La Española, llegó a La Palma huyendo de un temporal.
'O8 AHILP, Simón de Echaide, caja 5, s. f. Es el caso de Beatriz
Rodríguez de Acosta, viuda del capitán Francisco Díaz Pimienta.
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nea 'O9. Da la impresión de que dicho fallecimiento se produ-ce
por muerte natural, que no es el caso del pleito entre
Miguel Pérez y Amaro Fariña por un negro que pertenecía al
primero y que se ahogó en el viaje a los Ríos de Guinea "O.
A la vista del análisis realizado de la documentación de los
protocolos notariales de Santa Cruz de La Palma, se comprue-ba
cómo la isla de La Palma y en particular Santa Cruz, como
capital y puerto principal, se convierte en un punto clave para
todo tipo de negocios. Entre éstos destaca el que tiene que ver
con los tratos que desde el siglo XVI se mantiene con las pose-siones
iusitanac en el AiTica Negra.
El incremento de las actividades que La Palma mantiene
con dicha zona tiene su razón de ser en la importancia cre-ciente
de la trata. Cuatro puntos o zonas son las que van a
mantener esos lazos comerciales, unos insulares: Cabo Verde
y Santo Tomé, y dos continentales: Ríos de Guinea y Angola,
que acaban por desbancar en el rol de la trata a aquéllos. No
obstante, la mayor atención se va a establecer sobre Angola,
en especial en lo que respecta al comercio triangular y es-clavista
con las Indias, donde La Palma se va a convertir en
una pieza vital en todo el engranaje, tanto como escala técni-ca
como lugar de créditos, de negocios y en especial como
plaza donde se obtienen las preciadas mercancías: vino y de-rivados,
además de brea y otros géneros, para intercambiar en
África.
Sir! Pmh2ran nn t d n nen'ncln g ~ z ade ]a mi cm2 impr- a-, "- '--- Y""--
tancia, pues los negocios y las actividades mercantiles se con-centran
en dos décadas que abarcan desde aproximadamente
1610 a 1629. En estos años se opera el mayor tráfico, la ma-
'O9 AHILP, Gaspar Simón, caja 7, s. f. Efectuó testamento y nombró
albacea a Lázaro Hernández, capitán dei navío, y a Nnión de Espinosa, re-gidor.
"O AHILP, Tomás González, caja 5, s. f. Se acuerda que Amaro le en-tregue
un negro de cinco palmos del Río de Cacheo.
LA PALMA Y LOS MERCADOS DEL AFRICA NEGRA. 1600-1640 45
yor venta y la atracción de los actores del comercio. Éste se
realiza con un abanico de mercancías demandadas en el con-tinente
africano donde sobresale como líder indiscutible el
vino, a pesar de tener una oscilación importante en los pre-cios
a causa de la demanda tanto para Europa como América
y África. A cambio, un solo artículo acapara la atención de los
negociantes: los esclavos, demandados en Canarias y otras is-las
atlánticas y en especial en las Indias, tanto castellanas
como portuguesas.
La importancia de este tráfico no sólo se mide por el rit-mo
de entradas y salidas de embarcaciones, sino sobre todo
por el tipo de operaciones que se llevan a cabo, que en el fon-do
son las habituales que se realizan en otros puertos .y mer- cados, y por la participació~d e gentes de variada condiau.,n y
origen, en especial los españoles y portugueses, que hacen
presa en el comercio luso-canario y por otros extranjeros que
se sienten atraídos por los altos beneficios de dicho comercio.
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