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S O C I O L O G Í A 531 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 68 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS P O R ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA RESUMEN En los últimos años, el estudio de la pobreza con metodología cuanti-tativa para abarcar al conjunto de los ciudadanos de una sociedad concre-ta, se ha ido extendiendo en los países desarrollados. El artículo se inicia con una breve explicación del instrumento de medida utilizado para obte-ner el tamaño y las características de la pobreza. La medición relativa de los ingresos permite construir una tasa de pobreza que facilita la compara-ción entre sociedades o territorios. Desde 1994 la Unión Europea viene aplicando esta metodología en su estadística del Panel de Hogares de la Unión Europea. Con la misma metodología se realizó la Estadística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001, estadística oficial de donde extraemos las caracterizaciones aquí descritas. Para abordar el estu-dio de los más desfavorecidos en Canarias, el artículo se centra en las va-riables más significativas: la edad, las formas familiares, las características de los cabezas de familia pobres, y la escolaridad y el empleo de los más jóvenes. Palabras clave: Sociología, pobreza, tasa de pobreza, desigualdad social, composición familiar, precariedad laboral. ABSTRACT Recently, the study of poverty with quantitative methodology to include the whole of the citizens of a concrete society, has been spreading in developed countries. It begins with a brief explanation of the measurement used to obtain the size and characteristics of poverty. The relative measure-ment of the incomes allows to construct a rate of poverty which facilitates the comparison among societies or territories. From 1994 the European Union is applying this methodology in its statistics of the Panel of Houses in the European Union. With the same methodology there was realized the Statistics of Social Conditions of the Canary Population 2001, official 532 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 2 statistics from we extract the characterizations, we have previously written. To understand get into the most disadvantaged population in the Canary Islands, the article pays attention on the most significant items: age, family forms, poor heads of family, and the education and employment of the youngest. Key words: Sociology, poverty, rate of poverty, social inequality, family composition, labour precariousness. INTRODUCCIÓN La pobreza es uno de esos objetos de conocimiento —típica-mente sociológicos— de naturaleza multidimensional y de alcan-ce amplio. La violencia, la clase social, el Estado, la familia, son otros tantos objetos complejos y de alcance largo. La naturale-za multidimensional de la pobreza deviene de la evidencia de que no sólo el factor económico (medido en ingresos, consumo o bienestar material) la explica; determinados estudios en los países subdesarrollados indican que «el crecimiento económico, con o sin aumento del empleo, no conduce necesariamente a mejoras en el bienestar de los pobres (...) la idea de bienestar humano va más allá del bienestar económico. El razonamiento consiste en que la idea de bienestar humano se relaciona con los problemas de calidad de vida, que nacen de una diversidad de factores como el consumo, las capacidades y la participación social»1. En cierto sentido, esta reflexión se ve avalada por la tendencia alcista del número de pobres en las sociedades desa-rrolladas y de crecimiento económico2. Ahora bien, si tenemos que introducir una generalización para entendernos en esta materia compleja, la idea más adecuada y obvia es que la ra- 1 UDAYA WAGLE, «Volver a pensar la pobreza: Definiciones y mediciones», Revista internacional de ciencias sociales, 2002, núm. 171, pp. 210-225. 2 Entre 2003 y 2004, y en un contexto de crecimiento económico y de los ingresos, el número de pobres en Estados Unidos de Norteamérica au-mentó en 1.136.000 personas, por lo que el país más rico del mundo dis-pone de 37 millones de pobres, en ese último año. CARMEN DENAVAS-WALT, BERNADETTE D. PROCTOR and CHERYL HILL LEE, U.S., Income, Poverty, and Health Insurance Coverage in the United States: 2004, Census Bureau, Current Population Reports, U.S. Government Printing Office, Washington DC, 2005, pp. 60-229. 533 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 3 zón primera de la pobreza reside en la falta de recursos econó-micos. Por otro lado, el amplio alcance de ese objeto de estudio llamado pobreza se visualiza en el hecho de que la podemos observar tanto en los rasgos superficiales de un ciudadano que camina por la calle, como en el interior de un hogar cualquiera de bajos recursos, o en una manzana formada por edificios marcados por las subvenciones públicas, o en un barrio segre-gado, o en una región geográfica, en uno o en varios países, o, finalmente la podemos observar en perspectiva planetaria. La pobreza siempre nos ha acompañado. Al menos desde que aparecieron la propiedad y el Estado, y sellaron su matrimonio de conveniencia mutua. Al igual que durante todo este tiempo ha habido sociedades, modos de producción económicos, siste-mas políticos y valores culturales distintos y diversos, así tam-bién las formas de pobreza han variado en el tiempo histórico. De tal manera que cada sociedad y su correspondiente ciclo histórico tiene su propia concepción y percepción de la pobreza. En nuestra época, y en nuestra sociedad capitalista desarrolla-da y democrática, existe un consenso relativo a la concepción de la pobreza. Ese consenso lo marca un límite de ingresos monetarios (quien está por debajo lo clasificamos como pobre), porque se acuerda que en este sistema social los ingresos mo-netarios son el recurso universal para la supervivencia y el de-sarrollo personal. En los últimos doscientos años, los humanos vienen tratan-do de imponerse los ideales de libertad y progreso, constitutivos de los desarrollos individual y social. Y sin embargo, la pobreza persiste como una lacra que acompaña a nuestro devenir. De hecho, si tuviéramos que destacar un aspecto estructural de esta época, ese sería la desigualdad social, en todas sus expresiones. Aún así, la mayoría de las personas creemos que el bienestar material es un derecho básico e irrenunciable de los ciudada-nos. Esta creencia es una idea-fuerza que ayuda a avanzar en la consecución del desarrollo humano, y no sólo en nuestro entorno local, sino en el conjunto del planeta. En este artículo trataremos en primer lugar los avances en la investigación de la pobreza, el interés de los Estados europeos por estudiarla con el fin de reducir su presencia en la sociedad, 534 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 4 y presentamos la fuente de investigación sobre la que nos aproxi-mamos al fenómeno en Canarias. En segundo lugar hacemos una descripción resumida de la pobreza en Europa y España. El núcleo del artículo es la pobreza en Canarias, para ello nos centramos en la edad, en las formas familiares, en las caracte-rísticas de los cabezas de familia pobres, y en la escolaridad y el empleo de los más jóvenes. En un siguiente apartado, y antes de las conclusiones, se introducen las tendencias recientes de la pobreza en Canarias, resaltando los indicadores que mejor pue-den ayudarnos a reconocer su previsión. 1. INVESTIGAR LA POBREZA En los países ricos hemos venido tratando la pobreza como un accidente —siempre evitable—, del sistema económico capi-talista. Algo así como un dato marginal dentro del conjunto de-finitorio de parámetros socioeconómicos de la sociedad. Fuera de las estadísticas macroeconómicas, del coeficiente de Gini o de los ratios de distribución de los ingresos por los deciles bajos de la población, no quedaba ningún conocimiento que ayudara a comprender, y consecuentemente, a intervenir sobre la pobreza3. Ocurre que estos indicadores macroeconómicos tienen utilidad para comparaciones internacionales del nivel de desigualdad económica y pobreza entre los países, pero no dan cuenta de las características de la población desfavorecida, de sus condiciones de vida, de sus capacidades y sus limitaciones. Es decir, estos indicadores no hablan de las personas, sino de proporciones agregadas más bien etéreas, y por tanto, resultan inútiles para programar políticas públicas destinadas a reducir la pobreza. Para superar esta deficiencia se han creado diferentes instru-mentos de medida, y en el orden de medidas basadas en el bien- 3 Como anécdota curiosa, pero no por ello menos significativo, puede apuntarse la frecuencia de artículos científicos sobre la pobreza en las prin-cipales revistas sociológicas especializadas de EE.UU.: en The American Journal of Sociology, sólo 11 artículos entre los años 1895 y 2000; en American Sociological Review, 20 artículos entre 1936 y 2002; y en Annual Review of Sociology, 5 artículos entre 1975 y 1999. 535 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 5 estar económico sin duda prevalecen las mediciones relativas de ingresos. Estas tienen en Galbraith (1958) un referente ideoló-gico primigenio4. El enfoque de ingresos relativos considera que una persona es pobre cuando carece de cierto nivel de ingreso; nivel o línea que se establece generalmente por debajo de los ingresos medios (media aritmética) o medianos (mediana esta-dística), en una determinada sociedad. Este enfoque tiene la doble ventaja de que, por un lado, se adapta a los cambios en el tiempo de las condiciones de vida de una sociedad, porque las líneas de pobreza cambian de forma correspondiente; y por otro lado, tiene la ventaja de la comparación homogénea entre dis-tintas sociedades. En esta dirección, la Unión Europea inició una estadística oficial en 1994 destinada al conocimiento de las condiciones sociales de vida en cada uno de los países miembro, con la mis-ma metodología y con finalidad comparativa (Panel de Hogares de la Unión Europea, PHUE). Más tarde, en el Consejo Euro-peo de Niza de diciembre de 2000, los jefes de Estado y de go-bierno reafirmaron su decisión de que la lucha contra la pobre-za y la exclusión social podría mejorarse por medio del método abierto de coordinación (definición común de objetivos, desarro-llo de planes nacionales de acción apropiados, e informe y se-guimiento de los progresos realizados). Este método ha condu-cido al estudio de cuatro dimensiones básicas para la inclusión social (pobreza económica, empleo, salud y educación), y la con-secuente construcción de indicadores estadísticos que permitan medir esas dimensiones en cada uno de los Estados miembro. 1.1. La pertinencia de la fuente de investigación Las caracterizaciones y explicaciones de la pobreza en Cana-rias que vertemos en este trabajo proceden del análisis de los 4 Según Galbraith (1958:23): «las personas caen en la pobreza cuando sus ingresos, aunque sean adecuados para sobrevivir, quedan muy por de-bajo de los ingresos de la comunidad. En ese caso, no pueden disponer de lo que el conjunto de la comunidad considera lo mínimo necesario para la dignidad. Y no pueden escapar del todo a esa condición, por lo cual el jui-cio del resto de la comunidad es que son indignos». 536 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 6 datos de la Estadística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001 (ECSPC-01). Esta amplia operación estadística, de carácter oficial, recoge los datos de una muestra de 9.758 ho-gares y 31.193 residentes en las Islas Canarias5. La ECSPC-01 se diseñó atendiendo al Panel de Hogares de la Unión Europea, que es una investigación en forma de panel representativo de los hogares y los individuos, y cuyo objeto de estudio recoge: ingresos monetarios, salud, educación, vivienda, y característi-cas demográficas y del empleo de la población europea6. La pertinencia de la fuente de investigación utilizada deviene no sólo de la amplitud y representatividad de la muestra, sino también de la aplicación del mismo procedimiento de cálculo del índice de pobreza establecido por la Unión Europea y su oficina de estadística «Eurostat». Con ello se permite armonizar los datos de los distintos países miembros, para así comparar de forma adecuada las distintas situaciones sociales. El llamado «at-risk- of-poverty rate»7 (tasa de riesgo de pobreza) es la proporción de personas con un ingreso equivalente disponible por debajo del 60% del ingreso equivalente mediano nacional8. Por su lado, el ingreso equivalente es la cantidad de ingreso monetario que le 5 El PHUE realizado en España no tiene representatividad estadística a nivel de Comunidad Autónoma, ya que tan sólo 200 hogares de cada una de ellas entran en la muestra. Compárese estos 200 hogares con los 9.758 de la ECSPC-01. 6 El Panel de Hogares de la Unión Europea se ha realizado durante 8 ciclos anuales desde 1994 hasta 2001. A partir de 2004 se ha iniciado una nueva encuesta, denominada Encuesta de condiciones de vida. Por su lado, el Instituto Canario de Estadística ha iniciado en 2004 la Encuesta de In-gresos y Condiciones de vida de los Hogares Canarios 2004, cuya precursora fue la ECSPC-01. 7 Con el objetivo de atenuar las consecuencias y connotaciones políti-cas de un «índice de pobreza», se crea una denominación suavizada: «índi-ce de riesgo de pobreza». Esta matización semántica se hace sin argumen-tos que la justifique; se dice que «los ingresos por debajo del umbral no es condición necesaria ni suficiente de estar en situación de pobreza», pero no se dice cuál es la condición para definir a los pobres a secas. En EUROSTAT, «Poverty and social exclusión in the EU», Statistics in fo-cus, 16/2004. 8 En el caso de Canarias (ECSPC-2001) se utiliza el ingreso mediano correspondiente al archipiélago. 537 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 7 corresponde a cada miembro del hogar dividiendo los ingresos mensuales del hogar por el número de miembros adultos y menores que conviven en él. A partir del primer adulto, cuyo coeficiente de ponderación es 1, se otorga a cada adulto adicio-nal un coeficiente de 0,5 y a cada menor un coeficiente de 0,3. Por eso se denomina «ingreso equivalente», tratando de indicar su correspondencia con una unidad de consumo dentro del hogar, y no tanto una unidad de persona. Los datos de la Esta-dística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001 y del Panel de Hogares de la Unión Europea se calculan en base a esas definiciones. Una salvedad conviene introducir respecto a la fuente de investigación y a los objetivos de conocimiento que nos plantea-mos en este artículo. La fuente es una encuesta dirigida a la población general, y esta metodología de alcance social amplio y universal, tiene limitaciones para desvelar a los grupos socia-les ocultos o furtivos tales como: «sin techo», drogadictos, tra-bajadores pobres inestables, escolares absentistas9, etc. Paradóji-camente estos grupos sociales son los más visibles y, a veces, recurrentes en la observación y explicación de la pobreza de una determinada sociedad. Pero con una encuesta dirigida a la po-blación general no se detectan estos grupos que permanecen ocultos: los «sin techo» o los toxicómanos no están disponibles en las viviendas para ser entrevistados, por lo que la probabili-dad de entrar en la muestra es nula. Por tanto nuestro objeto de conocimiento se refiere más bien a la pobreza invisible: aque-llos hogares y personas que integrados en lo «socialmente co-rrecto » sobreviven en Canarias con menos de 358 i persona/mes (línea oficial de pobreza en 2001). 9 Estas subpoblaciones específicas requieren una metodología formula-da en un plano local y adaptada al estudio de grupos y comportamientos sociales determinados. Requieren medios de reunión de datos que sean selectivos e intensivos, y un acercamiento estrecho a la población específi-ca que se estudia. Para un mejor desarrollo de estas cuestiones: KART M. VAN METER, «Metodología sociológica», Revista internacional de ciencias sociales, 1994, núm. 139, pp. 25-36. 538 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 8 2. LA POBREZA EN EUROPA Y ESPAÑA El número de pobres en la Europa de los quince se redujo entre 1995 y 2000. En España, el número de pobres aumentó, aunque observando los datos 1995-2001, puede evaluarse el pe-riodo como de evolución estable. No obstante, para hacer una evaluación completa del fenómeno de la pobreza debe conside-rarse el escenario de crecimiento económico, especialmente el que vivió España durante ese periodo. Quiere esto decir que en nuestro país, al igual que en otros países desarrollados, el creci-miento económico no elimina la pobreza. Aquí más que en otros países la pobreza aumenta en un escenario de crecimiento económico porque este tuvo su arranque en reconversiones industriales, tecnificación intensiva y terciarización acelerada, procesos que provocan un coste social materializado en segmen-taciones y exclusiones de variado tipo. España es uno de los 5 países con mayor tasa de pobreza de la Unión Europea (UE-15). Respecto a los países del norte y centro, los de menor incidencia de pobreza, mantiene una dis- NÚMERO DE POBRES EN EUROPA Y ESPAÑA, 1996-2000 Fuente: EUROSTAT e INE. 539 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 9 tancia de 8 puntos porcentuales por encima. Una nota a tener en cuenta es que en aquellos países europeos de mayor tasa de pobreza, la proporción de menores bajo esta condición es significativamente alta (en torno al 25%), mientras que hay países como Dinamarca (5%) y Finlandia (6%) donde los meno-res no representan un peso importante. Sin duda, aquí las polí-ticas de protección del menor tienen un resultado manifiesto, especialmente si consideramos que en concreto en esos países nórdicos, la tasa de población menor (menos de 15 años) es superior a la de España, por ejemplo. TASAS DE POBREZA MEDIA EN LA UNIÓN EUROPEA DURANTE EL PERÍODO 1998-2001 Unión Europea ........................................... 15,00 Portugal .......................................................... 20,75 Grecia.............................................................. 20,15 Irlanda ............................................................ 19,75 España ............................................................ 18,50 Reino Unido .................................................. 18,50 Italia ................................................................ 18,25 Francia ............................................................ 15,25 Bélgica ............................................................ 13,25 Luxemburgo ................................................... 12,25 Austria ............................................................. 12,25 Dinamarca ...................................................... 11,25 Alemania......................................................... 10,75 Holanda .......................................................... 10,50 Finlandia ........................................................ 10,50 Suecia ............................................................. 10,00 Fuente: INE, Pobreza y pobreza persistente en España. 1994-2001. En general, la pobreza afecta con mayor probabilidad a las mujeres que a los hombres, aunque en el promedio de toda la UE-15 la diferencia entre género es de sólo 3 puntos porcentua-les (16% de pobreza para las mujeres, 13% para los hombres). En el caso de España, la diferencia por género se agranda es-pecialmente en las personas de 65 y más años, llegando hasta 5 puntos porcentuales. Por otro lado, en Europa, los hogares con mayor probabilidad de vivir en la pobreza corresponden a los 540 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 10 monoparentales10 (35%), pero hay países como Reino Unido (50%), Holanda (45%) o España (42%), donde la tasa de pobre-za de estos hogares es demasiado alta. Refiriéndonos ahora exclusivamente a España, los datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHUE) durante los años 1995-2000 reflejan una estabilidad de la población bajo el um-bral de la pobreza, en torno al 18,8%. En cifras absolutas de población para ese periodo: 7.545.720 personas por debajo del umbral. Cuantitativamente, el grupo más afectado por la pobre-za es el de los niños, porque atrapa al 25% de los españoles de 0 a 15 años. Y no hay señal de que este dato se modifique, por el contrario, el último año de la serie (2000) refleja el porcenta-je más alto de pobreza en los niños (25,5% de los españoles de 0 a 15 años). El siguiente grupo más afectado es el de los jóve-nes (16 a 29 años), aunque la proporción de jóvenes pobres se ha reducido, en los últimos años, considerablemente. Aún así, conviene subrayar que el 42% de todos los pobres de España tiene menos de 30 años. El hecho de que la pobreza afecte a una alta proporción de menores y jóvenes, junto a los datos de fracaso, absentismo y ausencia escolares, y por añadidura, el contexto de un mercado laboral restrictivo, en todo caso, cica-tero en salario y en otras condiciones laborales, todo ello sugie-re que la primera generación española del milenio va camino de un desamparo social preocupante. Las personas de 65 y más años representan otro colectivo cuyo nivel de pobreza se ha incrementado en España, afectando cada año a mayor número de personas: de 14,6% en 1997 se ha pasado al 22,2% en 2000. Las características de este grupo hu-mano, sujeto a enfermedades y discapacidades, esencialmente dependiente, distanciado de los avances culturales y tecnológicos propios de una sociedad mucho más innovadora de la que vivió su generación, y con riesgo de convivencia en soledad y de aban-dono familiar, lo convierten en un colectivo necesitado de acuciante intervención pública. Por añadidura, la tendencia del conjunto de la población hacia el envejecimiento, sin duda in-fluirá en un mayor empobrecimiento en el futuro inmediato. 10 Un solo adulto y al menos un hijo dependiente. 541 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 11 Correspondiendo a los compromisos europeos, España ha puesto en marcha dos planes de acción para la inclusión social (2001-03 y 2003-05)11. Si bien deben aplaudirse estos trabajos de planificación, especialmente por lo que significan de orientación de las políticas públicas para todos los niveles de la administra-ción y para el tercer sector, sin embargo pierden credibilidad y coherencia cuando de la lectura de sus diagnósticos y evalua-ciones se denota un alto grado de complacencia y una conside-rable falta de autocrítica. Pareciera que los planes se realizan no tanto para encauzar la resolución de los problemas sociales, cuanto para endulzar el papel de la clase política y la adminis-tración en la responsabilidad sobre estos temas. 3. LA POBREZA EN CANARIAS En el año 2001, la tasa de pobreza en Europa (EU15) era de 16%, en España de 18,8% y en Canarias de 18,6%. El desa-rrollo económico canario de los años noventa redujo considera-blemente la abultada tasa, que fue cifrada en 1995 en 27,1% de nuestra población12. Posteriormente, la evolución económica del archipiélago en relación a las otras regiones europeas y españo-las ha venido a situar a Canarias en el 89% de la renta media de la Unión Europea (UE-25)13. De tal manera que estos últi-mos datos de 2002 colocan a Canarias en términos de PIB per capita por encima de Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla- La Mancha, Asturias, Ceuta y Melilla, y Castilla y León. En todo caso, conviene recordar que el PIB per capita no es un indica-dor de desarrollo social, ya que no controla, o mejor, no dice nada de la distribución de la renta. 11 Puede conseguirse, tanto el plan vigente como la evaluación del an-terior, en la siguiente dirección web: http://www.mtas.es/SGAS/IncluSocial/ PlanNacional/IIiPNAin.pdf 12 EDIS, Las condiciones de vida de la población pobre en el archipiéla-go canario, Fundación FOESSA, Madrid, 1996. 13 Último dato de Producto Interior Bruto per capita (Paridades del Poder Adquisitivo) referido al año 2002. Puede verse en EUROSTAT, «Eurostat News Release», 2005, núm. 47/2005. 542 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 12 Lo cierto es que el 20,7% de los hogares de Canarias —cerca de 110.000— vive bajo el umbral de la pobreza, y estos hogares acogen a 320.807 personas (18,6% de la población total). Recor-demos que la línea de ingresos que marca la condición de pobre se sitúa en Canarias en 358 i persona/mes. La gran mayoría de estos pobres vive en municipios urbanos, sólo el 20% de ellos vive en áreas rurales, y en este caso, se trata de personas envejecidas, pensionistas y con un alto grado de analfabetismo. 3.1. Entre la juventud y la vejez La pobreza afecta en cifras absolutas a mayor número de niños y jóvenes que a ancianos. Entre otras cosas porque el peso de los más jóvenes es muy superior al de los mayores en el con-junto de la población canaria14. No obstante, tal y como vere-mos seguidamente, el envejecimiento es un factor propulsor de pobreza. Pero antes quizá convenga representar una imagen global de los pobres de Canarias. El gráfico siguiente demues-tra que la pobreza tiene una distribución más o menos simétri-ca en todas las fases del ciclo vital. 14 Al igual que en el conjunto de España, el 42% de todos los pobres de Canarias tiene menos de 30 años. NÚMERO DE POBRES SEGÚN GRUPOS DE EDAD. CANARIAS, 2001 543 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 13 Aún así, detectamos que la pobreza en Canarias está asocia-da a un hogar reducido: la mitad de los hogares pobres están ocupados por una o dos personas. Esto ocurre porque en la medida que aumenta el número de miembros en el hogar, el riesgo de pobreza disminuye. Porque a mayor número de perso-nas, mayor probabilidad de estar empleado y, por tanto, de ob-tener ingresos monetarios. De hecho, en el 67% de los hogares pobres de Canarias, no existe ninguna persona empleada, y sin embargo, en una proporción similar (61%) existe al menos un pensionista. Lo que nos lleva a pensar que la pobreza está muy relacionada con la vejez, la pérdida de los ingresos derivados de la vida activa, y el abandono del «nido familiar» por parte de los hijos. De ahí que en el 47% de los hogares pobres haya al menos un mayor de 64 años. Este conjunto de datos, a la mis-ma vez que informa de la vinculación de la pobreza con el en-vejecimiento, está indicando un alto grado de pobreza persisten-te (ser pobre durante un largo periodo de tiempo), por cuanto la mejora en los niveles de ingreso de estos hogares es práctica-mente imposible. CARACTERÍSTICAS DE LOS HOGARES POBRES. CANARIAS, 2001 No obstante, recordemos que la pobreza es un proceso diná-mico, con un grado relativo de transformación y muy depen- 544 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 14 diente por tanto de la coyuntura histórica. Quiere esto decir que si en 2001 el aspecto social más sobresaliente de la pobreza en Canarias fue su afectación sobre los mayores, en 2005 puede resultar que el proceso se cebe en la población joven y adulta, como consecuencia del aumento del desempleo, la reducción de los salarios, y en general, la mayor precariedad laboral15. En resumen, y a grandes rasgos, la pobreza afecta a niños y jóvenes de familias nucleares (y obviamente a sus progenitores o tutores), y a mayores que viven solos y/o en pareja, pero sin hijos. 3.2. Las formas familiares Un aspecto que conviene contemplar es la composición fa-miliar, ya que la pobreza es una condición social que trasciende al individuo y afecta íntegramente a su grupo familiar de con-vivencia. Hemos visto que las personas mayores obtienen una alta probabilidad de vivir en la pobreza. Los hogares solitarios y las parejas sin hijos están formados mayoritariamente por personas de edad avanzada, y por eso estas formas familiares muestran esa mayor probabilidad de vivir en la pobreza. Pero la desigual-dad social también se encarna en la forma familiar más común: pareja con hijos (40.800 hogares pobres, el 37% de todos los hogares pobres). Son familias de tamaño medio, donde destaca la escasez de la oportunidad del empleo: en el 46% de estos hogares hay al menos un parado, y por otro lado, en el 37% no hay ningún ocupado. Un aspecto relevante es que en las fami-lias nucleares, los hijos abandonan antes el nido de sus padres 15 Una muestra de que la pobreza bandea entre los grupos sociales se-gún el escenario socioeconómico es que en 1991 la pobreza en Canarias afectaba especialmente a la población joven. Efectivamente, si la edad media de los pobres de 1991 era 30,1 años, la de 2001 es 38,2 años. La expansión de la oferta de trabajo durante este decenio ha permitido salir de la pobreza a muchos jóvenes, cambiando el perfil de los desfavorecidos más bien hacia los viejos. Los datos de 1991 se disponen en EQUIPO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA, Las condiciones de vida de la población pobre en el archipiélago canario, Fundación FOESSA, Madrid, 1996. 545 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 15 en mayor proporción en los hogares pobres. En concreto, mien-tras en las familias pobres los hijos de más de 24 años repre-sentan el 15%, en las que no son pobres estos hijos ya crecidos representan el 26%, casi el doble. Lógicamente, la falta de re-cursos económicos es un factor de expulsión/abandono del ho-gar familiar. HOGARES POBRES SEGUN FORMA FAMILIAR. CANARIAS, 2001 (en porcentaje) Por último, la forma familiar de madre sola con hijos mues-tra también una probabilidad alta de vivir en la pobreza (14.388 hogares, el 13% de todos los hogares pobres). De estas madres, las que tienen entre 30 y 44 años son las más frecuentes (sepa-radas y solteras), mientras que en las edades avanzadas son las viudas quienes detentan la cabeza de familia en esta forma de convivencia. La mayoría de estas madres no trabaja, y percibe prestaciones sociales: una media de 316 euros netos al mes. Por su lado, las que tienen trabajo lo desempeñan en limpieza do-méstica o de empresas, recibiendo un salario promedio neto al mes de 411 euros. 546 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 16 3.3. Los cabezas de familia pobres Una forma de conocer la pobreza se logra analizando las características de la persona principal o cabeza de familia del hogar16. Este es un referente que ocupa una posición de domi-nación y desempeña un status protagonista en el seno del ho-gar. De ahí que sus características ayuden a explicar el origen de la pobreza. 16 Persona a la que reconocen dicha cualidad el resto de las personas que residen en la vivienda, o aquél que consideren el sustentador principal, es decir, aquel miembro del hogar que más aporta periódicamente (no de forma ocasional) al presupuesto del hogar, para sufragar los gastos comu-nes del mismo (Estadística de condiciones sociales. Resultados por islas. Canarias 2001, ISTAC, p. 7). Si observamos a las personas cabezas de familia de los ho-gares pobres, y extraemos su relación con la actividad económi-ca, el resultado es el de la tabla de arriba. Lo primero a desta-car es que en el 56% de estos hogares, la persona principal es un pensionista (61.846 hogares). Y de estos, un tercio vive en soledad, y dos tercios conviven con otras personas dependientes: en pareja sin hijos (30%), en pareja con hijos (18,4%) y madre sola con hijos (13,4%). Además, las mujeres cabezas de familia pobre que son pensionistas, representan un peso mayor que los hombres, lo que supone que el género aporta un plus de vulne-rabilidad ante la pobreza. La siguiente marca de los cabezas de familia es estar ocupa-dos: uno de cada cuatro lo están (26.901 personas). Se trata de ACTIVIDAD ECONÓMICA DE LOS CABEZAS DE FAMILIA POBRES 547 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 17 trabajadores de bajo salario que ocupan puestos de peones, con-ductores, y jornaleros de la agricultura, en todo caso puestos de muy baja cualificación. Especialmente destacan por su volumen los jóvenes (16 a 29 años) cabezas de familia pobre que ocupan puestos de peones. Si atendemos a los salarios por las distintas profesiones de estos trabajadores pobres, el resultado es el del gráfico siguiente. Se presentan los datos de las profesiones más frecuentes en estas personas, exactamente, el 93% de ellas. El salario medio más reducido lo obtienen quienes trabajan en ser-vicios personales17, con tan sólo 390,55 i al mes; en segundo lugar los jornaleros de la agricultura y la pesca (467,53 i); y en tercer lugar, los peones (541,07 i). Por añadidura, el 53% de estos trabajadores pobres que sostienen hogares, no tiene más estudios que los primarios, y sólo un tercio ha alcanzado la EGB o la ESO. Cuando preguntamos a estos trabajadores si están realizando algún curso de formación no reglada, de tipo ocupacional, tan sólo el 1,6% responde afirmativamente (de for-ma especial los trabajadores de protección y seguridad). Por tan- INGRESOS NETOS MEDIOS POR TRABAJO DE LOS CABEZAS DE FAMILIA POBRES (euros mensuales) 17 Recoge profesiones como auxiliares de enfermería, cuidado de perso-nas, peluqueros y asimilados, empleados de pompas fúnebres... 548 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 18 to, se concluye que la formación ocupacional debe tener una preferencia especial hacia los trabajadores de bajos salarios y de sectores productivos determinados, con la finalidad de facilitar la mejora de sus condiciones de vida y salvaguardarlos de la pobreza. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta en relación a los trabajadores pobres es su régimen de contratación. Si bien la temporalidad afecta a la mayoría de las categorías profesiona-les de la fuerza laboral canaria, lo cierto es que esta caracterís-tica se ceba en los peones y trabajadores no cualificados (50%), en los trabajadores de servicios de restauración (48%) y en los trabajadores de la construcción (45%). Es decir, el fantasma de la temporalidad orbita sobre una gran masa de asalariados. No obstante, cuando centramos la observación sobre los asalaria-dos cabezas de familia pobres, el factor de la eventualidad labo-ral se convierte en una variable sólida de la condición de pobre-za. Veámoslo. EVENTUALIDAD LABORAL EN LOS CABEZAS DE FAMILIA. CANARIAS, 2001 Determinadas categorías profesionales admiten asociar la pobreza a la contratación eventual. Los casos más evidentes son los oficios incluidos en la categoría de profesionales y técnicos de apoyo, servicios personales y personal administrativo. Por el 549 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 19 contrario, los trabajadores de la restauración y de la construc-ción soportan la eventualidad como un factor transversal (uni-versal), y por tanto, independiente de la condición de pobreza. En todo caso, la eventualidad contractual no es el único azote laboral de los trabajadores pobres. La propia ausencia de contrato afecta al 31% de los trabajadores pobres de servicios personales, y al 12% de los trabajadores pobres de la restau-ración. Otro gran grupo de los cabezas de familia pobres es el de los parados, que en cifras absolutas suman 14.352 personas en Canarias. Este problema se concentra especialmente en las eda-des maduras de los 45 a los 64 años, en el caso de los hombres, y en el de las mujeres en el grupo de edad de 30 a 44 años (am-bos intervalos de edad acogen al 90% de los parados cabezas de familia pobres). El 61% de estos parados reconoce estar buscan-do actualmente trabajo a tiempo completo o parcial. Quienes aún estando en esta situación, no buscan empleo lo razonan por incapacidad o enfermedad (21,5%), porque no quieren trabajar (12%), por dedicarse al hogar (9%), y por creer que no hay tra-bajo adecuado a sus características (7%). Una mayoría de estos parados (65%) lleva dos años sin tra-bajar, mientras que el resto supera ese periodo. Por tanto, un volumen considerable de estos parados pobres dispone aún de los hábitos laborales y las destrezas básicas para ejercer un empleo, aunque a partir de los dos años la pérdida de estos hábitos puede convertirse en una patología, especialmente en un mercado exigente, competitivo y basado en el conocimiento. Todos los parados pobres provienen en su mayoría de pequeñas empresas de la construcción, la hostelería y el comercio, y sus puestos de trabajo se situaban en posiciones de muy baja califi-cación (20% peones), o semi-cualificados (60% ex-trabajadores con alguna categoría profesional). En resumen, los cabezas de familia pobres son mayorita-riamente pensionistas (se incluye cualquier tipo de pensión); mientras que en una proporción de uno de cada cuatro, son trabajadores pobres. Por último están los parados (13%). Hasta ahora hemos explorado a las personas que lideran los hogares, en el siguiente apartado nos detenemos en todas las personas 550 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 20 de los hogares pobres. Nos centraremos en dos aspectos relevan-tes respecto a la reproducción de la pobreza: la escolaridad de los adolescentes (15-19 años) y el empleo juvenil (16-29 años). 3.4. La escolaridad y el empleo en los más jóvenes También en Canarias, siguiendo la pauta que veíamos en España, los niños representan el colectivo de edad más afecta-do por la pobreza. El 22,1% de los pobres tiene menos de 16 años, lo que hace que en el Archipiélago vivan en la pobreza 71.050 menores. Por lo general, estos niños pobres viven sobre estructuras familiares estándares: el 71% de ellos convive en un núcleo familiar formado por pareja de adultos e hijos18. De he-cho, en Canarias sólo hay una forma familiar que aumenta cla-ramente la probabilidad de pobreza: madre sola con hijos. Di-cho en términos precisos, los menores de 16 años que viven solo con sus madres, tienen un 43% de probabilidad de ser pobres. Los datos de la Estadística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001, que no olvidemos es una encuesta di-rigida a la población general, y por tanto incapaz de desvelar determinados colectivos ocultos (e ilegales), no registra menores des-escolarizados procedentes de hogares pobres. Lo que sí de-tecta es un retraso escolar considerable en los jóvenes pobres de 15 a 19 años, especialmente en los de 16 años, donde se alcan-za una diferencia o déficit de nivel educativo de 20 puntos por-centuales con personas no pobres de esa edad. Tal y como se observa en la tabla siguiente, mientras que el 65% de los jóve-nes de 16 años estudia educación secundaria II (BUP, COU, Bachillerato, FP I, FP Grado Medio, otras titulaciones de grado medio o enseñanzas especiales), sin embargo los pobres de esa edad lo hacen en un 45%. Si observamos las cohortes de edad siguientes, detectamos una mayor probabilidad de retraso esco-lar, inclusive en el nivel universitario. Pero, insistimos, la dife-rencia de escolaridad tiene como consecuencia el retraso, no así el abandono de los estudios. Una prueba para esta hipótesis es 18 El hecho de vivir bajo el paraguas de una «pareja de adultos» no im-plica estabilidad familiar, debido a que la pareja puede ser eventual, a tiem-po parcial o cualquier otra forma imaginable. 551 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 21 que en la población de 18 a 24 años (la que con mayor intensi-dad debiera estar estudiando titulaciones universitarias), las di-ferencias entre jóvenes pobres y no pobres que estudian diplo-maturas o licenciaturas no son excesivas. En concreto, y para los chicos de 18 años, la probabilidad de estudiar una titulación superior universitaria es 7 puntos porcentuales más baja en los jóvenes desfavorecidos, y 3 puntos por debajo en el caso de diplomaturas. Más bien estas cifras indican que en las familias de escasos recursos se hacen esfuerzos para enviar a los hijos a la universidad, y que ésta, como sistema público de enseñanza, es una institución abierta que posibilita el acceso a las personas más desfavorecidas económicamente. Si en el periodo formativo detectamos diferencias que ahon-darán en las desigualdades sociales, especialmente en las eda- COMPARACIÓN DE LOS ESTUDIOS EN CURSO SEGÚN INGRESOS 552 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 22 des críticas de 15 a 19 años, en el siguiente periodo de juventud (en rigor, de 16 a 29 años) la oportunidad del empleo tendrá una distribución asimétrica. El gráfico siguiente es suficientemente ilustrativo de las oportunidades de empleo en los jóvenes según su condición socioeconómica. DIFERENCIAS DE EMPLEO ENTRE JÓVENES (16 A 29 AÑOS) El desempleo tiene una probabilidad muy alta en los jóvenes pobres. Una cuestión, si se quiere retórica y tautológica es: ¿es-tán parados porque son pobres o son pobres porque están para-dos? Posiblemente las dos cosas a la vez, matizando que mien-tras los jóvenes pobres ejercen de parados, los otros jóvenes estudian y, por tanto, se preparan para una incorporación más prometedora en el mercado laboral. De hecho, si observamos la distribución del nivel de estudio completado por estos jóvenes, encontraremos una de las posibles causas explicativas. Uno de cada tres jóvenes de hogares pobres no ha superado los estu-dios primarios. Y ya en la educación de mayor nivel, las proba-bilidades se distancian indefectiblemente. La dimensión educati-va es determinante en la condición socioeconómica de los jóvenes. Por consiguiente, las políticas de intervención sobre la pobreza deberían contener en gran medida acciones formativas, tanto de especialización técnica como de hábitos sociales. En 553 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 23 realidad, son habilidades que deben aprenderse y estimularse integralmente junto a otras como la autoestima, la motivación y la asunción de responsabilidades. Y ello, en el marco de las políticas sociales de rentas básicas, de vivienda, de desempleo y formación. NIVEL DE ESTUDIO COMPLETADO DE LOS JÓVENES (16-29 AÑOS) SEGÚN SU RELACIÓN CON LA POBREZA. CANARIAS, 2001 Pero no sólo existen diferencias en la inserción laboral de los jóvenes por su condición social. Incluso en el oficio que desem-peñan (y por supuesto en el salario y otras condiciones labora-les) se observan trayectorias discriminantes. Especialmente so-bresale el dato de que el 36% de los jóvenes pobres ocupados trabaja como peón (aunque no menos relevante es el hecho de que el 20% de los jóvenes no pobres también desempeñe labo-res de peón des-cualificado). 554 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 24 En resumen, la situación de los jóvenes en relación a la es-colaridad y al empleo puede llevarnos a un escenario de conti-nuidad en las desigualdades sociales que se observan en Cana-rias. Aunque la escolaridad obligatoria se cumple en cifras generales, se observan retrasos escolares de los jóvenes pobres en las edades más críticas (14-16 años). En cuanto al empleo, si las dificultades son generales para toda la población y espe-cialmente para los jóvenes, entre otras cosas por la calidad del empleo ofertado, en el grupo de los jóvenes pobres el paro es una realidad cuya probabilidad es nueve veces mayor que en los otros jóvenes. Estos últimos dedican los recursos familiares dis-ponibles a un mayor periodo de formación, con la finalidad de alcanzar un empleo de calidad suficiente. 4. TENDENCIAS RECIENTES DE LA POBREZA EN CANARIAS Hasta ahora hemos utilizado los datos de la pobreza cana-ria referidos al año 2001. En septiembre de 2005 aún no han sido publicados los resultados de la Encuesta de Ingresos y Con-diciones de vida de los Hogares Canarios 2004, por lo que no estamos en condiciones de realizar un análisis comparativo de la situación de la pobreza en estos últimos años. Nos vemos obligados a evaluar el contexto socioeconómico de Canarias en el periodo 2001-2005, y de una forma indirecta hacer connota-ciones relativas a la evolución de la pobreza. En este periodo se han incorporado a la población de 16 y más años 169.600 personas. Desde nuestra perspectiva, lo más relevante de ellas es que 116.300 habrían logrado un empleo, y 38.200 personas quedaron desempleadas. La evolución fue como se muestra en el gráfico siguiente. Por tanto, la capacidad de generar empleo sigue siendo una característica positiva de la economía canaria. Aún así el mer-cado laboral mantiene un rechazo que afecta a 115.800 perso-nas en términos de paro declarado (EPA II Trimestre 2005), o 131.822 parados en términos de paro registrado (INEM 2/9/05)19. 19 http://www.gobiernodecanarias.org/empleoyasuntossociales/observatorio/ 555 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 25 En cualquier caso, el paro sigue afectando a los jóvenes (más del 50% tiene menos de 35 años) y en mayor grado a las muje-res que a los hombres. El paro, y su reverso, el empleo, son variables proporcionales a la pobreza. Los ingresos monetarios se obtienen primordialmente del trabajo, y la falta de trabajo, conduce a la escasez de ingreso y por tanto, a la pobreza. Lo decimos con la intención de advertir que en el año 2001 la tasa de paro en Canarias en el segundo trimestre estaba en 10,4%. Ahora, en el segundo trimestre de 2005 nos encontramos con una tasa de 12,3%, lo que muy probablemente se traduce en la presencia de una pobreza mayor que la de 2001. La evolución del paro debe preocuparnos, entre otras cosas, porque se vislumbra un nuevo ciclo de paro diferencial entre España y Canarias. Desde el año 2003, la diferencia de las ta-sas de paro aumenta, llegándose en el segundo trimestre de 2005 a la mayor distancia: 9,3% de paro España, 12,3% Ca-narias20. 20 EPA, 2º trimestre de 2005, INE. EVOLUCIÓN DE LOS ACTIVOS, OCUPADOS Y PARADOS. CANARIAS, 2001-05 (en miles) Fuente: EPA, INE. 556 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 26 La propia evolución positiva del empleo debe matizarse. El 45% del empleo creado entre 2001-0521 pertenece a las siguien-tes ramas de actividad: comercio, hostelería y construcción. En realidad, los empleos generados en Canarias por estas activida-des económicas se caracterizan por su decepcionante precarie-dad laboral (bajo salario, temporalidad, des-cualificación). Más aún, en este periodo no ha variado la amplia proporción de tra-bajadores no cualificados que contiene la estructura ocupacio-nal de Canarias (tanto en 2001 como en 2005, el 38% de la fuerza laboral son peones y trabajadores de la restauración, el comercio, los servicios personales y la seguridad). Una forma más de estimar la evolución de la pobreza tam-bién puede hacerse observando el comportamiento de los sa-larios medios. El gráfico siguiente es suficientemente indicativo de la inquietud que debiera embargarnos no sólo porque el salario medio canario viene representando en torno al 83% del salario medio español, sino porque el diferencial aumenta cada año. Fuente: Encuesta anual de coste laboral, INE. SUELDOS Y SALARIOS MEDIOS DE ESPAÑA Y CANARIAS. 2001-04 (euros año) 21 Los cálculos resultan de comparar los datos del censo de 2001 con los de la EPA del 2.º trimestre de 2005. 557 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 27 Muy probablemente, este diferencial de salarios se explica por el amplio peso que representan, en la estructura del empleo de Canarias, la hostelería, el comercio y la construcción. Porque son estas ramas de actividad las que ofrecen menor salario. Por último, mencionamos el grado de dificultad para llegar a final de mes según datos de la Encuesta Continua de Presu-puestos Familiares22. Canarias viene siendo la Comunidad Autó-noma de España que mayor proporción de hogares declara lle-gar a fin de mes con dificultad23, de acuerdo con los ingresos netos mensuales percibidos. Más del cuarenta por ciento de los hogares canarios declara esta deficiencia de rentas, mientras que en el conjunto de España, la proporción se reduce a un veintiocho por ciento. Aunque los últimos datos disponibles re-ducen ligeramente el diferencial, en el tercer trimestre del 2004 hubo una diferencia de 20 puntos porcentuales entre Canarias y España. 22 Instituto Nacional de Estadística (INE). 23 Agregación de «con mucha dificultad» y «con dificultad». PORCENTAJE DE HOGARES CON MUCHA DIFICULTAD Y CON DIFICULTAD PARA LLEGAR A FIN DE MES Fuente: Encuesta continua de presupuestos familiares. INE. Estas dificultades se cruzan con los salarios reducidos, el desempleo, el coste de los combustibles y de las viviendas, el nivel 558 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 28 de las pensiones medias24, y el panorama social no ofrece un color esperanzador. Son demasiados signos negativos que obli-gan a situar la cuestión social canaria en la prioridad de los gobiernos, las administraciones y el tercer sector. CONCLUSIONES Hemos visto que en Canarias, al igual que en otras partes del mundo desarrollado, los pobres son muchos. Sin embargo no están visibles, no tienen expresión propia ni capacidad de participación política. Los pobres han perdido relevancia social como consecuencia de una representación ideológica dominan-te que esgrime la posesión económica como la clave del éxito en la vida, cuando no la razón de la vida. Así las cosas, la po-breza se representa, ideológica y mentalmente, como el produc-to de un fracaso personal, una incapacidad debida más a la voluntad individual que a las condiciones históricas y econó-micas. Y sin embargo, la pobreza es una condición dinámica y multicausal que nos hace vulnerables a todos. La precariedad e inestabilidad laboral produce la incertidumbre permanente, la inseguridad; y la pobreza nos puede coger por sorpresa. En gran medida, la desigualdad es el resultado de las decisiones y las estrategias relativas a la organización social y política, de ahí que los distintos países del mismo entorno, expresen variadas tasas de pobreza, como hemos visto en el caso de la Europa de los quince. Por consiguiente, la pobreza debe ser interpretada como el resultado de unas determinadas políticas económicas y sociales. Haciendo un esfuerzo de síntesis, diremos que la pobreza en Canarias se concentra, por un lado, en los más jóvenes (menos de 30 años) y por otro en los más viejos. Estos aumentan con- 24 En 2003 el importe medio de las pensiones contributivas del sistema de la Seguridad Social en Canarias fue de 512,67 i mensuales, la octava región peor situada en la distribución de España. MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES, Boletín de Estadísticas Laborales, Madrid, 2004. 559 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 29 siderablemente cada año, tanto por el efecto demográfico como por el efecto sociológico de la desarticulación familiar, el aban-dono y la soledad. Los hogares pobres están dirigidos por pen-sionistas, por trabajadores no cualificados o por desempleados, que tienen a su cargo personas dependientes (menores u otros). Sobre estos perfiles es sobre los que se debe intervenir con pro-gramas públicos para atajar la pobreza. Se atisba una tendencia hacia un mayor riesgo de pobreza en Canarias. Aunque la región se sitúa en el 89% de la renta media de la Europa de los veinticinco (EU-25), los indicadores sociales no son esperanzadores. Asimismo, de los diez nuevos socios comunitarios, seis de ellos disponen una renta media en torno al 50% de la EU-25, y los otros cuatro alrededor del 75% de la renta media. Ante este escenario, la inversión pública y social de la Unión Europea tendrá, con toda justicia, preferen-cia en los nuevos socios desfavorecidos. Si las voluminosas in-versiones europeas en Canarias facilitaron la reducción de la pobreza en la década anterior, la pérdida de estas inversiones a partir de 2006 podrá tener consecuencias en la estructura so-cial del Archipiélago. La pobreza afecta a cientos de miles de personas y de hoga-res, pero ¿qué medidas y políticas se practican para reducirla? ¿La intervención de los poderes públicos y del tercer sector lle-ga a los colectivos afectados? ¿Y estos reciben las ayudas de forma finalista o como un medio para superar su situación? ¿Son las ayudas públicas suficientes y acertadas para atajar la pobreza? ¿Existen programas sociales integrales que contemplen el conjunto de acciones necesarias para convertir a los pobres en ciudadanos capaces de vivir dignamente? ¿Se atiende conjun-tamente la renta básica, la educación, la salud, la vivienda, el empleo, las habilidades sociales y el sentido de la responsabili-dad en los pobres? ¿Tienen éstos acceso a la información y a los recursos públicos destinados a reducir su condición des-fa-vorecida? Las respuestas se dirigen hacia la necesidad de implementar no sólo políticas sociales estratégicas, sino especialmente progra-mas de intervención destinados a los grupos y personas más afectados y vulnerables. Disponemos del conocimiento suficien- 560 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 30 te, y de los recursos25. Y quizá convenga tener presente que cuanto más invisible y menos se hable de los pobres, mayor será la distancia y la intensidad del riesgo de su segregación social. BIBLIOGRAFÍA CARMEN DENAVAS-WALT, BERNARDETTE D. PROCTOR and CHERYL HILL LEE (2005), U.S. Census Bureau, Current Population Reports, P60-229, Income, Poverty, and Health Insurance Coverage in the United States: 2004, U.S. Government Printing Office, Washington, DC. EDIS (1996), Las condiciones de vida de la población pobre en el archipiéla-go canario, Fundación FOESSA, Madrid. 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En 2002, último dato conocido, los gastos totales en protección social representaban en España el 20,2% del PIB, mientras que en la EU-15 el 28%: en cifras de euro/persona 3.470,4 en España, 6.747,9 en EU-15. INE, Nivel, calidad y condiciones de vida. Protección social en términos SEEPROS, en http://www.ine.es/inebase.
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Título y subtítulo | Aproximación a la pobreza en Canarias |
Autor principal | Hernández Guerra, Aniano |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 52 |
Sección | Sociología |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2006 |
Páginas | p. 531-560 |
Materias | Pobreza ; Condiciones sociales ; Canarias |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 557412 Bytes |
Texto | S O C I O L O G Í A 531 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 68 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS P O R ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA RESUMEN En los últimos años, el estudio de la pobreza con metodología cuanti-tativa para abarcar al conjunto de los ciudadanos de una sociedad concre-ta, se ha ido extendiendo en los países desarrollados. El artículo se inicia con una breve explicación del instrumento de medida utilizado para obte-ner el tamaño y las características de la pobreza. La medición relativa de los ingresos permite construir una tasa de pobreza que facilita la compara-ción entre sociedades o territorios. Desde 1994 la Unión Europea viene aplicando esta metodología en su estadística del Panel de Hogares de la Unión Europea. Con la misma metodología se realizó la Estadística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001, estadística oficial de donde extraemos las caracterizaciones aquí descritas. Para abordar el estu-dio de los más desfavorecidos en Canarias, el artículo se centra en las va-riables más significativas: la edad, las formas familiares, las características de los cabezas de familia pobres, y la escolaridad y el empleo de los más jóvenes. Palabras clave: Sociología, pobreza, tasa de pobreza, desigualdad social, composición familiar, precariedad laboral. ABSTRACT Recently, the study of poverty with quantitative methodology to include the whole of the citizens of a concrete society, has been spreading in developed countries. It begins with a brief explanation of the measurement used to obtain the size and characteristics of poverty. The relative measure-ment of the incomes allows to construct a rate of poverty which facilitates the comparison among societies or territories. From 1994 the European Union is applying this methodology in its statistics of the Panel of Houses in the European Union. With the same methodology there was realized the Statistics of Social Conditions of the Canary Population 2001, official 532 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 2 statistics from we extract the characterizations, we have previously written. To understand get into the most disadvantaged population in the Canary Islands, the article pays attention on the most significant items: age, family forms, poor heads of family, and the education and employment of the youngest. Key words: Sociology, poverty, rate of poverty, social inequality, family composition, labour precariousness. INTRODUCCIÓN La pobreza es uno de esos objetos de conocimiento —típica-mente sociológicos— de naturaleza multidimensional y de alcan-ce amplio. La violencia, la clase social, el Estado, la familia, son otros tantos objetos complejos y de alcance largo. La naturale-za multidimensional de la pobreza deviene de la evidencia de que no sólo el factor económico (medido en ingresos, consumo o bienestar material) la explica; determinados estudios en los países subdesarrollados indican que «el crecimiento económico, con o sin aumento del empleo, no conduce necesariamente a mejoras en el bienestar de los pobres (...) la idea de bienestar humano va más allá del bienestar económico. El razonamiento consiste en que la idea de bienestar humano se relaciona con los problemas de calidad de vida, que nacen de una diversidad de factores como el consumo, las capacidades y la participación social»1. En cierto sentido, esta reflexión se ve avalada por la tendencia alcista del número de pobres en las sociedades desa-rrolladas y de crecimiento económico2. Ahora bien, si tenemos que introducir una generalización para entendernos en esta materia compleja, la idea más adecuada y obvia es que la ra- 1 UDAYA WAGLE, «Volver a pensar la pobreza: Definiciones y mediciones», Revista internacional de ciencias sociales, 2002, núm. 171, pp. 210-225. 2 Entre 2003 y 2004, y en un contexto de crecimiento económico y de los ingresos, el número de pobres en Estados Unidos de Norteamérica au-mentó en 1.136.000 personas, por lo que el país más rico del mundo dis-pone de 37 millones de pobres, en ese último año. CARMEN DENAVAS-WALT, BERNADETTE D. PROCTOR and CHERYL HILL LEE, U.S., Income, Poverty, and Health Insurance Coverage in the United States: 2004, Census Bureau, Current Population Reports, U.S. Government Printing Office, Washington DC, 2005, pp. 60-229. 533 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 3 zón primera de la pobreza reside en la falta de recursos econó-micos. Por otro lado, el amplio alcance de ese objeto de estudio llamado pobreza se visualiza en el hecho de que la podemos observar tanto en los rasgos superficiales de un ciudadano que camina por la calle, como en el interior de un hogar cualquiera de bajos recursos, o en una manzana formada por edificios marcados por las subvenciones públicas, o en un barrio segre-gado, o en una región geográfica, en uno o en varios países, o, finalmente la podemos observar en perspectiva planetaria. La pobreza siempre nos ha acompañado. Al menos desde que aparecieron la propiedad y el Estado, y sellaron su matrimonio de conveniencia mutua. Al igual que durante todo este tiempo ha habido sociedades, modos de producción económicos, siste-mas políticos y valores culturales distintos y diversos, así tam-bién las formas de pobreza han variado en el tiempo histórico. De tal manera que cada sociedad y su correspondiente ciclo histórico tiene su propia concepción y percepción de la pobreza. En nuestra época, y en nuestra sociedad capitalista desarrolla-da y democrática, existe un consenso relativo a la concepción de la pobreza. Ese consenso lo marca un límite de ingresos monetarios (quien está por debajo lo clasificamos como pobre), porque se acuerda que en este sistema social los ingresos mo-netarios son el recurso universal para la supervivencia y el de-sarrollo personal. En los últimos doscientos años, los humanos vienen tratan-do de imponerse los ideales de libertad y progreso, constitutivos de los desarrollos individual y social. Y sin embargo, la pobreza persiste como una lacra que acompaña a nuestro devenir. De hecho, si tuviéramos que destacar un aspecto estructural de esta época, ese sería la desigualdad social, en todas sus expresiones. Aún así, la mayoría de las personas creemos que el bienestar material es un derecho básico e irrenunciable de los ciudada-nos. Esta creencia es una idea-fuerza que ayuda a avanzar en la consecución del desarrollo humano, y no sólo en nuestro entorno local, sino en el conjunto del planeta. En este artículo trataremos en primer lugar los avances en la investigación de la pobreza, el interés de los Estados europeos por estudiarla con el fin de reducir su presencia en la sociedad, 534 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 4 y presentamos la fuente de investigación sobre la que nos aproxi-mamos al fenómeno en Canarias. En segundo lugar hacemos una descripción resumida de la pobreza en Europa y España. El núcleo del artículo es la pobreza en Canarias, para ello nos centramos en la edad, en las formas familiares, en las caracte-rísticas de los cabezas de familia pobres, y en la escolaridad y el empleo de los más jóvenes. En un siguiente apartado, y antes de las conclusiones, se introducen las tendencias recientes de la pobreza en Canarias, resaltando los indicadores que mejor pue-den ayudarnos a reconocer su previsión. 1. INVESTIGAR LA POBREZA En los países ricos hemos venido tratando la pobreza como un accidente —siempre evitable—, del sistema económico capi-talista. Algo así como un dato marginal dentro del conjunto de-finitorio de parámetros socioeconómicos de la sociedad. Fuera de las estadísticas macroeconómicas, del coeficiente de Gini o de los ratios de distribución de los ingresos por los deciles bajos de la población, no quedaba ningún conocimiento que ayudara a comprender, y consecuentemente, a intervenir sobre la pobreza3. Ocurre que estos indicadores macroeconómicos tienen utilidad para comparaciones internacionales del nivel de desigualdad económica y pobreza entre los países, pero no dan cuenta de las características de la población desfavorecida, de sus condiciones de vida, de sus capacidades y sus limitaciones. Es decir, estos indicadores no hablan de las personas, sino de proporciones agregadas más bien etéreas, y por tanto, resultan inútiles para programar políticas públicas destinadas a reducir la pobreza. Para superar esta deficiencia se han creado diferentes instru-mentos de medida, y en el orden de medidas basadas en el bien- 3 Como anécdota curiosa, pero no por ello menos significativo, puede apuntarse la frecuencia de artículos científicos sobre la pobreza en las prin-cipales revistas sociológicas especializadas de EE.UU.: en The American Journal of Sociology, sólo 11 artículos entre los años 1895 y 2000; en American Sociological Review, 20 artículos entre 1936 y 2002; y en Annual Review of Sociology, 5 artículos entre 1975 y 1999. 535 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 5 estar económico sin duda prevalecen las mediciones relativas de ingresos. Estas tienen en Galbraith (1958) un referente ideoló-gico primigenio4. El enfoque de ingresos relativos considera que una persona es pobre cuando carece de cierto nivel de ingreso; nivel o línea que se establece generalmente por debajo de los ingresos medios (media aritmética) o medianos (mediana esta-dística), en una determinada sociedad. Este enfoque tiene la doble ventaja de que, por un lado, se adapta a los cambios en el tiempo de las condiciones de vida de una sociedad, porque las líneas de pobreza cambian de forma correspondiente; y por otro lado, tiene la ventaja de la comparación homogénea entre dis-tintas sociedades. En esta dirección, la Unión Europea inició una estadística oficial en 1994 destinada al conocimiento de las condiciones sociales de vida en cada uno de los países miembro, con la mis-ma metodología y con finalidad comparativa (Panel de Hogares de la Unión Europea, PHUE). Más tarde, en el Consejo Euro-peo de Niza de diciembre de 2000, los jefes de Estado y de go-bierno reafirmaron su decisión de que la lucha contra la pobre-za y la exclusión social podría mejorarse por medio del método abierto de coordinación (definición común de objetivos, desarro-llo de planes nacionales de acción apropiados, e informe y se-guimiento de los progresos realizados). Este método ha condu-cido al estudio de cuatro dimensiones básicas para la inclusión social (pobreza económica, empleo, salud y educación), y la con-secuente construcción de indicadores estadísticos que permitan medir esas dimensiones en cada uno de los Estados miembro. 1.1. La pertinencia de la fuente de investigación Las caracterizaciones y explicaciones de la pobreza en Cana-rias que vertemos en este trabajo proceden del análisis de los 4 Según Galbraith (1958:23): «las personas caen en la pobreza cuando sus ingresos, aunque sean adecuados para sobrevivir, quedan muy por de-bajo de los ingresos de la comunidad. En ese caso, no pueden disponer de lo que el conjunto de la comunidad considera lo mínimo necesario para la dignidad. Y no pueden escapar del todo a esa condición, por lo cual el jui-cio del resto de la comunidad es que son indignos». 536 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 6 datos de la Estadística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001 (ECSPC-01). Esta amplia operación estadística, de carácter oficial, recoge los datos de una muestra de 9.758 ho-gares y 31.193 residentes en las Islas Canarias5. La ECSPC-01 se diseñó atendiendo al Panel de Hogares de la Unión Europea, que es una investigación en forma de panel representativo de los hogares y los individuos, y cuyo objeto de estudio recoge: ingresos monetarios, salud, educación, vivienda, y característi-cas demográficas y del empleo de la población europea6. La pertinencia de la fuente de investigación utilizada deviene no sólo de la amplitud y representatividad de la muestra, sino también de la aplicación del mismo procedimiento de cálculo del índice de pobreza establecido por la Unión Europea y su oficina de estadística «Eurostat». Con ello se permite armonizar los datos de los distintos países miembros, para así comparar de forma adecuada las distintas situaciones sociales. El llamado «at-risk- of-poverty rate»7 (tasa de riesgo de pobreza) es la proporción de personas con un ingreso equivalente disponible por debajo del 60% del ingreso equivalente mediano nacional8. Por su lado, el ingreso equivalente es la cantidad de ingreso monetario que le 5 El PHUE realizado en España no tiene representatividad estadística a nivel de Comunidad Autónoma, ya que tan sólo 200 hogares de cada una de ellas entran en la muestra. Compárese estos 200 hogares con los 9.758 de la ECSPC-01. 6 El Panel de Hogares de la Unión Europea se ha realizado durante 8 ciclos anuales desde 1994 hasta 2001. A partir de 2004 se ha iniciado una nueva encuesta, denominada Encuesta de condiciones de vida. Por su lado, el Instituto Canario de Estadística ha iniciado en 2004 la Encuesta de In-gresos y Condiciones de vida de los Hogares Canarios 2004, cuya precursora fue la ECSPC-01. 7 Con el objetivo de atenuar las consecuencias y connotaciones políti-cas de un «índice de pobreza», se crea una denominación suavizada: «índi-ce de riesgo de pobreza». Esta matización semántica se hace sin argumen-tos que la justifique; se dice que «los ingresos por debajo del umbral no es condición necesaria ni suficiente de estar en situación de pobreza», pero no se dice cuál es la condición para definir a los pobres a secas. En EUROSTAT, «Poverty and social exclusión in the EU», Statistics in fo-cus, 16/2004. 8 En el caso de Canarias (ECSPC-2001) se utiliza el ingreso mediano correspondiente al archipiélago. 537 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 7 corresponde a cada miembro del hogar dividiendo los ingresos mensuales del hogar por el número de miembros adultos y menores que conviven en él. A partir del primer adulto, cuyo coeficiente de ponderación es 1, se otorga a cada adulto adicio-nal un coeficiente de 0,5 y a cada menor un coeficiente de 0,3. Por eso se denomina «ingreso equivalente», tratando de indicar su correspondencia con una unidad de consumo dentro del hogar, y no tanto una unidad de persona. Los datos de la Esta-dística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001 y del Panel de Hogares de la Unión Europea se calculan en base a esas definiciones. Una salvedad conviene introducir respecto a la fuente de investigación y a los objetivos de conocimiento que nos plantea-mos en este artículo. La fuente es una encuesta dirigida a la población general, y esta metodología de alcance social amplio y universal, tiene limitaciones para desvelar a los grupos socia-les ocultos o furtivos tales como: «sin techo», drogadictos, tra-bajadores pobres inestables, escolares absentistas9, etc. Paradóji-camente estos grupos sociales son los más visibles y, a veces, recurrentes en la observación y explicación de la pobreza de una determinada sociedad. Pero con una encuesta dirigida a la po-blación general no se detectan estos grupos que permanecen ocultos: los «sin techo» o los toxicómanos no están disponibles en las viviendas para ser entrevistados, por lo que la probabili-dad de entrar en la muestra es nula. Por tanto nuestro objeto de conocimiento se refiere más bien a la pobreza invisible: aque-llos hogares y personas que integrados en lo «socialmente co-rrecto » sobreviven en Canarias con menos de 358 i persona/mes (línea oficial de pobreza en 2001). 9 Estas subpoblaciones específicas requieren una metodología formula-da en un plano local y adaptada al estudio de grupos y comportamientos sociales determinados. Requieren medios de reunión de datos que sean selectivos e intensivos, y un acercamiento estrecho a la población específi-ca que se estudia. Para un mejor desarrollo de estas cuestiones: KART M. VAN METER, «Metodología sociológica», Revista internacional de ciencias sociales, 1994, núm. 139, pp. 25-36. 538 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 8 2. LA POBREZA EN EUROPA Y ESPAÑA El número de pobres en la Europa de los quince se redujo entre 1995 y 2000. En España, el número de pobres aumentó, aunque observando los datos 1995-2001, puede evaluarse el pe-riodo como de evolución estable. No obstante, para hacer una evaluación completa del fenómeno de la pobreza debe conside-rarse el escenario de crecimiento económico, especialmente el que vivió España durante ese periodo. Quiere esto decir que en nuestro país, al igual que en otros países desarrollados, el creci-miento económico no elimina la pobreza. Aquí más que en otros países la pobreza aumenta en un escenario de crecimiento económico porque este tuvo su arranque en reconversiones industriales, tecnificación intensiva y terciarización acelerada, procesos que provocan un coste social materializado en segmen-taciones y exclusiones de variado tipo. España es uno de los 5 países con mayor tasa de pobreza de la Unión Europea (UE-15). Respecto a los países del norte y centro, los de menor incidencia de pobreza, mantiene una dis- NÚMERO DE POBRES EN EUROPA Y ESPAÑA, 1996-2000 Fuente: EUROSTAT e INE. 539 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 9 tancia de 8 puntos porcentuales por encima. Una nota a tener en cuenta es que en aquellos países europeos de mayor tasa de pobreza, la proporción de menores bajo esta condición es significativamente alta (en torno al 25%), mientras que hay países como Dinamarca (5%) y Finlandia (6%) donde los meno-res no representan un peso importante. Sin duda, aquí las polí-ticas de protección del menor tienen un resultado manifiesto, especialmente si consideramos que en concreto en esos países nórdicos, la tasa de población menor (menos de 15 años) es superior a la de España, por ejemplo. TASAS DE POBREZA MEDIA EN LA UNIÓN EUROPEA DURANTE EL PERÍODO 1998-2001 Unión Europea ........................................... 15,00 Portugal .......................................................... 20,75 Grecia.............................................................. 20,15 Irlanda ............................................................ 19,75 España ............................................................ 18,50 Reino Unido .................................................. 18,50 Italia ................................................................ 18,25 Francia ............................................................ 15,25 Bélgica ............................................................ 13,25 Luxemburgo ................................................... 12,25 Austria ............................................................. 12,25 Dinamarca ...................................................... 11,25 Alemania......................................................... 10,75 Holanda .......................................................... 10,50 Finlandia ........................................................ 10,50 Suecia ............................................................. 10,00 Fuente: INE, Pobreza y pobreza persistente en España. 1994-2001. En general, la pobreza afecta con mayor probabilidad a las mujeres que a los hombres, aunque en el promedio de toda la UE-15 la diferencia entre género es de sólo 3 puntos porcentua-les (16% de pobreza para las mujeres, 13% para los hombres). En el caso de España, la diferencia por género se agranda es-pecialmente en las personas de 65 y más años, llegando hasta 5 puntos porcentuales. Por otro lado, en Europa, los hogares con mayor probabilidad de vivir en la pobreza corresponden a los 540 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 10 monoparentales10 (35%), pero hay países como Reino Unido (50%), Holanda (45%) o España (42%), donde la tasa de pobre-za de estos hogares es demasiado alta. Refiriéndonos ahora exclusivamente a España, los datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHUE) durante los años 1995-2000 reflejan una estabilidad de la población bajo el um-bral de la pobreza, en torno al 18,8%. En cifras absolutas de población para ese periodo: 7.545.720 personas por debajo del umbral. Cuantitativamente, el grupo más afectado por la pobre-za es el de los niños, porque atrapa al 25% de los españoles de 0 a 15 años. Y no hay señal de que este dato se modifique, por el contrario, el último año de la serie (2000) refleja el porcenta-je más alto de pobreza en los niños (25,5% de los españoles de 0 a 15 años). El siguiente grupo más afectado es el de los jóve-nes (16 a 29 años), aunque la proporción de jóvenes pobres se ha reducido, en los últimos años, considerablemente. Aún así, conviene subrayar que el 42% de todos los pobres de España tiene menos de 30 años. El hecho de que la pobreza afecte a una alta proporción de menores y jóvenes, junto a los datos de fracaso, absentismo y ausencia escolares, y por añadidura, el contexto de un mercado laboral restrictivo, en todo caso, cica-tero en salario y en otras condiciones laborales, todo ello sugie-re que la primera generación española del milenio va camino de un desamparo social preocupante. Las personas de 65 y más años representan otro colectivo cuyo nivel de pobreza se ha incrementado en España, afectando cada año a mayor número de personas: de 14,6% en 1997 se ha pasado al 22,2% en 2000. Las características de este grupo hu-mano, sujeto a enfermedades y discapacidades, esencialmente dependiente, distanciado de los avances culturales y tecnológicos propios de una sociedad mucho más innovadora de la que vivió su generación, y con riesgo de convivencia en soledad y de aban-dono familiar, lo convierten en un colectivo necesitado de acuciante intervención pública. Por añadidura, la tendencia del conjunto de la población hacia el envejecimiento, sin duda in-fluirá en un mayor empobrecimiento en el futuro inmediato. 10 Un solo adulto y al menos un hijo dependiente. 541 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 11 Correspondiendo a los compromisos europeos, España ha puesto en marcha dos planes de acción para la inclusión social (2001-03 y 2003-05)11. Si bien deben aplaudirse estos trabajos de planificación, especialmente por lo que significan de orientación de las políticas públicas para todos los niveles de la administra-ción y para el tercer sector, sin embargo pierden credibilidad y coherencia cuando de la lectura de sus diagnósticos y evalua-ciones se denota un alto grado de complacencia y una conside-rable falta de autocrítica. Pareciera que los planes se realizan no tanto para encauzar la resolución de los problemas sociales, cuanto para endulzar el papel de la clase política y la adminis-tración en la responsabilidad sobre estos temas. 3. LA POBREZA EN CANARIAS En el año 2001, la tasa de pobreza en Europa (EU15) era de 16%, en España de 18,8% y en Canarias de 18,6%. El desa-rrollo económico canario de los años noventa redujo considera-blemente la abultada tasa, que fue cifrada en 1995 en 27,1% de nuestra población12. Posteriormente, la evolución económica del archipiélago en relación a las otras regiones europeas y españo-las ha venido a situar a Canarias en el 89% de la renta media de la Unión Europea (UE-25)13. De tal manera que estos últi-mos datos de 2002 colocan a Canarias en términos de PIB per capita por encima de Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla- La Mancha, Asturias, Ceuta y Melilla, y Castilla y León. En todo caso, conviene recordar que el PIB per capita no es un indica-dor de desarrollo social, ya que no controla, o mejor, no dice nada de la distribución de la renta. 11 Puede conseguirse, tanto el plan vigente como la evaluación del an-terior, en la siguiente dirección web: http://www.mtas.es/SGAS/IncluSocial/ PlanNacional/IIiPNAin.pdf 12 EDIS, Las condiciones de vida de la población pobre en el archipiéla-go canario, Fundación FOESSA, Madrid, 1996. 13 Último dato de Producto Interior Bruto per capita (Paridades del Poder Adquisitivo) referido al año 2002. Puede verse en EUROSTAT, «Eurostat News Release», 2005, núm. 47/2005. 542 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 12 Lo cierto es que el 20,7% de los hogares de Canarias —cerca de 110.000— vive bajo el umbral de la pobreza, y estos hogares acogen a 320.807 personas (18,6% de la población total). Recor-demos que la línea de ingresos que marca la condición de pobre se sitúa en Canarias en 358 i persona/mes. La gran mayoría de estos pobres vive en municipios urbanos, sólo el 20% de ellos vive en áreas rurales, y en este caso, se trata de personas envejecidas, pensionistas y con un alto grado de analfabetismo. 3.1. Entre la juventud y la vejez La pobreza afecta en cifras absolutas a mayor número de niños y jóvenes que a ancianos. Entre otras cosas porque el peso de los más jóvenes es muy superior al de los mayores en el con-junto de la población canaria14. No obstante, tal y como vere-mos seguidamente, el envejecimiento es un factor propulsor de pobreza. Pero antes quizá convenga representar una imagen global de los pobres de Canarias. El gráfico siguiente demues-tra que la pobreza tiene una distribución más o menos simétri-ca en todas las fases del ciclo vital. 14 Al igual que en el conjunto de España, el 42% de todos los pobres de Canarias tiene menos de 30 años. NÚMERO DE POBRES SEGÚN GRUPOS DE EDAD. CANARIAS, 2001 543 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 13 Aún así, detectamos que la pobreza en Canarias está asocia-da a un hogar reducido: la mitad de los hogares pobres están ocupados por una o dos personas. Esto ocurre porque en la medida que aumenta el número de miembros en el hogar, el riesgo de pobreza disminuye. Porque a mayor número de perso-nas, mayor probabilidad de estar empleado y, por tanto, de ob-tener ingresos monetarios. De hecho, en el 67% de los hogares pobres de Canarias, no existe ninguna persona empleada, y sin embargo, en una proporción similar (61%) existe al menos un pensionista. Lo que nos lleva a pensar que la pobreza está muy relacionada con la vejez, la pérdida de los ingresos derivados de la vida activa, y el abandono del «nido familiar» por parte de los hijos. De ahí que en el 47% de los hogares pobres haya al menos un mayor de 64 años. Este conjunto de datos, a la mis-ma vez que informa de la vinculación de la pobreza con el en-vejecimiento, está indicando un alto grado de pobreza persisten-te (ser pobre durante un largo periodo de tiempo), por cuanto la mejora en los niveles de ingreso de estos hogares es práctica-mente imposible. CARACTERÍSTICAS DE LOS HOGARES POBRES. CANARIAS, 2001 No obstante, recordemos que la pobreza es un proceso diná-mico, con un grado relativo de transformación y muy depen- 544 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 14 diente por tanto de la coyuntura histórica. Quiere esto decir que si en 2001 el aspecto social más sobresaliente de la pobreza en Canarias fue su afectación sobre los mayores, en 2005 puede resultar que el proceso se cebe en la población joven y adulta, como consecuencia del aumento del desempleo, la reducción de los salarios, y en general, la mayor precariedad laboral15. En resumen, y a grandes rasgos, la pobreza afecta a niños y jóvenes de familias nucleares (y obviamente a sus progenitores o tutores), y a mayores que viven solos y/o en pareja, pero sin hijos. 3.2. Las formas familiares Un aspecto que conviene contemplar es la composición fa-miliar, ya que la pobreza es una condición social que trasciende al individuo y afecta íntegramente a su grupo familiar de con-vivencia. Hemos visto que las personas mayores obtienen una alta probabilidad de vivir en la pobreza. Los hogares solitarios y las parejas sin hijos están formados mayoritariamente por personas de edad avanzada, y por eso estas formas familiares muestran esa mayor probabilidad de vivir en la pobreza. Pero la desigual-dad social también se encarna en la forma familiar más común: pareja con hijos (40.800 hogares pobres, el 37% de todos los hogares pobres). Son familias de tamaño medio, donde destaca la escasez de la oportunidad del empleo: en el 46% de estos hogares hay al menos un parado, y por otro lado, en el 37% no hay ningún ocupado. Un aspecto relevante es que en las fami-lias nucleares, los hijos abandonan antes el nido de sus padres 15 Una muestra de que la pobreza bandea entre los grupos sociales se-gún el escenario socioeconómico es que en 1991 la pobreza en Canarias afectaba especialmente a la población joven. Efectivamente, si la edad media de los pobres de 1991 era 30,1 años, la de 2001 es 38,2 años. La expansión de la oferta de trabajo durante este decenio ha permitido salir de la pobreza a muchos jóvenes, cambiando el perfil de los desfavorecidos más bien hacia los viejos. Los datos de 1991 se disponen en EQUIPO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA, Las condiciones de vida de la población pobre en el archipiélago canario, Fundación FOESSA, Madrid, 1996. 545 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 15 en mayor proporción en los hogares pobres. En concreto, mien-tras en las familias pobres los hijos de más de 24 años repre-sentan el 15%, en las que no son pobres estos hijos ya crecidos representan el 26%, casi el doble. Lógicamente, la falta de re-cursos económicos es un factor de expulsión/abandono del ho-gar familiar. HOGARES POBRES SEGUN FORMA FAMILIAR. CANARIAS, 2001 (en porcentaje) Por último, la forma familiar de madre sola con hijos mues-tra también una probabilidad alta de vivir en la pobreza (14.388 hogares, el 13% de todos los hogares pobres). De estas madres, las que tienen entre 30 y 44 años son las más frecuentes (sepa-radas y solteras), mientras que en las edades avanzadas son las viudas quienes detentan la cabeza de familia en esta forma de convivencia. La mayoría de estas madres no trabaja, y percibe prestaciones sociales: una media de 316 euros netos al mes. Por su lado, las que tienen trabajo lo desempeñan en limpieza do-méstica o de empresas, recibiendo un salario promedio neto al mes de 411 euros. 546 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 16 3.3. Los cabezas de familia pobres Una forma de conocer la pobreza se logra analizando las características de la persona principal o cabeza de familia del hogar16. Este es un referente que ocupa una posición de domi-nación y desempeña un status protagonista en el seno del ho-gar. De ahí que sus características ayuden a explicar el origen de la pobreza. 16 Persona a la que reconocen dicha cualidad el resto de las personas que residen en la vivienda, o aquél que consideren el sustentador principal, es decir, aquel miembro del hogar que más aporta periódicamente (no de forma ocasional) al presupuesto del hogar, para sufragar los gastos comu-nes del mismo (Estadística de condiciones sociales. Resultados por islas. Canarias 2001, ISTAC, p. 7). Si observamos a las personas cabezas de familia de los ho-gares pobres, y extraemos su relación con la actividad económi-ca, el resultado es el de la tabla de arriba. Lo primero a desta-car es que en el 56% de estos hogares, la persona principal es un pensionista (61.846 hogares). Y de estos, un tercio vive en soledad, y dos tercios conviven con otras personas dependientes: en pareja sin hijos (30%), en pareja con hijos (18,4%) y madre sola con hijos (13,4%). Además, las mujeres cabezas de familia pobre que son pensionistas, representan un peso mayor que los hombres, lo que supone que el género aporta un plus de vulne-rabilidad ante la pobreza. La siguiente marca de los cabezas de familia es estar ocupa-dos: uno de cada cuatro lo están (26.901 personas). Se trata de ACTIVIDAD ECONÓMICA DE LOS CABEZAS DE FAMILIA POBRES 547 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 17 trabajadores de bajo salario que ocupan puestos de peones, con-ductores, y jornaleros de la agricultura, en todo caso puestos de muy baja cualificación. Especialmente destacan por su volumen los jóvenes (16 a 29 años) cabezas de familia pobre que ocupan puestos de peones. Si atendemos a los salarios por las distintas profesiones de estos trabajadores pobres, el resultado es el del gráfico siguiente. Se presentan los datos de las profesiones más frecuentes en estas personas, exactamente, el 93% de ellas. El salario medio más reducido lo obtienen quienes trabajan en ser-vicios personales17, con tan sólo 390,55 i al mes; en segundo lugar los jornaleros de la agricultura y la pesca (467,53 i); y en tercer lugar, los peones (541,07 i). Por añadidura, el 53% de estos trabajadores pobres que sostienen hogares, no tiene más estudios que los primarios, y sólo un tercio ha alcanzado la EGB o la ESO. Cuando preguntamos a estos trabajadores si están realizando algún curso de formación no reglada, de tipo ocupacional, tan sólo el 1,6% responde afirmativamente (de for-ma especial los trabajadores de protección y seguridad). Por tan- INGRESOS NETOS MEDIOS POR TRABAJO DE LOS CABEZAS DE FAMILIA POBRES (euros mensuales) 17 Recoge profesiones como auxiliares de enfermería, cuidado de perso-nas, peluqueros y asimilados, empleados de pompas fúnebres... 548 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 18 to, se concluye que la formación ocupacional debe tener una preferencia especial hacia los trabajadores de bajos salarios y de sectores productivos determinados, con la finalidad de facilitar la mejora de sus condiciones de vida y salvaguardarlos de la pobreza. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta en relación a los trabajadores pobres es su régimen de contratación. Si bien la temporalidad afecta a la mayoría de las categorías profesiona-les de la fuerza laboral canaria, lo cierto es que esta caracterís-tica se ceba en los peones y trabajadores no cualificados (50%), en los trabajadores de servicios de restauración (48%) y en los trabajadores de la construcción (45%). Es decir, el fantasma de la temporalidad orbita sobre una gran masa de asalariados. No obstante, cuando centramos la observación sobre los asalaria-dos cabezas de familia pobres, el factor de la eventualidad labo-ral se convierte en una variable sólida de la condición de pobre-za. Veámoslo. EVENTUALIDAD LABORAL EN LOS CABEZAS DE FAMILIA. CANARIAS, 2001 Determinadas categorías profesionales admiten asociar la pobreza a la contratación eventual. Los casos más evidentes son los oficios incluidos en la categoría de profesionales y técnicos de apoyo, servicios personales y personal administrativo. Por el 549 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 19 contrario, los trabajadores de la restauración y de la construc-ción soportan la eventualidad como un factor transversal (uni-versal), y por tanto, independiente de la condición de pobreza. En todo caso, la eventualidad contractual no es el único azote laboral de los trabajadores pobres. La propia ausencia de contrato afecta al 31% de los trabajadores pobres de servicios personales, y al 12% de los trabajadores pobres de la restau-ración. Otro gran grupo de los cabezas de familia pobres es el de los parados, que en cifras absolutas suman 14.352 personas en Canarias. Este problema se concentra especialmente en las eda-des maduras de los 45 a los 64 años, en el caso de los hombres, y en el de las mujeres en el grupo de edad de 30 a 44 años (am-bos intervalos de edad acogen al 90% de los parados cabezas de familia pobres). El 61% de estos parados reconoce estar buscan-do actualmente trabajo a tiempo completo o parcial. Quienes aún estando en esta situación, no buscan empleo lo razonan por incapacidad o enfermedad (21,5%), porque no quieren trabajar (12%), por dedicarse al hogar (9%), y por creer que no hay tra-bajo adecuado a sus características (7%). Una mayoría de estos parados (65%) lleva dos años sin tra-bajar, mientras que el resto supera ese periodo. Por tanto, un volumen considerable de estos parados pobres dispone aún de los hábitos laborales y las destrezas básicas para ejercer un empleo, aunque a partir de los dos años la pérdida de estos hábitos puede convertirse en una patología, especialmente en un mercado exigente, competitivo y basado en el conocimiento. Todos los parados pobres provienen en su mayoría de pequeñas empresas de la construcción, la hostelería y el comercio, y sus puestos de trabajo se situaban en posiciones de muy baja califi-cación (20% peones), o semi-cualificados (60% ex-trabajadores con alguna categoría profesional). En resumen, los cabezas de familia pobres son mayorita-riamente pensionistas (se incluye cualquier tipo de pensión); mientras que en una proporción de uno de cada cuatro, son trabajadores pobres. Por último están los parados (13%). Hasta ahora hemos explorado a las personas que lideran los hogares, en el siguiente apartado nos detenemos en todas las personas 550 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 20 de los hogares pobres. Nos centraremos en dos aspectos relevan-tes respecto a la reproducción de la pobreza: la escolaridad de los adolescentes (15-19 años) y el empleo juvenil (16-29 años). 3.4. La escolaridad y el empleo en los más jóvenes También en Canarias, siguiendo la pauta que veíamos en España, los niños representan el colectivo de edad más afecta-do por la pobreza. El 22,1% de los pobres tiene menos de 16 años, lo que hace que en el Archipiélago vivan en la pobreza 71.050 menores. Por lo general, estos niños pobres viven sobre estructuras familiares estándares: el 71% de ellos convive en un núcleo familiar formado por pareja de adultos e hijos18. De he-cho, en Canarias sólo hay una forma familiar que aumenta cla-ramente la probabilidad de pobreza: madre sola con hijos. Di-cho en términos precisos, los menores de 16 años que viven solo con sus madres, tienen un 43% de probabilidad de ser pobres. Los datos de la Estadística de Condiciones Sociales de la Población Canaria 2001, que no olvidemos es una encuesta di-rigida a la población general, y por tanto incapaz de desvelar determinados colectivos ocultos (e ilegales), no registra menores des-escolarizados procedentes de hogares pobres. Lo que sí de-tecta es un retraso escolar considerable en los jóvenes pobres de 15 a 19 años, especialmente en los de 16 años, donde se alcan-za una diferencia o déficit de nivel educativo de 20 puntos por-centuales con personas no pobres de esa edad. Tal y como se observa en la tabla siguiente, mientras que el 65% de los jóve-nes de 16 años estudia educación secundaria II (BUP, COU, Bachillerato, FP I, FP Grado Medio, otras titulaciones de grado medio o enseñanzas especiales), sin embargo los pobres de esa edad lo hacen en un 45%. Si observamos las cohortes de edad siguientes, detectamos una mayor probabilidad de retraso esco-lar, inclusive en el nivel universitario. Pero, insistimos, la dife-rencia de escolaridad tiene como consecuencia el retraso, no así el abandono de los estudios. Una prueba para esta hipótesis es 18 El hecho de vivir bajo el paraguas de una «pareja de adultos» no im-plica estabilidad familiar, debido a que la pareja puede ser eventual, a tiem-po parcial o cualquier otra forma imaginable. 551 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 21 que en la población de 18 a 24 años (la que con mayor intensi-dad debiera estar estudiando titulaciones universitarias), las di-ferencias entre jóvenes pobres y no pobres que estudian diplo-maturas o licenciaturas no son excesivas. En concreto, y para los chicos de 18 años, la probabilidad de estudiar una titulación superior universitaria es 7 puntos porcentuales más baja en los jóvenes desfavorecidos, y 3 puntos por debajo en el caso de diplomaturas. Más bien estas cifras indican que en las familias de escasos recursos se hacen esfuerzos para enviar a los hijos a la universidad, y que ésta, como sistema público de enseñanza, es una institución abierta que posibilita el acceso a las personas más desfavorecidas económicamente. Si en el periodo formativo detectamos diferencias que ahon-darán en las desigualdades sociales, especialmente en las eda- COMPARACIÓN DE LOS ESTUDIOS EN CURSO SEGÚN INGRESOS 552 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 22 des críticas de 15 a 19 años, en el siguiente periodo de juventud (en rigor, de 16 a 29 años) la oportunidad del empleo tendrá una distribución asimétrica. El gráfico siguiente es suficientemente ilustrativo de las oportunidades de empleo en los jóvenes según su condición socioeconómica. DIFERENCIAS DE EMPLEO ENTRE JÓVENES (16 A 29 AÑOS) El desempleo tiene una probabilidad muy alta en los jóvenes pobres. Una cuestión, si se quiere retórica y tautológica es: ¿es-tán parados porque son pobres o son pobres porque están para-dos? Posiblemente las dos cosas a la vez, matizando que mien-tras los jóvenes pobres ejercen de parados, los otros jóvenes estudian y, por tanto, se preparan para una incorporación más prometedora en el mercado laboral. De hecho, si observamos la distribución del nivel de estudio completado por estos jóvenes, encontraremos una de las posibles causas explicativas. Uno de cada tres jóvenes de hogares pobres no ha superado los estu-dios primarios. Y ya en la educación de mayor nivel, las proba-bilidades se distancian indefectiblemente. La dimensión educati-va es determinante en la condición socioeconómica de los jóvenes. Por consiguiente, las políticas de intervención sobre la pobreza deberían contener en gran medida acciones formativas, tanto de especialización técnica como de hábitos sociales. En 553 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 23 realidad, son habilidades que deben aprenderse y estimularse integralmente junto a otras como la autoestima, la motivación y la asunción de responsabilidades. Y ello, en el marco de las políticas sociales de rentas básicas, de vivienda, de desempleo y formación. NIVEL DE ESTUDIO COMPLETADO DE LOS JÓVENES (16-29 AÑOS) SEGÚN SU RELACIÓN CON LA POBREZA. CANARIAS, 2001 Pero no sólo existen diferencias en la inserción laboral de los jóvenes por su condición social. Incluso en el oficio que desem-peñan (y por supuesto en el salario y otras condiciones labora-les) se observan trayectorias discriminantes. Especialmente so-bresale el dato de que el 36% de los jóvenes pobres ocupados trabaja como peón (aunque no menos relevante es el hecho de que el 20% de los jóvenes no pobres también desempeñe labo-res de peón des-cualificado). 554 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 24 En resumen, la situación de los jóvenes en relación a la es-colaridad y al empleo puede llevarnos a un escenario de conti-nuidad en las desigualdades sociales que se observan en Cana-rias. Aunque la escolaridad obligatoria se cumple en cifras generales, se observan retrasos escolares de los jóvenes pobres en las edades más críticas (14-16 años). En cuanto al empleo, si las dificultades son generales para toda la población y espe-cialmente para los jóvenes, entre otras cosas por la calidad del empleo ofertado, en el grupo de los jóvenes pobres el paro es una realidad cuya probabilidad es nueve veces mayor que en los otros jóvenes. Estos últimos dedican los recursos familiares dis-ponibles a un mayor periodo de formación, con la finalidad de alcanzar un empleo de calidad suficiente. 4. TENDENCIAS RECIENTES DE LA POBREZA EN CANARIAS Hasta ahora hemos utilizado los datos de la pobreza cana-ria referidos al año 2001. En septiembre de 2005 aún no han sido publicados los resultados de la Encuesta de Ingresos y Con-diciones de vida de los Hogares Canarios 2004, por lo que no estamos en condiciones de realizar un análisis comparativo de la situación de la pobreza en estos últimos años. Nos vemos obligados a evaluar el contexto socioeconómico de Canarias en el periodo 2001-2005, y de una forma indirecta hacer connota-ciones relativas a la evolución de la pobreza. En este periodo se han incorporado a la población de 16 y más años 169.600 personas. Desde nuestra perspectiva, lo más relevante de ellas es que 116.300 habrían logrado un empleo, y 38.200 personas quedaron desempleadas. La evolución fue como se muestra en el gráfico siguiente. Por tanto, la capacidad de generar empleo sigue siendo una característica positiva de la economía canaria. Aún así el mer-cado laboral mantiene un rechazo que afecta a 115.800 perso-nas en términos de paro declarado (EPA II Trimestre 2005), o 131.822 parados en términos de paro registrado (INEM 2/9/05)19. 19 http://www.gobiernodecanarias.org/empleoyasuntossociales/observatorio/ 555 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 25 En cualquier caso, el paro sigue afectando a los jóvenes (más del 50% tiene menos de 35 años) y en mayor grado a las muje-res que a los hombres. El paro, y su reverso, el empleo, son variables proporcionales a la pobreza. Los ingresos monetarios se obtienen primordialmente del trabajo, y la falta de trabajo, conduce a la escasez de ingreso y por tanto, a la pobreza. Lo decimos con la intención de advertir que en el año 2001 la tasa de paro en Canarias en el segundo trimestre estaba en 10,4%. Ahora, en el segundo trimestre de 2005 nos encontramos con una tasa de 12,3%, lo que muy probablemente se traduce en la presencia de una pobreza mayor que la de 2001. La evolución del paro debe preocuparnos, entre otras cosas, porque se vislumbra un nuevo ciclo de paro diferencial entre España y Canarias. Desde el año 2003, la diferencia de las ta-sas de paro aumenta, llegándose en el segundo trimestre de 2005 a la mayor distancia: 9,3% de paro España, 12,3% Ca-narias20. 20 EPA, 2º trimestre de 2005, INE. EVOLUCIÓN DE LOS ACTIVOS, OCUPADOS Y PARADOS. CANARIAS, 2001-05 (en miles) Fuente: EPA, INE. 556 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 26 La propia evolución positiva del empleo debe matizarse. El 45% del empleo creado entre 2001-0521 pertenece a las siguien-tes ramas de actividad: comercio, hostelería y construcción. En realidad, los empleos generados en Canarias por estas activida-des económicas se caracterizan por su decepcionante precarie-dad laboral (bajo salario, temporalidad, des-cualificación). Más aún, en este periodo no ha variado la amplia proporción de tra-bajadores no cualificados que contiene la estructura ocupacio-nal de Canarias (tanto en 2001 como en 2005, el 38% de la fuerza laboral son peones y trabajadores de la restauración, el comercio, los servicios personales y la seguridad). Una forma más de estimar la evolución de la pobreza tam-bién puede hacerse observando el comportamiento de los sa-larios medios. El gráfico siguiente es suficientemente indicativo de la inquietud que debiera embargarnos no sólo porque el salario medio canario viene representando en torno al 83% del salario medio español, sino porque el diferencial aumenta cada año. Fuente: Encuesta anual de coste laboral, INE. SUELDOS Y SALARIOS MEDIOS DE ESPAÑA Y CANARIAS. 2001-04 (euros año) 21 Los cálculos resultan de comparar los datos del censo de 2001 con los de la EPA del 2.º trimestre de 2005. 557 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 27 Muy probablemente, este diferencial de salarios se explica por el amplio peso que representan, en la estructura del empleo de Canarias, la hostelería, el comercio y la construcción. Porque son estas ramas de actividad las que ofrecen menor salario. Por último, mencionamos el grado de dificultad para llegar a final de mes según datos de la Encuesta Continua de Presu-puestos Familiares22. Canarias viene siendo la Comunidad Autó-noma de España que mayor proporción de hogares declara lle-gar a fin de mes con dificultad23, de acuerdo con los ingresos netos mensuales percibidos. Más del cuarenta por ciento de los hogares canarios declara esta deficiencia de rentas, mientras que en el conjunto de España, la proporción se reduce a un veintiocho por ciento. Aunque los últimos datos disponibles re-ducen ligeramente el diferencial, en el tercer trimestre del 2004 hubo una diferencia de 20 puntos porcentuales entre Canarias y España. 22 Instituto Nacional de Estadística (INE). 23 Agregación de «con mucha dificultad» y «con dificultad». PORCENTAJE DE HOGARES CON MUCHA DIFICULTAD Y CON DIFICULTAD PARA LLEGAR A FIN DE MES Fuente: Encuesta continua de presupuestos familiares. INE. Estas dificultades se cruzan con los salarios reducidos, el desempleo, el coste de los combustibles y de las viviendas, el nivel 558 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 28 de las pensiones medias24, y el panorama social no ofrece un color esperanzador. Son demasiados signos negativos que obli-gan a situar la cuestión social canaria en la prioridad de los gobiernos, las administraciones y el tercer sector. CONCLUSIONES Hemos visto que en Canarias, al igual que en otras partes del mundo desarrollado, los pobres son muchos. Sin embargo no están visibles, no tienen expresión propia ni capacidad de participación política. Los pobres han perdido relevancia social como consecuencia de una representación ideológica dominan-te que esgrime la posesión económica como la clave del éxito en la vida, cuando no la razón de la vida. Así las cosas, la po-breza se representa, ideológica y mentalmente, como el produc-to de un fracaso personal, una incapacidad debida más a la voluntad individual que a las condiciones históricas y econó-micas. Y sin embargo, la pobreza es una condición dinámica y multicausal que nos hace vulnerables a todos. La precariedad e inestabilidad laboral produce la incertidumbre permanente, la inseguridad; y la pobreza nos puede coger por sorpresa. En gran medida, la desigualdad es el resultado de las decisiones y las estrategias relativas a la organización social y política, de ahí que los distintos países del mismo entorno, expresen variadas tasas de pobreza, como hemos visto en el caso de la Europa de los quince. Por consiguiente, la pobreza debe ser interpretada como el resultado de unas determinadas políticas económicas y sociales. Haciendo un esfuerzo de síntesis, diremos que la pobreza en Canarias se concentra, por un lado, en los más jóvenes (menos de 30 años) y por otro en los más viejos. Estos aumentan con- 24 En 2003 el importe medio de las pensiones contributivas del sistema de la Seguridad Social en Canarias fue de 512,67 i mensuales, la octava región peor situada en la distribución de España. MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES, Boletín de Estadísticas Laborales, Madrid, 2004. 559 APROXIMACIÓN A LA POBREZA EN CANARIAS Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 29 siderablemente cada año, tanto por el efecto demográfico como por el efecto sociológico de la desarticulación familiar, el aban-dono y la soledad. Los hogares pobres están dirigidos por pen-sionistas, por trabajadores no cualificados o por desempleados, que tienen a su cargo personas dependientes (menores u otros). Sobre estos perfiles es sobre los que se debe intervenir con pro-gramas públicos para atajar la pobreza. Se atisba una tendencia hacia un mayor riesgo de pobreza en Canarias. Aunque la región se sitúa en el 89% de la renta media de la Europa de los veinticinco (EU-25), los indicadores sociales no son esperanzadores. Asimismo, de los diez nuevos socios comunitarios, seis de ellos disponen una renta media en torno al 50% de la EU-25, y los otros cuatro alrededor del 75% de la renta media. Ante este escenario, la inversión pública y social de la Unión Europea tendrá, con toda justicia, preferen-cia en los nuevos socios desfavorecidos. Si las voluminosas in-versiones europeas en Canarias facilitaron la reducción de la pobreza en la década anterior, la pérdida de estas inversiones a partir de 2006 podrá tener consecuencias en la estructura so-cial del Archipiélago. La pobreza afecta a cientos de miles de personas y de hoga-res, pero ¿qué medidas y políticas se practican para reducirla? ¿La intervención de los poderes públicos y del tercer sector lle-ga a los colectivos afectados? ¿Y estos reciben las ayudas de forma finalista o como un medio para superar su situación? ¿Son las ayudas públicas suficientes y acertadas para atajar la pobreza? ¿Existen programas sociales integrales que contemplen el conjunto de acciones necesarias para convertir a los pobres en ciudadanos capaces de vivir dignamente? ¿Se atiende conjun-tamente la renta básica, la educación, la salud, la vivienda, el empleo, las habilidades sociales y el sentido de la responsabili-dad en los pobres? ¿Tienen éstos acceso a la información y a los recursos públicos destinados a reducir su condición des-fa-vorecida? Las respuestas se dirigen hacia la necesidad de implementar no sólo políticas sociales estratégicas, sino especialmente progra-mas de intervención destinados a los grupos y personas más afectados y vulnerables. Disponemos del conocimiento suficien- 560 ANIANO HERNÁNDEZ GUERRA Anuario de Estudios Atlánticos ISSN 0570-4065, Madrid-Las Palmas (2006), núm. 52, pp. 531-560 30 te, y de los recursos25. Y quizá convenga tener presente que cuanto más invisible y menos se hable de los pobres, mayor será la distancia y la intensidad del riesgo de su segregación social. BIBLIOGRAFÍA CARMEN DENAVAS-WALT, BERNARDETTE D. PROCTOR and CHERYL HILL LEE (2005), U.S. Census Bureau, Current Population Reports, P60-229, Income, Poverty, and Health Insurance Coverage in the United States: 2004, U.S. Government Printing Office, Washington, DC. EDIS (1996), Las condiciones de vida de la población pobre en el archipiéla-go canario, Fundación FOESSA, Madrid. 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En 2002, último dato conocido, los gastos totales en protección social representaban en España el 20,2% del PIB, mientras que en la EU-15 el 28%: en cifras de euro/persona 3.470,4 en España, 6.747,9 en EU-15. INE, Nivel, calidad y condiciones de vida. Protección social en términos SEEPROS, en http://www.ine.es/inebase. |
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