D E M O G R A F í A
LA PQBLhCIíbN DE TENERIFE
EN EL SIGLO XV4 (")
P O R
MANUEL LOBO CABRERA
Estudiar la. p~blación del archipiélago canario en períodos
preestadísticos resulta harto difícil, principalmente por la es-casez
de fuentes. Para el conjunto de las islas apenas si hay
censos de población en el siglo xvi, salvo el de 1587, único rea-lizado
en la corona de Castilla, en donde aparece contabilizada
la población de Canarias l. Es ésta una información remitida
a. la administración por el entonces obispo de la diCcesis ca-nariensis
don Fernando Suárez de Figueroa, en donde indica
e1 número de pilas y de vecinos existentes en cada una de las
islas. Los datos suministrados terminan todos en cero, lo que
los hace inaceptables y s~spechososa l no coincidir con la po-blación
real, estando en su mayoría subvaloradas las cifras.
(") El presente trabajo £arma parte del programa subvencionado por
el F. 1. U. (Fondo de Investigación Universitaria).
Dicho censo fue publicado por T. GONZ~LEZC:e nso de población de
las provincias y partidos de la Castilla, Madrid, 1829, y luego fue recogido
en 11. DE SANTIAGO«C: ompenüio an6nimo de Histaria de Canarias com-puesto
en el primer cuarto del siglo XVXII», El Museo Canario, 8, Las Palmas,
1936, pp. 97-100; L. FERNÁNDEZ MARTÍN: «Aspectos económicos, administra-tivos
y humanos de la diócesis de Canarias en la segunda mitad del XVI».
AKUSRIO DE ESTUDIOAST LÁNTICOS, 21, Madrid-Las Palmas. 1973, pp. 95-130;
J. SÁNCHEZ HERRERO((:A spectos de la organización eclesiástica y admnWs-tración
ec~nórnicad e la diócesis de Canarias a finales del siglo XVI (1575-
1585)», Revista de Historia, 170, La Laguna, 1973-1976, pp. 71-90.
2 MANUEL LOBO CABRERA
Otras fuentes que pueden ayudar a cualquier estudio de la de-mografía
son las descripciones de un tío del licenciado Val-cárcel"
de Gaspar Frutuoso3, y de Leonardo Torriani4. Son
datos igualmente carentes de credibilidad, aun cuando en al-gún
caso se acerquen bastante a la realidad. Además no existe
uniformidad en los mismos, porque algunos solo dan cifras
de los núcleos más importantes, a excepción del tío del licen-ciado
Valcárcel, con lo cual no se puede hacer un estudio com-parativo;
asimismo mientras unos hablan de vecinos otros se
refieren a fuegos y el ingeniero italiano contabiliza casas, si
bien es cierto que ambos términos vienen a significar lo mismo
en términos demográficos.
Puede completar estas fuentes el censo reaIizado por el tri-
Tui----u r~- aid e ia Inquisici&i en i6O5, para hacer el reparto de fa-miliares
5, aun cuando faltan núcleos que no cita.
Si este es el panorama general para todo el Archipiélago,
bien es cierto que la isla de Tenerife escapa a él. Sus peculia-ridades,
la preocupación de su cabildo, la conservación de la
ar,"Lg-ua dc icur-iI entacióii del iiiisi-Iio -y las peiiciories de trigo por
parte de otras islas deficitarias, caso de Gran Canaria y La
Palma, nos han legzdo las diversas tazmias elaboradas a lo
largo del siglo xvr. La importancia de las mismas, realizadas
también en otras islas pero desaparecidas merced a incendios
y saqueos de piratas y corsarios" radica en que las cifras ob-tenidas
pueden ser aceptadas casi si ningún reparo, dado el
E. MARCOD ORTA«: Descripción de las Islas Canarias por virtud del
mandato de Su Majestad, por un tío del licenciado Valcárcel», Revista de
Uirfnrin T Q T n m ~ n o lOA? nn 1 0 V 9 n A
"*"""'*U> Y W YWSIYIU, IU7i", filp. I U , - Y " T .
G. FRGTUOSOLa:s Islas Canarias (De ~Saudadesd a terran), La La-guna,
1964.
L. TORRIANDI:e scripción e historia del reino de las Islas Canarias,
Santa Cruz de Tenerife, 1959.
ARCHIVO MUSEOC AKARIOIn, quisición. leg. XXXIII-14. Este censo
aparece r e c ~ g i der~? M. l e a n CAERERA<<: E!t rihiina! de !a Inyl&&iCSr? ilo
Canarias: intento de traslado a Tenerifen, Revista de Historia Canaria, 174,
La Laguna, 1984-1986, vol. 1, p. 110, nota 11.
En los Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura, publicados por R. ROL-D
~ VVE RDEJOL,a Laguna, 1970 y SS., se recogen abundantes citas sobre la
ejecución de tazmías, pero no hemos hallado ninguna.
380 AIV~JARIOD E ESTUDIOS ATLÁNTICOS
especial cuidado puesto por las autoridades, el cabildo nom-braba
regidores para tal efecto, en la elaboración del recuento.
Cada uno de ellos en su distrito iba haciendo la relación calle
por calle, donde las había, y casa por casa de todos los habi-tantes
de las ciudades, villas, pueblos y lugares, consignando
por lo tanto las casas y el número de moradores, además del
grano que almacenaban, para ver si había posibilidad de la
saca de cereal o no.
La primera iniciativa de la que tenemos constancia sobre
el recuento de vecinos data de 1514 ', aunque sólo se refiere a
la entonces villa de San Cristóbal de La Laguna. Se ejecutó en
octubre del citado año para señalar a cada vecino la porción
de la la,o;uia que debía limpiar de yerbajos8. La lista formada
con tal fin parece bastante completa, aun cuando muchas de
las principales figuras del gobierno isleño se exceptuaran de
tales trabajos. No obstante guarda un interés relevante, pues
permite conocer a los principales pobladores del lugar, el agru-pamiento
de los mismos y las calles donde vivían.
Las tazmias, según nuestra investigación, comienzan a efec-tuarse
a partir de 1531, realizándose cuatro más a lo largo del
siglo, pero ninguna guarda relación en cuanto a la forma de
ejecutarse, tal como han llegado hasta nosotros. Así mientras
unas son bastante completas, otras sólo se realizan en La Lagu-na
o en los pueblos y lugares de la banda norte de la isla.
ARCHIVO MUNICIPADLE LA LAGUNLAib, ro 1 de acuerdos de cabildo,
fols. 145r. a 149r. La primera vez que se dio cuenta de esta relación fue en
1949 por L. DE LA ROSAO LIVERyA E . SERRARA FOLSV:e cindu~iüd e iü ciudad
de La Laguna en el siglo XVI, La Laguna. En el citado trabajo sólo se daba
el nombre de los vecinos y de las calles donde vivían. Posteriormente
E. SERRRAA FOLyS L. DE LA ROSAA: cuerdos del cabildo de Tenerife, vol. 111,
1514-1518, La Laguna, 1965, pp. 46-50, publicaban la relación de vecinos y el
número de varas que debían limpiar. Finalmente F. Momo FUENTES:
«Eepariimieniu de veciiivs de ¿a Lagüri en 1iiji9», h-nfiío DE ESI~DIOS
ATLÁNTICO24S, ,M adrid-Las Palmas, 1978, pp. 383 y SS., transcribe la citada
relación, llamando la atención sobre una numeración omitida por los
anteriores autores, correspondiente posiblemente al numero de personas
que habitaba junto con el vecino que aparece reseñado.
E. SERRARA FOLYS L. DE LA ROSA:A cuerdos ..., Op. cit., p. VI.
Núm. 33 (1987) 38 1
4 MANUEL LOBO CABRERA
La primera, es decir, la de 1331, aparece incluida en un
acuerdo de cabildo de dicho año '. Es posible que se ejecutara
como todas, pero en el acuerdo sólo se dan cifras de los veci-nos,
sin hacer referencia a las casas ocupadas por los mismos.
Además, los datos sólo remiten a La Laguna, Taganana, Abo-na
y Giiimar, y aunque se cita a La Orotava, Realejo y Daute,
los datos dados sobre los mismos son casi de memoria, exa-gerando
por lo tanto la pob:acion que se estima entre 8.000
y 10.000 personas. La elaboración de esta tazmía puede res-ponder
a las alarmas de escasez que se venían sucediendo des-de
1530 lo.
La de 1552, considerada hasta hace muy poco como la más
antigua, es de las más completas, aunque no responde exacta-mente
a s~ pretensión, ai queaar fuera ae sus cómputos am-plias
zonas de la isla como Abona, Adeje y Taganana, no muy
pobladas, pero significativas a la hora de tener en cuenta la
población real de Tenerife :'. En esta tazrnia se hace un re-cuento
de casas y de calles, en el caso de La Lama.
En i559 se vueive a reaiixar nueva tazmia. Su mal estado
de conservación nos ha imposibilitado síx completa consulta l",
pero podernos decir que se aleja bastante de la de 1352, por
la carencia de cifras para otros núcleos que no sean los de la
ciudad y banda norte de la isla.
La realizada en 1561 13, publicada por Núñez de la Peña en
L. DE LA ROSAO LIVERA({: Tazmízd e Tenerife en 1531», Instituto de ES-tudios
Cana~ios.5 0 Aniversa~io( 19321-1982), La L a p a , 1982, pp. 579-584.
Esta misma tazmía aparece recogida en L. DE L% ROSA y M. MARRERO:
ncuerdos de; cüoiiíi0 de ~ ~ ~ y~, 15~23-í53i 3, Lj~ L~ , ~19 86, p~+g'~I- ~ ~ ,
nas 327-329.
O' L. DE LA ROSAY M. MARREROOP: . cit., p. 41.
l1 F. Mosmo FUENTES:{ {Tazmíad e la isla de Tenerife en 1552~A, NUARIO
DE ESTUDIOAST LANTICO25S, , Madrid-Las Palmas, 1979, pp. 411-483.
'2 ARCHIVO M~ICIPADLE LA LAGJNAle, g. E-XIII, doc. 5. Esta tazmía
ha si& transcrita yor la arcYhera AjntamBnto de La La-a, para
su publicación en el ANUARIOD Z ESTUDIOAST L~TICOSA. eIla agradecemos
los datos publicados aquí referentes a la misma.
:3 ARCHIVOM UKICIPADEL LA LAGUNLAib, ro de actas, núm. 11, oficio pri-mero
,años 1558-1563. Dicha tazmía se realizó entre el 26 de febrero y el
8 de marzo de 1561.
382 AII'UARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA POBLACIÓN DE TENERIFE ?D?E L SIGLO XVI 5
el siglo XVII 14, se halla inscrita en un libro de oficio del cabil-do.
Está bien hecha y es casi completa en cuanto a datos de
los distintos núcleos, sin embargo el recuento casa a casa no
lo hemos hallado, sino m resumen donde nos da el total de
poblados, casa de los mismos, personas que las ocupan y el
cereal acumulado.
Desde 1561 hasta fin de siglo s6lo hallamos nueva tazmia
en 1592 15. De ésta, aunque se debió realizar para toda la isla,
sólo se conserva la de la ciudad de La Laguna, dividida en este
nuevo recuento en cuatro cuarteles, cada uno con sus calles.
La continua elaboracidn de tazmias en Tenerse se debía a
la peticih de granos por parte de alguna de las islas vecinas.
En 1531 se ordena hacer ante la petición de los oidores de la
Audiencia de Canarias, sita en Las Palmas, de la saca de trigo
para Gran Canaria, con destino al pago de sus salarios. La res-puesta
del cabildo tinerfeño, a la vista de la tazrnia, es de no
poder conceder la petición por la esterilidad del año y el
aumento de la población operado en la isla.
En 1552 se manda ejecutar ante la solicitud del mayordo-mo
del cabildo de Gran Canaria de 5.000 fanegas de trigo, 1.500
de cebada y 300 de centeno.
En 1559 el peticionario es el obispo, deán y cabildo de la
catedral de Canarias; solicitan la saca del trigo que tenía la
Curia en los términos de Adexe y Abona.
La tazmia de 1561 se realiza ante la. provisión enviada por
los oidores de la Audiencia para que se dejara sacar trigo para
zbautecer a !as islas de La Palma y Grun Cmzria, pm W mes-sidad
existente en ellas. Una vez realizada la tazmia, el cabildo
discute en sus sesiones sobre la misma al comprobar como el
trigo almacenado en Tenerife no era suficiente para abastecer
la población que habitaba la isla 16.
En 1592 ei móvii es ei mismo. Se hace ai soiicitar Gran Ca-l4
J. NTNEZ DE LA PEBA: Conquista y antigüedades de las islas de la
Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1847, p. 483.
ARCHIVOM UXICIPADLE LA LAGUNAkg, . P-XIV, doc. 33.
l6 Idem, Libro d eactas, núm. 11, o f i c i o primero, fols. 206v.-210r.
Núm. 33 (1987) 383
6 TUI.4NVEL LOBO CABRERA
naria la saca de 430 fanegas para proveer a su población, ham-brienta
p necesitada.
Junto a estas fuentes se cuenta también para Tenerife con
un informe elevado a la corte por el regidor Alonso Calder~n,
en nombre de la isla, oponiéndose a la compra por parte del
regidor Pedro de Ponte de la jurisdicción del lugar y término
de Adeje. En este informe realizado a fines de la década de los
cincuenta ", se va cit,ando la población en vecinos de los dis-tintos
lugares y pueblos de Tenerife, a excepción de La Lagu-na
le. Estamos casi seguros, al comprobar los datos contenidos
en el informe con otros, que las cifras están aumentadas, como
era habitual siempre que la causa los justificara, pero no cabe
duda de su importancia como punto de referencia.
1. LA ISLA DE TENERIFEEN EL SIGLO XVI
Tenerife en el quinientos continuó con el desarrollo econó-mico
iniciado pur Aionso Rrxi~iiidez de Lügo desde fines del
siglo xv.
El primer adelantado se preocupó de organizar la vida de
la nueva sociedad, iniciando la tarea con la puesta en cultivo
de toda la isla, tanto para su propia subsistencia como para
potenciar sus relaciones económicas con el exterior. Esta pdí-tica
permitió la conversión de Tenerife en un auténtico grane-ro,
que abasteció al resto d.e las islas en épocas de crisis ca-renciales
y a otras zonas de la Península y Portugal lg.
Esta particular situación y el aumento continuo de pobla-ción,
a veces fomentado por ias propias autoridades, median-te
la contrata para traer pobladores '" van convirtiendo a Te-
-7 ARCHIVO G ~ R DUE S IN~CAESx,p edientes de Hacienda, leg. 209,
fol. 8. Como esta fuente vamos a citarla a menudo en adelante la citare-mos
como Expediente, haciendo llamada a los folios del mismo.
la Idem. De la ciudad se dice tan sólo que es la principal de la Isla,
y que se nombra ciudad de San Cristóbal, fol. 32r
l9 M. MARRERO«A: lpunas consideraciones sobre Tenerife en el primer
tercio del siglo xv~nA, NUARIOD E ESTUDIOAST LÁNTICO23S,, Madrid-Las Pal-mas,
1977, pp. 373-382.
20 E. SERRARA FOLyS L. DE U ROSAi:l cuerdos , op. cit., p. VII.
384 ArVríARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
nerife en una de las islas más importantes del Archipiélago,
tanto en el plano económico como demográfico.
A fines de la primera mitad del siglo presentaba este as-pecto
«. . . la dicha ysla de Tenerife es la mejor de las yslas de
Canarias, y está en medio de todas ella, y es la más fér-til
e abundante de todos mantenimientos de la qual todas
las demás yslas se proveen como es notorio, e aún della
se proveen muchos lugares e pueblos de Castilla.. . 'l.
No cabe duda que las líneas anteriores resumen la impor-tancia
económica de la isla, ampliada por su comercio exterior
y las relaciones con las Indias, con la aportación de los navíos,
n*.mnAnri cr C l n t n n N I I ~ L n n í n n ncnnln rr t n m n k n n mnn+rrn;rvrirrntnri a L u r a u a u y sruriau yuc rrabrarr cubaia y riurrsauarr rriarrbGrrrrrrsGrrriua
en sus principales puertos.
A la par que el ritmo económico de Tenerife ascendía, el
demográfico iba parejo. A fines de siglo, basándose en estos
argumentos, el tribunal de la Inquisición solicitaba trasladar
8 cita& i&, =.!eg=.=& yUe ::*=da. tiene ta.r,ta.
gente como las otras seis» ''. Este aumento de población es, en
definitiva, el objeto de este estudio, que pasamos seguidamen-te
a analizar.
2. LA POBLACION DE TENERIFEEN EL SIGLO XVI
La población de la isla durante la citada centuria no hizo
sino crecer, salvo algunos baches recuperados rápidamente.
Este creci~~ientsoe &?$S sjn &J~Ba,& m& & prc_~irge di.
versas inmigraciones, al desarrollo económico adquirido por
la misma. El aumento no fue igual en toda la isla, pues mu-chas
zonas se desarrollaron mas que otras a causa de su ri-queza,
en especial las orientadas en la banda norte. Entre ellas
La Orntva file imsi de !as mas fslv~recirias td cnmc se receje
a continuación:
Expediente, fol. 28r.
22 M. LOBO CABRERA: «El tribunal...)), art. cit., p. 109.
8 3IANZE: LOBO CbSRERA
<{E1 lugar e termim ó.el Orotava tiene gran termino que
cocfina. con el dicho termino del Zauzal e Sentejo, e tie-ne
tres puertos principzles que son ei prrerto de !a casa
g e! puerto de la Cruz y el puerto de la pez, aliende de
otras caletas muy comodas para cargar y descargar en
los q ~ ~ a l epsu ertos a ~ o r t a nm uchos navíos e armadas e
son muy comodos paro, la navegaci6n de I~di a se otras
partes, y en el d.icho termino ay seiscientos oezinos e
más, todos en población e tiene tlres yglesias e im mo-nesterio
e ay en 61 peTsmas muy ricas e calificadas, lea-les
servidores e vasa!los de vuestra magestad, y pasa por
el d.icho pueblo ¿m rio de agua e ay en el tres ingenios de
aqucar e doze molinos de pan e grxndes heredades de vi-ñas
e cafiaverales e tierras de pan e murhos términos de
ganados de todo género e se cogen en 61 muchos frutos
e gran abundancia porque se cogen en eada un anño más
de treinta miI1 hanegas da pan, e mas de dozientas miii
arrobas de vino e más de catorze mil1 arrobas d.e awcar
e ,oran cantidas de qeda e coranbre, miel, e cera e cuma-que,
e pez, e ay grandes montarias, las mejores de toda
la ysla, se haze gran cantidad de madera e leña e
tiene ctros muchos aprovechamientcs y está junto a la
xar, pasaje y comercio de toda la ysia.. .N ".
Los puertos también atraen poblaci5n por sus tratos y co-mercio
con el extrrfor, así Santa Cruz y Garachico experimen-tan
un aurnen'c3 en este sentido.
Otras zocas orientadas al irrterior -mantienen un cier-to
ritmo de crecimiento, pero m& pausado, como Acentejo,
Tegueste e Icod.
Las zo-ias m& alejadas y las orientadas al sur apenas si
aürnentan, e incluso son poco contempladas en los censos y
n n n , r n n t r \ ~ cnmn PnnRn1nr;o n-i;;mnr .cr Ar.o.6n A h n - ~ r n rr A i l n i n
L G L ~ G A I L C I U ~i i w ~ i l w u u i l u G r a i r a , w i i ~ r r ~ uys i ~ s c d v ,L I M U L I ~ y A L U ~ J ~ .
Realmente r_e se pue& realizar un esYudio global para el con-jmto
de la isla, salvo haciendo interpolaciones, pero si de al-gunas
poblaciones impc~tantes.
C m las limitaciones qxe tienen las lazmias de 1532 y 1361,
lrCnLcD -di6lL0ID bnwfilmllpnlblbnu+i3r,i r px 12 falta de pec;~c:eñour ,úc!em en um y
otra, comprobamos cómo la poblacijr, de Tenerife en tan sólo
nueve años aument5 en uncs 4.930 habitantes, a una media de
23 Expediente, fol. 3lr.
386 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLhNTICOS
CUADR1O
LA POBLACIdN DE TENERIF,E SEGÚN EL REPAIZTII\KIENTO Y LAS TAZMÍAB
1514 1531 1552 1559 1561 1592 - ---- ---
Per- Per- Per- Per- Per- Per-
Casas sonas Ca:sas sonas V'S. sonas Vs. sonas Casas sonas Casas sonas
_ _ . _ _ - - - - -
La L,aguna . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Acentejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sauzal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Taco ronte .....................
2'ejin.a y Tegueste . . . . . . . . . . . .
Santa Cruz ..................
Valles .........................
Taganana .....................
Candelaria . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Güímar .....................
Araf o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La Oirotava . . . . . . . . . . . . . . . . . .
E1 Realejo .....................
Rambla, San Juan y Santa
Catalina e Icod el Alto ......
Icod de los Vinos ............ :L56 831
LA POBLACIdN DE TENERIFE SECON EL REPARTIMIENTO Y LAS TAZNIfAS
CUADR1O (Continuación)
1514 1531 1552 1559 1561 1592 --
Per- Per- Per- Per- Per- Per-
-Casas - sonas -Casas -sonas -Vs. -sonas -Vs. -sonas -Casas -sonas -Casas -sonas
Garachico . . . . . . . . . . . . . . . . . .
San Pedro de Daute . . . . . . . . .
E:l Tanque . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La Fuente de Juan Méndcz ...
E:l Palmar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
B'uenavista . . . . . . . . . . . . . . . . . .
L,os Silos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El1 Esparraga1 . . . . . . . . . . . . . . .
Hleredamicnto de Daute ......
La Tierra de los Trigos . . . . . .
Valle dc Santiago . . . . . . . . . . . .
E2 Carrizal . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Rilasca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Abona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Adeje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Fuentes: MORENOFU ENTESF,. : ((Repartimiento de vecinos di. La Laguna en 1314n, ANUARIO DE ESTUDIOAST LÁNTICOS, 24,
Madrid-Las Palmas, 1978, pp. 383-389; ((Tazmía de la isla de Tenerife en 1552», ANUARIODE ESTUDIOAST L.ÁN-TICOS,
25, Madrid-Las Palmas, 1979, pp. 411-485.
LA ROSAO LIVERAL.,: ~Tazmíad e Tenerife cn 1531», Instituto de Estudios Canarios, 50 Aniversario, Santa C m
de Tenerife, 1982; A. M. L. L., legajo E-XIII, doc. 5 y legajo P-XIV, doc. 33.
447 personas por año. Confrontando asimismo estas cifras con
las de 1387 y 1603, aunque tampoco en ambos registros se re-coge
la totalidad de las poblaciones, hallamos que en la pri-mera
fecha contaba Tenerife con 4.070 vecinos y en la segun-da,
casi veinte años más tarde, con 4.260. Cotejando el núme-ro
de casas de 1561 con el de vecinos en 1587 se había opera-do
un aumento de 1.201 vecinos, es decir, unos 7.000 habitan-tes
más. Sin embargo, entre 1587 y 1605 el aumento había sido
muy reducido, si lo comparamos con las cifras anteriores, unos
190 vecinos. Este menor crecimiento, además de la posible fal-ta
de algunos pagos en el recuento, se debe también a los bro-t,
es epidémicos sufridos por Tenerife en los inicios del si-
XVII 24. NO obstante, si comparamos las cifras dadas por el tío
del licenciado Valcárcel, más cercanas a la realidad según la
opinión de algunos historiadores, con las del censo inquisito-rial,
lejos de crecer la población había disminuido. Sin embar-go,
los aumentos e inflexiones no se ofrecen por igual en to-das
las zonas, por lo que se hace preciso su análisis individual.
Es quizá, por ahora, el único lugar de Canarias del que se
conservan más datos de población. Sobre ella, desde los pri-meros
momentos inciden los acuerdos de cabildo, para justi-ficar
el nombramiento de ciudad. En estos años no se suelen
dar cifras y cuando se dan son estimadas e incluso exageradas,
con el fin de conseguir el propósito que movía a los miembros
del consistorio. Así en 1514 el adelantado Fernández de Eugo,
para justificar la necesidad de repartir solares, señala
«. . . que la tierra se puebla de muchos vecinos que vienen
a ella en cantidad de cien vecinos castellanos e portugue-ses
cada año: : : »
24 L. A. ANAYA HERNÁNDEZ A. ARROYOD ORESTE:« La peste de 1601-1606
en las Islas Canarias», Revista de Historia de Canurius, 174, La La,guna,
1984-1986, PP. 175-201.
zs E. SERRRAA FOLSy L. DE LA ROSA:A cuerdos ..., op. cit., p. 58.
LA POBLACION DE TENERIFE SEGUN INFORMES Y DESCRIPCIONES
La Laguna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Accntejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
y Sauzal y Tacoront;e . . . . . . . . . . . . . . .
Acentejo, Tacoronte, Tejina, P'egues-
te y Taganana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tacorontc . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Taganana y Valles . . . . . . . . . . . . . . . . .
Santa Cruz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Candelaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
con Güímar y Hrafo . . . . . . . . . . . . . . .
La Orotava . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El Realejo ...........................
con San Juan, La IZambla, Santa Ca-talina
e los Icod ..................
Icod de los Vinos . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Garachico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
con Los Silos, Daute, El Palmar, Santiago y Carrizal ...............
San Juan y Santa Catalina .........
Chasna ..............................
Los Silos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Valle Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Abona ..............................
Adejc .................................
Vilaflor ..............................
Informe
de Alonso Censo Censo
Cnldwdn de 1587 Vnlcárrd Torriani Frutuoso de 1605
Vecinos Vecinos Vecinos Casas Vecznos Vecznos
- -
Puentes: Archivo General de Siinancas, Expediente de Hacienda, leg. 209, fol. 8; SANTIAGMO., DE: ((Compendio anónimo
de Historia de Canarias compuesto en cl primer cuarto del siglo XVIIII), El Museo Canario, 8, Las Palmas,
1936, pp. 97-100; MARCOB OKTAE,. : ((Descripción de las Islas Canarias por virtud del mandato de Su Majest,ad,
por un tío del licenciado Valcárcel)), Ret~istad e Historia, La Laguna, 1043, pp. 197-201; TORRIANLI,. : Des-cripción
e hisloria del reino de las Islas Can,arias, Santa Cruz de Tenerife, 1959; FRUTUOSOG,. : Las Islas
Canarias (De (tSaudades da terrm), La Laguna, 1964; Eono CABRERMA,. : «El tribunal de la Inquisición de
Canarias: intento de traslado a Tenerife)), Revistu de Historiu de Canarias, 174, La La.wna, 1984-1986, p. 110.
NOTA: LOS lugares que aparecen subrayados corresponden con las cifras de población del censo de 1605.
14 MANUEL LOBO CABRERA
En noviembre de 1518 se le atribuyen a La Laguna más de
600 vecinos, más incluso que la ciudad de Las Palmasz6, pero
tal afirmación sólo responde a la exageración, porque en 1514,
cuando se dispone el repartimiento de la laguna para que sus
vecinos la limpien, se realiza un listado bastante completo dv
los mismos, en donde se incluyen todas las personas de toda
condición y clase, con un total de 317 casas y 854 habitantes 27.
Según el repartimiento las cifras consignadas quedan muy le-jos
de las comentadas por el adelantado en 1518. Es posible
que la población hubiese aumentado desde el final de la con-quista,
pero no hay que olvidar que en 1514 sólo se estaba a
dieciocho años de la conclusión de la misma, y el poblamiento
no debía aún ser mucho, al reclamarse en 1516 la traída de
nuevos inmigrantes ".
En 1526 el vecindario de La Laguna ya habia aumentado.
En ese año los vecinos de ella dan poder al regidor Juan de
Aguirre para que suplicase a los reyes dejase sin efecto un
nombramiento de alcalde de sacas dado a Sancho de LlanesZ9.
Ei poder fue firmado por 371 vecinos, a falta únicamente ae
las firmas de las mujeres cabeza de familia, con lo cual se
puede estimar la existencia de 400 casas pobladas en la ciudad.
En 1531 La Laguna habia dado ya un salto cuantitativo,
pues en la tazmia realizada ese año se contabilizan en ella 5.179
personas. En ella sólo se da el total de almas y no el de casas
pobladas, con lo cual para esta fecha no se puede estimar coe
ficiente de relación alguno.
Unos veinte años más tarde la capital de la isla mantiene
casi la misma población, habiéndose operado tan sólo un
~uíiientü de 334 enteros, cün una media anuai de i 7 personas.
Quizá se produjera en esos años al@ brote epidémico, aun-que
también es cierto que en esa época la poblaci6n se sintió
26 Idem, pp. V y VI.
27 F. Mmmn F L L ~ oSR:ep ~rtimie~t.n»,, at.c it.
En cabildo de 16 de mayo de 1516 se da comisión a Jerónimo de
Valdés y al bachiller de Las Casas para que se asentaran con Segundo Gi-novés
para que por el mes de julio de dicho año tuviera traídos vecinos
a Tenerife.
29 L. DE LA ROSAy E. SERRARA FOLSV:e cindario. ., op. cit., pp. 7-10.
392 ANUARIO BE ESTUDIOS ATLANTICOS
atraída por la aventura americana, entre ella el segundo ade-lantado
don Pedro Fernández de Lugo, por el paso continuo
por la isla de armadas con destino al Nuevo Mundoz9". Plan-teamos
esta hipótesis al comprobar cómo mientras entre 1531
y 1559 el aumento es pausado, luego en tan sólo dos años, de
1559 a 1561, el crecimiento es vertiginoso, se pasa de 5.989 a
7.220 habitantes, con un saldo positivo de 1.232 personas. La
última cifra no la superará La Laguna en todo el resto de si-glo,
antes al contrario se contraerá.
Comparando las casas existentes en 1514 con las de 1552
y 1561, puede observarse el aumento urbanístico originado en
la ciudad. Así mientras en la primera fecha sólo se hallaban
-in m- nl n f i n C m n + r r \ ..rLn-r\ Qlrl nncncr n- 1KTI) rrncli nrr hn
G ~ L J +G CAL GI ~ ~ L I L L G I ~ I UVL I J ~ L L V 01I bauaa, G L ~ r drra bam DG ua-bían
triplicado y en 1561 ya pasaban de las 1.000. Censo éste
que se mantiene ya hasta iniciado el siglo XVII.
A partir de 1561 y hasta fin de siglo la ciudad aumenta muy
poco, en casas y en habitantes. En este período si bien se pro-
A..-#. ..- -.--.-.&- ,.--&:-....A- %--&- l.. AA--A.-. A.. l...-. -..-..- &..
UULG LUI ~ L U I ~ G L A L U LULIL~ ILIU~ ~1U1aUa 1,a la umaua, ut: LUU ~ ~ a ~ ~ l l i a ,
a partir de aquí se produce un cambio en la tendencia en el
quinquenio 1570-1574, para alcanzar un nuevo ascenso en el
quinquenio siguiente, sin que se llegue a alcanzar los niveles
anteriores3'. En esta segunda mitad del siglo debe, además,
tenerse en cuenta la peste de 1582-1583, que constituye la crisis
demográfica más grave que sufrió la ciudad en este período;
la mortalidad debió ser tan considerable que la corona emite
una cédula real en 1585, para solicitar información de lo suce-dido.
Otra consideración a tener en cuenta es la huida de ve-cinus,
provocada por ía epidemia, para evitar ei contagiov1.
Las cifras ofrecidas por la tazmia de 1592 confirman este acer-
29a L. DE LA ROSA OLIVERA: «Don Peüro Fernández de Lugo prepara la
expedición a Santa Marta)), ANUARIO DE ESTUDIOAST LÁNTICO5S,, Madrid-
Las Palmas, 1959, pp. 39943. Asimismo en 1530 estaba avituallándose en el
puerto de Santa Cruz la armada de Peüro de Ordas para el Marañón. Vid.
L. DE w ROSAy M. MARREROA:c uerdos. .., op. cit., p. 47.
30 A. MARCOS MARTÍN: «La esclavitud en la ciudad de La Laguna du-rante
la segunda mitad del siglo xvx a través de los registros aarroquialesn,
Investigaciones históricas, 2, Valladolid, 1980, p. 12.
31 Zdem, p. 10. ARCHIVO MUNICIPADLE LA LAGUNAle,g . S-1, R-IX, 26.
16 MASUEL LOBO CABRERA
to, pues la población no se recupera a pesar del importante
incremento de natalicios en el quinquenio 1385-1389. En dicho
año el número de personas no alcanzaba siquiera la cifra de
1531, y las casas pobladas, 932, se mantenían en la misma si-tixación
de 1552.
A la vista de estos datos hemos de cuestionarnos otras fuen-tes
utilizadas para otras islas, a falta de datos más fidedignos.
Las cifras aportadas por el tío del licenciado Valcárcel, 1.200
vecinos, por el censo de 1387, 1.300 vecinos, y por Frutuoso
son a todas luces exageradas, en especial las del azoreano,
quien nos afirma que la ciudad de La Laguna contaba con
2.000 fuegos Sólc Torriani y el censo inquisitorial se acercan N a
a la reaIidad al estimar en 1.000 casas o vecinos la población E
«Es la maycr y más habitada de la isla.. Tiene más de mil
casas, cada una con su espacioso huerto, llena de naran-jos
y otros bellísimos árboles.. .N 33.
La población lagunera se concentraba en torno a dos ha-rrios,
los denominados villa de Arriba y villa de Abajo 34, con
Los Remedios y la Concepción, y en unas ocho calles, que se
amplían a fines del x v ~a veintisiete, ordenadas en cuatro mar-teles.
Saber el número de vecinos por casa ha sido fácil, por-que
así lo dan las tazmias, pero como se distribuían ea ellas a
es lo que hemos intentado. Para ello hemos tomado como ejem- n
plo lo, tazrnia de 1552, pues el número de casas es similar a1
de 1592, por ser la única donde aparecen recogidos los datos 3
O
necesarios para zp!icarlo al mayor número de pueblos y pa-
32 FRUTL-OSenO sus Saudades da tema dice de La Laguna: «A cidade
e cabeca principal, chamada PJagoa, bam situada, dista do porto de Santa
Cmz una legua. Ten dois mil fogos, poaco mais ou menos.»
33 L. TORRIANIO: p. cit., p. 188. En esta edició~id e 1959 la describe así:
<;Es¿:, cm&&, eWficada 6esyués !u. cunq~ji~saes, !S mayor y lg mss
habitada de todas las denás de essas islas. Además de las mil casas que
contiene, cada una de ellas tiene a su Iado gran espacio de huerta, lIena
con naianjeros y otros árboles hermosísiinos.»
3" E. GoivzÁ~~Yz.% VES:« Villa de Arriba y Villa de Abajo», Revista de
Historia, 63, La Laguna, 1943, pp. 189-192.
394 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA POBLACIÓN DE TENERIFE EN EL SIGLO XVI 17
gos de toda la isla. En dicho año componían el casco de la ciu-dad
940 casas, en las cuales se albergaban desde una a treinta
y cinco personas. Las viviendas, amén de que en su mayoría
albergaran a una unidad familiar, debían ser amplias, pues
las familias, salvo las reducidas, pasaban de cinco miembros
en un 56 por 100.
Existe un porcentaje nada despreciable del 6,38 por 100,
formado por casas habitadas por una sola persona. Es curio-so
observar cómo en ellas figura como cabeza de familia una
mujer, en más de la mitad de los casos; son mujeres de baja
condición, antiguas esclavas negras y prietas, criadas y amas,
que viven solas. En otros casos el morador es un mercader,
quizá de paso por la ciudad, de ahí su soledad. Las que aco-gen
en su seno de dos a cinco miembros están representadas
por el 31,9 por 100, con una poblaciCn de 1.760 habitantes.
Las familias numerosas entre seis y trece miembros alcan-zan
reaIrnente el mayor índice, con el 51,76 por 100, dominan-do
este grupo sobre el resto. A partir de ahí las familias inte-gradas
por más de 14 personas hasta llegar a 35, están repre-sentadas
por pocas unidades, pero acumulan una población
de 897 personas.
A la vista de lo comentado podemos seguir manteniendo,
aunque se halla indicado q.ue debe desterrarse el mito de las
familias extensas35, que en Canarias perdura este tipo, aun
cuando sea con bajos índices. Así hallamos en una sociedad
como la lagunera, mitad agraria mitad artesana, cómo las fa-milias
con más de nueve individuos en su seno representan el
17,6 por 100.
El mayor coeficiente lo representan las familias nucleares
formadas con más de cuatro miembros y menos de diez, que
alcanzan el 52 por 100. Ante esto hay que mantener que en Ca-narias
se generalizó el tipo de familia llamada numerosa 3F, ex-plicable
también por el tipo de economía imperante en el ar-
V. HREZM OREDAL: a crisis de mortalidad en la España interior,
prólogo de J. Nadal, Maerid, 1980, p. 3.
36 M. LCEOC ABRERA«:E l vecindario de Las Breñas (La Palma) en 1603»,
Serta Gratulatoria in honorem Juan Régulo (en prensa).
MANUEL LOBO CABRERA
CUADROII I
ESTRUCTURA FAMILIAR DE LA LAGUNA SEGON MIEMBROS
Famiiias de 1 miembro
Casas Personas
60
220
366
576
540
558
504
543
3fiO
250
143
288
208
70
135
96
34
72
57
100
22
72
25
26
27
60
32
34
35
chipielago, y la consiguiente necesidad de brazos para atender
el campo.
A La Laguna le siguen a la zaga, por orden de importancia
económica y de población, La Orotava, El Realejo, Icod y Ga-rachico,
situados todos a la banda norte de la isla.
396 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
2.2. La Orotava
El crecimiento operado en La Orotava, desde muy pronto,
se debe como ya indicamos a su riqueza agrícola y a sus tra-tos
con el exterior. Todos los viajeros coinciden en ello, lla-mándoles
la atención su fertilidad. T. Nichols nos dice de ella
lo siguiente:
«En ella, se halla una legua de tierra que está entre dos
poblaciones, la una llamada La Orotava, y la otra Reale-jo,
de la que se piensa que no hay en todo el mundo otro
lote de terrenos igual. La razón es que esta legua de tie-rra
produce agua dulce de los barrancos de las montañas
rocosas, trigo de todas clases, fruta de toda clase, y muy
buena seda, cera y miel, y muy buenos vinos en abun-dancia,
con grandes cantidades de azúcar y leña para
fuego.. .N 37.
En términos similares se expresaba el tio del licenciado
Val~árcel~E~st.a fertilidad hizo que la zona se poblara a pa-sos
agigantados.
La primera noticia que tenemos sobre su población se re-monta
a 1530. En este año el jurado Juan de Herrera presen-taba
al cabildo una petición enviada por los vecinos de La Oro-tava,
en donde se señalaba que desde la incorporación de la
isla a la corona de Castilla el lugar se había poblado, y se ha-bía
puesto un escribano para atender a los vecinos de La Oro-tava
y El Realejo, pero en esa fecha, al haber visto los habitan-tes
de la villa cómo se acrecentaba la población, llegando a
400 vecinos, con iglesia parroquia1 y monasterio de San Fran-cisco,
con abundante cosecha de pan, vino, anícar, colmenas,
de donde se sacaba miel y cera, buen número de ganado, y
buenos tratos con navíos, solicitaban un nuevo escriban^^^.
"A. ZIWRANESThCoUrn:ú s iv'ichois mercader de azúcar, hispanisia y izere-je.
Con la edición y traducción de su Descripción de las Islas Afortunadas,
La Laguna, 1963, p. 114.
38 E. MARCOD ORTAA: rt. cit., pp. 201-202. El comentario es el siguiente:
c..la Orotava, ques un lugar de 800 vezinos ...; vive en este lugar gente
muy principal, noble y mica, y muy bien enparentada con todo lo mejor
Núm. 33 !1987} 397
20 MILUUEL LOBO CABRERA
En 1531 se habla de 8.000 a 10.000 personas para La Orota-va,
Realejos y Daute, cifra a todas luces exagerada, ya que
veinte anos más tarde toda la isla tenía, un poco más que esa
pobiación.
En 1352 ccntaba la villa y aledaños con 383 casas y 2.091
habitantes, habiendo decrecido en 1539 según la tazmia de ese
año. Pensamos que la diferencia se deba a que no incluyeron
en el recuento barrios de los alrededores, sino tan sólo las
casas del principal casco urbano, puesto que dos años más
tarde el aumento es considerable: 526 casas frente a 312 y
2.573 habitantes frente a 1.786. Si comparamos las cifras de
1532 con las de 1561 hallamos que se había producido un aumen-to
de 53 habitantes por año como media. Poco más aumento
1la- -^Ll - - :A- A,. 1, . -.:11- L ^ " L , ,,,,l...', -1 ,:,L. -..,.? 1"" #.:pnnr< ~ U L J I ~ G I U I Iu t: la V L U ~ 1 Laut.a ~ ~ULIGIUI IG L ~IC;LpUu, ~ ula 3 ullaa
barajadas están en torno a los 600 u 800 vecinos, q ~ puue den
parecer admisibles teíziend.0 en cuenta el ritmo observado en
décadas a.nteriores. Sólo cabe desterrar el dato citado por Fru-tuoso,
quien tanto exagera como subvalora, así para La Orota-
-v.a- u2 a- .u.r-l -v.-~, .:t-iAu--r:-u a ~ l2..u 9ocninu -V.,, G U:L-L,, U ~ G,I,L 9L JeJnUn ro .
En cuanto a la población de 1532 y como estaba distribui-da,
pensamos que un buen grupo de casas, de las 383, estaría
situado en el casco y el resto diselninad0 de cumbre a costa de
acuerdo con las características de su economía. En estas 385
czsas vivían 2.097 personas en familias formadas desde un
miembro a 82 personas.
A la vista del cuadrc puede comprcbarse cómo el peso de
la población lo formaban las unidades familiares formadas por
matrimo~ios o viudas e hijo, hasta aquellas donde el número
de las yslas; ay un ospital; y, en el mesmo lugar ai tres yngenios que
fabrican acucar; y deaás del acucar, ay mmucha cantid-só. de vino y muy
bueno, mucha labranpam mucho cumaque; es lugar muy fértil y muy
fresco, y que passa por rneGo del una grande acequia de agua, en que ay
r n r ~ ~ i i nmcn linnc r--.i n~a n y as í -- dve.-s--d-e !a P i 1 d ~ d ve---- v.s n 5 -m-o!er verano;
tiene muchas frutas, y ,windas, castañas y nuezes, que estas tres cosas
no se crian en otra parte de todas las yslas como allí.))
39 L. DE LA ROSAY M. ~ A R R E R0Op .: c it., P.3 0.
40 G. FRUTUOSLOiv: ro piirneiro das Saudades da Terra. Ponta Delgada,
1984, p. 96.
398 -1IL;ARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ESTRUCTURA FAMILIAR DE LA OROTAVA SEGÚN MIEMBEOS
Casas Personas
de hijos era igual a seis. Este grupo aglutina el 85 por 100 de
los habitantes de la villa. Las familias con más de 12 miern-bros
hasta llegar a los 70 u 80 sólo están representadas por una
o dos unidades. Con 70 personas se cuenta la familia de Fran-
& Lügo, pai-feiite a&ianiaao, en don& deben incluir-se
adem& de los familiares, posiblemente formados por varias
generaciones, a los criados, sirvientes y esclavos, y con 82 la
del regidor Alonso de Llerena.
2.3. El Reaíejo
El lugar conocido en la época y recogido en las tazmias
como El Realejo de Taoro debía comprender lo que hoy cono-cemos
como Realejo de Arriba y de Abajo, y quizá también
Núm. 33 (1987) 399
22 MANUEL LOBO CABRERA
San Juan de la Rambla y Santa Catalina. Por la riqueza agríco-la
de la zona concentró bastante población, aunque luego fue
perdiéndola a favor, quizá, de los pueblos limítrofes, sobre
todo Garachico y La Orotava. Su abundancia y fertilidad es
comentada en estos términos:
«Los lugares e terminos del Realejo alto y baxo e Rambla
e San Juan y Santa Catalina e Icode alto y baxo son ter-minos
de muchos puertos que están junto a la mar y jun-to
al dicho termino del Orotava e tiene grandes hereda-mientos
de acucar e tierra de pan e viñas e muchas aguas
e fuentes en tanto que se cogen en los dichos terminos en
cada un año ochocientas mil1 arrobas de vino antes más a N que menos porque es tierra fertilisirna de viñas e de don- E
de se preveen mücha parte de tn.estras Indias de =üzh= 5
vino e harinas, e asimismo se cogen en los dichos termi- n-= nos más de quarenta mil1 hanegas de pan en cada un año m
O
e mucho aqxar e ceda e ay grandes montañas e muchos E E
terrninos de ganado, y están las dichas partes junto a la SE mar...))41 .
=
7
Con semejante riqueza no es de extrañar que sea una de - - las zonas con más pobIación de Tenerife, sobre todo si tene- 0m
E
mos en cuenta la relación casas-habitantes. En 1530 contaba O
E1 Realejo con 200 vecinos, habiendo aumentado en 1552 a 262
n que hacían un total de 1.428 personas. En 1559, sin embargo, -E
había disminuido, pero ha de tenerse en cuenta que no apare- a
2
cen contabilizados ni Santa Catalina ni Icod el Alto, lo mismo n
0 sucede en 1561, en donde no se hace recuento ni en La Rambla
y San Juan, ni en Icod el Alto. No obstante, es cierto que la 3
O
p~ l=! ~ c fSdi~sm, irA~~yqei,Z &e n fmer de G ~ ~ UZSG EESS. i= e=-
bargo, en cifras aportadas por los censos y citas de fin de si-glo
se observa un progresivo aumento que va de los 500 ve-cinos
citados por el tío del licenciado Valcárcel a los 550 re-cogidos
en el censo inquisitorial. Frente a esto hemos de des-n,-.
T-.n.. l*" A.,tA" --n..+.,An- --.. nl nw-n.-l;nm+,. 4-1 ~.-.AA,.~ A l - -
G b L l a L LUD u a L i u a ~ ~ p u ~ b a uPUu La GL GA~GUIGL L ~GU GL I G ~ L U U L n L u u -
so Calderón, por exagerados, y los del censo de 1587, por sub-valorados.
El decrecimiento de población puede estar en rela-ción
con la ruina del ingenia, lugar en donde vivían en 1552
Expediente, fol. 31r. y v.
400 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
50 personas, mientras que el aumento puede explicarse por la
riqueza vinícola del lugar y demanda de los caldos para Indias
e Inglaterra.
En cuanto a la distribución de casas por personas en 1552,
se mantiene la tónica ya comentada para otros lugares.
CUADROV
ESTRUCTURA FAMILIAR DE EL REALEJO SEGÚN MIEMBROS
Familias de 1 miembro
>) 2 »
1) 3 »
N 4 »
N 5 »
N 6 »
>) 7 »
N 8 »
>> 9 »
>> 10 »
)> 11 »
>) 12 »
D 13 »
)) 14 »
n 15 »
n 16 »
N 18 N
>> 20 »
)) 30
n 50 »
Casas Personas
En conjunto puede apreciarse un decrecimiento de las fa-milias
de más de diez miembros, con lo cual se produce una
concentración entre aquellas cuyos integrantes van de dns a
ocho personas, que representan el 79,8 por 100 de la población
de 1552. Familias con más de quince individuos sólo están re-presentadas
por una unidad, salvo excepciones. Como grupo
importante tenemos el encabezado por Diego de Ospedal, ma-
Núm. 33 (1987) 401
24 XANUEL LOBO CABRERA
yordomo del ingenio del lugar, el mismo que había perteneci-do
al primer adelantado &, con 50 personas en su casa. En ella,
al tratarse a. la vez de una hacienda, debían vivir junto a la
familia los trabajadores, criados y esclavos.
2.4. Garachico
Tras La Laguna, La Orotava y El Realejo es Garachico, tam-bién
en el norte de la isla, uno de los lugares que concentra
más población en su perímetro y barrios cercsnos. La irnpor-tancia
de la zona no es sólo agrícola, s i ~ ota mbién comercial, a
de ahí su empuje. El lugar, a fines de la década de los cincuen- E
B, es des~r i tea sí por e! i-egie~rA lonsc Calseren: O n
=m
O
«El lugar de Garachico que está junto a los dichos termi- E
E
nos de Ycode es pueblo de muchos vezinos en cantidad S
E de más de seiscientos vezinos e tiene dos yglesias e umi
monasterio e tiene un puerto principal que es una de las 3 principales escalas de la navegación de Indias e donde
aportan y están muchas naos e navíos e se cojen en el -
0m
dicho termino muchos frutos de pan e vino e ceda e ay E
gran comercio e contratación de mercadurias.. .n 13.
O
Garachico, de acuerdo a su rango, se había convertido en el -E
a principal puerto de la isIa junto con Santa Cruz, no hace sino
crecer a lo largo del siglo XVI, ensanchándose con el aumento n
de casas, pues en menos de nueve años sus moradas crecen en
114 unidades, lo mismo que su población que experimenta un O
crecimiento anual de 74 personas.
En 1552 vivían en su solar importantes mercaderes, pues
además de los Ponte y Viña, descendientes de conquistadores
y establecidos allí desde los primeros afios de1 siglo, se halla-ban
también presentes los Casanova y los de la Nuez, de ori-gen
genovés, los catalanes Jorba, y otros poderosos vecinos
F. M O R ~ FOU ENTES(:( Tazmía. .., art. cit., Int roducción de L. DE
LA ROSAp,. 416.
l3 Expediente, lol. 3lv.
402 AI?UARIO DE ESTUDIOS ATLhNTICOS
LA POBUCI~N DE TENERIFE EN EL SIGLO XVI 25
cuyos negocios se orientaban a la actividad mercantil ". De las
198 casas de 1552 un elevado porcentaje agrupaba a m6s de
cuatro miembros, con el 71,7 por 100. Sólo se contabiliza con
un miembro la casa de Bastián Alvarez, lo que indica el cre-cimiento
próspero de la zona. Mientras, la del regidor Pedro
de Ponte alberga 137 personas, posiblemente, en su mayoría
esclavos y trabajadores de su ingenio azucarero. Es el Único
ejemplo en la isla de Tenerife donde aparecen concentradas
tantas personas, casi tantas como en el lugar de Candelaria.
La prosperidad económica del hijo del genovés Cristóbal de
Ponte así lo demuestra. Su riqueza, con bienes en la comarca
de Adeje, le decidió a solicitar se le vendiese la jurisdicción de
aquel distrito para poblarlo y levantar allí un castillo y casa
fuerte ". Para eiio, según Viera y Ciavijo, solicitó iicencia ai
rey, abriéndose información pública en La Laguna, de cómo
aquella región estaba infestada de piratas y expuesta al peli-gro
de una invasión. El cabildo se opuso y nombró para ello
a Alonso Calderón como mensajero en la corte. Calderón r e
dactó el informe en donde expiicaba cómo no cüiiveiiía s 1a
corona la venta de la jurisdicción porque vendría en disminu-ción
de la isla por una serie de razones. Entre ellas la existen-cia
de m puerto particular, por donde se sacarían cosas y
personas vedadas y por donde se descargaría el oro y la plata
que viniese de Indias, perdiéndose, asimismo, los derechos de
entrada y salida al sacarse productos sin licencia de la justi-cia.
Otra de las causas esgrimidas se basaba en que existiendo
jurisdicción particular se acogerían en ella muchos delincuen-tes
y malhechores; la saca de armas y su venta a los moros,
con la gaiiaíicia coiisigfiieiif--, posiale eratu
con los enemigos reales eran otros de los peligros4" Ante es-tos
argumentos junto con la reacción del cabildo, Ponte no ob-tuvo,
por ahora, la gracia solicitadaG7.
4.1 E. MG~EFXÜOJ Y ~;;TSaz:m fa ...: :, art. cit., Int~&t rcidzp,. 416.
45 J. VIERAY CLAVIJON: oticias de la Historia General de las Islas Ca-narias,
t. 11, Santa Cruz de Tenerife, 1971, p. 132.
Expediente, fols. 28 y SS. En el mismo legajo ({Alegación sobre el
heredamiento que Pedro de Ponte tiene en Adexen.
J. VIERA Y CLAVIJO: Op. cit., t. 11, p. 132, nota 2.
Núm. 33 (1987) 403
26 MBN3EL LOBO CABRERA
En la misma comarca de San Pedro de Daute, donde se in-cluye
Garachico, había otros pequeños núcleos vecinales como
Los Silos, con 25 casas y 102 habitantes, distribuidos en vi-viendas
de uno a diez miembros, el heredamiento de Daute con
12 casas y 71 almas, donde sobresaIe la de Catalina Setién con
24 miembros, viuda de Gaspar de Silva; la Tierra de los Tri-gos
con seis casas y 33 personas, en cada una de las cuales vi-vían
dos, cuatro, cinco, seis, ocho personas, respectivamente. Su-mando
estos núcleos vivían en la comarca en 1552 1.447 per-soqas,
distribuidas en 241 casas.
ESTRUCTIJRA FAMILIAR DE LA COMARCA DE DAUTE
SEGÚN MIEMBROS
-
Casas Personas
En el recuento de la tazmia de 1559 se consigna en San
Pedrn de Daute 341 casas y 1.361 personas; habiéndose opera-do
se- estas cifras un crecimiento de moradas pero una baja
en cuanto a la población; el mal estado del documento nos
hace prever algún error, puesto que dos años más tarde, 1561,
se contabilizan 1.915 habitantes. De un modo u otro queda
404 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
fuera de toda tduda el crecimiento operado en 1s zona, supe-rado
en la segunda mitad de1 siglo. La importancia de su puer-to
posibilitó el aumento, pues todas las fuentes coinciden a1
afirmar la existencia de unos 500 vecinos en Garachico, incluso
en 1605, momento en que la peste hacía estragos entre la po-blación
del citado puerto, tanto por la enfermedad como por
el hambre, al haber estado aislado 48.
2.5. Icod de los Vinos
Icod, lugar situado también en la banda norte de la isla,
+;ama cinmin lo- fon-inci Ari fimnci An ln n r ; m n r o vnitorí An1 ciirrln
i i r c x i r ; DGSULL L ~ Di i a n u u a D UG LA LA^;^ UG .LO, ~ A L A L L ~ A ILLU~LI~LI ~U U ~ LUIS IV
más de 150 casas, rondando su población los 1.000 habitantes.
Otras fuentes sitúan su población en torno a los 300 vecinos.
Su importancia agrícola demuestra este crecimiento, pues
en sólo siete años se amplía su casco en 14 casas más, y en
d ~ 8s5 ~ svz s habitantes hahian xment8dc a Una meaz de 66
personas por año.
A partir de 1561 su población siguió aumentando, al contra-rio
de otras zonas de la isla, pues todas las fuentes de fin de
siglo estiman su población en 300 vecinos, el doble de los que
tenía en 1532.
Este crecimiento no escapa a los viajeros y comentaristas,
quienes definen el lugar así:
N... tiene un muy buen templo y un so10 beneficiado, por-aue
cuando se proveyó, que a casi 50 años, era el lugar
muy pequeño y bastaba; y por aver crecido tanto preten-do,
en nombre de la ysla, que quands vacare el dicho be-neficio
se dividan en dos, porque tiene renta suficiente...)) 4g.
,, En 1552 gran parte de la población de Icod se concentraba ,,;,,;,,A~C ,,,,.A, :.,LaO,-, de dos CG 10 miembxs, riqresentaiido
el 89 por 100 del total, aunque luego se extendían hasta aque-
48 L. A. AXAYAH ERNÁNDEy ZA . ARROYDOO RESTEA: T ~c.it ., p. 190.
4C E. MARCO DORTAA: rt. cit., p. 20s.
28 XWGELLO BO CABRERA
llas familias, en las cuales convivían hasta tres generaciones,
que alcanzaban las 18 personas, como las del alcalde Antonio
Afonso y la de Blas Martín
CUADROV I1
ESTRUCTURA FAMILIAR DE ICOD DE LOS VINOS
Gasas Personas
2.6. Santa Crux
Sa.nta Cruz, el primitivo campamento de la hueste de Alon-so
Fernández d-e Lugo, puerto principal para conectar la capi-tal
de la isla con el exterior, mantuvo en el siglo XVI un creci-miento
inestable, fruto en parte del movimiento portuario, de
la emigración y de las epidemias 'O. Hasta la primera mitad del
siglo su crecimiento es ascendente, definiéndose además a fi-nes
de este período como
50 A. CIORANESCUH:i storia de Santa Cruz de Tenerife. 1. 1494-1803, San-ta
C m de Tenerife, 1977, pp. 87 y SS.
406 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
N.. . el puerto mas principal de la dicha ysla, ay casi qua-trocientos
vezinos e yglesias instituidas y en el ay una
fortaleza con sus cubelos e terrapleno con mucha artille-ría
que defiende el dicho puerto.. .» jl.
El número de vecinos aplicados en esta descripción es un
tanto exagerado, quizá para afianzar la idea del informe, para
oponerse a la compra de la jurisdicción de Adeje por parte de
Pedro de Ponte, puesto que en 1552 el lugar de Santa Cruz sólo
contaba con 95 casas, y aunque creció rápidamente hasta al-canzar
en 1561 139, el crecimiento no había sido tan acelerado.
En la última fecha la población de Santa Cruz representaba el
4,3 por 100 del total de la isla. No obstante debió seguir cre-ciendo,
hasta el punto de que Nichols le aplica el término de
ciudads2, pero en 1584, lejos de aumentar, sufre un colapso,
originado por la peste que había asolado el puerto, de tal modo
de que en 1587, amén de que esté subvalorada la población, en
el informe enviado a la administración por el obispo se le asig-nan
50 vecinos. Torriani dice de él que es una villa con 200 ca-sas,
habitadas por marineros y pescadores, muchas de las cua-les
debían permanecer vacíass3, pero un nuevo brote de peste
vuelve a reducir la población, al contar en 1605 con 100 vecinos.
A causa de la naturaleza y dedicación de sus gentes las fa-milias
que habitaban Santa Cruz no sobrepasaban, en mayoría,
las siete personas, pues aquéllas cuyos moradores iban de dos
a siete representaban el 81,8 por 100 de la población. Le seguían
aquellas habitadas por wia sola persona, en su mayoría muje-res,
dedicadas quizá a servir en tabernas y mesones. Sólo tres
casas tenían más de diez miembros, la de Violante Báez, la del
pescador Juan Martín y la de Diego de Parraga, miembro de
una de las primeras familias que se habían asentado en San-ta
Cruz.
51 Expediente, fol. 30v.
52 A. CIORANESCUT:ho mús ..., op. cit., p. 116.
L. TORRIANOI:p . cit., p. 190.
MANUEL LOBO CABRERA
CUADRO VI11
ESTRUCTURA FAMILIAR DE SANTA CRUZ
Casas
--
Personas
2.7. Otros lugares de la banda norte
Eesde Santa Cruz a ñuenavista se repartían por ia isla pe-queños
núcleos de población que no sobrepasaban entre todos
las 280 casas. Muchos de ellos eran zonas agrícolas importan-tes,
pero quizá sus propietarios viviesen en la ciudad o en La
Orotava. Acentejo, Tacoronte, Tejina, Tegueste y El Sauzal
concentraban en 1552 1.060 habitantes, que representaban el
7,9 por 100 del total de la población de la isla, cuando en rea-lidad
eran zonas, que junto con Taganana y la Punta del Hidal-go,
no recogidas de modo particular en la tazmia de dicho año,
donde existían heredades de ingenios, tierras de pan y vino,
eri las se i-ecogiaii ITasia jG.009 faiiegas de trigo
En 1561 lejos de crecer la población se mantiene, con un leve
aumento, contando en dicha fecha con 243 casas y 1.242 per-sonas.
A fines del siglo la riqueza vinícola de los mismos hacen
que se exyansioiieii, cuiitandli cada -&m de ellos con m&s de
100 vecinos. Acentejo, Tejina y Tegueste y El Sauzal casi se
habían quintuplicado, pues en su solar se reunían 150 vecinos,
mientras que Tacoronte había aumentado aún más al tener en
su término 300 vecinos.
408 ANLTARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Buenavista con los pagos de la Fuente de Juan Méndez, El
Palmar, El Carrizal y Masca tenía en su haber en 1552 76 casas
distribuidas por la zona. En ellas se albergaban 425 personas.
A pesar de la escasa población era un término fértil con bue-nos
pastos, heredades de viñas y cañaverales, tierra de pan y
mucha agua para sus molinos. La riqueza agrícola del lugar
hizo que su población fuese aumentando a medida que avan-zaba
el siglo: en 1559 Buenavista contaba con 441 habitantes
y en 1561 con 665. Al final de la centuria todas las fuentes coin-ciden
cuando adjudican a la zona más de 200 vecinos, con una
población cercana a los 1.200 habitantes.
Toda esta banda de la isla, con dedicación eminentemente
agricola, necesitada de brazos para poner en explotación su
fértil suelo, contaba con más de cuatro miembros por familia.
En especial el lugar conocido como la F'uente de Juan Méndez,
en el cual de siete casas, tres contaban con 14, 15 y 20 perso-nas,
respectivamente.
ESTRUCTURA FAMILIAR DE LOS NÚCLEOS DE LA BANDA NORTE
Casas Personas
Familias con 1 miembro 20 20
)) 2 » 23 46
)) 3 » 37 111
)) 4 » 47 188
n 5 » 33 165
n 6 » 30 180
n 7 » 27 189
)) 8 » 19 152
)) 9 » 15 135
)> 10 » 6 60
N 11 )> 8 88
)) 12 )) 1 12
)) 14 S 2 28
15 x 1 1 L d
U 16 » 1 16
n 17 » 1 17
x 18 » 1 18
)> 20 » 1 20
N 25 » 1 25
TOTAL 274 1.485
Núm. 33 (1987)
32 MXiúCEL LOBO CABRERA
El único pago que no hemos incluido dentro de este con-junto
es El Tanque, que aparece recogido aparte en la tazmia
de 1552 con 139 habitantes y 17 casas, habitadas todas por más
de tres miembros; representzn un índice del 58,8 por 180 del
total aquellas familias comprend.idas entre las ocho y 20 per-sonas.
Es probable que en la tazmia de 1561 aparezca incluido
en el rol de Garachico, tal como indicó L. de la Rosa54.
No obstante debió de ser una zona importante, por sí pro-pia,
tal como se5alaba el tío del licenciado Valcárcel a fines
del siglo, al acljíldicarle al lugar junto con la Culata más de
100 vecinos ". a
N
E
O 2.8. La población del sur de Tenerife
=m
O
E
En el sur de Tenerife sólo aparecen citados en el siglo x v ~ , E
2
en Ics distintos recuentos de pcblaciór,, realizados por una u E
otra musa, Candelaria, Güirnar, Arafo, Valle Santiago, Abona
3 y Adeje. Observamos que frente a la abundancia de poblados
en el norte de la isla, el sur debía representar un aspecto de- -
0m
E solador. En ello incidía su menor riqueza agrícola, a pesar de
la existencia de un ingenio en la zona, de sus buenos puertos
y de la recolección de productos forestales. No obstante la des- -
-E cripción hecha por el regidor Alonso Calderón de la zona da a
otra versión. Así al referirse a estos términos y comenzando
p o A~d .eje, motivo de conflicto entre el cabildo y Pedro de Pon-te,
dice: 3
O
«El dicho termino de Adexe, tiene un puerto principal, e
muchas caletas y playas de arena, y en el ai muchas mon-
'cazas e se cogen mucha cantidad de pan, vino e acucar, e
miel e cera, e eoranbre e pez e ay grandes pesquerías de
pescado, e se halla mucho ámbar, e ai muchas aguas,
errios: e fueztes, e se coge mucha srchilla e ai más de
trezientos vezinos en el dicho termino, personas muy ri-cas
y caudalosas que tienen allí sus casas y moradas y
heredades.. .
F. MOREKOF U ~ T E S «: Tazmía. .., art. cit., Introducción, p. 414.
E. MARCOD ORTA&: t. cit., p. 202.
AIVUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
W POBLACI~N DE TENIRIFE EN EL SIGLO XVI 33
El termino y lugar de Villaflor y Granadilla que está
junto al dicho Adexe es termino que tiene dos puertos
principales e otras muchas caletas muy comodas para
cargar e donde asimismo se toma mucho pescado e se
halla mucho ámbar e ai muchas aguas e ingenios de a p
car e molinos de pan e muchas tierras e viñas e cañave-rales
e montañas e teminos de ganados e muchos vezi-nos..
.
El termino de Abona e Agache que está junto al dicho
termino de Villaflor es termino de muchos e muy bue-nos
puertos e caletas y está a la banda del sur donde los
dichos puertos están muy abrigados e ay en el más de
trezivntos vezinos e personas muy ricas que allí tienen
sus haziendas como son el duque de Medina Sidonia que
tiene allí muchas tierras y heredades y rios e fuentes, e
ai otros vezinos e 1ea:es vasallos de vuestra magestad y
en el dicho termino ay dos rios el mo que se nombra el
rio de los Abades y el otro el rio de Abona sin otras mu-chas
fuentes y es tierra muy fertil de pan e otros frutos
e se van en el haziendo grandes haziendas ...
El termino de Güimar y Arafo e de la Candelaria que
está junto al dicho termino de Agache y Abona es termi-no
que ansimismo tiene tres puertos principales e mu-chos
heredamientos e viñas e tierras de pan e cañavera-les
e ingenios de acucar e tierra fertilisima de miel e cera
e pez e donde ay grandes montañas e terminos de gana-dos
cabrunos e ovejunos s se coge mucho pan e vino e
arpcar y es termino que tiene más de quinientos vezinos,
e yglesias e rnonesterios e donde a-portan muchos navíos
así de las demás yslas corno de otras partes...)) 56.
Aunque no dudemos de la descripción hecha por el. regidor
C n l A n n r í n OM nllnni-n lo * r ; rm~ ~ nIJoa n l - r r o e mrrnri -nc ~r nhrr;no~r.
u c b i v ~ ~ bl rvs ~ b~u r u r l b v a r u ~ r y u b u r i ,u b ~ L ~ J L < ~ D~,U E ~ I ~ Uy IOJ~ U L L ~ U L ~
natv-rales, y a los productos producidos en la zona, pues es
cierto que por los puertos de Abona y Agache se exportaba
pez y otros productos agropecuarios, lo mismo que los gana-dos,
pues gran parte de estos términos se delimitaron para el
Y\-,-.+,-. An rbnt-...nPI nr7n;nn nTrnmrr.nrr
CIaJLU ba,lilao y uvcjao, zAag.c;sa e'ii manto a. !a $xxidaiicia
de aguas y a las cifras de población.
La primera referencia que se tiene de habitantes en el sur
de Tenerife es la comprend.ida en la tazmia de 1531, en donde
Expediente, fok. 2%. y 30r.
Núm. 33 (1987)
34 MASUXL LOBO CABRERA
se asignan 167 personas a Güimar y 283 a Abona. En Güimar
estarían incluidos los que habitaban Candelaria y Arafo, pues-to
que en 1552, al hacerse de nuevo tazmia, ambos pagos con-tabilizaban
223 personas y 41 casas, y en 1561, hecho el recuen-to
conjuntamente, las casas ascendían a 46 y las personas a 249,
apreciándose un leve aumento entre la segunda y tercera fe-cha.
A fines de siglo se ve que el crecimiento operado es pau-sado,
pues tanto en 1587 como en 1605, aunque el tío del li-cenciado
Valcárcel le asigne 150 vecinos, el número de unida-des
se establecía en torno a 60. Esta población se agrupaba en
unidades familiares no muy amplias, constituidas por más de
a tres y menos de trece miembros, en general. N
E
-
ESTRUCTURA FAMILIAR DE CANDELARIA. GufMAR Y ARAFO E
E
2
E
Casas Personas =
3
r " a ~ r d i dc~on i rriiernbro 3 3 -
>) 2 » 5 1 o -
0m
>) 3 » 4 12 E
)) 4 » 7 28 O
N 5 » 3 15
)) 6 » 4 24 n
D ? >> 6 42 -E
N 8 D 3 24 a
)) 9 » 1 9 2
)> 10 » 2 20 n
>) 11 » 1 11 0
>) 12 » 1 12
3
H 13 » 1 13 O
TOTAL 3 1 223
A la vista del cuadro puede comprobarse cómo la media de
familias numerosas está aquí por debajo de la media de toda
la isla, toda vez que slquellas unidades familiares comprendidas
Pntre cuatro y n c h ~rn iemhrnr ,g!utinm al 59,6 pcr !!X de !=,
población de esta zona.
Adeje, en 1532, no aparece en el recuento, pero en 1558 al
hacerse información ante la petición de Pedro de Ponte de ob-tener
señorío, dos indígenas? deponentes, niegan la existencia
412 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTZCOS
U POBBLACIÓX DE TENERIFE EN EL SIGLO XVI 35
de riqueza en el término, e indican, uno de ellos, que era tierra
despoblada, a excepción de alguna cueva o choza de algún pas-tor,
con no más de 15 a 20 vecinos 57; el otro se reafirma en
la versión anterior, lo mismo que otros testigos, añadiendo en
cuanto a la riqueza de la zona que era seca y estéril y poco
productiva en cereales; del río de Adeje comentan que es «ba-rranco
por donde sólo corre el agua cuando llueve)) 58.
En 1560 el cabildo al solicitar la creación en Adeje y Abona
de dos beneficios eclesiásticos, basaba su petición alegando
cómo en cada uno de los lugares había 100 vecinos 5Y. Cifra
también exagerada, en función del logro del objetivo, puesto
que un año más tarde, en la tazmia de 1561, se contabilizaban
74 vecinos en Abona y 36 en Adeje, con 397 y 310 personas,
respectivamente. Si comparamos ios datos de niona en este
año con los de 1531 comprobamos cómo la población en este
lugar no había aumentado al mismo ritmo que en otros nú-cleos
del norte de la isla.
El tío del licenciado Valcárcel y el censo de 1587 coinciden
al señalar la escasa pobiación de Hcieje ai asignarle 6ü y 50 ve-cinos,
respectivamente.
En líneas generales estos lugares del sur de Tenerife tuvie-ron
escasa importancia, y de hecho en 1605 al realizarse el cen-so
de la Inquisición para el reparto de familiares, salvo Can-delaria
no se cita ninguna otra población en esta zona.
En el valle de Santiago, lugar sólo citado en 1552, sólo exis-tía
una familia y casa con 12 personas.
No existe una fórmula correcta para determinar la relación
exacta entre vecinos y habitantes, puesto que los multiciplica-dores
utilizados por distintos historiadores han sido siempre
&jei;o & Braüdei -ut&ó, ifiieas generales para el
57 ARCHIVOM UNICIPADLE L A LAGUNAk, g. S-1, %VI, 5.
ARCHIVOM UNICIPADLE LA LAGUNAk,g . S-1, R-VI, 25.
59 ARCHIVOM UNICIPADLE L A LAGVNAk,g . S-1, %VI, 25.
Núm. 33 (1987)
36 - V ~ ' I ~ ELLO BO CABRXRA
área mediterránea, e! coeficiente 4,5 como el más realista; los
estudiosos de temas cai~arios los han estimado, sin embargo,
entre el 4,5 y e: 5 ". Recienteme~tey para algunas poblaciones.
basándose en ios datos de las tazmias aquí utilizadas, se ha
elevado al 6,4 ", y nosotros mismos hemos propugnado como
más acertado el 5 y el 6 ".
En Tenerife las tazrnias nos inducen a creer, al tener cier-to
grado de fiabilidad, píxes son similares a los llamados pa-drones
calle-hita, al ser ejecutadas calle por calle, casa por
casa y lugar por lugar por funcionarios municipales, que el
coeficiente utilizado hasta a.hora debe ser revisado.
Para la Península se ha estimado como más correcto un
coeficiente basculante entre el 4 y el 4,5 'j3, sin embargo para
Canarias pGr su prGl;ia ezGnGmiys gGr ser kgar yrp;i!egfade
en el paso de las flotas no sea tan correcto. No obstante es-tamos
de acv.erdo con M. Martín Galán, cuando dice que
«el problema, sin embargo, está lejos de considerarse re-suelto
si se trata de buscar un coeficiente válido no para
determinadas localidades o pequeños conjuntos comar-cales,
sino para evaluaciones globales ... » 'j4.
Para Tenerife y tomando como h s e los datos ya apunta-dos,
grincipalmente por las tazmias, hallamos que el coeficien-te,
en líneas generales, sobrepasa e! 4 y el 4,5, aunque por su-puesto
existen diferencias entre la ciudad y los distintos nu-cleos
rurales. En esta isla al solo existir una ciudad, con un
hinterlan agropecuario importante, y el resto poblado por co-
M Entre ellos E. S . á ~ r ~Fr4ir -ii: ((Ev^Pirií,n demográfica de Las
Palmas)), ANUARIOD E ESTCDI~AST LÁNTICC1S0, Madrid-Las Palmas, 1964,
pp. 299-410; A. RVMEUC E ARMASP: iraterías y ataqzm navales contra las
Islas Canarias, Mzdrid, 1947-1950, t. 11, 1." parte, p. 297.
61A.M L4RCOS ~ ~ R T Í&Nt.: c it., PP. 9-10.
M. LOBOC ABRER<A(:E 1v ecindario...»,a rt. cit., y en ((Primerosn úcleos
urbanos europeos en Caflariasn; V I I Colo~uio de Historia Canario-Ameri-cana,
Las Palmas, 1386 ien grensa).
63 M. MARTÍNG sL~~x«:F uen:es y métodos para el estudio de la demo-grafía
historica castellana dUrznte la Edad Moderna)), Hispania, 148, Ma-drid,
1981, p. 290.
Idem, pp. 289-290.
414 BiWJARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
munidades agrarias consideramos que los índices hallados son
a todas luces válidos.
El primer coeficiente con el que tropezamos para La Law-na
es el de 2,69. Éste corresponde a 1514, y es lógico pensar
que así debía ser si tenemos en cuenta que sólo estamos a die-ciocho
años de la conclusión de la conquista, en un momento
de gestación de la sociedad, y se precisa con urgencia la inmi-gracióin
de nuevos pobladores. En 1552, fecha en que tenemos
información para casi toda la isla, con cifras de casas y per-sonas,
tenemos que el coeficiente arroja la cifra de 5,6, con
diferencias entre la ciudad y el campo, y además entre el norte
y el sur. Sin embargo, casi todos los niácleos se mantienen por
encima de 5. Sólo Santa Cruz, El Sauzal, Buenavista y Los Si-
10s no io alcanzan, y Garacnico, núcieo en vertiginoso creci-miento,
por la riqueza de su zona y puerto, El Palmar, la Fuen-te
de Juan Méndez y El Tamque lo supera, al dominar en esta
zona casas donde abundan familias de tipo patriarcal.
El Valle de Santiago y Masca sobrepasan con creces este
coeficiente al contar cada uno &e estos lugares con una sola
casa, habitadas por 12 y 9 personas, respectivamente.
En 1559 el coeficiente se mantiene casi igual, incluso baja,
y en 1561 aumenta, aproxim6ndose al 6; se gozó en estos años
de buenas cosechas, y no hubo ningún brote epidémico que
mermara la población. La Laguna, Acentejo, Tacoronte, San
Juan de la Rambla, Garachico y Adeje superaron el 6, mientras
que Los Valles, cercanos a Santa Cruz, y La Orotava no alcan-zaron
ni siquiera el 5.
En 1592, contando sólo con los datos de La Laguna, la taz-mia
arroja üil total de 5.302 personas y 952 casas pobiadas,
resultando un coeficiente de una casa por cada 5,28 habitan-tes.
Este último coeficiente es menor al de 1552, 1559 y 1561,
lo que viene a demostrar el descenso de población ya comen-tado,
ocasionado por la peste de 1582-1583, por la emigración
a otEs ZLirLzS, li-fiir del ccUii~agi¿pl,o a~D~erñenat eA mérica.
No obstante, a la vista de los datos manejados para Teneri-fe,
y en otros utilizados en el estudio de un vecindario de La
Palma de comienzos del siglo XVII, estamos en condiciones de
afirmar que el coeficiente de relación en canarias ha de ele-
Núm. 33 (1987) 415
MANUEL LO30 CABRERA
CVADROX I
COEFICIENTE DE TENERIFE EN EL XVI
La Laguna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Acentejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sauzal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tacoronte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tejina y Tegueste . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Santa Cruz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Los Valles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Taganana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Candelaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Güímar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La Orotava . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El Realejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
San Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Rambla, Icod el Alto, San Juac y
Santa Catalina . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Icod de los Vinos . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Garachico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
San Pedro de Daute . . . . . . . . . . . . . . .
El Tanque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
kiiente de k m -M&rlez . . . . . . . . . . . .
Buenavista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El Palmar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Los Silos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Heredam." Daute . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tierra de ios Trigos . . . . . . . . . . . . . . .
Valle Santia,"O . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El Carrizal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Masca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Abona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ade j e . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
(*) Hemos omitido en la tazmía de 1561 los datos y coeficiente de El
Realejo por ofrecer error las cifras.
varse entre el 5,5 y el 6, para el siglo XVI, sin que ello signifi-que
una afirmación tajante, hasta tanto no se hallen y estu-dien
mas ejemplos locales, para introducir las necesarias rna-tizaciones
que se consideren oportunas.
416 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS