UNA ESCULTURA DE MIGUEL ADÁN
EN BUENAVISTA (TENERIFE)
P O R
CARMEN FRAGA GONZÁLEZ
La identificación de ciertas obras artísticas mediante las apor-taciones
de fondos documentales conservados en los archivos
históricos es tarea que está aún por realizar en muchos casos.
Valga de ejemplo en este sentido el hallazgo por el profesor
Dr. Hernández Díaz de una escritura de concierto entre el h a -
ginero Miguel Adán, establecido en la capital hispalense, y un
mercader tinerfeño en los primeros años del siglo XVII. Este
protocolo notarial se insertó en la serie Documentos para la HZs-toria
del Arte en Andalucía ' y se publicó en 1930, mas, a pesar
del tiempo transcurrido, continúa sin saberse a qué escultura
se refiere dicho documento.
El objeto de este trabajo, por consiguiente, no es otro que
el de identificar la imagen allí citada, cuyo emplazamiento y
advocación fueron silenciados, sustrayendo así elementos im-
' Documentos para la Historia del Arte en Andalucía Segunda serie
por ivíiguei de Eago y Siuintaniiia, José Eernández Díaz y Eeiiodoro San-cho
Corbacho, Universidad de Sevilla, 1930, p. 154.
Hemos consultado dicho documento, además, en el Archivo Histórico
de Sevilla, para confrontar la firma del mercader y hemos observado que
actuó de testigo otro vecino de Tenerife, Juan Picanso (sic).
Núm (1990) 315
2 CARMEN FRACA GONZÁLEZ
portantes para su posterior estudio, lo que ha determinado que
permanezca todavía inédita.
EL MERCADER
La escritura especifica los nombres de los contratantes, de
una parte el escultor Miguel Adán y de la otra Hernando Á1-
varez, ((vecino de la isla de Tenerifen, estando fechada en Se-villa
el 7 de enero de 1603. No hay ningún otro dato relativo
a sus personas, ni a la finalidad de dicha adquisición; ello sig-nifica
que, seguramente, la obra estaba destinada a Canarias,
y más concretamente a la mencionada isla, pero sin puntualizar
su ubicación en lo referente al templo o a la población que la
acogería.
Teniendo en cuenta estas circunstancias, sólo cabe rastrear
en los legajos del archivo Histórico Provincial de Santa Cruz
de Tenerife para anudar todos aquellos elementos que permitan
conocer el marco geográfico en que vivía el contratante y lle-gar
a la posterior identificación de la pieza escultórica. En este
sentido, la investigación en las distintas escribanías señala la
existencia en torno a 1600 de un Hernando Álvarez, «herrador»
y vecino de Garachico *, y de otro personaje, del mismo nom-bre
y apellido, que figura como «mercader» 3, además de men-cionarse
posteriormente a un Hernando Álvarez de Ribera, «re-gidor))
de la isla d. Un estudio más profundo indica que bajo
esas tres formas se encuentra un mismo individuo, cuyo as-censo
en ]a escala ocia! de !a época. es verdaderamente notable,
ARCHIVO HIST~RICPOR OVINCIADEL SANTAC RUZD E TENERIFE( A.H.P.T.),
P.N. 2244, Índices de la escribanía de Álvaro de Quiñones, 1596.
No debe identificarse con el Hernando Álvarez que casa con Isabel de
Fleitas en 6 de octubre de 1603, según consta en el ARCHIVO PARROQUIAL
DE BUENAVISTLAi,b ro 1 : de Matrimonios, fol. 24 vto. Este Hernando Álvarez
y su mujer Isabel de Fleitas figuran como vecinos de Los Silos en 1630
(P.N. 2109, fol. 335 vto.).
A.H.P.T., P.N. 2799 (esc. Roque Xuárez, 1600), 9 de septiembre.
A.H.P.T., P.N. 2828 (esc. Diego de Paz, 1636), fol. 398.
En 6 de agosto de 1592 el matrimonio constituido por Pedro
de Calvo, «lanero» y vecino de Garachico, e Isabel Francisca
da carta de dote a su hija Ana Francisca de Calvo para que
se despose con el herrador Hernando Álvarez, natural de La
Orotava y residente en Garachico, entregándoles una casa en
este lugar para su morada 5. Unos años más tarde se le nombra
todavía con dicho oficio 6, pero en 1598 se le menciona como
mercader, con ocasión de recibir un poder de Inés de la Con-cepción,
monja en el convento garachiquense de San Diego '.
Sin embargo, unos años después debe de estar viviendo en
su villa natal, La Orotava, pues figura en distintos protocolos
notariales de Nicolás de Cala, así, en 17 de septiembre de 1602,
trutu de !u \7entu de um esrluv~ A findes de ese micmn siñ~
se apresta a partir de viaje, de modo que en noviembre otorga
carta de poder a su mujer, Ana Francisca de Calvo 9, y el 9
de diciembre don José de Llarena Cabrera y su esposa doña
Isabel Ana Calderón le conceden también poder para cobrar
trescientos ducados en la ciudad de Cádiz lo.
No hay la menor duda de que el viaje tenía por destino la
Baja Andalucía, ya que en enero de 1603 aparece en Sevilla
como contratante de una pieza artística de Miguel Adán. El re-torno
a Canarias posiblemente sea rápido, quizás en el mes de
febrero, pues el plazo determinado para la entrega del encargo
es de catorce días, contados a partir del 8 de enero 'l.
De todo lo anterior se deduce que Hernando Álvarez vivía
por esas fechas en La Orotava, pero seguía manteniendo con-tacto
con Garachico, ya que la venta de una esclava suya, que
sreRficc, rr? e! vulk de T U ~mGte e! escriham Nicdác de Cd2,
A.H.P.T.,P.N. 1628 (esc. Pedro de Belmonte Cabrera, 1591 -4), fol. 329.
A.H.P.T., P.N. 2249 (esc. Álvaro de Quiñones, 1596), fol. 146. ' A.H.P.T., P.N. 225 1 (esc. Álvaro de Quiñones, 15981, fol. 807.
A.H.P.T., P.N. 2977 (esc. Nicolás de Cala, 1602-3), 17 de septiembre
de 1602.
A.H.P.T., P.N. 2977, noviembre de 1602.
'O A.H.P.T., P.N. 2977, 9 de diciembre de 1602.
l 1 Llama la atención la rapidez de entrega, aunque sea una imagen
de candelero, por lo que pudiera suponerse que el escultor ya la había
iniciado para otro destino.
4 CARMEN FRAGA GONZÁLEZ
se recoge asimismo en los legajos de Juan de Pineda, que des-arrolla
su actividad entre La Laguna y Garachico en los años
1602 y 1603 12. La conexión con este último lugar es lógica,
dado que era el gran puerto de Tenerife en esa época.
En lo sucesivo, hasta su muerte, este mercader aparece es-tablecido
en la villa orotavense, posiblemente abandonando, con
la edad, sus primeras ocupaciones comerciales. Por otra parte,
es curioso constatar que, con su letra clara y segura, firma
ahora con sus dos apellidos, Hernando Álvarez de Ribera, lo
que hace ya en 1618 " y en posteriores documentos de los años
1622 14, 1633 15, 1634 l6 y 1636 17.
Facsímil: Hernando Álvarez
Facsímil: Hernando Álvarez de Ribera
l2 A.H.P.T., P.N. 684 (esc. Juan de Pineda, 1602-3), septiembre de 1602.
l 3 A.H.P.T., P.N., 81, Índices de la escribanía de Agustín de Mesa, años
iói3 y iói8.
l4 Ibídem, año 1622, fols. 26 y 127.
A.H.P.T., P.N. 2826 (esc. Francisco Bienvenido), fol. 1.008.
l b A.H.P.T., P.N. 3001 (esc. Juan González de Franquis), fol. 294.
" A.H.P.T., P.N. 3002 (esc. Juan González de Franquis), fol. 76.
318 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
UNA ESCULTURA DE MIGUEL ADÁN EN BUENAVISTA (TENERIFE) 5
Quizás ese interés en firmar con los dos apellidos esté en
relación con su afianzamiento en la pirámide social de la Villa,
de modo que al hacer testamento indica su calidad de «regidor
perpetuo)) de la isla y ((tesorero general de la Santa Cruzada)), te-niendo
su morada en la calle del Agua (hoy de Tomás Zerolo),
una de las más importantes del lugar. Al dictar sus últimas vo-luntades,
juntamente con su esposa, aparecen citados sus hijos
don Francisco Álvarez de Ribera y Calvo, Pedro de Calvo, ya fa-llecido,
y fray Melchor Álvarez. Entre sus propiedades declaran
tener una capilla en el convento dominico, bajo la advocación de
San Vicente Ferrer, mandando acabarla y que se coloque una ima-gen
del santo 18. En noviembre de 1636 ya ha expirado, porque se
menciona a su viuda Ana Calvo en distintos documentos 19.
Diez años más tarde, en 1646, Ana Francisca de Calvo da poder
a su hijo Melchor Álvarez de Ribera, religioso de la Orden de Pre-dicadores,
para vender sus propiedades, entre las que se hallaban
su casa en la villa, así como su hacienda en El Calvario, además
de «un arco y capilla)) en el cenobio dominicano 20. La capilla, si-tuada
a mano izquierda del altar mayor, fue cedida posteriormente
al capitán don Domingo Gallego 21.
Como síntesis podría decirse que la biografía de Hernando Á1-
varez de Ribera es un paradigma de trayectoria social a lo largo
de una época, dado que no es usual encontrarse con un hombre
citado en 1592 como herrero y que ya en 1616 tiene título de
regidor de la isla 22. Este es el adq&ente de la antedicha escultura
A.H.P.T., P.N. 2828 (esc. Diego de Paz, 1636), fol. 398.
l9 'A.H.P.T., P.N. 3002 (esc. Juan González de Franquis, 1635-6), fols. 637
y 797.
20 A.H.P.T., P.N. 3010 (esc. alonso Viera, 1646), fol. 250.
21 Ibídem, 18 de julio (fol. borroso en cuanto a numeración). También
cita esta capilla el mismo don Domingo Gallego en P.N. 2130 (esc. Her-nando
Yanes Machado, 1656-9), fol. 130, índice del año 1657.
22 El título de regidor perpetuo de la isla lo vende su viuda en 1638, según
consta en el A.H.P.T., P.N. 3004 (esc. Juan González de Franquis), fol. 374.
En el año 1632 el escribano de La Laguna, Juan Alonso Argüello, había
dado carta de poder a Hernando Álvarez de Ribera, que aparece citado
como regidor de la isla, mensajero nombrado para las cosas del cabildo
y ciudad de la isla, el cual iba a marchar para Madrid. A.H.P.T., P.N. 483,
cuaderno 2.0, fol. 84.
ADVOCACIÓN Y EMPLAZAMIENTO
De todo lo anteriormente expuesto se deduce que la imagen
debió de ser instalada en un templo tinerfeño, probablemente
en uno de los lugares familiares al marco vital de Hernando
Álvarez, en donde él desarrollaba su actividad. Por consiguiente,
cabe pensar que en una iglesia del valle de Taoro o de la lla-mada
Isla Baja se halla aún la escultura de Miguel Adán.
Efectivamente, el mercader moraba en La Orotava en los
comienzos del siglo XVLI, pero a través del puerto de Garachico
efectuaba su comercio y allí figuraba como vecino a finales
del XVI. Por otra parte, el último documento que suscribe antes
de su viaje a la Península Ibérica, a finales de 1602, tiene por
firmantes a don José de Llarena Cabrera y doña Isabel Ana
Calderón, es decir, un personaje de la sociedad orotavense, ca-sado
con una dama procedente de la Isla Baja. En dicho pro-tocolo
doña Isabel menciona a su tío Hernando Calderón, pues
las rentas de las casas de Cádiz que ha de percibir le corres-ponden
a través de éste, el cual fue vecino y mayordomo de
la iglesia parroquia1 de Buenavista del Norte, lugar cercano a
Garachico. En febrero de ese mismo año de 1602 el capitán
don José de Llarena Cabrera y su mujer se concertaron con
doña Catalina Zurita del Castillo, viuda del capitán don Agustín
Interián, acerca de los vinos a preparar con los viñedos plan-tados
en las tierras de este último 23, situadas en los límites en-tre
los beneficios de Daute y Buenavista. De manera que los
intereses económicos del matrimonio Llarena Calderón eran
grandes en esa zona. u
También de esa comarca, concretamente de Buenavista, era
don Miguel Jorba Calderón, deudor a don Francisco de Val-cárcel
de una cantidad que ha de cobrar el mercader Gaspar
González, según el documento suscrito a continuación de la car-ta
de poder otorgada por Hernando ~l v a r e z"; por las fechas
de ambas escrituras parece como si los dos mercaderes se dis-
23 A.H.P.T., P.N. 1444 (esc. Gaspar de Palenzuela, 1601-4), fol. 534.
24 A.H.P.T., P.N. 2977 (esc. Nicolás de Cala), 8 de noviembre de 1602.
320 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
2. Detallc dc la anterior escultura. Bucnavista.
UNA ESCULTURA DE MIGUEL ADÁN EN BUENAVISTA (TENERIFE) 7
pusieran a marchar juntos hacia la Isla Baja, antes del viaje a
Andalucía.
Por consiguiente todos los datos confluyen hacia Buenavista
y, precisamente, en su templo parroquial, puesto bajo la advo-cación
de Nuestra Señora de los Remedios, se halla la imagen
titular, que responde estilísticamente a las características del
arte de Miguel Adán.
Cómo llegó esa escultura a la citada iglesia es algo todavía
ignorado hasta el momento, dado que no se conservan allí ni
los libros de cofradía ni el correspondiente a los gastos de fá-brica
con anterioridad a la segunda mitad del Seiscientos. De
ahí que su misma clasificación artística y su cronología han
=bjetG de &Aergel?&; L. de Rusa =Evera 25 1l- d J--C--G ~ I ~
como realización del siglo XVI, en tanto que P. Tarquis Rodrí-guez
26 ha indicado que se trata de una importación del siglo
xvn. Esta variación en cuanto a fechas es comprensible, tenien-do
en cuenta que su datación real es la de 1603, cuando las
fórmulas tardo renacentistas se mantenían en artistas como Mi-guel
Adán.
En el contrato se especifica que la imagen, de candelero,
habría de tener «siete quartas de alto)), es decir, aproximada-mente
1 metro 40 centímetros de altura, y que estaría hecha
con madera de pino del Segura; la figura del Niño sería pro-porcionada
a la materna. Estas peculiaridades corresponden per-fectamente
a la titular de la parroquia de Buenavista. La Vir-gen
de los Remedios porta a su Hijo en el brazo izquierdo; su
rostro es cuadrado, de barbilla redondeada y nariz aguileña;
e! cihe!!~, ti!!ade, aparece rrcegids en sendas bandas y es de
color cobrizo, acorde con los ojos claros, al igual que los del
Niño, cuyo pelo es rubio. No obstante, las manos de la Madre
son algo toscas, quizás por servir una de ellas de soporte al
divino Infante, en tanto que la derecha muestra exactamente
e! misme -idemán que Nuestra Señera de! R~sario en !a pa-
25 LEOPOLDODE LA ROSAO LIVERA:E l Bando de Daute. Aula de Cultura
de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1978, p. 37.
26 PEDROT ARQUISR ODRÍGUEZ:R iqueza de los templos de Tenerife. Su
historia y sus fiestas. Santa Cruz de Tenerife, 1967, p. 90.
8 CARMEN FRAGA GONZÁLEZ
rroquial de Palomares (Sevilla), obra concertada en 1588 por
Miguel Adán 27.
La figura que se veneró en Buenavista durante el Quinientos
debió de ser muy tosca, pues en unas referencias genealógicas
del siglo XVIII se alude a «Juan Días qe. por dueño del Espa-rragal
Jurisdicion de los Silos, llamaron de las Toscas, quien
milagrosamte. hiso la Sta. Imagen de Nra. Sra. de los Remedios
de Buenavt: sin ser Escultor, ni haber exercido tal Arte» 28. El
antedicho era hijo de Pedro Díaz, asturiano que había pasado
a la conquista de Tenerife 29, y no ejercía la práctica escultórica,
por lo que su obra sería muy primitiva. Con el paso de los B
años el pueblo fue creciendo y en 1601 tuvo por alcalde a Fé- N
E
lix Calderón, quien mandó construir la alhóndiga y otras de- O
pendencias pala cárceles y cai-nicefia 2" ;en esa é p ~ c afü e san- n -=m
do se adquirió en Sevilla la nueva representación de la patrona, O
E
E dándose la circunstancia de que fue entonces cuando doña Isa- S
E be1 Ana Calderón y su esposo, don José de Llarena Cabrera, =
dieron un poder al mercader Hernando Álvarez, como ya se 3
ha indicado. - - 0
La devoción hacia la patrona creció con lo acontecido en m
E
1659, según relato de Nicolás Díaz Dorta: «En este memorable O
año tuvo lugar la gran invasión de langosta que devastó nues- n
tros campos. Inmensas nubes de aquellos voraces insectos que a-E
oscurecían la tierra se extendieron en las Islas Canarias en los A
días 15 y 16 de octubre, destruyendo en poco tiempo las viñas n
0
y toda clase de plantas. Las autoridades y todos los vecinos 3
de Buenavista no encontrando medios humanos con que ex- O
tinguir la terrible plaga, ocurrieron fervorosamente al templo
el 25 del nombrado mes: allí congregados dirigieron al Cielo
sus plegarias; echaron suerte para elegir la imagen que habían
de sacar procesionalmente en rogativas y recayendo la elección
en la Virgen de los Remedios, la llevaron en procesión al cam-
27 JOSÉ HERNÁNDDEhZz: Imginería hispalense del Bajo Renacimiento.
Instituto Diego Veiázquez (C.S.I.C.), Seda, 195i, p. 66, fig. 53.
28 A.H.P.T., archivo de la casa Román, ROM 3, fol. 36.
29 Ibídem
30 NICOLÁS D~AZD ORTA: Apuntes históricos del pueblo de Buenavista.
Aula de Cultura de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1982, pp. 89-90.
322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
UNA ESCULTURA DE MIGUEL ADÁN EN BUENAVISTA (TENERIFE) 9
po de Toledo, donde nuevamente dirigió el pueblo a la Virgen
humildes ruegos unidos a las fervientes deprecaciones del Pá-rroco.))
((Concluido este tierno acto de devoción y fe, las densas
nubes de langostas se desgarraron, alejándose en grandes re-molinos;
el sol envió brillante luz -hasta entonces oculta desde
el día 15- sobre los angustiados habitantes de Buenavista, ha-ciendo
renacer en ellos la perdida alegría y al retornar la pro-cesión
a la iglesia, los devoradores insectos habían desaparecido,
siendo tradicional que solamente quedaron dos cigarrones pren-didos
del manto de la Virgen. En los demás pueblos duró la
plaga varios meses» 3'.
Por ello, en el manto de Nuestra Señora de los Remedios
se suele poner la figuración de sendas langostas; sin embargo,
Nicoiás Siaz Dorta (1 860- 1 Y 25) en sus investigaciones sobre el
pasado de Buenavista, no halló documentación acerca del autor
de la imagen, indicando sólo que «la escultura de la Virgen
de los Remedios es muy perfecta y de remota antigüedad)) 32.
EL ARTISTA
El mercader tinerfeño se dirigió a un escultor de cierto pres-tigio
en la escuela sevillana del Bajo Renacimiento: Miguel
Adán. Este era discípulo de otro artista de bien ganada fama,
Juan Bautista Vázquez, «el Vejo)), a quien hemos documentado
como autor de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe sita
en la parroquia1 de Teguise, de la que es patrona 33. Con este
último haría su aprendizaje Miguel Adán en Toledo, aunque es-tuvo
antes en Cuenca c m Yste?xm J ~ ~ e tee~,t d l u d ~der =rigen
francés. Su formación había sido en Castilla, pues había nacido
hacia 1532 en Pinto (Madrid), debiendo de trasladarse a Sevilla
con Juan Bautista Vázquez y con el entallador Juan de Oviedo;
31 Ibídem, pp. 91-92.
j' ibidem, p. 25.
33 CARMENFR AGAG ONZÁLEZ((:E sculturas de la Virgen de Guadalupe
en Canarias. Tallas sevillanas y americanas». Anuavio de Estudios Ameri-canos,
Escuela de Estudios Hispano-Americanos (C.S.I.C.), Sevilla, t. XXXVII
(1980), pp. 697-707.
10 CARMEN FRAGA GONZÁLEZ
éste y Miguel Adán casaron con dos hermanas, Mariana de la
Fe y Lucía Sandoval 34, relación familiar que se refleja en la
actividad laboral.
En 1573 aprobó las pertinentes pruebas ante los alcaldes vee-dores
del oficio Pedro de Heredia y Gaspar del Águila, llegando
a ser él mismo alcalde veedor entre 1588 y 1590 junto con el
segundo maestro citado j5, de modo que les correspondió exa-minar
en la primera de esas fechas al que sería gran artífice,
Juan Martínez Montañés. Posteriormente, en 1614, este último
contraena segundas nupcias con una nieta de Miguel Adán 36.
En 1569 Miguel Adán, Juan de Oviedo y Antonio de Arfián
se comprometieron a ejecutar un tabernáculo y la imagen de
Nuestra Señora para la iglesia parroquial onubense de Villa- 4
nueva de los Castillejos, considei-ando el Dr. Hsríiáíiclez Diaz " n-- m
que la escultura mariana debió de ser tallada por M. Adán. %E
En el antedicho templo se conserva un Crucificado concertado 2
E
por él y Arfián, que le policromaba sus obras 38. Con Juan de
Oviedo el Mozo realizó las figuras yacentes de doña Juana de $
Zúñiga y doña Catalina Cortés, mujer e hija respectivamente
del conquistador Hernán Cortés, en nichos de la capilla mayor i
del convento Madre de Dios 39.
O
En 1588 se comprometía a efectuar, con el pintor Vasco Pe- s
reira, un retablo costeado por Gonzalo de Baena, vecino de Pa-lomares.
Del conjunto perdura la imagen de Nuestra Señora
del Rosario con el Niño en brazos 40, ya mencionada en relación
a la figura de Nuestra Señora de los Remedios con el Niño j
Jesús de la parroquial de Buenavista del Norte, en la isla de "
34 JOSÉ M.a AZCÁRATE: Escultura del siglo XVI. Ars Hispaniae, vol. Xm,
Ed. Plus Ultra, Madrid, 1958, pp. 333-4.
J. HERNÁNDEDZÍ Az: Imaginer ía..., p. 65.
36 JOSÉ HERNÁNDEZD ~Az:M artínez Montañés. Ediciones Guadalquivir,
Sevilla, 1987, p. 24.
37 J. HERNÁNDEDZ ~AIzm: aginería. .., p. 65.
38 lbídem, p. 66.
39 ENRIQUEx v ' ~ ~ uGi ~Gi ~~~ ~~A LAF ~E~GGJ~ asÉ~ p v f u p~v t~A~~ ~~ $~4 ~ ~ :
Sevilla oculta. Monasterios y conventos de clausura Sevilla, 1980, p. 105.
40 ALFREDO J. MORALES, M.* JESÚS SANZ,J UANM IGUEL SERRERyA
ENRIQUVEA LDIVIESOG: uía artística de Sevilla y su provincia. Excma. Dipu-tación
Provincial de Sevilla, 1981, p. 293.
324 ANUARIO DE ESTUDlOS A TLÁNTICOS
UNA ESCULTURA DE MIGUEL ADÁN EN BUENAVISTA (TENERIFE) 11
Tenerife. Se le atribuye asimismo la escultura de la Virgen del
Rosario en la iglesia de Santiago de Castilleja de la Cuesta, en
la provincia de Sevilla 41.
Miguel Adán fue uno de los varios artífices que intervinieron
en la ejecución del retablo mayor en la iglesia de Santa María
en Arcos de la Frontera (Cádiz), pues él laboró en la ejecución
no sólo de imágenes, sino también de retablos, aunque algunos
se han perdido con el paso del tiempo. En este sentido cabe
señalar que trataba frecuentemente con Hernán Ruiz 11, lo que
marcaría su formación arquitectónica 42.
En 1596, para el convento dominico de Candelaria (Tenerife),
Miguel Adán y el pintor Diego Saucedo se comprometieron a
realizar un retablo, que hoy se conserva en la parroquia1 de
A A,:, A Tv.,::lln Dnd,:,,,,, 43
AUGJG, 3~f;ulnl . I I UJIIIU LXUUI L ~ U L L . .
La crítica de los historiadores del arte ve en el citado maes-tro
un buen escultor, influenciado por Juan Bautista Vázquez
el Viejo; la tendencia manierista de su época no oculta su des-velo
por la belleza, teñida de melancolía en algunos casos. Tras
su muerte, en 1610, la ciudad de Sevilla conocería todo un Si-glo
de Oro en las manifestaciones artísticas.
41 J. M. AZCÁRATE: Op. cit., p. 334.
42 o-. 1 A--.. Xa.--G.T-... Fl A---. :+..-a- 7 A" n..:-A-LCLC~
IIIYU LiurcL IVIXKIIIYU. CL C;>IULLUI y UI y U L L ~ ~ L L U Juurb ueí v v ~ e í u u
y de la Bandera 1565-1 625, Sevilla, 1943, p. 21.
43 C. LÓPEZ MARTÍNEZ: Notas para la Historia del Arte. Sevilla, 1932.
ALFONSO TRUJILLOR ODR~GUEEZl: retablo barroco en Canarias. Cabildo In-sular
de Gran Canaria, Las Palmas, 1977, pág. 20.
Núm (1990) 325